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viernes, 24 de abril de 2015

FLAKKA... la neodroga caníbal.

Este texto fue publicado primero en VICE Spain y posteriormente traducido a inglés, italiano y portugués para VICE a nivel internacional, y publicado bajo pseudónimo como Alex Shulmann. Esperamos que os guste.

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La Flakka.


Hace unos tres años -una noche en el ordenador- me empezaron a llegar imágenes de un tipo arrancando la cara a otro a mordiscos. En aquel momento me quedé aturdido, porque no ocurría en un remoto lugar donde se siguiera practicando el canibalismo: ocurría al lado de una autovía en USA. Fueron las primeras noticias del que ahora es conocido -muerto ya- como el “Caníbal de Miami” y que aunque las drogas no tenían nada que ver en el asunto, tuve el presentimiento de que algo así iba a ser usado en el juego mediático contra las drogas y sus usuarios.

Era sencillo el planteamiento. ¿Qué hay que pueda explicar que una persona coma la cara de otra que está viva y tenga “resistencia sobrehumana” a las balas? Las drogas, está claro. Y en USA más todavía. La prensa pronto empezó a hablar de un drogadicto bajo los efectos de... ¿de qué? Algunos de los primeros reportes -de vecinos de la zona en las teles locales- hablaban de crack, pero existe crack suficiente en cualquier ciudad de USA como para saber de sobra que no provoca canibalismo. Entonces se buscó otro candidato (se llegó a mencionar hasta el “krokodil ruso”) y la cosa acabó aterrizando en una oscura denominación: “bath salts” o sales de baño.

La víctima, antes y después.


¿Qué droga es la sal de baño? Ninguna, pero algunas de las neodrogas legales que van supliendo al mercado -sin ser nuevas en realidad- se habían distribuido bajo ese disfraz, porque aun siendo legales como sustancias (no prohibidas) presentaba menos problema esa presentación. También se usó el formato de “abono para plantas” e incluso el de “inciensos”, pero lo de las sales de baño parece que gustó más. En una semana podíamos ver en todos los lados textos sobre las temibles “sales de baño” y muchas veces eran ilustrados con imágenes de lo que serían sales de baño reales, aumentando la histeria en un país muy poco ilustrado en drogas y acostumbrado a asustar a los habitantes como forma de control. Y eso creó las “sales de baño” como drogas.

Claro, los forenses y la gente “de ciencias” empezaron a preguntarse cómo era posible que los medios hubieran determinado que había una droga en el cuerpo del atacante y además, cuál era. No cuadraba porque no se tenían esos datos aún. Así que los medios empezaron a especular -porque como sale gratis da igual- con cuál de las sustancias en concreto podía ser, y la ganadora que nada tenía que ver, fue la MDPV o metilenodioxipirovalerona.

Hoy la sustancia ya es conocida como “droga caníbal” por la gran prensa basura. Semanas después llegaron los resultados de la autopsia completa: el atacante “caníbal” murió a balazos y no tenía resto alguno de droga en su sangre. Nada tenía que ver ninguna droga, pero daba igual: a los pocos días había todo tipo de vídeos en Youtube sobre la “droga caníbal” (aunque en ninguno se observa droga alguna) y sobre gente que había intentando comerse a otros en un ataque de locura provocado por esa supuesta droga. Gente como zombis a lo “The Walking Dead” que salían de bajos de las casas, desorientados y enajenados. Sucios sí, pero zombís no eran.

Yo hacía años que había probado la MDPV y reconozco que no me pareció una buena sustancia para ponerla en las calles: era un estimulante que te incitaba a redosificarte excesivamente por la ansiedad que creaba, y cuando subías las dosis el escenario en el que te metías no era placentero. Probada y desechada para mi uso personal. Aunque ni yo, ni ninguno de los que habíamos probado la MDPV, hubiéramos tenido ganas de comernos a nadie a bocados. Era otra fantasía más de la “war on drugs” pero quedaba marcado en esa memoria colectiva -del desconocimiento sobre drogas- del público en general.

¿Y qué tiene que ver todo eso con la Flakka?

Todo y nada: la flakka sólo es el nacimiento de otro mito inducido por los medios sobre las drogas.
En este caso, la cosa arranca cuando hace pocos meses alguien cuelga un vídeo de una persona, una mujer joven de raza negra, a quien se ve que se pone bajo la lluvia al lado de una valla, y se mueve, baila, parece agradecer al cielo que le mande agua y ciertamente tiene un comportamiento algo extraño, pero nada en principio que no se pueda achacar a la idiosincrasia de las personas o a otros factores de salud mental. No es la única persona que disfruta de un buen chaparrón de agua sin miedo, y no por eso alguien está loco o drogado. 

Pero el vídeo se colgó con el título de “Flocka is destroying USA” y parece que creó escuela. En poco tiempo, los nuevos sucesos que implicaban a personas con comportamiento errático empezaban a ser calificados de casos de la nueva droga, que ya había cambiado su nombre de flocka a flakka, y algún medio norteamericano ha especulado con que el nombre viniera de la expresión latina de “la flaca” que todos tenemos en nuestra memoria musical.

