martes, 25 de marzo de 2008

Primeros contactos con la MDPV (o MDPK)

Hace unos días y aprovechando las vacaciones, un buen amigo (y viejo, amigo) me hizo una llamada y una proposición: "¿Quieres probar la MDPV?"
No supe que decir en el momento, tenía mis dudas y no me lo había planteado, pero sí que me apeteció al menos echarle un vistazo, ya que se daba la oportunidad.

Habían comprado entre algunas personas una pequeña cantidad, y esta persona (llamémosle "J" para preservar su identidad, ya que así lo quiere) tenía un cuarto de gramo de la dichosa sustancia. Para ser exactos tenía 243 miligramos.




Pasó por mi casa, y trajo 11 pequeños viales de cristal. Diez de ellos tenían 10 miligramos correctamente pesados, y el restante, algo más de 140 miligramos de la sustancia.
El aspecto de la sustancia, era el de una sal con ligero brillo, cristalino y con un color entre crema y marrón muy claro. Me recordaba a algún "cristal" de MDMA que había visto hacía poco, pero el marrón era diferente. Tampoco se me da muy bien eso de definir colores, y aunque intenté sacarle unas fotos con el móvil, era demasiado poco como para verse y de cerca se volvía totalmente borroso.

A pesar de que tenía cierto brillo, la sustancia parecía húmeda, y J me confirmó ese aspecto: al pesar las cantidades en que había separado en los viales, le fue difícil porque se quedaba adherida a la espátula.

El vial con los 140 miligramos, lo abrió y me lo dio a oler. Yo debía tener la nariz poco receptiva, porque me costó sacarle algún olor. Podía ser por el incienso o por el tabaco, pero cuando conseguí olerlo, me pareció algo nada sencillo de describir: por un lado tenía un cierto olor a materia orgánica mezclada y por otro lado me recordaba a un zumo que había bebido hacía días y que estaba ácido y estropeado.
Mi descripción del olor, aunque pobre, es menos grotesca que la que hacía J.
Textualmente decía que a él le olía como "el olor de una vagina tras horas de sexo sin preservativo, pero sin la parte agradable". No es textual del todo, he cambiado algunas palabras pero sigue manteniendo el mismo contenido la frase.

No quedaba claro como podía ser tan oloroso, siendo una sal, ya que supuestamente era clorhidrato de metilenodioxipirovalerona, y al estar en forma de sal no debería oler tanto. Pero no era el olor de ningún solvente típico que pudiera hacer pensar que eran restos de una síntesis. Le pregunté si había hecho alguna prueba con algún reactivo, y me dijo que no y que no conocía referencias sobre ese compuesto y pruebas con reactivos, pero que uno de los que habían comprado la MDPV, la había probado hacía meses y la daba por buena (y es alguien como para concederle cierta credibilidad).

"Venga, ¿te animas o no?"
Y dije que no. No porque no me fiase de la calidad de la sustancia, que en ese aspecto no tenía muchas dudas viniendo de quien venía, sino porque me daba algo de reparo a nivel cardiovascular, aunque me aseguraba que no era más fuerte que la cocaína en ese aspecto.

Así que abrimos unas cervezas (y unos zumos) y J tomó por vía oral 5 miligramos.
Entre cigarros y conversaciones, mirando cosas por internet, a los 20 minutos dijo que notaba un poco de malestar en el estomago, algo de ardor y un poco de presión en las sienes, y algo de estimulación.
A los 35 minutos decía notar el efecto, pero a oleadas, no de forma estable. En ese momento dijo que le recordaba a alguna feniletilamina.Y a los 45 minutos, el efecto se lo podía notar yo. J estaba animado, hablando mucho más efusivamente, y tenía una ligera midriasis. No había señales de bruxismo con esa dosis, pero sí se quejó del calor de la habitación.
A la hora tenía los efectos plenos, y decía que la cerveza le sabía estupendamente. Comparaba en ese momento la MDPV con una anfetamina, en concreto con la metanfetamina. El efecto era estable y era el de una estimulación intensa, psicológica y fisiológica. El pulso se le había incrementado en un 30% y estaba alrededor de los 100 latidos por minuto.

A pesar de las pupilas dilatadas, no decía notar ningún efecto similar al de la MDMA o al de algún enteógeno. Decidió redosificarse con lo que quedaba en el vial, otros 5 miligramos, también por vía oral.
Yo opinaba que mejor esperar, pero donde hay patrón no manda marinero. A los 75 minutos de la primera toma, repitió con la misma cantidad.

La estimulación se hizo más intensa, y se vieron las primeras muestras de ansiedad, al tener demasiada "energía" y no saber que hacer con ella. La conversación se hizo más monólogo y exteriormente sí podía confundirse con la MDMA, más confidente, más "cercanía" pero sin la calma y ese efecto "tranquilizador" que a la vez lleva el éxtasis. Yo en algún momento pensé que tal vez estaba mal pesado y miré los viales, pero es imposible distinguir con seguridad en esos márgenes de miligramos.

A los 150 minutos de la primera toma, J se fue. Había llamado a una amiga e iba a verla.
Comentamos antes de que se fuera que tal vez era una buena ocasión para ver si eso tenía algo de "sextasis".

El resto de la historia lo cuento a partir de sus palabras y con su permiso.
Al parecer el estar en la calle, cuando bajó, se le hizo incómodo, y hasta que llegó a casa de esa amiga, caminó bastante rápido. No se encontraba a disgusto, sino demasiado acelerado y sin nada en que emplear la energía. Dice que lo que sí notó en ese trayecto fueron las ganas de ponerse una puntita y probarlo por la nariz, y que en eso sí tenía algo de parecido al "craving" de la cocaína. El efecto estimulante es más largo que el efecto euforizante, es una de las cosas que le han quedado claras, y que la tendencia a dosificarse de nuevo está ahí y se nota mucho.

Cuando llegó a la casa, invitó a su amiga, y ambos se pusieron una puntita, hecha con un vial entero, separándola en dos partes, una para cada uno (5 miligramos esnifados). Al ser la cantidad tan pequeña, no sabe muy bien si quedó en la naríz o quedó en la garganta, pero que el sabor que le bajaba era de un amargor desagradable.

Para la mujer, parece que resultó más que suficiente, mientras que a él, se le reducía la euforia y se le aumentaban los efectos secundarios, con el impulso de tomar más, aunque no lo hizo en ese momento.
Entraron en terreno sexual, y parece que eso alivió la situación un poco "al tener algo que hacer". No me dice que sintiera ninguna ventaja a nivel sexual, sino lo contrario: dificultad en la erección y en el orgasmo.

Tras ello, él volvió a esnifar 5 miligramos de la sustancia, haciendo un total de 20 miligramos a lo largo de 5 horas. La impresión que comenta de ese momento es la de sentir la estimulación en pocos minutos, pero ya casi exenta de euforia.

Aunque siguieron despiertos buena parte de la noche, el alcohol y los porros de hachís de aceptable calidad (lo que ahora llaman "pakistaní") se encargaron de frenar los efectos de la estimulación que quedaba, para finalmente tener que tomar una benzodiacepina para dormir.

Al parecer la mujer sí comentó una cierta percepción algo alterada con cierto parecido a la MDMA, pero no se sabe si tenía que ver con la MDPV por si misma o por la combinación de sustancias. Al día siguiente, la mujer no tenía resaca alguna, excepto molestias en la garganta causadas por el tabaco y los porros.

El protagonista del relato sí que destaca una molesta resaca, con el estomago revuelto, dolor de cabeza, y el humor bastante decaído, según él "hasta rozar lo agresivo por nimiedades", y mayor que la que tendría con otras sustancias más comunes como anfetamina o MDMA.La opinión que le queda de ese primer contacto con la sustancia, es que sí es "adictiva" en el sentido en que tiendes a repetir la toma de forma compulsiva cuando la parte más eufórica se desvanece -aunque en eso también puede tener que ver el patrón de consumo de cada persona con las drogas- pero que la forma ideal para él hubiera sido tomar una sola dosis de 10 o 15 miligramos por vía oral y no repetir.
Es según J, una droga que casa bien con el alcohol y el cannabis, pero con un bajón anímico muy duro.
El tema cardiovascular parece que también se nota afectado, si no de forma tan brusca como ocurre a veces con la cocaína, sí de forma más duradera, y cuando se esnifa hay momentos de fuertes acelerones en el ritmo cardíaco.

