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viernes, 25 de agosto de 2017

OpenBazaar: el mercado totalmente libre e indestructible

Este texto fue publicado en la revista VICE en el año 2015. Es uno de esos textos que iba adelantado a su momento, y que tal vez en aquel año era aún demasiado "geek" para la mayoría. Ahora los mercados on-line que usan criptomonedas, desde Bitcoin a Monero, son algo mucho más común para todos. Y ahí sigue el primer gran mercado 100% descentralizado: OpenBazaar.

Esperamos que os guste.
:)



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Bienvenidos a OpenBazaar: 

el sueño del mercado 
totalmente libre e indestructible.


Recuerdo la primera vez que entré en el primer Silk Road
El original. El del condenado Ross Ulbricht -engañado y manipulado por los agentes de policía que le investigaban, según hemos sabido hace poco- que enfrenta ahora un destino nada envidiable, aunque le sigo reconociendo unas pelotas de acero. Fue el primero en hacer algo, y eso tiene una importancia capital: algunos hombres son una ayuda imprescindible porque su creación abre un paradigma nuevo ante todos.





Pero lo primero que recuerdo -tras la alegría de ver que podía comprar de todo- es que pronto empezaron los problemas con los scammers, los vendedores que caían y desaparecían, los grandes timos, y los hackeos o robos del dinero de los usuarios de ese germen experimental del libre mercado en Internet. 

La implementación de un sistema de escrow, en el que tanto comprador como vendedor se someten a una autoridad (que en este caso era el propio dueño y su staff de trabajadores) que tiene que resolver las disputas, fue la primera novedad: “te he pagado y no me ha llegado la droga...” dice uno; “pues yo sí que te la he enviado...” contesta el otro. Y alguien tiene que pedir pruebas, cotejarlas, y un montón de cosas más porque la reputación -como vendedor en esto de los mercados de drogas en Internet- lo es todo: no se puede dañar así como así. Este sistema de escrow resolvía parcialmente el problema, pero abría otro: la autoridad que controla, posee el dinero -en este caso los Bitcoin- hasta que las dos partes están de acuerdo, o toma una decisión al respecto. Bueno, abre más de un problema: ahora tenemos que controlar el dinero de los pagos, y conseguir que no nos hackeen y nos roben: ya sean ladrones externos o internos.

Empezaron a ocurrir tanto robos como hackeos, pero no sólo en estos mercados de drogas de la darknet, sino en todo el “ecosistema Bitcoin” en el que los exchanges (las casas de cambio que te pasan de tu moneda a Bitcoin y viceversa) eran asaltados o robados por sus propios dueños, como parece ser que ocurrió con el más grande de todos: el gigante (por volumen en Bitcoin) de MtGox

Y SilkRoad no fue una excepción. Además de eso, Dread Pirate Roberts tuvo que lidiar con una policía mafiosa que le extorsionaba y metía mano en la caja llevándose Bitcoin. Uno de los arrestados, agentes del estado, ahora daba consejos fiscales sobre como invertir en Bitcoin. Cosas del sistema.

Algunos mercados de los que nacieron después, como Atlantis, desaparecieron al poco de abrir, y otros muchos desaparecieron -desde la creación del primero- con la caja del dinero de sus usuarios o en las manos de la policía. 

Aunque ahora existe un florido ecosistema de mercados para comprar drogas -e incluso vendedores específicos que anuncian sus productos con publicidad pagada en la red Tor- el problema de que la policía dé contigo (a nivel de mercado, no hablo de los vendedores) y se caiga toda la infraestructura, como ha pasado con los sucesivos golpes que han dado a distintos mercados ya, está sin resolver. 

Si existe un punto central, es golpeable. Esto es así, y podremos proteger mejor el anonimato, dar medidas y contramedidas de seguridad, pero si “existes” te pueden golpear.


Esto no es muy distinto a lo que pasó durante “las guerras del copyright” entre Internet y la industria de la música y el cine. 

Si alguien subía a un servidor una película o el disco del tirinene de turno, se ganaba una demanda por derechos de autor. De ahí se pasó a alojar los servidores en países donde España no tuviera capacidad de hacer nada (y aún se hace para evitar algunos asuntos), pero no bastó: la presión y el dinero compraron las modificaciones legales necesarias para poder joder el asunto. 

Hasta que llegaron los chicos del P2P. ¿Quienes? Pues los primeros que pensaron en sistemas distribuidos como forma de evitar un servidor central. ¿No te suena? Pero seguro que te suenan cosas como Emule o Torrent. Gracias a ese cambio de paradigma, todavía a día de hoy seguimos contando con la posibilidad de bajar música o películas siempre que se compartan sin ánimo de lucro: no es que sean tan buenos que han cedido, es que no podían perseguir a todos a la vez. 

Ésa, y no otra, es la idea que ha venido a sumarse al combo, iniciado por SilkRoad, de la red de anonimización de Tor más el pago con Bitcoin (por sus características). Si a un modelo como el de SilkRoad, con anonimato y un pago que da cierto grado de privacidad... ¿Qué pasaría si le sumamos el potencial de NO tener un servidor central? ¿Qué pasa si hacemos un mercado libre y anónimo con la tecnología del P2P a través de Tor?

¿Qué pasaría si cualquier persona o grupo del mundo pudiera efectuar tratos comerciales con cualquier clase de bienes sin el control ni las regulaciones de los estados en un mercado sin autoridad central?

Bienvenidos a OpenBazaar: 
el sueño del mercado totalmente libre e indestructible.

El proyecto original comenzó en manos del revolucionario programador Amir Taaki y bajo otro nombre -no quiso seguir implicado en su desarrollo cuando inició el proyecto “DarkWallet” con Cody Wilson (el de las pistolas hechas con impresora 3D)- y luego tomado por otro equipo bajo la dirección de Brian Hoffman

No es un proyecto que sea fácil: para empezar cuenta con la oposición frontal de los reguladores -como es lógico- y hay que asegurarse de que no se saca un software con fallos que puedan permitir romper el anonimato de compradores y vendedores, lo cual haría bastante daño a una idea, que en sí, es realmente indestructible. 




