¿Qué
es el HHC y se trata de un producto natural o sintético?
En
el mundo del Cannabis, nos encontramos en los últimos tiempos con un
nuevo actor que ha entrado en el mercado. Se trata del HHC o
Hexahidrocannabinol, que es un compuesto agonista de los receptores
cannabinoides humanos, tanto del CB1 como del CB2, y con efectos
psicoactivos.
La
planta del Cannabis y su estudio, dieron a la ciencia la posibilidad
de conocer los receptores cannabinoides humanos que formaban el
sistema cannabinoide endógeno. El descubrimiento del THC como
principal responsable de la psicoactividad del Cannabis, llevó al
descubrimiento de la anandamida, que era el compuesto natural del
cuerpo humano que encajaba y activaba los receptores cannabinoides.
El problema es que al conocer los receptores cannabinoides humanos,
el genio se escapó de la botella, permitiendo que no sólo los
derivados del Cannabis se usaran sobre ellos, sino abriendo también
la puerta al uso de compuestos no naturales que activasen estos
receptores y provocasen efectos. Desgraciadamente la mayoría de los
compuestos sintéticos que actúan así, muchos son altamente tóxicos
y algunos incluso letales, y son conocidos como cannabinoides
sintéticos.
Sin
embargo esto no es una regla absoluta. Para empezar, en la propia
planta del Cannabis existen varias decenas de cannabinoides naturales
que no son el THC y que pueden tener efectos psicoactivos, y uno de
ellos es el HHC o Hexahidrocannabinol.
¿Entonces
el HHC es natural o sintético?
El
HHC es, por definición, un compuesto natural. Es uno de tantos
productos que la planta del Cannabis genera, aunque lo haga en
cantidades muy bajas y su psicoactividad (debido al porcentaje en que
existe en la planta) sea casi despreciable frente a las dosis
habitualmente altas que tienen las plantas de Cannabis de THC, como
principal compuesto psicoactivo. Fue sintetizado por primera vez en
1947 por Roger Adams, químico que aisló e identificó
estructuralmente por primera vez el CBD en 1940.
¿Por
qué muchos lugares se refieren al HHC como producto semisintético?
Esta
es una de las claves que más importa poner en claro. El HHC es
natural porque se produce en la naturaleza sin intervención humana,
pero también puede ser producido por la mano del hombre partiendo de
otros compuestos. La proporción de HHC frente a otros cannabinoides
naturales es muy baja, y no susceptible de extracción rentable a
nivel comercial. Pero el HHC puede ser sintetizado partiendo del CBD
o cannabidiol, pasando -necesariamente- por el THC. Es decir, se
transforma el CBD en THC (el cual es un proceso relativamente
sencillo y bien conocido), y a partir del THC, se sintetiza el HHC.
Hay que recordar que THC es el acrónimo del Tetrahidrocannabinol, y
HHC del Hexahidrocannabinol: el THC tiene 4 átomos de hidrógeno
(tetra, cuatro en griego) en el anillo superior que forma su
molécula, y el HHC tiene 6 (hexa, seis en griego). Por lo demás,
ambas moléculas son iguales. Pero para que la molécula de THC haya
cambiado a HHC con 2 hidrógenos más, se tiene que romper el doble
enlace que existe en la molécula de THC, de manera que admita esos 2
átomos extra de hidrógeno en su estructura.
¿Entonces
el HHC es natural?
Sí,
lo es. Tan natural como la vitamina C, que aunque se puede sacar de
las naranjas y de decenas de frutas y verduras, la que consumes al
comprar un suplemento con vitamina C en una farmacia, ha sido
sintetizada en un laboratorio, porque industrialmente resulta más
barato producirla así que tener que extraerla de productos
vegetales.
En
el caso del HHC, como hemos dicho, se sintetiza partiendo del CBD que
es convertido en THC, y el THC es convertido en HHC, usando hidrógeno
a alta presión y catalizadores (compuestos o elementos que ayudan a
que una reacción se produzca pero que no están presentes en el
resultado final) como en este caso puede ser el Paladio, un metal que
es el elemento 46 de la tabla periódica. Pero el resultado, HHC,
aunque haya sido obtenido por síntesis, es exactamente igual e
indistinguible al HHC que produce la planta de Cannabis de forma
totalmente natural.
¿Qué
ventajas tiene el HHC frente a otros compuestos del Cannabis?
Pues
básicamente tiene un par de ventajas. La primera es que el HHC es un
compuesto que no está fiscalizado (no es ilegal) de momento, por lo
que poseerlo o hacer negocios con él, está dentro de la ley. La
segunda, y no menos interesante en este mercado, es que aunque
produce efectos psicoactivos similares al THC (es decir, que coloca)
sus metabolitos no son detectados por las pruebas de drogas que se
realizan tanto en materia de tráfico y seguridad vial como en otras
áreas donde se fuerza a las personas a no consumir drogas ilegales
(por trabajo o por sentencias judiciales). Esto hace posible que el
usuario de HHC se coloque por la noche con este compuesto y que, a la
mañana siguiente, aunque le hagan en carretera una prueba de drogas,
no dé positivo como ocurre actualmente tras haber fumado cannabis o
un derivado como el hashís, aunque ya no estés bajo sus efectos. Es
un poderoso argumento a favor del HHC, que evita la injusticia
constante a la que están sometidos los usuarios de Cannabis, que dan
positivo en dichos controles (recibiendo una durísima sanción
económica y sobre los puntos del carnet) aunque hayan pasado horas o
incluso días del consumo y para nada estén bajo efectos
psicoactivos.
¿Es
seguro tomar HHC o tiene los riesgos de compuestos como el “Spice”
o el “K2”?
Que
algo sea natural, no lo hace seguro (como ocurre con multitud de
venenos naturales), y que algo sea artificial no lo hace -por
necesidad- peligroso (como ocurre con multitud de compuestos que
usamos en nuestra vida diaria). Pero lo cierto es que en lo relativo
al Cannabis, tenemos como especie una historia de miles de años de
uso de sus compuestos naturales, y eso en este caso incluye al HHC
por ser uno de los que produce la planta. No podemos afirmar que
consumir HHC esté totalmente exento de riesgos, pero dada su extrema
similitud química con el THC y que como humanos lo hemos consumido a
través del Cannabis durante milenios, es razonable pensar que nos
encontramos ante un producto cuya seguridad es bastante alta y los
riesgos asociados a su consumo, seguramente muy similares a los del
propio THC. Nada que ver con los malditos cannabinoides sintéticos,
por suerte para todo el mercado y los usuarios relacionados con el
Cannabis y su mundo.
