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domingo, 13 de diciembre de 2015

Tim Leary: animador sociocultural a base de LSD

Este texto fue publicado en el Portal Cannabis.es y esperamos que os guste.

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Timothy Leary

Uno de los personajes por excelencia de la cultura farmacófila del pasado siglo, que casi todo el mundo conoce de oídas, es Tim Leary. Su nombre evoca casi de forma inevitable la presencia de la LSD y sitúa rápidamente el contexto en los años de la explosión hippie en los USA, y una aproximación lúdica -con la amplitud del concepto de "ludus"- al asunto de los enteógenos.

Albert Hofmann fue el paradigma del científico respetable, responsable. Stanislav Grof, declarado padrino de la sustancia por el creador de la misma, es el modelo de aproximación terapéutica a la LSD y uno de los grandes cartógrafos de la conciencia humana. En el aspecto químico, gente como Shulgin o Nichols son los que siguieron y acompañaron el desarrollo de la enteogenia.





¿Pero qué sería la figura de Leary? 
¿Un chalado bromista? ¿Un payaso divertido como le calificó Hofmann? ¿Un héroe de la conciencia como dijo Allen Ginsberg?

¿El hombre más peligroso de América -y enemigo público número uno- como sentenció el corrupto Nixon?

Su vida asemeja la de una neurona situada en algún punto estratégico del cerebro, sirviendo de interconexión entre miles de eventos y personas, percepciones y sentidos, que en un buen momento se activó y no dejó hasta el momento de su muerte de explorar las fronteras de lo que iba siendo el nuevo paradigma de las posibilidades de un hombre plenamente desarrollado, y conectado a las oportunidades que el mundo le ofrece. 

La definición más apropiada que encuentro para él, es la de animador sociocultural. El animador es la persona que utiliza el conjunto de prácticas sociales que tienen como finalidad estimular la iniciativa y la participación de las comunidades en el proceso de su propio desarrollo y en la dinámica global de la vida socio-política en que están integrados.

Leary, nació en el ámbito de una familia bien situada, con un padre con tradición militar y que ejercía de dentista ocasionalmente mientras dilapidaba los recursos familiares. Su madre era una maestra que tras el abandono de su marido, cuando Leary tenía 13 años, quedó viviendo una apocada vida con su hermana, ambas de estricta formación religiosa y moralista. Expulsado de varios centros y pasando la academia militar, acabó siendo un psicólogo con ideas brillantes y con buenas perspectivas, con cabida en varias universidades del país.

No fue ningún hippie inconsciente y entregado al hedonismo asocial. De hecho, si no hubiera sido por la irrupción en su vida del misterio de los enteógenos, a manos de un colega suyo más joven que él -el psicólogo Frank Barron- que siguiendo los pasos del conocimiento desenterrado por Gordon Wasson y los hongos psilocibios mexicanos había tenido su particular 'Eleusis', Leary no parecía tener el menor interés en las drogas.

Tenía 40 años, 2 hijos pequeños y estaba sólo tras el suicidio de su primera mujer, cuando en México tuvo su primer contacto con un enteógeno. Ese encuentro de la persona con la sustancia despertó en Leary el mecanismo de búsqueda de la aplicación positiva de las drogas a los humanos. Desde ahí, todo lo que ocurrió fue muy rápido. Esa sesión ocurrió en 1960, y menos de 3 años después Leary ya estaba fuera del circuito académico de Harvard, expulsado con Richard Alpert, aunque según su propio testimonio había abandonado ya el entorno asfixiante y desolador de continuo enfrentamiento hacía sus propuestas, y estaba embarcado en la creación de centros de enseñanza del manejo de psiquedélicos.




En Harvard, se había ido polarizando el ambiente en torno al tema de las drogas activadoras del cerebro, hasta el punto de que viejas amistades se separaban por culpa de esas posiciones, hasta quedar dividido el profesorado y los estudiantes entre aquellos que se sentían hermanados por la acción de la psilocibina y drogas similares, y los que estaban fuera de ese grupo. Los intentos de Leary de introducir al resto de colegas que le cuestionaban, nunca dieron excesivo fruto, y seguía siendo la gran vergüenza de muchos reputados profesores, que los alumnos prefirieran las clases y estudios que impartía Leary y su grupo, a los que impartían ellos y nada tenían que ver con el uso de drogas como herramienta en la exploración de la psique. Eso no se lo perdonaban.

Un año antes de su despedida de Harvard, y cuando se estaban llevando a cabo los experimentos de la Prisión de Concord, en los que se estudiaban las posibilidades de cambio de conducta en criminales con altas tasas de reincidencia, y el de Viernes Santo (Good Friday) en el que se indujeron experiencias místicas a personas de diferentes cultos religiosos, un hombre que había conseguido de forma poco clara 1 gramo de LSD (10.000 dosis estándar o 5.000 de aquella época) a través de Sandoz, había experimentado los efectos de la misma y había decidido "enchufar" al mundo a la revelación lisérgica. 

Aldous Huxley, a quien acudió a visitar tras su experiencia, le puso en contacto con Leary. Y fue así la forma en que el gran contacto entre la persona y su destino se produjo.

A pesar de que Leary había desarrollado una amplia experiencia en esos dos años con el uso de la psilocibina, y de la mescalina -fácilmente adquirible mediante empresas químicas- la experiencia con LSD le supo como la más arrebatadora de su vida, y a ella quedó consagrado en ese momento.

No creo que la experiencia con LSD sea más "demoledora" o reveladora que la que se tiene con psilocibina o con mescalina: o bien se debía a las fuertes dosis que se empleaban en aquella época, o a unas expectativas muy determinadas. Tal vez las dosis que tanteaban Leary y los suyos en mescalina y psilocibina eran dosis más sencillas de manejar, lo cual parece bastante posible ya que fue con esta última con la que Leary tuvo su primer encuentro sexual bajo los efectos de un psiquedélico, descubriendo un universo de ricas posibilidades en materia de sexo y drogas combinadas.

Deslumbrados por todas esas drogas en general, toda la clase contracultural de pensadores, científicos y artistas, se entregaban a la experiencia mística, con una posterior incorporación en sus vidas de filosofías en busca del yo y la perfección. Pocos eran los que hacían de su uso algo puramente lúdico. Todos, según él, buscaban la luz. Desde la tímida Marilyn Monroe que le abordaba para conseguir LSD en una habitación, a la ya posterior amante de Kennedy y sus planes para iluminar a toda la clase dirigente.

El constante pasear entre celebridades de Hollywood, músicos como John Lennon -con quien grabó "Give Peace a Chance", y quien compuso "Come together/Join the party" para ser el slogan del partido con el que Leary intentó hacerse gobernador de California- o Hendrix, y con todos los poetas y escritores malditos de la generación Beat como Burroughs, Ginsberg o Kerouac, acabaron por situarle en el papel de icono de la rebelión propia de esa época y por borrar cualquier opción a que se estableciera de forma seria dentro de la comunidad científica.





