Mostrando entradas con la etiqueta Agradecimiento. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Agradecimiento. Mostrar todas las entradas

viernes, 13 de noviembre de 2020

Y van 2 millones!!

 ¡¡2 MILLONES DE VISITAS 

EN "LA DROGOTECA"!!


Y van dos millones...

Hace tiempo que no tengo el placer de sentarme con calma y escribir para la gente que visita “La Drogoteca”, para aquellos que siguen enviando preguntas a los comentarios de los post que hay publicados y para los nuevos visitantes que siguen apareciendo. 

Hoy puedo hacerlo.

Esta aventura que se inició en el año 2007, con el empeño de facilitar información sobre drogas que no se encontraba de forma sencilla en la red, hace ya sus 13 años de existencia (bueno, los hizo en febrero, así que vamos por los 13 años y medio). Siento que mis actuales ocupaciones no me hayan dado el tiempo que requiere plantear nuevos temas y divulgar información: este año 2020 ha sido un año complejo, me temo que para todos. 

“La Drogoteca” ha seguido en pie con el material existente hasta el momento (aunque tengo material guardado para seguir haciendo publicaciones), y no ha tenido apenas supervisión. Eso sí, he seguido controlando los comentarios que se intentaban publicar (y yo tengo que autorizar) y respondiendo a muchas de las preguntas que planteaban esos comentarios. 

También he de decir que cada vez son más los comentarios que intentan usar este lugar para establecer contactos para la venta de drogas, mucho camello imbécil (no por ser camellos, ojo, sino porque son unos tarados por su comportamiento en la red) que escribe dejando como contacto emails o incluso números de teléfono. El último, hace tan sólo una semana, es un cretino que adjunta su número de teléfono y afirma vender marihuana y hash en toda España mediante envíos, y también afirma realizar entregas en persona en diferentes ciudades de España (os adjunto una foto para que veáis el percal).



Obviamente no publico esos comentarios ya que podría incurrir en un delito que como consecuencia tendría (entre otras) el cierre de la web. Aparte, nunca se puede saber si el comentario es original de quien pretende vender drogas y establecer contactos a través de la web, o si es falso y sólo busca hacer daño al titular del email o teléfono que muestra, simulando ser quien no es.


Yo mismo fui víctima del mismo método, cuando un hijo de perra en el CannabisCafé, aprovechándose de que tenía permisos de moderador en dicho foro, solicitó “niñas para follar” con mi nombre y apellidos. Y tuve que acudir a la policía y a los tribunales para solucionar el asunto con ese tarado. De esa historia, dejé constancia en un post con los datos y contando cómo se había resuelto, que podéis ver aquí.


Tampoco es posible saber si se trata de camellos estúpidos pero “reales”, o si son sólo intentos de estafar a la gente. En todo caso, pueden dar gracias de que yo no tenga ningún aprecio a las fuerzas y cuerpos de in-seguridad del estado (maderos, picoletos o pitufos), y de que no tenga intención de facilitarles las cosas cuando se trata de estos asuntos.


Todos los aquí presentes (o el 99'9%), hemos recurrido muchas veces a los camellos, ya que es la única forma de comprar ciertas drogas que siguen estando ilegalizadas: desde el cannabis a la heroína. Y un buen camello es un tesoro que hay que proteger y cuidar. Por supuesto que los camellos se dedican a vender drogas porque consiguen un dinero con dicha actividad, pero hay una gran diferencia entre algunos “vendedores” que ni conocen su mercancia ni tienen escrúpulos a la hora de adulterarla, venderla a menores o engañar al comprador, y los “buenos camellos” que conocen su mercancía, no la adulteran, no venden a menores y te informan adecuadamente sobre los productos que adquieres.


Y los “buenos camellos” son más raros que un unicornio rosa, auténticos especialistas de su trabajo que nos dan la vida a aquellos que recurrimos a sus servicios. Una especie en peligro de extinción que hay que cuidar, especialmente de los miserables con uniforme... ;)


Volviendo al tema original de este post, vengo a agradeceros a todos los lectores que hayamos llegado a los 2 millones de visitas!! Sí, ayer cuando eché un vistazo para buscar una información que tenía publicada, me di cuenta de que el contador de visitas marcaba ya por encima de los 2 millones. El número real, seguramente, llegue a los 2 millones y medio, pero Blogspot sólo empezó a contabilizar las visitas en mayo del año 2010 (por lo que hay más de 3 años de visitas que no están contabilizadas).





Nunca esperé llegar al millón de visitas, y eso ocurrió en abril de 2016. Y desde aquí lo celebramos con un “concurso” para ver quién acertaba la fecha exacta del visitante 1 millón, y con una serie de regalos a quienes habían participado y más se habían aproximado. Ahora hemos tardado poco más de 4 años en duplicar esa cantidad.


No voy a repetir todo lo que dije en ese momento, los agradecimientos siguen siendo los mismos que en aquel día (y que podéis leer aquí), ya que poco ha cambiado con respecto a esta web. Tan sólo que amplié la información y comencé a publicar también post relativos a las criptomonedas, en principio porque son la forma de poder comprar drogas en los mercados de la darknet, y posteriormente porque terminé siendo consciente de que son la mejor herramienta para restarle poder al estado, y yo soy de los que opino que nos sobra estado por los cuatro costados!!


Por lo demás, nada ha cambiado. 

Y la intención sigue siendo que nada -de esta web- cambie, que siga siendo un punto de referencia sobre drogas -y otros asuntos- en el mundillo de habla hispana (aunque recibo visitas de muchos países que no pertenecen a ese grupo, y usan el traductor para poder leer lo publicado).


Así que sin más que añadir... 

MUCHAS GRACIAS 

POR ESOS 2 MILLONES DE VISITAS

A “LA DROGOTECA”!!


Espero veros a todos cuando en el futuro, lleguemos a los 3 millones.... ;)

Gracias.


Drogoteca.


lunes, 12 de junio de 2017

Bitcoin: profesionales vs. timadores.

Este texto lo publico para agradecer a la gente de Bit2Me su profesional hacer y buen servicio, y para que todas esas personas que no saben dónde comprar o vender Bitcoins, tengan al menos una referencia fiable. Bit2Me es una empresa que hace las cosas bien, llevaba por gente que sabe lo que hace: seguro que hay sitios más baratos, pero no tan seguros como ese. :))

Así mismo lo publico para advertir a toda la gente que ahora entra en este ecosistema de las criptomonedas sobre un timador-estafador, Jesús Corral Pérez, que ha robado a varias personas ya y sobre el que existen denuncias y órdenes de búsqueda, ya que el tipo gusta de jugar al escondite. Simplemente, ha dado con quien no debía: un perro que no va a soltar a su presa y que la cazará con la alegría de todos los estafados por él. :))

Espero que sea útil y os guste.




Bit2Me: 
La importancia del prestigio,
correctamente ganado.


En estos turbulentos días en el mundo de las criptomonedas se ha ganado mucho dinero, por parte de quienes ya estaban dentro. Eso se ha traducido en que las carteras de algunas personas se han visto fuertemente abultadas de repente... ¿y quién le amarga un dulce? Muchos hemos aprovechado para hacer algo de cash y cubrir huecos que teníamos pendientes, pagar alguna deuda y darse algún capricho.

