Mostrando entradas con la etiqueta empatógeno. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta empatógeno. Mostrar todas las entradas

viernes, 16 de octubre de 2015

Sacando drogas del baúl de los recuerdos: la MBDB

Este texto fue publicado en VICE y esperamos que os guste.


----



La MBDB.

¿Qué droga -de las que conoces- no es fácil de conseguir y te encantaría volver a tener a mano?

No es fácil pensar en alguna droga que fuera más fácil conseguir en el pasado que ahora, con la desmedida oferta que tenemos de sustancias legales e ilegales. Me vino a la cabeza por un momento el Khat, una planta que contiene un estimulante de uso común en ciertas zonas de África y que aparecía entre los bienes de los piratas que asaltaban el barco de Tom Hanks en “Náufrago”. Fue interesante tomarla, pero no fue una experiencia magnifica que quisiera repetir y no pudiera hacerlo; fue divertido y curioso. En UK donde era legal y muy barata hasta hace poco, se hacían batidos (puag) con la planta entera y se los bebía antes de salir de casa a modo de "MDMA natural".

Pero no eran esas plantas medio mustias que viajaron -desde Yemen a UK y de UK a Madrid. El mejor recuerdo lo tengo de una sustancia totalmente sintética, que surgió en el mercado cuando empezaron las restricciones y prohibiciones que pondrían en problema el abastecimiento de MDMA: la MBDB o Edén.




Edén, no parece una mala descripción para sus efectos. Dice la RAE que edén, aparte del paraíso primigenio antes de la desobediencia de Adán y Eva, es un “lugar muy ameno y delicioso”. Y el nombre, quien quiera que se lo puso -ya citado en 1991 por Shulgin en PIHKAL junto con el nombre de Metil-J que le puso Sasha- había tenido contacto con sus efectos. Resulta algo complejo describir los efectos sin caer en los tópicos propios de la MDMA, porque son realmente similares, pero no iguales. Su creador es el avezado químico David Earl Nichols, padre de otras sustancias psiquedélicas como la MDAI. También quien acuñó el término “entactógeno” que describe el efecto de estas sustancias, que tienen como característica común el facilitar el contacto profundo entre sujetos -o con partes poco accesibles de uno mismo- a nivel emocional.

En una ocasión que me preguntaba un conocido psiconauta por la diferencia entre ambas, la metáfora que resultó más oportuna fue la siguiente: “Imagina como te sientes cuando, tras meses o años de espera y trabajo, estás en una gran noche a punto de acostarte por primera vez con una pareja que has deseado de forma intensa. Esa sensación, con todo lo que tiene de estimulante, sería la MDMA. 

Ahora imagina como te sientes cuando ya has pasado la intensa emoción de 'estar a punto de' y reposas al lado del cuerpo de tu pareja deseada, tras un par de orgasmos mágicos: eso es la MBDB!!

¿Te gusta más que el éxtasis o MDMA? Sí. Me gusta mucho más, o mejor dicho, me gustó mucho más. ¿Dónde la puedo comprar? ¿Tengo que irme a los recónditos mercados de la darknet y pagar con Bitcoin para no ser rastreado? 

Pues creo que, a día de hoy, no tengo fácil respuesta para ello. Ni tampoco una explicación que me convenza, sobre la falta de esta droga en el mercado negro o blanco, porque es -a día de hoy- una sustancia totalmente legal en prácticamente todo el planeta y, desde luego en Europa.

La MBDB o Edén es una de la variantes más lógicas de la MDMA, químicamente hablando, y no es más que un MDMA al que se le ha añadido un carbono más al grupo metil de la estructura anfetaminoide del éxtasis. Esa variación mínima, tiene su correlato en los efectos. Pero no deja de ser algo “muy parecido”. 




Cuando los sistemas de detección de nuevas drogas, que se pusieron en marcha en todo el mundo tras la prohibición de la MDMA y la subsiguiente explosión de este compuesto por todos los rincones del planeta, empezaron a detectar los primeros cambios sobre la molécula. Pronto encontramos variedad en esas sustancias, que venían a imitar o a sustituir a la prohibida MDMA. Entre las primeras que aparecieron estaba la MDE o Eva, la MDA que era el precursor no metilado de la MDMA y que resulta más psiquedélico -ilegal desde 1970- aunque sin perder su parte “entactógena”, y la MBDB que sintetizó Nichols y dio a probar a Shulgin, quien difundió sus propiedades. La MDA y la MDMA estaban ya prohibidas, la MDE fue pronto incluida en las listas negras de sustancias, y la MBDB se puso bajo observación.

¿Cómo que bajo observación? Pues sí, fue la primera sustancia que el EMCDDA -Comité Científico del Centro para Monitorización de Drogas y Adicciones de Europa- tuvo a bien en 1998 someter a su evaluación tras que le fuera requerido por el Reino Unido, en aquel momento ocupando la presidencia de la Unión Europea, sobre si era necesario prohibirla y con qué rapidez. La respuesta no fue lo que se esperaba: dicho organismo estudió lo que se conocía de la MBDB o Edén, y acabó por determinar que no veía necesaria la prohibición de la misma, ya que ni se había podido probar que fuera especialmente adictiva ni peligrosa, y que de serlo lo era por debajo de los niveles de la MDMA en las mismas áreas.

