viernes, 20 de agosto de 2010

PIHKAL EN CASTELLANO (FRAGMENTO)

Como os habíamos dicho, la traducción de PIHKAL está en un proceso de "afinación" e interpretación a la hora de escoger los términos usados para describir ciertas experiencias, emociones, estados y sensaciones. Pues para ir abriendo boca, los traductores amablemente nos han hecho llegar un fragmento del borrador (bueno, lo envían completo pero sólo con permiso para publicar este fragmento de la introducción).

En este fragmento, Sasha -el Dr.Shulgin- da una pormenorizada argumentación de sus ideas y postulados en lo referente a las drogas, las psiquedélicas y las que no lo son, y hace una breve revisión de lo que subyace tras la semilla de la guerra contra las drogas, y lo que al fin y al cabo no es más que una guerra contra la propia libertad del individuo.




Y por lo demás, sólo queda disfrutar de las palabras, esta vez en castellano, de una de las más sobresalientes mentes de la historia contemporánea.

Esperamos que os guste.

PS: Por cierto, que no se nos olvide deciros a todos que el libro "Cocaína", editado por Amargord y coordinado por el Dr.Jose Carlos Bouso ha salido ya a la venta!! Incluye una interesante parte sobre la extracción de cocaína partiendo de hoja de coca fácilmente adquirible a manos de un viejo cocinero conocido de esta web... Lady Lovelace.
Mis felicitaciones a todos aquellos que lo han hecho posible.

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La filosofía tras la escritura de PIHKAL.

Soy farmacólogo y químico. He pasado la mayor parte de mi vida adulta investigando la acción de las drogas; cómo son descubiertas, qué son, qué hacen, de qué forma pueden ser útiles – o dañinas. Pero mis intereses se encuentran algo alejados de lo que es el grupo de conocimientos mas habituales de la farmacología, en un área que he encontrado mucho más fascinante y agradecida, y es el área de las drogas psiquedélicas.
Los psiquedélicos podrían ser bien definidos como compuestos que no son físicamente adictivos y que temporalmente alteran el estado de nuestra propia consciencia.

La opinión prevaleciente en este país (USA) es que hay drogas que tienen un status legal y que además son relativamente seguras o que tienen riesgos que son aceptables, y que hay otras drogas que son ilegales y que no tienen ningún lugar legitimo en absoluto dentro de nuestra sociedad. Aunque esta opinión es ampliamente sostenida y vigorosamente promocionada, yo creo sinceramente que está equivocada. Es un esfuerzo por pintar las cosas de blanco o de negro, cuando, en este área, como en la mayor parte de las de la vida real, la verdad es de color gris.

Dejenme explicar las razones que sustentan mi creencia.

Toda droga, legal o ilegal, nos otorga algún tipo de recompensa. Todas las drogas presentan algún riesgo. Y todas las drogas pueden ser objeto de abuso.
Finalmente, en mi opinión, corresponde a cada uno de nosotros evaluar los beneficios y los riesgos y decidir cuales son los que pesan más en cada caso.
Los beneficios incluyen un amplio espectro. Incluyen cosas como la curación de una enfermedad, suavizar el dolor físico y emocional, provocar embriaguez, y la relajación. Algunas drogas -esas que son conocidas como psiquedélicos- nos permiten una visión interior mejorada y la expansión de los propios horizontes mentales y emocionales.

Los riesgos son igualmente variados, oscilando entre el daño fisiológico y el colapso psicológico, la dependencia, y la violación de la ley. Tal y como existen diferentes tipos de recompensa para los diferentes individuos, existen también diferentes riesgos. Una persona adulta debe tomar su propia decisión sobre hasta que punto decide exponerse o no al efecto de cada droga en concreto, sea una droga adquirible por prescripción medica o sea una que esta prohibida por la ley, sopesando los potenciales beneficios y problemas con relación a su personal escala de valores. Y es en este punto donde estar bien informado juega un rol indispensable. Mi filosofía al respecto puede ser destilada en cuatro palabras: permanece informado, luego decide.

Personalmente he escogido ciertas drogas que son de suficiente valía para compensar los riesgos que conllevan; otras, considero que no resultan de suficiente valía. Por ejemplo, bebo una moderada cantidad de alcohol, generalmente en forma de vino, y -hasta el momento presente- los análisis de mi función hepática son completamente normales. No fumo tabaco. Era un fumador, de los de alto consumo, y luego lo dejé. No fueron los riesgos para la salud los que me hicieron dejarlo, sino el hecho de que me había convertido en un completo dependiente del tabaco. Eso era, según mi punto de vista, el caso de un precio inaceptablemente alto a pagar.

Cada decisión de ese tipo es asunto mio, basándome en lo que sé sobre dicha droga y lo que sé sobre mi mismo.

Entre las drogas que son a día de hoy ilegales, he decido no usar marihuana, ya que la ligera embriaguez mental y esa benigna alteración de la consciencia, no me compensan lo suficiente frente a una sensación incómoda de estar perdiendo el tiempo.

He probado la heroína. Esta droga, por supuesto, es una de las mayores preocupaciones de nuestra sociedad, a día de hoy. A mi me produce una soñadora tranquilidad, sin matices asperos de molestias, estrés o preocupaciones. Pero al mismo tiempo hay perdida de motivación, de capacidad de respuesta, y de las ganas de hacer cosas. No es ningún miedo a la adicción lo que provoca mi desinterés por la heroína; lo provoca el hecho de que bajo su influencia, nada parece ser suficientemente importante para mi.

También he probado la cocaína. Esta droga, especialmente en su famosa presentación como “crack”, es un asunto popular actualmente. A mi, la cocaína me resulta un agresivo activador, un estimulante que me da una sensación de poder y de estar completo con ello, en la cima del mundo. Pero hay al mismo tiempo la inevitable certeza, subyaciendo, de que eso no es poder realmente y de que realmente no estoy en la cima del mundo, y que, cuando los efectos de la droga hayan pasado, no habré ganado nada con ello. Hay una extraña sensación de estar viviendo un estado que es una mentira. No hay reflexión. No hay aprendizaje alguno. A su propia y distintiva manera, . la cocaína me resulta una droga de escape tanto como la heroína. Con cualquiera de ellas, escapas de lo que eres, o -siendo mas preciso- de lo que no eres. En ambos casos, recibes alivio durante un breve periodo de tiempo del tener que estar  enfrentándote a tus carencias. Francamente yo prefiero encarar mis insatisfacciones en lugar de huir de ellas; de esa forma yo encuentro, finalmente, una satisfacción muchísimo más grande.

Con las drogas psiquedélicas, yo creo que, para mi, los pequeños riesgos (alguna experiencia ocasionalmente difícil, o quizás algo de malestar físico) son más que aceptables dado el potencial que ofrecen para el aprendizaje. Y ese es el motivo por el que yo he elegido explorar este área concreta de la farmacología.

¿Qué quiero decir cuando hablo del potencial para el aprendizaje? Es una posibilidad, no una certeza. Puedo aprender, pero no estoy obligado a hacerlo; puedo obtener nuevos enfoques sobre posibles maneras de mejorar mi calidad de vida, pero sólo con mi propio trabajo y esfuerzo conseguiré los cambios deseados.

Dejenme intentar hacer más obvias algunas de las razones por las que encuentro la experiencia psiquedélica como un tesoro personal.

Estoy totalmente convencido de que existe una enorme cantidad de información incrustada dentro de nosotros, con kilómetros de conocimiento intuitivo que se encuentra cuidadosamente colocado en el material genético de cada una de nuestra células. Algo similar a una biblioteca que contiene una incontable cantidad de tomos de referencia, pero para la que no tenemos una ruta clara de entrada. Y, sin algunas formas para acceder a ella, no hay forma de empezar siquiera a indagar sobre hasta que punto llega y de que clase es la información que se encuentra allí dentro. Las drogas psiquedélicas permiten la exploración de ese mundo interior y las intuiciones sobre su naturaleza.


Nuestra generación es la primera en la historia que ha hecho de la búsqueda del autoconocimiento un delito, si esa búsqueda se realiza con la ayuda de plantas o compuestos químicos para abrir las puertas de la psique. Pero la necesidad de alcanzar el conocimiento está siempre presente, y aumenta su intensidad a medida que uno se va haciendo mayor.

Un día, mirando el rostro de una nieta recién nacida, te descubres a ti mismo pensando que su nacimiento ha creado un tapiz sin costuras en el tiempo ya que fluye desde el ayer hasta el mañana. Te das cuenta de que la vida aparece en diferentes formas y con diferentes identidades, pero que sea lo que sea aquello que le da forma a cada nueva manifestación, no cambia en absoluto.

“¿De dónde viene su exclusiva alma?” te preguntas, “Y, ¿a dónde irá mi única alma? ¿Hay realmente algo más ahí fuera, tras la muerte? ¿Hay algún propósito en todo ello? ¿Hay algún tipo de orden y estructura que haga que todo cobre sentido, o que debería hacerlo, si pudiera llegar a verlos?” Sientes la necesidad de preguntar, de investigar, de usar el poco tiempo que te pueda quedar en la vida para encontrar formas de atar todos esos cabos que quedan sueltos, la necesidad de comprender aquello que exige ser comprendido.