¿Por qué USA y Canadá enfrentan la
mayor tasa de muertos por sobredosis de toda su historia? Seguramente
la mayoría de lectores conocían este hecho, a grandes rasgos, ya
que en la prensa, radio y TV se trata este asunto. Pero para quien no
haya oído nada al respecto, vamos a explicar -telegráficamente-
cómo es que en un área del doble de tamaño que Europa, y con un
nivel de vida económicamente superior a la media de nuestro
continente, si tienes menos de 50 años de edad tienes más
probabilidades de morir de sobredosis que de accidente de tráfico,
arma de fuego, cáncer o SIDA.
Las distintas dosis letales de la heroína, el fentanilo, y su análogo más potente: el carfentanil.
¿Cómo y cuándo comenzó este
problema? El inicio de lo que -ahora- ha devenido en la peor epidemia
de sobredosis de la historia, lo podemos situar en torno a los años
90; hace casi 30 años. En aquella época, el tratamiento
farmacológico del dolor (crónico, agudo o terminal) dejaba bastante
que desear, para los pacientes que lo sufrían. Esto se debía a que
la práctica médica, de aquellos años, entendía que sustancias
como la morfina o la heroína, eran drogas que creaban “adicción”
y que, por lo tanto, no se podían utilizar salvo en casos extremos y
se reservaban para tratamiento hospitalario -de cirugía y
post-operatorio- y cuidados paliativos en enfermos terminales. Esta
forma de emplear los mejores analgésicos que la naturaleza puso en
manos del hombre, surgía también de la mentalidad judeo-cristiana,
por la que el dolor es parte de nuestro personal purgatorio, y buscar
alivio para el mismo era de débiles de espíritu. La frase “el
dolor le es grato a Dios” y el hecho de no dar opiáceos u
opioides, salvo a moribundos, resume bien la mentalidad de una gran
mayoría de la población – tanto médica como paciente- de esa
época.
Esas breves líneas escritas como carta al editor, fueron la excusa usada por los nuevos vendedores salvajes de opioides como justificación de que la adicción era un mito, omitiendo cuestiones esenciales.
Unos años antes, en la década de los
80, un par de doctores hicieron una revisión -basada en datos
objetivos- sobre si era cierto que los “narcóticos” (que era
como se denominaba genéricamente a los opiáceos y opioides)
causaban adicción con la facilidad y rapidez con que se había hecho
creer a la gente que eso ocurría, dentro de las campañas de
desinformación farmacológica que acompañan siempre a la pedagogía
social de la “guerra contra las drogas”. Lo que estos doctores
encontraron fue curioso y sorprendente: era falso que el hecho de
tomar narcóticos crease adicción como se había contado. De hecho,
los datos mostraban cómo los pacientes tratados con “narcóticos”
por dolor -bajo control del hospital siempre- no tenían apenas tasas
de adicción, si no existían problemas de adicción previos.
Escribieron una carta a una prestigiosa revista médica, “New
England Journal of Medicine”, contando cómo entre más de 11.000
pacientes a quienes se les habían administrado narcóticos -en
contexto hospitalario o de cuidados dirigidos por un hospital- sólo
4 de ellos habían desarrollado un trastorno adictivo, que pudiera
ser documentado claramente en su inicio. Sólo 1 de cada 2750
personas se convertía en “adicta”, con todo lo que eso
implicaba: ¿era justo estar negándole una correcta medicación
contra el dolor al 99'9% de los pacientes por algo que ocurría a
menos de un 0'1% de casos?
Sin embargo, su bienintencionada carta
fue usada -10 años más tarde- de forma distorsionada para lanzar la
más grande campaña de ventas de fármacos opioides de la historia
de la humanidad. Uno de sus dos autores, ha dicho que “sabiendo lo
que sabe hoy, y la forma en que su texto fue intencionalmente mal
usado, no escribiría esa carta”. Y no es para menos, ya que fue
citada 608 veces en otras tantas publicaciones, el 72% de las
ocasiones para apoyar la afirmación de que “los opioides raramente
provocaban el inicio de una adicción” y en el 80% de los casos,
escondiendo la variable clave: dicho estudio se refería sólo a
pacientes en entorno de control hospitalario. Se omitió ese dato en
4 de cada 5 menciones, y se indujo a creer a los médicos que la
prescripción de opioides, para cualquier tratamiento de dolor, no
derivaba casi nunca en problemas adictivos.
Oxycontin, el producto estrella que desató la peor crisis de sobredosis de la historia: de Purdue Pharma.
La empresa farmacéutica -su exponente
más visible fue Purdue Pharma- entraba en acción con una brutal
campaña de ventas, donde miles de “visitadores farmacéuticos”
fueron entrenados para hacer creer a los médicos que la tasa de
problemas de adicción con los opioides era inferior al 1%, sin más
contexto ni variables. Muchos médicos -animados a recetar un fármaco
que funcionaba bien y, además, te aseguraba la dependencia del
paciente/cliente- no se hicieron de rogar y aceptaron encantados el
flujo de dinero que la prescripción de narcóticos opioides les
proporcionaban; se desdibujaba el límite entre lo que es un médico
prescribiendo, y lo que es un vendedor de droga con capacidad de
surtirse en el mercado legal.
Purdue Pharma, gracias a su producto
estrella “OxyContin” pasó de recibir “unos pocos miles de
millones de dólares” a facturar 31.000 millones de dólares en el
año 2016, y a aumentar aún la facturación en el año 2017 con
35.000 millones de dólares: sus beneficios han crecido al ritmo que
los muertos de sobredosis. Su “OxyContin” presumía de ser eficaz
con el dolor, a lo largo de 12 horas por su liberación prolongada y
patentable, y de contar con una formulación que prevenía el abuso
del fármaco: esto también era falso, ya que para “hackear” su
sistema anti-abuso, bastaba con machacar o romper el comprimido.
Purdue Pharma supo -desde el principio-
que estaba convirtiendo en yonquis a un gran porcentaje de la
población. Ya en el año 2001 fue demandada por el fiscal general de
Connecticut, debido a las altísimas tasas de adicción que estaba
generando el “OxyContin”. Y esa fue sólo la primera de un montón
de demandas, que la compañía siempre se encargaba de solucionar
pagando dinero y firmando un acuerdo de confidencialidad. Hasta que
en 2007 la compañía se declaró culpable, en un acuerdo que incluía
el pago de 600 millones de dólares. Por desgracia, el total de las
cantidades pagadas -entre todas las demandas de varios años- no
alcanza los mil millones de dólares, mientras que la compañía
factura 35 veces más cada ejercicio: tan inútil como intentar parar
una bala de cañón soplando en su contra.
Primera reacción, primer error.
