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miércoles, 22 de marzo de 2017

Chucherías con drogas para los niños.

Este texto fue publicado en el portal Cannabis.es y esperamos que os gusten las chucherías con drogas para los niños que nos prepara la farmacia.

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La cosa tiene su gracia.
Media vida viendo a los que iban ciegos de MDMA, o de anfetamina en cualquiera de sus variantes estimulantes, que no podían parar con la mandíbula quieta por el subidón, mascando chicle para “suavizar” el bruxismo generado por la ansiedad que produce, y ahora algún genio del marketing ha tenido la gran idea: “coño, vamos a ponerlos juntos y así podremos cobrar una nueva patente...”.
Exacto. De eso va este texto, de patentes y dinero. De población usada como objetivo contable, de políticas de salud y criterios médicos que se han prostituido para servir -sin esconderse demasiado al hacerlo- para servir al interés del que, al final, hace caja: la industria farmacéutica (que no es más que una de las muchas caras de la industria química).


Es importante hablar las cosas en orden, y lo primero es recordar por qué estamos aquí: por dinero.
Y que lo que en realidad importa bastante menos -no me atrevo a decir que no importa del todo- es lo que tenga que ver con la salud. Por supuesto, que nadie crea que la industria farmacéutica (entiéndase en este artículo como “los jerarcas de la BIG PHARMA internacional”) quiere personas enfermas, porque eso no es así.
Una persona enferma compra fármacos que -aquí en España- subvenciona el estado con impuestos de todos, pero una persona enferma es un cliente que “no es productivo”. Lo ideal, es conseguir una población de gente sana y feliz, y ser tú quien les des los productos necesarios. Ya, farmacia y enfermedad, hace tiempo que quedaron desvinculadas, y no pensamos que alguien esté enfermo cuando va a la farmacia a por condones o a por el anillo anticonceptivo. El modelo del cliente, sano y productivo, renta mucho más a la larga.

Y el otro gran target u objetivo, son los niños. 
¿Por qué? ¿Y por qué no? 

Todos los padres de buen corazón a quienes el médico les recomiende una medicación para un hijo o hija, se quitarán de comer si hace falta para comprarla. Si el que se lo recomienda, es un médico convencido de que está haciendo lo correcto, todo irá mucho mejor (nuestros cerebros reconocen cuando alguien dice lo que cree o miente, aunque no nos demos cuenta conscientemente). Y si rematas con un dependiente de farmacia, que ha estudiado como un animal para tener ese trabajo, y él simplemente tiene como función la dispensación del fármaco y la información referente a su uso, que también es labor del médico, complementada con el farmacéutico como apoyo.

