Mostrando entradas con la etiqueta research chemical. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta research chemical. Mostrar todas las entradas

martes, 19 de junio de 2012

El gran negocio legal. Con drogas, zombis, y sales de baño.


Ayer noche, mirando las últimas ofertas de drogas que se venden en internet, me encontré con una página realmente curiosa.
Esta página vende research chemicals, que quiere decir "productos químicos para investigación". Dicho de otra forma: drogas legales que son ligeras variaciones de otras ilegales y que la gente usa únicamente porque las que realmente quieren usar están prohibidas.
Algunos los llaman "legal highs" o "colocones legales". Cada lenguaje tiene un eufemismo para esas drogas, y otro de ellos -muy de moda estos días- es el de "sales de baño" o "bathsalts" en inglés.

¿Por qué lo de "sales de baño"? ¿Es que las sales de baño colocan?
El origen de ese oscuro término para referirse a una o varias drogas es sólo la consecuencia de un mercado de drogas descontrolado, en el que se venden sustancias legales que -en muchos casos- nunca han sido probadas en humanos ni en animales, bajo la máscara de otros bienes (como abonos o sales de baño) para evitar una fiscalización de la sustancia que se vende.

En otras palabras: un adulto sano no puede comprar 150 mgs de MDMA en una farmacia, pero puede comprar dosis letales de centenares de sustancias infinítamente más peligrosas que la MDMA, si vienen en un envoltorio que pone que son "Sales de Baño" y que no debes comertelas, en el kiosko o gasolinera más cercana (si vive en USA) o a través de internet en cualquier otro lugar del mundo.

¿Y cómo puede ser así? Pregúnteselo a su político favorito.
Seguimos.

Esta página vende 47 productos químicos, de los que 46 son drogas y uno de ellos un precursor para hacer de forma sencilla algunas drogas ilegales. Hasta ahí, nada nuevo. Una más de cientos.

Pero además de research chemicals también vende paquetes con bonitos colores y sugerentes nombres, y los vende vacios. Además a buen precio. Y para rematar el tema, te venden la máquina para darle un cierre profesional a esos paquetes.


Y estas son las maquinitas para montártelo tú mismo en tu casa...



Y digo yo: ¿no sería lo lógico que vendieran cada producto de esos paquetes atractivos con una sustancia identificada?
Eso sólo tiene lógica para quien se quiere drogar sabiendo qué toma y qué dosis toma de una droga identificada, pero no si el asunto va de hacer dinero.

Así que si quiero hacer negocio, sólo tengo que comprarme una maquinita de sellado térmico, encargar unos sobre de esos que valen 8 céntimos de euro, y rellenarlos con... ¿con qué droga los relleno?

Vólvemos a la primera página y miramos las posibilidades que tenemos. ¿Qué drogas nos vende esa misma página para meter en nuestros sobre con colores?


Y un menú así, pero con más drogas, nos aparece para elegir qué meter en esos sobres.
Esa imagen sólo recoge 8, pero hay otras 40 en esa misma web.

¿Qué tienen en común esas drogas? ¿Tienen el mismo efecto, la misma dosis, son similares? NO.
No tienen nada que ver unas y otras, salvo que no están -todavía- prohibidas.
Unas imitan a la MDMA, otras a la anfetamina, otras al LSD, otras al cannabis, otras a la ketamina...
Nada que ver unas con otras. Ni sus efectos, ni sus dosis, ni sus riesgos.
Incluso algunas de ellas están mal identificadas -su estructura muestra que son drogas distintas a las que dicen ser- con lo que incluso siendo el que está organizando el negocio, tienes en tus manos drogas que realmente no sabes en realidad cuáles son.

Pero siguiendo con el negocio, la cosa es vender un producto legal para NO ser usado en seres humanos, aunque de sobra sabemos que el único uso que tienen la mayoría de esas sustancias, es como drogas en seres humanos.

Así que ya sólo nos queda hacer el pedido.
Elegimos unas cuantas de esas drogas, y las mezclamos -o no- en la proporción que se nos ocurra.
Podemos ir probando mediante ensayo y error si las dosis son muy altas y es mejor rebajarlas con algo de azucar. Si vemos que muchos consumidores acaban en el hospital, pues le cambiamos el nombre y el paquete, cambiamos la mezcla y la lanzamos de nuevo.

Es legal. Además, en el paquete dejaremos siempre bien claro que no son para consumo humano...

Con una inversión mínima en dinero, haciendo uso de las lagunas de una ley que prohíbe consumir ciertas drogas para beneficio de otras, y usando como dummies a los usuarios de drogas, podemos montar una negocio totalmente legal!! ¿Quién dijo crisis?

El campo es imenso, vendiéndolo en gasolineras y kioskos, tiendas de ultramarinos locales y similares, podremos colocar nuestros productos en todo el país, y su venta, como son drogas psicoactivas, está asegurada.

¿Qué tienen que ver los zombis en todo esto? Nada, y todo.
Qué mejor publicidad de que existe ese producto y que lo pueden comprar legalmente.
¿Cuántos drogadictos despistados no sabían que podrían comprar drogas más peligrosas que las ilegales en su kiosko?
Un tipo que era un indigente psicótico atacó a otro desfigurándole a mordiscos.
¿Había tomado "sales de baño"? Pues en realidad, nadie lo sabe: no existe un análisis toxicológico aún.
¿Y fueron las drogas las que le volvieron un canibal? Menuda pregunta más poco sincera esa...

Si cogemos a un grupo de seres humanos, con serios problemas sociales, laborales, de salud, de salud mental, que viven debajo de un puente y posiblemente son adictos a cualquier cosa que les haga sentirse un poco bien, y les damos DOSIS DESCONOCIDAS de DROGAS DESCONOCIDAS, podremos encontrarnos cualquier cosa.

¿Y por qué no prohibimos también esas drogas...?
¿Cuáles? ¿Las sales de baño, o los aditivos para plantas? ¿Las de la caja roja con unos labios sensuales o las de la caja azul con un exótico ninja?
No puedes prohibir aquello que no puedes ni nombrar. Y si consiguen prohibirlas, habrá otras 200 drogas, más potentes, menos conocidas, con mayores riesgos, deseando tomar el lugar de las que ya están prohibidas.

¿Y si esas drogas son administradas a personas normales que sólo quieren divertirse?
La pregunta es la misma... ¿cuáles?

La muerte de Gabi Price, una chica de 19 años en UK, es una lección que no deberíamos olvidar.
Gabi murió tras acudir a una rave en el año 2009. Fue una de las 19 muertes que provocaron una histeria masiva con una nueva droga -una imitación de la MDMA- llamada mefedrona.
Similar a la que vemos hoy día con las "sales de baño".

La autopsia no le importaba mucho a la policía, así que decidieron saltársela antes de dar la noticia de que Gabi había muerto por una droga vendida por desaprensivos sin escrúpulos en internet, llamada mefedrona. Y para hacerlo más "vistoso" le inventaron un nombre callejero a la droga: "meow-meow".

Con la muerte de Gabi y otras 18 más se impulsó la prohibición de la mefedrona, que era una sustancia con sus riesgos pero no mayores que las de otras legales, en el Reino Unido que fue seguida por algunos países.
Realmente la mefedrona tenía poco que ver. Gabi Price había muerto por una infección de estreptococos.
De las 19 muertes, sólo 1 de ellas podía ser atribuida a la mefedrona.

Y había relatos tan curiosos como el de un hombre que en mitad de una orgía se había inyectado 4 dosis masivas de mefedrona, que además era diabético, tenía SIDA, daño renal crónico, hipertensión y cardiopatías varias. Pero era más sencillo explicarlo mediante el axioma policial: era un drogadicto... y la muerte, tenía que ser culpa de la droga...

La mefedrona que entonces se prohibió no es tan diferente (en efectos) a otras drogas de las que ahora hablan bajo el epígrafe de sales de baño. Y entonces, como ahora, sus usuarios buscan el efecto de unas cuantas sustancias prohibidas, menos dañinas que las opciones legales que les dejan.

Yo he consumido varias de esas drogas que se suponen que te hacen un zombi.
Nunca he tomado una droga que me vendieran como "sal de baño". Me gusta saber qué droga consumo, porque es mi vida la que está en juego.
Aunque he tomado decenas de ellas, nunca he tenido el menor impulso de comerme a alguien.
Y si lo he tenido, era en la cama.

Hemos forzado a nuestros jóvenes, que quieren drogas, que usan drogas, que van a seguir usando drogas como se han usado en toda nuestra historia, a que las drogas que van a consumir tengan que estar cubiertas por el manto del desconocimiento.

Las sustancias ilegales, como la heroína, cocaína, anfetamina, MDMA, LSD y otras, se ven sujetas a la adulteración, precios y riesgos del mercado negro sostenido por la prohibición.
Las sustancias todavía legales, les ofrecen la posibilidad de elegir lo que consumen y hacerlo con unas medidas de precaución.
Pero una droga que te vendan bajo el nombre de "Ivory Wave", "Ninja Strong" o "Crack Powder" implica drogarse sin saber con qué ni con cuanto.

