lunes, 8 de febrero de 2016

Machacas.

Este texto -ahora revisado y con algún añadido- fue publicado en VICE hace unos meses y, en vista de las veces que se pusieron en contacto con nosotros todo tipo de personas y medios (TVs y periódicos) con interés por uno u otro motivo, parece que en general gustó bastante. Esperamos que siga haciéndolo, o al menos, no dejando indiferente al lector.



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Machacas.


Antes de nada: cuando pienso qué soy, me respondo a mí mismo que soy educador. Estudié "Ciencias de la Educación" (el común Magisterio, de los maestros de toda la vida) y lo hice de forma vocacional, llevando muchos años ya trabajando en lo que se conoce como “educación no formal”.

Luego por cuestiones de la vida, el azar y las propias elecciones, pues uno acaba de camarero, o  de empleado en un todo a 100, si es que no te da antes por ponerte a vender farlopa en vista de las posibilidades laborales existentes. Pero eso no quita para que mi mirada siga siendo la de un maestro, a la hora de observar las cosas y en concreto las interacciones donde se dan aprendizajes.

Aunque tengo experiencia en el aula -no sólo con niños, también con adultos- he pasado mucho más tiempo de mi vida en otros entornos donde se produce eso que también es educación, aunque no ocurra en el contexto de una sala y una programación reglada. Uno de esos contextos, que me tiene mágicamente perplejo, es el de los hijos de los vendedores de drogas al por menor y su interacción con los personajes que pululan por sus casas.




Reconozco que he estado a punto de escribir “los hijos de los gitanos que venden drogas en sus casas” en lugar de “los hijos de los vendedores” pero, lejos de ser una cuestión semántica o de estereotipos, son los hijos de los gitanos que venden drogas de los que quiero hablar, por sus peculiares características. 

He trabajado en educación con gitanos, y la inmensa mayoría de ellos no tienen que ver con las drogas, y menos con el menudeo. Conozco más vendedores de cocaína “payos” que gitanos. Pero al mismo tiempo conozco bien los barrios marginales de las ciudades españolas y los poblados de la droga tipo Valdemingómez, y es algo que ocurre dentro de esa estructura de los “hipermercados de la droga” y otros entornos menos “híper” pero también mercados -con alto nivel de población de etnia gitana- de lo que voy a tratar.

Imaginad la siguiente escena sucediendo con total normalidad. Un niño de unos 4 años de edad entra corriendo en una habitación donde hay más de 5 personas consumiendo cocaína y heroína fumada, expulsando los vapores al aire que todos respiran. Además, lleva los cordones desatados lo que hace que en un momento dado los pise y caiga de morros, haciéndose un aparatoso corte en el labio, con mucha sangre pero sin gravedad.

Inmediatamente 3 de esas personas que estaban fumando en plata, sentados en sus sillas y cada uno a su aire, reaccionan de golpe dejando de consumir las drogas que estaban fumando, yendo a socorrer y a atender al niño. Le recogen con cuidado, le calman el llanto, le distraen, le limpian la herida con algodón y agua oxigenada -que cogen ellos mismos del cuarto de baño de la casa- y mientras esperan que venga su madre o la persona al cuidado de la criatura, le enseñan cómo atarse los cordones de los zapatos él mismo, mediante una canción que le va explicando -con sencillas figuras- cómo hacer una lazada con los dos cordones.




Seguramente si a esos tipos les llamase de golpe pedagogos, a lo mejor me soltaban 4 hostias (por si acaso), pero no dejarían de serlo. La palabra pedagogo hace referencia al esclavo culto -en comparación con el amo o con lo mejor disponible en casa- que estaba al cargo de la educación del niño, educación que incluía saber andar en lugar de gatear. El concepto luego se amplió a una educación más culta, en la medida que "amos y esclavos" lo fueran, y a una edad más allá de lo que serían los años del control motor y la bipedestación.

Esta escena que describo es algo que he vivido, de distintas formas, en distintas casas en las que había niños (de muy variadas edades) y a la vez se vende y se consume droga. Aunque no todos los lugares que conozco de este estilo, son llevados por personas de etnia gitana, en mi experiencia la mayoría lo son. También es donde existe la figura de “la gitana” y la del “machaca” aunque en ocasiones el apelativo de la vendedora de droga no tiene nada que ver con su etnia o raza. El “machaca” por el contrario, casi nunca es alguien de raza gitana.

La figura de “la gitana” -la Pantoja NO es mi gitana (copyright "El Coleta", ver vídeo)- es una institución en el yonkarreo hispano, y creo que no es posible encontrar un sólo yonki en el país que no conozca una o cien “gitanas”. Es la que “sirve” (vende) y la que manda en la casa: su voz es ley. 

También es la que normalmente se desplaza a coger pequeñas cantidades de droga, si es que queda desbastecida, al lugar donde guardan o distribuyen más porque al ser mujer, existe menos probabilidades de que sea cacheada por la policía, de forma rutinaria (porque si quieren, te paran y hacen venir una agente a que te cachee). 

