domingo, 10 de abril de 2016

Bitcoin, drogas, blanqueo y el nacimiento de OpenBazaar

Este texto fue publicado en el portal Cannabis.es y ahora que ha sido lanzado OpenBazaar, con un texto en el mismo portal de Cannabis.es y también republicado en Elbitcoin.org (con autorización previa), es un buen momento para fundir ambos en un texto largo, pero que no pierde en esencia la linea argumental.

Esperamos que sea de vuestro agrado.

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Bitcoin, drogas y blanqueo.

Bitcoin, la moneda creada por Satoshi Nakamoto (sea quien sea), y el ecosistema que existe alrededor de dicha creación digital, son grandes generadores de titulares “escandalosos” en la prensa común. En este hecho convergen dos razones distintas para que esto ocurra. 

La primera es que la prensa generalista tiende a “crear opinión” según los intereses de sus editores, y no a educar sobre cada aspecto necesario de entender para poder adquirir una visión amplia del asunto. Ejemplos de este comportamiento lo podemos encontrar cuando “informan” sobre drogas, sobre seguridad informática/hacking, sobre la Deep Web, Tor y la ofuscación de IP para navegación segura, la Darknet y actualmente con énfasis en la encriptación de las comunicaciones móviles. En resumen, lo hacen en todos esos mundos donde hace falta una cierta base técnica para poder entender. La otra razón, es que siempre vende más un titular alarmista que uno explicativo: se hace mucho más caso a una voz que grita “¡¡fuego!!” que a una que grita “¡¡información!!”.

En ese escenario complejo, nos sirven una noticia “modelo” en “El Periódico” que dice: “Detenidas 10 personas en Países Bajos por blanquear hasta 20 millones de Euros en Bitcoins”

Para acompañar el titular, añaden que en la operación se incautaron 15 kilos de material para producir -supuestamente, que la policía nunca fue muy despierta para la química- MDMA. Ya tenemos en una sola noticia un grupo criminal, oscuros movimientos en la red oculta a los inocentes ciudadanos, blanqueo de capitales y producción de drogas, todo ello envuelto en esos trágicos Bitcoin, siempre presentes en los delitos de nuevo cuño. Mis felicitaciones al redactor que preparó la noticia, que no se le escapó nada que pudiera añadir algo más de confusión al puré informativo.



Para empezar, la noticia no pierde comba de vincular al Bitcoin con las drogas. ¡¡Cómo no!!
Y lejos de mí intentar desvincular ambas cosas: el mundo de las drogas -a día de hoy- tiene una opción más segura para sus usuarios gracias a la combinación del Bitcoin como método de pago y a Tor como método de seguridad informática sobre identidad IP. Silk Road fue el germen del paradigma y Ross Ulbricht su mártir, sirviendo dos cadenas perpetuas consecutivas más 35 años en una cárcel en USA. 

Sí, Bitcoin tiene que ver con las drogas (como todas, cariño, como todas.... las monedas).

Pero todavía infinitamente menos que el Dólar, el Euro, la Libra, el Yen, o el Rublo. El mercado de la droga mueve cantidades de dinero inmensas, que a veces generan problemas como dónde esconder una casa llena de billetes grandes sin que se note. Y no, no lo hacen con Bitcoin por varias razones: es una tecnología demasiado nueva para que la conozcan y se fíen, su capacidad de reserva de valor se ve afectada por la volatilidad del precio y.... ES 100% RASTREABLE.

Bitcoin te permite abrir una cuenta (o mil) y operar con la moneda sin que nadie sepa quién eres, pero todo lo que se hace desde cualquier cuenta (entradas/salidas de dinero, y las cuentas implicadas en las transacciones) es público y visible. Cierto es que si no puedes vincular una cuenta con una identidad en el mundo físico, de poco vale que sea visible al 100%. 

Pero claro, si llega a suceder que -por la razón que sea- la policía es capaz de determinar de quién es una cuenta, es también capaz de determinar de dónde le ha entrado y dónde ha enviado dinero. Aquí no existe el secreto bancario en las transacciones: todas son públicas. El secreto existe en la identidad de quienes se transfieren los fondos.


¿Qué problema práctico representa eso para el vendedor de drogas/blanqueador de dinero?

Como pasarela de pago -para las drogas o para la miel de las abejas del Cáucaso- el Bitcoin es imbatible en multitud de aspectos. Pero en el momento en que quieras entrar en el juego el dinero fiat (el dinero emitido por los estados, como las monedas ya mencionadas antes) necesitarás que alguien te cambie esos Bitcoin por otra moneda. Es ahí donde está el punto débil del modelo “Bitcoin para Narcos”, que al final si quieres manejar billetes de uso común deben cambiarse (sobre todo si son grandes cantidades) en una cuenta bancaria. La gente no suele llevar 500.000 euros sueltos para cambiarte unos Bitcoin que tienes a mano. Ese paso se realiza en “exchanges” que son sitios totalmente legales donde uno puede comprar y vender Bitcoin. Nadie allí te preguntará de dónde han salido (como tampoco te preguntan de dónde salió tu dinero cuando inviertes en bolsa) pero te pedirán una cuenta bancaria para depositar el dinero en Euro o Dólar. Es decir, mientras te muevas con Bitcoin, estarías relativamente protegido de la mirada indiscreta de HACIENDA (porque es hacienda y no la policía anti-narcóticos los que detectan estas cosas) pero nada más.

Bueno, sí: una cosa más y realmente importante.

Ni el estado más fuerte, ni el gobierno más ladrón ni el juez más poderoso podrán jamás quitarte tus Bitcoin. Son inembargables, indestructibles y a prueba de estados y autoridades intervencionistas. 

Eso sí es una gran característica a considerar, pero no sólo en el mercado de las drogas ilegales sino en la mente de cualquiera que busque un lugar donde colocar un dinero que nadie pueda tocar. Sin las claves secretas que te permiten hacer uso de tu dinero Bitcoin, no pueden hacer nada contra ello, de la misma forma que si no tienen acceso a tu dinero “en metálico” (billetes de Euro o Dólar) no pueden quitártelos.

Por otra parte, los traspasos de valor que se mueven en el mercado de las drogas, suelen encauzarse por métodos mucho más convencionales, como puede ser el conocido HSBC -el banco del que el informático Hervé Falciani se llevó la lista de “clientes” que acabó en manos del CNI español- que tiene algunas características peculiares: es el banco más grande de Europa y sus fondos provienen del latrocinio que los ingleses cometieron en Asia en las malcontadas “guerras del opio”. Estos hermanitos de la caridad, han admitido públicamente “haber sido poco duros con la cuentas que en su banco tenían narcotraficantes, traficantes de armas y terroristas”. Como dice el refrán, “perro no come carne de perro” y entre ladrones y mafiosos pues no se iban a pisar las mangueras, ¿no?
Cada época tiene su forma de explotación salvaje de una población y recursos, y el que al final tiene la llave de la caja es el que más dinero tiene de la última oleada de saqueos y robos, muchas veces santificados en tratados de paz (con sus intocables botines de guerra).