Debemos afrontar una regulación legal del mercado de las drogas.
Y eso sería lo que estaba pensando este buen señor, el Dr. Perry Kendall, cuando a pesar de no ser un defensor de la legalización de las drogas, pero siendo un alto responsable de la salud pública en Canadá, afirmó hace unos días que el consumo de MDMA puro por parte de adultos puede ser sano y seguro.

http://www.cbc.ca/news/health/story/2012/06/14/bc-ecstasy-adults-safe-health.html

Realmente en Canadá están -de verdad- preocupados por la salud de sus habitantes.
Saben que les gusta divertirse, y que les gusta tomar drogas. Y que eso no va a cambiar.
Pero que por culpa de la prohibición, ya llevan 16 muertos este año por pastillas con PMA y PMMA.

Y se han dado cuenta de que es preferible que tomen MDMA puro y que no mueran, a tener que acumular cadáveres por culpa de drogas que no existirían en la calle de no ser por la prohibición de otras.

Ojalá el buen razonar de los responsables canadienses en materia de drogas se extienda por otros países.


viernes, 29 de agosto de 2008

Test de Marquis. Probando 2C-B y 2C-I de forma comparada.

Ya se ha hablado alguna vez en esta página de la conveniencia de que las personas que consumen sustancias, apliquen medidas dirigidas a que su experiencia sea lo más positiva posible y al mismo tiempo, implique los menores riesgos.

Es la llamada política de Reducción de Riesgos, o como también se le llama ahora Gestión de Placeres y Riesgos, siempre asociado al consumo de drogas -legales o no- y a comportamientos asociados a esos contextos.

En muchas ocasiones se ha insistido en que lo primero que debe tener un consumidor, es responsabilidad para asumir sus actos, en todo momento.
Y eso comienza por algo muy sencillo (hoy día): conseguir información sobre dosis, efectos y otros aspectos de la sustancia que se vaya a consumir.

El segundo paso, sería siempre estar seguro de que la sustancia que se posee, que se compra, que alguien te ofrece, es la que crees que es. Alguna de las muertes asociadas a sustancias que usadas correctamente no presentarían ese riesgo, se debe a que las han confundido con otras.

Tomar una dosis de cualquier sustancia, implica elegir de acuerdo a lo que se busca, la vía por la que se tomará y la cantidad que se usará.

Ahí nos topamos con el primer gran problema. La información la adquirimos sin problema, pero ¿cómo saber que sustancia tienes en tus manos?
Cuando alguien compra cualquier droga en una farmacia, no tiene que preocuparse de ello: puede tener la seguridad de que -salvo gravísimo error- es lo que dice ser, y que contiene la cantidad que dice contener. Esto es equivalente a conocer la sustancia y la pureza, sabiendo que no lleva otros añadidos que puedan modificar su efecto y resultar tan peligrosos o más que la propia droga.

Los consumidores de drogas ilegales, pagan (además de grandes precios subvencionados por el gobierno) el pato de tener que comprar sin la certeza de qué es lo que compran.
La confianza en el vendedor, el que sea conocido, el que hayamos probado lo que vende otras veces, son los parámetros de referencia en los que nos movemos cuando se trata de sustancias ilegales. Es decir, ponemos nuestra salud en juego, y en manos de alguien.

Ese riesgo es el primero que se debe minimizar, o eliminar siempre que sea posible.

La única forma es saber que tenemos lo que queríamos tener. Y para ello, la mejor opción es usar los servicios de análisis de sustancias que ofrecen varias ONG, como Energy Control o Ai Laket!, aunque en ocasiones eso resulta imposible (y de hecho si todos los consumidores de drogas lo hicieran, necesitarían más personal para análisis que jueces hay en este país).

Cuando eso no es posible, en especial haciéndolo con antelación (lleva siempre algo de tiempo), deberíamos recurrir a otros métodos legales que nos permiten saber algunas cosas.
Son los test cromáticos. Y el más común para las sustancias psicoactivas es el test de Marquis.

Lo que un test como el Marquis nos puede decir, es qué tipo de sustancia tenemos delante.
Su uso es simple, aunque requiere ciertas precauciones. Y no tiene la fiabilidad de un análisis por otros métodos de laboratorio, pero ya ofrece un margen de error para la persona muchísimo más bajo que si sólo toma decisiones confiando en que lo que le den, es lo que dicen.

Según reacciona el reactivo de Marquis (que es una combinación conteniendo entre otras cosas ácido sulfúrico y formaldehido), cada sustancia da un color. O no lo da.
O comienza reaccionando en un color y luego va cambiando a otro, más rápido o más lento.
Eso nos sirve para poder descartar muchas cosas, y aproximarnos con un grado de fiabilidad aceptable a saber si tenemos la sustancia que creemos.
Y combinando la reacción de varios de estos test, se puede afinar casi hasta el 90% en alguna ocasión. Pero sólo con Marquis ya podremos descartar muchas cosas, aunque eso es para otro tema muy largo (en otra ocasión será).

Esta entrada es un ejemplo de su uso, sin entrar a explicar como se realiza correctamente, pero para que cualquiera se pueda hacer una idea de sus resultados.
Para el ejemplo se usan imágenes y datos de dos sustancias que son muy parecidas: 2C-B y 2C-I.
Una contiene un átomo de bromo (la 2C-B con sus famosos y supuestos efectos afrodisíacos y potenciadores del orgasmo) y la otra de yodo (ambas con efectos entactógenos a dosis bajas, y usadas en encuentros sexuales), en el mismo lugar en los dos casos. El resto de su estructura es idéntica. Podéis leer sobre ellas en el libro llamado "Pihkal", sobre feniletilaminas de A. Shulgin.

Para que el Marquis pueda ofrecer conclusiones aceptables, no sirve únicamente observar el color final (¿final en qué momento?). Hay varios "finales" en algunas sustancias, como en estas dos.

Aparte de que aún conservándolo en condiciones, en frío y sin luz, un test de marquis empieza a perder validez algo después de los 2 meses (se recomienda no pasar de 3, aunque a veces algunos vendedores digan que hasta 6 meses), muchos aspectos pasan desapercibidos si no se hace de forma adecuada.

Lo primero es que la luz sea suficiente y si no es natural, lo más neutra posible.
Lo segundo, que se haga sobre cristal -recordad que es ácido sulfúrico- y que bajo este, se coloque un material totalmente blanco, que permita ver la transparencia y matices de la reacción.

La concentración del marquis, también es importante. De hecho, en este caso, si el marquis hubiera estado menos concentrado y hubiera tenido mayor proporción de retardante que hiciera más lenta su reacción, se hubieran podido ver más diferencias.

Aún así, se han tomado secuencias de 3 fotos por segundo con trípode durante diferentes puntos de la reacción. Y se han seleccionado algunas para ilustrar.

Una vez preparada la pieza de cristal -llamada "porta" en ocasiones- sobre la que se va a hacer reaccionar la sustancia -una pequeñísima cantidad es suficiente- y el marquis, se dejan caer dos o tres gotas de marquis sobre la sustancia... y comienza la reacción en el acto.

Comenzamos el test con la 2C-B.
Esta primera foto es el instante en que la primera gota de marquis toca el 2C-B:

Lo más notorio de esta imagen es que apenas han transcurrido 0'3 segundos.
El color, viéndolo con los ojos y no con la cámara, es un amarillo con toque muy ligeramente verde.



La segunda gota cae sobre el 2C-B:


Ocurre lo mismo, un amarillo con ligero tono verdoso, pero la gota anterior, ya ha pasado a un verde oscuro.
Aquí han pasado 0'3 segundos desde la anterior gota.
La reacción es DEMASIADO RÁPIDA. Sobre todo si se pretende diferenciar dos sustancias con tanto parecido, habría que prestar muchísima atención.


Resultado del marquis sobre 2C-B en unos 10 segundos:



Este es el color que alcanza y que tiene cierta estabilidad, la reacción se ralentiza mucho pero NO desaparece del todo. Sigue reaccionando como veremos después. Luego se ve cual es el final de la misma.


En otro "porta" de cristal, limpio, colocamos la muestra de la otra sustancia, que en este caso es 2C-I. Y repetimos el proceso.

Marquis sobre 2C-I. Segunda imagen de una serie de 3 disparadas automáticamente en 1 segundo:


Es aquí donde se observa la mayor diferencia entre la 2C-B y la 2C-I.
La 2C-I en lugar de dar un tono amarillento con matiz verde en el primer instante, lo que da es un color marrón oscuro que muy rápidamente se va a un tono casi negro.
En la imagen se ven las dos primeras gotas sobre 2C-I, y la tercera cayendo sin tocar aún la sustancia.
Mientras que la primera gota que cayó, está ya casi negra, la que acaba de tocar la sustancia tiene el color marrón que adquiere inmediatamente.


Resultado "estable" de la 2C-I en unos 10 segundos:


Aquí se ve que el color es más oscuro que el que da la 2C-B. Un verde mucho mas oscuro (se nota más con la vista, pero fijaos en los bordes para notarlo aquí).
Como la gota ha quedado menos esparcida, los matices se perciben menos y hay que fijarse ayudándose del contraste sobre el papel blanco que está bajo el porta de cristal.


Comparación de las dos sustancias, poniendo juntos los dos "portas" con la reacción:


Colocando una plaqueta sobre el borde de la otra, tras haberlas inclinado un poco para poder observarlas bien.
El color azul, corresponde a la continuación de la reacción del 2C-B. En ese momento, puede llevar unos 5 minutos de reacción... y por eso ha llegado a ser azul.
El color verde es la gota del 2C-I, estirada sobre el cristal. En ese momento lleva algo así como 2 minutos de reacción.
Aunque sería bueno ver como han evolucionado las dos reacciones a la vez, de haberlo hecho así no se habrían captado los detalles que más diferentes las hacen en este test.


