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domingo, 1 de septiembre de 2013

Eduardo Hidalgo entrevista a Drogoteca


Esta entrevista es la realizada por Eduardo Hidalgo a un servidor y publicada en la revista Cannabis Magazine en el mes de agosto del 2013.

La cosa dio para mucho más, pero por las limitaciones del espacio esto es lo que se publicó finalmente.

Desde aquí un abrazo a Eduardo. Todo un personaje y buena gente. :)


YONKI CORAZÓN ROSA
HOY
DROGOTECA

Eduardo Hidalgo

Emperador Troll; campeón universal e imbatible de baneos por foro y por minuto; anómico –tanto regala donettes como los levanta, según le dé y le caigas en gracia-; autodidacta de mente privilegiada; cocinillas; Indiana Jones del yonkarreo; friki poliédrico -lee a los Shulgin, los traduce, se cartea con ellos y hasta entiende lo que dicen-; músico y musicólogo; mimosista superdotado para la malaostia y las salidas de tiesto (más que yo, que ya es decir); amigo de sus amigos y… mi colega.

Troléame un pokito y a sako, porfi… estamos en un foro y, por ejemplo, yo digo: «Ayuda, por favor, estoy haciendo una síntesis casera de éxtasis… He conseguido cristalizar un kilo de MDA pero me atasco a la hora de convertirlo en MDMA. No sé, igual es que me falta material… tengo amoniaco, acetona, algodones, pinzas… lo típico».

El que está troleando es quien postea esa pregunta en un foro, pero si por arte de magia entrase a contestarle.... sería algo así:

Te falta algo. Lo tienes casi todo pero te falta algo muy especial. Es una poción mágica que a ciertos irreductibles les hacía invencibles: el cerebro.
Al kilo de MDA hecho cristal, que si está bien hecho debe quedarte con la transparencia de un buen "suaroski" (perdone pero escribo para que me pueda entender), le tienes que meter una M entre la D y la A para que sea MDMA. Lo puedes hacer mediante la herramienta gratuita de grabado láser (ahorra mucho tiempo en el laboratorio).
El amoniaco no nos vale, porque tiene la M muy mal puesta. La acetona no tiene M. Los algodones y las pinzas tampoco tienen M. Así que, para ese paso final a la síntesis casera de MDMA, busca en tu casa algún precursor que puedas hacerlo reaccionar con el kilo de MDA y que comience por M. ¡¡Es así de sencillo!!

Uno que seguro que tendrás será el Mando… ¡¡¡Sí, el Mando de la televisión!!!
Si es de los grandes (tele antigua) mete el kilo de MDA cristalizado en una Termomix con dos mandos grandes -vale el de la tele y el del video VHS- y déjalos reaccionar a 190º en agitación constante (nivel 3 de la batidora) durante 9 horas. Si sólo tienes 1 Mando, sólo puedes convertir medio kilo de cristal de MDA en MDMA o saldrá una mezcla al 50% de los dos compuestos (que también estaría rico) debido a las leyes estequiométricas.
Ya que la reacción es exotérmica, hay que enfriarla rápido para que las M's queden fijadas, así que metemos todo el resultante junto con la Termomix en 56 kilos de hielo. No desenchufes la Termomix al meterla y te saldrá un MDMA más eléctrico.
Esa es la forma más rápida.
Para que el proceso salga sin fallos, debes tener en tu Mano algo que empiece por M también.... por ejemplo, el Manubrio. Sí, tu Manubrio, el que te tocas cada mañana, también en agitación constante nivel 3. No olvides meterlo junto al resultado y a la Termomix en los 56 kilos de hielo.


Comentario de texto: Los yonkis.

Nunca me habían pedido un comentario de texto sobre mí mismo…
Yo soy un yonki. Me gustan las drogas independientemente de su situación legal. Me gusta cambiar mi estado de consciencia, por distintas razones y por distintas vías en distintas ocasiones.

El derecho a la automedicación, incluso contra la opinión del estamento médico o jurídico, es tan sagrado como el derecho a la autoalimentación, a comer lo que uno quiere comer y a rechazar lo que uno no quiera ingerir. Tan sagrado como el poder tomar decisiones -acertadas o no- sobre cuestiones que afectan únicamente a tu persona.


La heroína.

La heroína como sustancia es una droga bastante interesante, y a la que le profeso una enorme gratitud personal.
Como otras sustancias tiene una serie de ventajas y otra de peligros, pero no más que otras como el alcohol o las pastillas para dormir.

Arrastra todavía el estigma -a mi entender bastante injusto- de ser la droga que mataba manadas de jóvenes a los que primero había arrebatado su voluntad y su libre albedrío para convertirlos en esclavos hasta la muerte, y esa es una imagen muy tétrica y poco realista.

¿Hay personas entregadas a la heroína hasta destruirse? Seguro que sí. Como las hay al alcohol, al tabaco o a comer hamburguesas.

Pero eso no las priva de su voluntad, ni de su capacidad de libre albedrío: uno hace algo porque decide hacerlo, acierte o se equivoque.

Creer que uno probó una droga un día y que desde entonces perdió totalmente el control de su vida es una mentira que no ayuda a exigirle a cualquier usuario de drogas que sus actos no interfieran con terceros ajenos. Da igual cómo se llame la droga en cuestión. 

Nadie dijo que aprender fuera fácil, pero no culpemos a las sustancias de nuestras pulsiones y carencias.


La testosterona.

La testosterona es una hormona que tenemos todos (mujeres incluidas) en distintos grados, y que como otras hormonas afecta indefectiblemente a toda una cadena de mensajeros químicos que tienen efectos sobre el estado de ánimo, la percepción ajena y propia, la valoración de hechos... en una frase: en cómo nos sentimos.

Digamos que ayuda a mantener una visión más joven de la vida, en aspectos anímicos y en aspectos de capacidad. Tanto es así que muchas depresiones están en realidad provocadas por desajustes hormonales, pero los médicos necesitan ser guiados en ocasiones o no saben salirse del protocolo. 

La carencia de testosterona en adultos jóvenes es un problema real que está infravalorado, no comprendido o evaluado de una forma anecdótica por la medicina oficial. 

La mujer en ese aspecto tiene mejor atención, ya que al tener una relación frecuente con el ginecólogo éste puede observar niveles demasiado bajos o demasiado altos de tal o cual hormona, cosa que el varón no suele obtener hasta que entra por edad en el rango de los "posibles de cáncer de próstata" y tienen que pasar por el urólogo a que le meta en un dedo en el culo. 

La mujer tiene una menopausia aceptada y paliada con hormonas. Para que un varón consiga eso, puede armarse de paciencia o de dinero para pagar médicos, porque a día de hoy es más complicado conseguir testosterona de forma legal que conseguir morfina de forma legal.


La música.

Para mí, la música tiene un poder (y un peligro) brutal. Tanto que cuando me da con algo (musicalmente) me puedo tirar días sin comer, con oscilaciones brutales en el estado de ánimo (pero sabiendo que son provocadas, y que al acabar de sonar, solo queda algo de resaca). En mi casa, saber que Extremoduro saca un disco significa que durante una semana como poco no voy a responder a las órdenes habituales y a los estímulos normales.... exactamente igual que en un viaje psiquedélico.

De hecho, me parece con diferencia la mejor de las drogas. Es exógena (excepto para los músicos cuando tocamos, que es otro tipo de experiencia muy especial), tiene efectos claros en tu estado de ánimo y percepción, puedes bloquear parte de su efecto a voluntad, y sus efectos secundarios son despreciables.


Shulgin.

Hay tantas cosas de Shulgin que me parecen genialidades, que no sé por donde comenzar ni cuando acabaría… y claro, si empiezo a hablarte de electroposicionamiento en anillos bioequivalentes al benceno dirás que te estoy troleando… 

Si te parece, dejémoslo en que, si algunas sustancias han podido pasar por nuestras bocas –y lo que nos queda- es gracias a este señor, muy especialmente esa que produce un intenso contacto emocional entre personas dentro de un contexto de confianza, ya tú sabeh mi brodel, la MDMA… 

Sólo por eso se merece un monumento.


Las drogas que vienen.

