Los Ecig: tecnología y reducción de riesgos en el uso de drogas.
Llevo casi 30 años fumando tabaco, y
sé que el tabaco será la causa más probable de mi muerte si nada
cambia. Así de clara es mi postura frente al tabaco: sé que es un
suicidio, pero soy del grupo de personas que nos enganchamos a los
cigarrillos hace décadas y que a pesar de haber probado cientos de
drogas distintas, no había encontrado los problemas que el tabaco me
ha dado en ninguna de las otras drogas que he consumido.
Hace unos meses, tras haber escuchado
hablar de los ecig o cigarrillos electrónicos, me decidí a ponerme
en contacto con una casa de venta de estos dispositivos para
solicitarles una muestra de su producto e información.
Dos ecig: uno con batería de 900 miliamperios
más grande a la izquierda,
una batería con su cargador USB
y otro ecig con atomizador de 2'4 ml
en lugar de los 1'6 ml del modelo Go.
La primera duda que tenía era si
tenían o no nicotina: yo no quería añadir el consumo de un
producto nuevo -fuera adictivo o no- sino que mi objetivo ideal en
ese momento era no consumir nicotina a través del tabaco en
combustión. Si yo quería, tenían 3 graduaciones de nicotina
distintas en sus productos y una variedad sin nicotina. Estupendo.
La segunda duda era qué servía de
vehículo para esa nicotina con saborizantes y aromas. Es una mezcla
de propilenglicol y glicerina vegetal. La mezcla se calienta hasta
los 350 grados celsius en al atomizador mediante una batería que se
carga con un puerto USB y se aspira a través de una boquilla.
La tercera duda era más técnica sobre
el tipo de nicotina utilizada (su forma química) y resultó ser base
libre de nicotina lo que se vaporizaba mediante calor y sin
combustión. Esta duda era más técnica porque sirvió para explorar
las opciones que se podrían usar con los ecig y otras drogas.
Y la compañía me envió amablemente
una muestra de su producto para que lo probara, cosa que he hecho
durante unos meses antes de hablar sobre ello.
Distintas esencias con nicotina -o sin ella- que se pueden usar en el ecig.
¿Qué ha pasado tras la llegada del
ecig a mi vida?
El primer día que recibí el ecig de
Essenz (modelo Go) simplemente tenía la intención de probarlo y
emitir una opinión sobre él. No tenía ningún objetivo más en mi
cabeza, porque no creía que nada pudiera sustituir al tabaco que
llevaba décadas consumiendo.
Lo monté, atendí a las instrucciones
que me dieron, lo rellené con esencia de tabaco con 18 miligramos de
nicotina por mililitro de solución sabor RY4 -la nicotina es un
veneno tan potente como el cianuro potásico y una gota de nicotina
pura puede matar a un adulto- y lo probé. En un bote de esencia para ecig con nicotina de 18 mgs por mililitro y 10 mililitros, hay entre 4 y 5 dosis mortales para un adulto, y varias veces más para niños. Cuidado con quién accede a esos productos siempre!!
Era mi primera vez
engañando al cigarrillo de combustión de tabaco.
Me gustó. No era exactamente como
fumar tabaco: el vapor que inhalaba no quemaba, tenía sabor
agradable, y si bien la cantidad que ese modelo aportaba de vapor por
cada calada no era la que a mí me interesaba por mi forma de fumar,
me servía perfectamente. Y dejé estar al ecig a mi lado el resto
del día. Ante mí, tenía el paquete de tabaco y el ecig cargado.
Durante ese día fumé ambas cosas, pero me di cuenta pronto de que
si tenía a mano el ecig, no me encendía un cigarro....
Mi ecig cargado con la mezcla de esencias
-con o sin nicotina u otras drogas-
que me apetece consumir.
Quienes viven conmigo se dieron cuenta
muy rápido. No siendo fumadores, que una casa dejase de tener un
fumador dentro soltando humo de una combustión se notaba mucho...
tanto que yo mismo empecé a notar el olor a tabaco en mi ropa y la
de otras personas, cosa que nunca me había pasado.
Estaba dejando de fumar tabaco y no me
estaba dando ni cuenta.
No existía un mono o síndrome de
abstinencia a la nicotina porque seguía manteniendo la dosis
necesaria en mi cuerpo, y mientras tuviera el ecig cerca no recurría
al tabaco.
Una de las primeras cosas en donde se
notó fue en la economía: aunque el mantenimiento del ecig es más
caro de lo que parece a primera vista (baterías y atomizadores que
duran MUY POCO) resulta mucho más barato que fumar tabaco de
combustión, e infinitamente menos dañino que los miles de
sustancias generadas al someter a combustión cualquier materia
vegetal (tenga nicotina o no).
