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lunes, 8 de febrero de 2016

Machacas.

Este texto -ahora revisado y con algún añadido- fue publicado en VICE hace unos meses y, en vista de las veces que se pusieron en contacto con nosotros todo tipo de personas y medios (TVs y periódicos) con interés por uno u otro motivo, parece que en general gustó bastante. Esperamos que siga haciéndolo, o al menos, no dejando indiferente al lector.



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Machacas.


Antes de nada: cuando pienso qué soy, me respondo a mí mismo que soy educador. Estudié "Ciencias de la Educación" (el común Magisterio, de los maestros de toda la vida) y lo hice de forma vocacional, llevando muchos años ya trabajando en lo que se conoce como “educación no formal”.

Luego por cuestiones de la vida, el azar y las propias elecciones, pues uno acaba de camarero, o  de empleado en un todo a 100, si es que no te da antes por ponerte a vender farlopa en vista de las posibilidades laborales existentes. Pero eso no quita para que mi mirada siga siendo la de un maestro, a la hora de observar las cosas y en concreto las interacciones donde se dan aprendizajes.

Aunque tengo experiencia en el aula -no sólo con niños, también con adultos- he pasado mucho más tiempo de mi vida en otros entornos donde se produce eso que también es educación, aunque no ocurra en el contexto de una sala y una programación reglada. Uno de esos contextos, que me tiene mágicamente perplejo, es el de los hijos de los vendedores de drogas al por menor y su interacción con los personajes que pululan por sus casas.




Reconozco que he estado a punto de escribir “los hijos de los gitanos que venden drogas en sus casas” en lugar de “los hijos de los vendedores” pero, lejos de ser una cuestión semántica o de estereotipos, son los hijos de los gitanos que venden drogas de los que quiero hablar, por sus peculiares características. 

He trabajado en educación con gitanos, y la inmensa mayoría de ellos no tienen que ver con las drogas, y menos con el menudeo. Conozco más vendedores de cocaína “payos” que gitanos. Pero al mismo tiempo conozco bien los barrios marginales de las ciudades españolas y los poblados de la droga tipo Valdemingómez, y es algo que ocurre dentro de esa estructura de los “hipermercados de la droga” y otros entornos menos “híper” pero también mercados -con alto nivel de población de etnia gitana- de lo que voy a tratar.

Imaginad la siguiente escena sucediendo con total normalidad. Un niño de unos 4 años de edad entra corriendo en una habitación donde hay más de 5 personas consumiendo cocaína y heroína fumada, expulsando los vapores al aire que todos respiran. Además, lleva los cordones desatados lo que hace que en un momento dado los pise y caiga de morros, haciéndose un aparatoso corte en el labio, con mucha sangre pero sin gravedad.

Inmediatamente 3 de esas personas que estaban fumando en plata, sentados en sus sillas y cada uno a su aire, reaccionan de golpe dejando de consumir las drogas que estaban fumando, yendo a socorrer y a atender al niño. Le recogen con cuidado, le calman el llanto, le distraen, le limpian la herida con algodón y agua oxigenada -que cogen ellos mismos del cuarto de baño de la casa- y mientras esperan que venga su madre o la persona al cuidado de la criatura, le enseñan cómo atarse los cordones de los zapatos él mismo, mediante una canción que le va explicando -con sencillas figuras- cómo hacer una lazada con los dos cordones.




Seguramente si a esos tipos les llamase de golpe pedagogos, a lo mejor me soltaban 4 hostias (por si acaso), pero no dejarían de serlo. La palabra pedagogo hace referencia al esclavo culto -en comparación con el amo o con lo mejor disponible en casa- que estaba al cargo de la educación del niño, educación que incluía saber andar en lugar de gatear. El concepto luego se amplió a una educación más culta, en la medida que "amos y esclavos" lo fueran, y a una edad más allá de lo que serían los años del control motor y la bipedestación.

Esta escena que describo es algo que he vivido, de distintas formas, en distintas casas en las que había niños (de muy variadas edades) y a la vez se vende y se consume droga. Aunque no todos los lugares que conozco de este estilo, son llevados por personas de etnia gitana, en mi experiencia la mayoría lo son. También es donde existe la figura de “la gitana” y la del “machaca” aunque en ocasiones el apelativo de la vendedora de droga no tiene nada que ver con su etnia o raza. El “machaca” por el contrario, casi nunca es alguien de raza gitana.