No fueron los únicos. Tras eso, se intentó algo similar en USA y también a nivel internacional, en el que intervinieron con una carta desde el Centro de Libertades Cognitivas personajes como Shulgin, Jonathan Ott o Thomas Szasz, haciendo hincapié en la falta de buenas razones para prohibirla (realmente las mismas que se podrían argumentar para la MDMA). 


El resultado fue poco común, ya que los expertos de la OMS dijeron que: “aunque la MBDB es, tanto estructural como farmacológicamente hablando, similar a la MDMA, los limitados datos disponibles indican que sus efectos estimulantes y euforizantes son menos pronunciados que los de la MDMA. No ha habido informes sobre efectos tóxico o adversos a la MBDB en humanos. Los datos de las fuerzas de seguridad sobre el tráfico ilícito [¿?] de MBDB en Europa apuntan que la disponibilidad y abuso puede estar declinando tras un pico en la última mitad de los años 90. Por estas razones, el comité no considera que el peligro por abuso de la MBDB constituya un riesgo a la salud pública, por lo que NO RECOMIENDA SU PROHIBICIÓN.

Sí, aunque suene raro, la OMS no recomienda que se prohíba. No la ve peligrosa como para ello. Y eso es una gran noticia de cara al utópico día en que se planteen una regulación sensata de las drogas, porque esas sustancias que todavía no han sido prohibidas, serán las que tengan una mayor posibilidad de ser puestas en juego. Y creo que la MBDB, el Edén de Nichols, es una gran sustancia y que no necesita “ser parecida al MDMA” para que pueda ser valorada en sí misma. 

Si la MBDB es legal (no está prohibida) y tiene unos efectos similares a los del prohibido MDMA, ¿cuál es la razón de que no esté en el mercado? Tenemos sustancias de todo tipo, mucho más peligrosas la mayoría, vendiéndose como “legal highs”. Pero no encontramos, ni en los mercados de la darknet, la poco dañina MBDB. De hecho, cuando se encuentra, se vende como MDMA.

Mi primera experiencia con el Edén o MBDB fueron unas cápsulas vendidas como “Californianas” con un compuesto de color entre crema y marrón claro, algo grumoso y sin olor. El sabor era similar al de la MDMA pero con un aspecto que recordaba humedad, como si estuviera escondida dentro de la propia molécula. Tiempo después un amigo sintetizó unos gramos de MBDB y pude recibir otras dosis de regalo. 

La última vez que pude conseguirla fue a través de un proveedor chino, un químico fino filipino, que tanto te sintetizaba el mejor 2C-B ilegal como te hacía unas dosis de MBDB legal y te lo hacía llegar, tras pago vía Western Unión, discretamente entre documentos con una empresa de mensajería. No existía Silk Road, pero había otras cosas similares (foros privados). 

¿Por qué me gustaría mucho tenerla a mano de nuevo? Era una puta gozada. Recuerdo haber pensado bajo su efecto que algo tenía que estar pasando en mi cerebro que fuera similar a lo que hace que los gatos o los perros se retuerzan de gusto con unas caricias. 

Aunque la MDMA me gusta, tiene una parte que me tira para atrás: el subidón. No me va el rollo estimulante, no me gustan las taquicardias, no me tiro a la pista a bailar. La MBDB subía mucho más suavemente, no te hacía perder la cabeza -no se te iba la pelota- como se te puede ir con MDMA, sino que era mucho más manejable. 

Creo que la MBDB es la droga perfecta para darle a la gente mayor que no ha experimentado nunca con MDMA. Pero no invoca un gran espacio de comunicación, de revelación de secretos nunca dichos, de sinceridad torrencial. La MBDB o Edén es la droga más “tacto” que conozco. Se podía tomar estando solo pero no tardabas mucho en estar metido en la cama, frotándote de gusto contra las sábanas. Necesitas tocar. Es una droga para tocar, y tomada con una pareja que esté acostumbrada a ese tipo de drogas entactógenas, es realmente algo parecido al edén: todo muy ameno y delicioso. El tema sexual no va mejor que con la MDMA, no es una droga genital y no ayuda al tema fisiológico, pero en la esfera de la intimidad y sobre todo para personas que -más que usar la boca para hablar- lo que necesitan es aprenderse los mapas de su piel y de la de su pareja, me parece que es una droga que no tiene rival.


Perfecta para amantes, para los que no tienen nada que decirse con palabras, pero no quieren dejar de usar la boca y la lengua sobre el otro. Perfecta para hacer del cuerpo de tu pareja una gran geografía lúdica. Qué bien suena que te digan el oído: “...déjame que chupe todos los centímetros de tu piel, porque estoy empapada de MBDB...” 