Seguramente, la próxima generación de drogas será la de los péptidos y la de las proteínas artificiales, que son llaves mucho más especificas para las cerraduras de la química humana. 

Las de antes eran drogas comparables a llaves maestras: valen mucho y para muchas cosas pero son poco específicas, son toscas (por decirlo de alguna forma). En la medida en que se vaya comprendiendo más qué parámetros y qué lugares tocar para provocar sutiles modificaciones, iremos teniendo sustancias mucho más específicas y con menos efectos secundarios y/o tóxicos. 

No sé si llegaré a ver alguna vez por la tele alguna noticia diciendo que tal o cual péptido o proteína del mercado negro provoca que te conviertas en zombi caníbal, pero serán péptidos (secuencias más o menos simples de aminoácidos unidos) los que puedan abrir puertas que están cerradas a una bioquímica menos fina. 

Lo que no creo es que podamos experimentar muchos más estados que sean diferentes en esencia y no sólo en matices. El registro de emociones humanas, aunque más grande que el de su léxico, también parece ser limitado a día de hoy.


Tips para hacerle la pirula a tu médico.

Los médicos no son más que personas entrenadas en escoger determinados síntomas que los pacientes les muestran y agruparlos de manera que vean una causa coherente o, al menos, probable. 

Hay ciertas cosas que no se pueden fingir (como un nivel alto de colesterol) y que se ven en un análisis, pero hay otras que no son medibles. Entre las no medibles están el dolor físico, el emocional, y los estados de ánimo.

De éstas, las referencias que el médico obtiene son las que nosotros les proporcionamos con nuestra propia evaluación e historia (lo que le contamos al médico) y por lo tanto, son en un 90% datos que tienen que sacar de nuestro relato oral.

Por eso es fácil ir "guiando" al médico si sabes que grupos de síntomas le tienes que ofrecer para que, como respuesta, el médico te prescriba aquello que quieres conseguir si se basa en datos no medibles mediante prueba o análisis.

Si quieres un estimulante, te deberás mostrar abatido o hiperactivo (por el uso que le dan al metilfenidato); si quieres un ansiolítico, deberás mostrar ansiedad; y si quieres analgesia, pues tendrás que referir dolor. 

Esto no se aprende en un día, ni con un sólo médico, es más bien un arte que se va perfeccionando en contacto con un sistema que te obliga a mentir para conseguir -legalmente- sustancias para tu propio uso.


Cómo hacer amigos en Internet.

Pues tomándotelo como lo que es: un intercambio virtual de opiniones. 

Cuando uno pasa tiempo en Internet acaba por decir lo que piensa, sin tapujos. Y si tienes que decirle a alguien que es un fantasma y un tontolaba, pues se lo dices y te quedas tan ancho. 

Al final lo que tú aportas a la red es la suma de todo lo que has hecho. Y si eres honesto y te muerdes poco la lengua, eso te creará puñados de "enemigos" (por llamarlos de alguna forma) y en ocasiones, algunos "amigos" realmente interesantes.

A mí me han propuesto en varios lugares como el usuario más agradable y amistoso de la zona. Es algo que llevo con mucho orgullo, sobre todo en ciertos foros podridos de ruido e imbéciles. 
A veces da gusto saber que NO eres bien recibido en según qué lugares (como la sede del Partido Nazi, por ejemplo).


Twitter: hacer la revolución comiendo Doritos delante del ordenador.

Twitter ha aportado una nueva forma de hacer las cosas a la hora de comunicar ideas o de debatirlas, como en su momento lo posibilitaron las listas de correo, los blogs, los foros, los chat, o los muros tipo Facebook. No cambia sino el formato.

Lo de hacer revoluciones desde el ordenador no es realista: las redes sociales sirven para comunicarse. Internet es un teléfono. Las redes sociales son sólo SMS's. Y no se hacen revoluciones desde un sillón. 

Twitter y Facebook tienen una relevancia muy relativa. Ahora podemos gritar muchos con palabras similares (y eso será lo que Twitter o Facebook muestren como relevante) pero eso no es hacer en sí mismo nada.

¿Son movilizadores sociales? Bueno, creo que son un cauce social. Lo mismo que se habla ahora en Twitter o Facebook cada día, se charlaba en cualquier canal de IRC hace 20 años....

Creo que es bueno que algunas personas estén, porque les hace disponibles para otros, o al menos les da la posibilidad de conectar con ellos. Pero me parece más interesante el que crea o agrupa algo, pone a disposición una nueva información para otros, y eso se suele hacer en un blog.

Las redes sirven para comunicar y agruparse por intereses, pero si no haces nada, ¿qué cojones aportas a la red?

Por lo demás, creo que usadas como se usan ahora acabarán siendo (ya son) un instrumento de manipulación de opinión de masas en el que -como siempre- el que más recursos tiene, más podrá.


¿Algo más que declarar?

Sí. No pares. No pares nunca de observar, de curiosear, de meterte, de leer, de aprender cosas nuevas, de conocer nuevas personas. Cada día que pasa tienes menos tiempo.
Nunca dejes de preguntarte ni de preguntar cuando necesites entender. No pares.


Por Eduardo Hidalgo en 2013.


martes, 7 de febrero de 2012

Síntesis de la MDMA en castellano por A.Shulgin en PIHKAL


Síntesis de la MDMA.




Esta síntesis casera de éxtasis o MDMA es la traducción de la publicada por Alexander Shulgin en su libro PIHKAL. ¿Por qué llamarla casera y qué significa eso exactamente? Es casera porque tanto las cantidades como los tiempos están ajustados para producir pequeños lotes de la sustancia, y porque no requiere maquinaria industrial sino que basta con la que se puede tener en un pequeño laboratorio montado en un lugar adecuado, en una casa o en otro lugar. 
Esta síntesis no está optimizada ni ajustada para producir grandes cantidades (industriales) de MDMA, sino para la síntesis del éxtasis por varias rutas pero siempre a pequeña escala (unos gramos).

¿Qué NO significa lo de casera?
No significa que con tener una casa, ya puedas realizar esta síntesis.
No significa que puedas sustituir el material de laboratorio por las cazuelas y vasos que tengas por casa.
No significa que por leer esta receta, vayas a poder comprar 3 productos a una farmacia, mezclarlos, calentarlos un rato y que por eso vayas a obtener nada parecido a la MDMA.
No significa que sin conocer y entender algunos conceptos y procedimientos básicos en química, estés capacitado para intentar sintetizar nada.

Además de los obvios peligros que enfrenta quien se pone a realizar síntesis con solventes volátiles e inflamables, productos corrosivos (ácidos y bases) y fuentes de calor, hay que recordar que la síntesis de algunos compuestos -entre otros la MDMA- es un delito en la mayoría de países si no has obtenido la autorización previa del organismo de turno.
El objetivo de esta traducción de la síntesis de MDMA según el PIHKAL de Shulgin es puramente educativo.

Estas rutas de síntesis muestran como llegar a la MDMA desde la MDA o desde compuestos más accesibles como son el piperonal y el isosafrol, mediante la formación del compuesto intermedio MDP2P.



Síntesis de la MDMA o éxtasis partiendo de la MDA:


Se prepara una solución de 6'55 gramos de 3,4-metilenodioxianfetamina (MDA) como base libre y 2'8 ml de ácido fórmico en 150 ml de benceno que se calienta a reflujo en un aparato de Dean Stark hasta que no se genera más agua en la reacción (unas 20 horas fueron suficientes, y se recogieron 1'4 ml de agua). 

La retirada del disolvente dio 8'8 g de un aceite de color ámbar que se disolvió en 100 ml de diclorometano, se lavó primero con HCl diluido, luego con NaOH diluido, y una vez más vez más con ácido clorhídrico diluido. El disolvente se eliminó bajo vacío dando 7'7 g de un aceite de color ámbar que, dejándolo reposar, formó cristales de N-formil-3,4-metilenodioxianfetamina. 

Una ruta alternativa para la síntesis de esta amida se puede seguir preparando una  solución de 10 g de MDA como base libre en 20 ml de formiato de etilo fresco, y manteniéndola a reflujo durante 16 h. En este caso, la retirada de las sustancias volátiles rindió un aceite que formó cristales blancos, con un peso de 7'8 g.

