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miércoles, 21 de septiembre de 2016

Twitter y su drogofobia como "moderación oculta".

Este texto fue publicado hace menos de dos semanas en el portal Cannabis.es y, parece, ha cobrado una relevancia especial debido a la suspensión por parte de Twitter, sin ningún tipo de indicación, notificación o motivo aportado, de la cuenta @Drogoteca.

No es la primera -ni la segunda, ni la tercera- vez que la cuenta @Drogoteca sufre algún tipo de bloqueo o censura, a veces provocados por grupos de usuarios que -con cierta coordinación- reportan en grupo (consiguiendo un bloqueo de unas horas a lo sumo). Marcelino Madrigal me ha pasado documentación que dice -decía en su día- que esto no es posible, pero tengo mis dudas ya que recuerdo 2 casos claros, inmediatos, en los que un grupo de personas (con un "verificado" de Twitter a la cabeza me lo hicieron en menos de 3 minutos, aunque lo resolví en sólo 10). Tampoco es la primera vez que Twitter la suspende y no argumenta motivo alguno, igual que cuando la devuelve y tampoco explica nada.

Independientemente de lo correcto o incorrecto de la suspensión de una cuenta, y dado el carácter indeterminado de dicha suspensión y la incertidumbre del proceso que se seguirá o del criterio que será aplicado a no-se-sabe-qué materia juzgada por no se sabe quién exactamente... voy a postular mi propia explicación -tras décadas de uso de redes- al respecto.

Seré breve.
Cuando se suspendió dicha cuenta, no había tenido altercado alguno con nadie (ni actividad en varias horas), pero TRAS SEGUIR A UNA 40 CUENTAS DE ESCORTS O PROSTITUTAS CON PRESENCIA ACTIVA EN TWITTER, y encontrarme hablando un asunto ajeno a mí y mis intereses (una de ellas buscaba un fotógrafo para una sesión) tuve que pasar con la charla al wasap porque la cuenta resultó bloqueada. A día de hoy y tras repasar todos los acontecimientos relativos a esa cuenta, esta es la opción que Marcelino -a quien cito en función de su conocimiento de las redes sociales- cree más probable en este momento.

¿Quedarse 15 días sin cuenta por haber seguido a "demasiadas" cuentas en un determinado momento?
Si es así, me parece un hecho vergonzoso para Twitter y que, además, no afecta sino que aporta a la hipótesis que quiero plantear.

El tanto -de la suspensión de la cuenta- se lo apuntaron varios, desde un atontao que intenta engañar al personal con un banco de semillas cuyo vídeo promocional da la risa y HABLA POR SÍ MISMO, hasta un PRESUNTO director de cine y no sé cuantas cosas más -pero que no conoce ni su madre a la hora de comer- y que había sido el origen del texto que aquí ahora cuelgo. Al menos vi apuntárselo a 5 personas -o insinuar que el hecho tenía relación con ellos y haber sido enfrentados por mí en algún momento, habiendo levantado sus iras...  ;D

Se lo apuntaron viejos enemigos, nuevos enemigos y hasta Panete el del 5º, que pasaba por allí. Hasta tal punto llegó la cosa, que en la feria de Expogrow en Irún se habló -me lo han notificado un par de fuentes- de que la suspensión de la cuenta @Drogoteca se debía (agarrarse) a que... LA POLICÍA LA INVESTIGABA POR PEDOFILIA. Ale. Y ahí te quedas.

¡¡Vaya policía que cuenta en un feria cannábica que está investigando a tal o cual tipo!! xD
Yo, realmente, no creo que sea por ninguno de ellos. Por ninguno en absoluto. 

Pero de momento, los mencionados han tenido su momento de "ejemplificación moralizante" al estilo "¿¿¿Veis lo que le ha pasado a @Drogoteca por... ***ponga usted el motivo que prefiera*** ???"

Es más, creo que hay peces algo más gordos que esos que me tienen gato, como ese director de un conocido medio, de quien yo -entre otros- he difundido que ha intentado conseguir (con todo tipo de artes y algunas ciertamente inmorales) que le den el carnet (FAPE) de periodista sin serlo, porque mientras otros hacían la carrera de periodismo, él estaba haciendo música con su grupo pijo en "La Moraleja". Si quieres carnet de periodista, Barbitas, haz la carrera como los demás, que esta vez ser el hijo de papá no te sirve. Valías más para la música, y mira que eras malo de cojones (normal que quieras que no haya más vídeos tuyos).

O una conocida "cuenta/personaje" de Twitter (algunos dicen que incluso es la misma persona -Barbitas, falso periodista- que es citado en el párrafo anterior) con quien parece ser que tuve algún tipo de enfrentamiento por allá por el añ0 2011... pero lo guardó hasta que me hice famoso y multimillonario en este 2016, y lo publicó (pues sí, CURIOSAMENTE, en el panfleto del director "Barbitas" anteriormente mencionado) el día 8 de marzo, CURIOSAMENTE día de la mujer trabajadora, para señalarme públicamente como violento machista, o algo así... lo cierto es que tampoco me molesté en leerlo: no tengo tiempo para tirar en tarados/as.

O mi CARO amiga, de nuestros queridos e hispanos maderos, que tanto cariño tiene a los usuarios de drogas y así lo muestra en la gestión de la cuenta de Twitter -pagada por todos, incluidos usuarios de drogas- de la policía.

La chica es un poco drogófoba, y su empleo y entorno también se presta a desarrollar "esos aspectos mas intolerantes de cada personalidad aportada al cuerpo" con lo que su caso es "hambre más ganas de comer".

O mis queridos amigos de la Guardia Civil, quienes a pesar de ser -a mi juicio- el mejor de los cuerpos de policía de país (cada uno habla de la feria como le va, lo sé) pues tienen bloqueadas ciertos tipos de cuentas -curiosamente también sobre drogas y derechos- desde el minuto cero (también pagados con nuestro dinero).

O la Casa Real y sus reinas, a quienes he citado en alguna ocasión (no sólo por Twitter) en lo referente a su "labor" en el ámbito que a mí me ocupa: las drogas.

Y tampoco creo que sea ninguno de ellos.
No.

NIN-GU-NO.

Mi hipótesis es muy simple: el silencio y la absoluta falta de información con la que Twitter maneja las cuentas y sus "sanciones" (ni siquiera sabemos a día de hoy si es una sanción el motivo de la suspensión de la cuenta, o si es un mecanismo automático) es, en realidad, un
acto
deliberado y consciente 
de "moderación"
en la red social.


Quiero decir que, a falta de un equipo eficaz, que gestione adecuadamente los sucesos que se producen en la red social -con escandalosa necesidad en los aspectos relativos al porno infantil, que la cuenta de @MMadrigal11 lleva denunciando años, mientras es a la vez suspendido por Twitter, si bien NUNCA se le ha comunicado razón alguna de la suspensión, repetida, de su cuenta- este tipo de suspensiones, totalmente cubiertas de incertidumbre y carentes de cualquier intención, correctora o explicativa, para que si algo ha desencadenado dicha acción sea conocido y no se repita en el futuro, son en sí mismas un elemento de moderación activa, pensada y de esta forma -con sus pros y sus contras- ejecutada.

Uno se puede acostumbrar a jugar con reglas duras o muy duras, pero no logrará sentirse "seguro" si la sensación global de tu entorno es que, cuando te cae encima "el monstruo" ya nadie sabe qué será de ti o cuándo se te volverá a ver, en caso de que vuelvas....

En estos días he podido ver cómo la gente especulaba -en privados conmigo- con todo tipo de motivos para la sanción (AUNQUE NADA DICE QUE HAYA SANCIÓN) de la cuenta, y como les hacía notar, eso también está -en teoría- teniendo un efecto de moderación sobre mí que me lo dicen y sobre ellos, que lo dicen...

Esta forma de actual, en la que Twitter suspende sin ni siquiera notificar un motivo para ello, en la que todo el mundo puede especular sobre los motivos de dicha suspensión, y dando pie a que dicha suspensión se preste -al realizarse sobre cuentas "conflictivas" por una u otra razón- a que se generen explicaciones totalmente surrealistas, no es sino "moderación oculta" al estilo del "currículum oculto" en educación, como mecanismo de moderación en Twitter.