Esta es la búsqueda que ha sido parte del ser humano desde la misma aparición de la conciencia. El conocimiento de su propia mortalidad -conocimiento que le sitúa en un lugar distinto al resto de sus colegas animales- es lo que dota al Ser Humano del derecho, el permiso para explorar su propia alma y espíritu, para descubrir lo que pueda encontrar sobre los componentes de la psique humana.

Cada uno de nosotros, en algún momento de su vida, se sentirá como un desconocido en la tierra extraña de su propia existencia, necesitando respuestas a preguntas que han surgido de la profundidad de su alma y que no se desvanecerán una vez aparecidas.

Tanto las preguntas como las respuesta proceden de la misma fuente: uno mismo.

Esta fuente, parte de nosotros mismos, ha sido llamada de diversas formas a lo largo de la historia, y su nombre más reciente es “lo inconsciente”.
Los Freudianos desconfían de él, mientras que los Jungianos están maravillados con él. Es la parte que hay dentro de ti y que mantiene el control cuando tu mente consciente navega a la deriva, que te da el sentido de lo que debes hacer en una situación de crisis, cuando no hay tiempo disponible para el razonamiento lógico y la toma de decisiones conscientes. Es el lugar donde se encuentran nuestros ángeles y demonios, y todo lo que entre esos dos extremos puede existir.

Esta es una de las razones por las que sostengo que las drogas psiquedélicas son tesoros. Ellas nos pueden facilitar el acceso a las partes de nosotros mismos que contienen respuestas.
Pueden hacerlo, pero como dije antes, no tienen porque hacerlo y no lo harán, a no ser que esa sea la razón por la que estén siendo usadas.

Depende de ti el usar estas herramientas bien y de la forma correcta. Una droga psiquedélica puede ser comparada con la televisión. Puede ser muy reveladora, muy instructiva, y -con una cuidadosa selección de los canales- el medio por el que extraordinarias intuiciones pueden alcanzarse. Pero para mucha gente, las drogas psiquedélicas son una manera más de entretenimiento; nada profundo se esta buscando, por lo que -normalmente- nada profunda será la experiencia obtenida.

El potencial de las drogas psiquedélicas para facilitarnos acceso al universo interior, es, según yo creo, su más valiosa virtud.

Desde los primeros días de su tiempo en la Tierra, el ser humano ha buscado y usado ciertas plantas que han tenido el efecto de alterar la forma en que se interactúa con su mundo y se comunica con sus dioses y consigo mismo. Durante varios miles de años, en toda cultura conocida, ha existido un cierto porcentaje de la población -normalmente un chamán, un curandero o un hombre medicina- que ha usado esta o aquella planta para alcanzar una transformación de su estado de consciencia. Estas personas han usado dicho estado alterado de consciencia para ampliar sus habilidades diagnósticas y para hacer uso de las energías curativas que se encuentran en el mundo de los espíritus. Los lideres tribales (en civilizaciones posteriores, las familias reales) presumiblemente usaron las plantas psicoactivas para aumentar sus intuiciones y sabiduría como gobernantes, o tal vez simplemente para invocar las fuerzas de poderes destructivos y tenerlas como aliados en batallas venideras.

Muchas plantas han sido descubiertas para encajar en ciertas necesidades humanas. El dolor indeseado ha estado con la humanidad desde siempre. Tal y como nosotros hoy tenemos nuestros usuarios de Heroína (o de Fentanilo o de Demerol), durante los siglos pasados el rol de la analgesia ha estado en la planta del opio en el Viejo Mundo y de la datura en el Nuevo Mundo, solanáceas en Europa y el norte de África, como el beleño negro, la belladona, o la mandrágora, por nombrar unas cuantas. Incontables personas han usado esta forma de amortiguar el dolor (tanto físico como psíquico), lo cual implica deslizarse dentro de un mundo de ensueños. Y, aunque estas herramientas han tenido muchísimos usuarios, son una minoría los que aparentemente han abusado de ellas. Históricamente todas las culturas han incorporado estas plantas a su vida diaria, y han obtenido más beneficios que daños provenientes de ellas. Nosotros, en nuestra propia sociedad, hemos aprendido a amortiguar el dolor físico y a rebajar nuestro nivel de ansiedad con el uso médico de drogas que han sido desarrolladas imitando los alcaloides presentes en estas plantas.

La necesidad de encontrar fuentes de energía adicional ha estado con nosotros desde siempre. Y, al igual que nosotros tenemos nuestros usuarios de cafeína y de cocaína, durante siglos las fuentes naturales han sido el mate, el té, y la planta de coca del Nuevo Mundo, la planta de khat de Asia Menor, la nuez del árbol de cola en el norte de África, el kava kava y la nuez de betel del este de Asia, y la efedra en todas las partes del mundo. De nuevo, muchos tipos de personas -el campesino, encorvado bajo un montón de leña, cargando con ella durante horas a través de un sendero montañoso; el médico en tareas de emergencia que lleva dos días sin poder dormir; el soldado bajo fuego enemigo, incapaz de descansar- han buscado el empuje y acicate de la estimulación. Y, como siempre, ha habido unos pocos usuarios que han elegido abusar de este proceso.

Entonces, existe la necesidad de explorar el mundo que se encuentra más allá de los inmediatos límites de nuestros sentidos y nuestra comprensión; esto, también, ha acompañado a la humanidad desde su inicio. Pero en este caso, nuestra sociedad norteamericana no-nativa, no ha aceptado el uso de dichas plantas o compuestos químicos, que abren camino en nuestra capacidad para ver y sentir. Otras civilizaciones, durante cientos de años, han usado el peyote, los hongos que contienen psilocibina, la ayahuasca, cohoba y yagé del Nuevo Mundo, la alharma, el cannabis y el Soma del Viejo Mundo, y la iboga de África, para esta exploración dentro del inconsciente humano. Pero nuestra moderna clase médica, en conjunto, nunca ha aceptado estas herramientas para la auto-observación o para ser usadas en terapia, y por lo general permanecen como inaceptables. A la hora de establecer un equilibrio de poder entre aquellos que nos curan y aquellos que nos gobiernan, se ha llegado al acuerdo de que la posesión y el uso de estas extraordinarias plantas ha de ser un delito. Y que el uso de cualquier compuesto desarrollado en imitación a los que estas plantas poseen, aunque hayan mostrado mayor seguridad y eficacia en su acción, han de ser también constitutivos de delito.

Somos una gran nación con uno de los estándares de vida más alto jamás conocido. Estamos orgullosos de contar con una extraordinaria Constitución que nos protege contra la tiranía que ha hecho trizas a otras naciones más pequeñas. Somos ricos con la herencia de la Ley Inglesa que nos presupone inocentes y nos asegura nuestra intimidad personal. Una de las mayores virtudes de nuestro país ha sido el tradicional respeto al individuo. Todos y cada uno de nosotros somos libres -o al menos así lo habíamos creído desde siempre- de seguir cualquier camino religioso o espiritual que hayamos elegido; libres para investigar, explorar, buscar información y perseguir la verdad donde quiera y como quiera que se haya elegido, siempre que se acepte plena responsabilidad por nuestros actos y sus efectos sobre otros.

¿Cómo es que, entonces, los líderes de nuestra sociedad han tenido a bien intentar eliminar estos más que importantes medios de aprendizaje y de auto-descubrimiento, estos medios que han sido usados, respetados y honrados durante miles de años, en todas y cada una de las culturas de las que tenemos conocimiento? ¿Por qué el peyote, por ejemplo, que ha servido durante siglos como un medio para que una persona pueda abrir su alma a la experiencia de Dios, ha sido clasificado por nuestro gobierno como una sustancia de la Lista I, junto con la cocaína, la heroína y el PCP? ¿Es esta clase de condena legal el resultado de la ignorancia, de la presión ejercida por religiones organizadas, o  del interés creciente de que se fuerce la conformidad en toda la población? Parte de la respuesta puede residir en la creciente tendencia en nuestra cultura  hacia tanto el paternalismo como el provincialismo.

Paternalismo es el nombre que recibe un sistema por el que las autoridades proveen nuestras necesidades, y -a cambio- tienen permitido dictar nuestra conducta, tanto la pública como la privada. El provincialismo es la estrechez de miras, la unificación social mediante un único código ético, la limitación de los intereses y las formas de experiencia a aquellos que se encuentran establecidos como tradicionales.

En cualquier caso, los prejuicios contra el uso de plantas y drogas que producen una apertura en nuestra consciencia tienen su origen en la intolerancia racial y la acumulación de poder político. En el final del siglo XIX, una vez que el ferrocarril intercontinental había sido construido y los trabajadores chinos no eran ya necesarios, fueron progresivamente tratados como infrahumanos e incivilizados; eran amarillos de ojos rasgados, peligrosos alienígenas que frecuentaban fumaderos de opio.