Hay que tener en cuenta que quien ha brindado los datos de este relato, es alguien con un cierto consumo frecuente de estimulantes, por lo que las sensaciones eufóricas, al ser dependientes de la liberación y cantidad de dopamina, pueden estar infravaloradas y ser más eufórica en personas sin un uso frecuente de este tipo de drogas.

Y esto es todo de momento. Desconozco sí ha vuelto a probarla aunque me dijo que me mantendría informado, pero que iba a probar su uso como estimulante en su trabajo con esas dosis de 10-15 mgs por vía oral. Espero que se anime y lo cuente él mismo aquí.

En cualquier caso, muchas gracias por la invitación y por toda la información que puedas brindar. Siempre es bien recibida.
Un abrazo, J.

sábado, 15 de marzo de 2008

Iglesia y Drogas. Entrevista a Xabier Pikaza


Hace un par de días, los medios de comunicación nos sorprendían con titulares sobre los "nuevos pecados" que consideraba la Iglesia Católica. Los tildaban de pecados sociales, y entre ellos incluían la destrucción del medio ambiente, el enriquecimiento salvaje a costa de otros, el narcotráfico y también el consumo de drogas. Pocos medios daban la noticia con un mínimo de rigor, y muchos, sobre todo medios sudamericanos usaban las declaraciones para apoyar el prohibicionismo cuestionado en algunos países.

Algunos medios abrían sus noticias con una frase, que mostraba el desconocimiento y el integrismo de Juan Pablo II (no sabrán que ya murió y con él su "reinado") que no pasa de ser su opinión, y no es una norma de ningún tipo para quien sea creyente y siga la doctrina católica: "La droga es un mal y al mal no se le hacen concesiones."

En un momento histórico en el que las discrepancias son mayores en el terreno de la política de drogas, que desde USA se dicta y parecen acatar el resto de países sin evaluar las premisas en que se basa, ese presunto "cierre de filas" entre la Iglesia y Estado frente a las drogas, parecía ser un cheque en blanco de apoyo, aumentando la confusión y fomentando la ignorancia frente a la tan necesitada ilustración farmacológica y modelos de consumo dentro del ámbito de la reducción de riesgos.


Este caballero, 
que parece que se ha caído en una marmita de MDMA, 
es Xabier Pikaza, 
un tipo que se pasa el día amando, y sin drogas.... ;) 


Hace tan sólo unas horas, y tras varios meses de debate, el ministro de Justicia argentino ha dado tramite a un proyecto de ley para despenalizar el consumo de drogas en aquel país, tras defender una política de reducción de riesgos ante la 51ª Reunión de la Asamblea de la ONU sobre Drogas y Narcotráfico, en Viena.
Este cambio de tendencia en materia de drogas y consumo, ha sido apoyado en dicha asamblea por los representantes de Gran Bretaña, Países Bajos, Suiza, Brasil, Ecuador, Bolivia y Uruguay, y es un cambio radical para los consumidores argentinos desde las leyes que sancionaron el consumo en 1989.

La droga, como ente inespecífico, sigue siendo un factor de primer orden mundial, que justifica desde políticas de ocupación encubiertas a violaciones continuas de los derechos individuales más básicos. Pero, ¿hasta dónde es real ese supuesto apoyo de la Iglesia Católica a esos actos que interfieren con la libertad de elección del ser humano?

Con excusa de estas declaraciones de un miembro del Vaticano, le pedí a Xabier Pikaza, escritor y teólogo, que nos explicase éstas y otras cuestiones. Si tuviera que definirle, hasta donde le conozco, diría que es una persona totalmente implicada en una doctrina y práctica del amor y la libertad del ser humano más allá de toda ideología. Libertad que en su caso, al aplicarla a su pensamiento y enseñanza, con todas sus consecuencias, le ha costado más de un quebradero de cabeza en el pasado. A cambio, la praxis de la coherencia, le permite dormir sin pelear con la almohada.

Sin estar de acuerdo con todas sus opiniones -valientes en muchas cosas y contenidas en otras-, y teniendo en cuenta que no es alguien familiarizado con la terminología de las drogas, aceptó responder a mis preguntas y como tal aquí las transcribo, sin modificar ni eliminar parte alguna.




- Drogoteca: Buenos días, Xabier. Tengo la costumbre de comenzar preguntando generalidades, porque quién no le conozca le interesará conocer algunas. Así que pónganos al día y preséntese.

- Xabier Pikaza: Me llamo Xabier Pikaza Ibarrondo (en mi DNI pone Jabier), nací el 12 de Junio de 1941 en Orozko, Vizcaya. De joven cursé estudios en Salamanca y Roma, y luego los amplié en Hamburgo y en Bonn (Alemania). Soy doctor por Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca y de Filosofía por la Universidad de Santo Tomás, de Roma. Soy licenciado en Ciencias Bíblicas por la Instituto Bíblico de Roma. He sido durante treinta años, del 1973 al 2003, profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca. Ese último año dejé la docencia y vivo dedicado a mis estudios, con Maria Isabel, mi mujer, en un pequeño pueblo de Burgos.

- Drogoteca: Las personas que le conozcan le tendrán vinculado a la Iglesia Católica, aunque algunos no sepan cuál es su relación actual y cuál ha sido. ¿Nos la explica?

- Xabier Pikaza: No creo que haya dado grandes cambios. Sigo siendo el que fui, en una línea algo distinta. He sido religioso mercedario y presbítero de la Iglesia Católica. Por razones personales e institucionales, dejé la Orden de la Merced y pedí la dispensa del presbiterado, o de otra forma dicho, abandoné el sacerdocio.
Me casé con María Isabel, dentro de la Iglesia Católica, de manera que soy un católico sin más. Por otra parte, no creo que la distinción de laicos y sacerdotes sea esencial en la Iglesia. Todos los cristianos formamos parte del llamado "pueblo de Dios", aunque podemos ejercer funciones distintas.


- Drogoteca: La excusa para esta entrevista ha sido la publicación el día 9 de Marzo de unas declaraciones de monseñor Gianfranco Girotti, director del penitenciario apostólico, en el periódico oficial del Vaticano.
¿Quién es este caballero que nos actualiza los pecados y habla de adaptarlos a la realidad social? ¿Qué es el penitenciario apostólico? ¿Qué valor tienen sus declaraciones? ¿Son vinculantes y normativas, son opiniones, son un término medio o un simple nuevo enfoque?

- Xabier Pikaza: No estoy muy puesto en estas cuestiones, pues mi especialidad es la Biblia y la experiencia básica de la fe cristiana, en relación con otras religiones. Pero puedo responder de un modo sencillo a lo que preguntas.
La Penitenciaría Apostólica es uno de los "dicasterios" o ministerios en los que está dividido el Gobierno del Vaticano. Es menos conocido que otros (como el de la Doctrina de la Fe o el los obispos), pero tiene una función que ha sido importante en el pasado: regular el desarrollo del Sacramento de la Penitencia, reservándose el derecho de perdonar algunos pecados especialmente graves, que los curas normales no podían perdonar, vinculados sobre todo con la vida y acción de los mismos sacerdotes, o levantar la excomunión de los que habían sido apartados de la comunión de la Iglesia.

En un sentido más extenso esta Penitenciaría se ocupa de organizar y "actualizar" el sacramento de la penitencia, actualmente muy en crisis, pues los católicos que se confiesan son ya una minoría. Pues bien, el presidente de este "ministerio" es el Penitenciario Mayor, el cardenal James Francis Stafford y su Regente o secretario es el Padre Gianfranco Girotti, O.F.M. Conv. (es decir, un franciscano). Ese Monseñor Girotti ha dirigido un curso especial para confesores en Roma, y al final de ese curso, de un modo "semi-oficial", ha concedido una entrevista a un periodista (Nicola Gori), ofreciéndole algunas impresiones sobre el curso y, especialmente, sobre los nuevos problemas del sacramento de la penitencia y de la visión de los pecados a comienzos del siglo XXI.
No se trata, por tanto, de una doctrina oficial, sino de una opinión oficiosa, aunque importante. Creo que la repercusión mediática ha sido excesiva, sacando a veces fuera de contexto algunas de las palabras de Girotti.


- Drogoteca: Muchos tal vez no lo recuerden o nunca hayan recibido formación religiosa y no conozcan la diferencia entre un pecado mortal y un pecado venial. Aunque posiblemente para un teólogo esa distinción sea demasiado simplona, ¿nos puede explicar brevemente la diferencia según lo que marca la doctrina católica? Estos "nuevos" pecados, ¿en que categoría normativa se supone que caerían?

