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viernes, 17 de mayo de 2024

Entrevista a "El Coleta", RAP KINKI!!

 Entrevista a "El Coleta", pope del RAP KINKI!!


Alrededor del año 2011, un amigo me pasó un vídeo de un artista llamado “El Coleta”. El tema era la canción “Olé” y tras escucharla -hipnotizado- durante todo el día, quedé enganchado a la propuesta artística de este creador. Aunque usaba los esquemas del rap (estilo musical que nunca había explorado), sus temas iban cargados de menciones a los años finales del siglo XX y a los personajes que poblaron la recién nacida España de la democracia: los kinkis. 





Esos referentes comunes, me sirvieron para explorar su obra más a fondo, y posteriormente probar con otros autores; jamás habría buscado nada en el rap de no haber sido por ese providencial encuentro con su música. Junto con unas bases llenas de sintetizadores -sonando en busca de la distorsión más macarra- desfilaba el curioso universo de este chico, cantándole a los “alegres bandoleros” de su infancia, allá por los años 80.





P: “Soy el mordisco de Mike a Evander, soy el humo del polen virgen, soy un tirón desde una Scooter y moviendo ficha soy Bobby Fischer”. ¿Quién es "El Coleta"?


R: El Coleta soy yo, y es tanto el nombre por el que me empezaron a conocer en mi barrio -cuando me dejé coleta- como mi nombre artístico. Artísticamente, prefiero que me definan otros.


El único tipo del mundo que no tiene un smartphone y aún usa cabinas....


P: ¿A qué edad comenzaste en esto?

R: Pues relativamente tarde, con algo más de 20 años.


P: Entonces no había un político de pelo largo haciendo de “okupa” con tu apodo... ¿Te molesta esta sobre-explotación de tu nombre artístico?

R: Siempre da para el chiste fácil. A veces me molesta y a veces me hace gracia; preferiría que le hubieran puesto otro apodo, pero no me quita el sueño tampoco.





P: ¿Qué te movió a dedicarte a la música? ¿Qué necesidad cubría?

R: Cuando empecé a hacer música, lo hice medio de coña. La persona con la que empece, el Junior AKA Dr.Tube, era un amigo de la adolescencia que siempre estaba diciendo de montar un grupo. A mí me hacia gracia, porque no teníamos ni puta idea de música ninguno y eramos unos perlas más que nada.

Tiempo después cuando descubrimos programas para hacer música por ordenador yo empece a escribir y le metí a él el gusanillo de hacer ritmos, también con el ordenador. Y así empece de coña; luego poco a poco me fue entrando el veneno hasta ahora. Supongo que en su momento, hacer música me servía para descargar violencia y mala ostia, de una manera menos peligrosa para mí y para el resto de la gente





P:¿Qué es el Quinqui-Rap o Kinki-Rap? ¿Ambos términos definen lo mismo?

R: Yo siempre he definido mi rap como “Rap Makarra”. Dentro de “lo makarra”, entre otras cosas, está lo “Quinqui” y lo “Kinki” (separo estos dos términos para remarcar que lo “Quinqui” seria lo quinqui ochentero, y lo “Kinki” seria lo quinqui contemporáneo). La peña hacía en un principio rap "delictivo" con mucha influencia de lo yanqui , pero algunos empezamos a llevarlo al rollo kinki de aquí. Habrá gente que me deje por ahí, pero los primeros que podían hacer un rap que se pudiera denominar quinqui, fueron “HinchuBoys”, un grupo de la vieja escuela. Luego -mucho después- gente de Madrid como Toscano, Javier Petaka o yo mismo.

Ahora mismo, en la escena del rap, ya es normal usar este recurso pero al principio no lo era. Luego, la particularidad que tiene mi rap es que yo -aparte de lo Kinki- empece a usar muy a saco lo Quinqui, con todos lo referentes estéticos y de contenido del “cine Quinqui”. La peña estaba flipando con Tony Montana y yo empece a fliparlo con el Torete y el Pirri. Ahí fui el primero y prácticamente el único. Tan solo Jarfaiter -que yo sepa- con su propio estilo y particularidades, va por lo mismos caminos en cuanto a referentes.




P: ¿Qué te hizo flipar de esos “alegres bandoleros” como El Jaro, El Pirri, El Pera, El Torete, El Nani o El Vaquilla?

R: Cumplieron la máxima de “Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver” (algunos más que otros). No es lo que quiero para mí o para lo míos, pero tiene cierto romanticismo. También tiene la parte atractiva de que algunos saltaron al cine, directamente desde el barrio. El fliparlo temáticamente -en mi música- también es por darle el toque “iberiko” al asunto.


P: ¿Es preferible acabar como El Jaro o El Nani, o terminar pasándote al enemigo como El Pera?

R: Ni una cosa ni otra, la verdad.


P: ¿Qué es ser macarra?

R: Hay una parte estética y también una de actitud que, evidentemente, están ligadas. Si eres un macarra, aunque te pongas un traje caro, te quedará “macarrilmente”.

También puede estar en la forma de hablar, en el propio contenido de lo que dices, o en la manera de actuar ante la vida. En cualquier caso es un concepto muy abierto, del que cada cual puede tener su significado en la cabeza.






P: ¿Macarra se nace o se hace?