El peyote fue descrito, en varias publicaciones de final del siglo XIX, como causa de asesinato, mutilaciones y locura entre los desfavorecidos Indios Americanos. La Brigada de Asuntos Indianos decidió sancionar el uso del peyote, (la cual confundía, repetidamente dicha planta con el mezcal -Nota del traductor: Género Agave-, o con la judía de mescal -Nota del traductor: Mescal Bean, Género Sophora-, en sus publicaciones), y una de las mayores presiones tras los esfuerzos por sancionar su uso se ve de forma más clara en esta cita parcial de una carta escrita por el Reverendo B.V. Gassaway en 1903 a la Brigada de Asuntos Indianos, “...el Sabbath es el principal día de nuestros servicios religiosos, y si los indios ya vienen borrachos de mescal (peyote) no pueden recibir los beneficios del Evangelio.”

Sólo tras un tremendo esfuerzo y con la valentía por parte de muchas personas se llegó a la decisión de que el uso del peyote como sacramento en la Iglesia Nativa Americana debía continuar siendo permitido. Hay ahora de forma encubierta, como ustedes sabrán, un renovado esfuerzo por parte de nuestro gobierno para conseguir eliminar el uso religioso del peyote de nuestros Nativos Americanos.

En la década de 1930, hubo un esfuerzo por deportar a los obreros mexicanos de los estados sureños con una economía basada en la agricultura, y los prejuicios raciales fueron otra vez deliberadamente promovidos, describiendo a los mexicanos como vagos, sucios, y usuarios de esa cosa peligrosa llamada marihuana. La intolerancia contra las personas afroamericanas en los Estados Unidos fue promovida e instigada mediante cuentos de uso de marihuana y heroína entre los músicos de color. Debería hacerse notar en este punto que dicho uso de drogas nunca fue motivo de atención pública hasta que su nueva música, que llamaban Jazz, comenzó a atraer la atención de los blancos -al principio solamente de los encargados blancos de los clubes nocturnos- y allí comenzó el despertar de la conciencia a la discriminación e injusticias que estaban sufriendo los afroamericanos.

Nosotros, en este país, somos todos dolorosamente conscientes de nuestros pecados pasados en lo concerniente a los derechos de varias minorías, pero somos mucho menos conscientes de la forma en que la opinión pública ha sido manipulada en lo referente a su actitud ante ciertas drogas. Nuevas posiciones de poder político y, eventualmente, miles de nuevos puestos de trabajo, fueron creados partiendo de la base del peligro que suponían para la salud pública y la seguridad ciertas plantas y drogas cuya única función era alterar la percepción, para así abrir el camino de la exploración del inconsciente, y -para muchos- permitir la experiencia directa de lo numinoso.

Los años 60, por supuesto, dieron un poderoso empujón a los psiquedélicos. Estas drogas estaban siendo usadas como parte de una masiva rebelión contra la autoridad del gobierno y lo que se creía que era una guerra inmoral e innecesaria en Vietnam. Al mismo tiempo había demasiadas voces que contaban con autoridad y que clamaban alto y claro sobre la necesidad de una nueva clase de espiritualidad, y que apoyaban el uso de los psiquedélicos para establecer contacto directo con el Dios de cada uno, sin la intervención de un sacerdote, cura o rabino.

Las voces de los psiquiatras, escritores y filósofos, y de muchos pensativos miembros del clero, pidieron que se estudiasen e investigasen los efectos de los psiquedélicos y de todo aquello que pudieran revelar sobre la naturaleza y función de la mente y psique humana. Sus peticiones fueron ignoradas en mitad del clamor contra el flagrante abuso y mal uso de dichas drogas, de lo cual existía en ese momento una más que amplia evidencia. El gobierno y la Iglesia decidieron que los psiquedélicos eran drogas peligrosas para la sociedad, y con la ayuda de la prensa, se dejó claro que ese era el camino para el caos social y el desastre espiritual.

Lo que no se mencionó entonces, por supuesto, era la mas antigua de las normas: “El individuo no se opondrá ni molestará a aquellos que ostentan el poder sin ser castigado por ello.”

He explicado algunas de mis razones para sostener el punto de vista de que las drogas psiquedélicas son tesoros. Hay otras, y muchas de ellas están hiladas dentro de la textura de este cuento. Está, por ejemplo, el efecto que tienen sobre mi percepción de los colores, que es completamente maravilloso. También está la profundización en mi compenetración emocional con otra persona, la cual se puede convertir en una exquisitamente bella experiencia, con un erotismo de intensidad sublime. Disfruto el realce de los sentidos del tacto, olfato y gusto, y los fascinantes cambios en mi percepción del fluir del tiempo.

Considero que he sido bendecido, ya que he experimentado, en cualquier caso de forma breve, la existencia de Dios. He sentido una sagrada unidad con la creación y con el Creador, y -lo que mas valoro de todo ello- he tocado el núcleo de mi propia alma.

Es por estas razones que he dedicado mi vida a este área de investigación. Algún día tal vez pueda comprender como estos simples catalizadores hacen lo que hacen. Mientras tanto, me siento en eterna deuda con ellos.
Y seré para siempre su adalid.
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FIN PRIMER FRAGMENTO

sábado, 11 de abril de 2009

All your BASE are belong to us: del clorhidrato de cocaína a la BASE LIBRE.

En esta entrada vamos a intentar complacer a aquellas personas que han preguntado, algunos con cierta insistencia, como hacer una base de cocaína.
Y de paso, vamos a ver si arrojamos algo de luz sobre los nombres que la gente -normalmente aquellos que no tienen relación directa con el tema- se inventan para nombrar a la base o base libre y que en realidad no tienen mucho que ver, excepto que en todos los casos se trata de preparaciones de cocaína.

Es este un manual breve y rápido.

Para empezar... ¿qué es la base libre?
La base libre de cualquier sustancia orgánica, es el alcaloide puro sin que se haya formado una sal con él.

La mayoría de las sustancias psicoactivas son sustancias con un grupo amino, un nitrógeno más o menos saturado con hidrógenos, y que ese hecho les confiere unas propiedades de sustancia con PH básico (lo contrario a ácido).
No ocurre en todas las sustancias, porque también hay ácidos que son psicoactivos, como GHB o el ácido iboténico, y sustancias que no son sino aceites que no contienen un grupo amino como el THC del cannabis.

En las que sí ocurre, esas sustancias se suelen presentar para el consumo en forma de sal.
Esta sal se forma con la adición de un ácido a dicha base orgánica, y principalmente facilita su consumo porque las convierte en sólidas si no lo son, o porque las hace solubles cuando no lo eran.

Por ejemplo, la anfetamina o la metanfetamina son, cuando no están en forma de sal, líquidos aceitosos con un fuerte olor a algo similar al pescado, y sin embargo el sulfato de anfetamina o el clorhidrato de metanfetamina son sales sólidas y solubles.
Que sirva esto también para aclarar a esos que piensan que la base de anfetamina es lo que venden empapando las bolas de speed húmedo: no es así.
Lo que las empapa suele ser o agua o cualquier otro líquido con el ÚNICO PROPÓSITO DE QUE PESE MÁS Y GANAR MÁS DINERO.

De hecho, secar el speed no le hace perder calidad. Al contrario, le hace ganarla en proporción al peso, ya que la anfetamina no se va a evaporar pero si lo que no debería estar ahí.

En el caso de la cocaína o de la heroína ocurre lo mismo. Ni cocaína ni heroína son solubles en agua si no están en forma de sal, por eso la cocaína viene en forma de clorhidrato -la sal formada por la molécula de cocaína con una de ácido clorhídrico (HCl)- para que pueda ser esnifada, o inyectada.

La heroína es un caso aparte: la mayor parte de la que llega a España es heroína en forma de base, pero se facilita su disolución de manera que pueda ser inyectada con una pequeña cantidad de algún líquido de PH ácido, como puede ser el vinagre o el jugo de limón, cuando no se dispone del aséptico ácido cítrico.
Esa es la "heroína marrón". La blanca, que es una sal refinada de heroína, es difícil de ver y bastante escasa, y su pureza es mayor por lo general, pero no sirve para ser fumada ya que se descompone por ser una sal, y se usa inyectada o esnifada. Para más información sobre la heroína, recomiendo no se pierda nadie el estupendo libro tantas veces mencionado de Eduardo Hidalgo.

Cómo la cocaína viene en forma de clorhidrato y se vende así (aunque ahora ya se vende en algunos poblados de grandes ciudades como base libre lista para fumar) las personas que quieran fumarla sin hacer el tonto destruyéndola en más del 90% como ocurre con esos que se hacen "nevaditos" o que impregnan el cigarro con una raya de cocaína (desperdiciada), tendrán que convertirla a una forma de cocaína que se pueda fumar -en plata, en pipa, en un cigarro- sin que se descomponga.

La base libre se comporta como un material que pasa según le das calor de sólido, a líquido y a gas, y esa es la forma en que ha de estar para poder usarse por vía pulmonar (que sin llegar a ser lo mismo que la inyectada, hay quien la compara y es una de las formas y drogas más adictivas, hasta el punto que cabe preguntarse si existió una epidemia de heroína como se nos ha contado, o fue de cocaína teñida de heroína en buena parte).

Así que la base libre sería el resultado de pasar del clorhidrato a la molécula sin estar asociada a una molécula de HCl.
Eso se puede realizar con muchos compuestos que tengan un PH básico para que se combine con la molécula de ácido y libere la base, pero los más comunes son los preparados de amoniaco.

