jueves, 7 de agosto de 2014

Bitcoin como moneda anónima


Este texto fue publicado originalmente en la web www.elbitcoin.org :)
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Bitcoin no es totalmente anónimo; 
sólo suficiente si lo usas bien.

En el mundo Bitcoin existe la creencia, en algunas personas sean bitcoiners o sólo simpatizantes e interesados, de que Bitcoin es una moneda anónima. Esto es cierto en parte, y algo erróneo por otro lado. Bitcoin se ve soportado por una estructura que no hace necesario revelar datos relativos a nuestra identidad a la hora de usarlo, pero si se usa de forma alegre o despreocupada lo hace vulnerable al escrutinio público.




Salgamos un momento del Bitcoin, volvamos al papel moneda tradicional. El papel moneda tiene la posibilidad de funcionar como un instrumento anónimo de acumulación de riqueza: nadie podría saber nunca que poseemos una cantidad X de dólares o euros y que encontramos por azar perdidos o que nos fueron entregados en mano como pago por algo. De la misma forma, cuando pagamos con papel moneda podemos seguir manteniendo el anonimato al no revelar nuestra identidad por el hecho de efectuar un pago. 

En el mundo del papel moneda, emitido por un banco central o institución similar, el escrutinio lo recibimos por parte del estado y sus agencias satélite (policía, hacienda, seguridad social, justicia, etc.) y ellos lo pueden realizar gracias a que cuentan con el libre acceso a la información de los movimientos realizados con el dinero. ¿Qué movimientos? Aquellos que hemos realizado mediante una forma que nos vincula con una identidad: los que hacemos en un banco, una transferencia mediante una empresa u organismo como correos, y el uso de otros medios de pago con verificación de identidad como puede ser una tarjeta de débito o crédito o cheque. 





Todo lo que no sea un uso anónimo -en el que no nos vemos obligados a revelar nuestra identidad como con el pago en metálico en un comercio- da un mapa de los movimientos sobre “el total” que el estado puede controlar de nuestras entradas y salidas (como nóminas, premios, multas e impuestos).

Bitcoin es todavía más controlable: todo pago que realizamos queda visible al escrutinio público, y no hacer falta ser el estado o tener su medios para poder conocer el estado de una cuenta que recibe y envía dinero. Toda transferencia en bitcoin queda registrada para la historia y perfectamente visible. ¿Dónde está entonces lo anónimo del asunto? En que no es necesario revelar tu identidad a la hora de realizar pagos o compras con él. Pero si lo hacemos, perdemos esa característica con todo lo que ello conlleva: a muchos vendedores en Silk Road y compradores de los mercados de Darknet les hubiera gustado ser un poco más precavidos a la hora de usar sus cuentas, ahora que se enfrenta a acusaciones penales -más o menos acertadas- basadas en parte en el seguimiento de cuentas en blockchain y análisis de “big data” o grandes trozos de datos.




¿Si yo no revelo a nadie que una cuenta es mía?
Obviamente si no revelamos que una cuenta es nuestra no podrá controlarse el uso que hacemos de la misma: podrá ser controlada la cuenta pero no podrá ligarse a una persona. En noviembre de 2013 se produjo una transferencia de algo menos de 200K Bitcoin que de momento ostenta el récord en ser el mayor valor transferido con esta moneda, algo menos de 150 millones de dólares en aquel momento. Y seguimos sin saber de quién a quién. ¿Alguien imagina lo que la hacienda -de cualquier país basado en la actual voracidad fiscal e impositiva- opinaría de semejante intercambio económico ocurriendo fuera de su control? Exacto, no les gustaría un pimiento. ¿Entonces? ¿Dónde está el problema a la hora de usar bitcoin?

Hay dos formas en que perdemos nuestro anonimato sin darnos mucha cuenta: la técnica y la social. En otras acciones, como puede ser el pago en especie con bitcoin por parte de alguien que lo refleja, la compra de bitcoin (o venta) a través de un exchange no presencial, o el uso de una cuenta de donaciones (en la que lo habitual es mantener la misma cuenta y permitir así la verificación del total donado) por ejemplo, nos vinculan de forma directa con nuestra identidad en el mundo real con una pérdida total del anonimato vinculado a esa cuenta (y puede ser que a otras).

Las formas “técnicas” de vulnerar nuestro anonimato son todas aquellas en las que el uso de nuestra cuenta se vincula con una IP que a la vez nos vincula a una identidad propia (o con la IP de la conexión de tus padres jubilados que no saben qué es bitcoin siendo tú hijo único, por ejemplo).
Cuando nuestro ordenador o móvil envía una transferencia, esta graba unos cuantos datos propios y hay otros que viajan por lo que es la propia configuración de la comunicación en red, entre ellos la IP del primer ordenador que envía los datos. Dicen que existen de hace tiempo grandes ordenadores cogiendo todas las transferencias bitcoin que pululan por los nodos de la red común y almacenando la IP de origen de la misma. Conociendo el actual nivel de espionaje por parte de los estados (unos más que otros) no resulta nada ilógico: sus servicios de inteligencia necesitan esos datos, y el resto de “servicios” los anhelan para poder usarlos.

