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domingo, 7 de enero de 2018

¿Crisis de sobredosis por opioides? Negocio para la farmacia.

Este texto fue publicado hace más de un año en el dominio Cannabis.es y esperamos q os ayude a comprender que no todos los que parecen buenos, en esta historia de los opioides en USA, lo son. A veces la abuelita ya no existe y es el lobo con su camisón pero ni el lector ni nadie se da cuenta hasta que es demasiado tarde...

Demasiadas veces, y en demasiados campos.

*.*.*

Nuevos fármacos, nuevos presos, nuevos negocios...
(Vivitrol y coleando).

Puede sonar algo fuerte -entrar con la pierna por delante y a la rodilla- este título por el que he optado para encabezar este texto, que será desagradablemente veraz, pero necesario. Todos los esfuerzos que se puedan hacer para alertar a la población de cómo se les está mintiendo y usando -en las peores formas de entender dicha palabra- para ser simplemente “ganado al que ordeñar económicamente”, son pocos a estas alturas.


 La farmacia como enemigo público de primer orden
Desde esta web hemos denunciado -una y otra vez- lo que la  BIG PHARMA hace y es: esos tipos -con mucho dinero y ningún escrúpulo- que prefieren ver morir a hombre, mujeres y niños por millones en beneficios, antes que bajar sus precios. Si no les das dinero, no les interesa tu bienestar: no seas tonto y creas que trabajan por tu salud, ya que no es así.
Ante este panorama, en el que el enfermo (y también el no-enfermo) es el objetivo de la voracidad farmacéutica -en su faceta de negocio que mueve muchos millones- debemos empezar a formarnos en áreas que antes considerábamos restringidas a médicos y farmacéuticos: nuestra salud y sus remedios. Evidentemente, no se puede esperar que todo el mundo esté capacitado para saber que la “viagra femenina” es un absoluto timo y un peligro para la salud de quien la usa, o que los fármacos que le estamos dando a los niños con la excusa de la gran enfermedad “creada e inventada para las masas” del TDAH, son exactamente los mismos por los que metemos en la cárcel a adultos que los utilizan -también de forma correcta, pero además, de forma libre y consciente- y que las nuevas grandes salvadoras contra la "epidemia de opioides" que nos llegan de manos de las farmacéuticas son la naloxona y la naltrexona (también la buprenorfina pero de otra forma y ya se han dado cuenta del timo económicoy que en realidad son dos viejas conocidas, que no traen ninguna cosa , pero “las están peinando” para que sean presentadas masivamente como un recurso necesario, en un volumen tan disparatado como el de los opioides. Han logrado una ciudadanía con 2 millones de adictos (sólo en USA) y una población reclusa -hasta en cárceles privadas- que está enganchada a los opiáceos en un histórico récord del 15% de los reclusos. Genios.
Olé. Lo han clavado estos narcos legales de la BIG PHARMA a la hora de conseguir tener una clientela rehén, y con la bendición de los poderes del estado, a quienes compran de la misma forma que -por ejemplo- Boiron ha comprado una cátedra de homeopatía en una facultad de Medicina, para darse brillo y lustro mientras dicha facultad ha prostituido su metafórico ojete por pasta, simple y llanamente. Es todo culpa del papel moneda, que engrasa que te cagas...
¿Qué más puedo decir? Si son los mejores hay que reconocerlo, y punto.
Primero han enganchado a una buena tajada de la población (transversal, de jóvenes a ancianas) a tomar drogas de alta potencia narcótica (y por lo tanto, ADICTIVA) como la morfina, el fentanilo y otras similares, asegurándose así la clientela; si era moralmente correcto, como veréis, es algo que no importa en esta historia. Posteriormente, cuando esa criminal acción ha empezado a rendir muertos -que no eran “yonquis” sino población común- se han llevado las manos a la cabeza e incluso han susurrado un cierto “mea culpa” pero era sólo fachada: estaban preparando la segunda fase. Comprobaron que se les empezaban a matar los clientes, algunos quedándose dormidos mientras iban conduciendo y otros en casita, cuando no se lo esperaban (porque a diferencia de estos usuarios nuevos, los viejos usuarios de drogas saben lo que hacen en mayor grado que estos nuevos “enganchados por la farmacia”) así que dijeron que tal vez se les había ido la mano con las prescripciones y con el “estímulo que habían imprimido al mercado”, pero que estaban trabajando en una rápida solución.
Cabe recordar que “solución”, para la industria farmacéutica de la época, fue lanzar la heroína como un fármaco no-adictivo y que, además, era capaz de hacer perder todo el interés por la morfina a los morfinómanos. ¿No hace falta que explique lo que pasó, verdad?
Estimulando el mercado, como eufemismo de “vamos a usaros como a ganado hasta que os exprimamos en vida, de niños a ancianos”, y funciona. En USA y Canadá se lo creen todo, y no es extraño ya que los medios de comunicación que dibujan su realidad, pertenecen todos a los mismos bolsillos que invierten en esos pelotazos “farmacéuticos”, con nivel del escándalo moral, pero que se olvidan pronto de la memoria colectiva. Los ciudadanos no pueden saber lo qué pasa, porque el mismo que les está robando es quién les hace de guía, en un entorno en el que han sido -previamente- privados de conocimientos que les permitan darse cuenta de lo que está sufren y lo que le están haciendo... a sus hijos, hermanos, padres, abuelos... a todos.
Y vamos con “la solución”  AKA remedio mágico: la naltrexona. Un fármaco de los años 70 y que se lleva usando décadas, y es de todo menos nuevo. Naltrexona, además de la naloxona que llevan promocionando años ya. ¿Por qué? Como todo: porque da dinero. Ahora mismo tanto naloxona, como naltrexona -la nueva invitada, que no es tan nueva- son fármacos de abuso: el abuso que comete la BIG PHARMA al aumentar cientos de veces sus precios, si motivo alguno, salvo el interés económico.
Por supuesto, la solución -que no lo es en realidad- representa ingresos desmedidos para la industria farmacéutica, y esta vez lo hacen mediante el asalto a las arcas públicas, vendiéndole a los estados ingentes cantidades de los antagonistas opioides a precios que superan con creces el mayor de los márgenes del narcotráfico en las drogas clásicas.