A pesar de estas arriesgadas funciones, con un fuerte estrés asociado, las “gitanas” suelen soportar a la vez íntegramente el peso de la casa. Eso incluye a “los churumbeles” y la cocina para toda la familia, en lo que se ve ayudada -si hay- por las demás mujeres de la familia y las mujeres de los hijos de la familia, que suelen vivir inicialmente en casa de los padres. Los varones no entran en la cocina más que para coger algo de la nevera, si no le "piden" a alguna de las mujeres que se lo vaya a buscar.

Para poder soportar el peso de ese trabajo, cuentan con la figura del “machaca”, que es una especie de esclavo moderno que cobra en droga -comida y techo en ocasiones- su tiempo y trabajo. El pago promedio para un machaca de bajo nivel es de 1 micra de droga (cocaína, heroína o mezcla) cada 6 horas de trabajo. Lo justo para que no lo pase mal por abstinencia, pero muy lejos de poder pasarlo bien. 




Y sus labores incluyen la atención a los niños en primer lugar (y de máximo interés para sus padres), la conducción del coche de la familia (al estilo de las trabajadoras del hogar en USA), ir a hacer la compra (cada vez que a alguien se le antoja algo), controlar a los compradores que van pasando a la casa y todas aquellas funciones que tenga a bien otorgarle “la gitana”. 

No voy a entrar en lo cuestionable del asunto contractual que une ambas figuras, sino en la interacción educativa que esto produce. Porque estos yonkis que ayudan en la crianza y la casa por unas micras de droga, son lo más parecido que encuentro a la figura del pedagogo-esclavo clásico.

Dado que no se trata de una interacción puntual, la cotidianidad de este roce entre niños gitanos en ese entorno y payos consumidores de droga, es una interacción educativa de primer orden, para bien o para mal. Seguramente muchos pongan el grito en el cielo al pensar lo que digo: ¡¡drogas y niños juntos no, por Dios!! 

Yo tampoco soy nada partidario de que haya niños cerca de las drogas, y eso incluye a los padres fumando tabaco y a los bares donde se sirve alcohol. Pero la realidad -como decía Rajoy- es terca. 

En mi ciudad, cuando yo era estudiante universitario, existían ya 2 grupos de educadores que habían empezado a usar “conceptos del mundo de las drogas” para explicar las matemáticasSí. Mientras que a ti en clase te decían “si tienes 3 peras y valen 5 pesetas cada una, cúanto valen las 3 peras?” a ellos lo mismo pero con “micras”. ¿Y que son micras? Pues micra es el nombre común que se da en la compra de drogas y que expresa 1/10 de gramo, normalmente de unos 5 ó 6 euros de precio a día de hoy.

El enunciado de uno de los problemas que vi entonces decía algo así (problema de examen):

Tenemos una hoja de cuaderno que mide 30 cm. x 15 cm. y que vamos a usar para hacer papelinas. Cada papelina mide 25 cm2. ¿Cuántas papelinas podrás hacer con 1 hoja de cuaderno?

Si cada papelina vale 1000 pesetas pero debes pagar 500 pesetas por cada una, ¿qué ganancia te queda?

En su día el asunto dio mucho que hablar en los círculos donde se comentan estas cosas, pero es cierto que se daban esos abordajes en barrios muy conflictivos por el número de niños que, de una forma u otra, tenían un mejor manejo de los términos del mundo yonki que de los clásicos problemas de trenes para las matemáticas. Y funcionaban. 

Tal vez no fuera el mejor de los objetos para hacer operaciones, pero los niños aprendían a operar con números, que al fin y al cabo era el objetivo de la asignatura. 




Eso ocurría en educación formal en un colegio estatal y, personalmente, creo que es algo a aplaudir, sobre todo por el coraje necesario para dar semejante paso a pesar de las represalias subsiguientes. En esos mismos barrios, había niños de menos de 6 años que jugaban a “servirte droga” en papelinas donde te echaban azúcar por cocaína, y detergente por heroína. Hasta conocían la costumbre de regalar una “puntita” (una cantidad mínima de heroína) para “manchar” la base de cocaína. Nada agradable, pero real.

Estos adictos, con funciones de "pedagogo", que se integran en la estructura de la familia hasta hacerse a veces imprescindibles (o incluso más importantes que la propia “gitana” en ocasiones) son los que juegan para entretener a los niños, les leen cuentos, les corrigen los deberes o les ayudan en las redacciones, les ponen bien la ropa, muchas veces les vigilan mientras juegan en el parque y les van a comprar aquello que a los niños se les antoja y que sus padres -casi siempre- otorgan al instante. 

Todo ello a cambio de un poco de droga, algo de comida y -en algunos casos- un colchón y un cuarto donde poder dormitar. Como dicen muchos de ellos: mil veces mejor que la cárcel, y no les falta razón.

