Mostrando entradas con la etiqueta Modelos Regulatorios. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Modelos Regulatorios. Mostrar todas las entradas

jueves, 5 de enero de 2017

Vuestra ILP nacional NO NOS REPRESENTA.

Empiezo este 10º año de La Drogoteca con este texto, segundo sobre la ILP que se publicó en Cannabis.es, ahora que tenemos mucha más información sobre las intenciones y fuentes de financiación de estos iluminados que quieren que los autocultivadores de cannabis nos metamos en un registro controlado por municipales o guardia civil, con el peligro obvio que eso supone para el cultivador y su familia tanto a nivel práctico como a nivel político o ideológico, cuando hoy día existen aún llamamientos para ESTERILIZAR a los usuarios de drogas.

Como no queremos que se nos acuse más que de informar, no vamos -aún- a divulgar los planes de esta gente en cuanto a cómo conseguir firmas que avalen SU ILP ficticia para que puedan ocupar algún cómodo sillón o escribir algo más en el currículum.

Sólo cabe decir que si tenéis que esconderos de los usuarios de cannabis para intentar sacar esa ILP adelante, buscando firmas en San Fermín, o en partidos de fútbol y conciertos, es que esa ILP es un puñal que claváis sobre la comunidad del cannabis en España.

Yo, no lo haría.

Feliz año nuevo, 2017.

PS: Tengo el blog que parece el Bitcoin con las visitas, y no hace más que subir, así que habrá que pensar algo para celebrarlo. ;)

--

VUESTRA ILP,
 NO NOS REPRESENTA...