Ellos lo bordan, mirad: “No solo para los médicos: la droga antídoto para las sobredosis de opioides -naloxona- está siendo lanzada a las masasAsí de claro calificaba -la revista de temas médicos- STAT el asunto de la naloxona, dándonos datos como que en la última década el uso de naloxona (la demanda de la misma) se ha multiplicado por 4, sin contar el actual momento con el pico que se está viviendo en la adquisición de este recurso. En Ohio incluso están animando a los ciudadanos a que lleven naloxona encima -para tratar posibles sobredosis que encuentren en su quehacer- y en Carolina del Norte y Pensilvania, se ha emitido una orden por la que la naloxona se puede adquirir libremente en farmacias. También en Carolina del Norte y Nuevo México se está dando naloxona a todos los presos que salen de prisión, ya que las sobredosis en ellos son desgraciadamente frecuentes y en especial en las primeras 48 horas tras su salida de prisión.
Desde el lobby de la BIG PHARMA se desea “penetrar presupuestariamente” y de forma completa a la policía, pero ahora el objetivo se ha ampliado y apuntan a otros profesionales como pueden ser el personal de los aparcamientos, guardias de seguridad y otros miembros relevantes de las comunidades. Naloxona y cursos de entrenamiento, que vienen de mano de la misma industria que fabrica la sustancia, la misma que cobra a cargo de los presupuestos generales salidos del bolsillo de todos, y la misma que ha creado un problema que ellos mismos califican de “epidémico” y que ahora requiere de una solución que -oh, casualidad- nos trae la BIG PHARMA.
¿Pero de verdad que a nadie más le suena sospechoso todo esto?
El último gran asalto al bolsillo ha comenzado con la “nueva” medicación -vendida como panacea- para un sistema penitenciario saturado y que, como ya hemos dicho, es la naltrexona de toda la vida y no es una mágica solución. Lanaltrexona, es un antagonista opioide que bloquea los receptores, haciendo que el consumo de opioides resulte inútil, y no causan efecto alguno en la persona. En nuestro país se ha usado y se usa para los tratamientos “libres de drogas” en los que resulta preferible, para el paciente, saber que aunque consuma no va a conseguir efecto alguno. Se puede comprar en la farmacia “casi sin receta”. Digo casi porque en teoría no te pueden dar nada sin ella, pero al no tener efecto alguno psicoactivo (o tenerle incluso negativo) ni posibilidad de abuso, la dan. Yo obtuve una caja llena de botellas de dicho fármaco por menos de 80 euros. La naltrexona es barata y accesible; siempre lo ha sido. Y se consume por vía oral (la naloxona no es activa por vía oral y para ello se usa naltrexona, aunque es la naloxona el antagonista usado en sobredosis vía inyección o nebulizador nasal). Ahora, la industria farmacéutica ha obrado su magia y, de una molécula que no les daba prácticamente ningún beneficio (como les ocurría con la naloxona), han creado “nuevas presentaciones” que les permiten cobrar LO-QUE-LES-SALGA-DEL-HUEVO por viejas sustancias; la patente ya no sólo es el compuesto y su química, y con ese enfoque juegan. En este caso, han creado una inyección intramuscular profunda -una aguja larga de cojones y ya- que te deja el cuerpo (vía culito y pinchazo) impregnado de naltrexona durante un mes, haciendo inútil consumir heroína, fentanilo o  morfina. Eso sí, otras drogas como la cocaína  y los  barbitúricos o el  alcohol  y la  anfetamina, te seguirán haciendo efecto. Si lo que quieres es “drogarte” lo harás, aunque no sean con una en concreto.
Naltrexona y similares sólo sirven para los opiáceos y opioides, pero tiene un gran “público potencial”: los presos que salen de las cárceles a quienes se les ha comenzado a facilitar un par de chutes de naloxona, por si tienen ese mismo día una sobredosis (algo tremendamente normal a día de hoy ya que salen como saldría un toro encerrado y sin tolerancia porque no han tomado opiáceos en meses y, entre las ganas y el mayor efecto con menor cantidad, suelen irse para el otro barrio). Con la naltrexona -y su duración “reformulada” de un mes y por el injustificable precio (robo) de 1000 dólares, ahora podrán tener un bloqueo para opioides de más duración, que una vez inyectado la persona no podrá hacer nada para revertirlo.
Yo, como usuario de opiáceos y opioides, agradezco la existencia de algo que me puede salvar la vida. Pero no puedo evitar preguntarme si realmente el número de consumidores justifica tan salvaje aumento de dispensación de estos fármacos. A pesar de esas leyes para que cualquier ciudadano y sin explicación pueda comprar estos fármacos, creo -como usuario- que nos iría mejor si reformasen las leyes que convierten en un acto criminal el uso de drogas (en España es un derecho, aunque limitado en el espacio público) y que eso acabase con el mercado negro... de una santa vez.
Y aunque suene conspiratorio, tengo que rendirme al final ante la evidencia: mercado negro y farmacia se complementan y se necesitan para justificar muchas de sus acciones. Llevo mucho tiempo preguntándome cómo pudo llegar la W-18 a la calle, o con los nuevos muertos en Canadá, quién sintetizó carfentanil con el peligro que eso supone. Y siempre me viene la BIG PHARMA a la cabeza (son los que pueden, eso no se hace en un garaje con 4 matraces) que es la que al final sale siempre ganando. Es muy arriesgado decir que ellos los sintetizaron y lo pusieron en el mercado, para aumentar la histeria con la epidemia de opioides y el número de muertos, así que lo dejo en una “ida de pelota mía” pública (pero ahí queda).
Ahora, cuando veo que les van a vender naltrexona a 1000 dólares por inyección -bajo el nombre de “Vivitrol”- vuelvo a pensar por dentro: “¡¡joder, qué putos genios!!” ¿Qué narco es capaz de conseguir eso y que, además, se lo vaya a pagar el estado y a presentarle ante todos como un salvador de la sociedad y las drogas? No excluyo que le den la medalla del congreso de los USA o algo así, sobre todo si hacen donaciones como los fabricantes de fentanilo allí. Esto de la  BIG PHARMA es nivelón a la hora de prepararla gorda, y no lo de Pablo Escobar o El Chapo Guzmán.
Han construido una cárcel alrededor de toda una sociedad, que asiste incrédula a la violación de sus propios derechos elementales, sin llegar a ser conscientes de lo que está sucediendo, ni de quién es el agresor y quién es la víctima.
Volviendo al título de este texto, habrá que repensar con quién nos estamos jugando la salud.



