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miércoles, 6 de mayo de 2015
#EscándaloFAD: 170 perfiles falsos hacen campaña contra drogas en Twitter
Hace unos días salía publicado, por la Revista Soft Secrets (páginas 94 a 97), un reportaje sobre la FAD o Fundación de Ayuda contra la Drogadicción en el que se muestra el uso que dicha "fundación" hace para manipular las Redes Sociales como Twitter o Facebook.
170 cuentas clon, que emiten el mismo mensaje a petición de su pagador, lanzando la última campaña de la FAD contra las drogas y sus usuarios, porque aunque digan que no, todos sabemos que la FAD odia más al usuario que a la droga y así lo demuestra con sus acciones.
Hace pocos días, el juez Gómez Bermúdez, el que juzgó lo del 11-M, calificaba el uso de 52 perfiles falsos en las redes como TERRORISMO INFORMATIVO por parte de un grupo de 8 personas, presuntamente yihadistas.
¿Qué calificación recibirían 170 cuentas clon, con fotos robadas a tu hermana o a tu hijo, que simulan perfiles de jóvenes y lanzan mensajes prefabricados para MANIPULAR las redes sociales con un fin determinado?
¿Lo que hacen las campañas de la FAD no es terrorismo informativo? Con 170 cuentas???
Por si eso no bastase, en la campaña se han usado perfiles de todo tipo pero uno que tiene como avatar una GRAN HOJA DE MARIHUANA.
La Fundación de Ayuda contra la Drogadicción ve sus campañas apoyadas por perfiles de falsos fumetas, como forma de llegar a manipular a jóvenes que que de otra forma ni se fijarían en sus mensajes y usar como cebo "la propia droga" que ellos denuncian.
Contra la droga todo vale: hasta la droga.
No os perdáis el #EscándaloFAD en las Redes Sociales.
Manipulación masiva sobre la juventud, con tácticas que los jueces califican de TERRORISMO, pero son la FAD y tienen a una inmigrante griega como Presidenta de Honor... será que con eso les vale.
O jugamos todos o la puta al río.
Y en este caso preferimos que la puta FAD acabe en el río.
Drogoteca.
PS: Hemos publicado aquí las imágenes de todas las cuentas y sus tuits, ya que parece ser que han sido borradas como informa VICE.
Un post muy visual el que ha quedado. :))
lunes, 3 de noviembre de 2014
Las edades de María
Este texto fue publicado en la Revista Yerba.
Esperamos que os guste.
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Esperamos que os guste.
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Las edades de María.
No sé tu edad, pero seguro que mucho
de lo que te voy a contar te resulta familiar.
Me llamo María y soy una chica nacida
en una ciudad española hace 18 años.
No recuerdo demasiado de mis primeros
meses o años de vida, pero me han dicho que tras nacer tuve mi
primer acto social: me inscribieron en un registro para certificar
que había nacido y me pusieron nombre. Me asignaron, sin preguntarme, los apellidos de quienes decían ser mi padre y mi madre.
Unos días después, según he visto en
fotos sobre papel -viejas costumbres que desaparecen- que han
guardado en mi casa, se juntó toda mi familia -que realmente eran
las dos familias de mis padres- a comer, tras hacer un ritual conmigo
y echarme agua fría por la cabeza, con ayuda de un señor con
sotana, encima de una pila. Lo llamaban bautizo, pero realmente el
nombre debía ser festejo taurino porque se lo pasaron todos bien
excepto yo, la toreada. ¡Menos mal que se reunían por mí! Con ese
rito, y con menos de 1 año de edad, pasé a formar parte del grupo
estadístico de los católicos, también sin preguntarme, aunque me
aseguran que mis padres y padrinos respondían por mí.
A los 4 años empecé a ir a la
guardería, y no me lo pasaba mal. Fueron los primeros momentos en
que me pude zafar de la constante mirada de mis padres y tuve el
placer de conocer a un grupo de chicas -como de la edad de nuestras
madres o algo más jóvenes- a las que llamábamos “seño” (de
señorita) y eran “la autoridad” que decidían cuándo podíamos
ir al servicio y cuándo teníamos que sacarle el lápiz de la oreja
a nuestro compañero de mesa.
A los 6 años la cosa se puso peor.
Empecé a ir a la escuela, que era como una guardería donde las
“seño” eran más mayores y mucho más desagradables. Encima me
separaron de los chicos y me pusieron en una clase llena de chicas, a
mí sola. Ya no tenía a mi compañero para meterle el lápiz por la
oreja. Pero nos enseñaron a escribir con caligrafía exquisita y a
sumar sin calculadora y a hacer manualidades y divisiones con
decimales y a tocar la flauta y la lista de los ríos de España y la
física elemental y la reproducción asexual... entre otras muchas
cosas que no he vuelto a usar.
Cuando tenía 8 años, en mi clase se
empezó a hablar de “la primera comunión”. Yo no tenía muy
claro de qué iba aquello, excepto que era como un bautizo -festejo
taurino familiar- pero que en esta ocasión te compraban ropa rara y
te hacían regalos. Había una segunda parte que decía algo de que
un cura te metía una cosa en la boca y tenías que tragártela, pero
parecía cosa menor. Así que me apunté en la lista de las que
queríamos hacer “la primera comunión”. Me alegré de tener 8
años, porque entonces me pude enterar de que la Santa Madre Iglesia
entiende que por debajo de los 7 años de edad, no sabemos razonar, y
no nos deja ir a esa fiesta. Llevaba años engañando a esos mamones
y no lo sabía ni yo: estaba hecha una campeona. Al final me dieron
una hostia, pero al menos yo también estaba en la fiesta.
Según iba creciendo, iba ganando en
derechos. La cosa no pintaba tan mal al fin y al cabo ¿no?
Y en el recreo, cuando teníamos 10
años eramos, las que mejor nos lo pasábamos. Hasta que llegó lo de
la pubertad: se nos despertaron las hormonas. Eso significó mucho
para mí cuando un día a mis 11 años me vi sangrando en las bragas
al levantarme por la mañana. Mi madre, al ver lo que había pasado,
me dijo que ya era una mujer.
Ni que hubiera sido un cienpies hasta
ese puto día.
No se me olvida porque -además del
numerito que montaron en mi casa- desde ese maldito día me duelen
los ovarios todos los jodidos meses. Pues claro que era una mujer,
coño!! Y ya tenía la regla, ya usaba compresas y años después
tampones. No veas qué precios, artículos de lujo para no
desangrarte por la pata abajo. ¡Ah! Y me llevaron al médico para
que lo certificase -y por si era otra cosa, supongo- y les dio un
papel que decía: MENARQUÍA. Lo sé porque he visto el papel por
casa alguna vez y creo que mi madre lo guardaba porque “le sonaba
bonito como monarquía”.