- Xabier Pikaza: Pecados "mortales" son aquellos que implican la "muerte espiritual", es decir, que son merecedores de la "condena" más grave. Serían equivalentes a los "delitos mayores", que deberían ser castigados con una pena de muerte (según las leyes antiguas).

En sentido estricto, aunque los teólogos y moralistas han discutido sobre ello, los pecados mortales, que separan a un hombre o mujer de la vida de la Iglesia serían matar a otras personas (de un modo más o menos directos), apostatar (es decir, separarse de la misma Iglesia) y un tipo de adulterio en sentido estricto (romper la vida y unidad de otra familia).

Después se han añadido otros pecados mortales, relacionados con la injusticia (el robo) y, en ciertos ambientes, con unas relaciones sexuales desordenadas (que no estarían vinculadas al amor). Junto a esos pecados "mortales" se suele hablar de pecados graves (es decir, importantes) y también de pecados leves o veniales, que no llevan implícita una forma de muerte.


- Drogoteca: Tengo la sensación de que la mayoría de personas que pasan por esta página, no son muy católicas, así que a efectos prácticos les dará bastante igual pero... ¿Qué dice la doctrina oficial de la Iglesia Católica sobre la existencia del infierno? ¿Existe? ¿Es un lugar? ¿Un estado del alma?

- Xabier Pikaza: Sabes que hay opiniones distintas sobre el tema. El infierno está vinculado a la libertad del hombre, que puede "negarse" a ir con Dios. En ese sentido, el infierno es necesario, si se cree en la libertad. Un cielo a la fuerza no seria cielo, para hablar en términos sencillos.

Lo que pasa es que con cierta frecuencia se ha tomado el infierno como un castigo de Dios. La mayor parte de los teólogos piensan que esa visión del Dios que castiga a los malos es contraria al evangelio. Por otra parte, hay muchos teólogos y cristianos que piensan que el infierno es "posible", pero que Dios, por su misericordia, conseguirá de un modo u otro que todos los hombres se "salven"; es decir, que Dios les salvará.


- Drogoteca: Si la Iglesia Católica –y a partir de este momento me refiero a su jerarquía y a los miembros mas cercanos a la ortodoxia– trata de adaptar la condena de ciertos actos a la realidad social, como hablar del enriquecimiento a costa de los demás, de la destrucción del medio ambiente o incluso de la avanzada ingeniería genética... ¿No debería primero empezar por tomar contacto con la propia vida del pueblo? ¿No ha perdido, si es que alguna vez tuvo, como institución, el contacto con la realidad social y sus necesidades?

- Xabier Pikaza: Para Jesús no hay más que un pecado, que es no amar, es decir, no compartir la vida con los demás, en un sentido activo y receptivo. En esa línea, la única "lista" de pecados del Nuevo Testamento es aquella donde se habla de no dar de comer al hambriento, no dar de beber al sediento, no vestir al desnudo, no acoger al extranjero, no visitar al enfermo y no ayudar al encarcelado. Así lo dice el evangelio de Mateo, cap. 25. Pero después, al hacerse una institución social muy importante, la Iglesia se ha sentido obligada a ofrecer unas normas de conducta social más concreta y lo ha hecho a lo largo de sus primeros 2000 años, como educadora moral de occidente. La misma religión, que en principio es experiencia de gratuidad y de amor mutuo, se ha moralizado.

De todas maneras, la lista de pecados "capitales" (es decir, importantes, pero no necesariamente mortales), formulada por el papa de San Gregorio, en el siglo VI (soberbia, envidia, gula, lujuria, ira, avaricia y pereza) puede tener un sentido educativo, si se interpreta bien, pues ayuda a vivir de un modo mesurado. En ese momento, la Iglesia vivía aún inserta en la marcha de la sociedad, siendo en gran parte el motor de esa misma marcha.

Pero los últimos siglos la iglesia se ha separado un poco (o un mucho) de la dinámica social, aislándose de la dinámica del mundo, convirtiéndose en una especie de fortaleza cerrada por dentro, por miedo a los de fuera. En ese sentido, se puede decir que ella tiene que adaptarse, volviendo a “estar en la realidad”, como decía un gran cristiano, al que traté, antes que le asesinaran: Ignacio Ellacuría. La Iglesia debe estar en la realidad, pero no tiene por qué conocer los últimos avances en ecología y economía, en bioética y en medicina (ni en lo que implican los nuevos tranquilizantes o excitantes), por poner unos ejemplos significativos. Ella no es una institución científica, no sabe de todo. Pero puede y debe decir que las tecnologías deben ponerse al servicio de todos los hombres y mujeres y, en especial, de los más necesitados.

Yo creo que en esa línea quieren situarse las reflexiones que hacía Girotti sobre los nuevos "tipos" de pecados. Por eso, el problema no está en el deseo de orientar, desde una vertiente religiosa, a los que tienen deseos de ser orientados. El problema está en saber si esa orientación se ajusta al proyecto de Jesús y si responde a la problemática de nuestro tiempo y si sirve de educación en humanidad.


- Drogoteca: Hasta ahora, si no me equivoco, la postura oficial de la Iglesia no condenaba el consumo de ninguna sustancia, sino que condenaba cualquier hábito que supusiera una destrucción física o psíquica del individuo. ¿Es correcto? Dentro de esa perspectiva, el consumo de heroína o cocaína, por nombrar dos sustancias cuyo abuso puede provocar problemas de salud, no se diferenciaba esencialmente del consumo de tabaco, hamburguesas o pastelitos de chocolate. La consideración de "pecado" que podían recibir era dependiente de las consecuencias derivadas de su forma de uso sobre el sujeto. ¿Cambia en algo la posición con las declaraciones de Girotti?

- Xabier Pikaza: En principio, Girotti no dice qué pecados concretos se pueden cometer en el mundo de las drogas, sino que ofrece un principio general, diciendo que debe tener mucho cuidado porque “por medio de las drogas se debilita la psique y se oscurece la inteligencia, haciendo que muchos jóvenes queden fuera del ámbito eclesial” ("si indebolisce la psiche e si oscura l'intelligenza, lasciando molti giovani al di fuori del circuito ecclesiale"). El mal de las drogas estaría en que producen un "debilitamiento y oscurecimiento de la psique-inteligencia", que incapacita al ser humano (especialmente a los jóvenes) para vivir una existencia consciente y libre (como se supone que pide la iglesia). Pero hará falta ver si eso es cierto, y si es cierto en todas las ocasiones.

Por otra parte, Girotti no resuelve el problema más importante, el más sangrante, vinculado al mercado "ilegal" de drogas de diverso tipo que es, a mi juicio, el mayor de los pecados, con clanes mafiosos y con gran cantidad de muertos y miles de encarcelados en todo el mundo. En ese campo del “tráfico de drogas” se podría hablar de pecado capital. Al mover mucho dinero “ilegal”, el mercado de la droga se ha convertido en uno de los motivos más fuerte de violencia.

Volviendo al tema anterior. Por lo que toca al consumo de drogas, la postura de la Iglesia oficial ha sido siempre bastante "amplia" (ha sido más que tolerante). Por analogía, podemos recordar en este campo el tema del vino. En contra, por ejemplo, del Islam, la Iglesia no sólo ha permitido el consumo del vino, sino que lo ha estimulado y sacralizado como medio "sacramental" de comunión (de unión de personas que beben recordando a Jesús) y como signo de disponibilidad a la entrega de la vida a favor de los demás (sacrificio). El uso de un tipo estimulantes no sólo ha sido tolerado, sino que se podría decir que ha sido promovido en la Iglesia.

Pero hay unos principios “reguladores” en el uso de ese vino (y de todo vino):
(1) Los que consumen vino (o droga) deben conservar la libertad y la conciencia básica, para poder ser ellos mismo y amar a los demás.
(2) El uso del vino (y de la droga) debe ser comunitario, en el sentido extenso de la palabra: debe fomentar la comunicación y la solidaridad mutua.

Quiero insistir en esto. Con la tradición judía, Jesús y la Iglesia primitiva han conocido los riesgos del vino. A pesar de eso, han tomado la bebida como un signo “sacramental” de salvación, es decir, de transformación interior, de vinculación social (se trata de una copa compartida) y de esperanza utópica (por no decir “escatológica”, en lenguaje cristiano).