jueves, 19 de enero de 2017

18 kilos de W-18 para el Juicio Final

Esta historia de ficción distópica que fue publicada en cannabis.es contiene un pequeño fallo, descubierto con el tiempo, y que le da un curioso valor: lo cambiante de lo que era la información fiable hace unos meses en un compuesto que, misteriosamente, apareció en las calles de Canadá y su mercado negro, pero que podría aparecer en cualquier sitio.

El fallo es que el W-18, y tal vez otros compuestos de la serie, no son agonistas opioides como se pensaba por sus creadores... pero eso es historia para otra ocasión.

Esperamos que os guste.


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18 kilos de W-18 para el juicio final.


La última vez había matado a 14 personas y, a pesar de ser un accidente, había tenido que quemar los cadáveres y el lugar, como medida de seguridad básica. Fue un error confiar un producto así en manos de principiantes -no eran químicos profesionales, sino hombres de negocios sin alguien capacitado a su lado- y el resultado podría haber acabado con todo su plan de ventas, además de con una sentencia a cadena perpetua para él. Tenía que calibrar mejor si pretendía seguir vivo y libre mucho tiempo.

El pedido en esta ocasión había sido masivo. Como experto, tenía claro que la cantidad encargada podía tener distintos usos, pero hablando siempre en niveles enormes. Tenía suficiente droga sintetizada como para mantener sin mono a todos los adictos a los opiáceos del planeta durante medio año al menos. Si la cosa salía bien, además de una cuenta corriente con más ceros de los que podía imaginar, podría llegar a competir con el suministro mundial de heroína




Él, una sola persona, detrás de la operación de síntesis de opioides más grande del mundo. Sus años de juventud perdidos entre libros y casi sin salir de casa, para ser el mejor de su graduación y encontrar un empleo bien remunerado, daban sus frutos en el campo menos esperado: en el tráfico de drogas. Él nunca había tomado drogas ni conocía ese mundo más que de oídas, pero perder el trabajo -por esa mala racha personal- en la planta de desarrollo de productos plásticos le había obligado a buscar alternativas.

Esta vez, en el precio había incluido 2 trajes HAZMAT para que no acabasen muertos nada más empezar a trabajar con el producto. Sonaba exagerado, pero no lo era: valía con respirar una mota invisible de ese polvo y morirían, así que más les valía preparar bien el producto que iban al lanzar al mercado si no querían acabar la partida antes de empezarla. Al comprador, un hombre de negocios europeo de unos 50 años, le parecía bien todo lo que él dijera y, como había podido comprobar ya, el dinero en enormes cantidades no le faltaba nunca.

Una vez pensó que ese tipo bien podría comprar. incluso el puto planeta, si estuviera en venta.
Lo que nunca pudo imaginar, hasta que todo fue destapado, es que esos 18 kilos de W-18 tuvieran como objetivo acabar con la raza humana sobre La Tierra...


Esta historia que sirve de introducción, por ahora de ficción, tiene como protagonista a nuestra invitada de hoy: W-18. ¿Una bomba? ¿Un meteorito? ¿Un virus que acabará con el planeta? ¿Rajoy vestido de lagarterana? No, la W-18 es la nueva droga de moda, entre los forenses del norte del continente americano. ¡Coño! ¿Y entonces a qué viene todo eso de acabar con la humanidad?
La serie W es una serie de 32 compuestos creados, en la década de los 80, por un grupo de farmacólogos encabezados por Ed Knaus, en la universidad de Alberta en Canadá. Este grupo de investigadores, estaban llamados a repetir un trozo de la historia: la búsqueda de un analgésico eficaz y que no provoque adicción, para terminar encontrando una criatura que no podían esperar como ocurrió en el caso de la heroína. De esa serie de compuestos con una estructura novedosa, bastante simple pero desconocida en la farmacología, se patentaron 32 (W-1 a W-32) siendo los 19 primeros agonistas puros del receptor opioide mu, y los 13 restantes compuestos con actividad agonista/antagonista como es por ejemplo la buprenorfina. De todos ellos, el más potente era el número 18: su potencia era de 10.000 veces la de la morfina, lo que quiere decir que 1 gramo de esa sustancia equivale a 10 kilos de morfina. ¿Empezamos a ver por dónde van los tiros ya? Nuestra protagonista W-18, acababa de nacer.


