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viernes, 25 de agosto de 2017

OpenBazaar: el mercado totalmente libre e indestructible

Este texto fue publicado en la revista VICE en el año 2015. Es uno de esos textos que iba adelantado a su momento, y que tal vez en aquel año era aún demasiado "geek" para la mayoría. Ahora los mercados on-line que usan criptomonedas, desde Bitcoin a Monero, son algo mucho más común para todos. Y ahí sigue el primer gran mercado 100% descentralizado: OpenBazaar.

Esperamos que os guste.
:)



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Bienvenidos a OpenBazaar: 

el sueño del mercado 
totalmente libre e indestructible.


Recuerdo la primera vez que entré en el primer Silk Road
El original. El del condenado Ross Ulbricht -engañado y manipulado por los agentes de policía que le investigaban, según hemos sabido hace poco- que enfrenta ahora un destino nada envidiable, aunque le sigo reconociendo unas pelotas de acero. Fue el primero en hacer algo, y eso tiene una importancia capital: algunos hombres son una ayuda imprescindible porque su creación abre un paradigma nuevo ante todos.





Pero lo primero que recuerdo -tras la alegría de ver que podía comprar de todo- es que pronto empezaron los problemas con los scammers, los vendedores que caían y desaparecían, los grandes timos, y los hackeos o robos del dinero de los usuarios de ese germen experimental del libre mercado en Internet. 

La implementación de un sistema de escrow, en el que tanto comprador como vendedor se someten a una autoridad (que en este caso era el propio dueño y su staff de trabajadores) que tiene que resolver las disputas, fue la primera novedad: “te he pagado y no me ha llegado la droga...” dice uno; “pues yo sí que te la he enviado...” contesta el otro. Y alguien tiene que pedir pruebas, cotejarlas, y un montón de cosas más porque la reputación -como vendedor en esto de los mercados de drogas en Internet- lo es todo: no se puede dañar así como así. Este sistema de escrow resolvía parcialmente el problema, pero abría otro: la autoridad que controla, posee el dinero -en este caso los Bitcoin- hasta que las dos partes están de acuerdo, o toma una decisión al respecto. Bueno, abre más de un problema: ahora tenemos que controlar el dinero de los pagos, y conseguir que no nos hackeen y nos roben: ya sean ladrones externos o internos.

Empezaron a ocurrir tanto robos como hackeos, pero no sólo en estos mercados de drogas de la darknet, sino en todo el “ecosistema Bitcoin” en el que los exchanges (las casas de cambio que te pasan de tu moneda a Bitcoin y viceversa) eran asaltados o robados por sus propios dueños, como parece ser que ocurrió con el más grande de todos: el gigante (por volumen en Bitcoin) de MtGox

Y SilkRoad no fue una excepción. Además de eso, Dread Pirate Roberts tuvo que lidiar con una policía mafiosa que le extorsionaba y metía mano en la caja llevándose Bitcoin. Uno de los arrestados, agentes del estado, ahora daba consejos fiscales sobre como invertir en Bitcoin. Cosas del sistema.

Algunos mercados de los que nacieron después, como Atlantis, desaparecieron al poco de abrir, y otros muchos desaparecieron -desde la creación del primero- con la caja del dinero de sus usuarios o en las manos de la policía. 

Aunque ahora existe un florido ecosistema de mercados para comprar drogas -e incluso vendedores específicos que anuncian sus productos con publicidad pagada en la red Tor- el problema de que la policía dé contigo (a nivel de mercado, no hablo de los vendedores) y se caiga toda la infraestructura, como ha pasado con los sucesivos golpes que han dado a distintos mercados ya, está sin resolver. 

Si existe un punto central, es golpeable. Esto es así, y podremos proteger mejor el anonimato, dar medidas y contramedidas de seguridad, pero si “existes” te pueden golpear.


Esto no es muy distinto a lo que pasó durante “las guerras del copyright” entre Internet y la industria de la música y el cine. 

Si alguien subía a un servidor una película o el disco del tirinene de turno, se ganaba una demanda por derechos de autor. De ahí se pasó a alojar los servidores en países donde España no tuviera capacidad de hacer nada (y aún se hace para evitar algunos asuntos), pero no bastó: la presión y el dinero compraron las modificaciones legales necesarias para poder joder el asunto. 

Hasta que llegaron los chicos del P2P. ¿Quienes? Pues los primeros que pensaron en sistemas distribuidos como forma de evitar un servidor central. ¿No te suena? Pero seguro que te suenan cosas como Emule o Torrent. Gracias a ese cambio de paradigma, todavía a día de hoy seguimos contando con la posibilidad de bajar música o películas siempre que se compartan sin ánimo de lucro: no es que sean tan buenos que han cedido, es que no podían perseguir a todos a la vez. 

Ésa, y no otra, es la idea que ha venido a sumarse al combo, iniciado por SilkRoad, de la red de anonimización de Tor más el pago con Bitcoin (por sus características). Si a un modelo como el de SilkRoad, con anonimato y un pago que da cierto grado de privacidad... ¿Qué pasaría si le sumamos el potencial de NO tener un servidor central? ¿Qué pasa si hacemos un mercado libre y anónimo con la tecnología del P2P a través de Tor?

¿Qué pasaría si cualquier persona o grupo del mundo pudiera efectuar tratos comerciales con cualquier clase de bienes sin el control ni las regulaciones de los estados en un mercado sin autoridad central?

Bienvenidos a OpenBazaar: 
el sueño del mercado totalmente libre e indestructible.

El proyecto original comenzó en manos del revolucionario programador Amir Taaki y bajo otro nombre -no quiso seguir implicado en su desarrollo cuando inició el proyecto “DarkWallet” con Cody Wilson (el de las pistolas hechas con impresora 3D)- y luego tomado por otro equipo bajo la dirección de Brian Hoffman

No es un proyecto que sea fácil: para empezar cuenta con la oposición frontal de los reguladores -como es lógico- y hay que asegurarse de que no se saca un software con fallos que puedan permitir romper el anonimato de compradores y vendedores, lo cual haría bastante daño a una idea, que en sí, es realmente indestructible. 