Los niños molan.
Lo saben los de la BIG PHARMA, tanto como lo sabía Michael Jackson aunque sean lo mismo. En este caso, lo niños les molan por eso: sus padres SIEMPRE PAGAN el rescate. Así que, como empresas que son, cuando se les fueron acabando los beneficios de las patentes de los “realmente nuevos” fármacos que desarrollaban, buscaron otros nichos y dieron con el de los niños y el TDAH.
Hace 30 años, el número de niños en todo el planeta, diagnosticados de TDAH (o Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad) eran un chistecito. Yo, en toda mi vida (en entorno educativo), no creo que haya visto más de 5 casos de personas que sí necesitaban realmente una ayuda química, porque realmente tenían un problema que era INTOLERABLE y denigraba sus vidas a puntos insoportables.
Conviví -durante años- con uno de los primeros casos diagnosticados de España, en el aula y también fuera de ella. La diferencia en su caso, era como la de tener un gorila nervioso frente a ti (no era grande, era su actitud) a tener una persona amable, calmada, educada... y feliz porque no sufría.
Al resto, a los que no sufríamos de una forma desmedida y sintomática del problema que sí tenían quienes -realmente- sufren ese trastorno, nos llamaban otras cosas mas comunes: revoltosos, traviesos, superdotados, cabrones, insoportables, malditos-críos-de-mierda-quién-me-mandaría-hacerme-maestro.... etc, pero en ningún caso nos consideraban enfermos. Eso era por los años 80 en España.
Con el desembarco y abordaje de la TDAH, en USA se ha llegado a hablar de un 15% de la población que sufría ese trastorno. ¿Cómo es eso? ¿Cómo se pasa de que algo sea un trastorno (idiopático, propio e innato) muy poco frecuente, a que sea tan frecuente como es el porcentaje de personas con alguna clase de problema relacionado con ansiedad (de fobia social a insomnio)?
El porcentaje de personas que sufren un trastorno, severo y crónico, de tipo psicótico como la esquizofrenia -si no me equivoco, ya que cito de memoria- viene ser constante e igual a través de las distintas culturas, y está entre el 2 y el 3% de la población. ¿Cómo hemos pasado de que hubiera muchos menos casos de TDAH (en niños y en adultos, que fue la siguiente jugada) que de esquizofrenia y, en apenas 20 años, ahora sea el diagnóstico rey en las consultas pediátricas?
No existe una explicación cómoda y dentro del marco de la salud para este asunto, y la explicación es económica. Las enfermedades también se crean y fabrican. En este caso, se usó el TDAH para el target de los niños de la misma forma que se usa otro trastorno - que es, cuanto menos, muy dudoso para vender “la viagra rosa” o “Trastorno de deseo sexual hipoactivo premenopáusico” (flipa con el nombre e imagínalo en la boca de un médico) o, abreviando también, TDSHP para las amigas que se lo crean.
De hecho, aunque los padres no dudan en dar lo que el médico diga a sus hijos, algunos de ellos empezaron a preguntarse sobre el sentido de dar “anfetaminas” (el metilfenidato, compuesto principalmente usado en el TDAH, no es una anfetamina ni en su estructura química ni en su mecanismo de actuación, que es más parecido al de la cocaína) a niños en desarrollo, cuando la teoría siempre dice que como norma general, hasta que no se es adulto, no se deben usar drogas psicoactivas potentes, y el metilfenidato lo es. RubifenConcertaRitalin, son los nombres de esa droga que, actualmente, decenas de miles de padres dan -por orden médica- a sus hijos todos los días. Todos. Y existe un gran mercado negro de él, estimulado por la facilidad de acceso
¿Eso es peligroso para un adulto y no para un niño? ¿El uso continuado de un fármaco en edad de crecimiento, no pasa una factura que se tendrá que pagar? ¿Cuál es ese precio? ¿Qué estamos haciendo realmente al dar metilfenidato a los niños? ¿Qué hacemos? ¿Estoy haciendo bien o soy un mal padre? ¿Hago caso a la maestra y le digo al médico lo que me indicó para que drogue a mi hijo y ella se encuentre más cómoda en el aula? ¿Estamos locos o qué?
Esas preguntas, y otros cientos similares, son las que pasan por la cabeza de los padres que se informan antes de aceptar dar a su hijo -sin necesidad, porque sí hay casos necesarios- el metilfenidato. Lo de los maestros que les indican a los padres cosas, como que le pidan al médico esa medicación para el niño porque lo ha recomendado el maestro, es algo más frecuente de lo que se puede imaginar. Gente sin formación alguna para evaluar un trastorno semejante, sin tiempo para su trabajo, con un aula con demasiados niños, y que se da cuenta de que aquellos que toman “la droga de la infancia” están más tranquilos y atentos, dan menos guerra...... uy, esa droga es buena!! E inducen -a veces hasta el chantaje emocional y la amenaza- a que se les dé la droga a los niños, la necesiten o no. Esto no es broma, ni una exageración sino que pone los pelos de punta a cualquier padre que sepa leer y ver un vídeo.
