---
Estramonio: la manzana del Diablo.
Hace unos 20 años me encontraba
pasando el verano en un “campo de trabajo internacional” en la
maravillosa Isla de Ons, en Pontevedra, un zona protegida de la
actividad humana más dañina pero que seguía recibiendo visitantes
y personas que deseaban acampar en la zona permitida, en gran número
cada año.
Ese hecho había provocado la
inevitable exposición a los residuos humanos (mayormente latas,
plásticos y colillas, pero también condones, tampones, y restos de
papel de WC por toda la isla) y para rematar el asunto, casi nunca se
dedicaba presupuesto para limpiarla y también desbrozar los caminos
originales de maleza que los hacían intransitables sin un machete.
La formula de un campo de trabajo no era mala del todo: el estado (o
la Xunta o la Unión Europea) te daba alojamiento en tiendas de
campaña y comida, un médico temporal para atender insolaciones y un
seguro por si te rompías la crisma, más la posibilidad de juntarte
con chicos y chicas de tu edad, venidos de todos los países. Tú a
cambio, currabas unas horas al día, en grupo y sin ser nada
realmente parecido a un trabajo de verdad. Pero ese intercambio
funcionaba y tenía un claro efecto en la isla y su estado de
conservación.
En dicha isla, famosa por no tener ni
guardia civil ni policía en ella, se encontraba uno de los camping
más frecuentado por hippies de todo el país y de fuera. Un solo
bar, una sola tienda, unas pocas casas de los nativos de la isla y
todo lo demás era naturaleza. Un bello lugar, mucho menos conocido
que sus hermanas las islas Cíes. El camping era un trasiego de
gente, a cada cual más pintoresco, con provisiones traídas de forma
específica -aunque era Galicia, allí no podías pillar ni farlopa- aunque lo que más pude ver fue hashís, opio y LSD traído para su
consumo allí mismo.
Interesado por estos asuntos de las
drogas como estaba ya en esa época, procuré agenciarme trabajos
cerca de esa gente y pronto establecí trato con ellos. Unos porros
de mal hashís que había llevado para esos días hicieron que pronto
se me abrieran las puertas de sus reuniones nocturnas. No eran muy
distintas a otras: mucha gente joven -algunos sólo de espíritu-
drogándose juntos en paz y armonía.
Una mañana me tocó ir a desbrozar la
parte trasera de la iglesia de la isla, el antiguo cementerio que
estaba desatendido, y me encontré un campo de plantas con flores
blancas y con una especie de fruto similar a manzana verde pequeña
llena de pinchos. La planta me resultaba conocida, pero entre los
libros que me había llevado no había ninguno que tuviera una
ilustración o una foto que la identificase. Lo que sí note al
empezar a arrancar y cortar esas plantas, es que el olor que
despedían era realmente desagradable.
Como pensaba llevarme muestras de
plantas -me llevé de esa isla un “té de roca” delicioso y que
jamás he podido volver a probar- recogí algunas para subirlas a mi
tienda. En los 15 minutos que tardaba en subir a la zona de las
tiendas, 3 mujeres de la isla me pararon al ver que llevaba esa
planta conmigo para advertirme: era venenosa. No supieron decirme "cuánto" de venenosa, pero me dieron referencias de una mujer que
-siendo curandera- la sabía utilizar, en cigarrillos contra el asma, dijeron. Me relataron también algún uso curioso de la misma -de
tipo cosmético, para quitar granos dijeron- que conocían de oídas,
pero nadie que la hubiera usado se encontraba en la isla que ellas
supieran. La llamaron “manzana espinosa” y “manzana del
diablo”. Era la Datura Stramonium o estramonio, pero con exactitud
no lo supe hasta la noche cuando subí a ver a los hippies y a
drogarme un rato con ellos: llevé una planta y me dijeron el nombre
rápidamente. Todos coincidían en que era muy peligrosa, mortal,
pero también insistían en que se podía usar como droga lúdica.