También llama la atención el monto, no más de 20 millones de euros sería la cantidad blanqueada. Cabe recordar que para la hacienda, blanquear es introducir en cauces legales dinero que proviene de cauces “que no han pagado impuestos ya”. Por ejemplo, si yo cobró parte de mi trabajo en Bitcoin y, sin pagar al estado nada, convierto esos Bitcoin en euros para comprar comida, estaría blanqueando dinero. Por supuesto, sería un blanqueo ridículo. Casi tanto como esos 20 millones, cuando los pones al lado de las cifras que se mueven en el tráfico a gran escala de drogas. O cuando los pones al lado de lo que ha trincado Bárcenas, Granados, los de las “Reformas, Cumpleaños y Bodas” del PP, o las multimillonarias tajadas del famoso 3% catalán que han alimentado las arcas del clan Pujol y que bailan en “miles de millones”. Y ninguno usaba Bitcoin.

Para finalizar, una breve reflexión sobre lo que es blanqueo y control del estado. En una agradable comida que tuve hace unos días con un amigo notario, me explicó cómo el estado no buscaba perseguir el delito de tráfico de drogas como un delito de salud pública, sino como un delito económico. Y lo más chocante que me contó fue que muchos “empresarios ilegales” (pueden ser de drogas y/o de cualquier otra cosa) optaban directamente por la “tajada para el estado”. ¿Cómo va la cosa? Pues simple; yo soy un traficante con mucha mucha pasta, y me pongo a comprarme casas y bienes inmuebles para blanquear (hacer legal) mi dinero, pero eso hace que Hacienda (el gran vigilante) se dé cuenta -entre otras cosas porque los notarios están obligados a informarles- de que manejo mucho dinero que no saben de donde sale. ¿Qué cree el lector que hace “el estado”? ¿Investiga para desarticular la trama de venta de drogas (o de trata de blancas) de ese “empresario”? No. Nada de eso. El estado – siempre con ese brazo llamado Hacienda- le llama al orden y le dice: “tronco, esta pasta es mucha pasta, y nosotros no hemos visto ni un duro de todo esto... ¿lo ves normal?”. Entonces el empresario se siente entre amigos -hablan en mismo lenguaje- y sabe que simplemente es cuestión de dinero, que no es nada personal. 

El empresario llega a un acuerdo con Hacienda, que en el peor de los casos es del 35% del dinero detectado, pero el resto se lo queda y -¡tachán!- ha pasado a convertirse en dinero legal. Y si el dinero era de drogas o de prostitución de menores.... “pues oiga, que investigue la policía que para eso está: nosotros ya hemos hechos nuestro trabajo y tenemos lo nuestro”. 

Triste, pero es así; una vez que tienen su tajada, el criminal (y el crimen) le sale rentable al estado, porque paga y calla ya que la otra opción es no pagar e ir al talego.

¿Y hacen todo esto con el Bitcoin? 
Pues no. Lo hacen con dólares y euros, contratos millonarios, petroleo, deportistas de élite, acciones, grandes bienes inmuebles, arte y joyas... pero no especialmente con Bitcoin. Ciertamente Bitcoin ha supuesto un salto de paradigma en la resistencia generada por los usuarios de drogas frente a la guerra contra las drogas, ya que resuelve una serie de problemas asociados con el pago de forma brillante permitiendo nuevos modelos de mercado. Pero dichas transacciones se limitan, por el momento, a ser meras anécdotas -del tamaño de una gota- en el mar embravecido del comercio de drogas ilegales.

Aunque para todo ese “común de los mortales” que aún no conocen Bitcoin -algo que cambiará radicalmente la economía monetaria arrastrada durante siglos- puede resultar mucho más adoctrinante inducirles la asociación de la idea del Bitcoin con la de delincuencia, blanqueo y drogas.

Sin embargo, al sistema no le viene bien que usted sepa que el grupo financiero que realmente prestaba sus servicios al narco, a los traficantes de armas y a los terroristas, era el honorable HSBC. ¿El castigo por ser los silenciosos banqueros de la peor calaña de asesinos mundiales? Una multa y listo, recordad que esto va de dinero; lo de la ética es tan sólo un espejismo sedante.



OpenBazaar: el sistema de libre mercado online definitivo.

El día de ayer, 4 de abril de 2016, es uno de esos días que casi nadie recordará especialmente. Murieron Manolo Tena y Chus Lampreave y era otro “Lunes de Aguas” en Salamanca -tradición que consistía en salir a recibir (cargados de comida, bebida y dinero) a las prostitutas expulsadas de la ciudad durante la cuaresma, y ahora repetimos gustosamente- pero seguramente no es un día de esos que marcarás en tu calendario. Y sin embargo se estaba escribiendo historia y lo hacia a los ojos de todos: ha nacido -por fin- OpenBazaar, el hijo del nuevo paradigma del 100% libre y anónimo comercio online.

Ha nacido sin hacer mucho ruido, y no tiene a grandes empresas detrás apoyando la idea, por una simple razón: no está hecho pensando en las empresas sino en las personas, que son quienes se beneficiarán de su uso en primer lugar.

¿Qué es OpenBazaar? OpenBazaar es una plataforma P2P de comercio anónimo y descentralizado, internacional y sin barreras. Las únicas barreras -como bien indica el programa al instalártelo- son las de la ley local que te afecte y las que te marque tu propia conciencia, pero no hay que olvidar que vivimos en un mundo donde las leyes y las disposiciones sobre mercado y transacciones, están quedando obsoletas día a día con el desarrollo de la tecnología digital en combinación con el pago mediante criptomonedas, en este caso Bitcoin por ser la más sólida y segura de todas (además de la primera realmente sin autoridad central o emisora).



Quienes tengan idea de la historia de los medios de pago online y de los mercados de bienes ilegales, seguramente conocerán Liberty Reserve o les sonará de algo relacionado. Liberty Reserve era una moneda de tipo digital que había sido creada por un tipo llamado Arthur Budovsky, tras una experiencia previa con otra moneda digital llamada GoldenAge que le llevó a la cárcel. Al casarse con una costarricense y tras salir en libertad condicional, fundó Liberty Reserve en Costa Rica, a la que denominaba “un sistema privado de intercambio abierto al público”. En realidad era un tipo que decidía convertirse en emisor de su propia moneda, para no tener que darle explicaciones a ningún estado. Y por supuesto que tuvo éxito: fue el medio de pago digital de primer uso en los mercados online de drogas.