Otra foto tomada de ambas reacciones:


La plaqueta superior, con la gota desplazada al borde de un azul oscuro, es el 2C-B.
La otra, con la gota centrada, es el 2C-I continuando la reacción (se nota como el verde se va convirtiendo en azul), a los 4 minutos.
Aunque se ve la diferencia, cada vez tienden a igualarse más.


Imagen final de ambas reacciones (final absoluto, pasados ya más de 10 minutos):


Y aquí se ve como acaba la cosa.
Ambos compuestos, si uno se atiene simplemente al color de un punto temporal en la reacción, pueden no ser distinguibles en absoluto.
En este caso, cuando se metieron las plaquetitas -portas- en la solución con bicarbonato para eliminar el ácido sulfúrico sobrante, excepto por la diferencia de tamaño de ambas piezas de cristal y ambas gotas, no se podía distinguir que compuesto era cada uno.

El acostumbrarse a observar, medir tiempos, usar instrumental adecuado y la experiencia, facilitarán mucho el saber qué puede ser una sustancia. Y si se usa un marquis de igual concentración siempre, a la misma temperatura (este estaba a 3º grados), uno puede darse cuenta de que haya algo extraño, una mayor concentración (pureza) o menor, diluyentes, etc, aunque la única prueba segura para eso, no se puede realizar en casa y sin material y maquinaria especial. Pero esas son las pruebas que SÍ realizan las ONG's antes mencionadas, como Energy Control.

Lo ideal ahora, y teniendo sólo un método como éste de análisis (da igual marquis que otro de reacción cromática), sería poder hacer dos o tres preparaciones más de marquis, con distintos grados de concentración y retardante, para poder observar con más calma la reacción.

Como todo lo artesano y técnico a la vez, es una cuestión de práctica y método.
Pero cualquier persona, puede aprender en menos de 1 hora, y eso puede ser la diferencia entre una noche de fiesta, o una en el hospital.

Esta entrada no pretende enseñar a nadie a usar el test de marquis, aunque es muy sencillo, pero sí animar a la gente que consume a que si no pueden enviar las sustancias a analizar, por falta de tiempo, que compren un bote de test de marquis, y aprendan a hacerlo.
Otras sustancias que no son casi exactas entre sí, como estas dos, tienen reacciones mucho más claras y sencillas, como por ejemplo el MDMA, que al fin y al cabo es la droga de síntesis más consumida, bien sea en forma de pastillas o en forma de "cristal".

Y de esa forma, con cualquiera pastilla que probaseis con este test (un bote de 15 euros os sirve para 100 veces o más) podríais saber, si al menos lleva MDMA o MDA, o si por el contrario os están vendiendo otras drogas, más peligrosas, o incluso si os están dando una pastilla de azúcar.

Espero que os guste, os pique la curiosidad y os animéis a probar...
QUE NO OS ENGAÑEN!!

De que los consumidores aprendan a usar métodos para probar la calidad de lo que se les vende, depende en buena medida que lo que se vende, sea de mayor pureza, y de que muchos timadores, se queden sin posible negocio.


Symposion.

martes, 25 de marzo de 2008

Primeros contactos con la MDPV (o MDPK)

Hace unos días y aprovechando las vacaciones, un buen amigo (y viejo, amigo) me hizo una llamada y una proposición: "¿Quieres probar la MDPV?"
No supe que decir en el momento, tenía mis dudas y no me lo había planteado, pero sí que me apeteció al menos echarle un vistazo, ya que se daba la oportunidad.

Habían comprado entre algunas personas una pequeña cantidad, y esta persona (llamémosle "J" para preservar su identidad, ya que así lo quiere) tenía un cuarto de gramo de la dichosa sustancia. Para ser exactos tenía 243 miligramos.




Pasó por mi casa, y trajo 11 pequeños viales de cristal. Diez de ellos tenían 10 miligramos correctamente pesados, y el restante, algo más de 140 miligramos de la sustancia.
El aspecto de la sustancia, era el de una sal con ligero brillo, cristalino y con un color entre crema y marrón muy claro. Me recordaba a algún "cristal" de MDMA que había visto hacía poco, pero el marrón era diferente. Tampoco se me da muy bien eso de definir colores, y aunque intenté sacarle unas fotos con el móvil, era demasiado poco como para verse y de cerca se volvía totalmente borroso.

A pesar de que tenía cierto brillo, la sustancia parecía húmeda, y J me confirmó ese aspecto: al pesar las cantidades en que había separado en los viales, le fue difícil porque se quedaba adherida a la espátula.

El vial con los 140 miligramos, lo abrió y me lo dio a oler. Yo debía tener la nariz poco receptiva, porque me costó sacarle algún olor. Podía ser por el incienso o por el tabaco, pero cuando conseguí olerlo, me pareció algo nada sencillo de describir: por un lado tenía un cierto olor a materia orgánica mezclada y por otro lado me recordaba a un zumo que había bebido hacía días y que estaba ácido y estropeado.
Mi descripción del olor, aunque pobre, es menos grotesca que la que hacía J.
Textualmente decía que a él le olía como "el olor de una vagina tras horas de sexo sin preservativo, pero sin la parte agradable". No es textual del todo, he cambiado algunas palabras pero sigue manteniendo el mismo contenido la frase.

No quedaba claro como podía ser tan oloroso, siendo una sal, ya que supuestamente era clorhidrato de metilenodioxipirovalerona, y al estar en forma de sal no debería oler tanto. Pero no era el olor de ningún solvente típico que pudiera hacer pensar que eran restos de una síntesis. Le pregunté si había hecho alguna prueba con algún reactivo, y me dijo que no y que no conocía referencias sobre ese compuesto y pruebas con reactivos, pero que uno de los que habían comprado la MDPV, la había probado hacía meses y la daba por buena (y es alguien como para concederle cierta credibilidad).

"Venga, ¿te animas o no?"
Y dije que no. No porque no me fiase de la calidad de la sustancia, que en ese aspecto no tenía muchas dudas viniendo de quien venía, sino porque me daba algo de reparo a nivel cardiovascular, aunque me aseguraba que no era más fuerte que la cocaína en ese aspecto.

Así que abrimos unas cervezas (y unos zumos) y J tomó por vía oral 5 miligramos.
Entre cigarros y conversaciones, mirando cosas por internet, a los 20 minutos dijo que notaba un poco de malestar en el estomago, algo de ardor y un poco de presión en las sienes, y algo de estimulación.
A los 35 minutos decía notar el efecto, pero a oleadas, no de forma estable. En ese momento dijo que le recordaba a alguna feniletilamina.Y a los 45 minutos, el efecto se lo podía notar yo. J estaba animado, hablando mucho más efusivamente, y tenía una ligera midriasis. No había señales de bruxismo con esa dosis, pero sí se quejó del calor de la habitación.
A la hora tenía los efectos plenos, y decía que la cerveza le sabía estupendamente. Comparaba en ese momento la MDPV con una anfetamina, en concreto con la metanfetamina. El efecto era estable y era el de una estimulación intensa, psicológica y fisiológica. El pulso se le había incrementado en un 30% y estaba alrededor de los 100 latidos por minuto.

A pesar de las pupilas dilatadas, no decía notar ningún efecto similar al de la MDMA o al de algún enteógeno. Decidió redosificarse con lo que quedaba en el vial, otros 5 miligramos, también por vía oral.
Yo opinaba que mejor esperar, pero donde hay patrón no manda marinero. A los 75 minutos de la primera toma, repitió con la misma cantidad.

La estimulación se hizo más intensa, y se vieron las primeras muestras de ansiedad, al tener demasiada "energía" y no saber que hacer con ella. La conversación se hizo más monólogo y exteriormente sí podía confundirse con la MDMA, más confidente, más "cercanía" pero sin la calma y ese efecto "tranquilizador" que a la vez lleva el éxtasis. Yo en algún momento pensé que tal vez estaba mal pesado y miré los viales, pero es imposible distinguir con seguridad en esos márgenes de miligramos.

A los 150 minutos de la primera toma, J se fue. Había llamado a una amiga e iba a verla.
Comentamos antes de que se fuera que tal vez era una buena ocasión para ver si eso tenía algo de "sextasis".

El resto de la historia lo cuento a partir de sus palabras y con su permiso.
Al parecer el estar en la calle, cuando bajó, se le hizo incómodo, y hasta que llegó a casa de esa amiga, caminó bastante rápido. No se encontraba a disgusto, sino demasiado acelerado y sin nada en que emplear la energía. Dice que lo que sí notó en ese trayecto fueron las ganas de ponerse una puntita y probarlo por la nariz, y que en eso sí tenía algo de parecido al "craving" de la cocaína. El efecto estimulante es más largo que el efecto euforizante, es una de las cosas que le han quedado claras, y que la tendencia a dosificarse de nuevo está ahí y se nota mucho.

Cuando llegó a la casa, invitó a su amiga, y ambos se pusieron una puntita, hecha con un vial entero, separándola en dos partes, una para cada uno (5 miligramos esnifados). Al ser la cantidad tan pequeña, no sabe muy bien si quedó en la naríz o quedó en la garganta, pero que el sabor que le bajaba era de un amargor desagradable.

