Dolor y morfina:
¿están los mórficos sobreprescritos en España?
Quiero contar una experiencia real que
he vivido este fin de semana. El viernes, cuando iba a pillar algo a
una conocida “casa” de mi ciudad, Salamanca, encontré allí a
una buena amiga. Es una mujer mayor, enferma de muchas cosas y con
una vida realmente mala, que sin embargo es de estas personas que te
gusta tener a tu lado, porque a pesar de todo son de fiar y además
buena gente.
Cuando me vio, me vino rápido a decir
que ya tenía la cita para la “Unidad del Dolor” y que, cuando
fuera la cita, yo tenía que ir con ella, me pedía por favor. Le dije
que por supuesto que iría con ella; si al otro médico le había
tenido que amenazar con una secuencia que pasaba por un tribunal
médico y un juzgado para que (como forma de quitarse el problema y
pasarlo a otros) le diera a esta enferma el acceso a la unidad que
prescribe la morfina y otras drogas similares.
¿Por qué había tenido que “amenazar”
al médico de cabecera? Si tiene razones para darle morfina, se la
dará. Y si no, no se la dará... ¿verdad? Pues no. Esto no es así.
Los médicos de cabecera, aunque pueden legalmente prescribir mórficos como el resto de médicos, es algo que nunca quieren hacer. El papeleo y las molestias asociadas a la excesiva burocracia para la gestión de estos fármacos suele ser suficientemente disuasorio por un lado, y el mito negativo y falso alrededor de estas sustancias, completa el círculo para no mancharse las manos.
Los médicos de cabecera, aunque pueden legalmente prescribir mórficos como el resto de médicos, es algo que nunca quieren hacer. El papeleo y las molestias asociadas a la excesiva burocracia para la gestión de estos fármacos suele ser suficientemente disuasorio por un lado, y el mito negativo y falso alrededor de estas sustancias, completa el círculo para no mancharse las manos.
Y ahora, vamos a ver si hay motivos
para mandarle un mórfico (morfina o equivalentes) a esta persona.
Mariana (nombre ficticio), es una mujer en la cincuentena y que pesa 43 kilos a día de hoy (pesaba 39) con 1.60 de estatura aproximadamente. Está en una delgadez extrema, provocada por diversos factores que ahora veremos, y de que recupere peso -entre otras cosas- depende su supervivencia inmediata: seguir viva en 12 meses.
Mariana (nombre ficticio), es una mujer en la cincuentena y que pesa 43 kilos a día de hoy (pesaba 39) con 1.60 de estatura aproximadamente. Está en una delgadez extrema, provocada por diversos factores que ahora veremos, y de que recupere peso -entre otras cosas- depende su supervivencia inmediata: seguir viva en 12 meses.
Entre lo que su último historial (el
de la urgencia de este fin de semana) cita, tenemos ADENOPATÍAS, que
son inflamaciones de los ganglios que puede causar todo tipo de
efectos, incluyendo por supuesto dolor, en diversas partes del
cuerpo. A continuación, nos indican una COXALGIA, que en medicina es
una “artritis tuberculosa coxofemoral” o un simple dolor en la cadera (un dolor serio). En este caso, pueden ser ambas cosas, porque aunque la ficha no lo pone, la paciente ha tenido tuberculosis en algún momento de su vida y, además, una operación en la que le implantaron una prótesis de cadera, que le provoca intensos dolores y hace que quede coja al andar.
Este hecho, para la mayoría de personas con atención médica de calidad, suele ser suficiente para que si el dolor lo requiere, el traumatólogo use morfina u otros compuestos similares de forma rutinaria. Y es esa forma, tras la vía del cáncer, la más común por la que se recetan estos fármacos.
Este hecho, para la mayoría de personas con atención médica de calidad, suele ser suficiente para que si el dolor lo requiere, el traumatólogo use morfina u otros compuestos similares de forma rutinaria. Y es esa forma, tras la vía del cáncer, la más común por la que se recetan estos fármacos.
Lo siguiente es que ha dado POSITIVO EN CRIBADO DE CÁNCER COLORECTAL, lo cual ya trae un cáncer al cuadro (al menos la previsión de uno, y nada bonito). Luego tenemos DOLOR COSTAL DERECHO, TOS Y DISNEA.