El primer anuncio de release de un código -que ya no estuviera a nivel experimental- se hizo para fin del año pasado, y aunque el equipo sigue trabajando y participando en muchos eventos, la cosa se ha ido retrasando, aunque aseguran que está ya bastante cerca pero que el trabajo es descomunal.

¿Todo eso para comprar drogas en Internet? No. 
El mercado de drogas es interesante, y mueve un considerable flujo de dinero. Pero en Internet, es una pequeñez: vende más cocaína un solo “punto” -casas de venta y consumo de cocaína y heroína- en mi ciudad que el mayor vendedor de cocaína vía darknet. 

Los ojos del equipo de Hoffman están centrados en una presa más grande: el comercio mundial, a cualquier volumen, para competir con megaempresas como Alibaba. ¿Por qué no? ¿Acaso los mercados anónimos -por la vía que sean- sólo sirven para comprar y vender drogas? El pastel al que aspira el proyecto OpenBazaar es mucho mayor si esto no va sólo de drogas: inmensamente mayor.

Tanto es así que, sin entrar en un enfrentamiento explícito con los que estamos a favor del libre comercio de drogas entre adultos, el equipo de OpenBazaar se ha mostrado siempre reacio a este campo de trabajo. 

Incluso alguna vez han dicho que “no permitirían que los vendedores de drogas les diseñasen el lugar” lo cual es bueno, porque atendiendo a los resultados de algunos no es nada fiable cómo lo han hecho esos mercados hasta ahora. Eso además tiene un peso específico en USA, donde viven sus programadores, ya que allí el pensar que alguien está desarrollando una herramienta que “puede servir” -entre otras cosas- para vender drogas, les pondría en el ojo del huracán y seguramente en alguna demanda de algún ambicioso fiscal. 

Así que aunque de forma oficial “no quieren saber nada de drogas”, de forma no oficial reconocen que el esquema sirve igual para drogas que para lapiceros y que ellos no van -ni pueden- entrar en lo que allí se venda: no son un servidor central, sólo programadores que liberan un programa. Ellos no cobran comisión de lo que allí se venda; de hecho nadie la cobra porque el mercado es libre de tener una autoridad central.

Es el paradigma del mercado P2P sobre Tor: anónimo, sin cabeza a la que golpear y siendo código abierto (sin trucos que no veamos). Realmente un gran salto evolutivo, que aún no hemos podido probar, pero que tiene que estar al caer en los próximos meses bajo el nombre de OpenBazaar.

No es el único equipo que ha estado trabajando en algo así. Antes de nacer formalmente, ya le salió otro competidor en su área: BitXBay. Los chicos de BitxBay tienen una imagen mucho más agresiva que los otros, como podemos ver en su vídeo teaser de anuncio del proyecto. La cara de Guy Fawkes haciendo una doble peineta expresa una intenciones mucho más claras que las de OpenBazaar, pero si bien el equipo existe y el proyecto también, contamos con mucha menos información del mismo aunque existen partes del código accesibles a cualquiera. 



No podemos estar seguros de si dicho equipo ha abandonado su propia versión de lo que sería un mercado en el que los estados o la policía no pudieran meter la zarpa, o si por el contrario han decidido seguir de una forma mucho más clandestina.

Lo que sí sabemos, es que el paradigma del mercado P2P ya está dando sus primeros pasos, y que dará igual si los primeros en lograrlo será OpenBazaar o BitXBay, o incluso un tercer grupo o programador que nadie conozca, de la misma forma que nadie conoce a Satoshi Nakamoto pero sí a su hijo, el Bitcoin.


Llega el ciber-libre-mercado;
ya nadie podrá evitarlo.

domingo, 10 de abril de 2016

Bitcoin, drogas, blanqueo y el nacimiento de OpenBazaar

Este texto fue publicado en el portal Cannabis.es y ahora que ha sido lanzado OpenBazaar, con un texto en el mismo portal de Cannabis.es y también republicado en Elbitcoin.org (con autorización previa), es un buen momento para fundir ambos en un texto largo, pero que no pierde en esencia la linea argumental.

Esperamos que sea de vuestro agrado.

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Bitcoin, drogas y blanqueo.

Bitcoin, la moneda creada por Satoshi Nakamoto (sea quien sea), y el ecosistema que existe alrededor de dicha creación digital, son grandes generadores de titulares “escandalosos” en la prensa común. En este hecho convergen dos razones distintas para que esto ocurra. 

La primera es que la prensa generalista tiende a “crear opinión” según los intereses de sus editores, y no a educar sobre cada aspecto necesario de entender para poder adquirir una visión amplia del asunto. Ejemplos de este comportamiento lo podemos encontrar cuando “informan” sobre drogas, sobre seguridad informática/hacking, sobre la Deep Web, Tor y la ofuscación de IP para navegación segura, la Darknet y actualmente con énfasis en la encriptación de las comunicaciones móviles. En resumen, lo hacen en todos esos mundos donde hace falta una cierta base técnica para poder entender. La otra razón, es que siempre vende más un titular alarmista que uno explicativo: se hace mucho más caso a una voz que grita “¡¡fuego!!” que a una que grita “¡¡información!!”.

En ese escenario complejo, nos sirven una noticia “modelo” en “El Periódico” que dice: “Detenidas 10 personas en Países Bajos por blanquear hasta 20 millones de Euros en Bitcoins”

Para acompañar el titular, añaden que en la operación se incautaron 15 kilos de material para producir -supuestamente, que la policía nunca fue muy despierta para la química- MDMA. Ya tenemos en una sola noticia un grupo criminal, oscuros movimientos en la red oculta a los inocentes ciudadanos, blanqueo de capitales y producción de drogas, todo ello envuelto en esos trágicos Bitcoin, siempre presentes en los delitos de nuevo cuño. Mis felicitaciones al redactor que preparó la noticia, que no se le escapó nada que pudiera añadir algo más de confusión al puré informativo.