Los que beben juntos recordando a Jesús saben que habrá un “final bueno”. En su Última Cena, Jesús ha despedido a sus amigos con una copa de vino, prometiéndoles que la próxima la tomaría con ellos en el Reino de los cielos (Mc 14, 25). Eso significa que el vino compartido (vino-vino, no un sucedáneo, ni una gotita) es signo de algo más grande, de una esperanza superior de humanidad. Ese vino no se cierra en sí, no es vino de borrachera egoísta, sino que es una empresa y promesa común de salvación.

En esa línea, habría que distinguir en el uso y finalidad de los "estimulantes", precisando lo que pueden tener de ayuda humana (personal y social) y lo que puedan tener de riesgo de destrucción psíquico-intelectual (y social). Lo mismo en el caso del vino como en el de otras drogas. Éste es un tema que se debe seguir estudiando en el plano médico y económico, social y religioso. Pero, en sentido general, puedo decir que hay un tipo de estimulantes que pueden ayudar a vivir mejor, con más conciencia, con más compromiso (como se supone que es el vino, en la celebración cristiana de la eucaristía), y otros que pueden ser destructores de raíz, porque aíslan, porque crean una adicción que impide vivir en libertad, quizá porque son peligrosos para la salud…

Los críticos radicales dicen que la mayor parte de las drogas están en esa segunda línea, en la línea destructora: no abren la inteligencia, sino que la cierran; no crean libertad, sino que promueven adicción; no curan ni animan, sino que esclavizan, de manera que se puede hablar de una drogo-dependencia, de una esclavitud, de una destrucción causada por las drogas… Este riesgo hay que tenerlo muy en cuenta.

Por eso hay que distinguir los casos entre drogas y drogas (entre las que crean adicción y las que no), entre personas a las que “abren la conciencia y la capacidad de amor” y personas a las que destruyen. En esa línea, más que tema de pecado (y de policía) el consumo de drogas es un tema de educación, de discernimiento, de madurez y, sobre todo, de desarrollo personal y de vinculación social. Lo que importa es que los seres humanos puedan vivir en libertad, siendo felices, para amarse con más intensidad. Desde ese fondo debe valorarse el tema de las drogas.


- Drogoteca: Si la Iglesia no tiene por qué saber lo último sobre ecología, medicina o química... ¿con qué legitimidad se pronuncia sobre estos aspectos? Nunca he visto en un documento doctrinal de la Iglesia hacer una distinción entre sustancias, a pesar de que los usos, objetivos y riesgos de cada una varían como del día a la noche. ¿Quién definiría en este caso qué son y que no son "drogas" pecaminosas? Si ese papel queda relegado a los estados... ¿no se estaría produciendo un apoyo incondicional y nada crítico a los gobiernos que aplican la prohibición, a pesar de los males que se sabe que genera esta medida?

- Xabier Pikaza: La tarea de distinguir sustancias y sustancias no pertenece ni a la Iglesia ni al Estado, sino a los científicos y antropólogos, a los sociólogos y psicólogos. Éste es un tema de cultura general, es decir, universal. Pienso que la Iglesia no puede ni debe entrar en ese campo, atribuyéndose un derecho superior y haciendo por sí misma distinciones entre drogas y drogas, ni tampoco el Estado.

El Estado puede regular, en un sentido, el uso de drogas, según un consenso social, para defensa de las libertades básicas de los ciudadanos. Pero creo que no tiene autoridad para decir si son buenas o malas, ni debe prohibirlas, siempre que no destruyan el tejido social. La política actual, de tipo prohibitivo y policial (vinculada a los grandes negocios mafiosos del narcotráfico, con miles de encarcelados como consecuencia) no me parece la mejor. De todas formas, el problema es complejo y no es fácil ofrecer soluciones generales.

Por otra parte, tampoco la Iglesia tampoco puede ni debe entrar en distinciones sobre drogas, ni en prohibiciones, sino potenciar lo que está al servicio de la libertad humana, de la felicidad personal y de la solidaridad social. El interés de la Iglesia ha de estar en que las personas puedan ser capaces de vivir en libertad y de amar. El tema de “las drogas” se inscribe en un campo más extenso: en el campo de las cosas que pueden ayudar al ser humano o destruirle.

En un sentido la droga puede ser buena. Pero en otro sentido puede convertirse en adicción destructora, el riesgo mortal. En esa línea, la Iglesia podrá decir que lo que destruye al ser humano es malo, lo que le ayuda a vivir y ser feliz, compartiendo la vida con otros, en amor generoso, es bueno.

Para que esto sea posible (para que el consumo de estimulantes sea positivo) resulta necesaria una madurez humana, una buena educación personal (y social) y religiosa. Pienso que por el camino de las prohibiciones no se arregla casi nada (o nada), a no ser en casos extremos. Hay que promover una buena educación cultural y social, poniendo de relieve los problemas y valores de fondo del uso y abuso de las drogas, en el campo médico, psicológico y social.

Volviendo a mi campo, la Iglesia tiene que educar para la libertad radical y el amor, no por prohibiciones, sino por estímulos positivos. Ella tiene que mostrar que el valor más grande vida es precisamente el gozo de vivir y de compartir, frente al cansancio y desánimo que parece extenderse por muchas partes. Ella debe poner de relieve el valor positivo de la meditación, de la purificación mental, del gozo interior, etc.
En ese sentido, la Iglesia no puede empezar siendo enemiga de las drogas, pues lo que ella quiere ofrecer está en la línea de lo que pueden ofrecer algunas drogas (en línea de gozo, de plenitud interior, de mayor solidaridad).


- Drogoteca: Hace poco, un periodista a raíz de un libro publicado sobre la ebriedad, decía que el derecho a la ebriedad es un derecho humano fundamental, y que eran el estado y la Iglesia los que nos privaban de él. ¿Qué opina de ese derecho y de su represión institucional?En la línea de lo que ha comentado antes sobre el infierno, si éste es una consecuencia de la libertad del ser humano... ¿en que medida debería permitírsenos optar libremente?
¿Que valor puede tener una sociedad perpetuamente sobria por obligación legal y religiosa?

– Xabier Pikaza: No sé si la ebriedad es un derecho, ni me interesa saberlo. Lo que es un derecho es la libertad básica, libertad que se puede emplear para el bien y para el mal (en fórmula bíblica), libertad para escoger un camino de vida y para relacionarse con los demás. Dando un paso más, que yo sepa, pienso que la Iglesia no ha prohibido nunca emborracharse y, por lo menos, no ha dicho que la borrachera sea un pecado muy grave (incluido en la gula). Lo que es "pecado", según la convicción de la iglesia, es que un ser humano (hombre o mujer) renuncie voluntariamente a su libertad y su capacidad de pensamiento y de amor.

Para decirlo de un modo personal: Tú tienes el derecho (la libertad) de emborracharte o perder la conciencia normal. Pero, si te haces adicto al alcohol, si optas por una borrachera constante, que te impide ser persona libre, si niegas tu libertad y de alguna manera vas en contra de lo que has querido elegir tú mismo…cometes objetivamente (subjetivamente es otra cosa) un “pecado”. Mirado así, el pecado no está en la droga, sino en la pérdida voluntaria de humanidad (de libertad). No es un pecado para que después te castiguen (para que Dios te mande al infierno), sino un pecado que lleva en sí mismo el castigo, que es la destrucción personal. Uno es libre para elegir y, en concreto para elegir la droga, pero si elige un tipo de drogas y/o de usos puede destruirse.

Creo que el hombre ha de ser libre, incluso para decidir no ser libre (estar siempre emborrachado) o para matarse. En esa línea, el suicidio es un derecho del que no se le puede privar a nadie. Otra cosa es que sea positivo el suicidarse. En ese campo, la Iglesia supone que si un hombre "decide suicidarse" está destruyendo su vida, que es un don que ha recibido de otros, una vida que, en último término, no es solamente suya (sino don de Dios). Así se puede decir que un suicidio totalmente consciente iría en contra del "regalo de la vida" (sería un pecado). Pues bien, a pesar de ello, creo que a nadie, ni a un preso, se le puede quitar el derecho a suicidarse. Lo que hay que hacer es educar para el amor y la conciencia de la libertad, educar para vivir y no suicidarse, educar para la madurez y el gozo.

Pasando al último tema, una sociedad perpetuamente sobria por obligación legal y religiosa me parece una sociedad castrada. Creo, además, que la prohibición sería contraproducente, como en el caso de la Ley Seca, de ciertos estados de USA hace casi un siglo. De todas maneras, el tema es complejo y habría que estudiarlo desde lo que ha sucedido y está sucediendo en diversas culturas, como la musulmana, donde el uso de alcohol está prohibido, mientras la sociedad es mucho más tolerante en el campo de las drogas "blandas".