La figura de “la gitana” -la Pantoja NO es mi gitana (copyright "El Coleta", ver vídeo)- es una institución en el yonkarreo hispano, y creo que no es posible encontrar un sólo yonki en el país que no conozca una o cien “gitanas”. Es la que “sirve” (vende) y la que manda en la casa: su voz es ley. 

También es la que normalmente se desplaza a coger pequeñas cantidades de droga, si es que queda desbastecida, al lugar donde guardan o distribuyen más porque al ser mujer, existe menos probabilidades de que sea cacheada por la policía, de forma rutinaria (porque si quieren, te paran y hacen venir una agente a que te cachee). 

A pesar de estas arriesgadas funciones, con un fuerte estrés asociado, las “gitanas” suelen soportar a la vez íntegramente el peso de la casa. Eso incluye a “los churumbeles” y la cocina para toda la familia, en lo que se ve ayudada -si hay- por las demás mujeres de la familia y las mujeres de los hijos de la familia, que suelen vivir inicialmente en casa de los padres. Los varones no entran en la cocina más que para coger algo de la nevera, si no le "piden" a alguna de las mujeres que se lo vaya a buscar.

Para poder soportar el peso de ese trabajo, cuentan con la figura del “machaca”, que es una especie de esclavo moderno que cobra en droga -comida y techo en ocasiones- su tiempo y trabajo. El pago promedio para un machaca de bajo nivel es de 1 micra de droga (cocaína, heroína o mezcla) cada 6 horas de trabajo. Lo justo para que no lo pase mal por abstinencia, pero muy lejos de poder pasarlo bien. 




Y sus labores incluyen la atención a los niños en primer lugar (y de máximo interés para sus padres), la conducción del coche de la familia (al estilo de las trabajadoras del hogar en USA), ir a hacer la compra (cada vez que a alguien se le antoja algo), controlar a los compradores que van pasando a la casa y todas aquellas funciones que tenga a bien otorgarle “la gitana”. 

No voy a entrar en lo cuestionable del asunto contractual que une ambas figuras, sino en la interacción educativa que esto produce. Porque estos yonkis que ayudan en la crianza y la casa por unas micras de droga, son lo más parecido que encuentro a la figura del pedagogo-esclavo clásico.

Dado que no se trata de una interacción puntual, la cotidianidad de este roce entre niños gitanos en ese entorno y payos consumidores de droga, es una interacción educativa de primer orden, para bien o para mal. Seguramente muchos pongan el grito en el cielo al pensar lo que digo: ¡¡drogas y niños juntos no, por Dios!! 

Yo tampoco soy nada partidario de que haya niños cerca de las drogas, y eso incluye a los padres fumando tabaco y a los bares donde se sirve alcohol. Pero la realidad -como decía Rajoy- es terca. 

En mi ciudad, cuando yo era estudiante universitario, existían ya 2 grupos de educadores que habían empezado a usar “conceptos del mundo de las drogas” para explicar las matemáticasSí. Mientras que a ti en clase te decían “si tienes 3 peras y valen 5 pesetas cada una, cúanto valen las 3 peras?” a ellos lo mismo pero con “micras”. ¿Y que son micras? Pues micra es el nombre común que se da en la compra de drogas y que expresa 1/10 de gramo, normalmente de unos 5 ó 6 euros de precio a día de hoy.

El enunciado de uno de los problemas que vi entonces decía algo así (problema de examen):

Tenemos una hoja de cuaderno que mide 30 cm. x 15 cm. y que vamos a usar para hacer papelinas. Cada papelina mide 25 cm2. ¿Cuántas papelinas podrás hacer con 1 hoja de cuaderno?

Si cada papelina vale 1000 pesetas pero debes pagar 500 pesetas por cada una, ¿qué ganancia te queda?

En su día el asunto dio mucho que hablar en los círculos donde se comentan estas cosas, pero es cierto que se daban esos abordajes en barrios muy conflictivos por el número de niños que, de una forma u otra, tenían un mejor manejo de los términos del mundo yonki que de los clásicos problemas de trenes para las matemáticas. Y funcionaban. 

Tal vez no fuera el mejor de los objetos para hacer operaciones, pero los niños aprendían a operar con números, que al fin y al cabo era el objetivo de la asignatura. 




Eso ocurría en educación formal en un colegio estatal y, personalmente, creo que es algo a aplaudir, sobre todo por el coraje necesario para dar semejante paso a pesar de las represalias subsiguientes. En esos mismos barrios, había niños de menos de 6 años que jugaban a “servirte droga” en papelinas donde te echaban azúcar por cocaína, y detergente por heroína. Hasta conocían la costumbre de regalar una “puntita” (una cantidad mínima de heroína) para “manchar” la base de cocaína. Nada agradable, pero real.