Para empezar, la noticia no pierde comba de vincular al Bitcoin con las drogas. ¡¡Cómo no!!
Y lejos de mí intentar desvincular ambas cosas: el mundo de las drogas -a día de hoy- tiene una opción más segura para sus usuarios gracias a la combinación del Bitcoin como método de pago y a Tor como método de seguridad informática sobre identidad IP. Silk Road fue el germen del paradigma y Ross Ulbricht su mártir, sirviendo dos cadenas perpetuas consecutivas más 35 años en una cárcel en USA. 

Sí, Bitcoin tiene que ver con las drogas (como todas, cariño, como todas.... las monedas).

Pero todavía infinitamente menos que el Dólar, el Euro, la Libra, el Yen, o el Rublo. El mercado de la droga mueve cantidades de dinero inmensas, que a veces generan problemas como dónde esconder una casa llena de billetes grandes sin que se note. Y no, no lo hacen con Bitcoin por varias razones: es una tecnología demasiado nueva para que la conozcan y se fíen, su capacidad de reserva de valor se ve afectada por la volatilidad del precio y.... ES 100% RASTREABLE.

Bitcoin te permite abrir una cuenta (o mil) y operar con la moneda sin que nadie sepa quién eres, pero todo lo que se hace desde cualquier cuenta (entradas/salidas de dinero, y las cuentas implicadas en las transacciones) es público y visible. Cierto es que si no puedes vincular una cuenta con una identidad en el mundo físico, de poco vale que sea visible al 100%. 

Pero claro, si llega a suceder que -por la razón que sea- la policía es capaz de determinar de quién es una cuenta, es también capaz de determinar de dónde le ha entrado y dónde ha enviado dinero. Aquí no existe el secreto bancario en las transacciones: todas son públicas. El secreto existe en la identidad de quienes se transfieren los fondos.


¿Qué problema práctico representa eso para el vendedor de drogas/blanqueador de dinero?

Como pasarela de pago -para las drogas o para la miel de las abejas del Cáucaso- el Bitcoin es imbatible en multitud de aspectos. Pero en el momento en que quieras entrar en el juego el dinero fiat (el dinero emitido por los estados, como las monedas ya mencionadas antes) necesitarás que alguien te cambie esos Bitcoin por otra moneda. Es ahí donde está el punto débil del modelo “Bitcoin para Narcos”, que al final si quieres manejar billetes de uso común deben cambiarse (sobre todo si son grandes cantidades) en una cuenta bancaria. La gente no suele llevar 500.000 euros sueltos para cambiarte unos Bitcoin que tienes a mano. Ese paso se realiza en “exchanges” que son sitios totalmente legales donde uno puede comprar y vender Bitcoin. Nadie allí te preguntará de dónde han salido (como tampoco te preguntan de dónde salió tu dinero cuando inviertes en bolsa) pero te pedirán una cuenta bancaria para depositar el dinero en Euro o Dólar. Es decir, mientras te muevas con Bitcoin, estarías relativamente protegido de la mirada indiscreta de HACIENDA (porque es hacienda y no la policía anti-narcóticos los que detectan estas cosas) pero nada más.

Bueno, sí: una cosa más y realmente importante.

Ni el estado más fuerte, ni el gobierno más ladrón ni el juez más poderoso podrán jamás quitarte tus Bitcoin. Son inembargables, indestructibles y a prueba de estados y autoridades intervencionistas. 

Eso sí es una gran característica a considerar, pero no sólo en el mercado de las drogas ilegales sino en la mente de cualquiera que busque un lugar donde colocar un dinero que nadie pueda tocar. Sin las claves secretas que te permiten hacer uso de tu dinero Bitcoin, no pueden hacer nada contra ello, de la misma forma que si no tienen acceso a tu dinero “en metálico” (billetes de Euro o Dólar) no pueden quitártelos.

Por otra parte, los traspasos de valor que se mueven en el mercado de las drogas, suelen encauzarse por métodos mucho más convencionales, como puede ser el conocido HSBC -el banco del que el informático Hervé Falciani se llevó la lista de “clientes” que acabó en manos del CNI español- que tiene algunas características peculiares: es el banco más grande de Europa y sus fondos provienen del latrocinio que los ingleses cometieron en Asia en las malcontadas “guerras del opio”. Estos hermanitos de la caridad, han admitido públicamente “haber sido poco duros con la cuentas que en su banco tenían narcotraficantes, traficantes de armas y terroristas”. Como dice el refrán, “perro no come carne de perro” y entre ladrones y mafiosos pues no se iban a pisar las mangueras, ¿no?
Cada época tiene su forma de explotación salvaje de una población y recursos, y el que al final tiene la llave de la caja es el que más dinero tiene de la última oleada de saqueos y robos, muchas veces santificados en tratados de paz (con sus intocables botines de guerra).

También llama la atención el monto, no más de 20 millones de euros sería la cantidad blanqueada. Cabe recordar que para la hacienda, blanquear es introducir en cauces legales dinero que proviene de cauces “que no han pagado impuestos ya”. Por ejemplo, si yo cobró parte de mi trabajo en Bitcoin y, sin pagar al estado nada, convierto esos Bitcoin en euros para comprar comida, estaría blanqueando dinero. Por supuesto, sería un blanqueo ridículo. Casi tanto como esos 20 millones, cuando los pones al lado de las cifras que se mueven en el tráfico a gran escala de drogas. O cuando los pones al lado de lo que ha trincado Bárcenas, Granados, los de las “Reformas, Cumpleaños y Bodas” del PP, o las multimillonarias tajadas del famoso 3% catalán que han alimentado las arcas del clan Pujol y que bailan en “miles de millones”. Y ninguno usaba Bitcoin.