La famosa residencia de Millbrook, era el epicentro de una raza de nuevos seres experimentadores de las multi-realidades humanas, que era una afrenta para el propio país y su conservadurismo.La gran duda era qué volaba más rápido allí, si las bragas de las jóvenes o el ácido.

Leary era cada día un personaje más molesto para el establishment que buscó, a ser posible, conseguir que se retractase públicamente de sus afirmaciones sobre el uso de drogas como algo positivo. Y decidieron animarle a ello.

Así le llego la hora en que por un par de chustas de porro y algunos gramos de yerba, tuvo que elegir entre pasar una vida en la cárcel, o dejar que su hija y su mujer cargaran con ello. 

Ya en prisión, engañando al psicólogo que le hizo unos test de personalidad -que había validado/estandarizado para la población él mismo siendo profesor en Harvard- Leary, fue enviado a una cárcel de mínima seguridad. Con la ayuda de la Hermandad del Amor Eterno (un grupo minoritario y selecto que tenía acceso a las drogas y su distribución en el país) y de los Weathermen, que eran una especie de grupo revolucionario de estudiantes con una estructura e infraestructura similar a la de un grupo terrorista, consiguió fugarse de esa prisión.

De allí paso a ser huésped de los Panteras Negras en Argel, de los que tuvo que acabar huyendo, de un traficante de armas europeo en Suiza, de un psiquiatra en Francia, para acabar siendo "extraditado extraoficialmente" cuando puso pie en Afganistán.

En ese periodo, al principio de los años 70, fue cuando se produjo el encuentro entre el agitador Leary y el sobrio Hofmann. Parece que el poco aprecio fue algo mutuo, aunque ambos supieron mantenerse en un clima cordial (como muestran las fotos que existen de ambos riendo).
Leary sólo le dedica 2 párrafos en su autobiografía -entre más de 600 páginas- a ese hecho, tal vez como respuesta a lo que Hofmann había escrito sobre él en "LSD - Mi hijo problemático”.




Cuando volvió a la cárcel acabó siendo utilizado por el FBI para intentar conseguir información que vinculase a unos y otros con rusos o comunistas, y en vista del poco éxito, se dedicaron a crearle fama de delator. Finalmente, cuando cayó Nixon fue cuando le acabaron dejando en paz.

Desde entonces siguió abriendo camino en el mundo del ciberespacio, que absorbió buena parte de su creatividad y de sus nuevas ideas sobre globalidad y comunicación, sexo, relaciones humanas, lenguaje y evolución cerebral. Posiblemente con mucha menos ingenuidad de la que le había caracterizado desde que se entregó a las drogas psiquedélicas, pero con una riqueza y percepción mucho más afilada.

Siguió tomando drogas, y algunas le parecieron interesantes para abrir nuevas regiones de la mente. Según él, avanzó con el estudio del "Adam, XTC, Ketamina, e Intellex". El Intellex no es otra cosa que el 4-metil-Aminorex -también conocido como "Euforia"- y que es un estimulante simpaticomimético con efectos de mejora en las actividades cognitivas.

Idealista y utópico hasta su final. Leary muere un 31 de Mayo de 1996, de un cáncer de próstata inoperable (el que sufrirán 1 de cada 3 varones occidentales de nuestra época).

Sus últimas palabras fueron: 

"¿Por qué? 
¿Por qué no? 
¿Por qué no? ¿POR QUÉ NO? 
¿Por qué no? 

Hermoso..."

Parte de sus cenizas, fueron enviadas al espacio en un vuelo espacial, un año después. Es -con certeza- el usuario de enteógenos que más lejos ha llegado.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Drogas y sexo: la 2C-B o Nexus

Este texto fue publicado en la Revista Yerba.
Sirve como natural sendero para continuar tras la publicación de la síntesis de la 2C-B del Pihkal de Shulgin y Ann Shugin.
Esperamos que os guste.

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Drogas y sexo: la 2C-B o Nexus.


Casi todas las drogas han tenido en algún momento una reputación como afrodisíaco, como sustancias que ayudaban al sexo en alguna de sus necesidades fisiológicas -como la erección- o de voluntad y libido. Y casi nunca ha sido verdad.

Hemos escuchado historias de personajes que poniéndose una determinada cantidad de cocaína en el glande durante la cópula, realizaban proezas dignas del mejor actor porno. No es raro cuando en su prohibición se mantenía que “incitaba a los negros a violar mujeres blancas” pero no hay nada real en ello. 



También se dijo de la LSD, el propio Tim Leary a modo de venganza contra el establishment, cuando se aseguró que una mujer bajo sus efectos alcanzaría decenas de orgasmos. ¿Alguien más ha vuelto a escuchar algo del poder afrodisíaco de la LSD? 

Se dijo del opio y del cannabis, de la mandrágora y del escarabajo de la cantárida, aunque el insecto sí que tenía algo que era capaz de provocarte una erección tan intensa que te duela, antes de acabar matándote si te has pasado con la dosis.

Todas las drogas actúan sobre el sexo y sus mecanismos. Todas ellas desde que alteran nuestra percepción, nos estimulan, relajan, desinhiben... pero ello no quiere decir que todas las drogas sean afrodisíacas o sean “buenas para el sexo”. Hay personas que se sienten más desinhibidas con una benzodiacepina y son capaces de disfrutar más de las relaciones -algo muy poco distinto a tomarse una o dos copitas antes del juego sexual- y no por ello nadie considera que el valium sea un afrodisíaco. De todas las drogas conocidas, si somos justos, tendríamos que decir que el mayor afrodisíaco es el alcohol, ya que es la droga más presente entre personas a la hora de mantener relaciones sexuales, a modo de lubricante social que facilita la desinhibición, y en muchos casos la pérdida de control y de sentido crítico. Cabe recordar que es también la droga más frecuente en las violaciones.



Sin embargo sí es cierto que hay sustancias, como la MDMA, que producen un intenso contacto emocional entre los sujetos, y que eso se traduce muchas veces en intimidad sexual, con o sin cópula. Si bien se puede decir que la MDMA ayuda bastante a meterse en la cama con alguien, no ayuda nada al atletismo sexual: te será difícil tener una erección, y si la tienes, será más difícil aún que puedas llegar al orgasmo. Para facilitar -por la vía rápida- el asunto con la MDMA, surgió una combinación llamada “séxtasis” que no era otra cosa que MDMA y Viagra, para combatir los efectos de flacidez que causa el éxtasis, pero que presenta mayores riesgos al mezclar distintas drogas al mismo tiempo afectando a tu cuerpo.




De entre las nuevas drogas que fueron saliendo de los matraces de los químicos como Shulgin, saltó una que pronto ganó reputación en la esfera sexual: la 2C-B también llamada Nexus en el mercado negro. Fue sintetizada en 1974 y explorada en 1975 por el grupo de los Shulgin. Hay que entender que en este grupo existían unas normas de comportamiento entre miembros que prohibían la actividad sexual entre quienes no eran previamente pareja -para evitar malos rollos al día siguiente, por ejemplo- pero que a la vez alababan los informes que les entregaba la gente sobre la actividad de la droga que estaban probando en todas las esferas donde actuaba, y eso incluye el sexo en personas sanas. 