Llevo años escuchando casos semejantes, que ponen los pelos de punta, pero el sistema está tan bien engrasado que -en pocos años- dar “cocaína” o anfetamina a los niños de forma crónica, se ha convertido en algo ya no normal, en algo necesario para la salud.... de los niños y de la BIG PHARMA.
Desde hace unos años, también anfetamina, sí. Aunque la anfetamina desapareció de las farmacias hace unos 20 y pico años en España, ha vuelto. Escondida, sí, pero ha vuelto. Y ha vuelto, precisamente, para los niños.... para su TDAH. Ahora se llama “lisdexanfetamina” porque es una PRODROGA que se activa ya dentro del cuerpo, evitando que se pueda esnifar. Pero una vez dentro se separa en dos cosas: lisina y dextro-anfetamina. La lisina no hace nada, y la dextro-anfetamina, es el isómero más potente y agradable de la anfetamina original. Y ya está aquí, sí.
Pero ni metilfenidato ni anfetamina son fármacos nuevos, ambos son fármacos fuera de patente ya hace tiempo, así que serían poco rentables a la industria: no cobran derechos extra. Y los de marketing y sus ideas, argumentaron que si la droga no es patentable, el método de administración sí. De esa forma, consiguieron que drogas como el metilfenidato o la anfetamina (pero también como los analgésicos, opioides, etc) fueran de nuevo muy rentables. Unos porque su producto lo liberaba durante 12 horas, otros porque el suyo se activa dentro, otros porque es con un trozo de parche que se pone en la piel, etc...
No sólo el “qué” (la sustancia) es patentable, sino el “cómo. Y es ese “cómo” el que le está dando el dinero a la BIG PHARMA en todo el mundo -occidental en su mayor parte- con sustancia que ya no eran muy rentables para ellos. El que el margen de beneficios aumente escandalosamente, las hace de nuevo rentables para ellos, a lo que como empresa reaccionan estimulando sus ventas.
¿Cómo? Más publicidad, más charlas y “congresos pagados o viajes” para médicos relevantes, más presión política y, también, presión en el ámbito científico, para hacer comulgar a base de dinero a todo el mundo “con ruedas de molino”. Y así, cambiando unas cosas en un libro llamado DSM y que usan -en exceso- los trabajadores en “salud mental” y otros criterios en otras áreas, modificando protocolos para que tu producto llegue más lejos, convenciendo a quien haga falta para que sanidad apruebe algunas indicaciones nuevas para tu droga (nuevos motivos para recetarlo a la gente), o lo que es igual, haciendo de “PHARMA-lobby” y consiguiendo el control de quien sea necesario, porque el dinero con muchos ceros todo lo puede.
Y así es como llegamos al titulo y final de esta historia.
En un último giro de tuerca, por encontrar nuevas formas de obligar a la población a usar sus productos aunque sea drogando a los menores de edad, han llegado al “chicle* con anfeta para niños”. No es coña, se llama Adzenys y viene en muchas dosis distintas y, seguramente, también en colores distintos. Especialmente diseñado para niños.... desde 6 años de edad.
Y su compuesto es anfetamina pura. Exactamente la misma por la que si te cogen con 1 pastilla, te multan y la misma que si has tomado, das positivo en los controles de drogas actuales que se encuentra en carretera. La misma que esos locos fiesteros se comían en los 80 mientras bebían ríos de cerveza, sin emborracharse apenas, y la misma que después esnifaban en los 90 mientras descubrían la empatía con el MDMA en la pista de baile. Es la misma droga, que no te mientan.
Anfetamina, sí.
Pero en chicle (patentada) y para niños desde los 6 años de edad, para que estudien bien y no den guerra en casa o a la maestra. El presidente de “Neo Therapeutics” que en este caso es la farmacéutica que lo lanza, ha dicho que “estamos lanzándola (la anfeta en chicle) a toda leche, porque va a empezar la temporada de escuela”.
Se les puede acusar de ser avariciosos, lo cual parece que en la BIG PHARMA es una norma o virtud, pero nadie puede decir que no habla claro: para vender mis chicles con anfeta, necesito que se me llene el local y que pueda hacer nuevos clientes, y eso es lo que es la escuela, una fuente de ingresos. Igual que un camello con una bolsa de pastillas de éxtasis esperando a que la discoteca se llene para hacer la noche. Pero legales, y con ayuda de todo el sistema.
Recordad, lo hacen por el bien los niños.
(*): Quien dice chicle, dice gominolas, grageas masticables, chucherías para los niños...