Los medios hablan y muestran gente que aparecía desorientada o hiperactiva, en un estado mental alterado, con un discurso incoherente y con fuga de ideas, gente que se quitaba la ropa y corría por el medio de la calle por la hipertermia que sufrían, gente con reacciones paranoides de miedo, y de nuevo la “fuerza sobrehumana” que siempre aparece en los reportes de la policía de USA para explicar que tal o cual persona tuvo que ser reducida por un número incontable de agentes, o de balas.

Aunque de momento no tenemos una confirmación forense de que en ninguno de esos sucesos haya intervenido una droga, los medios de nuevo han cogido la idea y han asignado una nueva sustancia candidata, la alfa-PVP o alfa-pirrolidinovalerofenona, una droga creada hace décadas que tiene un hermano mayor que a muchos les sonará más: Katovit. El Katovit era un fármaco estimulante -de la función mental- que combinaba un principio activo con algunas vitaminas, que los estudiantes usaron hasta el año 2001 de forma generosa porque, tras la retirada de la anfetamina de la farmacopea (y mercado negro) en España, fue el único estimulante de farmacia que se podía conseguir sin receta. La droga del Katovit era el prolintano, y esta “nueva droga” rebautizada por los medios como Flakka, es el prolintano más un solo átomo de oxígeno. De hecho a la alfa-PVP se le puede llamar químicamente betacetona-prolintano o “katovit oxigenado”, y para los no entendidos en química es como tener el mismo coche al que le has cambiado una rueda: hace básicamente lo mismo con alguna diferencia, para mejor o para peor. Aunque poner un oxígeno en una molécula no suele aumentar su potencia, sino al revés; como ejemplo el átomo de oxigeno de la efedrina que al ser retirado (reducción) se convierte en la mucho más potente metanfetamina. Es así como se buscan las drogas: se encuentra una activa, y se explotan las posibles modificaciones en la molécula para conseguir otros compuestos que hagan más o menos lo mismo, pero con menos dosis, o mayor duración.




Al prohibirse de forma oficial la MDPV (y otras similares), una de las muchas que podían venir a ocupar su puesto era la alfa-PVP porque venía a ser lo mismo sin un grupo químico (metilenodioxi) y había quedado fuera de la prohibición al no ser un análogo en sentido estricto para la química. Así que los vendedores de “legal highs” la cogieron por bandera de reemplazo, y los medios están haciendo lo propio: reemplazando su antigua campaña de la “droga caníbal” por una más nueva.

Así que si a partir de ahora escuchas hablar de “la flakka”, ya no es la conocida canción de Jarabe de Palo, sino la nueva histeria sobre drogas con propiedades casi mágicas como la fuerza sobrehumana (aunque al final le detuvieron) o la resistencia a las balas (aunque al final lo mataron a balazos). Aunque he consumido muchas veces -y en generosas dosis- el prolintano del Katovit y la MDPV, no he probado la alfa-PVP y no tengo especial interés en hacerlo. Pero si lo fuera a hacer, aplicaría el mismo criterio que con otras sustancias, me informaría, buscaría cómo analizar la droga y poder tomar la dosis que yo crea correcta: sin más miedos a escenas caníbales o similares.

Si bien es totalmente cierto que las actuales campañas contras las drogas se lanzan así desde los medios, eso no quiere decir que no haya ninguna verdad en ellas. La hipertermia (que puede llegar a ser mortal), la ideación paranoide, las alucinaciones no agradables en las que el sujeto se defiende de enemigos imaginarios o incluso las de alguien que puede atacar al creerse en peligro, son reacciones que encajan con lo que sería una dosis muy alta de estimulantes. No hay apenas diferencia entre lo que es una sobredosis de MDPV y una de alfa-PVP, drogas viejas desechadas por los viejos laboratorios farmacéuticos que el mercado de la prohibición ha convertido en las neodrogas. Sustancias mucho más peligrosas que las drogas clásicas y que no estarían en manos del gran público que las quiera comprar, porque nadie compra un sustituto de una droga teniendo a su alcance la original a la que imitan.

Gracias a la prohibición de las drogas, ahora cualquier chaval puede acceder a miles de sustancias que de otra forma no hubiera accedido, pero con menos información, más mitos, mentiras y secretismo. Las neodrogas como “la flakka” matan más que las de la vieja escuela, pero lo hacen de forma legal: un gran avance para la sociedad.





Para saber más sobre esta familia de sustancias -algunas prohibidas, otras vendidas en farmacia y otras legales- y tener una imagen visual de la similitud química entre ellas, aquí pueden leer un texto del año 2008 sobre el tema del autor.


lunes, 29 de diciembre de 2014

Research chemicals y Bitcoin

Este texto fue publicado en ElBitcoin.org y esperamos que os guste.

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Los research chemicals y el Bitcoin.