¿Algún químico inteligente nos está escuchando? 
Sin duda es una gran sustancia, legal y bastante segura.
Y está pidiendo ser “desenterrada”.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Síntesis de la 2C-B o Nexus en castellano por A.Shulgin en PiHKAL


Esta síntesis casera de 2C-B o Nexus es la traducción de la publicada por Alexander Shulgin y Ann Shulgin en su libro PiHKAL.
Otras ya publicadas antes aquí: la síntesis de la Mescalina y la síntesis de la MDMA o éxtasis.



Volvemos a aclarar qué significa casera: no industrial. Esta receta de síntesis está pensada para producir una cantidad pequeña de dosis (aunque generosa y suficiente para más de una persona durante toda la vida) en un laboratorio que no requiere de especial instrumental ni de mucho espacio, pero eso no significa que la cocina de tu casa haya pasado a ser un laboratorio casero capaz de hacerte químico clandestino. Si no tienes conocimientos previos de química ni experiencia alguna en el laboratorio, es mejor que no juegues a ser lo que no eres.  Esta traducción tiene un propósito educativo.

Esperamos que os guste. :)

--


Síntesis de la 2C-B 
por Alexander Shulgin 
en PiHKAL.





Una solución de 100 g de 2,5-dimetoxibenzaldehído en 220 g de nitrometano fue tratada con 10 g de acetato amónico anhidro y calentada en baño de vapor durante 2.5 horas, agitándolo ocasionalmente. 

La mezcla en reacción, de un color rojo intenso, fue liberada del exceso de nitrometano al vacío, cristalizando el residuo de forma espontanea. Este nitroestireno en bruto fue purificado triturándolo bajo alcohol isopropílico, filtrado y secado al aire, para rendir 85 g de 2,5-dimetoxi-beta-nitroestireno en un producto de color amarillo-naranja con la pureza adecuada para el siguiente paso. Una mayor purificación se puede conseguir mediante recristalización desde alcohol isopropílico hirviendo.

En un matraz de 2 L de fondo redondo equipado con un agitador magnético y colocado en atmósfera inerte se añadieron 750 mL de tetrahidrofurano anhidro conteniendo 30 g de hidruro de litio y aluminio. Luego se añadieron en disolución de tetrahidrofurano, 60 g de 2,5-dimetoxi-beta-nitroestireno.

La solución final tenía un sucio color amarillo-marrón y se dejó a temperatura de reflujo durante 24 horas. Tras enfriarse, el exceso de hidruro fue destruido con la adición gota a gota de alcohol isopropílico. 

Después se añadieron 30 mL de hidróxido sódico al 15% para convertir los sólidos inorgánicos en una masa filtrable. Se filtró la mezcla de la reacción y el producto resultante se lavó con tetrahidrofurano y luego con metanol. El combinado de los lavados y los licores madre se pusieron al vacío para retirarles los solventes, y el residuo se puso en suspensión en 1,5 L de agua. Se acidificó con ácido clorhídrico, se lavó 3 veces con 100 mL de diclorometano, se hizo fuertemente básico con hidróxido sódico al 25% y se extrajo con 4 porciones de 100 mL de diclorometano. 

Los extractos reunidos fueron puestos al vacío para eliminar el disolvente rindiendo 26 gramos de un residuo aceitoso que destilado a 120-130ºC a 0,5 mm / Hg de presión dieron 21 gramos de un aceite blanco, 2,5-dimetoxifeniletilamina (2C-H) que toma el dióxido de carbono del aire con mucha rapidez.

A una solución bien agitada de 24,8 g de 2,5-dimetoxifeniletilamina en 40 mL de ácido acético glacial se añadieron 22 g de bromo elemental disueltos en 40 mL de ácido acético. Tras un par de minutos se da la formación de sólidos junto a la evolución de la reacción con importante calor. La mezcla en reacción se dejó enfriar a temperatura ambiente, se filtró, y los sólidos se lavaron con poca cantidad de ácido acético frío. 

Así se obtuvo la sal bromhidrato. Existen muchas formas complicadas de sales, tanto polimorfas como hidratadas, que pueden hacer del aislamiento y caracterización de la 2C-B algo traicionero. 

La ruta más simple es formar la sal de clorhidrato, insoluble en agua, por vía de la base libre. Toda la masa de la sal húmeda del ácido acético se disolvió en agua caliente, se hizo básica hasta un mínimo de pH 11 con hidróxido sódico al 25% y se extrajo con 3 lavados de 100 mL de diclorometano. 

La eliminación del disolvente dio 33'7 gramos de un residuo que se destiló a 115-130ºC a 0,4 mm / Hg de presión. Del aceite blanco 27,6 gramos fueron disueltos en 50 mL de agua contiendo 7 gramos de ácido acético. La solución transparente fue agitada con fuerza y se trató con 20mL de ácido clorhídrico concentrado. Se dio la formación inmediata de la sal anhidra de clorhidrato de 2,5-dimetoxi-4-bromofeniletilamina (2C-B). La masa de cristales se recogió por filtrado (que puede ser facilitado considerablemente por la adición de 60 mL de agua), se lavó con un poco de agua y con varias porciones de 50 mL de éter etílico.