Pronto se dieron cuenta que, sin ser un afrodisíaco genital (algo que provocase erección y deseo, por ejemplo), la droga resultaba muy útil ya que a diferencia de otras, la 2C-B no interfería tan negativamente con los mecanismos fisiológicos del sexo: no impedía la erección y el orgasmo en el varón como suelen hacerlo otras drogas de ese tipo. Eso la hacía un instrumento muy útil para poder explorar el aspecto sexual de la experiencia psiquedélica sin la dificultad -o imposibilidad- que otros psiquedélicos y enteógenos aportan.



En los 80 saltó por primera vez al mercado, cuando todavía no estaba prohibida (ni siquiera lo estaba la MDMA) en unos lotes que pretendían ser lotes de pastillas de MDMA. Lo cierto es que el efecto de dosis bajas de 2C-B puede ser experimentado como similar a la MDMA, pero si sobrepasas cierto margen, se convierte en una droga tan psiquedélica o visionaria como la mescalina. De hecho, uno de los nombres de la 2C-B es bromomescalina, ya que la molécula es una modificación de la mescalina con un átomo de bromo sustituyendo un grupo metoxi, y cuando se sobrepasa cierto punto, es una molécula que tiende a crear experiencias de miedo especialmente en personas no acostumbradas a sus efectos. No es bueno pasarse con ella: con muchas de estas drogas, menos es más y mejor, y no conviene creer que por aumentar la dosis aumentarás lo placentero que puedas sentir.

Una forma que se ha popularizado de tomar la 2C-B o Nexus es en combinación con MDMA, especialmente cuando los efectos del éxtasis empiezan a bajar, para aprovechar el estado emocional que queda, como se hace en ocasiones con otras drogas como los hongos o la LSD. Otros prefieren tomarlo junto. En todo caso hay que advertir que la 2C-B y la MDMA parecen potenciarse mutuamente, con lo que si se van a tomar en combinación, deben rebajarse las dosis de ambas para que la experiencia no sea algo que sobrepase a la persona en los efectos que espera encontrar.



Pero más allá de no dificultar lo coital, hay algo extrañamente sexual en esta sustancia, que en ocasiones incluso se manifiesta fuera del contexto donde uno puede esperarlo. Echen un vistazo a esta experiencia:


Esa noche salí de fiesta con 2 pastillas de MDMA de unos 125 mgs cada una y 3 pastillas de 2C-B de 5 mgs cada una, flojitas pero suficientes si iban a tomarse mezcladas.

Empecé la velada comiéndome una pastilla de MDMA, tomando alguna cerveza, y disfrutando de una graciosa noche calurosa de fin de verano. Pasaban las horas e iba mezclando poco a poco la MDMA con la 2C-B. Tomé una dosis de 5 mgs de 2C-B. Al cabo de un par de horas tomé media pastilla de MDMA y otra de 2C-B, y otro par de horas después, la otra mitad que me quedaba de una pastilla de MDMA.

Ya era de día cuando viendo que sólo me quedaba una pastilla de 2C-B de 5 mgs, pues me la tomé mientras acompañaba a un amigo a su lugar de trabajo -un bar- donde nos tomamos otra cerveza.
Y estando relajados y tranquilos, en un bar cerrado para nosotros dos, súbitamente me empezó a latir el corazón con fuerte taquicardia, y empece a sentir miedo.



Puro miedo, sólo miedo.
Salí de allí dejando la cerveza a medias, casi sin decir nada, casi corriendo.
En la calle mi corazón se aceleró más aún: veía a la gente de día y me entraban ganas de correr, de evitar a todo el mundo con un chasquido de dedos.

Iba andando a toda prisa hacia mi casa, que no estaba lejos, con la idea de que si me pasaba algo, que me ocurriera allí. A lo mejor no era la mejor idea del mundo, pero era la que tenía en ese momento en mi cabeza: protegerme en mi casa.

Aun así tuve el valor de pararme en la calle a hacer una llamada desde una cabina -no existían los móviles como ahora- para decir a una persona que no me encontraba bien, y que no iría a recibir otra llamada que tenia que recibir esa tarde (antes la gente quedaba para llamarse, aunque suene raro).

Desde ese momento, la experiencia cambió radicalmente:

Estaba a escasos 200 metros de mi casa y todo el miedo y la paranoia se habían convertido, de golpe, en un extremo sentimiento de paz y de comprensión.
El pecho me explotaba de satisfacción. Una satisfacción extraña que sólo había conocido en ocasiones con los enteógenos más fuertes, pero nunca saliendo de fiesta, sino en momentos más relajados y preparado para ello.



Decidí de todas formas seguir hacia mi casa.
El calor empezaba a ser agobiante y pensé que igual que se me había pasado ese mal momento, bien me podía pasar lo contrario de nuevo.
Así que llegue a casa, entré en mi habitación y me desnudé.
No había casi luz, y si cerraba los ojos y me sentaba, empezaba a meterme en una espiral interminable de ideas, insights y visiones. Estuve un rato disfrutando de ese estado, hasta que el calor me hizo ir a ducharme.



Y allí ocurrió.
Me duché con agua fresquita. Las sensaciones eran muy agradables: recordaban el saciar una necesidad grande, como beber con sed o comer con mucha hambre.
Terminé la ducha, cerré el grifo.
Me dejé escurrir el agua por un instante en la bañera, ya que no tenia intención de secarme con una toalla.



Fue la primera gota.
Descendió de mi cuerpo y chocó sobre la cerámica de la bañera.
Produjo un sonido simple, pero en mi interior se escuchó como si crujieran todos los arboles de un bosque al mismo tiempo.
Simultáneamente al sonido me golpeó brutalmente una sensación a la que en muchas ocasiones he llamado orgasmo... pero ahora pienso que era superior a él.
Me agarré con fuerza y algo asustado a la pared y el mando de la ducha, pero el asunto sólo acaba de comenzar.



La siguiente gota chocó provocándome la misma sensación de un orgasmo casi interminable y no había pasado más que una fracción de segundo...
Otro orgasmo me sacudía mientras desde mi pelo, desde todo mi cuerpo empezaron a descender gotas, que caían desde mi pecho, mi estómago, mi pene.... a estrellarse contra el suelo de esa bañera.

Cada gota me hacia romperme por dentro de placer. Me agarraba con fuerza a donde podía: nunca había experimentado algo así. Era el sonido que provocaba la gota, lo que me abría un nuevo orgasmo cada vez...




Dios. Me estaba muriendo literalmente de placer.
Mi respiración oscilaba entre la quietud absoluta y el tomar aire como si me estuviera ahogando!!
Caían todas las gotas que se escurrían de mi pelo y cada una llevaba en sus átomos un orgasmo demoledor.

Llegó el momento cumbre, en el que había mayor numero de gotas rompiéndose contra el suelo, y mi cuerpo se tensó y arqueó como si me fuera a partir en dos.
No era posible tanto placer: me iba a reventar el alma de gusto!!