Cuando en la década del 2000 se empezó
a ver claramente que la dispensación “casi descontrolada” de
opioides -en una sociedad donde no puedes beber alcohol hasta los 21
años- causaba serios daños a algunas personas, la primera reacción
fue reducir fuertemente las prescripciones de estas sustancias, en
muchas de las patologías más leves y en los casos menos necesarios.
Pero esto se hizo sin tener un plan para todas esas personas que ya
estaban enganchadas a consumir una sustancia farmacéuticamente
controlada, y a quienes iban a cortar -de golpe- el suministro de esa
sustancia a la que ya eran dependientes (fueran adictos o no). Esa
acción provocó que un gran número de los pacientes a quienes se
los retiraban, no viéndose capaces de enfrentar una desintoxicación
“a pelo” o muy dura, saltaron al mercado negro.
El entorno en que esto sucede, tiene
leyes y realidades distintas a las de España, y resultan clave para
entender todo lo que ocurrió después. A diferencia de nuestro país,
donde puedes conseguir metadona legalmente y sin coste -además de
tratamiento- en menos de 1 semana, allí no existe un sistema público
de atención sanitaria que trate a todo el que lo necesite. Para más
INRI, el hecho de consumir una droga en nuestro país es un derecho
del individuo, mientras que en USA y Canadá el simple hecho de
consumir -aunque sea en tu propia casa- es un delito que te puede
dejar preso. Incluso si estabas tomando drogas con otra persona y
llamas para evitar que muera de una sobredosis: puedes verte
penalmente perseguido.
Todos esos pacientes que se empezaron a
abastecer, a precios muy superiores, en el mercado negro (una
pastilla de “OxyContin” de 80 mg. se pagaba a 80 dólares: 1
dólar por miligramo, 1000 dólares un gramo) eran personas que, en
su mayoría, venían de un mundo respetuoso con la ley. Hasta finales
de los 90, el estereotipo del consumidor -en el mercado negro- no
correspondía con gente que en su mayoría eran blancos, de clase
media socio-económicamente hablando, y sin apenas experiencia como
“yonquis”. La mayoría habían comenzado gracias a su médico,
que se los recetó a ellos -o a un familiar a quien le quitaban
pastillas- pero no tenían experiencia con el lado ilegal de ese
mundo y, por eso, eran el actor más débil dentro de dicha cadena.
Ya no se trataba de jóvenes de color enganchados al crack en barrios
marginales, sino que era todo un nicho nuevo de mercado con padres,
madres e hijos blancos y de clase acomodada. A diferencia del antiguo
estereotipo del “yonqui”, el factor común de este nuevo grupo
era haber contado con seguro médico, y ese era el vector de enganche
a estas sustancias.
Pastillas reales y falsificadas de Oxyconting en el mercado negro, prácticamente indistinguibles.
Cuando fueron arrojados al mercado
negro, quienes pudieran permitirse pagar los elevadísimos precios
para conseguir las mismas pastillas que te daban antes en una
farmacia, seguirían tomando el fármaco de su elección, pero sin
seguridad alguna al respecto (las pastillas más populares se
“clonan” para vender en el mercado negro pero con otros
compuestos desconocidos). Otros vieron desde el principio que,
puestos a mantener una dependencia de opioides, les resultaba más
barato utilizar heroína que cualquier otro compuesto existente, y
saltaron a la heroína del mercado negro. Primero esnifada y
finalmente inyectada, ya que la heroína que mayoritariamente había
en USA es “clorhidrato de heroína”, que se descompone al
intentar fumarse y por ello dicha forma de consumo (a pesar de ser la
más segura) es la menos usada allí.
Los actores no esperados.
La heroína en USA procede mayormente
del denominado “triángulo asiático”, pero desde hacía ya años
en México -cuyo clima sólo permite cultivar cannabis y opio, pero
no coca- se estaba produciendo una heroína rudimentaria con la
amapola cultivada allí. Esta heroína llegaba en dos formas al
mercado de USA, como una tosca goma negra (“black tar”) o como un
polvo marrón (“brown sugar”, o heroína en base libre). Sin
embargo la cantidad producida no es grande, y el producto no es de
alta calidad, por lo que para competir empezaron a añadir fentanilo
a la heroína, aumentando su potencia pero multiplicando enormemente
el riesgo al consumirla, especialmente esnifada o inyectada.
El fentanilo es un opioide sintético
-creado en los años 50 por el grupo del químico Paul Janssen- de
fácil producción y coste mínimo, cuya potencia es 100 veces mayor
que la de la morfina: 10 gramos de fentanilo equivalen a 1 kilo de
morfina. Es el compuesto que hay en los mal-llamados “parches de
morfina”, y su dosis letal para un humano es de tan solo 2 ó 3
miligramos. Mezclando un compuesto de esa potencia con heroína, de
forma artesanal y no controlada farmacéuticamente, las imprecisiones
son mortales y eso es lo ocurrió: el número de sobredosis, que
llevaba años aumentando ya, se disparó hacia arriba como nunca
antes se había visto.
Solo la dosis hace al veneno: dosis letal de heroína vs. fentanilo.
¿Y los que no saltaron a la heroína,
se libraron? Pues tampoco. El fentanilo no era el peor de los
monstruos que iban a aparecer. Otros derivados de la misma molécula,
como era el carfentanilo, tenían 100 veces más potencia: era 10.000
veces más potente que la morfina. Un solo gramo de ese compuesto,
equivalía a 10 kilos de morfina y 5 de heroína, y se vendía
legalmente por menos de 4000 euros cada kilo. Se sintetizaba -bajo
demanda y de forma legal- en China, y te lo enviaban por paquetería
postal. En un paquete de 1 kilo de carfentanilo tienes la potencia
narcótica de 5 toneladas de heroína; lo pagas con tu tarjeta y lo
recibes en tu casa discretamente. Si a eso se añade que una maquina
de troquelar pastillas vale menos de 1000 dólares, cualquier
desaprensivo podía elaborar -en su propia casa- decenas de miles de
pastillas falsificadas. Al precio que se estaban pagando en la calle
y con un número de clientes -en el mercado negro- cada día mayor,
porque sus médicos ya no les atendían, el escenario para la
catástrofe estaba montado.