Cuando estuvo totalmente seco al aire se obtuvieron 31'05 gramos de finas agujas blancas, con un punto de fusión de 237-239ºC con descomposición. Cuando hay demasiada agua presente en la adición final del ácido clorhídrico concentrado, se produce una forma hidratada de la sal de 2C-B. El bromhidrato funde a 214'5-215ºC. Se ha reportado un punto de fusión de 208-209ºC para la sal de acetato.

Dosis: de 12 a 24 miligramos.
Duración: de 4 a 8 horas.





sábado, 23 de febrero de 2008

El Khat: deliciosa tarde con "esa peligrosa droga africana"

Gracias a una amiga, pude probar el khat o kat, la planta de Khata edulis, que viajo de Etiopía a Yemen, y desde allí voló a UK, para volar de nuevo hasta España por Madrid y de ahí a Salamanca.

Y aquí va la historia y las pruebas del delito.





Un manojo o bunch de Khat, envuelto en su hoja de banano, recién llegado.






Tras abrir la cuerda de material vegetal que sujeta el bunch, esto es lo que aparece.








Al quitar la servilleta, aparecen las ramas de khat, empaquetadas en 3 paquetitos más pequeños.







Y a su vez, cada uno, en 3 ó 4 de menor tamaño.







Las ramas sueltas, con las hojas algo mustias tras llevar 30 horas de viajes.








Y así comenzó todo.
Las fotos son bastante explicativas de como viene el khat en su presentación más habitual fuera de África.A Londres y a otras partes occidentales, llega el khat menos cotizado, porque se paga mejor en otros países más cercanos y productores de petroleo y se llevan el de gran calidad.
Pero el que se puede degustar en algunos países africanos, es una delicada recolección de las mejores hojas frescas. De hecho, en el mercado mañanero de estos lugares, hay que "pegarse" para llevarse el mejor.
El Khat en los países de uso arraigado, es algo tan indispensable como sería el café en España. Todo un mecanismo de lubricación social y también de forma de distinguir la clase a la que se pertenece, por la calidad del Khat que se posee.

Pero esto era lo que había y con ello nos pusimos a las 19'30 de la tarde.
Sin ningún problema, la persona que lo trajo (y que llevaba mascando desde la noche anterior a ratos y sin dormir apenas) lo repartió y ahí empezamos.
A esa hora eramos los únicos en el bar, y Yoli, el camarero y yo, nos pusimos mano a mano con uno de los bunches de khat, dejando los otros sobre la barra.

Aunque la forma correcta de comerlo es al estilo de la hoja de coca, mascando y expulsando cuando ya no queda sabor ni alcaloide , las hojas de este khat, que habían salido hacías mas de 30 horas de Etiopía, para ir a Somalia, y de allí en avión a Londres y luego de nuevo en avión hasta aquí, no estaban de lo más vistoso.

Al principio, yo que no tengo actualmente ninguna tolerancia a los estimulantes, comencé con cuidado, cogiendo un par de hojas y brotes verdes del tallo. En cuanto lo metí en la boca, la sensación propia de los taninos me dejó la misma como si hubieran pasado un secante con algo de papel de lijar.
La idea era hacer una bola y mascar jugando con ella, pero con tan poca cantidad no era posible, y menos con las hojas así. De esa forma, acabábamos comiéndonos literalmente la planta. Poco a poco pero comiéndola.

En cuanto comenzó a venir gente, la reacción fue curiosa.
Todo el mundo parecía tener en la retina las imágenes de la escandalosa y estúpida noticia de que una peligrosa droga alucinógena, adictiva y que causaba los mil males, había sido capturada en el país, y todo el mundo parecía reconocerla rápidamente..."Oye!! Eso es la droga esa que han pillado por ahí hace unos días, no?"
Y la gente quiso verla, tocarla, y hacerse fotos con ella. También algunos incluso llamaron a amigos para que bajasen a verla. Era la atracción de la tarde, el khat de London y su portadora.

Como estaba en cachis de agua, y lista para el consumo, pues ofrecimos a la mayoría que querían probarlo, para que al menos tuvieran la experiencia de su sabor. La mayor parte de las hojas las estábamos comiendo nosotros, y de momento, apartando los tallos. Pero la gente empezó a coger los tallos y a comerlos también, y rápido vimos que también eran activos.
Un par de personas con gripe y congestión se aliviaron rápidamente, otros dijeron haberse despejado, y alguno que apenas tomó, se quejó de cierta ansiedad.