Claro que para hacer eso, todavía, hace falta hacerlo en euros (si vives en Europa) y no es posible -salvo excepciones puntuales- pagar en Bitcoin (menos aún en otras monedas). Aparte, las salvajes tarifas cobradas por los mineros (por encima de 5 euros en muchos casos) debido al cuello de botella derivado del bloqueo ante el límite de 1 MB, han hecho que Bitcoin deje de ser útil en estos momento para efectuar pagos inferiores a 500 euros. Así que me tocó cambiar Bitcoin a dinero fiat, euros. ¿Cómo lo hice? Pues con la gente de Bit2Me, que son de fiar y perfectamente conocidos por nosotros desde sus inicios.

Así que me tiré unos días sacando bloques de 600 euros (el máximo permitido antes, ahora el límite son 400 euros) pero el éxito de Bitcoin había hecho que la demanda que tenían fuera altísima, así que los últimos días del mes habían superado sus propios límites y la opción de sacar dinero vía Hal-Cash (vía cajero de forma inmediata) estaba fuera de servicio. Sólo se podía vender mediante trasferencia bancaria, así que a ello me puse.



Primero hablé con los responsables, en su servicio de atención al cliente en Telegram, y me dijeron que no había ningún problema y me informaron de todas las dudas que pudiera tener. Previamente, había intentado hacer un pago de unos 200 euros, en el que al poner la tarifa de forma equivocada (10 veces más baja del nivel actual) el sistema la aceptó pero no la confirmó (quedó en el mempool esperando para ser rechazada).

Por alguna razón que no soy capaz de entender, mi cartera Electrum, cuando fue a enviar los Bitcoin para la gente de Bit2Me, ignoró la transacción que se encontraba “pendiente de confirmar” (aunque no fuera a ser confirmada). Así que cuando le di la orden de enviarle el pago de una fuerte cantidad para la gente de Bit2ME, mi wallet intentó usar esas monedas y -como es lógico- los mineros detectaron un doble gasto y -esa vez sí- rechazaron esa segunda transacción.

El problema se planteaba cuando por un lado, tenía una 1ª transacción para pagar unas cosas que no se iba a confirmar pero que tardaría al menos 10 días en “morir” y dejar las monedas libres. Y por otro lado, tenía una cartera que estaba dando una orden que, si las primeras monedas dejaban de estar “pendientes de confirmación”, se podía ejecutar... 10 días después.

Así que por un lado, estaba tranquilo. En Bitcoin las monedas siempre vuelven a su dueño original. No me preocupaba el funcionamiento de Bitcoin sino de lo que mi cartera hubiera hecho o haría -esa 2ª transacción- si tenía oportunidad. 

Así que me fui al canal de soporte de Electrum en el IRC de Freenode, y plantee mi duda. Nada. Un semana preguntando, y nadie se atrevía a decirme si cuando “muriera” la 1ª transacción, se efectuaría la segunda. Nadie.

Así que, siendo ese mi miedo y la cantidad de Bitcoin en juego era una cantidad generosa, me di cuenta que si eso ocurría, el dinero se enviaría a la dirección que Bit2Me me dio para hacer el proceso de la “Transferencia vía SEPA”. Así que recé, y me puse en contacto con ellos, para preguntarles si guardaban las claves privadas de todas las direcciones que su sistema ofrecía, aunque no se llegasen a usar en el momento, para asegurarme de que en caso de que la transacción se efectuase 10 o 15 días después, al menos tuvieran acceso, y me dijeron que sí. Yo seguí rezando, para que la transacción no ocurriera y para que si eso ocurría, fuera cierto que tenían las claves.

Y pasaron 10 días de espera angustiosa (no de morirse, pero de unos miles de euros) hasta que ocurrió: el mempool finalmente descartó esa 1ª transacción para pagar en una tienda a la q puse -sin querer- una tarifa (Fee) demasiado baja. Y como temía -sin entender muy bien por qué si el mempool había rechazado totalmente la 2ª transacción al implicar un “doble gasto” no debía de producirse de nuevo- se produjo esa 2ª transacción que había intentado con Bit2Me unos 10 días antes.

Cuando lo vi, inmediatamente, me puse en contacto con ellos. Me atendieron en todo momento con calma, y asegurándome que si los fondos habían ido a parar a una cuenta que su programa hubiera facilitado, ellos tenían acceso a dichos fondos. Ahora, sólo quedaba comprobar que estaba, comprobar que eran míos, y tras asegurar -como es lógico- todas esas base, recibí un envío de los Bitcoin que habían ido a parar a una de las cuentas de Bit2Me, a mi cuenta de Kraken. 

En ese momento, solté el aire que había estado aguantando desde que esos casi 3000 euros se habían quedando “en el hiperespacio de la mempool” y respiré tranquilo.

Me imagino la angustia y la desesperación de quienes, como yo, por una razón u otra pusieron una tarifa baja en la transacción y se quedaron 10 días esperando para poder usar su dinero: las tasas de transacciones no confirmadas se han disparado, tanto como los ingresos (por tarifas) de los mineros. 

Realmente, como usuario de Bitcoin desde hace años y persona que ha iniciado a muchos otros, me da mucha rabia que para que 4 listos puedan seguir ordeñando “la vaca artificial del 1MB como dogma inmutable” hayamos perdido un montón de cualidades , y que de eso estén sacando clara ventaja otras monedas. No es que me importe que haya otras monedas y que exista competencia en el mercado monetario: creo que es una suerte. Me importa que mucho de ese dinero que les está cayendo encima (ha habido momentos en que daba igual en que moneda de los 10 primeras en capitalización de mercado pusieras tus fondos ya que todas subían y subían) esté entrando hacia ellas porque los problemas que la comunidad Bitcoin no ha sabido resolver de forma consensuada estén sirviendo de razón para saltar a otras criptomonedas.



El caso del timador-estafador:
Jesús Corral Pérez , DNI 44810416E
AKA @NexusCrypto 



Yo, pude respirar tranquilo, como digo. Pero semanas antes, había aconsejado a un viejo amigo que ha aparecido en estas páginas, Gorka de “El Jardín de la Alegría” que fue el primer grow-shop que acepto pagos con Bitcoin, que vendiera los BTC que tenía. Le dije también que yo trabajaba con Bit2Me para sacar el dinero, que registrarse era muy sencillo y su servicio funcionaba impecablemente.



Pero él no me hizo caso. Intentó una venta, esta de aquí, con un particular, que resultó ser un conocido estafador del ecosistema Bitcoin y de las criptomonedas: Jesús Corral Pérez, que aquí tiene una sentencia en que fue condenado en rebeldía

Al parecer este tipo, que usa varios nicks como @Mega_Bitcoin o @Nexuscrypto en Twitter, también NexusAKAChus y otros varios, dice trabajar como DJ en Ibiza. Tiene también Facebook desde donde se anuncia para cazar más incautos como que vende material informático y móviles por Bitcoin. 



Es cierto que tiene una residencia -a nombre de una mujer, no de él- en una localidad de las Islas Baleares (Soler). En otras ocasiones el tipo cuando ha de dar un domicilio, fija su residencia en Santiago de Compostela. 