Y creo que no es un "efecto secundario" sino parte de su modelo de negocio y gestión -mala y peor- de recursos dentro de la red social, y que a falta de una gestión que puedan justificar, esas suspensiones "deus ex-machina" que se marcan, es una forma de generar inseguridad y que está actúe sobre los comportamientos "atrevidos" como mecanismo de autocensura ("a ver si me van a joder la cuenta como a @Drogoteca...").

A mí ese tipo de conductas, y más por parte de una empresa que pretenda ser creíble en este medio, me suenan a los miedos que se instauraban en los niños, usando los cuentos infantiles para ello, con los que se creaban figuras (del "hombre del saco" al "coco") que eran usadas posteriormente para inducir miedo y educar -muy en la oscuridad, aunque muy eficientemente- a la generación siguiente.

Tal vez Twitter aspire a ser un jardín de infancia, porque en ningún caso usar el silencio y la incertidumbre como forma de "moderar sin moderación ni moderadores" resulta un comportamiento adecuado para tratar con adultos.


Tal vez, simplemente, Twitter también sufra drogofobia.


Tal vez, pueden elegir ustedes -los lectores- el motivo o razón por la que esto ha sucedido: al igual que yo, y mientras el silencio sea el "cómo" en la moderación de Twiter, todo es especulación.


Y todo eso en una red social, en la que si alguien no te gusta, simplemente lo bloqueas y listo...



Ahí lo dejo.



--


DROGOFOBIA E IGNORANCIA:
pareja de moda.

Ayer en la tarde mientras trabajaba, poco antes de irme a disfrutar de una exquisita experiencia gastronómica en el restaurante de Víctor Gutiérrez, vi a mi amigo Javier González que andaba liado por Twitter y que andaba comentando de cuestiones relativas a escritores (nada que ver con drogas). En el diálogo, aparecía un tal Luis Endera que hizo un comentario sobre el pago a los autores por sus obras, al que hice retuit y contesté ampliando al hecho de bajarse todo y no pagar nada (los autores tenemos la mala costumbre de comer, beber y respirar... y algunos, drogarnos además).

Y aquí comenzó la fiesta.
Sin haber mediado palabra -más allá de lo aquí dicho- ni conocer de nada al bulto sospechoso del Luis Endera, el tipo me envió un par de tuits (públicos). El primero decía:

“Seguid con lo vuestro @Drogoteca, que mi mujer que trata a adictos con patología dual (adicción + enfermedad mental) necesita curro.”

El segundo decía:
“Y ahora os bloqueo porque me dais mucho asco @Drogoteca.”







Y a continuación ejecutó un FALSO BLOCK, de manera que lo único que hacía era no dar la cara para que lo que se le contestase no quedase escrito tras sus tuits y ser fácilmente visible para otros, pero él se dedicó a seguir con las provocaciones e insultos (si bloqueas, so tarado... ¿para qué nos sigues leyendo, perra?), leyendo y contestando pero sin dar la cara.

Obviamente semejante comentario -propio de alguien que además de un ignorante es un fascista intolerante- levantó los ánimos de todos. ¿Qué dice el mojón-con-tuiter ese del Luis Endera?

Pues vamos a analizarlo con calma el asunto, venga.

Para empezar... ¿quién es el insecto este y por qué viene a buscar bronca -que le viene grande claramente- sin provocación previa? Las respuestas nos las dio pronto, en cuanto abrió la boca lo dejó claro: MI MUJER NECESITA CURRO.




Normal. Si te tiene que mantener a ti, Luisito. ¿No crees?
Antes de tirarme a la piscina, pregunté a un conocido director de cine español (que me pidió no ser citado, lógicamente) sobre este sujeto, ya que se anuncia como director, guionista y músico de cine (jojojo, el papel lo aguanta todo, eh Luis Endera?) y hasta se abrió su pagina en Wikipedia, para contarnos que no se llama Luis Endera sino que se llama José Luis Pérez García y que vive del cuento.

Me dijo que no, no le conocía ni le sonaba de nada (¿acaso le conocías tú? pues eso...) pero que le sonaba. Y que no le diera importancia a lo de director de cine porque aquí “director es el que dirige, estrena y cobra, no el que sólo lo pretende y vende humo como producto”. Me dijo que mirase la realidad y, ciertamente, la realidad de Luis Endera es muy triste: quiere ser muchas cosas, pero la evidencia nos dice que no es nada.

Hay muchos fantasmas que se venden como lo que no son. En este medio es muy frecuente lo de los periodistas sin serlo -ni lo soy ni quiero serlo- y no se ruborizan al anunciarse así, cada vez que tienen oportunidad. Mentir en el currículum es parte de lo que se exige para acceder al mercado laboral, y se hace. Aunque suelen ser los jóvenes lo que se ven forzados a hacerlo para fingir una experiencia inexistente, y verlo en gente que ya pasa de los 40 años, resulta triste y lamentable. Pero es lo que toca entre quienes venden humo.

Entiendo que Luis -al conocerme tanto y de tan largo tiempo- sintiera la necesidad de expresar el asco que le da la gente que -como yo- usa drogas. De hecho, cuando algunos tuiteros le increparon por su deleznable comportamiento, el tipo se reafirmó preguntando si estábamos a favor del consumo de drogas (está a ese nivel mental, sí) para acabar justificándose con que “no eran muy normalitos" y riéndose. No, normalitos no. Ya nos conocerás a fondo. :)





Interesante tipejo. A Luis Endera, presunto mastermind del cine, le dan asco quienes toman drogas, mientras vive de ello buscándole clientela a la parienta. Y deben estar jodidos de dinero, viendo con que obsesión repite lo de la clientela de su mujer y se dedica a comentar sobre los pacientes de su presunta esposa.

Pero al mismo tiempo nos anima a tomar más drogas, para que su mujer -que es de las que vive del cuento de la Patología Dual, según él mismo nos indica- pueda ganar más dinero. Lo entiendo. Yo también apoyo a mi pareja y deseo que le vaya mejor laboralmente, e incluso -si pudiera- es posible que le ayudase a ganar más dinero, desde mi lugar que en este caso sería Twitter. Pero no lo necesito para comer, y tal vez sea esa una importante diferencia, vista la insistencia del sujeto en tratar a los pacientes de su mujer como clientes que le llenan el bolsillo. ¿Quién vive de las drogas? ¿El narco... sólo? Venga, seguimos.

Entiendo que la falta de actividad resulta dañina para el ser humano y que las condiciones actuales son duras. Y que alguien que es algo -da igual qué- de verdad, no tiene tiempo para estar tirándolo en las redes sociales. ¿Por qué digo esto? Me fui a echar un vistazo al Twitter de este pelele mental y me encontré con alguien cuyos mensajes gritan “estoy más solo que la una”. Entrando en todos los temas, metiéndose en todas las conversaciones, opinando de todo con el poder que le da ser el KIE del cine en España, insultando a quienes no le han hecho nada...
Id a verlo vosotros mismos: habla por sí solo. Triste, muy triste.

De hecho, escribe compulsivamente -mirad el número de tuits por hora, da pena ver a alguien con una adicción así, tirando ficha a todo para esquivar la soledad- y borra tuits según le interesa. El tipo está claro que sabe manejar Twitter, y a Twitter, pero no su propia boca (dedos, en este caso). Digo lo de “a Twitter” porque tras el bonito encuentro, inesperado en ese neomundo que es el patio de instituto social, me fui a la cena que tenía programada: nunca dejes que un cretino te arruine una fiesta. Al volver, borracho de buen vino y mejor comida, me iba a tirar en la cama cuando vi que Twitter me había bloqueado -de nuevo, es un clásico ya- y, que esta vez, me ponía un castigo: no tuitear mientras dormía. Pos fale. ¡¡A dormir!! :)

¿Por qué me bloqueó tuiter?
Reconozco que tengo -cuando quiero- la boca del diablo, y que mi lenguaje dista mucho de ser eufónico para todos los oídos en estas situaciones que me enciendo. La ignorancia me exaspera; la intolerancia me yergue agresivo. E imagino a un pobre chico que haya tenido un problema con las drogas (o no) cayendo en las manos de la mujer de este tipo. No voy a decir nada de la señora -salvo que el enfoque de la patología dual es un timabobos (en inmenso porcentaje) para poder seguir tratando como enfermos a los usuarios de drogas, y que quien vive de engañar a otros y de su desgracia, tiene nombre y no es bonito- pero si realmente es una terapeuta y es buena, lo primero que tenía que haber logrado era adiestrar al cafre que tiene en casa.