La estúpida e inquisitorial prohibición sobre las drogas y la consiguiente criminalización de los usuarios ha tenido horribles consecuencias para la humanidad al completo, independientemente de si uno consume drogas -legales o no- y de cuáles consume. Dentro del abanico de horrores que nos ha dejado esa infantiloide política supra-estatista, tenemos a las mafias de narcotráfico, la adulteración, el engaño vendiendo una sustancia por otra, la violencia a la que puedes verte enfrentado en el momento de realizar la compra de las sustancias, o la hipócrita coerción estatal mediante multas, prisión, amputación de miembros, tratamiento psicofarmacológico forzado con reclusión incluida y en algunos países -para alegría de ciertos sectores moralistas y enfermizos- la pena de muerte.




Aparte de esa lista incompleta de grandes logros de la guerra contra las drogas, tenemos a los “research chemicals”. Ese es el nombre con el que cientos y cientos de compuestos se han conocido en los círculos habituales de la psiconáutica. Es el nombre más técnico que usábamos mayoritariamente hace décadas cuando trabajábamos con sustancias que eran prácticamente desconocidas en sus efectos, dosis y riesgos. De ahí su nombre “research chemicals” que quiere decir “sustancias químicas para investigación”.



Todas las sustancias han sido, en algún momento dado, “research chemicals” y todas han tenido que ser probadas de manera que sus efectos y riesgos pudieran ser evaluados más allá de la teoría, primero con animales y luego con humanos -en caso de que los primeros resultados fueran satisfactorios dentro de lo que buscado. La MDMA o éxtasis era un research chemical hace 3 décadas, hasta que lo prohibieron. No es que el prohibir sea lo que hace que algo pierda su condición de “fármaco o droga de investigación” sino que hasta aquel momento de 1985 en que prohibieron la MDMA, esas drogas se prohibían cuando habían alcanzado notoriedad, o bien por su uso o bien por su mal uso y sus consecuencias, de manera que la parte de “investigación” había desaparecido en gran medida, ya que eso solía conllevar que la sustancia había sido tomada por muchas personas distintas, durante un plazo “amplio” de tiempo y que dicho hecho junto con los estudios que se solían hacer antes de prohibir algo -aunque el resultado estuviera determinado desde el principio- hacían a la sustancia “aceptablemente conocida por la ciencia” perdiendo su característica de “research”.

En el panorama internacional de prohibición de las drogas más conocidas, seguras y habituales para el ser humano, llegaron estos nuevos fármacos que tenían como principal propiedad algo que a algunas personas les parece tan importante: ser legales o al menos, alegales. No estar fiscalizados, prohibidos, vigilados... de manera que se pueden adquirir legalmente. Algún inocente lector podrá pensar que si no están prohibidos, será porque no son tan peligrosos como las drogas que siempre -o casi- lo estuvieron (las clásicas heroína, cocaína, LSD, cannabis, anfetaminas y MDMA) pero no hay nada más letal que esa idea. Y hablo de letal de verdad: de contar por centenares las personas que mueren cada año por consumir sustancias totalmente legales y adquiridas de forma legal.




¿Cómo puede ser eso si los defensores de la re-legalización de las drogas argumentan que con sustancias puras y controladas no habría tantas muertes y daños?

Estas sustancias, mientras mantenían el status de sustancias de experimentación -empezando por la forma de referirse a ellas- recibían un cuidado especial por parte de quienes osaban adentrarse a relacionarse con ellas, porque para empezar, tenías que tener formación para saber que eran drogas psicoactivas y poder leer sobre ellas para encontrarlas, comprarlas y usarlas. 

La nomenclatura química no es algo sencillo de recordar, a no ser que pongas mucho interés o porque te va la vida en ella. Y cuando se trataban con ese cuidado, los problemas y muertes derivadas de su uso fueron algo minoritario y bastante puntual -como el caso de un conocido que recibió de un laboratorio en China una sustancia mal identificada por un par de letras, y cuyo error le costó la vida (el caso de la 2C-B-Fly y la 2C-B-DragonFlya pesar de ser un experimentado vendedor de esos productos en internet- porque el círculo de uso se reducía a “los más geeks de las drogas”. 

Los empresarios legales de las drogas, con pocos o ningún escrúpulo, empezaron a poner a disposición del gran público esas sustancias. La cosa cambiaba y pasaba de ser un hobby arriesgado de personas con bastantes conocimientos a “la forma legal de drogarse”. Así entraron rompiendo en el mercado, especialmente en el de países donde la sanción legal al consumo o la tenencia es desproporcionada, como en Reino Unido o USA, ya que el usuario podía conseguir los efectos de drogas prohibidas, incluso decenas de veces más potentes, sin que pudiera ser sancionado legalmente... pero poniendo su vida en juego, para evitar la multa o la sanción.



En su asalto al mercado legal y para no resultar escandalosamente llamativas las empezaron a vender bajo la apariencia de “sales de baño” o “abonos para plantas”, de manera que los controles en las fronteras fueran todavía más flojos, y siempre conscientes de que eran sustancias legales -en UK se llaman “legal highs” o “colocones legales”- pero que no podían ser vendidas para el consumo humano

Eso quedaba en manos del comprador, hacer lo que quisiera con ellas, pero siempre se indicaba que no eran sustancias para consumo humano aunque era una perversión del mercado. 

