miércoles, 22 de noviembre de 2017

¿Exceso de prescripción de morfina en España? El falso mito y un caso real.




Dolor y morfina: 
¿están los mórficos sobreprescritos en España?

Quiero contar una experiencia real que he vivido este fin de semana. El viernes, cuando iba a pillar algo a una conocida “casa” de mi ciudad, Salamanca, encontré allí a una buena amiga. Es una mujer mayor, enferma de muchas cosas y con una vida realmente mala, que sin embargo es de estas personas que te gusta tener a tu lado, porque a pesar de todo son de fiar y además buena gente.

Cuando me vio, me vino rápido a decir que ya tenía la cita para la “Unidad del Dolor” y que, cuando fuera la cita, yo tenía que ir con ella, me pedía por favor. Le dije que por supuesto que iría con ella; si al otro médico le había tenido que amenazar con una secuencia que pasaba por un tribunal médico y un juzgado para que (como forma de quitarse el problema y pasarlo a otros) le diera a esta enferma el acceso a la unidad que prescribe la morfina y otras drogas similares.





¿Por qué había tenido que “amenazar” al médico de cabecera? Si tiene razones para darle morfina, se la dará. Y si no, no se la dará... ¿verdad? Pues no. Esto no es así. 




Los médicos de cabecera, aunque pueden legalmente prescribir mórficos como el resto de médicos, es algo que nunca quieren hacer. El papeleo y las molestias asociadas a la excesiva burocracia para la gestión de estos fármacos suele ser suficientemente disuasorio por un lado, y el mito negativo y falso alrededor de estas sustancias, completa el círculo para no mancharse las manos.

Y ahora, vamos a ver si hay motivos para mandarle un mórfico (morfina o equivalentes) a esta persona. 

Mariana (nombre ficticio), es una mujer en la cincuentena y que pesa 43 kilos a día de hoy (pesaba 39) con 1.60 de estatura aproximadamente. Está en una delgadez extrema, provocada por diversos factores que ahora veremos, y de que recupere peso -entre otras cosas- depende su supervivencia inmediata: seguir viva en 12 meses.

Entre lo que su último historial (el de la urgencia de este fin de semana) cita, tenemos ADENOPATÍAS, que son inflamaciones de los ganglios que puede causar todo tipo de efectos, incluyendo por supuesto dolor, en diversas partes del cuerpo. A continuación, nos indican una COXALGIA, que en medicina es una “artritis tuberculosa coxofemoral” o un simple dolor en la cadera (un dolor serio). En este caso, pueden ser ambas cosas, porque aunque la ficha no lo pone, la paciente ha tenido tuberculosis en algún momento de su vida y, además, una operación en la que le implantaron una prótesis de cadera, que le provoca intensos dolores y hace que quede coja al andar.


Este hecho, para la mayoría de personas con atención médica de calidad, suele ser suficiente para que si el dolor lo requiere, el traumatólogo use morfina u otros compuestos similares de forma rutinaria. Y es esa forma, tras la vía del cáncer, la más común por la que se recetan estos fármacos. 

Lo siguiente es que ha dado POSITIVO EN CRIBADO DE CÁNCER COLORECTAL, lo cual ya trae un cáncer al cuadro (al menos la previsión de uno, y nada bonito). Luego tenemos DOLOR COSTAL DERECHO, TOS Y DISNEA.

Que tenga dolor costal derecho es normal, porque tiene el 6º ARCO COSTAL ROTO. Sí, como suena, con lo que respirar es doloroso, y toser un infierno (quien haya tenido una simple costilla rota sabe de qué hablo). La TOS en este caso, viene de que la paciente es además paciente con EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) que no tiene marcha atrás y te va dejando -literalmente- sin capacidad respiratoria. Lo de la DISNEA, o mala respiración se entiende con el conjunto del cuadro. 

Pero por si no era suficiente, marcan otra: INFECCIÓN RESPIRATORIA AGUDA. Es decir, que como apenas tiene capacidad para respirar en sí misma, pues añadimos una infección sería -de las que te pueden matar- al cuadro de la paciente.

Y llega el plato fuerte, a la hora de revisar si hay causa para darle mórficos a esta mujer: LINFOMA B DIFUSO DE CÉLULA GRANDE. 

¡Anda! Pero si no sólo tiene un principio de cáncer por un lado, sino que tiene YA un cáncer en su cuerpo. Y algunos quistes más por varios lados, además de las adenopatías mencionadas, y otras como son los QUISTES DE OVARIO que también sufre la paciente y le generan intensos dolores en la zona pélvica, que se suman a los generados por el problema de su prótesis de cadera y al daño neuropático que está recibiendo debido a la quimioterapia.

Curiosamente, lo siguiente que marcan es -de nuevo- TOS. ¿Por qué? Es casi imposible estar al lado de la paciente sin que pasen 5 minutos sin que tosa hasta parecer que se muere, y tenga que escupir una enorme cantidad de flema.

¿Y con qué se trata la tos? Tachán....
¿Y especialmente una tos tan tan grave en una cuadro tan tan serio, que puede matar a la persona?
Pues con mórficos (da igual cual, salvo el fentanilo que es opioide pero no mórfico en estructura química y no quita tanto la tos) como el lector ya habrá averiguado.

Y además de no hacer constar la EPOC, tampoco han hecho constar que es DIABÉTICA,  y que aunque la HEPATITIS C que tuvo durante décadas, ya está revertida gracias a los nuevos fármacos, los daños de por vida en su hígado quedarán.

Y lo más gordo: que actualmente está pasando VARIOS CICLOS DE QUIMOTERAPIA MUY AGRESIVA, que además le están provocando daños neuropáticos que de momento se manifiestan sólo como adormecimiento y entumecimiento de extremidades inferiores, pero que ya empieza a ser doloroso por “razones propias” y sin necesitar del dolor iniciado en otra parte del cuerpo, como suele ocurrir con el dolor neuropático cuando se da conjuntamente con dolores de tipo traumatológicos.




¿Que tenemos pues? Una mujer en la cincuentena que apenas puede sostener su cuerpo, apenas puede respirar y apenas consigue alimentarse. Desde que recibe la quimio (aunque ha tenido cannabis a su alcance) la comida le sabe mal y no come casi nada, y hablamos de alguien con la piel pegada a los huesos: comer es algo directamente relacionado con su supervivencia.

Pero llega la palabra clave: TOXICOMANÍA!!

