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domingo, 28 de septiembre de 2014

Ayahuasca y sus voces en el mundo real: Ayahuasca Conferente en Ibiza 2014


Este texto fue publicado por la Revista Yerba.
Esperamos que os guste.

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Ayahuasca Conference Ibiza 2014


Entre los días 25 a 27 de septiembre , en la conocida y soleada Ibiza, se celebra la World Ayahuasca Conference 2014. ¿En qué consiste el evento? Pues en un maremagnum de actividades, charlas, cenas y conferencias, con lo más granado del panorama ayahuasquero a todos los niveles.




El plantel es de lujo, ciertamente. Cuentan con los nombres más relevantes (y da la impresión de que están todos los que son) y con más tirón para asegurarse el éxito en un evento que no es moco de pavo. El trabajo que supone reunir a las personalidades que han confirmado su asistencia con una logística aceptable en un entorno que ayude ha tenido que ser enorme y ahora veremos los frutos.

Es cierto que las entradas resultan caras para los bolsillos de los aficionados y que eso no ayuda a expandir el conocimiento relativo a la ayahuasca. Oscilan entre los 215 euros -simplemente con el derecho a asistir a las conferencias- y los 1000 euros que incluye las conferencias, las comidas, los cafelitos, el cocktail del día 24 viendo la puesta de sol y hasta la cena de cierre con todos los ponentes, y hasta una camiseta. 

Asimismo hay una pléyade de actividades, seminarios y cursos concomitantes a la conferencia que tienen un precio aparte, con descuento para los que ya estén inscritos en las charlas al menos. Tal vez alguien no tendría problema en pagar 50 euros para poder escuchar y preguntar a algunos ponentes, pero se ve sobrepasado por el precio mínimo para acceder, y eso es una pena para muchos a quienes les gustaría asistir, si no a todo el evento, sí a algunas partes del mismo.




También es comprensible que se haga de esta forma para equilibrar en cierta forma la demanda que generan ciertos ponentes. Personas -personajes- como Antonio Escohotado llenan sin problemas aulas magnas con charlas sobre sus trabajos, sin ser específicamente asuntos de drogas, y generan una expectación que se traduce en asistencia a los eventos en los que participa. No se me ocurriría negar la relevancia del señor Escohotado, en estos asuntos y otros, pero seguramente él coincidiría conmigo en que la demanda que una figura genera sobre el gran público no siempre tiene que ver con su valor en un campo dado. 

Si Stephen Hawking diera una charla sobre productos financieros de alto riesgo en Estepona, seguro que se desbordarían las posibilidades logísticas de asistencia sólo con la demanda de medios de prensa que querrían cubrir el evento, aunque no parezca probable que la gran mente de Hawking para la física tenga mucho que aportar al mercado de riesgo de productos financieros.


Los ponentes del evento: 
¿qué y a quién escuchar 
según nuestros intereses?

Entre los ponentes tenemos todo tipo de profesionales que han establecido distintas relaciones con el núcleo del asunto: la ayahuasca.
La lista la podemos agrupar de la siguiente forma -sin que sea exhaustiva- para dar una idea bastante completa de lo que se podrá ver en la conferencia. Como Chamanes usuarios de la ayahuasca y receptores del conocimiento tradicional del brebaje (que occidente conoce desde hace menos de un siglo) tenemos al Taita Juan Bautista Agreda de Colombia, al Taita Franklin Columba de Ecuador y al Sia Kaxinawa de Brasil, jefe de la tribu Kaxinawa.


Taita Juan Bautista Agreda


Entre los químicos y etnobotánicos, tenemos a Dennis Mckenna por USA y a Glenn H. Shepard de Brasil acompañando al plato fuerte para algunos en ese campo: el ya sexagenario Jonathan Ott, que fue el brillante químico que despertó el interés del gran Richard Evan Schultes (íntimamente ligado a la ayahuasca) hasta el punto de ponerle en contacto con Robert Gordon Wasson, autor del mítico “Mushrooms, Russia and History” co-escrito con su mujer, en el que se daba a conocer a occidente el misterio que rodeaba al uso de ciertos hongos como vehículos de ebriedad sagrada para algunas culturas.


El gran Jonathan Ott


Fue también un privilegiado amigo de Albert Hofmann, padre de la LSD entre otras sustancias, que sin duda influyó de forma decisiva en las decisiones que en su carrera profesional como investigador ha ido tomando. A día de hoy, Ott es una figura algo esquiva, que vive -casi todo el tiempo con escapadas ocasionales a Barcelona entre otros lugares- en su rancho de México de forma autosuficiente (genera su propia electricidad con aun central hidroeléctrica) e investigando con nuevas plantas y compuestos con propiedades psicoactivas. Ha sido también uno de los mayores investigadores de la química de ciertas plantas, algunas usadas en varios brebajes tipo ayahuasca y su obra 'Pharmacotheon' se cuenta por derecho propio entre las imprescindibles en cualquier biblioteca que se precie sobre drogas o productos naturales. Es sin duda unos de los pesos pesados de la conferencia, historia viva.



La nómina de médicos, doctores en farmacología, psicólogos y psiquiatras con relación directa con la ayahuasca es amplia y representativa de los países más punteros en el estudio de este material.
Cabe destacar en este aspecto al Dr. José Carlos Bouso, que se encuentra entre los organizadores, y cuyos trabajos en distintas áreas, como la MDMA, la ayahuasca o el cannabis, le sitúan en un puesto preferente por derecho propio. Al mismo nivel tenemos al farmacólogo Dr. Jordi Riba, que es posiblemente el investigador en España con mejor acceso y estudios sobre la bebida enteógena.

Jose Carlos Bouso Y Sánchez Dragó


Cómo representante de la psicología clínica y del uso de la ayahuasca como facilitador del crecimiento personal -sin olvidar su potencial para superar adicciones y el conocimiento que tiene de ello- está el Dr. Manuel Villaescusa, psicólogo y terapeuta que acumula un bagaje de lo más amplio en el uso controlado de la ayahuasca como herramienta con occidentales en un contexto urbano (lejos del contexto amazónico y selvático original del brebaje). 

El doctor Manuel Villaescusa,
un auténtico experto en ayahuasca


Para no centrarme en lo mejor del cartel hispano citamos a otro gran experto, el Dr. Rafael Guimaraes Dos Santos, de Brasil, biólogo, psicólogo y farmacólogo experto en ayahuasca, que además tuvo el detalle de comentar con nosotros algunos aspectos relativos a la ayahuasca.



“La ayahuasca es una bebida enteógena de origen vegetal, tradicionalmente utilizada por grupos indígenas del Noreste Amazónico, en países como Perú, Colombia, Brasil y Ecuador. 

Aunque en el contexto indígena la ayahuasca pueda ser preparada con diferentes plantas, la ayahuasca normalmente consumida en Brasil, Perú, y en la mayor parte del mundo es preparada por la decocción de la liana Banisteriopsis caapi juntamente con las hojas del arbusto Psychotria viridis. La liana es rica en beta-carbolinas, especialmente harmina, mientras las hojas del arbusto contienen la triptamina enteógena dimetiltriptamina (DMT).