- Drogoteca: Sabrá que los vinos de la antigüedad, que algunas crónicas dicen que debían ser disueltos en hasta 20 partes de agua para evitar su peligro, contenían drogas de plantas mucho más potentes como vehículo de embriaguez que el alcohol. Pero aunque esto no hubiera sido así, ¿no le parece significativo que el primer milagro recogido en la Biblia que realiza Jesús de Nazareth, lo hace a petición de su madre y es para convertir agua en vino, y permitir así que una fiesta de bodas continúe tomando un psicoactivo?

- Xabier Pikaza: Ya he respondido antes. Vino y drogas han tenido una conexión profunda con la religión que permitido, regulado y "sacralizado" su uso. Los antiguos han sabido que vino y drogas ofrecían unos valores positivos, pero sabían también que pueden convertirse en fuerzas de destrucción. Como se ha dicho desde antiguo, “corruptio optimi pessima" (la corrupción de aquello que es lo mejor, se convierte en lo peor). La droga tiene unos aspectos buenos, pero puede convertirse en lo más destructivo.

En ese sentido, gran parte de los pueblos antiguos han regulado algún tipo de droga o vino, y lo han hecho básicamente en un plano de educación o "institucionalización" religiosa (o cultural). En esa línea ha habido iniciaciones, aprendizajes, acompañamientos, etc. Además, las drogas eran más “naturales”, no tenían el refinamiento y fuerza de algunas de las de la actualidad. Pues bien, ese control o, mejor dicho, ese acompañamiento cultural/religioso de la droga ha desaparecido en gran parte en nuestro mundo moderno.

El peligro de nuestra cultura es que corre el riesgo de dejar a los hombres y mujeres (especialmente a los adolescentes) en manos del riesgo del vino y la droga, sin ninguna iniciación, ni acompañamiento. La droga queda así en manos de la jungla de los deseos y apetencias de los particulares, de manera que los jóvenes pueden beber y drogarse sin iniciaciones, sin controles culturales, rompiendo las medidas. De esa manera, muchos corren el riesgo de volverse adictos o, mejor dicho, dependientes de la droga y del vino hasta extremos de esclavitud y de muerte.

Lo que es malo no es la droga, sino la esclavitud que imponen cierto tipo de drogas, en un mundo condenado a la pura lucha por la supervivencia. De esa forma, vino y droga pierden su función básica, su valor humanizador, y corren el riesgo de volverse destructoras. Por eso, hace falta una nueva iniciación, una nueva formación cultural e incluso religiosa, en este campo.



Xabier Pikaza con "El Chino", 
conocido delincuente charro. ;)



- Drogoteca: Tengo la impresión de que hay una gran distancia entre la praxis y magisterio de la iglesia y la realidad. Usted parece centrarse en la experiencia del amor en todas sus facetas (mucho más cercano al mensaje de Jesús), y también entender que hasta donde le correspondería, la Iglesia debería formar y guiar a aquellos católicos que buscasen la experiencia mística. ¿Dónde se encuentra en la Iglesia esa educación para la experiencia mística? Y hablando de educación, ¿cree que la educación obligatoria en la escuela debe ser laica o debe llevar aparejados valores propios de una religión en concreto?

- Xabier Pikaza: Son demasiadas preguntas para responder brevemente. De un modo telegráfico, te diré que la iglesia debe educar en su mismo espacio vital, es decir, en el ámbito de las comunidades cristianas, sin imponer sobre el Estado (sobre todos) un tipo de enseñanza. Pero la Iglesia no es una institución privada, sino pública. Por eso, ella puede promover espacios públicos de iniciación, sin imponerlos por ley, ni por obligación de Estado.

La escuela es un reflejo de la sociedad y así debe expresar lo que la sociedad quiera, por consenso. Por eso, creo que el Estado puede regular, pero no imponer un tipo de orientación en las escuelas. Por otra parte, el hecho de que las escuelas públicas estatales sean (y deban ser) “laicas” no quiere decir que sean antirreligiosas, ni mucho menos. Las escuelas públicas deben ser lugares abiertos para la educación en diálogo, de manera que en ellas puedan encontrarse y fecundarse las diversas formas de entender la realidad.

No se trata de “ocultar” en la escuela el tema religioso, sino todo lo contrario. Se trata de que la religión entre precisamente en la escuela, donde han de entrar los temas principales de la vida humana, pero no de forma impositiva, sino a través del diálogo y del estudio conjunto. Si dejas la religión fuera de la escuela (de la ilustración, del diálogo) corres el riesgo de crear fanáticos. Entre los aspectos de una buena educación para la humanidad y para el diálogo debería estar en aprendizaje vinculado a la maduración humana. En este plano debería entrar el estudio de las religiones, pero no de un modo confesional, sino de conocimiento y de diálogo en libertad.


- Drogoteca: Le veo vincular el uso de drogas a un contexto, no sólo cultural y por lo tanto variable y redefinido en cada momento, sino también a un contexto sacralizado.
Comenzando con la destrucción del templo de Eleusis y erradicando ese culto, no tengo la sensación de que a la Iglesia le interese o aliente el uso de ciertas drogas, que además de no presentar los peligros de adicción y destrucción psico-física de otras sustancias, su valor radica en la revelación de la experiencia "mística" (independientemente de la orientación religiosa), como son los enteógenos. Drogas como la LSD, los hongos psilocibios, o los cactus con mescalina, producen en un contexto adecuado una serie de revelaciones personales, y no necesitadas de interpretes, de la experiencia divina. ¿Cree que hay cabida en ese contexto para una Iglesia que se erige en poseedora e interprete de la única verdad religiosa?

- Xabier Pikaza: No quiero entrar en este tema de las drogas como medios de experiencia mística, pues ello exigiría un tratamiento mucho más amplio y detallado. Sí, como tú dices, parece que la Iglesia ha destruido algunos lugares y espacio de experiencia “mística” por así decirlo. Pero eso era otro tiempo. En este momento, volviendo a su primera inspiración en Jesús, creo que la Iglesia no puede ni quiere (ni debe) destruir nada, sino ofrecer una experiencia de encuentro con Dios, en clave de fidelidad a los otros y de felicidad. En ese sentido, la Iglesia tiene que ser un espacio de experiencia de felicidad.

La misma Iglesia en cuanto asamblea de creyentes que es, puede valerse de ciertos estimulantes como el vino, pero siempre en la línea de una ampliación de la experiencia (es decir, de la conciencia), en línea simbólica, y de una mayor de fidelidad a los demás. En este campo nos queda mucho por pensar y por hacer. Por eso tendremos que seguir profundizando y dialogando. En principio, no deben condenarse las drogas como tales, pero los mayores místicos han dicho que las experiencias más hondas del misterio se despliegan sin necesidad de estimulantes externos; y han añadido también que esas experiencias están vinculadas no con la destrucción de la persona, sino con su maduración y su capacitación para amar a los demás. Por ahí debería ir la Iglesia, ofreciendo experiencias de liberación para el amor.


- Drogoteca: Para algunos pensadores de distintas áreas, la experiencia religiosa e incluso la aparición de la conciencia humana está directamente provocada por los efectos de ciertos vegetales y hongos. Incluso se postula en algunos casos que el "Árbol de la vida" o el "Árbol del bien y el mal" que se nombra en el Génesis esconde una representación de ciertas fuentes vegetales que producían esa experiencia, y otorgaban un conocimiento superior de la realidad. ¿Lo cree posible?

- Xabier Pikaza: Seré breve. Esa pregunta sería para otra entrevista, pues exigiría muchos distingos. En principio, no sé responder, aunque pienso que el árbol del bien y del mal, no es la droga como tal, sino quizá, la libertad o el deseo de disponer del juicio supremo sobre la realidad.

Por otra parte, como dices, ciertas drogas han podido influir en los principios de la humanidad. Pero creo que el surgimiento de la conciencia es algo más radical, un tipo de mutación total en el proceso de la vida. Creo que en esa mutación hay como un corte: el ser humano se descubre de pronto ante si y ante el mundo… y quizá ante lo divino. Ésa es una experiencia de admiración de la que no hemos despertado todavía. La droga suprema es la vida humana, quizá sin necesidad de drogas exteriores.


