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domingo, 14 de mayo de 2017

¿Por qué me llaman SOCIO cuando quieren decir CLIENTE? La mentira de los CSC.

No pensaba yo a estas alturas -en lo personal y profesional- que fuera a tener tiempo para dedicarle al blog, al menos de forma exclusiva (con textos no publicados ya). Pero a la fuerza ahorcan, y aunque no tengo tiempo, he ido aprendiendo que por mucho que te digan que puedes escribir con libertad de cualquier tema, eso -simplemente- no es cierto.

Bueno, puedes escribir con la libertad que te salga de los cojones.
Y luego está "su libertad" de publicarlo o no.
Pero no se trata del estilo, del buen gusto a la hora de escribir, de que se aporten datos y no especulaciones, ni nada de eso. Se trata de algo que nada tiene que ver con todo eso y resulta una norma "no-escrita", pero muy real:

"No debes escribir cosas que molesten -aunque digas la verdad- a mis amigos y socios comerciales, no porque me importe mucho lo que piensan o hacen -de hecho creo que tienes toda la razón en lo que dices- sino porque hacen que suene el teléfono de mi casa, o si no consiguen nada conmigo, el del jefe/a y, recursivamente, el mío de nuevo."

Y hoy, voy a escribir una de esas cosas que -parece ser- no le gustan demasiado a algunos trepas y lobbistas emparejados, y suelen hacer sonar teléfonos de directores, editores, políticos y jefes de prensa de partidos políticos -si hace falta- para comentarles lo malo y peligroso que yo -DROGOTECA- puedo ser, en prevención de que haya contado algo que no debía contar a alguien a quien le estén ya contando sus mentiras.

Así que ahí vamos, y a ver a quién llamáis ahora.
:))





¿Por qué me llaman SOCIO,

cuando quieren decir CLIENTE,

en los puntos de venta de cannabis

conocidos como CSC?



Para empezar, un "disclaimer": yo no tengo más interés que el AUTOCULTIVO, no pertenezco a empresa alguna, no rindo pleitesía ni a dios ni al estado ni a nadie, y me la pela mucho todo lo que puedan decir de mí.  Nadie me paga por escribir esto, y lo hago de forma libre y voluntaria.

Pertenezco a varios CSC o Clubs Sociales de Cannabis (en mi ciudad y en otras de toda la península), que en su mayoría, no son sino tapaderas para la venta de cannabis y variedades escondidas bajo la Ley de Asociaciones. Son la nueva cara (amable) del mercado negro, pero con muchas más ganancias: la yerba en la calle no pasa de 6 euros y en los CSC puedes pagarla a 10 euros por gramo. El hashís en la calle lo puedes encontrar desde 4 euros, y en los CSC puedes pagar hasta 13 euros por gramo (**actualización 26 mayo 2017).

Al mismo tiempo, soy autocultivador desde hace unos 25 años, y aunque ocasionalmente compro (porque la compro, aunque te hagan decir que "la retiras") alguna variedad para probar novedades, y en el caso del hashís (algunos de ellos con un nivel de refinamiento exquisito, como el precio) por ver qué cosas nuevas hay en el mercado.

Hay dos grandes tipos de CSC en España. El tipo "social" que digo yo, que compran el cannabis y los derivados (extracciones como el BHO, DHO, Shatter, Budder y ROSIN que llegan a valer 120 euros por gramo) a la gente de la zona y a ocasionales traficantes, de manera que "al menos" su beneficio redunda en el medio en el que se mueven.

Al menos, esos CSC "sociales" dan trabajo a los cultivadores de cannabis locales, permitiéndoles un cauce de venta en el que ganan menos (el precio de compra suele ser el 50% del precio que vayan a marcar para su venta en el CSC) pero se evitan tener que andar tratando con mil personas distintas, con los problemas de seguridad que eso conlleva.

El otro modelo, es el CSC "con central". Es decir, es un CSC montado por gente profesional, que les dan el know-how y todo el material -cannabis, marihuana y derivados- que van a vender en ese lugar. Y el trato es así de simple: "tú me compras sólo a mí".

Eso, en empresa, se llama FRANQUICIA. Esos CSC no son sino franquicias de una organización que gestiona -obviamente- grandes cantidades de cannabis, hashís y derivados y que venden a toda España en sus puntos de venta franquiciados: los CSC "con central".

En ambos casos, estos lugares están montados bajo la ley de asociaciones 1/2002 que es una Ley Orgánica reguladora de este derecho esencial. Es decir, están montados como si aquello fuera una club de amigos, o de personas con un interés común y que aportan todos en parte proporcional para sostener la asociación y su función declarada (todas tienen una).

Por supuesto esta ley, regula las asociaciones sin ánimo de lucro, cosa que -de entrada- ya provoca una carcajada cuando hablamos de CSC que, en sus mejores momentos en la zona catalana, tenían decenas de miles de socios (clientes: 18.000 una de ellas), y decenas de cuentas bancarias con decenas de miles y miles de euros. SIN ÁNIMO DE LUCRO.... xD

Está claro que NADIE curra gratis.
Está claro que NADIE se juega una petición de 22 años de cárcel, por amor a una asociación.
Está claro que NADIE de los que allí vamos A PILLAR, cree estar en una asociación, salvo en el nombre.

Cuando vamos A PILLAR, porque a los CSC se va a pillar (aunque usen el eufemismo que se quiera), no tenemos ningún tipo de derecho de decisión sobre el lugar, quién lo dirige y gestiona, los precios, las compras, cómo se lleva, las cuentas de cada año, etc....

Cuando vamos a PILLAR a un CSC, vamos exactamente igual que a pillar a un camello: aquí tú solo pagas y punto, y si no te gusta, te piras.

¿Somos socios?
Claaaaaaro, yo tengo varios carnet de CSC en los que pone que soy socio, pone mi número de socio, pone mi cara y mis datos. ¿Eso no es ser socio o qué?

No, no eres socio de nada.
Simplemente te llaman socio porque es una tapadera legal.



Los socios en cualquier asociación, AL MENOS UNA VEZ AL AÑO, pasan una cosa que se llama "Asamblea General" y que es el órgano asociativo de mayor poder: si en la "Asamblea General" de tu CSC, la gente vota que a partir de ese día lo van a llevar otras personas, legalmente pueden hacerlo y la ley les ampara y defiende.

Esa es la Ley de Asociaciones bajo la que están metidos estos camellos, camuflados como clubs. Los órganos directivos se han de votar cada año, se han de ratificar las cuentas (qué se ha gastado, y qué se ha ingresado, y cómo.....) y se ha de votar TODO AQUELLO QUE CUALQUIERA PROPONGA, les guste a los "dueños del chiringuito camello" o no.

Pero, como la mayoría podréis comprobar, aunque seáis socios de un CSC, no os respetan derecho alguno como socios: de hecho, usan ese falso nombre para proteger su negocio, que es venderte cannabis.

¿Has asistido a alguna asamblea general en un CSC?
Yo conozco un grupo de gente que sí:
una vez vieron una "Asamblea General" en un CSC.

La cosa fue así: llegó uno de los que allí trabajan y dijo que "iba a venir un abogado a dar una charla". Acto seguido repartió porros a todos los presentes -totalmente gratis- y el mencionado "abogado" dio una charla. Cuando pregunté a los presentes si alguno de ellos, era capaz de decirme una sola cosa que se hubiera dicho en esa charla, la respuesta fue unánime: "Ni de coña!! Estábamos todo ciegos y ellos sólo querían que firmáramos no sé dónde. A nosotros mientras nos regalen los porros....nos da todo igual!!"