Para finalizar, una breve reflexión sobre lo que es blanqueo y control del estado. En una agradable comida que tuve hace unos días con un amigo notario, me explicó cómo el estado no buscaba perseguir el delito de tráfico de drogas como un delito de salud pública, sino como un delito económico. Y lo más chocante que me contó fue que muchos “empresarios ilegales” (pueden ser de drogas y/o de cualquier otra cosa) optaban directamente por la “tajada para el estado”. ¿Cómo va la cosa? Pues simple; yo soy un traficante con mucha mucha pasta, y me pongo a comprarme casas y bienes inmuebles para blanquear (hacer legal) mi dinero, pero eso hace que Hacienda (el gran vigilante) se dé cuenta -entre otras cosas porque los notarios están obligados a informarles- de que manejo mucho dinero que no saben de donde sale. ¿Qué cree el lector que hace “el estado”? ¿Investiga para desarticular la trama de venta de drogas (o de trata de blancas) de ese “empresario”? No. Nada de eso. El estado – siempre con ese brazo llamado Hacienda- le llama al orden y le dice: “tronco, esta pasta es mucha pasta, y nosotros no hemos visto ni un duro de todo esto... ¿lo ves normal?”. Entonces el empresario se siente entre amigos -hablan en mismo lenguaje- y sabe que simplemente es cuestión de dinero, que no es nada personal. 

El empresario llega a un acuerdo con Hacienda, que en el peor de los casos es del 35% del dinero detectado, pero el resto se lo queda y -¡tachán!- ha pasado a convertirse en dinero legal. Y si el dinero era de drogas o de prostitución de menores.... “pues oiga, que investigue la policía que para eso está: nosotros ya hemos hechos nuestro trabajo y tenemos lo nuestro”. 

Triste, pero es así; una vez que tienen su tajada, el criminal (y el crimen) le sale rentable al estado, porque paga y calla ya que la otra opción es no pagar e ir al talego.

¿Y hacen todo esto con el Bitcoin? 
Pues no. Lo hacen con dólares y euros, contratos millonarios, petroleo, deportistas de élite, acciones, grandes bienes inmuebles, arte y joyas... pero no especialmente con Bitcoin. Ciertamente Bitcoin ha supuesto un salto de paradigma en la resistencia generada por los usuarios de drogas frente a la guerra contra las drogas, ya que resuelve una serie de problemas asociados con el pago de forma brillante permitiendo nuevos modelos de mercado. Pero dichas transacciones se limitan, por el momento, a ser meras anécdotas -del tamaño de una gota- en el mar embravecido del comercio de drogas ilegales.

Aunque para todo ese “común de los mortales” que aún no conocen Bitcoin -algo que cambiará radicalmente la economía monetaria arrastrada durante siglos- puede resultar mucho más adoctrinante inducirles la asociación de la idea del Bitcoin con la de delincuencia, blanqueo y drogas.

Sin embargo, al sistema no le viene bien que usted sepa que el grupo financiero que realmente prestaba sus servicios al narco, a los traficantes de armas y a los terroristas, era el honorable HSBC. ¿El castigo por ser los silenciosos banqueros de la peor calaña de asesinos mundiales? Una multa y listo, recordad que esto va de dinero; lo de la ética es tan sólo un espejismo sedante.



OpenBazaar: el sistema de libre mercado online definitivo.

El día de ayer, 4 de abril de 2016, es uno de esos días que casi nadie recordará especialmente. Murieron Manolo Tena y Chus Lampreave y era otro “Lunes de Aguas” en Salamanca -tradición que consistía en salir a recibir (cargados de comida, bebida y dinero) a las prostitutas expulsadas de la ciudad durante la cuaresma, y ahora repetimos gustosamente- pero seguramente no es un día de esos que marcarás en tu calendario. Y sin embargo se estaba escribiendo historia y lo hacia a los ojos de todos: ha nacido -por fin- OpenBazaar, el hijo del nuevo paradigma del 100% libre y anónimo comercio online.

Ha nacido sin hacer mucho ruido, y no tiene a grandes empresas detrás apoyando la idea, por una simple razón: no está hecho pensando en las empresas sino en las personas, que son quienes se beneficiarán de su uso en primer lugar.

¿Qué es OpenBazaar? OpenBazaar es una plataforma P2P de comercio anónimo y descentralizado, internacional y sin barreras. Las únicas barreras -como bien indica el programa al instalártelo- son las de la ley local que te afecte y las que te marque tu propia conciencia, pero no hay que olvidar que vivimos en un mundo donde las leyes y las disposiciones sobre mercado y transacciones, están quedando obsoletas día a día con el desarrollo de la tecnología digital en combinación con el pago mediante criptomonedas, en este caso Bitcoin por ser la más sólida y segura de todas (además de la primera realmente sin autoridad central o emisora).



Quienes tengan idea de la historia de los medios de pago online y de los mercados de bienes ilegales, seguramente conocerán Liberty Reserve o les sonará de algo relacionado. Liberty Reserve era una moneda de tipo digital que había sido creada por un tipo llamado Arthur Budovsky, tras una experiencia previa con otra moneda digital llamada GoldenAge que le llevó a la cárcel. Al casarse con una costarricense y tras salir en libertad condicional, fundó Liberty Reserve en Costa Rica, a la que denominaba “un sistema privado de intercambio abierto al público”. En realidad era un tipo que decidía convertirse en emisor de su propia moneda, para no tener que darle explicaciones a ningún estado. Y por supuesto que tuvo éxito: fue el medio de pago digital de primer uso en los mercados online de drogas.