Estos adictos, con funciones de "pedagogo", que se integran en la estructura de la familia hasta hacerse a veces imprescindibles (o incluso más importantes que la propia “gitana” en ocasiones) son los que juegan para entretener a los niños, les leen cuentos, les corrigen los deberes o les ayudan en las redacciones, les ponen bien la ropa, muchas veces les vigilan mientras juegan en el parque y les van a comprar aquello que a los niños se les antoja y que sus padres -casi siempre- otorgan al instante. 

Todo ello a cambio de un poco de droga, algo de comida y -en algunos casos- un colchón y un cuarto donde poder dormitar. Como dicen muchos de ellos: mil veces mejor que la cárcel, y no les falta razón.

No es que sustituyan a la figura materna, para nada: la madre siempre es omnipresente, aunque no esté casi nunca "como madre". Mencionar a “la gitana” como recurso en una situación complicada, es como mencionar la soga en casa del ahorcado: llegará y hará justicia, no siempre de la forma más justa, aunque siempre de forma expeditiva y tajante. Pero son estos “machacas” los que en buena parte van educando al niño, como antes educaban los tíos o los abuelos que pululaban por las casas familiares.

Siempre me llamó la atención que es precisamente a “la gitana” a la que se la priva de una posibilidad de aprendizaje, incluso de este nivel básico, ya que una amplia mayoría no saben lecto-escritura ni cálculo básico. No sólo la mujer es retirada antes de la escuela en la mayoría de los casos, sobre todo para que no “ande con chicos”, sino que es integrada y asumida por la familia como una más para trabajar, en todo lo que la familia trabaje. Esto es ampliable a su posición tras el matrimonio en la mayoría de los casos. 

Trabajar, pero no conocer suficiente para saber de "letras y números", aunque algunas saben algo de cálculo sin saber lecto-escritura. Y aunque en ocasiones ellas mismas te dicen “me tienes que aprender a leer, a escribir y números” y es una loable cosa el hacerlo, es un punto peligroso a tocar: no siempre todos en la familia están de acuerdo en que “la Gitana” sepa tanto. Sobre todo de números.

Aunque se nos olvide a menudo, la educación es el único arma capaz de cambiar profundamente las cosas, cambiando a mejor a las personas. A todas.



Nota: el autor no tiene nada contra los gitanos ni contra los payos, vendan droga o no, consuman droga o no. El objetivo de este texto es tan sólo hacer notar una interacción educativa muy poco conocida -y menos visible- por el común de las personas.


lunes, 3 de agosto de 2015

10 razones para no leer el Huffington Post

Este texto fue publicado en el portal Cannabis.es y esperamos que os guste.

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10 razones para no leer el Huffington Post.


Hace un par de semanas, más o menos, despertábamos en España con un artículo (por decir algo) publicado por el Huffington Post en su versión española, sobre el cannabis: 10 motivos por los que no mola fumar marihuana.

El texto venía firmado por un tal Jorge Dotto, que dice ser médico, patólogo y genetista por la gracia a Dios y de alguna universidad católica de 3ª en “la Argentina”. No es raro, ya que las universidades católicas suelen estar para recoger el dinero de quienes, por esfuerzo intelectual, no pudieron llegar a la nota para cursar estudios en la universidad civil, mucho más barata y mejor en la mayoría de lugares. Médico debe serlo si le dieron el título, pero es más patógeno que patólogo y más genetonto que genetista. No suelo meterme con la gente antes de dar las razones pero en este caso, dado el volumen de desinformación que arrastra este matasanos argentino de Jorge Dotto, voy adelantando trabajo.

En el libelo que publica el mencionado “periódico” digital, se aportan 10 razones para incidir en los supuestos peligros de la marihuana, excusándose en que alguien tiene que decir algo en contra en mitad de esta ola liberalizadora que asola el mundo, y que el debate es bueno. El debate creo que es algo positivo siempre, pero no cuando parte de una provocación estúpida.




Aquí las 10 razones del “médico patólogo genetista” y una breve respuesta, ya que cada uno de los puntos que menciona daría para contestarle con un artículo completo.

1- No es una droga blanda o light.