Una disolución de 7'7 g de N-formil-3,4-metilenodioxianfetamina en 25 ml de tetrahidrofurano anhidro se añade gota a gota a una solución bien mezclada y a reflujo de 7'4 g de hidruro de litio y aluminio en 600 ml de tetrahidrofurano anhidro bajo atmósfera inerte. 

Dicha mezcla se mantuvo en reacción bajo reflujo durante 4 días. Tras bajar a temperatura ambiente, el exceso de hidruro se eliminó con 7'4 ml de agua en un volumen igual de tetrahidrofurano, seguido de 7'4 ml de NaOH al 15% y luego otros 22 ml de agua. 

Los sólidos se separaron por filtrado, y el resultante en el filtro se lavó con más tetrahidrofurano. Se eliminó el disolvente de ese lavado y del resultado del filtrado combinados, al vacío, y el residuo se disolvió en 200 ml de diclorometano. Esta solución se extrajo con 3 dosis de 100 ml de HCl diluido, y el resultante de las extracciones combinadas se hizo básico con NaOH al 25%. Finalmente se extrajo con 3 porciones de 75 ml de diclorometano que retiraron el producto, y de los extractos combinados se eliminó el disolvente al vacío.

Se obtuvieron 6'5 g de un residuo de color casi blanco, que se destiló a 100-110 º C de temperatura y a 0'4 mm/Hg de presión dando 5'0 g de un aceite incoloro. El aceite se disolvió en 25 ml de alcohol isopropílico, se neutralizó con HCl concentrado, seguido por la adición de éter anhidro en cantidad suficiente para producir que la mezcla se enturbie de forma constante. 

Mediante agitación continua, se produjo la deposición de finos cristales blancos de 3,4-metilenodioxi-N-metilanfetamina como clorhidrato (MDMA), que se recogieron por filtrado, lavaron con éter, y secaron al aire, rindiendo un peso final de 4'8 g.




Síntesis de la MDMA, ruta del Isosafrol vía MDP2P:


A una disolución bien agitada de 34 g de peróxido de hidrógeno al 30% en 150 g de ácido fórmico al 80% se añadió, gota a gota, una solución de 32'4 g de isosafrol en 120 ml de acetona a un ritmo que mantenga la reacción sin sobrepasar los 40 ° C. Esto requiere algo más de 1 hora, y se usará enfriamiento externo cuando sea necesario. 

Se mantuvo en agitación durante 16 horas, con cuidado de que la lenta reacción exotérmica no provocase un excesivo calentamiento. El baño externo con agua corriente sirve bien para controlar el sobrecalentamiento. Durante este tiempo la solución irá progresando de un color anaranjado a un rojo intenso. 

Todos los componentes volátiles se eliminaron al vacío y el resultante fueron unos 60 g de un residuo de color rojo profundo. Esto se disolvió en 60 ml de metanol, se trató con 360 ml de ácido sulfúrico al 15%, y se calentó durante 3 horas mediante baño de vapor. 

Tras enfriar, el resultante de la reacción se extrajo con 3 porciones de 75 ml de éter, y los extractos combinados se lavaron primero con agua y luego con NaOH diluido, eliminando finalmente el disolvente mediante vacío. 

El residuo se destiló (a 2'0 mm/Hg de presión y 108-112 ° C, o a unos 160 ° C en bomba de agua) para rendir 20'6 g de 3,4-metilenodioxifenilpropanona (MDP2P) como un aceite de color amarillo pálido. La oxima (de la hidroxilamina) tiene un punto de fusión de 85-88 ° C. La semicarbazona tiene un punto de fusión de 162-163 ° C.




Síntesis de la MDMA, ruta del Piperonal vía MDP2P:


La síntesis alternativa de 3,4-metilenodioxifenilpropanona o MDP2P comienza partiendo de piperonal. 

Una suspensión de 32 g de hierro electrolítico en 140 ml de ácido acético glacial (anhidro) se calienta gradualmente en baño de vapor. Cuando está bastante caliente, pero sin observarse la formación de sales de apariencia blanquecina, se añade de poco en poco una solución de 10'0 g de 1 - (3,4-metilenodioxifenil)-2-nitropropileno en 75 ml de ácido acético (véase la síntesis de MDA para la preparación de este nitroestireno intermedio a partir de piperonal y nitroetano). 

Esta adición se realizó a un ritmo que permitiera una reacción vigorosa y sin formación de demasiada espuma. El color naranja de la reacción se torna muy rojizo con la formación de sales blancas y una costra oscura. Cuando se hubo completado la adición, el calentamiento se mantuvo por un período adicional de 1'5 horas en el que el conjunto de la mezcla de reacción se vuelve bastante blanco y el producto aparece como un aceite negro subiendo las paredes del vaso de precipitados. 

A esta mezcla se añaden 2 L de agua, se extrae con 3 porciones de 100 ml de diclorometano y los extractos combinados se lavan con varias porciones de NaOH diluido. 
Tras la eliminación del disolvente al vacío, el residuo se destila a presión reducida (ver arriba) para rendir 8'0 g de 3,4-metilenodioxifenilpropanona (MDP2P) como un aceite de color amarillo pálido.



Y una vez que se tiene la MDP2P o 3,4-metilenodioxifenilpropanona, por cualquiera de las rutas posibles, se aborda la síntesis de la MDMA.




Síntesis de la MDMA partiendo de MDP2P:


A 40 g de papel de aluminio fino cortado en cuadrados de 1 pulgada (en un matraz Erlenmeyer de 2 L y boca ancha) se le añaden 1'4 L de agua que contenga 1 g de cloruro de mercurio. Se permite la formación de la amalgama hasta que se produce la aparición de finas burbujas, la formación de un precipitado de color gris claro, y manchas plateadas en la superficie del aluminio. Este proceso lleva entre 15 y 30 minutos dependiendo de la temperatura del agua, frescura de la superficie y espesor del papel aluminio (el grosor de papel de aluminio varía de país a país). 

El agua se eliminó por decantación y el aluminio se lavó con 2 porciones de 1'4 L de agua fresca. Tras retirar el agua residual del último lavado tan a fondo como sea posible, se añaden, en sucesión y con agitación constante, 60 g de clorhidrato de metilamina disueltos en 60 ml de agua tibia, 180 ml de alcohol isopropílico, 145 ml de NaOH al 25%, 53 g de 3,4-metilenodioxifenilpropanona (MDP2P), y finalmente otros 350 ml de alcohol isopropílico. 

Si la forma disponible de metilamina es la solución acuosa de la base libre, la secuencia sería la siguiente: añadir en sucesión, 76 ml de metilamina acuosa al 40%, 180 ml de alcohol isopropílico, una suspensión de 50 g de NaCl en 140 ml de agua que contenga 25 ml de NaOH al 25%, 53 g de 3,4-metilenodioxifenilpropanona (MDP2P) y finalmente otros 350 ml de alcohol isopropílico.

La reacción exotérmica se mantiene por debajo de 60 ° C con inmersiones ocasionales en agua fría y, cuando sea térmicamente estable, se deja reposar hasta que vuelva a temperatura ambiente con todos sus  insolubles depositados en el fondo formando un lodo grisáceo. 

La capa superior de color amarillo claro se decanta, el lodo formado se recoge por filtración y se lava con metanol. Al combinado de la decantación, mezcla madre y lavados, se le retira el disolvente al vacío. 

El residuo es suspendido en 2'4 L de agua, con suficiente HCl para formar una fase claramente ácida. Esto se lavó con 3 porciones de 75 ml de diclorometano, se volvió básico con NaOH al 25%, y se extrajo con 3 porciones más de 100 ml de diclorometano. 

Después de la separación del disolvente a partir de los extractos combinados, quedaron 55 g de un aceite de color ámbar que al ser destilado a 100-110 º C a 0'4 mm / Hg de presión produjo 41 g de un líquido blanquecino. Este líquido se disolvió en 200 ml de alcohol isopropílico, se neutralizó con unos 17 ml de HCl concentrado, y posteriormente se trató con 400 ml de éter anhidro. 