Como os contamos hace unos días, el pasado viernes día 2 se presentó una ILP (Iniciativa Legislativa Popular) por parte de Fermín Les y Ramón Morcillo -presidente y secretario de RCN NOK, partido cannábico de ámbito navarro- para la regulación de los CSC y el autocultivo en toda España. Aunque se presentó el viernes, el texto no fue puesto a disposición de todos en ese mismo momento, y resultó complicado de conseguir (a menos de forma “oficial”). Si bien esta ILP se presenta como RCN-NOK ante los medios, en la web oficial de dicha formación política ni siquiera aparece una sola referencia a dicha iniciativa o ILP (aunque sí a otras actividades del pasado) y en su canal de Twitter no hay rastro de actividad alguna en muchos meses.
Recibimos dos links para Facebook que nos daban “enlace no válido o contenido retirado” y finalmente -gracias a Bernardo de SF Abogados- recibimos los textos de la ILP y el comunicado en nuestro correo, para leerla a fondo. Lo primero que sorprende es que semejante acción -tan mayúscula como presentar una ILP nacional- la realicen aparentemente sólo 2 personas. La foto circulante donde se ven 3 (con Bernardo, de SF Abogados) es sólo una foto como apoyo a la iniciativa a título personal, aunque -como nos ha indicado- no comparte como jurista el texto presentado en dicha ILP.
Si realmente pretenden conseguir 500.000 firmas válidas y esto no es un simple “brindis al sol” aprovechando los “restos de un partido político” (que a día de hoy -con varios partidos que llevan la regulación en sus programas- perdió ya gran parte de su sentido), resulta incomprensible que no hayan siquiera encendido Twitter para difundirlo, y que sólo sea visible -para algunos- en Facebook.
Sorprendentemente extraño, que no hayan consensuado nada del contenido con el resto de activistas, y también que no esté colgado el documento de dicha ILP en la pagina principal de su propia web (como poco), ya que parece el lugar más básico donde dejar tu propuesta para la lectura por parte de los demás: en tu propia web... ¿o no?
Así que... ¿esta ILP va en serio o sólo es para salir en la foto? Esta es la primera cuestión que me asalta, pero no la única... ¿Quién está detrás de esto realmente? Pues aquí el menda -que es más responsable con lo que publica de lo que parece- este fin de semana lo ha pasado manteniendo comunicaciones con casi todos los “actores relevantes” en este área del cannabis nacional, para tener una visión global de lo que activistas e interesados pensaban acerca de dicha ILP si la conocían. Y os cuento...
Muchos no sabían nada y les pillaba por sorpresa; otros lo sabían, pero no habían leído el texto aunque lo tuvieran en el correo esperándoles, y otros lo habían leído pero no estaban de acuerdo con ella. El desacuerdo -en general era patente- se manifestaba en distintos grados, desde el cobarde “no estamos a favor de la ILP aunque nos callaremos y no diremos nada, por no quedar mal” al visionario “esto es inadmisible, y hay que estar zumbados para creer que saldrán bien librados”. Es decir, yo que llamaba buscando a ver quiénes apoyaban el asunto, y lo primero que veo es que nadie lo apoya.
¿Nadie? Nadie públicamente quiere comerse los marrones que hay en dicha ILP en especial contra los cultivadores, con sus exigencias y limitaciones. También parece que nadie quiere mojarse mucho diciéndolo en alto, para no quedar como los malos ante una comunidad bastante divida ya. Yo aunque respeto sus posturas (no es fácil jugar en un entorno de estrategias donde se mezclan intereses personales y grupales) pero no tengo ningún problema en ser el malo de esta historia: el aguafiestas que le fue a decir al capitán que había demasiado hielo en cubierta, en un barco llamado “Titanic”. Continúo con la cantinela de esta ILP, mientras observo el iceberg y me tomo mi mojito “on the rocks”. Agarraos de nuevo, que seguimos.
Más que una verdadera propuesta de ILP -que conllevaría publicidad, difusión, y mucha gente coordinada para obtener en un plazo determinado el medio millón de firmas aprovechando cada evento (como el de su presentación desaprovechada) para conseguir más- el texto presentado parece un “testamento espiritual” de alguien que se despide, contándonos lo que le hubiera gustado llegar a ver. Esta ILP es una copia (casi calcada) de la presentada hace años en Navarra, a la que le han metido -malamente y con calzador- algunos artículos nuevos, como los escritos en “Finalidad”, y añadido algunos apaños más para que suene “coherente con su pretensión a nivel nacional”. El resultado es un texto chapucero y desequilibrado -en su fondo y en su forma- que no satisface a nadie de quienes lo leen: a día de hoy no he encontrado una sola persona que me diga “yo sí estoy de acuerdo con lo que dice esa ILP”. Ni una sola, pero seguiré buscando, por si acaso...
A mi entender, se nota la falta de cuidado y atención en lo escrito, la falta de aprecio -amor propio, dignidad- por el trabajo bien hecho, la falta de interés real en lo entregado, con un texto que no respeta una correcta estructura expositiva y  conteniendo faltas, erratas, expresiones sin sentido o risibles (como hablar de “la España”) y una vergonzosa narrativa -propia de un estudiante de primer curso de periodismo- que destroza, de antemano, cualquier aspiración de que el texto, si no llegase a útil -al menos- quedase bonito.
Cabe destacar el uso pseudo-aleatorio de ciertas mayúsculas, que parecen estar puestas -o no- en función de si le gustaba la palabra o concepto a quien estaba escribiendo en ese momento (como con la palabra cannabis: si la pones hazlo igual en todo el texto, hombre) o para intentar agradar a un posible lector reacio, imagino (como ocurría con Español y Española, que no son con mayúscula pero no han perdonado ni una repitiéndolos). Es un texto impropio -hecho a retazos y pegotes- para representar al colectivo de usuarios de cannabis en España y que, además, incluye propuestas que son un retroceso en nuestros derechos como cultivadores, y que ningún jurista que se precie del entorno cannábico se atrevería a firmar.