También tiene una página en Blogspot, https://megabitcoin.blogspot.com.es en la que intenta trincar más incautos que, desorientados por la novedad de este mundillo, caen en su trampa.



Fue expulsado de LocalBitcoins por estafador, y existen varios hilos de comentarios en foros de gente que ha sido estafada por él, a lo largo de varios años. Opera con un teléfono que -como no- está a nombre de una mujer.

En esta ocasión, tuvimos la precaución de encargar a unos profesionales que descargasen toda la información que de él existiera en la red y, aunque borró prácticamente todo su Facebook tras esta estafa (tenía fotos de su cara, su gato, su casa, etc.) pudimos hacernos antes con un download completo de todo lo que allí había, y de las relaciones con otras personas (nombre y apellidos, lugar de residencia y conversaciones con el estafador).

Ahora, vamos a iniciar el proceso por la vía judicial. Poner una denuncia por la estafa de este tipejo, y fijar la deuda de forma legal. Luego, cobrarla. Si no la cobra él, ya la cobrará “El Cobrador del Frac” u otros similares (o peores en sus formas, podremos primarles por un trabajo completito) que seguro que saben tratar con gentuza miserable como Jesús Corral Pérez, el timador del Bitcoin. Pero, eso ya es iniciar un proceso que -de haber hecho la venta de esos 0'8 BTC a Bit2Me, tal y como yo le dije, se habría evitado- le va a consumir tiempo, recursos y a generar mala sangre, al menos hasta que pueda tener delante al sujeto, ante un tribunal de justicia.


Por eso, ahora que la demanda de gente que quiere comprar o vender Bitcoin, más que nunca es importante asegurarse de que aquella gente con la que trabajamos, es profesional, conoce el negocio, sabe tratar al cliente y calmarle en caso de tener un problema, y dar la cara hasta el final: en mi caso, a día de hoy y pesar de que su servicio tiene unos costes notables, entiendo que Bit2Me son el mejor servicio para ese tipo de asunto, al menos en España y a día de hoy.

Usadles, usad empresas serias como Bit2Me; no caigáis en manos de estafadores como Jesús Corral Pérez, con un historial de robos y engaños que fue tan largo, que el tipo hizo una página simulando ser una de Bitcointalk.org pero con un dominio falso y llena de malware para que la gente se infectase al buscar información sobre él.

Es un gran momento para las criptomonedas, no dejemos que un julai como el timador ese u otros, lo jodan.

PS: Cualquier información sobre el sujeto, su residencia actual, fotos, datos, etc, es bienvenida. Y si has sido estafado por él, tenemos información que seguramente te interese tener (de cara a poder denuciarle, claro)
;)

viernes, 26 de mayo de 2017

Confesión: he sido infiel a Bitcoin...

Confesión: he sido infiel a Bitcoin....

Estos días -y escribo sobre caliente aún- se ha vivido una importante entrada de capital en los mercados de las criptomonedas. Y sí, he dicho criptomonedas y no he dicho Bitcoin simplemente. ¿Por qué? ¿Qué ha cambiado?

Independientemente de lo que yo pueda opinar sobre algunas (o muchas) de las criptomonedas existentes, está claro que el mercado reconoce que no sólo está Bitcoin. Lo reconoce a nivel económico (metiendo dinero en ello). Y aunque no me dolería haber guardado el dinero que tenía en Bitcoin, decidí repartirlo en varios lugares. 

Si no hubiese hecho nada, mis ahorros ahora mismo estarían multiplicado por dos. Y en sólo 50 días. No voy a calcular el tanto por ciento anual que sería esa ganancia expresada de esa forma, pero está claro que muy muy muy alto.




Sin embargo, vendí. 
Sí, lo reconozco: yo también tengo miedo!!

Ante el panorama que Bitcoin enfrenta a nivel “macro-cripto-económico” (uff) con el asunto del puto tamaño del bloque y el hard-fork como “Espada de Damocles” encima, decidí romper el cerdito. Mi cerdito se distribuyó entonces de la siguiente forma: 1/3 para mantener en Bitcoin, 1/3 para convertir en metálico, irme de vacaciones con mi pareja y tapar “agujeros” y 1/3 que pasó a reposar en “otras criptomonedas”.


¿Otras criptomonedas?

Ante el panorama de tener que elegir a qué casa me iba a vivir tras el “presunto” divorcio de “papá y mamá”, me tocó mirar el mercado. 

Y lo hice. A fondo. 

¿Cómo? Para empezar, mire la capitalización de todas las criptomonedas. Y entre las 10 primeras, sólo vi una que me sonase “con cierta solidez” además del Bitcoin (que se iba a romper... puto “honey badger”). Y esa era Ethereum, pero como conocía algo de su historia (como su pasado hard-fork que devino en Ethereum y Ethereum Classic como resultado del divorcio) y sus bases teóricas como moneda, pero no mucho más, me puse en contacto con alguien que sí sabía dónde pisaba. Ese era el abogado Alex Gómez de la Cruz, a quien conocí en una “vieja página sobre Bitcoin” discutiendo y bregando con la ignorancia. Le pregunté, en la intimidad de una relación post-coital, qué haría él si fuera yo, como inversor...

La pregunta, lo reconozco, me dolía en cierta manera.
¿Yo? ¿Un vulgar inversor hijo puta que gana dinero sin hacer nada? 

Bueno, dejemos el tema de lo que hace un inversor -poner dinero sobre algo que puede ir bien o puede ir mal- y asumí que eso era lo que iba a hacer, porque hasta ese momento, Bitcoin era simplemente mi refugio económico aunque había resultado una excelente inversión en los años. Alex me dijo: Ethereum, de cabeza. Obviamente, la Ethereum “nueva” y no la “Ethereum Classic” (que salió perdiendo en el divorcio). 

Alex me dio sus razones, a las que escuché como suelo hacerlo: sin hacer como que mucho caso. Como que... 

Realmente estaba sopesando con cuidado lo que una persona muy inteligente, que dedicaba su vida a esto de las criptomonedas, tenía que decirme en una situación que él también comprendía como “de riesgo en Bitcoin” (y sigue siéndolo aunque suba, hasta que no se resuelva el puto bloque y alguna cosa más que tenemos pendiente.... **cuchillos afilándose para pasar por la quilla a los de “Bitcoin Core”, que saldrán perdiendo aquí como haya divorcio).

Es cierto que Alex tenía cierto sesgo: él ya estaba dentro de Ethereum, y desde hace mucho mucho mucho tiempo. Fue de los “early adopters” de la moneda, y aunque es un poco cabezón, no es tonto y no le gusta perder dinero. Así que le hice caso. Y ese 1/3 de mi capital que escondí en Ethereum, se multiplicó por más de 5 en poco tiempo....

Reconozco pues que Alex Gómez de la Cruz, al menos en la intimidad, da buenos consejos y desde aquí se lo agradezco. Un beso, guapah....

Pero no solo hice caso a Alex.

Quise hacer un poco más de búsqueda y dar con una moneda que realmente “tuviera sentido” y no sólo fuera inversión, más allá de Bitcoin. Y tras revisar una y otras vez a las 10 primeras, sólo Monero me parecía confiable. Y decidí entrar en Monero. 