El ejemplo más icónico de esa
colisión, entre un montón de pacientes entregados al mercado negro
y una serie de nuevas drogas tan increíblemente potentes como
peligrosas y baratas, fue Prince. El músico era dependiente de
opioides, y cuando no los pudo comprar en la farmacia porque su
médico dejó de recetárselos, los compró en la calle. Murió en un
ascensor tirado y solo; allí mismo certificaron el “exitus”. La
autopsia y el registro de su vivienda revelaron que su muerte se
debió a una sobredosis provocada por el fentanilo y/o otros
compuestos análogos, que el cantante ingirió al tomar una pastilla
falsa de “Percocet”, comprada en el mercado negro. Posteriormente
se supo que Prince era dependiente de opioides desde el año 2010,
cuando se sometió a una dolorosa cirugía de la cadera. Si su médico
le hubiera seguido recetando, Prince hoy estaría vivo.
Contad los muertos.
Las muertes por sobredosis en USA han
escalado desde poco más de 6.100 muerte anuales -año 1980- a ser 3
veces más -18.000- en el año 2000, hasta lograr superar cada año
el récord anterior de muertos, acabando con 64.000 personas en 2016
y con 73.000 más en 2017, último año del que hay datos. No se
prevé que la tendencia vaya a modificarse, ya que las medidas que se
están tomando (como recortar aún más las prescripciones legales de
opioides) están provocando que el flujo de pacientes, regalados al
mercado negro más peligroso jamás imaginado, no sólo no cese sino
que aumente.
Las últimas víctimas de estas atroces
políticas de drogas en USA, son los enfermos de dolor crónico
no-oncológico. Estos enfermos -incluyen a la mayoría de veteranos
del ejército de USA con heridas graves o mutilaciones- han visto
cómo sus médicos se niegan repentinamente a recetarles la
medicación que les quitaba el dolor, y que les había estado
recetando durante años y años sin problema. Pasan de eso a
lanzarles -por la fuerza- a una deshabituación no deseada (pasando
por un síndrome de abstinencia) que destroza su calidad de vida,
además de devolverles a un mundo de tremendos dolores por su estado
físico. Muchos de estos enfermos, que además son el tipo de
pacientes que no ofrecen duda sobre el uso que darán al medicamento
(deformidades degenerativas, mutilaciones, tetraplejias por trauma,
etc.), se han visto incapaces de enfrentar la nueva situación y la
retirada forzosa -sin criterio médico que lo justifique- de los
fármacos que estaban siendo efectivos, pero no han acudido al
mercado negro a por heroína: muchos se están suicidando por no
poder hacer frente al dolor.
Para alegría de quienes han
implementado estas nuevas directrices, estas muertes -desesperadas
consecuencias derivadas de la nueva situación- no harán que
aumenten las cifras oficiales por sobredosis de drogas; podrán
sentirse satisfechos de que -estos cadáveres- los vayan a apuntar en
otra lista.
Alrededor
del año 2011, un amigo me pasó un vídeo de un artista llamado “El
Coleta”. El tema era la canción “Olé” y tras escucharla
-hipnotizado- durante todo el día, quedé enganchado a la propuesta
artística de este creador. Aunque usaba los esquemas del rap (estilo
musical que nunca había explorado), sus temas iban cargados de
menciones a los años finales del siglo XX y a los personajes que
poblaron la recién nacida España de la democracia: los kinkis.
Esos referentes
comunes, me sirvieron para explorar su obra más a fondo, y
posteriormente probar con otros autores; jamás habría buscado nada
en el rap de no haber sido por ese providencial encuentro con su
música. Junto con unas bases llenas de sintetizadores -sonando en
busca de la distorsión más macarra- desfilaba el curioso universo
de este chico, cantándole a los “alegres bandoleros” de su
infancia, allá por los años 80.
P:
“Soy el mordisco de Mike a Evander, soy el humo del polen virgen,
soy un tirón desde una Scooter y moviendo ficha soy Bobby Fischer”.
¿Quién es "El Coleta"?
R:
El Coleta soy yo, y es tanto el nombre por el que me empezaron a
conocer en mi barrio -cuando me dejé coleta- como mi nombre
artístico. Artísticamente, prefiero que me definan otros.
El único tipo del mundo que no tiene un smartphone y aún usa cabinas....
P:
¿A qué edad comenzaste en esto?
R:
Pues relativamente tarde, con algo más de 20 años.
P:
Entonces no había un político de pelo largo haciendo de “okupa”
con tu apodo... ¿Te molesta esta sobre-explotación de tu nombre
artístico?
R:
Siempre da para el chiste fácil. A veces me molesta y a veces me
hace gracia; preferiría que le hubieran puesto otro apodo, pero no
me quita el sueño tampoco.
P:
¿Qué te movió a dedicarte a la música? ¿Qué necesidad cubría?
R:
Cuando empecé a hacer música, lo hice medio de coña. La persona
con la que empece, el Junior AKA Dr.Tube, era un amigo de la
adolescencia que siempre estaba diciendo de montar un grupo. A mí me
hacia gracia, porque no teníamos ni puta idea de música ninguno y
eramos unos perlas más que nada.
Tiempo
después cuando descubrimos programas para hacer música por
ordenador yo empece a escribir y le metí a él el gusanillo de hacer
ritmos, también con el ordenador. Y así empece de coña; luego poco
a poco me fue entrando el veneno hasta ahora. Supongo que en su
momento, hacer música me servía para descargar violencia y mala
ostia, de una manera menos peligrosa para mí y para el resto de la
gente
P:¿Qué
es el Quinqui-Rap o Kinki-Rap? ¿Ambos términos definen lo mismo?
R: Yo
siempre he definido mi rap como “Rap Makarra”. Dentro de “lo
makarra”, entre otras cosas, está lo “Quinqui” y lo “Kinki”
(separo estos dos términos para remarcar que lo “Quinqui” seria
lo quinqui ochentero, y lo “Kinki” seria lo quinqui
contemporáneo). La peña hacía en un principio rap "delictivo"
con mucha influencia de lo yanqui , pero algunos empezamos a llevarlo
al rollo kinki de aquí. Habrá gente que me deje por ahí, pero los
primeros que podían hacer un rap que se pudiera denominar quinqui,
fueron “HinchuBoys”, un grupo de la vieja escuela. Luego -mucho
después- gente de Madrid como Toscano, Javier Petaka o yo mismo.
Ahora
mismo, en la escena del rap, ya es normal usar este recurso pero al
principio no lo era. Luego, la particularidad que tiene mi rap es que
yo -aparte de lo Kinki- empece a usar muy a saco lo Quinqui, con
todos lo referentes estéticos y de contenido del “cine Quinqui”.
La peña estaba flipando con Tony Montana y yo empece a fliparlo con
el Torete y el Pirri. Ahí fui el primero y prácticamente el único.
Tan solo Jarfaiter -que yo sepa- con su propio estilo y
particularidades, va por lo mismos caminos en cuanto a referentes.
P:
¿Qué te hizo flipar de esos “alegres bandoleros” como El Jaro,
El Pirri, El Pera, El Torete, El Nani o El Vaquilla?