El resultado no es, como creen algunos, el basuco.
El basuco es un preparado tosco y con impurezas de cocaína que no ha sido procesada hasta el clorhidrato, por falta de material y ahorro de costes. Esto reduce su precio por no necesitar químicos que son valorados en los países productores y por la poca manipulación necesaria. El basuco, sólo se puede fumar y se hace en pipas, porque las impurezas no lo hacen adecuado para fumar sobre plata.

Tampoco es el crack, que es un preparado a base de cocaína en base y bicarbonato sódico.
Puede haberse hecho partiendo de clorhidrato de cocaína, pero lo más común es que se haya hecho partiendo de la pasta base de coca que no ha llegado a ser convertida en sal, ahorrándose un paso y productos químicos.
El crack es mayor en volumen (por el bicarbonato) y exclusivamente fumable en pipas (más o menos cutres) ya que la cocaína que contiene se evaporará, pero quedará el residuo del bicarbonato que no reaccionará igual, ya que necesita temperaturas mucho más altas para llegar a evaporarse.
Esa diferencia en volumen le hace más manejable y barato en proporción al peso, y eso lo hizo accesible a grupos sociales en USA que no tenían acceso a la cocaína por su alto precio.

Y fue la respuesta predicha por más de una persona con la visión no enturbiada, con la que el mercado de la cocaína reaccionó a la restricción de precursores como el éter y la acetona o el ácido clorhídrico.
En lugar de frenar la expansión de la cocaína, se encontraron con una cocaína mucho mas adictiva, peligrosa y accesible, que cualquiera con 5 dólares podía adquirir.

Explicado que es la base libre de cocaína, el basuco y el crack, vamos a ver como se hace una base de cocaína partiendo del clorhidrato.
Esto no pretende ser un manual con la única forma de hacerlo, sólo con una habitual que es accesible para cualquiera en este país.



MANUAL: DE LA COCAÍNA EN SAL, A LA BASE LIBRE.





1º Comenzamos con la preparación de todos los materiales necesarios. Cocaína en sal -imprescindible- para hacer la base, amoniaco no perfumado que en cada lugar tiene su preferencia y el de la marca Volvone es uno de los más apreciados, mecheros con buena llama, una cuchara donde hacer la reacción y algo de papel de water o de servilleta para recoger el amoniaco sobrante (ya que no todo el mundo "lava" la base).






2º Depositamos la cantidad de cocaína que queramos en la cuchara. No es aconsejable pasar del cuarto de gramo, por cuestiones de espacio y proporción con el amoniaco así como con el calor necesario para la reacción.





3º Añadimos el amoniaco a la cuchara y la cocaína. No lo dejéis caer encima goteando, o la cocaína saltará fuera de la cuchara. Echadlo con cuidado desde cerca y no sobre la cocaína directamente. El amoniaco tiene que cubrir del todo la cocaína depositada en la cuchara.





4º Ahí vamos con la reacción. Se le da fuego con el mechero por debajo. ¿Cuánto? Es algo que se aprende con la experiencia, observando como reacciona y depende también de cada coca (y más con la variabilidad que hay hoy en día). Es aconsejable usar un mechero con llama normal, ni pequeña porque no se haría, ni grande porque podríais quedaros sin nada.
Se le va dando progresivamente pero de forma constante y observando qué ocurre (eso nos dirá cuando parar).





5º Paramos un momento para observar la evolución de la cocaína. En esa imágen se ve como hay trozos de la coca que se han ido "fundiendo" y "haciendo gota" en el centro de la cuchara, pero aún hay trozos que no. Observamos también como se ha ido desprendiendo espuma que se ha ido a los lados de la cuchara: eso siempre ocurrirá, aunque la cocaína fuera 100% pura. Es la reacción del amoniaco con la parte de la molécula de esa sal que corresponde al HCl, que reaccionan entre ambos y dejan la base libre de cocaína.






6º En este punto, la "gota" de base ya está hecha. Mientras que la cocaína en sal suele tener un color de blanco nieve, la gota cuando esta aún caliente tiene un color de un blanco "roto" o un gris blanquecino. Si en esta gota -ojo, aun caliente- quedasen partes de clorhidrato que no han reaccionado, se verían zonas mas blancas, que necesitarían de un poco mas de calor.
Cuando la gota se enfría, aun dentro del amoniaco, tiende a solidificarse y cristalizar -si, hay muchas sustancias que como base son capaces de cristalizar- volviéndose más blanca.





7º Con mucho cuidado se recoge, primero por el exterior y bordes, ya que es donde se ha acumulado, la espuma del amoniaco sobrante. En esta imágen, se ve que la gota por haber tardado mucho (por hacer las fotos) se ha ido cristalizando y solidificando.
Esto ocurre poco a poco, y no toda ella está sólida, así que hay que tener cuidado, porque con la servilleta no sólo se puede absorber el amoniaco... también podéis llevaros la gota impregnada en el papel... y eso no es el objetivo.
Repito, cuidado y pulso firme.





8º Terminamos de sacar todo el amoniaco sobrante, con mucha atención a lo ya mencionado. En este caso se hace inclinando ligeramente la cuchara sobre una servilleta que va absorbiendo.






9º Y este sería el resultado, una gota ya casi cristalizada del todo de cocaína en base libre. Mucha gente "lava" la base, ya que la base de cocaína no es soluble, y para retirar todo el resto del amoniaco, se le echa agua a la cuchara cuando ya se ha completado el proceso de formación de la base.
Así el amoniaco sobrante se va, y la gota de coca se enfría, solidificándose antes.
Otras personas no lo hacen, porque hay quien opina que el amoniaco favorece la absorción de la cocaína, haciendo que el "flash" al fumarla sea mayor.
En cualquier caso, aunque se lave con agua, habrá que retirar el líquido sobrante, y habrá que proceder de la misma forma que la descrita.





10º Y este es el resultado final. La gota cristalizada quedó en el centro de la cuchara, y con una pequeña cuchilla, se parte si se va a usar en pequeñas porciones sobre una pipa para fumar coca, o no es necesario si se va a poner sobre plata toda ella y se va a fumar.
Si en el paso anterior la coca no ha solidificado, y ha quedado como una pequeña gota de "leche condensada" pegada a la cuchara, basta con removerla como si se raspase en círculos con la punta de un cuchillo, una hojilla, una navaja... y en cuanto se remueva un poco se solidificará en el acto.
Así no quedará hecha una pieza, pero siempre se puede rascar sobre la cuchara y sacarla toda, aunque será mas difícil de manejar si el objetivo es fumarla en pipa, ya que en plata al darle calor y fundirse toda junta, no se tendrá ningún problema.


Y esto ha sido todo, se admiten correcciones y opiniones que ayuden a ver más claro el proceso, que es uno de los pocos procesos químicos en los que la cultura de la droga entra, alterando una molécula para poder darle un uso distinto, y no sólo modificando presentaciones o con alteraciones mecánicas o físicas (como machacar bien las rocas antes de esnifar, por ejemplo, o extraer el metilfenidato del Rubifen farmacéutico, q es un proceso 100% físico, no como este).


miércoles, 25 de marzo de 2009

Vaporizador casero: la pipa del yonqui.

Desde hace algún tiempo, hay peticiones de algunos,lectores pidiendo un tutorial para fumar en plata (sobre hoja de aluminio), ya que están tocando algunas sustancias que tienen la cualidad -o la necesidad- de ser vaporizadas para poderse usar.

Fumar sobre plata o "en plata" es algo que requiere arte y técnica, que se gana con el uso, y el cual (ese "uso") es mejor no llegar a adquirir nunca.

Pero no por eso se debe desaprovechar lo que enseña.
Fumar en plata no tiene mas misterio que el de evaporar una sustancia dándole calor desde abajo, y absorber el humo que desprende sin quemarse. Algo sencillo, pero que implica que la sustancia se mueva, y la fuente de calor, para no quemarse sobre el mismo punto, ya que "la plata" no es una plancha de acero precisamente.

Hace unos días, con la llegada de cierta cantidad de DMT que abasteció a un buen número de personas, algunos se quejaban de lo difícil que era vaporizar y poder fumar 30 mgs. y asi llegar a tener efectos como los esperados

La mayoría se quedaban una y otra vez a las puertas, y alguno, aburrido o curioso, le dio por fumarlo en "plata".
Parece que la cosa, sin llegar a ser la solución, estaba más que bien, y el método ha sido probado por varios, pero con las perdidas de humo, tampoco han llegado muy lejos.

El método que desde esta web hoy vamos a explicar, es como construir un vaporizador casero en menos de 5 minutos, que tiene la ventaja de que NO SE PIERDE NADA DEL HUMO O SUSTANCIA VAPORIZADA.

Alguno que lo vea, me puede decir, que lo que estoy haciendo es una "pipa yonqui" para fumar base de cocaína.
Pues también. Es la forma más rápida y eficaz de vaporizar la base de golpe y fumarla (aunque existen otros métodos como el del vaso) y a veces es comparada con la administración intravenosa.

Lo cierto es que este método sirve para vaporizar en contacto directo con fuego (ojo con que ponéis en él) cualquier cosa... desde la habitual base de cocaína -no sirve el clorhidrato, se descompone- a la base de DMT, cafeína (no lo recomiendo), base de heroína...