Con los ojos cerrados sentí como se abrían dentro de mi decenas de orgasmos que, si pudieran ser dibujados, eran concéntricos unos con respectos a otros. Acaba de empezar uno, cuando rompía otro en el centro de ese. Cada vez más y más profundo.

Y el tiempo por un instante se detuvo: sólo existía el más íntimo placer alargado hasta el infinito. El ritmo empezó a disminuir porque ya casi no quedaban gotas de agua sobre mi cuerpo estático y descendían más lentamente.

Yo las veía bajar con la promesa escrita de volver a escuchar el crujido de cien arboles, y volvían a provocarlo. Pero cada vez menos; se distanciaban más unas de otras en el tiempo.
Volvía a recuperar esa consciencia perdida por instantes, y empezaba a sentir una inmensa pena.

Llegó el final: la última gota rompió regalándome un último orgasmo brutal, íntimo y profundo como nunca esperé sentir.
Con los músculos tensos como si estuviera siendo atravesado por una corriente eléctrica, sin ser capaz de soltarme aun de la pared y de los grifos de la ducha, rompí a llorar. Llore por unos instantes con desesperación y rabia: quería sentir más de lo que me habían regalado!!



No intenté que ocurriera de nuevo. Sabía que no sería así.
Aún hoy en día, cuando lo recuerdo, sé que cambiaría sin dudarlo toda la sexualidad de mi vida pasada, presente y futura, por un solo instante así. Nunca jamás volví a experimentar algo remotamente parecido. Sólo me pude llevar un inmenso sentimiento de gratitud y de pena por no poder volver a visitar -a voluntad- un lugar tan inmensamente lleno de placer.

La experiencia da datos sobre las dosis, que en el caso de la MDMA no pasó de 250 mgs en toda la noche y 15 mgs, en 3 tomas, de 2C-B. La cantidad de 2C-B parece pequeña, casi rozando el borde de lo que sería una dosis efectiva de la sustancia, pero debido a la sinergia con el éxtasis, sus efectos correspondían a los de dosis más altas de dicha sustancia.

La 2C-B es una feniletilamina que parece ser sencilla de manejar en sus efectos en el rango de dosis más bajas, que su autor cifra en el rango de los 12 miligramos a los 16, considerando los 24 miligramos como una dosis alta, y hasta 35 miligramos las muy altas. Sin embargo se han llegado a consumir, por error, cantidades hasta 4 veces superiores a la dosis considerada como alta, produciendo espectaculares experiencias de miedo intenso en diversas formas, pero no poniendo en riesgo la vida de quienes las han experimentado.

Cabe mencionar un hecho curioso sobre la 2C-B que tal vez ayude en el futuro a su aprovechamiento como posible fármaco. Mientras que en la inmensa mayoría de los países que la prohibieron hace unos años, como USA o Reino Unido, se encuentra en la categoría más restrictiva para una droga, conocida como Lista I y cuyas sustancias están prohibidas para uso con humanos, en España se encuentra en la Lista II, lo que la hace una sustancia que podría ser solicitada por su menor fiscalización para investigaciones con mayor facilidad que otras drogas


No hemos podido encontrar una razón convincente para que la 2C-B esté en la Lista II mientras la 2C-I (su hermana iodada, por ejemplo) está en la Lista I. Tal vez tenga algo que ver el hecho de que durante un tiempo, en España, tuvimos un laboratorio llamado Drittewelle que producía esta droga, de forma legal, y la vendía por diversos países del mundo, también de forma legal hasta que fue prohibida.

La 2C-B se llegó a vender en Sudáfrica a los “sangomas”, fabricada por dicha empresa y distribuida por otra llamada Inkwazi, que son los brujos de ciertas comunidades que usaban otros enteógenos de origen vegetal de sus zonas para llevar a cabo sus ceremonias, y fue acogida muy favorablemente hasta que fue prohibida. Aunque en este caso, se insistía en el prospecto del producto en que el principal componente era la catina, un estimulante extraído del khat, cuando la 2C-B tiene un origen totalmente sintético



El mismo error que sigue reproduciéndose hoy día en distintas webs, que achacan incorrectamente un origen vegetal a dicha sustancia. El nombre que le dieron fue Ubulawu Nomanthotholo que en el idioma local quería decir “la medicina de los espíritus que cantan”.

Si bien es cierto que el nombre de Nexus fue el que le puso la empresa Drittewelle para lanzarlo al mercado, en alusión a sus supuestas propiedades sexuales, no parece que se hiciera con la 2C-B nada distinto a lo que se hizo con otras muchas sustancias, de origen vegetal como el kava-kava o de origen sintético como otras variantes de feniletilaminas, lanzándola como afrodisíaco ya que prácticamente todas las sustancias en aquella época se lanzaban al mercado aludiendo a sus propiedades sexuales. Ellos vendían, como otras tantas empresas, lo que el cliente quería escuchar. Y al hacerlo en dosis bajas, pues sus pastillas eran de 5 mgs nada más, evitaron en buena medida que sus clientes tuvieran malas experiencias: la misma dosis daban en Europa como Nexus, el afrodisíaco, que como Ubulawu Nomanthotholo para que los chamanes sudafricanos se pusieran en contacto con sus ancestros.

Pero en esta ocasión resultó ser cierto, que la sustancia que había dejado el genio salido del matraz de Shulgin, era una sustancia que ofrecía oportunidades maravillosas a la hora de explorar, entre otras cosas, la experiencia sexual bajo el influjo de un psiquedélico, que sin llegar a ser LSD, abre unas cuantas puertas más que la MDMA. Una sustancia notable que fue, sin duda, una de las favoritas de Shulgin y posiblemente su creación más preciada. El mercado negro tomó buena cuenta de ella, de manera que cuando se prohibió es de esas sustancias que han seguido existiendo porque cuentan con una demanda de un público estable. No era sólo mito, había escondida una curiosa realidad detrás.



miércoles, 4 de febrero de 2009

Ésta me gusta, me la hago yo!! Entrevista con un activista químico (I).

"El hombre es
una breve aventura química
sin sentido"
Manuel Vicent.


Desde que el hombre es hombre y en su evolución comenzó a ser un animal sedentario, lo primero que hizo -aparte de buscar emplazamientos que le facilitasen la existencia por sus recursos- fue procurarse unos bienes de consumo, que cubrieran necesidades básicas, y en primer lugar estuvo el procurarse mediante la agricultura y el pastoreo, alimentos que le permitieran vivir de forma sostenida.


En el caso de los consumidores de drogas esto ha sido similar. Cualquier consumidor se ha planteado producir la sustancia que le gusta tomar. Tal vez como medio de conseguirla barata, o conseguirla pura, y de esa forma ganar en calidad y en seguridad, que es precisamente el espacio donde más atenta al mercado de drogas la prohibición: las hace desmesuradamente caras e impide que las personas puedan saber si consumen algo o lo contrario, siendo la principal causa de problemas relacionados con drogas la fosa de ignorancia en la que se introduce uno al tener que sufrir las consecuencias de la prohibición.


