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domingo, 7 de enero de 2018

¿Crisis de sobredosis por opioides? Negocio para la farmacia.

Este texto fue publicado hace más de un año en el dominio Cannabis.es y esperamos q os ayude a comprender que no todos los que parecen buenos, en esta historia de los opioides en USA, lo son. A veces la abuelita ya no existe y es el lobo con su camisón pero ni el lector ni nadie se da cuenta hasta que es demasiado tarde...

Demasiadas veces, y en demasiados campos.

*.*.*

Nuevos fármacos, nuevos presos, nuevos negocios...
(Vivitrol y coleando).

Puede sonar algo fuerte -entrar con la pierna por delante y a la rodilla- este título por el que he optado para encabezar este texto, que será desagradablemente veraz, pero necesario. Todos los esfuerzos que se puedan hacer para alertar a la población de cómo se les está mintiendo y usando -en las peores formas de entender dicha palabra- para ser simplemente “ganado al que ordeñar económicamente”, son pocos a estas alturas.


 La farmacia como enemigo público de primer orden
Desde esta web hemos denunciado -una y otra vez- lo que la  BIG PHARMA hace y es: esos tipos -con mucho dinero y ningún escrúpulo- que prefieren ver morir a hombre, mujeres y niños por millones en beneficios, antes que bajar sus precios. Si no les das dinero, no les interesa tu bienestar: no seas tonto y creas que trabajan por tu salud, ya que no es así.
Ante este panorama, en el que el enfermo (y también el no-enfermo) es el objetivo de la voracidad farmacéutica -en su faceta de negocio que mueve muchos millones- debemos empezar a formarnos en áreas que antes considerábamos restringidas a médicos y farmacéuticos: nuestra salud y sus remedios. Evidentemente, no se puede esperar que todo el mundo esté capacitado para saber que la “viagra femenina” es un absoluto timo y un peligro para la salud de quien la usa, o que los fármacos que le estamos dando a los niños con la excusa de la gran enfermedad “creada e inventada para las masas” del TDAH, son exactamente los mismos por los que metemos en la cárcel a adultos que los utilizan -también de forma correcta, pero además, de forma libre y consciente- y que las nuevas grandes salvadoras contra la "epidemia de opioides" que nos llegan de manos de las farmacéuticas son la naloxona y la naltrexona (también la buprenorfina pero de otra forma y ya se han dado cuenta del timo económicoy que en realidad son dos viejas conocidas, que no traen ninguna cosa , pero “las están peinando” para que sean presentadas masivamente como un recurso necesario, en un volumen tan disparatado como el de los opioides. Han logrado una ciudadanía con 2 millones de adictos (sólo en USA) y una población reclusa -hasta en cárceles privadas- que está enganchada a los opiáceos en un histórico récord del 15% de los reclusos. Genios.
Olé. Lo han clavado estos narcos legales de la BIG PHARMA a la hora de conseguir tener una clientela rehén, y con la bendición de los poderes del estado, a quienes compran de la misma forma que -por ejemplo- Boiron ha comprado una cátedra de homeopatía en una facultad de Medicina, para darse brillo y lustro mientras dicha facultad ha prostituido su metafórico ojete por pasta, simple y llanamente. Es todo culpa del papel moneda, que engrasa que te cagas...
¿Qué más puedo decir? Si son los mejores hay que reconocerlo, y punto.
Primero han enganchado a una buena tajada de la población (transversal, de jóvenes a ancianas) a tomar drogas de alta potencia narcótica (y por lo tanto, ADICTIVA) como la morfina, el fentanilo y otras similares, asegurándose así la clientela; si era moralmente correcto, como veréis, es algo que no importa en esta historia. Posteriormente, cuando esa criminal acción ha empezado a rendir muertos -que no eran “yonquis” sino población común- se han llevado las manos a la cabeza e incluso han susurrado un cierto “mea culpa” pero era sólo fachada: estaban preparando la segunda fase. Comprobaron que se les empezaban a matar los clientes, algunos quedándose dormidos mientras iban conduciendo y otros en casita, cuando no se lo esperaban (porque a diferencia de estos usuarios nuevos, los viejos usuarios de drogas saben lo que hacen en mayor grado que estos nuevos “enganchados por la farmacia”) así que dijeron que tal vez se les había ido la mano con las prescripciones y con el “estímulo que habían imprimido al mercado”, pero que estaban trabajando en una rápida solución.