Los cristales blancos formados se retiraron mediante filtrado, se lavaron con una mezcla de alcohol isopropílico/éter en proporción 2:1, una vez más con éter y tras el secado final por aire, se obtuvieron 42'0 g de 3,4-metilenodioxi-N-metilanfetamina como clorhidrato (MDMA) en forma de un fino cristal blanco. 

La forma concreta resultante en la sal final depende de la temperatura y la concentración en el momento de inicio de la cristalización. Puede ser anhidra, o puede ser cualquiera de las diversas formas hidratadas. Sólo la forma anhidra tiene un claro punto de fusión y los informes publicados describen sus posibles valores  en el rango de 148 a 153 ° C. Las diferentes sales con distintos grados de hidratación tienen distintos espectros infrarrojos, pero puntos de fusión amplios que dependen de la velocidad de calentamiento. 


Dosis de MDMA: 80-150 mg
Duración de su efecto: 4-6 horas





DROGOTECA.
Prohibida la reproducción de esta traducción sin permiso de sus autores.
El foro de WWW.CANNARIAS.COM TIENE PERMITIDA SU REPRODUCCIÓN. 

jueves, 26 de mayo de 2011

Síntesis de la MESCALINA en castellano por A.Shulgin en PIHKAL

Síntesis de la Mescalina (por A.Shulgin-PIHKAL):


El primer paso es obtener el precursor más inmediato, que en este caso es el β-nitro-3,4,5-trimetoxiestireno. Hay dos posibles rutas iniciales para llegar a ese compuesto que ofrece Shulgin en PIHKAL.
Las dos convergen en el mismo punto: el β-nitro-3,4,5-trimetoxiestireno.
Una vez que se ha conseguido, de la forma que se desee,dicho producto, la ruta sigue igual en ambos casos.

1ª RUTA DE SÍNTESIS
Se prepara una solución que contenga 20 g de 3,4,5-trimetoxibenzaldehido, 40mL de nitrometano, y 20 mL de ciclohexilamina en 200mL de ácido acético. Dicha solución se calienta mediante un baño de vapor de agua, para que en ningún caso sobrepase los 100º, durante una hora. La mezcla resultante se diluye despacio y sin dejar de agitarla, con 400mL de H2O, lo que permitirá la formación de una pesada y cristalina masa amarillenta.
Dicha masa amarilenta se extrae mediante filtrado, se lava con H2O, y se seca tanto como se pueda. La recristalización mediante metanol hirviendo (15mL/g) y tras el lavado y el secado mediante aire, rindió β-nitro-3,4,5-trimetoxiestireno con un peso de 18'5 g.

2ª RUTA DE SÍNTESIS
Otra posible síntesis sería efectiva, usando un exceso de nitrometano como solvente y a la vez como reactivo, si la catálisis producida por el acetato amónico se mantiene a nivel bajo.
Una solución de 20 g de 3,4,5-trimetoxibenzaldehido en 40 mL de nitrometano que contenga 1 g de acetato amónico anhidro es calentada mediante un baño de vapor durante 4 horas.El solvente es retirado en campana de vacío y el aceite amarillo residual se disuelve en 2 partes de metanol caliente, desechando los restos insolubles mediante decantación, y se deja enfriar. Los cristales que se formarán se recogerán mediante filtración, se lavarán con metanol y secados mediante aire, rindiendo 14'2 g de brillantes y amarillos cristales de β-nitro-3,4,5-trimetoxiestireno.
El uso de estas proporciones pero con 3'5 g de acetato amónico daba una gran cantidad de productos no deseados en la reacción, incluso cuando sólo se calentaba durante una hora y media. El rendimiento del nitroestireno era, en ese último caso, insatisfactorio.


Hasta este punto ambas síntesis son dos posibilidades en función del material del que se disponga.
A partir de este punto, ambas síntesis parten del mismo precursor y siguen de la misma forma.

PARTE COMÚN Y FINAL DE AMBAS RUTAS DE SÍNTESIS
PARTIENDO DEL β-nitro-3,4,5-trimetoxiestireno

A una suspensión suavemente en reflujo de 2 g de Hidruro de Aluminio y Litio en 200 ml de éter etílico, se le añaden 2'4 g de β-nitro-3,4,5-trimetoxiestireno en una solución saturada de éter etílico mediante el uso de un extractor/condensador Soxhlet modificado para permitir la reentrada del solvente condensado en el cartucho de extracción.

Una vez que se ha añadido totalmente, se mantienen las condiciones de reflujo durante otras 48 horas.
Tras enfríar la mezcla resultante de la reacción, se añaden con mucho cuidado 150 mL de ácido sulfúrico en una concentración de 1'5 N (Normalidad de la concentración de ácido) para destruir el hidruro sobrante y finalmente mostrar dos claras fases.

Se separan dichas fases, y la fase acuosa se lava una vez con 50 mL de éter etílico. Se le añade entonces 50 g de Sal de Seignette (tartrato mixto de potasio y sodio), seguidos por suficiente hidróxido sódico para subir el pH por encima de 9. Entonces se extrae con 3 dosis de 75 mL de diclorometano, y el solvente usado para recoger la parte a extraer se retira en una campana de vacio.

El resíduo resultante se destila a 120-130º C con una presión de 0'3 mm/Hg dando un aceite blanco que se disuelve en 10 mL de alcohol isopropílico y se neutraliza con ácido clorhídrico concentrado. Los cristales blancos que se forman son diluidos con 25 mL de éter etílico, extraidos mediante filtrado, y son secados al aire para darnos 2'1 g de Clorhidrato de 3,4,5-trimetoxifeniletilamina (Mescalina) en forma de brillantes cristales blancos.

La sal sulfúrica de Mescalina o sulfato de Mescalina forma espectaculares cristales a partir del agua, pero arrastra un amplio y poco concreto punto de fusión.




Dosis: 200–400 mg (como Sulfato de Mescalina), 178–356 mg (como Clorhidrato de Mescalina)

DROGOTECA.
Prohibida la reproducción de esta traducción sin permiso de sus autores.

viernes, 20 de agosto de 2010

PIHKAL EN CASTELLANO (FRAGMENTO)

Como os habíamos dicho, la traducción de PIHKAL está en un proceso de "afinación" e interpretación a la hora de escoger los términos usados para describir ciertas experiencias, emociones, estados y sensaciones. Pues para ir abriendo boca, los traductores amablemente nos han hecho llegar un fragmento del borrador (bueno, lo envían completo pero sólo con permiso para publicar este fragmento de la introducción).

En este fragmento, Sasha -el Dr.Shulgin- da una pormenorizada argumentación de sus ideas y postulados en lo referente a las drogas, las psiquedélicas y las que no lo son, y hace una breve revisión de lo que subyace tras la semilla de la guerra contra las drogas, y lo que al fin y al cabo no es más que una guerra contra la propia libertad del individuo.




Y por lo demás, sólo queda disfrutar de las palabras, esta vez en castellano, de una de las más sobresalientes mentes de la historia contemporánea.

Esperamos que os guste.

PS: Por cierto, que no se nos olvide deciros a todos que el libro "Cocaína", editado por Amargord y coordinado por el Dr.Jose Carlos Bouso ha salido ya a la venta!! Incluye una interesante parte sobre la extracción de cocaína partiendo de hoja de coca fácilmente adquirible a manos de un viejo cocinero conocido de esta web... Lady Lovelace.
Mis felicitaciones a todos aquellos que lo han hecho posible.

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La filosofía tras la escritura de PIHKAL.

Soy farmacólogo y químico. He pasado la mayor parte de mi vida adulta investigando la acción de las drogas; cómo son descubiertas, qué son, qué hacen, de qué forma pueden ser útiles – o dañinas. Pero mis intereses se encuentran algo alejados de lo que es el grupo de conocimientos mas habituales de la farmacología, en un área que he encontrado mucho más fascinante y agradecida, y es el área de las drogas psiquedélicas.
Los psiquedélicos podrían ser bien definidos como compuestos que no son físicamente adictivos y que temporalmente alteran el estado de nuestra propia consciencia.

La opinión prevaleciente en este país (USA) es que hay drogas que tienen un status legal y que además son relativamente seguras o que tienen riesgos que son aceptables, y que hay otras drogas que son ilegales y que no tienen ningún lugar legitimo en absoluto dentro de nuestra sociedad. Aunque esta opinión es ampliamente sostenida y vigorosamente promocionada, yo creo sinceramente que está equivocada. Es un esfuerzo por pintar las cosas de blanco o de negro, cuando, en este área, como en la mayor parte de las de la vida real, la verdad es de color gris.