No es que sustituyan a la figura materna, para nada: la madre siempre es omnipresente, aunque no esté casi nunca "como madre". Mencionar a “la gitana” como recurso en una situación complicada, es como mencionar la soga en casa del ahorcado: llegará y hará justicia, no siempre de la forma más justa, aunque siempre de forma expeditiva y tajante. Pero son estos “machacas” los que en buena parte van educando al niño, como antes educaban los tíos o los abuelos que pululaban por las casas familiares.

Siempre me llamó la atención que es precisamente a “la gitana” a la que se la priva de una posibilidad de aprendizaje, incluso de este nivel básico, ya que una amplia mayoría no saben lecto-escritura ni cálculo básico. No sólo la mujer es retirada antes de la escuela en la mayoría de los casos, sobre todo para que no “ande con chicos”, sino que es integrada y asumida por la familia como una más para trabajar, en todo lo que la familia trabaje. Esto es ampliable a su posición tras el matrimonio en la mayoría de los casos. 

Trabajar, pero no conocer suficiente para saber de "letras y números", aunque algunas saben algo de cálculo sin saber lecto-escritura. Y aunque en ocasiones ellas mismas te dicen “me tienes que aprender a leer, a escribir y números” y es una loable cosa el hacerlo, es un punto peligroso a tocar: no siempre todos en la familia están de acuerdo en que “la Gitana” sepa tanto. Sobre todo de números.

Aunque se nos olvide a menudo, la educación es el único arma capaz de cambiar profundamente las cosas, cambiando a mejor a las personas. A todas.



Nota: el autor no tiene nada contra los gitanos ni contra los payos, vendan droga o no, consuman droga o no. El objetivo de este texto es tan sólo hacer notar una interacción educativa muy poco conocida -y menos visible- por el común de las personas.


lunes, 1 de febrero de 2016

Concurso: ¡¡EL PRIMER MILLÓN DE VISITAS EN DROGOTECA!!




CONCURSO DEL MILLÓN DE VISITAS.


¡¡Que el Drogado Corazón de Jesús esté con todos vosotros!!





En la Drogoteca estamos a punto de alcanzar UN MILLÓN DE VISITAS, cosa que nos ha llevado unos 9 años conseguir. En realidad algo menos, ya que el millón de visitas lo hicimos durante el año pasado -o el anterior- ya que el contador de Blogger (Google) no empezó a llevar estadísticas hasta el mes de mayo del 2010, con lo que el millón de visitas que marca sería únicamente desde esa fecha, dejando de contabilizar varios años de este blog.





La cosa es que queremos hacer algo para compartir esa alegría con vosotros, ya que sin vosotros no tendría sentido nuestro trabajo aquí. Y como la ley nos obliga a ser buenos chicos, nuestros regalos -porque sí, hay regalos- han de ser totalmente legales.





Contamos con uno de los mejores bancos de semillas hispanos, la buena gente de Sweet Seeds que ponen semillas y alguna camiseta para los ganadores. Complementando esas semillas, y para que no les falte de nada mientras crecen, la gente de Top Crop -punteros en mimar nutritivamente las plantas- enviará unos lotes de sus productos (abonos, sustrato, nutrientes) para cannabis. Y para que no quede duda alguna de cómo llevar todo a buen puerto, desde la Feria Spannabis (revista Cannabis Magazine) regalan 2 entradas -pase de parejita, mismamente- para usar en cualquiera de sus ferias (no ha de ser obligadamente en este año).





Y para que quede, al final del todo, algo que no os podáis fumar pero os acompañe en vuestra fumadas, los ganadores recibirán también unos ejemplares dedicados de los discos de “El Niño del Pegamento” y de “Gatos del Parbu”, música de la mejor calidad para que den colores y texturas a nuestros humos de “tabaco verde”.


Música by "El Niño del Pegamento"



¿CÓMO PARTICIPAR?

Muy sencillo: se trata de predecir cuándo el marcador de esta página saltará al millón de visitas.

El plazo se inicia con la publicación de este texto y terminará el día 15 de marzo de 2016 (no es nada probable que se alcance el millón antes de esa fecha) a las 23:59 horas.

Una vez decidida la fecha y hora en que creemos que se llegará al millón de visitas en la Drogoteca, desde nuestra cuenta de Twitter escribiremos un tuit con el siguiente formato:

“Mi fecha para el millón de visitas del #ConcursoDROGOTECA es el día 16/03/2016 a las 00:01”.

Donde cada uno pone el día y la hora que crea oportuna. En caso de que el tuit no especifique una hora, se entenderá por defecto que la hora será las 00:01.




Y luego, copiando la URL -o dirección web- de ese tuit en un comentario escrito en esta misma entrada que ponga simplemente:

"Mi respuesta para el concurso es..." + la dirección del tuit que habéis escrito

De esta forma, queda a vista de todo el mundo quién participa (a través de la cuenta de Twitter) y qué fecha y hora ha dado en esta “porra del millón”. 

Podéis mirar al final de esta entrada para ver un ejemplo de lo que se pide en el comentario que vale como prueba.

