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10 razones para no leer el Huffington
Post.
Hace un par de semanas, más o menos,
despertábamos en España con un artículo (por decir algo) publicado
por el Huffington Post en su versión española, sobre el cannabis:
10 motivos por los que no mola fumar marihuana.
El texto venía firmado por un tal
Jorge Dotto, que dice ser médico, patólogo y genetista por la
gracia a Dios y de alguna universidad católica de 3ª en “la
Argentina”. No es raro, ya que las universidades católicas suelen
estar para recoger el dinero de quienes, por esfuerzo intelectual, no
pudieron llegar a la nota para cursar estudios en la universidad
civil, mucho más barata y mejor en la mayoría de lugares. Médico
debe serlo si le dieron el título, pero es más patógeno que
patólogo y más genetonto que genetista. No suelo meterme con la
gente antes de dar las razones pero en este caso, dado el volumen de
desinformación que arrastra este matasanos argentino de Jorge Dotto,
voy adelantando trabajo.
En el libelo que publica el mencionado
“periódico” digital, se aportan 10 razones para incidir en los
supuestos peligros de la marihuana, excusándose en que alguien tiene
que decir algo en contra en mitad de esta ola liberalizadora que
asola el mundo, y que el debate es bueno. El debate creo que es algo
positivo siempre, pero no cuando parte de una provocación estúpida.
Aquí las 10 razones del “médico
patólogo genetista” y una breve respuesta, ya que cada uno de los
puntos que menciona daría para contestarle con un artículo
completo.
1- No es una droga blanda o light.
Esto debe ser lo único cierto que dice
-parcialmente- en su texto. Acude a la idea acertada de que no se
pueden dividir las drogas en blandas o duras, sino que hay que hablar
de cada sustancia. Pero lo remata con una falacia: la marihuana mata
porque hay quien mata o se mata conduciendo con restos de THC en
sangre. Independientemente de que pueda haber muertos por tráfico en
los que el cannabis esté implicado, el peligro sería la conducción
de un vehículo sin estar en condiciones de hacerlo y no el motivo
por el que la persona no lo está (falta de sueño, uso de alcohol o
drogas, nerviosismo por una mala noticia, prisa desmedida por presión
laboral, etc).
2- Es la segunda causa de accidentes de
tránsito fatales.
Aquí el patógeno doctor se arranca
con una inferencia peligrosa, sobre todo para un médico. Que haya
restos de consumo de cannabis en un cuerpo, dada la farmacocinética
de sus compuestos, no se puede vincular a que la persona estuviera
bajo el efecto de la droga, en el caso del THC. Es cierto, que, tras
el alcohol, el cannabis es el segundo “tóxico” más frecuente en
los análisis (aunque no se analiza la nicotina, por ejemplo) porque
es la droga más consumida tras alcohol y tabaco, pero que haya
restos en sangre no indica que la persona estuviera bajo sus efectos.
Ocurre igual con cualquier fármaco para la ansiedad o el insomnio,
que puede ser detectado en sangre semanas después de haber sido
tomado, y eso no implica que una persona esté semanas “colocado”
con un valium.
3- Causa adicción en un 50% de las
personas que la consumen todos los días.
En este punto, no sé si enfadarme o
darle las gracias al docto doctor. Para mí una persona que consume
una droga todos los días, es un adicto a la misma. Dicho esto sin
estigma alguno en el término adicto, ya que reflejaría también a
las personas con tratamiento de corticoides, que bajo ningún
concepto pueden interrumpir su medicación de golpe o corren un
riesgo psiquiátrico grave.
Si sólo consideran adictos -a saber
con qué parámetros- a la mitad de los que fuman cannabis
diariamente, me parece una lanza a favor de la marihuana. Me gustaría
ver esas mismas tasas de adicción en los que beben alcohol
diariamente, los que fuman nicotina diariamente o los que consumen
cocaína o heroína diariamente. Por último, cuando hablamos de
adicción al cannabis, hablamos de la menos problemática de las
adicciones, dada la poca incidencia de efectos adversos al suspender
el consumo (menores que los del tabaco) y la brevedad de los mismos.
4- Es la puerta de entrada al consumo
de otras sustancias.
Bueno, aquí leemos algo que si los
editores del Huffington Post leyeran antes de publicar, hubieran
podido aconsejarle al tal Jorge Dotto que busque bibliografía
posterior a 1980, ya que se atreve a pontificar sobre este tema. La
teoría de la escalada (comienzas con un porro y acabas chutándote
heroína) es algo desechado incluso por los profesionales del campo
de las drogas que tienen sus fondos en organizaciones de corte
prohibicionista. Es una mentira que ya no es aceptada en ninguna
parte del mundo, salvo en la ultra-católica Argentina y en la
universidad donde estudio este galeno.
Si realmente existe una droga que
inicie una escalera de consumo, será posiblemente el tabaco o el
alcohol, mucho antes que un porro de cannabis. Y no hay que perder
mucho más tiempo con este punto.
5- Destruye el centro del placer en el
cerebro.
Aquí nos encontramos con una
aplicación curiosa de los estudios que hablan de cómo el abuso de
ciertas drogas, especialmente las dopaminérgicas como la cocaína o
la anfetamina, tienden a hacer que la persona valore de forma
disminuida el placer -en comparación con otros- y es frecuente que
se sufra de problemas para encontrar actividades que satisfagan fuera
del círculo del consumo.