Dejenme explicar las razones que sustentan mi creencia.

Toda droga, legal o ilegal, nos otorga algún tipo de recompensa. Todas las drogas presentan algún riesgo. Y todas las drogas pueden ser objeto de abuso.
Finalmente, en mi opinión, corresponde a cada uno de nosotros evaluar los beneficios y los riesgos y decidir cuales son los que pesan más en cada caso.
Los beneficios incluyen un amplio espectro. Incluyen cosas como la curación de una enfermedad, suavizar el dolor físico y emocional, provocar embriaguez, y la relajación. Algunas drogas -esas que son conocidas como psiquedélicos- nos permiten una visión interior mejorada y la expansión de los propios horizontes mentales y emocionales.

Los riesgos son igualmente variados, oscilando entre el daño fisiológico y el colapso psicológico, la dependencia, y la violación de la ley. Tal y como existen diferentes tipos de recompensa para los diferentes individuos, existen también diferentes riesgos. Una persona adulta debe tomar su propia decisión sobre hasta que punto decide exponerse o no al efecto de cada droga en concreto, sea una droga adquirible por prescripción medica o sea una que esta prohibida por la ley, sopesando los potenciales beneficios y problemas con relación a su personal escala de valores. Y es en este punto donde estar bien informado juega un rol indispensable. Mi filosofía al respecto puede ser destilada en cuatro palabras: permanece informado, luego decide.

Personalmente he escogido ciertas drogas que son de suficiente valía para compensar los riesgos que conllevan; otras, considero que no resultan de suficiente valía. Por ejemplo, bebo una moderada cantidad de alcohol, generalmente en forma de vino, y -hasta el momento presente- los análisis de mi función hepática son completamente normales. No fumo tabaco. Era un fumador, de los de alto consumo, y luego lo dejé. No fueron los riesgos para la salud los que me hicieron dejarlo, sino el hecho de que me había convertido en un completo dependiente del tabaco. Eso era, según mi punto de vista, el caso de un precio inaceptablemente alto a pagar.

Cada decisión de ese tipo es asunto mio, basándome en lo que sé sobre dicha droga y lo que sé sobre mi mismo.

Entre las drogas que son a día de hoy ilegales, he decido no usar marihuana, ya que la ligera embriaguez mental y esa benigna alteración de la consciencia, no me compensan lo suficiente frente a una sensación incómoda de estar perdiendo el tiempo.

He probado la heroína. Esta droga, por supuesto, es una de las mayores preocupaciones de nuestra sociedad, a día de hoy. A mi me produce una soñadora tranquilidad, sin matices asperos de molestias, estrés o preocupaciones. Pero al mismo tiempo hay perdida de motivación, de capacidad de respuesta, y de las ganas de hacer cosas. No es ningún miedo a la adicción lo que provoca mi desinterés por la heroína; lo provoca el hecho de que bajo su influencia, nada parece ser suficientemente importante para mi.

También he probado la cocaína. Esta droga, especialmente en su famosa presentación como “crack”, es un asunto popular actualmente. A mi, la cocaína me resulta un agresivo activador, un estimulante que me da una sensación de poder y de estar completo con ello, en la cima del mundo. Pero hay al mismo tiempo la inevitable certeza, subyaciendo, de que eso no es poder realmente y de que realmente no estoy en la cima del mundo, y que, cuando los efectos de la droga hayan pasado, no habré ganado nada con ello. Hay una extraña sensación de estar viviendo un estado que es una mentira. No hay reflexión. No hay aprendizaje alguno. A su propia y distintiva manera, . la cocaína me resulta una droga de escape tanto como la heroína. Con cualquiera de ellas, escapas de lo que eres, o -siendo mas preciso- de lo que no eres. En ambos casos, recibes alivio durante un breve periodo de tiempo del tener que estar  enfrentándote a tus carencias. Francamente yo prefiero encarar mis insatisfacciones en lugar de huir de ellas; de esa forma yo encuentro, finalmente, una satisfacción muchísimo más grande.

Con las drogas psiquedélicas, yo creo que, para mi, los pequeños riesgos (alguna experiencia ocasionalmente difícil, o quizás algo de malestar físico) son más que aceptables dado el potencial que ofrecen para el aprendizaje. Y ese es el motivo por el que yo he elegido explorar este área concreta de la farmacología.

¿Qué quiero decir cuando hablo del potencial para el aprendizaje? Es una posibilidad, no una certeza. Puedo aprender, pero no estoy obligado a hacerlo; puedo obtener nuevos enfoques sobre posibles maneras de mejorar mi calidad de vida, pero sólo con mi propio trabajo y esfuerzo conseguiré los cambios deseados.

Dejenme intentar hacer más obvias algunas de las razones por las que encuentro la experiencia psiquedélica como un tesoro personal.

Estoy totalmente convencido de que existe una enorme cantidad de información incrustada dentro de nosotros, con kilómetros de conocimiento intuitivo que se encuentra cuidadosamente colocado en el material genético de cada una de nuestra células. Algo similar a una biblioteca que contiene una incontable cantidad de tomos de referencia, pero para la que no tenemos una ruta clara de entrada. Y, sin algunas formas para acceder a ella, no hay forma de empezar siquiera a indagar sobre hasta que punto llega y de que clase es la información que se encuentra allí dentro. Las drogas psiquedélicas permiten la exploración de ese mundo interior y las intuiciones sobre su naturaleza.


Nuestra generación es la primera en la historia que ha hecho de la búsqueda del autoconocimiento un delito, si esa búsqueda se realiza con la ayuda de plantas o compuestos químicos para abrir las puertas de la psique. Pero la necesidad de alcanzar el conocimiento está siempre presente, y aumenta su intensidad a medida que uno se va haciendo mayor.

Un día, mirando el rostro de una nieta recién nacida, te descubres a ti mismo pensando que su nacimiento ha creado un tapiz sin costuras en el tiempo ya que fluye desde el ayer hasta el mañana. Te das cuenta de que la vida aparece en diferentes formas y con diferentes identidades, pero que sea lo que sea aquello que le da forma a cada nueva manifestación, no cambia en absoluto.

“¿De dónde viene su exclusiva alma?” te preguntas, “Y, ¿a dónde irá mi única alma? ¿Hay realmente algo más ahí fuera, tras la muerte? ¿Hay algún propósito en todo ello? ¿Hay algún tipo de orden y estructura que haga que todo cobre sentido, o que debería hacerlo, si pudiera llegar a verlos?” Sientes la necesidad de preguntar, de investigar, de usar el poco tiempo que te pueda quedar en la vida para encontrar formas de atar todos esos cabos que quedan sueltos, la necesidad de comprender aquello que exige ser comprendido.

Esta es la búsqueda que ha sido parte del ser humano desde la misma aparición de la conciencia. El conocimiento de su propia mortalidad -conocimiento que le sitúa en un lugar distinto al resto de sus colegas animales- es lo que dota al Ser Humano del derecho, el permiso para explorar su propia alma y espíritu, para descubrir lo que pueda encontrar sobre los componentes de la psique humana.

Cada uno de nosotros, en algún momento de su vida, se sentirá como un desconocido en la tierra extraña de su propia existencia, necesitando respuestas a preguntas que han surgido de la profundidad de su alma y que no se desvanecerán una vez aparecidas.

Tanto las preguntas como las respuesta proceden de la misma fuente: uno mismo.

Esta fuente, parte de nosotros mismos, ha sido llamada de diversas formas a lo largo de la historia, y su nombre más reciente es “lo inconsciente”.
Los Freudianos desconfían de él, mientras que los Jungianos están maravillados con él. Es la parte que hay dentro de ti y que mantiene el control cuando tu mente consciente navega a la deriva, que te da el sentido de lo que debes hacer en una situación de crisis, cuando no hay tiempo disponible para el razonamiento lógico y la toma de decisiones conscientes. Es el lugar donde se encuentran nuestros ángeles y demonios, y todo lo que entre esos dos extremos puede existir.