Por supuesto, dichos compuestos nunca fueron probados en humanos ni se desarrolló ningún estudio sobre ellos, ya que para humanos tenemos suficientes analgésicos adictivos y esos compuestos no presentaban mejores perfiles farmacológicos con respecto a los ya existentes. Y quedaron en el oscuro olvido académico y del archivo de las patentes sin demasiado uso, durante más de 2 décadas. Hasta que la guerra contra las drogas, al haber sancionado hasta lo imposible el resto de sustancias, acabó por hacer que unos químicos emprendedores -seguramente chinos- buscaran en los oscuros archivos de universidades y patentes información sobre investigaciones con drogas que, aunque nunca hubieran sido probadas con humanos por su evidente peligro, tuvieran efectos similares a las drogas ya prohibidas.
Y de esta forma, otra de esas sustancias, como la PMA/PMMA, que nunca debieron llegar al mercado de la calle y no lo habrían hecho sin la prohibición de las otras drogas, la W-18 llegó a la calle. Justo cuando la policía del norte de América se preguntaba si podrían encontrarse con algo más mortal que el fentanilo, que está diezmando por golpes de sobredosis vía adulteración a las comunidades de usuarios de estas drogas, se toparon con esto en forma de pastilla de “Oxycodone” adulterada (es el opioide favorito del neo-mercado negro de opioides en USA y Canadá desde hace un tiempo ya).
De momento, no se puede afirmar que se haya producido un solo muerto por esta droga, pero es que aunque los hubiera, sería casi imposible saberlo. ¿Por qué? Las dosis son tan extremadamente bajas en peso, que encontrar un metabolito de dicha droga en el organismo humano (con el agravante de que no conocen cuáles serían) sería el equivalente a encontrar una aguja en un pajar, con una mano en la espalda. Para hacernos una idea ya más clara de lo que es este arma química, la comparamos con el fentanilo -cuya dosis letal está entre 2 y 3 miligramos- y resulta que 2 ó 3 microgramos o millonésimas de gramo, son suficientes para matar a una persona. ¿Un grano de sal? ¡Qué va! En un grano de sal habría suficiente cantidad como para matar a unas 100 ó 200 personas. Y si tenemos en cuenta que en todo el planeta, hay unos 6 o 7 mil millones de seres humanos, bastarían 18 kilos de esa droga para matar a todo ser de nuestra especie... y seguramente sobraría.
¿Pero estamos hablando de una droga o de un arma química? Pues decídalo usted, pero recuerde que el fentanilo y sus variantes ya han sido usadas como arma química, en este caso por el gobierno ruso, con un ejemplar números de muertos a sus espaldas ya. El Kolokol-1 era el nombre del gas -con un derivado del fentanilo- que se usó para acabar con el secuestro de un teatro en Moscú. Y no era más potente que el W-18.
Para más INRI, las pastillas que apresó la policía en Canadá, contenían como droga principal fentanilo (siguiendo la tendencia de los últimos meses y años), pero lo contenían en una cantidad -entre 4'6 y 5'6 miligramos) que era suficiente para matar a un par de personas cada pastilla. Y si eso era poco, cuando fueron buscando la “huella química”, que les permitiera ir conociendo al químico que lo estaba sintetizando y el procedimiento que seguía, se encontraron con el nuevo compuesto, que estaba presente sólo en trazas (cantidades muy bajas) pero al ser 100 veces más potente que el fentanilo y al ir mezclado con este en una pastilla que ya contenía 2 dosis mortales, se dieron cuenta de que acaban de conocer a un nuevo asesino que ya llevaba tiempo en la calle, y posiblemente matando gente sin que nadie pudiera saberlo. Esas pastillas, si son ideales para algo, lo son para matarse.
¿Y quién sería el desalmado que vendería semejante droga y el cretino que la compraría? Criminales seguro, ¿verdad? Pues no. Tú mismo puedes comprar, ahora mismo, desde tu móvil esta droga. Es legal, no existe ninguna legislación contra ella en ninguna parte del mundo y la venden en Internet, sí. Y ni siquiera a escondidas. O al menos la vendían, porque desde que ha saltado a los medios, la droga ha desaparecido del “menú de compra” público de muchas webs de este tipo de productos. Pero simplemente están empezando el clásico juego del gato y el ratón, que ya han jugado antes -y siguen jugando- con los cannabinoides sintéticos o marihuana sintética.
Pero las mismas webs que lo vendían hace unos meses, ahora lo que hacen es vender a su hermano pequeño: W-15. Ya en el año 2014 (texto publicado entonces en el blog Drogoteca) empezaban a ser conocidas en los círculos más avanzados de “experimentadores”, y ya se vendían por aquel entonces. Hoy día, sólo tienes que poner “buy W-15” y esos mismos químicos/empresas, te harán sin problema a su hermano mayor... mientras siga siendo legal, porque luego saltarán a otro. Y no te sorprendas porque esto lleva siendo así mucho tiempo, y hay que dar las gracias, repito, a la guerra contra las drogas.
Por si el retrato no hubiera sido bastante tétrico, para esta familia de compuestos, el antídoto que se usa normalmente para los opioides -la naloxona- seguramente no es suficientemente potente. Como en el caso de grandes animales (elefantes, ballenas, rinocerontes, etc) cuando se utiliza la súper potente etorfina que se dispara con una escopeta, para revertir sus efectos hay que usar diprenorfina porque la naloxona no es suficiente. Y la diprenorfina no está aprobada para humanos, por los brutales efectos secundarios que tendría. ¿Con qué hay entonces que luchar cuando haya que salvar vidas en sobredosis de esta droga? ¿Agua bendita? Pregunta sin respuesta.
Aunque si atendemos a quienes podrían ser los interesados de que una droga así llegue a poner sus pies en la calle (al menos de forma oficial, aunque no parezca haber causado ningún herido o muerto), y más si esto aumentase el número de incidentes con opioides al mismo tiempo haciéndolos más difíciles de tratar médicamente, el primer beneficiado económicamente sería la industria farmacéutica a la que se acudiría -de nuevo tropezando en la misma piedra- en busca de una solución mágica.
Llamadme conspiranoico (en este caso creo que me lo voy a permitir). Es similar a lo que nos llamaban hace años a quienes denunciábamos que los médicos y la industria farmacéutica en USA, estaban creando una generación de adictos a los que exprimir de forma legal mediante las prescripciones de “la heroína en pastillas” como eran la oxicodona y sus primos. Llamadme malpensado, pero cuando en derecho no se ven las cosas claras se suele recurrir a la frase en latín “Cui prodest” o “¿Quién se beneficia?”. ¿Y quién coño sacaría beneficio de todo esto?
Blanco y en botella, leche...

miércoles, 9 de abril de 2014

Introducción al uso recreativo de fentanilo



Introducción al uso recreativo de fentanilo y derivados.