Para facilitar más el asunto dejaron de llamar a las sustancias por sus nombres químicos, que son los que definen claramente un compuesto, y pasaron a ponerles nombres comerciales, tipo “Spice” o “Bonzai” o “Red Dove” y un envoltorio vistoso con colorines; cualquier cosa valía. Y tanto valía que si una de las drogas que ellos vendían era prohibida, la sustituían por otra que no lo estuviera... aún. 

Una y otra vez riéndose de una ley que nació para ser violada.



El resultado ha sido un montón de jóvenes, con poca experiencia en drogas, intentando no tener problemas con la ley, pero tomando sustancias casi desconocidas en el ser humano y sin el derecho a saber cuáles consumían ni en que dosis, ya que al estar prohibido para consumo humano nadie podía indicar lo contrario. Las drogas más peligrosas, con mucha diferencia, son totalmente legales: compras un paquete con 4 pastillas, o una bolsa con unos polvos, o un líquido en un vial, y lo toman creyendo que el hecho de ser legal en su venta las hace seguras en su consumo.

Un mortal error derivado de pensar que las drogas que están prohibidas lo están por motivos de salud y de protección al ciudadano. Eso no es así, y los amantes de “lo legal” pueden encontrarse en serios problema al dar por supuesta la relación inexistente entre legal y seguro.

Solemos pensar que las drogas y su relación con el Bitcoin se reduce a la darknet y los mercados tipo Silk Road, pero eso no es así en este caso. Los vendedores de estas drogas legales se encuentran en la “surface web” o web visible. Basta con poner “buy research chemicals with bitcoin” para encontrar decenas de páginas donde puedes comprar variedades inimaginables de sustancias hace 20 años, que abarcan desde los opioides (ultrapotentes algunos) como el AH-7921 o el W-15, a estimulantes como la MDPV o “la droga caníbal” bautizada así por la prensa partiendo de una mentira, pasando por psiquedélicos de 48 horas de duración en sus efectos a los cannabinoides sintéticos, que son posiblemente las drogas más peligrosas que hay en el mercado ahora mismo.
El hecho de que muchas personas no quieran ver su cuenta del banco con anotaciones sobre compañías que venden drogas -aunque sean legales- y la circunstancia de que una gran masa de los usuarios de Bitcoin llegaron al mismo gracias a Silk Road y ese tipo de mercados, ha facilitado mucho que esas compañías legales pusieran sus ojos en los usuarios con Bitcoin a pesar de no necesitarlo

Al mismo tiempo, el que un joven que tuviera Bitcoins usados para comprar en Silk Road hace mucho más fácil que aún teniendo acceso a las drogas clásicas prohibidas (mucho más sanas y seguras que la mayoría de los research chemicals legales, aunque sólo sea porque existen patrones de uso conocidos y aceptados) acabe comprando alguna de esas sustancias en alguna web legal.

Para más peligro, estas sustancias son todas de unos precios ridículamente bajos, y con unos 50 dólares en drogas, puedes escoger entre distintas de ellas capaces de matar a varias personas sin gastar más dinero. De momento no se ha dado el caso, pero es cuestión de tiempo que alguien con conocimientos de estas sustancias (basta con saber leer y buscar en Google) pueda usarlas con intenciones criminales, y en muchos de los casos, basta con unos pocos miligramos. Pueden ser consideradas drogas recreativas y como venenos mucho más potentes que el cianuro potásico. Son ambas cosas.

Estas drogas no necesitan a Bitcoin para poder venderse huyendo del control de los prohibicionistas, ya que aprovechan la superioridad de la química y su velocidad frente a la de los cambios legislativos y su torpeza, pero aún sin necesitar de él, no han perdido tiempo en abrir sus puertas a todos esos usuarios que tienen Bitcoin en la cartera.

Recuerda que tomar drogas o no es una elección tuya, pero que también con Bitcoin puedes tener la certeza de qué droga y en qué dosis vas a consumir, como ya contamos en esta web hace tiempo gracias al servicio de análisis de EnergyControl, o al estupendo trabajo de ONGs como AiLaket!

Están en tu mano ambas cosas: comprar drogas y también asegurarte de que un error no acabe con tu vida. 

Ambas cosas las puedes hacer con Bitcoin.

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PS: Acabo de ver una ALERTA DROGAS sobre pastillas con logo SUPERMAN y contenido de PMMA (muy tóxico y letal) vendidas como MDMA.

Tengamos la fiesta en paz. 
Mucho cuidado con las compras de última hora para las drogas de la Nochevieja.




domingo, 30 de marzo de 2008

MDPV (más), pirovalerona y prolintano.

Iba a añadir una nota a la entrada anterior, sobre lo último que me ha comentado la persona que probó hace unos días la MDPV/MDPK (importante el aviso de ciertos efectos), pero mirando cosas sobre esta sustancia, me he encontrado con una curiosidad estructural, y aprovecho para poner las imágenes y el comentario.

Para empezar, lo que me ha dicho esta persona, es que tras probarla como comenté el otro día, la probó en una sola dosis de 15 miligramos por vía oral.

La dosis le pareció la mejor para esa vía, pero tras la estimulación agradable que notó durante un par de horas, la experiencia se volvió más incómoda, con mucha alteración de la presión sanguínea (10/17) y pulso (entre 100 y 120 en reposo).