En el contexto indígena y vegetalista, en el ámbito de las religiones sincréticas brasileñas, y también en los contextos neo-ayahuasqueros, el uso de la ayahuasca siempre ha estado asociado a sus propiedades terapéuticas. En estos distintos contextos, la idea de uso terapéutico puede cambiar bastante, y el papel curativo directo de la ayahuasca, en el sentido farmacológico, poder ser más o menos enfatizado. 

En el chamanismo indígena y en el vegetalismo peruano, la ayahuasca puede ser tratada como una entidad o fuerza espiritual que ayuda el curandero en la cura mágica, pero también puede ser usada para producir vómitos y para combatir parásitos intestinales.

En el contexto de las religiones sincréticas brasileñas como el Santo Daime o la União do Vegetal (UDV), dependiendo de las circunstancias la ayahuasca puede tener un rol como bebida sacramental o como un medicamento fitoterápico para la malaria y otras enfermedades tropicales.

El doctor Rafael Guimaraes


Desde del punto de vista de la psicofarmacología, un numero creciente de estudios sugiere que la ayahuasca posee potencial antidepresivo y ansiolítico. Estudios recientes realizados por investigadores brasileños han demostrado que la harmina ha producido efectos antidepresivos en animales. Basados en estos datos, este mismo grupo de investigadores ha demostrado que la ayahuasca produce efectos antidepresivos en pacientes con depresión recurrente. Lo que es sorprendente es que la ayahuasca ha producido efectos antidepresivos de manera más rápida que los antidepresivos tradicionales: mientras estos últimos tardan cerca de dos semanas para empezar a producir el efecto terapéutico, los efectos antidepresivos de una única dosis de ayahuasca empiezan a las pocas horas tras su administración y perduran por varios días.

Estos rápidos efectos terapéuticos son de extrema importancia, ya que muchos pacientes no responden a las medicaciones tradicionales, o tardan mucho en responder a ellas. Actualmente, el grupo brasileño sigue conduciendo estudios con pacientes depresivos, pero ahora con un número más grande de pacientes e incluyendo técnicas de neuroimagen como la tomografía computarizada de emisión monofotónica (SPECT) y la imagen por resonancia magnética funcional (IRMf).

Además de efectos antidepresivos, estudios en animales y datos preliminares en humanos sugieren que las beta-carbolinas y la ayahuasca poseen también un efecto ansiolítico. En este contexto, nuestro grupo en Brasil va ha empezar un estudio con pacientes con fobia social, un trastorno de ansiedad con alta prevalencia y con limitadas opciones terapéuticas.

La ayahuasca posee diversos potenciales terapéuticos, destacando sus efectos antidepresivos y ansiolíticos. Por otro lado, aunque estos efectos sean prometedores, más estudios son necesarios para confirmarlos y para mejorar nuestros conocimientos sobre la correcta dosificación de la ayahuasca y sus potenciales efectos adversos a largo plazo. También son necesarios más estudios para investigar otros potenciales usos terapéuticos de la ayahuasca, como en el tratamiento del abuso y dependencia de alcohol, heroína, y derivados de la cocaína como el clorhidrato o la pasta base”.

Entre los antropólogos, y expertos en filosofía de las religiones, más conocidos de la conferencia encontramos a la infatigable Bia Labate por México y al reputado Josep María Fericgla, de la Fundación JM Fericgla, alma mater de la Sociedad de Etnopsicología Aplicada, institución ahora integrada en dicha fundación pero con independencia jurídica de la misma. Profesor en la Universidad de Salamanca y en la de Barcelona, promete ser uno de los platos más interesantes de las conferencias, y desde luego una de las personas que más sabe de la aplicación terapéutica de los estados alterados de consciencia, con o sin drogas como herramienta catalizadora, ya que muchas de estas experiencias pueden ser provocadas mediante el método de la respiración holotrópica que desarrolló Stanislav Grof en su práctica médica y también el Dr. Fericgla en sus talleres impartidos en España, accesibles a todo tipo de personas con interés en el crecimiento espiritual.

Bia Labate con Jonathan Ott 


El resto del listado de ponentes incluye abogados, analistas legales, personal integrado en organismos de política de drogas, así como a los responsables más conocidos de algunas fundaciones que trabajan en este campo, como puede ser Ethan Naldelmann de la “Drug Policy Alliance” de USA, básicamente financiada por el magnate de origen húngaro George Soros, que con su dinero ha apoyado un cambio de política global en materia de drogas, buscando los caminos de la legalización y regulación para esas sustancias en clara y atrevida oposición a la fracasada guerra contra las drogas y sus usuarios.

Por último incluye también a productores de cine, uno hispano y otro de Reino Unido, artistas y escritores como el ya mencionado Antonio Escohotado y el también conocido Fernando Sánchez-Dragó, que si bien sus posiciones en otros campos donde se ha expresado públicamente le han costado el manifiesto desprecio de buena parte de la comunidad que se agrupa en torno al mundo de las sustancias alteradoras de la consciencia, no se puede negar que su trabajo es relevante a la hora de analizar las experiencias y la narrativa de las drogas en nuestro país, además de haber sido un consumidor de la sustancia. 

Desconocemos si a día de hoy sigue usando ayahuasca, aunque el escritor no tiene el menor escrúpulo en relatar la interminable lista de compuestos y productos naturales que ingiere diariamente en busca de una eterna juventud que se prolongue hasta los límites de su vejez, necesaria al parecer para poder tener siempre parejas mucho más jóvenes que uno mismo y ser padre, nuevamente, a su avanzada edad.

También contamos con la presencia de un periodista, un profesional de la información, entre tanto investigador: Juan Carlos de la Cal. No sólo es un periodista de reconocida trayectoria sino que además cuenta con conocimiento de primera mano sobre la materia a tratar en este caso.

Puede parecer un tema menor, pero no lo es. El hecho de que existan buenos profesionales, con título o no de periodista, dando buena información sobre estas materias sobre drogas, más apartadas y desvinculadas del “mainstream” excepto cuando ocurre algún hecho que la prensa sensacionalista puede explotar, es clave para que la conciencia de la gente que no tiene una relación directa con las drogas o la ayahuasca pueda cambiar del tradicional “Simplemente Di No” a establecer opiniones propias en base a datos reales y no a esperpentos publicados por supuestos medios serios.

La web basura de la vendedora de engrudo pseudoliterario,
conocida como 
Cristina Amanda Tur aka Chupaporras de la pasma.


Precisamente en las mismas islas de Baleares que se celebrará la esperada conferencia, existe una pulsateclas (no la llamaría periodista por no insultar al resto) con ínfulas de moralista, tipo Carry A. Nation, que se dedica a aplaudir toda operación contra las drogas, sean cuales sean, y a profetizar el apocalipsis del vicio en sus panfletos. 