A los 12 años acabamos la escuela y
nos tocó irnos al instituto, en este caso, ya nos volvieron a juntar
a las chicas con los chicos, pero siendo sincera les encontré muy
cambiados desde la última vez que me había fijado. Estaban como más
grandes, distintos... no te daban ganas de meterles un lápiz por la
oreja. Era una sensación extraña que durante un tiempo no supe
identificar. Ellos tampoco es que se comportasen igual: parecían
ignorarnos abiertamente pero prestarnos atención a escondidas. Y a
casi todos les estaban saliendo unas espinillas enormes.
Entonces a los 13 años mi vida cambió:
conocí al capullo de mi primer novio. ¿Dónde? En el instituto. Era
de la clase del siguiente curso. Al principio ni me gustaba. Era uno
más del grupo con el que nos juntábamos en los parques a las
afueras del centro la chicas del grupo, también conocidas entonces
como “mis mejores amigas”. Y ya que algunas de mis amigas
comenzaron a salir con algunos chicos de ese grupo, pues tuvimos que
echar un vistazo a lo que había libre y emparejarnos, como en un
baile desesperado por no quedarte mirando y sin pillar cacho.
Se llamaba Antonio. Toño para los
amigos y Toñito para su madre. Yo le llamaba de muchas formas: a
veces bien y a veces mal. Pero con el tiempo -en un par de meses- me
había hecho con su control absoluto. Se le manejaba bastante bien y
ciertamente, cuando quería era adorable. Para las fiesta del
instituto ya me había pedido salir y eramos novios, oficialmente.
Eso abría muchas cuestiones que había que ir explorando, como lo de
besarse sin babearse demasiado o como lo de recordar que aunque las
gafas son transparentes, existen físicamente.
En esa época comenzábamos a salir “en
parejitas”. Era una forma como cualquier otra de poder irse a un
parque, tirarse en la hierba, y pasarte la tarde retozando con tu
novio... sin tener al resto de solteros del grupo mirándote con una
erección o a las amigas desemparejadas insistiéndote para que os
fuerais juntas a algún otro lado, siempre sin tu novio, porque no
les salía de las narices dejarte disfrutar si ellas no podían
hacerlo con otro chico. Al final era la solución, a primera hora
salíamos las parejitas, y luego nos juntábamos con el resto del
grupo y salíamos en manada.
Ahora que lo recuerdo, eramos como
máquinas de producir cambios de ánimo a base de hormonas. Las
teníamos todas alteradas, tanto como los chicos. Lo suyo ya no se
podía disimular: los cambios de voz, la aparición de la nuez, el
estirón, y pelos por todos los lados. Por no mencionar lo salidos
que estaban. No es que a nosotras no nos importase el sexo o que no
nos afectasen las hormonas, pero todo eso ocurría de forma
“ligeramente” distinta a la de los chicos.
Tenía 14 años, y Toño 15, cuando en
unos días festivos, que no teníamos clase, ocurrió “el
incidente”. En el barrio habían organizado una salida para padres
y gente más mayor aprovechando los dos días extra que había como
festivos. Unas cuantas de nosotras nos quedábamos solas en nuestras
casas. Yo era una de ellas. Y quería aprovecharlo. Había organizado
una fiesta en la noche para nuestro grupo habitual, con todas las
botellas que no debía haber en una casa llena de menores. Pero Toño
y yo teníamos planes extra.
Él llevaba casi un par de meses
dejando caer alusiones a “hacer el amor”. Parecía otro. Antes
decía follar, echar un polvo y cosas así. Pero no, ahora decía
“hacer el amor”. Y hasta sonaba creíble cuando lo decía. En
fin, la cosa es que a mí me picaba el gusanillo más que a él sobre
lo del coito, porque sexo -aunque fuera sin penetración- habíamos
tenido ya, y a mí lo único que me molestaba del asunto es que no me
sentía cómoda en sitios donde podía ser observada, y hasta ese
momento, no habíamos tenido una casa para nosotros solos. Seguro que
recuerdas la primera vez que te paso a ti... ¿a que sí? A mí no se
me olvidará jamás.
Como ya habíamos recibido nociones de
educación sexual, al menos sabíamos lo que era un preservativo. No
nos habíamos enterado de mucho más en las clases de educación
sexual que nos dieron en una semana en el instituto. Vino un cura a
hablar de los aspectos morales del sexo y dijo que masturbarse era
pecado porque el hombre esparcía la semilla de la vida con su
esperma y que esa semilla era sagrada. Yo levanté la mano y pregunté
si entonces las mujeres podían masturbarse porque no expulsaba
óvulos al hacerlo. El cura se puso de muchos colores y me echaron de
clase, no recuerdo con qué excusa. Me quedé sin saber. Pero al
menos nos habían hecho colocar, a todas y todos, un preservativo en
un pene de plástico para tal uso, para que supiéramos hacerlo
cuando tuviéramos uno en las manos: teníamos experiencia.
La cosa es que la ocasión la pintan
calva. Así que decidimos que ese día, que no habría nadie en mi
casa, era un buen momento para “la primera vez”. También estaba
libre su casa, pero por eso de jugar en un terreno conocido, preferí
quedarme en la mía. Mal hecho.
Toño se encargaba de comprar los
preservativos -o de robarlos en un supermercado, a mí me daba igual-
y yo pedí consejo a mis mejores amigas. Siempre con nuestros
secretos más ocultos, comentamos la jugada y lo que sabíamos de la
famosa “primera vez”. Dos del grupo ya lo hacían con sus novios
y otras estaban planteándoselo. No parecía algo tan descabellado ni
tan grave si no había embarazos. Esa era la gran preocupación de
todas: los embarazos no deseados, mucho más que las enfermedades de
transmisión sexual.
Todo preparado para el gran momento, la
casa vacía, la nevera llena, la cama enorme, tu chico, tú, y una
caja de 24 preservativos y tus padres a 500 kms.
Y llegó la primera
vez. Y la segunda. Y la tercera. Íbamos por la cuarta vez y estaba
yo subida encima de él cuando nos percatamos de que había un montón
de policías en la habitación... ¿qué pasaba? Una preocupada
“amiga” había contado a su madre mis planes y su madre había
llamado a la policía diciendo que una menor de edad estaba siendo
violada aprovechándose de que sus padres no estaban en casa.
La
policía reaccionó y al llegar al domicilio, no escucharon más que
la música a todo volumen -eso quise creer siempre- y tiraron la
puerta. La verdad es que yo ni me enteré hasta que vi a un tío
mirándome con una pistola en la mano y empecé a gritar, pero viendo
la cara de susto que puso con mi grito vi que no era peligroso.
La cosa es que a Toño se lo llevaron
detenido hasta comprobar que tenía 15 años y que yo tenía 14, por
lo que si la relación sexual era consentida, no existía violación
ni delito de ninguna clase, excepto por la cantidad de botellas de
alcohol que había en la casa.