Según se iban consumiendo, íbamos sacando más bunches (manojos) y poniéndolos en agua.
Y cuando llevábamos unos 45 minutos mascando a poquito, todos teníamos claro que hacía efecto, y que desagradable no era. Yo me sentí incomodo en un par de momentos, por el calor y cierta ansiedad, pero después (y sin mezclar alcohol ni cannabis) la sensación se suavizaba y mejoraba mucho.

No teníamos una medida clara de cuanto comer. Las referencias que tenía a través de Sergio, que no es un fan de los estimulantes, es que él solía tomar un manojo con unos porros con un amigo en casa, para una noche. También se suponía que a los somalíes un manojo les duraba un día (a mi me parece poco, pero es por la mentalidad occidental de pretender que algo como el café, sea como esnifar anfetamina, aunque la molécula de la catinona en sí sea la bk-anfetamina o betaketona-anfetamina).Sergio había hecho pruebas, en las que con un manojo comido a lo largo de 3 horas, daba una estimulación agradable y sostenida, con poca carga cardiovascular, mucha capacidad de atención y de acción para tareas repetitivas, y con propiedades empatógenas en el trato social con otros.La siguiente prueba que había hecho, y la más fuerte, fue la de tomar un manojo entero en 10 minutos, y cuando le subieron los efectos de la catinona (que además era un manojo muy fresco), se encontró con una experiencia demasiado intensa, a medio camino entre el speed y la MDMA, y que en algunos momentos llegó a ser psicodélica, con alguna molestia y síntomas de sobreestimulación del SNC.

Yolanda, a pesar del viaje, se encontraba estupendamente con los efectos, despierta, y como cuando se consume anfetamina, la cerveza que en otra situación le hubiera servido para emborracharse, en esta ocasión la toleraba sin ningún tipo de ebriedad alcohólica aparente. Tampoco el continuo trasiego de porros de hachís conseguían "doblar" a la persona, con una resistencia incrementada por el Khat.

Y sin darnos mucha cuenta, llevábamos algo menos de 5 horas de buen rollo, sonrisas y fácil comunicación, y de los 3 manojos que habíamos gastado, los que más consumimos habríamos comido algo más de 2/3 partes de un manojo cada uno.

En ese momento, el efecto era plenamente perceptible, incluso para la gente que había estado comiéndose los tallos. Nada exagerado, pero agradable.
Y aunque no hay una razón aparente para ese efecto levemente empatógeno, con la catinona o con la catina (la molécula en que se convierte la catinona al pasar el tiempo, y que es la beta-hidroxi-anfetamina), hay que tener en cuenta que la química de esta planta aún no está totalmente dilucidada, y que contiene más de 40 alcaloides en diferentes proporciones, y entre los compuestos activos, también se hallan alfa y beta tujonas, responsables del efecto psicoactivo de la absenta (aparte del alcohol) que se extrae del ajenjo.

A esa hora, sobre las 12'15 de la noche, abandoné el lugar y caminé a mi casa. Agradecí el paseo, la percepción iba ligeramente alterada, pero sin el menor rastro de ansiedad. No tenía apetito aunque habían pasado más de 8 horas desde la última comida, pero si un claro antojo por dulces y azúcar.

Al llegar a casa, llegaba eufórico pero no maníaco. Con mucha energía y con ganas de hacer cosas, impregnado de un sentimiento de suave felicidad. Y aunque traía un manojo entero de Khat para probarlo yo con más calma, no me llamaba lo más mínimo seguir comiendo.
Aproveché para sacar unas fotos algo mejores al Khat, aunque por falta de cámara lo hice con la del teléfono móvil y sin una luz buena, y ya lo dejé preparado para tomarlo hoy al levantarme, en sustitución del café.

Sin embargo al cabo de media hora, esa energía se había disipado y sólo quedaba un estado de vigilia un tanto apático. No pensé que tuviera problemas para dormir, pero así fue.La catinona tiene una vida media de unas 4 horas, alcanzando su pico más alto en el plasma sanguíneo al mascar Khat a las 2 horas. Es más liposoluble que la catinina y eso la hace penetrar con más facilidad la barrera hematoencefálica, y provocar sus efectos mediante la liberación de dopamina y otras catecolaminas.
Pero sus principales metabolitos, pseudoefedrina y norefedrina, alcanzan el pico plasmático cerca de las 4 horas, y su vida media de eliminación "in vivo" es bastante superior a las 10 horas.
Posiblemente de ahí la estimulación restante que me mantuvo despierto a pesar de tomar benzodiacepinas para ayudarme a dormir.

Esta mañana cuando me levanté, había dormido menos de 3 horas.
Y tenía listo mi "bunch" de khat, que había dejado reposar en agua fresca toda la noche.
Seguía conservando buena parte de su potencia, si bien el toque eufórico era menor.
Bastó tomar 5 ramitas con sus brotes y hojas, para perder todo rastro del sueño y del cansancio acumulado. El agua fresca había rehidratado las hojas, y en esta ocasión si fue sencillo hacer una bola con algunas hojas y mascarla durante largo tiempo.Pasaron por mi casa algunos amigos. Un médico que probó algunas de las ramas, mientras charlábamos y comprobó el efecto estimulante de la misma. Y ya en la tarde, había guardado 1/3 parte del bunch para otro amigo, que a pesar de quejarse del sabor, y afirmar que prefería meterse unas rayas, también expresó sin dudas la actividad de la planta.