En un texto sobre ayahuasca llamado “Liana de los muertos o brebaje asqueroso” que tiene colgado en la red, hace un repaso a un caso en el que hace 3 años, unos agentes de la guardia civil de las islas participaron en una “entrega controlada” de un recipiente que contenía unos 12 litros de ayahuasca, en el que se pueden leer toda clase de aberraciones como comparar los efectos de la ayahuasca con los del estramonio, por el hecho natural de que ambas son plantas psicoactivas, como el café o el tabaco. 

Esta es la pulsateclas mencionada. Una trepa de cuidado.
Modelo periodista con escote y amigos maderos. 
La profundidad en el escote 
es inversamente proporcional 
al nivel cognitivo que alcanza.


También hace gala de su ignorancia afirmando que la ayahuasca fue prohibida -falso- debido al uso lúdico que la gente hacía de ella, cosa que parece apoyar el hecho de que durante más de 11 años no se encontrase ni usa sola dosis en un lugar como Ibiza (nada lúdico y sin relación con las drogas, como todos sabemos)

Para terminar de dejar clara su capacitación como periodista, el final del emético texto es una invitación a ir a ver otra vomitona sobre drogas en las que habla de los peligros del “Ivory Wave” o sales de baño (lo que ahora llaman “la droga caníbal” en los medios) en otro ejemplo de lo que un profesional con dignidad no haría. Esta basura es la que vende -de saldo y enseñando más carne que letras- la conocida como "CAT" o Cristina Amanda Tur, un personaje despreciable del que es mejor no tener demasiado conocimiento, aunque venda su basura escritas por debajo de 5 euros.

No subestimemos lo que la prensa y los medios pueden hacer, a favor de una correcta educación o contra quienes intentan difundirla. Aquí va una anécdota real, para terminar.

Hace unos años, uno de los ponentes de la Ayahuasca Conference 2014, fue invitado a un conocido programa de la televisión madrileña, en principio de debate intelectual sobre estos asuntos de las drogas. El programa estaba dirigido y a cargo de otro de los ponentes, Fernando Sánchez-Dragó, que hacía de moderador presuntamente.

Durante las exposiciones de cada participante salieron distintos temas, todos relacionados con las drogas, pero este invitado al programa tuvo la idea de recordarle a Sánchez-Dragó en mitad del programa que hacía relativamente poco, en otro espacio que también dirigía el mismo tipo, la presidenta del Partido Popular de Madrid, Esperanza Aguirre, se había declarado acerrima defensora de todo lo que fuera la legalización de todas las drogas. Sí, de todas, incluido el tabaco que Sánchez-Dragó defendía que fuera prohibido, supongo que en un arranque liberal de los suyos.

Aquí la conductora-master
 ESPERANZA AGUIRRE 
defendiendo la legalización 
de TODAS las drogas.


La reacción de Sánchez-Dragó no se hizo esperar: con una frase brusca y poco atenta despachó contra las cuerdas el comentario del invitado, diciendo algo así como que “eso era otro asunto”, a la vez haciendo que el responsable del montaje visual del programa saltase del plano cercano con el que enfocaba al invitado a un plano general que robaba todo protagonismo a lo que se decía y a quién lo decía. Una opción televisiva como cualquier otra. ¿Verdad?

Unos meses después, este invitado fue detenido por la policía acusándole de un delito de tráfico de drogas cuando iba a recoger un envío a correos que contenía una pequeña cantidad de ayahuasca, preparada por un chamán y enviada desde Sudamérica. 

¿Era un traficante de drogas? No. Era el mayor experto español en el uso de ayahuasca en aquel momento. Tras ese golpe, su trabajo, que había sido de los más visibles, serios, y accesibles de ese campo, pasó a ser algo inexistente o al menos vetado para quienes no pertenecieran a un círculo de confianza, dado que no parece justo pedirle a alguien que tenga que ir a la cárcel por ayudar a otros en distintos trances con una herramienta segura y de forma totalmente voluntaria. 

Se puede decir que pasó a la clandestinidad, al limbo de los amenazados por las fuerzas de inseguridad del estado en aplicación -arbitraria- de las leyes represivas sobre drogas. Donde algunos ven simplemente casualidad, otros vemos demasiada causalidad.

Y como el conocimiento no está reñido con la diversión, el final de la World Ayahuasca Conference 2014 en Ibiza, será con música, mucha música, y una fiesta final con conciertos.

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¿Habéis participado en la Ayahuasca Conference de Ibiza 2014?
Contadnos vuestra experiencia!!
:)



martes, 9 de septiembre de 2014

Mescaline Day: el día de Alexander Shulgin


Este texto fue escrito pocos días antes de que se conociera el estado terminal de Alexander Shulgin, y como una semana antes de su muerte en junio del 2014. Fue publicado por la Revista Yerba. Sirva como mi más cariñoso homenaje a uno de los mayores benefactores de la humanidad, y a su mujer Ann.
Blessings and hugs.




Del “Bicycle Day” al “Mescaline Day”


En abril de 1959, un hombre de 34 años con una habilidad casi innata para la química está a punto de hacer algo que le cambiará la vida para siempre, a él y a millones de personas después, en algún lugar de la California hippie de los USA. 




Es un hombre alto y fuerte, como un oso, de ascendencia rusa pero nacido en el país y en compañía de un amigo está delante de una cantidad entre 350 y 400 miligramos de Sulfato de Mescalina que poco antes ha sintetizado él mismo o extraído de alguna de las fuentes vegetales que contienen el compuesto. Un polvo blanco inerte que parece indistinguible de otros miles de compuestos con el mismo aspecto pero que -en esta ocasión- sí es un compuesto conocido: es un psiquedélico que aparece de forma natural en el cactus conocido como peyote (término derivado de 'peyotl', de origen indio) y en otras variedades de cactus columnares conocidos como “San Pedro”. 






Y piensa ingerirlo en compañía de una persona que se ha ofrecido para cuidarle y guiarle en lo que dura la experiencia, a la que ese hombre nunca se ha enfrentado.


Es el “Mescaline Day” de Alexander Shulgin en referencia directa al “Bicycle Day” o “día de la bicicleta” de Albert Hofmann, el padre de la LSD, ocurrido 16 años atrás y que ya es parte de la historia: el día -también de abril- en que un ser humano -su creador- experimentó por primera vez los efectos de la LSD, parte de ellos mientras pedaleaba sobre su bicicleta asustado por los sobrecogedores efectos mientras intentaba llegar a su casa, en Basilea, en una Europa asolada por la segunda guerra mundial donde tener un coche era un lujo inasequible a la mayoría.




Ese día de la mescalina, Shulgin se encontró con su razón vital y las consecuencias llegaron a todos los rincones del planeta. Shulgin ingirió el polvo blanco, comprobó su sabor amargo -costumbre que mantuvo toda su vida para “experimentar la naturaleza de la sustancia incluyendo su sabor”- que borró después con un trago de zumo y se dispuso a pasar un día viviendo una nueva experiencia en esa Norteamérica que estaba a punto de saltar a los locos años 60. Aunque había leído casi todo lo que existía sobre dicho compuesto, la experiencia no podía ser transmitida con palabras por ser superior a lo que nuestro lenguaje es capaz de describir y Shulgin no iba a ser una excepción.