Aunque no sólo el narcotráfico saca beneficio de la prohibición: mientras que un gramo con un 90% de pureza de MDMA se puede comprar en el mercado negro por menos de 50 euros, la más importante empresa química del mundo, lo produce al módico precio de 11.300 euros el gramos si son dosis de 10 miligramos, o a 8.000 euros el gramo, si es en bolsitas de 50 miligramos.

Teniendo en cuenta que una dosis generosa de MDMA son unos 150 miligramos, la experiencia del MDMA legal a una persona, le costaría como mínimo unos 1.200 euros... y mientras cualquier joven puede conseguir una bolsita con medio gramo de MDMA -unas 3 dosis largas- por 30 euros.

Todos nos hemos planteado alguna vez ser capaces de producir nuestro cannabis, nuestro MDMA, nuestro speed....... todos.

En algunos ese planteamiento ha durado unos breves segundos, conscientes de que el esfuerzo que supone aprender, comprender y llevar a cabo algo así es demasiado grande para la recompensa... cuando siempre se puede llamar al camello.

Sólo en el caso del cannabis (y algo en el caso de los hongos con psilocibina-psilocina), que tiene detrás una fuerte industria y que se puede producir con un coste muy bajo para mantener el consumo personal, parece que se ha logrado de forma general (aunque la crónica vaguería hispana sigue haciendo que sean una minoría los consumidores de porros que se los producen ellos mismos).


En el resto de las sustancias, la que resulta más sencilla de producir para quien quiera ponerle un poco de interés, es la metanfetamina.

Meth, Ice, Cristal (no el de aquí, el nombre pero en USA) o Crank son algunos de los términos con los que se conoce a esta sustancia, que paradójicamente es desconocida en España, a pesar de que existe una fuerte demanda de estimulantes (mirese el consumo de cocaína).

Se podría decir que la "receta" para hacer esta droga partiendo de algunos productos fáciles de conseguir está bien sembrada en la red. Y además es correcta en muchos lugares, y no es un chiste malo como la archiconocida formula para fabricar LSD casero con un par de cajas de cervezas Foster.


En los foros sobre drogas, aún hoy, se puede encontrar a menudo algún iluminado por el conocimiento que, en un arranque eufórico, expone al mundo que va a hacer metanfetamina y que sólo necesita un poco de ayuda...

Es curioso que ninguno de esos químicos vocacionales se plantee primero... ¿¿por qué no lo están haciendo otros si resulta tan sencillo???

Y si a eso le sumamos que a su petición de ayuda, corren raudos y veloces los más avanzados de la clase de química de 1º de carrera, que al verse rodeados de un montón inmenso de tipos que no saben escribir ni leer en muchas ocasiones, se sienten capacitados para dar consejos sobre como proceder dirigidos al nuevo aspirante a químico clandestino.


El ciego guiando al tuerto, dándole consejos que se acaban pareciendo a los programas de televisión de fin de Año, donde se limitan a cortar y pegar videos sobre todas las equivocaciones cometidas a lo largo de ese ciclo.


No acaban, nunca se acaban. Siempre habrá otro más intentándolo (en distintos grados, desde la palabrería habitual al que se fabrica un condensador manualmente), y siempre un estudiante diciéndole cómo hacerlo.... pero que no lo ha hecho porque no tiene ni zorra en realidad, pero no le importa que otro haga de conejazo de indio.


La realidad muestra que no hay síntesis de metanfetamina en nuestro país, pero cuando aparece es de forma anecdótica y en círculos muy reducidos.

Y en uno de esos círculos, está el invitado que hoy entrevistamos: el tipo que sin ser químico, pero usando los conocimientos del bachiller y echando horas de lectura... aprendió a cocinarse su propia metanfetamina.... entre otras cosas.

Y ahí va, tal y como está.

Incompleta, y con una segunda parte que se completará con las preguntas de los lectores, que pueden dejar en los comentarios.
Si el cocinero sabe -porque tiene la humildad necesaria como para no inventarse respuestas- las contestará para bien de los aspirantes a conseguir el título de Quimicefa del Año.

Las fotos de condimento en esta entrada, están cedidas por el cocinero, y pertenecen al medio gramo de clorhidrato de cocaína que produjo hace una semana... para su mujer.

Vive en un paradisíaco lugar en el sur de Francia, y trabaja como educador con adolescentes problemáticos (a mi me hace gracia eso... cuál no lo es a esa edad??).

Sin más.



Entrevista

 al Vampiro (I)


- Buenas nos dé Dios. ¿Me puede decir su nombre?


- Claro que no. Si lo hiciera, acabaría llamándome Monsieur Capullo...


- ¿Teme represalias? ¿Acaso el conocimiento no es algo que está siempre dentro de la ley?


- Pues si. En este mundo existe una extraña ley que coarta la libertad incluso a los que no perjudican a segundos ni a terceros. Ya he sufrido una vez sus consecuencias y prefiero no tentar la suerte. Incluso con la conciencia tranquila, el castigo social puede llegar a ser muy cruel...


Desgraciadamente el conocimiento no tiene porque estar dentro de la ley. Imperfecta como es, acepta una barbaridad de interpretaciones; y curiosamente siempre terminan ganando las que se alejan mas del espíritu científico. Incluso en las universidades hoy día las leyes, la burocracia y todas las normas, de facto están minando nuestra capacidad de aprender de una forma real.


Estoy de acuerdo en que tienen que existir límites y acuerdos sociales pero creados desde una perspectiva honesta y para defender la libertad y garantizar el desarrollo del individuo.



- Claro, eso seguro que lo dice porque tiene algo que ocultar. Fijo que no es un estudioso de la ciencia sino un criminal... a qué se dedica?

- Lo único que tengo de criminal es mi humor, y va en serio. Para el resto soy como cualquier persona, tengo mis hobbys y disfruto como puedo de mi vida. El problema si es que se le puede llamar así, es que muchos de mis hobbys incluyen total o parcialmente esta maravilla de cosas que son las drogas.


Pero vaya, no soy más criminal que un psiquiatra apasionado por su oficio.

Tampoco me considero estudioso de la ciencia. Eso queda muy solemne.
Yo diría más bien que me gusta la ciencia aplicada.

Volviendo a tu pregunta, me dedico a la educación con jóvenes algo problemáticos, así que me gano la vida honradamente y en ningún caso hago dinerillo extra con nada que pueda ser ilegal. No tengo ningún problema con quien lo hace pero es una cosa que creo que no me compensaría.


En cualquier caso no tengo nada que ocultar a mis allegados, a quien sí me importa y me conoce. Incluso a mis hijos no les esconderé en ningún caso cualquiera de mis facetas.