- Drogoteca: Para ir terminando, me quedo con una sensación un tanto ambigua. Tal y como usted ha dicho que la Iglesia es o debería ser, sería en esencia un lugar de amor compartido, de ampliación de la propia conciencia, de tolerancia y de entrega a los demás... Vamos, que dan ganas de ir corriendo a pedir el bautismo!!
¿Está usted expresando un deseo o confirmando una realidad? Si el sacramento de la confirmación es la expresión de total unidad con el cuerpo de la Iglesia, y por ende la aceptación y obediencia a sus normas... ¿hasta que punto se puede considerar católico alguien que ni cree en todos los dogmas, ni acepta todas las reglas, ni práctica todo lo estipulado (como ocurre con la inmensa mayoría de los católicos)?

- Xabier Pikaza: He presentado, en parte, eso que llaman un “wishful thinking”, un pensamiento movido por el deseo de lo creo que debe ser la Iglesia. Pero, evidentemente, las cosas son después mucho más complejas y un tipo de iglesia ha corrido el riesgo de actuar como una institución de poder religioso, más que como una comunidad expansiva de amor.

Mira, el centro de la Iglesia son en sentido amplio los mandamientos y en sentido más concreto las bienaventuranzas y el amor al prójimo, vivido en referencia a Jesús.
Por otra parte, la Iglesia oficial dice muchas cosas, regula muchos aspectos de la vida, pero después no impone lo que ella dice. Además, bien mirados, los “mandatos estrictos” de la Iglesia son pocos. Lo que importa de verdad es crear comunión con los demás y amar, es decir, ayudar a los más necesitados. Si esto está firme, las otras cosas son secundarias y la Iglesia lo sabe bien.


- Drogoteca: Le pongo un par de supuestos y me dice usted si serían condenables según las leyes de la Iglesia, y si en su opinión esas condenas serían coherentes con el mensaje de Jesús.
Por ejemplo, una pareja de varones que se amasen, convivieran juntos y ocasionalmente (sin nada que ver con la necesidad o la adicción) tomasen juntos una droga que ampliase su percepción y conciencia, y terminasen la velada haciendo el amor.
Y en cierta distancia con ese ejemplo, otro: un adulto, que cumpliera en su vida laboral, en sus relaciones sociales, en sus deberes, y que de forma totalmente libre, para acudir a una fiesta decidiera tomar cualesquiera psicoactivos le parecieran mejores para disfrutar más de su momento de esparcimiento y embriaguez, nada sacralizada pero compartida con sus amigos. ¿En base a lo dicho, habría algo que condenar en esos actos según la Iglesia? ¿Y cree usted que Jesús tendría algo que condenar en esos comportamientos?

- Xabier Pikaza: Estos son temas para una discusión más amplia. La iglesia oficial acepta el amor homosexual como un hecho, aunque tiende a condenar el “uso” físico de ese amor. Influyen para ello una serie de condicionamientos y tradiciones difíciles de cambiar. Pero muchas personas de la Iglesia, incluso entre la jerarquía, están pensando que lo que importa no es tanto el hecho sino la “calidad” del amor homosexual. Ella tendrá que hacer un largo camino en ese sentido.
Respecto al segundo caso, lo que la Iglesia tiende a condenar es una “adicción destructora”, es la drogo-dependencia de la que he hablado antes. De todas formas, en general, la iglesia es muy prudente en este campo y tiene miedo a que por el camino de la droga se pueda destruir el tejido de la vida personal y de los compromisos sociales.


- Drogoteca: Un viejo amigo común me ha contado que usted ha apoyado activamente a algunos insumisos en el pasado, cuando el servicio militar era obligatorio. ¿Cree que por encima de la ley normativa se sitúa la legitimidad moral de una conducta?

- Xabier Pikaza: La iglesia ha defendido siempre la conciencia por encima de la ley. La ley sólo es obligatoria en la medida en que se expresa a través de la conciencia.

Por otra parte, en el caso del que me hablas, yo considero legítima la objeción de conciencia ante el servicio militar. Sí, actúe como testigo de defensa “religiosa y civil” en algún caso al final de franquismo y me siento contento por haberlo hecho.

Más aún, en esa línea, sería partidario de una objeción de conciencia global… que tendría que hacerse internacional, influir fuera del propio estado, creando redes internacionales de rechazo de las instituciones militares en cuanto tales (no en cuanto al servicio de seguridad). Pero éste es un tema que debería precisarse mucho más.


- Drogoteca: ¿Legalización de todas las sustancia, sí o no? Se sobreentiende que únicamente a disposición de todos aquellos adultos que las solicitaran, en condiciones de calidad farmacéutica y con toda la información accesible para una decisión libre y veraz.

- Xabier Pikaza: No entiendo la pregunta. Creo que no hay que legalizar ni ilegalizar ninguna droga. La ley no debería meterse en este campo, como no se metió durante siglos. La misma ley general, en cuando salvaguarda de la libertad y de los bienes comunes, bastaría para condenar los abusos o casos destructivos de las drogas.
Evidentemente, en este campo es necesaria una educación, como he dicho antes y una conciencia mayor del valor y también del riesgo de las drogas. Habrá drogas que requieran certificado farmacéutico y otras no. Eso deberán determinarlo los antropólogos y los médicos, no el Estado en cuanto tal.


- Drogoteca: ¿Algo más que quiera añadir? ¿Se anima usted a pasar por aquí en unos días y contestar a las preguntas que algunos le pudieran plantear si quieren?

- Xabier Pikaza: Ya he hablado demasiado. Entraré en drogoteca dentro de unos días, a ver cómo piensan los compañeros y amigos del blog. Muchas gracias por haberme invitado a ofrecer mi opinión, que no es “dogma de fe”. No estoy totalmente seguro de lo que digo.

Y como nota final me gustaría añadir que en la vida social son necesarias dos cosas: la fiesta y la profecía, el gozo y la justicia. Una droga/fiesta sin profecía o justicia acaba siendo pura pasividad, escapismo, ceguera o borrachera. Pero la profecía/justicia sin fiesta degenera en pura rabia, en cinismo y en elitismo destructor.


Pues muchas gracias a ti, Xabier, por haberte prestado a este interrogatorio y por haber expresado tu opinión, que sin ser dogma de fe, ofrece muchas líneas de discusión y muchos argumentos a plantearse y debatir. Sabiendo lo limitado de tu tiempo, gracias por regalárnoslo.

Y ojalá tus deseos, tu "wishfull thinking", y esa Iglesia que sería la portadora de un mensaje de amor y con una posición incuestionable al lado del necesitado y defensora de la total libertad del ser humano, sean algún día una realidad palpable y visible.

sábado, 23 de febrero de 2008

El Khat: deliciosa tarde con "esa peligrosa droga africana"

Gracias a una amiga, pude probar el khat o kat, la planta de Khata edulis, que viajo de Etiopía a Yemen, y desde allí voló a UK, para volar de nuevo hasta España por Madrid y de ahí a Salamanca.

Y aquí va la historia y las pruebas del delito.





Un manojo o bunch de Khat, envuelto en su hoja de banano, recién llegado.






Tras abrir la cuerda de material vegetal que sujeta el bunch, esto es lo que aparece.








Al quitar la servilleta, aparecen las ramas de khat, empaquetadas en 3 paquetitos más pequeños.







Y a su vez, cada uno, en 3 ó 4 de menor tamaño.







Las ramas sueltas, con las hojas algo mustias tras llevar 30 horas de viajes.








Y así comenzó todo.
Las fotos son bastante explicativas de como viene el khat en su presentación más habitual fuera de África.A Londres y a otras partes occidentales, llega el khat menos cotizado, porque se paga mejor en otros países más cercanos y productores de petroleo y se llevan el de gran calidad.
Pero el que se puede degustar en algunos países africanos, es una delicada recolección de las mejores hojas frescas. De hecho, en el mercado mañanero de estos lugares, hay que "pegarse" para llevarse el mejor.
El Khat en los países de uso arraigado, es algo tan indispensable como sería el café en España. Todo un mecanismo de lubricación social y también de forma de distinguir la clase a la que se pertenece, por la calidad del Khat que se posee.

Pero esto era lo que había y con ello nos pusimos a las 19'30 de la tarde.
Sin ningún problema, la persona que lo trajo (y que llevaba mascando desde la noche anterior a ratos y sin dormir apenas) lo repartió y ahí empezamos.
A esa hora eramos los únicos en el bar, y Yoli, el camarero y yo, nos pusimos mano a mano con uno de los bunches de khat, dejando los otros sobre la barra.