De hecho, esta propuesta de modificación de un norma legal -escrita con una cierta redacción “fanzinera”, para lo que son ese tipo de textos- no parece venir de la mano de ningún profesional del derecho: nadie se ha hecho públicamente responsable del contenido, por ahora, salvo los 2 mencionados que, corríjanme si me equivoco, no pertenecen al “mundo de los juristas”.
Vamos con el comunicado -presentado a la vez que la ILP- que tiene su miga, sobre todo si te has leído primero la proposición de ley que hacen estos 2 individuos. Y nosotros sí la hemos leído, y a fondo...
Tristemente hemos de repetir que, aunque sea un comunicado nada más, si aspira a representarnos, esas erratas y faltas de ortografía sobran y no se pueden aceptar. Esas cosas nos muestran como “dejados y poco cuidadosos” en el mejor de los casos o como “incultos cuyo único libro tocado en años es de papel de fumar” en el peor. Son estereotipos que, por desgracia, siguen vivos en parte, porque se apoyan en la terca realidad que algunos ofrecen. ¿No sería más normalizador que la figura del usuario de cannabis -si es que ellos lo son- fuera siempre limpio de faltas y errores, o al menos en los textos públicos? ¿O es demasiado pijo para unos porreros?
También sorprende del comunicado -en cuanto a su contenido- que no queda claro del todo si es RCN-NOK quien presenta esta ILP, si son esos dos señores (llamados Fermín Les y Ramón Morcillo) que pertenecen a RCN-NOK pero sin nadie más detrás, o si actualmente RCN-NOK no es ya más que ellos dos.
Tampoco sería raro si, como decía esta noticia, a Ramón Morcillo no le pareció bien presentarse a nivel nacional, hace tan sólo un año, porque la policía le molestó registrando su coche, durante media hora y le soltó un par de chulerías, tan habituales en algunos cafres de policía, si atendemos a los hechos narrados. De ser como dice la noticia, Ramón, sin acritud te digo que me parece lo mismo que cuando un futbolista se tira en el área sin que le toquen, en lugar de luchar la pelota e intentarlo de verdad.  Joder, que sólo te registraron el coche... ¿tan acosado te sentiste, machote?
No me queda claro si -como dice la noticia- tu renuncia, a presentarte a las generales por RCN-NOK, se debía al “acoso sufrido por el candidato” en el incidente mencionado... ¿cómo se te ocurre dar este otro paso, que te sitúa al nivel nacional -al menos en el papel, que lo admite todo- exponiéndote de una forma más grave? No suena muy coherente, no.
Nos hablan de que es “la primera ILP a nivel nacional” y, precisamente, eso creo que únicamente es y será: la primera ILP presentada, que no lograda, a nivel nacional. Intuyo que no tienen muchas esperanzas de que esto salga adelante -si realmente piensan intentar conseguir las 500.000 firmas, ya han perdido la publicidad y efecto del día de la presentación de la ILP; será que van sobrados de fuerzas- y que habrá otras iniciativas nacionales, no tardando mucho. Esperemos que las futuras ILP que puedan surgir en torno al cannabis y su regulación, sean -al menos- consensuadas para poder contar con mejores posibilidades de llegar a buen puerto, y no sean presentadas sólo para hacerse la foto. Puedo equivocarme y ojalá me tenga que comer mis palabras, pero lo dudo; ojalá esta acción consiga algo distinto que provocar más desunión en el “ya de por sí fragmentado” colectivo cannábico, viniendo como viene sin contar con nadie para su elaboración y presentación (así nadie más aparece en la foto ni saca provecho...¿no?).
Tendremos pues que esperar para ver con qué equipo cuentan, qué proyecto de trabajo tienen previsto para conseguir los objetivos, qué proceso seguirán, etc. Todo lo relativo a la logística asociada a una ILP nacional y que, por ahora, nadie del ámbito cannábico sabe qué planes tienen para su alcanec. Si hablamos de recoger 500.00 firmas -que deben ser validadas con los requisitos de una ILP- tendrán que contar con un “pequeño ejército de activistas” que vayan a conseguirlas por toda España, más otro “pequeño ejército” en las redes sociales como Facebook o Twitter (que tienen muerto desde hace un año). Deseando estoy que nos presenten al grupo activista que va a luchar, por llevar esa propuesta ante el legislador, apoyados por un pequeño porcentaje del pueblo español que dará su firma.
En el título que muestra el texto que nos han pasado (entendemos que es el mismo que se ha entregado al Congreso, y no otro) se lee que la ILP va dirigida -entre otros fines- a “regular el autocultivo para autoconsumo de cannabis, tanto a nivel personal como para clubes”. Sin embargo, en los fines que constan en dicha ILP -ver artículo 5 íntegro, sección de “Finalidad”- dentro de lo que allí han escrito, ni siquiera se menciona el autocultivo o el cultivo, lo cual es extraño como poco. Se mencionan a las asociaciones, a los consumidores, a los socios, a las instituciones y hasta a la tan traída y llevada “salud pública”. Pero ni cultivo ni cultivadores aparecen -por ningún lado- en ese trozo de pegote (comparen con la ley navarra y entenderán el porqué del epíteto) en concreto.
Y resulta más extraña aún esta ausencia cuando -sin que nadie, a día de hoy, lo solicite siquiera- saltan -en la ILP presentada- con que los cultivadores que se produzcan su propio cannabis, deberán estar dados de alta en un registro... ¿¿Cómo?? ¿¿Perdón?? ¿¿Qué estás diciendo??
¿De qué cojones el alta en un registro, si cultivar lo que yo me fumo es un derecho que ya tengo? ¿Mas estigma y marginalización? ¿Registros para fumetas, como si fuéramos peligrosos yonquis enloquecidos -estilo telediario de los años 80- que es necesario tener bajo control?
A lo mejor -da la impresión de que no tenían ningún jurista capacitado a mano, o lo tenían pero prefirieron ahorrarse el dinero de la consulta- no tienen claro que el derecho al autocultivo está fuera de cuestión, incluso en sentencias “poco amigas” y tan conocidas como la del “supremazo contra los clubs de cannabis”, donde el propio Tribunal Supremo habla de este derecho y lo menciona -repetida e insistentemente- sin cuestionarlo en ningún momento.