Para la mujer, parece que resultó más que suficiente, mientras que a él, se le reducía la euforia y se le aumentaban los efectos secundarios, con el impulso de tomar más, aunque no lo hizo en ese momento.
Entraron en terreno sexual, y parece que eso alivió la situación un poco "al tener algo que hacer". No me dice que sintiera ninguna ventaja a nivel sexual, sino lo contrario: dificultad en la erección y en el orgasmo.

Tras ello, él volvió a esnifar 5 miligramos de la sustancia, haciendo un total de 20 miligramos a lo largo de 5 horas. La impresión que comenta de ese momento es la de sentir la estimulación en pocos minutos, pero ya casi exenta de euforia.

Aunque siguieron despiertos buena parte de la noche, el alcohol y los porros de hachís de aceptable calidad (lo que ahora llaman "pakistaní") se encargaron de frenar los efectos de la estimulación que quedaba, para finalmente tener que tomar una benzodiacepina para dormir.

Al parecer la mujer sí comentó una cierta percepción algo alterada con cierto parecido a la MDMA, pero no se sabe si tenía que ver con la MDPV por si misma o por la combinación de sustancias. Al día siguiente, la mujer no tenía resaca alguna, excepto molestias en la garganta causadas por el tabaco y los porros.

El protagonista del relato sí que destaca una molesta resaca, con el estomago revuelto, dolor de cabeza, y el humor bastante decaído, según él "hasta rozar lo agresivo por nimiedades", y mayor que la que tendría con otras sustancias más comunes como anfetamina o MDMA.La opinión que le queda de ese primer contacto con la sustancia, es que sí es "adictiva" en el sentido en que tiendes a repetir la toma de forma compulsiva cuando la parte más eufórica se desvanece -aunque en eso también puede tener que ver el patrón de consumo de cada persona con las drogas- pero que la forma ideal para él hubiera sido tomar una sola dosis de 10 o 15 miligramos por vía oral y no repetir.
Es según J, una droga que casa bien con el alcohol y el cannabis, pero con un bajón anímico muy duro.
El tema cardiovascular parece que también se nota afectado, si no de forma tan brusca como ocurre a veces con la cocaína, sí de forma más duradera, y cuando se esnifa hay momentos de fuertes acelerones en el ritmo cardíaco.

Hay que tener en cuenta que quien ha brindado los datos de este relato, es alguien con un cierto consumo frecuente de estimulantes, por lo que las sensaciones eufóricas, al ser dependientes de la liberación y cantidad de dopamina, pueden estar infravaloradas y ser más eufórica en personas sin un uso frecuente de este tipo de drogas.

Y esto es todo de momento. Desconozco sí ha vuelto a probarla aunque me dijo que me mantendría informado, pero que iba a probar su uso como estimulante en su trabajo con esas dosis de 10-15 mgs por vía oral. Espero que se anime y lo cuente él mismo aquí.

En cualquier caso, muchas gracias por la invitación y por toda la información que puedas brindar. Siempre es bien recibida.
Un abrazo, J.

viernes, 1 de febrero de 2008

Un nuevo research chemical: la MDPV o MDPK


Desde hace unos días vengo leyendo sobre una curiosa sustancia, que ha entrado en el mercado legal de los research chemicals, la MDPV que también es llamada en algún sitio MDPK.

Y parece algo que puede ser realmente interesante, y en la misma medida, puede ser peligroso.

Su nombre completo es Metilenodioxipirovalerona, y al menos hace 40 años que ya fue sintetizado y estudiadas sus propiedades como estimulante. No parece que lo fuera de forma extensiva, aunque dentro de su familia química resultó ser la más potente y la menos tóxica o con menos efectos secundarios.

No la había visto antes en el mercado legal, al menos con ese nombre, y parece que empieza a tener una demanda creciente. Eso tiene varias razones posibles.

La primera y más evidente es parte de su estructura química, que contiene el grupo metilenodioxi pegado a un anillo de benzeno, y eso da pie a todo tipo de especulaciones pseudo-químicas sobre sus efectos, al compararlo inevitablemente con la prohibida MDMA.

La siguiente, es que la poca información que hay sobre esta nueva sustancia, parece indicar que tiene interesantes efectos estimulantes, similares para algunos a la cocaína, y no es extraño ya que actúa bloqueando la recaptación de la dopamina y la noradrenalina -es decir, de forma muy parecida a la que actúa la cocaína- al menos hasta donde se conoce su mecanismo de acción, siempre recordando que es una sustancia experimental. Además, estructuralmente, no le falta parecido con esta vieja sustancia. Otros la comparan con el metilfenidato o Ritalín.

Y la última, es que parece ser una sustancia bastante adictiva y que genera rápida tolerancia. Los informes que hay sobre su consumo apuntan a reacciones muy diferentes según sus consumidores, con efectos que parecen variar entre las 3 y las 5 horas, o con otros que se van redosificando cada cierto tiempo en dosis que son muy distantes entre sí: algunos tomando de 3 en 3 miligramos, y otros redosificándose cada poco con dosis de 15 mgs y 10 mgs, hasta haber consumido en 5 o 6 horas, 80 miligramos de esta sustancia, y además por una vía más potente que la oral como es la de esnifarlo.

Para rematar la publicidad que puede estar recibiendo este compuesto y que puede que se haga conocido en menos tiempo que otros, es que hay quienes aseguran que produce sensaciones de excitación sexual y afectiva (tipo empatógeno) como la MDMA, y a la vez la estimulación de una metanfetamina.
Eso lo convertiría en una especie de afrodisíaco de nueva creación y un rápido best-seller.

Si las drogas siempre venden, el sexo aún más.
Y si a una viagra le añadimos semejante compuesto, si eso que aparece como información en la wikipedia fuera cierto, tendríamos el deseo, los momentos de ternura y comunicación afectiva, el estímulo general asegurado y una erección de piedra. Una bomba sexual.

Posiblemente esta última parte del tema sexual y afrodisíaco puede que sea sólo en parte algo cierta para algunas personas, como para otras lo es la 5-MeO-DiPT, o la 2C-B, pero desde luego no parecer ser algo que se pueda generalizar. Y contando tan sólo con 4 reportes en Erowid, no se puede saber hasta que punto alguno o más de uno pueda ser un interesado vendedor haciendo publicidad.

El precio de la MDPV es ahora mismo realmente bajo. Se puede conseguir por 35 euros 1 gramo de la misma, comprando 10. Y como hemos dicho sus dosis están muy por debajo de lo que es habitual para los compuestos de la familia de las MD.

Todo eso hace que, a mi entender, sea una sustancia que puede tener bastante interés, desde por razones de su estructura química, por sus efectos. Pero también que puede irrumpir en el mercado, aprovechando que es legal, simulando ser cocaína, metanfetamina, MDMA, o lo que el vendedor sin escrúpulos quiera hacer creer a su comprador que es.

Y como siempre, al tomar un RC, se está siendo un conejillo de indias, y como mínimo se ha de tomar en condiciones de seguridad y conocimiento de la sustancia y cantidad de la misma. Eso no ocurriría si fuera usada para suplantar a alguna de las ya prohibidas, y que tienen una demanda asegurada.

Aunque tal vez, dentro de 30 años, se conozca ampliamente, y se haya mostrado generosamente inocua (que lo dudo), y esto sea sólo exceso de precaución. Pero mejor quedarse corto de dosis y largo de cuidado, que viceversa.

Hay otra cosa que creo que es importante comentar.
También tiene que ver con otro RC, el Bromo-DragonFly, que es una anfetamina enteógena de muy alta potencia y larguísima duración, y algo errática en su respuesta según personas.
Si hasta ahora, y debido al cuidado que había que tener al manejarla, no se le vendía a cualquiera en todos los sitios, ahora hay proveedores que han comenzado a venderla sobre secantes o blotters, con una dosis de 500 microgramos. Y esto, para una sustancia de larga duración, aún no del todo conocida, y que sus dosis se suponen entre los 200 y los 800 microgramos, es una muy generosa cantidad.

Ponerlo tan fácil puede venir bien para quien la quiera usar sin tener que disponer de material de precisión, pero también la puede servir en bandeja para impresentables con ganas de timar a otros, con el riesgo de la salud ajena.

Ante todo, mucha calma -decía Siniestro Total- y de paso, ante todo, mucho ojo.
Más vale prevenir que curar, y más cuando no siempre hay una cura -y siempre "curas"- para un mal final.

Quede esta entrada como noticia, pero también como aviso. Cada vez, los consumidores de sustancias, tienen más y más motivos para analizar cualquier cosa antes de consumirla.

Symposion.



miércoles, 19 de diciembre de 2007

La mosca mágica: el 2C-B y su 2C-B-FLY

El reverenciado abuelo Shulgin (cuesta llamarle abuelo viéndole y pensando que aun le queda tiempo para llegar a los 102 años que el día 11 de Enero cumplirá Albert Hofmann con envidiable salud) creó en 1974 una maravillosa molécula a la que bautizo como 2C-B.
Estaba jugando con las fenetilaminas de 2 carbonos en la cadena, de ahí el 2, y esta llevaba un átomo de Bromo en la 4ª posición del anillo benzénico, de ahí la B.
Algo se ha contando ya en este blog al respecto de esa sustancia, como por ejemplo su especial suavidad en dosis bajas, y su curiosa capacidad para no enturbiar el aspecto sexual del varón como hacen otros enteógenos.