Aunque la forma correcta de comerlo es al estilo de la hoja de coca, mascando y expulsando cuando ya no queda sabor ni alcaloide , las hojas de este khat, que habían salido hacías mas de 30 horas de Etiopía, para ir a Somalia, y de allí en avión a Londres y luego de nuevo en avión hasta aquí, no estaban de lo más vistoso.

Al principio, yo que no tengo actualmente ninguna tolerancia a los estimulantes, comencé con cuidado, cogiendo un par de hojas y brotes verdes del tallo. En cuanto lo metí en la boca, la sensación propia de los taninos me dejó la misma como si hubieran pasado un secante con algo de papel de lijar.
La idea era hacer una bola y mascar jugando con ella, pero con tan poca cantidad no era posible, y menos con las hojas así. De esa forma, acabábamos comiéndonos literalmente la planta. Poco a poco pero comiéndola.

En cuanto comenzó a venir gente, la reacción fue curiosa.
Todo el mundo parecía tener en la retina las imágenes de la escandalosa y estúpida noticia de que una peligrosa droga alucinógena, adictiva y que causaba los mil males, había sido capturada en el país, y todo el mundo parecía reconocerla rápidamente..."Oye!! Eso es la droga esa que han pillado por ahí hace unos días, no?"
Y la gente quiso verla, tocarla, y hacerse fotos con ella. También algunos incluso llamaron a amigos para que bajasen a verla. Era la atracción de la tarde, el khat de London y su portadora.

Como estaba en cachis de agua, y lista para el consumo, pues ofrecimos a la mayoría que querían probarlo, para que al menos tuvieran la experiencia de su sabor. La mayor parte de las hojas las estábamos comiendo nosotros, y de momento, apartando los tallos. Pero la gente empezó a coger los tallos y a comerlos también, y rápido vimos que también eran activos.
Un par de personas con gripe y congestión se aliviaron rápidamente, otros dijeron haberse despejado, y alguno que apenas tomó, se quejó de cierta ansiedad.

Según se iban consumiendo, íbamos sacando más bunches (manojos) y poniéndolos en agua.
Y cuando llevábamos unos 45 minutos mascando a poquito, todos teníamos claro que hacía efecto, y que desagradable no era. Yo me sentí incomodo en un par de momentos, por el calor y cierta ansiedad, pero después (y sin mezclar alcohol ni cannabis) la sensación se suavizaba y mejoraba mucho.

No teníamos una medida clara de cuanto comer. Las referencias que tenía a través de Sergio, que no es un fan de los estimulantes, es que él solía tomar un manojo con unos porros con un amigo en casa, para una noche. También se suponía que a los somalíes un manojo les duraba un día (a mi me parece poco, pero es por la mentalidad occidental de pretender que algo como el café, sea como esnifar anfetamina, aunque la molécula de la catinona en sí sea la bk-anfetamina o betaketona-anfetamina).Sergio había hecho pruebas, en las que con un manojo comido a lo largo de 3 horas, daba una estimulación agradable y sostenida, con poca carga cardiovascular, mucha capacidad de atención y de acción para tareas repetitivas, y con propiedades empatógenas en el trato social con otros.La siguiente prueba que había hecho, y la más fuerte, fue la de tomar un manojo entero en 10 minutos, y cuando le subieron los efectos de la catinona (que además era un manojo muy fresco), se encontró con una experiencia demasiado intensa, a medio camino entre el speed y la MDMA, y que en algunos momentos llegó a ser psicodélica, con alguna molestia y síntomas de sobreestimulación del SNC.

Yolanda, a pesar del viaje, se encontraba estupendamente con los efectos, despierta, y como cuando se consume anfetamina, la cerveza que en otra situación le hubiera servido para emborracharse, en esta ocasión la toleraba sin ningún tipo de ebriedad alcohólica aparente. Tampoco el continuo trasiego de porros de hachís conseguían "doblar" a la persona, con una resistencia incrementada por el Khat.

Y sin darnos mucha cuenta, llevábamos algo menos de 5 horas de buen rollo, sonrisas y fácil comunicación, y de los 3 manojos que habíamos gastado, los que más consumimos habríamos comido algo más de 2/3 partes de un manojo cada uno.

En ese momento, el efecto era plenamente perceptible, incluso para la gente que había estado comiéndose los tallos. Nada exagerado, pero agradable.
Y aunque no hay una razón aparente para ese efecto levemente empatógeno, con la catinona o con la catina (la molécula en que se convierte la catinona al pasar el tiempo, y que es la beta-hidroxi-anfetamina), hay que tener en cuenta que la química de esta planta aún no está totalmente dilucidada, y que contiene más de 40 alcaloides en diferentes proporciones, y entre los compuestos activos, también se hallan alfa y beta tujonas, responsables del efecto psicoactivo de la absenta (aparte del alcohol) que se extrae del ajenjo.

A esa hora, sobre las 12'15 de la noche, abandoné el lugar y caminé a mi casa. Agradecí el paseo, la percepción iba ligeramente alterada, pero sin el menor rastro de ansiedad. No tenía apetito aunque habían pasado más de 8 horas desde la última comida, pero si un claro antojo por dulces y azúcar.

Al llegar a casa, llegaba eufórico pero no maníaco. Con mucha energía y con ganas de hacer cosas, impregnado de un sentimiento de suave felicidad. Y aunque traía un manojo entero de Khat para probarlo yo con más calma, no me llamaba lo más mínimo seguir comiendo.
Aproveché para sacar unas fotos algo mejores al Khat, aunque por falta de cámara lo hice con la del teléfono móvil y sin una luz buena, y ya lo dejé preparado para tomarlo hoy al levantarme, en sustitución del café.

Sin embargo al cabo de media hora, esa energía se había disipado y sólo quedaba un estado de vigilia un tanto apático. No pensé que tuviera problemas para dormir, pero así fue.La catinona tiene una vida media de unas 4 horas, alcanzando su pico más alto en el plasma sanguíneo al mascar Khat a las 2 horas. Es más liposoluble que la catinina y eso la hace penetrar con más facilidad la barrera hematoencefálica, y provocar sus efectos mediante la liberación de dopamina y otras catecolaminas.
Pero sus principales metabolitos, pseudoefedrina y norefedrina, alcanzan el pico plasmático cerca de las 4 horas, y su vida media de eliminación "in vivo" es bastante superior a las 10 horas.
Posiblemente de ahí la estimulación restante que me mantuvo despierto a pesar de tomar benzodiacepinas para ayudarme a dormir.

Esta mañana cuando me levanté, había dormido menos de 3 horas.
Y tenía listo mi "bunch" de khat, que había dejado reposar en agua fresca toda la noche.
Seguía conservando buena parte de su potencia, si bien el toque eufórico era menor.
Bastó tomar 5 ramitas con sus brotes y hojas, para perder todo rastro del sueño y del cansancio acumulado. El agua fresca había rehidratado las hojas, y en esta ocasión si fue sencillo hacer una bola con algunas hojas y mascarla durante largo tiempo.Pasaron por mi casa algunos amigos. Un médico que probó algunas de las ramas, mientras charlábamos y comprobó el efecto estimulante de la misma. Y ya en la tarde, había guardado 1/3 parte del bunch para otro amigo, que a pesar de quejarse del sabor, y afirmar que prefería meterse unas rayas, también expresó sin dudas la actividad de la planta.

En resumen, una planta agradable y apropiada para contextos sociales, sin ningún tipo de bajón desagradable y bastante manejable. Parece comprensible que en UK siendo legal, no haya el menor interés por ella por parte de los jóvenes de otras culturas, y más cuando el precio, aunque es bajo -sólo 2'5 libras por manojo al comprarlos al por menor- no podría competir con un mercado en el que una pastilla de MDMA se puede comprar por 1'5 o 2 libras.

Si alcanza esos precios tan exagerados en los USA y Canadá, en los que se pagan 50 dolares o más por un manojo, menos fresco aún que el que se puede obtener en UK, es por la relevancia que tiene la planta para la comunidad de ciertos países africanos, los cuales no conciben ciertos actos sociales y festivos sin que en ellos haya Khat.Pero como estimulante en sí no parece que vaya a sustituir a ninguna de las drogas habituales del mercado negro, ya que para conseguir efectos equiparables, hay que mascar una buena cantidad, y además, esperar cierto tiempo.
Su lugar y su uso parece bien definido dentro de la comunidad africana, y en esos usos, relajados y sociales, es donde parece que el khat cobra su mejor sentido.