Simplemente plantear necesidad de registrarte -dar tus datos y revelar dónde tienes el cultivo, a un funcionario de tu ayuntamiento o corporación local- nos enfrenta con la realidad de que las propuestas, en esa ILP, se han hecho copiando ideas ajenas -surgidas fuera de nuestro país, como en Uruguay- que atendiendo a nuestra problemática y situación. Pero resulta que es esto es España, y España no está en Sudamérica: lo que allí pudiera ser conveniente -aunque lo dudo- puede no serlo en absoluto aquí, como os harán notar los cultivadores cuando conozcan el texto.
Por cierto, genios, me corroe la curiosidad, en serio...
¿Por qué vuestra propuesta viene a tocar los cojones -a los cultivadores de cannabis para su propio uso- con registros y limitaciones arbitrarias, pero cuando la presentasteis en Navarra ni siquiera mencionasteis el tema? Si no era lo bastante bueno para vosotros allí, explicadnos por qué puñetas pretendéis que nos la traguemos los demás.
¿Nos habéis tomado por gilipollas? Debe ser algo así -si creíais que semejante pisotón, a nuestros derechos y dignidad, iba a pasar inadvertido- pero va a ser que no: esa picha en mi culo no entra, hamigo...
En el texto hay otra perla interesante: vosotros mismos (y vuestro turismo) os permitís calificar el autocultivo de cannabis como un “ilícito penal”. ¡Toma! Menos mal que es “fuego amigo”. Supongo que -con urgencia y sin atender a festivos- os llamarán del gobierno de Rajoy para daros el mando del Tribunal Supremo y podáis corregir a todos. Como ya expusimos antes, el derecho a cultivar el cannabis que tu consumes, no está siendo puesto en duda por nadie salvo por vosotros, con esa calificación de “ilícito penal” que usáis -a modo de premisa justificatoria- en ese triste comunicado.
En cuanto al autocultivo de clubs o CSC's, estaría bien conocer si queda algo activo, a día de hoy en España, que cultive lo que vende (perdón, reparte, porque es todo todo todo sin ánimo de lucro, ¿verdad?) a sus socios o si -por el contrario- hablar de autocultivo de clubs en el actual panorama de CSC's resulta simplemente un gag más en esta historia. Más del 95% de lo que se vende en los clubs (sí, venden) proviene del mercado negro y, lo que en principio fue un recurso de emergencia, a usar sólo si la policía te quitaba tu cultivo -la compra mancomunada para socios- se acabó convirtiendo en el mecanismo de abastecimiento básico de los clubs. Si hay algún club que pueda presumir (porque sería como para presumir de ello) de producir todo lo que vende, o siquiera el 50%, que me lo haga saber porque merecen un reportaje: eso SÍ es luchar por salir del mercado negro y no otras formas de “asociación” cuya única actividad es vender.
El texto continúa explicando que su propuesta no es “la legalización del cannabis”, sino que es “lo que se puede hacer dentro de la Ley [sic] en la actualidad”. Cierto, no es la legalización no, y como mucho será lo que vosotros -¿dos?- creéis que se puede hacer ahora dentro de la ley (va con minúscula) en atención a vuestro criterio e información... ¿o de quién es esa opinión? Exactamente, ¿este texto, a quién representa? ¿Quiénes son los firmantes y sujetos con el criterio usado para toda España?
Dicho de otra forma más llana: ¿por qué este “yo me lo guiso y yo me lo como”?
¿De verdad no sabéis cómo será recibido? Yo creo que sí, que lo sabéis de sobra, pero que el objetivo de los autores se consiguió el día que se presentó la ILP, ya que no podéis esperar nada más de recorrido con lo que hasta ahora mostráis.
Añadís que, tras décadas de lucha, es importante que esto pase a hacerse ley en toda la piel de toro. ¿Y tras décadas de lucha no habéis aprendido que, si no se trabaja en grupo y con un cierto consenso, no hay nada que pueda salir adelante y menos “en toda la piel de toro”? ¿O vale con decir que es importante y que debe hacerse, para que mágicamente alguien se ponga y lo haga?
Claro que no podemos quedarnos de brazos cruzados en el actual momento -clave- con las sentencias y cambios que se están produciendo, pero que debamos reaccionar ante ello, no supone que lo hagamos con cualquier propuesta, sin importarnos la calidad de lo entregado y el lugar en que nos colocaría.
Sigue su escrito con un par de esas frases “paradójicas”, que muestran lo contrario de lo que expresan: RCN-NOK desaparecerá el día que el cannabis esté totalmente legalizado para “consumidores y no consumidores y consumidoras” [sic] y que no creen que esta iniciativa sea el final de nada sino el principio, de un largo camino, en el que esta ILP sería la “primera piedra legal sobre la que asentar un debate sobre el cannabis”.
Ok, lo que tú digas pero... ¿no os parece una “poco inteligente forma de debatir” eso de proponer algo tan serio como una ILP -nacional sobre cannabis- y hacerlo sin contar con nadie de los actuales “actores” en ese mismo área? Con estos comienzos nada sociables... ¿creéis que se animarán muchos activistas a debatir -nada de nada- con vosotros? Yo lo dudo, aunque os deseo suerte porque os hará mucha falta.
Decís que, hasta ahora, “el activismo ha sostenido esta batalla” y que se ha ganado, entre otras cosas “con mucha valentía y arriesgando vuestra libertad por la de los demás”. Wow, que duro suena eso... ¿verdad? Parece una justificación tipo, “yo lo valgo porque no soy calvo”, y este es su porqué: ese trozo es la base argumental e introductoria para decirle, desde Facebook a toda la sociedad, que ahora el papel es el suyo.
Esta épica frase, posiblemente rescatada de la anterior iniciativa llamada “tu papel importa”, me trae a la mente el nivel de preparación mostrado entonces, haciendo más “pobre” lo que estamos observando ahora. Finalizáis pidiendo permiso -en un párrafo coronado por varios “María” sin tilde- para construir “otro futuro tras el fracaso rotundo de la guerra contra las drogas”, mediante el poder de 500.000 firmas que, los ciudadanos del estado español han de confiaros.
Como usuario de drogas, yo no querría verme representado en mis derechos y mis aspiraciones por vosotros: con vuestra actitud, parecéis mas interesados en que se produzca un acuerdo -sin importar precio y sea el que sea- que en lo que haya de contenido en ese hipotético pacto.
Lo sentimos, pero vuestra ILP no nos representa.
PS: Desde aquí ofrecemos, a los dos responsables de esta ILP, una entrevista, con cámara recogiendo todo de principio a fin, en la que puedan ofrecernos sus directamente sus respuestas.