R: Pues un poco de las dos, la chulería muchas veces es genética, jaja.


P: ¿Cómo casan RAP y delito?

R: El rap empezó como una música más festiva, pero fue tornando a un música que contaba lo que pasaba en los barrios bajos. Entre otras cosas hablaba de la delincuencia, y posteriormente surgió un genero temático en sí, el “GanstaRap”. Delito y rap están relacionados, aunque no es obligatorio que hable de ello.



P: ¿Te han detenido? ¿Has “tocado el piano” para las FFCCSE?

R: No. He estado alguna vez a punto y he tenido juicios pero, por suerte, no.


P: ¿Qué opinión te merece la policía como institución? ¿Es factible una sociedad sin dichos cuerpos?

R: Las fuerzas de represión del estado están al servicio de los gobiernos, no de los ciudadanos. Partiendo de eso, son en cierta manera, enemigos del pueblo. A ti te esposan por nada, y a Rodrigo Rato le detienen con mucha delicadeza. Para llegar a una sociedad sin esos cuerpos habría que hacer muchos cambios, muchísimos, pero creo que sí que se podría.




P: Quiero perros que muerdan al amo, y no perro-flautas levantando las manos...¿Cómo ves la realidad de la relación entre la policía y el ciudadano hoy en España?

R: Pues creo que entre la gente que está en la calle, y no me refiero a que esté delinquiendo, sino que sepa de qué va la vaina (gente normal trabajadora), hay división de opiniones. Una gran parte de ella desconfía totalmente de la madera, sin tener nada que ocultar ni ser delincuentes potenciales. Y eso se palpa.



P: Cuando grababas el vídeo de M.O.torsport... ¿se presentó la policía nacional en medio del rodaje?

R: Sí pero, sin que sirva de precedente, confieso que esa vez no nos tocaron mucho la polla.




P: Si tienes que elegir pasar por un control con nacionales, civiles, o municipales... ¿cuál consideras que es la mejor opción?

R: Las Guardias Civiles de mi vídeo de “Siempre”.


P: ¿La música acerca o aleja del delito?

R: Yo creo que cualquier cosa que te mantenga ocupado -y te dé motivaciones- te aleja de caer en adicciones, que te pueden llevar al delito al tener que cubrirlas económicamente. En el caso de la música, poder decir lo que quieras te sirve de válvula de escape: te puede ayudar a soltar lo malo y ser menos agresivo. Y si además lo escucha gente y les mola pues te vas a sentir bueno en algo, te va dar confianza en ti mismo y te va alejar de la frustración. Ya si puedes ganar pasta con ello, pues te debería alejar del delito porque no te vas a tener que buscar la vida de mala manera.


P: ¿Son las drogas algo intrínseco al RAP?

R: Puede parecerlo, pero no tiene por qué; las drogas son consustanciales a todos los ámbitos de la vida. Se ve droga por todos los lados: en la política, en el deporte, en todo. De estilos musicales no hace falta que ponga ejemplos, desde el punk, al flamenco pasando por cantautores...

No quiere decir que todo el mundo se drogue, evidentemente, pero muchos sí lo hacen. Y si incluimos el alcohol que -evidentemente- es una droga legal, ni te digo ya.




P: ¿Y cuál es tu opinión sobre el cannabis y su actual situación legal?

R: Mi opinión sobre el hachís y la hierba, es que como con toda sustancia su uso moderado puede ser positivo, pero su abuso y estar enganchado, no es bueno; depender o necesitar cualquier sustancia te hace débil.

Evidentemente estoy en contra de su prohibición y marginación, estando el consumo de alcohol normalizado, cuando su abuso es infinitamente mas dañino y peligroso que el abuso de la hierba. El alcohol causa mayores daños derivados para sus usuarios, y no digamos ya para la sociedad; sólo tienes que tratar con personas que sean unos auténticos fumetas y otra que sean unos borrachos para comprobarlo .

Y no sólo alcohol o las sustancias ilegales: hay montones de anuncios en la tele -a cualquier hora- anunciando casas de apuestas. Salen famosos anunciándolas, te meten cuñas en la radio y los propios comentaristas deportivos promocionándolas, diciendo que las cuotas ofrecidas son la ostia. Los barrios obreros se llenan de casas de apuestas mientras tú no puedes bajarte a un parque a fumarte un canelo, o ni siquiera llevarlo encima.

No sé si estoy a favor de un modelo legal para el cannabis, porque eso llevaría a la regulación y seguramente el estado lo monopolizaría. Lo que sí estoy a favor -sin duda- es de la despenalización del autocultivo para el propio consumo. En todo momento estoy hablando de fumarla, porque sus otras vías de consumo y propiedades medicinales me parecen de puta madre pero realmente no tengo grandes conocimientos sobre ello como para opinar con propiedad.

Igualmente que me parece bien controlar que la gente no conduzca fumadísima, me parece una vergüenza y un ataque a la libertad personal los “drogotest” con los que le están encalomando multones a la peña, por haber fumado días o semanas antes. Eso ni es justicia ni es seguridad vial.



P: Desde tu tema con Jarfaiter -“El Pico 3”- grabado casi como un homenaje a la serie de “El Pico” de Eloy de la Iglesia, si hay una droga que se distingue en tus temas, es la heroína. Y siempre con un mensaje negativo al respecto como “el caballo sólo te lleva al hoyo”. ¿Por qué?