Poca sensación eufórica que se desvaneció casi de golpe a las dos horas, mientras trabajaba (trabajo no físico) y pensamientos de preocupación al centrarse en la respuesta cardíaca que era molesta y muy notable, lo que provocaba ansiedad y le hizo tomar en dos ocasiones (a las 2:30 horas y a las 3:30 tras la toma de la MDPV) benzodiacepinas, primero 10 miligramos de diacepam (Valium) y luego otros 5 miligramos. Con esa ayuda para suavizar la ansiedad, los efectos le duraron unas 5 horas, y el mal humor el resto del día.

Su impresión final es que si no tuviera a mano ningún otro estimulante, lo usaría ocasionalmente pero con mucho cuidado, ya que la ansiedad induce a dosificarse de nuevo (me comenta lo mismo de otras dos personas sobre ansiedad y redosificación) y la recompensa a efectos psíquicos es decreciente y hasta dudosa tras la primera administración. Nada de efectos entactógenos ni psiquedélicos, más allá de una sensación de lucidez enturbiada por la paranoia posterior y la ansiedad.

"Existiendo anfetas y coca, la única ventaja que le veo a la MDPV es el precio, pero prefiero pagar y disfrutar, a llevarme sustos y pasarlo mal" me ha dicho, y opina que prefiere hasta la yohimbina antes que tener que salir de fiesta o trabajar con la MDPV, y que no cree que nadie la quiera usar teniendo acceso a otras drogas, si no es por curiosidad. Que aunque bajo su efecto la tendencia a repetir es clara, la experiencia en sí no da muchas ganas de repetirse.

Otra advertencia que me da, es que una de las personas que la ha probado (una dosis de 10 miligramos por vía oral) tomó cocaína unas 3 horas después, y tuvo una reacción con fuerte taquicardia (más de 150 pulsaciones por minuto) y sensación de ahogo, que le duró unos 40 minutos y despareció cuando ya había tomado dos Valium de 10 miligramos y se disponían a llevarle a un hospital por el estado nervioso que tenía. Éste es un hombre de 38 años, acostumbrado a los estimulantes, y de peso normal y sin problemas médicos.
Se pregunta si puede tener algún tipo de efecto de inhibición sobre la MAO.

MUCHO CUIDADO CON MEZCLAR LA MDPV CON OTROS ESTIMULANTES.

Si realmente no fue una reacción específica de esta persona, no parece que sea una sustancia que sea deseable que esté en la calle, con los patrones de policonsumo de la mayoría de la gente cuando va de fiesta. Y por lo relatado, la MDPV parece más una curiosidad para algunos, que algo que vaya a ocasionar su propia demanda.

El otro tema que comento, es sólo una curiosidad química, pero puede servir de orientación para curiosos.

La estructura de la MDPV:


La estructura de la pirovalerona:

La estructura del prolintano:



La primera es la sustancia de la que hablamos. La segunda, la pirovalerona es una sustancia ya controlada por la legislación, que se incluyó en los listados de sustancias controladas a la vez que la MDMA.
La MDPV es la versión "MD" de la pirovalerona, y ésta a su vez es la versión metil-ketona del prolintano.

Aunque la imagen esta colocada al revés, se puede ver como a la última (el prolintano) sólo le falta un carbono pegado al núcleo del anillo de benzeno y un oxígeno (con doble enlace) en la cadena que le une al otro anillo, para ser la pirovalerona.

La curiosidad del asunto, es que el prolintano es el compuesto "anfetamínico" que tenía el famoso Katovit -ya desaparecido de las farmacias- que se usaba para estudiar y que se consumía de forma masiva en época de exámenes. Si borramos partes de su estructura, tendríamos la anfetamina común. Pero en su caso, el grupo amino está protegido formando parte de un anillo heterocíclico saturado, llamado pirrolidina, lo que lo hace no atacable por las enzimas que degradan las aminas primarias, como la mono-amino-oxidasa (MAO).

La variedad de sustancias sintetizadas y "probadas" con unos u otros fines que tienen una estructura básica que parte de la MDPV es bastante amplia. No sería raro que en el futuro se fueran poniendo a disposición de los circuitos de los RC's algunas de ellas, sobre todo las más simples.
Aquí se pueden ver unas cuantas, casi 50 (y todas menos 4 ó 5 manteniendo el grupo "MD"):Estructuras químicas partiendo de la MDPV.


Y un último comentario que merece la pena como aviso para navegantes, es que le echen un vistazo al artículo que ha publicado "El País" en versión digital e impresa sobre la marihuana y las distintas dolencias en las que puede ser útil, y cuenta algunos de los casos conocidos de su uso y de su recomendación "bajo cuerda" por parte de algunos doctores a sus pacientes.

También se habla del "Sativex" desarrollado por GW Pharmaceuticals, el medicamento al que podría tener acceso Juan Manuel Rodríguez Gantes, el tetrapléjico que se enfrentó a las autoridades para poder cultivar cannabis para sus dolores neuropáticos, y del documento tipo "prospecto" que ha elaborado el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona, para que los pacientes que lo usen tengan unas indicaciones básicas.
Ese documento, en el que se apoya el uso terapéutico, se puede bajar aquí en formato PDF:
Prospecto de uso medicinal del Cannabis.