La experiencia fue compleja y no se conoce tan detalladamente como la experiencia que tuvo Hofmann, pero Shulgin revela los aspectos más impresionantes de la misma en su libro PIHKAL, en un capítulo dedicado únicamente a hablar de esa sustancia y ocasión, en el que cuenta: “Vi un mundo que se presentaba a sí mismo en distintas formas. Tuvo la maravilla del color, lo que fue para mí algo sin precedentes ya que nunca me había fijado especialmente en el color. Hasta entonces el arcoíris había contenido todos los tonos que veía. Y aquí, de repente, tenía cientos de matices en los colores que eran totalmente nuevos para mí, los cuales jamás -ni siquiera hoy día- he olvidado”. 




La mescalina desplegó la belleza estética de la que suelen hacer gala sus efectos y posteriormente la parte más espiritual, reflexiva o de conocimiento interior.

De dicha experiencia Shulgin cuenta que “el más revelador de todos los pensamientos que tuve fue que todo lo que había vivido y recordado había sido provocado en su mente por una fracción menor de un gramo de un sólido blanco y cristalino, pero que de ninguna forma se podía pensar que dichos recuerdos pudieran estar contenidos dentro del compuesto. Todo lo que vi y viví procedía de de las profundidades de mi mente y mi memoria”.

Ese día Alexander Shulgin encontró su camino de conocimiento mediante la iluminación que le produjo esa mescalina. Camino que hasta el día de hoy y a poco tiempo de cumplir ya 90 años, sigue siendo la espina dorsal de su vida.



La estirpe de los grandes químicos.

El siglo XX produjo una revolución tan radical que nuestro mundo se parece poco al de hace 100 años. De lo que se sabía sobre la materia, el átomo o el ADN a mediados de siglo a lo que nosotros hemos estudiado en la escuela hay un abismo de conocimiento. 

Algunas personas parecen dotadas de forma innata para forzar grandes avances en el campo donde llegan a poner sus ojos, como intuía Hofmann mientras paseaba por los bosques de su infancia o como apuntaba el pequeño Shulgin desde niño, que en su primer set de química contaba con bicarbonato sódico y vinagre junto con algunos productos más que daban colores a sus mezclas burbujeantes. 

Con 16 años Shulgin recibe formación en Química por la Universidad de Harvard, pero no llega por casualidad sino que hacía de la química su forma de expresarse, como si de un juego naturalmente aprendido se tratara.

Su carácter especial quedó patente cuando, algo molesto por el desprecio y la prepotencia que le mostraban los chicos que estaban allí como deportistas de éxito dentro del modelo educativo de los USA y sus ligas deportivas, preparó un compuesto de mercurio que dejó en forma de una masilla gomosa que explota cuando se seca y cubrió con la masilla varios marcos de ventanas en las instalaciones de estos privilegiados “estudiantes”



La masilla se secó y voló por los aires unas cuantas ventanas del campus, como era de esperar. Cuando al actual “abuelo Shulgin” le recuerdan esa anécdota no puede sino sonreír y decir que pagó todos los daños causados. Hoy día le hubieran metido en una prisión de alta seguridad y eso lo sabe muy bien. ¿Sorprendidos? 

La idea de Walter White creando un compuesto “a medida” -y basado en mercurio- no fue de los guionistas de 'Breaking Bad' sino de un chico cabreado de 16 años.




Shulgin es un químico ante todo, como Hofmann. Mentes analíticas y con pasión por el conocimiento que se encontraron en su camino con los psiquedélicos, uno por sorpresa (o serendipia) y el otro de forma advertida, pero que antes habían mostrado sus valores como químicos en otras áreas. 

Hofmann no sólo fue el primer gran químico de las drogas psiquedélicas sino el descubridor de la estructura de la quitina (el exoesqueleto de los crustáceos) y de muchos fármacos no psicoactivos y 

Shulgin, como no podía ser menos, pronto demostró la pericia en el campo industrial, creando para la Dow Chemical el 'Zectran', que fue el primer pesticida biodegradable cuya patente reportó enormes beneficios y le dio a Shulgin la licencia para trabajar “en lo que quisiera”, lo cual es el sueño de cualquier químico. 




Pronto la ola de consumo entre los hippies de los psiquedélicos se extendió en el mundo, y el miedo y la desinformación al respecto provocó una mala imagen asociada a ese tipo de sustancias. Tanto puede influir la mala imagen de una sustancia (con o sin razón) como siguen diciendo muchos investigadores en activo, que a Hofmann y a Shulgin (salvo mayúscula sorpresa) les privó de ser nominados y recibir un premio Nobel para el que sin duda ambos tuvieron sobradas razones para haber ganado, en varios campos de la ciencia, y ellos son la historia química de los psiquedélicos en el siglo XX. 



El estigma asociado a nuestro miedo a unas sustancias trasladado a los científicos que entraban en contacto con ellas había llegado para quedarse. Hasta entonces, otros químicos probaban sustancias y contaban sus propias experiencias en revistas científicas sin estigma alguno, pero eso iba a cambiar.



Cenas del viernes noche y la cofradía FDN.


La compañía Dow Chemical había empezado a acumular patentes de Shulgin, pero tras haberle otorgado el permiso para la libre investigación, todo lo que Shulgin había producido se centraba en torno a las drogas que empezaban a tener una terrible fama por aquel entonces. 

En vista de ello, Shulgin decidió independizarse como consultor independiente en materia de química y psicofarmacología -llegando incluso a declarar, décadas después, en un juicio en España sobre la MDMA en calidad de experto de la defensa- y se convirtió en un experto que daba clases en distintos lugares y universidades de la zona, hasta el punto de ser uno de los objetos más deseados por las autoridades de los USA que hicieron lo posible para tenerle a su lado, donde estuvo trabajando en la DEA como formador y químico. 

Tanto le deseaban que Shulgin tuvo durante décadas una de las licencias más difíciles de obtener de todo el planeta: un permiso del gobierno de los USA por los que estaba autorizado a sintetizar o extraer cualquier sustancia, prohibida o no, en su laboratorio.



Muchas de esas sustancias, nunca creadas antes como la 2C-B o la DOM son hoy en día drogas prohibidas y supuestamente sin posible uso en humanos según la ley, que durante años se dedicaron a probar un grupo de valientes psiconautas en lo que llamaban las Friday Night Dinners o FND, que eran veladas organizadas por personas culturalmente interesadas en estos compuestos y que los probaban, sometidos a una serie de reglas de comportamiento básico para evitar problemas, y que hoy día son seguidas por muchos experimentadores. 

Esa cofradía de amigos que tomaban drogas y compartían experiencias crearon la hoja de ruta a seguir con muchos de esos compuestos y facilitaron a su vez, interacciones especiales entre personajes especialmente relevantes en sus campos, de donde brotarían descubrimientos para todo planeta.



La historia y los padrinos de la MDMA.