Que
tenga dolor costal derecho es normal, porque tiene el 6º ARCO COSTAL
ROTO. Sí, como suena, con lo que respirar es doloroso, y toser un
infierno (quien haya tenido una simple costilla rota sabe de qué
hablo). La TOS en este caso, viene de que la paciente es además
paciente con EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) que no
tiene marcha atrás y te va dejando -literalmente- sin capacidad
respiratoria. Lo de la DISNEA, o mala respiración se entiende con el
conjunto del cuadro.
Pero por si no era suficiente, marcan otra: INFECCIÓN RESPIRATORIA AGUDA. Es decir, que como apenas tiene capacidad para respirar en sí misma, pues añadimos una infección sería -de las que te pueden matar- al cuadro de la paciente.
Pero por si no era suficiente, marcan otra: INFECCIÓN RESPIRATORIA AGUDA. Es decir, que como apenas tiene capacidad para respirar en sí misma, pues añadimos una infección sería -de las que te pueden matar- al cuadro de la paciente.
Y
llega el plato fuerte, a la hora de revisar si hay causa para darle
mórficos a esta mujer: LINFOMA B DIFUSO DE CÉLULA GRANDE.
¡Anda! Pero si no sólo tiene un principio de cáncer por un lado, sino que tiene YA un cáncer en su cuerpo. Y algunos quistes más por varios lados, además de las adenopatías mencionadas, y otras como son los QUISTES DE OVARIO que también sufre la paciente y le generan intensos dolores en la zona pélvica, que se suman a los generados por el problema de su prótesis de cadera y al daño neuropático que está recibiendo debido a la quimioterapia.
¡Anda! Pero si no sólo tiene un principio de cáncer por un lado, sino que tiene YA un cáncer en su cuerpo. Y algunos quistes más por varios lados, además de las adenopatías mencionadas, y otras como son los QUISTES DE OVARIO que también sufre la paciente y le generan intensos dolores en la zona pélvica, que se suman a los generados por el problema de su prótesis de cadera y al daño neuropático que está recibiendo debido a la quimioterapia.
Curiosamente,
lo siguiente que marcan es -de nuevo- TOS. ¿Por qué? Es casi
imposible estar al lado de la paciente sin que pasen 5 minutos sin
que tosa hasta parecer que se muere, y tenga que escupir una enorme
cantidad de flema.
¿Y
con qué se trata la tos? Tachán....
¿Y
especialmente una tos tan tan grave en una cuadro tan tan serio, que
puede matar a la persona?
Pues
con mórficos (da igual cual, salvo el fentanilo que es opioide pero
no mórfico en estructura química y no quita tanto la tos) como el
lector ya habrá averiguado.
Y
además de no hacer constar la EPOC, tampoco han hecho constar que es
DIABÉTICA, y que aunque la HEPATITIS C que tuvo durante décadas, ya está revertida gracias a los nuevos fármacos, los daños de por
vida en su hígado quedarán.
Y lo más gordo: que actualmente está pasando VARIOS CICLOS DE QUIMOTERAPIA MUY AGRESIVA, que además le están provocando daños neuropáticos que de momento se manifiestan sólo como adormecimiento y entumecimiento de extremidades inferiores, pero que ya empieza a ser doloroso por “razones propias” y sin necesitar del dolor iniciado en otra parte del cuerpo, como suele ocurrir con el dolor neuropático cuando se da conjuntamente con dolores de tipo traumatológicos.
Y lo más gordo: que actualmente está pasando VARIOS CICLOS DE QUIMOTERAPIA MUY AGRESIVA, que además le están provocando daños neuropáticos que de momento se manifiestan sólo como adormecimiento y entumecimiento de extremidades inferiores, pero que ya empieza a ser doloroso por “razones propias” y sin necesitar del dolor iniciado en otra parte del cuerpo, como suele ocurrir con el dolor neuropático cuando se da conjuntamente con dolores de tipo traumatológicos.