Y el artículo de "El País" es este: Marihuana con receta para vivir mejor.
Gracias a Carlos G. Wagner por el aviso sobre el artículo.

Espero que os guste y que el aviso de precaución con la MDPV sirva para evitar otros sustos.

Symposion.

martes, 25 de marzo de 2008

Primeros contactos con la MDPV (o MDPK)

Hace unos días y aprovechando las vacaciones, un buen amigo (y viejo, amigo) me hizo una llamada y una proposición: "¿Quieres probar la MDPV?"
No supe que decir en el momento, tenía mis dudas y no me lo había planteado, pero sí que me apeteció al menos echarle un vistazo, ya que se daba la oportunidad.

Habían comprado entre algunas personas una pequeña cantidad, y esta persona (llamémosle "J" para preservar su identidad, ya que así lo quiere) tenía un cuarto de gramo de la dichosa sustancia. Para ser exactos tenía 243 miligramos.




Pasó por mi casa, y trajo 11 pequeños viales de cristal. Diez de ellos tenían 10 miligramos correctamente pesados, y el restante, algo más de 140 miligramos de la sustancia.
El aspecto de la sustancia, era el de una sal con ligero brillo, cristalino y con un color entre crema y marrón muy claro. Me recordaba a algún "cristal" de MDMA que había visto hacía poco, pero el marrón era diferente. Tampoco se me da muy bien eso de definir colores, y aunque intenté sacarle unas fotos con el móvil, era demasiado poco como para verse y de cerca se volvía totalmente borroso.

A pesar de que tenía cierto brillo, la sustancia parecía húmeda, y J me confirmó ese aspecto: al pesar las cantidades en que había separado en los viales, le fue difícil porque se quedaba adherida a la espátula.

El vial con los 140 miligramos, lo abrió y me lo dio a oler. Yo debía tener la nariz poco receptiva, porque me costó sacarle algún olor. Podía ser por el incienso o por el tabaco, pero cuando conseguí olerlo, me pareció algo nada sencillo de describir: por un lado tenía un cierto olor a materia orgánica mezclada y por otro lado me recordaba a un zumo que había bebido hacía días y que estaba ácido y estropeado.
Mi descripción del olor, aunque pobre, es menos grotesca que la que hacía J.
Textualmente decía que a él le olía como "el olor de una vagina tras horas de sexo sin preservativo, pero sin la parte agradable". No es textual del todo, he cambiado algunas palabras pero sigue manteniendo el mismo contenido la frase.

No quedaba claro como podía ser tan oloroso, siendo una sal, ya que supuestamente era clorhidrato de metilenodioxipirovalerona, y al estar en forma de sal no debería oler tanto. Pero no era el olor de ningún solvente típico que pudiera hacer pensar que eran restos de una síntesis. Le pregunté si había hecho alguna prueba con algún reactivo, y me dijo que no y que no conocía referencias sobre ese compuesto y pruebas con reactivos, pero que uno de los que habían comprado la MDPV, la había probado hacía meses y la daba por buena (y es alguien como para concederle cierta credibilidad).

"Venga, ¿te animas o no?"
Y dije que no. No porque no me fiase de la calidad de la sustancia, que en ese aspecto no tenía muchas dudas viniendo de quien venía, sino porque me daba algo de reparo a nivel cardiovascular, aunque me aseguraba que no era más fuerte que la cocaína en ese aspecto.

Así que abrimos unas cervezas (y unos zumos) y J tomó por vía oral 5 miligramos.
Entre cigarros y conversaciones, mirando cosas por internet, a los 20 minutos dijo que notaba un poco de malestar en el estomago, algo de ardor y un poco de presión en las sienes, y algo de estimulación.
A los 35 minutos decía notar el efecto, pero a oleadas, no de forma estable. En ese momento dijo que le recordaba a alguna feniletilamina.Y a los 45 minutos, el efecto se lo podía notar yo. J estaba animado, hablando mucho más efusivamente, y tenía una ligera midriasis. No había señales de bruxismo con esa dosis, pero sí se quejó del calor de la habitación.
A la hora tenía los efectos plenos, y decía que la cerveza le sabía estupendamente. Comparaba en ese momento la MDPV con una anfetamina, en concreto con la metanfetamina. El efecto era estable y era el de una estimulación intensa, psicológica y fisiológica. El pulso se le había incrementado en un 30% y estaba alrededor de los 100 latidos por minuto.

A pesar de las pupilas dilatadas, no decía notar ningún efecto similar al de la MDMA o al de algún enteógeno. Decidió redosificarse con lo que quedaba en el vial, otros 5 miligramos, también por vía oral.
Yo opinaba que mejor esperar, pero donde hay patrón no manda marinero. A los 75 minutos de la primera toma, repitió con la misma cantidad.