¿Por qué tanta mención a la base?
Las sales de materiales orgánicos, se destruyen casi siempre antes de evaporarse.
Y sin embargo las bases, pueden llegar a ser vaporizadas sin ser totalmente destruidas.

La sustancia vaporizada pasara al interior de la pipa y de ahí a los pulmones, con la ventaja de que si no podemos con todo, solo hay que esperar porque el humo queda en la botella, y podemos repetir una calada, con mechero o si hay humo suficiente (no suele...), sin él.

Y ahí va el tutorial. A lo Arguiñano.

Ingredientes para una "Pipa Yonqui" o Vaporizador Casero Ultra-rápido:

- Botella de plástico vacía.
- Papel de aluminio.
- Aguja o alfiler (no demasiado fino).
- Cigarros y mechero.
- Un bolígrafo (BIC son los mejores) o lapicero (por su tamaño).
- Agua corriente, aunque si la necesidad aprieta, vale casi cualquier liquido.



1º Seleccionamos una botella de plástico. El tamaño es importante, ya que de eso dependerá que sea manejable, y la cantidad de líquido que le tendremos que echar.
No siempre se dispone del que se quiere (recordad que esto también es una pipa de emergencia).



2º Para esta demostración y a falta de otras, no tengo más remedio que hacerlo con una botella de un litro y medio. Una salvajada que no cabe en cabeza alguna, cuando el tamaño ideal, es el de la botellita de agua normal.

Le quito a la botella todo papel que me impida ver, le retiro el tapón y conservo la anilla que suele venir de precinto de seguridad (la que se separa al abrirla por primera vez).
Ésta tenía restos de té, pero no importa, se lavará en el proceso.




3º Con un cigarro se hace un agujero a la botella. Hace falta práctica para atinar con el ancho exacto necesario para el tubo que servirá de boquilla por donde se aspirará.
Se guarda el cigarro mientras sigue consumiéndose, ya que necesitaremos la ceniza, y posiblemente la brasa de nuevo para hacer el agujero más grande y adaptado al tubo que hagamos.
Si se usa un boli BIC para hacer el tubo, el agujero del cigarro queda pequeño y hay que agrandarlo.



4º Aquí vemos varios pasos a la vez. Primero hemos llenado la botella de agua sin que quede muy cerca del agujero, para que el tubo de aspirar no se nos meta y bebamos agua con ceniza.
El espacio que se deja es de lo más importante, ya que de eso depende la fuerza que amos a tener que hacer aspirando, y lo que nos cansará.
A mayor espacio -volumen sin agua- más fuerza hace falta para aspirar y hacer el vacío que haga que la sustancia vaporizada entre en la botella y en nuestros pulmones.

Tras echar el agua, con el agujero hecho (aunque el agujero se puede hacer después en lugar de antes), ponemos el trozo de papel de aluminio en la cabeza de la botella, y lo fijamos con la arandela que habíamos reservado.
En lugar de una arandela se puede usar cualquier cosa que sujete, y con algunos tipos de botella, si se aprieta bien en los lados con el aluminio, no es necesario fijarlo con la arandela ni nada.




5º El tubo de aspirar, hecho de "plata" y con la forma y el ancho tomado de un bolígrafo.
Es bueno que tenga más de una capa, sobre todo en los bordes superiores antes de enrollarlo, ya que es lo que va a tener que pasar por el agujero, y facilita las cosas si tiene cierta dureza que con una capa de papel no se consigue.



6º Empezamos ya a preparar la entrada de la sustancia que vayamos a vaporizar.
Para eso le hacemos unos agujeros por donde pasará la corriente de aire caliente del mechero con la sustancia vaporizada.

Yo tengo la costumbre de hacerlos en el lado opuesto al que este el tubo, para no estar cerca de la llama, y solo en ese lado, para no tener que cubrir toda la boca de la botella con ceniza o material inerte que evitara que al fundirse la sustancia -porque antes de evaporarse se funde, si no es Iodo u otro material que sublime- caiga adentro sin ser aprovechada.

Con los que se ven en la foto, realizados con una aguja de coser de tamaño ligeramente grueso (pedidle a vuestra madre una aguja de coser vaqueros) a mi me vale.

Pero tengo buenos pulmones, y el equilibrio entre mi capacidad pulmonar, el espacio con aire que hay y el numero de agujeros, determinará la presión que se realizará, absorción y vacío por lo que determinará también la velocidad de entrada del aire-llama del mechero y como de rápido se llenará de vapor de DMT, Cocaína o Heroína, la cámara de la botella (el espacio sin agua). Cada cosa necesita su ritmo para fumar, dosis, y velocidad de llama para evaporarse, pero eso es cuestión de adaptarse y de jugar con variables como la cantidad de llama, la cercanía o el grosor de la ceniza que hace de cama.



7º Y encajamos todo el kit. Sólo faltan un par de cositas.... además de asegurarse que el tubo es suficientemente ancho como para cerra la entrada de aire de su agujero, o no entrara la vaporización al no haber menos presión (cuando absorbemos) en la botella.



8º Colocamos la ceniza que nos iba a servir de soporte inerte sobre los agujeros, una vez encajado todo. Tapamos todos los agujeros que hayamos hecho.



9º Y ponemos encima de la ceniza, la materia que queremos evaporar... que en este caso es esa cosa blanca que se ve sobre la ceniza...



10º ¿Se ve mejor ahora? Unas postillas de base de tropano colombiano dispuestas para ser moléculas libres en flotación.



11º Y llega el momento: con cuidado nos acercamos, procurando no tocar mucho la botella a riesgo de que se mueva la sustancia y caiga fuera de los agujeros o fuera de la botella. si hace falta, para cerrar el agujero del tubo y dado que esta hecho de un material que se adapta ligeramente, tal vez baste con "direccionarlo" con el dedo hacia algún lado.
Pero recuerda que debe permitir que pase el aire a través de él... o el aire primero...

Y con el mechero amenazantemente encendido que vamos acercando a la sustancia mientras aspiramos...



12º Llegó el momento de la verdad. Aspirando de forma constante y acercando el mechero según sea necesario (a veces hasta enchufarle directamente) cargamos de vapor de lo que sea el aire, y empieza AL MISMO TIEMPO a entrarnos en los pulmones.
Retiramos el mechero y seguimos aspirando hasta donde podamos.

¿Por qué mayusculas en "AL MISMO TIEMPO"?
Porque no es como un bong, que deja el vapor libre al quitar el dedo, con esos dos tiempos de primero cargar, y segundo fumar.
En esta "pipa yonqui" ambas cosas van juntas...

A ver esos pulmones, machotes!!



13º Y aquí una muestra de lo que pasa cuando te has pasado metiendo sustancia, o cuando hay demasiado espacio vacio de agua y te cuesta tirar de él, o cuando has querido dejarlo ahí para que lo vieran... como es el caso. Queda el humo esperando, no os alarméis...




14º Y ante esa situación... ¿qué hacer? Pues aspirar... aspirar hasta vaciar, y volver a "cargar" la pipa para una nueva calada.... pero ojo, despacio.
No menosprecieis esta forma de administración, que puede dar un susto a más de uno de los que creen que fumando, no es tan peligroso.
Ojo, la vía pulmonar es la vía de administración más rápida que existe en psicoactivos, superando a la intravenosa... aunque con la intravenosa la cantidad que se administra puede ser mucho mayor, con la pulmonar el efecto suele ser inmediato ganando por poco a los demás inyectables.

Y en el caso de algunas drogas, como la cocaína en base, comparan el efecto con el de la inyección, según percepción de antiguos consumidores por vía venosa.



Espero que este "tutorial de bricoyonqui" os haya servido, le deis buen uso, e investiguéis por vuestra cuenta... siempre cualquier te puede enseñar algo, y nunca sabes cuando te va a hacer falta.


P.S: Aclaro que el agua, que yo recomiendo, no es para enfriar el humo ni para nada por el estilo. Simplemente es para que la ceniza que va cayendo, quede retenida y no se aspire en la siguiente calada.
Y algún principiante, reconociendo su poca capacidad, ha hecho un intento de emular la pipa, con una botella de agua mineral (el recipiente más cómodo y habitual).

miércoles, 4 de febrero de 2009

Ésta me gusta, me la hago yo!! Entrevista con un activista químico (I).

"El hombre es
una breve aventura química
sin sentido"
Manuel Vicent.


Desde que el hombre es hombre y en su evolución comenzó a ser un animal sedentario, lo primero que hizo -aparte de buscar emplazamientos que le facilitasen la existencia por sus recursos- fue procurarse unos bienes de consumo, que cubrieran necesidades básicas, y en primer lugar estuvo el procurarse mediante la agricultura y el pastoreo, alimentos que le permitieran vivir de forma sostenida.


En el caso de los consumidores de drogas esto ha sido similar. Cualquier consumidor se ha planteado producir la sustancia que le gusta tomar. Tal vez como medio de conseguirla barata, o conseguirla pura, y de esa forma ganar en calidad y en seguridad, que es precisamente el espacio donde más atenta al mercado de drogas la prohibición: las hace desmesuradamente caras e impide que las personas puedan saber si consumen algo o lo contrario, siendo la principal causa de problemas relacionados con drogas la fosa de ignorancia en la que se introduce uno al tener que sufrir las consecuencias de la prohibición.