Estaba ahorrando dinero y consiguiendo
un claro beneficio para mi salud y la de los que me rodean.
La gente suele creer que lo dañino de
fumar tabaco es la nicotina, y eso no es cierto.
La nicotina es la sustancia más activa
del tabaco -no la única- que nos da su efecto estimulante o
relajante según la consumamos. La nicotina es lo que nos mantiene
enganchados al tradicional tabaco, y es la llave también para dejar
de consumirlo.
El gran daño del tabaco lo provoca la
combustión y el acto de meter el resultado de esa combustión en
nuestros pulmones.
Cualquiera puede argumentar -no sin
razón- que sería mucho más sano no inhalar nada, ni vapores ni
combustiones. Es cierto. Pero la diferencia del daño causado por el
tabaco tradicional frente al ecig como forma de autoadministrarse
nicotina es tan abismal que personajes como el especialista inglés
David Nutt augura un enorme descenso de las enfermedades asociadas al
consumo de tabaco en la próxima década gracias a los dispositivos
electrónicos como el ecig.
Al cabo de un mes, mi factura en el
estanco se notó mucho en caída libre y la estanquera me preguntó:
le conté lo del ecig y que les quitaría una buena parte del
mercado. Me dijo que no lo creía. A las dos semanas, la estanquera
también vendía ecigs en el estanco. Seguía acudiendo al estanco
porque necesito tabaco para fumar mis porros de marihuana: sé que
puedo fumarlo sin tabaco, pero me gusta con él. Pero lo que antes me
duraba una semana, ahora me duraba un mes.
Empecé a realizar mis propias mezclas
de esencias, con diferentes modelos de tabaco, de café, de menta, de
manzana, de vainilla, hasta hacerme con un grupo de esencias con las
que elaborar el sabor que me apetece fumar en cada momento, porque se
pueden mezclar entre ellas sin problema alguno.
También he tenido que acostumbrarme a
tener otro ritmo, para no quedarme sin nicotina, y tener la baterías
cargadas siempre para cuando una se acaba, poder usar otra mientras
se carga. Y he tenido que aprender a fumar-vapear de otra forma. No
es igual que un cigarro: la forma de administrarse la droga no está
marcada por el ritmo de combustión del cigarrillo sino por tu propio
apetito.
No se trata de fumar el ecig como si
fuera tabaco, sino de saber aprovechar las ventajas que ofrece.
El mantenimiento del ecig no se debe
pensar sólo en el coste de las esencias. Las baterías duran cerca
de un mes a buen ritmo, poco más o menos que los atomizadores. Y las
dos cosas juntas, son unos 25 euros. El coste de las esencias en un
fumador tipo de un paquete diario no es superior a los 5 euros a la
semana, casi el mismo coste de un solo paquete de tabaco.
Yo recomiendo como consejo de salud,
que quienes pasen al ecig NO intenten dejar la nicotina al hacer ese
cambio. Ese no es el objetivo en primer lugar: lo primero y más
importante es dejar el tabaco, no la nicotina.
Usar una dosis alta de nicotina en la
esencia permite tener que dar menos caladas, ahorrar dinero y no
sentir nostalgia ni el impulso de coger un cigarro. Mi consejo es que
el fumador se mantenga en la dosis más alta de nicotina y cuando
esté acostumbrado al ecig, que pruebe a descender en el grado que
vea conveniente.
También he de decir que si no se es
previamente fumador de tabaco me parece una estupidez comenzar a
inhalar un producto por vía pulmonar, sea el que sea, si no es por
una razón médica (como ciertos inhaladores), porque siempre tendrá
riesgos aunque sean pocos, y siempre será menos dañino no
introducir en nuestro cuerpo sustancias ajenas por vías poco
apropiadas.
A la hora de ver el ecig como un
mecanismo obvio de reducción de riesgos en el consumo de nicotina,
ha habido una pequeña tontería que ha ayudado mucho a que el ecig
sustituyera totalmente a día de hoy al cigarro de combustión en mi
vida, y es una pequeña banda de tela con un enganche que vale un par
de euros y que sirve para poder llevar colgado el ecig: de esta forma
el impulso -tan habitual del fumador- de echarse mano al bolso para
buscar el paquete y el mechero y encenderse un pitillo, se modifica
por echarse mano al pecho y darle a un botón para que nos suministre
la dosis de nicotina que deseamos.
Ese es el gasto más pequeño que he
hecho en mi vida y que mayor repercusión ha tenido sobre mi salud.
Debo reconocer que lo de poder fumar en los bares, conciertos, salas
de espera, supermercados y cines, hace el ecig un dispositivo mucho
más interesante para poder sortear las prohibiciones que hacen que
no podamos fumar en la mayoría de los lugares.