El plazo que se da comienza hoy y dura hasta el 15 de marzo para que cada cuál decida hasta dónde apurar el momento para concursar: si uno lo deja para el final, tal vez calcule mejor cuándo se llegará al millón, pero al mismo tiempo otros se le habrán adelantado a la hora de elegir días y horas, de manera que sus opciones se habrán reducido. 

En caso de que dos cuentas den el mismo resultado, tendrá validez únicamente la de LA PRIMERA QUE PUBLIQUE EL COMENTARIO EN ESTA ENTRADA. 

Para que el tuit quedé validado, tendrá que dejarse en el comentario mencionado en esta misma página, de manera que una vez enviada tu apuesta como comentario ya no podrá modificarse aunque modifiques el tuit.

Como las empresas y músicos amigos que se han ofrecido a regalar sus productos para esta porra-concurso han sido generosos, habrá 3 premios distintos. Yo, aunque no es obligatorio para el concurso, os recomiendo seguirles a todos: se lo curran todos ellos y estas son sus cuentas:

https://twitter.com/FeriaSpannabis

https://twitter.com/sweetseeds_es

https://twitter.com/elpegamento

https://twitter.com/gatosdelparbu

https://twitter.com/cannabis_es



El 1er ganador será aquella cuenta de Twitter que dé una fecha y hora más cercana al momento del millón de visitas en la Drogoteca según el contador del propio servicio de blogs, sin pasarse.

El 1er ganador tendrá como premios:
  • 3 paquetes de semillas a su elección del catálogo de Sweet Seeds, y una camiseta del banco.
  • 1 lote de Top Crop (aún por definir, actualizaremos la información aquí mismo)
  • 1 pase doble para la Feria Spannabis, la feria referencia del cannabis en España.
  • 1 ejemplar dedicado del último trabajo de “Gatos del Parbu” y 1 dedicado del último trabajo de “El Niño del Pegamento”.



El 2º ganador será el segundo más cercano a ese punto temporal, también sin pasarse.
El 2º ganador tendrá como premios:
  • 2 paquetes de semillas a su elección del catálogo de Sweet Seeds.
  • 1 lote de Top Crop (aún por definir, actualizaremos la información aquí mismo)
  • 1 ejemplar dedicado del último trabajo de “Gatos del Parbu” y 1 dedicado del último trabajo de “El Niño del Pegamento”.




Pero el 3er ganador será -descartados los 2 primeros ganadores- el que más cerca esté en su apuesta a ese momento del millón de visitas, SOBREPASE O NO el momento exacto.

El 3er ganador tendrá como premios:
  • 1 paquetes de semillas a su elección del catálogo de Sweet Seeds.
  • 1 lote de Top Crop (aún por definir, actualizaremos la información aquí mismo)
  • 1 ejemplar dedicado del último trabajo de “Gatos del Parbu” y 1 dedicado del último trabajo de “El Niño del Pegamento”.

Los premios serán enviados directamente por los colaboradores a los ganadores una vez terminado el concurso.

¡¡OS DESEAMOS MUCHA SUERTE A TOD@S!!


Música by "Gatos del Parbu"



PS: Como pista orientativa, aquí tenéis algunos datos de las estadísticas del propio blog... ;)





lunes, 25 de enero de 2016

PSOE es prohibición

Este texto fue publicado en el portal Cannabis.es y esperamos que os guste, o al menos, os ayude a comprender cómo hemos llegado aquí con el cannabis y estos políticos de mierda.

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PSOE es prohibición.

Este domingo hay elecciones, y todavía no he conseguido decidir si me voy a dejar caer por el colegio electoral o no. De los candidatos que apoyan la regulación del cannabis -aunque sea de boquilla o a última hora, como Ciudadanos y Podemos- no me gusta ninguno, y las perspectivas del partido que siempre ha apoyado la regulación (hasta el último momento con una PNL o “proposición no de ley” en la Comisión Mixta de Congreso y Senado para el asunto de las drogas) como son la gente de Izquierda Unida, no son muy buenas en mi zona con lo que mi voto -debido al sistema electoral- iba a tener nulos efectos. Y ante ese panorama no me siento muy llamado a perder mi tiempo el domingo, en alguna escuela o instituto de secundaria convertidos en colegio electoral, para celebrar “la fiesta de la democracia”

Tengo además la impresión de que vivimos en un mundo de ideas sin nexo con la realidad, sobre todo en ciertos estereotipos en la política hispana y especialmente en los que atañen al PSOE, ese supuesto partido socialista y obrero. A primera vista, cuando pensamos en lo que es represión y política de recorte de libertades -a muchos entre los que me incluyo- lo primero que nos viene a la cabeza es el Partido Popular. Y no voy a ser yo el que rompa una lanza a favor de esa gentuza, a los que deseo la peor de las suertes posibles, todo eso siempre sin acritud: así revienten pronto.





Sin embargo, tal vez porque algunos ya somos más viejos y hemos visto alguna cosa más, sabemos que esa pretendida diferencia por la que el PP es mucho más depredador de las libertades individuales que el PSOE -incluido el consumo de cannabis u otras drogas- es falsa. Un espejismo. Tan real como los unicornios rosas. Que el PSOE sea un partido “más amigo de la libertad” que el PP, es mentira. Es una mentira como decir que a un pastor alemán le gusta más la carne que a un dóberman: ambos son perros muy parecidos en lo esencial y, desde luego, con el mismo gusto por un buen bistec de roja carne.