- Ah no? Y que tal le parecería que le llamasen del colegio del niño porque le va diciendo a sus amiguitos cosas como que su papá hace unas cosas tan buenas en el sotano con sus amigos, que estos le dicen: "Tú sí que sabes lo que es un polvo que te deje feliz, y no la pesada de mi mujer...."
¿Sabrá gestionarlo?
O se ha pasado de lanzado... mezclando niños y drogas, no cree?

- ¡Pues me parecería muy mal! Que mi hijo vaya comentando cosas de la vida sexual de mis amigos por el colegio me enojaría bastante.

Hablando en serio. No tengo ni idea de si sabré o no gestionarlo. Supongo que lo que diga hoy poco puede valer mañana cuando tenga casi el 50% de mi propia carga genética haciéndome trastadas por casa.

Lo que sí sé es que es la misma sociedad quien mezcla niños y drogas, y lo hace a diario. Así que al plantearme estos temas aunque sea a nivel de cábalas no lo veo muy distinto a plantearme qué tipo de educación me gustaría darles.


Conste que en cualquier caso yo he mezclado hijos y drogas, no niños y drogas.

Creo que el proceso de formación y educación con este tema no hay que hacerlo de golpe y es necesario adecuar el discurso a cada edad teniendo en cuenta en todo momento las leyes de las que hablábamos al principio y sobre todo el no clandestinizar facetas de loa propia vida.

Si a los cinco años me pregunta "¿Qué has hecho en esos botes?" y yo le digo "Un perfume." no tengo porque mantener la misma versión de los hechos toda su vida. Ello dependerá de la propia capacidad para evaluar el momento vital del hijo y las ganas de ser franco con uno mismo.




- ¿Y cuando su hijo lea esta entrevista con 14 años, y algún malicioso educador le diga: "Ese... ese es tu padre"? ¿Cómo planteará entonces que no debe violar la ley ni transgredir la beatífica naturaleza de su química corporal con sustancias exógenas sin prescripción médica?

¿Qué hará entonces? ¿Más perfumes con olor a acetona?

- Pues estamos un poco en lo mismo. Si hasta los 14 años no hubiera existido ningún proceso formativo previo, evidentemente que la cosa se pondría peliaguda. Pero vaya, que hasta esta edad ya se puede haber trabajado la relatividad de las palabras bueno y malo, legalidad e ilegalidad, moral social y ética personal, e incluso, si a partir de los doce van al instituto ya se puede haber hablado unas cuantas veces de drogas.

Incluso en alguna de esas ocasiones, haber incidido en lo que es un cerebro en desarrollo y lo importante de evitar consumos en edades tempranas.

Si yo he hecho eso, a quien le toca evitar ilegalidades y consumos no es a mí, sino que le corresponde a él.

En cualquier caso y tengan la edad que tengan los hijos son personas con derecho a equivocarse y los padres deben estar allí cuando eso ocurra y no antes.

Y bien, por mi parte si realmente se planteara la situación sería un buen momento para mostrar otras facetas mías mas en acorde al mensaje que le quiero hacer llegar a esta edad y dejar los experimentillos para otro momento en el que no pudieran tener un impacto potencialmente negativo para su educación.

En fin, el tiempo dirá.



- Tengo la sensación de que estamos pasando por alto la razón que le trae a estas páginas como entrevistado... y es que usted fabrica drogas, no? ¿Qué hace exactamente o qué sabe/puede/suele hacer?


- Jua jua jua! Ya pensaba que me libraba del tema! Pues bien supongo que a estas alturas ya no es ninguna sorpresa decir que sí. Cuando me apetece por el resultado o por aprender e investigar el mismo proceso me pongo manos a la obra.


Inicialmente mi obsesión era poder autoabastecerme de casi cualquier tipo de droga, estimulantes, depresores, psicodélicos, etc., aunque finalmente mis limitaciones como químico, el acceso complicado a algunos precursores y las pocas ganas de correr riesgos innecesarios se han encargado de limitar la variedad de drogas potencialmente fabricables con mis recursos.


Respondiéndote de forma más concreta, te digo que se/puedo hacer cualquier extracción de fuentes vegetales. Setas, cactus, plantas ayahuasqueras, opiáceos, coca, etc. En realidad así es como se empieza y de hecho si el objetivo fuera simplemente autoabastecerse no haría falta ir mas allá dada la generosidad del mundo vegetal.


En mi caso el hambre resultó no ser para abastecerme sino que para aprender y ver donde podía llegar un profano como yo así que continué con las extracciones de medicamentos, purificación de drogas callejeras y finalmente me centré con la nanosíntesis de metanfetamina y con alguna otra modificación molecular menor como la isomerización del THC.


Llegados a este punto no he seguido a nivel práctico aunque a nivel teórico no he parado. Es cierto que para continuar hay que hacer un salto técnico y teórico así que me puse unas cuantas experiencias en cartera y estudié. Mis próximos planes están en síntesis de opioides, opiaceos, alguna fenetilamina y a medio o largo plazo mda y/o mdma.


De todo ello, lo que he seguido haciendo durante este tiempo de manera puntual ha sido cocaína para mi pareja y metanfetamina para mi. Esto ha respondido al hecho de no tener acceso a ellas en la calle y me ha permitido optimizar los métodos para pequeñas cantidades.




- Ale, y lo dice y se queda tan tranquilo. Ni más ni menos que cocaína y metanfetamina!!

La droga más peligrosa del mundo... ¿no?

- Pues sí, lo digo y sin pestañear aunque supongo que el anonimato ayuda mucho.

Lo de ser la droga más peligrosa del mundo es en según que mundo. Resulta que en el mundo de EEUU e Inglaterra si lo es, o como mínimo eso afirma la versión oficial. En el mundo de España la situación parece distinta ya que allí la droga más peligrosa del mundo resulta ser la heroína incluso ahora que su uso parece haber llegado al un mínimo histórico desde hace 35 años.
No hace falta a estas alturas venga con la frasecilla que el veneno no lo hace la sustancia sino que la dosis y la pauta de consumo, aunque si es verdad que como mínimo en mi caso hay que tener especial cuidado con ciertas sustancias, y una de ellas es esta. Permite funcionar de forma normal bajo sus efectos y da muchísima euforia, casi tanta como bajón la mañana siguiente y justo este bajón desaparece por completo si se consume de nuevo. Así pues invita a seguir tomándola aunque hacerlo o no no lo decide ella sino tú.

Caer en la rueda incluso con la peor droga del mundo sigue siendo una elección personal aunque nos pese y aunque a veces sea difícil mantenerse firme en los propios límites.




- Ya me habían advertido que era un libertino, y que se comienza por estudiar química y se acaba haciendo pastillas... pero cocaína?


- Me considero más liberal que libertino y aunque tengo un poquito de cada de conocerme ni se te ocurriría nombrarme como tal. Convivo con mi pareja desde hace mas de una década, he estudiado, trabajado, participado en asociaciones y hecho voluntariado. Llevo una vida medianamente ordenada y soy muy casero. Como ves a la estampa sólo le falta un poco de farlopa (avisé sobre mi humor) jajajajaja!!!