O al menos, haberle enseñado a no hacerse caca delante de las visitas. ¿Se imagina esta señora cómo se tiene que sentir cualquiera de los pacientes que “trata” leyendo a su marido contar -entre otras cosas y datos que dio sobre pacientes de su mujer- en Twitter el asco que le dan los que usan drogas? Creo que con eso queda todo dicho, señora. Predique con el ejemplo, porque mancha mucho un personaje así, que además se ensaña con los débiles (adictos con problemas) y da muestra pública de una prepuberal falta de contención y juicio crítico, tan propios de un Korsakoff. Si es terapeuta, échele un vistazo y dedíquele 15 minutos al día. Y controle lo que hace en Internet, que a lo mejor se sorprendería. Los menores y personas que necesitan tutelaje, no deben usar Internet sin supervisión, recordadlo siempre Luisines del mundo.

La cosa es que Twitter es una empresa y que tiene sus objetivos y tal, y lo de autentificar cuentas (lo de ponerle la marquita de color azul con el visto bueno) es un negocio para ellos: es el negocio de la visibilidad y el “prestigio” de papel couché. Al ser este tipo uno de los que Twitter tiene “validados”, los tratan con cierto mimo y lameculismo que sale de lo común. De hecho, el personaje Luis Endera puede decir que lo usuarios de drogas le dan asco, y reírse de ellos mientras pide que se droguen más para que su mujer le traiga más dinerito a casa... pero cuidado con contestarle, ¿sabéis?

Es de estos que llaman a papá, y que tirando de “prestigio” (sí, ya sé que no le conocen ni en su casa a la hora de comer) intenta silenciar a quienes protestan una vergüenza de comentario que ofende al sentido común, a los usuarios de drogas y, si es persona, seguramente a su propia mujer también. Y utilizó “su poder en Twitter” para intentar que no se escuchase el asunto, que nadie supiera lo que había hecho.

Twitter me bloqueó unas horitas mientras dormía la mona y me pidió que eliminase 3 tuits, en los que le decía lindezas como “basura con forma humana de calvo tarado” y le animaba a que cerrase la boca y siguiera chupándola. U otro dónde comentábamos -se mete en temas ajenos, ojo con el pringao este- entre otros tuiteros lo que había pasado y, lógicamente, nadie hablaba bien de él. Creo que hay otras 2 cuentas que, también, ha intentado silenciar tirando de “papá Twitter”. Bah, asunto resuelto y aquí seguimos todos, a pesar de todos estos juláis hipoencefálicos.

No debe sorprender a nadie el comportamiento de Twitter, pero no lo confundáis: no lo hacen para mejorar la educación en la red, la netiquette ni nada por el estilo. Lo hacen por sus intereses y punto. Hay una persona -grande- llamada Marcelino Madrigal. Este señor lleva toda la vida luchando contra el abuso sexual en menores, especialmente en el ámbito de las redes informáticas. A mí juicio, es el mayor activista y experto en el tema, que hay en España y posiblemente uno de los mayores conocedores de estos desagradables asuntos en la red mundial.

Sin embargo, a pesar de su impagable labor, en la que no para de denunciar la inacción de la policía junto con la complicidad de Twitter -red de donde saca a diario decenas de cuentas que exhiben violaciones a niños y son jaleadas con cientos de “ME GUSTA... ver cómo violan niños.”- siendo quien tiene que poner los medios para evitar esos contenidos, Marcelino Madrigal debe tener el récord de ser el tipo más expulsado de Twitter en España: yo ya he perdido la cuenta de las veces que he tenido que seguir a otra cuenta nueva porque “papá Twitter”, una vez más, se sentía molesto cuando Marcelino le recuerda que está amparando violadores de niños, y le expulsaba otra vez, en un eterno retorno al “Gran Hermano Teta5”. Y es que la verdad duele, y para eso está Twitter cuidándonos: para que no duela tanto la borramos y silenciamos. Pregunten a Marcelino (una bellísima persona) si es falso; en la red sigue a pesar de todo.

La ética de Twitter, tanto en los temas que Marcelino denuncia como en la “moderación” de la red en la que permite que “sus protegidos” puedan decir barbaridades sin coste, es ambigua y planificada. No importa tanto el qué pero sí cuántos, y en caso de duda, la más tetuda: Twitter protege a los suyos, y estimula el famoseo de pega. Así que ellos tienen manga ancha para ir agredir verbalmente a otros, pero quienes contesten serán castigados. No mucho: lo suficiente para que ,como mecanismo conductista, la próxima vez te lo pienses antes de responder contra el gusto de algún “estrellita azul del tuiter” (aunque sea -en la realidad, IRL- tan endeble como Luis Endera). Y seguramente funcionará... con otros.

Volvemos a lo nuestro: la drogofobia.
Este tipo, que no sirve más que para ejemplo y en este caso de lo que no hay que ser, ilustra algo muy común. No sólo ocurre con lerdos calvos que chupan teta de su parienta mientras dicen ser periodistas, artistas, escritores, músicos o bomberos toreros. Hace unos días, vi a un tipo que decía en Twitter que quienes tomaban drogas, no luchaban. El contexto de la memez, era el de un pretendido punky -de pastel, decían antes, ahora son de red- que tiene un grupito de adolescentes seguidores en tuiter (de crío cualquier payaso adulto que va de bohemio intelectual puede trincar a aquellos con menos personalidad y más necesitados, y eso hacen :P) y lo de “la lucha” es un tema recurrente en su cosmogonía antisistema ficticia. Ellos luchan contra el estado, la iglesia, la guerra, las fronteras, las nucleares, el maltrato animal, el machismo, el sexismo, el racismo, el imperialismo, el capitalismo y todos los “ismos” que quieras poner. Ellos son grandes luchadores, guerreros de nuestra era, que son los que marcan la pauta a los nuevos soldados. La lucha.... ¿qué bello concepto para manipular jóvenes, eh?

No es que el punky-costra ese sea un librepensador: sólo repite una de las tonterías más clásicas de los mitos de drogas, y es la bobada de que las drogas se usan para que los jóvenes no luchen y no se rebelen (en Europa, porque en el mundo árabe la tendencia manipulando es la contraria: los jóvenes se han vuelto locos por la LSD en el agua que echó USA... dijo Gadafi, antes de que le cogieran unos a quienes les debía explicaciones).

Es un clásico que Juan Carlos Usó, el excelente historiador y vigilante del ser humano, ya desmontó en su sólido “¿Nos matan con heroína?” y que comentaremos en otra ocasión (no me olvido, JC). Pero ya se sabe que los mitos no necesitan ser verdad para ser mantenidos, y en ello siguen. Haciendo el camino: de la absoluta ignorancia a la drogofobia.

Este otro ente-inconsciente que flota en la red, iba dando o quitando el “carnet de luchador” a la gente. Él decidía y setenciaba que quienes tomaban drogas, eran unos tirados y no eran tan “antisistema” como él (se supone que no toma drogas, y me lo creo: mirad cómo anda de mal). Normalmente estos que presumen de luchadores, no mueven un dedo pero son los más visibles. Si fueran tan malos, tan antitodo y tan pisacalles, que se dejen de tuiters y feisbus y presenten -ante todos- el resultado de su lucha y trabajo. ¿Qué se oye? ¿Silencio? Es lo normal: el movimiento se demuestra andando, y estos espejismos de guerrerito... :P Ladrar mucho pero de andar, nada. El inteligente animal contestó un axioma policial (y eso que va de enemigo de la policía, pobre lerdo): “calla yonki”. Como cualquier puede notar, es el mismo perro que Luis Endera pero con otro collar.