R:
Cumplieron la máxima de “Vive rápido, muere joven y deja un
bonito cadáver” (algunos más que otros). No es lo que quiero para
mí o para lo míos, pero tiene cierto romanticismo. También tiene
la parte atractiva de que algunos saltaron al cine, directamente
desde el barrio. El fliparlo temáticamente -en mi música- también
es por darle el toque “iberiko” al asunto.
P:
¿Es preferible acabar como El Jaro o El Nani, o terminar pasándote
al enemigo como El Pera?
R:
Ni una cosa ni otra, la verdad.
P:
¿Qué es ser macarra?
R:
Hay una parte estética y también una de actitud que, evidentemente,
están ligadas. Si eres un macarra, aunque te pongas un traje caro,
te quedará “macarrilmente”.
También
puede estar en la forma de hablar, en el propio contenido de lo que
dices, o en la manera de actuar ante la vida. En cualquier caso es un
concepto muy abierto, del que cada cual puede tener su significado en
la cabeza.
P:
¿Macarra se nace o se hace?
R:
Pues un poco de las dos, la chulería muchas veces es genética,
jaja.
P:
¿Cómo casan RAP y delito?
R:
El rap empezó como una música más festiva, pero fue tornando a un
música que contaba lo que pasaba en los barrios bajos. Entre otras
cosas hablaba de la delincuencia, y posteriormente surgió un genero
temático en sí, el “GanstaRap”. Delito y rap están
relacionados, aunque no es obligatorio que hable de ello.
P:
¿Te han detenido? ¿Has “tocado el piano” para las FFCCSE?
R:
No. He estado alguna vez a punto y he tenido juicios pero, por
suerte, no.
P:
¿Qué opinión te merece la policía como institución? ¿Es
factible una sociedad sin dichos cuerpos?
R:
Las fuerzas de represión del estado están al servicio de los
gobiernos, no de los ciudadanos. Partiendo de eso, son en cierta
manera, enemigos del pueblo. A ti te esposan por nada, y a Rodrigo
Rato le detienen con mucha delicadeza. Para llegar a una sociedad sin
esos cuerpos habría que hacer muchos cambios, muchísimos, pero creo
que sí que se podría.
P:
Quiero perros que muerdan al amo, y no perro-flautas levantando las
manos...¿Cómo ves la realidad de la relación entre la policía y
el ciudadano hoy en España?
R:
Pues creo que entre la gente que está en la calle, y no me refiero a
que esté delinquiendo, sino que sepa de qué va la vaina (gente
normal trabajadora), hay división de opiniones. Una gran parte de
ella desconfía totalmente de la madera, sin tener nada que ocultar
ni ser delincuentes potenciales. Y eso se palpa.
P:
Cuando grababas el vídeo de M.O.torsport... ¿se presentó la
policía nacional en medio del rodaje?
R:
Sí pero, sin que sirva de precedente, confieso que esa vez no nos
tocaron mucho la polla.
P:
Si tienes que elegir pasar por un control con nacionales, civiles, o
municipales... ¿cuál consideras que es la mejor opción?
R:
Las Guardias Civiles de mi vídeo de “Siempre”.
P:
¿La música acerca o aleja del delito?
R:
Yo creo que cualquier cosa que te mantenga ocupado -y te dé
motivaciones- te aleja de caer en adicciones, que te pueden llevar al
delito al tener que cubrirlas económicamente. En el caso de la
música, poder decir lo que quieras te sirve de válvula de escape:
te puede ayudar a soltar lo malo y ser menos agresivo. Y si además
lo escucha gente y les mola pues te vas a sentir bueno en algo, te va
dar confianza en ti mismo y te va alejar de la frustración. Ya si
puedes ganar pasta con ello, pues te debería alejar del delito
porque no te vas a tener que buscar la vida de mala manera.
P:
¿Son las drogas algo intrínseco al RAP?
R:
Puede parecerlo, pero no tiene por qué; las drogas son
consustanciales a todos los ámbitos de la vida. Se ve droga por
todos los lados: en la política, en el deporte, en todo. De estilos
musicales no hace falta que ponga ejemplos, desde el punk, al
flamenco pasando por cantautores...
No
quiere decir que todo el mundo se drogue, evidentemente, pero muchos
sí lo hacen. Y si incluimos el alcohol que -evidentemente- es una
droga legal, ni te digo ya.
P:
¿Y cuál es tu opinión sobre el cannabis y su actual situación
legal?
R:
Mi opinión sobre el hachís y la hierba, es que como con toda
sustancia su uso moderado puede ser positivo, pero su abuso y estar
enganchado, no es bueno; depender o necesitar cualquier sustancia te
hace débil.
Evidentemente
estoy en contra de su prohibición y marginación, estando el consumo
de alcohol normalizado, cuando su abuso es infinitamente mas dañino
y peligroso que el abuso de la hierba. El alcohol causa mayores daños
derivados para sus usuarios, y no digamos ya para la sociedad; sólo
tienes que tratar con personas que sean unos auténticos fumetas y
otra que sean unos borrachos para comprobarlo .
Y
no sólo alcohol o las sustancias ilegales: hay montones de anuncios
en la tele -a cualquier hora- anunciando casas de apuestas. Salen
famosos anunciándolas, te meten cuñas en la radio y los propios
comentaristas deportivos promocionándolas, diciendo que las cuotas
ofrecidas son la ostia. Los barrios obreros se llenan de casas de
apuestas mientras tú no puedes bajarte a un parque a fumarte un
canelo, o ni siquiera llevarlo encima.
No
sé si estoy a favor de un modelo legal para el cannabis, porque eso
llevaría a la regulación y seguramente el estado lo monopolizaría.
Lo que sí estoy a favor -sin duda- es de la despenalización del
autocultivo para el propio consumo. En todo momento estoy hablando de
fumarla, porque sus otras vías de consumo y propiedades medicinales
me parecen de puta madre pero realmente no tengo grandes
conocimientos sobre ello como para opinar con propiedad.
Igualmente
que me parece bien controlar que la gente no conduzca fumadísima, me
parece una vergüenza y un ataque a la libertad personal los
“drogotest” con los que le están encalomando multones a la peña,
por haber fumado días o semanas antes. Eso ni es justicia ni es
seguridad vial.
P:
Desde tu tema con Jarfaiter -“El Pico 3”- grabado casi como un
homenaje a la serie de “El Pico” de Eloy de la Iglesia, si hay
una droga que se distingue en tus temas, es la heroína. Y siempre
con un mensaje negativo al respecto como “el caballo sólo te lleva
al hoyo”. ¿Por qué?