Esta es una de las razones por las que sostengo que las drogas psiquedélicas son tesoros. Ellas nos pueden facilitar el acceso a las partes de nosotros mismos que contienen respuestas.
Pueden hacerlo, pero como dije antes, no tienen porque hacerlo y no lo harán, a no ser que esa sea la razón por la que estén siendo usadas.

Depende de ti el usar estas herramientas bien y de la forma correcta. Una droga psiquedélica puede ser comparada con la televisión. Puede ser muy reveladora, muy instructiva, y -con una cuidadosa selección de los canales- el medio por el que extraordinarias intuiciones pueden alcanzarse. Pero para mucha gente, las drogas psiquedélicas son una manera más de entretenimiento; nada profundo se esta buscando, por lo que -normalmente- nada profunda será la experiencia obtenida.

El potencial de las drogas psiquedélicas para facilitarnos acceso al universo interior, es, según yo creo, su más valiosa virtud.

Desde los primeros días de su tiempo en la Tierra, el ser humano ha buscado y usado ciertas plantas que han tenido el efecto de alterar la forma en que se interactúa con su mundo y se comunica con sus dioses y consigo mismo. Durante varios miles de años, en toda cultura conocida, ha existido un cierto porcentaje de la población -normalmente un chamán, un curandero o un hombre medicina- que ha usado esta o aquella planta para alcanzar una transformación de su estado de consciencia. Estas personas han usado dicho estado alterado de consciencia para ampliar sus habilidades diagnósticas y para hacer uso de las energías curativas que se encuentran en el mundo de los espíritus. Los lideres tribales (en civilizaciones posteriores, las familias reales) presumiblemente usaron las plantas psicoactivas para aumentar sus intuiciones y sabiduría como gobernantes, o tal vez simplemente para invocar las fuerzas de poderes destructivos y tenerlas como aliados en batallas venideras.

Muchas plantas han sido descubiertas para encajar en ciertas necesidades humanas. El dolor indeseado ha estado con la humanidad desde siempre. Tal y como nosotros hoy tenemos nuestros usuarios de Heroína (o de Fentanilo o de Demerol), durante los siglos pasados el rol de la analgesia ha estado en la planta del opio en el Viejo Mundo y de la datura en el Nuevo Mundo, solanáceas en Europa y el norte de África, como el beleño negro, la belladona, o la mandrágora, por nombrar unas cuantas. Incontables personas han usado esta forma de amortiguar el dolor (tanto físico como psíquico), lo cual implica deslizarse dentro de un mundo de ensueños. Y, aunque estas herramientas han tenido muchísimos usuarios, son una minoría los que aparentemente han abusado de ellas. Históricamente todas las culturas han incorporado estas plantas a su vida diaria, y han obtenido más beneficios que daños provenientes de ellas. Nosotros, en nuestra propia sociedad, hemos aprendido a amortiguar el dolor físico y a rebajar nuestro nivel de ansiedad con el uso médico de drogas que han sido desarrolladas imitando los alcaloides presentes en estas plantas.

La necesidad de encontrar fuentes de energía adicional ha estado con nosotros desde siempre. Y, al igual que nosotros tenemos nuestros usuarios de cafeína y de cocaína, durante siglos las fuentes naturales han sido el mate, el té, y la planta de coca del Nuevo Mundo, la planta de khat de Asia Menor, la nuez del árbol de cola en el norte de África, el kava kava y la nuez de betel del este de Asia, y la efedra en todas las partes del mundo. De nuevo, muchos tipos de personas -el campesino, encorvado bajo un montón de leña, cargando con ella durante horas a través de un sendero montañoso; el médico en tareas de emergencia que lleva dos días sin poder dormir; el soldado bajo fuego enemigo, incapaz de descansar- han buscado el empuje y acicate de la estimulación. Y, como siempre, ha habido unos pocos usuarios que han elegido abusar de este proceso.

Entonces, existe la necesidad de explorar el mundo que se encuentra más allá de los inmediatos límites de nuestros sentidos y nuestra comprensión; esto, también, ha acompañado a la humanidad desde su inicio. Pero en este caso, nuestra sociedad norteamericana no-nativa, no ha aceptado el uso de dichas plantas o compuestos químicos, que abren camino en nuestra capacidad para ver y sentir. Otras civilizaciones, durante cientos de años, han usado el peyote, los hongos que contienen psilocibina, la ayahuasca, cohoba y yagé del Nuevo Mundo, la alharma, el cannabis y el Soma del Viejo Mundo, y la iboga de África, para esta exploración dentro del inconsciente humano. Pero nuestra moderna clase médica, en conjunto, nunca ha aceptado estas herramientas para la auto-observación o para ser usadas en terapia, y por lo general permanecen como inaceptables. A la hora de establecer un equilibrio de poder entre aquellos que nos curan y aquellos que nos gobiernan, se ha llegado al acuerdo de que la posesión y el uso de estas extraordinarias plantas ha de ser un delito. Y que el uso de cualquier compuesto desarrollado en imitación a los que estas plantas poseen, aunque hayan mostrado mayor seguridad y eficacia en su acción, han de ser también constitutivos de delito.

Somos una gran nación con uno de los estándares de vida más alto jamás conocido. Estamos orgullosos de contar con una extraordinaria Constitución que nos protege contra la tiranía que ha hecho trizas a otras naciones más pequeñas. Somos ricos con la herencia de la Ley Inglesa que nos presupone inocentes y nos asegura nuestra intimidad personal. Una de las mayores virtudes de nuestro país ha sido el tradicional respeto al individuo. Todos y cada uno de nosotros somos libres -o al menos así lo habíamos creído desde siempre- de seguir cualquier camino religioso o espiritual que hayamos elegido; libres para investigar, explorar, buscar información y perseguir la verdad donde quiera y como quiera que se haya elegido, siempre que se acepte plena responsabilidad por nuestros actos y sus efectos sobre otros.

¿Cómo es que, entonces, los líderes de nuestra sociedad han tenido a bien intentar eliminar estos más que importantes medios de aprendizaje y de auto-descubrimiento, estos medios que han sido usados, respetados y honrados durante miles de años, en todas y cada una de las culturas de las que tenemos conocimiento? ¿Por qué el peyote, por ejemplo, que ha servido durante siglos como un medio para que una persona pueda abrir su alma a la experiencia de Dios, ha sido clasificado por nuestro gobierno como una sustancia de la Lista I, junto con la cocaína, la heroína y el PCP? ¿Es esta clase de condena legal el resultado de la ignorancia, de la presión ejercida por religiones organizadas, o  del interés creciente de que se fuerce la conformidad en toda la población? Parte de la respuesta puede residir en la creciente tendencia en nuestra cultura  hacia tanto el paternalismo como el provincialismo.

Paternalismo es el nombre que recibe un sistema por el que las autoridades proveen nuestras necesidades, y -a cambio- tienen permitido dictar nuestra conducta, tanto la pública como la privada. El provincialismo es la estrechez de miras, la unificación social mediante un único código ético, la limitación de los intereses y las formas de experiencia a aquellos que se encuentran establecidos como tradicionales.

En cualquier caso, los prejuicios contra el uso de plantas y drogas que producen una apertura en nuestra consciencia tienen su origen en la intolerancia racial y la acumulación de poder político. En el final del siglo XIX, una vez que el ferrocarril intercontinental había sido construido y los trabajadores chinos no eran ya necesarios, fueron progresivamente tratados como infrahumanos e incivilizados; eran amarillos de ojos rasgados, peligrosos alienígenas que frecuentaban fumaderos de opio.

El peyote fue descrito, en varias publicaciones de final del siglo XIX, como causa de asesinato, mutilaciones y locura entre los desfavorecidos Indios Americanos. La Brigada de Asuntos Indianos decidió sancionar el uso del peyote, (la cual confundía, repetidamente dicha planta con el mezcal -Nota del traductor: Género Agave-, o con la judía de mescal -Nota del traductor: Mescal Bean, Género Sophora-, en sus publicaciones), y una de las mayores presiones tras los esfuerzos por sancionar su uso se ve de forma más clara en esta cita parcial de una carta escrita por el Reverendo B.V. Gassaway en 1903 a la Brigada de Asuntos Indianos, “...el Sabbath es el principal día de nuestros servicios religiosos, y si los indios ya vienen borrachos de mescal (peyote) no pueden recibir los beneficios del Evangelio.”