En resumen, una planta agradable y apropiada para contextos sociales, sin ningún tipo de bajón desagradable y bastante manejable. Parece comprensible que en UK siendo legal, no haya el menor interés por ella por parte de los jóvenes de otras culturas, y más cuando el precio, aunque es bajo -sólo 2'5 libras por manojo al comprarlos al por menor- no podría competir con un mercado en el que una pastilla de MDMA se puede comprar por 1'5 o 2 libras.

Si alcanza esos precios tan exagerados en los USA y Canadá, en los que se pagan 50 dolares o más por un manojo, menos fresco aún que el que se puede obtener en UK, es por la relevancia que tiene la planta para la comunidad de ciertos países africanos, los cuales no conciben ciertos actos sociales y festivos sin que en ellos haya Khat.Pero como estimulante en sí no parece que vaya a sustituir a ninguna de las drogas habituales del mercado negro, ya que para conseguir efectos equiparables, hay que mascar una buena cantidad, y además, esperar cierto tiempo.
Su lugar y su uso parece bien definido dentro de la comunidad africana, y en esos usos, relajados y sociales, es donde parece que el khat cobra su mejor sentido.

Un último detalle para comprender la importancia de este vegetal en la cultura de muchos africanos: es tan importante su comercio, que el cultivo de banano se ha convertido en uno de los más rentables de algunas zonas africanas, ya que ahora su hoja, usada para el transporte del Khat, es más valiosa que el fruto en sí mismo.

Curioso esto de las consecuencias en la economía de las drogas.

lunes, 15 de octubre de 2007

Empatógenos y entactógenos

Todo estaba ya vendido tras la explosión de los años del movimiento hippie.

Aquella revolución, más emocional que de otro tipo, que absorbía como una esponja todo lo que pudieran suponer nuevas formas de vivir, de percibir las cosas, de pararse y pensar en la vida que realmente querían llevar sus protagonistas, había hecho que el mundo occidental comenzando desde el país más industrializado y armado del mundo se encontrase ante generaciones de jóvenes contestatarios que defendían unos valores que al ciudadano medio le sonaban casi marcianos, y al establishment (gobierno, ejército y otras instituciones) no les hicieran ninguna gracia.
Hablar del flower power en mitad de un guerra como Vietnam, era un absurdo tan colosal para el paradigma existente que sólo las mentes menos endurecidas, por los patrones de comportamiento imperante, parecían capacitadas para llegar a él.

Sería arrogante decir que aquella explosiva mezcla de juventud, idealismo, liberación en lo sexual y el querer buscar verdades absolutas nutriéndose en culturas lejanas con enseñanzas propias de iniciados, místicos y trascendentes, fue algo provocado por una droga como la LSD en principio y otras similares posteriormente. Pero hay una parte de verdad en ello.
Esas sustancias llegaron al gran público en un momento concreto, en que las bases para un gran movimiento que hiciera cara a los obsoletos valores impuestos, estaban ahí.



El descontento vital, la falta de motivación, la ausencia de una verdadera espiritualidad en una sociedad medible en dolares y misiles, ya estaban ahí. Ya sabíamos que habíamos roto el átomo, y que disponíamos de poder para destruir el mundo varias veces. Por primera vez en la historia del ser humano, se había llegado a una situación en la que una sola especie, era capaz de terminar con toda la vida en el planeta, con un equilibrio tremendamente frágil como hemos sabido después las muchas veces que estuvimos cerca de un final.

Hasta entonces habían estado a disposición del pueblo, de forma legal o no, varios embriagantes. Alcohol para todos tras la Volstead Act, cocaína que era el lujo y lo exclusivo, anfetaminas para acelerar cualquier evento, y opiáceos, barbitúricos y otros depresores para frenar, relajar y dormir. Todas ellas drogas que hacen que todo corra más rápido o más lento, algunas con una añadida euforia.
Pero aparte de la floja marihuana que venía de México (en los USA), no había a disposición del gran público ninguna sustancia que actuase sobre la esencia misma del ser humano: su alma.

Aunque se conocía el peyote, algunas solanaceas, y tal vez la ayahuasca por algunos intrépidos viajeros como Richard Evan Schultes, no pasaban de ser materiales que estaban reducidos a curiosidades que había en círculos académicos e intelectuales, de forma minoritaria.

Allí llego la LSD, que saltó de los laboratorios a la calle sin pedir permiso, dadas su espectaculares propiedades por las que 1 gramo de sustancia era suficiente para provocar un viaje al centro de su mente a 10.000 personas. Si aquel substrato era gasolina sobre papel, el hijo de Albert Hofmann fue la cerilla que prendió esa revolución, extendiéndola a millones de personas, a las artes, las ciencias, y el espíritu que dejo de ser cuestión de sacerdotes o pastores intermediarios, para ser algo que le era revelado a uno mediante un cubito de azucar con una gota de su LSD.