Esto debe ser lo único cierto que dice -parcialmente- en su texto. Acude a la idea acertada de que no se pueden dividir las drogas en blandas o duras, sino que hay que hablar de cada sustancia. Pero lo remata con una falacia: la marihuana mata porque hay quien mata o se mata conduciendo con restos de THC en sangre. Independientemente de que pueda haber muertos por tráfico en los que el cannabis esté implicado, el peligro sería la conducción de un vehículo sin estar en condiciones de hacerlo y no el motivo por el que la persona no lo está (falta de sueño, uso de alcohol o drogas, nerviosismo por una mala noticia, prisa desmedida por presión laboral, etc).


2- Es la segunda causa de accidentes de tránsito fatales.

Aquí el patógeno doctor se arranca con una inferencia peligrosa, sobre todo para un médico. Que haya restos de consumo de cannabis en un cuerpo, dada la farmacocinética de sus compuestos, no se puede vincular a que la persona estuviera bajo el efecto de la droga, en el caso del THC. Es cierto, que, tras el alcohol, el cannabis es el segundo “tóxico” más frecuente en los análisis (aunque no se analiza la nicotina, por ejemplo) porque es la droga más consumida tras alcohol y tabaco, pero que haya restos en sangre no indica que la persona estuviera bajo sus efectos. Ocurre igual con cualquier fármaco para la ansiedad o el insomnio, que puede ser detectado en sangre semanas después de haber sido tomado, y eso no implica que una persona esté semanas “colocado” con un valium.


3- Causa adicción en un 50% de las personas que la consumen todos los días.

En este punto, no sé si enfadarme o darle las gracias al docto doctor. Para mí una persona que consume una droga todos los días, es un adicto a la misma. Dicho esto sin estigma alguno en el término adicto, ya que reflejaría también a las personas con tratamiento de corticoides, que bajo ningún concepto pueden interrumpir su medicación de golpe o corren un riesgo psiquiátrico grave.
Si sólo consideran adictos -a saber con qué parámetros- a la mitad de los que fuman cannabis diariamente, me parece una lanza a favor de la marihuana. Me gustaría ver esas mismas tasas de adicción en los que beben alcohol diariamente, los que fuman nicotina diariamente o los que consumen cocaína o heroína diariamente. Por último, cuando hablamos de adicción al cannabis, hablamos de la menos problemática de las adicciones, dada la poca incidencia de efectos adversos al suspender el consumo (menores que los del tabaco) y la brevedad de los mismos.


4- Es la puerta de entrada al consumo de otras sustancias.

Bueno, aquí leemos algo que si los editores del Huffington Post leyeran antes de publicar, hubieran podido aconsejarle al tal Jorge Dotto que busque bibliografía posterior a 1980, ya que se atreve a pontificar sobre este tema. La teoría de la escalada (comienzas con un porro y acabas chutándote heroína) es algo desechado incluso por los profesionales del campo de las drogas que tienen sus fondos en organizaciones de corte prohibicionista. Es una mentira que ya no es aceptada en ninguna parte del mundo, salvo en la ultra-católica Argentina y en la universidad donde estudio este galeno.
Si realmente existe una droga que inicie una escalera de consumo, será posiblemente el tabaco o el alcohol, mucho antes que un porro de cannabis. Y no hay que perder mucho más tiempo con este punto.


5- Destruye el centro del placer en el cerebro.

Aquí nos encontramos con una aplicación curiosa de los estudios que hablan de cómo el abuso de ciertas drogas, especialmente las dopaminérgicas como la cocaína o la anfetamina, tienden a hacer que la persona valore de forma disminuida el placer -en comparación con otros- y es frecuente que se sufra de problemas para encontrar actividades que satisfagan fuera del círculo del consumo.
Es una hipótesis más sobre la plasticidad del cerebro y la bioquímica asociada a estas drogas, pero no al cannabis. El cannabis actúa sobre los receptores cannabinoides, que aunque interactúan con el resto de sistemas del cerebro, no provoca la liberación de dopamina ni el bloqueo de su recaptación desde el medio intersináptico. En esencia, el cannabis no “toca” el tema de la dopamina. Y en realidad.... ¿vosotros disfrutáis menos de una buena comida, una gran película, un divertido concierto o un maravilloso polvo por fumar cannabis? Pues eso, tonterías las justas.

6- Afecta al rendimiento escolar, aumentando la deserción.