Es una hipótesis más sobre la
plasticidad del cerebro y la bioquímica asociada a estas drogas,
pero no al cannabis. El cannabis actúa sobre los receptores
cannabinoides, que aunque interactúan con el resto de sistemas del
cerebro, no provoca la liberación de dopamina ni el bloqueo de su
recaptación desde el medio intersináptico. En esencia, el cannabis
no “toca” el tema de la dopamina. Y en realidad.... ¿vosotros
disfrutáis menos de una buena comida, una gran película, un
divertido concierto o un maravilloso polvo por fumar cannabis? Pues
eso, tonterías las justas.
6- Afecta al rendimiento escolar,
aumentando la deserción.
Aparte de hacerme gracia el término
deserción, que carga la culpa sobre el alumno, esta es otra de las
trampas estadísticas más comunes a la hora de atacar al cannabis.
Es cierto que el numero de consumidores de cannabis y otras drogas,
es mayor entre quienes abandonan a edad temprana la escuela. Pero
establecer una relación de causa (que el abandono sea por el
cannabis) no es posible, y cuando se hace es una interpretación
tendenciosa la que se da, aprovechando el estigma de las drogas para
no tener que evaluar los motivos reales por los que los jóvenes
dejan la escuela. Pero citando a Luis Cuende -asesor de 20 años de
la vicepresidencia de la UE-, “el estado actual de la educación es
como para declarar el estado de sitio” y recomienda huir de la
escuela y dar una formación a la medida de la persona. A lo mejor es
el modelo, y no los porros que se fumen al salir de clases tediosas e
impartidas por docentes desganados.
7- Aumenta el riesgo de desarrollar
psicosis.
Aquí el matasanos Jorge Dotto dice una
mentira como título e intenta arreglarlo con una frase final: “el
uso de marihuana PODRÍA ADELANTAR entre 2 y 7 años” la aparición
de una enfermedad que no se “fabrica” sino que se desarrolla, y
con tasas similares entre todas las poblaciones del planeta.
Es cierto que el cannabis, como el
alcohol, otras drogas, el estrés físico o psíquico y los factores
emocionales (pareja, familia) y laborales, pueden ser causa de debut
o brote psicótico en personas que tienen predisposición a sufrir el
trastorno. De decir en la primera linea que el cannabis desarrolla
psicosis a decir que “podría adelantarla en quien la sufra”, hay
dos mundos de diferencia.
8- Causa infertilidad masculina.
Si eso fuera cierto, seguro que
tendríamos un anticonceptivo funcional para hombres basado en
cannabis. Hay una aparente correlación entre el consumo de cannabis
y cierta reducciones en los valores de fertilidad espermáticos, pero
no te lo creas mucho: si echas un polvo sin condón, por muchos
porros que fumes, puedes dejar embarazada a la mujer. Y aunque la
mujer fume muchos porros, por eso de echar una mano con el tema,
tampoco se libra. ¡¡Con la de niños que han salido -9 meses
después- de grandes reuniones y acontecimientos cannábicos!! ;)
9- Afecta a los pulmones.
Aquí tengo que darle la razón, en
parte, al doctor. Si consumes la combustión de cualquier producto
vegetal por vía pulmonar (humo) estás metiéndote muchos compuestos
que no interesan. Pero da igual que sea tomillo que marihuana. La
combustión del tabaco o del cannabis es mucho más dañina que su
consumo por otras formas, como los e-cig o los vaporizadores para
cannabis, donde se caliente y evapora el principio activo sin
incorporar elementos no deseados. Así que doctor, póngase al día,
porque fumar es malo pero hay otras formas de administración del
cannabis, como la vía oral. El esperpéntico doctor ya no tenía a
qué recurrir para llegar a 10 razones, y meterse con la vía de
consumo fue lo que le quedaba, sin pensar que hay otras sin las pegas
que él menciona, que fueron exageradas a más no poder.
10- Aumenta el riesgo de contagio de
enfermedades de transmisión sexual.
Aquí la gran bomba informativa. El
cannabis aumenta el riesgo de contagio de SIDA, hepatitis, ébola, y
hasta piorrea si quieres: pues NO. En una jugada propia de un tahúr
de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), el matasanos
Dotto nos alecciona sobre los entornos de consumo. Y ya que eso de
los porros -a veces- se fuma antes de tener sexo, pues es lógico
deducir que como todos somos tan gilipollas como él, se nos olvida
usar un método de protección.
Sí, no es más que eso. Y a partir de
ahí, pues ya puedes elegir la lista de enfermedades que quieras
poner. Aunque tenedlo claro: fumarse un porro no es excusa para no
usar condón a no ser que ya seas un/a gilipollas de serie. Por ti y
por tus follamigas/os. Es como cuando decían que la heroína
provocaba SIDA, en lugar de decir que compartir jeringuillas
infectadas lo transmitía. Y así todo.
No resulta extraño que semejante sarta
de imbecilidades venga de un “médico argentino”. Y es que no
todos pueden ser Favaloro, como se observa en el caso de corto Jorge
Dotto por más que quiera venderse. Lo cierto es que yo no dejaría
que un tipo que se dice médico y hace semejantes razonamientos,
pusiera sus manos sobre mí o sobre cualquier ser querido, porque ha
dado claras muestras de no ser capaz de razonar adecuadamente. Y es
cierto que Argentina es el reducto prohibicionista con un background
dominado por cuestiones morales, y azuzadas por la Iglesia Católica.
En concreto el Papa Paco (muy fumado en Argentina) tiene su
particular cruzada con este tema, y es la razón por la que estos
amorfidades con título de médico llegan a ser escuchados: la
cruzada moral.
Lo que no parece que eso pueda explicar
qué cojones hace el Huffington Post publicando semejante bazofia.
Seguramente, no lo leyeron siquiera. Aunque sí explica por qué no
merece la pena leerles a ellos.