El día final de la UNGASS 2016, la reunión de urgencia de los países miembro de la ONU para "abordar un cambio en la política de drogas", moría Prince de una sobredosis.
En un primer momento, esa opción fue descartada por la inmensa mayoría de medios y especialistas en USA. Hoy día ya se sabe que Prince murió de sobredosis de fentanilo. El portal especializado en cannabis y política de drogas, Cannabis.es, lo publicó -como la hipótesis más probable a pesar de lo que se decía- al día siguiente de conocerse su muerte.
Es un placer acertar, otro que se fíen de tu criterio.
Y una pena tener razón en un caso como el de Prince: muerto de sobredosis de fentanilo.
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En un primer momento, esa opción fue descartada por la inmensa mayoría de medios y especialistas en USA. Hoy día ya se sabe que Prince murió de sobredosis de fentanilo. El portal especializado en cannabis y política de drogas, Cannabis.es, lo publicó -como la hipótesis más probable a pesar de lo que se decía- al día siguiente de conocerse su muerte.
Es un placer acertar, otro que se fíen de tu criterio.
Y una pena tener razón en un caso como el de Prince: muerto de sobredosis de fentanilo.
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Y ahora, Prince
Con toda seguridad, hoy encontraremos
grandes textos sobre Prince, el artista anteriormente conocido como
Prince, y todo eso. Por que es cierto, ha muerto otro gran personaje
en este fatídico último año que llevamos: Lemmy, David Bowie,
Glenn Frey de los Eagles...
Cuando anoche lo leí, se me borró la
sonrisa y desde fuera debía verse -en lo que antes era mi rostro- un
enorme “WTF?!”: era joven, demasiado joven. Si no había muerto
en los “27 malditos”... ¿por qué iba a morir ahora? Y sin poder
evitarlo, el aire de mi habitación se empezó a llenar de frases que
me llevaban a ese paraíso de calidez, ausencia de dolor y calor
compartido que era “Purple Rain”, la lluvia púrpura en la que él
quería verte riendo...
“I never meant to
cause you any sorrow.
I never meant to cause
you any pain.
I only wanted to one
time to see you laughing...
I only wanted to see
you
laughing in the Purple
Rain.”
Reconozco que Prince y su obra sonaban
en un plano de existencia muy distinto al mío, y que podría haber
pasado la vida sin saber de él. Y no habría pasado nada.
Nada,
salvo que me estaría perdiendo una pieza clave -un diamante
perfecto- en la memoria colectiva musical; “Purple Rain” es uno
de esos temas que por el título, tal vez, haya quien no lo reconozca
a la primera pero que bastan unos segundos del tema para que
cualquiera diga “sí!! sí la conozco!!” y hasta la sepa
canturrear. Una de esas canciones que casi no importa cuando naciste,
porque la vas a conocer sí o sí. Y es una de esas canciones con las
que casi todo el mundo ha llorado alguna vez, o muchas.
Es un tótem sagrado, de esos que se
hacen un vez y ya no hay más troncos similares con el que hacer otro
parecido. Una canción cuya historia vale una película, un Oscar de
la Academia de Hollywood, y sin querer desmerecer el resto del
trabajo de Prince, vale toda una carrera.
Si Prince no hubiera
compuesto una nota más en su vida, sería igual de grande tras haber
escrito ese tema y tras haber grabado uno de los mejores solos de
guitarra de la historia en él. No me refiero a un solo de virtuoso
gimnástico, sino de los que ves que la puta guitarra está hablando
por el músico, mientras él está en trance. Delicia absoluta.
Para Prince, “Purple Rain”,
se convirtió en “su albatros”: le perseguiría toda su
vida, cada minuto desde 1983, mientras siguiera haciendo música. La
canción fue compuesta primero en la estructura armónica y musical,
y posteriormente Prince añadió la letra. No porque quisiera, sino
porque no tuvo más remedio.
Prince le envió a la preciosa -y llena
de talentos- Stephanie Lynn "Stevie" Nicks, la
cantante de Fleetwood Mac el tema para que fuera ella quien
construyera la letra.
Ella “se meó del susto en las
bragas” ante el asunto, por dos razones.
La primera, que la
canción era enorme, tenía una clara construcción épica que no era
su registro habitual y a la vez estaba sujeta a ciertas necesidades
de guión porque tenía que ser escrita para la película homónima.
El reto era enorme y exigía no tomarlo a la ligera.
La segunda, es
que la guapísima “Stevie” tenía la sensación de que
Prince quería “algo más que el que ella hiciera la letra”.
Sé que dicho así, puede sonar fatal, pero no quiere decir -ni
negar- que Prince quisiera “roce” con esa chica: sólo quiere
decir que ella sabía que la elección de su persona no era puramente
profesional sino que contenía “un afecto complicado” que
no quiso entrar a manejar.