Tachán!! La enferma es una yonqui -oh Dios mío- y lleva más de 3 décadas de consumo de drogas (entre ellas opiáceos y mórficos) y en estos momentos es -físicamente- adicta a los opiáceos, que toma para calmar sus MÚLTIPLES DOLORES Y SÍNTOMAS BRUTALES COMO LA TOS CONSTANTE (teniendo una costilla rota y una EPOC en sus pulmones).




¿Y qué pasa cuando un usuario de opiáceos, da igual que sea yonqui que se los dé su médico, deja de tener opiáceos en su cuerpo? Pues que sobreviene un SAO o Síndrome de Abstinencia a Opiáceos, en el que los primeros síntomas son dolores articulares, moqueo, diarrea, vómitos, dolores óseos y el cuadro luego empeora bastante: dependiendo de a qué sea la adicción, la simple abstinencia puede matar. Es así, letal, por ejemplo en el caso del alcohol o la metadona, y no lo es en el caso de la heroína o la morfina.

¿Imagináis cómo debe sentar un SAO, un mono, a una persona que pesa 43 kilos y no es capaz de comer por la QUIMIOTERAPIA que le están dando? 

¿Y a sus pulmones, que multiplicarán la tos por 100? 

Cuando esta mujer recibe la quimioterapia contra su linfoma, al volver a casa lo hace vomitando y sin poder comer, sin tenerse apenas en pie (hay que trasladarla en coche en ocasiones) y queda en la cama, tosiendo y vomitando, sin poder salir a comprar (ni a conseguir dinero trabajando, porque lo consigue currando y limpiando casas) un opiáceo, heroína en este caso porque es lo que el mercado negro tiene, para no entrar en un terrible mono o SAO.

Queda reventada de una brutal quimioterapia en la cama y, además, en horas el mono que sufrirá hará que todo junto haga IMPOSIBLE que esa persona se pueda recuperar de semejante cuadro.





¿Por qué no recetan morfina a esta mujer? ¿De qué tienen miedo, de que se enganche? Pero si ha sido usuaria de ese tipo de drogas 30 años... ¿Acaso alguien -y menos con formación médica- puede imaginar que sufrir un mono puede ser algo consentible para una mujer entre la vida y la muerte en quimioterapia por un cáncer?

Esa es la realidad en España sobre los mórficos. 

Todo eso que algunos detestables personajes del mundo del cannabis van soltando por ahí, televisiones y medios, de que tenemos un grave problema con los mórficos.... ES CIERTO!! Pero no como ellos dicen: los mórficos están INFRAPRESCRITOS en nuestro país. 

Estos lobbistas del cannabis van vendiendo que en España tenemos el mismo problema que USA con estos fármacos, cuando tenemos precisamente el contrario.

Y nos lo recuerdan cada poco, especialmente los enfermos de dolor (del tipo que sea) y la propia OMS. Pero nos dicen algo que ya sabemos por los estudios que hace nuestro propio gobierno, y no sólo eso sino cosas peores.

Resulta que en España, los pocos pacientes que son recetados con mórficos, tienen una tasa de desapego al tratamiento muy alta que se junta con una prescripción insuficiente de morfina. ¿Por qué? Cito textualmente: “la morfina sale asociada a que a la gente se le pongan los pelos de punta” hasta rechazar el analgésico (que es totalmente seguro bien usado y, además, causa menos daño orgánico que ningún otro, incluso tomado desde que se nace hasta que se muere).

Esa asociación, que se traduce en que pacientes con dolor rechacen por miedo el mejor fármaco, o que los médicos se vean también introducidos en esa mentalidad acientífica (y realmente nueva, porque apenas tiene 1 siglo de vida), la están generando -hoy día- estos personajes para su propio beneficio económico.

Ir por las televisiones hablando de lo mala que es la morfina, mientras quien lo dice se pone ciega a TRAMADOL (posiblemente -podéis preguntar a un especialista- el peor y más peligroso opioide sintético, que además de funcionar mal como analgésico, afecta a la salud mental seriamente) y mantiene una pseudoclínica con su grupo de acólitos, que obedecen lo que allí les dice gente que no son profesionales médicos (a cambio de dinero $$$, lógicamente) y un “observatorio” (suena a nombre oficial pero es una fundación privada, cuidadín...) que recibe jugosas donaciones, es algo que debería hacer que todo el mundo revisara el discurso impartido por esta gente y se dieran cuenta de que -básicamente- están saturando los canales de información falsa para conseguir mejores beneficios económicos.

Están librando una batalla de intereses en la que los enfermos somos lo que menos interesa, y se nos vende al peso por parte de esos que salen en los medios “vendiendo salud natural”.






Pero volvamos al caso de Mariana, que por más que intenta que le den algo que le quite el dolor, tiene que acabar yendo a comprarlo al Barrio Chino porque los médicos, cuando ella les plantea su caso, le dicen que “tendrá que buscar ayuda para eso”

¿Perdón? Sí, sus médicos al ver la palabra -TOXICOMANÍAS- se quitan el problema del paciente de encima como si esa situación la tuviera que tratar otro, y que esa situación no tuviera que ver nada con su desempeño profesional como galenos.

Ahora, imaginad el cuadro de esa mujer, que apenas se tiene en pie y como no ha podido trabajar por estar con cáncer, no tiene dinero (no todo el mundo tiene baja ni contrato, algunos nunca en su vida) y va a buscarse la vida como puede y a conseguir algo.... QUE LE QUITE EL DOLOR!!

Pues así la encontré este viernes. Tras esas palabras que cruzamos en que me pedía que la acompañase a la “Unidad del Dolor” cuando al fin la llamasen, al cabo de unos minutos vi que algo le ocurría...

Había estado hablando conmigo bien, había estado delante mío (no estaba consumiendo nada) y empezó a quedarse de pie dormida, a perder el control motor, a perder el control de esfínteres (se meó encima). Como también resulta tener una forma de diabetes, lleva azúcar consigo y yo lo sé, así que como sabía que no tenía dinero (no era una sobredosis, y fumando plata no son así) le pregunté si había tomado algo o le habían dado algo y me dijo que no. Empecé a administrarle azúcar y vi que la situación no mejoraba sino que empeoraba.





La saqué de la casa donde nos encontrábamos -no puedes pedir una ambulancia a ciertos lugares- y la llevé a la calle. Abrí mi coche, la coloqué dentro y llamé a una ambulancia. Tuve que llamar 2 veces y cagarme en las muelas del que tenía el teléfono porque no llegaba, y temía que pudiera entrar en coma o en una crisis seria en cuestión de minutos.