Es posible que seáis muy jóvenes, e incluso que vayáis a votar por primera vez. Si queréis saber como ha ido traicionando el PSOE al cannabis en España, no dejéis de leer este breve resumen que acaba con un candidato a presidente que mete en el mismo saco al cannabis, la cocaína y la MDMA y sigue con un discurso propio del siglo pasado, convirtiéndose en el nuevo enemigo del cannabis en España: Pedro Sánchez Castejón.

Vamos a ir de un salto -sólo por un instante y no durante 4 años como con el gobierno de Rajoy- al año 1985. En aquellos años, una España incipiente en su estrenada democracia se enfrentaba con los primeros escenarios creados por las drogas y su régimen de prohibición y, aunque se promulgaban las primeras leyes endureciendo las condenas por tráfico de drogas, todavía se entendía que el consumo no era objeto de reproche penal ni administrativo, más allá de la incautación de la droga y de las ganas de meterse con el usuario que tuvieran los policías de turno. 

En ese año de 1985, el PSOE monta lo que sería el Plan Nacional Sobre Drogas o PNSD. Sólo un año después, nace su “hermano gemelo privado”: la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción o FAD. Si sois un poco mayores, recordaréis el anuncio de la cocaína en el que un gusano entraba reptando por la nariz de una persona: eso es la FAD. Es una fundación, lo que le otorga un tratamiento fiscal especial y ventajoso, pero mantiene un carácter privado. Privado para los derechos pero público para chupar dinero de los impuestos de todos: su gran fuente de financiación han sido siempre los presupuestos públicos. 




La FAD fue fundada por un general franquista que llegó a político demócrata, Gutiérrez Mellado, pero hoy día está compuesta por una florida representación de “lo mejorcito” en España: Telefónica, Banco Santander, REPSOL, Caja Madrid – BANKIA, ONCE, La Razón, la COPE, Onda Cero, Telecinco y Mediaset, Antena3 y Atresmedia, ENDESA, la CEOE, Grupo Vocento, Tuenti, Twitter y Google, entre otros muchos. Vamos, que están la banca, las energéticas y los medios de comunicación. ¿Así cómo no van a vivir del dinero público y de esas campañas de “educación” forzosa contra las drogas?

Las actuaciones de la FAD  y el PNSD no ayudaban tampoco a nada -a nada que no fuera a crispar el tenso ambiente social en torno a las drogas- y en el año 1991 en España saltan las “patrullas vecinales contra la droga”, que no eran sino masas de cafres con palos que salían a la caza del yonki por diversas ciudades (para ellos, yonki era tanto el que se “chutaba los porros” como el que se “fumaba un tripi”), en mitad de un escenario de crisis económica y alto paro. Con algo había que divertirse y, lo de apalear yonkis en grupo, llegó a cuajar. Al final el Gobierno del PSOE, encargo a su flamante ministro del interior -un electricista venido a más, apellidado Corcuera- la elaboración de una nueva ley. Ahora es tertuliano a sueldo de 13TV... 

Habéis acertado: la “Ley Corcuera” o Ley de Seguridad Ciudadana, por la que -todavía hoy- se te quita tu cannabis y se te multa por el simple hecho de llevarlo encima para tu consumo. Dale gracias al PSOE por ello.Esa ley se llamó durante años “Ley de la patada en la puerta”, porque incluía un artículo que permitía el acceso de la policía a cualquier domicilio sin orden del juez, siempre y cuando “el policía sospechase...” que había un delito de tráfico de drogas. Aunque ese artículo lo eliminó en 1993 el Tribunal Constitucional -provocando la dimisión de Corcuera que, como era un chulito sin control, se apostó el ministerio a que “no le cambiarían ni una coma”- sirvió para quedara patente la idea subyacente de que el narcotráfico y las drogas eran suficiente motivo para que se violasen las garantías constitucionales: la “ley de la patada en la puerta” sólo servía para el narco, y no servía -por ejemplo- para un caso de prostitución infantil o de trata de seres humanos.





Puede que ahora os suene demasiado “heavy”, pero el supuesto 'PSOE de las causas justas' no tenía problema en meter años en prisión a gente que no había causado daño alguno a otros, y éramos el único país de Europa donde existían auténticos presos de conciencia condenados a 2 años, 4 meses y 1 día de cárcel por negarse a hacer el servicio militar obligatorio: “la puta mili”. Y por si fuera poco, en caso de que tuvieras una plaza de trabajo del estado, ganada por oposición, la perdías de por vida. ¡La represión del PSOE tenía un intenso sabor a talego! Sonará horrible, pero tuvimos que esperar que llegase un Aznar que -presionado por sus socios catalanes- acabó definitivamente con la mili y, muerto el perro, con el tema de los presos insumisos. 