Así que Prince se la tuvo que escribir
él solito -hay al menos dos versiones con letras distintas en
algunos puntos, pero iguales en concepto- y le salió de las manos una
obra perfecta.
Para quien no se haga una idea, puede visitar la
web del Washington Post animando a que todo el mundo difunda “ese
trozo de las letras de Purple Rain que te capturó” y con una
aplicación expresamente para ello, orientada a redes sociales.
Bien, vale. Hasta aquí la parte
emotiva, la que me duele como melómano y músico que ha perdido a un
creador de esos que al nacer rompieron el molde y nos dejó su alma
en forma de música. Ok.
Ahora la fea, la que hace todo aún más
triste, más injusto, estúpido todavía. Prince tenía 57 putos
años, y no estaba enfermo de un cáncer como les pasó a otros.
¿De
qué coño ha muerto Prince?
A ese chico le encontraron tirado en un
ascensor. La llamada a emergencias es muy simple: “hombre
inconsciente, no respira”. La autopsia se efectuará hoy viernes,
pero en principio la policía que asistió a la retirada del cadáver
-fue pronunciado el “exitus” allí mismo tras no responder
a la resucitación cardiopulmonar, en 10:07 a.m. 21/04/2016- ha
declarado que no hay signos de violencia o extraños que hayan podido
observar, que no hay nada que indique la razón de la muerte en ese
ascensor.
Tan sólo 6 días antes, Prince había
tenido que interrumpir un vuelo y causar un aterrizaje de emergencia
para recibir ayuda médica urgente. Por supuesto los datos médicos
son privados, pero Prince -como otros tantos “reconocibles”- vio
los datos filtrados (los pagan muy bien) sobre la actuación médica.
Y mientras su personal se encargaba de dar una explicación irrisoria
-una gripe- del hospital salían informaciones que aseguraban que se
le había tenido que dar un “save shot” o
“chute-salvavidas” de naloxona, el antídoto de los
opioides como el fentanilo o la heroína.
Venga, vamos a aceptar ambas
posibilidades.
Podía tener gripe como para tener que para un avión,
ir al hospital, y volverse a casita como si nada.
Podía tener una
sobredosis mortal de no ser tratada.
La primera opción la ha
explorado mi querido David
Kroll en Forbes.
¿Pudo morir Prince de una gripe? Sí, claro que pudo. La gripe mata
todos los años gente, a veces más y a veces menos, y suelen ser
personas con un sistema inmune disminuido para hacer frente a una
infección que el cuerpo, normalmente, supera cada año. Y Kroll
aprovecha para explorar dicha posibilidad, con la habitual
generosidad de buenos datos que suele usar.
Pero Kroll vive en USA y es un experto
en drogas, farmacia, química y esas cosas. No es ajeno a lo que todo
el mundo parece estar pensando y nadie puede decir de momento: que
Prince murió de una sobredosis de opioides, como otras decenas de
miles de personas cada año en USA desde hace una década o así.
Kroll argumenta con buen juicio de la “deshidratación severa”
que es el “motivo oficial” por el que fue atendido en el hospital
tras aterrizar de emergencia, está dentro del cuadro posible en una
gripe severa. ¿Pero aterrizar de emergencia? ¿No tenían nada para
“hidratar” a Prince en el avión? ¿De verdad?
Llegados a este punto, en que no puedo
tragarme la historia del avión y la gripe (al menos tal y como ha
sido contada de momento) pienso en las opciones restantes, que los
mánagers del artista querrían ocultar y a pesar de que -ahora-
fuera vegano y Testigo de Jehová, los creyentes también pecan, y
algunos gustosamente.
Suena más a sobredosis que necesita atención
de vida o muerte que a gripe severa. Otro artista que “destruye su
vida y su potencial creador” por las drogas, aunque sea el topicazo
esperado, es el titular final más plausible que los medios darán a
esta historia.
Desconozco si Prince tomaba alcohol o
drogas o era abstemio a muerte, y no me importaba hasta tener que
escribir esto, pero me parece algo perfectamente probable. Recuerdo
como cuando murió Amy Winehouse (otra que cayó a los “malditos
27”) la primera explicación fue la de la sobredosis de alcohol. Y
era cierto que se hundió en la botella ese día, pero los medios no
quisieron explicar que su tolerancia no era la habitual (la misma
cantidad de alcohol que antes la dormía, ahora la mataría).
Amy
Winehouse murió por dos razones combinadas: su agresivo consumo de
alcohol, y la terapia que se vio forzada a tomar (Rehab? I said no,
no, no....), presionada por su familia y el entorno que de ella
también sacaba beneficio. Su tratamiento, lejos de aliviar las
causas que le hacían recurrir de esa violenta forma al alcohol, lo
que hizo fue eliminar sus defensas naturales adquiridas con el tiempo
y uso. Las dos cosas, combinadas, la mataron a la primera ocasión.