En el texto que inician estas palabras hay información referente al fentanilo y a drogas de la misma familia, pensadas desde la más absoluta reducción de riesgos, dadas las características -especialmente peligrosas por su potencia- de esta sustancia. Antes de escribirlo he tenido que dar muchas vueltas a la conveniencia de publicar esta información, que está entendida siempre para mayores de 18 años, por las esperables objeciones del tipo “les das tú la información de cómo consumirlo” como si ello fuera a evitar que sin estas recomendaciones y advertencias quien estuviera determinado a consumir fentanilo no pudiera hacerlo: lo haría igual, pero con menos información y por lo tanto, más riesgos y menos capacidad de respuesta ante situaciones de emergencia.


Parche de 25 microgramos por hora de fentanilo
para uso transdérmico. 


En mi caso, como en el de otras personas que conozco que consumen fentanilo de forma recreativa (no por pura indicación terapéutica), nadie me enseñó nada al respecto y la información la obtuve de los medios habituales (lo referente a dosis, farmacocinética e interacciones) y posteriormente la compartí con otras personas que compartieron la suya conmigo. Y aunque a muchos les pueda sonar extraño hay más gente de la que parece que usa fentanilo fuera de la prescripción médica.

El fentanilo es una molécula bastante simple que tiene unas 100 veces la potencia de la morfina que es la usada como estándar. Distintas modificaciones -también simples- sobre la molécula pueden dar compuestos más de 10.000 veces la potencia de la morfina, algunos de ellos pudiendo ser sólo usados en animales de gran peso, como elefantes o ballenas, para la sedación o anestesia, por lo exagerado de su potencia que los hace inviables para tratar con seguridad a especies menos grandes en las que resultan más tóxicos en sus efectos.


Estructura en 3D del fentanilo.


Entrar en contacto con esta familia de drogas -sin indicación y supervisión de un profesional de la salud- tiene riesgos muy serios que en algunos aspectos superan con creces a otras sustancias también narcóticas. Si piensas que la heroína es una droga muy peligrosa, entonces vete buscando adjetivos más grandes para esta familia, porque son fuertemente adictivas y además tienen entre sus propiedades una capacidad para desarrollar tolerancia en el usuario que se establece pronto y rápido. 

Según mi experiencia, el fentanilo es una droga mucho más adictiva que la heroína -en mi caso- pero siempre hay que recordar que cada persona es un mundo en ese aspecto, y que es un aviso con buena intención y no una aseveración farmacológica absoluta, pero sus riesgos no son menores en ningún caso que los de la heroína si hablamos de sustancias puras, y mayores si hablamos de mercado negro, en el que se suma el riesgo de la sustancia al de todo lo que pueda llevar añadido si lo que compramos no es un fármaco de prescripción, aunque estos también pueden sufrir la adulteración.

En USA se han detectado en repetidas ocasiones pastillas de oxicodona (Oxycontin) en el mercado negro que en realidad lo que contenían era acetilfentanilo, una variante no muy potente del fentanilo pero que ya ha causado unos cuantos muertos allí. Esto ocurre en USA porque el precio de la oxicodona era de los más altos en mercado negro y tiene un amplio uso “recreativo” de forma inyectada, y con una demanda que no se llega a cubrir con lo que se desvía del mercado de prescripciones farmacéuticas, dejando un nicho a tapar por cualquier grupo con actividad en este terreno: tan simple como coger un análogo del fentanilo y venderlo como si fuera oxicodona, mismo tamaño, misma forma y color, y engaña a muchos porque ambos compuestos son activos y lo son en los mismos receptores, pero no de la misma forma y potencia.

Distintas presentacinoes de oxicodona, 
objeto de adulteración con acetilfentanilo
 y engaño en la venta en el mercado negro.


La muerte de Philip Seymour Hoffman -que finalmente parece que su muerte es una 'simple' sobredosis de heroína que le convierte en otra víctima de la guerra contra las drogas y sus usuarios- dio algo de luz al asunto de la adulteración de heroína y otros opioides en el mercado negro con derivados del fentanilo, que lleva un reguero de cadáveres considerable y que debemos recordar que son víctimas que mueren por engaño: les dan una sustancia que no es la que esperan y con comportamiento diferente, lo cual les lleva a situaciones de muerte con facilidad.

Muchas personas pensarán que no tienen posibilidad de acceder al fentanilo y sus derivados en su entorno, pero en realidad es bastante simple y se pueden adquirir tanto los compuestos legales (no prohibidos aún) como los ilegales o bajo control médico con un par de clics de ratón, Silk Road u otro mercado online de drogas y unos bitcoin para el pago. Eso si vas buscándolos.

Pero puede ser también que los encuentres si no los vas buscando: en Japón hace poco más de un año detectaron una mezcla de “falso cannabis” tipo K2 o Spice (hierbas no psicoactivas con cannabinoides sintéticos) que contenía una nueva droga de ese tipo (bastante peligrosa según hemos podido saber después) para esquivar la ley allí. Pero eso no era todo. La muestra también contenía AH-7921, un opioide sintético creado en los años 70 en Reino Unido y que tiene aproximadamente un 80% de la potencia de la morfina cuando se administra oralmente. Es decir, no sólo cannabinoides sintéticos de efectos totalmente desconocidos, sino un opioide sin advertir al consumidor que en el mejor de los casos le provocaría una adicción con el uso crónico y en otros, la muerte por sobredosis y sinergia entre los cannabinoides y los opioides. Son los nuevos 'legalhighs'.