Cabe mencionar a una chica joven, que sin problema alguno replicó al gudari de la red: “calla tú, no puedes decir que alguien no luche porque tome drogas”. Ahí está, la puta sensatez... y la tiene que poner una chavalita, menor de edad. Aprended.

Opinadores desde la barrera, tertulianos cuñadistas y punkies de tuiter.: ¡¡línea!!
Seguimos para bingo.

Para que quede claro que el mal de la DROGOFOBIA afecta a toda clase social en nuestro país, os traemos otro ejemplo más. La drogofobia es un trastorno -que sufren algunas personas por falta de formación y adolecen de capacidad para pensar e informarse antes de hablar- que conduce a la expresión pública, como acto de fe, de la absoluta ignorancia en materia de drogas. Es interesante hacer notar que, además, lo hacen en situaciones en las que les interesaría permanecer callados, para sostener la duda de si son imbéciles, antes que abrir la boca y resolverla para siempre.

En este caso -para el bingo- vamos a coger a una conocida miembro de un partido político que nació siendo de centro-izquierda (ver su texto fundacional) y acabó siendo el comodín de la derecha: Ciudadanos, y su interesante boquita en esta ocasión, Marta Rivera Cruz. La señora opina que como Seymour Hoffmann murió de sobredosis de heroína , era un estúpido.

Y hace un chiste con el tema. Cuando la gente le indica que la adicción es una enfermedad y no un motivo de chanza, ella contesta irónicamente que “sí, como el cáncer o la esclerosis”. Y remata burlándose de quienes sufren adicción diciendo que “siente que no le produzcan tanta empatía como otros enfermos”. Termina diciendo que hay enfermedades que uno se las busca y que sí, que hay enfermos de primera y de segunda clase, contestando a otra persona que le increpa. La guinda es decir que por ser consumidor de drogas, el fallecido actor, era un imbécil. Asín y después gloria.

Esta tipa, que cuando veáis la foto sabréis quién es y podréis empatizar con mi náusea en este momento que la tengo delante, está en un partido político -el del señor Albert Rivera e Inés Arrimadas- que aspira a tocar moqueta (ya tiene representación y quieren más) y puede acabar influyendo en las leyes, por desgracia si es con esta mentalidad. Y eso nos pone en peligro a todos: tomemos drogas o no, tener un miserable o un ignorante en el poder o legislando, sólo asegura desgracias. Espero que el equipo de formación de Ciudadanos evite que sus miembros dejen claro lo que son, a la primera de cambio: así no podréis ganar, coño.




Y terminamos.

La drogofobia es un mal común en nuestro país. No es mas que la consecuencia de décadas de campañas de desinformación -pagadas con dinero de todos, para más INRI- de mano de la FAD y del PNSD, con la servil anuencia de TODA la prensa (ver integrantes de la FAD y el “pacto de medios” que se hizo hace décadas) que no se molestó en cuestionar, leer e informarse en otras fuentes y ser realmente prensa (independientes y veraces). Las consecuencias las pagamos todos también, cuando por nuestra falta de conocimiento -intencionalmente provocado- nos tenemos que enfrentar a la toma de decisiones sobre las que no tenemos datos reales, sino mentiras y miedos patrocinados por el estado.

Así se generaron estos personajes que aquí os hemos mostrado: nadando en la ignorancia, recurriendo al tópico y a lo que han escuchado, o como Pedro Sánchez cuando dice que las drogas son tan importantes que no hay que hablar de ellas en la campaña electoral y que él "no sabe nada del tema, pero le han dicho que no hay que legalizarlas”: ejemplos del mejor cuñadismo como expresión de país y unidad.

Evitadles, ignoradles, seguid vuestra propia agenda.
No podemos seguir sufriendo la ignorancia de otros, menos cuando nos va la libertad de elección y conciencia en ello.

¿Su drogofobia? Tu risamanía.
Y a pasar todos un buen día. :))



domingo, 1 de septiembre de 2013

Eduardo Hidalgo entrevista a Drogoteca


Esta entrevista es la realizada por Eduardo Hidalgo a un servidor y publicada en la revista Cannabis Magazine en el mes de agosto del 2013.

La cosa dio para mucho más, pero por las limitaciones del espacio esto es lo que se publicó finalmente.

Desde aquí un abrazo a Eduardo. Todo un personaje y buena gente. :)


YONKI CORAZÓN ROSA
HOY
DROGOTECA

Eduardo Hidalgo

Emperador Troll; campeón universal e imbatible de baneos por foro y por minuto; anómico –tanto regala donettes como los levanta, según le dé y le caigas en gracia-; autodidacta de mente privilegiada; cocinillas; Indiana Jones del yonkarreo; friki poliédrico -lee a los Shulgin, los traduce, se cartea con ellos y hasta entiende lo que dicen-; músico y musicólogo; mimosista superdotado para la malaostia y las salidas de tiesto (más que yo, que ya es decir); amigo de sus amigos y… mi colega.

Troléame un pokito y a sako, porfi… estamos en un foro y, por ejemplo, yo digo: «Ayuda, por favor, estoy haciendo una síntesis casera de éxtasis… He conseguido cristalizar un kilo de MDA pero me atasco a la hora de convertirlo en MDMA. No sé, igual es que me falta material… tengo amoniaco, acetona, algodones, pinzas… lo típico».

El que está troleando es quien postea esa pregunta en un foro, pero si por arte de magia entrase a contestarle.... sería algo así:

Te falta algo. Lo tienes casi todo pero te falta algo muy especial. Es una poción mágica que a ciertos irreductibles les hacía invencibles: el cerebro.
Al kilo de MDA hecho cristal, que si está bien hecho debe quedarte con la transparencia de un buen "suaroski" (perdone pero escribo para que me pueda entender), le tienes que meter una M entre la D y la A para que sea MDMA. Lo puedes hacer mediante la herramienta gratuita de grabado láser (ahorra mucho tiempo en el laboratorio).
El amoniaco no nos vale, porque tiene la M muy mal puesta. La acetona no tiene M. Los algodones y las pinzas tampoco tienen M. Así que, para ese paso final a la síntesis casera de MDMA, busca en tu casa algún precursor que puedas hacerlo reaccionar con el kilo de MDA y que comience por M. ¡¡Es así de sencillo!!

Uno que seguro que tendrás será el Mando… ¡¡¡Sí, el Mando de la televisión!!!
Si es de los grandes (tele antigua) mete el kilo de MDA cristalizado en una Termomix con dos mandos grandes -vale el de la tele y el del video VHS- y déjalos reaccionar a 190º en agitación constante (nivel 3 de la batidora) durante 9 horas. Si sólo tienes 1 Mando, sólo puedes convertir medio kilo de cristal de MDA en MDMA o saldrá una mezcla al 50% de los dos compuestos (que también estaría rico) debido a las leyes estequiométricas.
Ya que la reacción es exotérmica, hay que enfriarla rápido para que las M's queden fijadas, así que metemos todo el resultante junto con la Termomix en 56 kilos de hielo. No desenchufes la Termomix al meterla y te saldrá un MDMA más eléctrico.
Esa es la forma más rápida.
Para que el proceso salga sin fallos, debes tener en tu Mano algo que empiece por M también.... por ejemplo, el Manubrio. Sí, tu Manubrio, el que te tocas cada mañana, también en agitación constante nivel 3. No olvides meterlo junto al resultado y a la Termomix en los 56 kilos de hielo.


Comentario de texto: Los yonkis.

Nunca me habían pedido un comentario de texto sobre mí mismo…
Yo soy un yonki. Me gustan las drogas independientemente de su situación legal. Me gusta cambiar mi estado de consciencia, por distintas razones y por distintas vías en distintas ocasiones.

El derecho a la automedicación, incluso contra la opinión del estamento médico o jurídico, es tan sagrado como el derecho a la autoalimentación, a comer lo que uno quiere comer y a rechazar lo que uno no quiera ingerir. Tan sagrado como el poder tomar decisiones -acertadas o no- sobre cuestiones que afectan únicamente a tu persona.