El primer anuncio de release de un código -que ya no estuviera a nivel experimental- se hizo para fin del año pasado, y aunque el equipo sigue trabajando y participando en muchos eventos, la cosa se ha ido retrasando, aunque aseguran que está ya bastante cerca pero que el trabajo es descomunal.

¿Todo eso para comprar drogas en Internet? No. 
El mercado de drogas es interesante, y mueve un considerable flujo de dinero. Pero en Internet, es una pequeñez: vende más cocaína un solo “punto” -casas de venta y consumo de cocaína y heroína- en mi ciudad que el mayor vendedor de cocaína vía darknet. 

Los ojos del equipo de Hoffman están centrados en una presa más grande: el comercio mundial, a cualquier volumen, para competir con megaempresas como Alibaba. ¿Por qué no? ¿Acaso los mercados anónimos -por la vía que sean- sólo sirven para comprar y vender drogas? El pastel al que aspira el proyecto OpenBazaar es mucho mayor si esto no va sólo de drogas: inmensamente mayor.

Tanto es así que, sin entrar en un enfrentamiento explícito con los que estamos a favor del libre comercio de drogas entre adultos, el equipo de OpenBazaar se ha mostrado siempre reacio a este campo de trabajo. 

Incluso alguna vez han dicho que “no permitirían que los vendedores de drogas les diseñasen el lugar” lo cual es bueno, porque atendiendo a los resultados de algunos no es nada fiable cómo lo han hecho esos mercados hasta ahora. Eso además tiene un peso específico en USA, donde viven sus programadores, ya que allí el pensar que alguien está desarrollando una herramienta que “puede servir” -entre otras cosas- para vender drogas, les pondría en el ojo del huracán y seguramente en alguna demanda de algún ambicioso fiscal. 

Así que aunque de forma oficial “no quieren saber nada de drogas”, de forma no oficial reconocen que el esquema sirve igual para drogas que para lapiceros y que ellos no van -ni pueden- entrar en lo que allí se venda: no son un servidor central, sólo programadores que liberan un programa. Ellos no cobran comisión de lo que allí se venda; de hecho nadie la cobra porque el mercado es libre de tener una autoridad central.

Es el paradigma del mercado P2P sobre Tor: anónimo, sin cabeza a la que golpear y siendo código abierto (sin trucos que no veamos). Realmente un gran salto evolutivo, que aún no hemos podido probar, pero que tiene que estar al caer en los próximos meses bajo el nombre de OpenBazaar.

No es el único equipo que ha estado trabajando en algo así. Antes de nacer formalmente, ya le salió otro competidor en su área: BitXBay. Los chicos de BitxBay tienen una imagen mucho más agresiva que los otros, como podemos ver en su vídeo teaser de anuncio del proyecto. La cara de Guy Fawkes haciendo una doble peineta expresa una intenciones mucho más claras que las de OpenBazaar, pero si bien el equipo existe y el proyecto también, contamos con mucha menos información del mismo aunque existen partes del código accesibles a cualquiera. 



No podemos estar seguros de si dicho equipo ha abandonado su propia versión de lo que sería un mercado en el que los estados o la policía no pudieran meter la zarpa, o si por el contrario han decidido seguir de una forma mucho más clandestina.

Lo que sí sabemos, es que el paradigma del mercado P2P ya está dando sus primeros pasos, y que dará igual si los primeros en lograrlo será OpenBazaar o BitXBay, o incluso un tercer grupo o programador que nadie conozca, de la misma forma que nadie conoce a Satoshi Nakamoto pero sí a su hijo, el Bitcoin.


Llega el ciber-libre-mercado;
ya nadie podrá evitarlo.

jueves, 16 de enero de 2014

Desde la Deep Web



Este texto fue publicado en el mes de Diciembre de 2013 en la Revista Yerba.
Lo he dejado tal y como fue escrito en octubre del 2013, y en la parte final del texto se citan algunos mercados de drogas online que puede ser que ya no existan cuando leas esto (la muerte y nacimiento de nuevos mercados de drogas en internet va muy rápida) pero que no modificamos por razones históricas.

Esperamos que os guste. :)





Desde la DEEP WEB.


Internet hoy forma parte de nuestras vidas: lo usamos en redes sociales, comunicaciones por email o servicios de mensajería, compramos en la red, nos informamos, nos documentamos y hasta nos agrupamos por intereses similares. Tiene un nuevo peso específico en nuestra actividad como seres humanos.

De alguna forma, Internet es casi un apéndice más de los habitantes del planeta, en los llamados países civilizados, que les ayuda a vivir en una conexión instantánea, impensable hace medio siglo, con personas y grupos que pueden estar en cualquier parte del planeta, y acceder a servicios que de otra forma sería imposible.

Todo esto está a nuestro alcance cuando queremos encontrarlo usando buscadores como Google, que son los que se encargan de indexar la información que sus robots recogen de la red. Pero no toda la información es recogida por los buscadores, ya que mucha pertenece a lugares de acceso restringido, se genera de forma dinámica a través de peticiones correctamente hechas a los servidores adecuados, o se mantiene con métodos que no permiten la indexación de su contenido por parte de los buscadores.

La “Deep Web” o web invisible, fue el término elegido por Michael K. Bergman, un empresario e investigador en nuevas tecnologías, para contraponerlo a la “Surface Web” o web visible y navegable mediante conexiones y buscadores comunes en un estupendo estudio en el que analizó el comportamiento de Internet. Eso fue hace más de 10 años, y ya por aquellas fechas quedaba patente que lo que no podíamos ver de Internet en los buscadores era de 400 a 550 veces más grande que la información que sí era recogida por los buscadores.