Claro, a esos CSC también acuden personas con formación como para darse cuenta de lo que está pasando, como otros abogados o personas realmente implicadas en asociaciones de verdad, donde las cosas se votan y no son tapaderas para vender cannabis de forma pseudo-legal. Y casualmente, ayer, hablando con uno que acude a uno de los CSC donde yo acudo, me dijo:

"Cuando me hice socio, pedí ver los estatutos:
me dijeron que no se podía, que no estaba permitido."

¡¡¡Con dos cojones!!!
Te haces socio de una asociación que... NO TE DEJA VER SUS NORMAS!!

Claro, como me dijo él: "De haber querido tocar los cojones, me hubiera ido al registro autonómico y hubiera pedido los estatutos y todos los datos, junto con una denuncia de que se niegan cumplir la Ley de Asociaciones pero yo sólo quería UN SITIO FIJO DONDE PILLAR, SIN TENER QUE ANDAR LOCALIZANDO OTRO CAMELLO, porque estos están siempre y siempre tienen material."

Es decir, la gente vende sus derechos con tal de poder tener un camello con tienda y horario fijo.

Alguien se preguntará...
¿si la "Asamblea General" es el máximo órgano de cualquier CSC, por qué no sabemos nada de él?


Simple.

Los responsables de la arquitectura legal de estos puntos de venta CSC no quieren que lo sepas (eso llamado abogados) porque se dieron cuenta de que si alguien aplicaba la ley de asociaciones, los socios (en teoría, y CLIENTES en realidad) podían dar un "golpe de estado legal" y quedarse con él y su control, así como con todo su dinero y con todo lo que contuviera, así que la orden que se dio fue la de "no hacer asambleas generales" y falsificar dichos registros con firmas de personas de confianza. Esto es el método más usado a día de hoy.


Otros CSC, los de tipo "social", y que NO están organizados en torno a una CENTRAL DE ARQUITECTURA LEGAL Y ABASTECIMIENTO DE CANNABIS, han procurado tener en cuenta este punto, ya que es la pieza clave que les puede tirar cualquier CSC abajo, y lo que hacen es obligarte a firmar una "cesión de voto para la Asamblea General".

¿QUÉ? ¿Una cesión de voto OBLIGADA para poder hacerte socio/a? Pues sí, y de esto doy fe personalmente ya que he podido ver el documento que les hacen firmar (conmigo prefirieron no intentar que lo firmase). Con eso, y con no avisar de forma "adecuada" a todos los socios (en caso de que se intente "simular" una asamblea general), mas echar media horita y esperar a que en 2ª convocatoria (normalmente unos 30 minutos después de la 1ª) haya "quorum" legal para poder tomar las decisiones que quieran, está todo hecho. Si a una asamblea general mal convocada, se presentan (en el mejor de los casos y supuestos) 10 personas, no tienen nada que hacer contra 50 cesiones de voto en la mano del "dueño del CSC". Nada....

Así que dichos CSC no son sino "la cara amable del mercado negro del cannabis", en unos casos organizada con una central que les abastece y da cobertura y en otros casos de forma más casera.

Pero son empresas realmente. Son empresas en las que hay trabajando (con contrato legal en muchos casos) mucha gente, y que han llegado para quedarse: la inversión que hay en algunos CSC, sin contar el cannabis que venden, es realmente tan grande y seria como la que se hace para montar y hacer funcionar un negocio de hostelería.

Y no va desencaminada la comparación; hace pocos días, hablando con el dueño real (el que pone la pasta y no aparece en ningún papel) de un CSC (al que un amigo mío le estaba vendiendo -en ese momento- un kilo de marihuana) cuando le comenté lo "durilla" que se estaba poniendo la cosa en los últimos meses, me contestó sin el menor atisbo de preocupación: "no me preocupa la policía y lo tontos que se pongan. Si caen estos [los currantes en el CSC] pondré a otros y listo, porque el objetivo ahora no es ganar dinero siquiera, sino mantener el CSC abierto hasta que llegue la regulación. Entonces sí que vamos a ganar dinero..."


Es decir, que existe un enorme negocio montado sobre el cannabis y su venta es algo innegable. Pero que esos CSC que son la cara oculta del mercado negro, quieren hacernos creer que ellos no son mercado negro ni camellos, es un juego de palabras que esconde aviesas intenciones.

Al menos, los camellos que he conocido toda mi vida, tienen un orgullo por su trabajo (e incluso por hacerlo bien). No pretenden escudarse detrás de asociaciones, minando el sentido real del asociacionismo. Asumen lo que son con orgullo -camellos- y con el orgullo de que a pesar de la proliferación de CSC y Clubs de venta de cannabis, todavía ellos tienen mejor material y mejores precios.

Y no es de extrañar: la regulación multiplicará los precios por dos, como mínimo, y si se realiza sin que el autocultivo sea la base del proyecto, conseguirán asegurarle el negocio al narco, que ahora se llama CSC y va de empresario-asociacionista.


Las cosas por su nombre.

Y no, no eres socio de nada: 
eres un puto cliente, 
así que pon la pasta y lárgate.


PS: Aparte de este tema, quiero señalar que me preocupa la cantidad de "autocensura" que estoy viendo en el mundo del cannabis, especialmente en las Redes Sociales como Twitter. Hay mucha gente que no está de acuerdo con la PNL traidora que abandonó al autocultivo y nos intentó vender, del grupito de Ciudadanos con el cuento de la "Juana de Arco cannábica". Otros muchos que no lo está con la ILP vergonzosa y traidora, que pretende -también para favorecer el mercado de los CSC- que no podamos cultivar en nuestra casa -un derecho ya establecido incluso por el Supremo- sin estár registrado por la policía.

La cosa es que a aquellos que opinaban contra la PNL fraude de "los falangitos y la pareja lobbista", fueron represaliadados en las redes. A algunos se les difamó, a otros se les bloqueó, a otros se les increpó y se pretendió hacerles quedar como si fueran enemigos del cannabis.

Incluso se han elaborado listas de "personajes non-gratos" conteniendo a los que no apoyamos opciones que no nos convencen (ellos las apoyan porque les va la $$$ en ello, para algo son lobbistas) a los que se acosa en el momento que expresan una opinión que no le gusta a la abeja reina o a algún otro zángano cercano.

Es una pena ver una red como es Twitter, que está para expresarse y que se nos escuche, llena de candados (cuentas privadas) que se han tenido que poner para que estas personas -que piensan diferente a lo que estos grupos organizados con dinero del extranjero quieren- puedan seguir usando las redes sin sufrir el acoso de cuentas falsas, haters y otros entes (¿también pagados con el dinero que os dan de fuera?).

Yo jamás me pondré un candado en mi cuenta, aunque entiendo que la presión, insultos, difamación, imputación de falsos delitos y todo tipo de despropósitos, no son fáciles de aguantar...

Vosotros haced lo que queráis, pero a mí no me callan ni muerto.


A por ellos, que son pocos y cobardes.
Drogoteca.


** He actualizado el precio que ponía (12 euros gramo de tope visto), ya que he comprado un hash -delicioso- a 13 euros el gramo. Delicioso, pero a 13 euros el gramo............. :P




La segunda parte, final, de este texto la podéis encontrar aquí:
http://drogoteca.blogspot.com/2018/06/tu-compras-cannabis-al-mercado-negro-la.html 

domingo, 7 de mayo de 2017

Ballena azul, reto paracetamol y otras mongoladas de la prensa

Este texto fue publicado en la revista VICE cuando ciertos medios en el extranjero empezaron a difundir información sobre un supuesto reto que consistía en tomar paracetamol hasta casi matarse (lo cual es sencillo, hace falta poco) y que en realidad era una invención de los propios medios, como siempre ávidos de noticias chorra y clickbait.