Tras esos años, la prohibición, la represión, y la perdida de fuerza y vitalidad del mayor movimiento contracultural que nuestra historia moderna haya conocido, todo estaba vendido.
A esas drogas que aceleraban, a las que frenaban, a las que desinhibían, se les añadió una nueva familia de sustancias y plantas que fueron los mal llamados "alucinogenos". Pronto surgieron voces que negaban ese nombre en base a sus efectos, y se barajaron decenas de ellos, de los que finalmente quedaron neologismos como psicodélicos, que se cambió a psiquedélicos para evitar lo peyorativo y alusivo a enfermedad mental de la raíz "psico", y el último y más acertado: enteógenos.

Todas las drogas que se creaban por los magos de la química y sustancias que se encontraban en diversas fuentes vegetales y animales, encontraban acomodo en alguna de las categorías ya establecidas. Cada una con sus matices, pero en lo básico encajaban en una u otra etiqueta.

Había una unica excepción, y esta era la MDA (podría decirse que la madre del MDMA). Si bien sus efectos llegaban a ser enteógenos, tenía el presagio de algo suave. Podía y provocaba visiones, pero al mismo tiempo había algo diferente en su acción sobre los afectos humanos. Se la llamó "droga del amor" y también "la droga mas suave de América" (Mellow Drug of America), posiblemente esto último aprovechando el acrónimo de sus siglas químicas.

Cuando se dio el paso de ilegalizar los enteógenos, se ilegalizaron todos los conocidos, y la MDA entre ellos.

Pero en los círculos químicos y psiconaúticos de la época, algunos valientes seguían sintetizando y probando diferentes sustancias. Y algunas personas habían resintetizado una creación de final del siglo XIX y posteriormente patentada por los laboratorios Merck, que había sido un hallazgo circunstancial y al que no le dieron utilidad.
Era la versión N-Metil de la MDA, la ahora conocida MDMA.

Shulgin la sintetizó en los 60, pero tardó algo en probarla. Los informes sobre sus efectos eran extraños, y no encajaban con las drogas enteógenas en muchas cosas, pero al mismo tiempo todos indicaban que la sustancia tenía "algo mágico".

Los atrevidos que tomándola e informando allanaron el camino, fueron pequeños grupos en un principio, de químicos, psicoterapeutas y aficionados a la psiconaútica.
Y fueron estos grupos reducidos quienes expandieron su uso, sobre todo entre psicoterapeutas, habiendo uno de ellos que fue la persona que inició en el uso de esta sustancia a más gente: Leo Zeff. Él fue el más apasionado defensor y usuario de la MDMA en psicoterapia, por supuesto de forma "underground" ya que asumía un riesgo al usar un compuesto que no estaba autorizado como medicamento, aunque no había sido prohibido aún.

¿Qué tenía de mágico la MDMA?
No dejaba de ser un psiquedélico en cierta forma, ya que su efecto sobre la conciencia era indudable, pero lejos de provocar colosales viajes a las raíces del subconsciente, provocaba en el sujeto un estado de relajación psicológica, deshacía las barreras que contienen nuestros "lugares problemáticos", creaba un estado de empatía entre los que compartían el momento, favorecía especialmente la comunicación y eliminaba el miedo al "juicio ajeno", permitiendo alcanzar niveles de autoconocimiento y sinceridad con uno mismo y con el terapeuta desconocidos hasta entonces (sin tener que pasar por todo lo que implicaba una sesión con LSD), y se centraba la experiencia en todo aquello que tuviera que ver con los afectos. Era una experiencia esencialmente relacionada con el amor en todas sus facetas.
Todo eso en un clima tranquilo, manejable y de duración media-corta.

Como metáfora se podría decir, que frente al LSD y otros similares, que actuaban sacudiendo como un terremoto la casa desde los cimientos al techo, la MDMA iba limpiando habitación por habitación, sin esconder nada bajo la alfombra.

Tenían en sus manos una clase totalmente nueva de compuesto en lo que a efectos se refiere. No existía una etiqueta en la que poder incluirlo.
Y lo que era y es peor aún: no existe ninguna sustancia capaz de mimetizar los efectos de la MDMA que este disponible en el arsenal terapéutico.

Es posiblemente la mayor joya de la psicofarmacología, hasta el punto que se la llamó "la penicilina del alma".

El primer nombre que se acuñó para referirse a este compuesto, y a los futuros compuestos similares en efectos, fue el de empatógeno. Basada en el griego, esa palabra venía a indicar que generaba un estado en el que la persona era puesta en contacto con su "patho", que quiere decir sensaciones, sentimientos, percepciones y también sufrimiento.
Expresaba al mismo tiempo la capacidad de provocar empatía de la sustancia, aunque este no es su único efecto.

