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domingo, 30 de marzo de 2008

MDPV (más), pirovalerona y prolintano.

Iba a añadir una nota a la entrada anterior, sobre lo último que me ha comentado la persona que probó hace unos días la MDPV/MDPK (importante el aviso de ciertos efectos), pero mirando cosas sobre esta sustancia, me he encontrado con una curiosidad estructural, y aprovecho para poner las imágenes y el comentario.

Para empezar, lo que me ha dicho esta persona, es que tras probarla como comenté el otro día, la probó en una sola dosis de 15 miligramos por vía oral.

La dosis le pareció la mejor para esa vía, pero tras la estimulación agradable que notó durante un par de horas, la experiencia se volvió más incómoda, con mucha alteración de la presión sanguínea (10/17) y pulso (entre 100 y 120 en reposo).

Poca sensación eufórica que se desvaneció casi de golpe a las dos horas, mientras trabajaba (trabajo no físico) y pensamientos de preocupación al centrarse en la respuesta cardíaca que era molesta y muy notable, lo que provocaba ansiedad y le hizo tomar en dos ocasiones (a las 2:30 horas y a las 3:30 tras la toma de la MDPV) benzodiacepinas, primero 10 miligramos de diacepam (Valium) y luego otros 5 miligramos. Con esa ayuda para suavizar la ansiedad, los efectos le duraron unas 5 horas, y el mal humor el resto del día.

Su impresión final es que si no tuviera a mano ningún otro estimulante, lo usaría ocasionalmente pero con mucho cuidado, ya que la ansiedad induce a dosificarse de nuevo (me comenta lo mismo de otras dos personas sobre ansiedad y redosificación) y la recompensa a efectos psíquicos es decreciente y hasta dudosa tras la primera administración. Nada de efectos entactógenos ni psiquedélicos, más allá de una sensación de lucidez enturbiada por la paranoia posterior y la ansiedad.

"Existiendo anfetas y coca, la única ventaja que le veo a la MDPV es el precio, pero prefiero pagar y disfrutar, a llevarme sustos y pasarlo mal" me ha dicho, y opina que prefiere hasta la yohimbina antes que tener que salir de fiesta o trabajar con la MDPV, y que no cree que nadie la quiera usar teniendo acceso a otras drogas, si no es por curiosidad. Que aunque bajo su efecto la tendencia a repetir es clara, la experiencia en sí no da muchas ganas de repetirse.

Otra advertencia que me da, es que una de las personas que la ha probado (una dosis de 10 miligramos por vía oral) tomó cocaína unas 3 horas después, y tuvo una reacción con fuerte taquicardia (más de 150 pulsaciones por minuto) y sensación de ahogo, que le duró unos 40 minutos y despareció cuando ya había tomado dos Valium de 10 miligramos y se disponían a llevarle a un hospital por el estado nervioso que tenía. Éste es un hombre de 38 años, acostumbrado a los estimulantes, y de peso normal y sin problemas médicos.
Se pregunta si puede tener algún tipo de efecto de inhibición sobre la MAO.

MUCHO CUIDADO CON MEZCLAR LA MDPV CON OTROS ESTIMULANTES.

Si realmente no fue una reacción específica de esta persona, no parece que sea una sustancia que sea deseable que esté en la calle, con los patrones de policonsumo de la mayoría de la gente cuando va de fiesta. Y por lo relatado, la MDPV parece más una curiosidad para algunos, que algo que vaya a ocasionar su propia demanda.

El otro tema que comento, es sólo una curiosidad química, pero puede servir de orientación para curiosos.

La estructura de la MDPV:


La estructura de la pirovalerona:

La estructura del prolintano:



La primera es la sustancia de la que hablamos. La segunda, la pirovalerona es una sustancia ya controlada por la legislación, que se incluyó en los listados de sustancias controladas a la vez que la MDMA.
La MDPV es la versión "MD" de la pirovalerona, y ésta a su vez es la versión metil-ketona del prolintano.

Aunque la imagen esta colocada al revés, se puede ver como a la última (el prolintano) sólo le falta un carbono pegado al núcleo del anillo de benzeno y un oxígeno (con doble enlace) en la cadena que le une al otro anillo, para ser la pirovalerona.

La curiosidad del asunto, es que el prolintano es el compuesto "anfetamínico" que tenía el famoso Katovit -ya desaparecido de las farmacias- que se usaba para estudiar y que se consumía de forma masiva en época de exámenes. Si borramos partes de su estructura, tendríamos la anfetamina común. Pero en su caso, el grupo amino está protegido formando parte de un anillo heterocíclico saturado, llamado pirrolidina, lo que lo hace no atacable por las enzimas que degradan las aminas primarias, como la mono-amino-oxidasa (MAO).

La variedad de sustancias sintetizadas y "probadas" con unos u otros fines que tienen una estructura básica que parte de la MDPV es bastante amplia. No sería raro que en el futuro se fueran poniendo a disposición de los circuitos de los RC's algunas de ellas, sobre todo las más simples.
Aquí se pueden ver unas cuantas, casi 50 (y todas menos 4 ó 5 manteniendo el grupo "MD"):Estructuras químicas partiendo de la MDPV.