Y era obvio que había sido
consentida, al menos por mí, porque él estaba debajo cuando
entraron a salvarme a la habitación de mis padres. A mis viejos les
sentó un poco mal, me pusieron una lista de castigos tan larga que a
día de hoy no he acabado de leerme. Pero me enteré gracias a eso
que la edad legal para tener sexo en España es de 13 años: ¿llevaba
un año de retraso y encima se enfadaban?
Mis padres intentaron separarnos y la
situación se volvió muy tensa. Ninguno de los dos queríamos
separarnos del otro en aquella época -cómo cambian las cosas- y
hasta consulté a un abogado qué trámites teníamos que seguir para
poder casarnos -la locura de la edad, amigas- y así poder mandar
sobre nuestras vidas sin que nuestros padres tuvieran nada que decir,
porque creía -esta vez acertadamente- que el matrimonio rompía los
vínculos legales con los padres.
El abogado me explicó amablemente -no
me cobró, tampoco tenía para pagarle- que la ley permite a los
mayores de 14 años de edad, como yo en ese momento, casarse con el
permiso especial de un juez de primera instancia, pero que al ser
menor de edad no emancipada, en la consideración del juez entrarían
también -además de mis argumentos- las consideraciones de mis
padres y de los de Toño. Me vi sumergida hasta el fondo en un mundo
de adultos, que entre adultos decidían lo que podíamos o no sentir
y hacer: mal asunto. Aunque hoy día me alegro de no haberme casado a
esa edad, pero es posible que de haber sido más sencillo, lo hubiera
hecho como forma de huir del control parental.
Pregunté al abogado qué más derechos
tenía a los 14 años, y me dijo que a hacer testamento, pero ante
notario, porque hasta que no cumpliera los 18 años, el testamento
ológrafo no tenía validez.
¿Pero esto qué es? ¿Qué tenían los
18 años que no tuvieran los 14 años para poder escribir mis últimas
voluntades de mi puño y letra? No entendía nada. Pero me quedó
claro que iba a estar sometida al dominio de mis padres unos años
más.
También me indicó que mi mejor opción
era esperar a los 16 años de edad y solicitar la emancipación ante
un juez, trámite mucho más fácil de lograr que una boda de menores
de edad contra la voluntad de los padres. Esperar, esperar,
esperar.... siempre esperar.
Ese verano, con 15 años, mis padres me
llevaron lejos para que me olvidase de Toño y me compraron una
motocicleta. Funcionó. Me olvidé de Toño y comencé a salir con
Germán, que estaba mucho mejor y tenía 17 años. Por supuesto que
cuando tienes vehículo resulta más fácil tener relaciones... en el
campo, porque encima de una motocicleta no lo hace ni el cantante de
Obús. Ya tenía edad legal para ir a 60 km/hora por la carretera
comarcal: era casi libre!!
Lo de los condones era un tema que
teníamos controlado, pero había ocasiones en que no había uno a
mano, y recurríamos a métodos nada fiables, como “la marcha
atrás”, en ocasiones aderezados con el uso de la “píldora del
día después” que podía obtener con una receta médica -sin ella
también- y sin conocimiento de tus padres. Hasta que ocurrió lo
inevitable: una amiga de 16 años se quedó embarazada. Realmente no
sabía con exactitud quién podía ser el padre porque había tenido
varias relaciones en esas fechas y no quería ser madre. Era un
embarazo no deseado en toda regla.
Nos temimos lo peor, que sus padres la
echasen de casa, que no la volvieran a hablar, que no la volvieran a
mirar de la misma forma. Pasamos por nuestras cabezas todos los
miedos posibles en la forma del rechazo de tus seres queridos. La
verdad es que sus padres no animaban a la confidencia, a contarles el
problema, y ella quería solucionarlo sin hacer demasiado ruido y
rápido.
Yo pensaba que una menor de edad no
podría acceder a una clínica y practicarse un aborto sin que los
padres o un juez autorizase ese procedimiento, pero no es así.
Cualquier mujer de más de 16 años de edad en España -todavía a
día de hoy- recibe la aplicación del régimen general para mayores
de edad a la hora de autorizar un aborto, sin necesidad de informar a
sus padres.
Me costaba un poco creerlo pues semanas
antes yo había querido hacerme un piercing en el ombligo y en la
tienda me exigieron un permiso firmado por mis padres o ser mayor de
edad, y por muy peligroso que sea hacerse un piercing en el ombligo,
no creo que se acerque al hecho de enfrentar un aborto, a nivel
físico y psíquico.
Así que yo no podía hacerme un piercing pero
mi amiga sí podía abortar con 16 años, sin que se enterasen sus
padres, y era sólo cuestión de dinero. Entre varias amigas ayudamos
a recaudar el dinero necesario y la acompañamos a la clínica, donde
tuvo lugar el procedimiento. Sigo diciendo que me dan menos miedo los
piercings que los abortos.
A trancas y barrancas he llegado hasta
aquí, a mis 18 años.
Ya tengo mayoría de edad legal. Ahora
ya tengo todos los derechos y todas las obligaciones de cualquier
otra ciudadana.
Puedo trabajar -si encontrase trabajo-
porque la ley me lo permite, aunque hubiera podido antes con ciertos
permisos especiales. Puedo conducir un camión -si me saco el carnet
correspondiente- por la carretera, de varias toneladas tal vez. Puedo
ejercer la prostitución de forma legal, o dicho de otra forma, puedo
disponer libremente de mi cuerpo e incluso alquilarlo por dinero de
forma legal. Puedo donar órganos y tejidos estando viva, como un
riñón, un óvulo o médula espinal.
También puedo votar en las elecciones
-aunque mi voto valga tan poco como el tuyo- y referéndum que se
organicen en mi zona. Y al mismo tiempo adquiero el derecho legal a
usar drogas: tabaco y alcohol me las vende el estado. Puedo comprar
tantas botellas de alcohol quiera y necesite para matarme y/o matar a
otros a base de beber. Puedo fumar hasta perder los pulmones.
Puedo
ser una actriz porno o una monja de clausura para el resto de mi
vida. Incluso puedo comprarme una escopeta de dos cañones, munición
suficiente como para una boda y hacer una matanza.
Todas esas cosas permite la ley al haber cumplido 18 años.
Pero hablamos de regular el acceso al
cannabis -de forma legal- y contestáis que tengo que esperar hasta
los 21 años de edad.
Contadme otro cuento... porque no
pienso esperar más.
María Guerrilla.
miércoles, 2 de julio de 2014
El circo de las drogas en la ONU
Este texto fue publicado hace un mes o así en la Revista Yerba.
No hace falta decir nada más.
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No hace falta decir nada más.
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El circo de las drogas en la ONU.
En el mes de marzo del 2014 se celebró
en la ciudad de Viena un encuentro internacional de los responsables
de drogas de cada país ante las Naciones Unidas, bajo el auspicio de
la 'Comisión sobre Drogas Narcóticas', conocida como CND2014. Dicha
comisión está enmarcada dentro del Consejo Económico y Social de
las Naciones Unidas y existe formalmente desde el año 1946,
encargándose de los asuntos relacionados con la prohibición de las
drogas narcóticas.