En su visionario trabajo, Bergman desgranaba más y más datos sobre ese mundo que los buscadores no podían mostrar, como que la información en la “Deep Web” era entre 1000 y 2000 veces de mejor calidad, más específica y detallada, normalmente agrupada por temas de interés, y sobre todo que el 95% de ella era de libre acceso público y sin pago o restricción.

Los intereses de Bergman en su estudio se centraban en las tendencias y evolución previsible de Internet y sus mercados asociados. Poco o nada imaginaba que el término que él acuñó, pasaría a ser mucho más de lo que él quiso incluir en ese concepto en agosto del año 2001.



¿Qué es la Deep Web ahora en 2013?


A la Deep Web actualmente los medios la presentan como una parte inaccesible de Internet mediante la navegación web convencional y mediante protocolos de comunicación habituales, que son los que utilizamos al usar cualquier navegador con una conexión común. Esto no es cierto: al echar un vistazo al estudio de Bergman, vemos que los dos lugares que -con gran diferencia- más cantidad de información contenían pero no era visible al buscar -debido a cuestiones de indexación simplemente- pertenecían a la NASA y la NOAA que eran dos agencias del gobierno de los USA, y cuyos datos eran teóricamente accesibles pero su ausencia de indexación los hacía invisibles.

Toda esa información, más otras cantidades -exponencialmente incrementadas- generadas en estos 12 últimos años, forma parte de la Deep Web ya que sigue siendo “invisible” para cualquiera que no la conozca con su vía de acceso previamente.

Sin salirnos de la Internet que prácticamente cualquiera sabe manejar hoy día, también hemos tenido y tenemos como parte de la Deep Web lugares de acceso restringido. Algunos por razones de pago o comerciales, y otros por otras razones de privacidad, tanto si se trataba de actividades legales, por ejemplo el sexo consentido entre adultos, como ilegales: la venta o compra de drogas prohibidas. 

Existen foros con distintos grados de privacidad donde, mediante referencias de otras personas, puedes acceder y comprar, vender o intercambiar drogas. Los hay en inglés y los ha habido en castellano, como en casi todos los idiomas: los usuarios de un lugar con intereses similares se agrupaban para facilitarse sus prácticas, compras e información relevante.

Aparte de todo lo mencionado anteriormente, hoy día existen otras zonas con contenidos totalmente inaccesibles mediante un navegador común y una conexión normal a Internet: la Dark Internet o Internet Oscura. En este caso ya no hablamos de páginas o datos que están almacenados sin posibilidad de usarse por no tener un acceso coherente a ellos -como ocurría inicialmente con la mayor parte de la Deep Web- sino de auténticos servidores de información que funcionan con protocolos informáticos no usados habitualmente y totalmente invisibles para los buscadores convencionales de la red. 

Esta zona oscura de la Internet es lo que actualmente los medios, en general por motivos de sensacionalismo o ignorancia, consideran la Deep Web, aunque en realidad es sólo una pequeña fracción de todo lo que abarca.




¿Cómo se accede entonces a esa Deep Web?


La red TOR tiene la clave para poder penetrar en una buena parte de esa Deep Web.




TOR era un acrónimo para “The Onion Router” que surgió siendo un protocolo de ofuscación de identidad: una forma de no revelar qué ordenador pedía qué información mediante un sistema de capas que “enterraba” la IP que hacía la petición original. TOR fue creciendo hasta ser la “TOR Network” o “Red TOR” a partir del año 2004 al ganar popularidad, convirtiéndose en lo que es hoy, pero es interesante recordar que nació siendo un proyecto pagado por la Marina de los USA y financiado por varias agencias del gobierno de dicho país. TOR es también creación de los militares, como lo fue Internet.




Para usar la red TOR hace unos años era necesario contar con ciertos conocimientos informáticos más avanzados que los que la media de las personas podían tener, pero esto dejó de ser así hace tiempo: es tan simple como usar un navegador TOR. Basta con buscar en Google las palabras TOR BROWSER y verás una página que te ofrece descargar el navegador adecuado. Se baja e instala como cualquier otro, y el propio navegador se conecta pulsando un botón a la red TOR, permitiéndote navegar dentro de un nuevo mundo de direcciones y contenidos que no están en los buscadores.

La oferta obvia de la red TOR es una cierta garantía -no total- de privacidad por su sistema de enrutamiento. Existen buscadores e incluso algunas páginas de estilo “wiki” que informan de foros o páginas en TOR, o de lo contrario resultaría muy complicado moverse totalmente a ciegas. Lo que tienen todas las web allí en común es que su extensión no será .com o .net ni cualquier extensión del DNS habitual sino una serie de caracteres acabados en la extensión “.onion” en alusión a la red usada. Estas direcciones se pueden encontrar en buscadores desde la web común, pero no se puede acceder a dichas páginas sino desde la red TOR.




¿Qué podemos encontrar en la red TOR?


Internet es a día de hoy una especie de cerebro global, intercomunicando pensamientos y personas a velocidad cuasi-neuronal, que está provocando cambios globales a la hora de entender las relaciones humanas y, entre ellas, el comercio que para muchos es “una forma civilizada de hacer la guerra”. Mientras la web común contiene todo lo que dejamos que quede registrado en esa memoria que son los buscadores, la red TOR sería algo semejante a la parte oculta de nuestros pensamientos y acciones, lo que queremos mantener en mayor secreto. Y como las redes informáticas no son más que herramientas que los humanos usamos, en TOR podremos encontrar de todo lo que los seres humanos, por unas u otras razones, no quieren exponer en público o sólo lo quieren mostrar a un publico muy limitado y seleccionado.

¿Entramos ya en el terreno ilegal sin saberlo? Estamos aproximándonos, pero de momento todo es totalmente legal. Navegar por TOR no es delito. El delito es lo que se haga en dicha red, exactamente igual que en la web común, pero con el anonimato que permite TOR y eso convierte el lugar en un estupendo caldo de cultivo para todas aquellas actividades que son ilegales como vender drogas, pero también para otras en las que sus participantes quieren mantener un grado extra de anonimato, como podría ser el gusto por vestirse con bridas de caballo y ser azotado por otras personas, y que no tienen nada de ilegal en sí mismas.