Un último detalle para comprender la importancia de este vegetal en la cultura de muchos africanos: es tan importante su comercio, que el cultivo de banano se ha convertido en uno de los más rentables de algunas zonas africanas, ya que ahora su hoja, usada para el transporte del Khat, es más valiosa que el fruto en sí mismo.

Curioso esto de las consecuencias en la economía de las drogas.

viernes, 1 de febrero de 2008

Un nuevo research chemical: la MDPV o MDPK


Desde hace unos días vengo leyendo sobre una curiosa sustancia, que ha entrado en el mercado legal de los research chemicals, la MDPV que también es llamada en algún sitio MDPK.

Y parece algo que puede ser realmente interesante, y en la misma medida, puede ser peligroso.

Su nombre completo es Metilenodioxipirovalerona, y al menos hace 40 años que ya fue sintetizado y estudiadas sus propiedades como estimulante. No parece que lo fuera de forma extensiva, aunque dentro de su familia química resultó ser la más potente y la menos tóxica o con menos efectos secundarios.

No la había visto antes en el mercado legal, al menos con ese nombre, y parece que empieza a tener una demanda creciente. Eso tiene varias razones posibles.

La primera y más evidente es parte de su estructura química, que contiene el grupo metilenodioxi pegado a un anillo de benzeno, y eso da pie a todo tipo de especulaciones pseudo-químicas sobre sus efectos, al compararlo inevitablemente con la prohibida MDMA.

La siguiente, es que la poca información que hay sobre esta nueva sustancia, parece indicar que tiene interesantes efectos estimulantes, similares para algunos a la cocaína, y no es extraño ya que actúa bloqueando la recaptación de la dopamina y la noradrenalina -es decir, de forma muy parecida a la que actúa la cocaína- al menos hasta donde se conoce su mecanismo de acción, siempre recordando que es una sustancia experimental. Además, estructuralmente, no le falta parecido con esta vieja sustancia. Otros la comparan con el metilfenidato o Ritalín.

Y la última, es que parece ser una sustancia bastante adictiva y que genera rápida tolerancia. Los informes que hay sobre su consumo apuntan a reacciones muy diferentes según sus consumidores, con efectos que parecen variar entre las 3 y las 5 horas, o con otros que se van redosificando cada cierto tiempo en dosis que son muy distantes entre sí: algunos tomando de 3 en 3 miligramos, y otros redosificándose cada poco con dosis de 15 mgs y 10 mgs, hasta haber consumido en 5 o 6 horas, 80 miligramos de esta sustancia, y además por una vía más potente que la oral como es la de esnifarlo.

Para rematar la publicidad que puede estar recibiendo este compuesto y que puede que se haga conocido en menos tiempo que otros, es que hay quienes aseguran que produce sensaciones de excitación sexual y afectiva (tipo empatógeno) como la MDMA, y a la vez la estimulación de una metanfetamina.
Eso lo convertiría en una especie de afrodisíaco de nueva creación y un rápido best-seller.

Si las drogas siempre venden, el sexo aún más.
Y si a una viagra le añadimos semejante compuesto, si eso que aparece como información en la wikipedia fuera cierto, tendríamos el deseo, los momentos de ternura y comunicación afectiva, el estímulo general asegurado y una erección de piedra. Una bomba sexual.

Posiblemente esta última parte del tema sexual y afrodisíaco puede que sea sólo en parte algo cierta para algunas personas, como para otras lo es la 5-MeO-DiPT, o la 2C-B, pero desde luego no parecer ser algo que se pueda generalizar. Y contando tan sólo con 4 reportes en Erowid, no se puede saber hasta que punto alguno o más de uno pueda ser un interesado vendedor haciendo publicidad.

El precio de la MDPV es ahora mismo realmente bajo. Se puede conseguir por 35 euros 1 gramo de la misma, comprando 10. Y como hemos dicho sus dosis están muy por debajo de lo que es habitual para los compuestos de la familia de las MD.

Todo eso hace que, a mi entender, sea una sustancia que puede tener bastante interés, desde por razones de su estructura química, por sus efectos. Pero también que puede irrumpir en el mercado, aprovechando que es legal, simulando ser cocaína, metanfetamina, MDMA, o lo que el vendedor sin escrúpulos quiera hacer creer a su comprador que es.

Y como siempre, al tomar un RC, se está siendo un conejillo de indias, y como mínimo se ha de tomar en condiciones de seguridad y conocimiento de la sustancia y cantidad de la misma. Eso no ocurriría si fuera usada para suplantar a alguna de las ya prohibidas, y que tienen una demanda asegurada.

Aunque tal vez, dentro de 30 años, se conozca ampliamente, y se haya mostrado generosamente inocua (que lo dudo), y esto sea sólo exceso de precaución. Pero mejor quedarse corto de dosis y largo de cuidado, que viceversa.

Hay otra cosa que creo que es importante comentar.
También tiene que ver con otro RC, el Bromo-DragonFly, que es una anfetamina enteógena de muy alta potencia y larguísima duración, y algo errática en su respuesta según personas.
Si hasta ahora, y debido al cuidado que había que tener al manejarla, no se le vendía a cualquiera en todos los sitios, ahora hay proveedores que han comenzado a venderla sobre secantes o blotters, con una dosis de 500 microgramos. Y esto, para una sustancia de larga duración, aún no del todo conocida, y que sus dosis se suponen entre los 200 y los 800 microgramos, es una muy generosa cantidad.

Ponerlo tan fácil puede venir bien para quien la quiera usar sin tener que disponer de material de precisión, pero también la puede servir en bandeja para impresentables con ganas de timar a otros, con el riesgo de la salud ajena.

Ante todo, mucha calma -decía Siniestro Total- y de paso, ante todo, mucho ojo.
Más vale prevenir que curar, y más cuando no siempre hay una cura -y siempre "curas"- para un mal final.

Quede esta entrada como noticia, pero también como aviso. Cada vez, los consumidores de sustancias, tienen más y más motivos para analizar cualquier cosa antes de consumirla.

Symposion.



martes, 22 de enero de 2008

CONCURSO (con premio): Logotipo para la web

Hago esta mini-entrada para proponerle a los lectores más manitas o mas ingeniosos, una cosa.
Hace unos días una persona me pidió el logo de mi web... y yo no había pensado en algo así.
Tampoco había pensado que tuviera la repercusión y las visitas que a veces tiene.

Así que como no soy nada manitas en eso del diseño, os propongo a los lectores con más habilidad, ingenio, o tiempo libre, que hagáis el logotipo de la web.
Como es una web para adultos, solo pueden concursar adultos.
Y entre los que se vayan haciendo, si sus autores quieren, tal vez se exhiban y que la gente opine.
Aunque elegiré el que más me guste, lógicamente atendiendo a los comentarios que otros puedan hacer.

Por las molestias me gustaría enviarle un regalo a todo aquel que lo intentase, pero ya sabéis que aquí no hay publicidad de ningún tipo, ni recibo ningún dinero por ello (tampoco lo pago).
Y mis "posibles" son limitados, y no podría hacerlo con todos.

Pero sí puedo enviar al ganador un regalo, bonito y hermoso, tanto para aquellos que les gusta la psiconáutica como para aquellos que no les interesa especialmente, totalmente legal, como un buen esqueje de Trichocereus (esos cactus que dicen que absorben las radiaciones de los monitores) o si no es del agrado del ganador, podría elegir un libro sobre el tema que le haría llegar. O incluso si alguien es un profesional del tema y quiere hacerlo, y prefiere un enlace a su web, también podría ser una posibilidad.

Para que nadie pierda el tiempo con un tipo de idea que no sea apropiada, quien esté interesado, sólo tiene que escribir un mail a la dirección logotipo(esto-sería-una-arrobona)drogoteca-punto-com y le contestaré con las ideas aproximadas que puedo tener yo (nada complejo en exceso) y ciertas condiciones técnicas.

Eso sí, se entiende que el ganador y premiado, cederá a esta web todos los derechos sobre ese trabajo, excepto el derecho de reconocimiento al autor, que sería suyo y así se haría saber.
No hay prisa de momento, así que no pongo una fecha límite para que hagan el trabajo.
Pero cuanto antes lo comunique quien esté interesado, mejor.

Sería mucho pedir que esto estuviera listo para el primer aniversario de la web, que sería el día 11 de Febrero de este presente año. Pero tampoco me quejaría.

Gracias a todos los que leéis y escribís aquí, que habéis hecho de esta web un lugar interesante.
Espero que os animéis a probar y concursar.

Symposion.