¿Cómo evitar esto? La mayoría de los clientes Bitcoin permiten la conexión mediante proxy o VPN de pago, de manera que nuestra IP queda anónima en cierto grado: el anonimato de nuestra salida a final a la red, que depende del número de socks encadenados o de la privacidad respetada por la empresa que nos presta los servicios. Otra forma sería usar los servicios de lavado de dinero a la hora de mover bitcoin para nosotros mismos o para pagos que no queremos dejar visibles, que con una comisión se encargan de ofuscar la transacción lo suficiente como para hacerla resistente a la minería de datos común, pero en la que únicamente conseguimos que el receptor del pago no pueda vincularlo con nuestra dirección de salida porque si el envío al servicio lo realizamos sin proxy o similar, quedará registrado nuestro pago a dicho servicio (el simple dinero no da anonimato). Estos servicios son interesantes para combinarlos con otros cuando queramos un extra de seguridad, pero partiendo primero de nuestros propios actos higiénicos en ese sentido.




La otra ruta obvia es Tor y ya hay proyectos para que los clientes trabajen dentro de la red Tor siempre que sea posible para aumentar el grado de anonimato inherente al sistema por defecto, pero de momento no están claramente ligados a la hora de trabajar con bitcoin aunque parece que es parte de lo que el futuro nos depara.


La forma “social” de cazar nuestra identidad se basa en nuestra propia expresión: no debemos decir cual es nuestra cuenta alegremente, y debemos de usar una dirección distinta para cada pago -como nos ofrece por defecto y aconseja el cliente oficial de Bitcoin- siempre que nos sea posible para evitar que nadie pueda saber cuánto entra y cuanto sale de nuestra cuenta. En este área hay que tener más cuidado de lo que parece: redes sociales como Facebook minan nuestra privacidad por la cantidad de información que revelamos en ellas y la cantidad de información que cualquier persona puede cruzar hoy en día para obtener resultados útiles. 

Tal vez no digamos que ChicaGuapa21 seamos nosotros, pero si ChicaGuapa21 es profesora de niños de 3 años en Don Benito (que sólo tiene un colegio de esa edad) y a la vez ChicaGuapa21 vende jerséis hechos a mano y cobra con una cuenta pública de bitcoin... no hace falta ser un lince para vincular la identidad del mundo virtual con la del mundo real. Esto último es aplicable para quien nos pueda buscar -con buenas o malas intenciones- por nuestro uso del Bitcoin (puede pasar, el ser humano es capaz de lo peor como de lo mejor) pero también para quien nos quiera identificar por cualquier otra razón (desde un loco enamorado acosador a una enemiga por haberla quitado el novio en su día) y eso debemos tenerlo en cuenta siempre.



No era la intención de este texto entrar a fondo a analizar las dos vías para determinar nuestra identidad al usar bitcoin porque sería imposible realizarlo en poco espacio atendiendo a todo que sería interesante. Sólo hacer un apunte al respecto.

La excepción de las cuentas de donaciones o para proyectos tipo “crowfunding” se explica porque a los donantes muchas veces les gusta conocer cómo va la donación a un proyecto o cuenta y, muchas veces, se entiende que esto ha de ser así para ayudar a la transparencia y dar confianza a aquel que dona. No es necesario vincular la donación a una persona o grupo concreto, pero es lo más habitual y aunque eso no nos vincule de forma legal -con un papel- a dichas transacciones, a veces un grupo de indicios cruzados tienen tanto valor probatorio como la mejor evidencia: cruzar indicios permite reducir las posibilidades de equivocación, a veces hasta puntos estadísticos que haría necesario que existieran 10 o 100 veces la población actual del planeta para que fuera “razonablemente probable” que pudiera ser otra persona.

Si alguien cree que la justicia nunca condena por indicios sino que lo hace siempre por pruebas totalmente verificables sólo tiene que echar un vistazo a los sistemas de identificación por ADN: son muy fiables, pero no pueden nunca descartar que exista otro ser humano que hubiera dado el mismo resultado estadístico a la hora de analizar su genoma.

Fíese usted de la virgen y no corra.

Por si acaso sea precavido con la forma en que usa Bitcoin, y con todo lo demás.

miércoles, 23 de julio de 2014

La cara oculta de la farmacia: el negocio de la salud

Este texto fue publicado por la Revista Yerba en Junio de 2014.


La cara oculta de la farmacia: el negocio de la salud.


Desde el principio de la existencia -del hombre como especie- hemos contado con remedios que utilizábamos para tratar nuestras dolencias y ayudarnos en el quehacer diario, en principio siempre atendiendo a lo que teníamos en nuestro entorno en flora y fauna. Al igual que otras especies, hemos usado las plantas que recolectábamos y los animales que cazábamos -e incluso los minerales de nuestra tierra- no sólo para alimentarse sino también para hacer frente a la enfermedad y a sus síntomas físicos y psíquicos.




Tal vez resulta difícil para el ser humano actual entender de la misma forma lo que era la enfermedad para el hombre de hace unos miles o cientos de años, pero ese concepto ha sido distinto en las distintas culturas y en los distintos momentos de la historia. Muchas de las patologías que hoy reconocemos y tenemos descritas se entendían como parte del proceso normal de envejecimiento y decadencia de la persona, que hace un par de miles de año tenía como expectativa de vida algo cercano a los 40 años de edad (la mitad de nuestra actual expectativa).