Lo mismo que ha pasado hace unos días en España con el supuesto reto de la ballena azul: aquí hay niños a los que les hace falta un buen tortazo, padres que no deberían tener la potestad y editores que son responsables de difundir ideas que, por desgracia, entre adolescentes movidos por las redes sociales, tienen su público. Lo mismo ocurre con las noticias escandalosas que llevan mezcla de hechos reales e inventados, como el inefable karkubi al que el más inefable Lucas de la Cal ha rebautizado como "pastilla roja" relanzando sus cuentos en prensa. Una desgracia como otra cualquiera.

Esperamos que os guste.


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El “Reto Paracetamol” puede matarte pero, ¿es real?

Tenemos prisa. Mucha prisa.
El consumo de noticias escandalosas en los medios empieza a alcanzar proporciones epidémicas, empujado por un público que ya no lee en profundidad sino que rasca la superficie rebotando de un titular curioso a otro titular más llamativo aún. Eso ha generado una cultura del "todo vale" en algunos medios del Reino Unido que, sumada a la guerra contras las drogas -en la que todo vale-, está dando rienda suelta a las fantasías más estúpidas de algunos "periodistas". La última es el "Reto Paracetamol".
De primeras no llama mucho la atención; con ese nombre me suena a promoción de medicamento, como si fuera pasta de dientes o un yogur para ir al WC como un reloj. Pero es "la nueva locura entre adolescentes" descubierta por los medios de UK. Descubierta y redescubierta, porque a la primera no se explotó bien el asunto.
El "Reto Paracetamol" o #ParacetamolChallenge es una leyenda urbana de reciente creación. En este caso, como en el de otros conocidos hoax, se alerta a los padres sobre comportamientos peligrosos de sus hijos en edad escolar. En España, hace unos años, circuló con fuerza una leyenda urbana sobre niños de escuela consumiendo LSD en pegatinas con una estrella azul, que incluía hasta un informe -falso- de un médico de un servicio de pediatría de Sevilla. La gente suele cooperar con la difusión del mismo en base a que pretenden alertar a otros de un mal que acecha a sus hijos y que tal vez no conozcan, provocando el efecto de una profecía autocumplida: creando tendencia.
Por supuesto que la historia de la estrella azul y la LSD no hizo que ningún escolar lo consumiera por la moda de la noticia: no venden LSD en las puertas de los colegios a los niños. Pero en este caso es distinto: ¿quién no tiene a su alcance paracetamol?
La cosa parece arrancar de unos comentarios de un responsable educativo de Ayrshire en Escocia, que supuestamente recibió el aviso de la policía de que había jóvenes retándose unos a otros a tomar sobredosis de analgésicos comunes a través de las redes sociales.Todo surgía a raíz de un supuesto caso de sobredosis de paracetamol en un adolescente, lo cual no debe sorprender a nadie: es la primera causa de fallo hepático por sobredosis de medicamento en buena parte del mundo.
Desde que los tabloides publican la noticia en el mes de marzo, no volvemos a tener noticia de nada semejante relacionado con el paracetamol hasta el día 5 de mayo, cuando una radio local anuncia en Twitter que va a hablar, entre otras cosas, del #ParacetamolChallenge que está poniéndose de moda en las redes sociales que usan los jóvenes. Y una policía que dice haber oído hablar de ello, les sigue la corriente. La última locura adolescente, dicen.

La cosa consiste, según cuentan, en algo muy simple y estúpido: tomar paracetamol en dosis superiores a las seguras. ¿Para qué? Para nada. El paracetamol no coloca, no produce ningún efecto agradable, sedante, estimulante o psiquedélico. No hace nada salvo bajarte la fiebre si tienes y quitarte algún dolor leve, y si lo tomas en dosis excesivas, pues destrozarte el hígado ofreciéndote una muerte segura en unos días como mucho. Según argumentan, la base del asunto es el reto en sí mismo y no la búsqueda de efectos psicoactivos, en una especie de juego impuesto por la presión grupal. Un juego similar a correr con una bicicleta contra un muro y ver quién es el último que frena -el más valiente se supone- o a reírse de cómo "los valientes" se estampan contra el muro con ayuda de sus bicis. ¿Realmente tenemos una juventud tan gilipollas? Yo creo que no. Lo que tenemos es mucho gilipollas trabajando en medios, necesitando algo que contar que atraiga incontables visitas, lectores u oyentes.
Esta última locura de adolescentes -que no parece tener base real alguna- no es una cosa aislada. Los medios crean y manipulan, convirtiendo cosas simples en supuestas tendencias que, de ser ciertas, indican que la selección natural está obrando con aceleración. ¿Recuerdas haber jugado en tu infancia a "algún juego para marearte o perder el conocimiento"? No es tan extraño, muchos hemos jugado a esas cosas en nuestros años de escuela. El que yo recuerdo haber probado, consistía en hiperventilarse en clase de gimnasia y hacer al mismo tiempo ciertos ejercicios con los brazos hasta no poder más: en ese momento te tumbabas en el suelo, estirabas los brazos y entre el cansancio provocado más el aturdimiento por una respiración poco fructífera, la sensación era que tu cuerpo se hundía en una pesada carga plomiza mientras tus brazos parecían alzarse sin peso alguno sin que pudieras evitarlo. Un juego de niños, no muy recomendable, pero que jugábamos delante de los profesores en la escuela como parte de la búsqueda de efectos psicoactivos a nuestro alcance. Por supuesto, de estos mismos juegos existen versiones mucho más peligrosas en que no se trata de hacer un sobre-esfuerzo sino de provocar la asfixia o el corte del riego sanguíneo a la cabeza, provocando la pérdida de consciencia inmediata.
De un juego así se trataba cuando los mismos medios sensacionalista inventaron -a raíz de una muerte real- la locura adolescente del mes de abril: la locura del "Dormilón" o "Sleeper Craze". El terror que recorría todas las escuelas del país, provocando que los niños jugasen a asfixiarse unos a otros. ¿Es cierto que hay niños que se implican en estos juegos? Sí, es cierto en casi todos los lugares y muchas veces provoca resultados fatales. Pero de ahí a que sea una tendencia viralizándose, en la que los jóvenes enloquecen por ahogarse, hay mucha distancia.
Aunque lo de las "locuras" cíclicas no solo llegan del mundo real. Un sacerdote de la Iglesia Católica en EE.UU. se ha apresurado a advertir que la locura de "Charlie Charlie" -sí, también locura: "Charlie Charlie Craze" le dicen- es peligrosa para quien la practique. Corre el riesgo de atraer espíritus y demonios al convocarlos sobre un papel, dos lapiceros y las palabras "SÍ" y "NO" escritas. Al parecer la cosa es tan simple como convocar a "Charlie", un ocupado espíritu, diciendo "Charlie, Charlie, estás ahí?" y a continuación preguntándole a los dos lápices cruzados si tu novio te pone los cuernos, si vas a ganar la lotería o si te vas a casar con la chica de tus sueños. Y parece ser que el condescendiente espíritu te contesta. Flipa.Sobre todo porque Charlie se supone que es un espíritu mexicano. Y porque el medio que lo publica invitaba a sus lectores a probar esa locura: en este caso era claro que no tenían ningún escrúpulo en darle bombo al estúpido juego.
En el caso del #ParacetamolChallenge existe un aspecto preocupante: dar ideas a los chavales. Muchos dirán que hablarles de drogas -en un contexto de reducción de riesgos- es también darles ideas, por darles información útil sobre cómo colocarse. Bueno, puede ser.
Desde luego la información que se facilita a los jóvenes -cuando se les forma sobre las drogas que hay en su medio- busca dar herramientas para que, respetando sus decisiones, se puedan evitar los daños asociados a consumos "poco sensatos" de drogas. Pero crear de la nada una tendencia, que se lanza el día 5 de mayo, pasan semanas sin escuchar nada al respecto, y hace dos días vuelve a resurgir con fuerza, es inmoral. Lo es porque es falsa, porque no hay adolescentes hablando del Reto Paracetamol en las redes y menos aún retándose a tomar sobredosis de analgésicos accesibles a cualquiera. Si alguien se toma la molestia de leer el hashtag #ParacetamolChallenge verá que precisamente lo que falta en él, son los supuestos protagonistas de dicha tendencia viralizándose.
No es parece creíble que haya nadie buscando ingerir fármacos sin esperar una recompensa psicoactiva por ello -aunque no esté acertado en su elección- en un contexto adolescente y nada terapéutico. Pero mezclando unas locuras y otras, no resulta descabellado pensar que en este caso los medios están induciendo una tendencia que, si se imita o si se malinterpreta pensando que dosis altas de paracetamol tienen un efecto agradable, puede acabar llegando a oídos de algún poco informado adolescente, y en ese caso acabar provocando daños reales o la muerte.
La muerte por sobredosis de paracetamol no es agradable. Y es común, bastante. En USA se producen unas 56.000 intervenciones de emergencia por sobredosis de paracetamol, de las que se derivan 2.600 hospitalizaciones y unas 460 muertes por fallo hepático agudo, cada año. Ahora imagina el resultado de jugar al Reto Paracetamol: molestias estomacales, sensación de malestar, tu hígado deja de funcionar, los metabolitos de la bioquímica de tu cuerpo dejan de ser procesados, tu hígado se muere a gran velocidad mientras caes en un estado extraño producido por toda la mierda no procesada por el hígado, sopor, picores por todo el cuerpo, delirio y movimientos incontrolados incluso durante el coma que acaba por llevarte a la muerte.
El Reto Paracetamol, además de ser otra invención de los medios, puede matarte.
No tengas duda de que tomadas de golpe, unas pocas pastillas de esa medicación presente en todas las casas, lo harán. 
Si tienes apego a la vida, no hagas tonterías.