¿Que
tenemos pues? Una mujer en la cincuentena que apenas puede sostener
su cuerpo, apenas puede respirar y apenas consigue alimentarse. Desde
que recibe la quimio (aunque ha tenido cannabis a su alcance) la
comida le sabe mal y no come casi nada, y hablamos de alguien con la
piel pegada a los huesos: comer es algo directamente relacionado con
su supervivencia.
Pero
llega la palabra clave: TOXICOMANÍA!!
Tachán!! La enferma es una yonqui -oh Dios mío- y lleva más de 3 décadas de consumo de drogas (entre ellas opiáceos y mórficos) y en estos momentos es -físicamente- adicta a los opiáceos, que toma para calmar sus MÚLTIPLES DOLORES Y SÍNTOMAS BRUTALES COMO LA TOS CONSTANTE (teniendo una costilla rota y una EPOC en sus pulmones).
¿Y
qué pasa cuando un usuario de opiáceos, da igual que sea yonqui que
se los dé su médico, deja de tener opiáceos en su cuerpo? Pues que
sobreviene un SAO o Síndrome de Abstinencia a Opiáceos, en el que
los primeros síntomas son dolores articulares, moqueo, diarrea,
vómitos, dolores óseos y el cuadro luego empeora bastante:
dependiendo de a qué sea la adicción, la simple abstinencia puede
matar. Es así, letal, por ejemplo en el caso del alcohol o la
metadona, y no lo es en el caso de la heroína o la morfina.
¿Imagináis
cómo debe sentar un SAO, un mono, a una persona que pesa 43 kilos y
no es capaz de comer por la QUIMIOTERAPIA que le están dando?
¿Y a sus pulmones, que multiplicarán la tos por 100?
Cuando esta mujer recibe la quimioterapia contra su linfoma, al volver a casa lo hace vomitando y sin poder comer, sin tenerse apenas en pie (hay que trasladarla en coche en ocasiones) y queda en la cama, tosiendo y vomitando, sin poder salir a comprar (ni a conseguir dinero trabajando, porque lo consigue currando y limpiando casas) un opiáceo, heroína en este caso porque es lo que el mercado negro tiene, para no entrar en un terrible mono o SAO.
¿Y a sus pulmones, que multiplicarán la tos por 100?
Cuando esta mujer recibe la quimioterapia contra su linfoma, al volver a casa lo hace vomitando y sin poder comer, sin tenerse apenas en pie (hay que trasladarla en coche en ocasiones) y queda en la cama, tosiendo y vomitando, sin poder salir a comprar (ni a conseguir dinero trabajando, porque lo consigue currando y limpiando casas) un opiáceo, heroína en este caso porque es lo que el mercado negro tiene, para no entrar en un terrible mono o SAO.
Queda
reventada de una brutal quimioterapia en la cama y, además, en horas
el mono que sufrirá hará que todo junto haga IMPOSIBLE que esa
persona se pueda recuperar de semejante cuadro.
¿Por
qué no recetan morfina a esta mujer? ¿De qué tienen miedo, de que
se enganche? Pero si ha sido usuaria de ese tipo de drogas 30 años...
¿Acaso alguien -y menos con formación médica- puede imaginar que
sufrir un mono puede ser algo consentible para una mujer entre la
vida y la muerte en quimioterapia por un cáncer?
Esa
es la realidad en España sobre los mórficos.
Todo eso que algunos detestables personajes del mundo del cannabis van soltando por ahí, televisiones y medios, de que tenemos un grave problema con los mórficos.... ES CIERTO!! Pero no como ellos dicen: los mórficos están INFRAPRESCRITOS en nuestro país.
Estos lobbistas del cannabis van vendiendo que en España tenemos el mismo problema que USA con estos fármacos, cuando tenemos precisamente el contrario.
Todo eso que algunos detestables personajes del mundo del cannabis van soltando por ahí, televisiones y medios, de que tenemos un grave problema con los mórficos.... ES CIERTO!! Pero no como ellos dicen: los mórficos están INFRAPRESCRITOS en nuestro país.
Estos lobbistas del cannabis van vendiendo que en España tenemos el mismo problema que USA con estos fármacos, cuando tenemos precisamente el contrario.
Y
nos lo recuerdan cada poco, especialmente los enfermos de dolor (del
tipo que sea) y la propia OMS. Pero nos dicen algo que ya sabemos por
los estudios que hace nuestro propio gobierno, y no sólo eso sino
cosas peores.