En el año 1994, el que entonces era el Delegado del Gobierno para el PNSD (con rango de secretario de estado) Carlos López Riaño, propuso en TV y algunos medios que se abriera un debate orientado a la legalización del cannabis. ¡Coño! ¿El PSOE proponiendo la legalización en el año 1994? ¿Y qué han hecho hasta ahora al respecto? Aunque Carlos López Riaño lo propuso sin pelos en la lengua, la respuesta social estimulada por el discurso de la FAD -que se corría haciendo campañas con ideas de Nancy Reagan, tipo “¿Drogas? DI NO”- fue poco favorable y muy polarizante. Tenía más peso e influencia sobre la opinión pública una llorosa “madre contra la droga” que todos los argumentos lógicos y científicos, que evidenciaban que el cannabis no debía ser tratado de la misma forma que el resto de drogas ilegales, sino de forma similar al tabaco y el alcohol. Y el PSOE rápidamente hizo callar a López Riaño, que había llegado en sustitución del juez Garzón, quien abrió la Audiencia Nacional -de cuestiones de terrorismo, a los delitos de narcotráfico- para su honor y gloria mediática. El único representante inteligente del PSOE en el PNSD, López Riaño, fue silenciado y olvidado mientras se iniciaba la etapa ultra-prohibicionista de mano de los socialistas.




Riaño en el PNSD sustituyó a Garzón, y de ahí se acabó llegando al PP de Aznar que puso al frente a Gonzalo Robles, que aseguraba que “el porro terapéutico no existe, ni siquiera para el enfermo terminal” y del resto ni hablamos. Recuperó su control el PSOE con una señora, de nombre Carmen Moya, que decía que “consumir drogas es una enfermedad crónica” y que “legalizar las drogas era utópico por no decir imposible”, para terminar en manos de una amiga de Leire Pajín, llamada Nuria Espí, que fue la que se encargó de torpedear los procesos de regulación que, durante el gobierno de Zapatero, se estaban dando -de forma local- en algunos lugares del estado como Euskadi. 

Aunque si hubo algo que sí hizo el gobierno de Zapatero en materia de drogas, fue multiplicar el número de sanciones relativas a la tenencia y consumo en lugar público, disparándolas a los niveles actuales con una policía depredadora y recaudatoria. Esto es el currículum del PSOE en materia de cannabis y otras drogas, lejos de palabras y atendiendo a los hechos. Eso y haber intentado meter los videojuegos, las redes sociales e Internet, como nueva categoría llamada "drogas sin sustancia" en el PNSD, idea que tuvieron que comerse con patatas. Desde entonces, año 2011, apenas habían vuelto a tocar el tema.




Pero llegó Pedro Sánchez Castejón -a falta de algo mejor entre los del puño y la rosa- y decidió escenificar en TV la hipocresía del PSOE en materia de cannabis. Así pues, mientras hace un par de meses una diputada suya mentía -sin perder la sonrisa- a la revista Interviú, afirmando que el PSOE quería “regular los clubs de cannabis y liderar el debate de la regulación en Europa”, su candidato a presidente se convertía en el enemigo de los usuarios de cannabis en España, haciendo gala de sus posturas retrógradamente prohibicionistas y de un desconocimiento absoluto de la realidad referente al cannabis. En el programa “El Hormiguero”, Pedro Sánchez soltó algunas perlas como:


“El tema de la legalización es suficientemente complejo como para que lo saquemos de la campaña electoral” 

“En España se consume muchísima droga y no sólo marihuana, también cocaína y éxtasis”

“Hay muchísima gente joven que 'está cayendo en el consumo de las drogas' y eso tenemos que evitarlo”

Acaba rematando con que “se compromete a abrir un debate sobre el asunto de la legalización” -aunque personalmente no quiere que las drogas sean legalizadas- pero es otra mentira más: no va a abrir nada, simplemente sabe que el debate internacional en el 2016 lo va a marcar la propia ONU con su reunión de la UNGASS donde, presuntamente, se cambiará la fracasada guerra contras las drogas por algún intento de política inteligente. Por otro lado, el debate en España lleva abierto ya años, sin que el PSOE haya hecho nada salvo oponerse y despreciar a los usuarios de cannabis.

Pedro Sánchez no quiere hablar del asunto en campaña electoral pero no porque lo considere demasiado importante, como dice, sino porque le da miedo que parte de su grupo de votantes, los más prohibicionistas y retrógrados, acaben por irse con el voto a otro lado. Lo que no ha calculado bien Pedrito es el porcentaje de personas a favor de un legalización del cannabis en España. En realidad no debe haber hablado ni con los prohibicionistas de la FAD, que hasta ellos reconocen que un 52% de los ciudadanos ve con buenos ojos una legalización de la venta y consumo privado del cannabis. 




Además, el líder socialista -con permiso de Susana Díaz-  no parece hacer distinción entre cannabis, cocaína y MDMA, igualándolo todo en un anacrónico “las drogas” que no permite escrutinio del asunto ni diferenciación útil para encontrar soluciones donde fueran necesarias. Se escuda en un argumentario propio de los años 80, que sólo puede ser explicado desde la ignorancia.