PD: Coño cómo sube todo hoy día... ;))



martes, 17 de noviembre de 2015

Trampa reguladora en Canadá contra el autocultivo de cannabis

Este texto fue publicado en el Portal Cannabis.es y viene a cuento ahora tras los movimientos que están teniendo lugar en el ámbito canadiense, del que podemos tomar ejemplo (aunque sea el mal ejemplo) para prevenir errores en un futuro contexto similar en España.

Esperamos que os guste.
---

La trampa reguladora de Canadá y el autocultivo.

¡Regulemos el cannabis! Es lo mejor que podemos hacer para que respeten nuestro derecho y no nos traten como a delincuentes.” 

Esto debieron pensar en Canadá el movimiento cannábico cuando, tras años de soportar la guerra contra las drogas impuesta por los USA, empezaron a cambiar las cosas en el mundo del cannabis. Pero no todos los cambios eran a mejor.

Hasta ese momento, abril del 2014, había 37.000 cultivadores inscritos en Canadá que cultivaban su propia yerba por razones terapéuticas y existía un amplio servicio de dispensarios. Pero aunque el modelo de regulación había permitido esa vía para los enfermos, iban a ser privados de ese derecho. A partir de ese momento no podrían cultivar sino que tendrían que pagar.

Ese modelo es la senda que inició Canadá. El modelo regulador del “verde con la cara de algún presidente muerto” y no el sano verde de la planta. Canadá enfrentó el asunto con mucha atención al negocio del cannabis, todos los puestos de trabajo que podría generar y todo el movimiento económico que eso traería. Y además “los pobres enfermos no tendrían que cultivar” sino que pasaban a ser clientes asegurados de un mercado en el que confluyen muchos intereses y no todos buenos.





Los cultivadores con permiso reaccionaron contra la regulación tal y como pretendía hacerla el gobierno ya que suponía la perdida de derechos adquiridos, y consolidados durante años, como cultivar o designar a alguien que cultive para ti el cannabis que precisas. De momento lo que consiguieron fue una exención sobre la norma que entró en vigor el 1 de abril del año pasado, pero era un mal parche sobre un descosido demasiado grande. No había otra opción que la de impugnar dicha ley -o al menos intentarlo- y presentaron una enmienda contra dicha regulación.

La argumentación es clara: tendrán menos variedades de cannabis y menos específicas para las dolencias de cada enfermo, además de estar limitados a tener en su poder una cantidad más baja (y a efectuar compras más a menudo) ya que se les limita a tener 150 gramos cuando antes dichas personas podían poseer legalmente todo lo que fueran a consumir en 30 días. Y hay enfermos que usan cantidades que pasan de los 10 gramos al día.

La pelota está ahora en el tejado del estado, a quien hace unas semanas -en el primer día de audiencia- se le planteó que la carga de la prueba la debe aportar él para limitar un derecho de forma razonable ya que la nueva medida viola derechos constitucionales que protegen la vida, la libertad y la seguridad de las personas. 

Asimismo los demandantes plantean que se fuerza a las personas a elegir entre su salud o la cárcel, especialmente a aquellos con posibilidades económicas más bajas, ya que no pueden permitirse los precios que fijan las empresas con el nuevo modelo, y en esas situaciones la elección queda entre seguir cultivando y arriesgarse a ir a la cárcel o rendirse y dañar su salud.

La linea de defensa del estado en este caso es un poco más del lloriqueo habitual: se quejan de que se ha pasado de que hubiera unos 10.000 cultivadores registrados a 37.000 y que la ley entonces se hizo para “pequeños grupos” y no para la exponencial demanda de cannabis que existe ahora mismo en el país. Según ellos, es imposible controlar policialmente a los 37.000 cultivadores y presentan ese hecho -su propia incapacidad- como una razón para que se restrinja el derecho de otros. Un absurdo propio del agónico final de la guerra contra las drogas. ¿Quién necesita que se controle policialmente a los cultivadores de cannabis con permiso terapéutico? ¿Es eso el modelo de sociedad al que quieren avanzar en Canadá?




También argumentan que hay algunos cultivadores que generan más de lo permitido y que lo venden al mercado negro, haciendo especial hincapié en el peligro de dicho mercado por los mohos debidos al mal secado o a una mayor presencia de metales pesados. No existe ninguna razón por la que pensar que el excedente de marihuana de un cultivo está secado en malas condiciones o que tenga un tratamiento distinto al resto, pero lo argumenta la policía que también dice que “no existe ningún derecho constitucional a tener cantidades ilimitadas de cannabis”. Da la impresión al observar ese enfoque criminalizador de la planta que existen muchos puestos de trabajo en el lado contrario a la libertad para cultivar cannabis, como los de las fuerzas de seguridad y toda la maquinaria que hay que ir desmontando tras la fracasada guerra contra las drogas. Pero no van a desaparecer sin luchar por quedarse: han vivido gracias a la prohibición.