La correa atada al ecig
evita que eches mano al paquete de tabaco.
Modifica tus costumbres!!
De hecho aunque se planea regular el
uso de los ecig, el primer abordaje del asunto, a nivel nacional y no
meramente local, no contempla volver a prohibir su uso en los
establecimientos de hostelería porque que el “antiguo fumador de
tabaco” haya podido volver a entrar al bar a tomarse su café sin
tener que salir a la calle a chupar frío para administrarse nicotina
es algo que está quedando atrás y se está notando en la maltrecha
caja de los bares hispanos.
¿Además de para dejar de fumar tabaco
se pueden usar los ecig para otras cosas?
Pues sí. Los ecig son dispositivos que
calientan a 350 grados una solución para vaporizarla.
Esa misma lógica se puede aplicar con
todas las demás drogas y no sólo con la nicotina.
La primera prueba que hice, en vista de
que el solvente era propilenglicol, fue con hash de buena calidad.
Puse una bolita en una cuchara, le eché esencia de vainilla sin
nicotina (para no mezclar dos drogas) y apliqué calor con un
mechero. El hash se disolvió en la esencia dejando un poso de
materia vegetal. Tras filtrarlo (aconsejo un filtro de rueda, aunque
cueste más trabajo y dinero) lo inyecté con una jeringuilla en el
depósito del ecig. Y lo usé. Funcionaba pero poco. La principal
razón es que la cantidad de principio activo (THC) en proporción al
solvente no era suficientemente alta, pero servía para ver que
cualquier solución de cannabinoides podría usarse con un ecig si
está convenientemente filtrada para no atascar el atomizador.
Dos atomizadores ya quemados,
entre el uso y las distintas pruebas con otras drogas.
La siguiente prueba la hice con
cocaína. La cocaína tenía que estar en forma de base libre para
poder ser vaporizada sin que se descomponga cerca de los 200 grados,
con lo que perderíamos el efecto. Así que hice una pequeña base de
cocaína que posteriormente disolví con esencia y con calor. En este
caso no quedaban restos visibles y la disolución parecía limpia.
Inyecté en el ecig y usé. Perfecto. En este caso, como la
proporción de principio activo era más alta, el efecto fue similar
al de estar fumando base de cocaína sobre papel de plata, pero algo
más suave dada la proporción que usé.
Después pasé a la heroína en base
(heroína marrón), y si bien era susceptible de ser utilizada de la
misma forma, el grado de adulteración que suele traer la heroína,
con cafeína, paracetamol y demás añadidos, hacía que aunque
resultaba posible, había que concentrar mucha cantidad para percibir
los efectos.
Hice algunas pruebas con otras
sustancias que no merece la pena mencionar -para no dar más ideas-
pero que todas venían a mostrar lo mismo: si puedes disolver una
sustancia en la esencia del ecig, y esa sustancia no se descompone
por el calor, puedes usar el ecig para administrarte esa droga.
Puede tener un punto interesante a la
hora de manejar compuestos que son activos al vaporizarlos o fumarlos
pero cuya potencia en relación al peso los hace de difícil manejo,
como pueden ser los derivados alegales del fentanilo.
¿Entonces es bueno o malo?
El ecig es un dispositivo de
vaporización que se puede usar para sustituir al consumo de tabaco y
producir una notable mejoría en la salud de sus usuarios con la
administración inteligente de nicotina. No es ni bueno, ni malo.
Puede ser mejor que o peor que, pero en sí mismo es un instrumento
sin más.
Que pueda ser usado con otras drogas... ¿debe entenderse como un problema? No lo creo.
Aunque he probado su funcionalidad con
distintas sustancias no parece que resulte en principio interesante
más que como experimento, o para poder consumir una sustancia de
forma inadvertida como si fuera el consumo de la esencia. Pero no
parece -de momento y con los dispositivos actuales- que se vaya a
pasar a consumir drogas de esa forma, excepto la nicotina que por sus
características es la óptima para el dispositivo.
A día de hoy, el consejo de sustituir
el tabaco por el consumo de nicotina mediante ecig, es posiblemente
el mejor consejo de salud que le podamos dar a cualquier fumador
tradicional que esté cerca de nosotros. Y por su precio, bastante
asequible, parece el regalo perfecto para los Reyes de este año:
podéis ver dejar de fumar tabaco a personas que nunca imaginasteis
que serían capaces de lograrlo.
Estupendo juguetito el ecig, que
además evita que te jodas más la salud con el mortalmente dañino tabaco fumado mediante combustión..
A mí me ha convencido y, sin darme
cuenta, he podido quitarme del tabaco de una vez tras décadas.
Tal vez ahora pueda pensar en morir de
otra cosa que no sea de un cáncer de pulmón. :)