Nuestra cultura sienta sus bases en la historia y pensamiento griego y romano. La influencia de estas dos grandes civilizaciones es tal que casi se podría decir que somos una continuación de las mismas, llenas del mestizaje que nos ha dado el haber sido tierra bajo dominio árabe y de otras muchos a lo largo del tiempo.
De los griegos hemos tomado buena parte de nuestro pensamiento y de nuestras coordenadas a la hora de concebir y explicar el mundo. Las relaciones entre casi todas nuestras ciencias actuales y los primeros griegos que dieron explicaciones al mundo que vivimos son imborrables.
Es una pena, que no hayamos podido preservar la idea de la embriaguez como vehículo de expansión mental y reflexión, que para ellos fue durante mucho tiempo la forma en que gestaban, discutían y expandían sus ideas.
La forma mas común de reunión entre los pensadores, la forma de dar alas al intelecto, era mediante el "symposion". Esta palabra esta formada de la raíz "sym", que significa "juntos" y el verbo "posion" que significa "beber".
Estos symposion en los que grupos de pensadores y amigos se reunían para beber juntos y hablar durante horas en casa de un anfitrión son el germen de buena parte de la filosofía que hemos heredado de aquella época.
En un lugar elegido previamente, se preparaba una habitación donde pudieran sentarse o tumbarse los invitados, y con ayuda de los vinos, siempre disueltos en agua, se expusieran ideas y se rebatieran sobre las cuestiones más relevantes de la vida del ser humano.
¿Por qué vinos disueltos en agua?
Como cuenta Escohotado, la destilación es un proceso que no se descubre y aplica al vino y la uva hasta el siglo XI. Por lo tanto, los vinos que se podían producir, no podían superar los 13 grados en cantidad de alcohol, ya que en esa cantidad, el alcohol mata a la levadura responsable de transformar los azucares en etanol.
Casi todas las referencias que tenemos de esas épocas, hablan de la dilución del vino en agua, por ser una bebida que no se podía beber directamente debido a sus efectos y riesgos.
Evidentemente el vino tenía alcohol, pero nadie corre riesgo por tomar una copa de vino de máxima graduación alcohólica.
Esos vinos griegos, que daban alas a sus musas y les inspiraban ideas sobre las que trabajar, eran disoluciones de plantas en vinos de uva. Esas plantas pudieron ser de todo tipo, pero hablando de sus riesgos, en los que se menciona la locura o la muerte, posiblemente incluyeran solanáceas en su composición. Plantas como el beleño, la datura, o la belladona, son buenos candidatos a ser algunas de las responsables de los efectos de esas bebidas que llamamos vinos, aunque nada tengan que ver con lo que hoy día es esa bebida.
Siendo así, esos vinos, que bebían diluyéndolos en agua, eran potentísimos vehículos de embriaguez que no podemos conceptualizar como simple ebriedad alcohólica, sino como fuertes expansores de la conciencia habitual. Nada que ver con nuestra idea actual de una progresiva borrachera a base de nuestros estupendos y saludables vinos.
Antes de iniciar el symposion, se decidía previamente cual era el número de "krateras" o vasijas que iban a ser consumidas. Este acto previo, refuerza la idea de que era una acertada medida de prevención ante la certeza de que se llegaría a estados de conciencia donde actos como medir o controlar la embriaguez resultante no iba a ser fácil, sin duda debido a los compuestos que acompañaban a estos vinos.
Es bastante probable que no siempre se respetasen esas prevenciones iniciales, tal vez en búsqueda de una mayor alteración o por puro descontrol.
Hay una interesante anécdota narrada por Timeo de Taormina sobre unos jóvenes soldados que da una buena idea del poder de esos vinos:
"En Agrigento hay una casa que llaman 'la trirreme' (nombre de una embarcación de la época) por la siguiente razón. Unos jóvenes estaban emborrachándose en ella, y llegaron a un punto de intoxicación tan febril que pensaron que se encontraban en una trirreme, navegando en medio de una peligrosa tempestad; estaban tan beodos que arrojaron todos los muebles y objetos de la casa por la ventana, como si estuvieran en el mar y el piloto les hubiera mandado aligerar el barco a causa de la tormenta.
Entretanto acudió una gran cantidad de gente y empezó a llevarse los bienes que tiraban, pero, aun así, los jóvenes no dejaron de hacer locuras.
Al día siguiente, los generales se presentaron en la casa y los acusaron de varios delitos.
Ellos, todavía mareados, contaron a los oficiales que por miedo a la tormenta se habían visto obligados a echar por la borda el cargamento superfluo."
Esta historia, actualmente no tendría credibilidad alguna, ya que todos conocemos el alcance de una borrachera por vino. Se puede ser temerario, estúpido, insolente, agresivo, e incluso ver doble, pero no lo que aquí se cuenta.
¿Es creíble que bebiendo solo vino, si fuera como el que actualmente bebemos ocurriera esto?
Es harto improbable que varias personas que se hayan excedido con una bebida que solamente contenga alcohol como principio activo, lleguen a perder la noción del lugar en que se encuentran, para reemplazarlo por un barco que está azotado por una tormenta.
¡¡Y mas aún que eso ocurra durante horas!!