jueves, 13 de abril de 2017

La situación actual (Abril/2017) de Juanma: tetrapléjico con dolor y sin su analgésico.

Hace unos días, a través del portal Cannabis.es conocíamos la situación de Juanma -un conocido enfermo de dolor crónico que usa cannabis medicinal desde hace más de una década y que vive en una silla de ruedas por una lesión medular- que había sido asaltado por la policía, en el interior del centro donde legalmente reside (su vivienda a todos los efectos) por esta consumiendo el cannabis medicinal que usa para tratar hace lustros sus dolores neuropáticos, que no se alivian con otros fármacos (mórficos incluidos).

Tras quitarle darle un sermón, interrogarle en busca de quién le ayudaba (ya que necesita unas manos que le ayuden para poder fumar) y pedirle que le delatara negándose Juanma, y cachearle (a un enfermo en silla de ruedas) hasta encontrarle los cigarros de cannabis medicinal ya liados -los tetrapléjicos no lían cuando quieren como el resto- y quitárselos.

Por suerte, la ayuda totalmente desinteresada de varias personas, ha conseguido hacer una cadena que le ha permitido a Juanma salvar la situación, por unos días, tras haber estado un mes sin medicación contra el dolor, pero no es algo definitivo.

La próxima semana, en Cannabis.es, os contaremos las novedades de Juanma en el CAMF de El Ferrol y su situación.

De momento, y hasta la próxima semana, os dejamos este repaso.

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Narramos la historia de Juanma, el recorrido por su dolor, un sufrimiento que lamentablemente se ha vuelto invisible para el poder y que ha saltado varias veces a los medios de comunicación. El testimonio de Juanma –tetrapléjico- es el reflejo de la vulneración de su derecho a vivir dignamente y aliviar su dolor crónico de origen neuropático con el único remedio que le resulta eficaz: el cannabis medicinal.
En la mañana del pasado miércoles día 22 de febrero, dos agentes de policía vestidos de paisano se personaron en el“Centro de Atención a Minusválidos Físicos - CAMF” de El Ferrol (A Coruña), dirigiéndose hacia Juan Manuel Rodríguez Gantes -tetrapléjico de 45 años residente en el centro-, quien se encontraba en su silla de ruedas, terminando de fumar el cannabis medicinal que usa -desde hace décadas- para aliviar su dolor crónico de origen neuropático. Tras identificarse como policías y directamente preguntarle si él era Juan Manuel Rodríguez, pasaron a recriminarle que estuviera consumiendo lo único que le alivia los dolores que sufre y le informaron de que iban a interrogarle.
Juanma preguntó si estaba obligado a contestarles, a lo que según nos contó el propio afectado, contestaron que sí. Ya que este hecho estaba transcurriendo en un lugar a la vista del resto de internos y pacientes del centro, le dijeron que podía elegir “si quería ser interrogado allí, ante la vista de los demás, o en otro lugar más privado”.



Juanma aceptó ser conducido a una sala -dispuesta por el director del centro para los policías- donde fue cuestionado sobre su consumo de cannabis medicinal para aliviar los dolores. En la 'conversación' se le presionó para que revelase cuál era el origen del cannabis que consumía y, dado que lleva décadas en una silla de ruedas como “gran dependiente” y con apenas movilidad en manos y dedos, quién era la persona que cedía sus manos, para liar los cigarros de cannabis que por sus dolores necesita. Juanma se negó a facilitar dicha información. Viendo el rumbo que iba tomando aquella 'conversación', Juanma preguntó si no debería haber un abogado allí presente y le contestaron que “no era necesario” y que “sólo estaban charlando”. Dado que Juanma se negaba a revelar la identidad de la persona que le prestó las manos para poder aliviar sus dolores, le informaron de que iba a ser “cacheado”.

¿ABOGADO? ¿PARA QUÉ? SI SÓLO ESTAMOS CHARLANDO...

Los agentes procedieron al registro de Juanma (incluidas sus pertenencias) en la silla de ruedas, requisándole unos 70 cigarros de cannabis medicinal con unos 15 gramos de yerba sin preparar, que la persona que le ayudó le había entregado “apresuradamente y sin haber podido terminar de liar todo el cannabis”. A partir de ese momento, a Juanma le empiezan a sugerir que pueden imputarle por “tráfico de estupefacientes” y a presionarle -con mayor intensidad- para que revelase tanto el origen del cannabis, como el nombre de la persona que había prestado sus manos a Juanma. Al verse amenazado con dichas implicaciones legales, Juanma volvió a decir que consideraba oportuno que allí hubiera un abogado, a lo que se le contestó que “si quería un abogado, que le fueran preparando para irse detenido”, por lo que nuevamente cesó en su pretensión, asustado ante dicha reacción por parte de los policías.
La situación terminó -allí- con la presencia de un mando superior de la policía, a quienes los desplazados llamaron al no obtener la información que querían, y no tener claro cómo proceder desde dicho punto. El inspector de policía que acudió, terminó finalmente decidiendo que no le llevarían detenido, pero que le impondrían una multa además de requisarle la única medicación que le alivia los dolores que sufre.
Juanma saltó a los medios en el año 2007 cuando un juez le absolvió, de la acusación presentada contra él por la dirección del centro, por cultivar unas plantas de cannabis en su habitación. Esto, que lo había hecho anteriormente sin problema alguno -incluso contando con el apoyo explícito del psicólogo de la Seguridad Social que le trata- pasó a ser cuestión de enfrentamiento cuando llegó un nuevo director, que fue quien impulsó la denuncia desestimada posteriormente por el juez. A lo largo del año 2008, gracias a la entrevista que publicó la revista “Interviú” (realizada por Alberto Gayo) su caso pasó a ocupar tiempo en televisiones y medios nacionales, quedando en la memoria colectiva como “el Ramón Sampedro de la marihuana” al tener una lesión producida de forma muy similar a la del conocido personaje, inmortalizado en la película “Mar Adentro” de Alejandro Amenábar. Pero a diferencia de este último, que luchó por su derecho a morir dignamente, Juanma quiere luchar -ya lleva muchísimos años luchando- por el derecho a poder vivir sin tener que sufrir dolores, gracias al cannabis medicinal. A diferencia de Ramón Sampedro, Juanma no quiere morir todavía; dicho estado de ánimo y perspectiva vital tiene buena relación con el alivio que le proporciona el cannabis medicinal, que le ha sido inesperadamente arrebatado.