La heroína.

La heroína como sustancia es una droga bastante interesante, y a la que le profeso una enorme gratitud personal.
Como otras sustancias tiene una serie de ventajas y otra de peligros, pero no más que otras como el alcohol o las pastillas para dormir.

Arrastra todavía el estigma -a mi entender bastante injusto- de ser la droga que mataba manadas de jóvenes a los que primero había arrebatado su voluntad y su libre albedrío para convertirlos en esclavos hasta la muerte, y esa es una imagen muy tétrica y poco realista.

¿Hay personas entregadas a la heroína hasta destruirse? Seguro que sí. Como las hay al alcohol, al tabaco o a comer hamburguesas.

Pero eso no las priva de su voluntad, ni de su capacidad de libre albedrío: uno hace algo porque decide hacerlo, acierte o se equivoque.

Creer que uno probó una droga un día y que desde entonces perdió totalmente el control de su vida es una mentira que no ayuda a exigirle a cualquier usuario de drogas que sus actos no interfieran con terceros ajenos. Da igual cómo se llame la droga en cuestión. 

Nadie dijo que aprender fuera fácil, pero no culpemos a las sustancias de nuestras pulsiones y carencias.


La testosterona.

La testosterona es una hormona que tenemos todos (mujeres incluidas) en distintos grados, y que como otras hormonas afecta indefectiblemente a toda una cadena de mensajeros químicos que tienen efectos sobre el estado de ánimo, la percepción ajena y propia, la valoración de hechos... en una frase: en cómo nos sentimos.

Digamos que ayuda a mantener una visión más joven de la vida, en aspectos anímicos y en aspectos de capacidad. Tanto es así que muchas depresiones están en realidad provocadas por desajustes hormonales, pero los médicos necesitan ser guiados en ocasiones o no saben salirse del protocolo. 

La carencia de testosterona en adultos jóvenes es un problema real que está infravalorado, no comprendido o evaluado de una forma anecdótica por la medicina oficial. 

La mujer en ese aspecto tiene mejor atención, ya que al tener una relación frecuente con el ginecólogo éste puede observar niveles demasiado bajos o demasiado altos de tal o cual hormona, cosa que el varón no suele obtener hasta que entra por edad en el rango de los "posibles de cáncer de próstata" y tienen que pasar por el urólogo a que le meta en un dedo en el culo. 

La mujer tiene una menopausia aceptada y paliada con hormonas. Para que un varón consiga eso, puede armarse de paciencia o de dinero para pagar médicos, porque a día de hoy es más complicado conseguir testosterona de forma legal que conseguir morfina de forma legal.


La música.

Para mí, la música tiene un poder (y un peligro) brutal. Tanto que cuando me da con algo (musicalmente) me puedo tirar días sin comer, con oscilaciones brutales en el estado de ánimo (pero sabiendo que son provocadas, y que al acabar de sonar, solo queda algo de resaca). En mi casa, saber que Extremoduro saca un disco significa que durante una semana como poco no voy a responder a las órdenes habituales y a los estímulos normales.... exactamente igual que en un viaje psiquedélico.

De hecho, me parece con diferencia la mejor de las drogas. Es exógena (excepto para los músicos cuando tocamos, que es otro tipo de experiencia muy especial), tiene efectos claros en tu estado de ánimo y percepción, puedes bloquear parte de su efecto a voluntad, y sus efectos secundarios son despreciables.


Shulgin.

Hay tantas cosas de Shulgin que me parecen genialidades, que no sé por donde comenzar ni cuando acabaría… y claro, si empiezo a hablarte de electroposicionamiento en anillos bioequivalentes al benceno dirás que te estoy troleando… 

Si te parece, dejémoslo en que, si algunas sustancias han podido pasar por nuestras bocas –y lo que nos queda- es gracias a este señor, muy especialmente esa que produce un intenso contacto emocional entre personas dentro de un contexto de confianza, ya tú sabeh mi brodel, la MDMA… 

Sólo por eso se merece un monumento.


Las drogas que vienen.

Seguramente, la próxima generación de drogas será la de los péptidos y la de las proteínas artificiales, que son llaves mucho más especificas para las cerraduras de la química humana. 

Las de antes eran drogas comparables a llaves maestras: valen mucho y para muchas cosas pero son poco específicas, son toscas (por decirlo de alguna forma). En la medida en que se vaya comprendiendo más qué parámetros y qué lugares tocar para provocar sutiles modificaciones, iremos teniendo sustancias mucho más específicas y con menos efectos secundarios y/o tóxicos. 

No sé si llegaré a ver alguna vez por la tele alguna noticia diciendo que tal o cual péptido o proteína del mercado negro provoca que te conviertas en zombi caníbal, pero serán péptidos (secuencias más o menos simples de aminoácidos unidos) los que puedan abrir puertas que están cerradas a una bioquímica menos fina. 

Lo que no creo es que podamos experimentar muchos más estados que sean diferentes en esencia y no sólo en matices. El registro de emociones humanas, aunque más grande que el de su léxico, también parece ser limitado a día de hoy.


Tips para hacerle la pirula a tu médico.

Los médicos no son más que personas entrenadas en escoger determinados síntomas que los pacientes les muestran y agruparlos de manera que vean una causa coherente o, al menos, probable. 

Hay ciertas cosas que no se pueden fingir (como un nivel alto de colesterol) y que se ven en un análisis, pero hay otras que no son medibles. Entre las no medibles están el dolor físico, el emocional, y los estados de ánimo.

De éstas, las referencias que el médico obtiene son las que nosotros les proporcionamos con nuestra propia evaluación e historia (lo que le contamos al médico) y por lo tanto, son en un 90% datos que tienen que sacar de nuestro relato oral.

Por eso es fácil ir "guiando" al médico si sabes que grupos de síntomas le tienes que ofrecer para que, como respuesta, el médico te prescriba aquello que quieres conseguir si se basa en datos no medibles mediante prueba o análisis.

Si quieres un estimulante, te deberás mostrar abatido o hiperactivo (por el uso que le dan al metilfenidato); si quieres un ansiolítico, deberás mostrar ansiedad; y si quieres analgesia, pues tendrás que referir dolor. 

Esto no se aprende en un día, ni con un sólo médico, es más bien un arte que se va perfeccionando en contacto con un sistema que te obliga a mentir para conseguir -legalmente- sustancias para tu propio uso.


Cómo hacer amigos en Internet.

Pues tomándotelo como lo que es: un intercambio virtual de opiniones. 

Cuando uno pasa tiempo en Internet acaba por decir lo que piensa, sin tapujos. Y si tienes que decirle a alguien que es un fantasma y un tontolaba, pues se lo dices y te quedas tan ancho. 

Al final lo que tú aportas a la red es la suma de todo lo que has hecho. Y si eres honesto y te muerdes poco la lengua, eso te creará puñados de "enemigos" (por llamarlos de alguna forma) y en ocasiones, algunos "amigos" realmente interesantes.

A mí me han propuesto en varios lugares como el usuario más agradable y amistoso de la zona. Es algo que llevo con mucho orgullo, sobre todo en ciertos foros podridos de ruido e imbéciles. 
A veces da gusto saber que NO eres bien recibido en según qué lugares (como la sede del Partido Nazi, por ejemplo).


Twitter: hacer la revolución comiendo Doritos delante del ordenador.

Twitter ha aportado una nueva forma de hacer las cosas a la hora de comunicar ideas o de debatirlas, como en su momento lo posibilitaron las listas de correo, los blogs, los foros, los chat, o los muros tipo Facebook. No cambia sino el formato.

Lo de hacer revoluciones desde el ordenador no es realista: las redes sociales sirven para comunicarse. Internet es un teléfono. Las redes sociales son sólo SMS's. Y no se hacen revoluciones desde un sillón. 

Twitter y Facebook tienen una relevancia muy relativa. Ahora podemos gritar muchos con palabras similares (y eso será lo que Twitter o Facebook muestren como relevante) pero eso no es hacer en sí mismo nada.