domingo, 15 de junio de 2008

Síntesis casera de LSD! Adictos a internet en busca de cura.


La síntesis de LSD ha sido desde hace 50 años, motivo de búsqueda y aspiración de muchos.
Las razones para ello podían variar desde haber "sufrido" una iluminación reveladora con esa sustancia, y querer compartirla masivamente con toda la humanidad, al simple afán de lucro.







No voy a decir que sea la síntesis química más difícil de la historia. No lo es.
De hecho hay muchos medicamentos que requieren síntesis mucho más complejas, y en comparación puede resultar una nimiedad.
Pero de las drogas de uso común existentes en el mercado, es posiblemente la más difícil, la que requiere de un material más preciso y unas condiciones más estrictas, por lo frágil de la molécula y lo fácil que resulta que se dé un proceso de isomerización de la misma, convirtiendo la deseada sustancia en un hermano mellizo sin actividad.

No estaba vivo en 1970, pero imagino que en aquel entonces, la información estaba restringida a los círculos en los que era relevante. No porque se escondiera, sino porque no encontrabas en el kiosko o en la peluquería revistas sobre química orgánica.
Y aquellos que en un momento dado se planteaban realizar dicha síntesis, tenían previamente una formación que nada tiene que ver con la actual de muchos que se lo plantean.

Internet, que ha sido posiblemente la creación con más repercusiones sobre la conciencia global y la visión del mundo, de todo lo creado en el siglo XX, ha democratizado el acceso a esa información.
Es una suerte, ya que facilita que cualquier curiosidad o interés pueda encontrar ámbitos de desarrollo y de información en segundos. Si eres capaz de leer inglés y tienes unos criterios mínimos de seriedad para evaluar la información que cada página ofrece, puedes acceder a conocimientos que antes estaban limitados a minorías.

Pero internet también ha traído otros males, o mejor dicho, malos usos o usos poco inteligentes, en los que muchos creen que aquello que leen es tan real en una página web de cualquier bromista que en la de una revista especializada en síntesis de fármacos -siendo además harto improbable que lean la segunda opción en lugar de la primera-.

Demasiada información puede ser tan negativa como la ausencia de ella, si no se han desarrollado recursos para aprender a discernir lo útil de lo grotesco. Y siguiendo las pautas de una sociedad que se sostiene en el consumo como mecanismo de recompensa del cerebro global, hay quien trata de la misma forma lo que internet ofrece.

¿Internet suena a droga? 
¿Malos usos y buenos usos? 
¿Aséptica en sí misma?

No es de extrañar. Incluso dentro de poco se podrá estar oficialmente enfermo por culpa del mal uso de internet. En Marzo, Jerald Block, un psiquiatra estudioso de las nuevas tecnologías, ha propuesto oficialmente, a través del American Journal of Psychiatry, que se incluya la adicción a internet como enfermedad mental en el omnipresente y todopoderoso catálogo de enfermedades mentales conocido como DSM, en su próxima edición que sería la quinta.

La presenta de 3 tipos: juego excesivo, consumo de sexo virtual excesivo, y exceso de comunicación por email y mensajería.
Las 3 variantes tienen en común varios aspectos: un uso excesivo (ya, es de perogrullo) asociado a la perdida del sentido del tiempo y abandono de otras ocupaciones primarias; un síndrome de abstinencia con reacciones de agresividad, tensión y depresión si no se puede acceder al ordenador; tolerancia (sí...) definida como necesidad de mejores y más hardware y software, y más horas de uso; y por último repercusiones negativas en el plano social que incluyen discusiones, mentiras, bajo rendimiento, aislamiento social y cansancio en otras tareas.