Eso molestó a los USA, quienes decidieron cerrarle el chiringuito a Arthur, y se lo cerraron haciendo uso de una ley que parece no venir a cuento -pero que sabemos que sirve para todo- como es la “Patriot Act” en el año 2013. Además, como USA es así de rencorosa con los que consiguen puentear sus sistema, emitieron una orden de captura contra el fundador, que fue detenido en Madrid en el año 2013, en el aeropuerto de Madrid-Barajas (ahora Adolfo Suarez, creo) cuando intentaba volver a Costa Rica. Fue encarcelado y extraditado de España sin hacer ruido, y la última vez que supe de él, se estaba declarando culpable ante un tribunal usano de haber colaborado en el blanqueo de 250 millones de dólares: le pinta negro al pobre emprendedor monetario.

El problema de Liberty Reserve -como de GoldenAge- es que detrás de la moneda, existía un emisor que hacía de “banco central” a quien dar caza. Con Bitcoin ese problema quedó totalmente resuelto al ser una moneda sin emisor central ni autoridad jerárquica de ninguna clase.

Algo así le ocurre a OpenBazaar frente a Silk Road (la creación de Ross Ulbricht y conocido mercado germinal de drogas y otros bienes en la darknet). Silk Road, como Silk Road II y otros mercados en la red Tor, fueron cazados -aunque el modelo se repitió hasta ser común hoy- porque tenían una persona detrás, que tomaba las últimas decisiones y un grupo de ayudantes -desde moderadores y traductores a médicos y especialistas en seguridad informática- a los que tenía en nómina para que le manejaran la comunidad online que existía alrededor del mercado. Había alguien a quien cazar, aparte de al vendedor y al comprador (si el esfuerzo y las leyes lo permitían en cada país), detrás del sistema: ¿quién es el dueño de este mercado?

En el caso de OpenBazaar, la respuesta a eso es NADIE. O puede ser tú. O vosotros. O todos.
OpenBazaar nace con la vocación de convertirse en la primera realidad digital de mercado 100% libre y autónomo de la historia, aunque existe un grupo de desarrolladores y personas trabajando para darte ese producto final que es el cliente de OpenBazaar. 

El cliente se trata de un sistema distribuido al modo de los conocidos programas P2P de intercambio de música, con lo que el “castigo penal” por alojar una web de venta un bien fuera de los circuitos regulados por la ley no puede aplicarse sobre nadie en concreto, y ni comprador ni vendedor tienen por qué dejar de ser anónimos: de hecho no ser recomienda.

¿Es esto un mercado para drogas?
No. Decididamente OpenBazaar -al contrario que los mercados tipo Silk Road- no nace con ningún especial interés en los mercados de drogas. 




De hecho, sus desarrolladores se manifestaron algunas veces en contra del asunto, e incluso advirtieron que no iban a dejar a los vendedores de drogas “afinar” el sistema a su gusto y antojo. Pero cuando se les preguntó que cómo lo iban a evitar, la respuesta fue el silencio. En realidad es la expresión de una buena voluntad nada más. ¿Por qué? El proyecto originalmente surgió de las manos de un conocido hacktivista iraní llamado Amir Taaki y su “DarkMarket”, pero fue finalmente abandonado y el código se liberó para que la comunidad pudiera hacer uso de él. Los motivos del abandono de Amir fueron más ideológicos -contra el control del proyecto- que técnicos. Como dejó claro Amir: “No estamos aquí para encajar en el sistema, sino para retarlo”. Y su idea había surgido tras la caída del primer Silk Road, para impedir que pudiera volver a pasar.

La cosa es que pasó a manos de otro equipo, liderado por Brian Hoffman, cuyo origen y base radicaba en USA (el entorno del MIT y las agencias federales), que renombraron el proyecto y le dieron “otro sabor”. Ellos mismos tenían un tono cándido cuando decían que “les gustaría que la gente usase su sistema para vender cosas ilegales, pero no inmorales” y daban como ejemplo “leche sin pasteurizar” o “fuegos artificiales”. Lo cierto es que saben que ellos, con un sistema creado para ser autónomo, no pueden impedir que alguien venda drogas ni ningún otro tipo de bien, y que por lo tanto el paradigma de OpenBazaar -desde ayer por la tarde- es un animal vivo y en libertad del que no sabemos cómo será su desarrollo hasta que lo tengamos delante.

Os recomiendo que -si estáis en este mundillo de las nuevas posibilidades del mundo criptodigital- os bajéis e instaléis el programa. Aún tiene fallos y cuestiones a corregir, pero es el momento de coger vuestro nombre (bien sea como cliente o como vendedor de aros para la nariz) y de empezar a observar qué ocurre en un mercado 100% libre de acceso mundial.

Se puede elegir una instalación en castellano, y no resulta nada complicada (básicamente elegir un nombre y algunas opciones). Al momento de haberlo instalado, ya estaba recibiendo privados de los primeros experimentadores en este nuevo área digital, y también estrenando la función de bloqueo para imbéciles y spammers. Hay un aspecto a señalar que no conviene pasar por alto y al que será bueno que nos vayamos acostumbrando: la figura del moderador en las transacciones.

Si bien para comprar o vender sólo hacen falta dos personas, cuando la compra-venta se efectúa en el plano digital y no en el presencial, puede que el comprador no se fíe (de adelantar su dinero) o el vendedor no se fíe (de adelantar su producto) y para posibilitar los primeros contactos comerciales, se recurra a un mediador de prestigio. El mediador, que puede ser cualquiera que lo desee, es alguien que cobra un porcentaje (en mi caso un 3%, a lo catalán) por supervisar que la venta se produce de acuerdo a determinadas condiciones previamente pactadas y a una serie de puntos a los que se comprometen (o no) ambas partes. El ejercicio de esta mediación bajo normas acordadas y por un tercero imparcial de prestigio (la palabra prestigio adquiere un sentido concreto, como buen “juez de mercado” y persona de fiar, ya que se ponen en manos del mediador el sentido final del dinero que hay en juego. Aunque como casi todo -salvo el pago con Bitcoin- en este mercado es opcional, y no tienes por qué necesitar un mediador si tu vendedor es alguien honesto y tú lo eres como cliente.