¿Son movilizadores sociales? Bueno, creo que son un cauce social. Lo mismo que se habla ahora en Twitter o Facebook cada día, se charlaba en cualquier canal de IRC hace 20 años....

Creo que es bueno que algunas personas estén, porque les hace disponibles para otros, o al menos les da la posibilidad de conectar con ellos. Pero me parece más interesante el que crea o agrupa algo, pone a disposición una nueva información para otros, y eso se suele hacer en un blog.

Las redes sirven para comunicar y agruparse por intereses, pero si no haces nada, ¿qué cojones aportas a la red?

Por lo demás, creo que usadas como se usan ahora acabarán siendo (ya son) un instrumento de manipulación de opinión de masas en el que -como siempre- el que más recursos tiene, más podrá.


¿Algo más que declarar?

Sí. No pares. No pares nunca de observar, de curiosear, de meterte, de leer, de aprender cosas nuevas, de conocer nuevas personas. Cada día que pasa tienes menos tiempo.
Nunca dejes de preguntarte ni de preguntar cuando necesites entender. No pares.


Por Eduardo Hidalgo en 2013.


viernes, 20 de agosto de 2010

PIHKAL EN CASTELLANO (FRAGMENTO)

Como os habíamos dicho, la traducción de PIHKAL está en un proceso de "afinación" e interpretación a la hora de escoger los términos usados para describir ciertas experiencias, emociones, estados y sensaciones. Pues para ir abriendo boca, los traductores amablemente nos han hecho llegar un fragmento del borrador (bueno, lo envían completo pero sólo con permiso para publicar este fragmento de la introducción).

En este fragmento, Sasha -el Dr.Shulgin- da una pormenorizada argumentación de sus ideas y postulados en lo referente a las drogas, las psiquedélicas y las que no lo son, y hace una breve revisión de lo que subyace tras la semilla de la guerra contra las drogas, y lo que al fin y al cabo no es más que una guerra contra la propia libertad del individuo.




Y por lo demás, sólo queda disfrutar de las palabras, esta vez en castellano, de una de las más sobresalientes mentes de la historia contemporánea.

Esperamos que os guste.

PS: Por cierto, que no se nos olvide deciros a todos que el libro "Cocaína", editado por Amargord y coordinado por el Dr.Jose Carlos Bouso ha salido ya a la venta!! Incluye una interesante parte sobre la extracción de cocaína partiendo de hoja de coca fácilmente adquirible a manos de un viejo cocinero conocido de esta web... Lady Lovelace.
Mis felicitaciones a todos aquellos que lo han hecho posible.

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La filosofía tras la escritura de PIHKAL.

Soy farmacólogo y químico. He pasado la mayor parte de mi vida adulta investigando la acción de las drogas; cómo son descubiertas, qué son, qué hacen, de qué forma pueden ser útiles – o dañinas. Pero mis intereses se encuentran algo alejados de lo que es el grupo de conocimientos mas habituales de la farmacología, en un área que he encontrado mucho más fascinante y agradecida, y es el área de las drogas psiquedélicas.
Los psiquedélicos podrían ser bien definidos como compuestos que no son físicamente adictivos y que temporalmente alteran el estado de nuestra propia consciencia.

La opinión prevaleciente en este país (USA) es que hay drogas que tienen un status legal y que además son relativamente seguras o que tienen riesgos que son aceptables, y que hay otras drogas que son ilegales y que no tienen ningún lugar legitimo en absoluto dentro de nuestra sociedad. Aunque esta opinión es ampliamente sostenida y vigorosamente promocionada, yo creo sinceramente que está equivocada. Es un esfuerzo por pintar las cosas de blanco o de negro, cuando, en este área, como en la mayor parte de las de la vida real, la verdad es de color gris.

Dejenme explicar las razones que sustentan mi creencia.

Toda droga, legal o ilegal, nos otorga algún tipo de recompensa. Todas las drogas presentan algún riesgo. Y todas las drogas pueden ser objeto de abuso.
Finalmente, en mi opinión, corresponde a cada uno de nosotros evaluar los beneficios y los riesgos y decidir cuales son los que pesan más en cada caso.
Los beneficios incluyen un amplio espectro. Incluyen cosas como la curación de una enfermedad, suavizar el dolor físico y emocional, provocar embriaguez, y la relajación. Algunas drogas -esas que son conocidas como psiquedélicos- nos permiten una visión interior mejorada y la expansión de los propios horizontes mentales y emocionales.

Los riesgos son igualmente variados, oscilando entre el daño fisiológico y el colapso psicológico, la dependencia, y la violación de la ley. Tal y como existen diferentes tipos de recompensa para los diferentes individuos, existen también diferentes riesgos. Una persona adulta debe tomar su propia decisión sobre hasta que punto decide exponerse o no al efecto de cada droga en concreto, sea una droga adquirible por prescripción medica o sea una que esta prohibida por la ley, sopesando los potenciales beneficios y problemas con relación a su personal escala de valores. Y es en este punto donde estar bien informado juega un rol indispensable. Mi filosofía al respecto puede ser destilada en cuatro palabras: permanece informado, luego decide.

Personalmente he escogido ciertas drogas que son de suficiente valía para compensar los riesgos que conllevan; otras, considero que no resultan de suficiente valía. Por ejemplo, bebo una moderada cantidad de alcohol, generalmente en forma de vino, y -hasta el momento presente- los análisis de mi función hepática son completamente normales. No fumo tabaco. Era un fumador, de los de alto consumo, y luego lo dejé. No fueron los riesgos para la salud los que me hicieron dejarlo, sino el hecho de que me había convertido en un completo dependiente del tabaco. Eso era, según mi punto de vista, el caso de un precio inaceptablemente alto a pagar.

Cada decisión de ese tipo es asunto mio, basándome en lo que sé sobre dicha droga y lo que sé sobre mi mismo.

Entre las drogas que son a día de hoy ilegales, he decido no usar marihuana, ya que la ligera embriaguez mental y esa benigna alteración de la consciencia, no me compensan lo suficiente frente a una sensación incómoda de estar perdiendo el tiempo.

He probado la heroína. Esta droga, por supuesto, es una de las mayores preocupaciones de nuestra sociedad, a día de hoy. A mi me produce una soñadora tranquilidad, sin matices asperos de molestias, estrés o preocupaciones. Pero al mismo tiempo hay perdida de motivación, de capacidad de respuesta, y de las ganas de hacer cosas. No es ningún miedo a la adicción lo que provoca mi desinterés por la heroína; lo provoca el hecho de que bajo su influencia, nada parece ser suficientemente importante para mi.

También he probado la cocaína. Esta droga, especialmente en su famosa presentación como “crack”, es un asunto popular actualmente. A mi, la cocaína me resulta un agresivo activador, un estimulante que me da una sensación de poder y de estar completo con ello, en la cima del mundo. Pero hay al mismo tiempo la inevitable certeza, subyaciendo, de que eso no es poder realmente y de que realmente no estoy en la cima del mundo, y que, cuando los efectos de la droga hayan pasado, no habré ganado nada con ello. Hay una extraña sensación de estar viviendo un estado que es una mentira. No hay reflexión. No hay aprendizaje alguno. A su propia y distintiva manera, . la cocaína me resulta una droga de escape tanto como la heroína. Con cualquiera de ellas, escapas de lo que eres, o -siendo mas preciso- de lo que no eres. En ambos casos, recibes alivio durante un breve periodo de tiempo del tener que estar  enfrentándote a tus carencias. Francamente yo prefiero encarar mis insatisfacciones en lugar de huir de ellas; de esa forma yo encuentro, finalmente, una satisfacción muchísimo más grande.

Con las drogas psiquedélicas, yo creo que, para mi, los pequeños riesgos (alguna experiencia ocasionalmente difícil, o quizás algo de malestar físico) son más que aceptables dado el potencial que ofrecen para el aprendizaje. Y ese es el motivo por el que yo he elegido explorar este área concreta de la farmacología.

¿Qué quiero decir cuando hablo del potencial para el aprendizaje? Es una posibilidad, no una certeza. Puedo aprender, pero no estoy obligado a hacerlo; puedo obtener nuevos enfoques sobre posibles maneras de mejorar mi calidad de vida, pero sólo con mi propio trabajo y esfuerzo conseguiré los cambios deseados.