Por último, habla de que él quiere proteger a esos jóvenes que están “cayendo” en el consumo de las drogas: poco más y nos cuenta que hay traficantes que regalan droga a la puerta de los colegios para que los niños se enganchen, o que se comienza por un porro y se salta a la heroína intravenosa. Tirando de los mitos y el argumentario más obtuso y atrasado disponible, Pedro Sánchez se muestra incapaz de articular una respuesta fundada, coherente con la realidad y sigue estancado en un discurso con 30 años de retraso. No alcanza a entender que el consumo de una droga -ni siquiera el consumo frecuente- no es equivalente a una adicción en la que “haber caído”, y que hoy día los patrones de consumo de drogas en la sociedad demandan respuestas realistas y prácticas, no sermones y moralinas dadas por un candidato de tercera pasado por lavadora.

No sé si finalmente votaré, pero no olvidaría que lo socialistas han estado jugando un doble juego con las necesidades y las esperanzas de los usuarios de cannabis, para acabar traicionándolos -una vez más- a las puertas de las elecciones. El PSOE se ha acabado revelando como lo que siempre fue: lo mismo que el PP, pero con cierto “tinte rojo” ya totalmente descolorido.

Desgraciadamente -hoy más que nunca- votar al PSOE es votar prohibición.

No lo olvides. 

martes, 19 de enero de 2016

El cannabinoide sintético asesino del ensayo francés.

Este texto fue publicado en la Revista Soft Secrets y es oportuno rescatarlo ahora, tras los sucesos que han dejado una persona muerta y varias heridas en un ensayo clínico de la empresa BioTrial en Rennes (Francia), que en lugar de plantear el uso de cannabis para una serie de síntomas -tratables todos con la planta en su forma natural- estaba testando un compuesto sintético llamado BIA 10-2474  (que nada tiene que ver con el cannabis) y que "interfería" con la regulación del sistema endocannabinoide humano.



Estructura de la BIA 10-2474, 
responsable de la muerte en el ensayo Biotrial.


El resultado ha sido el mismo que con sus "hermanos químicos" del mercado de legal highs que venden como "marihuana sintética": muertes y daños a quienes entraron en contacto con esos compuestos. Y sólo hay una razón -peligro para la salud pública- para usar estas drogas en lugar del cannabis: las leyes derivadas del prohibicionismo.


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Breve historia de los cannabinoides sintéticos.


Los cannabinoides sintéticos son compuestos químicos, creados en laboratorio, en principio para experimentación médica e investigación. No están exentos de tener posibles usos, pero están muy lejos aún de que se les pueda asignar una presentación farmacológica o una indicación terapéutica. 

Estos compuestos, que no han sido estudiados sobre humanos en su inmensa mayoría, fue lo que alguna despreocupada mente comercial lanzó a través de un producto “herbal” que originalmente no contenía drogas añadidas, sino que era una mezcla de plantas legales. Las plantas legales "colocan poco", pero si a esas plantas se les añadían esos compuestos que podían ser cientos o miles de veces más potentes que el THC de la planta de cannabis, se convertían en auténticos colocones salvajes, y legales. Esas sustancias no estaban prohibidas en ninguna parte del mundo hace 20 años, porque ni existían la mayoría de ellas.




Cuando los gobiernos se percataron de que los vendedores estaban burlando la ley, vendiendo una droga legal -por no estar prohibida simplemente- aplicada a unas hierbas legales, deciden empezar el juego del gato y el ratón: a prohibir esas drogas como se ha venido haciendo desde que Nixon se levanto de mala mañana y declaró la guerra. El resultado no pudo ser más catastrófico.

La química siempre fue por delante de la ley, porque la ley necesita de la química para entender la materia que a veces trata. Por lo que la química de productos no fiscalizados por las leyes se convirtió en un rentable negocio: hacer variaciones simples de moléculas conocidas como drogas para burlar la ley. Las primeras que se prohibieron, aparte de las drogas “clásicas”, resultaron que eran peores que sus “pares naturales” en efectos y peligros. Pero antes de que la prohibición entrase en vigor, habían cambiado la formula de la droga que añadían a la hierba, con una nueva formula menos conocida y probada que la anterior. Por esa razón, los peligros asociados al consumo de falsa marihuana o cannabinoides sintéticos han empeorado drásticamente en los últimos años, porque aunque reciban el mismo nombre, son cada año drogas nuevas (según se prohíben las anteriores). El primero y más simbólico de estos compuestos fue el JWH-018, detectado en 2008 en Alemania y Austria, cuyo creador -un científico y no un camello- dijo que era una locura que ningún humano tomase semejantes productos. 