A mediados de los 70 una estudiante con la que Shulgin tenía contacto le hizo algunas observaciones sobre el “homólogo N-metilado de la MDA”. La MDA era una droga ya conocida que tenía fama de ser una droga suave y de efectos agradables, dentro del grupo de las anfetaminas de anillo sustituido y que ya había sido prohibida y también testada como arma química por el ejército de USA que mató a un hombre, inyectándole medio gramo de MDA, en su programa secreto

La nueva droga era desconocida aunque había sido sintetizada unos años después que la MDMA, su versión N-metilada de la MDA o MDMA, y resultaba que no tenía especiales propiedades en cuanto a lo que le hacía a la esfera de la percepción del mundo exterior, ya que no provoca visiones ni parece cambiar lo que nos muestran nuestros sentidos, pero a cambio parecía tener efectos desconocidos sobre la empatía humana y había resultado útil a algunas personas para enfrentar algunos trastornos con éxito.



Tras experimentar con la MDMA y a pesar de las décadas de experimentación con otras muchas drogas, Shulgin cayó rendido ante la sustancia y sus posibilidades terapéuticas. El hecho de no provocar alucinaciones, de que el viaje y su efecto solían ser sentidos siempre como positivos y manejables, y que la duración del efecto era corta, la hacían el candidato más prometedor del momento para el uso en psicoterapia. Parecía un sueño hecho realidad, una sustancia legal con la que poder tratar a personas y que aportaba algo único en todo el espectro farmacológico: parecía eliminar el miedo en las personas, el miedo a la comunicación entre sujetos, y derribar las barreras que las personas construyen a su alrededor para lidiar con el mundo, dejándolas sentirse libres por primera vez, sin tener que implicar una experiencia de “salto al vacío” como eran otras opciones existentes hasta el momento. Como dijo de la MDMA Albert Hofmann: “es una experiencia muy profunda... pero sólo en la superficie” refiriéndose a la psique humana al compararla con la experiencia de la LSD.



Desde ese momento Shulgin dedicó sus esfuerzos a difundir y divulgar la MDMA entre los círculos de psicoterapeutas, donde coincidió con dos personas que marcaron aún más su vida: su actual pareja, Ann con quien se casó en 1979, y el terapeuta Leo Zeff que fue uno de los que han recibido, junto con la pareja de Ann y Alexander Shulgin, el apodo de “los padrinos de la MDMA”



Zeff bautizó a la sustancia como “Adam” en referencia al estado de inocencia primitiva que inducía en las personas, pero el sobrenombre de “Éxtasis” le ganó la batalla cuando saltó de los pequeños círculos a los grandes mercados comerciales, que acabaron por inducir su prohibición en el año 1985 a pesar de las críticas de amplios sectores de la comunidad científica, a quienes no hicieron el menor caso, en plena época dorada de la guerra contra las drogas.


Las virtudes terapéuticas de la MDMA.

En estas décadas de prohibición han sido muchos los estudios que muestran la MDMA como útil para la terapia con humanos. Uno de los más conocidos fue iniciado por José Carlos Bouso, psicólogo -en aquel momento- en la Universidad Autónoma de Madrid, con mujeres víctimas de agresión sexual. 



A pesar de los buenos resultados, el estudio fue interrumpido por razones únicamente políticas como se denuncio en su día. Otros países -desde Israel a Canadá- han estudiado la MDMA y los resultados científicos junto con el apoyo y divulgación de ONGs como MAPS parece que han abierto la puerta a una investigación menos reprimida sobre la sustancia, que parece ser el prototipo de una nueva familia farmacológica que sería la de los entactógenos o empatógenos a la que también pertenecen otras sustancias con propiedades modificadas -menor toxicidad- como pueden ser la MDAI o la MBDB que desarrolló David Nichols, el químico, colaborador y amigo de Shulgin, que ha creado también decenas de nuevos compuestos psicoactivos para la investigación.



Veremos próximamente como las restricciones a la experimentación con MDMA se van eliminando y cómo se incorpora al arsenal terapéutico de los profesionales, que podrán contar con una herramienta que hace ya mucho calificaron como “la penicilina del alma” y con la que muchos ya contamos cono una aliada que nos facilita ocasionalmente la inspección de los aspectos emocionales de nuestras vidas. Esas virtudes sobre la empatía hacen de la MDMA algo de lo que no podemos prescindir, por nuestro propio bienestar como especie, en el que en gran medida dependemos de la capacidad para comunicarnos funcionalmente, y no sólo a nivel formal sino también debemos aprender a hacerlo a nivel emocional, que es donde la MDMA muestra todo su potencial. 

De momento, la falta de criterios científicos en la perdida guerra contra algunas drogas ha hecho que despreciemos sustancias que ofrecían posibilidades totalmente nuevas al ser humano. Ese es un error que, por suerte, parece que cambiará según muta el viejo paradigma de guerra por el que nos relacionamos con las drogas, y la MDMA parece ser la mejor candidata tras el cannabis para poner a prueba las obsoletas leyes, siendo una sustancia que -usada correctamente- aumenta la empatía y la comprensión entre los seres humanos. 

No en vano la llaman “la droga del amor”.



viernes, 20 de agosto de 2010

PIHKAL EN CASTELLANO (FRAGMENTO)

Como os habíamos dicho, la traducción de PIHKAL está en un proceso de "afinación" e interpretación a la hora de escoger los términos usados para describir ciertas experiencias, emociones, estados y sensaciones. Pues para ir abriendo boca, los traductores amablemente nos han hecho llegar un fragmento del borrador (bueno, lo envían completo pero sólo con permiso para publicar este fragmento de la introducción).

En este fragmento, Sasha -el Dr.Shulgin- da una pormenorizada argumentación de sus ideas y postulados en lo referente a las drogas, las psiquedélicas y las que no lo son, y hace una breve revisión de lo que subyace tras la semilla de la guerra contra las drogas, y lo que al fin y al cabo no es más que una guerra contra la propia libertad del individuo.




Y por lo demás, sólo queda disfrutar de las palabras, esta vez en castellano, de una de las más sobresalientes mentes de la historia contemporánea.

Esperamos que os guste.

PS: Por cierto, que no se nos olvide deciros a todos que el libro "Cocaína", editado por Amargord y coordinado por el Dr.Jose Carlos Bouso ha salido ya a la venta!! Incluye una interesante parte sobre la extracción de cocaína partiendo de hoja de coca fácilmente adquirible a manos de un viejo cocinero conocido de esta web... Lady Lovelace.
Mis felicitaciones a todos aquellos que lo han hecho posible.

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La filosofía tras la escritura de PIHKAL.

Soy farmacólogo y químico. He pasado la mayor parte de mi vida adulta investigando la acción de las drogas; cómo son descubiertas, qué son, qué hacen, de qué forma pueden ser útiles – o dañinas. Pero mis intereses se encuentran algo alejados de lo que es el grupo de conocimientos mas habituales de la farmacología, en un área que he encontrado mucho más fascinante y agradecida, y es el área de las drogas psiquedélicas.
Los psiquedélicos podrían ser bien definidos como compuestos que no son físicamente adictivos y que temporalmente alteran el estado de nuestra propia consciencia.