Al mismo tiempo el desarrollo del proceso judicial va a permitir a varias decenas de usuarios de cannabis por motivos medicinales explicarse en dicho proceso, lo cuál alargará bastante el asunto que al estar en manos de la burocracia judicial ya se preveía que duraría más allá del verano y que posiblemente no haya una resolución hasta el otoño de este año.

Aunque existe un amplio consenso sobre la necesidad de afrontar algún tipo regulación con el cannabis y de eso no existe duda, los interrogantes aparecen al abordar el asunto. Shawn Davey, uno de los querellantes -el primero que fue escuchado por el tribunal- representa todas las preocupaciones que tienen los usuarios médicos de cannabis.

Shawn resultó gravemente herido en el año 200 en un accidente de tráfico que le dejó en coma. Sobrevivió, pero sufre de molestias nerviosas en un lado de su cuerpo, mal equilibrio, problemas de memoria y dolor crónico. Tras gastar miles de dólares en medicación clásica farmacéutica la única cosa que le había proporcionado alivio suficiente como para poder vivir una vida autónoma era la marihuana.

“Se suponía que me iba a pasar el resto de mi vida con un cuidado especial 24 horas al día. Ahora conduzco. Vivo por mí mismo y se lo debo a la marihuana” afirmó Shawn ante el tribunal.

Pero resulta que necesita una gran cantidad de cannabis para poder llevar su vida. Se fuma un porro tan pronto abre los ojos por la mañana, y usa un vaporizador el resto del día, así como ingiere galletas con cannabis para ayudarse a dormir. También se hace su propia loción de marihuana y aceite de semilla de uva. Shawn a sus 38 años de edad calcula que ingiere cannabis cada media hora cuando está despierto, hasta consumir un total de 25 gramos diarios que es lo que estipula su permiso medicinal.

Él se cultiva su propia marihuana con la ayuda de un vecino y compañero en el uso medicinal del cannabis en una construcción alquilada en una zona rural, que cuenta con seguridad, puertas con alarmas y cámaras de vigilancia.
Si Shawn con su pensión de discapacidad y los pagos que recibe por su acuerdo a raíz del accidente, tuviera que pagarse el cannabis a precio del “nuevo mercado regulado”, incluso a un precio excepcionalmente bajo como podrían ser 5 dólares por gramo, tendría que desembolsar unos 4000 dólares al mes, dejándole sin recursos económicos.

Aunque Shawn asegura que los motivos principales ya ni siquiera son los económicos, sino que las malas experiencias con el producto que ofrecen los cultivadores profesionales le hacen desconfiar de dicho mercado. Él consigue cosechas de su Babba Kush que son muy superiores en calidad a lo que consigue comprando de un cultivador designado. Y por supuesto, mucho más baratas.
“Confío en lo que yo cultivo, y punto.” dijo Shawn a Brongers, el representante del gobierno en el pleito. “Este cuerpo es el mío y no quiero dejar a nadie más tratar con él.”

Esta situación es la que tiene en vilo a todos los cultivadores de cannabis por motivos medicinales de Canadá, que temen con razón que se les prive de un derecho que no entra en colisión con los derechos de otras personas y cuya principal razón es la de vender el pastel económico a las grandes empresas, preparadas para la producción masiva pero mucho menos apta para los fines medicinales.
Cuando escuches “regulación del cannabis” no aplaudas la iniciativa sin haber leído exactamente lo que propone quien lo presente: puede que estés apoyado tu propia pérdida de derechos. 
Al menos si vives en Canadá, por ahora.



domingo, 8 de noviembre de 2015

El Supremazo contra los clubs de cannabis

Este texto fue publicado en VICE y escrito el fin de semana que se conoció la sentencia del Tribunal Supremo. Esperamos que os guste.

----


El Supremazo contra los CSC.

¡¡¡Mecágondios!!!

¿Que el Tribunal Supremo, sala máxima -y muy señera- del derecho español, se ha cargado con una sentencia a todos los Clubs Sociales de Cannabis (CSC's) del país?” resonó en mi cabeza como si me hubieran sacudido una buena hostia con el badajo. Era mi pensamiento que se encargaba de darme los buenos días, al leer las noticias adelantadas sobre la sentencia 484 del 2015, que acababa de hacerse pública.

Lo primero que pensé, sin haber podido leer la sentencia en ese momento, es que estaban exagerando. ¡Estos periodistas... cómo se ponen con las drogas! Pero no. Aunque sonaba marciano que -un buen día por la mañana- el tribunal más politizadamente macarra del país se levantase y jodiera de un plumazo la única opción de acceso al cannabis en España para enfermos, o para viciosos fumetas adictos como yo, que no es el mercado negro puro y duro... era real. ¡Está pasando! 