El jefe de la ONU tras una mala pastilla que se comió.
¿Sólo de las narcóticas? ¿Y qué pasa con las
estimulantes y las psiquedélicas, por nombrar otras? No se deje el
lector engañar por el nombre: controlan todas las drogas desde hace
décadas pero como no sabían como referirse a ellas, optaron por
bautizarlas así aunque en realidad narcóticas sólo sean una parte
de esas sustancias.
A esa reunión, de varios días y larga
agenda, España mandó un nutrido grupo de representantes oficiales
que -por la longitud del listado de asistentes- estaba a la altura de
países como USA, México o Rusia y muy por encima de lo enviado por
países como Holanda, India o Israel.
¡Y no es para menos! En
reuniones “así de importantes” se deciden cuestiones que nos
afectan gravemente a todos los ciudadanos en materia de drogas. ¿Y
quiénes son los que fueron a hablar por nosotros? Pues gente seria y
responsable, no seáis desconfiados. Para empezar, el primero de la
lista es Francisco de Asís Babín, un conocido de todos por su
inestimable trabajo al frente de nuestro tan hispano 'Plan Nacional
Sobre Drogas' o PNSD. Antiguo licenciado en medicina que ahora
trabaja defendiendo -en rango de Delegado del Gobierno- lo que el
Gobierno hace y deja de hacer en materia de drogas, como por otra
parte es su función ya que es nombrado desde el mismo con el método
de la clásica democracia digital: a dedo.
Paco Babín a punto de iniciar el vuelo.
¿No teníamos nada mejor que enviar?
No vayan a preocuparse todavía, que aún hay más. La segunda
persona mencionada en el listado oficial de asistentes (no es por
orden alfabético) es Carmen Buján Freire, una diplomática “de
carrera” que está especializada... en terrorismo.
¿Pero esto no
iba de drogas? Lo más curioso es que esta señora es la
representante permanente en Viena ante Naciones Unidas de nuestro
país. ¿Qué tendrá de raro? Pues lo extraño de su presencia es
que ella fue situada en dicho cargo -de alta importancia estratégica-
en un nombramiento del gobierno del presidente Zapatero en el año
2010. Han pasado unas elecciones y hay un gobierno de otro signo
desde hace varios años en el poder en España, pero eso no es
relevante porque no se ha cambiado a esa persona. La realidad no
esconde mucho truco: la política de drogas del PSOE y del PP es
igual y no reviste diferencias reales, mucho menos a nivel
internacional. Si el actual presidente Rajoy no ha cambiado a esa
persona es porque cumple la función que de ella esperan y parece ser
que es capaz de cumplirla igualmente para ambos partidos gobernantes.
No hay tampoco noticia alguna de que su puesto vaya a sufrir el menor
cambio, exactamente igual que la política de drogas en el país:
todo acorde y en sincronía. El resto de asistentes a dicha cumbre
son los políticos y sus asesores técnicos, en inteligencia,
exteriores y algún representante del área sanitaria y social, en un
vano intento de dar algo de vida y color a la infumable lista de “la
selección roja” en este asunto.
Estas personas han de decidir en la
reunión mundial de mayor nivel sobre drogas cómo va la política y
qué cosas habría que modificar. A la vista del fracaso estrepitoso
de la guerra contra las drogas que han cosechado en un siglo de
prohibición sería de esperar que hubiera rápidos cambios. Pero
rápido y política son dos términos antagónicos. Aun así había
muchos temas que tratar así que se organizó como un circo de muchas
pistas con distintos temas, en el que los actores no eran “personas”
sino países.
La pista del domador legal y la temible
fiera de la 'decriminalización'.
El enfoque punitivo sobre la gestión
de la producción y la distribución de drogas es un error ya
certificado globalmente, pero más terrible es el enfoque punitivo
sobre consumidores de drogas. En este aspecto, las lineas generales
de recomendación surgidas del CND2014 para el mundo son que “no
debemos tratar a los consumidores de drogas como desviados sino como
enfermos” y por lo tanto no debemos criminalizarles por ello -ya
que esto dispara las tasas de infección de SIDA y hepatitis- aunque
ven lógico que la represión se produzca en otras áreas como la
económica vía multas.
¿Esto qué quiere decir? Pues que la ONU nos
recomienda “avanzar” hasta la Ley Corcuera o de Seguridad
Ciudadana 1/1992, esa por la que nos multan cuando nos cachean indiscriminadamente y tenemos droga encima para nuestro propio
consumo.
Mandril sin estudios que hizo la Ley de Seguridad Ciudadana.
Sólo puede pasar en España y en el PSOE.
A nivel real para España las directrices surgidas de esa
pista no tienen valor alguno, ya que aquí el consumo de drogas es un
derecho del individuo y lo que se sanciona -en una esquizofrénica
pirueta legal- es la tenencia en lugar público, como la calle. Por
otra parte es interesante saber que España tiene más de 22 años de
adelanto con respecto a dichos consejos y que ¿para qué va a
cambiar nada, no?
Del autocultivo de cannabis y esas
otras opciones... ya tal.
Verde que te quiero verde.
Esa pista tiene sentido para muchos
países en que el consumo de drogas o la tenencia de las mismas puede
suponer cargos de tipo criminal y eso les ha hecho saturar sus
cárceles sobremanera. Los primeros pasos los dio Portugal en 2001
con una decriminalización que pasaba a multas las sanciones
criminales por drogas para consumo propio y en el año 2009 la
República Checa con el mismo paso, sin haber contado con ningún
organismo internacional para hacerlo: soberanía nacional se entendió
y no hubo ningún problema.
Con ese acercamiento -bastante antiguo
en realidad- al problema pues uno se evita tener que introducir a
simples consumidores en el sistema judicial y penal del país,
evitándose una carga que se ha demostrado que satura el sistema
hasta hacerlo inviable, aparte de ser una agresión contra las
personas usuarias de drogas que no hace sino agravar los posibles
problemas o crearlos si no existían (un proceso penal no es ninguna
broma, chicos, y os puede joder la vida) al hacer a la persona tener
que enfrentarse a requerimientos intromisorios que violan libertades
fundamentales.
Dicho de otra forma: tenemos las cárceles llenas!!
Estamos que lo tiramos!! ¿Qué hacemos con tanto preso porrero y el
gasto que nos suponen al estado? Pues soltarles y mandarles a la puta
calle.
Ese es el espíritu que impulsa -nada
de caridad ni piedades varias- lo que ahora se están llamando
“Política de Clemencia” para los delitos de drogas que no
implicasen violencia y daño a terceros. De mano de los increíbles
USA llega esta bofetada refrescante: tras haber creado hasta cárceles
privadas ahora deciden ser “clementes” y no joderle la vida a
esos fumetas y pastilleros que tienen presos sin haber dañado a
nadie (más que a ellos mismos en el peor de los casos).