Bueno el tema de la coca saló a partir de una vez que tras pasar muchos años sin probarla me invitaron a una fila y acepté. El efecto fue muy distinto al que recordaba y no me gustó en absoluto. Pensé que sería un tema de pureza, corte o algo por el estilo y me decidí a probar la extracción e intentar reencontrar las sensaciones que recordaba de antaño. Finalmente tras obtenerla y asegurarme que era un producto de calidad vi que realmente no terminaba de gustarme. Me bloqueaba, no disfrutaba del momento y lo que era peor, me ponía de mala leche!


A mi pareja le pasó todo lo contrario, le gustó mucho así que de vez en cuando, cuando le apetece y tengo tiempo le extraigo su medio gramete.


- Pero usted ni es químico ni estudiante... y para hacer esas cosas hace falta interés y formación. ¿Qué vino primero?


- ¿La gallina o el huevo? Un poco todo a la vez. De pequeño pedí el Quimicefa a los reyes magos y a los años ya lo había ampliado y tuneado con productos algo más resultones que las cuatro sales tontas que ponen. Aun lo conservo como fetiche.


Luego no me acordé más de la química hasta que tomé éxtasis por primera vez y pensé que aquello que tanto me gustó debía aprender a fabricarlo. Pero nada, aun estaba en BUP y las aguas siguieron otro cauce. Aquí abandoné durante años cualquier consumo de drogas ilegales hasta que un día, pasados los años me di cuenta que las echaba de menos. Retomé el contacto con el tema aunque desde internet y casi por casualidad terminé en foros y páginas de química clandestina. El cariño hizo el roce y hasta hoy.




- ¿Qué le ha aportado el hecho de ser capaz de sintetizarse o extraerse sus propias drogas o las de su pareja?


- Poco más que satisfacción personal y entretenimiento. A nivel económico ha sido una ruina, sobre todo al principio que inviertes en materiales que no sirven del todo o en precursores que tu poca mano hace que se vayan por el retrete. Es cierto que al final terminas cogiendo el punto y sale algo más económico pero ni mi consumo es tan elevado ni la cantidad que hago es suficiente como para notar el ahorro. En este sentido es mejor comprar las drogas hechas y ahorrarte el tiempo.

Otra cosa que me llena bastante es el hecho de no pasar por el gran narco de sudamerica/EEUU. En fin, podríamos estar hablando largo y tendido sobre el tema pero aunque sea a nivel simbólico no financiar con los vicios de mi pareja toda aquella barbaridad me proporciona cierta satisfacción.


- ¿No puede pagar a los honrados trabajadores del mercado negro subvencionados por el estado y su prohibición?


- ¡Claro que podría! pero sólo con lo que no pueda obtener con mis propios medios y mientras haya garantías de un mínimo de calidad y seguridad en el producto. Si no fuera así ¿donde estaría la gracia?


- ¡Cómo no va a haber paro, si ni el mercado negro se puede mantener ya por gente como usted!


- Creo que el paro no lo solucionaríamos si yo ni los que como yo dejáramos de hacer experimentos. Te aseguro que si de mi dependiera las drogas crearían más puestos de trabajo que ahora y no justamente remunerados en B.

Creo que sufrir por el futuro del mercado negro es como sufrir por el futuro del sol o del universo mientras los políticos no empiecen a tomar medidas valientes al respecto.


- Pero diga lo que diga, hablándome de psiquedélicos, de opiáceos, de MDMA, de metanfetamina y cocaína, usted no puede estar bien de la cabeza.

Ya sabe que las drogas cuando son consumidas crean un agujero en el cerebro por el cual pasamos a estar controlados por esas sustancias...

- JUAJUAJUA!!! Es que no me dejarán nunca de hacer gracia este tipo de frases. Son tan ridículas que incluso sospecho que quien acaba de formularlas no puede evitar sentirse un poco incómodo ante sus interlocutores.

En cualquier caso, y para asegurarme que no sea yo quien está haciendo el ridículo, tiene usted algún estudio científico y de nuestra era que demuestre tal afirmación? O incluso más, ¿que simplemente cree indicios al respecto? Nunca está de mas leer cosas nuevas...

- Déjese de estudios, coño, o me va a negar lo que todo el mundo sabe? eh?

Sólo los drogadictos como usted son capaces de negar obviedades tan evidentes!!
Todo el mundo conoce el hecho de que los estudiantes universitarios hacen LSD en sus ratos libres, para sacarse unos dineritos extras... me equivoco?

- Yo es que en mi facultad debíamos ser muy tontos. De hecho en toda la universidad lo éramos porque encontrar un secante de LSD era casi una odisea. Es más, creo que en todas las universidades de mi provincia eramos tontos porque allí de LSD había el bajado de Amsterdam y poco más. ¿Viviremos en un continente de garrulos en el que ni los estudiantes universitarios son capaces de fabricar LSD?




- Es la única droga que parece que no ha nombrado en su lista de delitos y de futuros ilícitos..por qué? Por qué no hace LSD, porque ya no es universitario? Demasiada competencia, verdad?


- De la mayoría de drogas lúdicas que se consumen habitualmente esta es con diferencia la más difícil de obtener.

Primero de todo los precursores son difíciles de producir o sacar de algún lado y de hacerlo hay algunos muy tóxicos y activos en cantidades mínimas. Estos, al igual que el mismo LSD se degradan fácilmente y hay que guardarlos y tratarlos con una serie de requisitos mínimos.

También tenemos que las reacciones son bastante rígidas, permiten poco margen a imperfecciones e impurezas y muchas veces precisan de material algo específico y caro. En resumen, es una síntesis que guardo para cuando me jubile y vaya a la universidad de nuevo esta vez a estudiar químicas.


Supongo que este tipo de mitos que comenta los creó la historia de Owsley pero te aseguro que en aquella época ni los precursores estaban tan controlados como ahora ni los procedimientos que utilizaba eran ni de lejos rudimentarios.


Si hay algún estudiante corto de efectivo leyendo la entrevista le puedo asegurar que le resultará más rentable y productivo repartir pizzas que plantearse una odisea de tal calibre.



- ¿Cómo? ¿Me niega usted que eso sea así? ¿Entonces de dónde sale la LSD?


- Lo niego y categóricamente. Todo el LSD que hay ahora mismo en el planeta sale de unas pocas manos. Digamos que los químicos clandestinos que se dedican a ello cabrían juntos en una foto y a la mayoría se les podría ver bien la cara. A parte de estar versado en el arte se necesita un alto grado de nostalgia y pasión para dedicartse a ello. No creo que se mueran de hambre claro está, lo que si es seguro es que podrían hacer mucho más dinero y simplificarse la vida fabricando cualquier otra droga.


- Habrá visto que en los foros en que se habla de drogas en internet, siempre hay algún sacrificado personaje que está obsesionado con fabricar sus propio LSD.... y que asegura ser químico, y estar más que preparado.

Y seguro que también ha tenido ocasión de leer a los que, como usted, se dedican a hacer metanfetamina... o bueno, eso creen ellos.
Alguno, se dice, ha conseguido hasta sintetizar gaseosa con ingeniosas reacciones caseras y materiales elementales.... ¿qué opina de esto?