Aparte de hacerme gracia el término deserción, que carga la culpa sobre el alumno, esta es otra de las trampas estadísticas más comunes a la hora de atacar al cannabis. Es cierto que el numero de consumidores de cannabis y otras drogas, es mayor entre quienes abandonan a edad temprana la escuela. Pero establecer una relación de causa (que el abandono sea por el cannabis) no es posible, y cuando se hace es una interpretación tendenciosa la que se da, aprovechando el estigma de las drogas para no tener que evaluar los motivos reales por los que los jóvenes dejan la escuela. Pero citando a Luis Cuende -asesor de 20 años de la vicepresidencia de la UE-, “el estado actual de la educación es como para declarar el estado de sitio” y recomienda huir de la escuela y dar una formación a la medida de la persona. A lo mejor es el modelo, y no los porros que se fumen al salir de clases tediosas e impartidas por docentes desganados.


7- Aumenta el riesgo de desarrollar psicosis.

Aquí el matasanos Jorge Dotto dice una mentira como título e intenta arreglarlo con una frase final: “el uso de marihuana PODRÍA ADELANTAR entre 2 y 7 años” la aparición de una enfermedad que no se “fabrica” sino que se desarrolla, y con tasas similares entre todas las poblaciones del planeta.
Es cierto que el cannabis, como el alcohol, otras drogas, el estrés físico o psíquico y los factores emocionales (pareja, familia) y laborales, pueden ser causa de debut o brote psicótico en personas que tienen predisposición a sufrir el trastorno. De decir en la primera linea que el cannabis desarrolla psicosis a decir que “podría adelantarla en quien la sufra”, hay dos mundos de diferencia.


8- Causa infertilidad masculina.

Si eso fuera cierto, seguro que tendríamos un anticonceptivo funcional para hombres basado en cannabis. Hay una aparente correlación entre el consumo de cannabis y cierta reducciones en los valores de fertilidad espermáticos, pero no te lo creas mucho: si echas un polvo sin condón, por muchos porros que fumes, puedes dejar embarazada a la mujer. Y aunque la mujer fume muchos porros, por eso de echar una mano con el tema, tampoco se libra. ¡¡Con la de niños que han salido -9 meses después- de grandes reuniones y acontecimientos cannábicos!! ;)


9- Afecta a los pulmones.

Aquí tengo que darle la razón, en parte, al doctor. Si consumes la combustión de cualquier producto vegetal por vía pulmonar (humo) estás metiéndote muchos compuestos que no interesan. Pero da igual que sea tomillo que marihuana. La combustión del tabaco o del cannabis es mucho más dañina que su consumo por otras formas, como los e-cig o los vaporizadores para cannabis, donde se caliente y evapora el principio activo sin incorporar elementos no deseados. Así que doctor, póngase al día, porque fumar es malo pero hay otras formas de administración del cannabis, como la vía oral. El esperpéntico doctor ya no tenía a qué recurrir para llegar a 10 razones, y meterse con la vía de consumo fue lo que le quedaba, sin pensar que hay otras sin las pegas que él menciona, que fueron exageradas a más no poder.

10- Aumenta el riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sexual.

Aquí la gran bomba informativa. El cannabis aumenta el riesgo de contagio de SIDA, hepatitis, ébola, y hasta piorrea si quieres: pues NO. En una jugada propia de un tahúr de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), el matasanos Dotto nos alecciona sobre los entornos de consumo. Y ya que eso de los porros -a veces- se fuma antes de tener sexo, pues es lógico deducir que como todos somos tan gilipollas como él, se nos olvida usar un método de protección.
Sí, no es más que eso. Y a partir de ahí, pues ya puedes elegir la lista de enfermedades que quieras poner. Aunque tenedlo claro: fumarse un porro no es excusa para no usar condón a no ser que ya seas un/a gilipollas de serie. Por ti y por tus follamigas/os. Es como cuando decían que la heroína provocaba SIDA, en lugar de decir que compartir jeringuillas infectadas lo transmitía. Y así todo.


No resulta extraño que semejante sarta de imbecilidades venga de un “médico argentino”. Y es que no todos pueden ser Favaloro, como se observa en el caso de corto Jorge Dotto por más que quiera venderse. Lo cierto es que yo no dejaría que un tipo que se dice médico y hace semejantes razonamientos, pusiera sus manos sobre mí o sobre cualquier ser querido, porque ha dado claras muestras de no ser capaz de razonar adecuadamente. Y es cierto que Argentina es el reducto prohibicionista con un background dominado por cuestiones morales, y azuzadas por la Iglesia Católica. En concreto el Papa Paco (muy fumado en Argentina) tiene su particular cruzada con este tema, y es la razón por la que estos amorfidades con título de médico llegan a ser escuchados: la cruzada moral.