Aunque no sólo el narcotráfico saca beneficio de la prohibición: mientras que un gramo con un 90% de pureza de MDMA se puede comprar en el mercado negro por menos de 50 euros, la más importante empresa química del mundo, lo produce al módico precio de 11.300 euros el gramos si son dosis de 10 miligramos, o a 8.000 euros el gramo, si es en bolsitas de 50 miligramos.

Teniendo en cuenta que una dosis generosa de MDMA son unos 150 miligramos, la experiencia del MDMA legal a una persona, le costaría como mínimo unos 1.200 euros... y mientras cualquier joven puede conseguir una bolsita con medio gramo de MDMA -unas 3 dosis largas- por 30 euros.

Todos nos hemos planteado alguna vez ser capaces de producir nuestro cannabis, nuestro MDMA, nuestro speed....... todos.

En algunos ese planteamiento ha durado unos breves segundos, conscientes de que el esfuerzo que supone aprender, comprender y llevar a cabo algo así es demasiado grande para la recompensa... cuando siempre se puede llamar al camello.

Sólo en el caso del cannabis (y algo en el caso de los hongos con psilocibina-psilocina), que tiene detrás una fuerte industria y que se puede producir con un coste muy bajo para mantener el consumo personal, parece que se ha logrado de forma general (aunque la crónica vaguería hispana sigue haciendo que sean una minoría los consumidores de porros que se los producen ellos mismos).


En el resto de las sustancias, la que resulta más sencilla de producir para quien quiera ponerle un poco de interés, es la metanfetamina.

Meth, Ice, Cristal (no el de aquí, el nombre pero en USA) o Crank son algunos de los términos con los que se conoce a esta sustancia, que paradójicamente es desconocida en España, a pesar de que existe una fuerte demanda de estimulantes (mirese el consumo de cocaína).

Se podría decir que la "receta" para hacer esta droga partiendo de algunos productos fáciles de conseguir está bien sembrada en la red. Y además es correcta en muchos lugares, y no es un chiste malo como la archiconocida formula para fabricar LSD casero con un par de cajas de cervezas Foster.


En los foros sobre drogas, aún hoy, se puede encontrar a menudo algún iluminado por el conocimiento que, en un arranque eufórico, expone al mundo que va a hacer metanfetamina y que sólo necesita un poco de ayuda...

Es curioso que ninguno de esos químicos vocacionales se plantee primero... ¿¿por qué no lo están haciendo otros si resulta tan sencillo???

Y si a eso le sumamos que a su petición de ayuda, corren raudos y veloces los más avanzados de la clase de química de 1º de carrera, que al verse rodeados de un montón inmenso de tipos que no saben escribir ni leer en muchas ocasiones, se sienten capacitados para dar consejos sobre como proceder dirigidos al nuevo aspirante a químico clandestino.


El ciego guiando al tuerto, dándole consejos que se acaban pareciendo a los programas de televisión de fin de Año, donde se limitan a cortar y pegar videos sobre todas las equivocaciones cometidas a lo largo de ese ciclo.


No acaban, nunca se acaban. Siempre habrá otro más intentándolo (en distintos grados, desde la palabrería habitual al que se fabrica un condensador manualmente), y siempre un estudiante diciéndole cómo hacerlo.... pero que no lo ha hecho porque no tiene ni zorra en realidad, pero no le importa que otro haga de conejazo de indio.


La realidad muestra que no hay síntesis de metanfetamina en nuestro país, pero cuando aparece es de forma anecdótica y en círculos muy reducidos.

Y en uno de esos círculos, está el invitado que hoy entrevistamos: el tipo que sin ser químico, pero usando los conocimientos del bachiller y echando horas de lectura... aprendió a cocinarse su propia metanfetamina.... entre otras cosas.

Y ahí va, tal y como está.

Incompleta, y con una segunda parte que se completará con las preguntas de los lectores, que pueden dejar en los comentarios.
Si el cocinero sabe -porque tiene la humildad necesaria como para no inventarse respuestas- las contestará para bien de los aspirantes a conseguir el título de Quimicefa del Año.

Las fotos de condimento en esta entrada, están cedidas por el cocinero, y pertenecen al medio gramo de clorhidrato de cocaína que produjo hace una semana... para su mujer.

Vive en un paradisíaco lugar en el sur de Francia, y trabaja como educador con adolescentes problemáticos (a mi me hace gracia eso... cuál no lo es a esa edad??).

Sin más.



Entrevista

 al Vampiro (I)


- Buenas nos dé Dios. ¿Me puede decir su nombre?


- Claro que no. Si lo hiciera, acabaría llamándome Monsieur Capullo...


- ¿Teme represalias? ¿Acaso el conocimiento no es algo que está siempre dentro de la ley?


- Pues si. En este mundo existe una extraña ley que coarta la libertad incluso a los que no perjudican a segundos ni a terceros. Ya he sufrido una vez sus consecuencias y prefiero no tentar la suerte. Incluso con la conciencia tranquila, el castigo social puede llegar a ser muy cruel...


Desgraciadamente el conocimiento no tiene porque estar dentro de la ley. Imperfecta como es, acepta una barbaridad de interpretaciones; y curiosamente siempre terminan ganando las que se alejan mas del espíritu científico. Incluso en las universidades hoy día las leyes, la burocracia y todas las normas, de facto están minando nuestra capacidad de aprender de una forma real.


Estoy de acuerdo en que tienen que existir límites y acuerdos sociales pero creados desde una perspectiva honesta y para defender la libertad y garantizar el desarrollo del individuo.



- Claro, eso seguro que lo dice porque tiene algo que ocultar. Fijo que no es un estudioso de la ciencia sino un criminal... a qué se dedica?

- Lo único que tengo de criminal es mi humor, y va en serio. Para el resto soy como cualquier persona, tengo mis hobbys y disfruto como puedo de mi vida. El problema si es que se le puede llamar así, es que muchos de mis hobbys incluyen total o parcialmente esta maravilla de cosas que son las drogas.


Pero vaya, no soy más criminal que un psiquiatra apasionado por su oficio.

Tampoco me considero estudioso de la ciencia. Eso queda muy solemne.
Yo diría más bien que me gusta la ciencia aplicada.

Volviendo a tu pregunta, me dedico a la educación con jóvenes algo problemáticos, así que me gano la vida honradamente y en ningún caso hago dinerillo extra con nada que pueda ser ilegal. No tengo ningún problema con quien lo hace pero es una cosa que creo que no me compensaría.


En cualquier caso no tengo nada que ocultar a mis allegados, a quien sí me importa y me conoce. Incluso a mis hijos no les esconderé en ningún caso cualquiera de mis facetas.




- Ah no? Y que tal le parecería que le llamasen del colegio del niño porque le va diciendo a sus amiguitos cosas como que su papá hace unas cosas tan buenas en el sotano con sus amigos, que estos le dicen: "Tú sí que sabes lo que es un polvo que te deje feliz, y no la pesada de mi mujer...."
¿Sabrá gestionarlo?
O se ha pasado de lanzado... mezclando niños y drogas, no cree?

- ¡Pues me parecería muy mal! Que mi hijo vaya comentando cosas de la vida sexual de mis amigos por el colegio me enojaría bastante.

Hablando en serio. No tengo ni idea de si sabré o no gestionarlo. Supongo que lo que diga hoy poco puede valer mañana cuando tenga casi el 50% de mi propia carga genética haciéndome trastadas por casa.

Lo que sí sé es que es la misma sociedad quien mezcla niños y drogas, y lo hace a diario. Así que al plantearme estos temas aunque sea a nivel de cábalas no lo veo muy distinto a plantearme qué tipo de educación me gustaría darles.


Conste que en cualquier caso yo he mezclado hijos y drogas, no niños y drogas.

Creo que el proceso de formación y educación con este tema no hay que hacerlo de golpe y es necesario adecuar el discurso a cada edad teniendo en cuenta en todo momento las leyes de las que hablábamos al principio y sobre todo el no clandestinizar facetas de loa propia vida.

Si a los cinco años me pregunta "¿Qué has hecho en esos botes?" y yo le digo "Un perfume." no tengo porque mantener la misma versión de los hechos toda su vida. Ello dependerá de la propia capacidad para evaluar el momento vital del hijo y las ganas de ser franco con uno mismo.




- ¿Y cuando su hijo lea esta entrevista con 14 años, y algún malicioso educador le diga: "Ese... ese es tu padre"? ¿Cómo planteará entonces que no debe violar la ley ni transgredir la beatífica naturaleza de su química corporal con sustancias exógenas sin prescripción médica?

¿Qué hará entonces? ¿Más perfumes con olor a acetona?

- Pues estamos un poco en lo mismo. Si hasta los 14 años no hubiera existido ningún proceso formativo previo, evidentemente que la cosa se pondría peliaguda. Pero vaya, que hasta esta edad ya se puede haber trabajado la relatividad de las palabras bueno y malo, legalidad e ilegalidad, moral social y ética personal, e incluso, si a partir de los doce van al instituto ya se puede haber hablado unas cuantas veces de drogas.

Incluso en alguna de esas ocasiones, haber incidido en lo que es un cerebro en desarrollo y lo importante de evitar consumos en edades tempranas.