Sólo tras un tremendo esfuerzo y con la valentía por parte de muchas personas se llegó a la decisión de que el uso del peyote como sacramento en la Iglesia Nativa Americana debía continuar siendo permitido. Hay ahora de forma encubierta, como ustedes sabrán, un renovado esfuerzo por parte de nuestro gobierno para conseguir eliminar el uso religioso del peyote de nuestros Nativos Americanos.

En la década de 1930, hubo un esfuerzo por deportar a los obreros mexicanos de los estados sureños con una economía basada en la agricultura, y los prejuicios raciales fueron otra vez deliberadamente promovidos, describiendo a los mexicanos como vagos, sucios, y usuarios de esa cosa peligrosa llamada marihuana. La intolerancia contra las personas afroamericanas en los Estados Unidos fue promovida e instigada mediante cuentos de uso de marihuana y heroína entre los músicos de color. Debería hacerse notar en este punto que dicho uso de drogas nunca fue motivo de atención pública hasta que su nueva música, que llamaban Jazz, comenzó a atraer la atención de los blancos -al principio solamente de los encargados blancos de los clubes nocturnos- y allí comenzó el despertar de la conciencia a la discriminación e injusticias que estaban sufriendo los afroamericanos.

Nosotros, en este país, somos todos dolorosamente conscientes de nuestros pecados pasados en lo concerniente a los derechos de varias minorías, pero somos mucho menos conscientes de la forma en que la opinión pública ha sido manipulada en lo referente a su actitud ante ciertas drogas. Nuevas posiciones de poder político y, eventualmente, miles de nuevos puestos de trabajo, fueron creados partiendo de la base del peligro que suponían para la salud pública y la seguridad ciertas plantas y drogas cuya única función era alterar la percepción, para así abrir el camino de la exploración del inconsciente, y -para muchos- permitir la experiencia directa de lo numinoso.

Los años 60, por supuesto, dieron un poderoso empujón a los psiquedélicos. Estas drogas estaban siendo usadas como parte de una masiva rebelión contra la autoridad del gobierno y lo que se creía que era una guerra inmoral e innecesaria en Vietnam. Al mismo tiempo había demasiadas voces que contaban con autoridad y que clamaban alto y claro sobre la necesidad de una nueva clase de espiritualidad, y que apoyaban el uso de los psiquedélicos para establecer contacto directo con el Dios de cada uno, sin la intervención de un sacerdote, cura o rabino.

Las voces de los psiquiatras, escritores y filósofos, y de muchos pensativos miembros del clero, pidieron que se estudiasen e investigasen los efectos de los psiquedélicos y de todo aquello que pudieran revelar sobre la naturaleza y función de la mente y psique humana. Sus peticiones fueron ignoradas en mitad del clamor contra el flagrante abuso y mal uso de dichas drogas, de lo cual existía en ese momento una más que amplia evidencia. El gobierno y la Iglesia decidieron que los psiquedélicos eran drogas peligrosas para la sociedad, y con la ayuda de la prensa, se dejó claro que ese era el camino para el caos social y el desastre espiritual.

Lo que no se mencionó entonces, por supuesto, era la mas antigua de las normas: “El individuo no se opondrá ni molestará a aquellos que ostentan el poder sin ser castigado por ello.”

He explicado algunas de mis razones para sostener el punto de vista de que las drogas psiquedélicas son tesoros. Hay otras, y muchas de ellas están hiladas dentro de la textura de este cuento. Está, por ejemplo, el efecto que tienen sobre mi percepción de los colores, que es completamente maravilloso. También está la profundización en mi compenetración emocional con otra persona, la cual se puede convertir en una exquisitamente bella experiencia, con un erotismo de intensidad sublime. Disfruto el realce de los sentidos del tacto, olfato y gusto, y los fascinantes cambios en mi percepción del fluir del tiempo.

Considero que he sido bendecido, ya que he experimentado, en cualquier caso de forma breve, la existencia de Dios. He sentido una sagrada unidad con la creación y con el Creador, y -lo que mas valoro de todo ello- he tocado el núcleo de mi propia alma.

Es por estas razones que he dedicado mi vida a este área de investigación. Algún día tal vez pueda comprender como estos simples catalizadores hacen lo que hacen. Mientras tanto, me siento en eterna deuda con ellos.
Y seré para siempre su adalid.
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FIN PRIMER FRAGMENTO

viernes, 29 de agosto de 2008

Test de Marquis. Probando 2C-B y 2C-I de forma comparada.

Ya se ha hablado alguna vez en esta página de la conveniencia de que las personas que consumen sustancias, apliquen medidas dirigidas a que su experiencia sea lo más positiva posible y al mismo tiempo, implique los menores riesgos.

Es la llamada política de Reducción de Riesgos, o como también se le llama ahora Gestión de Placeres y Riesgos, siempre asociado al consumo de drogas -legales o no- y a comportamientos asociados a esos contextos.

En muchas ocasiones se ha insistido en que lo primero que debe tener un consumidor, es responsabilidad para asumir sus actos, en todo momento.
Y eso comienza por algo muy sencillo (hoy día): conseguir información sobre dosis, efectos y otros aspectos de la sustancia que se vaya a consumir.

El segundo paso, sería siempre estar seguro de que la sustancia que se posee, que se compra, que alguien te ofrece, es la que crees que es. Alguna de las muertes asociadas a sustancias que usadas correctamente no presentarían ese riesgo, se debe a que las han confundido con otras.

Tomar una dosis de cualquier sustancia, implica elegir de acuerdo a lo que se busca, la vía por la que se tomará y la cantidad que se usará.

Ahí nos topamos con el primer gran problema. La información la adquirimos sin problema, pero ¿cómo saber que sustancia tienes en tus manos?
Cuando alguien compra cualquier droga en una farmacia, no tiene que preocuparse de ello: puede tener la seguridad de que -salvo gravísimo error- es lo que dice ser, y que contiene la cantidad que dice contener. Esto es equivalente a conocer la sustancia y la pureza, sabiendo que no lleva otros añadidos que puedan modificar su efecto y resultar tan peligrosos o más que la propia droga.

Los consumidores de drogas ilegales, pagan (además de grandes precios subvencionados por el gobierno) el pato de tener que comprar sin la certeza de qué es lo que compran.
La confianza en el vendedor, el que sea conocido, el que hayamos probado lo que vende otras veces, son los parámetros de referencia en los que nos movemos cuando se trata de sustancias ilegales. Es decir, ponemos nuestra salud en juego, y en manos de alguien.

Ese riesgo es el primero que se debe minimizar, o eliminar siempre que sea posible.

La única forma es saber que tenemos lo que queríamos tener. Y para ello, la mejor opción es usar los servicios de análisis de sustancias que ofrecen varias ONG, como Energy Control o Ai Laket!, aunque en ocasiones eso resulta imposible (y de hecho si todos los consumidores de drogas lo hicieran, necesitarían más personal para análisis que jueces hay en este país).

Cuando eso no es posible, en especial haciéndolo con antelación (lleva siempre algo de tiempo), deberíamos recurrir a otros métodos legales que nos permiten saber algunas cosas.
Son los test cromáticos. Y el más común para las sustancias psicoactivas es el test de Marquis.

Lo que un test como el Marquis nos puede decir, es qué tipo de sustancia tenemos delante.
Su uso es simple, aunque requiere ciertas precauciones. Y no tiene la fiabilidad de un análisis por otros métodos de laboratorio, pero ya ofrece un margen de error para la persona muchísimo más bajo que si sólo toma decisiones confiando en que lo que le den, es lo que dicen.

Según reacciona el reactivo de Marquis (que es una combinación conteniendo entre otras cosas ácido sulfúrico y formaldehido), cada sustancia da un color. O no lo da.
O comienza reaccionando en un color y luego va cambiando a otro, más rápido o más lento.
Eso nos sirve para poder descartar muchas cosas, y aproximarnos con un grado de fiabilidad aceptable a saber si tenemos la sustancia que creemos.
Y combinando la reacción de varios de estos test, se puede afinar casi hasta el 90% en alguna ocasión. Pero sólo con Marquis ya podremos descartar muchas cosas, aunque eso es para otro tema muy largo (en otra ocasión será).