Eso, su aspecto benigno y su potencial para lo sexual han sido lo que le dieron fama, y el resto ya se encargo la prohibición de hacerlo.
Pero quede como dato curioso, que esa 2C-B, que había salido del laboratorio de un químico en los USA, es tal vez el primer compuesto que se ha usado por chamanes tradicionales de forma habitual en sustitución de sus plantas de poder.
En Sudáfrica, se le dio el nombre de Ubulawu Nomathotholo, que significa algo así como "medicina con la que nuestros ancestros nos cantan".

Los sangomas sudafricanos, que por el cambio en los modos de vida se habían trasladado a la gran ciudad, habían perdido el recurso de usar las plantas que conocían para curar, para meditar, para ayudar a sus enfermos. Y una empresa, antes de la prohibición, sacó al mercado esa sustancia con ese nombre, y esos chamanes que no tenían recursos, empezaron a usarla masivamente para ayudar a los que a ellos acudían en busca de consuelo físico o espiritual.

Evidentemente, y ya que los enteógenos no son una película de cine en la que todo el mundo ve lo mismo, ellos veían animales que les hablaban, y a sus deidades que les comunicaban cosas.
Ellos veían lo que correspondía a su bagaje cultural y forma de estructurar la visión del mundo.

No todo podía ser perfecto. Llego la prohibición, y debido a la demanda, posiblemente Sudáfrica sea uno de los países con mas Nexus o 2C-B en el mercado negro. Pero ahora ya de forma ilegal, y con los riesgos de adulteración y contacto con mafias y entorno criminalizado para poder obtenerlo.

Volvemos a la 2C-B y a su mosca.
Muchas drogas han sido creadas solo por químicos, como ejercicio digamos de tipo gimnástico.
A veces ha quedado descrita su síntesis, y algunas veces se las ha enviado a ser evaluadas con animales (como paso con la MDA o la MDMA).
La 2C-B fue testada con humanos deseosos de hacerlo.
Y para el resto valió la estúpida prohibición de la D.E.A. (Dando Estupendamente por el Ano), pasando de ser algo de pocos, a ser algo de muchos que tal vez algunos no deberían tocar.

Ya entonces algunos habían comenzado a atisbar que en matraz del químico había infinitas posibilidades, más desde luego que en la naturaleza con su limitado campo.
Aquí, el límite está en la imaginación y la pericia.

Otro señor, físicamente parecido a Shulgin, llamado David E. Nichols, llevaba un tiempo trabajando con nuevas moléculas, que nunca habían sido probadas en humanos, pero si en animales bajo el paradigma de la comparación con la LSD. Desde lisérgicos compuestos de potencias superiores a la propia LSD, a nuevos núcleos que imitaban caprichosas formas pero que tenían en común la activación de ciertos receptores serotoninérgicos.

Y aunque no fue una síntesis suya, si no me equivoco, la nueva creación salió de su laboratorio y de su grupo de trabajo. El 2C-B-FLY, llamado así por su parecido con una mosca, al tener dos anillos heterocíclicos con un oxígeno cada uno, pegados al esqueleto original de la 2C-B.
Ojo, existen muchas variaciones de esta misma nueva familia de triple anillo, que incluso para los habituados a estas cuestiones resultan difíciles de comprender.
Por ejemplo, existe la 2C-B-FLY, y también la 2C-B-DragonFLY, o la Bromo-DragonFLY (Libélula, que lleva a su vez un tercer carbón que lo convierte en anfetamina), y la diferencia, es que existe un doble enlace en los grupos heterocíclicos (cuando el nombre lleva el grupo "Dragon"), pero eso hace que no sea la misma molécula y que sus diferencias puedan ser abismales.

Existen poquísimos informes de su uso en humanos. Incuso páginas como Erowid, apenas cuentan con información sobre ellos. Y de hecho, no hay un claro consenso en cuanto a la dosis a usar en el caso del Br-Dragon-FLY, en el que según la partida que había en el mercado, la dosis era de entre 100 microgramos y 800 microgramos (millonésimas de gramo), o de 500 a 1600 microgramos, con una duración de sus efectos de entre 12 y 24 horas, con un tiempo de "recuperación mental" de unas 36 horas.
Como veis hablamos de usar entre 2 y 5 veces más según una partida de la sustancia u otra.
Y eso con una sustancia que apenas ha sido probada en humanos.

Esa sustancia ya está en el mercado.
Ahora mismo se pueden comprar 50 miligramos de Br-Dragon-FLY por 250 dólares, que son 174 euros. ¿Caro? Ridículo. 50 miligramos serían entre 500 y 100 dosis, así que cada una sale entre 1'7 euros y 40 céntimos (y hablamos de forma legal).
Pero ésta es una de los pesos pesados de la enteogenia, por suerte, y la gente en general huye de estas sustancias de potencia descomunal.

Volviendo a la más suave 2C-B-FLY, esta sustancia cuyo margen de uso es más sencillo ya que la dosis mínima empieza a los 10 miligramos y sus efectos son muchísimo más suaves que los de sus otros primos, contó con un apoyo imprevisto hace años que aún perdura en la memoria colectiva.
La investigadora y terapeuta Ann Shulgin (la exposa de Shulgin, Shasha) comentó en una ocasión que a ella le había resultado una sustancia deliciosa, y con un potencial erótico tremendo.
Eso, en boca de esa persona, y sumado a la sugestión pseudo-química que produce que sea una variación compleja de la prohibida 2C-B, ha hecho que sea una sustancia muy buscada en determinados círculos.
Sin embargo, los informes que hay sobre su uso, hablan de que es una sustancia suave, e incluso que no es muy interesante.

La propia Ann Shulgin comentaba hace unos meses el efecto que causaron sus palabras sobre la 2C-B-FLY, y haciendo hincapié en la importancia que tiene la individualidad en este terreno, contando como por ejemplo para ella era algo estupendo, pero para otros no merecía la pena.
Y eso en boca de la mujer que posiblemente más drogas enteógenas ha probado.
Como ejemplo también citaba sus experiencias con ayahuasca, en las que siendo una sustancia increiblemente prometedora y usada por miles de personas en diferentes contextos legales, y que en nuestro país cuenta con grandes defensores como el psicólogo Manuel Villaescusa o el farmacólogo Jordi Riba, a ella y a su marido es una sustancia que nunca les ha sentado bien, y que incluso narra como bajo los efectos de la misma, escucho en dos ocasiones una voz que le "decía" que no volviera a acercarse a ella... Y eso tratándose de un enteógeno, es para tomarlo en serio.

Pues también en breve va a haber 2C-B-FLY en el mercado. Hay que tener siempre en cuenta que estamos tratando con research chemicals, y que eso implica asumir unos riesgos por su uso nada despreciables, en los que actuamos como auténticos conejillos de indias.
Se puede comprar ya al precio de 500 miligramos por 525 dólares, que son 365 euros.
Eso 50 dosis mínimas, que saldría cada una por unos 7 euros y poco.
En este caso no, pero en el caso de la Bromo-Dragon-FLY, valdría con respirar cerca de la sustancia para tomar una dosis más que efectiva. Cuidado, que esto NO ES UN JUEGO.

Son delicadezas que la gente que ha probado muchas sustancias, tiene ganas de probar, como si fuera una peregrinación buscando, en palabras ajenas, "esa droga que tal vez no exista", y que sea la que a ellos les hace sentir mejor, o les resulta más útil para sus propósitos.

Realmente lo que se nos viene encima es algo que no alcanzamos a imaginar en el ámbito de la química cerebral. Se calcula que las sustancias disponibles, incluidos los research chemicals, se van a multiplicar por 10 en pocos años. Shulgin está escribiendo su tercera gran obra, que será un index al estilo Pihkal con más de 800 sustancias y sus rutas de síntesis.

Y aún con ese Index mágico de la enteogenia, seguirán abriéndose nuevos campos con otras moléculas según se vaya avanzando en el conocimiento de la química cerebral.¿Vamos a seguir manteniendo una prohibición estúpida que cuesta millones de euros a cada estado para intentar detener la lluvia que la propia prohibición ha provocado?¿O por fin vamos a poner las sustancias en manos de quien deben estar, como médicos, terapeutas, farmacólogos, y adultos con libre capacidad de elección que no sean criminalizados por las opciones que elijan para su mente?

Alguien tenía la mosca detrás de la oreja... ahora la tienen todos delante de las narices, y con esa cara de bobos que gastan, boquiabiertos, acabará metiéndoseles en la boca.

P.S: Parecen iguales... ? Encuentre las dos diferencias. Para ver más variaciones, WIKIPEDIA.

P.P.S: LA FAMILIA xC-B Y LA FLY AL COMPLETO, IMPRESCINDIBLE IMAGEN (que por tamaño no puedo incluir). Pincha arriba y llévatela a casa, por Navidá.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Polimorfismos genéticos y medicación individualizada.

Hace unos días, en la anterior entrada y sus comentarios, hablábamos de qué variables había que tener en cuenta a la hora de dosificar un fármaco. En un comentario yo hacía mención a las más habituales y aplicables a día de hoy.