AÚN HAY MÁS.

Tras dejarle sin la medicación contra sus dolores -días después- la policía abordó en plena calle a un amigo de Juanma, cuando iba tranquilamente paseando con su mujer, y le llevó a comisaría donde tuvo que contestar preguntas relativas a su relación con Juanma (de nuevo sin presencia de juez o abogado) para posteriormente quedar “en libertad, pendiente de declaración ante el juez”.
Así nos lo contó Juanma a Cannabis.es, durante varias conversaciones telefónicas mantenidas desde que hizo público unllamamiento de auxilio en su blog, al quedarse sin cannabis y ver que también se está atacando a las personas que -de forma totalmente altruista y humanitaria- le prestan ayuda. Estas personas, lo único que están haciendo es suplir las carencias que conlleva la tetraplejia que sufre Juanma, y sin las que le sería casi imposible paliar sus complejos dolores que sufre, ante la negligencia de una administración que le prefiere con dolor antes que permitirle y/o facilitarle el tratamiento que le es más efectivo en su caso concreto.



Juanma pertenece a ese grupo de pacientes que, dada la etiología (patogénesis) de su dolor, no parecen beneficiarse adecuadamente de los analgésicos narcóticos de tipo opiáceo/opioide, como la morfina y, sin embargo, el cannabis les aporta el alivio que requieren. Como ha explicado muchas veces Juanma, su dolor es una señal incorrecta que mandan los nervios dañados a su cerebro, como lo es la sensación de “miembro fantasma” en aquellas personas que han sufrido una amputación. Esta sensación, en el cerebro de Juanma, se convierte en un dolor tan real e intenso como cualquiera de los que se pueden sufrir en un cuerpo físico. Y mientras que la morfina resulta poco efectiva en su caso, el cannabis medicinal le ha permitido tener una mejor calidad de vida durante años de consumo terapéutico, en el centro donde se encuentra y que es, a todos los efectos, su lugar habitual de residencia y hogar.
El dolor crónico de origen neuropático que sufre Juanma, no lo sufre como una consecuencia derivada de su tetraplejia, no.Lo sufre a consecuencia de una infección no tratada correctamente a tiempo y que forzó a los médicos a usar antibióticos con fuertes efectos secundarios (neuropatíaspara salvarle la vida, aunque dejándole como enfermo de dolor crónico para siempre, por el daño causado en sus nervios. Juanma está en silla de ruedas -para toda su vida- por el accidente que sufrió el 8 de junio de 1990, al saltar al mar calculando mal la profundidad. Pero los dolores que sufre son un“extra añadido a su tetraplejia” que una infección mal tratada le dejó, y con los que lleva pudiendo lidiar años, gracias al cannabis medicinal.

¿GRACIAS AL CANNABIS MEDICINAL? ¿SOLAMENTE? NO.

En el caso de Juanma -como en el de otros lesionados medulares de su tipo- convergen circunstancias especiales que lo hacen especial respecto a otros pacientes que se pueden beneficiar de uso del cannabis: su libertad de acción está gravemente disminuida, tanto para poder desplazarse de forma autónoma, como para poder prepararse su cannabis medicinal, dada la falta de suficiente movilidad en brazos, manos y dedos. Estos pacientes pasan una parte del día en su cama, y otra en la silla de ruedas (en caso de que su lesión lo permita) y para pasar de una a otra, requieren la asistencia de terceras personas, así como para vestirse, asearse o incluso alimentarse en algunos casos, ya que no podrían de no tener ayuda.
De igual forma, lo que para la mayoría es un acto trivial como liar un cigarro con cannabis, para una persona en la situación de Juanma es un objetivo inalcanzable sin la ayuda de terceros, que lo que hacen es -simplemente- prestar sus manos a quien, por un accidente, quedó sin poder usar las suyas como todos los demás. Y ese acto -de calidad humana básica- que es prestar unas manos a un paciente que no puede usar las suyas, y que necesita usar cannabis medicinal como tratamiento, está siendo en esta situación también objeto de ataque. No persiguen sólo a Juanma -no es el objetivo- sino que ahora persiguen a quienes le ayudan, de manera que por su condición de gran dependiente quede inerme y sin recursos, una vez ya asustados y señalados todos los que le socorren para que no sufra dolor.



Para Juanma, escribir todo esto sería una labor titánica. Desde Cannabis.es, estamos encantados de poder prestarte nuestras manos y nuestra voz, para que se reciba claramente tu petición de ayuda y tu mensaje.Asimismo, esperamos que sean muchos los medios de comunicación que presten sus alas a Juanma para recibir el tratamiento adecuado sin coartarle la ayuda altruista de las personas que son sus manos, así como nosotros queremos ser su voz y esperamos no predicar en el desierto en un país que se considera ‘civilizado’ como España y en pleno siglo XXI.
#teprestomismanos
#teprestomivoz

lunes, 20 de marzo de 2017

Duterte, el asesino presidente de Filipinas.

Este texto fue publicado en Cannabis.es cuando Duterte tomó el control de Filipinas e inició a nivel nacional su particular cruzada que, a día de hoy, ha rendido ya 8000 ejecutados sin juicio. No podemos esperar que os guste y sí que os alarme, porque es necesario despertar antes de que sea tarde.

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DIY: ¡¡mata al narco tú mismo!!

Tengo una propuesta que hacer a los gobiernos de todo el mundo -desde aquí mismo- que creo que puede ser la solución a muchos problemas. Una de esas grandes ideas en las que toda la sociedad saldría ganando. Un WIN-WIN, como dicen los usanos.

¿Por qué no apoyar a los ciudadanos para que maten -ellos mismos- a los que andan con drogas?

Puede sonar un poco radical, así de primeras, pero si la pensáis con tranquilidad y superáis lo impactante del primer momento, lo veréis claro. Mirad, y atentos a la bolita....

Para empezar, todos tenemos claro que las drogas son malas. ¿Para qué andar con tonterías de legalizar algo que es malo? Si hemos luchado tanto contra ellas... no es el momento de rendirse, sino de aumentar la dureza de nuestros golpes!!

Los drogadictos que están a favor de la legalización y esas cosas -que no os engañen, que todos son o yonquis o gente pagada por los narcos- no están haciendo ningún bien al mensaje que hemos lanzado todos estos años, y que tanto esfuerzo nos ha supuesto como sociedad: la droga nos daña y ellos también. No puede ser que vayamos a permitir que, por pura pose y ganas de ser vanguardistas, en nuestros países ahora vayan a salir un montón de opciones políticas que quieren la legalización de alguna forma: ¿qué pasaría si, en un momento de locura, millones de personas les votasen? Caeríamos en el caos más absoluto y podrían ser, por su miserable vicio, la causa del colapso de nuestra era y civilización. Quedaríamos inermes ante el enemigo, que nos ocuparían tan fácil como un paseo de señoritas, en mitad de prado lleno de margaritas.