R: Porque de pequeños vimos a los yonkis y los estragos que causaba en la peña. A mí se me grabó a fuego que sería la droga que nunca probaría, aunque la cocaína es igual de peligrosa y encima, al estar mejor vista, es mas peligrosa aún.





P: Hace poco has colaborado en un tema de los Narco -”Dame Argo”- en el que sales parafraseando el tema “Caballo Galopando” de Queco. También has sacado un tema con Vinnie Dollar con el título de “Yonki”, que dice: “Yonki no naces, yonki te haces. Y si te haces pues yonki te mueres”. ¿Un mensaje preventivo?

R: En ese tema estoy hablando principalmente de los yonkis de heroína y cocaína. Y viene a decir eso: que nadie es yonki de nacimiento -aunque pueda tener tendencia a consumir drogas- y que una vez que uno se engancha, aunque se quite, siempre sera yonki.



P: Sé que apoyas la tesis de que la heroína fue usada -de forma intencional y directa- para “controlar” el País Vasco en la época de ETA. ¿Por qué?

R: Aun no he leído el libro de JC Usó sobre ese tema -cuando caiga en mis manos lo leeré- pero sí he leído el de "A los pies del Caballo" de Justo Arriola. Mi opinión ya era esa misma, antes de leerlo, y su argumentación la refuerza. Mi padre siempre ha sido bastante "conspiranoico" en todos los temas políticos, le gusta mucho la historia -como a mi- y sabiendo de historia (que obviamente nos llega ya manipulada) se puede aprender cómo funcionan los estados y los mecanismos del poder.



P: ¿Qué paso en “Cuéntame” con la señora del tercero?

R: Solo se la metí pa' dentro (la bombona).




P: ¿Cómo se gestó tu aparición (como butanero) en dicha serie?

R: Tras publicar con Cecilio G. el tema de “Antonio Alcántara”, desde la cuenta oficial de la serie nos lo agradecieron. Yo les contesté diciendo que a ver si me sacaban en algún episodio. Tras eso, se pusieron en contacto, lo hablamos y se pudo hacer al final, aunque hubo suspense, jajaja.





P: Hace unos días ha salido un tema de Tangana en cuyo vídeo participas y, podemos añadir que das cojonudamente en cámara. ¿Cómo surgió? ¿Difería mucho de lo que suele rodear a un vídeo tuyo?

R: Conocía al Tangana de hace tiempo (de antes de que fuera Tangana) y en lo que habíamos coincido me llevaba bien con él. A través de un colega común me contactó, me contó el proyecto, lo pensé y lo hice. Estuvo bien el rodaje, yo ya tenia algo de experiencia en otro rodaje serio. No tiene nada que ver con un rodaje mio, eso es un vídeo hecho con medios y a través de una productora; sólo tienes que ver los títulos de crédito para ver cuánta peña esta detrás e imaginarte el presupuesto. Mis rodajes son muchos mas familiares, más vertiginosos (siempre nos falta tiempo) y sacarlos adelante es toda una experiencia. Desde aquí aprovecho para agradecer a toda la peña que lío para mis vídeos y que siempre lo dan todo.





P: Al mismo tiempo que salía el tema de “Bien Duro” de C.Tangana, sacaste tú un tema llamado “Yo quiero ser Tangana” que es una versión del “Yo quiero ser Alaska” de Siniestro Total. ¿Cómo se conjugan estas dos cosas al mismo tiempo?

R: Ese tema lo tenia pensado de hace tiempo. Alguna vez he cantado en directo la versión original de Siniestro Total con "Novedades Carminha" y de ahí se me ocurrió . Entonces, al salir este vídeo, se daba el momento perfecto para sacarlo. El tema es un vacile, no dice ninguna mentira y no es un ataque personal a Tangana. Como te he dicho, a Tangana como persona le conozco, y me cae bien. El tema puede criticar su figura artística, pero también denuncia la hipocresía de criticarle cuando muchos harían lo mismo que él para estar en su lugar. C Tangana no me ha dicho nada del mismo, pero lo ha retuiteado desde su cuenta, jajaja. Todo bien con él. ¡Desde aquí le mando un saludo!




P: ¿Te has planteado abrir nuevos horizontes fuera de lo musical y dentro de la pantalla? Eres un tipo que tiene una imagen realmente peculiar y eso tiene un mercado.

P: Claro que me lo he planteado, estoy en ello . He rodado una película como protagonista "Quinqui Stars", que es una peli medio documental pero actuó bastante. Hay alguna otra cosa abierta por ahí, y espero que después del estreno de la peli me salga algún papel más, aunque lo que me fliparía en el futuro es dirigir.


P: ¿Practicas la autocensura al escribir tus letras?

R: Al final no somos ajenos a la sociedad, y alguna vez te puedes plegar a ser políticamente correcto. Aunque la autocensura que me pueda aplicar, siempre va ser de palabras y no de ideas, lo cual es bueno porque te lleva a decir lo quieres decir con metáforas o dobles sentidos y eso enriquece las letras.


P: En tu serie X, en temas “bakalaeros” como el de “Bakaluti Durruti” o con Muéveloreina en “Camaradas Cañeros”, hay una clara tendencia a la denuncia social. ¿El bacalao se presta mejor a ello musicalmente? ¿Pedirá el pueblo, en su hartazgo, que salven a Barrabás?