Lo que no parece que eso pueda explicar qué cojones hace el Huffington Post publicando semejante bazofia. Seguramente, no lo leyeron siquiera. Aunque sí explica por qué no merece la pena leerles a ellos.






viernes, 24 de abril de 2015

FLAKKA... la neodroga caníbal.

Este texto fue publicado primero en VICE Spain y posteriormente traducido a inglés, italiano y portugués para VICE a nivel internacional, y publicado bajo pseudónimo como Alex Shulmann. Esperamos que os guste.

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La Flakka.


Hace unos tres años -una noche en el ordenador- me empezaron a llegar imágenes de un tipo arrancando la cara a otro a mordiscos. En aquel momento me quedé aturdido, porque no ocurría en un remoto lugar donde se siguiera practicando el canibalismo: ocurría al lado de una autovía en USA. Fueron las primeras noticias del que ahora es conocido -muerto ya- como el “Caníbal de Miami” y que aunque las drogas no tenían nada que ver en el asunto, tuve el presentimiento de que algo así iba a ser usado en el juego mediático contra las drogas y sus usuarios.

Era sencillo el planteamiento. ¿Qué hay que pueda explicar que una persona coma la cara de otra que está viva y tenga “resistencia sobrehumana” a las balas? Las drogas, está claro. Y en USA más todavía. La prensa pronto empezó a hablar de un drogadicto bajo los efectos de... ¿de qué? Algunos de los primeros reportes -de vecinos de la zona en las teles locales- hablaban de crack, pero existe crack suficiente en cualquier ciudad de USA como para saber de sobra que no provoca canibalismo. Entonces se buscó otro candidato (se llegó a mencionar hasta el “krokodil ruso”) y la cosa acabó aterrizando en una oscura denominación: “bath salts” o sales de baño.

La víctima, antes y después.


¿Qué droga es la sal de baño? Ninguna, pero algunas de las neodrogas legales que van supliendo al mercado -sin ser nuevas en realidad- se habían distribuido bajo ese disfraz, porque aun siendo legales como sustancias (no prohibidas) presentaba menos problema esa presentación. También se usó el formato de “abono para plantas” e incluso el de “inciensos”, pero lo de las sales de baño parece que gustó más. En una semana podíamos ver en todos los lados textos sobre las temibles “sales de baño” y muchas veces eran ilustrados con imágenes de lo que serían sales de baño reales, aumentando la histeria en un país muy poco ilustrado en drogas y acostumbrado a asustar a los habitantes como forma de control. Y eso creó las “sales de baño” como drogas.

Claro, los forenses y la gente “de ciencias” empezaron a preguntarse cómo era posible que los medios hubieran determinado que había una droga en el cuerpo del atacante y además, cuál era. No cuadraba porque no se tenían esos datos aún. Así que los medios empezaron a especular -porque como sale gratis da igual- con cuál de las sustancias en concreto podía ser, y la ganadora que nada tenía que ver, fue la MDPV o metilenodioxipirovalerona.

Hoy la sustancia ya es conocida como “droga caníbal” por la gran prensa basura. Semanas después llegaron los resultados de la autopsia completa: el atacante “caníbal” murió a balazos y no tenía resto alguno de droga en su sangre. Nada tenía que ver ninguna droga, pero daba igual: a los pocos días había todo tipo de vídeos en Youtube sobre la “droga caníbal” (aunque en ninguno se observa droga alguna) y sobre gente que había intentando comerse a otros en un ataque de locura provocado por esa supuesta droga. Gente como zombis a lo “The Walking Dead” que salían de bajos de las casas, desorientados y enajenados. Sucios sí, pero zombís no eran.

Yo hacía años que había probado la MDPV y reconozco que no me pareció una buena sustancia para ponerla en las calles: era un estimulante que te incitaba a redosificarte excesivamente por la ansiedad que creaba, y cuando subías las dosis el escenario en el que te metías no era placentero. Probada y desechada para mi uso personal. Aunque ni yo, ni ninguno de los que habíamos probado la MDPV, hubiéramos tenido ganas de comernos a nadie a bocados. Era otra fantasía más de la “war on drugs” pero quedaba marcado en esa memoria colectiva -del desconocimiento sobre drogas- del público en general.

¿Y qué tiene que ver todo eso con la Flakka?