Finalmente las ambulancias llegaron y actuaron con total profesionalidad. Les facilité toda la información que podían necesitar (y más) y les acompañé al hospital en mi coche para encargarme de Mariana, que estaba en un estado previo al coma llamado “estupor”, en el que los estímulos han de ser fuertes o dolorosos incluso para que reacciones y abras los ojos.

Estuve con ella hasta que quedó ingresada en el hospital. Los médicos flipaban un poco, porque delante de ellos tenían una mujer con la cabeza con un pañuelo (tipo cáncer) que estaba tan flaca como un etíope con hambruna, con un historial médico (sólo el que yo les indicaba de enfermedades que conocía) que era de traca y que, aunque estaban en el mismo hospital que ella recibe tratamiento por su cáncer, no lograban encontrar sus datos (teniendo tarjeta sanitaria en vigor y DNI en la mano).

Les indiqué toda la situación, lo que había hecho y lo que ella había dicho (seguía en estupor en una camilla sin dar señales de vida) y que si bien era una usuaria de opiáceos y tenía las pupilas contraídas, no era una sobredosis... en mi opinión y por lo que había observado previamente.




Estaba viendo que le iban a meter un chute de naloxona gordo y les pedí que reconsideraran el cuadro que tenían delante. No me contestaron siquiera, pero por lo que hicieron sé que tuvieron muy en cuenta lo que les dije: probaron con una dosis mínima de naloxona (0'1 mg), y la reacción fue muy fuerte con lo que quedaba claro no era una sobredosis (al menos de opiáceos/opioides) sino que a la paciente le estaban provocando un SAO, al retirar el poco opiáceo que tuviera en su cuerpo con el efecto de la naloxona.

Quedó ingresada y fui a buscar a su familia, y cuando ya no pintaba nada, me fuí. Cuando ella salió del hospital y pudimos hablar, me dijo que le había dado una pastilla, un amigo (que estaba presente con las ambulancias, pero no dijo nada de nada) y que se la había dado “para que se relajara por sus dolores”, y que él sabía mucho de eso....

Y ella, como una imbécil, se la tomó sin saber qué, cuánto ni cómo le iba a sentar.
Eso es casi un comportamiento suicida, sí. Y de hecho en el hospital le preguntaron hasta descartar que hubiera sido un intento de suicido. No tenía nada que ver en este caso.

La explicación es mucho más simple: cuando estás sufriendo, da igual de forma psíquica que física, haces lo que sea para dejar de sufrir. Y si tus recursos económicos, no llegan a más que a poder aceptar lo que te dan “colegas” en puntos de venta, pues tomarás esa pastilla y otras 5 que te den si crees que eso te puede hacer dejar de sufrir.

Tan grave fue la situación que ella no recuerda haberme visto siquiera, pero no buscaba matarse, sólo dejar de sufrir. Aunque pasó por el hospital, y en el hospital les hice ver a los médico que la trataban que si no le prescribían un mórfico, Mariana tendría que ir a buscar algo para frenar el SAO (mono) que sufriría en unas horas, ellos también se lavaron las manos en ese aspecto: que lo hagan sus médicos (sus otros médicos que no lo han hecho hasta ahora, quieren decir).

Han pasado 5 días ya desde que -por buscar eliminar sus dolores- Mariana pudo haber muerto, dejando de respirar en cualquier calle tirada, mientras las bajísimas temperaturas de la noche remataban lo que quedase de ella.

Todo lo que habéis leído ocurre en Salamanca (España) en este mes de noviembre de 2017.

Ni es ficción ni algo lejano en el tiempo o el espacio. Esto es una enferma de cáncer (y otras 50 cosas) en quimioterapia actualmente que, por ser usuaria de drogas, no recibe lo que cualquier otro recibiría y es abocada a arriesgar su vida (en semejante estado) para no sufrir más. Y todo en manos de la Seguridad Social (Sacyl) mientras le dan quimioterapia para que no se muera y pueda seguir -sufriendo- unos años más...

¡¡Qué bello es vivir, me cago en Dios!!




domingo, 19 de noviembre de 2017

Balada triste de Trumperte.

Balada triste de Trumperte.

La noche prometía. Aunque apenas hacía unas horas de su primer cruce de miradas, ya estaban en un lugar público compartiendo una mesa. Y a pesar de lo que los cánones de la decencia (al menos en apariencia) ordenan, las razones del corazón desbordan los límites habituales, si se les da el sendero adecuado en el que se pueden expresar. Había química entre ellos dos y no tenían por qué ocultarlo: se gustaban, y ambos lo sabían desde que habían oído hablar el uno del otro.



Cuando dos almas gemelas se encuentran, bien en el campo del amor o bien en el campo de la amistad (y sus difusos límites), se producen situaciones embriagadoras que son desatadas por gestos y mensajes que, a pesar de darse a la vista de todo el mundo, son incomprensibles para casi todos. ¿Por qué? Porque es el raro azar de que encontremos alguien que piensa, siente y actúa como nos gustaría actuar a nosotros: estadísticamente una improbabilidad para la inmensa mayoría. Pero ellos habían sido bendecidos con la fortuna de compartir -de forma consciente- el mismo espacio y tiempo, esta noche ambos congregados compartiendo una mesa como forma de seducción mutua.

Entonces el camarero se acercó al invitado para rellenar su copa, y en ese momento se inició la secuencia: le preguntó -cortésmente- si podía pedirle a los músicos que tocasen su canción. El camarero -que tenía orden de complacer a los invitados en cualquier deseo que tuvieran- comunicó a la banda dicha preferencia, para que la incluyeran como siguiente canción a tocar.

Volvió a la mesa y sirvió al resto de invitados, terminando en el anfitrión. En ese momento, Rodrigo, que se había dado cuenta de la petición musical, le dijo algo al oído al camarero e inmediatamente empezó a darle voces por haberle manchado la camisa con algo que portaba en la bandeja. El camarero salió disparado de allí y Rodrigo se disculpó para ausentarse a cambiar la camisa manchada y ponerse una limpia.

La canción que sonaba estaba a punto de terminar y -cosas del destino- a pesar de que el siguiente tema que la banda tocaría, lo había pedido “con toda la intención posible” para que fuera escuchado por Rodrigo a su lado, eso no iba a suceder en esa noche de miradas a 30 centímetros de distancia. Sentado en la mesa, esperando la vuelta de su anfitrión esa noche, no era capaz de separar su vista de la puerta por la que había salido dejando un varonil rastro a “Brummel” (para hombres que dejan huella) que le recordaba a su padre.