Es un nuevo paradigma al que acostumbrarse como nos acostumbramos a Ebay en su día, o a Bitcoin posteriormente, que nos permite destapar -por primera vez- la utopía de un mercado totalmente libre, sin interferencia de ningún estado o autoridad, y verla burbujear desde sus primeros momentos de vida llenándose de clientes y vendedores de todas las partes del mundo.

Ayer ha nacido alguien que seguramente te interesará conocer: OpenBazaar.

jueves, 2 de octubre de 2014

Los mercados de drogas distribuidos o P2P: el nuevo paradigma llega a escena


Estos textos fueron publicados en www.elbitcoin.org
Esperamos que os gusten.

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Drogas y mercados P2P online.



Entre el colectivo no organizado que la gente suele nombrar como 'hackers' se encuentran muchas personas que saben hacer distintas cosas y, sobre todo, que saben cooperar entre ellos para logar unos objetivos predeterminados en cada paso que dan. Fruto de esa cooperación tenemos cosas como el Bitcoin (¿o alguien cree que quien es capaz de crear y desarrollar algo así no son hacker por derecho propio?) o el sistema operativo Linux entre otras muchas que todos conocemos.

Tor, la red TOR que originalmente era el acrónimo de “The Onion Router”, es también un esfuerzo cooperativo de varias mentes -aunque no deja de estar financiando, entre otros, por la marina de USA en varias de sus fases e inicio- pero que ya es algo que ha saltado al uso común entre los usuarios de la red. Común, pero en creciente adopción por la preocupación por el anonimato y por las posibilidades que acceder a Tor le abre a la gente como son los mercados de la Darknet.

Los mercados anónimos ya existen en Tor y crecen a un ritmo casi imposible de seguir. Silk Road, siendo el paradigma del mercado de drogas a día de hoy en internet, fue tirado abajo por el FBI y está funcionando a pleno ritmo: ni robos de hackers ni gobiernos irrespetuosos. Pero en la constante evolución que implica el juego del ratón y el gato el próximo salto -que ya ha alarmado seriamente a los gobiernos- es el uso de mercados P2P en Tor.




Estos mercados distribuidos, en los que no existe un host claro donde se almacena todo lo relativo sino que se encuentra distribuido entre los usuarios de una red P2P, permiten asegurar la resiliencia del mercado ante ataques y sobre todo la extinción de la responsabilidad legal y penal del mercado de drogas o bienes prohibidos.
Esto último lo consigue por una forma colectiva de 'fuerza bruta' en la que para actuar contra dicho mercados es necesario confiscar y analizar todos los ordenadores de todos los participantes en dicho mercado P2P lo que lo hace realmente imposible.

Por si no bastase con eso, muchos administradores de nuevos mercados están empezando a usar BOTNETs -redes de ordenadores pirateados y controlados por un tercero- para alojar sus anuncios sobre drogas o las aplicaciones necesarias para controlar dichos mercados desde un lugar bastante más seguro de lo que las autoridades podrían esperar en su peor pesadilla.

El escenario de indefensión total que crean en gobiernos que siguen empeñados en legislar contra las drogas y sus usuarios es terrorífico: la certificación de la muerte virtual de la guerra contra las drogas. Y están muy asustados.

Los mercados P2P para Tor ya están ahí, algunos como beta, otros en desarrollo y otros que vendrán y mejorarán los fallos que pudiera haber en la estructura de los primeros. El pueblo se organiza de forma cooperativa para burlar la legislación punitiva sobre sus derechos y, si los gobiernos no se dan cuenta y cambian su postura en estos asuntos para facilitar que no sean necesarios los mercados negros, en breve pasos como ese irán desgastando hasta pelar la estructura de un estado que ha olvidado que su función es servir al individuo.



¿Razón de estado vs. razón de mercado? 
El caso OpenBazaar.

El proyecto Darkmarket, del cual hemos hablado aquí como paradigma de los mercados distribuidos o mercados P2P, ha dado un paso más hacia su objetivo de empezar a funcionar hacia finales de este año. Se ha cambiado el nombre: eso lo primero. ¿Tan importante era? Eso parece.



Por una parte tenemos a Brian Hoffman como quien mantiene al proyecto actualmente. Es un chico que ha trabajado últimamente para el Departamento de Defensa de los USA, haciendo código para otros asuntos, y que plasma su opinión en un montón de obviedades -como lo novedoso de un mercado que es Ebay + Torrent + Tor + Bitcoin y sus implicaciones- junto con una perla: “No creemos que OpenBazaar sea una madriguera para las actividades ilegales”. No es su única joyita: “Vamos a animar a la gente a que lo use de forma legal y positiva”.

No quiero entrar en lo que para dicho chaval significa positivo, pero en el término legal creo que es fácil hacerlo: ¿quién necesita un mercado P2P totalmente anónimo y con un método de pago virtualmente anónimo para actividades legales? ¿Ésa es su campaña de marketing? Puede que sí: la moral y la virtud tienen un público agradecido, por lo que les reconfortan en ausencia de un Dios palpable, y les regala los oídos prometiéndoles la pureza a la que aspiran. Pero el chico no es tonto y deja claro que ellos no se meterán en lo que se ofrece -como drogas o armas- sino en el modelo de transacción entre compradores. Dicho de otra forma: no queremos ser ilegales pero sin ese mercado no somos nada, así que tenemos que “vender la moto” de esa forma.

El vídeo de OpenBazaar


Aún así dice que no dejará que los “usuarios con tentaciones de vender drogas, afinen el lugar a su gusto”. A lo mejor no tiene claro del todo lo que sería una descentralización total, en un mercado de internet/darknet sin autoridad alguna, pero con el poderoso músculo de sus “buenas intenciones” como justiciero. Pasemos a la viñeta siguiente, Judge Dredd. 