No sólo que lo crean o lo imaginen, sino que deliren hasta el punto de comportarse como si en esa situación se encontrasen, sino que al día siguiente en lugar de una resaca colosal, aun afectados den por explicación de sus actos aquello que había sido delirio compartido y posiblemente provocado por un exceso de esas bebidas portadoras de plantas alucinógenas.
Si esos soldados lo hubieran hecho con cualquiera de nuestros vinos actuales, habrían llegado a un estado de sopor, que difícilmente les hubiera permitido arrojar nada por ninguna ventana de la casa, y menos aun, creer que se encontraban en una barco en mitad de una gran tormenta.
Los griegos aceptaban esas situaciones como un mal menor consecuencia de un consumo poco cuidadoso de un poderoso embriagante -propio de la falta de experiencia o de la temeridad juvenil- pero no por ello fue jamas objeto de censura.
Pero si bien ese es un extremo en el uso de esos vinos superpotentes, otro podría ser el conocido Banquete de Platón, que aún se estudia hoy día y es modelo de reflexión, diálogo y brillantez oratoria.
Dejo aquí esta entrada con la pregunta abierta de cuantos de nuestros mejores antepasados como pensadores, de los que nuestra sociedad a lo largo de los siglos se ha nutrido, desarrollaron y maduraron sus ideas en estos estados de embriaguez compartida, de mayor o menor grado, llamados symposion.
Y también quiero hacer pensar sobre como hemos admitido muchas de sus brillantes ideas, y hemos edificado sobre ellas, pero hemos olvidado sus métodos.
¿No resulta más provechosa una embriaguez generadora de nuevas ideas y vehículo de unión entre amigos, estimulante de debates inteligentes y fuente de tejido social, que la actual marca de negatividad, delito e incorrección que acompaña en nuestros días al uso de embriagantes?
Solo comentar que de los que he leído de tu blog éste es el que más me ha gustado. La historia esa del symposion y lo que significa no la conocia, como tampoco lo de los vinos disueltos en agua ni nada de eso. Pero lo que me resulta más interesante es el hecho de que se reuniesen para filosofar acompañando la reunión con ciertas sustancias ... Es gracioso imaginar a `grandes pensadores´ en esa situación.
ResponderEliminarSalU2
Bien, tal vez ahora en un análisis superficial resulte gracioso imaginar a un filósofo griego "en esa situación".
ResponderEliminarPero tras esa risa se esconde la tragedia de haber olvidado cual era el germen del debate ideológico (aparte de las ideas), la matriz de esos momentos en el que el hombre se preguntaba y se respondía, desnudo, sobre la misma existencia.
Si ahora verles a ellos "así" puede estimular la risa, seguro que si ellos vieran como nos posicionamos frente a la embriaguez y el circo que han montado en torno a ella, sólo les podía sugerir un profundo llanto, acompañado de desprecio, y de una incitación social a la desobediencia más radical.
De la piel para dentro mando YO.
Un poco de sabiduría oriental:
ResponderEliminar«Clara se nos muestra con las drogas la moral de los hombres, no con mágicas industrias, la lectura de los astros o el sentido oculto de la letra escrita. Cualidad del alma son que segura noticia dan sobre la verdadera naturaleza de la gente. Viento son que al pasar junto a perfumes se perfuma, y que al soplar sobre carroña fétido se torna.»
Ibn Fawwãz, Arabian poet (16th century), quoted in Lozano, I., Solaz del espíritu en el hachís y el vino, y otros textos árabes sobre drogas, Editorial Universidad de Granada, Granada, 1998, p. 8. (Translated from the Spanish by Laurent Laniel)
En Drugstrat
Por eso nos prohiben las drogas: porque ellos son carroña.
Tienes mucha razón DDAA. Parece que es una burla irónica en la que el objeto de risa son aquellos que son capaces de llamar "simposio" a una reunión de personas totalmente sobrias con intención de prohibir, adoctrinar, sancionar, y erradicar el uso de embriagantes.
ResponderEliminarRescatando los orígenes de las palabras podemos acceder a conocimientos que siguen estando ahí, translucidos pero no invisibles.
Ojalá se pudiera incluir este tipo de enseñanzas dentro de las básicas, para que la embriaguez recupere el lugar sagrado para el ser humano, que nunca debió perder.
El derecho de ser el vehículo de comunicación con nuestro inconsciente y con otras visiones y realidades de nuestro mundo.
Toda esa idea de mesura y naturalidad que ahora pretenden dar de los griegos (entre otras culturas) está fuera de lugar si no tenemos una visión completa de sus modos de vida.
Y agradezco a Johny la cita que ha puesto como comentario.
El símil parece hecho a medida, casi resulta chocante que sea de un árabe de hace 5 siglos.
Además de elegante, es bello y certero.
Merece la pena leer acerca del papel que la mujer en los symposion.
ResponderEliminarHoy día, además del libre acceso a la embriaguez, y con independencia de la moralina se quiera ver, hay verdaderas artistas elaborando vinos.
Siento meter el apunte, espero no moleste, tengo la manía de recordar que el presente es el mejor de los estados del tiempo.
Muy buen post, e ilustrativo.
A 2007 me vine ;) Caray!