Y así fue en un principio conocida esta nueva familia psicofarmacológica.

Pero si bien en los años 70 su uso estuvo restringido a pequeños grupos, en los 80 se expandió junto con ciertas nuevas corrientes de pensamiento, llegando a ser conocida por un publico mayor, y con esas deliciosas propiedades, consumida por mucha más gente.
Eso motivó que la DEA pusiera sus ojos sobre ella y la prohibiera, haciendo uso de poderes especiales que le permiten prohibir algo, y tiempo después, explicar las razones.

Ese acto fue el equivalente, como en otras tantas sustancias, a asegurar su éxito en el mercado negro. Mientras que había sido un fenómeno localizado, tras su prohibición se disparó su consumo, y la síntesis de otras moléculas de efectos similares -buscando evitar la ley- como la MDE, MBDB, y otras variantes anfetamínicas que tuvieran alguna semejanza. Esto llevó a su vez, años después, a la promulgación de la Ley de Análogos, por la que quedan prohibidas todas las sustancias que se puedan considerar análogas químicamente (con una manga muy ancha para los prohibicionistas), existan o no, y también cualquier sustancia que pueda ser usada para buscar una analogía en sus efectos.
Es decir, una ley tan abierta e inconcreta que, si quisieran, podrían prohibir el chocolate.

Mientras en España, apenas habían llegado algunas cápsulas de MDA a Ibiza y Valencia, vendidas como droga del amor, mescalinas, mescalinas orgánicas y otros nombres promocionales diversos, que tenían el precursor de la MDMA y una buena dosis de cafeina.
Pero en menos de 5 años, se pasó de eso, a tener MDMA circulando por toda España, dándole a una juventud que no había tenido relación con sustancias que actuasen sobre el alma (aparte del hashis marroquí), una droga perfecta para salir de fiesta al ritmo de una música pensada y usada para potenciar los efectos de esta droga.
No sólo les daba estimulación por su parte anfetamínica, sino que les otorgaba un sentimiento de comunión grupal, de rito colectivo, de unidad en definitiva, que era la versión actualizada y sin complicaciones de los años dorados de la LSD en los USA.

Aunque actualmente se han sintetizado muchas moléculas relacionadas con la MDMA - últimamente la familia de las beta-ketonas como la Methylona, bk-MBDB, bk-MDE y sus variantes, ninguna ha conseguido reunir la sinfonía de efectos que esta tiene.
Ciertamente algunas aumentan la empatía, otras estimulan, otras te hacen tener buenos momentos de reflexión pero sin comunicación... no hay ninguna que mejore la complejidad y magia de la MDMA.

Volviendo a la cuestión inicial, sobre la forma de llamar a estas sustancias, el termino inicial de empatógenos fue cuestionado por algunas personas, entre ellas David Nichols, uno de los mejores activos en el estudio y creación de nuevas sustancias enteógenas.

Había dos razones que se argumentaban al respecto.
La primera, como en el caso de psicodélico vs. psiquedélico, era evitar la connotación peyorativa que el termino "patho" podía añadir, ya que en medicina se usa principalmente para referirse a la enfermedad o al agente causante del mal (patología, cardiopatia, etc.), y la segunda se refiere a la pluralidad de acciones que causa la MDMA, y que si bien suele provocar empatía, no es ni la única ni la más importante de sus acciones, siendo considerada por algunos como una especie de "efecto secundario".

Nichols propuso el término entactógeno, también de origen griego pero con la raíz "tacto" argumentando entre otras cosas, que la sustancia generaba un estado en que el sujeto se ponla en contacto con su material psicológico interno, sacándolo a flote y facilitaba los estados introspectivos.

En la actualidad, parece que el término entactógeno ha ido ganando aceptación frente a empatógeno, si bien ambos términos son equivalentes ya que se usan para referirse a las mismas sustancias y efectos, pero en la literatura científica parece ajustarse mejor el neologismo acuñado por Nichols. Tal vez en un futuro, la ingeniería química nos brinde moléculas que encajen en un grupo y no en otro, dejando así de ser sinónimos en la práctica.

Es la historia de una curiosidad lingüística que al mismo tiempo nos trae a la realidad de un mundo en el que los profesionales de la salud, y en último término los pacientes, no pueden disponer de ningún fármaco que tenga esos efectos. Mientras en cualquier país europeo, se consumen cientos de miles de pastillas de éxtasis o similares cada fin de semana, probando de facto su seguridad, ya que a pesar de los peligros de un mercado negro y de la falta de control sobre esas sustancias, los casos de muerte o problemas son anecdóticos estadísticamente y no responden normalmente a situaciones de consumo inteligente, en el que se maximizan los placeres y se minimizan los riesgos.

En el plano médico, por último, hay sustancias que controlan los síntomas y otras que actúan sobre las causas. Unas tapan y otras curan.
Posiblemente los mayores enemigos de una hipotética legalización de la MDMA, sean aquellos que se hacen de oro vendiendo antidepresivos.