Por la otra parte está Amir Taaki que, junto con otros desarrolladores ahora implicados en otros proyectos, decidió poner el código de DarkMarket en manos de la comunidad -para evitar que se perdiera por su falta de tiempo- pero consciente de que la idea era “crear un mercado resistente a los ataques de los estados y sus servicios de represión, en donde no exista una cabeza y que para cerrar el mercado haya que capturar a todos los miembros, haciéndolo imposible en términos prácticos”. Dicho de otra forma: la idea era la pera limonera porque equivalía a un “Silk Road” que no puede ser destruido.

Cuando el antiguo equipo al cargo con Amir dejó el proyecto, enfrentó una petición por parte de la comunidad en internet: querían un cambio de nombre. 

El asunto no iba por el lado moral de la cosa, sino más bien por el lado propagandístico y el argumento no tenía suficiente peso. La propuesta de llamarlo “Free Market” defendía la ventaja del nombre a nivel psicológico: el libre mercado. Y a la vez, del impacto que supondría para las autoridades “querer cerrar el libre mercado” como titular. Algo infantil pero divertido: podía haber funcionado.

Amir rechazó la idea argumentando lo siguiente: “La gente necesita dejar de estar asustada y recuperar el poder sobre las palabras que usan para controlarnos. El nombre de Darknet (dark) inspira un montón de ocurrencias y suena guay. Es como cuando nos llamaban piratas como forma de insulto intentando avergonzarnos y llegó el Partido Pirata y dijo 'Sí, somos piratas, y qué pasa?'





Han existido otros partidos surgidos de internet y no llegaron a nada”. 

Vamos, que el pretender darle una apariencia bella a un lugar que cumple una función sin connotación moral (como son los actos de compra/venta de bienes) puede vender y ayudar a conseguir fondos, apoyo y desarrollo, pero aleja totalmente el concepto del proyecto de su esencia original. Y aunque no lo parezca a primera vista -o pretendamos defendernos mediante la negación- también del conjunto de conceptos asociados a Bitcoin, aunque su uso sea vital para la existencia de OpenBazaar.

En este complejo choque de visiones, una guiada por la moral y todavía plegándose en cierta forma a las exigencias del estado y otra atendiendo a las necesidades del libre mercado, me quedo esta última propuesta.

Como dijo Amir: "no estamos aquí para encajar bien en el status quo sino para retarlo".



El nuevo competidor: BitxBay

Hay un chiste muy “español” que se suele contar sobre los vascos -habitantes de Euskadi, una irreductible “aldea gala”- haciendo uso de varios tópicos al caso (como ocurre en estos chiste sobre “los de tal zona” donde se explota una supuesta característica del supuesto grupo). 

Dos amigos, Patxi y Antxón -nombres muy vascos porque tienen X- salen “a setas”. El pueblo vasco es un pueblo micófilo que conoce sus hongos (y los sabe apreciar) de ahí que salir “a setas”, o a recoger setas, sea algo común en Euskadi y no tan común en otras partes del estado. Sigo. La cosa es que durante el paseo por el monte arbolado en busca de los preciados trofeos gastronómicos, uno de ellos dice: “¡Ahí va la hostia, Antxón! ¡Que me acabo de encontrar un Rolex de Oro!”
A lo que el otro contesta: “¡Joder Patxi, mecagondios...! ¿Estamos a Rolex o estamos a setas? ¿Pero a qué cojones estamos?”

De ese chascarrillo, trufado de topicazos en España, nos ha quedado el “¿Estamos a setas o a qué estamos?” como forma de expresar que se está pendiente de otra cosa distinta a lo que realmente importa -aunque el chiste muestre la dureza de mente de quien está obcecado en una misión y no es capaz de darse cuenta ni cuando ha encontrado algo más importante que lo que buscaba en un principio. Aunque no sea el objetivo inicial, sí.

Esta idea del “a qué estamos realmente” me viene a la cabeza por los asuntos relacionados con internet, Bitcoin y la privacidad. Y por una vez, lo hago pensando como si fuera un policía.
Eso sería lo que le preguntaría a mis compañeros -de supuesta buena voluntad- policías como yo: ¿a qué cojones estáis?

Una de las grandes pegas que le escucho poner a la gente sobre herramientas como Tor (podría nombrar otros) es que esos proyectos están financiados o incluso iniciados por autoridades USA o personal de desarrollo militar. Inmediatamente después olvidan decir que son proyectos de código abierto, o explicarlo adecuadamente para que la gente entienda por qué gobiernos como USA han financiado y monitorizado cosas como Tor o la propia Internet, el email o la WWW.

Parece hecho para servir de semilla conspiranoica el situar a semejantes gobierno (¿hay alguno bueno?) en el origen de herramientas libertarias como podrían ser Internet y Tor. Los gobiernos no son precisamente amigos de la libertad de expresión -eso es común a todos- pero no todos los gobiernos combaten la libertad de expresión de la misma forma: mientras unos gobiernos optan (inútilmente a la larga) por intentar evitar que sus ciudadanos se expresen libremente en los medios a su alcance -tipo Rusia censurando o encarcelando bloggers, Cuba o China o Corea Del Norte con similares formas o restricciones- otros países estimulan la producción de “libre expresión” de manera que haya mucha, tanta que pierda su utilidad en muchos casos.



Un ejemplo más sencillo: un abogado defendiendo a un cliente no tiene derecho a esconder una información que le sea requerida y a la que tenga acceso (por ejemplo, los registros de entrada al edificio de la compañía de su cliente en un día determinado) pero lo que sí puede hacer, legalmente, es entregar los datos requeridos tan enterrados y revueltos en otra mucha información que sea materialmente o temporalmente imposible encontrar la info relevante que puede estar buscando la otra parte en litigio. Dicho de otra forma: te doy los datos de acceso al edificio que pides, pero te los doy mezclados con los de los 50 edificios del mismo tipo que tengo en la compañía -no todos informatizados, muchos en papel y fotocopia, mala suerte- y sin ordenar en días ni horas de acceso, junto con otras 300 cajas de documentos de acceso de todo tipo de personal del último semestre. Y tú busca lo que quieras, amigo.