El Tribunal Supremo ha sentado doctrina, como quien planta un pino, y nos ha jodido bien: si quieres porros, llama a tu puto camello o plántate tú la yerba sin que te pillemos, pero eso de que puedas ir a comprarla o a adquirirla a un lugar conocido como un CSC -gestionado dentro del ámbito asociativo, con personas formadas en el uso y consumo de la droga que vas a pillar, que te pueden informar adecuadamente de lo que necesites- sin tener que sentir la emoción de estar violando la ley, se acabó.




Veeeenga, ya estás desempolvando ese viejo móvil -que guardas en el cajón al lado de esos condones que ibas a gastar en el 2008- y buscando el teléfono del camello que te hacía el favor de atenderte, y contra el que posiblemente has estado despotricando desde que conseguiste acceder a un CSC y pillar tu yerba, tu hash o tus extracciones de cannabis para dabear, en un sitio que no parecían los escenarios de “El Pico”. Y sobre todo, reza mucho (a San Canuto) para que siga conservando el mismo número, y se acuerde de ese capullo que dejó de llamarle hace años pero no se acuerde con memoria suficiente como para tenerte “trizado” por algo que no le gustase de tu comportamiento como cliente, que los camellos son “muy especialitos”.

¡¡Llegó el “Supremazo 484” contra el cannabis!! Unos gobiernan con decretazos y otros legislan con supremazos, no vamos a sorprendernos ahora por eso ¿no? Cómo decía la dulce Cospedal -para mí tan dulce como “la dulce Neus”- hace poco : “¡¡¡LA DROGA ES MALA!!!”.
De los jueces que esos políticos nombraron, no vamos -pues- a esperar “física cuántica”: de esos polvos, estos lodos.

He aquí los hechos, resumidos para tu selectiva mente: el tribunal supremo recibe un recurso -de un fiscal muy fiscal que obedece por ley las órdenes del fiscal general del estado- diciendo que “no le parece nada bien que la audiencia de Vizcaya haya fallado lo que ha fallado contra una asociación llamada EBERS” en la que salían absueltos de lo que ese fiscal les acusaba: tráfico de drogas hablando en plata. La cosa es que se pone a mirar el tema y ve que lo que realmente son, es una asociación de esas que reúnen a activistas luchando por la salida del mercado negro del cannabis, a enfermos buscando ayuda real, personas en tratamiento por cáncer a quienes el estado falla, y a todo el espectro social de aquellos que usan marihuana lúdica o terapéuticamente. Todos con el factor común de intentar abastecerse fuera del mercado negro.

La sala que juzga se da cuenta de que tiene un “papelón” entre manos, y es que el discurso oficial del estado español es totalmente contrario a cualquier tipo de medida que suavice la presión contra el cannabis y/o las drogas. De hecho, como recuerda la sentencia, resulta que nuestros representantes políticos van por el mundo diciéndoles a los demás países que ni se le les ocurra pensar en “decriminalizar” el cannabis ni otras drogas, lo que es igual a pedirles que el consumo de cannabis siga siendo un delito -aunque en España no lo es, aún- y que no aflojen las fuerzas en la guerra contra las drogas. Es como decirle a un pobre que se muere de hambre, que no cambie de dieta porque le va a ir bien así. La política internacional Marca España es lo que tiene, los principales representantes de los asuntos sobre drogas en la ONU y otros países, no cambiaron tras la salida del gobierno de Zapatero: no hace falta porque -al final- tienen la misma política de drogas las dos caras de la moneda PPSOE.




Y al final, pues se bajan los pantalones y dicen que... hacen lo que hacen con su sentencia -cortar el cuello a todo el asociacionismo cultiveta cannábico- porque les obligan de fuera: acuden a justificarse a los tratados internacionales sobre drogas, incluso a su interpretación semántica si es necesario. La verdad es que la sentencia es un puto novelón increíble, un viaje a través de la realidad actual de la justicia en España y de las mentes pensantes que al final acaban escribiendo sentencias que dañan el consenso social, siempre por delante de lo que la norma dice. Literariamente es todo un ejercicio de derecho-ficción y neorrealismo hispano. A mí, como sentencia, me gusta porque no paro de reírme cuando la leo: ¿nunca habéis hecho eso de imaginar las caras de vuestros compañeros de trabajo, justo cuando se van a correr o cuando tienen que apretar cagando? Pues yo lo hago con los magistrados del Tribunal Supremo cuando tienen que firmar esas sentencias. Me va mejor.

Lo triste es que podían haber hecho algo más -ellos mismos citan el Art.3 del Código Civil que alude a la “realidad social”- e incluso algo útil para todos, ya que se ponen a pontificar ahora. La sentencia nos dice que 290 socios, excede lo que se puede entender como una extensión de nuestro derecho a consumir drogas bajo el supuesto del “consumo compartido” y del “cultivo compartido” como extensión a su vez del anterior. Pero a la vez, se lavan las manos y dicen que no es competencia de los tribunales decir cuántas personas son el límite para un CSC o club de ese tipo. Y es cierto, no es su competencia pero unas pequeñas indicaciones hubieran ayudado -doctrinalmente- a que su sentencia no se convierta en una caza de brujas contra los CSC.