Cabe recordar que “solución”, para la industria farmacéutica de la época, fue lanzar la heroína como un fármaco no-adictivo y que, además, era capaz de hacer perder todo el interés por la morfina a los morfinómanos. ¿No hace falta que explique lo que pasó, verdad?
Estimulando el mercado, como eufemismo de “vamos a usaros como a ganado hasta que os exprimamos en vida, de niños a ancianos”, y funciona. En USA y Canadá se lo creen todo, y no es extraño ya que los medios de comunicación que dibujan su realidad, pertenecen todos a los mismos bolsillos que invierten en esos pelotazos “farmacéuticos”, con nivel del escándalo moral, pero que se olvidan pronto de la memoria colectiva. Los ciudadanos no pueden saber lo qué pasa, porque el mismo que les está robando es quién les hace de guía, en un entorno en el que han sido -previamente- privados de conocimientos que les permitan darse cuenta de lo que está sufren y lo que le están haciendo... a sus hijos, hermanos, padres, abuelos... a todos.
Y vamos con “la solución”  AKA remedio mágico: la naltrexona. Un fármaco de los años 70 y que se lleva usando décadas, y es de todo menos nuevo. Naltrexona, además de la naloxona que llevan promocionando años ya. ¿Por qué? Como todo: porque da dinero. Ahora mismo tanto naloxona, como naltrexona -la nueva invitada, que no es tan nueva- son fármacos de abuso: el abuso que comete la BIG PHARMA al aumentar cientos de veces sus precios, si motivo alguno, salvo el interés económico.
Por supuesto, la solución -que no lo es en realidad- representa ingresos desmedidos para la industria farmacéutica, y esta vez lo hacen mediante el asalto a las arcas públicas, vendiéndole a los estados ingentes cantidades de los antagonistas opioides a precios que superan con creces el mayor de los márgenes del narcotráfico en las drogas clásicas.
Ellos lo bordan, mirad: “No solo para los médicos: la droga antídoto para las sobredosis de opioides -naloxona- está siendo lanzada a las masasAsí de claro calificaba -la revista de temas médicos- STAT el asunto de la naloxona, dándonos datos como que en la última década el uso de naloxona (la demanda de la misma) se ha multiplicado por 4, sin contar el actual momento con el pico que se está viviendo en la adquisición de este recurso. En Ohio incluso están animando a los ciudadanos a que lleven naloxona encima -para tratar posibles sobredosis que encuentren en su quehacer- y en Carolina del Norte y Pensilvania, se ha emitido una orden por la que la naloxona se puede adquirir libremente en farmacias. También en Carolina del Norte y Nuevo México se está dando naloxona a todos los presos que salen de prisión, ya que las sobredosis en ellos son desgraciadamente frecuentes y en especial en las primeras 48 horas tras su salida de prisión.
Desde el lobby de la BIG PHARMA se desea “penetrar presupuestariamente” y de forma completa a la policía, pero ahora el objetivo se ha ampliado y apuntan a otros profesionales como pueden ser el personal de los aparcamientos, guardias de seguridad y otros miembros relevantes de las comunidades. Naloxona y cursos de entrenamiento, que vienen de mano de la misma industria que fabrica la sustancia, la misma que cobra a cargo de los presupuestos generales salidos del bolsillo de todos, y la misma que ha creado un problema que ellos mismos califican de “epidémico” y que ahora requiere de una solución que -oh, casualidad- nos trae la BIG PHARMA.
¿Pero de verdad que a nadie más le suena sospechoso todo esto?