Obviamente el tipo de técnica mafiosa en el que una gran compañía abusa de los recursos a su alcance para enterrar en papel la reclamación de alguien más pequeño, es algo que favorece a las grandes corporaciones -y estados- frente a las pequeñas. Y sin incumplir la ley, lo que es un gran aliciente para optar por esa vía de trabajo, ya que evita repercusiones penales en quienes deciden y protege de esa forma los activos de cualquier institución. De la misma forma lo es para algunos gobiernos por motivos similares, y porque son “los grandes” tecnológicamente.

Resulta mucho más inteligente posicionarse al lado de una herramienta como Tor desde sus inicios y poder ser el que mejor la maneja, mejor la conoce y más interés tiene en ella. Sobre todo sí expresar una libre opinión en tu país no es difícil, se puede hacer de forma “aceptablemente anónima” y que el hecho de que no fuera así no supondría -por norma- una grave sanción para quien cruzase “la linea”. Tu interés como gobierno es conocerlo para saber a qué te enfrentarás antes que nadie -lo que significará que estarás mejor preparado que nadie- y así mismo saber usarlo para tus propios intereses en los entornos en que te beneficia su uso como herramienta. Recordad que Internet era una red militar de comunicación distribuida para evitar el colapso de un ataque nuclear sobre una red lineal.

En este modelo de anonimato promovido por Tor y apoyado notablemente por Bitcoin (no es voluntario, tan sólo sus propias características: Bitcoin carece de moral alguna) surgen nuevas creaciones, consecuencias lógicas de la imparable evolución técnica -como es el proyecto OpenBazaar del que ya hemos hablado alguna vez en elbitcoin.org- y que puede resultar a primera vista ilógico que tengan tanta cercanía a instituciones y organismos estatales USA cuyas normas no amparan todas las posibilidades que inauguran dichas herramientas (como es en este caso la posibilidad de un mercado descentralizado y totalmente anónimo, que puede incluir todo tipo de bienes y servicios prohibidos) sino que claramente apuestan contra semejantes escenarios.



Dentro de la sana competencia ha nacido otro mercado descentralizado que afirma haber realizado la primera venta -en este caso un libro- como prueba de concepto. Su nombre es BitxBay y ha entrado pisando algún que otro callo al promocionarse: ha entrado en escena afirmando que él sí es un mercado descentralizado en el que un administrador no es necesario y no hay riesgo de que un administrador robe tu dinero. A dicha afirmación ha contestado OpenBazaar haciendo retweet (RT) desde su cuenta en Twitter a una persona que les recordaba a BitxBay que OpenBazaar es también 100% descentralizado.

No busco en este texto más que dar la noticia -porque comparar características de “lo que de momento es vaporware” es algo que no pienso hacer- de que hay otro nuevo modelo de jugador en esta ciudad creciente de los mercados anónimos, tanto en uso como en estructura, y que parece que son el futuro inevitable que nos depara la mezcla de las posibilidades de internet con las posibilidades de Bitcoin a la hora de moldear las relaciones comerciales entre humanos: esto sí es globalización positiva que no espera a que los estados decidan qué hacer con nuestras vidas.

¿Qué tiene que ver al final esto con lo de a qué se está, si a setas o a Rolex?
Mientras algunos estados son conscientes del tamaño, repercusión e implicaciones globales de cuestiones como la evolución de la red, Tor, Bitcoin y estos mercados entre otras muchas cuestiones (les gusten o no, aceptan que son el futuro) otros están a otra cosa.
En lugar de intentar comprender mejor que es Tor, prever su evolución y tomar posiciones frente a dicha red y las opciones de futuro que nos depara, Rusia sigue empeñada en dar ejemplo de represión, como en otros países de espectro o restos de bagaje comunista donde se reprime la libre expresión en lugar de estimularla, aunque sea como forma de combatirla masivamente.

Esto no debe sorprender a nadie. Lo que sí es una sorpresa es lo que Rusia valora lo que tiene entre manos. Rusia ha salido “a setas” y no acaba de ver que está tratando con “un Rolex”. Rusia ha salido a reprimir con la porra, la delación y la recompensa al chivato mientras otros gobiernos están aprendiendo y tomando posición en ese nuevo panorama.

Rusia quiere hackear Tor. Muchos dirán que Tor ya está hackeado, que Tor no es seguro, que Tor es de USA y todo eso. Vale. Pues Rusia no se ha enterado y quiere hackearlo. Seguramente USA también querría si no tuviera tan claro que no es posible o al menos, económicamente viable en el coste de recursos para que resulte una empresa fiable.

Lo cachondo es la recompensa que ofrece Rusia por semejante hazaña: 4 millones de rublos o, lo que es lo mismo 100.000 míseros dólares.

No es que 100K dólares me parezcan poco. No soy avaricioso, pero quiero más.
100k dólares es una broma de mal gusto o un honeypot para cazar imbéciles que no son hackers sino fantasmas de la red.

Nadie que tenga la más remota idea de lo que es Tor -y de lo que significa- pensaría que alguien con la capacidad -primero mental y luego técnica- como para hackearlo y desencriptar su sistema de comunicaciones iba a venderlo por 100K dólares, cuando seguramente cualquier mercado ilegal que se apoye en Tor para su existencia, pagaría 10 o 100 veces más sólo por ocultar el secreto.
Y otros hackers lo venderían a distintos países por 1000 o 10.000 veces esa ridícula cantidad.
Puede que usando BitXBay u OpenBazaar para hacer el intercambio... ¿Quién sabe?


Mucho más interesante el vídeo de BitxBay 
que el de su competencia.
Dedicado a la policía 
y lo útiles que van a resultar.




Amigos de la policía y las fuerzas de seguridad y represión de los estados: ¿estáis a setas o a Rolex? ¿A qué cojones estáis? ;)