Desde ese día, Monero ha multiplicado por 3 su valor y ha tenido picos de 4 veces su valor, y fue en 50 días. ¿Por qué Monero? Simple: es la única moneda que realmente se preocupa de la privacidad de las transacciones, cosa que para los mercados de drogas (a quienes yo respeto mucho, como indicadores...) es algo importante. Y para mí también. 





No estaba con mi poco dinero en Bitcoin sólo porque sonaba bien: era pseudónima, y para mí eso era mucho. No me podía tocar el dinero ni un juez, ni un estado, ni la puta NSA. Nadie puede bloquear una transacción Bitcoin y anularla. NADIE. 

Y eso no ha cambiado. Pero por definición, todas las transacciones son públicas y visibles, lo que lo hace “rastreable” y yo quiero una moneda que sea “como el dinero en metálico: irrastreable”. Monero parece serlo, y no me importó apostar por la moneda que -al menos- cumplía más o menos mis “gustos” a la hora de “soñar” una moneda.

Así que ahora, que ha parado toda esta locura de subida (chicos, venga, no podéis creer en serio que algo puede multiplicar por 8 su valor en 3 días.... y si creéis eso, haceoslo mirar porque estáis jodidos y nunca os debéis acercar a los mercados de ningún tipo: sois carne de timo) de varios meses, al menos por un instante, me encuentro con que he sacado en metálico el doble de lo que metí en Bitcoin, y aparte tengo una cantidad en Ethereum, otra en Monero, otra en Bitcoin, y otra en Euros. Es decir, muuuuuucho más de lo que tenía...




He vivido -subido en el dragón, nunca mejor dicho- uno de los rallies más espectaculares de Bitcoin (que ha doblado su valor en 1 mes, aunque todo lo que sube demasiado rápido, baja pronto) y de todo el panorama de las criptomonedas, en las que desde ahora soy oficialmente “uno más”. Y lo digo con cierto dolor de haberme “desvirgado” y haber abandonado a la moneda que -en realidad- nunca me ha fallado: Bitcoin...

Aunque reconozco que las nuevas chicas que he conocido (Ethereum y Monero) no están nada nada nada mal. Y me alegro. 

Pero no por haber ganado una interesante cantidad de dinero (que pienso invertir en volver a la universidad, a tocar los cojones de nuevo porque ma'burro), sino porque hacer tiempo comprendí el enorme potencial que se había desatado con la creación del protocolo Bitcoin.

Y aquí el agradecimiento más grande, para el final... ;)

Hace tiempo, escuché hablar de Bitcoin gracias a mi contacto con los mercados de drogas. Cuando busqué información, topé con una “vieja página” (y debo decir que agradablemente “old fashioned”) sobre Bitcoin que seguía incansablemente en pie como el Bitcoin -en buenos y malos tiempos- gestionada por una persona enigmática, de pseudónimo “MAJAMALU” (que a día de hoy, y sin su permiso, he logrado desentrañar totalmente, y aún me estoy riendo) y que aceptó mi petición para una entrevista.

Esa entrevista -jamás publicada- fue el inicio de una relación laboral, que devino en una relación humana (aun con la distancia por su parte del anonimato, que en principio no comprendí y creí un exagerado en ciertas posiciones que, hoy para mí mismo, son básicas). A raíz de esa entrevista que no llegamos a cerrar (porque se hizo eterna e inmensa conversación de mentes), muchos de cuyos frutos han ido quedando plasmado en esa pagina, ELBITCOIN.ORG -sin lugar a dudas, el lugar más serio sobre Bitcoin en castellano- se labró una relación (que también tuvo algún momento tenso y no fue todo romance, aunque fue todo diálogo y consenso) en la que lo que aprendí, trasciende el mero consejo económico y afecta -ya ha afectado- a mi vida de una forma innegable.

Eso, a mi entender, es un acto educativo pleno, sólido, trabajado y capacitador de nuevas habilidades que ha realizado -sobre mí- un tipo que, a día de hoy sé, que no es maestro ni profesor, no es un educador por profesión más que lo pueda ser por forma de ser. Pero hay quien tiene un talento natural -que a veces brilla sólo en contacto con los sustratos adecuados- para enseñar, y yo como maestro que he educado a otros en otras áreas, quiero agradecerle públicamente: no soy un sustrato sencillo, aunque sí sé que soy muy jugoso y que puedo dar mucha guerra.

Así que gracias, Majamalu.

Reconozco que con todo lo aprendido -especialmente a valorar el trabajo- había pensando en venderte (a ti, Majamalu) este texto, pero todavía diría “la mascota” que me lo has pagado y que lo dicho es por interés.

Así que haré de magnánimo yonqui hispano y te lo publico yo, así de altruista y buena persona que soy, por la cara (para que lo puedas frotar a gusto a quien quieras, si dicen algo). Creo que con lo que he ganado -siguiendo las indicaciones de una mente clara como la tuya, en este área y otras- bien puedo sentirlo sobradamente amortizado de antemano.

Y para todos los que se topen, queriendo o sin querer con este texto, que recuerden: lo leyeron antes por aquí. Las criptomonedas son un mundo interesantísimo pero complejo, en el que conviene no pisar sin una buena guía -y con esa palabra me refiero a una persona que sepa lo que hace y dice en este mundillo- porque es un mundo que se presta a engaños para ansiosos y codiciosos. Lo que yo he ganado, lo he hecho leyendo mucho, preguntado lo justo y necesario a las personas adecuadas (pero con la constancias de obtener respuestas) y esperado para confirmar mis observaciones. Y aún ahora, sigo entendiendo que sé poco o muy poco, aunque la mayoría diría que soy un experto.

Las criptomonedas no son mágicas sino lógicas.
Y Bitcoin fue el consejo que nunca me falló.

Gracias.

:))



Drogoteca.

PS: Como una vida sin música no es vida, y este texto "es vida", quiero que quede constancia de la música que lleva.....
:))







domingo, 16 de abril de 2017

Oliver Sacks, in memoriam.

Recuerdo cómo lloré la tarde que tuve que procesar que Oliver Sacks había muerto. No era pena por la pérdida de un ser humano excepcional, sino una reacción egoísta a tener que asumir que no volvería a leer un nuevo libro suyo, una nueva hipótesis, una nueva visión de algo que siempre estuvo ahí... esas cosas con las que Oliver Sacks solía obsequiar, de cuando en cuando, a sus coetáneos. En días como el de hoy, le echo de menos de una forma especialmente notable y no sé el porqué. Sólo sé que si es cierto eso de que las personas sólo mueren cuando muere la última persona que les recuerda, a Oliver Sacks le queda una larga y prospera vida.

Con todo mi cariño intacto, gracias OWS.