R: Hice “Vota al Partido de la Ruta - PDR” con “Niño de Elche” y, de ahí, se me ocurrió hacer una serie de temas, con música bakalaera pero con contenido político; entre otras cosas porque me parecía curiosa la mezcla. La labor de los poderosos es que se salve siempre Barrabas y, de momento, hacen bien su trabajo.




R: Me encanta la canción de “Las kinkis son guerreras” -un canto a la mujer activa- pero... ¿el rap hecho por varones es irremediablemente machista, salvo puntuales excepciones?

P: Eso está bastante en la idiosincrasia del propio género musical, como también ese machismo ha estado en la sociedad. Y al igual que la sociedad avanza -o eso nos hacen creer- el propio género evoluciona e imagino que, cada vez más, se irá despojando de ello.


P: ¿Y homófobo? No es difícil encontrar lenguaje que lo parece en el rap y es tan difícil encontrar un rapero varón que sea abiertamente homosexual, como un futbolista o un torero que lo haga público.

R: Bueno, van saliendo raperos que se declaran homosexuales y que hacen gala de ello en las letras explícitamente, bastante más que futbolistas y toreros, creo que yo .



P: De los últimos temas que has sacado en vídeo está “Siempre”, una rumba canalla de tu próximo disco. ¿Es una advertencia sobre lo que vamos a encontrar? ¿Se puede pisar con soltura en el Rap, el neo-bakalao hispano y la Rumba Quinqui al mismo tiempo?

R: Bueno, es una confirmación más que una advertencia. Mi próximo trabajo se llama Neokinki, y lleva tres EP's de distintos géneros: el ya publicado "La Ruta de los X's", "RumbaPop" y un tercer EP de otros 4 temas titulado "Flamenko & Knife Fight"





P: Otra de las características más relevantes de tu trabajo es el uso de términos que no encontramos con facilidad en el lenguaje actual. ¿Que es un kelebra? ¿Bima equivale a coche? ¿Qué son “Etruscos y Questras”? ¿Aros y riñones?

R: Kelebra viene del hebreo y significa “perro malo” (o eso dicen en la peli del "Caso Slevin", de donde lo he sacado, jajaja). Bima es un BMW , viene de Bimmer -pronunciado “bima”- y sería un anglicismo “acastizao”. Etrusco's y Questra's son los balones oficiales de los mundiales de fútbol de Italia 90 y U.S.A. 94 . Los aros son el símbolo de Audi, mientras que los riñones son los cromados con forma de riñón en la rejilla de la delantera de los BMW.



P: ¿Por qué ese gusto por los coches antiguos y por el oro? ¿Qué coche antiguo escogerías?

R: El oro brilla, es hipoalergénico y se lo puedes dejar a tus descendientes o empeñarlo si lo necesita para comer. Los coches antiguos son preciosos, es imposible escoger uno sólo, pero un Bmw 850CSi no estaría mal.





P: ¿Eres de los afortunados que puedes decir que vives de la música o eso queda aún lejos?

R: Se puede decir que sobrevivo, pero al menos hago lo que me gusta y puedo llevar mis niños al cole e ir a recogerlos, casi todos los días.




domingo, 11 de febrero de 2018

Bitcoin y el 2018: sopesando el cripto-panorama.

Este texto fue publicado hace un par de semanas en la página líder de información sobre Bitcoin en castellano, ElBitcoin.Org, y es un buen momento para colgarlo aquí, ahora que muchos están mirando (entre asustados y emocionados) lo que está pasando en el criptomundo.

Esperamos que os sea provechoso... ;)