La estimulación se hizo más intensa, y se vieron las primeras muestras de ansiedad, al tener demasiada "energía" y no saber que hacer con ella. La conversación se hizo más monólogo y exteriormente sí podía confundirse con la MDMA, más confidente, más "cercanía" pero sin la calma y ese efecto "tranquilizador" que a la vez lleva el éxtasis. Yo en algún momento pensé que tal vez estaba mal pesado y miré los viales, pero es imposible distinguir con seguridad en esos márgenes de miligramos.

A los 150 minutos de la primera toma, J se fue. Había llamado a una amiga e iba a verla.
Comentamos antes de que se fuera que tal vez era una buena ocasión para ver si eso tenía algo de "sextasis".

El resto de la historia lo cuento a partir de sus palabras y con su permiso.
Al parecer el estar en la calle, cuando bajó, se le hizo incómodo, y hasta que llegó a casa de esa amiga, caminó bastante rápido. No se encontraba a disgusto, sino demasiado acelerado y sin nada en que emplear la energía. Dice que lo que sí notó en ese trayecto fueron las ganas de ponerse una puntita y probarlo por la nariz, y que en eso sí tenía algo de parecido al "craving" de la cocaína. El efecto estimulante es más largo que el efecto euforizante, es una de las cosas que le han quedado claras, y que la tendencia a dosificarse de nuevo está ahí y se nota mucho.

Cuando llegó a la casa, invitó a su amiga, y ambos se pusieron una puntita, hecha con un vial entero, separándola en dos partes, una para cada uno (5 miligramos esnifados). Al ser la cantidad tan pequeña, no sabe muy bien si quedó en la naríz o quedó en la garganta, pero que el sabor que le bajaba era de un amargor desagradable.

Para la mujer, parece que resultó más que suficiente, mientras que a él, se le reducía la euforia y se le aumentaban los efectos secundarios, con el impulso de tomar más, aunque no lo hizo en ese momento.
Entraron en terreno sexual, y parece que eso alivió la situación un poco "al tener algo que hacer". No me dice que sintiera ninguna ventaja a nivel sexual, sino lo contrario: dificultad en la erección y en el orgasmo.

Tras ello, él volvió a esnifar 5 miligramos de la sustancia, haciendo un total de 20 miligramos a lo largo de 5 horas. La impresión que comenta de ese momento es la de sentir la estimulación en pocos minutos, pero ya casi exenta de euforia.

Aunque siguieron despiertos buena parte de la noche, el alcohol y los porros de hachís de aceptable calidad (lo que ahora llaman "pakistaní") se encargaron de frenar los efectos de la estimulación que quedaba, para finalmente tener que tomar una benzodiacepina para dormir.

Al parecer la mujer sí comentó una cierta percepción algo alterada con cierto parecido a la MDMA, pero no se sabe si tenía que ver con la MDPV por si misma o por la combinación de sustancias. Al día siguiente, la mujer no tenía resaca alguna, excepto molestias en la garganta causadas por el tabaco y los porros.

El protagonista del relato sí que destaca una molesta resaca, con el estomago revuelto, dolor de cabeza, y el humor bastante decaído, según él "hasta rozar lo agresivo por nimiedades", y mayor que la que tendría con otras sustancias más comunes como anfetamina o MDMA.La opinión que le queda de ese primer contacto con la sustancia, es que sí es "adictiva" en el sentido en que tiendes a repetir la toma de forma compulsiva cuando la parte más eufórica se desvanece -aunque en eso también puede tener que ver el patrón de consumo de cada persona con las drogas- pero que la forma ideal para él hubiera sido tomar una sola dosis de 10 o 15 miligramos por vía oral y no repetir.
Es según J, una droga que casa bien con el alcohol y el cannabis, pero con un bajón anímico muy duro.
El tema cardiovascular parece que también se nota afectado, si no de forma tan brusca como ocurre a veces con la cocaína, sí de forma más duradera, y cuando se esnifa hay momentos de fuertes acelerones en el ritmo cardíaco.

Hay que tener en cuenta que quien ha brindado los datos de este relato, es alguien con un cierto consumo frecuente de estimulantes, por lo que las sensaciones eufóricas, al ser dependientes de la liberación y cantidad de dopamina, pueden estar infravaloradas y ser más eufórica en personas sin un uso frecuente de este tipo de drogas.

Y esto es todo de momento. Desconozco sí ha vuelto a probarla aunque me dijo que me mantendría informado, pero que iba a probar su uso como estimulante en su trabajo con esas dosis de 10-15 mgs por vía oral. Espero que se anime y lo cuente él mismo aquí.

En cualquier caso, muchas gracias por la invitación y por toda la información que puedas brindar. Siempre es bien recibida.
Un abrazo, J.

viernes, 1 de febrero de 2008

Un nuevo research chemical: la MDPV o MDPK


Desde hace unos días vengo leyendo sobre una curiosa sustancia, que ha entrado en el mercado legal de los research chemicals, la MDPV que también es llamada en algún sitio MDPK.

Y parece algo que puede ser realmente interesante, y en la misma medida, puede ser peligroso.

Su nombre completo es Metilenodioxipirovalerona, y al menos hace 40 años que ya fue sintetizado y estudiadas sus propiedades como estimulante. No parece que lo fuera de forma extensiva, aunque dentro de su familia química resultó ser la más potente y la menos tóxica o con menos efectos secundarios.