Esta entrada es un ejemplo de su uso, sin entrar a explicar como se realiza correctamente, pero para que cualquiera se pueda hacer una idea de sus resultados.
Para el ejemplo se usan imágenes y datos de dos sustancias que son muy parecidas: 2C-B y 2C-I.
Una contiene un átomo de bromo (la 2C-B con sus famosos y supuestos efectos afrodisíacos y potenciadores del orgasmo) y la otra de yodo (ambas con efectos entactógenos a dosis bajas, y usadas en encuentros sexuales), en el mismo lugar en los dos casos. El resto de su estructura es idéntica. Podéis leer sobre ellas en el libro llamado "Pihkal", sobre feniletilaminas de A. Shulgin.

Para que el Marquis pueda ofrecer conclusiones aceptables, no sirve únicamente observar el color final (¿final en qué momento?). Hay varios "finales" en algunas sustancias, como en estas dos.

Aparte de que aún conservándolo en condiciones, en frío y sin luz, un test de marquis empieza a perder validez algo después de los 2 meses (se recomienda no pasar de 3, aunque a veces algunos vendedores digan que hasta 6 meses), muchos aspectos pasan desapercibidos si no se hace de forma adecuada.

Lo primero es que la luz sea suficiente y si no es natural, lo más neutra posible.
Lo segundo, que se haga sobre cristal -recordad que es ácido sulfúrico- y que bajo este, se coloque un material totalmente blanco, que permita ver la transparencia y matices de la reacción.

La concentración del marquis, también es importante. De hecho, en este caso, si el marquis hubiera estado menos concentrado y hubiera tenido mayor proporción de retardante que hiciera más lenta su reacción, se hubieran podido ver más diferencias.

Aún así, se han tomado secuencias de 3 fotos por segundo con trípode durante diferentes puntos de la reacción. Y se han seleccionado algunas para ilustrar.

Una vez preparada la pieza de cristal -llamada "porta" en ocasiones- sobre la que se va a hacer reaccionar la sustancia -una pequeñísima cantidad es suficiente- y el marquis, se dejan caer dos o tres gotas de marquis sobre la sustancia... y comienza la reacción en el acto.

Comenzamos el test con la 2C-B.
Esta primera foto es el instante en que la primera gota de marquis toca el 2C-B:

Lo más notorio de esta imagen es que apenas han transcurrido 0'3 segundos.
El color, viéndolo con los ojos y no con la cámara, es un amarillo con toque muy ligeramente verde.



La segunda gota cae sobre el 2C-B:


Ocurre lo mismo, un amarillo con ligero tono verdoso, pero la gota anterior, ya ha pasado a un verde oscuro.
Aquí han pasado 0'3 segundos desde la anterior gota.
La reacción es DEMASIADO RÁPIDA. Sobre todo si se pretende diferenciar dos sustancias con tanto parecido, habría que prestar muchísima atención.


Resultado del marquis sobre 2C-B en unos 10 segundos:



Este es el color que alcanza y que tiene cierta estabilidad, la reacción se ralentiza mucho pero NO desaparece del todo. Sigue reaccionando como veremos después. Luego se ve cual es el final de la misma.


En otro "porta" de cristal, limpio, colocamos la muestra de la otra sustancia, que en este caso es 2C-I. Y repetimos el proceso.

Marquis sobre 2C-I. Segunda imagen de una serie de 3 disparadas automáticamente en 1 segundo:


Es aquí donde se observa la mayor diferencia entre la 2C-B y la 2C-I.
La 2C-I en lugar de dar un tono amarillento con matiz verde en el primer instante, lo que da es un color marrón oscuro que muy rápidamente se va a un tono casi negro.
En la imagen se ven las dos primeras gotas sobre 2C-I, y la tercera cayendo sin tocar aún la sustancia.
Mientras que la primera gota que cayó, está ya casi negra, la que acaba de tocar la sustancia tiene el color marrón que adquiere inmediatamente.


Resultado "estable" de la 2C-I en unos 10 segundos:


Aquí se ve que el color es más oscuro que el que da la 2C-B. Un verde mucho mas oscuro (se nota más con la vista, pero fijaos en los bordes para notarlo aquí).
Como la gota ha quedado menos esparcida, los matices se perciben menos y hay que fijarse ayudándose del contraste sobre el papel blanco que está bajo el porta de cristal.


Comparación de las dos sustancias, poniendo juntos los dos "portas" con la reacción:


Colocando una plaqueta sobre el borde de la otra, tras haberlas inclinado un poco para poder observarlas bien.
El color azul, corresponde a la continuación de la reacción del 2C-B. En ese momento, puede llevar unos 5 minutos de reacción... y por eso ha llegado a ser azul.
El color verde es la gota del 2C-I, estirada sobre el cristal. En ese momento lleva algo así como 2 minutos de reacción.
Aunque sería bueno ver como han evolucionado las dos reacciones a la vez, de haberlo hecho así no se habrían captado los detalles que más diferentes las hacen en este test.


Otra foto tomada de ambas reacciones:


La plaqueta superior, con la gota desplazada al borde de un azul oscuro, es el 2C-B.
La otra, con la gota centrada, es el 2C-I continuando la reacción (se nota como el verde se va convirtiendo en azul), a los 4 minutos.
Aunque se ve la diferencia, cada vez tienden a igualarse más.


Imagen final de ambas reacciones (final absoluto, pasados ya más de 10 minutos):


Y aquí se ve como acaba la cosa.
Ambos compuestos, si uno se atiene simplemente al color de un punto temporal en la reacción, pueden no ser distinguibles en absoluto.
En este caso, cuando se metieron las plaquetitas -portas- en la solución con bicarbonato para eliminar el ácido sulfúrico sobrante, excepto por la diferencia de tamaño de ambas piezas de cristal y ambas gotas, no se podía distinguir que compuesto era cada uno.

El acostumbrarse a observar, medir tiempos, usar instrumental adecuado y la experiencia, facilitarán mucho el saber qué puede ser una sustancia. Y si se usa un marquis de igual concentración siempre, a la misma temperatura (este estaba a 3º grados), uno puede darse cuenta de que haya algo extraño, una mayor concentración (pureza) o menor, diluyentes, etc, aunque la única prueba segura para eso, no se puede realizar en casa y sin material y maquinaria especial. Pero esas son las pruebas que SÍ realizan las ONG's antes mencionadas, como Energy Control.

Lo ideal ahora, y teniendo sólo un método como éste de análisis (da igual marquis que otro de reacción cromática), sería poder hacer dos o tres preparaciones más de marquis, con distintos grados de concentración y retardante, para poder observar con más calma la reacción.

Como todo lo artesano y técnico a la vez, es una cuestión de práctica y método.
Pero cualquier persona, puede aprender en menos de 1 hora, y eso puede ser la diferencia entre una noche de fiesta, o una en el hospital.

Esta entrada no pretende enseñar a nadie a usar el test de marquis, aunque es muy sencillo, pero sí animar a la gente que consume a que si no pueden enviar las sustancias a analizar, por falta de tiempo, que compren un bote de test de marquis, y aprendan a hacerlo.
Otras sustancias que no son casi exactas entre sí, como estas dos, tienen reacciones mucho más claras y sencillas, como por ejemplo el MDMA, que al fin y al cabo es la droga de síntesis más consumida, bien sea en forma de pastillas o en forma de "cristal".

Y de esa forma, con cualquiera pastilla que probaseis con este test (un bote de 15 euros os sirve para 100 veces o más) podríais saber, si al menos lleva MDMA o MDA, o si por el contrario os están vendiendo otras drogas, más peligrosas, o incluso si os están dando una pastilla de azúcar.

Espero que os guste, os pique la curiosidad y os animéis a probar...
QUE NO OS ENGAÑEN!!

De que los consumidores aprendan a usar métodos para probar la calidad de lo que se les vende, depende en buena medida que lo que se vende, sea de mayor pureza, y de que muchos timadores, se queden sin posible negocio.


Symposion.