Eso molestó a los USA, quienes decidieron cerrarle el chiringuito a Arthur, y se lo cerraron haciendo uso de una ley que parece no venir a cuento -pero que sabemos que sirve para todo- como es la “Patriot Act” en el año 2013. Además, como USA es así de rencorosa con los que consiguen puentear sus sistema, emitieron una orden de captura contra el fundador, que fue detenido en Madrid en el año 2013, en el aeropuerto de Madrid-Barajas (ahora Adolfo Suarez, creo) cuando intentaba volver a Costa Rica. Fue encarcelado y extraditado de España sin hacer ruido, y la última vez que supe de él, se estaba declarando culpable ante un tribunal usano de haber colaborado en el blanqueo de 250 millones de dólares: le pinta negro al pobre emprendedor monetario.

El problema de Liberty Reserve -como de GoldenAge- es que detrás de la moneda, existía un emisor que hacía de “banco central” a quien dar caza. Con Bitcoin ese problema quedó totalmente resuelto al ser una moneda sin emisor central ni autoridad jerárquica de ninguna clase.

Algo así le ocurre a OpenBazaar frente a Silk Road (la creación de Ross Ulbricht y conocido mercado germinal de drogas y otros bienes en la darknet). Silk Road, como Silk Road II y otros mercados en la red Tor, fueron cazados -aunque el modelo se repitió hasta ser común hoy- porque tenían una persona detrás, que tomaba las últimas decisiones y un grupo de ayudantes -desde moderadores y traductores a médicos y especialistas en seguridad informática- a los que tenía en nómina para que le manejaran la comunidad online que existía alrededor del mercado. Había alguien a quien cazar, aparte de al vendedor y al comprador (si el esfuerzo y las leyes lo permitían en cada país), detrás del sistema: ¿quién es el dueño de este mercado?

En el caso de OpenBazaar, la respuesta a eso es NADIE. O puede ser tú. O vosotros. O todos.
OpenBazaar nace con la vocación de convertirse en la primera realidad digital de mercado 100% libre y autónomo de la historia, aunque existe un grupo de desarrolladores y personas trabajando para darte ese producto final que es el cliente de OpenBazaar. 

El cliente se trata de un sistema distribuido al modo de los conocidos programas P2P de intercambio de música, con lo que el “castigo penal” por alojar una web de venta un bien fuera de los circuitos regulados por la ley no puede aplicarse sobre nadie en concreto, y ni comprador ni vendedor tienen por qué dejar de ser anónimos: de hecho no ser recomienda.

¿Es esto un mercado para drogas?
No. Decididamente OpenBazaar -al contrario que los mercados tipo Silk Road- no nace con ningún especial interés en los mercados de drogas. 




De hecho, sus desarrolladores se manifestaron algunas veces en contra del asunto, e incluso advirtieron que no iban a dejar a los vendedores de drogas “afinar” el sistema a su gusto y antojo. Pero cuando se les preguntó que cómo lo iban a evitar, la respuesta fue el silencio. En realidad es la expresión de una buena voluntad nada más. ¿Por qué? El proyecto originalmente surgió de las manos de un conocido hacktivista iraní llamado Amir Taaki y su “DarkMarket”, pero fue finalmente abandonado y el código se liberó para que la comunidad pudiera hacer uso de él. Los motivos del abandono de Amir fueron más ideológicos -contra el control del proyecto- que técnicos. Como dejó claro Amir: “No estamos aquí para encajar en el sistema, sino para retarlo”. Y su idea había surgido tras la caída del primer Silk Road, para impedir que pudiera volver a pasar.

La cosa es que pasó a manos de otro equipo, liderado por Brian Hoffman, cuyo origen y base radicaba en USA (el entorno del MIT y las agencias federales), que renombraron el proyecto y le dieron “otro sabor”. Ellos mismos tenían un tono cándido cuando decían que “les gustaría que la gente usase su sistema para vender cosas ilegales, pero no inmorales” y daban como ejemplo “leche sin pasteurizar” o “fuegos artificiales”. Lo cierto es que saben que ellos, con un sistema creado para ser autónomo, no pueden impedir que alguien venda drogas ni ningún otro tipo de bien, y que por lo tanto el paradigma de OpenBazaar -desde ayer por la tarde- es un animal vivo y en libertad del que no sabemos cómo será su desarrollo hasta que lo tengamos delante.

Os recomiendo que -si estáis en este mundillo de las nuevas posibilidades del mundo criptodigital- os bajéis e instaléis el programa. Aún tiene fallos y cuestiones a corregir, pero es el momento de coger vuestro nombre (bien sea como cliente o como vendedor de aros para la nariz) y de empezar a observar qué ocurre en un mercado 100% libre de acceso mundial.

Se puede elegir una instalación en castellano, y no resulta nada complicada (básicamente elegir un nombre y algunas opciones). Al momento de haberlo instalado, ya estaba recibiendo privados de los primeros experimentadores en este nuevo área digital, y también estrenando la función de bloqueo para imbéciles y spammers. Hay un aspecto a señalar que no conviene pasar por alto y al que será bueno que nos vayamos acostumbrando: la figura del moderador en las transacciones.

Si bien para comprar o vender sólo hacen falta dos personas, cuando la compra-venta se efectúa en el plano digital y no en el presencial, puede que el comprador no se fíe (de adelantar su dinero) o el vendedor no se fíe (de adelantar su producto) y para posibilitar los primeros contactos comerciales, se recurra a un mediador de prestigio. El mediador, que puede ser cualquiera que lo desee, es alguien que cobra un porcentaje (en mi caso un 3%, a lo catalán) por supervisar que la venta se produce de acuerdo a determinadas condiciones previamente pactadas y a una serie de puntos a los que se comprometen (o no) ambas partes. El ejercicio de esta mediación bajo normas acordadas y por un tercero imparcial de prestigio (la palabra prestigio adquiere un sentido concreto, como buen “juez de mercado” y persona de fiar, ya que se ponen en manos del mediador el sentido final del dinero que hay en juego. Aunque como casi todo -salvo el pago con Bitcoin- en este mercado es opcional, y no tienes por qué necesitar un mediador si tu vendedor es alguien honesto y tú lo eres como cliente.

Es un nuevo paradigma al que acostumbrarse como nos acostumbramos a Ebay en su día, o a Bitcoin posteriormente, que nos permite destapar -por primera vez- la utopía de un mercado totalmente libre, sin interferencia de ningún estado o autoridad, y verla burbujear desde sus primeros momentos de vida llenándose de clientes y vendedores de todas las partes del mundo.

Ayer ha nacido alguien que seguramente te interesará conocer: OpenBazaar.

sábado, 2 de abril de 2016

Cómo encontrar -y usar- amanitas enteógenas.

Aunque a primera vista este texto, que fue publicado en VICE en su día, parece que aquí se cuelga en un momento equivocado: no es época de setas... ¿verdad? Siempre es época de setas, si les das humedad y una temperatura adecuadas, y en concreto una de las más fáciles setas de volver a encontrar "fuera del periodo habitual del otoño" es la familia de las amanitas, y la muscaria o la pantherina entre ellas.

Estos días -de cálida primavera- van a venir seguidos de unos cuantos de lluvia. Si al terminar la temperatura sigue siendo similar a la actual, tendremos una primavera llena de setas, de todo tipo si es tan buena como promete.