A pesar de las diferencias entre las distintas culturas, tenemos cuestiones que nos son comunes como especie y en todos los lugares el ser humano ha buscado por ejemplo no sufrir dolor o tener herramientas para poder tratarlo, siendo por esa razón plantas como la adormidera valoradas en todo el planeta. Hacia el tercer milenio antes de Cristo se empiezan a sistematizar grupalmente los conocimientos referentes a la medicina y a los remedios usados, y al mismo tiempo en Mesopotamia empezamos a encontrar los primeros casos documentados en que se emplea a humanos para experimentar con los remedios y las dosis antes de usarlos en pacientes. Está claro que los humanos con los que se experimentaba, no se consideraban ni humanos en ciertos aspectos porque eran esclavos, por lo que sus vidas pertenecían a sus dueños.

Es el principio del desarrollo de una farmacia incipiente en que el que se tratan las dolencias de acuerdo con unos síntomas y unos remedios considerados oportunos por quienes ejercían esas labores, que son distintos personajes en las distintas culturas que tenían acceso a los conocimientos escasos que existían -comparados con hoy día- de medicina y de farmacia, junto con un carácter sagrado o chamánico en algunas zonas, en parte dado el origen mágico que tenía en muchas ocasiones la enfermedad. A nosotros hoy día nos puede resultar motivo de chanza, pero a quien sufría una dolencia en aquella época, esas creencias manejadas apropiadamente por el brujo, curandero, chamán o médico (elija el lector la etiqueta) eran las herramientas con las que se contaba para luchar contra la enfermedad, en muchas ocasiones por falta de otras opciones a usar.




En esa farmacia incipiente se entremezclan remedios de todo tipo, desde los que provienen de la botánica como rama que va experimentando con las plantas, a los que usan animales por razones de supuesta utilidad de ciertos órganos (como la medicina tradicional china) pero también a otros remedios -ya sean vegetales o animales- en los que la base de su función como remedios sobre las dolencias que aquejaban al hombre no se basaban en algún tipo de evidencia (como el hecho de que al tomar una planta el dolor desaparezca) sino en el pensamiento mágico.


¿Qué es exactamente el pensamiento mágico y qué tiene que ver con la farmacia actual?

El pensamiento mágico es un pensamiento que difiere del lógico -con el que razonamos de forma consensuada- y basado en hechos no verificables. El pensamiento mágico es, por ejemplo la superstición, la creencia en dios, o pensar que por comerte los testículos de un tigre vas a follar como si fueras un actor de película porno.

El pensamiento mágico está en el origen del ser humano como grupo y en su desarrollo y muchos postulan que sin él, no hubiéramos podido evolucionar a otros modelos más funcionales de pensamiento y que fue imprescindible para nuestra supervivencia como especie. Es cierto que tras muchas supersticiones existen causas lógicas pero simplemente desconocidas, aunque tras otras no existe más que la invención o la explicación humana de un hecho que le supera, y es por eso que parte de dichas supersticiones pudieron tener un papel esencial para la supervivencia humana cuando no existían medios que explicasen de forma satisfactoria nuestro mundo.




En la farmacia el pensamiento mágico estuvo presente desde los inicios y discurrieron juntos durante muchos siglos. Algunas de las ideas de aquel pensamiento, aún sobreviven entre nosotros. 

Por ejemplo había frutos que se recetaban para un órgano por la similitud con el mismo (como la nuez con el corazón) y cuya creencia se mantiene. 

A día de hoy es posible encontrar en varias zonas del planeta animales disecados como los puerco-espines que son usados para combatir el 'mal de ojo' y que son vendidos en las “farmacias” que usa la población. Y si existe un mercado de los mismos es porque hay una demanda y consumo de dicho bien: se usan y la gente paga por ellos como remedio ante un mal que les aqueja, funcionen o no según nuestra ciencia y creencias.





Seguramente con nuestra mentalidad occidental nos resultará cuanto menos pintoresco pensar que se usan puerco-espines disecados para combatir algo que ni siquiera creamos que existe, aunque es esta misma mentalidad la que -con el mismo patrón del pensamiento mágico antes referido- sostiene, estimula y usa los mal llamados remedios homeopáticos: ni remedian ni curan nada. 


El salto al método científico de la farmacia: el paso a la era moderna e industrialización.

Con el desarrollo de la química y el despegue en el conocimiento más exhaustivo del medio natural y de la materia se llega a la extracción del principio activo por primera vez en la historia con el aislamiento y venta de la morfina del opio -a principio del Siglo XIX- por Friedrich W.A. Sertüner, que era un ayudante de farmacia o botica. Dicho descubrimiento y el carácter alcalino del compuesto permitieron formular años después, por primera vez en la historia, el concepto de alcaloide, y este hecho está intrínsecamente vinculado al desarrollo de ciertas prácticas, buenas y malas, por parte de la farmacia en su nacimiento como industria.

No fue casualidad que el primer alcaloide aislado fuera la morfina, ya que el opio en todas sus formas había sido usado por todos los grupos humanos que lo habían conocido, y ya existían preparados como el láudano que eran disoluciones de opio en alcohol que debían ser administradas con cuidado por la potencia de las mismas. Pero el extraer y purificar el principio activo era un salto cualitativo de consecuencias imprevisibles.