El texto fue publicado en su día en el portal Cannabis.es
--


“Hace un mes, me encontraba con un buen estado de salud, incluso robusto. A mis 81 años, todavía nado una milla al día. Pero mi suerte se ha terminado: hace unas pocas semanas averigüé que tenía múltiples metástasis en el hígado.
Hace 9 años me descubrieron un raro tumor en el ojo, un melanoma ocular. La radiación y el láser, necesarios para destruir el tumor, me dejaron ciego de ese ojo. Aunque los melanomas como ese causan metástasis en un 50% de las ocasiones, dadas las particularidades de mi caso y diagnóstico, la probabilidad de que se produjera metástasis era mucho más baja (un 2%). Yo estoy entre esos desafortunados.”


De esta forma, el 19 de febrero del 2015, Oliver Wolf Sacks, empezaba a ajustar sus cuentas con la vida de forma pública tras asumir el hecho inevitable de una muerte próxima debido al cáncer que se había extendido por su cuerpo. En un impecable artículo publicado en “The New York Times” hacía público su estado de salud, y al mismo tiempo desgranaba unas cuantas reflexiones sobre su propia vida, ya a la luz de una muerte anunciada. Lo hacía con humor y gratitud, usando a modo de guía para comparar el “testamento espiritual” que dejó el filósofo David Hume cuando supo que estaba mortalmente enfermo a la edad de 65 años. Oliver se encontraba satisfecho: de entrada había podido disfrutar varios años más de rica existencia que el filósofo escocés. Incluso escribiendo sobre su propia muerte, sus palabras seguían desbordando pasión, curiosidad y vida.
Oliver Sacks moría poco más de medio año después, con 82 años de edad, el 30 de agosto del 2015, y sabía que lo hacía -morir- con la suerte de haber vivido una gran vida que, como él mismo decía, había estado “llena de trabajo y de amor”.
¿Y qué hace que este hecho -un hombre más que muere tras una infrecuente vida feliz- merezca un poco de nuestro escaso y contra-reloj tiempo? Oliver Sacks fue una de esas personas que procuró dejar el planeta, y a sus habitantes, un poco mejor de lo que estaban cuando él los encontró. Y creo sinceramente que fue de los que, además de intentarlo, lo logró en buena medida. ¿Pero quién era este tipo?
Oliver Sacks era un chico con la mirada curiosa de un químico. Las relaciones de su tío con un metal -el tungsteno o wolframio- le abrieron de niño un mundo de comprensión y percepciones ajeno a otros, en el que los elementos químicos eran los protagonistas. No había muerte ni había vida, sólo química decía él. Y esa química fue su refugio personal, su lente para colorear el mundo que le había tocado vivir, incluso ya como adulto. Nos lo contó en “Tío Tungsteno: recuerdos de una infancia química” en la primera ocasión en la que se sentó a escribir sus memorias.
No debió hacerlo mal, ya que su libro fue considerado como el único capaz de medirse con “La Tabla Periódica” de Primo Levi, que es aclamado como “el mejor libro de ciencia jamás escrito” por la Royal Institution inglesa y por apreciado como una joya para incontables químicos. La comparación la estableció un premio Nobel de Química y lo hizo después de decir “uno no necesita ser un químico -profesional- para poder disfrutar de las maravillas de la transformación química. Hoy entre nosotros contamos con alguien así: Oliver Sacks”.
Los químicos, en general, son un clan bastante cerrado a la hora de aceptar nuevos miembros en la categoría de “colegas”. Al menos, los grandes químicos. Hay quien postula que esto se debe a que los químicos son creadores en el sentido artístico y también en sentido estricto, ya que son el colectivo que crea nuevas disposiciones atómicas que nunca antes habían existido o estudia las que no se conocen aún, y las adapta para el resto de los mortales. La alquimia fue algo iniciático desde sus oscuros orígenes, algo que no estaba hecho para ser compartido con todos. Y creedme cuando os digo que el que un premio Nobel de Química incluyera e presentara como “un igual” a quien nunca fue un químico de formación y profesión, se puede considerar un honor más infrecuente que el premio sueco.
Sin embargo Oliver Sacks no se dedicaba profesionalmente a la química, sino que supo plasmar para todos una forma de ver las relaciones de la materia que estaba profundamente imbricada en una especial forma de ver la vida. No era una forma de percibir el mundo que no haya visto antes: la he observado con la misma claridad en las obras y palabras de “deidades químicas” como Albert Hofmann o Alexander Shulgin. Aunque ellos eran químicos de formación y profesión y Oliver Sacks era sólo un médico neurólogo, seguro que en un más allá -en el que ninguno de ellos creía- harían buenas migas. Aunque es posible que Sacks ya las hubiese hecho, hace mucho ya, con algunas de las creaciones moleculares de estos alquimistas de la conciencia humana.
Sacks estudia medicina en UK, pero en cuanto termina sale huyendo de su familia y del entorno opresivo y moralista que es el país tras la segunda guerra mundial para aterrizar en Canadá, desde donde fragua su salto a USA, que sería finalmente su destino. ¿Qué ciudad? San Francisco, años 60.
¿Y a qué se dedicó? Pues además de currar en el hospital, se hizo motero, culturista y levantador de pesas -de esos que de una hostia te convencen 3 meses- y se unió a esos chicos que hacen excursiones en moto por todo el país: los “Ángeles del Infierno”. Aparte, tomó con generosidad alcohol, cannabis, LSD (tal vez salido de las manos del propio Hofmann), anfetaminas y a saber cuántas drogas más que pudieran caer en sus manos (o salir de ellas). Por supuesto, nunca dejó de ser un químico en espíritu ni en su pequeño laboratorio amateur, donde siempre estuvo -de una forma u otra- en contacto con la química.
Un buen candidato para presentar en la cena de Navidad, interesante como pocos invitados podrían serlo. Ahora toda esa época turbulenta se describe como su lucha personal contra sus propios demonios y contra la herencia represiva que recibió de sus padres por ser homosexual, lo cual es bastante cierto sabiendo que salió de UK quemando naves con su familia, especialmente con su castrante madre. Sin embargo, aunque pudiera ser más o menos conocido por su entorno, Oliver Sacks no reconoció públicamente su homosexualidad hasta su ultima biografía publicada hace unos meses: “On the move”.
Tras estos revueltos inicios en su vida adulta, Oliver se miró un día al espejo viéndose demacrado y pensó que, si seguía por la misma senda, no duraría vivo ni un año. Así que se obró ese extraño milagro por el que un cachas gay de gimnasio, químico amateur y generoso usuario de drogas que macarreaba las carreteras en moto con sus colegas del infierno, acaba sus días como escritor de best-sellers de divulgación científica y neurólogo de prestigio internacional aclamado por los más respetados miembros de la comunidad científica como “humanista”. ¿Qué pasó entre medias?
Oliver Sacks se centró en su trabajo como neurólogo, y en especial en sus pacientes y su calidad de vida por encima del simple y frío diagnóstico. Y fue la mente creativa de Sacks (y su íntima relación la química psicoactiva) la que encontró -violando algún protocolo seguramente- que había una sustancia precursora de la dopamina, de estructura simple y similar a la anfetamina, que se llamaba L-DOPA y que permitió a un grupo de pacientes afectados por un extraño sueño durante décadas volver a la vida, aunque fuera temporalmente. “Awakenings” -o “Despertares” en castellano- fue el libro que le lanzó al mundo literario, contando su experiencia con estas personas que gracias a esa sustancia, recuperaban -décadas después con los problemas de ajuste que eso produjo- la capacidad de interactuar de forma normal con su entorno y que posteriormente sería llevado al cine, con un pasteloso resultado que no le hizo justicia en lo profesional, llevándole a ser conocido y apreciado ante el gran público.
Doce años después de ese libro, Sacks publicó el que muchos consideramos la gran obra de su carrera: “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero”. El título del libro, que era una interesantísima recopilación de casos de daño neurológico y de cómo esos pacientes lidiaban con ellos en su vida diaria, hacía alusión al caso del Dr. P., un hombre que sufría de una agnosia visual: una persona cuya capacidad de percibir los estímulos visuales no está dañada, pero la capacidad de asociar lo que ve a un concepto útil para la persona no está presente. El Dr.P. podía reconocer lo que era un ojo, una nariz o una oreja, pero no era capaz de unir todas estas piezas y ver un rostro significativo: ni siquiera el de su propia mujer, aunque en cuanto escuchaba su voz todo era comprendido de nuevo. El nombre exacto de esa agnosia visual asociativa es prosopagnosia y, paradojas de la existencia, fue un trastorno neurológico que Oliver Sacks sufrió a lo largo de su vida, aunque parece que no fue consciente de ello durante un largo tiempo: la dificultad o imposibilidad de reconocer rostros mediante la simple percepción visual.
Hace como una década, tuve la ocasión no elegida -sufrí un ictus o micro infarto cerebral- de experimentar una agnosia visual pasajera (por suerte) y durante la cual recordar la historia del Dr.P me hizo entender -en el mismo momento que la estaba sufriendo- lo que le estaba pasando a mi cerebro. Habían sido días de un gran esfuerzo intelectual de cara a unas pruebas universitarias, todo había salido genial y ese día había sacado un nuevo disco mi grupo musical favorito: estaba pletórico de alegría. Me quedé dormido sobre la cama con las luces de mi habitación encendidas. Cuando llevaba unas horas durmiendo, algo en mi cabeza me despertó: fui una especie de ruido, nada exagerado, parecido a un chasquear de dedos. Desperté en el acto, recuerdo que con buen ánimo, y me encontré en mi cama observando atentamente todo mi entorno. Me levanté de la cama, y como si fuera la primera vez en mi vida fui observando cada rincón de mi habitación, cada objeto, cada papel, las sillas, el armario. Y observarlos me producía una mágica sensación: veía todo tan claramente como siempre, pero todo parecía nuevo y nunca visto. Veía una plancha de madera con un trozo de metal a la altura de mi mano, pero no entendía que era una puerta. Me pasaba con todo lo que mis ojos percibían, hasta que mi mano tocaba el objeto en cuestión: en ese momento, todo recuperaba su sentido original y era una puerta, era un armario, era un libro, era una taza, era un ordenador, etc. ¡¡Pero para poder saberlo, tenía que recurrir al tacto y no estaba ciego!!
Hubo un momento, mientras vagaba flipando con las nuevas sensaciones de mi cerebro por el espacio de mi cuarto y sus objetos, que recordé lo que era la agnosia visual gracias a ese texto sobre el Dr.P., y en ese momento -supongo que lo que quedaba funcionando correctamente en mi cerebro dio la alarma- comprendí de que estaba sufriendo las consecuencias de un daño cerebral. Lo que quedaba de mi cerebro racional tomó el control en el acto y, como pude, llegué a avisar llorando y muerto de miedo a mi compañero de piso de que estaba teniendo un infarto cerebral y que pidiera ayuda urgente. Desapareció todo en menos de una hora igual que vino, de golpe, y sin dejar huella alguna por suerte. Hoy me alegro de haber podido experimentar algo tan increíble y lo recuerdo con cariño, pero fue aterrador enfrentarse a un mundo que dejaba de responder a las coordenadas habituales.
La lista de temas y casos que Oliver Sacks trató en sus escritos y libros es enorme, oscilando desde la experiencias perceptivas de las personas afectadas de sordera, de ceguera a los colores o de las experiencias con alucinaciones y visiones por distintas razones, a casos de autismo como en “Un antropólogo en Marte” donde hace de la autista y profesora universitaria Temple Gradin el sujeto de su historia. Pero aparte de su íntima relación con la química, el trabajo más interesante que Oliver Sacks desarrolló, aunque no sea el más conocido, es el libro “Musicofilia: relatos de la música y el cerebro”.
Aunque lo observó desde su primeras investigaciones con los pacientes letárgicos de la L-DOPA, no fue hasta unos 30 años después cuando dedicó parte de sus esfuerzos a comprender cómo la música actúa en el cerebro humano, siendo capaz de operar sobre funciones que parecían desaparecidas, recuperar recuerdos perdidos, ayudar a las personas con problemas motores por Parkinson a moverse sin la lentitud o excesiva rapidez que su enfermedad les imponía, y un innumerable listado de virtudes desatadas por la música en el campo de la neurología clínica. La música fue para Sacks la droga más poderosa de todas a la hora de obrar milagros en la funcionalidad del cerebro humano, sano o dañado.
Oliver Sacks pasó sus últimos días en su casa de Manhattan tocando el piano y en compañía de Bill Hayes -escritor, fotógrafo y ensayista- con quien había formado pareja desde hacía unos pocos años, tras varias décadas de “celibato autoimpuesto” en las que prefirió dedicar sus fuerzas a sus pacientes neurológicos y a mejorar la calidad de vida que tenían.
Oliver Sacks siempre dijo que no le bastaba con escuchar lo que sus pacientes le contaban, sino que deseaba experimentarlo todo de primer mano. Hace una semana Oliver experimentó la más compleja experiencia neurológica que un ser humano puede vivir: su propia muerte.
Gracias, Oliver, por todo lo que nos diste.