La opinión prevaleciente en este país (USA) es que hay drogas que tienen un status legal y que además son relativamente seguras o que tienen riesgos que son aceptables, y que hay otras drogas que son ilegales y que no tienen ningún lugar legitimo en absoluto dentro de nuestra sociedad. Aunque esta opinión es ampliamente sostenida y vigorosamente promocionada, yo creo sinceramente que está equivocada. Es un esfuerzo por pintar las cosas de blanco o de negro, cuando, en este área, como en la mayor parte de las de la vida real, la verdad es de color gris.

Dejenme explicar las razones que sustentan mi creencia.

Toda droga, legal o ilegal, nos otorga algún tipo de recompensa. Todas las drogas presentan algún riesgo. Y todas las drogas pueden ser objeto de abuso.
Finalmente, en mi opinión, corresponde a cada uno de nosotros evaluar los beneficios y los riesgos y decidir cuales son los que pesan más en cada caso.
Los beneficios incluyen un amplio espectro. Incluyen cosas como la curación de una enfermedad, suavizar el dolor físico y emocional, provocar embriaguez, y la relajación. Algunas drogas -esas que son conocidas como psiquedélicos- nos permiten una visión interior mejorada y la expansión de los propios horizontes mentales y emocionales.

Los riesgos son igualmente variados, oscilando entre el daño fisiológico y el colapso psicológico, la dependencia, y la violación de la ley. Tal y como existen diferentes tipos de recompensa para los diferentes individuos, existen también diferentes riesgos. Una persona adulta debe tomar su propia decisión sobre hasta que punto decide exponerse o no al efecto de cada droga en concreto, sea una droga adquirible por prescripción medica o sea una que esta prohibida por la ley, sopesando los potenciales beneficios y problemas con relación a su personal escala de valores. Y es en este punto donde estar bien informado juega un rol indispensable. Mi filosofía al respecto puede ser destilada en cuatro palabras: permanece informado, luego decide.

Personalmente he escogido ciertas drogas que son de suficiente valía para compensar los riesgos que conllevan; otras, considero que no resultan de suficiente valía. Por ejemplo, bebo una moderada cantidad de alcohol, generalmente en forma de vino, y -hasta el momento presente- los análisis de mi función hepática son completamente normales. No fumo tabaco. Era un fumador, de los de alto consumo, y luego lo dejé. No fueron los riesgos para la salud los que me hicieron dejarlo, sino el hecho de que me había convertido en un completo dependiente del tabaco. Eso era, según mi punto de vista, el caso de un precio inaceptablemente alto a pagar.

Cada decisión de ese tipo es asunto mio, basándome en lo que sé sobre dicha droga y lo que sé sobre mi mismo.

Entre las drogas que son a día de hoy ilegales, he decido no usar marihuana, ya que la ligera embriaguez mental y esa benigna alteración de la consciencia, no me compensan lo suficiente frente a una sensación incómoda de estar perdiendo el tiempo.

He probado la heroína. Esta droga, por supuesto, es una de las mayores preocupaciones de nuestra sociedad, a día de hoy. A mi me produce una soñadora tranquilidad, sin matices asperos de molestias, estrés o preocupaciones. Pero al mismo tiempo hay perdida de motivación, de capacidad de respuesta, y de las ganas de hacer cosas. No es ningún miedo a la adicción lo que provoca mi desinterés por la heroína; lo provoca el hecho de que bajo su influencia, nada parece ser suficientemente importante para mi.

También he probado la cocaína. Esta droga, especialmente en su famosa presentación como “crack”, es un asunto popular actualmente. A mi, la cocaína me resulta un agresivo activador, un estimulante que me da una sensación de poder y de estar completo con ello, en la cima del mundo. Pero hay al mismo tiempo la inevitable certeza, subyaciendo, de que eso no es poder realmente y de que realmente no estoy en la cima del mundo, y que, cuando los efectos de la droga hayan pasado, no habré ganado nada con ello. Hay una extraña sensación de estar viviendo un estado que es una mentira. No hay reflexión. No hay aprendizaje alguno. A su propia y distintiva manera, . la cocaína me resulta una droga de escape tanto como la heroína. Con cualquiera de ellas, escapas de lo que eres, o -siendo mas preciso- de lo que no eres. En ambos casos, recibes alivio durante un breve periodo de tiempo del tener que estar  enfrentándote a tus carencias. Francamente yo prefiero encarar mis insatisfacciones en lugar de huir de ellas; de esa forma yo encuentro, finalmente, una satisfacción muchísimo más grande.

Con las drogas psiquedélicas, yo creo que, para mi, los pequeños riesgos (alguna experiencia ocasionalmente difícil, o quizás algo de malestar físico) son más que aceptables dado el potencial que ofrecen para el aprendizaje. Y ese es el motivo por el que yo he elegido explorar este área concreta de la farmacología.

¿Qué quiero decir cuando hablo del potencial para el aprendizaje? Es una posibilidad, no una certeza. Puedo aprender, pero no estoy obligado a hacerlo; puedo obtener nuevos enfoques sobre posibles maneras de mejorar mi calidad de vida, pero sólo con mi propio trabajo y esfuerzo conseguiré los cambios deseados.

Dejenme intentar hacer más obvias algunas de las razones por las que encuentro la experiencia psiquedélica como un tesoro personal.

Estoy totalmente convencido de que existe una enorme cantidad de información incrustada dentro de nosotros, con kilómetros de conocimiento intuitivo que se encuentra cuidadosamente colocado en el material genético de cada una de nuestra células. Algo similar a una biblioteca que contiene una incontable cantidad de tomos de referencia, pero para la que no tenemos una ruta clara de entrada. Y, sin algunas formas para acceder a ella, no hay forma de empezar siquiera a indagar sobre hasta que punto llega y de que clase es la información que se encuentra allí dentro. Las drogas psiquedélicas permiten la exploración de ese mundo interior y las intuiciones sobre su naturaleza.


Nuestra generación es la primera en la historia que ha hecho de la búsqueda del autoconocimiento un delito, si esa búsqueda se realiza con la ayuda de plantas o compuestos químicos para abrir las puertas de la psique. Pero la necesidad de alcanzar el conocimiento está siempre presente, y aumenta su intensidad a medida que uno se va haciendo mayor.

Un día, mirando el rostro de una nieta recién nacida, te descubres a ti mismo pensando que su nacimiento ha creado un tapiz sin costuras en el tiempo ya que fluye desde el ayer hasta el mañana. Te das cuenta de que la vida aparece en diferentes formas y con diferentes identidades, pero que sea lo que sea aquello que le da forma a cada nueva manifestación, no cambia en absoluto.

“¿De dónde viene su exclusiva alma?” te preguntas, “Y, ¿a dónde irá mi única alma? ¿Hay realmente algo más ahí fuera, tras la muerte? ¿Hay algún propósito en todo ello? ¿Hay algún tipo de orden y estructura que haga que todo cobre sentido, o que debería hacerlo, si pudiera llegar a verlos?” Sientes la necesidad de preguntar, de investigar, de usar el poco tiempo que te pueda quedar en la vida para encontrar formas de atar todos esos cabos que quedan sueltos, la necesidad de comprender aquello que exige ser comprendido.