No la había visto antes en el mercado legal, al menos con ese nombre, y parece que empieza a tener una demanda creciente. Eso tiene varias razones posibles.

La primera y más evidente es parte de su estructura química, que contiene el grupo metilenodioxi pegado a un anillo de benzeno, y eso da pie a todo tipo de especulaciones pseudo-químicas sobre sus efectos, al compararlo inevitablemente con la prohibida MDMA.

La siguiente, es que la poca información que hay sobre esta nueva sustancia, parece indicar que tiene interesantes efectos estimulantes, similares para algunos a la cocaína, y no es extraño ya que actúa bloqueando la recaptación de la dopamina y la noradrenalina -es decir, de forma muy parecida a la que actúa la cocaína- al menos hasta donde se conoce su mecanismo de acción, siempre recordando que es una sustancia experimental. Además, estructuralmente, no le falta parecido con esta vieja sustancia. Otros la comparan con el metilfenidato o Ritalín.

Y la última, es que parece ser una sustancia bastante adictiva y que genera rápida tolerancia. Los informes que hay sobre su consumo apuntan a reacciones muy diferentes según sus consumidores, con efectos que parecen variar entre las 3 y las 5 horas, o con otros que se van redosificando cada cierto tiempo en dosis que son muy distantes entre sí: algunos tomando de 3 en 3 miligramos, y otros redosificándose cada poco con dosis de 15 mgs y 10 mgs, hasta haber consumido en 5 o 6 horas, 80 miligramos de esta sustancia, y además por una vía más potente que la oral como es la de esnifarlo.

Para rematar la publicidad que puede estar recibiendo este compuesto y que puede que se haga conocido en menos tiempo que otros, es que hay quienes aseguran que produce sensaciones de excitación sexual y afectiva (tipo empatógeno) como la MDMA, y a la vez la estimulación de una metanfetamina.
Eso lo convertiría en una especie de afrodisíaco de nueva creación y un rápido best-seller.

Si las drogas siempre venden, el sexo aún más.
Y si a una viagra le añadimos semejante compuesto, si eso que aparece como información en la wikipedia fuera cierto, tendríamos el deseo, los momentos de ternura y comunicación afectiva, el estímulo general asegurado y una erección de piedra. Una bomba sexual.

Posiblemente esta última parte del tema sexual y afrodisíaco puede que sea sólo en parte algo cierta para algunas personas, como para otras lo es la 5-MeO-DiPT, o la 2C-B, pero desde luego no parecer ser algo que se pueda generalizar. Y contando tan sólo con 4 reportes en Erowid, no se puede saber hasta que punto alguno o más de uno pueda ser un interesado vendedor haciendo publicidad.

El precio de la MDPV es ahora mismo realmente bajo. Se puede conseguir por 35 euros 1 gramo de la misma, comprando 10. Y como hemos dicho sus dosis están muy por debajo de lo que es habitual para los compuestos de la familia de las MD.

Todo eso hace que, a mi entender, sea una sustancia que puede tener bastante interés, desde por razones de su estructura química, por sus efectos. Pero también que puede irrumpir en el mercado, aprovechando que es legal, simulando ser cocaína, metanfetamina, MDMA, o lo que el vendedor sin escrúpulos quiera hacer creer a su comprador que es.

Y como siempre, al tomar un RC, se está siendo un conejillo de indias, y como mínimo se ha de tomar en condiciones de seguridad y conocimiento de la sustancia y cantidad de la misma. Eso no ocurriría si fuera usada para suplantar a alguna de las ya prohibidas, y que tienen una demanda asegurada.

Aunque tal vez, dentro de 30 años, se conozca ampliamente, y se haya mostrado generosamente inocua (que lo dudo), y esto sea sólo exceso de precaución. Pero mejor quedarse corto de dosis y largo de cuidado, que viceversa.

Hay otra cosa que creo que es importante comentar.
También tiene que ver con otro RC, el Bromo-DragonFly, que es una anfetamina enteógena de muy alta potencia y larguísima duración, y algo errática en su respuesta según personas.
Si hasta ahora, y debido al cuidado que había que tener al manejarla, no se le vendía a cualquiera en todos los sitios, ahora hay proveedores que han comenzado a venderla sobre secantes o blotters, con una dosis de 500 microgramos. Y esto, para una sustancia de larga duración, aún no del todo conocida, y que sus dosis se suponen entre los 200 y los 800 microgramos, es una muy generosa cantidad.

Ponerlo tan fácil puede venir bien para quien la quiera usar sin tener que disponer de material de precisión, pero también la puede servir en bandeja para impresentables con ganas de timar a otros, con el riesgo de la salud ajena.

Ante todo, mucha calma -decía Siniestro Total- y de paso, ante todo, mucho ojo.
Más vale prevenir que curar, y más cuando no siempre hay una cura -y siempre "curas"- para un mal final.

Quede esta entrada como noticia, pero también como aviso. Cada vez, los consumidores de sustancias, tienen más y más motivos para analizar cualquier cosa antes de consumirla.

Symposion.