Debemos recordar que en USA hay
personas cumpliendo cadenas perpetuas sin haber causado daño a
terceros por delitos de drogas. Así que en esta pista del circo
podremos ver como se torna el concepto de “usuario de drogas
vicioso” a “usuario de drogas enfermo que hay que tratar” y
realmente no sé cuál da más miedo, tras ver a Grecia en Europa y a
otros países por el mundo usando campos de internamiento con
usuarios de drogas, inmigrantes y seropositivos.
Nos llegará de oídas esta ola de
“clemencia por esos pobres diablos que han perdido su alma por
consumir drogas” y que saturan sus cárceles hasta hacerlas campos
de concentración y hacinamiento de humanos, pero en España no
tendrá ninguna repercusión ya que aquí hace décadas que el simple
consumo de drogas se paga con multas y no con la cárcel, aunque siga
siendo igualmente una descarada penalización sobre un derecho
individual. Aunque no debemos de perder la vista a países como
Ecuador que están implementando una valiente política que implica
reconocer a las “mulas” que transportan drogas con estatus de
víctimas en lugar de tratarles como criminales, en un decidido paso
a no repercutir los daños de la prohibición internacional de drogas
sobre su propia población sometida a la necesidad de sobrevivir en
mitad de un país de tránsito de las rutas de la cocaína.
La pista del funambulista sin red sobre
la pena de muerte.
Mientras unos países discutían lo de
no meter en la cárcel a la gente por consumir drogas y tratarlos
como enfermos -englobando hasta tratamientos forzosos en países de
nuestra esfera cultural como los USA- otros países se divertían
hablando de sus números en la guerra contra las drogas con sus
estadísticas de sentencias de muerte por tráfico e incluso simple
posesión de drogas.
Estos ya no usarán más drogas.
Eso deja claro que esta gente se lo toma en
serio: ni una broma con las drogas que son malas. Mejor ejecutados
como hace China y otros cuantos países de su influencia cultural en
Asia. Pero no son los únicos porque la furia de las aplicaciones
integristas de los asuntos morales convertidos en legislación, deja
decenas de cadáveres colgando de grúas, ahorcados en las plazas
públicas de las ciudades de Irán y otros países islámicos que no
tienen problemas en aplicar la pena de muerte con el añadido de la
exhibición pública, como en los mejores tiempos de la inquisición
española con la quema de brujas y herejes. Como penas menores,
muchos tienen la amputación de miembros -manos, orejas, nariz- del
criminal para ayudarle a reconvertir su vida en algo más provechoso
para toda la sociedad.
En esta pista del circo fue Suiza la
que -con el apoyo de otros países- tuvo un valiente intento de que
se reconociera por parte de los asistentes que la pena de muerte era
una política totalmente desproporcionada en asuntos por drogas y que
eso se incluyera en una declaración conjunta. Parece algo razonable
a los ojos de un Europeo, pero no parece ser igual en países que
aplican la pena de muerte por las más variadas razones. ¿Por qué
no a los que andan con drogas y sí a otros? La respuesta seguramente
sería que es atroz utilizar la pena de muerte como herramienta de
control, pero eso no suena bien a los oídos de China, Irán y otros
cuantos países de instintos similares que cómodamente bloquearon
con su derecho a veto que tal declaración conjunta saliera adelante.
¿Y qué dijo España ante algo así?
¿Lo sabe usted? Nosotros tampoco. España como otros cuantos países
no querían líos con la pena de muerte y menos con China, a quien
hace poco hemos molestado con la causa penal que se seguía en base a
la jurisdicción universal, así que optamos por mirar a otro lado.
Pena de muerte Marca España.
Total, otros muchos países “civilizados como USA” tienen la pena
de muerte entre sus herramientas y no somos tan críticos ¿verdad?
La pista del neolenguaje y la reducción
de riesgos.
En estos años de dura travesía del
desierto de la prohibición, en el que las únicas medidas realmente
eficaces se han dado a través de los programas de 'reducción de
riesgos' -en su versión inglesa 'Harm Reduction' o reducción de
daños- no son pocos los países que de una forma sincera se han
acercado a esa aproximación al asunto de las drogas y sus usuarios.
Para quien no conozca estos programas su principal característica es
el trato con el usuario de drogas sin juzgarle ni criminalizarle por
sus consumos y, en lugar de ello, ayudarle a reducir los daños y
riesgos derivados de ellos.
Abarcan el trato en lugares como las
'narcosalas' donde las personas consumen drogas con una cierta
supervisión de profesionales, los programas de análisis de drogas
que desarrollan algunas ONG y que son el primer punto de alarma ante
partidas adulteradas de forma peligrosa para la salud de sus
usuarios, llegando hasta la educación del usuario de drogas -y del
no usuario- para que puedan tomar decisiones informadas sobre el
consumo o abstinencia.
Entre otras muchas áreas enfocadas en
prevenir problemas -como la difusión del SIDA mediante el reparto de
jeringuillas nuevas a usuarios- algunas resultan especialmente
rentables: evitar un contagio de SIDA cuesta entre 100 y 1000
dólares. Si a alguien le parece caro que piense el coste de un año
de atención, pruebas y tratamientos en un seropositivo.
Sí señores, el SIDA / VIH sigue existiendo y matando gente.
Desde hace años los países más
avanzados saben de sobra que la reducción de riesgos es el enfoque
más efectivo, humano e inteligente del asunto de las drogas bajo la
prohibición, pero eso no ha impedido que varios de ellos
consiguieran bloquear que se mencionase en la declaración final a la
reducción de riesgos bajo ese nombre. Se puede hablar de ella pero
se ha de usar un eufemismo que es algo así como “medidas para
paliar el daño provocado por el consumo de drogas en la población”
según se expresa en las guías técnicas que la ONU tiene
publicadas.
Sí, queridos lectores, en eso se gastan la pasta; en
decirnos cómo debemos llamar a las cosas, como siempre por nuestro
bien. ¡Gracias ONU!
Todo circo tiene un payaso y una
próxima vez: UNGASS2016.
Al mando de todo este montaje está un
ruso, apéndice directo de Putin, llamado Yuri Fedotov. El personaje
es irrelevante en sí de no ser porque es quién refrenda la política
internacional de drogas. Y entre otras la rusa, que le niega
tratamiento a los adictos (no aceptan metadona ni buprenorfina legal)
en su país hasta forzarles a recurrir a venenos como el 'krokodil' o
que ha cerrado el paso a toda la metadona que recibían los adictos
en tratamiento en Crimea, tras la anexión rusa de hace semanas.
Aquí el payaso Yuri
explicando cómo manejar
las drogas en el caribe.