Estructura del AH-7921.


Ese opioide sintético que apareció en un falso cannabis está hoy día en el mercado legal, ya que no existe ninguna prohibición sobre dicha sustancia. El precio oscila entre los 20 euros y los 4 euros por gramo, dependiendo de la cantidad que se compre (hasta un kilo) y todo eso en una web pública a la que cualquier podrá llegar usando simplemente Google. En esa misma web, para no irnos más lejos, también encontramos otro compuesto relativo al tema que tratamos: el W-15.

Este otro opioide sintético que tampoco está prohibido por ninguna ley existente, tiene más potencia que la morfina, en este caso le atribuyen una potencia 5'4 veces superior. No llega a la potencia del fentanilo pero se va acercando... ¿verdad? En el caso del W-15 su precio es de 3'5 euros a 4 euros por gramo dependiendo de la cantidad comprada (la venta mínima en este caso es de 500 gramos). Pero empecemos a poner las cosas en proporciones mas asequibles.


Estructura del W-15, 
opioide que se vende legalmente en la red.


Un gramo de AH-7921 con un precio de 20 euros sería equivalente a 800 miligramos de morfina, lo cual es toda una cantidad sobre todo si se trata de personas sin una amplia tolerancia a opiáceos. Con esos 20 euros tendrían unas 50 dosis activas equiparables (cada una) a unos 12 mgs de morfina orales.

Un gramo de W-15 (independientemente de si cuesta 3 o 30 euros) sería equivalente a 5'4 gramos de morfina. ¿Cuántas dosis mínimas equivalentes de morfina sería un gramo de W-15? Si la dosis mínima activa por vía oral se consideran los 10 mg. de morfina, en un gramo de W-15 tendríamos 540 dosis de esa potencia. Pero de momento seguiríamos pesando las cosas en miligramos (algo menos de 2 miligramos de W-15 corresponderían en teoría a 10 de morfina) aunque estamos en el límite ya.

El siguiente salto podría ser, por ejemplo, un compuesto llamado W-18, que es el mismo que el ya mencionado W-15 pero con un grupo nitro (NO2) añadido en un extremo de la molécula. Ese pequeño cambio hace que el compuesto resultante tenga una potencia teórica de 10.000 veces la potencia de la morfina, similar a los compuestos más potentes de la familia del fentanilo como el carfentanilo que también tiene unas 10.000 veces la potencia de la morfina. Y mientras el fentanilo o el carfentanilo son sustancia controladas, las otras no lo son y las puedes comprar en internet sin infringir ninguna ley de momento. Drogas que en 1 gramo esconden 1.000.000 de dosis equivalentes a dosis activas mínimas de morfina.


Estructura del W-18 que 
tiene 10.000 veces la potencia de la morfina.


Llegados a ese punto, uno tiene que empezar a preguntarse si lo que quiere obtener es una droga o entra ya en la categoría de armas químicas, cuyos riesgos abarcan el transporte y manejo (yo entiendo que un gramo de un compuesto así, es un arma química entre otras muchas cosas). 

¿Imagina alguien lo que sería que un paquete con, por ejemplo, 100 gramos de ese compuesto se rompiera en el proceso de envío postal y que contaminase al resto de envíos con una droga de esa potencia? Una droga tan poderosa en función al peso que te bastaría con respirar un poco de su polvo para morir si no tienes el antagonista adecuado a mano (y algunos opioides ultra potentes necesitan de un antagonista más potente que la naloxona porque puede no ser suficiente contra la extrema potencia de esos compuestos).

Por suerte este último compuesto, el W-18, todavía no está a la venta (al menos en esa web). Pero nadie nos dice que no pueda estarlo en unas horas o que esté siendo ya vendido de forma totalmente legal -recordad eso- en cualquier otra web. 

O que cualquier personas pueda solicitar su síntesis a una laboratorio en China, como hizo el periodista inglés Mike Power -autor del estupendo 'Drugs 2.0', subtitulado “la revolución en laweb que está cambiando cómo se coloca el mundo”- hace poco al encargar un análogo legal de una sustancia prohibida a un laboratorio que le realizó la síntesis de unos cuantos gramos por una pequeña cantidad de dinero, y cuya historia publicó junto con las pruebas de la misma y los análisis de la sustancia realizados una vez fue recibida para comprobar que en realidad era lo que se había solicitado. Y lo era.


'Drugs 2.0' del genial periodista inglés Mike Power.


Ninguna de las 3 drogas, AH-7921, W-15 o W-18 son en sentido estricto y químicamente hablando familia del fentanilo, pero sí podrían ser unas primas que realmente funcionan casi como hermanas sobre los receptores opioides del cuerpo humano. Dentro de las drogas químicamente de la familia, ahora mismo se encuentra a la venta en varias webs el compuesto butirfentanilo (sirva de ejemplo aunque hay más) que tiene una potencia nominal de ¼ de la potencia del fentanilo o, dicho de otra forma, 25 veces más potente que la morfina. El precio de un gramo de esta sustancia legal ronda los 80 euros. Todo ello sin salirnos de la web común, sin entrar en zonas oscuras o en la DarkNet (la parte realmente oscura de lo que es la Deep Web) de TOR y Silk Road.

En estos mercados anónimos online de drogas se venden los productos que están prohibidos o que van pasando a estarlo nuevamente, como si fuera una mera circunstancia que no afecta demasiado al resultante. Son los lugares donde la suma de tecnologías ha derrotado finalmente a la prohibición de las drogas, como ocurre con la combinación de TOR como mercado con conexión anónima y de Bitcoin como forma de pago anónima para ambas partes, emisor y receptor, que han hecho de la compra de drogas un asunto que queda entre tu ordenador y tú: se encargan por la noche y días después las tienes en el buzón de tu casa sin haber tenido que ir a un barrio peligroso o tener que moverte en entornos criminales para conseguir una sustancia que deseas.