Por culpa de esos fumadores de marihuana y hashís, de la gente que come pastillas y esnifa rayas, todos esos yonquis han conseguido que nuestra política -destino en lo universal- se vea minada por la contaminación de su sucia moral sobre el resto de ciudadanos. Ellos son, los ciudadanos, los primeros afectados por la existencia de esta mala gente. Y deberían ser ellos los primero en tomar “cartas en el asunto”; seguir esperando a una justicia y una policía que -precisamente por culpa de esta gente- están totalmente saturados, es una posición poco realista.

No sólo los ciudadanos tendrán una mejor salida ante estos individuos si van armados sino que, además, un ciudadano armado nos ahorra un policía que es un sueldo más que sale de nuestros impuestos. ¿Por qué vamos a delegar en otros -pagándoles- lo que podemos hacer nosotros mismos? ¿No somos capaces de gestionar nuestros propios asuntos?

El ahorro en policía, gastos asociados como la gasolina, las armas, equipos y mantenimientos, sería evidente, y la presencia de “ciudadanos policía” en todos los vecindarios sería suficiente para mantener el orden, que estos indeseables de las drogas están alterando.

Ya sé que el primer argumentos de quienes no acepten la idea será – ya que esos no son buenos ciudadanos- que legalmente, eso no es posible hacerlo sin que se violen varias leyes. Pero todos sabemos que las leyes son -simplemente- el instrumento más frecuente para “orientar” a la población y que, si se puede cambiar la Constitución en 15 minutos con un cafetito en el bar, podemos modificar lo que queramos.

De hecho, dado que el coste legal del proceso que afrontamos -debido a la presión de la ONU de que tengan un juicio- para poder matar a los narcotraficantes que tienen relación con drogas y seguir cobrando esos millones en subvenciones para balas que nos da la comunidad internacional, podemos también dar un paso más allá: no convertir a los ciudadanos en policías simplemente, sino “ampliar” generosamente los supuestos en los que el uso de “fuerza letal” sea acorde con la ley, de manera que -si el ciudadano lo considera oportuno- pueda disparar y matar al narco y ser premiado por el estado. ¿Por qué no? Si está actuando tal y como queremos, estará haciendo un bien a la sociedad y debería ser premiado: hay que estimular que el comportamiento se vuelva a producir en el actuante y, también por imitación, en otros ciudadanos.

Aunque finalmente -como estados- realicemos una pequeña entrega de dinero por cada “actuación ciudadana contra la droga”, el coste de esa pequeña gratificación es muy inferior al de sumar una policía eficiente, un sistema legal que funcione como para administrar realmente justicia y los costes de los procesos, el coste de las prisiones en las que tenemos que estar alimentando a esta gente, cubriendo sus gastos sanitarios y cargar con ellos -insolventes y gentuza no productiva- hasta las almohadas de sus camas y las diversiones de su “tiempo de ocio”; todo ello pagado del bolsillo del ciudadano, que no llega al mismo tiempo a fin de mes y, en ocasiones, a alimentar a su propia familia. 

No es justo que paguemos la vida a esa gente que ha estado vendiéndole la muerte a nuestros ciudadanos y sus hijos, y no lo haremos más de esa forma: acabaremos con esa lacra de la droga -mientras todos ahorramos dinero que volverá a nuestros bolsillos- ocupándonos nosotros mismos.

No olvidemos que siempre cabe la posibilidad de abrir “una nueva vía”, dentro del derecho, y poder efectuar aplicaciones de nuevas leyes -de forma retroactiva- sobre la población de narcos ya presos. ¿Por qué tenemos que seguir cargando con ellos si, por si quedaba duda, han sido ya condenados por un juez? ¿Acaso es mejor el que inicia en las drogas a un joven con un porro, que el que vende kilos de heroína a yonkis sin cura? ¿Por ser cannabis acaso tenemos que aceptarlo y no luchar? No perdamos de vista el objetivo para el que nos perjuramos: UN MUNDO LIBRE DE DROGAS y de usuarios de las mismas. No importa el precio, porque nunca importó; se trata del triunfo del espíritu de una nueva raza.

Estoy empezando a calentarme, porque en realidad soy consciente de que somos demasiado humanos con la calaña con la que tenemos que lidiar así que, cuando sea presidente, daré órdenes a la policía y al ejército de buscar a esa gente y matarlos a todos. A todos. Voy a limpiar el puto país de basura como ellos.

Ya bastó de ser tibios contra el mal.
Olvidad las leyes de Derechos Humanos, porque yo mismo voy a descuartizar criminales, delante de ustedes, si así lo desean para que vean que hablo en serio.

Yo mataría a mis propios hijos si fueran drogadictos porque, del asco que me darían, vomitaría cuando les mirase a la cara. No bromeo: ha llegado el final del camino para la droga en nuestro planeta. Sé de qué hablo. Mis escuadrones de la muerte están preparados y perfectamente ajustados para dar caza (y poder usar luego, para ejecución-espectáculo en la plaza pública) a esta calaña de gente.

Vosotros sabéis que yo tengo palabra y justicia: yo sólo mato a quienes merecen morir.





¡¡Adelante, planeta Tierra: acabemos de una vez con la lacra que Satán sembró sobre nuestros suelos para la perdición del ser humano!! Presidentes del conjunto de países del planeta Tierra: si queremos un mundo LIBRE DE DROGAS, y de drogadictos, nadie nos lo va a traer pero es nuestro derecho establecerlo, para que dure 1000 años, al menos......


Jóvenes ciudadanos de hoy: entrad a saco en la civilización, decadente y miserable, de este país sin ventura; destruid sus templos, acabad con sus dioses, alzad el velo de las novicias y elevadlas a la categoría de madres para virilizar la especie.

Romped los archivos de la propiedad y haced hogueras con sus papeles para purificar la infame organización social.

Penetrad en sus humildes corazones y levantad legiones de proletarios, de manera que el mundo tiemble ante sus nuevos jueces.

No os detengáis ante los altares, ni ante las tumbas...

¡¡Luchad, matad y morid!!




* La idea, aunque buena, no es mía. Es del presidente del Gobierno de Filipinas, conocido como “Duterte el sucio”, una especie de Donald Trump en sus ideas pero que, a diferencia del payaso norteamericano, ya tiene a sus espaldas un largo historial de asesinatos y “ejecuciones extrajudiciales” con escuadrones de la muerte. Pero sólo mata a los malos, como dice el pueblo que le ama.

También es un tipo con un sentido del humor algo extraño: ante una monja violada por una multitud de hombres en una cárcel, que estaba bajo su control, dijo que “la monja estaba tan buena que, el alcalde de la prisión, debería haber sido el primero en violarla”. Son machotes y valientes, que les salen estas cosas de la boca cuando dejan salir la peste de sus cloacas.

Porque como todos entendemos, todo vale para acabar con las drogas: ¿matar escoria yonqui o convertir monjas -mediante violación grupal- en mamás? ¿Qué pequeñeces son esas si tratamos de conseguir un bien superior?


** Los últimos fragmentos del texto desde el “jóvenes ciudadanos” hasta el “luchad, matad y morid” -incluido lo de animar a violar monjas- pertenecen a un conocido político español del siglo XX: Alejandro Lerroux.

Entre 1933 y 1935 fue 3 veces Presidente del Gobierno de la II República en España, además de tener carteras (ministerios) en Guerra (1934) y Estado (1935).


lunes, 6 de marzo de 2017

Juanma, el "Ramón Sampedro de la marihuana", nos pide ayuda...