R:
Porque de pequeños vimos a los yonkis y los estragos que causaba en
la peña. A mí se me grabó a fuego que sería la droga que nunca
probaría, aunque la cocaína es igual de peligrosa y encima, al
estar mejor vista, es mas peligrosa aún.
P:
Hace poco has colaborado en un tema de los Narco -”Dame Argo”- en
el que sales parafraseando el tema “Caballo Galopando” de Queco.
También has sacado un tema con Vinnie Dollar con el título de
“Yonki”, que dice: “Yonki no naces, yonki te haces. Y si te
haces pues yonki te mueres”. ¿Un mensaje preventivo?
R:
En ese tema estoy hablando principalmente de los yonkis de heroína y
cocaína. Y viene a decir eso: que nadie es yonki de nacimiento
-aunque pueda tener tendencia a consumir drogas- y que una vez que
uno se engancha, aunque se quite, siempre sera yonki.
P:
Sé que apoyas la tesis de que la heroína fue usada -de forma
intencional y directa- para “controlar” el País Vasco en la
época de ETA. ¿Por qué?
R:
Aun no he leído el libro de JC Usó sobre ese tema -cuando caiga en
mis manos lo leeré- pero sí he leído el de "A los pies del
Caballo" de Justo Arriola. Mi opinión ya era esa misma, antes
de leerlo, y su argumentación la refuerza. Mi padre siempre ha sido
bastante "conspiranoico" en todos los temas políticos, le
gusta mucho la historia -como a mi- y sabiendo de historia (que
obviamente nos llega ya manipulada) se puede aprender cómo funcionan
los estados y los mecanismos del poder.
P:
¿Qué paso en “Cuéntame” con la señora del tercero?
R:
Solo se la metí pa' dentro (la bombona).
P:
¿Cómo se gestó tu aparición (como butanero) en dicha serie?
R:
Tras publicar con Cecilio G. el tema de “Antonio Alcántara”,
desde la cuenta oficial de la serie nos lo agradecieron. Yo les
contesté diciendo que a ver si me sacaban en algún episodio. Tras
eso, se pusieron en contacto, lo hablamos y se pudo hacer al final,
aunque hubo suspense, jajaja.
P:
Hace unos días ha salido un tema de Tangana en cuyo vídeo
participas y, podemos añadir que das cojonudamente en cámara. ¿Cómo
surgió? ¿Difería mucho de lo que suele rodear a un vídeo tuyo?
R:
Conocía al Tangana de hace tiempo (de antes de que fuera Tangana) y
en lo que habíamos coincido me llevaba bien con él. A través de un
colega común me contactó, me contó el proyecto, lo pensé y lo
hice. Estuvo bien el rodaje, yo ya tenia algo de experiencia en otro
rodaje serio. No tiene nada que ver con un rodaje mio, eso es un
vídeo hecho con medios y a través de una productora; sólo tienes
que ver los títulos de crédito para ver cuánta peña esta detrás
e imaginarte el presupuesto. Mis rodajes son muchos mas familiares,
más vertiginosos (siempre nos falta tiempo) y sacarlos adelante es
toda una experiencia. Desde aquí aprovecho para agradecer a toda la
peña que lío para mis vídeos y que siempre lo dan todo.
P:
Al mismo tiempo que salía el tema de “Bien Duro” de C.Tangana,
sacaste tú un tema llamado “Yo quiero ser Tangana” que es una
versión del “Yo quiero ser Alaska” de Siniestro Total. ¿Cómo
se conjugan estas dos cosas al mismo tiempo?
R: Ese
tema lo tenia pensado de hace tiempo. Alguna vez he cantado en
directo la versión original de Siniestro Total con "Novedades
Carminha" y de ahí se me ocurrió . Entonces, al salir este
vídeo, se daba el momento perfecto para sacarlo. El tema es un
vacile, no dice ninguna mentira y no es un ataque personal a Tangana.
Como te he dicho, a Tangana como persona le conozco, y me cae bien.
El tema puede criticar su figura artística, pero también denuncia
la hipocresía de criticarle cuando muchos harían lo mismo que él
para estar en su lugar. C Tangana no me ha dicho nada del mismo, pero
lo ha retuiteado desde su cuenta, jajaja. Todo bien con él. ¡Desde
aquí le mando un saludo!
P:
¿Te has planteado abrir nuevos horizontes fuera de lo musical y
dentro de la pantalla? Eres un tipo que tiene una imagen realmente
peculiar y eso tiene un mercado.
P: Claro
que me lo he planteado, estoy en ello . He rodado una película como
protagonista "Quinqui Stars", que es una peli medio
documental pero actuó bastante. Hay alguna otra cosa abierta por
ahí, y espero que después del estreno de la peli me salga algún
papel más, aunque lo que me fliparía en el futuro es dirigir.
P:
¿Practicas la autocensura al escribir tus letras?
R:
Al final no somos ajenos a la sociedad, y alguna vez te puedes plegar
a ser políticamente correcto. Aunque la autocensura que me pueda
aplicar, siempre va ser de palabras y no de ideas, lo cual es bueno
porque te lleva a decir lo quieres decir con metáforas o dobles
sentidos y eso enriquece las letras.
P:
En tu serie X, en temas “bakalaeros” como el de “Bakaluti
Durruti” o con Muéveloreina en “Camaradas Cañeros”, hay una
clara tendencia a la denuncia social. ¿El bacalao se presta mejor a
ello musicalmente? ¿Pedirá el pueblo, en su hartazgo, que salven a
Barrabás?
R:
Hice “Vota al Partido de la Ruta - PDR” con “Niño de Elche”
y, de ahí, se me ocurrió hacer una serie de temas, con música
bakalaera pero con contenido político; entre otras cosas porque me
parecía curiosa la mezcla. La labor de los poderosos es que se salve
siempre Barrabas y, de momento, hacen bien su trabajo.
R:
Me encanta la canción de “Las kinkis son guerreras” -un canto a
la mujer activa- pero... ¿el rap hecho por varones es
irremediablemente machista, salvo puntuales excepciones?
P:
Eso está bastante en la idiosincrasia del propio género musical,
como también ese machismo ha estado en la sociedad. Y al igual que
la sociedad avanza -o eso nos hacen creer- el propio género
evoluciona e imagino que, cada vez más, se irá despojando de ello.
P:
¿Y homófobo? No es difícil encontrar lenguaje que lo parece en el
rap y es tan difícil encontrar un rapero varón que sea abiertamente
homosexual, como un futbolista o un torero que lo haga público.
R:
Bueno, van saliendo raperos que se declaran homosexuales y que hacen
gala de ello en las letras explícitamente, bastante más que
futbolistas y toreros, creo que yo .