La banda comenzó con los acordes del tema que había pedido, pero él no separaba la vista de la puerta. Sus ojos, como los de un niño que se da cuenta de que aquello que tanto deseaba no iba a poder ser, empezaban a enrojecerse y humedecerse. Cogió el móvil un segundo y tuiteó algo, sólo para ocultar su rostro mientras empezasen a cantar aquella letra (por si se le escapaba una lágrima).

Y entonces sonaron los versos:
“Bésame.... bésame mucho....”

Donald levantó de golpe la cabeza, como si se hubiera disparado un muelle de 50 metros marca ACME en su cuello.

“...como si fuera esta noche.... la última vez....”

Y al girarse, allí estaba Rodrigo -subido al escenario- declamándole sus sentimientos delante de toda la nación y de todo el planeta, veladamente escondidos dentro de un gesto protocolario que, por suerte, en la zona asiática -donde se encontraban- era muy común entre amigos y amantes. Nadie podría señalarle por haber cantado una canción clásica -que todo el mundo conoce- aunque lo hubiera hecho entregándole su corazón a aquel hombre mayor ante el país que gobernaba, con sus manos chorreando sangre...




Habían tenido que pasar muchos años y salvar miles de kilómetros de distancia pero, al fin, Rodrigo y Donald estaban juntos en esa noche soñada donde ya lo único que importaba eran la libertad y deseos de esos dos seres: el mundo era suyo y nadie podía arrebatárselo.

Esto, bonito cuento o historieta de sentimientos entre dos varones que podemos ver en la prensa internacional ahora mismo, es la imagen más arrebatadora del encuentro entre Donald Trump como invitado y Rodrigo “ASESINO” Duterte como anfitrión.

Por si algún despistado me dice que por qué insulto a “Rodri”, le recordaré que él mismo ha contado varios asesinatos cometidos por su persona. Y de distintos colores: ha matado a una persona a puñaladas cuando era adolescente por “malas razones”, pero de adulto lo ha compensado “enseñando a sus policías -personalmente- cómo se mata”, ejecutando él mismo a víctimas desarmadas y sin juicio alguno. Que yo tenga claro, ya lleva dos ocasiones al menos en que ante la prensa internacional cuenta cómo ha matado a alguna persona. Aunque “Rodri” no se corta y cuando le gusta algo, lo dice y no se anda con tonterías.

¿Que el cadáver desnudo de una monja (violada por un montón de presos en un motín en una cárcel bajo tu control) te pone cachondo? ¿Acaso hace daño a alguien eso? Mejor comentar subido a un escenario y grabado por el público, que cuando viste el cadáver de la monja te dio pena y tal por eso de la violación en masa, pero que viendo lo buena que estaba la monjita (“parecía una actriz de USA”) el primero que la tenía que haber violado era él, que para algo era el que mandaba la prisión!! 

Vaya desconsideración por parte de los presos amotinados y de la monja, no haber ofrecido el primer puesto como violador a Duterte...eh? Ya no hay respeto por los mayores.

Pero esas cosas las hizo cuando no era presidente de Filipinas. Organizar escuadrones de la muerte y esas cosas son pecadillos de juventud, que no deberíamos tener en cuenta. Ahora, ya presidente, lleva la asombrosa cifra de 12.000muertos sin juicio, ejecutados por la policía actuando como paramilitares. Esa es su “política de drogas” y le ha servido de mucho, ya que con esa excusa ha podido exterminar a familias completas de rivales políticos (debe ser que todo está manchado por la droga) y a todo aquel que le ha dado la gana.

A tal punto llegó la cosa que la propia vicepresidenta del país -en un gesto que le supone jugarse la vida- denunció ante el mundo que se estaba llevando a cabo una práctica conocida como “Palit-Ulo” por la que, si la policía no encontraba a quien iba buscando, se llevaban a un familiar o pareja y este corría su suerte (tortura o asesinato). De momento, nadie ha hecho nada efectivo al respecto y los asesinatos indiscriminados se siguen sucediendo en nombre de la lucha contra las drogas, en Filipinas, a pesar de que su presidente Duterte es un adicto al fentanilo: la ley del embudo, yo sí pero tú, no. Y la lleva hasta las últimas consecuencias (o eso dice) con un bíblico gesto en que asegura que matará a su propio hijo -y a su yerno (también acusado)- si se prueba que tiene que ver con drogas y con tráfico de las mismas, como parece ser.

¿Y qué cosas le unen a su nuevo gran amigo? Pues que desde que ocupó la Casa Blanca, Trump ha sido un fanboy de Duterte. Para Duterte, Obama era un mierdecillas preocupado por tonterías como los derechos humanos a quien le tuvo que poner en su sitio llamándole “hijo de puta” poco antes de una visita oficial. Antes había practicado hasta que mejoró el insulto, ya que al embajador de USA le llamó en 2016gay hijo de puta”, incluyendo el término gay -obviamente en su caso- de forma despectiva. Y Trump no. Trump llegó a la Casa Blanca y le llamó por teléfono, le dijo que todo “de puta madre y que siguiera igual”. Duterte no tardó en hacerle caso y, además, contarlo públicamente.




Se llegó a especular -tanteo a lo globo sonda- con que Duterte fuera a la Casa Blanca como invitado para el nombramiento de Trump, ya que no había muchos ilustres internacionales que quisieran estar presentes en dicha ocasión, pero la idea de tener a un asesino confeso (que está llevando a cabo una de las peores matanzas de nuestro siglo) en su foto era demasiado dura, y alguien consiguió frenar semejante disparate a tiempo.

¿Y para qué necesita Trump acercarse a semejante tarado?
Aquí hay dos puntos a tener en cuenta, de forma conjunta pero con valores que se mueven de forma independiente. El primero, lo que Trump tiene que hacer como presidente de USA a nivel internacional, de lo que dependen muchas empresas y relaciones comerciales, y ahí hará lo que le fuercen a hacer desde su propio entorno (un presidente en USA se pone o se quita por el capital sin demasiado problema, y Trump ni siquiera es un rico de verdad en un país como el suyo). Lo segundo, la forma en que hará “eso que tenga que hacer forzado”.