Esperamos que os guste el texto.

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Amanita muscaria;
drogándonos con la “seta de los Pitufos”.


Cierra los ojos y piensa en una seta. 
¿Es roja con pintas blancas en su sombrero? 

¿Sí? Venga, ya estás imaginando la seta más representada en nuestra iconografía occidental. Casi da igual qué edad tengas, porque seguramente cualquier niño reconoce esa seta entre las representadas en sus cuentos. Y si no tienes edad para cuentos ya, en cuanto escribas “setas”, “hongos”, “seta de los Pitufos” o “seta mágica” en Google encontrarás fotos e ilustraciones de la más conocida de las setas: la Amanita muscaria.





A la Amanita muscaria la llaman también hongo matamoscas, aunque no las mata -a las moscas- sino que sólo las atonta. Es ese hongo de sombrero rojo moteado con verrugas blancas (restos de la membrana que cubría a la seta) que reconocemos a primera vista, a veces como seta venenosa -de forma injusta- y a veces con el deleite de haber encontrado una de las drogas enteógenas más usadas a lo largo de la historia del ser humano. 

Esta fuente micológica íntimamente ligada con lo vegetal, por su existencia micorriza, es reverenciada como sagrada por algunos pueblos dados los efectos que produce su ingestión. Especialmente en las zonas siberianas donde no había la disponibilidad de otras fuentes vegetales que pudieran ser usadas como embriagante, o recursos para la elaboración de uno, su precio podía alcanzar el de un reno al trueque. 

En nuestro subconsciente, según dónde hayamos nacido, podemos podemos guardar la impresión de que las setas son algo malo y que sólo aquellos con un conocimiento casi iniciático son capaces de coger y consumirlas sin sufrir daños. Es la micofobia -repulsión por los hongos y setas- que existe en buena parte de la península. Por otro lado, también tenemos zonas como Cataluña y Euskadi, que son pueblos micófilos -conocen y aman sus setas- en oposición a los micófobos. No hay duda de que resulta esencial identificar correctamente una seta (o una planta) antes de consumirla, y que los errores de identificación pueden ser mortales, pero en el caso de la Amanita muscaria ese riesgo es de los más bajos que hay. ¿Por qué? Pues porque la única seta que podríamos confundir con este embriagante vegetal es la Amanita caesarea o “Amanita de los Césares”, que está considerada como uno de los grandes manjares micológicos.





A nadie le gustaría confundir una Amanita caesarea con una Amanita muscaria cuando lo que buscas es una experiencia gastronómica en lugar de una experiencia psicoactiva, ni a nadie le apetece preparar un día y un entorno para poder tener una experiencia psicoactiva con la Amanita muscaria para ingerir algo que no le producirá ningún efecto, pero el riesgo de muerte por esta equivocación es de cero

Las dos setas son rojas en su sombrero pero mientras que la muscaria es totalmente blanca en el resto de la seta y suele tener esas pintas blancas, la Amanita caesarea es amarilla salvo su rojizo sombrero y sin las pintas blancas en él.

Menos aún molaría confundir una Amanita muscaria con una Amanita phalloides -llamada popularmente “cicuta verde”- que es la seta más venenosa de todas las conocidas, pero esto sólo te puede pasar si eres un daltónico despistado: ¿confundir una seta de sombrero rojo intenso con otra seta de color verde? Vale que todas las setas pueden variar en su coloración, según la cantidad de agua absorbida y su subespecie concreta, pero la Amanita phalloides no puede ser roja: la verás verde, amarilla verdosa, amarillenta, y hasta alguna variedad blanca de la seta asesina, pero ninguna es roja. 




Si te sientes capaz de distinguir el rojo del verde/amarillo/blanco con seguridad, podemos asumir que estás preparado para la siguiente fase: ¡¡ir a por ellas al monte!!

Cuando ya tenemos confianza en identificar los especímenes que deseamos -recomendable la ayuda de guías de campo tamaño bolsillo, siempre- nos vamos al monte, al pie de los árboles donde crecen las setas que buscamos. El monte, sin ser un lugar peligroso, requiere un poco de cuidado. No podemos ir con unas sandalias o con zapato de tacón, debemos calzar bota alta e impermeable: vamos a un lugar que normalmente está cubierto de hojas y materia vegetal húmeda, bajo la que hay piedras, ramas, setas y también animales. Unas botas adecuadas nos evitarán la mayoría de los problemas que podamos encontrar. 

Como utensilios para la búsqueda, nos vale con un palo o bastón, para poder remover entre las hojas sin agacharnos y al mismo tiempo servirnos para tantear al caminar sobre un suelo que puede ocultar agujeros o rocas. Para la recogida en sí misma, necesitaremos dos cosas: una buena navaja y una cesta de mimbre. Y un apero extra: un permiso para recoger setas donde hay que sacarlo -pagando por él- si no queremos que, tras un día de monte recogiendo setas, la guardia civil nos requise la cesta y además nos multe.

Una vez recogidos los ejemplares de seta que queramos usar, los revisamos y limpiamos de restos de materia vegetal o posibles insectos. Las setas son algo que se destruye rápidamente pudriéndose, así que hay que secarlas para su conservación. La razón de secarla en el caso de la Amanita muscaria tiene un segundo objetivo de tipo farmacológico: aumentar su potencia psicoactiva. Durante el secado de estas setas que contienen ácido iboténico, éste se transforma en muscimol al perder un grupo carboxilo de su molécula original. Este cambio, convierte a la primera sustancia, que ya es psicoactiva, en otra que es 4 veces más potente en relación al peso. La “seta de los Pitufos” gana potencia, mucha, cuando se seca correctamente.

Para el secado, es ideal una corriente de aire caliente a unos 45-55 grados centígrados en un ambiente seco, que se puede dar con un calentador de resistencias con ventilador, a la distancia adecuada (no muy cerca, que las cueces). A falta de poder hacerlo de esta forma, colocaremos las setas -separando el sombrero y el pie o tallo- sobre papel de periódico, que renovaremos varias veces durante el proceso para ayudar a eliminar la humedad. 





Una vez secas, lo que ocurre en unas horas o unos días dependiendo del método y humedad del lugar, las setas adquieren una textura como cartón, sin humedad aparente pero tampoco tan secas que rompan al ser manipuladas: en ese punto ya están listas para ser usada con el mayor provecho de su psicoactividad. Se guardan entonces en bote de cristal o en un tupperware de plástico.

A la hora de plantearnos su psicoactividad, debemos tener en cuenta también que tratamos de seres vivos y que puede haber importantes variaciones de potencia psicoactiva entre unas setas y otras. Así pues haremos bien procediendo con precaución a la hora de establecer la potencia. Para evitar parcialmente esta variabilidad, se puede realizar una mezcla homogénea con todos los ejemplares recogidos, moliéndolos una vez secos. De esa forma tendremos la seguridad de que una misma cantidad de producto tendrá -siempre que sea de esa mezcla- la misma potencia, aunque eso deteriora su conservación ya que al ser molidos queda el producto mucho más expuesto al aire -deteriorándose antes- por lo que es mejor no molerlas hasta que se vaya a iniciar el tanteo para su consumo. 