Resulta
que en España, los pocos pacientes que son recetados con mórficos,
tienen una tasa de desapego al tratamiento muy alta que se junta con
una prescripción insuficiente de morfina. ¿Por qué? Cito
textualmente: “la
morfina sale asociada a que a la gente se le pongan los pelos de
punta” hasta rechazar el analgésico (que es totalmente seguro
bien usado y, además, causa menos daño orgánico que ningún otro,
incluso tomado desde que se nace hasta que se muere).
Esa
asociación, que se traduce en que pacientes con dolor rechacen por
miedo el mejor fármaco, o que los médicos se vean también
introducidos en esa mentalidad acientífica (y realmente nueva,
porque apenas tiene 1 siglo de vida), la están generando -hoy día-
estos personajes para su propio beneficio económico.
Ir
por las televisiones hablando de lo mala que es la morfina, mientras
quien lo dice se pone ciega a TRAMADOL (posiblemente -podéis
preguntar a un especialista- el peor y más peligroso opioide
sintético, que además de funcionar mal como analgésico, afecta a
la salud mental seriamente) y mantiene una pseudoclínica con su
grupo de acólitos, que obedecen lo que allí les dice gente que no
son profesionales médicos (a cambio de dinero $$$, lógicamente) y
un “observatorio” (suena a nombre oficial pero es una fundación
privada, cuidadín...) que recibe jugosas donaciones, es algo que
debería hacer que todo el mundo revisara el discurso impartido por
esta gente y se dieran cuenta de que -básicamente- están saturando
los canales de información falsa para conseguir mejores beneficios
económicos.
Están
librando una batalla de intereses en la que los enfermos somos lo que
menos interesa, y se nos vende al peso por parte de esos que salen en
los medios “vendiendo salud natural”.
Pero
volvamos al caso de Mariana, que por más que intenta que le den algo
que le quite el dolor, tiene que acabar yendo a comprarlo al Barrio
Chino porque los médicos, cuando ella les plantea su caso, le dicen
que “tendrá que buscar ayuda para eso”.
¿Perdón? Sí, sus médicos al ver la palabra -TOXICOMANÍAS- se quitan el problema del paciente de encima como si esa situación la tuviera que tratar otro, y que esa situación no tuviera que ver nada con su desempeño profesional como galenos.
¿Perdón? Sí, sus médicos al ver la palabra -TOXICOMANÍAS- se quitan el problema del paciente de encima como si esa situación la tuviera que tratar otro, y que esa situación no tuviera que ver nada con su desempeño profesional como galenos.
Ahora,
imaginad el cuadro de esa mujer, que apenas se tiene en pie y como no
ha podido trabajar por estar con cáncer, no tiene dinero (no todo el
mundo tiene baja ni contrato, algunos nunca en su vida) y va a
buscarse la vida como puede y a conseguir algo.... QUE LE QUITE EL
DOLOR!!
Pues
así la encontré este viernes. Tras esas palabras que cruzamos en
que me pedía que la acompañase a la “Unidad del Dolor” cuando
al fin la llamasen, al cabo de unos minutos vi que algo le ocurría...
Había
estado hablando conmigo bien, había estado delante mío (no estaba
consumiendo nada) y empezó a quedarse de pie dormida, a perder el
control motor, a perder el control de esfínteres (se meó encima).
Como también resulta tener una forma de diabetes, lleva azúcar
consigo y yo lo sé, así que como sabía que no tenía dinero (no
era una sobredosis, y fumando plata no son así) le pregunté si
había tomado algo o le habían dado algo y me dijo que no. Empecé a
administrarle azúcar y vi que la situación no mejoraba sino que
empeoraba.
La
saqué de la casa donde nos encontrábamos -no puedes pedir una
ambulancia a ciertos lugares- y la llevé a la calle. Abrí mi coche,
la coloqué dentro y llamé a una ambulancia. Tuve que llamar 2
veces y cagarme en las muelas del que tenía el teléfono porque no
llegaba, y temía que pudiera entrar en coma o en una crisis seria en
cuestión de minutos.