Por supuesto que ésto es excepcionalmente bien recibido por una industria farmacéutica que apoya y crea nuevas necesidades (en este caso enfermedades) que se puedan tratar con nuevos fármacos creando "granjas" de consumidores de sus productos... todo sea por la salud!!

Sin haber sido aún incluida en el futuro DSM-V, ya se plantean sus tratamientos (farmacológicos) y se da la alarma sobre sus peligros.
Se habla desde 10 muertes por fallo cardio-pulmonar en Korea debido al exceso de uso del ordenador, a asesinatos por cuestiones relacionadas con los juegos en red.
El cálculo (goloso, muy goloso) es que el 80% de los enfermos, que precisamente son niños y jóvenes -los clientes menos accesibles de las farmacéuticas-, necesitarán medicación, y que alrededor del 25% requerirán hospitalización.

Retomando el hilo. En cuanto ésto esté puesto sobre papel, empezarán a surgir nuevos grupos más definidos de adictos, con características más concretas.
Adelantamos uno de ellos: los "chemical role players".
¿Quien no soñó alguna vez con ser un químico que mezclaba potingues en matraces y lograba una fórmula secreta y única? La ausencia de un Cheminova en la infancia de una mente preclara tiene peores consecuencias que la falta de un Scalextric.

Esa proyección la encontramos desde hace un tiempo repetida una y otra vez en diversos sitios de internet, de cualquier idioma.
Los hay que se empeñan en hacer metanfetamina, y deciden usar el método "no tengo ni idea de cómo, pero por mis cojones que tiene que salirme". Otros apuestan por la MDMA y creen que en cocina de casa, y preguntando qué tienen que mezclar en la olla, van a conseguir la síntesis.
Pero como decía al principio la LSD es la reina, por su dificultad, aunque a veces se lean cosas como "es que es lo más habitual que hacen los universitarios para sacarse un dinerito extra".

Por supuesto que hay químicos capaces de eso y de más, pero su formación y charlas en la red nada tienen que ver con las anteriormente mencionadas.

Pero para acabar con esa frustración, un desinteresado personaje ha conseguido la primera síntesis de LSD casera con materiales al alcance de cualquiera. No sólo eso: la ha explicado y la ha ilustrado con imágenes.

Este es el texto donde lo narra...

"He estado metido en un proyecto secreto que se me ha antojado largo y tedioso, con muchas dificultades que sólo mi titánica paciencia me ha ayudado a superar.
El resultado es una increíble producción de LSD en un nuevo formato que se explicará a continuación.
Me dispongo a colgarlo aquí, ya que últimamente hay tantos usuarios interesados en la síntesis de LSD de forma casera, y yo, al haberlo conseguido, quiero compartirlo con todos vosotros. Espero ser recordado como el sucesor de Hoffman.

Aquí tenéis las instrucciones:

Lo primero de todo, reunir un costoso y puntero equipo de laboratorio, que después de estudiar miles de catálogos, aconsejo adquirir en el Toys'R'us.

Este es el equipo que he comprado, por menos de 100€. Económico, sin duda:

1º y básico. Quimicefa: 
El gran laboratorio casero de química experimental.






2º El chuchelandia. Con él conseguiremos presentar el LSD en este nuevo soporte especial que he inventado.






3º Muuuucha cerveza marca Foster.

Son la base de nuestra síntesis de LSD....



4º. El supercinexín. Para iluminar nuestras reacciones químicas con distintos tipos de luz.
Importante tener al menos una película.



Muy bien, hasta aquí ya tenemos preparado el material. Ahora deberemos montar el laboratorio. En mi caso, lo monté en la mesa camilla del salón de la casa de mi abuela. Así, en esas frías tardes de invierno, mientras trabajabas calentito arropao junto al brasero, mi abuela se entretenía viendo la novela. Así de paso la hago compañía, para que se acuerde de mi cuando haga el testamento ;)

Primer paso.