¿Cómo consumirlas? Pues puedes ingerir directamente la seta seca, puedes hacer una infusión con ella, o puedes beberte la orina de alguien que se las haya comido previamente. ¿Colocarse bebiendo orina? Sí. Es una de las formas de consumo de esta seta, usando la orina de alguien previamente colocado. 

Esto es debido a la escasez de cosas con las que colocarse entre los pueblos que usan la seta. Realmente, a través de la orina de alguien colocado, nos podríamos colocar con muchas clases de drogas de esta forma porque se excretan inalteradas en la orina. En el caso de la Amanita muscaria, se dice que sirve como embriagante hasta un cuarto “invitado” pero como aún no me ha dado por la lluvia dorada, no puedo -ni quiero- verificarlo. Todo vuestro si os place.





Las dosis que Erowid recomienda para este embriagante vegetal son de 1 a 5 gramos para algo ligero, de 5 a 10 para una dosis común o media, y de 10 a 30 gramos -siempre expresados como sombrero de la seta en seco- para un viaje fuerte. ¿Y sus efectos? 

La experiencia es pesada para el cuerpo y puede durar entre 5 y 10 horas. Los efectos se empiezan a notar a partir de los 30 minutos y al inicio son de tipo similar al alcohol: te relaja, te da cierta euforia, te sociabiliza, te da la risa tonta. Al mismo tiempo te incapacita de una manera similar al alcohol: te provoca disminución de reflejos, somnolencia, visión incorrecta y un mal desempeño motor. Todo esto en mayor o menor grado, dependiendo de la dosis ingerida. Esa fase va dando paso a otra en la que se tiene una intensa somnolencia parecida al final de una borrachera -muchos acaban dormidos- y que al superarse entraríamos en la parte más psiquedélica de la experiencia, también dependiente en efectos e intensidad a la dosis tomada. 

Es en esta fase en la que se puede experimentar disociaciones perceptivas más intensas, visiones con los ojos cerrados, alucinaciones auditivas, sinestesias y esas sensaciones de cambios drásticos en el tamaño y forma corporal -en nuestra propiocepción- que han hecho popular a la seta y de donde surgen tradiciones que las vinculan con pequeños seres. La macropsia y la micropsia son los fenómenos -no exclusivos de los efectos de esta seta- por los que se perciben los objetos de nuestro entorno en tamaños enormes (haciéndonos sentir diminutos), o exageradamente pequeños (haciéndonos sentir gigantes), muy en la forma que le ocurre a la protagonista de “Alicia en el País de las Maravillas” cuando come de la seta, idea que le da una oruga azul fumándose un narguile.





Los enanitos del bosque -tipo los Pitufos- que según las leyendas viven en las setas o cerca de ellas, son leyendas e historias más abundantes en el norte de Europa, donde la relación con esta seta y los bosques en los que crece es más cercana, siéndolo también el conocimiento de los efectos psicoactivos de la seta. Así que si lo que buscas es un colocón que te haga sentir gigante como Mario o Luigi cuando se comen la seta en el “Super Mario Bros.” o tan pequeño -pero fuerte- como “David el gnomo”, lo tuyo es la micología psicoactiva: la “seta de los pitufos” tiene la llave al “país de las maravillas”.





domingo, 27 de marzo de 2016

Carta abierta al forense anti-Podemos y anti-Cannabis de las Islas Baleares

Este texto, respuesta a una desafortunada intervención de un conocido "polemista y forense" de las Islas Baleares, fue publicado en el portal Cannabis.es y esperamos que os guste.


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Carta abierta al forense Javier Alarcón de Alcaraz.


Hola Javier, buenos días.

He tenido hace unos minutos la oportunidad de leer el texto que ayer publicabas, titulado “Los canutos de Podemos”, y aún estoy en shock tras empaparme de tu análisis. Lo mejor de todo es que tú sí tienes una carrera de medicina, para poder saber de qué hablas cuando hablas del cannabis, y no esos perroflautas porreros que son los que están dispuestos a tomar nuestras señeras instituciones al asalto.

¡No pasarán!
¡Javier, amigo, déjame ser tu General Neville mientras tú eres mi Mariscal Pétain! Ambos luchando contra el enemigo -hasta la victoria siempre- mano a mano en nuestro particular Verdún, bajo la lluvia de obuses enemigos y cogidos de la manita en el barro de la trinchera prohibicionista.

¡Da igual que las hordas de los talibanes cannábicos y sus apestosos cigarritos de la risa nos apedreen en Twitter! ¡Da igual que el ejército de activistas cannábicos de Podemos (¿lo cualo?) venga a hacernos escraches con humo psicoactivo! ¡No pasarán!




Como no quiero dejarme nada en el tintero, voy a seguir el presunto orden expositivo de tu texto para que veas que realmente me tomo muy en serio lo que dices, no sin antes declarar que a mí tampoco me gustan mucho los tipos con coleta, empezando por mí mismo. 

No me gusta Podemos en general, ni las opciones “de izquierdas” ya que tengo alergia a los colectivismos forzosos. Tampoco me gustan las opciones “de derechas” porque tengo alergia a clasismo snob de los feudo-liberales con pasión por volver a la Edad Media. Vamos, que soy un huérfano político carente de ideología concreta, así que no hace falta que me busques el carné del partido porque no tengo.

Lo primero, veo que toda esa diarrea que te aflige ha sido causada por un pacto -entiendo que de carácter político- y su intención de crear “una ponencia para estudiar el uso terapéutico del cannabis”. ¿Qué problema tienes con ello? ¿No eras médico? Ah no, que eres un mercachifle del papeleo forense y que a ti sólo te dejan jugar con cadáveres mayormente, como medida de protección de ese valuable ente que es la salud pública. Es igual, no te preocupes que yo te sigo explicando, que te hace mucha falta, Javichi.

Veo que te preocupa que el objetivo de ese paso político sea en realidad un ardid de los de Pablo Iglesias para poder auto-abastecerse de auto-cultivos para su auto-consumo. Y ya se te escapa la primera flatulencia por esa boquita halitósica que te gastas: ¿llamas gentuza a los representantes políticos electos por el pueblo? Mal, eso no se hace, Javichi. No se hace cuando tienes tu currito -con designación digital, a dedazo- en el que debes pronunciarte legalmente y ante el juez en los diversos casos que tengan la desgracia de pasar por tus manos. ¿No lo ves inapropiado? En fin, no vamos a atascarnos en la primera piedra. Continuemos.