Y hacía también una mención a las que serían de esperar al día de mañana, en un futuro que yo pensaba más lejano. Esas eran las variables que dependían de la carga genética de cada individuo, sus genes, y de las consecuencias de las diferentes expresiones a nivel proteico de ese material.
Genotipo y fenotipo, que son los que nos llevaban a hablar de terapias individualizadas en función de los polimorfismos genéticos que en cada persona provocasen que las medicaciones y otras drogas provocasen reacciones diferentes, o de diferente intensidad, duración y efectos secundarios.

Aunque ese hecho es conocido y estudiado desde hace mucho tiempo -al menos desde que se fueron descifrando partes de nuestro genoma- no parecía probable que se llegasen a aplicar sus descubrimientos dado que para ello, hacían falta estudios genéticos de los receptores de cada medicación, y esto de momento acarrea unos costes que son demasiado fuertes como para que eso se extienda a toda la población de consumidores de fármacos.

Aunque esta opción es a todas luces la que se seguirá cuando económicamente sea viable, de momento pocos estudios prácticos se habían llevado a cabo, y casi siempre habían estado centrados en los aspectos genéticos de ciertas patologías, y en la investigación y lucha contra el cáncer.

Pero hoy me alegra traer a esta página una buena noticia, que lo será aún más si pasa de ser una excepción a una costumbre.

El servicio de Bioquímica Clínica y el de Psiquiatría del Hospital Clínico Universitario "Virgen Vega" de Salamanca, ha comenzado a desarrollar un estudio médico para adaptar, en base a nuestra carga y expresión genética, la medicación que se le da a pacientes psiquiátricos.

De momento se han tomado como muestra para el estudio a dos grandes grupos, uno formado por pacientes que son tratados con neurolépticos o antipsicóticos, y otro compuesto por personas que reciben medicación antidepresiva.

Al frente del estudio esta la doctora e investigadora María Isidoro García, con amplia experiencia en otros estudios de las diversas expresiones genéticas, y que ya puede poner en marcha gracias a la llegada de material puntero en investigación, como es una plataforma de genotipado de alto rendimiento.

Tal vez alguien se pregunte que relación tiene esta noticia con el contenido habitual de esta página. Por un lado, ya estamos hablando de fármacos, y más concretamente de fármacos psicoactivos.
Pero además, lo que a algunos -los mas curiosos en esto de la farmacofilia- nos puede interesar, es que dicho estudio está básicamente centrado en el citocromo P450 y sus subtipos.

¿Qué es eso del citocromo?
Los citocromos son estructuras proteicas que cumple diversas funciones en el metabolismo animal y vegetal. Desde procesos como la fotosíntesis en las plantas a procesos como la acumulación de energía química en la ATP (adenosina trifosfato) animal, que es nuestra mayor moneda de intercambio energético.
Otros de esos citocromos tienen funciones enzimáticas, catalizando modificaciones químicas en diversas moléculas de todo tipo.

Pero el citocromo P450 y sus variantes, son de especial relevancia para los consumidores de psicofármacos, ya que son responsables de la metabolización y desactivación de más del 90% de los productos con actividad psíquica.
De esta forma, cualquier cambio en su estado, función, inhibición o potenciación, tiene como resultado que una sustancia sea más o menos activa, tenga más o menos efectos secundarios, y pueda oscilar entre provocar una sobredosis o no resultar útil para el fin que era administrada.

Y esto cobra mayor relevancia aún cuando se trata de medir las interacciones entre distintos fármacos, o entre fármacos y ciertos alimentos que actúan aumentando o incapacitando la actividad enzimática de este importante desconocido.

Este estudio nos dará sin lugar a dudas más información sobre la delicada relación de ciertos genes, como se han expresado, y las consecuencias prácticas sobre ello.
Todo esto, claro, basándose en estudios genéticos, que si ahora no son la norma, en el futuro sí lo serán, y posiblemente un ordenador que se conecte a un chip donde tengamos nuestra estructura genética almacenada nos diga que tomar, o que evitar tomar.

Yo hablaba hace unos días de futuro, pero aunque faltan muchos estudios en ese aspecto, es algo disponible ya, pero con la eterna traba económica.

Más datos sobre el estudio.
Con una pequeña muestra de ADN de la persona, y tras ser sometida a una multiplicación de la misma por la PCR (reacción en cadena de la polimerasa) y secuenciada, esta sera colocada en un pequeño chip que será leido por un ordenador, que traducirá mediante un software específico las implicaciones que ese ADN tenga con respecto a el citocromo P450 y subtipos.

Para eso se usará el "Amplichip cyp450" de los laboratorios Roche, que podéis ver en ese link junto con una explicación de su utilidad y objetivos. La versión en inglés de la web da alguna información más, como por ejemplo sobre que substratos actúa dicho citocromo y algunas de sus variaciones o mutaciones.

Después de haber visto tan cerca el uso de estas nuevas tecnologías, me inclino por pensar que tal vez en menos de dos décadas, sean de uso común. Y que las próximas generaciones de psiconautas no sólo tendrán que leer y buscar información sobre dosis y pureza de sustancias, sino que podrán estar mejor preparados disponiendo de su información genética y con medios para acceder a saber como esta les influye con una u otra substancia, mejorando la reducción de riesgos asociados al consumo y la calidad de sus experiencias.

Y me gustaría terminar esta entrada aquí, con una buena noticia nada más.
Pero creo que no debo dejar de hablar de un tema que ha afectado a toda la familia de usuarios de enteógenos: la prohibición total de venta de hongos psilocibios (con psilocibina/psilocina) en los Países Bajos.

La noticia ha caído como un jarro de agua fría hace unos días, haciéndose eco de ella los medios con su habitual desinformación en este tipo de asuntos.
Casi todos ellos han dado la noticia como si fuera la consecuencia del trágico suceso en el que una chica francesa menor de edad, se había arrojado por un puente en Amsterdamn tras consumir, entre otras cosas, supuestamente estos hongos.

La verdad es que ese hecho no ha tenido mucho que ver en su prohibición, que era algo perseguido por ciertos sectores conservadores, proclives al manejo de drogas desde el punto de vista de la prohibición en lugar de apoyar la reducción de riesgos.

Uno de los argumentos esgrimidos es que las llamadas a ambulancias y asistencias a hospitales por malos viajes (ya que no hay casos de muerte por esos hongos) habían pasado de 70 en el 2005 a 128 en el 2006.
Pero no parecía importarles que 9 de cada 10 casos era protagonizado por un turista, en su mayoría de origen inglés. Y además, esto ocurría curiosamente, desde que se clasificaron como droga tipo A (equivalente a las peores condenas penales) en el Reino Unido.
Es decir, la política de educación y tolerancia ha dado sus frutos en Holanda, que consumía miles de kilos de hongos frescos cada año.
Pero el mal uso de algunos turistas que huyendo de la prohibición en su país los buscaban allí ha acabado por darles una excusa a los legisladores para complacer al resto de fracasados países que con la prohibición como bandera, no les queda sino envidiar la ausencia de problemas que tienen los ciudadanos holandeses con respecto a las drogas.

He estado atento a los cambios que eso podía producir en la venta de hongos a través de internet, y aunque se han hecho eco de la noticia, prácticamente siguen estando disponibles donde antes lo estaban.

Personalmente no creo que esta prohibición vaya a afectar a los hábitos de consumo de los amigos de las setas. A día de hoy y como dijo Escohotado, la oferta es tan amplia y accesible, que el consumo ya no se elige en función de su legalidad. Es sólo la fachada de la "guerra perdida contra las drogas".

Pero sí soy consciente de que precisamente los menos experimentados, los menos informados y por lo tanto los más vulnerables, si se ven privados de un acceso fácil y sin criminalizar a estas setas, pueden inclinarse por otras opciones que les sean más cómodas, a la hora de comprar.

Y en lugar de acceder a una sustancia cuyos efectos son, dentro de los enteógenos clásicos, unos de los más benignos y de menor duración, pasen a vérselas con otras drogas cuyos efectos son más duraderos, intensos, desconocidos en su totalidad por ser research chemicals como el DOB, o imposibles de dosificar con certeza por su status y presentación, como la LSD.

Para el profano todo esto puede sonar parecido, pero no se equivoquen porque no lo es.
Es un paso atrás en detrimento de los derechos y la salud de muchas personas.

martes, 17 de julio de 2007

La etnobotánica y otros research "chemicals"

El término research chemicals se viene aplicando desde hace tiempo para referirse a los productos químicos de nuevo cuño que aún no están suficientemente investigados como para poder tener una imagen completa de ellos.
No se suele conocer ni su dosis letal media, sus mecanismos de actuación, ni la farmacocinética y otros muchos aspectos de los mismos.
Esto es así por falta de estudios suficientes, porque solo se han realizado sobre animales, porque falta experimentación en humanos y porque las muestras que puede haber de auto-experimentación no están controladas y son insuficientes.

El arriesgarse a experimentar con estos compuestos de nueva síntesis, exige a quién pretenda hacerlo, unos cuidados superiores a los que se deberían tomar con otras sustancias de sobra conocidas y utilizadas. El uso de básculas de precisión, correctos cálculos a la hora de dosificar productos en disolución, una buena y exhaustiva investigación previa sobre lo que otras personas que hayan usado el compuesto puedan indicarnos sobre sus efectos, intensidad duración, así como cualidades de los mismos, puede evitarnos desagradables sorpresas.