Pero no era el peor. Los que le siguieron fueron peores aún, y su nomenclatura química se volvió mucho mas compleja, hasta ser imposible de manejar incluso para químicos y forenses, sin un “diccionario” al lado. Además, como muchas de estas sustancias son tan nuevas que no han sido descritas oficialmente en la literatura científica, resultan casi imposibles de detectar, si no es con medios tremendamente caros para buscar una posible aguja en un pajar. Esta novedad incrementa que los nombres dados a cada sustancia no estén totalmente unificados, haciendo muchas veces imposible saber si hablamos o no de la misma droga si no se es capaz de inferir correctamente la molécula independientemente de la nomenclatura usada.

En los mecanismos de control europeos se han detectado cada año nuevas variaciones de estos compuestos para burlar la prohibición. En 2009 se informó de 9, en 2010 de 11, en 2011 de 23, en 2012 de 30, 29 en 2013 y 30 en 2014 (una tercera parte de todas las nuevas drogas). Sólo en compuestos imitadores del cannabis. El numero crece imparablemente y actualmente son monitorizados 137 compuestos por los organismos europeos, pero siguen apareciendo nuevos compuestos que ni se conocen ni han sido publicados, por lo que el peligro es aún mayor: a veces los forenses deben certificar la muerte sin poder nombrar la droga que mató a la persona, y en muchos casos jamás se llegará a saber con exactitud.


Las muertes por falsa marihuana y la caza del asesino.

Los "legales camellos" que venden estas drogas, mezcladas con hierbas para que sean manipulables, similares al cannabis “grindeado” en apariencia -aprovechándose de su aire de planta sana e inocua- han tenido suerte con los muertos que han ido dejando. Los primeros certificados como causados por estas nuevas drogas en Europa datan del 2008 pero, aunque la expansión ha continuado imparable, a diferencia de otras drogas letales o muy tóxicas como la PMA/PMMA -un falso éxtasis- que son detectadas con rapidez, los cannabinoides sintéticos han sabido ir mutando a tiempo. Más que a tiempo, al ritmo de los muertos y la ley.




No tengo nada contra esas sustancias si fueran vendidas como productos químicos determinados, con pureza y dosis conocida. Creo que no las tomaría jamás, pero eso es subjetivo. El problema es que no se venden en los grows (los pocos miserables o desinformados que los tienen) como un polvo blanco venenoso, sino como una hierba seca, aumentando la sensación de “poca peligrosidad”. Sumen a eso que, en lugar de tener identificada la sustancia que le han echado a la hierba, no dicen nada. Imaginen un paquete que pone “Mr.Marley” con la cara del cantante fumándose un porro y nada más. Cuando empezaron a llover muertos por algo tan poco dañino como era “fumar porros” y se dieron cuenta de que eran estos productos, se prohibieron, pero después ya eran los propios vendedores los que si había muertos, pues probaban con otro nuevo.

De esta forma, los estados podían perseguir a un producto que se llamaba “Bonzai” o “Spice” o “K2” pero hasta que no había unos muertos, no tenían ni idea de que droga era la que tenían delante. ¿Cómo se prohíbe algo que no puedes no nombrar? Cuando, al fin, el estado averiguaba lo que tenía que poner en sus leyes para frenar dicho producto, el mismo ya había cambiado de fórmula varias veces, dejando más muertos apuntando a otra nueva droga. 

Y así hemos seguido hasta nuestros días, en el que el problema de los “legal highs” y de los falsa marihuana ha llegado a ocupar un trozo del discurso de la Reina en la apertura del año parlamentario en UK. Las palabras “nuevas sustancias psicoactivas” (NPS) se hizo carne en la boca de la señora, obligada a amenazar con un “blanket ban” o prohibición masiva de toda sustancia no permitida expresamente como única forma de atajar este asunto.


Los efectos aparentes y el peligro de los “hot spots”.

Cuando a una persona le ofrecen una “hierba” que es legal, y se la venden como un sustituto no problemático del cannabis, tiende a pensar erróneamente que es “similar al cannabis”. Lógicamente sus efectos, tienen que tener parecido. Como son agonistas de los receptores cannabinoides, la sensación ha de ser similar. Pero mientras el cannabis es un agonista parcial, estos productos son agonistas totales, con efectos mucho más profundos y graves sobre el sistema nervioso, llegando a producir isquemias, infartos, parálisis, daños neurológicos, ataques epilépticos y además, muerte.





La apariencia de yerba inofensiva no es lo peor. El método usado para aplicar las drogas sintéticas a estas plantas no es una ciencia exacta, o no lo ven así los responsables. Estás hierbas se sumergen en baños de disolvente que contiene el cannabinoide que se quiere añadir. Teóricamente si la transmisión es por el fluido y todo está bien disuelto, no hay problema. Pero si el producto no está bien disuelto, se forman los llamados “hot spots” que explican los casos de muerte con dosis que a otras personas no les mataron. 

Son puntos en los que una cantidad muy grande de la droga, normalmente por mal trabajo de laboratorio, queda sobre un trozo de yerba. Ese trozo -que puedes fumar en una sola calada- puede contener miles de veces más cantidad de producto del que, en teoría, debería tener. No sólo son drogas peligrosas, sino que están peligrosamente manipuladas, con un nivel de negligencia que provoca -de forma directa- muertos.