Aunque las propiedades adictivas del opio eran de sobra conocidas, no resultaban por lo general un problema de salud más que en esporádicos casos de abuso que se resolvían en un mayor consumo de opio en la botica o en el cultivador y proveedor correspondiente, ya que no estaba sujeto a ningún tipo de control o fiscalización en aquel momento en Europa. Pero el uso del alcaloide puro inauguró un tipo de abuso distinto, mucho más intenso y de problemas que no se conocían.

Los mecanismos de la adicción eran desconocidos en aquel momento y coincidió históricamente con el lanzamiento de la jeringuilla para la administración de sustancias, que era percibida como “un adelanto científico” y por lo tanto más seguro y selecto dentro de la medicina y farmacia. Y esta convergencia de factores nos lleva al primer gran fiasco de la farmacia como industria sobre la población consumidora de sus productos.



El primer escándalo de la era moderna: el caso de la morfina y la heroína de Bayer.


La morfina había convertido en lugares de paz los hospitales de guerra, pero con el coste de una adicción al fármaco que se conocía como “el mal del soldado” y que era lo que conocemos por adicción yatrogénica o “médicamente causada por el tratamiento”.

La adicción a la morfina tenía sus propias características distintivas a otras adicciones ya existentes (como el alcohol) o posteriores (como los barbitúricos o las benzodiacepinas) pero entonces una empresa de tintes llamada Bayer saltó al mercado farmacéutico con una creación que aseguraban que tenía grandes propiedades como “hacer desaparecer todo rastro de interés de los morfinómanos por dicha sustancia” y sobre todo, carecer de propiedades adictivas.
La nueva sustancia que Bayer lanzaba al mercado prometía no causar adicción y ser un remedio para la adicción de otras sustancias.


Puede parecer de broma esta publicidad, pero no lo es.
Es la original de la casa Bayer vendiendo heroína.
Los textos en los bocadillos de los personajes 
si son una broma... o no.


Esa fue la promoción que la nueva industria farmacéutica hizo de su nueva droga: la heroína.
Bayer se hizo un gigante farmacéutico desde ese momento y gracias a dicha sustancia. Hoy no hace falta ya explicar que la heroína es una droga tan adictiva como la morfina y que si era capaz de hacerles perder el interés a los morfinómanos, es porque resultaba mucho más placentera al uso y porque ocupaba los mismos receptores dentro del cuerpo humano.

Tras el escándalo y la vergüenza de ver que habían creado una sustancia adictiva que vendían incluso en jarabes para la tos de niños, la Bayer fue variando la promoción y empezó a centrarse en el otro fármaco sintetizado a la vez que la heroína, y el que no causaba adicción aunque no poseía las propiedades heroicas de su primo: era el ácido acetilsalicílico, de nombre comercial “Aspirina”.



A día de hoy las muertes al año en USA por Aspirina superan en más de 10 veces a las producidas por la heroína.



La homeopatía o la venta -como remedio- de agua con azúcar.


A finales del siglo XVIII y principios del XIX una especie de químico, farmacéutico y médico (lo que se pudiera entender por ello) crea una nueva rama dentro de la farmacopea basada en un principio que carece de validez -y es un ejemplo del pensamiento mágico- cuyo nombre en latín es “similia similibus curantur” y que quiere decir en castellano que “lo semejante cura a lo semejante”.
Dicho de otra forma: si tomar un producto causa un síntoma, ese mismo producto servirá para tratar las enfermedades que también provoquen dicho síntoma. ¿En qué se basó? En nada real: se lo inventó.

Este personaje creó el negocio perfecto y lo perfeccionó al afirmar que no sólo la homeopatía era una técnica correcta, sino que sus productos ejercían más y mejor efecto cuanto más diluidos estuvieran en agua. Eso contradice todo principio lógico a la hora de aplicar un fármaco, y llega a hacerlo en tal grado que muchas de los preparados homeopáticos que se venden en las farmacias muchas veces es imposible (dado el número y dosis usadas en las diluciones) que contenga ni un solo átomo de la sustancia que dice representar.
No sólo falla en su fundamentación metodológica (el principio de similaridad) sino también en lo que la ciencia nos ha ido mostrando, por eso sus partidarios -principalmente los laboratorios- impulsaron la “teoría de la memoria del agua”.

Con dicha teoría los homeópatas explican (inventan) el mecanismo de actuación de sus remedios, argumentando que el agua, el agua común que hay en el grifo y en la lluvia, tiene memoria.

Una verdad impepinable.


Para ellos el agua tiene memoria y se activa al diluir los productos sucesivamente hasta que no hace falta que exista el producto, sólo el agua con su “inventada memoria”. Y una vez que han hecho tantas diluciones del producto como para que fuera el que fuera no tenga ningún tipo de efecto sobre el cuerpo humano, añaden una gota de dicha agua con memoria a una perlita de azúcar, que al final es el producto que te venden en la farmacia: azúcar en perlitas con una gota de una disolución que no tiene ningún principio activo ni son distinguibles unos remedios de otros mediante la ciencia conocida.