sábado, 11 de febrero de 2017

Drogoteca cumple hoy 10 años publicando información -veraz- sobre drogas en castellano.

No podía imaginar -cuando hace una década me ponía frente a una conexión de Internet y una pantalla en blanco, para iniciar lo que sería este blog- que fuera a sentarme 10 años después para hacer una breve revisión del asunto. Y aquí estoy, mira, flanqueado por una taza de té con menta -correctamente preparada- y un canutito de mi cultivo (autocultivo, que aunque no me gusta nada el término, sí me gusta el concepto) de Green Poison de estos meses, me arranco con mi "petayuno" del sábado. 




Yo, hace 10 años, era un chaval muy interesado en las drogas y que, por suerte, tenía una buen formación en ciencias. Eso junto con las lecturas adecuadas y el análisis reposado de lo leído, experimentando a la vez con la mayoría de las sustancias que he encontrado en mi camino (creo que salvo cannabinoides sintéticos, he tomado -generosamente- todo tipo de drogas) hizo que acumulara información que podía ser útil para otros, y que me resultase interesante señalar los "puntos negros" que yo me he ido encontrando en mi relación con las drogas y compartirlo con otros usuarios e interesados. Esas experiencias, reflexiones y análisis sobre lo que el complejo concepto de "las drogas" y sus concretos agentes químicos -las sustancias reales- son lo que han ido conformando el grueso de este blog.