Dejenme intentar hacer más obvias algunas de las razones por las que encuentro la experiencia psiquedélica como un tesoro personal.

Estoy totalmente convencido de que existe una enorme cantidad de información incrustada dentro de nosotros, con kilómetros de conocimiento intuitivo que se encuentra cuidadosamente colocado en el material genético de cada una de nuestra células. Algo similar a una biblioteca que contiene una incontable cantidad de tomos de referencia, pero para la que no tenemos una ruta clara de entrada. Y, sin algunas formas para acceder a ella, no hay forma de empezar siquiera a indagar sobre hasta que punto llega y de que clase es la información que se encuentra allí dentro. Las drogas psiquedélicas permiten la exploración de ese mundo interior y las intuiciones sobre su naturaleza.


Nuestra generación es la primera en la historia que ha hecho de la búsqueda del autoconocimiento un delito, si esa búsqueda se realiza con la ayuda de plantas o compuestos químicos para abrir las puertas de la psique. Pero la necesidad de alcanzar el conocimiento está siempre presente, y aumenta su intensidad a medida que uno se va haciendo mayor.

Un día, mirando el rostro de una nieta recién nacida, te descubres a ti mismo pensando que su nacimiento ha creado un tapiz sin costuras en el tiempo ya que fluye desde el ayer hasta el mañana. Te das cuenta de que la vida aparece en diferentes formas y con diferentes identidades, pero que sea lo que sea aquello que le da forma a cada nueva manifestación, no cambia en absoluto.

“¿De dónde viene su exclusiva alma?” te preguntas, “Y, ¿a dónde irá mi única alma? ¿Hay realmente algo más ahí fuera, tras la muerte? ¿Hay algún propósito en todo ello? ¿Hay algún tipo de orden y estructura que haga que todo cobre sentido, o que debería hacerlo, si pudiera llegar a verlos?” Sientes la necesidad de preguntar, de investigar, de usar el poco tiempo que te pueda quedar en la vida para encontrar formas de atar todos esos cabos que quedan sueltos, la necesidad de comprender aquello que exige ser comprendido.

Esta es la búsqueda que ha sido parte del ser humano desde la misma aparición de la conciencia. El conocimiento de su propia mortalidad -conocimiento que le sitúa en un lugar distinto al resto de sus colegas animales- es lo que dota al Ser Humano del derecho, el permiso para explorar su propia alma y espíritu, para descubrir lo que pueda encontrar sobre los componentes de la psique humana.

Cada uno de nosotros, en algún momento de su vida, se sentirá como un desconocido en la tierra extraña de su propia existencia, necesitando respuestas a preguntas que han surgido de la profundidad de su alma y que no se desvanecerán una vez aparecidas.

Tanto las preguntas como las respuesta proceden de la misma fuente: uno mismo.

Esta fuente, parte de nosotros mismos, ha sido llamada de diversas formas a lo largo de la historia, y su nombre más reciente es “lo inconsciente”.
Los Freudianos desconfían de él, mientras que los Jungianos están maravillados con él. Es la parte que hay dentro de ti y que mantiene el control cuando tu mente consciente navega a la deriva, que te da el sentido de lo que debes hacer en una situación de crisis, cuando no hay tiempo disponible para el razonamiento lógico y la toma de decisiones conscientes. Es el lugar donde se encuentran nuestros ángeles y demonios, y todo lo que entre esos dos extremos puede existir.

Esta es una de las razones por las que sostengo que las drogas psiquedélicas son tesoros. Ellas nos pueden facilitar el acceso a las partes de nosotros mismos que contienen respuestas.
Pueden hacerlo, pero como dije antes, no tienen porque hacerlo y no lo harán, a no ser que esa sea la razón por la que estén siendo usadas.

Depende de ti el usar estas herramientas bien y de la forma correcta. Una droga psiquedélica puede ser comparada con la televisión. Puede ser muy reveladora, muy instructiva, y -con una cuidadosa selección de los canales- el medio por el que extraordinarias intuiciones pueden alcanzarse. Pero para mucha gente, las drogas psiquedélicas son una manera más de entretenimiento; nada profundo se esta buscando, por lo que -normalmente- nada profunda será la experiencia obtenida.

El potencial de las drogas psiquedélicas para facilitarnos acceso al universo interior, es, según yo creo, su más valiosa virtud.

Desde los primeros días de su tiempo en la Tierra, el ser humano ha buscado y usado ciertas plantas que han tenido el efecto de alterar la forma en que se interactúa con su mundo y se comunica con sus dioses y consigo mismo. Durante varios miles de años, en toda cultura conocida, ha existido un cierto porcentaje de la población -normalmente un chamán, un curandero o un hombre medicina- que ha usado esta o aquella planta para alcanzar una transformación de su estado de consciencia. Estas personas han usado dicho estado alterado de consciencia para ampliar sus habilidades diagnósticas y para hacer uso de las energías curativas que se encuentran en el mundo de los espíritus. Los lideres tribales (en civilizaciones posteriores, las familias reales) presumiblemente usaron las plantas psicoactivas para aumentar sus intuiciones y sabiduría como gobernantes, o tal vez simplemente para invocar las fuerzas de poderes destructivos y tenerlas como aliados en batallas venideras.

Muchas plantas han sido descubiertas para encajar en ciertas necesidades humanas. El dolor indeseado ha estado con la humanidad desde siempre. Tal y como nosotros hoy tenemos nuestros usuarios de Heroína (o de Fentanilo o de Demerol), durante los siglos pasados el rol de la analgesia ha estado en la planta del opio en el Viejo Mundo y de la datura en el Nuevo Mundo, solanáceas en Europa y el norte de África, como el beleño negro, la belladona, o la mandrágora, por nombrar unas cuantas. Incontables personas han usado esta forma de amortiguar el dolor (tanto físico como psíquico), lo cual implica deslizarse dentro de un mundo de ensueños. Y, aunque estas herramientas han tenido muchísimos usuarios, son una minoría los que aparentemente han abusado de ellas. Históricamente todas las culturas han incorporado estas plantas a su vida diaria, y han obtenido más beneficios que daños provenientes de ellas. Nosotros, en nuestra propia sociedad, hemos aprendido a amortiguar el dolor físico y a rebajar nuestro nivel de ansiedad con el uso médico de drogas que han sido desarrolladas imitando los alcaloides presentes en estas plantas.

La necesidad de encontrar fuentes de energía adicional ha estado con nosotros desde siempre. Y, al igual que nosotros tenemos nuestros usuarios de cafeína y de cocaína, durante siglos las fuentes naturales han sido el mate, el té, y la planta de coca del Nuevo Mundo, la planta de khat de Asia Menor, la nuez del árbol de cola en el norte de África, el kava kava y la nuez de betel del este de Asia, y la efedra en todas las partes del mundo. De nuevo, muchos tipos de personas -el campesino, encorvado bajo un montón de leña, cargando con ella durante horas a través de un sendero montañoso; el médico en tareas de emergencia que lleva dos días sin poder dormir; el soldado bajo fuego enemigo, incapaz de descansar- han buscado el empuje y acicate de la estimulación. Y, como siempre, ha habido unos pocos usuarios que han elegido abusar de este proceso.

Entonces, existe la necesidad de explorar el mundo que se encuentra más allá de los inmediatos límites de nuestros sentidos y nuestra comprensión; esto, también, ha acompañado a la humanidad desde su inicio. Pero en este caso, nuestra sociedad norteamericana no-nativa, no ha aceptado el uso de dichas plantas o compuestos químicos, que abren camino en nuestra capacidad para ver y sentir. Otras civilizaciones, durante cientos de años, han usado el peyote, los hongos que contienen psilocibina, la ayahuasca, cohoba y yagé del Nuevo Mundo, la alharma, el cannabis y el Soma del Viejo Mundo, y la iboga de África, para esta exploración dentro del inconsciente humano. Pero nuestra moderna clase médica, en conjunto, nunca ha aceptado estas herramientas para la auto-observación o para ser usadas en terapia, y por lo general permanecen como inaceptables. A la hora de establecer un equilibrio de poder entre aquellos que nos curan y aquellos que nos gobiernan, se ha llegado al acuerdo de que la posesión y el uso de estas extraordinarias plantas ha de ser un delito. Y que el uso de cualquier compuesto desarrollado en imitación a los que estas plantas poseen, aunque hayan mostrado mayor seguridad y eficacia en su acción, han de ser también constitutivos de delito.