Se ha dicho que en esa “Deep Web” de la que hablan tan escandalosamente los medios se pueden comprar armas, y así es. También en la web común uno encuentra cómo comprar armas si se lo propone. 






Se ha dicho que existían lugares donde encargar ejecuciones y asesinatos, y aunque así lo ofrecían algunas personas la realidad es que el lugar donde eso ocurría ha reconocido que la mayor parte de dichos anuncios eran timos o gente desesperada y nunca profesionales, como ocurre también en la web común con gente que se ofrece para ese tipo de crímenes. Y según el FBI, la búsqueda de un asesino a sueldo por parte del dueño de Silk Road, el famoso Dread Pirate Roberts, ha sido una de las oscuras razones de su captura.

Se ha dicho que existen mercados de drogas en los que puedes comprar cualquier sustancia que puedas imaginar sin moverte del sillón de tu casa y sin dejar rastro en el pago. Eso sí es cierto.
También que a esos mercados de drogas no necesitas ser invitado, sino que puedes acceder directamente y sin que nadie más lo sepa. Totalmente cierto.



Los requisitos son una simple dirección postal donde recibir el producto, y el pago mediante Bitcoin -o en algunos casos también es posible con Litecoins- que son criptomonedas virtuales muy difíciles de rastrear y de determinar las transacciones que se realizan entre sus poseedores, ya que no existe un banco central, un gobierno o una institución controlando el uso y evolución de dichas nuevas monedas. A día de hoy, un Bitcoin tiene un valor aproximado de 700 euros (Actualizado a 15 de Enero de 2014), cuando hace un año no llegaba a 10 euros.

Existen en esa zona de la web varios mercados de este tipo, aparte del famoso Silk Road que ha dejado de funcionar tras la captura -supuestamente- del gestor y dueño, y la incautación de un par de millones de dólares en Bitcoins en las cuentas de los usuarios (compradores y vendedores). No sólo existían Atlantis o Silk Road, hay muchos más que esperan su turno para brotar, casi de la misma forma que una red de tráfico sustituye a otra cuando es desarticulada. 

Entre los que se encuentran cuando este texto se escribe aún activos están Black Market Reloaded o Sheep Marketplace, que en estos momentos están recogiendo el mercado que ha quedado desabastecido por el cierre de los otros lugares. Y para encontrar estos “nuevos” lugares basta con buscar sus direcciones en Google a través de la red normal: no podremos acceder a ellos desde la red común, pero sí encontrar la forma de llegar en foros y páginas donde se publicitan las direcciones y, hasta hace poco, también los productos.



¿Qué hace entonces la policía de los distintos países ante este fenómeno mundial?


La policía en sus distintas formas y países hacen lo que buenamente pueden, pero reconocen que son mercados realmente difíciles de atacar: apenas unos días después de haber cerrado Silk Road en una macro-operación, que tiene más de película que de realidad, su vacío ya está siendo llenado por otros nuevos competidores.

Hace pocos meses el FBI -presumiblemente- usando un fallo de configuración por defecto del navegador más común usado en dicha red, el TOR Browser, que mantenía activa la ejecución de javascript, se aprovechó para localizar a un montón de personas que usaban dicha red y pasaban por donde ellos habían dejado un código malicioso que enviaba tu identidad a la policía.

Como pasear por TOR no es delito alguno, sólo pudieron usarlo para localizar físicamente a una persona que tenía la propiedad y el control del mayor servicio de hosting para webs de todo tipo en la red TOR, acusándole de tener alojada pornografía infantil en las páginas de algunos de sus usuarios (cosa probablemente cierta) y a la vez dejando fuera de juego a TORMAIL, que era el principal servicio de email dentro de TOR y que se usaba para todo tipo de transacciones y comunicaciones.


Las autoridades son conscientes de que la combinación de TOR (u otras formas más complejas de comunicación no convencional a través de las redes) junto con medios de pago como Bitcoin o Litecoin, son una combinación casi intocable y realmente difícil de vencer. Acostumbrados a un mundo donde todas nuestras transacciones económicas quedan registradas (bancos, servicios postales y envíos de dinero a través de empresas tipo Western Union) y donde nuestros pasos en la red podían ser espiados impunemente, estos nuevos modelos son un dolor de cabeza permanente.





Los responsables de atacar estos lugares, reconocen que no pueden hacer mucho: los recursos para poder atrapar y acusar con suficientes pruebas a un vendedor o al dueño de un mercado adolecen de proporción y eso juega a favor de los vendedores. Para la detención de Dread Pirate Roberts han hecho falta más de 100 agentes en USA infiltrándose en dichos mercados, y haciendo compras a los vendedores para poder llegar a algunos de ellos y a la cabeza del mercado.

Todo para atrapar a un chico de 29 años con mucho ingenio, dinero, algunas drogas, y ni un sólo arma. ¿Mereció la pena viendo los resultados? Permítanme dudarlo.




¿Cuáles son esos mercados accesibles para cualquiera y qué venden?


Hasta hace muy poco, había 3 grandes sitios dentro de red TOR que funcionaban como mercados de drogas (entre otras cosas). Eran Silk Road, Black Market Reloaded y Atlantis, y este último sitio se había lanzado hacía unos meses a una campaña publicitaria desde YouTube de aspecto profesional para promocionarse en toda la web conocida, en la que explicaban la facilidad como la que un supuesto fumador de cannabis se había mudado de ciudad y no conocía a ningún vendedor de confianza, y tampoco quería ir a comprar al mercado negro en la calle, conseguía sin moverse de casa unos estupendos cogollos de marihuana que le colocaban hasta dejarle “contento y relajado como un puto gatito”.