Y un último comentario que merece la pena como aviso para navegantes, es que le echen un vistazo al artículo que ha publicado "El País" en versión digital e impresa sobre la marihuana y las distintas dolencias en las que puede ser útil, y cuenta algunos de los casos conocidos de su uso y de su recomendación "bajo cuerda" por parte de algunos doctores a sus pacientes.

También se habla del "Sativex" desarrollado por GW Pharmaceuticals, el medicamento al que podría tener acceso Juan Manuel Rodríguez Gantes, el tetrapléjico que se enfrentó a las autoridades para poder cultivar cannabis para sus dolores neuropáticos, y del documento tipo "prospecto" que ha elaborado el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona, para que los pacientes que lo usen tengan unas indicaciones básicas.
Ese documento, en el que se apoya el uso terapéutico, se puede bajar aquí en formato PDF:
Prospecto de uso medicinal del Cannabis.

Y el artículo de "El País" es este: Marihuana con receta para vivir mejor.
Gracias a Carlos G. Wagner por el aviso sobre el artículo.

Espero que os guste y que el aviso de precaución con la MDPV sirva para evitar otros sustos.

Symposion.

martes, 17 de julio de 2007

La etnobotánica y otros research "chemicals"

El término research chemicals se viene aplicando desde hace tiempo para referirse a los productos químicos de nuevo cuño que aún no están suficientemente investigados como para poder tener una imagen completa de ellos.
No se suele conocer ni su dosis letal media, sus mecanismos de actuación, ni la farmacocinética y otros muchos aspectos de los mismos.
Esto es así por falta de estudios suficientes, porque solo se han realizado sobre animales, porque falta experimentación en humanos y porque las muestras que puede haber de auto-experimentación no están controladas y son insuficientes.

El arriesgarse a experimentar con estos compuestos de nueva síntesis, exige a quién pretenda hacerlo, unos cuidados superiores a los que se deberían tomar con otras sustancias de sobra conocidas y utilizadas. El uso de básculas de precisión, correctos cálculos a la hora de dosificar productos en disolución, una buena y exhaustiva investigación previa sobre lo que otras personas que hayan usado el compuesto puedan indicarnos sobre sus efectos, intensidad duración, así como cualidades de los mismos, puede evitarnos desagradables sorpresas.

Dada la falta de interés oficial, a nivel mundial, por estudiar todos aquellos compuestos que pueden brindarle al ser humano experiencias de apertura de la conciencia o los sentidos y sus usos en humanos, los que deciden experimentar con estas sustancias se pueden considerar exploradores en el límite de la química y el alma, y con el mismo cuidado que quién pisaría una capa de agua helada en un territorio desconocido deberían moverse.

Esto que digo parece obvio para aquellas sustancias que son nacidas de la síntesis química, pero existe una mayor despreocupación, o una falsa sensación de mayor seguridad cuando las sustancias son de origen natural.
Esa sensación viene de la errónea concepción de que lo natural es preferible y mas sano que lo que esta sintetizado en un laboratorio. Esa distinción, la realiza sólo nuestra mente (la de algunas personas) pero no nuestro organismo. A nuestro hígado, riñones, o cerebro le da exactamente igual la procedencia de la sustancia con la que entra en contacto, y es incapaz de distinguir cual viene de un matraz y cual de un jugoso chuletón.
Por más que dedicásemos una vida entera a intentar que nuestro cerebro distinguiera entre un aminoácido salido de la carne o de una síntesis, no conseguiríamos nada.

Resulta pues, para lo bueno y para lo malo, que parecidas precauciones deberíamos emplear a la hora de probar sustancias que provengan del mundo vegetal.
Desde que en la década de los 60 se expandiera de forma incontrolada el uso de sustancias enteógenas y sobreviniera a ese uso una irracional prohibición, que dejaba fuera del mercado legal y fuera del posible uso en humanos de las mas conocidas y posiblemente las más seguras, como la LSD, mescalina o psilocibina, los interesados en este tipo de experiencias empezaron a buscar nuevas fuentes que de otra forma no habrían despertado mucho interés, ya que la mayoría aspiran a poder emular lo que las prohibidas pueden lograr con certeza.

La búsqueda de embriagantes de todo tipo en el mundo vegetal resultó ser la otra vía, la no-química, para evadir prohibiciones. De ahí a que un campo como la etnobotánica, que era privilegio exclusivo de unos pocos valientes, como Richard Evan Schultes y otros personajes de corte más académico que hippie y que fueron los que acercaron al conocimiento occidental los primeros enteógenos que habían sido usados durante milenios por otras culturas, resultó ser un nuevo mundo por descubrir para todos aquellos a los que las prohibiciones habían cortado las alas en el terreno de la psiconáutica.

También para aquellos que quedaron sorprendidos por las experiencias que les brindaban los compuestos ya ilegales en las últimas décadas del siglo XX, se tornó en un campo de interés que a primera vista parece inagotable fuente de nuevas sustancias, con el principal atractivo de que resultan ser legales, aunque la estupidez humana se sigue empeñando en convertir en frutos prohibidos.