Creo que hay 162 textos largos publicados (de momento) en estos 10 años, con un ritmo que ha sido variable pero que ha cubierto satisfactoriamente los tiempos, incluyendo los imprevistos y avatares que le suceden a cualquier vida a lo largo de una década en su juventud adulta. Muchas personas me preguntan por qué hay tan pocos textos en algunos años y eso básicamente responde a que muchos de los textos escritos en esos años, fueron recogidos posteriormente y elaborados de nuevo (normalmente para ser publicados). Así que si recuerdas un texto o una información sobre drogas (u otro tema) que leíste aquí, es fácil que la encuentres buscando por etiquetas con lo que serían sus palabras clave, aunque haya quedado cambiada de fecha. También -en otros casos- he retirado textos porque respondían a una cuestión puntual -temporal- que había quedado ya obsoleta (perdiendo el sentido de quedar publicados, y aumentando el nivel de ruido/información) o que -a mi juicio y criterio, que es el que aquí rige dado que es mi jardín- no tenían suficiente calidad para quedar publicados en este lugar.

Otra de las cosas que se siguen manteniendo en este lugar de información que es la Drogoteca, es la ausencia total de publicidad de cualquier tipo (directa o encubierta) porque por un lado no es necesaria para mantener esta pagina activa, ya que la mantiene Blogger (Blogspot - Gmail) y por otro lado porque tener publicidad siempre te hace perder una cierta independencia, cuando es acordada, y lleva a cosas peores cuando se deja en manos de bots y anunciantes contratados por terceros como es el caso de Google Ads. 

Esto no quiere decir que nunca vaya a usar publicidad o a aceptarla en esta web, pero sí que no es algo que se encuentre entre mis previsiones de lo que puede ocurrir próximamente. Tras estos años, ya sé que hay pocas cosas a las que puedes decir que de "dicho agua no beberás" (como por ejemplo, yo y los cannabinoides sintéticos: NO) y la publicidad -presente en todas las webs y revistas en las que tengo la suerte de escribir, desde VICE a Soft Secrets, desde Cannabis.es a Cannabis Magazine- no me ha impedido expresarme con total libertad en todos los sitios donde han querido publicar mis textos. Pero careciendo de la necesidad, no tengo ganas de entrar en dicho terreno para "sostener" la web.

Actualmente el ritmo de visitas a la página está alrededor de unas 1000 visitas diarias, muy lejos de los tiempos del 2007, en que creo tardé varios meses en alcanzar las primeras 10.000 visitas. Ahora el blog está a punto de llegar al 1.300.000 visitas totales, pero eso únicamente recoge el periodo desde mayo del 2010 al día de hoy (fue cuando Blogger inició el sistema de estadísticas propias y prescindí del anterior). El número total de visitas, incluyendo los 3 años anteriores pasa ya del millón y medio (debe andar cerca del 1.650.000-1.700.000 visitas) y se encamina de forma estable hacia los dos millones de visitas, que se alcanzarían en un año aproximadamente. Y el crecimiento ha sido consistente con el aumento de publicaciones y la mejora de la calidad de los textos publicados (no cuelgo todo lo que escribo, ni mucho menos). Es decir, atendiendo a los fríos números, creo que puedo sentirme razonablemente satisfecho.

Muchas cosas han cambiado en estos años desde que inicié la Drogoteca, aunque considero que la más relevante de todas las que ha ocurrido ha sido la aparición de la primera moneda criptográfica sólida y estable, como es Bitcoin. El alcance de las consecuencias de esta aparición, aún tardarán en ser del todo comprendidas y de poder analizarse cómo actualmente resulta una de las principales "espitas" por las que la moribunda prohibición contra las drogas libera presión, y ha hecho virtualmente inútil la prohibición de las drogas al hacer que cualquiera, desde su casa y sin arriesgarse en exceso, pueda conseguir sustancias que antes estaban vedadas a entornos complejos y de poca seguridad. La muerte práctica de la prohibición, enviada por correo -discreto- a su hogar.

La difusión de información relativa a los análisis de drogas circulantes en el mercado, las organizaciones de Reducción De Riesgos como Ai Laket que proporcionan datos seguros sobre lo que -por definición- es inseguro (sustancias compradas fuera de toda regulación) y la posibilidad de analizar una sustancia antes de consumirla (aunque es una tarea muchas veces larga y tediosa de completar, hasta tener toda la información de seguridad necesaria) han aportado y consolidado con el tiempo, una posibilidad de aproximación a las drogas y de gestión de nuestra relación con ellas, basada en datos científicos y no en mitos, leyendas e invenciones que, por desgracia, siguen siendo el pan nuestro de cada día en lo que se refiere a la información general -prensa generalista- sobre drogas. 

Por último -como reflexión- aunque el panorama puede parecer alentador en lo que a alguna droga se refiere, como ocurre con el cannabis que finalmente está embocando procesos de regulación e incorporación a la sociedad en multitud de puntos en el planeta, mi percepción es que no estamos en un mejor escenario en general y menos si consideramos el asunto en su conjunto, y no sólo lo que al cannabis atañe. Personajes como Duterte en Filipinas -o el propio Trump en USA- están dejando claro que hay grandes sectores sociales (sus votantes) dispuestos a retroceder en derechos y libertades hasta donde sea necesario para satisfacer las paranoides mentes que les alumbran y que otros sufren. No parece que las drogas y sus usuarios, como otros colectivos, vayan a salir bien parados de estos convulsos tiempos en manos de psicópatas elevados a rango de poder ejecutivo y/o legislativo en distintas partes del mundo, incluída "la vieja Europa" con su personal romance con la ultraderecha y los populismos.

Hoy es un 11 de febrero más, día gris como el de hace 10 años (me refiero al clima nada más), y resulta ser el "Día de la Mujer y la Ciencia". No puedo decir que haya mucha mano femenina por este blog -su falta de gusto estético lo prueba- pero sí que si bien no soy mujer, toda mi formación científica (y mi forma de mirar esas cuestiones) me vino mediante una mujer, ya que se la debo enteramente a mi madre (mi padre gasta una visión "más filosófica" de las cosas) con quien sigo discutiendo -mayormente- cuestiones de ciencia puntera en distintos campos. No ha sido la única, pero si la mayor influencia (por su formación como química) en cómo percibo el mundo que me rodea y sus fenómenos. Es una buena ocasión para darle las gracias por ello: gracias...

Por lo demás, poco que añadir. Me hubiera gustado organizar algún sorteo o algo especial para conmemorar este momento, pero la vida de "adulto responsable" no deja tanto tiempo libre como a uno le gustaría y elegir a qué dedicamos nuestros momentos es de las decisiones más complejas e importantes que podemos hacer. Si no lo he hecho, será que eso de celebrar -si bien es bonito- no es tan importante. Pero no descarto hacer algo a lo largo de este DECIMOPRIMER año que empieza este blog (ahora ya puedo decir eso de "tras más de 10 años..." que queda tan serio). 

Espero tener dentro de otros 10 años el placer de escribir una entrada como esta, y de volver a agradeceros lo que me habéis dado y me habéis hecho crecer en esta década -leyendo, preguntando, criticando, opinando- con vuestra presencia. Sea como haya de ser, el camino ya ha sido hermoso y fructífero hasta el día de hoy: ya ha merecido claramente la pena. :))

Drogoteca.