El sábado, un día después de que fuera pública, la sentencia había rulado como la pólvora en ciertos ámbitos y no precisamente en los fumetas: al parecer las comisarias de policía la habían tomado por el best-seller del momento, y se la estaban pasando unas a otras como si fuera un regalito por Navidad. Por un lado, me parece estupendo que los uniformados conozcan bien la ley -empezando por las relativas a Derechos Humanos- y tanto interés en estar al día con la ultimísima sentencia del Tribunal Supremo es loable. 

Por otro lado, me cuesta (llamadme malpensado) imaginar que en realidad, la sentencia volando de una comisaria a otra, fuera el resultado de un intenso debate intrapolicial sobre los límites del derecho desde el positivismo jurídico. Más bien me comentan que fue algo más parecido a un “mira mira, que ya dicen los del supremo que podemos ir a por los fumetas esos de los clubs... que se vayan preparando JOJOJOJOJO!!” y lo cierto es que me lo creo, la navaja de Ockham me obliga.

¿Qué va a pasar ahora realmente?
Pues sin ser adivino, el futuro más probable es el de un cierre masivo de clubs de cannabis, en el estado español. Voluntario: no quiero/queremos ir al talego. O forzoso: te cierra la policía acusándote de tráfico de drogas. Por las buenas o por las malas.
¿Has encontrado ya el teléfono de tu camello? Si no puedes plantar tú mismo, sigue buscando.

¿Y eso por qué, si a los de EBERS no los enchironan al final? ¿A ellos no y a mí sí?
Los de EBERS han tenido la suerte de usar una carta muy especial de la baraja, la del “error vencible”. Por esa rareza del derecho que quiere decir -más o menos- que creías firmemente que no estabas cometiendo ningún delito, y además tus actos (en este caso, la limpieza con la que EBERS llevaba sus cosas) cuadran con ello: si en el desarrollo de la actividad que hacían, hubiera habido la menor prueba de que pretendían esconder algo porque sabían que era ilegal, el comodín del “error vencible” no se hubiera podido usar. Y además, una vez usado en este caso, el tribunal se encarga de aclarar que hay varios puntos del asunto que no se ajustan a lo que la ley permite en el modelo de los CSC en España, como pueden ser el número de socios (290 son demasiados, y ahí te quedas preguntando) o la intención de “permanencia” en el consumo compartido -porque de otra forma no puedes explicar que un cultivo sea compartido como escudo legal- hace que se contradiga con la jurisprudencia que sostenía el delicado entramado de los CSC, que se basaba en el consumo compartido, y por definición legal ha de ser de una cantidad mínima -aunque se aceptan acopios extra para ocasiones y fiestas de guardar- y para consumir en el momento. También que no hace falta que se dé “ánimo de lucro” para que sea delito de tráfico de drogas: si tu cultivas “legalmente” para ti en tu finca del pueblo, y te ha salido medio kilo de buena yerba más del que puedes usar en un año, si se te ocurre dárselo a un enfermo que no pueda cultivar y te pida ayuda, como te trinquen vas pa'lante por tráfico de drogas, aunque no fueras a ganar nada con tu acción y seas un bonito candidato a recibir un indulto por buena persona. Preso y luego solicitas el perdón.

Existe otro punto curioso, y es que el tribunal da como hechos probados que ese grupo de 290 personas usaban 10'4 TONELADAS de cannabis cada 6 meses para abastecer sus necesidades. ¿Cómo es esto? Coge la calculadora, venga: 10.400 kilos de cogollos de yerba, cada 6 meses, para 290 socios... tocan a casi 6 kilos de cogollos de marihuana por mes. O lo que es igual a 200 gramos de yerba por día. ¡¡JODER CÓMO FUMAN ALLÍ!! Esto que lo resuelvan los de Expediente X o Cuarto Milenio.

Al mismo tiempo, el mismo tribunal dice que no hay que olvidar que se ha detenido a gente con cantidades notorias de cannabis en la zona, y de los que citan el que más llevaba eran 5'1 gramos de cannabis. ¿Explicación que cuadre ambas cosas? No lo intentes; mejor hazte un “PASOPALABRA” como Pedro Sánchez cuando le preguntan por el cannabis, en una vergonzosa demostración de su incapacidad para tratar este asunto, con la normalidad de un adulto en una sociedad adulta.

No todos los políticos que aspiran a que les des tu voto el 20 de diciembre están sin saber qué decir al respecto de la política de drogas y el cannabis: Albert Rivera, al ser preguntado por la cuestión del cannabis ha dejado claro que está a favor de la legalización, y que él ha fumado cannabis en varias ocasiones, que no lo oculta. Estas declaraciones del líder de C's se publican en la prensa al día siguiente del “Supremazo 484”.

El cannabis ha entrado en campaña desde el pasado viernes, de la mano de nuestro inefable Tribunal Supremo. 

Y quien no lo vea, que se fume un porro.