Ya en los años 80, antes del auge de internet, existían en la redes BBS, documentos que hablaban de largas colecciones de plantas y también de algunos compuestos químicos, todos ellos bastante exóticos por aquel entonces, que ahora se pueden encontrar en cientos de páginas en la red con información al respecto o para su venta por correo.

Ahora conseguir Salvia Divinorum, kits para hacer ayahuasca, hongos psilocibios, o una miriada de plantas con los compuestos más curiosos resulta bastante sencillo.
Muchas de esas plantas, han tenido un uso ancestral y está bien documentado, y son por lo general bastante seguras -siguiendo las pautas que vienen marcadas por su uso tradicional- pero que no por ello son inofensivas, o hay que perderle el respeto a combinarlas o a usar extractos concentrados de las mismas.

Una de las mejores páginas en cuanto a surtido de materiales exóticos he conocido es www.ethnogarden.com que no sólo vende lo que otras páginas habituales suelen tener, sino que incluye en su selección de extractos y productos concentrados algunos casi únicos.

Venden por ejemplo un compuesto que nunca ha sido fiscalizado, pero que su precio resultaba prohibitivo, que es el muscimol extraido de la Amanita Muscaria y Pantherina. Su extracto de alcaloides, con un 90% de muscimol y entre un 5-10% de ácido iboténico, se encuentra a un precio bastante asequible de unos 80 euros por 25 miligramos o 240 euros por 100 miligramos, y pretenden bajar aun más su precio si les es posible.
Esto permite experimentar con uno de los alcaloides de efectos más curiosos, y cuyo mecanismo de acción, a diferencia de la mayoría de enteógenos, no está relacionado con la serotonina.

También tienen un importante surtido de alcaloides relacionados con uno de los vegetales que ha sufrido la prohibición en algunos países hace pocos años, y es el Kratom o Mitragyna Speciosa.
Esta planta, que se encuentra principalmente en algunos países del sudeste asiático, ha sido utilizada como sustituto del opio, y también comparte muchas de las propiedades del mismo.
Si bien no tiene opiáceos en su composición, sus alcaloides, son agonistas de los receptores opióides en el cuerpo humano. La mitragyna es su principal alcaloide, y tienen un extracto del 91% de pureza de su clorhidrato.
Incluye su catálogo, en forma de tinturas, otros dos alcaloides más, la 7-acetoxy mitragyna y la 7-hidroxi mitragyna, y un grupo de soluciones con diferentes proporciones de estos alcaloides para uso como analgésico. Todos estos alcaloides, están comenzando a ser objeto de estudio más serio ya que parecen prometedores en terapias de tratamiento de adictos a opiáceos, pero deberían ser considerados, por el momento, como research chemicals, aunque su origen sea natural.

Estos alcaloides poseen un núcleo indólico y bastante parecido con los alcaloides de la Voacanga Africana y de la Tabernanthe Iboga. De estas dos plantas también tienen sus alcaloides en venta, con un clorhidrato de ibogaína del 98% de pureza, y con un extracto con un 95% de alcaloides de la Voacanga, íntimamente relacionados con los de la iboga.
La ibogaína y su fuente vegetal, son los sacramentos del culto Bwiti, y su efecto resulta ser estimulante y enteógeno, pero con una fuerte carga de toxicidad para el cuerpo. Si bien han sido y son usados en terapias de dependencia de opiáceos, hay casos de muerte con dosis altas o muy altas de la planta o sus principios activos.

La lista de extractos y concentrados que venden es muy grande, con productos típicos como un concentrado de yohimbina, aceite esencial de ajenjo (que contiene las tujonas que hacen psicoactiva a la absenta), la teobromina del cacao (98%), la alfa asarona (98%) o el bromhidrato de arecolina (99%), etc. Todos ellos psicoactivos de una u otra clase.

Tienen dos nootrópicos, el piracetam en forma pura y un compuesto menos conocido como el fenibut, con efectos similares tanto al diacepam como al piracetam.

Como curiosidad, decir que también venden aceite esencial de sasafrás, que contiene hasta un 80% de safrol, y que resulta una de las mejores rutas para la síntesis de MDMA.
Pero suele estar siempre agotado... ¿por qué será?

Para terminar esta entrada y volviendo a su título, la etnobotánica puede brindarnos muchas cosas aún por descubrir, y bienvenido sea todo lo que amplíe el espectro de sustancias que pueden usarse para inducir cambios voluntarios en nuestro estado y conciencia, pero en el caso de algunas plantas o de formas muy refinadas de sus principios activos, de las que no existe suficiente experimentación e información, ni tienen miles de años de uso en humanos como el opio o el cannabis, cabría tratarlas como se debería tratar a los research chemicals de origen sintético.

Que la psiconáutica avanza gracias a los pasos de aquellos valientes que se atreven a explorar lo desconocido es un hecho, pero no por ello debemos aventurarnos sin las debidas precauciones.
Si una máxima heredada del derecho romano es "in dubio pro reo" (en caso de duda, a favor del acusado), aquí podríamos establecer que en caso de duda, la dosis más baja.

Siempre habrá tiempo así de ir más allá.