Los remedios homeopáticos no funcionan, ni tienen efecto alguno, positivo o negativo, más allá de los que se produzcan en la mente de quien cree que al tomar una píldora de azúcar consigue un efecto terapéutico contra una enfermedad. Pero ese hecho de que no hacen nada, y de que no pueden causar daño, son lo que ha hecho que puedan ser vendidos a precio de medicina sin ningún tipo de receta médica porque no entrañan ningún riesgo ni ningún beneficio.

El mercado de los productos homeopáticos es uno de los de mayor expansión para la farma-industria, con una estimación global anual de unos 50.000 millones de Euros en ventas, de momento muy superiores a lo que la industria puede obtener del cannabis medicinal (en cuanto a beneficios económicos).

Esos dos, casos opuestos en cierta forma -el de la “sustancia sin peligro” llamada heroína y el de las “sustancias sin efecto” de la homeopatía- esbozan una industria farmacéutica que parece guiada por lo que el resto de las industrias: las cuentas de beneficios económicos. No parece haber lugar para valorar dentro de su comportamiento los resultados que sus acciones provocan sobre la población ni el aspecto ético y moral de las mismas como puede ser el hecho de vender algo que se sabe que no contiene nada ni tiene utilidad.

No queda ahí la cosa. La industria farmacéutica en alianza con otros grupos ha estimulado en los últimos años la recolocación de medicamentos que habían perdido su función y habían quedado sin patologías a los que ser aplicados. 

También ha modificado los valores que se consideraban “normales o sanos” para ciertas variables que aparecen en los análisis (como el colesterol) consiguiendo que amplias capas de población que no consumían por no estar “enfermos” tengan que consumir porque un valor de laboratorio se ha bajado unos puntos para aumentar las ventas de un producto concreto en un país. 




Asimismo ha tomado como nuevo rehén a la población más infantil con enfermedades de diseño (sobre-diagnosticadas) como el TDAH y ha creado un nuevo nicho de mercado: niños que tienen que tomar varias pastillas al día por el trastorno de “ser revoltoso” y que pueden ser desde variantes de las anfetaminas o por el contrario fármacos adictivos para mantenerlos sedados.


¿Hasta dónde llega la farma-industria para hacer dinero?

Pues el último “logro” del sector es la creación de nuevas enfermedades. No se trata de crear nuevos patógenos (virus o bacterias) que curar, sino de definir comportamientos o estados normales del ser humano como patológicos.

El luto por un ser querido ha pasado de ser un estadio normal que todo ser ha de pasar a ser objetivo de la intervención farmacológica y médica, juntos en alianza. También el bajo deseo sexual en la mujer -se considera cuando hay menos de una cópula al mes- ha pasado a ser un “trastorno” que se puede tratar con un fármaco (testosterona) que tiene riesgos en especial para el sexo femenino, pero que dicho tratamiento no conseguía un aumento estadístico ni siquiera de 1 sola cópula más cada mes.

Testosterona para mujeres con pocas ganas de fiesta en la cama.
No servía para nada, pero seguro que hay un mercado para ella.


Debemos empezar a cambiar nuestra percepción de “la farmacia” como industria.
Como ciencia es nuestra aliada, pero como industria deja mucho que desear: con la salud no se negocia y ellos nos han tomado por rehenes.


domingo, 6 de julio de 2014

Lyn Ulbricht y la defensa legal de Ross, creador de Silk Road.

Lyn Ulbricht es la madre de Ross Ulbricht aka Dread Pirate Roberts, de Silk Road, o al menos a quien acusan de serlo. El caso traerá cola los próximos meses porque aunque está claro que el gobierno USA no dejará escapar a Ross, hay una serie de cuestiones que afectan directamente a la raíz de las acusaciones de modo que su uso leguleyo resulta en una violación de derechos constitucionales... que amenaza a todos. 

Podéis leer algo más sobre el asunto en http://elbitcoin.org/madre-hay-mas-que-una-lyn-ulbricht-defiende-su-hijo/

Un "early adopter" e inversor en Bitcoin, de nombre Roger Ver, ha puesto un tuit que, por cada RT, o retuit o retweet, donará 10 dólares al Fondo de Defensa que Lyn está intentando sacar adelante para defender a su hijo del gobierno USA. 

Recuerden todos que las peores acusaciones sobre él, las de asesinatos por encargo y palizas, han desaparecido mágicamente de las acusaciones reales contra él, porque no existen pruebas excepto las inventadas por el FBI para cargar y engordar el caso. 

No piquen en la historia creada por el gobierno contra el individuo.

Este es el tuit:



Y aquí unas palabras de la propia Lyn sobre el caso: 




Recuerda, un click de tu ratón puede ayudar a alguien que, si es culpable es un héroe y, si no lo es, necesita mucha ayuda por parte de todos.





miércoles, 2 de julio de 2014

El circo de las drogas en la ONU

Este texto fue publicado hace un mes o así en la Revista Yerba.
No hace falta decir nada más.
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El circo de las drogas en la ONU.

En el mes de marzo del 2014 se celebró en la ciudad de Viena un encuentro internacional de los responsables de drogas de cada país ante las Naciones Unidas, bajo el auspicio de la 'Comisión sobre Drogas Narcóticas', conocida como CND2014. Dicha comisión está enmarcada dentro del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas y existe formalmente desde el año 1946, encargándose de los asuntos relacionados con la prohibición de las drogas narcóticas


El jefe de la ONU tras una mala pastilla que se comió.