Si yo he hecho eso, a quien le toca evitar ilegalidades y consumos no es a mí, sino que le corresponde a él.

En cualquier caso y tengan la edad que tengan los hijos son personas con derecho a equivocarse y los padres deben estar allí cuando eso ocurra y no antes.

Y bien, por mi parte si realmente se planteara la situación sería un buen momento para mostrar otras facetas mías mas en acorde al mensaje que le quiero hacer llegar a esta edad y dejar los experimentillos para otro momento en el que no pudieran tener un impacto potencialmente negativo para su educación.

En fin, el tiempo dirá.



- Tengo la sensación de que estamos pasando por alto la razón que le trae a estas páginas como entrevistado... y es que usted fabrica drogas, no? ¿Qué hace exactamente o qué sabe/puede/suele hacer?


- Jua jua jua! Ya pensaba que me libraba del tema! Pues bien supongo que a estas alturas ya no es ninguna sorpresa decir que sí. Cuando me apetece por el resultado o por aprender e investigar el mismo proceso me pongo manos a la obra.


Inicialmente mi obsesión era poder autoabastecerme de casi cualquier tipo de droga, estimulantes, depresores, psicodélicos, etc., aunque finalmente mis limitaciones como químico, el acceso complicado a algunos precursores y las pocas ganas de correr riesgos innecesarios se han encargado de limitar la variedad de drogas potencialmente fabricables con mis recursos.


Respondiéndote de forma más concreta, te digo que se/puedo hacer cualquier extracción de fuentes vegetales. Setas, cactus, plantas ayahuasqueras, opiáceos, coca, etc. En realidad así es como se empieza y de hecho si el objetivo fuera simplemente autoabastecerse no haría falta ir mas allá dada la generosidad del mundo vegetal.


En mi caso el hambre resultó no ser para abastecerme sino que para aprender y ver donde podía llegar un profano como yo así que continué con las extracciones de medicamentos, purificación de drogas callejeras y finalmente me centré con la nanosíntesis de metanfetamina y con alguna otra modificación molecular menor como la isomerización del THC.


Llegados a este punto no he seguido a nivel práctico aunque a nivel teórico no he parado. Es cierto que para continuar hay que hacer un salto técnico y teórico así que me puse unas cuantas experiencias en cartera y estudié. Mis próximos planes están en síntesis de opioides, opiaceos, alguna fenetilamina y a medio o largo plazo mda y/o mdma.


De todo ello, lo que he seguido haciendo durante este tiempo de manera puntual ha sido cocaína para mi pareja y metanfetamina para mi. Esto ha respondido al hecho de no tener acceso a ellas en la calle y me ha permitido optimizar los métodos para pequeñas cantidades.




- Ale, y lo dice y se queda tan tranquilo. Ni más ni menos que cocaína y metanfetamina!!

La droga más peligrosa del mundo... ¿no?

- Pues sí, lo digo y sin pestañear aunque supongo que el anonimato ayuda mucho.

Lo de ser la droga más peligrosa del mundo es en según que mundo. Resulta que en el mundo de EEUU e Inglaterra si lo es, o como mínimo eso afirma la versión oficial. En el mundo de España la situación parece distinta ya que allí la droga más peligrosa del mundo resulta ser la heroína incluso ahora que su uso parece haber llegado al un mínimo histórico desde hace 35 años.
No hace falta a estas alturas venga con la frasecilla que el veneno no lo hace la sustancia sino que la dosis y la pauta de consumo, aunque si es verdad que como mínimo en mi caso hay que tener especial cuidado con ciertas sustancias, y una de ellas es esta. Permite funcionar de forma normal bajo sus efectos y da muchísima euforia, casi tanta como bajón la mañana siguiente y justo este bajón desaparece por completo si se consume de nuevo. Así pues invita a seguir tomándola aunque hacerlo o no no lo decide ella sino tú.

Caer en la rueda incluso con la peor droga del mundo sigue siendo una elección personal aunque nos pese y aunque a veces sea difícil mantenerse firme en los propios límites.




- Ya me habían advertido que era un libertino, y que se comienza por estudiar química y se acaba haciendo pastillas... pero cocaína?


- Me considero más liberal que libertino y aunque tengo un poquito de cada de conocerme ni se te ocurriría nombrarme como tal. Convivo con mi pareja desde hace mas de una década, he estudiado, trabajado, participado en asociaciones y hecho voluntariado. Llevo una vida medianamente ordenada y soy muy casero. Como ves a la estampa sólo le falta un poco de farlopa (avisé sobre mi humor) jajajajaja!!!


Bueno el tema de la coca saló a partir de una vez que tras pasar muchos años sin probarla me invitaron a una fila y acepté. El efecto fue muy distinto al que recordaba y no me gustó en absoluto. Pensé que sería un tema de pureza, corte o algo por el estilo y me decidí a probar la extracción e intentar reencontrar las sensaciones que recordaba de antaño. Finalmente tras obtenerla y asegurarme que era un producto de calidad vi que realmente no terminaba de gustarme. Me bloqueaba, no disfrutaba del momento y lo que era peor, me ponía de mala leche!


A mi pareja le pasó todo lo contrario, le gustó mucho así que de vez en cuando, cuando le apetece y tengo tiempo le extraigo su medio gramete.


- Pero usted ni es químico ni estudiante... y para hacer esas cosas hace falta interés y formación. ¿Qué vino primero?


- ¿La gallina o el huevo? Un poco todo a la vez. De pequeño pedí el Quimicefa a los reyes magos y a los años ya lo había ampliado y tuneado con productos algo más resultones que las cuatro sales tontas que ponen. Aun lo conservo como fetiche.


Luego no me acordé más de la química hasta que tomé éxtasis por primera vez y pensé que aquello que tanto me gustó debía aprender a fabricarlo. Pero nada, aun estaba en BUP y las aguas siguieron otro cauce. Aquí abandoné durante años cualquier consumo de drogas ilegales hasta que un día, pasados los años me di cuenta que las echaba de menos. Retomé el contacto con el tema aunque desde internet y casi por casualidad terminé en foros y páginas de química clandestina. El cariño hizo el roce y hasta hoy.




- ¿Qué le ha aportado el hecho de ser capaz de sintetizarse o extraerse sus propias drogas o las de su pareja?


- Poco más que satisfacción personal y entretenimiento. A nivel económico ha sido una ruina, sobre todo al principio que inviertes en materiales que no sirven del todo o en precursores que tu poca mano hace que se vayan por el retrete. Es cierto que al final terminas cogiendo el punto y sale algo más económico pero ni mi consumo es tan elevado ni la cantidad que hago es suficiente como para notar el ahorro. En este sentido es mejor comprar las drogas hechas y ahorrarte el tiempo.

Otra cosa que me llena bastante es el hecho de no pasar por el gran narco de sudamerica/EEUU. En fin, podríamos estar hablando largo y tendido sobre el tema pero aunque sea a nivel simbólico no financiar con los vicios de mi pareja toda aquella barbaridad me proporciona cierta satisfacción.


- ¿No puede pagar a los honrados trabajadores del mercado negro subvencionados por el estado y su prohibición?


- ¡Claro que podría! pero sólo con lo que no pueda obtener con mis propios medios y mientras haya garantías de un mínimo de calidad y seguridad en el producto. Si no fuera así ¿donde estaría la gracia?


- ¡Cómo no va a haber paro, si ni el mercado negro se puede mantener ya por gente como usted!


- Creo que el paro no lo solucionaríamos si yo ni los que como yo dejáramos de hacer experimentos. Te aseguro que si de mi dependiera las drogas crearían más puestos de trabajo que ahora y no justamente remunerados en B.

Creo que sufrir por el futuro del mercado negro es como sufrir por el futuro del sol o del universo mientras los políticos no empiecen a tomar medidas valientes al respecto.


- Pero diga lo que diga, hablándome de psiquedélicos, de opiáceos, de MDMA, de metanfetamina y cocaína, usted no puede estar bien de la cabeza.

Ya sabe que las drogas cuando son consumidas crean un agujero en el cerebro por el cual pasamos a estar controlados por esas sustancias...

- JUAJUAJUA!!! Es que no me dejarán nunca de hacer gracia este tipo de frases. Son tan ridículas que incluso sospecho que quien acaba de formularlas no puede evitar sentirse un poco incómodo ante sus interlocutores.

En cualquier caso, y para asegurarme que no sea yo quien está haciendo el ridículo, tiene usted algún estudio científico y de nuestra era que demuestre tal afirmación? O incluso más, ¿que simplemente cree indicios al respecto? Nunca está de mas leer cosas nuevas...

- Déjese de estudios, coño, o me va a negar lo que todo el mundo sabe? eh?

Sólo los drogadictos como usted son capaces de negar obviedades tan evidentes!!
Todo el mundo conoce el hecho de que los estudiantes universitarios hacen LSD en sus ratos libres, para sacarse unos dineritos extras... me equivoco?

- Yo es que en mi facultad debíamos ser muy tontos. De hecho en toda la universidad lo éramos porque encontrar un secante de LSD era casi una odisea. Es más, creo que en todas las universidades de mi provincia eramos tontos porque allí de LSD había el bajado de Amsterdam y poco más. ¿Viviremos en un continente de garrulos en el que ni los estudiantes universitarios son capaces de fabricar LSD?