Mientras que cualquier presidente (da igual de qué partido) de USA -de los conocidos hasta que llegó Trump- no se hubiera dejado “manchar” de esa forma acercándose a Duterte, en el caso de Trump entra en juego el hecho de que de todos los mandatarios con los que va a verse en esta gira asiática, Duterte es sin duda el más cercano a un ser como Trump: es su alma gemela, y en él se ve reflejado.

Personalmente creo que Trump admira en secreto a Duterte, por el hecho de haber reconocido públicamente algo que, aunque Trump hubiera hecho (matar a un ser humano indefenso), no podría jamás confesar en su entorno y país. Tengo la impresión de que le ve como a un “Harry el Sucio”. Y de hecho a Duterte se le conoce en medios locales como “el Trump asiático” por su aparentemente descontrolado proceder.

La actitud de Trump, analizada a lo largo del tiempo, nos ha dado muestras de sobra de su carácter y de cómo se siente y comporta ante otras personas. Uno puede argumentar que es “escenificación política” pero Trump carece del control que sus colegas -Duterte incluido- tienen o saben impostar. Por eso hemos visto gestos tan absurdos como aquel en que apartaba de un manotazo a un presidente de un país europeo para colocarse él delante en la foto, o cómo con otros hombres era incapaz de relajarse y ser cordial, buscando siempre el enfrentamiento tipo macho alfa (con el francés Macri o con el canadiense Justin Trudeau) que ha de quedar por encima, o cómo le dejo la mano al primer ministro japonés en su visita (la cara es memorable) tras un apretón intolerable para las costumbres japonesas.

La escena que más reveladora de Trump, por el contrario, fue con una mujer: Angela Merkel. Fue un placer ver cómo -al igual que todos los hombres inseguros y débiles mentalmente se sienten nerviosos ante una mujer que no se acobarda- la presencia calmada y no confrontante de la canciller alemana le descolocaba, tanto que era incapaz de mirarle a la cara o de darle la mano (a pesar de que se lo solicitaban los periodistas presentes y de que ella, elegante y demostrando experiencia, le ofrecía la oportunidad de hacerlo).



Así que, con esos dos factores en mente (lo que ha de hacer y cómo lo hará) como vectores en el comportamiento de Trump, nos lo encontramos por una gira asiática cuyo principal objetivo es conseguir el apoyo de los líderes de la zona para armar una postura común frente a la cada vez más provocadora Corea del Norte y sus pruebas nucleares. Siendo eso lo que busca conseguirse, y sobre todo dejar impresa una imagen de dureza en la zona con declaraciones muy duras contra el dictador norcoreano. En ese juego de gestos, deberíamos enmarcar también el gesto (a mi entender, calculado) por el que Trump pierde la paciencia mientras pasea con el primer ministro japonés dando de comer a las carpas de colores, y vuelca de golpe todo el recipiente de comida sobre ellas.

Dicha imagen, para la mentalidad de muchos de aquellos países, es de una rudeza extrema en el contexto en que sucede, grabando en la cabeza de la gente la imagen de que Trump es un presidente que no tendrá demasiada contención a la hora de sopesar usar un arma nuclear contra dicho enemigo. Dicho suceso de la gira me parece una calculada imagen de la política de gestos, que encaja como un guante con la percepción pública de Trump mientras que le refuerza en USA como un tipo que ha ido y ha impuesto su voluntad sin mirar dónde.

Y ahora ya, vamos a lo que nos interesa: el asunto de las drogas y los derechos humanos en Filipinas. ¿Qué ha pasado de nuevo? Pues nada. ¿Qué iba a pasar, si estos dos tipos se juntan a cenar y uno le canta públicamente canciones de amor al otro? Despertad!!

¿Derechos humanos? ¿Ejecuciones extrajudiciales? ¿Escuadrones de la muerte? ¿Asesinatos de intercambio? ¿Apetito por las violaciones y el abuso contra las mujeres? ¿Amenazar a una periodista diciéndole que por ser periodista, si era una hija de perra, no se iba a librar de que la matasen?

Venga.... en serio,
¿Alguien creía que algo de esos se iba a tratar? ¿Quedaba alguien tan ingenuo aún?
A mí la única duda que me queda -y que nunca llegaré a saber- es si Putin se unió a la pareja en esa noche de amigotes, en que almas gemelas se agasajan y se cantan besos que se deben, para terminar, quién sabe haciendo qué, en la intimidad e impunidad de los poderosos y ricos.

¿Quién sabe? Tal vez de esta noche, uno de los dos haya quedado embarazado y en 9 meses podamos conocer al retoño: Trumperte está al caer, no lo olvidéis.




Nota extra: por si alguien tiene dudas, la historia no es de ficción: es real. Duterte cantó una canción de amor a Trump ante todo el planeta, así que id cogiendo la idea de cómo van las cosas entre ellos... :P

lunes, 2 de octubre de 2017

HODL!!

Este texto fue publicado en la web ElBitcoin.org recientemente, con ocasión de las turbulencias provocadas en el hard-fork de BitcoinCore a BitcoinCASH. Esperamos que os guste, y que os sea útil para futuras situaciones similares, que serán muchas las que veamos en el futuro de las criptomonedas (sobre todo mientras sigamos pendientes de los mercados de drogas ON LINE de la darknet donde el pago se realiza de esta forma). Una nueva forma de dinero existe, y es mejor que todo el mundo se vaya acostumbrando a ella: los que queden fuera sufrirán algo similar a lo que en otro tiempos se llamó "la brecha digital" entre quienes sabían usar un ordenador y quienes no se atrevían a encenderlo.

Recordad, ante la duda... HODL!!

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HODL!! 

Llegó el día.
Apostados en los árboles cercanos al epicentro, los pájaros más atrevidos y los más preocupados. Sobrevolando el punto los buitres, como gotas sucias de una ventisca que no cesa, y que jamás tocaban suelo. Y se escuchó el grito del hard fork en toda la selva Bitcoin…


¿Y qué pasó? Pues nada especial, lo esperable cuando nace una nueva moneda, que es poco conocida aún aunque sea la que retiene la esencia del Bitcoin de Satoshi Nakamoto: BitcoinCASH
¿Qué pasó con el lado contrario de la bifurcación? Pues tienen sus propios planes —SegWit— y destruyen con ellos lo que ha sido Bitcoin hasta ahora, aunque retengan el nombre de Bitcoin Core.
Sí, llego el momento en que la quijada se soltó de la mandíbula del animal para que la cogiera Caín y pudiera matar a Abel. Ese momento, que también hemos podido ver –y no fue para tanto– es el de todos los creyentes en SegWit y CORE, los Blockstream Boys y demás parásitos vendiendo como locos “el dinero gratis que ahora tenían gracias a BitcoinCASH”. Es decir, no han entendido nada si piensan que –ese dinero– era gratis. Y los que tienen una visión más elaborada del asunto, esperando para comprar a buen precio… ese renacido Bitcoin en BitcoinCASH.


