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Fin del juicio a Ross Ulbricht – Silk
Road.
“Yo
declaro que la justicia
no es otra cosa que
la conveniencia del más
fuerte”
Platón
Hace unos días comentábamos aquí cómo se habían comenzado a desarrollar los asuntos relativos al
juicio contra Ross Ulbricht como responsable del mercado de drogas de
Silk Road, en su primera versión.
Nos quedamos en el momento en que la
defensa de Ross, el abogado Joshua Dratel, iniciaba la linea sobre
Karpeles como un posible Dread Pirate Roberts, entre otros ya que no
era el único que podía ser sospechoso del asunto. Pero como todo
ello se basaba en las primeras lineas de investigación seguidas por
el FBI y su agente estrella, la juez decidió reventar el asunto.
La juez instruyó al jurado para que
omitieran en su proceso toda alusión a Karpeles y a los otros
sospechosos tanteados por los investigadores, y cerró la puerta a
que Dratel pudiera seguir esa vía, que era la base para plantear una
duda razonable sobre las acusaciones. En palabras de Dratel, que se
mostró indignado por cómo la juez “evisceraba” o destripaba las
mejores posibilidades en la defensa de Ross, dejándoles en ese
instante con una mano delante y otra detrás.
Con el asunto de la autoría del código
de Silk Road y del inicio de funcionamiento como dueño del mismo
aceptada como real por la propia defensa de Ross el primer día de
juicio, la cosa parecía ponerse más cuesta arriba. Y así era.
Un trozo de papel con notas sobre Silk Road,
que la policía recogió de la papelera de Ross.
¿No tenía para una destructora de documentos o qué?
Poco después pudimos ver a un amigo de
Ross -Richard Bates- entrar en la corte a punto de saltársele las
lágrimas, para declarar como testigo de la acusación. Cuando los
federales allanaron la vida de Ross, encontraron logs de varios chats
hablando con Bates -programador en Ebay- en los que estaba claro que
le prestaba ayuda técnica. Con esa amenaza colgando de su cabeza, la
acusación sentó a Bates delante de Ross y su familia, para decir
que Ross le había contado sobre Silk Road y que él conocía su
implicación. Bates, usuario de drogas de forma recreativa, no ha
podido decir que no a “esa oferta que no se puede rechazar” por
parte de un gobierno: o hablas o a la cárcel. Y cuando le
preguntaron qué le daba Ross a cambio de su confianza y ayuda, tuvo
que contestar con la voz rota y sin poder mirar a los Ulbricht en
ningún momento, que nada, que “simplemente su amistad”. Hemos
visto a un hombre tener que traicionar la confianza de un amigo con
una espada de Damocles colgando de su cabeza. Muy gratificante el
espectáculo... :P
La siguiente parte digna de mención
fue cómo el gobierno de los USA gastó 50.000 $ contratando a un
experto para hacer una presentación que ligase los Bitcoin de Silk
Road con la cuenta de Ross, viniendo de mano de la firma LTI
Consulting que es, casualmente, dónde se encuentra trabajando el
ex-agente del FBI Chris Tarbell, que fue el director de orquesta en
la caza humana de Ross-DPR, con la ayuda de los hackers que él ha
ido cazando y convirtiendo en sus esclavos: o cárcel o eres mío y
trabajas para mí. El experto se llamaba Ilhwam Yum, y aunque fue
quien presentó el asunto en la corte, no era la persona que había
elaborado las pruebas. Esto se hizo sin avisar a la defensa sobre
este testimonio, por lo que se pidió su anulación o, al menos,
tiempo suficiente para procesar la enorme cantidad de información
que les echaban encima.
La juez pasó totalmente de darles ni el
tiempo para gestionarlo adecuadamente, pero no era raro a esa
alturas, ya que la actitud de la juez fue de bloqueo a toda las
acciones por parte de la defensa y de una enorme manga ancha con la
acusación, a quien sin embargo les indicó que jamás había visto
un proceso con semejante nivel de objeciones y protestas por parte de
la acusación, y que si bien algunas tenían base, lo otro era usar
el recurso de la protesta como balas de una ametralladora: constantes
y sin tregua.
El esquema que mostró la acusación sobre el mecanismo Silk Road y los Bitcoin.
El testimonio de ese experto ligaba
ganancias de Silk Road al wallet de Bitcoin que Ross tenía en su
poder. La defensa de Ross intentó presentar a un experto en
seguridad y Bitcoin, Andreas Antonopoulos, pero la acusación
presentó una solicitud para que no se permitiera su testimonio en la
corte por ser irrelevante para el caso.
Sí, irrelevante después de
su testigo de 50.000$ sobre la misma materia: curiosa forma de medir
“las relevancias”. Lo divertido es que la juez aceptó la
solicitud, dejando a Dratel cercano al abismo en cuanto a recursos.