Esta nota que a continuación reproducimos es un extracto para difundir en redes sociales, medios en internet y para hacerlo circular entre vuestras amistades.

Desde Drogoteca, con todo el cariño que tenemos a Juanma desde hace lustros, difundimos y apoyamos cualquier acción que el afectado quiera emprender.

Drogoteca.





Ilustración por Ramón Souto de www.cultivaunaidea.com
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Si tienes un blog, web, 
escribes en un foro 
o en tu muro de Facebook o Twitter, 
te pedimos que
 difundas este caso, 
por razones humanitarias.


Gracias por prestarle tus manos....





En la mañana del pasado miércoles día 22 de febrero, dos agentes de policía vestidos de paisano se personaron en el “Centro de Atención a Minusválidos Físicos - CAMF” de El Ferrol (Coruña), dirigiéndose hacia Juan Manuel Rodríguez Gantes -tetrapléjico de 45 años residente en el centro-, quien se encontraba en su silla de ruedas, terminando de fumar el cannabis medicinal que usa -desde hace décadas- para aliviar su dolor crónico de origen neuropático.

Tras identificarse como policías y directamente preguntarle si él era Juan Manuel Rodríguez, pasaron a recriminarle que estuviera consumiendo lo único que le alivia los dolores que sufre y le informaron de que iban a interrogarle.

Tras ser conducido a una sala Juanma fue cuestionado sobre su consumo de cannabis medicinal, y se le interrogó tanto por el origen del cannabis, como por la persona que le ayuda a liar el cannabis y que es necesaria para él, ya que por su tetraplejia no conserva movilidad suficiente en sus brazos, manos y dedos. Posteriormente, Juanma fue cacheado y se le incautó el cannabis medicinal que le había sido entregado poco antes por la persona que le presta sus manos, de forma voluntaria liándole el cannabis para que pueda fumarlo y aliviar así sus dolores de origen neuropático.

A Juanma se le comunicó que se le podría imputar tráfico de estupefacientes y se le presionó para que revelase el nombre de las personas que le ayudan, a lo que Juanma se negó. Todo esto sin abogado presente, a pesar de que Juanma hizo notar que le gustaría contar con uno antes de tener que contestar nada.

Finalmente, se le requisó todo su cannabis medicinal y se le propuso -así le indicaron que se haría- para una sanción administrativa (multa). Pocos días después, la policía fue a por un amigo de Juanma, cuando se encontraba en la calle con su mujer y “tuvo que acompañarles” a comisaría, quedando -tras ser interrogado sobre la relación que les une, según nos comunicó Juanma- “en libertad, pendiente de declaración ante el juez”.

Juanma se ha quedado -en su centro de El Ferrol- con sus dolores neuropáticos pero sin cannabis medicinal, y con las personas que le ayudaban -por su condición- bajo sospecha y/o vigilancia más la amenaza de enfrentar cargos penales, por ayudar a un enfermo tetrapléjico.




miércoles, 8 de febrero de 2017

Burundanga Madness y sumisión química

Este texto fue publicado en plena fiebre histérica de los medios con la Burundanga en el portal Cannabis.es. Aprovecho para citar el excelente trabajo de Anna Pacheco para Broadly sobre el mismo tema, y con un enfoque realista del que otros medios carecieron esos días.