Pero Atlantis dejó de existir hace meses: un buen día sus administradores decidieron que, por motivos de seguridad no revelados, preferían cerrar el lugar a pesar de presumir en ser unos de los más seguros en varios aspectos.
El dinero que había en sus cuentas, no se sabe muy bien qué pasó con él, aunque anunciaron que los clientes tendrían una semana para retirarlo, no fue así para todos. Algunos hablan de un timo masivo, pero por otra parte las estimaciones de lo que podía haber según el volumen de compra y los usuarios no superaban los 5000 euros, lo cual obviamente no compensa en el riesgo de haber estado administrando un mercado de drogas ilegales, que realmente da muchos más beneficios funcionando como tal que robando “las moneditas que hay en la caja”.

Tras el cierre misterioso de Atlantis sin que se detuviera a ninguna persona, semanas después cayó Silk Road en manos del FBI, que era el premio gordo de los mercados ilegales online.



Ahora mismo (Octubre de 2013) quedan funcionando -entre otros más ocultos- Black Market Reloaded y Sheep Marketplace dentro de la red TOR, sin mencionar otros puntos de venta, posiblemente la mayoría de acceso restringido a unos pocos, incluso dentro de esas redes teóricamente anónimas.

En todos ellos, las estadísticas sobre ventas de drogas eran bastante similares: la que se lleva de calle el primer puesto en todos ellos era el cannabis y sus derivados como el hashís, los cogollos de marihuana o las preparaciones refinadas como el BHO o el Budder con altísimos niveles de THC y otros cannabinoides naturales. Muy por delante de otras drogas como la cocaína, heroína, DMT, LSD y una infinita variedad otras drogas de su catálogo, que incluye hasta péptidos ilegales que se usan para ponerse morena sin tomar el sol, pero ilegales porque producen cáncer. Aún así, parece que existe mercado para sustancias tan arriesgadas como esa, así que ¿cómo no lo iba a tener el cannabis?

El modo de funcionamiento de estos mercados de similar a Ebay, donde los vendedores anuncian sus productos con el precio que ellos deciden, y los compradores eligen vendedores. Para evitar timos por parte de compradores o de vendedores (ya que el sistema se basa en la palabra sin otra vinculación) existen sistema de “escrow” en los que el mercado retiene el dinero hasta que la transacción del producto se ha completado correctamente, y en caso de no ser así, tienen sus propios sistemas para resolver amigablemente las disputas que puedan surgir.

Lo de amigablemente cobra alta importancia aquí, donde la leyes que protegen el comercio fracasan porque se comercia con bienes ilegales o no regulados, ya que lo más valioso que tienes en estos lugares es tu reputación como comprador o como vendedor. Cuando alguien quiere comprar un producto (digamos 10 gramos de cogollos de marihuana) busca un vendedor cuyos comentarios reportados por sus compradores son buenos, como haríamos al mirar en la web un alojamiento leyendo lo que otros inquilinos han dicho de él. Pero también los vendedores son exigentes: no quieren compradores que intenten timarles, quieren compradores que paguen bien y no den problemas. Por esa razón muchos vendedores no querrán venderte si no tienes un buen historial de compras en ese mercado. Y ambos, comprador y vendedor se puntúan mutuamente para que otros usuarios conozcan su comportamiento.

La realidad final de estos lugares, cuyos dueños se permiten conceder entrevistas a revistas como Forbes -por su relevancia en los nuevos modelos de mercado- mientras son buscados por la policía de medio mundo, es que sirven para poner en contacto a un vendedor y un comprador que, en su inmensa mayoría, lo que quieren es completar la venta felizmente para ambos. Hay que recordar que nadie está a salvo de encontrarse un timo, y en especial las primeras veces que se usan estos lugares si no se siguen las recomendaciones básicas para estos mercados online y anónimos y que nos evitarán esos problemas.

Es demasiado pronto para asegurar que dichos mercados sobrevivirán en el futuro tal y como existen hoy, pero de lo que no cabe duda es que han inaugurado una nueva forma de compra-venta de drogas. La relación con el entorno criminal es de menor implicación que en los mercados tradicionales, donde expones hasta tu integridad física con las consecuencias que puede traer. Aquí la exposición del comprador queda reducida a una dirección postal (muchas veces encabezada con un nombre falso) y eso aumenta la seguridad para el comprador, ya que la compra en cantidades mínimas se entiende como uso personal pero la venta de cualquier cantidad de droga es delito.


De lo que no hay duda es que son el germen de una nueva forma de relacionar compradores y vendedores de drogas, más allá de fronteras, legislaciones y controles económicos gracias al uso del Bitcoin -u otras criptomonedas- y a las limitaciones obvias de lo que los estados pueden dedicar a luchar contra el menudeo a través del correo postal en busca de cantidades para uso personal de drogas, todavía a día de hoy, ilegales.







Symposion.

miércoles, 1 de enero de 2014

Silk Road y la caza del temido Pirata Roberts



¡¡Feliz año 2014!!

Aunque esta noche sé que nadie va a leer nada (más allá de las etiquetas de las botellas) aquí os dejo un artículo publicado en la Revista Yerba en el mes de diciembre de 2013, sobre cómo fue la captura de Ross Ulbricht, el creador -posiblemente- y mente detrás de Silk Road, el mayor mercado de drogas ilegales que ha existido en la red hasta el momento.

Espero que os guste. Y cuidado con las resacas!!
:)
@Drogoteca

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La caza de Dread Pirate Roberts y Silk Road/versión 1.0

En febrero del año 2011 comenzaba a circular un rumor sobre un lugar accesible mediante la red TOR en el que, por primera vez en la historia, se vendían abiertamente y de forma accesible a todo el mundo las más diversas drogas ilegales y las recibías en el buzón de tu casa. Silk Road, la versión de un libre mercado del siglo XXI con todo tipo de materiales y servicios prohibidos, como drogas, armas, o datos robados a empresas, acababa de nacer en Internet.

