JARFAITER, el Rap Kinki hecho carne.
Esta entrevista a Jarfaiter se realizó en 2019 y fue publicada en Cannabis Magazine en la edición en papel, por lo que no se encontraba disponible en la red.
Ahora os la dejo aquí para que todos podáis tener acceso a ella. Espero que os guste!!
Pregunta: “Un hijoputa carcomido por el odio, no quiere groupies ni estar en el podio. Sólo joder al cabrón que le jodió, y vacilar al guardia en el interrogatorio.” ¿Quién es Jarfaiter?
Jarfaiter: Esa descripción ya no es válida, aunque sigo teniendo mucho odio dentro. Cuando escribí eso pensaba que nunca llegaría a estar en este punto, y quería decir que tampoco me importaba.
Jarfaiter es un artista que hace música de diferentes géneros (Rap, Trap, Reggaetón) a veces con influencias y colaboraciones de flamenco y rumba. También acabo de sacar una maqueta con grupo de Streetpunk que hemos formado, llamado “Paliza”, aunque ya había tocado la batería en algún grupo de este tipo cuando era un chaval. También dibujo mucho -desde que era pequeño- y ahora estoy tatuando. Nacido y crecido en Piedralaves (Ávila) y desde los 16 hasta ahora vivo en el barrio de Tetuán (Madrid).
P: ¿Cuál es el origen de tu nombre musical, Jarfaiter?
J: Todo viene de cuando eramos chavalines. Escribíamos en las paredes y las mesas “Hardcornoque fighter” -porque a los piedralaveños se nos llama “alcornoques”- y como a mis amigos y a mí siempre nos ha gustado cambiar las palabras y decir gilipolleces, acabó derivando en eso. Al coincidir con la época en que empecé a grabar música, es el nombre que utilicé.
P: ¿A qué edad comenzaste a hacer temas? ¿Qué te movía entonces y qué te mueve ahora para producir material?
J: Con 9 años ya andaba escribiendo alguna que otra rima -siempre me ha gustado el rap desde que lo descubrí, cuando tendría unos 7 años- pero el primer tema de rap que grabé fue con 16 años. Empecé a hacerlo porque me gustaba, y un colega conocía a un chico que tenia un estudio de grabación. Y nos dio por grabar una canción: si no fuera por eso no estaría donde estoy ahora. También soy una especie de “productor no profesional”, ya que todos las instrumentales de mi último disco las he hecho yo. Desde entonces lo que me mueve, básicamente, es el amor a la música.
P: ¿Qué recuerdos guardas de tu recorrido educativo? ¿Es preferible tener “calle” o tener una formación?
J: Para mi el sistema educativo, a partir de un punto, sólo es una especie de fabrica de esclavos: te preparan para tener un empleo, pagar un alquiler, formar una familia y trabajar todo el día para poder pagar cosas que no necesitas. Tener calle y tener una formación son dos cosas muy distintas: cada una te va a servir para algo distinto y te va a llevar por caminos distintos de la vida. Recomiendo a los chavales a quien les tira más la calle que igualmente intenten aprender algún oficio, por que la vida da muchas vueltas y nunca se sabe cuando lo vas a poder necesitar.
P: “Yo soy la violencia y voy con mis cabrones; sucia mi conciencia, como callejones. Todo lo que crees que somos, lo somos peores: quinquis con navajas y destornilladores.” ¿Por qué esa cercanía a la violencia en tus letras?
J: Desde siempre hay algo en la violencia que me ha atraído. De niño me gustaban los dibujos animados en los que salían coches y peleas, me gustaba Dragon Ball y Street Sharks (eran unos tiburones que iban destrozando toda la ciudad a su paso) y desde entonces mis gustos -en cuanto a música o cine- han seguido esa linea. Me gustan películas como Warriors, la Naranja Mecánica, 300, NEDS, Sin City...
Me gusta la violencia como algo ocioso o deportivo. Hay miles de chavales a los que les gusta pelearse; sólo tienes que salir una noche por Madrid y no tardarás en ver alguna pelea. Cuando en tu vida las cosas están mal, es una forma de desahogarte y pasártelo bien.
P: ¿Qué es un quinqui?
J: Kinki es cualquier chaval que sea un delincuente habitual, desde los años ochenta hasta ahora.
P: ¿Has “tocado el piano” con algún cuerpo policial?
J: Sí, por mala suerte. Pero prefiero no hablar del tema.
P: “Si no has crecido entre robos y 'puñalás', normal que no te guste porque no lo entenderás. ¿Por qué no te vas a escuchar a los demás y me dejas a mí en paz? Hijoputa, qué asco das!!”
¿Es necesario haberte desarrollado en un entorno como el que dibujas para que tus temas puedan apreciarse? ¿Cómo es tu público?
J: No es necesario. En ese fragmento lo que quiero decir es que hay mucha gente a la que no le gusta mi música, por el simple hecho de que viven en un mundo diferente al mio y no comprenden lo que digo, o porque me ven como a una especie de descerebrado y no son capaces de ponerse en mi situación.