P:
De los últimos temas que has sacado en vídeo está “Siempre”,
una rumba canalla de tu próximo disco. ¿Es una advertencia sobre lo
que vamos a encontrar? ¿Se puede pisar con soltura en el Rap, el
neo-bakalao hispano y la Rumba Quinqui al mismo tiempo?
R:
Bueno, es una confirmación más que una advertencia. Mi próximo
trabajo se llama Neokinki, y lleva tres EP's de distintos géneros:
el ya publicado "La Ruta de los X's", "RumbaPop"
y un tercer EP de otros 4 temas titulado "Flamenko & Knife
Fight"
P:
Otra de las características más relevantes de tu trabajo es el uso
de términos que no encontramos con facilidad en el lenguaje actual.
¿Que es un kelebra? ¿Bima equivale a coche? ¿Qué son “Etruscos
y Questras”? ¿Aros y riñones?
R:
Kelebra viene del hebreo y significa “perro malo” (o eso dicen en
la peli del "Caso Slevin", de donde lo he sacado, jajaja).
Bima es un BMW , viene de Bimmer -pronunciado “bima”- y sería
un anglicismo “acastizao”. Etrusco's y Questra's son los balones
oficiales de los mundiales de fútbol de Italia 90 y U.S.A. 94 . Los
aros son el símbolo de Audi, mientras que los riñones son los
cromados con forma de riñón en la rejilla de la delantera de los
BMW.
P:
¿Por qué ese gusto por los coches antiguos y por el oro? ¿Qué
coche antiguo escogerías?
R:
El oro brilla, es hipoalergénico y se lo puedes dejar a tus
descendientes o empeñarlo si lo necesita para comer. Los coches
antiguos son preciosos, es imposible escoger uno sólo, pero un Bmw
850CSi no estaría mal.
P:
¿Eres de los afortunados que puedes decir que vives de la música o
eso queda aún lejos?
R:
Se puede decir que sobrevivo, pero al menos hago lo que me gusta y
puedo llevar mis niños al cole e ir a recogerlos, casi todos los
días.
Hace
tan sólo medio año, asistíamos al primer aviso de intervención
directa de las regulaciones del estado sobre la operatividad de la
blockchain, en concreto sobre la cadena de Bitcoin-BTC. Aquello lo
explicamos -e hice una hoja de ruta de lo que podría ser el
desarrollo a largo plazo de esa situación- en un texto publicado en
esta misma web. Desde entonces, han ocurrido dos sucesos, al menos,
que indican la progresión de los postulados que planteaba. El
primero cronológicamente fue la expulsión del mercado de varios
exchanges centralizados -Bittrex fue el primero- de todas las monedas “de privacidad”, como
Monero o Dash entre otras, con la inmediata consecuencia de una
fuerte caída en sus precios. A pesar de que, con la actual época de
subida de las alt-coins frente a BTC, Monero y las demás criptos de
privacidad han recuperado y subido por encima de los precios que
tenían cuando estos hechos ocurrieron, parece evidente que su
crecimiento ha quedado lastrado comparativamente con respecto a su
valor en proporción a los porcentajes de crecimiento experimentados
por el resto de monedas.
Esto
es una consecuencia directa de su naturaleza anónima ya que, al no
permitir el control sobre las direcciones y/o las transacciones
realizadas, son las únicas criptos que chocan de forma insalvabable
con los planes de los estados para controlar totalmente el flujo
económico en todas las blockchains: sin acceso a la información no
existe posibilidad alguna de regulación, lo que sólo deja un camino
de futuro a estas monedas respetuosas con la privacidad de sus
direcciones y transacciones.
El
segundo hecho acaecido, y mucho más indicativo de por dónde van a
ir los tiros, es que se ha minado en la cadena de Bitcoin-BTC el
primer bloque “OFAC Compliant”. Como contamos en el primer texto
que abordaba esta situación como una amenaza, la OFAC es la “Oficina
de Control de Activos en el Extranjero”. Un tentáculo más,
dependiente del Tesoro de los USA, que nació a final de los años 80
y se utilizó para atacar finacieramente a todo el que no se
comportase como los USA querían, desde el entramado de blanqueo del
narcotráfico colombiano a la pura extorsión de empresas que
-simplemente- no querían ser peones de las políticas y las acciones
de los servicios de inteligencia de dicho país.
En
estos momentos, la OFAC es el grupo encargado de gestionar el
abordaje del sistema financiero basado en blockchains que soporta a
las distintas criptomonedas, obviamente empezando por la más grande
y la que -debido a la potencia de cómputo que la defiende- resulta
más costosa de atacar.
Dentro
de este esquema de control por una agencia del estado, el día 6 de
mayo de 2021 sobre las 4:50 horas en horario europeo, se produjo el
primer bloque que en su firma llevaba “el sello” de haber sido
minado bajo las reglas de la OFAC. Para no alargar su nombre, los
llamaré simplemente “bloques OFAC”. Aunque hace medio año el
pool de minería que ya anunció su intención de actuar dentro de
esos parámetros OFAC, fue el pool llamado Blockseer -que pertenece a
la empresa “DMG Blockchain Solutions”- sorpresivamente no ha sido
este pool el primero en hacerlo. El protagonista del primer “bloque
OFAC” en BTC ha sido el grupo “Marathon Digital Holdings”.
Analizando
el primer bloque OFAC. ¿Qué es realmente?
Los
bloques que se añaden a una blockchain se componen de las
transacciones aún por confirmar existentes en la mempool de esa
cadena, aunque la mempool es propia de cada nodo de la red, estas
mempools de nodos individuales suele contener las misma transacciones
que se han propagado por toda la red como información compartida. Y
el criterio lógico de inclusión de una transacción en un bloque es
el del incentivo económico: dada la falta de espacio para todas las
transacciones, entran sólo las que paguen mejores tarifas al minero
que produce el bloque que se va a añadir.
Partiendo
de este patrón lógico y alineado con el incentivo económico, se
puede prever en cada momento qué transacciones entrarán en un
determinado espacio y cuáles quedarán fuera del siguiente bloque.
Esto permite que se haga un análisis del comportamiento de los
distintos mineros, a la hora de construir sus bloques -con
herramientas como Miningpool Observer- y ver las divergencias con lo esperado. Normalmente
estas divergencias son mínimas y debidas a que ciertas transacciones
no se han propagado lo suficientemente rápido en toda la red, y en
el momento de construir el bloque no han llegado a la mempool del
minero encargado de hacerlo.