Para más INRI, la acusación retiró a
“Inigo” -uno de los moderadores de Silk Road detenidos en USA- de
la lista de testigos de manera que no pudiera ser sometido a un
interrogatorio por parte de la defensa. Y ya lo único que quedaba
era saber si Ross iba a sentarse en el estrado para testificar, cosa
que finalmente no sucedió posiblemente para evitar que la acusación
le hiciera más daño. Da la impresión de que de todo este juicio
hay mucho más que no se sabrá nunca que lo que sí sera conocido en
tiempo y forma.
Hojas de cálculo con los movimientos de dinero bien explicados...
¿Ross quería que le cogieran?
Como plato final, la acusación tenía
los logs de Ross -supuestamente- contratando asesinatos por encargo a
tipos de los “Ángeles del Infierno” que -ahora que hemos visto
el texto y el lenguaje- eran menos que poco creíbles, como asesinos
y como todo lo que decían ser; en materia de drogas cometían serios
errores al hablar de ellas cuando DPR pretendía que usaran Silk Road
como vía de distribución, errores propios de los “scammers” de
la red, en los que te aseguran que venden y producen productos
totalmente ilegales junto a otros que se pueden comprar legalmente
por internet.
También presentaron notas manuscritas
-de su propia papelera física- que hablaban de asuntos de Silk Road
y lo más increíble: un diario de sus aventuras como DPR. La verdad
es que si todo esto es cierto, no entiendo cómo no pillaron a Ross
mucho antes, con grandes errores de seguridad que violaban
constantemente sus propios protocolos, fijados para comunicarse y
actuar de forma segura entre todos los moderadores de Silk Road.
Las
pruebas de varios documentos de identidad y tráfico falsificados con
la foto de Ross, que fueron intervenidos vía correo antes de su
captura, son otro de esos golpes demoledores para la imagen de Ross
frente al jurado, o incluso una foto de una mesa llena de drogas y
útiles para el manejo y pesado en la que -supuestamente- un
traficante le mostraba sus productos al lado de una pizarra en la que
se podía ver un corazón dibujado y las letras DPR.
Guardar una foto así en tu ordenador no es delito,
pero es peor:
una grave torpeza si realmente eres Dread Pirate Roberts - DPR.
Da que pensar que alguien con la
capacidad de imaginar, diseñar, crear, hacer funcionar e inaugurar
un paradigma como Silk Road, que afecta a todo el tráfico de drogas
como lo conocíamos, haya sido tan torpe a la hora de ir dejando un
reguero de pistas. Da que pensar. Tal vez es cierto que existen ese
tipo de “delincuentes” que obtienen un placer especial retando
las normas pero que a la vez albergan un deseo interno de que les
atrapen, para poder “recibir” la loas por la autoría de sus
acciones... junto al inevitable castigo. Desde luego, yo no imagino
guardar hojas de cálculo con datos sobre compra-venta de drogas en
un portátil junto con mi diario como “violador de la ley y genio
en mi tiempo libre”. Y con una cartera llena de dinero, aunque sea
Bitcoin. No me cabe en la cabeza tanta torpeza si alguien no quiere
que se sepa lo que ha hecho, de forma consciente o inconsciente. ;)
Las identidades falsas que Ross
había encargado por la red
y que fueron interceptadas en las aduanas del servicio postal.
Finalmente, cuando tras los 11 días de
juicio el jurado se retiró a deliberar -tras las instrucciones de la
juez para que suprimiesen las partes rechazadas- le bastaron unas
pocas horas para declararle culpable de los 7 cargos de que le
acusaban y que le pueden dejar en la cárcel de por vida. La
sentencia será conocida el día 15 de mayo, y será el inicio de una
larga carrera de apelación para evitar que Ross pase su vida entre
rejas. ¿Se ha hecho justicia?
¿Dónde están las víctimas de este
crimen?
La víctima es Ross y todos nosotros. No de Silk Road, que nos daba seguridad, garantías y hasta humanidad, sino de este juicio burdo que parece sacado de una mala película yankee. Lo único que importaba aquí era vanagloriarse de haber cogido a un niño muy malo que había jugado con drogas, mientras se deja actuar a cárteles, mafiosos y corruptos en peores ámbitos por intereses sucios.
ResponderEliminarAsustar, amenazar, ejemplarizar muy sádicamente y sobretodo, ser unos completos hijos de puta es lo que pretendía el FBI (que no depende de ningún ciudadano) con estas acciones.
Una vez más se ha dejado ver quién es quién a nivel judicial y cómo los estados corruptos pretenden someter sin descanso las ideologías y libertades individuales.