Dices que se pretende el consumo generalizado de cannabis en “vuestra” plaza y convertir Baleares en un destino mundial para esos enfermos “no enfermos” -como tú bien indicas- que son adictos al cannabis. Ojalá Baleares pudiera aspirar a algo así, en lugar de a albergar una estructura de organización criminal bajo apariencia de cargos políticos y funcionariado (como tú). Sería un estupendo proyecto de desarrollo, ecosostenible y positivo para todo su entorno, que no causaría ni la milésima parte de las molestias y los daños, heridos y muertos incluidos, que causa el alcohol en Baleares.

A todo esto ¿no fue en Baleares, concretamente en Mallorca, donde 2 policías nacionales borrachos -uno el jefe de la unidad de delincuencia organizada y otro un madero más- atropellaron y mataron, delante de su marido, a una turista alemana que iba en bicicleta y se dieron a la fuga? Qué malo es el cannabis, ¿eh Javichi?

Parece que te emociona un futuro en el que un médico como tú pudiera prescribir (¿pero te dejan?) cannabis (“a sus señorías” dices, debe ser que sólo trabajas con clientela selecta). Tranquilo, es lo que viene, lento pero seguro, y a lo mejor llegas a verlo antes de que evolucione más tu enfermedad y acabes en una esquina institucionalmente acolchada, balanceándote babeante sobre tu trasero.

Te parece una burrada, merecedora de censura ni más ni menos, que se pretenda estudiar una droga “de abuso” según la OMS. ¿De verdad que hiciste una carrera de Medicina? ¿No te lo habrás hecho como hizo el mítico Roldán, que se curró sus títulos con el photoshop? E inmediatamente -a falta de argumento alguno- saltas a que te hace mucha gracia el uso del “auto” en lo referido a cultivo y consumo. Pues mira, ahí te voy a dar la razón: yo también creo que es un uso incorrecto del lenguaje. Pero al mismo tiempo soy consciente de que el lenguaje es aquello que nosotros hacemos al comunicarnos, siendo elástico y cambiante. Me dirás que si acaso soy licenciado en Filología Hispánica para hacer semejantes observaciones, y no, no lo soy. Aunque seguro que tampoco lo son los redactores de la sentencia del supremazo contra el cannabis, miembros todos del Tribunal Supremo y que, para tu hilaridad hebefrénica usa también dichos términos en la sentencia referida.

En concreto el Tribunal Supremo en dicha sentencia, usa los términos “autoconsumo” (en repetidas ocasiones), “autoabastecen”, “autoconsumidor”, “autogestionario”, “autogestión”, “autocultivo”, “autosuministro”

¡Mira que son perroflautas neologistas estos togados locos del Supremo, eh forense? ¿O es que los jueces del Tribunal Supremo están fumados? Eso lo afirmarás desde tu dilatado bagaje como forense, ¿no? Y menos mal que ya estás tú para enmendarles la plana: ¡¡que eres tertuliano en la radio, ojito que muerdes!!

Luego en tu texto entramos en la parte más coprófila de tu pensamiento, y te conviertes en un surtidor de estiércol al tener que recurrir a la falacia “ad hominem” más pobre y triste, llamando “pobres” a esos que tomas por contrincantes. Ufff, un poco heavy la cosa, ¿no? Atacar a alguien por que no tenga o no haya tenido dinero, denota resentimiento, pobreza espiritual y muy poca clase, forense. Ahí realmente te has dejado ver...

¿Cuándo tiene que emitir un dictamen, se pregunta también cuánto dinero tiene cada una de las partes interesadas en él? Esas cosas son las que tu texto me hace realmente preguntarme.

Ya me han advertido de que eres un polemista de los medios locales, al estilo Inda pero con menos luces todavía (y ya es jodido). Debo reconocer que Pablo Iglesias la clavó el día que llamó “Pantuflo” a Inda en TV. Pocos personajes del imaginario colectivo hispano encajan tan bien en la representación de lo rancio e hipócrita. ¿Aspiras a ser como él o quieres llegar a ser como el repugnante Salvador Sostres? Es que yo te veo maneras y, lo mismo, como cuando el tonto coge el camino y aunque el camino se acabe, el tonto sigue.... pues.... en fin, sigamos. 




Bueno, espera un poco que me voy a liar un canutito. ¿No irás a usar el argumento contra-consumidor conmigo? Yo te prometo que el que seas abstinente (¿también a la cocaína, forense? ¿a todas las drogas? Venga ya hombre. ¿Te has visto los ojitos que te gastas en la foto del texto, que parece que te caíste en la marmita cuando eras un feto? Sé sincero, Javichi...) no va a cambiar ni una palabra de lo que tengo que decirte.

Dices también que debes defenderte previamente por escribir estas cosas. No. No es por escribir estas cosas, que pueden o no gusta a un sector u a otro, sino por escribir sin argumentos, sin rastro de capacitación profesional y exhibiendo orgulloso tu ignorancia, como sólo un ignorante puede exhibirse, ajeno a la realidad circundante.

Yo también iría encantado fumándome un buen trompetón de cannabis al parlamento, o donde sea. ¿Cuál es el problema, Javichi? Dices que habría que exigirle pruebas de drogas en cabello a esos representantes electos del pueblo para buscar cocaína, morfina, anfetamina y THC. ¿Tú eres un poco tonto, no? ¿Para qué necesitas buscar THC si vamos con el porro en la boca? ¿Acaso nos ves en el armario, forense?

Ahora que mencionas lo de las pruebas de drogas en el pelo, recuerdo a unos policías que -presuntamente- mataron a hostias a un ciudadano indefenso, inerme y no agresivo y que intentaron justificarlo, con ayuda de algún miserable de tu calaña, con las trazas que el asesinado Juan Benítez podía tener de cocaína en sangre. Lo curioso, es que cuando vieron que esas trazas de metabolitos de la cocaína no explicarían nada en una sala judicial, los policías se rasuraron todo el cuerpo para escaparse de la prueba de drogas que el juez instructor les ordenó realizarse. Y es que es más probable que sean esos violentos que golpean y matan a un hombre entre varios, los que vayan ciegos de cocaína. ¡¡Qué cosas me está trayendo tu texto a la cabeza!!

Esgrimes, a modo de dato que apuntale tu escatológica vomitona, que el 45'7% de los nuevos ingresos en centros de rehabilitación de adicciones se efectúa “por consumo de cannabis”. Lo que obvias decir, es que dichos ingresos están perversamente estimulados por el laberinto legal de trampas y mentiras a cumplimentar, para que a un chaval no le casquen una multa por estar fumándose un porro. Esos son los “adictos” que rellena tu 45'7%, so gañán. Deberías, ya que presuntamente eres médico, aprender a mirar un poco más allá del dato simple. Aunque si pudieras hacerlo de forma natural, no serías lo que eres.