Sin
embargo, en este caso del primer bloque OFAC en BTC, ya hemos podido
ver que se aplicaba el esperado criterio por incentivo económico y
nuevos criterios, que pueden ser los de la OFAC o no sólo los de la
OFAC. En concreto en ese primer bloque OFAC, y según el análisis
realizado por Bitmex Research, se dejaron sin incluir -al menos- 8
transacciones que deberían (siguiendo el criterio de incentivo
económico) haber sido incluidas en el bloque. Los motivos exactos
por los que el minero decide no incluirlas no se pueden conocer a
ciencia cierta.
Al
mismo tiempo, el minero incluyó 13 transacciones que no estaban en
la mempool del nodo que estaba analizando la situación, lo que
parece indicar que Marathon está incluyendo transacciones
específicas de manera privada, que son enviadas a su mempool pero no
habían sido compartidas y propagadas en la red común. Esto abre la
puerta a una minería selectiva y con intereses ocultos para el resto
de mineros.
Desde
ese primero bloque OFAC, el pool de Marathon ha minado ya 14 bloques
OFAC hasta el momento en que se escribe este texto. Son 14 bloques
minados en 13 días, que da un media cercana a 1 bloque por día, lo
que no es mucho teniendo en cuenta que la media de producción de
bloques en Bitcoin-BTC es de unos 144 bloques por día.
¿Y
con estos números debemos preocuparnos?
Pues
no, en principio. Si un actor apenas llega a influir menos del 1% en
una blockchain, no parece que sus acciones puedan ser relevantes ni
preocupantes. Pero un vistazo más ampliado sobre este grupo, nos
puede servir de advertencia de lo que podemos encontrarnos en un
futuro próximo.
Fred
Thiel, el CEO de esta compañía, presenta el asunto como una acción
de limpieza dentro de esta tecnología y este mercado. Así mismo
argumenta que la falta de regulación (control estatal) en el
procesamiento de las transacciones, es un hecho que perjudica y pone
en riesgo a las industrias que desarrollan su actividad en el minado
de criptomonedas.
Aprovechando
esa posición de “presunta limpieza”, se ofrece como productor de
“Bitcoins limpios” para compradores preocupados porque los
Bitcoin que adquieran estén “manchados” por haber sido usados en
transferencias que implicasen a actores que hubieran obtenido sus
monedas en un contexto de ilegalidad.
Esto
es tan ridículo como forzar a quien use dinero en metálico a tener
que preocuparse por el hecho de que los billetes que maneje, en algún
momento hayan sido empleados en cualquier tipo de operación no
dentro de la legalidad. Eso incluiría desde el tráfico de drogas,
los ataques por “ransomware” o el blanqueo de capitales, hasta el
simple hecho de haber cobrado en negro (sin declarar a la hacienda
correspondiente) cualquier pago por un trabajo realizado o por
cualquier venta realizada entre particulares. En realidad no existe
un dinero manchado por el uso que se le haya dado previamente, ya que
todo el dinero existente puede haber sido usado en cualquiera de
estos escenarios. La única forma de tener un dinero “limpio”
(bien sean billetes FIAT o criptomonedas) es que lo hayas recibido
directamente del emisor, sin que haya sido usado por nadie más.
Y
apurando el asunto hasta esa definición, en la que este grupo se
postula como surtidor de “dinero limpio”, en este momento no
puede vender como limpios más BTC de los que recibe del coinbase al
minar sus bloques OFAC, lo que al día de hoy es igual a unos 6
Bitcoin-BTC al día.
Esas
cifras, actualmente, son insignificantes y poco afectan a la realidad
de las criptomonedas. Pero hay que ser conscientes de que esto es
sólo el primer paso en un camino muy claro y determinado, que el
propio grupo Marathon explicita sin miedo en su web.
“El
grupo Marathon está actualmente incorporando 103.120 equipos de
minería que producirán una capacidad de cómputo de 10'37 Exahash,
lo que resultará en la producción estimada de entre 50 y 60
Bitcoin-BTC al día.”
Cuando
este grupo desarrolle lo que anuncia, controlará entre el 34% y el
41% de la blockchain de Bitcoin-BTC. Y esos números sí que dan
miedo. Si esta es la hoja de ruta de un sólo grupo, basta con que
haya uno o dos actores más de cierto peso que apliquen esos
criterios OFAC, para que la cadena se encuentre bajo un ataque del
51%, desarrollado a la vista de todos y sin ninguna prisa.
En
ese momento, con un porcentaje superior a 51% del control de la
blockchain, las posibilidades para quienes controlen esa cantidad de
cómputo, son ilimitadas. No sólo podrán ejercer una censura activa
en cada bloque que ellos minen, sino que podrán rechazar los bloques
minados por otros que contengan transacciones que -por el motivo que
sea- ellos no quieran que se produzcan. De facto, podrán provocar
que los bloques minados por otros pools pasen a ser orfanados
(declarados huérfanos) y rechazados en la cadena mayoritaria.
Resulta
evidente que un proyecto de este tamaño y repercusión a futuros, no
es algo que haya salido de la nada y que lo hagan por el bien de
todos los participantes. Este grado de actuación sobre una
blockchain viene con la bendición del estado que alberga a este
grupo, y que les ofrece convertirse en el censor de esa criptomoneda
que, otrora, era incensurable.
A
mi entender, queda plenamente establecida la “guerra contra las
criptomonedas” por parte del estatismo, ya que la existencia de las
criptomonedas (tal y como fueron concebidas desde la creación de
Satoshi Nakamoto) es el mayor ataque a la existencia de los estados
desde su fundación, ya que les priva del control efectivo del flujo
del dinero y de su emisión a capricho. Es un esfuerzo tan grande y a
tan largo plazo como lo ha sido la inútil “guerra contra las
drogas”, pero con una diferencia importante: en lugar de usar
mecanismos de legislación prohibitiva sobre la materia y desarrollar
estructuras para que luchasen contra los actores de dicho mercado, en
la aproximación al control de las criptomonedas no necesitan
ilegalizar su posesión ni su tráfico ya que les basta con absorber
los mecanismos intrínsecos de la idea de la blockchain, mediante un
lento -pero inexorable- ataque al 51%, e imponer sus criterios e
intereses mediante estos grupos que pretenden tomar el control de las
transferencias y emisión de criptomonedas.
Un
futuro distópico que violaría sin pudor la esencia del dinero
creado y emitido de forma ajena al estado, con su característica de
ser resistente a cualquier forma de censura.
PS: Este texto contiene una errata al realizar un cálculo, que parece que pasó inadvertida a todos. Días después de su publicación me di cuenta de ella. Lo dejo SIN CORREGIR, por curiosidad para ver si alguien se da cuenta de cuál es y nos la comenta. ;)