Yo tengo un público muy amplio, en cuanto a edad y estilos. En general, no podría definir a mi público porque hay una gran variedad, de tipos de persona, dentro del mismo. Pero no compongo para “el público” sino que compongo principalmente para mí (porque lo necesito, aunque luego no vuelva a escuchar mi música tras grabarla), también para mis amigos y, a veces, para mi chica y mi familia.
P: Las menciones a tu chica son habituales en tus temas. ¿Te consideras monógamo? ¿Crees en relaciones que pueden durar para siempre?
J: Sí, creo que pueden durar para siempre, aunque respeto que cada uno que haga lo que quiera y lo que guste con sus relaciones.
P: “Hippie, cerda, hueles a mierda. Tus rastas dan asco...¡aparta gorda! Quiero que ardas, progre de izquierdas; vete a tirar flores a los guardias.” ¿Qué te ocurre con los hippies y “progres de izquierdas”?
J: Desde siempre me he criado en círculos de izquierdas, pero no soy una persona adoctrinada; tengo criterio propio, comparto muchas cosas pero muchas otras no. Cuando hablo de esos “hippies” o “progres de izquierdas” me refiero a toda esa gente que han adoptado esa forma de pensar y que llevan esa estética que describo. Si hablamos de un hippie que vive en una cueva -con su huerto y que no participa en el sistema- para mí no es un hippie sino un puto amo. En ese fragmento me refiero a la gente que alardean de lo respetuosos que son, pero te tienen que discutir todo y no respetan las ideas de los demás. Son clasistas y superficiales; son los primeros que tienen prejuicios con la gente que no es como ellos. Realmente son igual que cualquier desquiciado pero de forma aún más hipócrita, porque se pintan a sí mismos como gente completamente abierta y respetuosa. Sobre todo me da rabia cuando son gente que se hacen pasar por algo que no son, haciendo como que tienen una forma de vivir que sólo tienen gracias a que a sus padres les sobra el dinero, y les pueden mantener o pagar los juicios de las tonterías que hagan: de esos hay muchísimos. Así es muy bonito y fácil ser hippie.
P: ¿Qué es un 'bohemio multicultural', expresión que usas en “Jipunzio”? ¿Y cómo sería lo opuesto a dicho concepto?
La expresión seguramente no sea correcta, ya que la he inventado, un poco como hago siempre en mi forma de hablar. Con ella me refiero a esa gente de la que te he hablado antes, que son niños de papá que quieren ir de hippies. Por eso les gusta estar en contacto con gente de otras etnias y culturas, ya que en esos círculos eso es ser muy guay. Lo opuesto somos gente como yo, que vivimos de verdad en un barrio donde hay inmigración, por lo que siempre hemos estado integrados entre gente de otros países, y ni necesitamos ni le vemos el sentido a hacer ese paripé.
P: “Ni PSOE ni PP ni ninguna mierda: para cambiar las cosas hay que liarla parda.” ¿Existe algún futuro en la política?
J: Mi visión del mundo es totalmente decadente, en eso soy muy punk. No veo futuro de ningún tipo, todo va a ir a peor. Si por mi fuera, que viniera el caos, que volviéramos a la edad de piedra y se extinguiera la especie: el ser humano ha sido una putada para el planeta Tierra desde que hemos aparecido.
P: ¿Qué es el beef para ti? ¿Es real o sólo paripé?
J: El beef en otros países es real, sólo tienes que ver que ha habido asesinatos por ello. En España en general el beef es solo un paripé, se dicen tonterías por vídeos, con suerte se dan alguna galleta y adiós. Si de verdad estuvieran enfrentados, no harían esas cosas, no se amenazarían por las redes para que la policía tuviera todos sus datos y declaraciones. Si tuvieran un problema de verdad lo solucionarían sin que se enterara nadie, y fuera. Pero esta gente no son serios, sólo quieren hacer una pequeña tontería -lo más viral posible- para ganar audiencia.
P: “Cultura distinta; menores en tanga, gomas y toallitas. Y tú mientras vas de feminista, luchando por enseñar las tetas en el 'Insta'.” ¿Existe un solo feminismo o existen muchos?
J: En esa letra estoy comparando un problema real -que he visto con mis propios ojos, en países a los que he viajado- como es la prostitución infantil, con lo que se supone que es un problema en el primer mundo para algunas, que es lo que te permiten o no publicar en una red social.
Opino que el feminismo es necesario mientras haya violencia de genero, mientras haya violaciones y todo ese tipo de salvajadas. Por desgracia he vivido de cerca casos así, y eso hace que empatice fácilmente con el feminismo.
Creo que sólo existe un feminismo, pero lo que hay es muchas mujeres y cada una es distinta. Y al igual que pasa con los hombres, hay gente más normal y gente más tarada. Como ahora el feminismo esta en auge, hay muchas taradas diciendo barbaridades como si nada. Estas barbaridades que algunas dicen, hacen que los hombres se cierren en banda a informarse o preocuparse sobre el tema, y al mismo tiempo ensucia a las mujeres que están luchando por algo lógico de una manera sensata.