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Estas Navidades de 2017 hemos vivido uno de los mayores picos informativos sobre Bitcoin en España, y parece que ha sido su desembarco –de forma sólida– en los medios. Ahora, en “Los Desayunos de TVE” en la 1ª cadena, te cuentan cómo es la Blockchain, para todo lo que sirve y lo mal que le va al Bitcoin que ha perdido la mitad de su valor, e incluyen de forma repetida las criptomonedas en su parrilla informativa.
Hablan del riesgo de colapso de las criptomonedas, pero no dicen nada del silenciado riesgo de colapso de todo un sistema financiero basado en una mentira sostenida. Dicen que existe mucho riesgo en las criptomonedas pero que, por suerte, ese riesgo no sería sistémico. Lo de sistémico –en España– nos suena a “factura común”, como ocurrió con los banqueros rescatados y cuyos dirigentes ahora llenan nuestro juzgados, cárceles y tumbas (recuerdos para ese día de tortilla en el campo que se pegó Blesa). Al menos, si el chiringuito de las criptomonedas se cayera por cualquier razón, no tendríais que pagar todos las decisiones de unos pocos: cada palo aguanta su vela.
Los niveles de adopción como instrumento financiero (mayormente inversión y especulación) de Bitcoin y otras criptomonedas están más fuertes que nunca, y nos espera un 2018 movidito y divertido. Si esta Navidad de 2017 ha sido así, no quiero imaginar cómo será la de 2018.
¿Qué espero para este año? Pues cosas buenas, para todos menos para BitCOREcoin. Por supuesto, este año se verán destapados muchos fraudes –como el esquema Ponzi de Bitconnect que ha caído ya– y otros nuevos serán creados para la masa que se dispone a entrar en el mundo cripto. Son muchos y vienen en manada.
En estos días, he tenido propuestas para minar en Venezuela y en Marruecos, y también para participar en una venta de una cantidad superior a los 25 millones de euros en criptomonedas (con su correspondiente comisión, claro). Mi madre –que es matemática de hobby y química de formación– ya me dio dinero para invertirle en septiembre, y mi padre hizo lo mismo en diciembre.
En diciembre estuve también con “El Coleta” de Moratalaz, conocido rapero padre del Rap Quinqui o Rap Kinki, fumando unos canutos en un parque –como solemos hacer siempre que quedamos– y a pesar de ser un personaje (porque es un personaje y eso no se puede discutir) que no tiene un teléfono con Internet (ni Whatsapp ni nada, por voluntad propia), cuando le dije que quería unas camisetas me contestó: “Vale, pero me las pagas con Bitcoin CASH”.
¡Coño! Cómo ha cambiado el panorama…
La primera vez que contacté, en el año 2015, le ofrecí pagarle unas cosas con Bitcoin. Me dijo que no lo aceptaba, porque los porros los pagaba con euros. Le contesté que yo pillaba mi wax y shatter de cannabis con Bitcoin, pero no le convencí. Tiempo después nos vimos en un concierto –le vi tras el concierto, porque echaron a un tipo que iba conmigo por ponerse a fumar porros en la sala– y ese día me reconoció que ojalá hubiera aceptado mi oferta en su día, porque el precio del bitcoin se había multiplicado (hace más de un año ya). Esta vez, lo de que le pagase con Bitcoin CASH no era una opción sino un requerimiento: me pagas con. Asertivo y claro.
Curiosamente “El Coleta”, a pesar de ser ese personaje macarra y kinki que se ve en los vídeos, es también un padre de familia más que se tiene que buscar los garbanzos, y fue de los primeros que escuchó hablar de Bitcoin: seguramente antes que yo. Me contó que él había conocido Bitcoin en el año 2010 en un foro de Internet sobre inversiones, llamado Burbuja.info, pero que no lo había visto claro (no se puede tener tiempo para todo y querer hacer todo) y no se había metido a fondo en ello.
Yo me alegro de que esto fuera así, porque sé que el dinero tiende a quitarle el colmillo al lobo, y gracias a que este joven músico es como es, yo puedo disfrutar de sus creaciones. Y es más, me ha picado —por su culpa, claro— el gusanillo y me voy a comprar un BMW, que viajo mucho oye…
La cosa es que se nota y se siente que Bitcoin ya no es aceptado por la gente como algo raro, extraño, difícil de comprender. Creo que a día de hoy he enseñado a más de 100 personas (de jóvenes a ancianos) a manejar sus criptomonedas, y ahora existe una demanda intensa y activa de formación en la materia como no ha existido antes. He recibido ya varias ofertas –y sigo recibiendo– para educar a jóvenes sobre el Bitcoin y las criptomonedas y ofertas también para clases particulares a adultos que quieren tener una buena comprensión del asunto.
También he podido comprobar cómo los CEO de un montón de negocios relacionados con las criptomonedas, no tienen ni puta idea del asunto. En mi ciudad hay ya joyerías que compran y venden criptomonedas, pero no les pidas ninguna comprensión seria de lo que manejan ni que procesen correctamente lo que está pasando: se escandalizan por las tarifas que la chapuza de CORE está infligiéndole al falso Bitcoin pero no conocen aún a BitcoinCASH.

Con este panorama, es difícil no soñar con un nivel de adopción varias veces superior para este 2018. Eso nos sitúa ante un panorama cómodo pero complejo en un punto: si bien Bitcoin CASH está recibiendo todo el apoyo que BitCOREcoin está perdiendo por su nefasta política (el secuestro del repositorio y la perversión de la idea original), a ojos de los inversores menos entendidos estamos disparando contra el valor de la unidad de referencia, que a día de hoy para el “n00b” en criptomonedas, es BitCOREcoin.
Aunque la realidad posterior al fork pueda resultar confusa para el novato, los incentivos económicos en juego seguirán actuando implacablemente. El futuro de Bitcoin CASH se ve claro y meridiano, con tarifas bajas y confirmaciones rápidas, y el de BitCOREcoin bastante negro, con tarifas cercanas a 50 pavos por una transferencia. Parece que a Adam Back y sus “habitantes de Hamelin” no les cabe entender que el valor se deriva del uso y la adopción de la moneda, sea la que sea, y que una moneda que no es posible usar (sin unos costos desmesurados y una penalización seria a la fluidez del capital) no puede retener el valor que se le atribuye, y menos aún en un mundo que huye del concepto de “fiat”, sea quien sea el emisor, porque nadie parece de fiar en el manejo de estos intrumentos.
Pero –como dice Rajoy– la realidad es terca y la económica se impone a base de lecciones duras y molestas para quienes se empeñan en obstaculizar el natural camino del mercado libre. Este 2018, veremos como la distancia entre CORE y CASH se va cerrando como un nudo de horca alrededor del cuello del ocupante del patíbulo. No es que me alegre de la desgracia ajena, es que no me puedo lamentar por un secuestrador y menos si lo que ha robado es la libertad asociada a la mejor idea relativa a la soberanía financiera de los individuos.