Para ir rematando la jugada, y que sirva de advertencia a todos los que alguna vez tengan que ver algo con Javier Alarcón de Alcaraz, haces un batiburrillo con varios “clásicos” del debate y te atreves a incluir, en tu zoqueta ignorancia, a los cannabinoides sintéticos en ella, cuando no tienen nada que ver con el cannabis y precisamente los movimientos de regulación/legalización del cannabis persiguen evitar su consumo, que a diferencia del cannabis, es altamente dañino y puede ser mortal. Mezclas eso con la manida vinculación del cannabis y la esquizofrenia -que yo creo que es a la inversa cuando escucho hablar a gente como tú- y, ya para que el viaje al pasado sea completo, una reafirmación de la “teoría de la escalada en drogas”, que hasta el prohibicionismo más rancio (no tanto como tú) ha dejado de lado hace años. ¡¡Actualízate, so memo!!

Rematas con una guinda en la que acusas a Bayer de ser responsable de los efectos secundarios de la Aspirina -al loro con la forma de discurrir de este pseudo-científico que podría rivalizar diciendo tonterías con el gran Josep Pamies- y de la misma forma quieras que los promotores de ese debate que tanto te asusta, paguen con su dinero los supuestos daños que el consumo de cannabis pudiera crearle a los adultos que libremente decidieran consumirlo. Todo muy lógico, sí. La culpa es de los que buscan que los ciudadanos no tengan que usar como vehículo recreativo simplemente alcohol, una droga dura y fuertemente nociva para el organismo (hígado y sistema nervioso especialmente), y quieren que los adultos puedan elegir entre otras opciones. ¡¡Pero qué mala gente son esos rojos, eh!!

Tu último cuesco nos deja el aire apestado, cuando comparas la prescripción de mórficos -lo dice un paciente que los usa por prescripción- con el consumo de cannabis. ¿De verdad eres idiota o sólo te lo haces? Porque lo haces muy bien...

Todo ello lo envuelves, para terminar, en el papel de regalo de la acusación ideológica pura, en la que hablas de engaño científico (¿pero tú te has visto bien, alma de cántaro?) del que no aportas prueba alguna aparte de la de tu exhibida ignorancia, y luego ya te saltas a eso de hablar “contra los progres y el progreso”, muy en la línea del argumentario de tus “padres ideológicos” en el PP.

Acabas preguntándote -en una bella estampa retórica que me recuerda a Leonardo DiCaprio cuando hace la escenita de Titanic en la proa del barco- si el cannabis curará la enfermedad de ver enfermedades en aquel que simplemente es diferente. ¿Y tú me lo preguntas? Poesía eres tú, tronco, que como abstinente y de derechas que eres, te has despachado a placer contra los de izquierdas y los no-abstinentes simplemente por ser distintos a ti, que por otra parte es algo muy loable (no parecerse a algo como tú, Javichi).


Antes de terminar te diré que no soy de esos que creen y afirman que el consumo de cannabis u otras drogas hagan -por defecto e invariablemente- mejor persona a quien consume. De hecho el número de hijos de puta entre consumidores viene a ser muy similar al número de hijos de puta entre forenses tertulianos fachas. Y es que, amigo Javichi y querido forense de mis estimadas Islas Baleares... “quod natura non dat, Salmantica non praestat”.

sábado, 19 de marzo de 2016

La sobredosis como negocio legal.

Este texto es el segundo temáticamente enlazado de dos textos sobre el asunto de los opioides en USA y fue originalmente publicado en el portal Cannabis.Es, esperamos que os resulte interesante.


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Los muertos por sobredosis cotizan en bolsa.


Martha salió de la consulta del médico con cierta prisa porque no llegaba bien de tiempo a recoger a su hijo Stevie de la escuela. A Steve -el padre y marido- le habían cambiado el turno en la fábrica por necesidades de servicio y ese mes tenían sus rutina habitual totalmente desajustada. El dolor de espalda se había hecho más presente en el día a día de Martha, en buena parte porque ese mes la carga de ejercicio que su cuerpo afrontaba había crecido para poder “llegar a todo”. Y tal y como le dijo su médico, acudió a él cuando el dolor aumentase de forma general.

El doctor había revisado la medicación que ya tomaba Martha, que tenía su tratamiento con parches de fentanilo de 25 mcgs/H y morfina -como medicación para el dolor puntual no controlado- si era necesaria. En vista de lo que Martha le contó, el doctor decidió probar a aumentarle la dosis de fentanilo y le recetó parches de 50 mcgs/H. Le dio las indicaciones habituales y la despachó con cierta amabilidad para su apretado horario. Martha llevaba ya meses con ese tratamiento y, en principio, no debía suponer ningún problema nuevo. Esa misma tarde al llegar a casa, ella comenzó con la nueva dosis indicada por el médico. Y siguió haciendo cosas, porque desgraciadamente la vida no se detenía cuando la espalda le hacía ver las estrellas de dolor.

Pasaron un par de semanas y Martha toleraba bien el tratamiento, pero el exceso de cansancio le pasó factura. Empezó a toser y a tener un ligero dolor de cabeza: “ya está aquí el resfriado por llegar mojados a casa la tarde del parque infantil”. Como era viernes, prefirió ir a trabajar y a recoger a Stevie, pensando en “descansar el catarro” durante el fin de semana. Aguantó como pudo el día y el sábado ya estaba con una ligera fiebre y los pulmones mucho más afectados, que le hicieron quedarse entre la cama y el sofá. Steve tomó el control, de la casa y de Stevie, para que ella pudiera descansar, y salieron a hacer compras juntos. Cuando volvieron horas después, a Martha le había subido la fiebre hasta casi 38 grados y se encontraba peor, con dolor articular e intenso malestar general, con lo que pensaron que sería una gripe en lugar de un resfriado. Martha se puso un nuevo parche, tras ducharse para bajar un poco la fiebre, pero no tenía ganas de cenar y se fue a la cama tras tomar otro analgésico, buscando alivio a sus dolores en articulaciones, y un “Valium” que la ayudase a dormir bien. Steve no quiso molestarla y la dejó descansar: había sido una dura semana para ella.




Martha no despertó nunca más: murió de una sobredosis de opiáceos/opioides. El parche de fentanilo que tenía puesto -con el aumento de la temperatura corporal por la fiebre- empezó a liberar mucho más compuesto del que debía en el cuerpo de Martha. Y su tejido graso, el principal depósito de esta droga en el cuerpo humano, que estaba destruyéndose en parte para afrontar la infección y la falta de alimentos, liberó parte del que había ido acumulando durante semanas de uso, lo que junto con una dosis más de medicación para el dolor y otra medicación depresora de la respiración, fue demasiado para el agotado cuerpo.

Este caso -que es sólo un ejemplo- es el retrato modelo de muchas de las sobredosis que están matando gente en USA. Podemos cambiar el nombre de la persona, los opioides recetados y las dosis, pero la imagen sería la misma: alguien que muere haciendo un uso de los fármacos según lo pautado por su médico. 

¿Hay también sobredosis "de yonkis"? Sí claro, y más que habrá con los volantazos en las políticas de drogas: gran parte de esos “yonkis” son antiguos pacientes que, como contábamos hace poco aquí, se han hecho adictos de la mano de un médico. 