Todo y nada: la flakka sólo es el nacimiento de otro mito inducido por los medios sobre las drogas.
En este caso, la cosa arranca cuando hace pocos meses alguien cuelga un vídeo de una persona, una mujer joven de raza negra, a quien se ve que se pone bajo la lluvia al lado de una valla, y se mueve, baila, parece agradecer al cielo que le mande agua y ciertamente tiene un comportamiento algo extraño, pero nada en principio que no se pueda achacar a la idiosincrasia de las personas o a otros factores de salud mental. No es la única persona que disfruta de un buen chaparrón de agua sin miedo, y no por eso alguien está loco o drogado. 

Pero el vídeo se colgó con el título de “Flocka is destroying USA” y parece que creó escuela. En poco tiempo, los nuevos sucesos que implicaban a personas con comportamiento errático empezaban a ser calificados de casos de la nueva droga, que ya había cambiado su nombre de flocka a flakka, y algún medio norteamericano ha especulado con que el nombre viniera de la expresión latina de “la flaca” que todos tenemos en nuestra memoria musical.

Los medios hablan y muestran gente que aparecía desorientada o hiperactiva, en un estado mental alterado, con un discurso incoherente y con fuga de ideas, gente que se quitaba la ropa y corría por el medio de la calle por la hipertermia que sufrían, gente con reacciones paranoides de miedo, y de nuevo la “fuerza sobrehumana” que siempre aparece en los reportes de la policía de USA para explicar que tal o cual persona tuvo que ser reducida por un número incontable de agentes, o de balas.

Aunque de momento no tenemos una confirmación forense de que en ninguno de esos sucesos haya intervenido una droga, los medios de nuevo han cogido la idea y han asignado una nueva sustancia candidata, la alfa-PVP o alfa-pirrolidinovalerofenona, una droga creada hace décadas que tiene un hermano mayor que a muchos les sonará más: Katovit. El Katovit era un fármaco estimulante -de la función mental- que combinaba un principio activo con algunas vitaminas, que los estudiantes usaron hasta el año 2001 de forma generosa porque, tras la retirada de la anfetamina de la farmacopea (y mercado negro) en España, fue el único estimulante de farmacia que se podía conseguir sin receta. La droga del Katovit era el prolintano, y esta “nueva droga” rebautizada por los medios como Flakka, es el prolintano más un solo átomo de oxígeno. De hecho a la alfa-PVP se le puede llamar químicamente betacetona-prolintano o “katovit oxigenado”, y para los no entendidos en química es como tener el mismo coche al que le has cambiado una rueda: hace básicamente lo mismo con alguna diferencia, para mejor o para peor. Aunque poner un oxígeno en una molécula no suele aumentar su potencia, sino al revés; como ejemplo el átomo de oxigeno de la efedrina que al ser retirado (reducción) se convierte en la mucho más potente metanfetamina. Es así como se buscan las drogas: se encuentra una activa, y se explotan las posibles modificaciones en la molécula para conseguir otros compuestos que hagan más o menos lo mismo, pero con menos dosis, o mayor duración.




Al prohibirse de forma oficial la MDPV (y otras similares), una de las muchas que podían venir a ocupar su puesto era la alfa-PVP porque venía a ser lo mismo sin un grupo químico (metilenodioxi) y había quedado fuera de la prohibición al no ser un análogo en sentido estricto para la química. Así que los vendedores de “legal highs” la cogieron por bandera de reemplazo, y los medios están haciendo lo propio: reemplazando su antigua campaña de la “droga caníbal” por una más nueva.

Así que si a partir de ahora escuchas hablar de “la flakka”, ya no es la conocida canción de Jarabe de Palo, sino la nueva histeria sobre drogas con propiedades casi mágicas como la fuerza sobrehumana (aunque al final le detuvieron) o la resistencia a las balas (aunque al final lo mataron a balazos). Aunque he consumido muchas veces -y en generosas dosis- el prolintano del Katovit y la MDPV, no he probado la alfa-PVP y no tengo especial interés en hacerlo. Pero si lo fuera a hacer, aplicaría el mismo criterio que con otras sustancias, me informaría, buscaría cómo analizar la droga y poder tomar la dosis que yo crea correcta: sin más miedos a escenas caníbales o similares.