Sí, no me importa decirlo, para que os podáis burlar de mí (cuidado, que todo lo que va… vuelve): acabo de comprar (hoy 6 de Agosto de 2017) casi 10 BitcoinCASH, obviamente post-hardfork. No lo he hecho “para apoyar a la moneda” como alguno puede creer, no es así. Si la moneda no es capaz de “tenerse por sí misma”, mi compra (y consiguiente pérdida de riqueza si me equivoco) no iba a ayudarla: no soy el gran Roger “Bitcoin Jesuschrist” Ver… ojalá!!
He comprado BitcoinCASH porque he visto la oportunidad de hacerlo a muy buen precio, como primera razón. ¿Por qué ha caído el precio desde su nacimiento? Pues no es difícil de explicar, ya que el mundo de las criptomonedas se mueve entre otras cosas por el famoso/temido “hype”, y como he dicho antes, había un montón de buitres buscando la muerte del fork de Bitcoin que salva la esencia de lo que ideó Satoshi, y por lo que yo firmé

Todos esos buitres, liderados por un extraño y advenedizo personaje conocido como Tone Vays, estaban vigilantes apostando por la caída de BitcoinCASH y vendieron a precios de saldo todos sus BitcoinCASH, en una ola mixta de imbecilidad y codicia como he visto pocas veces. Pude observarles durante largo rato en un chat en directo vía Youtube, al tal Tone Vays, a Jimmy Song (lo siento, pero el nombre siempre me hace reír, suena musical) y a un tal Vortex, que durante todo el vídeo tuvo cara de estreñido, aunque reía cuando tocaba reír. También había unos 1200 espectadores, chateando y contando sus orgasmos por el “dinero gratis” que les habían regalado: era como ver a una víctima de estafa, todavía alegre porque no se ha dado cuenta de lo que pasa y de que –en realidad– es una victima ya (de su propia codicia).

Aquí el pobre Tone Vays enfadado 
(también sus cuentas-bot, dando "likes" enfurecidamente) 
porque le recordé
 cómo había convencido a todos sus seguidores
 para vender BitcoinCASH por 200$. xD
A día de hoy -algo más de un mes después- 
su precio ya es el doble. 
Eso les pasa por creer que existe el "dinero gratis". 
Cripto-tarados...


Pasará un tiempo hasta poder saber quién fue el que obró más acertadamente en esta quimera; yo apuesto por mí, desde luego. Por mí y por todos mi amigos, como decíamos en España cuando “tocábamos casa” mientras jugábamos al escondite… ¿Y quienes son tus amigos, chiquillo?
¡¡Mis amigos son los HODLers!!
Sí mamá, lo he escrito bien aunque parece que lo he escrito mal; cosas de Internet y su peculiar sentido del humor (y de lo que no es humor). ¿Que qué son los HODLers? Pues básicamente la gente inteligente en esta historia, que son personas que ya llevan un tiempo en la Bitcoinomía y saben cómo va esto: no son presas de alegrías desmedidas ni de pánicos absurdos, saben esperar y contenerse para morder y clavar los dientes en el mejor momento… y NO VENDEN NADA!!
¿Cómo? Pero esto no iba de que BitcoinCASH es ahora el Bitcoin de verdad y que BitcoinCore o BitcoinSegWit son los malos?? Pues habrá que tirar la mala moneda por la ventana cuando antes, no???
NO.
Nosotros NO vendemos, nosotros somos HODLers!!
La primera vez que leí el término pensé que ya se había equivocado alguien, y que pretendía decir “HOLD” (aguantar, mantener, sujetar, abrazar) en lugar de HODL, pero tras mirar un rato vi que no era así o que todo Twitter estaba olvidando –de golpe– como se escribía un único verbo en inglés. Y me picó la curiosidad, ya que el término quería decir lo mismo que el correctamente escrito, pero la gente se empeñaba en ponerlo de esta forma, casi a modo de distintivo que les permitiera reconocerse entre ellos.
Hace alusión al hecho de aguantar, de no vender, de mantenerte en tu sitio porque realmente crees en ello. Ese tipo de mente, en el mundo de las criptomonedas y en especial de Bitcoin, es la mentalidad del ganador.
Pensad en todos aquellos que no vendieron sus monedas e hicieron “HODL” en la primera burbuja Bitcoin a 10 dólares, en segunda a 50 dólares, tercera a 100, a 300, a 600, a 1200, a 2400… y así sucesivamente. Todos esos HODLers ganaron más que los demás, y para darse cuenta sólo hay que mirar el precio actual –esto seguirá ocurriendo de la misma forma en el futuro, durante años– y de que la mejor opción, casi siempre, es no vender y acumular: HODLear como perros hambrientos de criptolibertad!!
Pero la pregunta original seguía sin respuesta en mi cabeza, así que me puse a rastrear el asunto y leí diferentes explicaciones. La más plausible era, aparte del obvio error tipográfico, que fuera un acrónimo del dicho “Hold On Dear Life”, que podría tener cierta congruencia semántica con el uso dado al HODL, que podría ser su acrónimo. Pero finalmente encontré la real, o la que puedo considerar acertada a día de hoy. 


Durante el “crash”de Bitcoin en el año 2013, debido a los tejemanejes del exchange MtGox, en un foro sobre Bitcoin un usuario algo cabreado se quejaba de que no era capaz de captar esos momentos de máximos y mínimos precios a lo largo del día y que, por lo tanto, no era capaz de sacar ganancias haciendo day-trading (vender y comprar en el mismo día). Este usuario, de nombre “GameKyuubi” escribió esta queja en un post en dicho foro, en un hilo que tituló “I AM HODLING.