Las variantes legales de las drogas se consiguen sin necesidad de usar más que Google como buscador y se compran en webs legales, y en Silk Road encontramos el resto de la oferta. Y aquí empiezan distintas ventajas y desventajas que son esenciales tener en cuenta a la hora de evitar problemas con estas drogas.

¿Qué hay de la familia del fentanilo en Silk Road? En Silk Road hay todo tipo de drogas, pastillas, productos de farmacia, productos ilegales y hasta algún producto legal pero que también se vende allí por ser cosas “del mundo de las drogas”.

En el caso del fentanilo hay una primera distinción a tener en cuenta que es de vital importancia: los productos de farmacia vs. los preparados de fentanilo. En ese mercado encuentras varios de los preparados de tipo farmacéutico como los parches de fentanilo o las piruletas de fentanilo desviadas del mercado legal de ese fármaco y, por otro lado, varias presentaciones que no vienen de la producción legal y que no cuentan con los necesarios controles de seguridad para una sustancia así.

Que no vengan del mercado legal se pueden encontrar secantes que contienen distintas cantidades de fentanilo u otro compuesto similar pensados para ser usados por la vía bucal (no para tragar porque el 85% del fentanilo se destruye en el primer paso hepático si se ingiere, así que para absorber por la mucosa) al estilo de los secantes de LSD, también en forma de nebulizador tipo spray nasal, que contiene supuestamente el equivalente a 10 miligramos de fentanilo y que dispensa una dosis de unos 100 microgramos por cada aplicación, en forma pura y también como falsa heroína blanca ya diluido el compuesto en lactosa para rebajar la potencia excesiva del fentanilo.

Distintas presentaciones de fentanilo en el mercado de Silk Road.


Todas estas presentaciones comparten el mismo problema: ¿qué certeza podemos tener en cuanto a la dosis o el compuesto que realmente nos entregan? Ninguna en principio, y sin los servicios de análisis de sustancias de una asociación como AiLaket! que cuente con recursos de muy alta calidad, no podremos saber ni qué nos han vendido, ni cuánto nos han vendido. 

Tratándose de este tipo de drogas es un lujo demasiado peligroso como para aceptarlo porque con drogas de esta potencia no se pueden cometer errores de ninguna clase: el primer error que cometas con el fentanilo, será posiblemente tu último error.

Eligiendo entre las distintas opciones se pone en juego la preparación de cada uno y el riesgo que cada uno piensa asumir. Yo entiendo que ingerir un secante que supuestamente contiene X microgramos de fentanilo (en el supuesto que realmente lo sea) deja mi vida asociada a ese “supuestamente”. Si hay un fallo, es otra droga, está adulterada con otro compuesto o se han equivocado en la dosificación, mi vida estaría en juego, así que sin un análisis previo no lo consumiría. 

Lo mismo puedo decir para todas las demás presentaciones que no vienen de la farmacia, o que incluso viniendo de la farmacia han sido ya objeto de imitación como hemos dicho antes que ocurre con la oxicodona en pastillas (un preparado muy fácil de imitar). El riesgo de usar un spray nasal que teóricamente contiene 10 mg. de fentanilo es el mismo del secante -que mirando su precio es de 3 euros por unidad comprando 10 ahora mismo, y los deja más baratos que los de LSD del mismo vendedor que cuestan 5 euros- e idéntico que el de usarlo en una mezcla con lactosa para rebajar su potencia: no puedes tener certeza de qué droga es la que realmente obtienes y en qué cantidad exacta sin análisis previos.

Sólo hay dos presentaciones que se vendan en Silk Road que parece que -por el momento- no han sido objeto de imitación: los parches de fentanilo y las piruletas. Y de los dos productos, el menos sencillo de imitar es sin duda el parche.

Los parches de fentanilo suelen ser objeto de atención por el colectivo de transportistas, en el que se cuenta con una gran comunidad de usuarios de drogas. El hecho de que pasan a estar con su camión un día en una ciudad y otro día en otro país, les hace buscar recursos para no quedarse sin suministros en caso de ser adictos a opioides en los lugares donde no van a tener fácil conseguir la sustancia. El parche lo usan -en su mayoría- en la forma para que la fue hecho, porque el objetivo según comentan es “no sufrir un síndrome de abstinencia a opiáceos” en primer lugar y a la vez “no dar positivo en los controles de drogas porque el fentanilo -como la metadona que usan igual- no está entre las drogas que comprueban los test de la policía”. 

Es el caso del uso de un recurso legal, que llega al mercado ilegal, y vuelve a la persona a hacerle una función terapéutica (legal) que podría haberle recetado un médico en mejores condiciones y controles que los del mercado negro de donde ha tenido que salir.

Los actuales parches de fentanilo están compuestos de una matriz de un polímero impermeable que lleva adherida una capa de pegamento mezclado con el principio activo. La liberación en contacto con la piel se produce por ósmosis y responde a variables como la temperatura, aumentando la liberación del compuesto al aumentar la misma. Están pensados para proporcionar una liberación sostenida de fentanilo en sangre y lo hacen bastante bien, aunque no llegan a cubrir totalmente las 72 horas de duración que les otorga el fabricante en sus propiedades.