Poco más de 2 años y medio después, en la mañana del 2 de octubre del 2013, el FBI conseguía finalmente capturar a “Dread Pirate Roberts”, teórico fundador y dueño del mercado en Internet, cerrando su web. Apenas eso conseguían ya que, aunque accedieron a todo el material físico que sostenía el mercado, el botín se contaba en la criptomoneda Bitcoin en una cartera cifrada a la que no podían acceder sin su password. La policía lograba encontrar a la mente tras el sistema perfecto, con un ejército de recursos humanos y técnicos luchando contra un solo hombre y sus debilidades. Pero el sistema ya había sido copiado y mejorado por otros lugares similares que pujan por el hueco dejado, en el mercado online global de drogas, tras el cierre de Silk Road.


¿Quién era el temido Pirata Roberts?

Fue el apodo elegido por Ross William Ulbricht, nombre real del imputado por el FBI como dueño y creador de Silk Road, que fue tomado del libro “La princesa prometida” -también existente en película- y representa la idea de un temido pirata de nobles ideales y eterna leyenda. Detrás del apodo y del nombre, un brillante joven de 29 años -nacido en Austin, Texas- que había cursado la carrera de Físicas y una especialidad en Ingeniería Química en otra segunda universidad. Trabajó como investigador con células fotoeléctricas y nanotecnología, llegando incluso a publicar sus investigaciones en revistas científicas del sector. Toda una mente privilegiada, con las mejores posibilidades educativas y laborales a su alcance, resultaba ser la creadora del primer gran mercado de drogas ilegales en Internet.
Una genialidad temeraria a la vista de que, en sus 30 meses de vida, su mercado movió en drogas -más otros bienes y servicios ilegales- un total de 1.200 millones de dólares. Se había convertido en un auténtico pirata de las nuevas tecnologías que incluso ofrecía entrevistas a revistas de la talla de Forbes, para bochorno de sus perseguidores, mientras divulgaba un discurso de corte libertario y anarquista pero con fuerte influencia de la escuela liberal austriaca de economía.

De la misma forma que ocurre con la historia del literario Dread Pirate Roberts, hay quien asegura que Silk Road se ha estado llevado -como poco- con dos gestores distintos y por personas distintas, basándose en las constantes comunicaciones personales que mantenían algunos usuarios con quien tras el seudónimo del temido Pirata Roberts se situaba. Otras teorías hablan de varios “traspasos” del mercado entre diferentes dueños que ya habían ganado suficiente dinero y querían salirse del riesgo de gestionar un lugar de actividad criminal que tarde o temprano sería objetivo de las autoridades. Incluso hay quien comenta en los foros donde se habla de estos mercados que Silk Road está preparada para ponerse en pie de nuevo, con “antiguos trabajadores” del mismo mercado.

Cada cual puede escoger lo que crea más acertado, pero todas estas versiones son objeto de especulación porque la acusación criminal carga a Ross W. Ulbricht con todo el peso y funcionamiento de Silk Road como único imputado.




La realidad es que aunque es posible establecer una página en la red TOR y gestionarla una sola persona, no parece creíble que un mercado que movía 40 millones de dólares al mes pudiera ser llevado por una sola persona, y menos aún con todos los servicios que el lugar ofrecía: escrow (una forma de control en cobros y envíos para evitar fraudes) y resolución de disputas, control de cuentas de vendedores o compradores timadores, y gestión de la comunidad creada en Silk Road, entre otros servicios que un lugar con tantos clientes necesita. 

Así que una de las grandes preguntas ahora mismo es si la marca Dread Pirate Roberts corresponde a un grupo de personas -hay mucho dinero en juego entre algunos que pretenden ser la continuación natural de Silk Road incluso usando el mismo nombre junto con una versión mejorada del software y la seguridad- o corresponde a una sola persona, aunque pudiera haber ido variando con el tiempo, y Silk Road haya sido el cofre del tesoro de distintos piratas que se traspasaron el disfraz y surcaron las redes bajo el mismo apodo, tal y como ocurría con su homónimo literario.


¿Cuál era el botín? ¿Qué han conseguido recuperar las autoridades al abordar el barco pirata?

El FBI al cerrar Silk Road consigue hacerse en un primer momento con 26.000 Bitcoin -aproximadamente unos 3'5 millones de Euros- que se encontraban en las cuentas de los usuarios. No es mucho teniendo en cuenta que, en dos años y medio, se habían vendido cerca de mil millones de Euros en drogas y otros bienes, y que Ross Ulbricht cobraba una comisión de cada venta. Aunque ese dinero no es del pirata, y algunos usuarios -del millón total que había inscritos en el mercado- están pidiendo al FBI que devuelva ese dinero a las cuentas que eran sus propietarias, y es una petición razonable porque contra ellos no hay -de momento- ningún cargo judicial. El gran tesoro, que es el cofre personal del Ross Ulbricht, está valorado en 600.000 Bitcoin, cantidad que -a día de hoy- son algo más de 348 millones de Euros (NOTA: actualizado a día 1 de Enero del 2014). Pero ese cofre, aunque lo han encontrado, no lo pueden abrir porque no han dado con la forma de desencriptar su contenido. Y el temido Pirata Roberts, de momento, no ha entregado la llave que lo permite.

Tal vez resulte a muchas personas difícil de entender que dentro de un archivo informático pueda haber millones en valores vendibles o que el gobierno de los USA sea incapaz de abrirlo. Bienvenidos al siglo XXI, donde el dinero ya no sólo se mueve en monedas emitidas por países o en bienes materiales, sino en otras muchas formas que viven dentro de la red y los sistemas informáticos, como son las criptomonedas a las que cualquier persona con un ordenador puede acceder. Es un cambio de paradigma en el manejo del concepto de moneda, que permite un grado de anonimato casi total en la práctica. Y es el gran dolor de cabeza de las agencias gubernamentales que se dedican a luchar contra el tráfico de bienes ilegales, sean del tipo que sean, porque hace casi imposible rastrear a sus usuarios si se usa apropiadamente.


¿Quiénes han logrado atrapar al moderno pirata?