Yuri es el payaso triste que una vez
fue el payaso alegre. Si algo ha quedado claro en la reunión es que
el consenso sobre drogas a nivel internacional está hecho añicos si
es que alguna vez llegó a existir. Para enfrentar -de nuevo- la
situación con las drogas, tras probar a crear un mundo sin drogas y
ver que eso es imposible, varios presidentes en activo de países
miembro de la ONU han solicitado, hasta conseguirla, una Asamblea
General sobre Drogas en Sesión Extraordinaria que ya se conoce como
UNGASS2016 donde se revisará la política global de drogas, pero no
con simples enviados diplomáticos sino con los presidentes de cada
nación.
Esa será la reunión de jefes de tribu
-presidentes y mandatarios, perdón- más importante sobre drogas y
que se adelanta varios años con respecto a lo esperado debido a la
situación internacional. Lo mejor que ha salido del CND2014 han sido
los grupos que se han formado para preparar la agenda de UNGASS2016,
aunque haya habido episodios tan lamentables como el que vivió el
Representante de Uruguay en la Organización de Estados Americanos
cuando le dijeron que Uruguay y Paraguay eran lo mismo. No contenta
la persona con su inteligente comentario insistió en él hasta que
los representantes de Uruguay se levantaron y se fueron de la
reunión.
México -con 60.000 muertos en 6 años-
y otros países de América se desangran por el tráfico de drogas
que USA -y Europa- consume y paga en plomo y armas. Los países de
tránsito ponen los muertos a base de población civil en un
desequilibrado mercado que nadie es capaz de frenar y que necesita de
una sincera y honesta regulación que permita a los adultos decidir
libremente sobre el consumo o no de sustancias y hacerlo de forma
segura para ellos y para los demás.
El mercado existe y no
desaparecerá: dejar que lo controlen las mafias sería un nuevo
error fatal que todos pagaríamos de nuevo.
No será hasta el año 2016 cuando
podamos ver si el mundo está ya listo para dar el volantazo a la
criminal política de drogas seguida por la ONU al dictado de USA o
si, por el contrario, necesitaremos de otros cinco o diez años más
para acabar con una política que ha hecho a todos los seres humanos
las víctimas de las opciones morales de unos pocos. Lo que sí
sabemos es que no ocurrirá sin mucho trabajo por parte de los
activistas.
Canutos para la paz.
¿O alguien se cree que con este circo
montado se puede cambiar el espectáculo tan pronto?
Esperemos lo mejor y preparémonos para
lo peor; mientras tanto a seguir remando hasta UNGASS2016.
miércoles, 1 de enero de 2014
Silk Road y la caza del temido Pirata Roberts
¡¡Feliz año 2014!!
Aunque esta noche sé que nadie va a leer nada (más allá de las etiquetas de las botellas) aquí os dejo un artículo publicado en la Revista Yerba en el mes de diciembre de 2013, sobre cómo fue la captura de Ross Ulbricht, el creador -posiblemente- y mente detrás de Silk Road, el mayor mercado de drogas ilegales que ha existido en la red hasta el momento.
Espero que os guste. Y cuidado con las resacas!!
:)
@Drogoteca
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La caza de Dread Pirate Roberts y Silk Road/versión 1.0
En febrero del año 2011 comenzaba a
circular un rumor sobre un lugar accesible mediante la red TOR en el
que, por primera vez en la historia, se vendían abiertamente y de
forma accesible a todo el mundo las más diversas drogas ilegales y
las recibías en el buzón de tu casa. Silk Road, la versión de un
libre mercado del siglo XXI con todo tipo de materiales y servicios
prohibidos, como drogas, armas, o datos robados a empresas, acababa
de nacer en Internet.
Poco más de 2 años y medio después,
en la mañana del 2 de octubre del 2013, el FBI conseguía finalmente
capturar a “Dread Pirate Roberts”, teórico fundador y dueño del
mercado en Internet, cerrando su web. Apenas eso conseguían ya que,
aunque accedieron a todo el material físico que sostenía el
mercado, el botín se contaba en la criptomoneda Bitcoin en una
cartera cifrada a la que no podían acceder sin su password. La
policía lograba encontrar a la mente tras el sistema perfecto, con
un ejército de recursos humanos y técnicos luchando contra un solo
hombre y sus debilidades. Pero el sistema ya había sido copiado y
mejorado por otros lugares similares que pujan por el hueco dejado,
en el mercado online global de drogas, tras el cierre de Silk Road.
¿Quién era el temido Pirata Roberts?
Fue el apodo elegido por Ross William
Ulbricht, nombre real del imputado por el FBI como dueño y creador
de Silk Road, que fue tomado del libro “La princesa prometida”
-también existente en película- y representa la idea de un temido
pirata de nobles ideales y eterna leyenda. Detrás del apodo y del
nombre, un brillante joven de 29 años -nacido en Austin, Texas- que
había cursado la carrera de Físicas y una especialidad en
Ingeniería Química en otra segunda universidad. Trabajó como
investigador con células fotoeléctricas y nanotecnología, llegando
incluso a publicar sus investigaciones en revistas científicas del
sector. Toda una mente privilegiada, con las mejores posibilidades
educativas y laborales a su alcance, resultaba ser la creadora del
primer gran mercado de drogas ilegales en Internet.
Una genialidad temeraria a la vista de
que, en sus 30 meses de vida, su mercado movió en drogas -más otros
bienes y servicios ilegales- un total de 1.200 millones de dólares.
Se había convertido en un auténtico pirata de las nuevas
tecnologías que incluso ofrecía entrevistas a revistas de la talla
de Forbes, para bochorno de sus perseguidores, mientras divulgaba un
discurso de corte libertario y anarquista pero con fuerte influencia
de la escuela liberal austriaca de economía.
De la misma forma que ocurre con la
historia del literario Dread Pirate Roberts, hay quien asegura que
Silk Road se ha estado llevado -como poco- con dos gestores distintos
y por personas distintas, basándose en las constantes comunicaciones
personales que mantenían algunos usuarios con quien tras el
seudónimo del temido Pirata Roberts se situaba. Otras teorías
hablan de varios “traspasos” del mercado entre diferentes dueños
que ya habían ganado suficiente dinero y querían salirse del riesgo
de gestionar un lugar de actividad criminal que tarde o temprano
sería objetivo de las autoridades. Incluso hay quien comenta en los
foros donde se habla de estos mercados que Silk Road está preparada
para ponerse en pie de nuevo, con “antiguos trabajadores” del
mismo mercado.
Cada cual puede escoger lo que crea más
acertado, pero todas estas versiones son objeto de especulación
porque la acusación criminal carga a Ross W. Ulbricht con todo el
peso y funcionamiento de Silk Road como único imputado.
La realidad es que aunque es posible
establecer una página en la red TOR y gestionarla una sola persona,
no parece creíble que un mercado que movía 40 millones de dólares
al mes pudiera ser llevado por una sola persona, y menos aún con
todos los servicios que el lugar ofrecía: escrow (una forma de
control en cobros y envíos para evitar fraudes) y resolución de
disputas, control de cuentas de vendedores o compradores timadores, y
gestión de la comunidad creada en Silk Road, entre otros servicios
que un lugar con tantos clientes necesita.