Dada la falta de interés oficial, a nivel mundial, por estudiar todos aquellos compuestos que pueden brindarle al ser humano experiencias de apertura de la conciencia o los sentidos y sus usos en humanos, los que deciden experimentar con estas sustancias se pueden considerar exploradores en el límite de la química y el alma, y con el mismo cuidado que quién pisaría una capa de agua helada en un territorio desconocido deberían moverse.

Esto que digo parece obvio para aquellas sustancias que son nacidas de la síntesis química, pero existe una mayor despreocupación, o una falsa sensación de mayor seguridad cuando las sustancias son de origen natural.
Esa sensación viene de la errónea concepción de que lo natural es preferible y mas sano que lo que esta sintetizado en un laboratorio. Esa distinción, la realiza sólo nuestra mente (la de algunas personas) pero no nuestro organismo. A nuestro hígado, riñones, o cerebro le da exactamente igual la procedencia de la sustancia con la que entra en contacto, y es incapaz de distinguir cual viene de un matraz y cual de un jugoso chuletón.
Por más que dedicásemos una vida entera a intentar que nuestro cerebro distinguiera entre un aminoácido salido de la carne o de una síntesis, no conseguiríamos nada.

Resulta pues, para lo bueno y para lo malo, que parecidas precauciones deberíamos emplear a la hora de probar sustancias que provengan del mundo vegetal.
Desde que en la década de los 60 se expandiera de forma incontrolada el uso de sustancias enteógenas y sobreviniera a ese uso una irracional prohibición, que dejaba fuera del mercado legal y fuera del posible uso en humanos de las mas conocidas y posiblemente las más seguras, como la LSD, mescalina o psilocibina, los interesados en este tipo de experiencias empezaron a buscar nuevas fuentes que de otra forma no habrían despertado mucho interés, ya que la mayoría aspiran a poder emular lo que las prohibidas pueden lograr con certeza.

La búsqueda de embriagantes de todo tipo en el mundo vegetal resultó ser la otra vía, la no-química, para evadir prohibiciones. De ahí a que un campo como la etnobotánica, que era privilegio exclusivo de unos pocos valientes, como Richard Evan Schultes y otros personajes de corte más académico que hippie y que fueron los que acercaron al conocimiento occidental los primeros enteógenos que habían sido usados durante milenios por otras culturas, resultó ser un nuevo mundo por descubrir para todos aquellos a los que las prohibiciones habían cortado las alas en el terreno de la psiconáutica.

También para aquellos que quedaron sorprendidos por las experiencias que les brindaban los compuestos ya ilegales en las últimas décadas del siglo XX, se tornó en un campo de interés que a primera vista parece inagotable fuente de nuevas sustancias, con el principal atractivo de que resultan ser legales, aunque la estupidez humana se sigue empeñando en convertir en frutos prohibidos.

Ya en los años 80, antes del auge de internet, existían en la redes BBS, documentos que hablaban de largas colecciones de plantas y también de algunos compuestos químicos, todos ellos bastante exóticos por aquel entonces, que ahora se pueden encontrar en cientos de páginas en la red con información al respecto o para su venta por correo.

Ahora conseguir Salvia Divinorum, kits para hacer ayahuasca, hongos psilocibios, o una miriada de plantas con los compuestos más curiosos resulta bastante sencillo.
Muchas de esas plantas, han tenido un uso ancestral y está bien documentado, y son por lo general bastante seguras -siguiendo las pautas que vienen marcadas por su uso tradicional- pero que no por ello son inofensivas, o hay que perderle el respeto a combinarlas o a usar extractos concentrados de las mismas.

Una de las mejores páginas en cuanto a surtido de materiales exóticos he conocido es www.ethnogarden.com que no sólo vende lo que otras páginas habituales suelen tener, sino que incluye en su selección de extractos y productos concentrados algunos casi únicos.

Venden por ejemplo un compuesto que nunca ha sido fiscalizado, pero que su precio resultaba prohibitivo, que es el muscimol extraido de la Amanita Muscaria y Pantherina. Su extracto de alcaloides, con un 90% de muscimol y entre un 5-10% de ácido iboténico, se encuentra a un precio bastante asequible de unos 80 euros por 25 miligramos o 240 euros por 100 miligramos, y pretenden bajar aun más su precio si les es posible.
Esto permite experimentar con uno de los alcaloides de efectos más curiosos, y cuyo mecanismo de acción, a diferencia de la mayoría de enteógenos, no está relacionado con la serotonina.

También tienen un importante surtido de alcaloides relacionados con uno de los vegetales que ha sufrido la prohibición en algunos países hace pocos años, y es el Kratom o Mitragyna Speciosa.
Esta planta, que se encuentra principalmente en algunos países del sudeste asiático, ha sido utilizada como sustituto del opio, y también comparte muchas de las propiedades del mismo.
Si bien no tiene opiáceos en su composición, sus alcaloides, son agonistas de los receptores opióides en el cuerpo humano. La mitragyna es su principal alcaloide, y tienen un extracto del 91% de pureza de su clorhidrato.
Incluye su catálogo, en forma de tinturas, otros dos alcaloides más, la 7-acetoxy mitragyna y la 7-hidroxi mitragyna, y un grupo de soluciones con diferentes proporciones de estos alcaloides para uso como analgésico. Todos estos alcaloides, están comenzando a ser objeto de estudio más serio ya que parecen prometedores en terapias de tratamiento de adictos a opiáceos, pero deberían ser considerados, por el momento, como research chemicals, aunque su origen sea natural.

Estos alcaloides poseen un núcleo indólico y bastante parecido con los alcaloides de la Voacanga Africana y de la Tabernanthe Iboga. De estas dos plantas también tienen sus alcaloides en venta, con un clorhidrato de ibogaína del 98% de pureza, y con un extracto con un 95% de alcaloides de la Voacanga, íntimamente relacionados con los de la iboga.
La ibogaína y su fuente vegetal, son los sacramentos del culto Bwiti, y su efecto resulta ser estimulante y enteógeno, pero con una fuerte carga de toxicidad para el cuerpo. Si bien han sido y son usados en terapias de dependencia de opiáceos, hay casos de muerte con dosis altas o muy altas de la planta o sus principios activos.

La lista de extractos y concentrados que venden es muy grande, con productos típicos como un concentrado de yohimbina, aceite esencial de ajenjo (que contiene las tujonas que hacen psicoactiva a la absenta), la teobromina del cacao (98%), la alfa asarona (98%) o el bromhidrato de arecolina (99%), etc. Todos ellos psicoactivos de una u otra clase.

Tienen dos nootrópicos, el piracetam en forma pura y un compuesto menos conocido como el fenibut, con efectos similares tanto al diacepam como al piracetam.

Como curiosidad, decir que también venden aceite esencial de sasafrás, que contiene hasta un 80% de safrol, y que resulta una de las mejores rutas para la síntesis de MDMA.
Pero suele estar siempre agotado... ¿por qué será?

Para terminar esta entrada y volviendo a su título, la etnobotánica puede brindarnos muchas cosas aún por descubrir, y bienvenido sea todo lo que amplíe el espectro de sustancias que pueden usarse para inducir cambios voluntarios en nuestro estado y conciencia, pero en el caso de algunas plantas o de formas muy refinadas de sus principios activos, de las que no existe suficiente experimentación e información, ni tienen miles de años de uso en humanos como el opio o el cannabis, cabría tratarlas como se debería tratar a los research chemicals de origen sintético.

Que la psiconáutica avanza gracias a los pasos de aquellos valientes que se atreven a explorar lo desconocido es un hecho, pero no por ello debemos aventurarnos sin las debidas precauciones.
Si una máxima heredada del derecho romano es "in dubio pro reo" (en caso de duda, a favor del acusado), aquí podríamos establecer que en caso de duda, la dosis más baja.

Siempre habrá tiempo así de ir más allá.

viernes, 1 de junio de 2007

Nuevos Research Chemicals en el mercado legal

Como era de esperar, la prohibición sobre sustancias como la MDMA y otras análogas está haciendo que se abran nuevas vías para obtener compuestos que sin vulnerar la ley, procuren efectos similares a quién los busca.

Hace relativamente poco la beta ketona de la MDMA, o Methylona saltó como alternativa viable al prohibido -y mucho más barata- éxtasis. Un simple átomo de oxigeno en la posicion beta de la cadena de carbonos de la MDMA convertía a la sustancia en legal.

Por supuesto, la sustancia no tiene exactamente los mismos efectos, y es infinitamente menos conocida, con los riesgos que ello conlleva, pero ya que se obtiene de fuentes legales al menos permite conocer su exacta dosificación y pureza.

Ahora se está dando el mismo paso con los análogos de la MDMA, como la MDE, MBDB y esta pauta seguirá en un futuro próximo.

La beta ketona de la MDMA fue bautizada como Methylona, y ahora le llega el turno a la Ethylona, que es la beta ketona de la MDE (bk-MDE). Ya está en el mercado a unos 200 euros el gramo, que vendrían a ser unas 5 dosis. Pero con el riesgo de consumir un compuesto que apenas tiene historia de consumo humano, de momento.

También esta la beta ketona de la MBDB (bk-MBDB), que se puede conseguir en grandes cantidades a algo menos de 150 euros el gramo.