Esta es la búsqueda que ha sido parte del ser humano desde la misma aparición de la conciencia. El conocimiento de su propia mortalidad -conocimiento que le sitúa en un lugar distinto al resto de sus colegas animales- es lo que dota al Ser Humano del derecho, el permiso para explorar su propia alma y espíritu, para descubrir lo que pueda encontrar sobre los componentes de la psique humana.

Cada uno de nosotros, en algún momento de su vida, se sentirá como un desconocido en la tierra extraña de su propia existencia, necesitando respuestas a preguntas que han surgido de la profundidad de su alma y que no se desvanecerán una vez aparecidas.

Tanto las preguntas como las respuesta proceden de la misma fuente: uno mismo.

Esta fuente, parte de nosotros mismos, ha sido llamada de diversas formas a lo largo de la historia, y su nombre más reciente es “lo inconsciente”.
Los Freudianos desconfían de él, mientras que los Jungianos están maravillados con él. Es la parte que hay dentro de ti y que mantiene el control cuando tu mente consciente navega a la deriva, que te da el sentido de lo que debes hacer en una situación de crisis, cuando no hay tiempo disponible para el razonamiento lógico y la toma de decisiones conscientes. Es el lugar donde se encuentran nuestros ángeles y demonios, y todo lo que entre esos dos extremos puede existir.

Esta es una de las razones por las que sostengo que las drogas psiquedélicas son tesoros. Ellas nos pueden facilitar el acceso a las partes de nosotros mismos que contienen respuestas.
Pueden hacerlo, pero como dije antes, no tienen porque hacerlo y no lo harán, a no ser que esa sea la razón por la que estén siendo usadas.

Depende de ti el usar estas herramientas bien y de la forma correcta. Una droga psiquedélica puede ser comparada con la televisión. Puede ser muy reveladora, muy instructiva, y -con una cuidadosa selección de los canales- el medio por el que extraordinarias intuiciones pueden alcanzarse. Pero para mucha gente, las drogas psiquedélicas son una manera más de entretenimiento; nada profundo se esta buscando, por lo que -normalmente- nada profunda será la experiencia obtenida.

El potencial de las drogas psiquedélicas para facilitarnos acceso al universo interior, es, según yo creo, su más valiosa virtud.

Desde los primeros días de su tiempo en la Tierra, el ser humano ha buscado y usado ciertas plantas que han tenido el efecto de alterar la forma en que se interactúa con su mundo y se comunica con sus dioses y consigo mismo. Durante varios miles de años, en toda cultura conocida, ha existido un cierto porcentaje de la población -normalmente un chamán, un curandero o un hombre medicina- que ha usado esta o aquella planta para alcanzar una transformación de su estado de consciencia. Estas personas han usado dicho estado alterado de consciencia para ampliar sus habilidades diagnósticas y para hacer uso de las energías curativas que se encuentran en el mundo de los espíritus. Los lideres tribales (en civilizaciones posteriores, las familias reales) presumiblemente usaron las plantas psicoactivas para aumentar sus intuiciones y sabiduría como gobernantes, o tal vez simplemente para invocar las fuerzas de poderes destructivos y tenerlas como aliados en batallas venideras.

Muchas plantas han sido descubiertas para encajar en ciertas necesidades humanas. El dolor indeseado ha estado con la humanidad desde siempre. Tal y como nosotros hoy tenemos nuestros usuarios de Heroína (o de Fentanilo o de Demerol), durante los siglos pasados el rol de la analgesia ha estado en la planta del opio en el Viejo Mundo y de la datura en el Nuevo Mundo, solanáceas en Europa y el norte de África, como el beleño negro, la belladona, o la mandrágora, por nombrar unas cuantas. Incontables personas han usado esta forma de amortiguar el dolor (tanto físico como psíquico), lo cual implica deslizarse dentro de un mundo de ensueños. Y, aunque estas herramientas han tenido muchísimos usuarios, son una minoría los que aparentemente han abusado de ellas. Históricamente todas las culturas han incorporado estas plantas a su vida diaria, y han obtenido más beneficios que daños provenientes de ellas. Nosotros, en nuestra propia sociedad, hemos aprendido a amortiguar el dolor físico y a rebajar nuestro nivel de ansiedad con el uso médico de drogas que han sido desarrolladas imitando los alcaloides presentes en estas plantas.

La necesidad de encontrar fuentes de energía adicional ha estado con nosotros desde siempre. Y, al igual que nosotros tenemos nuestros usuarios de cafeína y de cocaína, durante siglos las fuentes naturales han sido el mate, el té, y la planta de coca del Nuevo Mundo, la planta de khat de Asia Menor, la nuez del árbol de cola en el norte de África, el kava kava y la nuez de betel del este de Asia, y la efedra en todas las partes del mundo. De nuevo, muchos tipos de personas -el campesino, encorvado bajo un montón de leña, cargando con ella durante horas a través de un sendero montañoso; el médico en tareas de emergencia que lleva dos días sin poder dormir; el soldado bajo fuego enemigo, incapaz de descansar- han buscado el empuje y acicate de la estimulación. Y, como siempre, ha habido unos pocos usuarios que han elegido abusar de este proceso.

Entonces, existe la necesidad de explorar el mundo que se encuentra más allá de los inmediatos límites de nuestros sentidos y nuestra comprensión; esto, también, ha acompañado a la humanidad desde su inicio. Pero en este caso, nuestra sociedad norteamericana no-nativa, no ha aceptado el uso de dichas plantas o compuestos químicos, que abren camino en nuestra capacidad para ver y sentir. Otras civilizaciones, durante cientos de años, han usado el peyote, los hongos que contienen psilocibina, la ayahuasca, cohoba y yagé del Nuevo Mundo, la alharma, el cannabis y el Soma del Viejo Mundo, y la iboga de África, para esta exploración dentro del inconsciente humano. Pero nuestra moderna clase médica, en conjunto, nunca ha aceptado estas herramientas para la auto-observación o para ser usadas en terapia, y por lo general permanecen como inaceptables. A la hora de establecer un equilibrio de poder entre aquellos que nos curan y aquellos que nos gobiernan, se ha llegado al acuerdo de que la posesión y el uso de estas extraordinarias plantas ha de ser un delito. Y que el uso de cualquier compuesto desarrollado en imitación a los que estas plantas poseen, aunque hayan mostrado mayor seguridad y eficacia en su acción, han de ser también constitutivos de delito.

Somos una gran nación con uno de los estándares de vida más alto jamás conocido. Estamos orgullosos de contar con una extraordinaria Constitución que nos protege contra la tiranía que ha hecho trizas a otras naciones más pequeñas. Somos ricos con la herencia de la Ley Inglesa que nos presupone inocentes y nos asegura nuestra intimidad personal. Una de las mayores virtudes de nuestro país ha sido el tradicional respeto al individuo. Todos y cada uno de nosotros somos libres -o al menos así lo habíamos creído desde siempre- de seguir cualquier camino religioso o espiritual que hayamos elegido; libres para investigar, explorar, buscar información y perseguir la verdad donde quiera y como quiera que se haya elegido, siempre que se acepte plena responsabilidad por nuestros actos y sus efectos sobre otros.