Abre un par de botellines FOSTER's, uno para tí, y otro para llenar un tubo de ensayo. Es importante realizar este paso con las persianas cerradas, a oscuras. Mejor por la noche.
La única fuente de luz que se tiene que proyectar sobre el tuvo de ensayo es la de el supercinexín (cualquier película valdrá, aunque recomiendo "los pitufos" por sus vínculos con la psilocibina, que le dará un toque triptamínico al LSD).

A continuación calentaremos la cerveza en el mechero que trae el quimicefa durante 30 minutos, añadiendo cada 5 minutos, unas virutas de chocolate de colores.


Gracias a la acción de las virutas de chocolate y la alta temperatura, las moléculas de la cerveza FOSTER mutan en moléculas de Amida de ácido lisérgico, liberando un aroma de lavanda que perfumará el laboratorio, para deleite de tu abuela (si es que te acompaña).


Paso 2:

Ya que tenemos la amida del ácido lisérgico sintetizada...


EUREKA!!!!

Continuamos con el siguiente procedimiento.

A oscuras de nuevo, proyectamos el supercinexín sobre el líquido obtenido en el anterior paso, y procederemos con una extracción ácido base.
Los reactivos que trae el CHUCHELANDIA nos vienen de maravilla para este proceso.

Echaremos un par de sobres de gelatina sabor fresa en polvo (NUNCA SABOR COLA O EL PROCESO SE ECHARÁ A PERDER) en el tubo de ensayo, para cambiar la densidad del agua, y conseguir que la amida de ácido lisérgico se cristalice, quedando precipitada al fondo.
Vaciamos el tubo sobre un plato, como si de un flan se tratase, y cortamos una rebanada de la parte superior, en la que se encuentra toda la amida de ácido lisérgico.

Este paso es muy complicado, pues se requiere que haya un sepulcral silencio en el laboratorio. Es necesario, ya que bombardearemos la muestra con ondas sónicas, silbando la melodía de los "snorkel".
Si es necesario, echa a tu abuela de la habitación. Puedes descargar la canción de internet si no la conoces, pero es imprescindible que sea silbada. Si por el contrario, la reprodujeses mediante un altavoz, o la cantases, las moléculas se deteriorarían degradándose en un derivado del ácido lisérgico, que pese a no ser lo que buscamos, podríamos utilizar para inyectárselo a nuestras plantas de marihuana, y obtener la famosa "marihuana triposa".
La melodía de los "SNORKEL".



Si hemos conseguido silbar la melodía en la frecuencia y registro correcto, la gelatina, bombardeada por las ondas sonoras, se combinará con los cristales, dejando como resultado LSD puro en líquido.

Paso 3:

Al fín tenemos LSD puro! pero no estéis de enhorabuena aún. Pese a tratarse de un poco líquido, las dosis de LSD en este formato son desorbitadas, así que necesitamos presentarlas en un soporte adecuado que nos permita controlar la dosis. Cómo? Pues de nuevo, Chuchelandia tiene la solución:

Metemos los cristales en la "goomy machine" que nos trae el chuchelandia. Añadimos jarabe de sabores, un buen puñado de hebras de plátano. Se remueve y bate todo muy bien, y lo metemos al microondas a mínima potencia durante 2 minutos (mucho cuidado que no se caliente demasiado, o el LSD se degradará. Por suerte, las hebras de plátano protegen al LSD de este efecto, aparte de colocar, como todo buen fumador sabe).


El líquido espeso resultante, se verterá sobre moldes de fantasía (agradecimientos de nuevo al chuchelandia) y se dejará secar a oscuras durante 3 horas. Después podremos desmoldar, et VOILA! Nuestros tripis caseros listos para tomar ;) Cada gominola equivale a un blotter con doble gota! cuidadín!


Mirad todo lo que he obtenido en 2 tardes. Me voy a poner fino!
AVISO: que tu hermano pequeño no lo confunda con chuches de verdad.

Bueno, esto es todo. Espero que disfruten de vuestro propio LSD puro y casero, y que hagáis un uso responsable de él.

Un cordial saludo."