Y hay otra sustancia que apenas ha tenido experimentación en humanos, que es una curiosa formación con un núcleo de benzeno y dos anillos furánicos acoplados a los lados, que es una variación compleja del potentísimo DOB, y que al contrario que la mayoría de los derivados que se están sacando al mercado de otras sustancias prohibidas, este es más potente que el compuesto de referencia.
Es el llamado Bromo-Dragonfly o Libélula, por la forma que tiene la molécula.
Sus dosis para humanos oscilan entre los 100 microgramos o millonesimas de gramo para una dosis mínima y los 800 microgramos para una experiencia de máxima intensidad, cuando la sustancia es pura.
El precio de esta sustancia es bajo debido a la cantidad necesaria para producir sus efectos.
Ahora mismo por unos 350 euros se pueden comprar 100 miligrámos de Br-Dragonfly, lo cual serían unas 1000 dosis suaves.

Es importante decir que este año se ha comunicado una muerte en la que esta sustancia se ha visto implicada en Suecia. Un hombre de 20 años murió tras tomar una cantidad desconocida de esta sustancia y otro amigo que también la tomó sobrevivió tras ser tratado en la unidad de cuidados intensivos de un hospital.
El peligro que supone ingerir estas sustancias de por sí casi desconocidas, en este caso se multiplica al tener que ingeniárselas para medir dosis tan extremadamente pequeñas, y que sólo se pueden medir con precisión con material profesional y de muy alto coste.

Hay otra variante de esta misma sustancia, que sería la "libélula" equivalente al 2C-B, y su nombre es 2C-B-FLY, y que también es más potente que la sustancia de comparación, pero que su margen se encuentra en miligramos y no en millonesimas de gramo. También se puede encontrar ocasionalmente en el mercado legal de RC's.

Ahora mismo hay en la webs más accesibles las siguientes sustancias:
Methylona o bk-MDMA, Ethylona o bk-MDE, bk-MBDB, DIPT, 5-MeO-DET, 5-MeO-DMT, 2C-I, 2C-E, 2C-T-2, y Br-Dragonfly.

Todos ellos research chemicals, que con toda seguridad casi nadie usaría si tuviera a su disposición de forma legal otras sustancias mucho mas conocidas, estudiadas y seguras para el hombre.

Consecuencia de esta guerra perdida contra las drogas.

martes, 13 de febrero de 2007

Cómo comprar drogas legales en internet (I)

** Para quienes buscan ayuda a la hora de moverse por los mercados de drogas en internet y la darknet usando TOR y pagando con Bitcoin, mejor esta otra entrada: 



Y ahora, ya pueden seguir leyendo si es lo que deseaban. **

:)


He dudado sobre que nombre ponerle a esta entrada, porque me venía a la cabeza continuamente una mezcla abigarrada entre el Rock'n'Roll Circus de los Rolling Stone y el absurdo cómico y genial de los Monty Python Flying Circus.
Espero que al final de esta historia de hoy entendáis el porqué.

Voy a hablar de un bien preciado de nuestra sociedad de consumo de embriagantes químicos: los "research chemicals" o RC's.
Este nombre se le daba en origen a los productos químicos que se encontraban en fase de investigación, y que por lo tanto se suponía que no se conocían todos sus posibles efectos secundarios -o primarios- y algunos de los riesgos que podían conllevar su uso en humanos.

Las primeras prohibiciones sobre fármacos psicoactivos tuvieron su origen en increíbles paranoias raciales, en el deseo de gravar con impuestos hábitos ajenos, o en la búsqueda de una sociedad limpia de todo rastro de embriagantes, como ocurrió con la Ley Seca en USA.
En el caso de la Ley Seca, al ver fracasar la prohibición y el mercado negro, la corrupción y la destrucción de las instituciones que propició esa estupenda idea, supieron dar marcha atras y volver a permitir al pueblo que gestionase su relación con el alcohol.

Con el resto de las sustancias prohibidas no tuvieron esa consideración aunque en muchos casos había muchas mas razones médicas y sociales para permitirlas de nuevo.
La segunda oleada de grandes prohibiciones llegó tras la explosión del "Summer Of Love", patrocionado por la LSD y tipos tan curiosos como Owsley como químico clandestino o Leary como gurú titulado de una generación.
En ese momento se prohibieron una buena cantidad de sustancias, de corte parecido, como fueron la LSD, mescalina, psilocibina, DMT y otras cuyas siglas no gustaron a los legisladores.

Pero el campo ya estaba abierto. Aparte de las fuentes vegetales, que trataré otro día, ya había avezados químicos dispuestos a darle al personal lo que demandaban... y más todavía. Algunos de ellos trabajaban desde el lado legal, como Shulgin y Hofmann, pero eran la fuente de inspiración y conocimientos para los otros, que sintetizaban y vendían los compuestos que ellos habían creado.

Quedaban muchas drogas sintéticas y naturales por prohibir, y por ahí siguió la cosa, hasta la llegada de la MDMA o el éxtasis. Sustancia con propiedades cuasi-mágicas para la relación interpersonal, su uso y popularización acabó desembocando en una prohibición atroz, venida de la todopoderosa DEA (Drug Enforcement Administration) que a estas alturas de mediados de los 80, ya tenía poderes especiales como para poder prohibir algo, y justificarlo un año después.

Y a partir de ese momento, llegó la salvaje explosión... equipotente al verano del amor, pero con otro tinte, menos floreado.
La química iba muy por delante de la ley, unos creando, otros prohibiendo sin razón, y en medio una multitud de jóvenes y no tan jóvenes en busca de un Santo Grial para su psique, o sólo para un buen rato en el fin de semana.

Había cientos y cientos de sustancias, de todas las familias químicas, aunque principalmente feniletilaminas y triptaminas, con efectos muy parecidos a aquellas prohibidas. El conocimiento de las mismas no era ya algo reservado a los iniciados, sino que era público y en crecimiento exponencial gracias a internet.

Y así nacieron los RC.
Actualmente la legislación de los diferentes países difiere en determinadas sustancias, que aún no han caído bajo la mirada de algún estúpido legislador. Así que aprovechando que había sustancias muy similares a las prohibidas que no lo estaban, y esos bordes no definidos de algunas leyes, algunos se lanzaron a vender a través de internet esas sustancias, bajo el epígrafe de "Research Chemical, not for human consumption".
Así que nos vendían el prometido éxtasis o enteógenos de potencia descomunal (de varias veces de duración comparada con cualquier de las sustancias ya prohibidas), pero era sólo con propósitos de educación o investigación y no para consumirlos. Vale, acepto.
Como dicen en Marruecos algunos rifeños, "vale, vale, pero para mi la sandia grande".

Florecieron en el margen de la carretera de la ley cientos de sites que las vendían.
Hasta que una operación de la DEA, llamada "Web Tryp" cerró varias de esas empresas haciendo uso de la Ley de Análogos, por la que cualquier sustancia química o farmacológicamente parecida a una prohibida, está prohibida también. La prohibición al cubo.



Eso no acabó con el chiringuito, sino que como todas las leyes que reprimen un deseo humano, sirvió para aumentar los beneficios -a modo de promoción y subvención- de los que quedaron, mudándose a otro país o operando desde Canadá, Japón, Alemania, Bélgica.

Y ahora podemos, legalmente y sin movernos de casa, comprar sustancias puras, extremadamente psicoactivas, a precios diversos.
Algunos sitios que actualmente funcionan son, por ejemplo, http://canadarc.ca o http://www.bravo-trading.com/Research_chemichal.htm por citar a dos de los más conocidos, y no de los más baratos, en los que el catálogo de drogas va cambiando por épocas, pero nunca decrece demasiado.

Puedes comprar 2C-I, 2C-E, 2C-D, 4HO-DIPT, 5MEO-DET, 5MEO-DMT (un pariente de ese DMT que prohibieron hace casi 40 años, pero 5 veces más potente), DIPT, DPT, y Methylona, que no es más que la molécula del éxtasis a la que le han cambiado un par de hidrógenos por un oxigeno en el carbono beta de la cadena etilaminada).

Hay otras empresas, más serias en cuanto a su trato con la ley, que al contrario que estas, te piden ciertos requisitos: un sello de una empresa y una firma, para las sustancias que ellos mismos anuncian como "no restringidas" o "not scheduled". Entre ellas están la poderosa Sigma-Aldrich, el gran gigante químico mundial, o www.thc-pharm.com de origen alemán, pero que aunque pretenden tener un revestimiento de legalidad absoluta, no dejan de ser empresas que quieren vender productos... y nuestro país, por suerte, no es los USA.
Vamos, que a cualquiera que no sea un completo inútil, son restricciones que resultan poco difíciles de esquivar.

No han aprendido los dirigentes y beneficiarios (¿o sí?) de la guerra contra las drogas, de situaciones ya vividas. Sin remontarnos a la Ley Seca, hubo un premio nobel de economía (si no me falla la memoria) que hace unos años predijo que las restricciones de precursores químicos como el éter y la acetona a los países productores de cocaína, acabarían creando alguna otra forma de sustancia y consumo que evitase la necesidad de los mismos.
Aquello llegó en forma de epidemia a los USA (el consumidor del 70% de la cocaína mundial) con un nuevo nombre y propiedades increíblemente más peligrosas y adictivas: el crack.

Convertida en dogma de fe, la guerra contra las drogas ha dejado de ser un experimento científico, que como cualquier otro, se somete a controles y revisiones para ver si funciona o no. Y perdiendo como llevan años los prohibicionistas por goleada, deberían empezar a pensar en la otra alternativa: despenalizar.
Aunque sea pecado tan sólo decirlo.