El último gran asalto al bolsillo ha comenzado con la “nueva” medicación -vendida como panacea- para un sistema penitenciario saturado y que, como ya hemos dicho, es la naltrexona de toda la vida y no es una mágica solución. Lanaltrexona, es un antagonista opioide que bloquea los receptores, haciendo que el consumo de opioides resulte inútil, y no causan efecto alguno en la persona. En nuestro país se ha usado y se usa para los tratamientos “libres de drogas” en los que resulta preferible, para el paciente, saber que aunque consuma no va a conseguir efecto alguno. Se puede comprar en la farmacia “casi sin receta”. Digo casi porque en teoría no te pueden dar nada sin ella, pero al no tener efecto alguno psicoactivo (o tenerle incluso negativo) ni posibilidad de abuso, la dan. Yo obtuve una caja llena de botellas de dicho fármaco por menos de 80 euros. La naltrexona es barata y accesible; siempre lo ha sido. Y se consume por vía oral (la naloxona no es activa por vía oral y para ello se usa naltrexona, aunque es la naloxona el antagonista usado en sobredosis vía inyección o nebulizador nasal). Ahora, la industria farmacéutica ha obrado su magia y, de una molécula que no les daba prácticamente ningún beneficio (como les ocurría con la naloxona), han creado “nuevas presentaciones” que les permiten cobrar LO-QUE-LES-SALGA-DEL-HUEVO por viejas sustancias; la patente ya no sólo es el compuesto y su química, y con ese enfoque juegan. En este caso, han creado una inyección intramuscular profunda -una aguja larga de cojones y ya- que te deja el cuerpo (vía culito y pinchazo) impregnado de naltrexona durante un mes, haciendo inútil consumir heroína, fentanilo o  morfina. Eso sí, otras drogas como la cocaína  y los  barbitúricos o el  alcohol  y la  anfetamina, te seguirán haciendo efecto. Si lo que quieres es “drogarte” lo harás, aunque no sean con una en concreto.
Naltrexona y similares sólo sirven para los opiáceos y opioides, pero tiene un gran “público potencial”: los presos que salen de las cárceles a quienes se les ha comenzado a facilitar un par de chutes de naloxona, por si tienen ese mismo día una sobredosis (algo tremendamente normal a día de hoy ya que salen como saldría un toro encerrado y sin tolerancia porque no han tomado opiáceos en meses y, entre las ganas y el mayor efecto con menor cantidad, suelen irse para el otro barrio). Con la naltrexona -y su duración “reformulada” de un mes y por el injustificable precio (robo) de 1000 dólares, ahora podrán tener un bloqueo para opioides de más duración, que una vez inyectado la persona no podrá hacer nada para revertirlo.
Yo, como usuario de opiáceos y opioides, agradezco la existencia de algo que me puede salvar la vida. Pero no puedo evitar preguntarme si realmente el número de consumidores justifica tan salvaje aumento de dispensación de estos fármacos. A pesar de esas leyes para que cualquier ciudadano y sin explicación pueda comprar estos fármacos, creo -como usuario- que nos iría mejor si reformasen las leyes que convierten en un acto criminal el uso de drogas (en España es un derecho, aunque limitado en el espacio público) y que eso acabase con el mercado negro... de una santa vez.
Y aunque suene conspiratorio, tengo que rendirme al final ante la evidencia: mercado negro y farmacia se complementan y se necesitan para justificar muchas de sus acciones. Llevo mucho tiempo preguntándome cómo pudo llegar la W-18 a la calle, o con los nuevos muertos en Canadá, quién sintetizó carfentanil con el peligro que eso supone. Y siempre me viene la BIG PHARMA a la cabeza (son los que pueden, eso no se hace en un garaje con 4 matraces) que es la que al final sale siempre ganando. Es muy arriesgado decir que ellos los sintetizaron y lo pusieron en el mercado, para aumentar la histeria con la epidemia de opioides y el número de muertos, así que lo dejo en una “ida de pelota mía” pública (pero ahí queda).
Ahora, cuando veo que les van a vender naltrexona a 1000 dólares por inyección -bajo el nombre de “Vivitrol”- vuelvo a pensar por dentro: “¡¡joder, qué putos genios!!” ¿Qué narco es capaz de conseguir eso y que, además, se lo vaya a pagar el estado y a presentarle ante todos como un salvador de la sociedad y las drogas? No excluyo que le den la medalla del congreso de los USA o algo así, sobre todo si hacen donaciones como los fabricantes de fentanilo allí. Esto de la  BIG PHARMA es nivelón a la hora de prepararla gorda, y no lo de Pablo Escobar o El Chapo Guzmán.
Han construido una cárcel alrededor de toda una sociedad, que asiste incrédula a la violación de sus propios derechos elementales, sin llegar a ser conscientes de lo que está sucediendo, ni de quién es el agresor y quién es la víctima.
Volviendo al título de este texto, habrá que repensar con quién nos estamos jugando la salud.