- Es la única droga que parece que no ha nombrado en su lista de delitos y de futuros ilícitos..por qué? Por qué no hace LSD, porque ya no es universitario? Demasiada competencia, verdad?


- De la mayoría de drogas lúdicas que se consumen habitualmente esta es con diferencia la más difícil de obtener.

Primero de todo los precursores son difíciles de producir o sacar de algún lado y de hacerlo hay algunos muy tóxicos y activos en cantidades mínimas. Estos, al igual que el mismo LSD se degradan fácilmente y hay que guardarlos y tratarlos con una serie de requisitos mínimos.

También tenemos que las reacciones son bastante rígidas, permiten poco margen a imperfecciones e impurezas y muchas veces precisan de material algo específico y caro. En resumen, es una síntesis que guardo para cuando me jubile y vaya a la universidad de nuevo esta vez a estudiar químicas.


Supongo que este tipo de mitos que comenta los creó la historia de Owsley pero te aseguro que en aquella época ni los precursores estaban tan controlados como ahora ni los procedimientos que utilizaba eran ni de lejos rudimentarios.


Si hay algún estudiante corto de efectivo leyendo la entrevista le puedo asegurar que le resultará más rentable y productivo repartir pizzas que plantearse una odisea de tal calibre.



- ¿Cómo? ¿Me niega usted que eso sea así? ¿Entonces de dónde sale la LSD?


- Lo niego y categóricamente. Todo el LSD que hay ahora mismo en el planeta sale de unas pocas manos. Digamos que los químicos clandestinos que se dedican a ello cabrían juntos en una foto y a la mayoría se les podría ver bien la cara. A parte de estar versado en el arte se necesita un alto grado de nostalgia y pasión para dedicartse a ello. No creo que se mueran de hambre claro está, lo que si es seguro es que podrían hacer mucho más dinero y simplificarse la vida fabricando cualquier otra droga.


- Habrá visto que en los foros en que se habla de drogas en internet, siempre hay algún sacrificado personaje que está obsesionado con fabricar sus propio LSD.... y que asegura ser químico, y estar más que preparado.

Y seguro que también ha tenido ocasión de leer a los que, como usted, se dedican a hacer metanfetamina... o bueno, eso creen ellos.
Alguno, se dice, ha conseguido hasta sintetizar gaseosa con ingeniosas reacciones caseras y materiales elementales.... ¿qué opina de esto?

- Es cierto que cuando entro en los foros y veo títulos de mensajes relacionados con el tema me alegra. Aunque normalmente la alegría dura sólo el tiempo de abrir el hilo y ver el poco esfuerzo que esta gente está dispuesta a invertir en el asunto y la poca vista con la que lo enfocan.


No se trata de nacer enseñado pero tampoco se puede esperar que te guíen paso a paso cogiéndote de la manita. Esta misma gente cuando aparece alguien con un poco de cordura que les da consejos y les manda mensajes entre líneas en vez de escuchar e intentar reflexionar saltan ariscos y se entregan al primer personaje que suelta cuatro tecnicismos juntos.


Y esto no sólo es triste sino que puede resultar peligroso.


Hace poco he visto un caso, relacionado con la producción de metanfetamina, que poco faltó si no resultó en una explosión o una fuga de tóxicos bastante complicada.

Sabía más quien preguntaba que el que contestaba (aunque dice ser estudiante de químicas, y se psas el día dando consejos en ese área, sin acertar una...).
Y esa es la tónica en estos foros: el saber te hace darte cuenta de los que ignoras... y el ignorar, te hace creer que sabes.

Al menos el que lo intentaba tenía el valor de ponerse manos a la obra, mientras que el "experto consejero" no hacía más que contestar obviedades o tonterías que con los cuatro tecnicismos ya mencionados, parecían tener cierto aire de seriedad y de veracidad.



En el caso del LSD y los foros de internet, básicamente me dedico a divertirme leyendo pseudociencia ridícula, la cosa no va a pasar de aquí y nadie va a sufrir ningún daño pero en el caso de la metanfetamina la cosa es mas seria.


La ruta más sencilla para la síntesis incluye fósforo rojo y yodo... y aquí está el tema. Manipular eso bajo las instrucciones de alguien que no sabe de que habla es exponerse a redecorar tu vida en un santiamén.


Da igual que sea químico, un mecánico de coches puede no saber desmontar el motor de un avión por mucho que lo intuya y tenga una base de conocimiento al respecto.


El caso en concreto que antes comentaba, lo seguí hace días en un foro muy conocido. Se trata de una persona que se ha construido un aparato de reflujo casero. Con una bombilla ha montado un matraz. Luego ha soldado tubos de cobre de tal manera que lo puede utilizar como condensador y lo ha fijado todo en una estructura para que se aguante en una posición adecuada.


Pues bien, todo este esfuerzo no ha valido para nada ya que ha seguido las instrucciones de alguien que sabe del tema pero no de este tema.


Primero de todo no ha tenido en cuenta que la reacción se lleva a cabo gracias al contacto de la efedrina con un ácido, en este caso el yodhídrico que se evapora del matraz y condensa en el refrigerante durante la síntesis, pues bien, ¿qué pasa con los ácidos y los metales en contacto?


Luego no se de donde ha improvisado las proporciones de precursores pero no encajan ni por asomo a lo que tendrían que ser. En este caso no pasa nada porque se ha pasado de agua pero ¿qué habría pasado si justamente hubiera fallado en carencia?

Pues incendio, y de los jodidos.

En fin, finalmente tampoco es necesario alarmarse tanto porque resulta que el fósforo lo sacó de las cabezas de las cerillas así que de fósforo en el matraz habrá poco o nada pero vaya, vete a saber que es lo que hay en contacto con el yodo y siendo calentado...


El chico del invento en cuestión apunta maneras pero necesita fondo, lectura y discreción.

Deberían cuidarse más, a la hora de poner fotos sobre sus actividades, o el material que usan: nunca sabes de donde te puede salir el peor gusano.

Ahora de este chico, hablan en otros foros como si fuera el más avanzado en producción de metanfetamina... y otros quieren seguir su ejemplo.

¿Recuerda que el que le guiaba era un ciego que creía estudiar químicas y dominarlas?
Imagine un grupo de experimentadores guiados por el desconocimiento, el afán y este maestro...

Mucho cuidado con los consejos de desconocidos y con las recetas milagrosas. Una síntesis química no es una receta de cocina y esto hay que tenerlo en cuenta.


Existe una cantidad interminable de información para todos los gustos acerca de la síntesis de sustancias en internet e incluso en este sitio tan raro llamado biblioteca. Un truco para empezar a distinguirlas es aprender inglés, como mínimo inglés técnico a nivel de lectura y leer todas las síntesis que se encuentren y todos los foros que hablen del tema.


Sólo comparando y resolviendo las propias dudas con nuevos textos y libros le darán a uno la capacidad no sólo para llevarla a cabo sino que también para actuar en caso de emergencia. Cosa tan o más importante que el propio objetivo.


Si te quieres un poco es imperativo saber lo que haces en cada momento, porqué lo haces, cuales son los riesgos por separado de lo que va a intervenir y cuales son los riesgos de lo que interviene estando junto.




- ¿Qué consejo les daría entonces, a los que decidieron emplear el método de "a mi por cojones que me sale la puta metanfetamina"?


- Que utilicen los cojones para estudiar las síntesis reales y no las recetillas que corren por internet. Cuando hayan perdido los cojones y empiecen a sentirse un poco más eunucos y a ser un poco más temerosos y discretos entonces es que empiezan a aprender de veras y podrán empezar a plantearse si llevarla a cabo o no.

Ah si! Y que de hacerlo que se guarden medio cojoncito por si la cosa termina en incendio y/o gas tóxico poder solucionarlo.

- ¿Y a los que no saben ni escribir "química" sin cometer dos o tres faltas de ortografía?


- De dos faltas para arriba, que pillen un gramo de speed, un poco de cafeína, algo blanco que encuentren por la cocina (manteniendo el botiquín lejos), lo junten todo en una bolsita e inviten a sus amigos a eso que se han currado esta tarde.

Con una falta o menos: aplicar el método de los cojones.

- ¿Hay un perfil mínimo como para plantearse el abordaje de esa síntesis o realmente un mono con dos chicles, un flexo y un litro de vinagre puede hacer metanfetamina y otras drogas?


- Yo siempre digo que cualquiera puede hacer esta síntesis. Ahora bien, cuando digo cualquiera me refiero cualquiera dispuesto a invertir tiempo, esfuerzo y seguramente dinero en ello sin esperar nada a cambio.

Yo mismo, empecé sólo con la química de EGB y con el inglés de COU. Aprendí inglés técnico investigando la síntesis reactivo a reactivo paso a paso desgranándola y sin fecha límite.

Tardé más de un año a intentarlo por primera vez y más de dos a obtener mi primer resultado. También tuve algún susto pero pude sortearlo sin ninguna consecuencia.


Insisto mucho en esto: las recetillas no acostumbran a alertar sobre los peligros y hay que tenerlos en cuenta. Cualquiera que no sea capaz de tenerlos en cuenta, como el mono de los chicles de antes, no es un buen candidato para tal empresa.



(Seguirá...)