P: ¿Es feminista la mujer que le dice a otra que no puede ejercer libremente la prostitución?
J: Creo que cada uno puede hacer lo que quiera: quien busque imponer a otra persona de qué forma debe ganarse la vida sí que está un poco tarado.
P: ¿Cuál es tu postura frente a la prostitución? ¿Debe intentar abolirse desde el estado o debe legalizarse para quien quiera ejercerla libremente?
J: Estoy en contra de la trata de seres humanos, pero estoy a favor de la prostitución y creo que debería legalizarse. Tengo amigas prostitutas, y me molesta que cuando se habla del tema no se les trate como a chicas normales. Cada uno se busca la vida como quiere. Ellas han tomado las riendas de su vida y han tenido el valor de hacer algo aun sabiendo que está muy mal visto; me siento muy orgulloso de todas ellas.
P: En el tema de “El Pico 3” con “El Coleta”, mandáis un mensaje muy duro contra la heroína. ¿Por qué en tu caso tienes esa postura frente a dicha droga? ¿La has probado alguna vez?
J: No, no la he probado. Tengo esa postura porque por lo que me han contado mis padres, muchísima gente que conocían murieron por la heroína, y yo mismo he visto morir a gente cercana a causa de la heroína.
P: En tus canciones parece que haces una separación entre drogas y alcohol, estando en contra de las drogas pero no de la bebida. ¿Por qué esa separación al hablar de ello?
J: Antes si distinguía, ahora no. Ahora también veo el alcohol como una droga, pero como es legal nos tienen a todos pensando que es normal beber alcohol todos los días.
Estoy en contra del alcohol, pero soy consumidor. Empecé a beber con 11 años y hasta hace poco ha sido un no parar. Últimamente estoy más deportista que fiestero, y animo a todos los jóvenes a practicar deporte e intentar no meterse en las drogas, ni en el juego.
Nunca he sido muy de ponerme, más que de porros y alcohol, pero ahora mismo estoy totalmente centrado. A veces me gusta salir a beber con los amigos y a veces fumo polen para dormir, pero poco más.
P: ¿Qué uso le das al cannabis?
J: No diría que soy fumador habitual, ni siquiera fumo tabaco, pero tengo insomnio y hay noches que me cuesta dormir. Si tengo que hacer cosas al día siguiente, prefiero fumar un poco de polen y dormir que quedarme despierto hasta las 7 de la mañana. También algún día -de vez en cuando- no está mal juntarse con los amigos en casa y fumar un poco, pero ese no es mi día a día.
P: ¿Cuál crees que debería ser el estatus legal del cannabis a día de hoy?
J: Soy un poco antisistema y la ley en general me parece mal pero, al estar dentro del sistema por obligación, prefiero que se mantenga ilegal: la droga es un problema, pero la pobreza también y tengo amigos que se quedarían sin trabajo si se legalizara. Además, la cargarían de impuestos y con los políticos que tenemos en este país, ya sabemos donde acabaría ese dinero. Con lo mafiosos que son no entiendo cómo no la han legalizado ya.
P: ”Y creo que soy el elegido, al pensar que sigo aquí con todas las que he liado.” ¿Qué hace que un tipo como tú siga aquí? ¿Ser el elegido o ser un tipo experimentado?
J: Un poco las dos cosas. Soy un tipo experimentado, siempre he sido espabilado y he sabido desenvolverme. Aunque también soy “el elegido”, porque he tenido mucha suerte: podrían haberme pasado muchísimas cosas pero la suerte me ha salvado muchas veces.
P: ¿Eres lector? ¿Qué libros te han aportado más?
J: No leo muchísimo pero siempre ando leyendo algún libro, poco a poco. Algunos de los que más me han aportado son “Toda la verdad” de Mike Tyson, “La naranja mecánica”, “El arte de la guerra”, “El club de la lucha”, “Confesiones de un gánster de Barcelona” de Daniel Rojo, etc.
P: ¿Qué opinas del lenguaje “políticamente correcto”?
J: A mí me gusta ser natural. En los círculos que he crecido no se habla de una forma políticamente correcta, y no veo ningún motivo de peso por el que yo tenga que modificar mi lenguaje y quitarle una parte de mi personalidad a mi música.
P: ¿Aplicas mucho la autocensura en tu trabajo?
J: Me censuro en cuanto a tener ojo con los datos que doy, y poco más.
P: Gracias por tu disposición y tus respuestas, te deseamos lo mejor en tu camino y que sigas haciendo buena música.
J: Pues nada que un abrazo para mis rufianes y para todos mis fanáticos. Después de verano saco mi próximo disco: “El Autentico Cabrón”. Gracias a Cannabis Magazine por esta entrevista, un saludo a todos y mucho amor. ¡¡Mantenlo criminal!!