Sé que no veremos a BitCOREcoin caer de manera repentina, como lo ha hecho Bitconnect, aunque reconozco que me gustaría. Bitcoin sigue siendo el sonido que hace que los oídos se destapen cuando la gente juega con la idea de acercarse al mundo de las criptomonedas, pero es Bitcoin CASH el que buscan en cuanto se dan cuenta de lo que está ocurriendo y las restricciones al libre movimiento de su dinero. Todos hemos pasado por Bitcoin, pero todos estamos acabando en Bitcoin CASH: no nos gusta que nos tomen por gilipollas ni nos metan la mano en el bolsillo.
Y como el tiempo da y quita razones, nos vemos aquí a final de este año para comentarlo.

Hoy el mercado paga 6,5 bitcoins CASH por cada BitCOREcoin. 
¿Cómo acabaremos 2018? 

PS: No os perdáis la canción que los Nasty Bits le han dedicado
a la gentuza de Blockstream y Adam Back....
BACK OFF BLOCKSTREAM!!


martes, 15 de agosto de 2017

Alba - Bautismo

Este cuento corto, que fue el inicio de una serie que publicó algún capítulo en el portal Cannabis.es, es un relato de ficción en la que se camuflan muchos elementos verdaderos. Dada la naturaleza de lo narrado, dichos datos están convenientemente ofuscados. Por desgracia la historia tiene más de real de lo que a cualquiera nos gustaría, además ocurrió en estas fechas del 15 de agosto y la España cañi, y es simplemente un vehículo para contar cosas que no se pueden contar de otra forma (como que se venda la marihuana robada a los cultivadores en una casa cuartel, u otras peores).

Sin más, aquí quedáis, en manos de Alba.

Habrá más.

:))




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BAUTISMO


“Jodida puerca...” dijo, antes de escupirme a la cara y mientras iniciaba el movimiento de desabrocharse el negro cinturón de cuero de hebilla dorada que señalaba donde tenía que meterle una estaca a ese hijo de puta, para que dejase de ensuciar este mundo.

“Ya sabes lo que toca, zorrita...”

En un instante recobré una cierta consciencia de todo lo que me había llevado allí. A estar jodida, a sentir esa náusea, a verme inerme ante una mole grasienta y apestosa de malas intenciones. No porque quisiera follarme; no tenía problema alguno. Quería hacerlo cuando yo no quería.

Y el hijo de puta había aguantado los dos codazos en la cara, tras la patada en los huevos; estaba muy jodida. Me venía a la cabeza la película “Lamatanza caníbal de los garrulos lisérgicos” con Cesar Strawberry y el gran Manquiña, pero no me hacía ni puta gracia aquello. Me había metido en la boca del lobo yo sola, en el León rural y profundo de la España cañí. Lo que menos esperaba es que un tarado me fuera a violar en una jodida iglesia de pueblo, en las fiestas patronales de la Virgen de Agosto.

Por supuesto que ya había pasado por alguna iglesia. No por muchas, pero me contaron que el bautismo no me sentó bien: parece que tragué algo de agua y que -sin malicia por mi niñez- escupí al cura a la cara, cuando me giró y pronunció un extraño hechizo católico por el que me pasaba a llamar Alba

Como la mañana, la blanca, la pura... la mayor hija de puta del reino de Dios, es lo que debió pensar aquel cura. Aunque de eso hacía ya 19 años.

Volvía a estar allí y -esta vez ya me habían dado las hostias- me querían dar los Santos Óleos, pero a brochazos en el perineo. No tenía fuerzas y la rodilla que el bastardo había incrustado en mi costado, me tenía doblada por la mitad: me podía poner con el culo en pompa como una perra y partírmelo en cuatro sin que yo pudiera defenderme ya. Y en ello estaba el tipejo, cuando se escucharon unos pasos que pisaban el mismo suelo de lápidas que nosotros.





Recuerdo como aquel picoleto emitió una especie de gruñido imperativo -con esa altanería de paleto que suelen gastar en ciertas zonas rurales- preguntando quién andaba ahí. A su pregunta no escuché respuesta alguna, sino más pasos acercándose.

El tipo echó mano a su canana. Y acarició el cierre, abriéndolo con la delicadeza que no me estaba dedicando precisamente a mí, mientras deslizó la pistola en su mano derecha. En ese momento los pasos se detuvieron. El tipo graznó, algo más asustado, pero fingiendo más aplomo -el que le daba la pipa, claro- que la vez anterior.

“¿Quién coños anda ahí? Sal que te vea o te voy a buscar, rata!!”

Y esa fue la primera vez que escuché su voz: “Yo soy el Padre Heredia.”

El tipo saltó hacia atrás y deslizó rápido la pistola en la canana, mientras se le escapaba un cómico gesto que bailaba a medio camino entre santiguarse y el saludo marcial.

“¡Padre! Qué susto nos ha dado. Hemos venido yo y una amiga a charlar aquí, un poco más apartados, usted ya me entiende...”

“Claro cabo, por supuesto que le entiendo...”