- Es cierto que cuando entro en los foros y veo títulos de mensajes relacionados con el tema me alegra. Aunque normalmente la alegría dura sólo el tiempo de abrir el hilo y ver el poco esfuerzo que esta gente está dispuesta a invertir en el asunto y la poca vista con la que lo enfocan.


No se trata de nacer enseñado pero tampoco se puede esperar que te guíen paso a paso cogiéndote de la manita. Esta misma gente cuando aparece alguien con un poco de cordura que les da consejos y les manda mensajes entre líneas en vez de escuchar e intentar reflexionar saltan ariscos y se entregan al primer personaje que suelta cuatro tecnicismos juntos.


Y esto no sólo es triste sino que puede resultar peligroso.


Hace poco he visto un caso, relacionado con la producción de metanfetamina, que poco faltó si no resultó en una explosión o una fuga de tóxicos bastante complicada.

Sabía más quien preguntaba que el que contestaba (aunque dice ser estudiante de químicas, y se psas el día dando consejos en ese área, sin acertar una...).
Y esa es la tónica en estos foros: el saber te hace darte cuenta de los que ignoras... y el ignorar, te hace creer que sabes.

Al menos el que lo intentaba tenía el valor de ponerse manos a la obra, mientras que el "experto consejero" no hacía más que contestar obviedades o tonterías que con los cuatro tecnicismos ya mencionados, parecían tener cierto aire de seriedad y de veracidad.



En el caso del LSD y los foros de internet, básicamente me dedico a divertirme leyendo pseudociencia ridícula, la cosa no va a pasar de aquí y nadie va a sufrir ningún daño pero en el caso de la metanfetamina la cosa es mas seria.


La ruta más sencilla para la síntesis incluye fósforo rojo y yodo... y aquí está el tema. Manipular eso bajo las instrucciones de alguien que no sabe de que habla es exponerse a redecorar tu vida en un santiamén.


Da igual que sea químico, un mecánico de coches puede no saber desmontar el motor de un avión por mucho que lo intuya y tenga una base de conocimiento al respecto.


El caso en concreto que antes comentaba, lo seguí hace días en un foro muy conocido. Se trata de una persona que se ha construido un aparato de reflujo casero. Con una bombilla ha montado un matraz. Luego ha soldado tubos de cobre de tal manera que lo puede utilizar como condensador y lo ha fijado todo en una estructura para que se aguante en una posición adecuada.


Pues bien, todo este esfuerzo no ha valido para nada ya que ha seguido las instrucciones de alguien que sabe del tema pero no de este tema.


Primero de todo no ha tenido en cuenta que la reacción se lleva a cabo gracias al contacto de la efedrina con un ácido, en este caso el yodhídrico que se evapora del matraz y condensa en el refrigerante durante la síntesis, pues bien, ¿qué pasa con los ácidos y los metales en contacto?


Luego no se de donde ha improvisado las proporciones de precursores pero no encajan ni por asomo a lo que tendrían que ser. En este caso no pasa nada porque se ha pasado de agua pero ¿qué habría pasado si justamente hubiera fallado en carencia?

Pues incendio, y de los jodidos.

En fin, finalmente tampoco es necesario alarmarse tanto porque resulta que el fósforo lo sacó de las cabezas de las cerillas así que de fósforo en el matraz habrá poco o nada pero vaya, vete a saber que es lo que hay en contacto con el yodo y siendo calentado...


El chico del invento en cuestión apunta maneras pero necesita fondo, lectura y discreción.

Deberían cuidarse más, a la hora de poner fotos sobre sus actividades, o el material que usan: nunca sabes de donde te puede salir el peor gusano.

Ahora de este chico, hablan en otros foros como si fuera el más avanzado en producción de metanfetamina... y otros quieren seguir su ejemplo.

¿Recuerda que el que le guiaba era un ciego que creía estudiar químicas y dominarlas?
Imagine un grupo de experimentadores guiados por el desconocimiento, el afán y este maestro...

Mucho cuidado con los consejos de desconocidos y con las recetas milagrosas. Una síntesis química no es una receta de cocina y esto hay que tenerlo en cuenta.


Existe una cantidad interminable de información para todos los gustos acerca de la síntesis de sustancias en internet e incluso en este sitio tan raro llamado biblioteca. Un truco para empezar a distinguirlas es aprender inglés, como mínimo inglés técnico a nivel de lectura y leer todas las síntesis que se encuentren y todos los foros que hablen del tema.


Sólo comparando y resolviendo las propias dudas con nuevos textos y libros le darán a uno la capacidad no sólo para llevarla a cabo sino que también para actuar en caso de emergencia. Cosa tan o más importante que el propio objetivo.


Si te quieres un poco es imperativo saber lo que haces en cada momento, porqué lo haces, cuales son los riesgos por separado de lo que va a intervenir y cuales son los riesgos de lo que interviene estando junto.




- ¿Qué consejo les daría entonces, a los que decidieron emplear el método de "a mi por cojones que me sale la puta metanfetamina"?


- Que utilicen los cojones para estudiar las síntesis reales y no las recetillas que corren por internet. Cuando hayan perdido los cojones y empiecen a sentirse un poco más eunucos y a ser un poco más temerosos y discretos entonces es que empiezan a aprender de veras y podrán empezar a plantearse si llevarla a cabo o no.

Ah si! Y que de hacerlo que se guarden medio cojoncito por si la cosa termina en incendio y/o gas tóxico poder solucionarlo.

- ¿Y a los que no saben ni escribir "química" sin cometer dos o tres faltas de ortografía?


- De dos faltas para arriba, que pillen un gramo de speed, un poco de cafeína, algo blanco que encuentren por la cocina (manteniendo el botiquín lejos), lo junten todo en una bolsita e inviten a sus amigos a eso que se han currado esta tarde.

Con una falta o menos: aplicar el método de los cojones.

- ¿Hay un perfil mínimo como para plantearse el abordaje de esa síntesis o realmente un mono con dos chicles, un flexo y un litro de vinagre puede hacer metanfetamina y otras drogas?


- Yo siempre digo que cualquiera puede hacer esta síntesis. Ahora bien, cuando digo cualquiera me refiero cualquiera dispuesto a invertir tiempo, esfuerzo y seguramente dinero en ello sin esperar nada a cambio.

Yo mismo, empecé sólo con la química de EGB y con el inglés de COU. Aprendí inglés técnico investigando la síntesis reactivo a reactivo paso a paso desgranándola y sin fecha límite.

Tardé más de un año a intentarlo por primera vez y más de dos a obtener mi primer resultado. También tuve algún susto pero pude sortearlo sin ninguna consecuencia.


Insisto mucho en esto: las recetillas no acostumbran a alertar sobre los peligros y hay que tenerlos en cuenta. Cualquiera que no sea capaz de tenerlos en cuenta, como el mono de los chicles de antes, no es un buen candidato para tal empresa.



(Seguirá...)