El post en sí es un buen post, en el que alguien da su opinión –inteligente– de que para quien no sea alguien preparado para el trading, lo mejor que puede hacer con sus bitcoins y otras posibles criptomonedas, es mantenerlos a su lado. Es un gran consejo que debería ser básico, pero las ganas de ganar más dinero a veces se convierten en enemigas del objetivo buscado. E Internet hizo el resto; alguien dijo en ese mismo hilo: “Meme en 3,2,1…”
Y se hizo. Pasó a ser uno de esos términos creados al albur de una comunidad naciente –la de Bitcoin– que pisa una tierra que nadie más ha pisado aún: HIC SUNT DRACONES.
Ahora, cuando en el mundo de las criptomonedas nos encontramos con situaciones como la vivida hace unos días –y provocada por el hardfork que hemos enfrentado– en la que existe un alto volumen de ventas y compras –debido a la volatilidad de unos precios que están buscando y recalibrando su nivel– y el panorama se convierte en una piscina llena de pirañas que venden y compran buscando el dinero rápido independientemente de su calidad (BitcoinCoreSegWit vs. BitcoinCASH), el término HODL se empieza a ver en frases, tuits y memes por toda la red, en señal de que “me quedo donde estoy y no vendo nada, mucho menos mis bitcoins”. Y personalmente opino que es uno de los enfoques más inteligentes, así que HODL, HODL y HODL a tus bitcoins!!
Estos días, muchos poseedores de bitcoins tras el fork se han creído que su dinero se había multiplicado sin motivo alguno, y que ese BitcoinCASH que había aparecido en las cuentas de sus exchanges –con la misma cifra que tuvieran en bitcoins hasta ese momento– era “dinero gratis” que convenía vender cuanto antes. Esos eran los “dumpers” que han hecho que el precio bajase inicialmente, ya que si un grupo de tipos que no tienen mucha idea y capitaneados por un Youtuber que reconoce no tener ni puta idea de cuestiones esenciales, son animados a vender de forma masiva como forma de dañar a otra moneda, pueden hacerlo. Y lo han hecho: “¡dinero gratis!” gritaban mientras se desprendían del Bitcoin de mejor calidad y que respetaba la idea original de su creador, Satoshi Nakamoto.
Obviamente el dinero gratis no existe, y estos personajes han tomado el fork (un divorcio, en este caso a las malas) como algo que genera riqueza, cuando lo único que hace es mostrarla y repartirla entre las partes que se separan. Estos personajes, anti-HODLers les podríamos llamar, han hecho lo que no se debe hacer nunca: tomar parte en un divorcio por uno de los lados, sin saber realmente qué está pasando. Se han comportado como hinchas de un club de fútbol, que vendían según sus emociones del momento y que son el paradigma de un poseedor de criptomonedas que –por mucha riqueza que tenga– sigue sin entender una mierda.
Otros, nos hemos apresurado a comprar –cada uno en su medida– todos esos bitcoins de alta calidad (Bitcoin CASH) que estos “dumpers” tiraban alegremente y a precio de saldo. Y de esta disputa, sólo el tiempo podrá juzgar quién fue el más inteligente.
De momento, y como consejo, HODL!!!

martes, 5 de septiembre de 2017

Profesionales de la salud y drogas.

Este texto sobre profesiones sanitarias y drogas fue publicado en la revista VICE. Esperamos que os guste y que os deje claro que los que más drogas toman son esos profesionales de la salud... "ajena".

Aquí el que no corre vuela, nadie vuela recto, y pájaro que no vuela... a la cazuela!!

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Profesionales de la salud y drogas.

No olvido -ni creo que nunca lo haga- la cara, el cuerpo y la voz del primer “practicante” (como se les llamaba en los 80) que conocí. Se llamaba Carmelo. Su nombre en mi casa era la representación del terror hecho chuta. 

Todavía no se debía estilar mucho lo de las jeringuillas desechables de un solo uso, porque no sólo llegaba a tu casa una especie de ogro enorme y calvo, con una voz gutural como el eco del infierno, sino que tenías que pasar el trance de ver cómo se preparaban los instrumentos para tu tortura. Ahora suena raro eso, pero antes veías como esterilizaban la jeringuilla de cristal y las agujas ya clavadas en otros con alcohol ardiendo en un recipiente....




Ese ritual, el ogro Carmelo, el olor a alcohol caliente, la visión de la aguja, tus padres sujetándote y tú gritando como un poseso para que al final te trincasen bien (era un mierdas de 5 años, uy si no....) y te metiera una banderilla -con mucha malaostia- un tipo que era el que pinchaba a los militares y a los pobres seres humanos que eran forzados a hacer el servicio militar obligatorio o "mili" (a la que yo fui insumiso).

Creo que si no me gusta mucho pincharme drogas, cuando no tengo reparo alguno en tomarlas por otras vías, responde a criterios de “esterilidad y pureza” de las drogas pero también a un cierto miedo incrustado en el desarrollo y la infancia. No me gustan las agujas, me recuerdan a Carmelo, y me asusto. Así de triste infancia, sí. 

Como Carmelo se convirtió en un recurso usado en mi casa de forma rutinaria (desde un aceptable “si no te tomas la medicina, vendrá Carmelo” hasta un chantajista “si no te tomas la sopa te pondrás malo y vendrá Carmelo”) pues es un personaje que en cierta forma seguí. En el barrio no somos muchos y nos conocemos todos, así que años después, en plena “new wave prohibicionista de la heroína como droga lúdica” en la que palmaron tantas personas en España, supe que era un tipo muy cotizado. 

Cuando hablaba con los colegas, consumidores de heroína con 13 años y mencionaba a Carmelo (que era conocedor de casi todos los culos y brazos de mis colegas) había un curioso silencio en el aire y alguna que otra bala perdida en forma de risotada. 

El tipo era un crack en esto de ponerte unas flautas de coca y caballo acojonantes, con la “seguridad añadida” de un profesional de la salud, y asegurándote higiene y nada de marcas jodidas de explicar.

Contactar con él para esos servicios, requería de un nivel que yo por aquel entonces ni tenía ni aspiraba a tener, pero era el enfermero que ayudaba a drogarse, con cuidados propios de un profesional, a muchos yonquis de los que puedes imaginar con esa palabra, y a otros que no imaginas. A la vez que se hacía sus extras con la peña, llevaba el “mantenimiento” de algunos “eliteyonquis”, profesores de la Universidad y médicos del Hospital Clínico. 

Era un tipo discreto, que había visto mucho y conocido mucho. Era esencialmente pragmático: él ganaba un dinero por sus servicios y prestaba una atención de calidad sanitaria. Posiblemente la primera persona de mi vida que estaba implicada en Reducción de Riesgos en drogas, aunque el término no debía ni existir en aquella época.