Su voz sonaba tan ambigua ahora como grave y pesada antes. No era capaz de discernir si mientras decía eso, estaba frotándose la polla por encima de la sotana o simplemente se estaba achantando ante la situación. El cabo tampoco alcanzó a ver qué tono portaba la frase y volvió a probar suerte.

“Bueno, Padre, si no se le ofrece nada más... si quiere usted, me deja las llaves y yo le cierro la iglesia. Queda en buenas manos...”

“Toda suya, cabo...”


Sonó inquietante. Si no es por las llaves que le lanzó, hubiera creído que hablaban de mí. El cura añadió, sin acercarse más en ningún momento, que saldría por la puerta de la sacristía porque tenía que recoger unas cosas para un enfermo que necesitaban la Extrema Unción con la extrema urgencia habitual de la muerte.

Me iba a dejar allí sola, pero ya estaba acostumbrada a no meter a terceras personas en líos por mis asuntos, y a pagar -a veces muy caro- mi atrevimiento y falta de sentido común. Pude haberle pedido ayuda pero no lo vi claro, y no quise hacerlo. Escuché cerrarse la puerta y, como si fuera un gatillo, eso disparó al cerdo sobre mí. La conversación con el cura me había permitido ganar tiempo y recuperar el aire, aunque no me resistí. No tenía tanta fuerza.

Así que siendo pragmática: ¿qué podía hacer? Relajarme; necesitaba pensar. Estiré mi mano y noté su polla dura, así que la cogí y empecé a jugar con ella. El viejo alcohólico dio un brinco y mugió “...a esta putita le va la marcha, eh?” mientras yo me entregaba al placer de ser violada por un abusador con placa. Me seguía dejando hacer, pero con mi mano lo que evitaba era que me violase aunque él paleto armado creía que yo jugueteaba, cachonda perdida aplastada por semejante marrano con forma humana. Pero vi que no podía seguir mucho así y que tenía que decidirme: ¿qué hacer?

Me tiré a sus labios y los besé al mismo tiempo que con la cintura me frotaba contra su ombligo, como si estuviera en mitad del orgasmo más incontrolable de mi vida, y le pasaba la lengua por esa asquerosa boca putrida, hasta que él introdujo aquella masa de carne con sabor ocre a tabaco negro y coñac en mi boca. Era como una serpiente molesta paseándose por tus papilas gustativas, de la misma forma que el caballo de Atila dejaba yermo el suelo a su paso. Un plato exquisito, que no soportaba ya más...

Lo siguiente que recuerdo fue un tirón intenso y cómo mis mandíbulas chocaban entre sí, mientras mis uñas se hincaban con fuerza en las pelotas del picoleto, y notar el calor de la sangre chorreando en mi mano...

Y cómo casi me trago la mitad de su puta lengua; la escupí tan rápido como la rabia me permitió abrir la boca. Mientras, el tipejo gritaba ahogándose en sangre mientras no sabía si llevarse las manos al escroto, que le había abierto como un calcetín dado la vuelta, parándome en la uretra: mis dedos no llegaban a clavarse más.

Pero el cabrón se levantaba y estaba sacando su arma. No tuve tiempo para pensar: di una patada a un viejo cepillo de limosnas, clavándole al mismo tiempo mi tacón para fracturarlo y cogiendo -casi al vuelo- uno de los trozos más astillados de los pedazos que saltaron. Según me volví se lo clavé en el abdomen y se escuchó un grito lacerante en mitad de la casa de Dios: el violador cayó sobre sus rodillas y, como si fuera un diagrama de flujo expandiéndose, una mezcla de orina y sangre empezó a fluir de su perforada vejiga. Estuve por un instante -atónita- observándole pero pronto me di cuenta de que me iba a comer hasta los marrones de “el Lute” y que tenía que correr, sin mirar atrás...

Busqué instintivamente algo con lo que rematarle: peor que una condena era un psicópata como ese persiguiéndote. “No quiero moribundos que me busquen” era lo que resonaba en mi cabeza mientras abría un pequeño portón que contenía una botella y un cáliz, y cogía la botella del cuello para romperla y dar muerte al violador antes de huir para salvar mi pellejo. Una voz se escuchó -tajante y asertiva- detrás mío: “No. No rompas esa botella.”

Me quedé petrificada y -cual esposa de Lot mirando lo que no debía- como una columna detenida en medio de un giro sobre su eje, botella en mano. Aquella voz -que ya me sonó familia- continuó: “Deja la botella sobre el altar. Y vuélvete...”

Obedecí. Sabía que estaba cazada y que no tenía opción: no sabía qué me apuntaba por detrás y lo iba a descubrir en el acto. Dejé temblorosamente la botella sobre el altar. Miré instintivamente a los ojos del Crucificado que tenía de frente, presidiendo la escena, y sentí dolor. Me volví despacio, inicialmente mirando con el rabillo del ojo -con lo que no pude ver nada salvo el color rojo de la sangre por mi cara- pero según me sentía observada por aquel personaje, agachando la cabeza.

“Ecce homo” dijo, sin alterar su voz.

“Ecce mulier”, pensé yo.

Así era: ahí estaba. 
Expuesta y dolorida; al quedarme quieta todo empezó a dolerme. Asustada y a punto de matar a un hombre, en natural defensa propia, que había intentado violarme y al que no podía dejar con vida ya. Mis ojos marrón miel debieron contrastar con el rojo metálico de la sangre, porque cuando mi cabeza se irguió, sus ojos azul tormenta observaban -impertérritos- los míos.