Eran charlas de hippies sin más y no parecía prudente fiarse más
que de que era muy peligrosa.
Temerario como era, se me metió en la
cabeza la idea de probarla. Y la única referencia que tenía era la
mención que hace Escohotado a las solanáceas y a su experiencia de
joven con amigos, que no parece que fuera muy agradable y que por
sensatez nunca repitió. Así que indagué entre los que conocían la
planta para ver si alguien realmente la había usado, y di con dos
viejos hippies que sí decían haberla probado.
Les interrogué
intentando hacerme una idea de sus efectos, pero no hablábamos un
lenguaje que nos permitiera entendernos en ese aspecto y seguí con
la curiosidad, hasta que uno de ellos me dio una pista que me
permitió atreverme con la temeridad, pensando que estaba a salvo de
sus peligros. Me contó que paralizaba ciertas musculaturas del
cuerpo como primer efecto perceptible junto con el calor que te daba,
y en concreto que lo podía notar porque rápidamente se hacía
imposible tragar bajo su efecto. Me dijo que fuera muy muy despacio y que
cuando notase que empezaba a costarme tragar mi propia saliva, parase
y no tomase ni una gota más.
Hice una pequeña infusión, con mucho
agua y muy poca cantidad de planta. Elegí además las partes que me
dijeron que eran menos potentes. Y llegado el momento, con mi
compañera avisada y con instrucciones para que cuidase de mí,
empecé a tomar cucharaditas de esa infusión cada 10 o 15 minutos,
esperando a ver qué pasaba antes de tomar más. Seguramente el tener
miedo, y el estar muy alerta a cualquier señal de acción, evitó
que me matase. Tan pronto como noté la molestia para tragar, dejé
de tomar, lo notifiqué a mi compañera y nos deshicimos del resto de
infusión.
Sinceramente no recuerdo mucho más
después de eso, excepto que el calor -especialmente en la cara- que
me estaba provocando era desagradable (no como el de los opiáceos) y
que el no poder beber era muy agobiante en ese estado. Recuerdo una fuerte somnolencia y que mi cuidadora y yo decidimos que nos
encontraríamos más cómodos en nuestra tienda, pero ya no recuerdo
nada del camino del camping con los hippies a la zona del “campo de
trabajo”. Ni nada más, hasta que desperté al día siguiente. Sé
tan sólo lo que me han contado, y aparte de algunos comentarios
mientras hacíamos el camino de vuelta que indicaban que mi mente
estaba percibiendo alguna cosa irreal y que no me encontraba nada
orientado, parece que caí en un profundo sueño nada más llegar a
la nuestro campamento. Sin alguien cuidándome y evitando que me
perdiera en mitad de la noche con un colocón amnésico, es casi
seguro que no hubiera terminado bien el asunto.
Era una planta muy potente, pero no
tenía el menor uso lúdico o recreativo para quien la toma. No tenía
mucha gracia no recordar nada de lo que había hecho, aunque lo que
me contaban que hice o dije pudiera ser gracioso: estaba delirando,
no disfrutando. No le di más importancia al tema de la Datura
Stramonium, sobre todo porque apareció un nuevo grupo de hippies que
traían opio y estaban dispuestos a hacer intercambios. Así que mi
interés se fue al opio, que probé por primera vez allí también.
Pero aquel lugar era un campo de experimentación, y cuando nos
avisaron de que iba a venir un helicóptero a la isla porque un chico
“se había caído por un acantilado”, no sabía que iba a asistir
por primera vez a una experiencia con plantas solanáceas -datura,
beleño, mandrágora, belladona- que había acabado en catástrofe
(no mortal, por suerte).
El helicóptero tuvo que hacer
filigranas para poder acceder con un especialista en rescate hasta
donde se encontraba el chico herido, con varios huesos rotos y más
de 10 horas entre piedras inaccesibles por otros caminos. Sufría un
shock provocado por las horas sin beber ni comer y el golpe tremendo
que se dio. Pero no era lo único: el chico había tomado la noche
anterior una infusión de estramonio y, aunque estaba con sus
compañeros, en algún momento de la noche se debió separar del
grupo para acabar delirando en un entorno peligroso hasta tirarse por
el acantilado.