¿Sólo de las narcóticas? ¿Y qué pasa con las estimulantes y las psiquedélicas, por nombrar otras? No se deje el lector engañar por el nombre: controlan todas las drogas desde hace décadas pero como no sabían como referirse a ellas, optaron por bautizarlas así aunque en realidad narcóticas sólo sean una parte de esas sustancias.

A esa reunión, de varios días y larga agenda, España mandó un nutrido grupo de representantes oficiales que -por la longitud del listado de asistentes- estaba a la altura de países como USA, México o Rusia y muy por encima de lo enviado por países como Holanda, India o Israel

¡Y no es para menos! En reuniones “así de importantes” se deciden cuestiones que nos afectan gravemente a todos los ciudadanos en materia de drogas. ¿Y quiénes son los que fueron a hablar por nosotros? Pues gente seria y responsable, no seáis desconfiados. Para empezar, el primero de la lista es Francisco de Asís Babín, un conocido de todos por su inestimable trabajo al frente de nuestro tan hispano 'Plan Nacional Sobre Drogas' o PNSD. Antiguo licenciado en medicina que ahora trabaja defendiendo -en rango de Delegado del Gobierno- lo que el Gobierno hace y deja de hacer en materia de drogas, como por otra parte es su función ya que es nombrado desde el mismo con el método de la clásica democracia digital: a dedo.


Paco Babín a punto de iniciar el vuelo.

¿No teníamos nada mejor que enviar? No vayan a preocuparse todavía, que aún hay más. La segunda persona mencionada en el listado oficial de asistentes (no es por orden alfabético) es Carmen Buján Freire, una diplomática “de carrera” que está especializada... en terrorismo


¿Pero esto no iba de drogas? Lo más curioso es que esta señora es la representante permanente en Viena ante Naciones Unidas de nuestro país. ¿Qué tendrá de raro? Pues lo extraño de su presencia es que ella fue situada en dicho cargo -de alta importancia estratégica- en un nombramiento del gobierno del presidente Zapatero en el año 2010. Han pasado unas elecciones y hay un gobierno de otro signo desde hace varios años en el poder en España, pero eso no es relevante porque no se ha cambiado a esa persona. La realidad no esconde mucho truco: la política de drogas del PSOE y del PP es igual y no reviste diferencias reales, mucho menos a nivel internacional. Si el actual presidente Rajoy no ha cambiado a esa persona es porque cumple la función que de ella esperan y parece ser que es capaz de cumplirla igualmente para ambos partidos gobernantes

No hay tampoco noticia alguna de que su puesto vaya a sufrir el menor cambio, exactamente igual que la política de drogas en el país: todo acorde y en sincronía. El resto de asistentes a dicha cumbre son los políticos y sus asesores técnicos, en inteligencia, exteriores y algún representante del área sanitaria y social, en un vano intento de dar algo de vida y color a la infumable lista de “la selección roja” en este asunto.



Estas personas han de decidir en la reunión mundial de mayor nivel sobre drogas cómo va la política y qué cosas habría que modificar. A la vista del fracaso estrepitoso de la guerra contra las drogas que han cosechado en un siglo de prohibición sería de esperar que hubiera rápidos cambios. Pero rápido y política son dos términos antagónicos. Aun así había muchos temas que tratar así que se organizó como un circo de muchas pistas con distintos temas, en el que los actores no eran “personas” sino países.



La pista del domador legal y la temible fiera de la 'decriminalización'.


El enfoque punitivo sobre la gestión de la producción y la distribución de drogas es un error ya certificado globalmente, pero más terrible es el enfoque punitivo sobre consumidores de drogas. En este aspecto, las lineas generales de recomendación surgidas del CND2014 para el mundo son que “no debemos tratar a los consumidores de drogas como desviados sino como enfermos” y por lo tanto no debemos criminalizarles por ello -ya que esto dispara las tasas de infección de SIDA y hepatitis- aunque ven lógico que la represión se produzca en otras áreas como la económica vía multas. 

¿Esto qué quiere decir? Pues que la ONU nos recomienda “avanzar” hasta la Ley Corcuera o de Seguridad Ciudadana 1/1992, esa por la que nos multan cuando nos cachean indiscriminadamente y tenemos droga encima para nuestro propio consumo. 

Mandril sin estudios que hizo la Ley de Seguridad Ciudadana.
Sólo puede pasar en España y en el PSOE.


A nivel real para España las directrices surgidas de esa pista no tienen valor alguno, ya que aquí el consumo de drogas es un derecho del individuo y lo que se sanciona -en una esquizofrénica pirueta legal- es la tenencia en lugar público, como la calle. Por otra parte es interesante saber que España tiene más de 22 años de adelanto con respecto a dichos consejos y que ¿para qué va a cambiar nada, no?
Del autocultivo de cannabis y esas otras opciones... ya tal.


Verde que te quiero verde.


