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Hace unos días, mi buen amigo Javier González Granado –notario de Formentera– puso un tuit en el que se podía leer eso: “Hay una burbuja de expertos en Bitcoin”. No le faltaba ni un ápice de razón, porque lo que estamos viendo estas navidades, quienes estamos aquí desde hace años, es aterrador.
Los expertos –de verdad– en Bitcoin (los que estaban aquí ya hace añitos) están casi desaparecidos y cualquier gualtrapa que dice saber de esto tiene un altavoz, porque en el reino de los ciegos el tuerto es el rey y la necesidad manda, así que los medios de prensa están dando cabida a todo tipo de “expertos” que son todo menos expertos. El precio medio de un texto –hoy día– para un periodista profesional incorporado a una plantilla ronda los 60-80 euros, y por ese precio obtienen lo que pagan: una puta mierda.
Los expertos, que los hay, están agachando la cabeza desde hace tiempo en previsión de que Hacienda –que somos todos, jojojo– empiece a pedir datos a los exchanges (cosa que pasará en breve) y no se dejan ver. El resto, son periodistas económicos, que por ese precio, que es el que pagan, ofrecen artículos llenos de información falaz, parcial y tendenciosa.
Más que periodismo, en el tema de las criptomonedas, estamos viviendo la invasión del cripto-cuñao, que además le pagan por escribir y como nadie sabe que lo que dice es una payasada, cuela. Y no sólo en los medios, sino que ahora florecen los expertos asesores en criptomonedas que siguen casi todos un mismo patrón: te aconsejan la moneda de su “amigo” y aquella en la que él tiene comisión. ¿Por qué? Porque salvo que se dé muy mal, en estos momentos aún parece que todo lo que sea cripto, crece. Así que si quieres sentirte un experto, puedes recomendar a cualquiera una moneda y mirar su precio dentro de 1 año, que seguro que ha subido y más que si hubieras dejado el dinero en la banca tradicional. Pero eso no es asesorar, sino timar a incautos en un mercado que, como ya hemos comentado, tiende a perdonar por el momento todos los errores.
Pero ahora llega el tío Paco con las rebajas, y veremos como esos expertos son cribados por el criterio de la realidad. Los que llevamos años en esto, no nos preocupamos demasiado por el precio y esas oscilaciones que a otros les hacen vender asustados pensando que llegó el fin de Bitcoin. Recuerdo, de mi época inicial en esto de comprar criptomoneda, que cada vez que escuchaba “Bitcoin ha muerto” me iba a la cuenta y compraba más. Así fui de los que compró a 200 pavos (años después de que hubiera tocado más de 1000 euros y se hubiera colapsado por el tongo-timo-robo-hackeo-uyquememeo de MtGox) cuando una gran mayoría vendía en pánico. Veremos cuando lleguen las vacas flacas dónde se meten esos expertos…
Y vamos con el plato principal, que hoy es uno de esos negocios crecidos al amparo de la nueva fiebre-cripto pero que ha dado claras muestras de estar en manos de “expertos de esos” que no tienen ni puta idea de lo que va esto: Bitnovo.
Estos señores, que son “empresarios” a la antigua usanza, son una de esas empresas que aspira a sacarnos el dinero a cambio de sus servicios (como todas) pero que en lugar de estar gestionada por gente que sabe, lo que tenemos enfrente es un grupo de inversores a quienes les falta –precisamente– saber qué cojones es lo que hacen. Estos señores de Bitnovo venden tarjetas de Bitcoin CORE y de Dash, para crear con ellas una estructura de compra y venta de criptomonedas. No es el invento del año ni el primero de esas características que vemos, pero se agradece que haya más participantes en el panorama, como norma general con salvedades. Bitnovo podría ser una de esas salvedades.
Por cosas de la vida –amistades– hace poco pude saber que realmente los que están al frente del invento, no comprendían conceptos básicos de esto sino que eran extraños metidos a cripto-empresarios. Las personas que me dieron esa información, corroborada por varios lados, se sorprendían de que se pudiera montar una empresa que trabaja con criptomonedas y a la vez no tener ni puta idea del asunto, pero así era.