Dos días después nos llegaron noticias de su
recuperación en el hospital, traídas a la isla por el médico: él
sólo recordaba que tenía mucho calor, sed y que “creyó ver una
lata o una botella de Coca-Cola y fue a por ella”, acantilado
abajo. Tal vez esa caída y rotura de huesos, que le dejó
inmovilizado, le salvó la vida. De haber seguido su instinto por el
calor agobiante que le produjo el estramonio, seguramente hubiera
acabado metiéndose en el mar, de noche, delirando y solo.
Desde entonces ha sido raro el verano
que no he leído en la prensa casos de envenenamiento -varios
mortales- con esta planta, casi siempre por parte de alguien que
creía que al ser un planta, no era peligrosa. O por alguien que ha
leído que las brujas se colocaban con ella, masturbándose sobre un
palo de escoba -untado con una pomada de solanáceas- apoyada en el
quicio de una ventana. No es de extrañar que los inquisidores que
pillaban a “brujas” desnudas y en ese estado de trance, creyeran
que en su delirio intentaban huir volando en la escoba por la
ventana. Y que de ahí nos haya llegado esa imagen, nacida de una
paja con apoyo químico y consolador casero.
No conozco a nadie que haya tenido
experiencia con esa planta y haya disfrutado. De hecho, cuando un
amigo mexicano conoció la historia -en su país llaman a esta planta
“toloache”- me dijo: “la mejor es la que crece sobre la
calavera de un antepasado tuyo, porque sólo de esa forma la planta
no te mata o te vuelve loco para siempre, aunque sólo la puede usar
el curandero chamán”. No la había probado -ni quería- pero
conocía su uso tradicional y sus peligros.
Los efectos de la datura son provocados
por la atropina -sustancia de efectos similares a los de la
escopolamina de la “burundanga” pero más potentes aún- y aparte
de provocar un delirio en el que la persona no mantiene el contacto
con la realidad de su entorno, hipertermia, perdida del reflejo de
deglución y parálisis de la musculatura lisa, provoca una amnesia
que hace que ni seas consciente de lo que estás viviendo en tu
delirio ni puedas recordar nada después. Imagina tomarla, y si
tienes la suerte de que la dosis sea insuficiente para matarte, que
dejes de recordar ni saber lo que haces y aparezcas horas (o días)
después en otro punto distinto -normalmente desnudo por el calor y
la sed- y sin saber lo que has podido hacer. ¿Tiene pinta de ser
divertido? No para mí, gracias.
Si no eres una bruja medieval, experta
en pócimas y ungüentos por vía vaginal, o un chamán mexica
entrenado en su uso durante décadas, no te acerques a esta planta
buscando diversión porque lo más probable es que acabes encontrando
tanatorio o psiquiátrico.
Y si no te interesa acabar tirándote por
un acantilado para conseguir una lata de tu refresco favorito, no
confundas “natural” con “seguro” a la hora de elegir con qué
colocarte.
Que grande Ons, aun no probé mejor pulpo que el de la de Checho xD.
ResponderEliminarA mi me llevaron los picoletos a toda hostia en su lancha hasta el hospital de Montecelo por cortarme la muñeca con una botella de licor cafe.
buen articulo ,como es normal en el blog por cierto e pillado algo de info de una sintesis que creo por como esta escrita esta sacada de alguno de los libros de shulgin ...esta en ingles si quieres te la paso y la miras y me dices que te parece
ResponderEliminarBusco información sobre el uso adecuado de estramonio como narcótico. Por lo que creo saber la forma adecuada es fumarlo. Mi duda es la parte de la planta a usar. Lo más afinado que he leído es que fumar 1 gramo de hojas tiene acción narcótica sin desplegar el delirio alucinatorio que es lo que quiero evitar a toda costa. Se agradecen aportaciones.