Esa pista tiene sentido para muchos países en que el consumo de drogas o la tenencia de las mismas puede suponer cargos de tipo criminal y eso les ha hecho saturar sus cárceles sobremanera. Los primeros pasos los dio Portugal en 2001 con una decriminalización que pasaba a multas las sanciones criminales por drogas para consumo propio y en el año 2009 la República Checa con el mismo paso, sin haber contado con ningún organismo internacional para hacerlo: soberanía nacional se entendió y no hubo ningún problema.

Con ese acercamiento -bastante antiguo en realidad- al problema pues uno se evita tener que introducir a simples consumidores en el sistema judicial y penal del país, evitándose una carga que se ha demostrado que satura el sistema hasta hacerlo inviable, aparte de ser una agresión contra las personas usuarias de drogas que no hace sino agravar los posibles problemas o crearlos si no existían (un proceso penal no es ninguna broma, chicos, y os puede joder la vida) al hacer a la persona tener que enfrentarse a requerimientos intromisorios que violan libertades fundamentales. 

Dicho de otra forma: tenemos las cárceles llenas!! Estamos que lo tiramos!! ¿Qué hacemos con tanto preso porrero y el gasto que nos suponen al estado? Pues soltarles y mandarles a la puta calle.

Ese es el espíritu que impulsa -nada de caridad ni piedades varias- lo que ahora se están llamando “Política de Clemencia” para los delitos de drogas que no implicasen violencia y daño a terceros. De mano de los increíbles USA llega esta bofetada refrescante: tras haber creado hasta cárceles privadas ahora deciden ser “clementes” y no joderle la vida a esos fumetas y pastilleros que tienen presos sin haber dañado a nadie (más que a ellos mismos en el peor de los casos).

Debemos recordar que en USA hay personas cumpliendo cadenas perpetuas sin haber causado daño a terceros por delitos de drogas. Así que en esta pista del circo podremos ver como se torna el concepto de “usuario de drogas vicioso” a “usuario de drogas enfermo que hay que tratar” y realmente no sé cuál da más miedo, tras ver a Grecia en Europa y a otros países por el mundo usando campos de internamiento con usuarios de drogas, inmigrantes y seropositivos.

Nos llegará de oídas esta ola de “clemencia por esos pobres diablos que han perdido su alma por consumir drogas” y que saturan sus cárceles hasta hacerlas campos de concentración y hacinamiento de humanos, pero en España no tendrá ninguna repercusión ya que aquí hace décadas que el simple consumo de drogas se paga con multas y no con la cárcel, aunque siga siendo igualmente una descarada penalización sobre un derecho individual. Aunque no debemos de perder la vista a países como Ecuador que están implementando una valiente política que implica reconocer a las “mulas” que transportan drogas con estatus de víctimas en lugar de tratarles como criminales, en un decidido paso a no repercutir los daños de la prohibición internacional de drogas sobre su propia población sometida a la necesidad de sobrevivir en mitad de un país de tránsito de las rutas de la cocaína.


La pista del funambulista sin red sobre la pena de muerte.

Mientras unos países discutían lo de no meter en la cárcel a la gente por consumir drogas y tratarlos como enfermos -englobando hasta tratamientos forzosos en países de nuestra esfera cultural como los USA- otros países se divertían hablando de sus números en la guerra contra las drogas con sus estadísticas de sentencias de muerte por tráfico e incluso simple posesión de drogas

Estos ya no usarán más drogas.


Eso deja claro que esta gente se lo toma en serio: ni una broma con las drogas que son malas. Mejor ejecutados como hace China y otros cuantos países de su influencia cultural en Asia. Pero no son los únicos porque la furia de las aplicaciones integristas de los asuntos morales convertidos en legislación, deja decenas de cadáveres colgando de grúas, ahorcados en las plazas públicas de las ciudades de Irán y otros países islámicos que no tienen problemas en aplicar la pena de muerte con el añadido de la exhibición pública, como en los mejores tiempos de la inquisición española con la quema de brujas y herejes. Como penas menores, muchos tienen la amputación de miembros -manos, orejas, nariz- del criminal para ayudarle a reconvertir su vida en algo más provechoso para toda la sociedad.

En esta pista del circo fue Suiza la que -con el apoyo de otros países- tuvo un valiente intento de que se reconociera por parte de los asistentes que la pena de muerte era una política totalmente desproporcionada en asuntos por drogas y que eso se incluyera en una declaración conjunta. Parece algo razonable a los ojos de un Europeo, pero no parece ser igual en países que aplican la pena de muerte por las más variadas razones. ¿Por qué no a los que andan con drogas y sí a otros? La respuesta seguramente sería que es atroz utilizar la pena de muerte como herramienta de control, pero eso no suena bien a los oídos de China, Irán y otros cuantos países de instintos similares que cómodamente bloquearon con su derecho a veto que tal declaración conjunta saliera adelante.

¿Y qué dijo España ante algo así? ¿Lo sabe usted? Nosotros tampoco. España como otros cuantos países no querían líos con la pena de muerte y menos con China, a quien hace poco hemos molestado con la causa penal que se seguía en base a la jurisdicción universal, así que optamos por mirar a otro lado. 


Pena de muerte Marca España.



Total, otros muchos países “civilizados como USA” tienen la pena de muerte entre sus herramientas y no somos tan críticos ¿verdad?




La pista del neolenguaje y la reducción de riesgos.