Si él consumía o no drogas de alguna clase, es algo que creo que nadie sabe a ciencia cierta, pero que las conocía todas mejor que los propios médicos -bastante torpes a la hora de gestionar sus hábitos- era algo aceptado por todos los que le conocían. Pocos doctos doctores contradecían una opinión de este enfermero.

Dentro del área de consumidores de drogas en las profesiones sanitaria, tenemos algunos curiosos grupos, que en cierta forma tienen que ver con el contacto (accesibilidad) a las drogas usadas. Los menos yonquis -por decirlo de alguna forma- son el grupo de podólogos, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas y psicólogos clínicos. 

En principio, ninguno de ellos tiene acceso a las drogas que usen sus pacientes o a un almacén, por la actual ley al respecto. Los terapeutas ocupacionales y los psicólogos pueden tener un mayor contacto con población consumidora de droga, e incluso supervisar sus consumos en un lugar concreto, como una “Sala de Venopunción Asistida” o en una casa de acogida dentro de un modelo de “contexto de baja exigencia” en el que se tolera el uso de drogas dentro de ciertos parámetros, como forma de poder actuar -en otros campos- sobre la persona y su salud biopsicosocial. No son de los más yonquis, pero sí de los más tolerantes.

Ascendiendo un poco, encontramos a los enfermeros. En este grupo se nota mucho la especialidad de cada uno, y es probable que uno de enfermería pediátrica no recuerde ni qué es la codeína ni para qué se usa, mientras que los de oncología e intensivos, saben administrar microdosis de las drogas más pintorescas por las vías más raras, con gran maña para revertir depresiones respiratorias a tiempo. 

El roce hace el cariño, y en este grupo tengo grandes amigos que también prestan servicios (no tan profesionalmente como Carmelo en los 80) con sus artes en poblados y casas, porque además de enfermeros son consumidores. Muchos no consumían en inicio drogas sacadas de su trabajo, sino que el hecho de saber inyectarse y de tomar drogas por otras vías, les llevó a ello. Y son enfermeros en activo, que hacen correctamente su trabajo en el hospital o clínica. Como otros muchos, si les cae algo interesante que tomar en sus manos, se lo cogen para “investigación personal”. 

En este punto quiero citar a un gran amigo que, conocedor del propofol y de su capacidad para inducir sueños de tipo erótico y muy placenteros, estuvo a punto de matarse y hubiera sido el primero en España imitando a Michael Jackson. Le pude detener justo antes de que diera el paso, razonando con él por internet, haciéndole ver que si se clavaba la chuta sin alguien consciente controlando, lo más probable era que muriese. ¡¡Le podían las ganas al muy cabrón!! Ciertamente, yo también tengo ganas de meterme propofol, pero con un anestesista al lado (los mejores gestionando drogas, con la vergonzosa excepción del yonqui Maeso), mucho mejor.


El yonqui Maeso que contagió la hepatitis C 
a cientos de personas, 
por pincharse primero él con los opioides 
y luego a sus pacientes, en un hospital público... 


Luego están los farmacéuticos, que tienes de los dos tipos: los que no se drogan o los que se lo comen todo. Intercambio “regalos” con “farmas” de todo el continente, y son buenos profesionales con formación para elegir con cabeza. No he conocido a ningún farma que acabase por el mal camino y “con la incapacidad” por consumo de drogas o de alcohol (otro clásico de la medicina). Son grandes educadores, al mismo tiempo, que deberían ser más escuchados por la clase médica.

Y llegamos al top de los grandes: los que tienen el poder:  los médicos. También se podrían repartir en especialidades, pero sin embargo en estos el vicio es bastante transversal. El hecho de poder disponer de recetas que no levantan sospecha alguna para los fármacos no estupefacientes (de receta normal) y de poder usar también, como médicos, los estupefacientes disponibles, les da acceso a morfina y opioides a tutiplén, a estimulantes como el metilfenidato o la dextroanfetamina con lisina que ahora han introducido de nuevo en el mercado (Elvanse) y a todo lo que puedan coger de la farmacopea legal. No me extraña mucho que tengan tanto vicio los cabrones, tras haber leído a Escohotado contar como la mayoría de grandes médicos anteriores a la prohibición de las drogas, eran generosos consumidores de las mismas (de los de 5 gramos de morfina por vena al día) sin que esto les supusiera ningún problema para el ejercicio ni un estigma que les apartase de su trabajo.


Aquí un honrado anestesista, 
no un yonqui de esos que pueden hacerte algo 
y pegarte el SIDA si te escupen... :P


Un conocido psiquiatra de mi ciudad consume una caja diaria de metilfenidato, que compra en mi misma farmacia. ¿Consume? 

Teniendo en cuenta que se cotizan bien esas pastillas por los estudiantes de la ciudad, no creo que se coma 30 pastillas cada día, pero compra una caja diaria. 

Lo que no es sencillo es ver psiquiatras en ambientes más marginales como las casas o los poblados. Tampoco médicos en activo, que suelen ser atendidos en los puntos de venta de droga más selectos de la ciudad (especialmente cocaína pero también heroína) de la misma forma que cuando “algunos del ayuntamiento” se quedan sin farlopa: la casa se cierra poco antes de su llegada y se le atiende sin que nadie le vea. Normalmente de madrugada. Si alguien viera o dijera algo, por ver entrar a un médico de noche en una casa, siempre puede quedar cubierto como una urgencia que tuvo que atender. Pero la realidad es que finalmente se sabe quienes son, porque cuando la urgencia te empuja a tener que pillar a las 4 de la mañana y no esperar que algún “tele-droga” te lleve el tema a tu casita para no dar el cante, es que empiezas a estar algo pilladete... amigo médico.

Son estos últimos los más reticentes a aceptar su contacto con drogas, legales o no. El estatus social se lo pone más difícil. Recuerdo a mi psiquiatra, fundador de Alcohólicos Anónimos en mi zona, al que le gustaba el whisky cosa mala y me quería enseñar a beberlo, para que no tomase opiáceos. Cada maestrillo con su librillo, ¿no?

Además pude conocer por él -sin nombres- el historial de muchos profesores y médicos que él supervisaba por razones legales

No olvidaré el día que me dijo, charlando de cultivo de cannabis, que cierto médico tenía una habitación de casa llena de focos y marihuana. Le contesté que no era un mal hobby. Me dijo que en la habitación de al lado, coleccionaba bragas usadas, juguetes sexuales usados por prostitutas y armas blancas usadas en crímenes

Le pregunté cuál era su especialidad: 
bioética, contestó con una sonrisa giocondesca...