Aventurar si Prince pasaba una
situación similar con un posible consumo de opiáceos/opioides es
excesivo, pero si fue una sobredosis como todo parece -a pesar de lo
que digan sus representantes- no sería nada extraño que
estuviéramos presenciando una situación idéntica, salvo en la
droga de sobredosis, a la de Amy Winehouse.
Ayer murió Prince.
Ayer terminaba la
UNGASS 2016, esa reunión de urgencia bajo el auspicio de la ONU en
la que los países iban a cambiar la criminal política de drogas,
que ha sembrado de muertes -de todo tipo- el planeta en nombre de una
axioma imposible: un mundo sin drogas y sin gente que quiera
drogarse.
Casi consiguen lo segundo, a base de matarnos, los muy
hijos de la gran puta. Aún no he querido meterme a bucear el tema de
lo que ha sido esta UNGASS, porque me voy a poner de muy malaostia
explicando lo que era previsible y no queríamos -tampoco- decir: que
nos la han vuelto a jugar.
Seguro que -si no sois cardiólogos o
algo similar- si nombro a René Favaloro os quedaréis como cuando a
mí me dicen el nombre de un futbolista. Era un tipo que desarrolló
algunas de las técnicas coronarias de cirugía que han salvado más
vidas en la historia.
Si un familiar tuyo ha sido operado de corazón, es posible que tuviera mucho que agradecer a ese hombre. Favaloro dedicó su vida a difundir el conocimiento en ese área, que dominó y expandió para salvar corazones heridos. Lo dio todo por los demás, en cierta forma, entregando su vida a ese trabajo.
En el año 2000, en la crisis monetaria (eterna) en Argentina -de donde era este señor- su fundación, el instrumento que había servido para salvar vidas por todo el mundo formando a más cardiocirujanos, se vio ahogada con una deuda enorme: 18 millones de dólares. Grande para una fundación, pero ridícula para un gobierno.
Si un familiar tuyo ha sido operado de corazón, es posible que tuviera mucho que agradecer a ese hombre. Favaloro dedicó su vida a difundir el conocimiento en ese área, que dominó y expandió para salvar corazones heridos. Lo dio todo por los demás, en cierta forma, entregando su vida a ese trabajo.
En el año 2000, en la crisis monetaria (eterna) en Argentina -de donde era este señor- su fundación, el instrumento que había servido para salvar vidas por todo el mundo formando a más cardiocirujanos, se vio ahogada con una deuda enorme: 18 millones de dólares. Grande para una fundación, pero ridícula para un gobierno.
Favaloro pidió ayuda al gobierno, de
forma oficial, para poder salvar todo ese trabajo, y las vidas que de
ello dependían.
El gobierno, simplemente, pasó de contestar.
El gobierno, simplemente, pasó de contestar.
"Debe entenderse que todos somos educadores.
Cada acto de nuestra vida cotidiana
tiene implicaciones, a veces, significativas.
Procuremos, entonces, enseñar con el ejemplo."
El 29
de julio del año 2000, tras comprobar que le ignoraba totalmente el
gobierno del país -por el que renunció, toda su vida, a ser la
mayor eminencia en USA en su especialidad- se encerró en el cuarto
de baño, sacó un arma, apuntó a su corazón... y disparó.
El tiro el el corazón de Favaloro, es mucho más que lo que se podía expresar -con un gesto o acto- de cualquier otra forma.
Y tal vez esta muerte, de un chico
tirado en un ascensor que no respira, de esa forma y en el día final
de la UNGASS 2016, sea otra tragedia llena de un significado más
amargo que la muerte del propio Prince.
No está mal este artículo, pero da la sensación de que se trata a Prince como un drogadicto, y no lo era. Este maravilloso artista murió de sobredosis ACCIDENTAL de Fentanyl, que es un ANALGÉSICO opiaceo que se receta para casos de dolores muy fuertes. En el caso de Prince, padecía de fuertes dolores de cadera, a lo que él pudo haberse negado a operarse por sus creencias como testigo de Jehová. En el incidente del avión de los días anteriores, en los que Prince quedó sin conocimiento durante el vuelo, los resultados confirmaron que no había exceso de ningún componente por el que pudiera concluirse que fuera adicto a ninguna droga. En su mansión se encontraró Fentanyl etiquetado con el nombre de otro medicamento, por lo que las investigaciones barajan la hipótesis de que es posible que este artista no tuviera conocimiento de que esas pastillas fueran Fentanyl. Ahora se investiga quién pudo suministrarle estos medicamentos.
ResponderEliminarClaro, Prince no recibió tratamiento con naloxona en el avión que tuvo que parar por "deshidratación".
ResponderEliminarAnda por ahí, si no sabes... cállate.