Pues lo han hecho entre varias agencias del gobierno, con cientos de agentes comprando drogas para hacer contactos, y con los recursos técnicos -y humanos- que tienen los USA, todo eso dirigido por el agente Christopher Tarbell como director de semejante orquesta, aunque ahora se comienza a saber que existían varias investigaciones lideradas por distintos grupos del FBI que no supieron mantener una correcta comunicación, y que hubiera facilitado la captura.
Este hombre del FBI fue quien hace más de 2 años capturó a Sabu, apodo del hacker Héctor Xavier Monsegur y que era la persona encabezando algunos de los mayores ataques del grupo Lulzsec -una escisión del colectivo Anonymous- contra empresas de contratistas militares y agencias de seguridad del gobierno. Así es como Sabu pasó a “colaborar forzadamente” con el FBI en lugar de enfrentarse a una sentencia de cadena perpetua.

Aunque el FBI no revela ciertas identidades ni todos los medios usados para conseguir capturar a Ulbricht, parece probable que el llamado “Agente-1” que aparece en los documentos presentados ante el juez sea el mítico hacker Sabu, y que haya pasado a formar parte de los recursos operativos del FBI en materia de seguridad informática y hacking, ayudando a la captura y desarticulación de Silk Road con sus conocimientos técnicos. Cabe recordar que tanto el agente Tarbell como Sabu, tienen precios puestos a sus cabezas: uno por desarticular Silk Road dañando a ciertos vendedores de drogas y el otro por haber traicionado -y ayudado en la detención de sus compañeros en Lulzsec- cuando fue capturado por el FBI.

Con semejante ejército intentando dar caza al pirata Roberts sería de imaginar que fue algo rápido, pero no. El sistema en el que se basa TOR hace gran parte del trabajo de mantenerte anónimo en la red y es un sistema muy sólido. Y el Bitcoin como medio de pago no controlado por las autoridades hizo el resto para que en dos años y medio se movieran delante de todo el mundo más de mil millones en todo tipo de drogas, armas y servicios, ante la impotente mirada de las autoridades.

El primer rastro en Internet de mención a Silk Road lo produce un usuario -de nombre Altoid- en un conocido foro internacional sobre drogas de acceso público, comentando que hay un sitio, con las características de dicho mercado, que merece la pena visitar en la red TOR.
En otro foro sobre Bitcoin, otro usuario -también de nombre Altoid- escribe ofreciendo un puesto de trabajo para “un profesional de las nuevas tecnologías dispuesto una aventura empresarial”, y lo hace con un email que contiene el nombre de Ross Ulbricht. Eso ocurrió en enero del 2011 y a final de ese año ya se habían iniciado varias investigaciones contra Silk Road.




Durante el año 2012, los intentos informático-forenses de determinar el servidor de Silk Road o su propietario para proceder contra él, se mostraban cada vez menos útiles e iban mostrando al sistema como una combinación resistente a los métodos convencionales de lucha contra el tráfico de drogas. 

Ese año, Ulbricht se atrevía a hacer público sus pensamientos bajo el pseudónimo de Dread Pirate Roberts, y poco tiempo después estaba concediendo entrevistas a revistas internacionales. Ulbricht estaba perdiendo el miedo y se empezó a volver descuidado. También el desgaste de tener que gestionar semejante mercado ilegal se empezó a notar: sufrió el primer chantaje por parte de un empleado o de un hacker, que amenazó con hacer públicos los datos de miles de vendedores y compradores en el mercado si no se le pagaba medio millón de dólares. Y sufrió la primera intrusión seria a través de métodos de “ingeniería social” estableciendo contacto frecuente con un supuesto vendedor de drogas que en realidad era un agente encubierto.

El agente, del que sólo se sabe que pertenecía a una investigación iniciada en Maryland, consiguió ganarse la confianza de Ulbricht porque, en uno de sus primeros problemas con ladrones informáticos, le preguntó si podía encargarse de darle una paliza a quien le estaba causando problemas. Aunque al día siguiente cambió de idea: le preguntó si podía ejecutarlo en lugar de torturarlo. Esto ocurría a principios del año 2013, y parece ser que llegaron a un acuerdo, en el que el agente le envió una foto trucada de la supuesta víctima torturada, aunque no fue suficiente para poder seguir el rastro hasta él.

Ulbricht dijo sentirse impactado con las imágenes, pero que recurriría a sus servicios si tenía que volver a hacerlo. Pero como el problema no parecía haberse resuelto, semanas después recurría a los servicios de otro supuesto sicario de apodo “RedAndWhite” poniendo una recompensa sobre la cabeza de quien le chantajeaba: el usuario de nombre “FriendlyChemist” (Químico Amistoso) acordando y efectuando un pago por 150.000 dólares para ese servicio. Aunque Ulbricht recibió una supuesta foto del cadáver, las autoridades canadienses del lugar donde residía la supuesta víctima no tienen noticia de ningún asesinato ni desaparición similar en esas fechas, marzo y abril del 2013. ¿Le habían vuelto a timar? Es probable que fueran intentos de sus perseguidores para conocerle mejor y poder capturarle, conociendo con quiénes se relacionaba, aunque fuera para intentar matarles.

En el mes de junio Ulbricht comete otro error, por confiarse demasiado, y empieza a administrar el servidor que contenía Silk Road sin usar la red TOR y desde un cibercafé en una zona cercana a su casa. Eso permitía la primera localización geográfica concreta de su posición, que finalmente llevaría a su captura. 

En julio, las autoridades de fronteras de USA descubren un paquete en una inspección postal -supuestamente rutinaria- que contenían 9 documentaciones con nombres distintos, pero con la foto de Ross Ulbricht y su dirección. Aunque en ese momento todavía no habían conectado las dos identidades, Ulbricht pasa a ser el gran sospechoso. A finales de julio el FBI, a través de un complejo ataque aprovechando un fallo de configuración en los navegadores, conseguía acceso al servidor que almacenaba Silk Road y copiaba todos los datos existentes en él. Ya tenían el cofre y ahora sólo quedaba encontrar al pirata, pero mientras le daban caza dejarían seguir funcionando al mercado a pleno rendimiento, tomando datos de compradores y vendedores para futuras investigaciones.