¿Pero acaso importa cómo haya llegado a la sobredosis una persona cuando es la vida lo que está en juego? No, entre otras -algunas perversas- razones, porque todas pueden ser un negocio para los mismas farmacéuticas que han enganchado a la gente a los opioides.


La oferta y la demanda; el mercado de salvar vidas.


Aquí lo primero que hay que hacer es presentar al lector a la protagonista de la historia: la naloxona.

Es la “droga mágica” que sirve de “antídoto”, para la mayoría de opiáceos y opioides, cuando se sufre una sobredosis. Quienes la conocemos de primera mano y la hemos visto actuar, tenemos motivos para llamarla “mágica”: salva a un persona con depresión respiratoria profunda yendo hacia la muerte en cosa de unos segundos (aplicada correctamente y a tiempo). Es un antagonista opioide que libera -bloqueando él mismo- los receptores opioides que están siendo estimulados causando los efectos de la sobredosis.




Es una droga fuera de patente (su coste es sólo el de fabricación), la síntesis es simple y el precio de producción -dadas las dosis usadas- es ridículamente bajo permitiendo ventas a nivel de mayorista con precios de menos de ½ dólar USA por dosis de naloxona. Además se encuentra en la “Lista de Medicaciones Esenciales” de la OMS, por lo que su existencia y provisiones -como algo normal y rutinario- no deberían resultar nada nuevo. Digamos que si fuera un animal, estaría en una lista de especies a proteger.

Y llegó el mercado. ¿Cuál? El USA y Canadá, ni más ni menos, con su estrategia de crear primero la epidemia de usuarios adictos a opioides y luego presentar nuevas soluciones para “ese nuevo problema que sufrimos como sociedad”. Lo contábamos hace unos días en este portal, cómo el revolcón -inmoral e ilegal- de masajes con billetes desde la industria farmacéutica al legislador y los médicos, ha puesto en grave peligro a toda la sociedad dado lo indiscriminado de sus prácticas para ganar dinero.

Ahora sus prácticas incluyen el “mercado de la sobredosis” y aunque ya se encuentran bajo investigación, gran parte del eco mediático que recibe el actual problema de la “epidemia de los opioides en USA” se debe a que, en este momento -ya desde hace tiempo pero ahora más descaradamente- a las propias farmacéuticas les interesa que se saque. Aunque a ellas les toque hacer un cierto “acto de contrición público” en el peor de los casos, está justificando la compra masiva de “antídotos” para esas sobredosis, ya que se está formando a la policía, bomberos e incluso profesores en algunas zonas, dado el tamaño del problema. Eso, al final, se traduce en números que suben y bajan en compañías que cotizan en bolsa. ¿Y qué os voy a contar? Paso de aburriros, ya os lo imagináis: la naloxona pasó de costar medio dólar -durante casi 50 años- a costar hasta casi 1.000 dólares por un par de inyecciones

Como es el caso del autoinyector “Evzio”, que son dos inyecciones precargadas cuyo coste no debería pasar en farmacia de 5 dólares (siendo generosos con todos). Lo de querer cobrar casi mil dólares por “dos chutas con naloxona”, sí que es “NIVEL GRAN NARCO” en drogas y no lo que hacía el Chapo Guzmán. ¡A la gran farma-industria no le dan clase aprendices!

Existe también un dispositivo llamado “Narcan” que permite la administración de naloxona de forma intranasal (con una especie de nebulizador), cosa más sencilla de hacer por parte de alguien que inyectar en una vena, y cuyo precio pasó en 3 semanas -hace más de un año- de 27 a 42 dólares sin razón que lo justifique, salvo el casoplón de 13 cuartos de baño del presidente de la compañía. 

La sobredosis cotiza en bolsa: bienvenidos al mercado manipulado por regulaciones “ad hoc”. Ahora imaginad lo que siente el presidente y los accionistas cuando lo que ven es el mercado potencial de USA para que la policía, bomberos, médicos y paramédicos en las calles, lleven todos kits de naloxona -vendidos por ellos- y estén entrenados en su uso, en cursos que ellos también pueden impartir. ¿Sabéis el pedazo negocio que eso? Los muertos -que las farmacéuticas generamos enganchándoles- en realidad son lo de menos, víctimas colaterales como se dice ahora. Y todo para salvar vidas americanas. Son unos genios estos narcos de “la gran farma”; normal que les encante lo de la guerra contra las drogas con el dineral que les está dando.

Pero por no acabar este segundo texto sobre el asunto de los opioides -y sus negocios y muertos asociados- en USA de una forma realista y pesimista, voy a recuperar el brillante diseño que hizo Morten Gronning Nielsen, un joven ingeniero de una escuela de Copenhage, y cuyo precio, sumando los componentes, se podría llevar a mercado por menos de 50 euros. No, no hablamos de una simple jeringuilla precargada, atentos al brillante invento que -de momento- nadie ha parece querer desarrollar y vender.



Se trata de un monitor de pulso y oxigenación que cualquiera puede llevar puesto en su brazo -si está consumiendo opiáceos u opioides de forma que pueda sufrir una sobredosis- y que cuando detecta que el oxígeno en sangre y las pulsaciones de la persona han bajado, tras emitir una alarma sonora avisando, inyecta en el brazo de la persona una dosis de naloxona de forma automática permitiéndole salir de la sobredosis antes de que sea irreversible. Se trata de un invento brillante que, hasta donde sé, ha pasado totalmente desapercibido.



Aquí una prueba de cómo funcionaría usando una naranja partida para que se pueda ver la difusión de la sustancia coloreada a tal fin, que muestra como un poco de ingenio y recursos que están al alcance, se pueden encontrar soluciones creativas y realmente avanzadas por poco dinero: no necesita de terceras personas y funciona aunque caigas inconsciente, lo que lo hace mejor que cualquiera que las otras opciones en multitud de casos.




Su diseño es la evidencia viva de que cobrar 1.000 dólares por un par de jeringuillas precargadas que apenas cuestan 5 dólares de fabricación, es algo que debería etiquetarse como “terrorismo farmacéutico” con la complicidad del legislador -omnipotente siempre en esto de las drogas- en el que el objetivo es toda la población.

El problema de la “epidemia de opioides” en USA y Canadá fue creado artificialmente en un movimiento mafioso de la industria farmacéutica, lubricado para que entrase bien con dinero a médicos y políticos y que, cuando ha empezado a rendir muertos, ellos han sabido convertirlo en una bendición para su negocio y evitar pagarlo como una desgracia por haber sido los responsables en último término de muchas de las muertes, de sus clientes legales con receta médica.

No soy nadie para saber cuál será la clave que acabe con un problema creado para ganancia de de estas “empresas de la salud”, pero estoy seguro de que la solución no pasa por usar y pagar más productos de los que crearon el problema; 
cuidado con las farmacéuticas, 
que las carga el diablo.