ResponderEliminarHola amigo Symposium. Aquí DWC, hace ya muchos años que no coincidimos, pero haciendo una búsqueda sobre un tema drogófilo acabé en tu excelente blog. Justo cuando empiezan a echar en Antena Trena uno de sus alarmistas reportajes, esta vez sobre la escopolamina, conicida también como burundanga, prima cercana de la atropina, y tan de moda estos días por los supuestos robos y violaciones que haciendo uso de ella se cometen.
ResponderEliminarLa verdad, me parece completamente inverosímil que se pueda administrar soplando el polvo sobre una persona, sobre todo por la dificultad a la hora de saber qué dosis va a tomar.
Me gustaría mucho poder leer una entrada tuya acerca del tema. Hasta tengo el título:
"Burundanga, la excusa perfecta"
Pues los testimonios de la gente que dice haber sido sometida con dicha sustancia, me parecen más propios de gente que se le fue la mano con la tragaperras ese día, o con los colocones esa noche, e incapaces de hacer frente a la vergüenza o la culpa a la hora de confesárselo a sus seres queridos, vieron la escapatoria perfecta en la burundanga.
Me despido haciéndote saber mi alegría al ver que tu blog sigue operativo, y te mando un saludo esperando que sigas en la brecha muchos años más.
DeepWater.
Hola amigo Symposium. Aquí DWC, hace ya muchos años que no coincidimos, pero haciendo una búsqueda sobre un tema drogófilo acabé en tu excelente blog. Justo cuando empiezan a echar en Antena Trena uno de sus alarmistas reportajes, esta vez sobre la escopolamina, conicida también como burundanga, prima cercana de la atropina, y tan de moda estos días por los supuestos robos y violaciones que haciendo uso de ella se cometen.
ResponderEliminarLa verdad, me parece completamente inverosímil que se pueda administrar soplando el polvo sobre una persona, sobre todo por la dificultad a la hora de saber qué dosis va a tomar.
Me gustaría mucho poder leer una entrada tuya acerca del tema. Hasta tengo el título:
"Burundanga, la excusa perfecta"
Pues los testimonios de la gente que dice haber sido sometida con dicha sustancia, me parecen más propios de gente que se le fue la mano con la tragaperras ese día, o con los colocones esa noche, e incapaces de hacer frente a la vergüenza o la culpa a la hora de confesárselo a sus seres queridos, vieron la escapatoria perfecta en la burundanga.
Bueno, me alegra saber que tu blog sigue operativo tras tantos años y que tú sigues en la brecha. Un saludo,
DeepWater
Muchas gracias DWC.
ResponderEliminarEsa entrada ya existe y esta en Cannabis.es pudiendo ser encontrada si busas por el título de "Burundanga Madness".
Hay una periodista de Broadly -la división femenina de VICE- que abordó el tema con valor y in prejuicios y lo bordó. Se llaman Ana Pacheco, y la fuentes que presentó son impecables.
Pero sí, es vergonzoso lo visto en general (y en especial del timador Lucas de la Cal de Crónica El Mundo) con la Burundanga, y el único caso que ha habido, lo indujo la prensa haciéndole creer al marido que con "esos polvos que compró por internet" iba a conseguir la voluntad de su ex.
Jua!!
Ya que ando por aquí...
ResponderEliminarA ver "The Source": no recomendamos nunca usar estramonio, pero si quieres probarlo fumado (como complemento de algo o en alguna situación puntual -a mí me vino bien en un momento muy concreto, un cigarro de estramonio. en un viejo manual de plantas medicinales de un autor llamado Pio Font Quer, puedes encontrar que el único uso que le da al estramonio fuera de las manos de un médico es el de fumar cigarrillos con 1 gramo de hoja seca, para el asma.
Fuera de ahí... es terreno con poca cartografía.
Tú sabrás si te compensa.