viernes, 30 de agosto de 2013

La Naloxona y el Día Internacional de la Prevención de Sobredosis



Este sábado 31 de agosto es el Día Internacional de la Prevención de las Sobredosis. Seguramente los medios internacionales tal vez lo mencionen y los nacionales (en España) lo hagan poco o nada. Depende de cuánta tontería tengan para rellenar este sábado en sus ediciones en papel y en la red, a cada cuál más descuidada en la información sobre drogas y salud, incluyendo a los fármacos. No es conspiranoico pensar que los laboratorios farmacéuticos tampoco se sienten muy cómodos hablando del tema, puesto que sus productos matan por sobredosis varias veces más personas que todas las drogas ilegales juntas.

La aspirina mata más que la heroína en USA. La hepato-toxicidad del paracetamol o acetaminofen causa más muertes que las drogas ilegales en muchos países. Y ahora en USA están teniendo una epidemia de muertos por sobredosis de opiáceos y opioides. ¿Ahora?

En el año 1999 USA contabilizó 4.030 muertos por sobredosis con opioides en sangre. En el año 2010 la cifra de muertos en la misma situación era de 16.651 lo que son más de 4 veces más. ¿Qué está pasando? Una industria farmacéutica descontrolada que se mide sólo por parámetros económicos tiene de rehén a buena parte de la población de USA. ¿Cómo? Con sus drogas, exactamente igual de adictivas (o más) que la estigmatizada heroína: morfina, oxicodona, hidrocodona, fentanilo, etc.

Si alguien se pregunta cómo han llegado hasta eso, lo han hecho con un 110% más de ventas en 10 años, administrándote tus opiáceos en pastillas, parches, inyecciones, nebulizadores, pegatinas bucales y hasta piruletas. Sí, son un éxito en el mercado negro: el 58% de las sobredosis contienen cocaína en sangre, pero el 33% de las sobredosis contienen fentanilo, que es un opioide sintético de uso común hoy día en tratamiento del dolor.

Pero lo mejor, es que son un éxito en el mercado legal de las drogas. Varios estados de USA permiten a los médicos comprar medicamentos y vendérselos a los pacientes ellos mismos. Es curioso ver como el precio de ciertos analgésicos opioides subía más de un 50% por pastilla en la consulta del doctor mientras en la farmacia las mismas pastillas bajaban de precio.

El negocio no sólo está en el enganche físico y psicológico que produce el consumo prolongado de esas drogas, sino también en el desenganche, efectuado con un antagonista oral como la naltrexona o con un agonista como la buprenorfina o la metadona (que es como mantener a un bebedor de vino con chupitos de ginebra para que no tenga un síndrome de abstinencia). Éstas a su vez son también drogas que proporciona la industria farmacéutica y que el sistema administra en masa a sus ciudadanos.

La cosa es que las farmacéuticas y el sistema en USA tienen a un montón de población como rehenes en una guerra de beneficios. Yo soy de los que prefiero los opioides al alcohol, pero por elección propia. La gente que tienen de rehén, no son distintos de tu padre o tu abuela, tu hermano o tu hijo, o tú mismo.

Que podemos ser cualquiera es la razón por la que este Día Internacional de la Prevención de la Sobredosis no hable solamente de yonkis que se chutan drogas que compran en sitios poco salubres (y que estarían mejor comprándolas en una farmacia, sin ninguna duda) sino que se centre también en todos aquellos que por tratamientos médicos o por otras razones tienen que usar opiáceos y opioides, y eso potencialmente es toda la sociedad (y no sólo USA).

Seguramente a nadie le dirá nada el nombre de Destiny Spitler. Fue la última víctima mortal menor de 13 años en USA por sobredosis de un opioide. En este caso legal. Algunos puede opinar que si no hubiera tomado nada, nada le hubiera pasado, que hubieran vigilado mejor los dueños sus medicamentos para que no se los robasen.

Pero esta víctima no había robado nada, no había tomado nada, no sabía que estaba introduciendo en su cuerpo una potentísima droga narcótica. Y se fue a dormir... y no despertó. Era una niña de 12 años que había cogido de la basura un parche ya usado de fentanilo. Lo había usado su abuela, para el dolor en una pierna, y una vez usado lo había tirado a la basura. La niña lo cogió y se lo pegó jugando, porque son cómo una pegatina transparente, a imitar un acto paliativo que había visto en un adulto de su familia más cercana.

La población consumidora de drogas ilegales (heroína principalmente) son también objetivo de las acciones de un día como hoy, pero quiero dejar claro que son sólo unos cuantos más en el grupo al que afectan estas cosas. En nuestra farmacopea, tenemos varios preparados de opioides que resultarían mortales con una sola dosis para un adulto sin tolerancia a los opioides, y en algunos momentos de nuestras vidas, nuestras familias o nosotros tenemos que tratar con ellos.

Hay una sustancia, la naloxona, que es muy barata. Mucho. Y que necesita de muy poca dosis para hacer efecto. Y su efecto es que revierte al instante los efectos de todos los opioides y opiáceos narcóticos, permitiendo sobre todo respirar a quien se estuviera muriendo de una sobredosis. Está en casi todos los hospitales y debería estar en cualquier puesto de salud que tenga un carro de emergencias, como otros compuestos que son antídotos o agonistas para otras drogas como las benzodiacepinas o los barbitúricos, aunque estos últimos ya casi no se recetan en comparación a hace unos años. 