Así que una de las grandes preguntas ahora mismo es si la marca Dread Pirate Roberts corresponde a un grupo de personas -hay mucho dinero en juego entre algunos que pretenden ser la continuación natural de Silk Road incluso usando el mismo nombre junto con una versión mejorada del software y la seguridad- o corresponde a una sola persona, aunque pudiera haber ido variando con el tiempo, y Silk Road haya sido el cofre del tesoro de distintos piratas que se traspasaron el disfraz y surcaron las redes bajo el mismo apodo, tal y como ocurría con su homónimo literario.
Así que una de las grandes preguntas ahora mismo es si la marca Dread Pirate Roberts corresponde a un grupo de personas -hay mucho dinero en juego entre algunos que pretenden ser la continuación natural de Silk Road incluso usando el mismo nombre junto con una versión mejorada del software y la seguridad- o corresponde a una sola persona, aunque pudiera haber ido variando con el tiempo, y Silk Road haya sido el cofre del tesoro de distintos piratas que se traspasaron el disfraz y surcaron las redes bajo el mismo apodo, tal y como ocurría con su homónimo literario.
¿Cuál era el botín? ¿Qué han
conseguido recuperar las autoridades al abordar el barco pirata?
El FBI al cerrar Silk Road consigue
hacerse en un primer momento con 26.000 Bitcoin -aproximadamente unos
3'5 millones de Euros- que se encontraban en las cuentas de los
usuarios. No es mucho teniendo en cuenta que, en dos años y medio,
se habían vendido cerca de mil millones de Euros en drogas y otros
bienes, y que Ross Ulbricht cobraba una comisión de cada venta.
Aunque ese dinero no es del pirata, y algunos usuarios -del millón
total que había inscritos en el mercado- están pidiendo al FBI que
devuelva ese dinero a las cuentas que eran sus propietarias, y es una
petición razonable porque contra ellos no hay -de momento- ningún
cargo judicial. El gran tesoro, que es el cofre personal del Ross
Ulbricht, está valorado en 600.000 Bitcoin, cantidad que -a día de
hoy- son algo más de 348 millones de Euros (NOTA: actualizado a día 1 de Enero del 2014). Pero ese cofre, aunque lo
han encontrado, no lo pueden abrir porque no han dado con la forma de
desencriptar su contenido. Y el temido Pirata Roberts, de momento, no
ha entregado la llave que lo permite.
Tal vez resulte a muchas personas
difícil de entender que dentro de un archivo informático pueda
haber millones en valores vendibles o que el gobierno de los USA sea
incapaz de abrirlo. Bienvenidos al siglo XXI, donde el dinero ya no
sólo se mueve en monedas emitidas por países o en bienes
materiales, sino en otras muchas formas que viven dentro de la red y
los sistemas informáticos, como son las criptomonedas a las que
cualquier persona con un ordenador puede acceder. Es un cambio de
paradigma en el manejo del concepto de moneda, que permite un grado
de anonimato casi total en la práctica. Y es el gran dolor de cabeza
de las agencias gubernamentales que se dedican a luchar contra el
tráfico de bienes ilegales, sean del tipo que sean, porque hace casi
imposible rastrear a sus usuarios si se usa apropiadamente.
¿Quiénes han logrado atrapar al
moderno pirata?
Pues lo han hecho entre varias agencias
del gobierno, con cientos de agentes comprando drogas para hacer
contactos, y con los recursos técnicos -y humanos- que tienen los
USA, todo eso dirigido por el agente Christopher Tarbell como
director de semejante orquesta, aunque ahora se comienza a saber que
existían varias investigaciones lideradas por distintos grupos del
FBI que no supieron mantener una correcta comunicación, y que
hubiera facilitado la captura.
Este hombre del FBI fue quien hace más
de 2 años capturó a Sabu, apodo del hacker Héctor Xavier Monsegur
y que era la persona encabezando algunos de los mayores ataques del
grupo Lulzsec -una escisión del colectivo Anonymous- contra empresas
de contratistas militares y agencias de seguridad del gobierno. Así
es como Sabu pasó a “colaborar forzadamente” con el FBI en lugar
de enfrentarse a una sentencia de cadena perpetua.
Aunque el FBI no revela ciertas
identidades ni todos los medios usados para conseguir capturar a
Ulbricht, parece probable que el llamado “Agente-1” que aparece
en los documentos presentados ante el juez sea el mítico hacker
Sabu, y que haya pasado a formar parte de los recursos operativos del
FBI en materia de seguridad informática y hacking, ayudando a la
captura y desarticulación de Silk Road con sus conocimientos
técnicos. Cabe recordar que tanto el agente Tarbell como Sabu,
tienen precios puestos a sus cabezas: uno por desarticular Silk Road
dañando a ciertos vendedores de drogas y el otro por haber
traicionado -y ayudado en la detención de sus compañeros en Lulzsec-
cuando fue capturado por el FBI.
Con semejante ejército intentando dar
caza al pirata Roberts sería de imaginar que fue algo rápido, pero
no. El sistema en el que se basa TOR hace gran parte del trabajo de
mantenerte anónimo en la red y es un sistema muy sólido. Y el
Bitcoin como medio de pago no controlado por las autoridades hizo el
resto para que en dos años y medio se movieran delante de todo el
mundo más de mil millones en todo tipo de drogas, armas y servicios,
ante la impotente mirada de las autoridades.
El primer rastro en Internet de mención
a Silk Road lo produce un usuario -de nombre Altoid- en un conocido
foro internacional sobre drogas de acceso público, comentando que
hay un sitio, con las características de dicho mercado, que merece
la pena visitar en la red TOR.
En otro foro sobre Bitcoin, otro
usuario -también de nombre Altoid- escribe ofreciendo un puesto de
trabajo para “un profesional de las nuevas tecnologías dispuesto
una aventura empresarial”, y lo hace con un email que contiene el
nombre de Ross Ulbricht. Eso ocurrió en enero del 2011 y a final de
ese año ya se habían iniciado varias investigaciones contra Silk
Road.
Durante el año 2012, los intentos
informático-forenses de determinar el servidor de Silk Road o su
propietario para proceder contra él, se mostraban cada vez menos
útiles e iban mostrando al sistema como una combinación resistente
a los métodos convencionales de lucha contra el tráfico de drogas.
Ese año, Ulbricht se atrevía a hacer público sus pensamientos bajo
el pseudónimo de Dread Pirate Roberts, y poco tiempo después estaba
concediendo entrevistas a revistas internacionales. Ulbricht estaba
perdiendo el miedo y se empezó a volver descuidado. También el
desgaste de tener que gestionar semejante mercado ilegal se empezó a
notar: sufrió el primer chantaje por parte de un empleado o de un
hacker, que amenazó con hacer públicos los datos de miles de
vendedores y compradores en el mercado si no se le pagaba medio
millón de dólares. Y sufrió la primera intrusión seria a través
de métodos de “ingeniería social” estableciendo contacto
frecuente con un supuesto vendedor de drogas que en realidad era un
agente encubierto.