“¿Qué ha pasado?” me dijo. No supe qué contestar, pero la expresión de mi cara junto con la dantesca escena debía dar algunas pistas, sin olvidar que mi ropa hecha jirones debió indicarle lo que allí había pasado. Buscando una respuesta que darle, me había hundido en mis pensamientos, cuando el goteo de la orina por la herida de aquel depredador me hizo reaccionar. Mi rostro debió explotar en un gesto asesino de ira, mientras notaba mis puños apretarse hasta hacerse de granito y mis dientes chocar hasta chillar como tizas sobre pizarras.

“No. Aquí no. Cógele de los pies.” me dijo y -de nuevo- volví a obedecer sin cuestionar nada.
Ahí le vi claramente por primera vez: era el cura de antes. El Padre Heredia, había dicho que se llamaba. Lo confirmó -el cabo- antes de que aquel sacerdote le dejase inconsciente de un puñetazo y le cargase -a peso muerto- por los sobacos.

¿Qué coños hacía con un cura en una iglesia sacando a un picoleto moribundo hacia el cementerio que había detrás? 

¿Por qué nadie llamaba a la policía? 
¿Qué hacía yo llevándole por los pies?

Cruzamos con el peso todo el cementerio y llegamos a una caseta con útiles, palas y picos y material de jardineria principalmente. Allí le dejamos caer a plomo; a mí el pánico me daba fuerzas de flaqueza aunque el cura respiraba intenso, pero no nervioso. Y mirándome fijamente me preguntó: “¿Cómo comenzó todo esto?”

“Marihuana... yo sólo quería un poco de yerba para fumar, porque me dolían los ovarios y tiene que bajarme la regla...” contesté a la vez que me escuchaba y las palabras parecían tan falsas que ni a mí me sonaban reales aún siendo la verdad.

“¿Te vendía él?”, inquirió.

“No. Un amigo me dijo que en la Casa Cuartel de la Guardia Civil de este pueblo, había comprado yerba en varias ocasiones. Al parecer se la roban a los cultivadores y la venden ellos y...” expliqué antes de que me interrumpiera con un “¿Y qué cojones hacéis en mi puta iglesia?”

Extrañamente avergonzada, como una niña reñida por el maestro, contesté: “me dijo que en fiestas no la podían tener en la Casa Cuartel porque venían muchos mandos superiores a la fiesta grande de la localidad, y que tenía un pequeño depósito en la iglesia. Me convenció y piqué... Lo siento.”

No sabía qué decir, ni qué sería lo siguiente cuando el Padre Heredia despertó al inconsciente Guardia Civil -a bofetones de mano abierta y revés- y cuando tenía su atención, le susurró cerca del la oreja lo siguiente: “Cuidaremos de tus hijos y tu familia, para que no sufran como tú...”

Los ojos del cabo se abrieron y clavaron en los del cura, e intentó decir algo. Pero sin lengua lo tenía clarinete, y sonó como un trombón ahogándose. Lo siguiente fue un movimiento -brusco- en el que la mano izquierda del sacerdote, que sostenía al tipo por el cuero cabelludo se disparó hacia fuera arrastrando la cabellera con ella, mientras la mano derecha -que le agarraba con fuerza la cabeza, ligeramente por debajo de la sien- girase en sentido contrario.

Rompió su cuello con la misma paz que se abre una botella de agua.

Yo estaba muerta de miedo, y ya casi convencida de que me tocaba a mí cuando el cura me lanzó una pala -que me sacudió en el vientre y la cara- mientras sarcástico me decía: “Si esperas que cave yo solo, tenemos un problema ¿eh?”

Terminar el agujero y taparlo -repartiendo la tierra sobrante- nos llevó dos horas. Creía que iba a morir, pero de agotamiento. Esas dos horas, no las narro: nadie me creería. El cura era un hombre de pocas palabras. Me llevó después a su casa, me ofreció ropa limpia que agradecí como nunca aunque daba la impresión de haber vuelto al siglo XX de una hostia, y me metió en la ducha. Curó mis heridas, me dio de cenar. Lavó los platos. 

Puso música: ¿“Lecciones de moderación” decía aquel estribillo?





Me dijo que le acercase una caja -de madera, labrada a mano- que tenía bajo unos libros de química en alemán. Obedecí. ¿Lo que nunca hacía con nadie, lo hacía con ese desconocido? Al abrirla, toda la estancia cambió de golpe su olor y parecía haber caído en mitad de una montaña de Kush. Él notó mi mirada en sus manos: debía notarla como si fuera el más poderoso Jedi intentando que la yerba volase hasta mí.

Lio despacio. Ni me miró. Se lo encendió y se lo lo estaba acabando, clavándoselo a cara de perro; yo me moría de ganas, pero no me atrevía a pedirle nada. Nada más. 

Entonces me miró sonriendo, como un niño pequeño travieso, y me pasó la caja de aquella yerba. Yo lie como si me fuera la vida en ello y justo antes de que me encendiera aquel costoso porro, me dijo:

“Ya sabes la lección: si quieres yerba, plántate.


Nos sobran cerdos para fabricar abono.”