Hay que recordar siempre que un parche de fentanilo usado no es lo mismo que un parche gastado en el que no quede nada: en los parches usados queda principio activo, y queda bastante cantidad en algunos. No los subestiméis, es una sustancia muy potente y cualquier resto es potencialmente peligroso. En este punto cabe insistir una vez más en que todas las medicinas y todas las drogas deben almacenarse siempre lejos de niños y mascotas y en un lugar donde no sean accesibles porque de serlo, un niño tarde o temprano acabará accediendo al lugar y no sabemos los problemas que eso puede generar (desde nada a la muerte). Esto que es válido para todas las drogas y medicaciones es especialmente necesario recordarlo por cómo inducen a confusión los parches en alguien que no sepa lo que son, y aunque no tienen más que las letras del fármaco y la dosificación, no sería el primer caso de niño muerto por usarlo como una calcomanía. 

También hay que tener en cuenta que -aunque no son iguales- cada vez hay más parches como vía de administración de una medicación, desde nicotina a anticonceptivos hormonales y que no sólo niños podrían confundirlo (también podría una chica joven pensando en cogerle unos parches anticonceptivos a la madre de su amiga, por ejemplo).


Parches de 100 microgramos a la hora de fentanilo.


El usuario legítimo de este tipo de medicación es aquel paciente que sufre un dolor crónico de etiología maligna o no, siendo de uso muy común en procesos oncológicos con dolor y menos frecuente, debido a las habituales reticencias del estamento médico a usar opioides a cuenta del estigma asociado por un siglo de guerra contra las drogas, en el que sufre de un dolor que no proviene de un proceso canceroso. Aunque muchos apunten a los pacientes como los que desvían parches para el mercado negro de su propia prescripción, la realidad es que ningún paciente tratado con dichos parches podría sostener su venta mucho tiempo por lo limitado y controlado de la prescripción: la mayoría se desvían desde otros puntos del sistema médico, como profesionales titulados o representantes de laboratorios que los fabrican.

El precio del fentanilo en el mercado negro es bastante alto (sobre 10 euros el miligramo de precio medio) teniendo en cuenta lo barato de su producción y dentro de los productos existentes, los más caros son precisamente los que provienen de la farmacia por su correcta preparación y dosificación: es en los únicos en los que resulta posible fiarse de lo que se les supone, porque de momento no existen datos de su imitación y hacerla resultaría una forma cara y compleja de intentar sacar partido de dicho producto en el mercado.

En estos momentos existe un vendedor -por ejemplo- que ofrece 10 viales de 0'5 miligramos cada uno de fentanilo farmacéutico y el precio que pide está por encima de los 300 euros. Es decir, por 5 miligramos más de 300 euros. Al mismo tiempo, otros vendedores que ofrecen “el mismo producto” en teoría, lo hacen con un precio 10 veces más bajo o menos aún. En este caso, el precio lo marca además del compuesto y las circunstancias específicas del mismo con respecto al mercado, la confianza que inspira al comprador en cuanto a que el producto es lo que dice ser y proviene de una farmacia, con las garantías que ello supone.

Oferta de 10 viales de presunto fentanilo farmacéutico.

Personalmente entiendo que simular un vial farmacéutico de un inyectable de cualquier sustancia es más sencillo que simular un parche de fentanilo por la complejidad técnica de su elaboración, que rinde un producto complejo y eficaz cuya producción queda fuera de las posibilidades de quienes no cuentan con material equiparable al de la industria farmacéutica: hacer un pegamento con una sustancia activa a dosis de microgramos y aplicarlo correctamente sobre una base de plástico fino, imprimir en el parche la identificación del producto y su dosis como otro detalles hacen a esta presentación la más fiable a la hora de elegir entre lo que existe en el mercado negro.

Esa última afirmación hay que cogerla con cuidado y en el momento actual. Hace 20 años la adulteración de la LSD era prácticamente inexistente porque ni resultaba rentable ni casi posible, pero ahora es casi un problema común encontrar secantes de DOB o DOC que dicen ser LSD, y últimamente la adulteración e incluso sustitución directa ha llegado a drogas peligrosamente tóxicas como los NBOME's acumulando ya varias muertes, cosa que la LSD nunca provocaría dada su casi inexistente toxicidad.

De la misma forma, a día de hoy los parches de fentanilo son la forma “más segura dentro de lo muy arriesgado” de acercarse a estas drogas con la certeza de que son el compuesto que dicen ser en la cantidad que dicen ser y no hay datos de que hayan sido “copiados a lo chino” y vendidos como otras medicaciones que son imitaciones de las originales (tenga o no dicho compuesto en ellas), pero ese hecho es cierto a día de hoy, no sabemos qué pasará dentro de 6 meses aunque parece altamente improbable que alguien intente imitar la fabricación de un parche de fentanilo.

Una vez elegida la presentación del fentanilo que entendemos que es la más segura para nosotros (que en este caso son los parches( abordamos el proceso de compra en el mercado que hayamos elegido, hablamos con el vendedor (en este caso era de origen europeo aunque es Canadá quien tiene más accesible el fármaco) sobre su producto y su caro precio, pagamos con Bitcoin y en algo más de una semana tenemos en el buzón de casa una serie de parches de fentanilo con distintas dosificaciones. 

El compuesto invitado había hecho su recorrido sin problemas: sencilla forma de conculcar toda la estructura represiva de la guerra contra las drogas en un simple acto de intercambio comercial entre dos adultos capaces.

No recomiendo a nadie usar fentanilo (ni ninguna otra droga) pero si alguien ha decidido usarlo fuera de lo que es la prescripción de un médico, esta guía es mi aportación para que sepa lo máximo posible sobre lo que hace. Cuanta más y mejor información tenemos sobre lo que hacemos, las posibilidades de una emergencia, un daño o una muerte, se reducen.


'No matan las drogas: mata la ignorancia'.
Frase de Antonio Escohotado.





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PS: Esta entrada es la mitad de la entrada original, que por razones de espacio y distribución ha sido dividida en dos partes, el manual introductorio de uso y la segunda, con las fotos (únicas) del proceso completo y las advertencias de reducción de riesgos necesarias. En un día aproximadamente estará colgada.
Espero que os guste y la disfrutéis.