Desde esa fecha hasta el momento del arresto de Ross Ulbricht, en la biblioteca pública Glen Park de San Francisco, hay pocos datos que el FBI haya facilitado sobre los mecanismos exactos que llevaron a determinar la doble identidad del pirata, pero se sabe que todo fue trabajo de ingeniería social y minería de datos usando los servidores de Google y otros servicios implicados. 

Cabe destacar que en ese silencioso periodo final, apareció un nuevo competidor para Silk Road que fue Atlantis Market. Este mercado con similares prestaciones, se publicitó incluso en vídeos por Internet y animaba a compradores y vendedores a “trasladar su reputación y su apodo” desde Silk Road al nuevo mercado, donde había distintas tarifas y comisiones que eran más apetecibles. Curiosamente, tras un corto tiempo funcionando, Atlantis Market cerró su servicio sólo 12 días antes de la captura de Ulbricht y el cierre de Silk Road. Los motivos alegados fueron “razones de seguridad informática” pero nunca se llegaron a explicar, desapareciendo sus gestores dejando “empleados” sin pagar y sin explicación alguna: precisamente aquellos que daban la cara ante la gente en las redes. No resulta descabellado pensar que Atlantis Market fuera a la vez un experimento del gobierno USA para anticiparse en la lucha contra esos mercados y a la vez una forma de recabar más y más datos sobre las relaciones entre compradores y vendedores de drogas en la red.


¿Qué ocurrirá ahora en esas aguas revueltas?

El mercado de drogas mediante Internet se está mostrando como una opción sólida frente al mercado negro habitual, y que cada vez mueve más dinero. En ese mar hay muchos peces deseando comer de ello. Quien parece haber tomado el relevo al pirata es otro mercado llamado Black Market Reloaded, dirigido por un misterioso nombre: “Backopy”. Este mercado cerró su servicio temporalmente tras la captura de Dread Pirate Roberts, alegando motivos de seguridad informática, pero a las pocas horas volvió a abrir el mercado, supuestamente tras haber subsanado los peligros detectados. No es el único. Otros lugares como Sheep Marketplace están consolidando sus posiciones al mismo tiempo. Y si algo está claro es que no parece que sea algo fácil de contener, dada la desproporción de recursos que son necesarios emplear para cada sitio y persona.

Se han alzado voces dentro de los grupos afines a las políticas de reducción de riesgos que plantean si acaso no es una opción mejor permitir estos mercados que cerrarlos y lanzar al consumidor a un mercado mucho menos seguro. Igualmente, grupos de personas interesadas en la eutanasia, han expresado su malestar, ya que estos mercados eran su principal fuente de abastecimiento de las drogas necesarias para poder morir. El debate está servido, el mercado está esperando, y la demanda es sostenida como para generar suficiente oferta. El nuevo paradigma del tráfico de drogas ha llegado al gran público de Internet.



jueves, 27 de junio de 2013

Anuncio profesional de un gran mercado anónimo de drogas online: Atlantis pisa fuerte!!


Hace tiempo que el mercado de las drogas ilegales en internet se está disputando entre varios jugadores, siendo el más conocido Silk Road, pero hay otros que están intentando situarse en lo que parece ser una avalancha de imparable oferta de las más refinadas drogas puestas por unos euros en el buzón de tu casa.

Atlantis es otro lugar en la red TOR que también reúne a vendedores de drogas y compradores de drogas: un mercado libre y abierto. 
La moneda a usar, es el Bitcoin, que se está convirtiendo en el estándar para transferencias económicas en ese tipo de compras al por menor -y no tan al por menor- por su dificultad para ser rastreada y vinculada con una persona.

Pero a pesar de todo esto no me esperaba algo como lo que me encontré ayer: el primer anuncio profesional de un mercado de drogas ilegales en internet!! 

Cómo avanza la cosa!!
Hace nada descubriendo que existía un lugar llamado Silk Road y ahora, sus competidores se anuncian de forma profesional en las redes.

Este es el estupendo anuncio que se ha currado la gente de Atlantis, para anunciar su mercado de drogas online: 



Así, por la cara: ¿quieres drogas? ven aquí que aquí las puedes comprar de forma segura y fiable!! Tanto, que nos anunciamos sin ningún miedo, e incluso la revista Forbes está hablando de cómo hemos calentado el mercado de las drogas en internet con este salto cualitativo...

http://www.forbes.com/sites/andygreenberg/2013/06/26/bitcoin-black-market-competition-heats-up-with-pro-marketing-and-millions-at-stake/

Mientras, la DEA, para no quedarse atrás en esto de la "guerra contra las drogas y sus usuarios" ha conseguido capturar por primera vez una cantidad de Bitcoins provenientes del tráfico de sustancias: han incautado 11 bitcoins a un tipo (vamos, que le han pillado con el ordenador y su cuenta en él, ni más ni menos) y lo están intentando vender como una demostración de músculo en esta "renovada guerra contra las drogas".

http://motherboard.vice.com/blog/the-dea-just-seized-11-bitcoins

El mundo ha cambiado, las drogas han cambiado, los mercados están cambiando... y seguimos con una política sobre drogas que es anacrónica y de una pobreza intelectual preocupante, si la tomamos como muestra de las capacidades de los actuales políticos.

Mientras la policía americana muestra orgullosa los 11 bitcoins incautados (800 euros) el servicio de venta por correo postal de drogas se anuncia en youtube.

Todo muy racional.


Symposion.


PS: Siempre me dejo algo en el tintero....
Para quienes estén interesados en conocer a quienes están gestionando su salto al gran público del mercado global de drogas online, ya sabéis que existe twitter: @AtlantisMarket.