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Cuando mi móvil empieza a sonar notificándome privados de mucha gente distinta, suele ser que algo nuevo -o presentado como tal- referente de alguna forma a “las drogas” (desde un parricida al que vinculan con la “droga porro”, a un estudio de ciencia-ficción o TodoACienCia sobre el krokodil ruso, que veranea en levante) ha explotado en los mass-media, como la TV y la radio.
Eso es lo que pasó ayer, que teníamos nuevo protagonista que presentar o, mejor dicho, teníamos la primera vez CON PRUEBA DE TÓXICOS que la tan traída y llevada “burundanga” había sido detectada en una persona (con rol de víctima involuntaria) en España.
¡Por fin! No es que me alegre de que este suceso haya ocurrido, sino que al fin tenemos algo real y tangible de lo que hablar y que incluye una prueba de tóxicos de antemano, lo cual es muy de agradecer. Una mujer de 36 años acudió -en un grave estado de confusión- a un hospital, acompañada de una amiga que alertó que su ex-marido le podía haber echado un fármaco en la bebida, y tras aplicarle un protocolo especial para casos de “sumisión química” se pudo probar.
Y tal vez se pregunte el lector qué es eso de la burundanga, y qué es eso de la sumisión química. Pues vamos por partes. La burundanga es el nombre “popularizado” de un compuesto químico, conocido hace más de un siglo, llamado escopolamina. Este nombre, que originalmente proviene de las Américas, lleva asociada una leyenda -ahora ya no tan leyenda- de uso como herramienta “casi mágica” para todo tipo de actos delictivos y que abarcan desde violaciones a robos (la leyenda negra cuenta en su haber hasta robos de órganos sobre personas vivas, aunque esto por supuesto nunca ha sido detectado en realidad). ¿Por qué proviene de allí? Pues porque la planta de la que se extrae dicho principio activo, recibe ese nombre también. Es una planta conocida y ornamental, de bonitas flores, pero ese compuesto -la escopolamina- se puede encontrar en una amplia variedad de plantas (especialmente de la familia de las solanáceas) como en nuestro conocido “estramonio. El compuesto es de origen natural, cosa que me gusta recordar especialmente a aquellos que confunden “natural” con “sano”, y “no natural” con “no sano”: ese error puede matar ya que muchos de los más potentes venenos son naturales.
¿Qué efectos tiene la burundanga o, más concretamente, la escopolamina? Es un compuesto anticolinérgico que -de la misma forma que la atropina y otros fármacos similares- bloquea los receptores de la acetilcolina, un neurotransmisor que existe en nuestro cerebro, provocando una serie de efectos que -dependiendo de la dosis absorbida y de la idiosincrasia de la persona- pueden oscilar entre la simple molestia ante la luz (por la midriasis que provocan) al delirio con alucinaciones, entendido como la incapacidad de nuestro cerebro para discernir entre lo que es real y lo que no (producto de su mente). También pueden matar, y lo hacen con facilidad dada su alta potencia, si la dosis es excesiva. Por supuesto, han tenido y tienen uso en terapéutica y la escopolamina era parte de las primeras anestesias, de las que se fue retirando -con la aparición de compuestos más eficaces- debido a que provocaba -precisamente- alucinaciones y un tipo de amnesia químicamente inducida, llamada amnesia anterógrada.
¿Anula la voluntad la escopolamina? No, no como parece que se quiere plantear, como si fuera capaz de obrar milagros sobre la voluntad de otra persona: si eso fuera cierto, no sería algo que descubriríamos ahora. La escopolamina, como otros muchos fármacos, produce un estado en el que la persona es más vulnerable porque no puede fiarse de sus sentidos y porque sus sistemas de alerta ante los peligros (incluida la manipulación física, la emocional o la psíquica) se ven debilitados de una forma similar al estado que se puede alcanzar en una gran borrachera, o bajo el efecto de las comunes benzodiacepinas o pastillas para dormir, con las salvedades y matices propios del desarrollo de los efectos en cada sustancia y persona.
En este caso, siendo un fármaco que puede dejar inconsciente y, además, provocar amnesia sobre los momentos previos a la pérdida de conciencia, tiene en manos con intenciones criminales un potencial claro para su uso, asociado a unos peligros muy elevados para la víctima (y desgraciadamente podemos decir, que cuanto menos experiencia en su uso tenga el delincuente, más peligroso resultará). Pero no. No es una sustancia mágica que administrada a alguien sin que se dé cuenta, nos dará acceso a todo lo que su voluntad -en estado base- quiera mantener guardado.
Fue, como otras tantas drogas, una más de las sustancias que se probaron o emplearon en algún momento como “suero de la verdad”, con el mismo poco éxito que el resto de cosas que probaron a tal fin dentro del proyecto MK-Ultra en los USA y que incluyó cosas como la LSD o la MDA. Pero, repito, la escopolamina no hace que la voluntad de otra persona pase a nuestras manos (ni tampoco ocurre esto en la hipnosis, aunque sea algo cuya creencia está extendida) sino que deteriora su capacidad normal de actuación.
¿Entonces por qué se usa y a qué viene lo de sumisión química?
Se usa porque como ya hemos dicho, es uno más de los muchos compuestos que deterioran -en distinto grado- el juicio crítico y nuestras defensas, como también lo hace el alcohol y otras muchas drogas. Pero su uso es más habitual en países sudamericanos, y tremendamente infrecuente en nuestro país. Tan infrecuente, que a pesar de llevarse hablando de la burundanga y los peligros de la burundanga durante años, se detecta por 1ª vez ahora en nuestro país. Desde aquí recomiendo a periódicos como “El País” o “El Mundo” que echen un vistazo a las tonterías previamente publicadas por ellos mismos, o no tan previamente como en el caso de “El País” quienes en su artículo “internacional” sobre el asunto, dicen cosas que no son ciertas como:
- la escopolamina anula la voluntad
- se extrae de la Datura stramonium (a la que cita, incorrectamente, como “Datura Estramonio”)
- es fácil de conseguir
- sume a la víctima en la complacencia y pasividad (cuando también puede provocar agitación y terror, por ejemplo)
- la burundanga no es una sola sustancia sino una mezcla de narcóticos
- el producto no tiene ni color, ni sabor, ni olor (es decir, que no existe....)
- según el texto, basta con que sacudan un trozo de tela a tu lado y se absorbe mejor inhalando “humos mezclado con tabaco” (lo cual implica que se fume y eso es un acto consciente) o por ingestión... ¿mejor que cómo, mejor que inyectado o en enema?
- en ocasiones se administra “poniéndolo cerca de la nariz cuando se va a besar para que la víctima inhale” (¿y el que se lo pone, es inmune a la droga o es anaerobio y no respira?)
Y otras cuantas majaderías, como es habitual en la “prensa seria” cuando habla de drogas, pero en esta ocasión coronando su ignorancia internacionalizada con una bella imagen de una Brugmansia arborea a la que el pie de página bautiza como “Datura Estramonium” (sic). Cierto es que, más abajo, tiene otra foto DE OTRA PLANTA CON FLOR BLANCA que en este caso, parece ser de la especie de las daturas. Es decir, el bueno de Jacobo García de “El País” en México, no tenía ni puta idea del tema sobre el que se puso a escribir y lo remató dejándolo claro con una bonita imagen EPICFAIL junto con una colección de topicazos comunes que se pueden leer en cualquier articulo de hace 10 años sobre el tema. ¿Esto es el periodismo que nos ofrecen supuestos medios respetables? ¡¡Pero si cualquier estudiante de la ESO con Google lo haría mucho mejor!!
¿Alguien tiene el teléfono del jefe de personal de “El País”? Es para un amigo....
Lo curioso es que si bien el “periodista” no tiene reparo en poner esas afirmaciones, en un momento dado del texto, cuela que los médicos no se ponen de acuerdo en eso de la “pérdida de la voluntad” (así que para eso ya está él, que hizo periodismo).
La cosa es que con todo el ruido que montan, consiguen lo que por defecto han buscado siempre: desinformar y asustar. Y una cosa más que en este caso tiene su importancia: estimular y provocar estas acciones, basadas en esa mala información. Esta vez, la droga como nos venían contando no salió de una planta, sino que fue comprada en Internet, y no la dio ningún extraño a la víctima sino alguien muy conocido: su ex-marido. ¿Para qué? Pues fuera de la especulación no creo que tengamos datos, pero dado que tenía acceso a ella (a través de sus bebidas o alimentos) es muy posible que intentase conseguir esa “anulación de la voluntad”, de la que hablan desde hace años los medios, y que habitualmente y en otros hechos probados se cometía con alcohol, benzodiacepinas (recordamos los casos del violador de Ciudad Lineal, aunque en este lamentable texto del periódico “20 minutos se cita el “Orfidal” -lorazepam- como un opiáceo, y así de gorda la siguen teniendo porque “nunca pasa nada si va de drogas e inventan datos”), GHB, o cualquier otra droga psicoactiva, ya que el protocolo que se activa por “sumisión química” no hace distinción entre sustancias, legales o no.
Aunque el hombre, que parece ser que reconoció a la víctima haberle suministrado “escopolamina comprada a escondidas en Internet” y que su fin, era simple y extrañamente causarle daño (inespecífico en la declaración, aunque da la impresión de que prefirió no revelar la teleológica intención que le guiaba) no explicó por qué eligió esa sustancia -escopolamina- y no otra, si su objetivo era causar simplemente daño, cuando en el mismo mercado donde compró la escopolamina, podría comprar cosas mucho más dañinas (en realidad, puede hacerlo en la farmacia).
¿Qué le hizo elegir escopolamina y comprarla por Internet? Pues sin poder aseverarlo, da la impresión de que si se tomó tantas molestias (comprar estas cosas por Internet no resulta tan sencillo como parece leyendo y hay que saber manejar moneda digital, Bitcoin por ejemplo) es porque esperaba de dicho producto un rendimiento y efectos que eran muy superiores a las cosas que podía conseguir con menor esfuerzo. ¿Es razonable pensar que ese tipo -como otros- pudiera haberse creído la mala información de la prensa en esta materia y buscase “burundanga” para conseguir algo que dependiera de la voluntad de otra persona, en ese caso su ex-mujer? A mí no me parece nada extraño: lo que me parece extraño es que esto mismo (o algo peor) no haya sucedido antes, dada la salvaje promoción que hace la prensa a este tipo de información defectuosa.
Una de las cosas más asquerosas que me ha tocado ver durante años -como administrador de un blog sobre drogas- es la cantidad de preguntas que iban dirigidas expresamente a conseguir violar mujeres. Muchas de las preguntas (que podía observar con los instrumentos de análisis de datos de la web) llegaban a ser tan directas como: “¿Qué droga usar para violar a dos mujeres?”. Y en el caso de palabras como “cachondina” (la mítica droga afrodisíaca) o en el caso de “burundanga” las búsquedas de información solían y suelen ir asociadas a la evidencia de la preparación (o tanteo) de un delito, contra la libertad sexual de una o varias mujeres.
A pesar de que los drogófilos somos personas con tendencia a coleccionar diversas drogas, y con más celo cuanto más infrecuentes sean, sólo he conocido a una persona que haya comprado escopolamina en Internet, y es un loco (dicho con cariño) que ha demostrado ya ser capaz de meterse lo que nadie más se ha metido, y que adquirió para -si llegase el caso- usar consigo mismo (tras analizar químicamente para asegurarse de lo que tiene). Pero, aparte de un “loco coleccionista de drogas”... ¿qué clase de persona buscaría “burundanga” en Internet?
No es algo que se podrá nunca probar, pero da la impresión de que sin los cuentos y leyendas narrados durante más de 10 años por la prensa en España sobre la burundanga, nadie habría acudido a Internet a buscar esa sustancia con el fin de administrársela a otra persona. Y eso sí que merece una reflexión, por parte de la prensa, sobre el precio que conllevan sus historietas típicas de drogas.