PS: En ocasiones (por eso de ser "Drogoteca") me preguntan cuál es mi droga favorita, la absoluta, aquella a la que no podría renunciar. Y es otra adquisición que me llegó -también de forma casi exclusiva en su gusto y apreciación- por parte materna: la música (ya que el oído musical de mi padre es similar al de un mejillón autista). Y la música ha sido una constante referencia en los textos aquí publicados, existiendo algunos exclusivamente referidos a música y no a drogas "como solemos pensar".

La música da color a los instantes, moviliza emociones, ayuda a fijar la memoria y el sabor de los momentos que vivimos. Hace reír y hace llorar, a veces con el albedrío humano por medio y en otras ocasiones, a traición y sin permiso alguno. Eso es lo que tienen las drogas, que su efecto conlleva siempre la suma del alma del sujeto en el resultado de la interacción, y la música no es una excepción.

Podría vivir sin todas las drogas del mundo, pero no podría vivir ni un día en un mundo sin música. Tampoco este blog, menos en un día como hoy.



"Sólo le pido a Dios 
que el dolor no me sea indiferente; 
que la reseca muerte no me encuentre, 
vacía y sola, 
sin haber hecho lo suficiente."





miércoles, 27 de abril de 2016

Y hasta hoy.



Y hasta hoy.


Este blog es una aventura que inicié un buen día, aprovechando que estaba sufriendo una enfermedad compleja y coñazo, que me forzaba a tener que dejar mi culo quieto en casa -demasiado tiempo- impidiéndome hacer “vida normal”.

Como no pude hacer, por aquel entonces, “vida normal” pues me dediqué a hacer “vida anormal” porque no me quedaba otra, y la cosa es que no me salió tan mal. En este millón de visitas al blog, que son muchos años -en mi primer año recibí menos visitas de las que tengo ahora en 4 días, y estaba feliz- me ha pasado de todo.




He conocido gente que han sido de vital importancia, a veces en un momento puntual y a veces con una profundidad inesperada. He conocido personas que tenían problemas y sufrían (que al fin y al cabo es el hilo invisible que une a muchos) y que buscaban ayuda, y a otros que estaban dispuestos a darla. He aprendido. Mucho. Muchísimo. De todos los comentarios, de todas las apreciaciones, de todos los insultos (son un clásico, sin los haters de la Drogoteca esto no sería lo mismo) y de todas las reflexiones hechas con buena fe. 

Lo mejor es que he seguido aprendiendo y no he parado con cada interacción que he tenido y tengo, generada por este lugar, que empezó como una tímida aventura de un tipo que quería hablar de drogas, y ya.

A todos os debo un “gracias”.
Así que gracias a todos, por lo dicho.

Una cosa que algunas personas, los más viejos lectores normalmente, me preguntan es por qué he borrado tanto material de todos los años (de todos menos de este actual, pero nadie asegura que no borre si lo considero oportuno). Algunas cosas es porque las personas aludidas me pedían que lo retirara -motivos de seguridad o personales- mientras que otras eran simple cuestión de gusto: no todo lo que escribe uno es bueno, ni siquiera aceptable. Es mayormente malo con excepciones. Así que según mi criterio actúo en ese aspecto: para algo el peluche es mío y me lo follo cuando quiera.

Bueno, no es cierto eso del todo.
"La Drogoteca" es algo que inicié yo -mi nick era Symposion aunque acabé siendo “Drogo” (aquí y fuera a veces también) por elección de la gente- pero que no hubiera tenido viso alguno de continuidad sin el apoyo (desconozco hasta dónde sincero en lo que decían, pero sé que con todo el cariño siempre) de muchas personas que yo valoraba, y valoro. 

Ellos, y en especial una mujer que nada tiene que ver con drogas pero sabe mucho de la vida (un gran beso para Emilita, mi pastoril amiga), me ayudaron a valorarme en lo que hacía y me ayudaron a orientarme en aguas difíciles -a veces- siendo buenos referentes. No quiero nombrar a nadie más por no desmerecer a otros, pero hubo otros muchos y muchas, y a todos os agradezco lo dado. 

De otra forma, también distinta y especial en otro sentido, quiero agradecer a esas personas que son o fueron la Drogoteca, tanto como lo pueda ser yo, y que son y fueron invisibles -siempre por voluntad propia- para quien aquí viene a leer. Pero que sin ellas, y en concreto sin "L" este lugar hubiera cesado hace tiempo, posiblemente como su dueño

Gracias. :))

No todo ha sido bonito en estos años, pero ahora todo lo malo se percibe como molestias mínimas cuando se saben llevar. Por ejemplo, al capullo que me acaba de llamar -director de un conocido medio fumeta- a tocarme los cojones al puto móvil, cuando le tengo dicho que me llame a casa (mis razones tengo). Pero supongo que incluso a él le tengo un poquito de cariño

Cosas así -como tener que aguantar que este tío me haga coger el puto móvil- han salido de este blog, y se han metido en mi vida hasta hacer una parte sustancial y esencial de la misma. Y mi balanza, a día de hoy, no podría ser más positiva con respecto a lo que este lugar me ha dado a mí, como persona y también en el plano profesional. La verdad es que no se me ocurre decir mucho más que gracias, gracias y gracias. Parece que fuera puesto de MDMA hasta las cejas... ;)

En fin. 
¿Que os voy a contar si vosotros sois el millón?
Pues eso, que gracias. ¿A todos? Sí, a todos. :))

Una cosa -la única realmente interesante de este texto a mi entender- que no quiero dejar de decir, es que si tienes una pasión, la que sea, o un interés especial (desde los helechos a la nanobiotecnología, da igual el qué) abrir un blog orientado a un área de conocimiento o de interés concreto, es posiblemente una de las mejores ideas que se pueden tener.

Con esto no quiero decir que sólo por abrir un blog nadie te vaya a leer, o vayas a tener “éxito” en visitas o "likes" en alguna red, si es así como valoras tú esas cosas. Quiero decir que el hecho de abrirlo y de mantenerlo, con todo lo que exige cuando se hace bien (no digo que yo lo hiciera), es algo que tarde o temprano devuelve lo aportado al medio, a la red, y con creces.

Esto, como otras tantas cosas en la vida, comenzó hace casi una década con una idea que parecía pretenciosa y absurda, al principio, pero que luego se mostró interesante para algunos que tuvieron la osadía de ser los primeros lectores, y ya veis: hasta hoy. :))



Gracias.



PS: El marcador de visitas va a tocar los 993.000. En pocos días tendremos ganadores del concurso. :)) 

PD: Debo indicar que ni me muero -más rápido que el resto, que yo sepa- ni me piro ni cierro esto ni nada, porque parece que algunas personas han pensando eso al leer este texto. No, sólo quería decir lo que he dicho, ni más ni menos.

Por lo demás, pienso seguir dando por el culo mientras pueda, everywhere everytime. Y nada indica que no pueda; quede claro. 

No abráis más champán que habéis entendido mal el asunto... :)) 

Y mañana o pasado, más. ;))



Drogo.