Y eso –que si no lo meneas mucho puede que no te dañe– en vez de callarlo disimuladamente mientras se esfuerzan por aprender de qué va esto en realidad, han decidido hacerlo público a través de su cuenta de Twitter. Los tipos apoyan Bitcoin CORE por defecto, sin entender un pijo, y encima se permiten el lujo de llamar a Bitcoin CASH “ese clon barato de Bitcoin”. Aquí tenéis el tuit para que podáis comprobarlo, y una captura por si fuera borrado.
No critico el que les guste más una moneda que otra; el gusto y el miedo son libres.
Lo que no pueden hacer –al menos sin que yo salte– es intentar denigrar a Bitcoin CASH que en este momento es el único Bitcoin fiel al original creado por Satoshi Nakamoto. De hecho, Bitcoin CASH no tiene “White Paper”, porque sigue siendo Bitcoin y por lo tanto se basa en el texto original de Satoshi Nakamoto. Por su parte, la gente de CORE quiere modificar ese documento para incluir en él todas las aberraciones que le han infligido a la moneda original…
Llamar a Bitcoin CASH “ese clon barato” demuestra malicia o ignorancia. Y siempre que se puede achacar algo a la estupidez, no se debe otorgar a la malicia ya que para ser malo hay que ser primero inteligente y esta gente ya ha demostrado no serlo.
La inmensa mayoría de los negocios que durante estos años habían crecido en el ecosistema Bitcoin, apreciaban como uno de sus puntos fuertes las bajas tarifas que tenía esta moneda, pero eso este año cambió. Tras el secuestro de la marca Bitcoin, por parte de Adam Back y “sus chavalotes del cuarto de atrás”, el destrozo que han causado a la moneda es aun inescrutable en toda su extensión, pero se la han cargado y para poder seguir trincando algo de pasta, siguen vendiendo humo y la promesa de que una futura Lightning Network solucionará todo lo que haga falta, en el proceso de violar lo que quede de Bitcoin.
Y encima lo fían largo: hablan de 18 meses sobre una tecnología que prometen tener. ¿Sabes lo que son 18 meses en el ecosistema Bitcoin? Hace 18 meses, un Bitcoin costaba menos de 600 dólares mientras que hoy cuesta más de 15.000 dólares. ¿Te fías? ¿Quieres apostar tu riqueza a la promesa de que en 18 meses conseguirán hacer de Bitcoin lo contrario de lo que su creador pretendió?
Hace 18 meses, un token de Ethereum costaba menos de 10 euros y hoy pasa de los 700. ¿De verdad te parece razonable que alguien –que conozca este medio– hable de 18 meses, con seriedad?
Por supuesto que estas maniobras que han seguido en Bitcoin CORE buscaban enriquecer a unos pocos, secuestrando una de las más brillantes ideas que se la hayan ocurrido a un ser humano para hacerla privativa en su beneficios. Y algo así necesita cómplices que sean a la vez pardillos, que estén convencidos en su ignorancia, hasta dispararse en el pie como empresa despreciando el auténtico Bitcoin (Bitcoin CASH a día de hoy) e insultando la inteligencia llamándolo “clon barato”. Gente como Bitnovo son los que se apuntarían a un esquema piramidal sin darse cuenta, y además lo publicitarían convencidos, ya que repiten bovinamente lo que escuchan por ahí, sin entender muy bien el asunto.
Mientras, tienen que ir promocionando otra moneda que permita a la gente comprar y vender sin arruinarse en tarifas como le ocurre a los incautos que caen en Bitcoin CORE, pero sin dejar de atacar al auténtico Bitcoin y poniéndole apelativos como “barato”. Con los costes que tiene actualmente, Bitnovo no puede dar el servicio para el que se creó, pero –sin ningún pudor– alaba a su secuestrador mientras tiene el servicio “Cerrado por Secuestro”.
El síndrome de Estocolmo ha llegado a las criptomonedas.
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