Somos una gran nación con uno de los estándares de vida más alto jamás conocido. Estamos orgullosos de contar con una extraordinaria Constitución que nos protege contra la tiranía que ha hecho trizas a otras naciones más pequeñas. Somos ricos con la herencia de la Ley Inglesa que nos presupone inocentes y nos asegura nuestra intimidad personal. Una de las mayores virtudes de nuestro país ha sido el tradicional respeto al individuo. Todos y cada uno de nosotros somos libres -o al menos así lo habíamos creído desde siempre- de seguir cualquier camino religioso o espiritual que hayamos elegido; libres para investigar, explorar, buscar información y perseguir la verdad donde quiera y como quiera que se haya elegido, siempre que se acepte plena responsabilidad por nuestros actos y sus efectos sobre otros.

¿Cómo es que, entonces, los líderes de nuestra sociedad han tenido a bien intentar eliminar estos más que importantes medios de aprendizaje y de auto-descubrimiento, estos medios que han sido usados, respetados y honrados durante miles de años, en todas y cada una de las culturas de las que tenemos conocimiento? ¿Por qué el peyote, por ejemplo, que ha servido durante siglos como un medio para que una persona pueda abrir su alma a la experiencia de Dios, ha sido clasificado por nuestro gobierno como una sustancia de la Lista I, junto con la cocaína, la heroína y el PCP? ¿Es esta clase de condena legal el resultado de la ignorancia, de la presión ejercida por religiones organizadas, o  del interés creciente de que se fuerce la conformidad en toda la población? Parte de la respuesta puede residir en la creciente tendencia en nuestra cultura  hacia tanto el paternalismo como el provincialismo.

Paternalismo es el nombre que recibe un sistema por el que las autoridades proveen nuestras necesidades, y -a cambio- tienen permitido dictar nuestra conducta, tanto la pública como la privada. El provincialismo es la estrechez de miras, la unificación social mediante un único código ético, la limitación de los intereses y las formas de experiencia a aquellos que se encuentran establecidos como tradicionales.

En cualquier caso, los prejuicios contra el uso de plantas y drogas que producen una apertura en nuestra consciencia tienen su origen en la intolerancia racial y la acumulación de poder político. En el final del siglo XIX, una vez que el ferrocarril intercontinental había sido construido y los trabajadores chinos no eran ya necesarios, fueron progresivamente tratados como infrahumanos e incivilizados; eran amarillos de ojos rasgados, peligrosos alienígenas que frecuentaban fumaderos de opio.

El peyote fue descrito, en varias publicaciones de final del siglo XIX, como causa de asesinato, mutilaciones y locura entre los desfavorecidos Indios Americanos. La Brigada de Asuntos Indianos decidió sancionar el uso del peyote, (la cual confundía, repetidamente dicha planta con el mezcal -Nota del traductor: Género Agave-, o con la judía de mescal -Nota del traductor: Mescal Bean, Género Sophora-, en sus publicaciones), y una de las mayores presiones tras los esfuerzos por sancionar su uso se ve de forma más clara en esta cita parcial de una carta escrita por el Reverendo B.V. Gassaway en 1903 a la Brigada de Asuntos Indianos, “...el Sabbath es el principal día de nuestros servicios religiosos, y si los indios ya vienen borrachos de mescal (peyote) no pueden recibir los beneficios del Evangelio.”

Sólo tras un tremendo esfuerzo y con la valentía por parte de muchas personas se llegó a la decisión de que el uso del peyote como sacramento en la Iglesia Nativa Americana debía continuar siendo permitido. Hay ahora de forma encubierta, como ustedes sabrán, un renovado esfuerzo por parte de nuestro gobierno para conseguir eliminar el uso religioso del peyote de nuestros Nativos Americanos.

En la década de 1930, hubo un esfuerzo por deportar a los obreros mexicanos de los estados sureños con una economía basada en la agricultura, y los prejuicios raciales fueron otra vez deliberadamente promovidos, describiendo a los mexicanos como vagos, sucios, y usuarios de esa cosa peligrosa llamada marihuana. La intolerancia contra las personas afroamericanas en los Estados Unidos fue promovida e instigada mediante cuentos de uso de marihuana y heroína entre los músicos de color. Debería hacerse notar en este punto que dicho uso de drogas nunca fue motivo de atención pública hasta que su nueva música, que llamaban Jazz, comenzó a atraer la atención de los blancos -al principio solamente de los encargados blancos de los clubes nocturnos- y allí comenzó el despertar de la conciencia a la discriminación e injusticias que estaban sufriendo los afroamericanos.

Nosotros, en este país, somos todos dolorosamente conscientes de nuestros pecados pasados en lo concerniente a los derechos de varias minorías, pero somos mucho menos conscientes de la forma en que la opinión pública ha sido manipulada en lo referente a su actitud ante ciertas drogas. Nuevas posiciones de poder político y, eventualmente, miles de nuevos puestos de trabajo, fueron creados partiendo de la base del peligro que suponían para la salud pública y la seguridad ciertas plantas y drogas cuya única función era alterar la percepción, para así abrir el camino de la exploración del inconsciente, y -para muchos- permitir la experiencia directa de lo numinoso.

Los años 60, por supuesto, dieron un poderoso empujón a los psiquedélicos. Estas drogas estaban siendo usadas como parte de una masiva rebelión contra la autoridad del gobierno y lo que se creía que era una guerra inmoral e innecesaria en Vietnam. Al mismo tiempo había demasiadas voces que contaban con autoridad y que clamaban alto y claro sobre la necesidad de una nueva clase de espiritualidad, y que apoyaban el uso de los psiquedélicos para establecer contacto directo con el Dios de cada uno, sin la intervención de un sacerdote, cura o rabino.

Las voces de los psiquiatras, escritores y filósofos, y de muchos pensativos miembros del clero, pidieron que se estudiasen e investigasen los efectos de los psiquedélicos y de todo aquello que pudieran revelar sobre la naturaleza y función de la mente y psique humana. Sus peticiones fueron ignoradas en mitad del clamor contra el flagrante abuso y mal uso de dichas drogas, de lo cual existía en ese momento una más que amplia evidencia. El gobierno y la Iglesia decidieron que los psiquedélicos eran drogas peligrosas para la sociedad, y con la ayuda de la prensa, se dejó claro que ese era el camino para el caos social y el desastre espiritual.

Lo que no se mencionó entonces, por supuesto, era la mas antigua de las normas: “El individuo no se opondrá ni molestará a aquellos que ostentan el poder sin ser castigado por ello.”

He explicado algunas de mis razones para sostener el punto de vista de que las drogas psiquedélicas son tesoros. Hay otras, y muchas de ellas están hiladas dentro de la textura de este cuento. Está, por ejemplo, el efecto que tienen sobre mi percepción de los colores, que es completamente maravilloso. También está la profundización en mi compenetración emocional con otra persona, la cual se puede convertir en una exquisitamente bella experiencia, con un erotismo de intensidad sublime. Disfruto el realce de los sentidos del tacto, olfato y gusto, y los fascinantes cambios en mi percepción del fluir del tiempo.

Considero que he sido bendecido, ya que he experimentado, en cualquier caso de forma breve, la existencia de Dios. He sentido una sagrada unidad con la creación y con el Creador, y -lo que mas valoro de todo ello- he tocado el núcleo de mi propia alma.

Es por estas razones que he dedicado mi vida a este área de investigación. Algún día tal vez pueda comprender como estos simples catalizadores hacen lo que hacen. Mientras tanto, me siento en eterna deuda con ellos.
Y seré para siempre su adalid.
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FIN PRIMER FRAGMENTO