Finalmente
las ambulancias llegaron y actuaron con total profesionalidad. Les
facilité toda la información que podían necesitar (y más) y les
acompañé al hospital en mi coche para encargarme de Mariana, que
estaba en un estado previo al coma llamado “estupor”, en el que
los estímulos han de ser fuertes o dolorosos incluso para que
reacciones y abras los ojos.
Estuve
con ella hasta que quedó ingresada en el hospital. Los médicos
flipaban un poco, porque delante de ellos tenían una mujer con la
cabeza con un pañuelo (tipo cáncer) que estaba tan flaca como un
etíope con hambruna, con un historial médico (sólo el que yo les
indicaba de enfermedades que conocía) que era de traca y que, aunque
estaban en el mismo hospital que ella recibe tratamiento por su
cáncer, no lograban encontrar sus datos (teniendo tarjeta sanitaria
en vigor y DNI en la mano).
Les
indiqué toda la situación, lo que había hecho y lo que ella había
dicho (seguía en estupor en una camilla sin dar señales de vida) y
que si bien era una usuaria de opiáceos y tenía las pupilas contraídas, no era una sobredosis... en mi opinión y por lo que había observado previamente.
Estaba
viendo que le iban a meter un chute de naloxona gordo y les pedí
que reconsideraran el cuadro que tenían delante. No me contestaron
siquiera, pero por lo que hicieron sé que tuvieron muy en cuenta lo
que les dije: probaron con una dosis mínima de naloxona (0'1 mg), y
la reacción fue muy fuerte con lo que quedaba claro no era una
sobredosis (al menos de opiáceos/opioides) sino que a la paciente le
estaban provocando un SAO, al retirar el poco opiáceo que tuviera en
su cuerpo con el efecto de la naloxona.
Quedó
ingresada y fui a buscar a su familia, y cuando ya no pintaba nada,
me fuí. Cuando ella salió del hospital y pudimos hablar, me dijo que
le había dado una pastilla, un amigo (que estaba presente con las
ambulancias, pero no dijo nada de nada) y que se la había dado “para
que se relajara por sus dolores”, y que él sabía mucho de eso....
Y
ella, como una imbécil, se la tomó sin saber qué, cuánto ni cómo
le iba a sentar.
Eso
es casi un comportamiento suicida, sí. Y de hecho en el hospital le
preguntaron hasta descartar que hubiera sido un intento de suicido.
No tenía nada que ver en este caso.
La
explicación es mucho más simple: cuando estás sufriendo, da igual
de forma psíquica que física, haces lo que sea para dejar de
sufrir. Y si tus recursos económicos, no llegan a más que a poder
aceptar lo que te dan “colegas” en puntos de venta, pues tomarás
esa pastilla y otras 5 que te den si crees que eso te puede hacer
dejar de sufrir.
Tan
grave fue la situación que ella no recuerda haberme visto siquiera,
pero no buscaba matarse, sólo dejar de sufrir. Aunque pasó por el
hospital, y en el hospital les hice ver a los médico que la trataban
que si no le prescribían un mórfico, Mariana tendría que ir a
buscar algo para frenar el SAO (mono) que sufriría en unas horas,
ellos también se lavaron las manos en ese aspecto: que lo hagan sus
médicos (sus otros médicos que no lo han hecho hasta ahora, quieren
decir).
Han
pasado 5 días ya desde que -por buscar eliminar sus dolores- Mariana
pudo haber muerto, dejando de respirar en cualquier calle tirada,
mientras las bajísimas temperaturas de la noche remataban lo que
quedase de ella.
Todo
lo que habéis leído ocurre en Salamanca (España) en este mes de
noviembre de 2017.
Ni es ficción ni algo lejano en el tiempo o el espacio. Esto es una enferma de cáncer (y otras 50 cosas) en quimioterapia actualmente que, por ser usuaria de drogas, no recibe lo que cualquier otro recibiría y es abocada a arriesgar su vida (en semejante estado) para no sufrir más. Y todo en manos de la Seguridad Social (Sacyl) mientras le dan quimioterapia para que no se muera y pueda seguir -sufriendo- unos años más...
¡¡Qué
bello es vivir, me cago en Dios!!