Hay sólo dos formas de hacer que la naloxona ejerza sus efectos en el cuerpo, y en ambos casos no pasa por el estómago pues se desactiva. Tiene que ser con una inyección, normalmente intravenosa, o mediante un nebulizador que haga que entre por la vía de la mucosa nasal, o lo que sería bastante similar a hacer efectiva cualquier droga usando la nariz y pulmones para meterla en el cuerpo. 

La primera opción, la naloxona intravenosa, existe en España en las salas de emergencias o en las UCIs y salas de reanimación post-quirúrgica donde se usan opioides. 

La segunda opción, el nebulizador con naloxona, mucho más sencilla de usar por personal no entrenado y formado para inyectarle una sustancia en vena a un paciente en emergencia por sobredosis de opioides, no existe en España.

Sin embargo existe fuera de España. Se llama NARCAN-Nebulizer y los equipos de médicos y paramédicos de algunos lugares lo administran mediante nebulización (existe también como nombre comercial para la naloxona IV), ya que hay estudios suficientes que demuestran su utilidad para revertir incluso sobredosis de metadona mientras la persona tenga un rastro de respiración. 

El efecto de la naloxona no es eterno, y se desvanece en unos cuantos minutos progresivamente, pero son esos minutos que distan entre el descubrimiento de una persona entrando en sobredosis por opioides y la pérdida total de respiración que conducirá a la muerte en los que una persona con conocimientos básicos (como puede ser poner una mascarilla e insuflar un determinado preparado que contenga naloxona) puede actuar y salvar la vida en lo que una unidad de emergencia llega a tu casa. Sin tener que ser un médico o una enfermera con una jeringuilla IV y la sangre fría para cargarla e inyectar correctamente a un familiar en sobredosis.

¿Sabrías poner una mascarilla y bombear aire a una persona? Es muy probable que prácticamente cualquiera esté capacitado para llevar a cabo semejante acción.

¿Por qué no tenemos un KIT DE EMERGENCIA, cuyo coste no sería mayor que unos euros, para aquellas personas que usan opioides de forma legal o no? 

¿Tan complejo logísticamente, caro, o poco interesante le resulta a la industria farmacéutica promover (si ellos quieren, lo hacen) un producto así que evite que sus rehenes se mueran? 
¿O prefieren no asustar y seguir sacando brutales beneficios de nuevas formulaciones con opioides que no hacen nada nuevo, pero tienen patente?

Ese kit de emergencia no tendría patente. Costaría lo que el material y poco más. La naloxona está fuera de patente y es una sustancia que se encuentra entre los Medicamentos Esenciales protegidos por la OMS. ¿Protegidos? Nombrados como tal al menos.

Tal vez a la industria farmacéutica no le interesa. Ni a la de USA, ni a la de Europa.

La principal razón que los especialistas en dolor, que usan generosamente opioides y opiáceos, argumentan para no recetar morfina (el más común y simple medicamento) es que la morfina los pacientes la asocian con la muerte, mientras que otras drogas que hacen lo mismo, no tienen ese estigma. Y además están en continuo “rejuvenecimiento de patentes” alterando los medios usados para la administración. Es decir, dan dinero. La morfina no tanto ni de lejos.

La sobredosis está ahí, y su prevención cuando se manejan opioides u opiáceos no ha de ser una misión imposible. De hecho, una preparación básica para usar una mascarilla con nebulizador es bastante para salvar una vida y aguardar la llegada de emergencias que atiendan adecuadamente el caso.

Basta con una sustancia, legal, que existe en todos los países, y que evitaría buena parte de las entre 70.000 y 100.000 muertes al año que estima la OMS que se producen por sobredosis únicamente de opioides.

La naloxona salva vidas.

La naloxona es barata.

La naloxona no tiene problemas de patentes.

Crear un kit con naloxona tendría un coste muy bajo del que se pueden beneficiar tanto la población que recibe medicación opioide como aquellos que usan opioides u opiáceos de otras formas.


¿A qué esperan?

Sábado 31 de Agosto de 2013 
Día Internacional de la Prevención de la Sobredosis.



PS: Quiero agradecer a David Kroll, que escribe sobre drogas, educación y salud en la revista FORBES la mención a este texto y su autor que ha dejado al final de su artículo http://www.forbes.com/sites/davidkroll/2013/08/31/how-to-prevent-16000-u-s-deaths-this-year/ en dicha revista.

A hat tip goes to my Spain-based Twitter follower @Drogoteca for pointing me to their blogpost on International Overdose Awareness Day. 
The Google Translate function does an adequate job if you don’t read Spanish well.


Thanks a lot, David Kroll. Muchas gracias.