El agente, del que sólo se sabe que
pertenecía a una investigación iniciada en Maryland, consiguió
ganarse la confianza de Ulbricht porque, en uno de sus primeros
problemas con ladrones informáticos, le preguntó si podía
encargarse de darle una paliza a quien le estaba causando problemas.
Aunque al día siguiente cambió de idea: le preguntó si podía
ejecutarlo en lugar de torturarlo. Esto ocurría a principios del año
2013, y parece ser que llegaron a un acuerdo, en el que el agente le
envió una foto trucada de la supuesta víctima torturada, aunque no
fue suficiente para poder seguir el rastro hasta él.
Ulbricht dijo sentirse impactado con
las imágenes, pero que recurriría a sus servicios si tenía que
volver a hacerlo. Pero como el problema no parecía haberse resuelto,
semanas después recurría a los servicios de otro supuesto sicario
de apodo “RedAndWhite” poniendo una recompensa sobre la cabeza de
quien le chantajeaba: el usuario de nombre “FriendlyChemist”
(Químico Amistoso) acordando y efectuando un pago por 150.000
dólares para ese servicio. Aunque Ulbricht recibió una supuesta
foto del cadáver, las autoridades canadienses del lugar donde
residía la supuesta víctima no tienen noticia de ningún asesinato
ni desaparición similar en esas fechas, marzo y abril del 2013. ¿Le
habían vuelto a timar? Es probable que fueran intentos de sus
perseguidores para conocerle mejor y poder capturarle, conociendo con
quiénes se relacionaba, aunque fuera para intentar matarles.
En el mes de junio Ulbricht comete otro
error, por confiarse demasiado, y empieza a administrar el servidor
que contenía Silk Road sin usar la red TOR y desde un cibercafé en
una zona cercana a su casa. Eso permitía la primera localización
geográfica concreta de su posición, que finalmente llevaría a su
captura.
En julio, las autoridades de fronteras de USA descubren un
paquete en una inspección postal -supuestamente rutinaria- que
contenían 9 documentaciones con nombres distintos, pero con la foto
de Ross Ulbricht y su dirección. Aunque en ese momento todavía no
habían conectado las dos identidades, Ulbricht pasa a ser el gran
sospechoso. A finales de julio el FBI, a través de un complejo
ataque aprovechando un fallo de configuración en los navegadores,
conseguía acceso al servidor que almacenaba Silk Road y copiaba
todos los datos existentes en él. Ya tenían el cofre y ahora sólo
quedaba encontrar al pirata, pero mientras le daban caza dejarían
seguir funcionando al mercado a pleno rendimiento, tomando datos de
compradores y vendedores para futuras investigaciones.
Desde esa fecha hasta el momento del
arresto de Ross Ulbricht, en la biblioteca pública Glen Park de San
Francisco, hay pocos datos que el FBI haya facilitado sobre los
mecanismos exactos que llevaron a determinar la doble identidad del
pirata, pero se sabe que todo fue trabajo de ingeniería social y
minería de datos usando los servidores de Google y otros servicios
implicados.
Cabe destacar que en ese silencioso periodo final, apareció un nuevo competidor para Silk Road que fue Atlantis Market. Este mercado con similares prestaciones, se publicitó incluso en vídeos por Internet y animaba a compradores y vendedores a “trasladar su reputación y su apodo” desde Silk Road al nuevo mercado, donde había distintas tarifas y comisiones que eran más apetecibles. Curiosamente, tras un corto tiempo funcionando, Atlantis Market cerró su servicio sólo 12 días antes de la captura de Ulbricht y el cierre de Silk Road. Los motivos alegados fueron “razones de seguridad informática” pero nunca se llegaron a explicar, desapareciendo sus gestores dejando “empleados” sin pagar y sin explicación alguna: precisamente aquellos que daban la cara ante la gente en las redes. No resulta descabellado pensar que Atlantis Market fuera a la vez un experimento del gobierno USA para anticiparse en la lucha contra esos mercados y a la vez una forma de recabar más y más datos sobre las relaciones entre compradores y vendedores de drogas en la red.
Cabe destacar que en ese silencioso periodo final, apareció un nuevo competidor para Silk Road que fue Atlantis Market. Este mercado con similares prestaciones, se publicitó incluso en vídeos por Internet y animaba a compradores y vendedores a “trasladar su reputación y su apodo” desde Silk Road al nuevo mercado, donde había distintas tarifas y comisiones que eran más apetecibles. Curiosamente, tras un corto tiempo funcionando, Atlantis Market cerró su servicio sólo 12 días antes de la captura de Ulbricht y el cierre de Silk Road. Los motivos alegados fueron “razones de seguridad informática” pero nunca se llegaron a explicar, desapareciendo sus gestores dejando “empleados” sin pagar y sin explicación alguna: precisamente aquellos que daban la cara ante la gente en las redes. No resulta descabellado pensar que Atlantis Market fuera a la vez un experimento del gobierno USA para anticiparse en la lucha contra esos mercados y a la vez una forma de recabar más y más datos sobre las relaciones entre compradores y vendedores de drogas en la red.
¿Qué ocurrirá ahora en esas aguas
revueltas?
El mercado de drogas mediante Internet
se está mostrando como una opción sólida frente al mercado negro
habitual, y que cada vez mueve más dinero. En ese mar hay muchos
peces deseando comer de ello. Quien parece haber tomado el relevo al
pirata es otro mercado llamado Black Market Reloaded, dirigido por un
misterioso nombre: “Backopy”. Este mercado cerró su servicio
temporalmente tras la captura de Dread Pirate Roberts, alegando
motivos de seguridad informática, pero a las pocas horas volvió a
abrir el mercado, supuestamente tras haber subsanado los peligros
detectados. No es el único. Otros lugares como Sheep Marketplace
están consolidando sus posiciones al mismo tiempo. Y si algo está
claro es que no parece que sea algo fácil de contener, dada la
desproporción de recursos que son necesarios emplear para cada sitio
y persona.
Se han alzado voces dentro de los grupos afines a las políticas de reducción de riesgos que plantean si acaso no es una opción mejor permitir estos mercados que cerrarlos y lanzar al consumidor a un mercado mucho menos seguro. Igualmente, grupos de personas interesadas en la eutanasia, han expresado su malestar, ya que estos mercados eran su principal fuente de abastecimiento de las drogas necesarias para poder morir. El debate está servido, el mercado está esperando, y la demanda es sostenida como para generar suficiente oferta. El nuevo paradigma del tráfico de drogas ha llegado al gran público de Internet.
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