En estos años de dura travesía del desierto de la prohibición, en el que las únicas medidas realmente eficaces se han dado a través de los programas de 'reducción de riesgos' -en su versión inglesa 'Harm Reduction' o reducción de daños- no son pocos los países que de una forma sincera se han acercado a esa aproximación al asunto de las drogas y sus usuarios. Para quien no conozca estos programas su principal característica es el trato con el usuario de drogas sin juzgarle ni criminalizarle por sus consumos y, en lugar de ello, ayudarle a reducir los daños y riesgos derivados de ellos

Abarcan el trato en lugares como las 'narcosalas' donde las personas consumen drogas con una cierta supervisión de profesionales, los programas de análisis de drogas que desarrollan algunas ONG y que son el primer punto de alarma ante partidas adulteradas de forma peligrosa para la salud de sus usuarios, llegando hasta la educación del usuario de drogas -y del no usuario- para que puedan tomar decisiones informadas sobre el consumo o abstinencia. 

Entre otras muchas áreas enfocadas en prevenir problemas -como la difusión del SIDA mediante el reparto de jeringuillas nuevas a usuarios- algunas resultan especialmente rentables: evitar un contagio de SIDA cuesta entre 100 y 1000 dólares. Si a alguien le parece caro que piense el coste de un año de atención, pruebas y tratamientos en un seropositivo.

Sí señores, el SIDA / VIH sigue existiendo y matando gente.


Desde hace años los países más avanzados saben de sobra que la reducción de riesgos es el enfoque más efectivo, humano e inteligente del asunto de las drogas bajo la prohibición, pero eso no ha impedido que varios de ellos consiguieran bloquear que se mencionase en la declaración final a la reducción de riesgos bajo ese nombre. Se puede hablar de ella pero se ha de usar un eufemismo que es algo así como “medidas para paliar el daño provocado por el consumo de drogas en la población” según se expresa en las guías técnicas que la ONU tiene publicadas. 

Sí, queridos lectores, en eso se gastan la pasta; en decirnos cómo debemos llamar a las cosas, como siempre por nuestro bien. ¡Gracias ONU!



Todo circo tiene un payaso y una próxima vez: UNGASS2016.


Al mando de todo este montaje está un ruso, apéndice directo de Putin, llamado Yuri Fedotov. El personaje es irrelevante en sí de no ser porque es quién refrenda la política internacional de drogas. Y entre otras la rusa, que le niega tratamiento a los adictos (no aceptan metadona ni buprenorfina legal) en su país hasta forzarles a recurrir a venenos como el 'krokodil' o que ha cerrado el paso a toda la metadona que recibían los adictos en tratamiento en Crimea, tras la anexión rusa de hace semanas.

Aquí el payaso Yuri 
explicando cómo manejar
 las drogas en el caribe.


Yuri es el payaso triste que una vez fue el payaso alegre. Si algo ha quedado claro en la reunión es que el consenso sobre drogas a nivel internacional está hecho añicos si es que alguna vez llegó a existir. Para enfrentar -de nuevo- la situación con las drogas, tras probar a crear un mundo sin drogas y ver que eso es imposible, varios presidentes en activo de países miembro de la ONU han solicitado, hasta conseguirla, una Asamblea General sobre Drogas en Sesión Extraordinaria que ya se conoce como UNGASS2016 donde se revisará la política global de drogas, pero no con simples enviados diplomáticos sino con los presidentes de cada nación.

Esa será la reunión de jefes de tribu -presidentes y mandatarios, perdón- más importante sobre drogas y que se adelanta varios años con respecto a lo esperado debido a la situación internacional. Lo mejor que ha salido del CND2014 han sido los grupos que se han formado para preparar la agenda de UNGASS2016, aunque haya habido episodios tan lamentables como el que vivió el Representante de Uruguay en la Organización de Estados Americanos cuando le dijeron que Uruguay y Paraguay eran lo mismo. No contenta la persona con su inteligente comentario insistió en él hasta que los representantes de Uruguay se levantaron y se fueron de la reunión.

México -con 60.000 muertos en 6 años- y otros países de América se desangran por el tráfico de drogas que USA -y Europa- consume y paga en plomo y armas. Los países de tránsito ponen los muertos a base de población civil en un desequilibrado mercado que nadie es capaz de frenar y que necesita de una sincera y honesta regulación que permita a los adultos decidir libremente sobre el consumo o no de sustancias y hacerlo de forma segura para ellos y para los demás. 
El mercado existe y no desaparecerá: dejar que lo controlen las mafias sería un nuevo error fatal que todos pagaríamos de nuevo.

No será hasta el año 2016 cuando podamos ver si el mundo está ya listo para dar el volantazo a la criminal política de drogas seguida por la ONU al dictado de USA o si, por el contrario, necesitaremos de otros cinco o diez años más para acabar con una política que ha hecho a todos los seres humanos las víctimas de las opciones morales de unos pocos. Lo que sí sabemos es que no ocurrirá sin mucho trabajo por parte de los activistas.

Canutos para la paz.


¿O alguien se cree que con este circo montado se puede cambiar el espectáculo tan pronto?
Esperemos lo mejor y preparémonos para lo peor; mientras tanto a seguir remando hasta UNGASS2016.