¿Cómo es que, entonces, los líderes de nuestra sociedad han tenido a bien intentar eliminar estos más que importantes medios de aprendizaje y de auto-descubrimiento, estos medios que han sido usados, respetados y honrados durante miles de años, en todas y cada una de las culturas de las que tenemos conocimiento? ¿Por qué el peyote, por ejemplo, que ha servido durante siglos como un medio para que una persona pueda abrir su alma a la experiencia de Dios, ha sido clasificado por nuestro gobierno como una sustancia de la Lista I, junto con la cocaína, la heroína y el PCP? ¿Es esta clase de condena legal el resultado de la ignorancia, de la presión ejercida por religiones organizadas, o  del interés creciente de que se fuerce la conformidad en toda la población? Parte de la respuesta puede residir en la creciente tendencia en nuestra cultura  hacia tanto el paternalismo como el provincialismo.

Paternalismo es el nombre que recibe un sistema por el que las autoridades proveen nuestras necesidades, y -a cambio- tienen permitido dictar nuestra conducta, tanto la pública como la privada. El provincialismo es la estrechez de miras, la unificación social mediante un único código ético, la limitación de los intereses y las formas de experiencia a aquellos que se encuentran establecidos como tradicionales.

En cualquier caso, los prejuicios contra el uso de plantas y drogas que producen una apertura en nuestra consciencia tienen su origen en la intolerancia racial y la acumulación de poder político. En el final del siglo XIX, una vez que el ferrocarril intercontinental había sido construido y los trabajadores chinos no eran ya necesarios, fueron progresivamente tratados como infrahumanos e incivilizados; eran amarillos de ojos rasgados, peligrosos alienígenas que frecuentaban fumaderos de opio.

El peyote fue descrito, en varias publicaciones de final del siglo XIX, como causa de asesinato, mutilaciones y locura entre los desfavorecidos Indios Americanos. La Brigada de Asuntos Indianos decidió sancionar el uso del peyote, (la cual confundía, repetidamente dicha planta con el mezcal -Nota del traductor: Género Agave-, o con la judía de mescal -Nota del traductor: Mescal Bean, Género Sophora-, en sus publicaciones), y una de las mayores presiones tras los esfuerzos por sancionar su uso se ve de forma más clara en esta cita parcial de una carta escrita por el Reverendo B.V. Gassaway en 1903 a la Brigada de Asuntos Indianos, “...el Sabbath es el principal día de nuestros servicios religiosos, y si los indios ya vienen borrachos de mescal (peyote) no pueden recibir los beneficios del Evangelio.”

Sólo tras un tremendo esfuerzo y con la valentía por parte de muchas personas se llegó a la decisión de que el uso del peyote como sacramento en la Iglesia Nativa Americana debía continuar siendo permitido. Hay ahora de forma encubierta, como ustedes sabrán, un renovado esfuerzo por parte de nuestro gobierno para conseguir eliminar el uso religioso del peyote de nuestros Nativos Americanos.

En la década de 1930, hubo un esfuerzo por deportar a los obreros mexicanos de los estados sureños con una economía basada en la agricultura, y los prejuicios raciales fueron otra vez deliberadamente promovidos, describiendo a los mexicanos como vagos, sucios, y usuarios de esa cosa peligrosa llamada marihuana. La intolerancia contra las personas afroamericanas en los Estados Unidos fue promovida e instigada mediante cuentos de uso de marihuana y heroína entre los músicos de color. Debería hacerse notar en este punto que dicho uso de drogas nunca fue motivo de atención pública hasta que su nueva música, que llamaban Jazz, comenzó a atraer la atención de los blancos -al principio solamente de los encargados blancos de los clubes nocturnos- y allí comenzó el despertar de la conciencia a la discriminación e injusticias que estaban sufriendo los afroamericanos.

Nosotros, en este país, somos todos dolorosamente conscientes de nuestros pecados pasados en lo concerniente a los derechos de varias minorías, pero somos mucho menos conscientes de la forma en que la opinión pública ha sido manipulada en lo referente a su actitud ante ciertas drogas. Nuevas posiciones de poder político y, eventualmente, miles de nuevos puestos de trabajo, fueron creados partiendo de la base del peligro que suponían para la salud pública y la seguridad ciertas plantas y drogas cuya única función era alterar la percepción, para así abrir el camino de la exploración del inconsciente, y -para muchos- permitir la experiencia directa de lo numinoso.

Los años 60, por supuesto, dieron un poderoso empujón a los psiquedélicos. Estas drogas estaban siendo usadas como parte de una masiva rebelión contra la autoridad del gobierno y lo que se creía que era una guerra inmoral e innecesaria en Vietnam. Al mismo tiempo había demasiadas voces que contaban con autoridad y que clamaban alto y claro sobre la necesidad de una nueva clase de espiritualidad, y que apoyaban el uso de los psiquedélicos para establecer contacto directo con el Dios de cada uno, sin la intervención de un sacerdote, cura o rabino.

Las voces de los psiquiatras, escritores y filósofos, y de muchos pensativos miembros del clero, pidieron que se estudiasen e investigasen los efectos de los psiquedélicos y de todo aquello que pudieran revelar sobre la naturaleza y función de la mente y psique humana. Sus peticiones fueron ignoradas en mitad del clamor contra el flagrante abuso y mal uso de dichas drogas, de lo cual existía en ese momento una más que amplia evidencia. El gobierno y la Iglesia decidieron que los psiquedélicos eran drogas peligrosas para la sociedad, y con la ayuda de la prensa, se dejó claro que ese era el camino para el caos social y el desastre espiritual.

Lo que no se mencionó entonces, por supuesto, era la mas antigua de las normas: “El individuo no se opondrá ni molestará a aquellos que ostentan el poder sin ser castigado por ello.”

He explicado algunas de mis razones para sostener el punto de vista de que las drogas psiquedélicas son tesoros. Hay otras, y muchas de ellas están hiladas dentro de la textura de este cuento. Está, por ejemplo, el efecto que tienen sobre mi percepción de los colores, que es completamente maravilloso. También está la profundización en mi compenetración emocional con otra persona, la cual se puede convertir en una exquisitamente bella experiencia, con un erotismo de intensidad sublime. Disfruto el realce de los sentidos del tacto, olfato y gusto, y los fascinantes cambios en mi percepción del fluir del tiempo.

Considero que he sido bendecido, ya que he experimentado, en cualquier caso de forma breve, la existencia de Dios. He sentido una sagrada unidad con la creación y con el Creador, y -lo que mas valoro de todo ello- he tocado el núcleo de mi propia alma.

Es por estas razones que he dedicado mi vida a este área de investigación. Algún día tal vez pueda comprender como estos simples catalizadores hacen lo que hacen. Mientras tanto, me siento en eterna deuda con ellos.
Y seré para siempre su adalid.
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FIN PRIMER FRAGMENTO