Si bien es totalmente cierto que las actuales campañas contras las drogas se lanzan así desde los medios, eso no quiere decir que no haya ninguna verdad en ellas. La hipertermia (que puede llegar a ser mortal), la ideación paranoide, las alucinaciones no agradables en las que el sujeto se defiende de enemigos imaginarios o incluso las de alguien que puede atacar al creerse en peligro, son reacciones que encajan con lo que sería una dosis muy alta de estimulantes. No hay apenas diferencia entre lo que es una sobredosis de MDPV y una de alfa-PVP, drogas viejas desechadas por los viejos laboratorios farmacéuticos que el mercado de la prohibición ha convertido en las neodrogas. Sustancias mucho más peligrosas que las drogas clásicas y que no estarían en manos del gran público que las quiera comprar, porque nadie compra un sustituto de una droga teniendo a su alcance la original a la que imitan.

Gracias a la prohibición de las drogas, ahora cualquier chaval puede acceder a miles de sustancias que de otra forma no hubiera accedido, pero con menos información, más mitos, mentiras y secretismo. Las neodrogas como “la flakka” matan más que las de la vieja escuela, pero lo hacen de forma legal: un gran avance para la sociedad.





Para saber más sobre esta familia de sustancias -algunas prohibidas, otras vendidas en farmacia y otras legales- y tener una imagen visual de la similitud química entre ellas, aquí pueden leer un texto del año 2008 sobre el tema del autor.


lunes, 2 de marzo de 2015

Entrevista a Cuende: '¿Cuándo di permiso al gobierno para inhabilitar mi cerebro?'


Esta entrevista con Luis Iván Cuende fue publicada en elbitcoin.org.
Esperamos que os guste.

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“Tengo 18 años y ni estudio ni trabajo: 
monto empresas


Hace unas semanas, en Twitter, vi un comentario sobre un libro que había escrito un chaval con un título sincero pero extraño: “Tengo 18 años y ni estudio ni trabajo: monto empresas”. 
Me interesé por lo que pude ver y eché un vistazo a su autor: Luis Iván Cuende. Y sí, tenía 18 años...en ese momento.

Me resultó interesante lo que pude leer sobre él, en entrevistas y ver en algunos vídeos, y sobre todo su Timeline http://life.luisivan.net/ en su web. 

Acostumbrado a leer currículos hinchados -algunos por ego y otros por intentar llegar más lejos de lo que se puede- el suyo me parecía exagerado. Fundaba empresas siendo menor de edad, ganaba concursos al mejor hacker de menos de 18 años cuando sólo tenía 15 -en su primera convocatoria- y afirmaba haber fracasado muchas veces. 
¡Y también que era consejero del vicepresidente de la Comisión Europea! 




Pero cada punto que comprobé era real, así que sólo me quedaba una cosa: pedirle un entrevista. Lo hice -le eché cara al asunto- y accedió amablemente a que le cuestionara un poco todo eso que contaba.

Aquí os dejo lo que ha brotado de unas conversaciones realmente interesantes que hemos mantenido durante días -con distinta suerte en los tiempos- y que ahora dejamos en un formato más legible para todos. 




“Me parece muy triste que una persona,
 con 18 años, no tenga claro qué tiene que hacer en la vida.”


Symposion: Voy a ser honesto y voy a dejar la primera pregunta que me surgió cuando me hice una imagen sobre ti con lo que leí en internet. Pensé qué preguntarle a un chico que lo tiene todo tan claro y que no pudiera haberlo experimentado por edad (me equivoqué al calcular un poco) y lo que me vino a la cabeza era sobre los nuevos derechos que había adquirido al cumplir la mayoría de edad. Luis, ya tienes 18 años. ¿Crees que votarás? Y en caso de que así sea... ¿te has planteado ya a quién? ¿Cómo se ve el asunto desde los ojos de un chico de 18?

Luis Iván Cuende: Tenía muchas ganas de poder hacerlo, siempre me había sentido discriminado por no poder votar. Ya he votado en las europeas, y no tengo ningún problema en decir que ha sido al Partido Pirata. Para mí es un requisito para votar a un partido que defienda la democracia directa.

Soy anarquista y por ello a veces me dicen que si no me parece hipócrita que participe en la vida política. Yo creo que hay goles a corto y largo plazo, y aunque los goles a largo sean mucho más grandes,hay que empezar por pequeños cambios dentro del sistema.


S: ¿Anarquista o minarquista? ¿Te has mirado bien al espejo?

Cuende: Anarquista, no creo que ningún tipo de estado deba existir. Al igual que Noam Chomsky, pienso que para alcanzar pequeños cambios a corto plazo se debe usar el sistema ya existente.


S: ¿Te leerías el programa del partido antes de votarles?

Cuende: ¡Claro! Creo que es importante informarse. Es como comparar entre distintos productos a la hora de comprar. Sólo que esto no se queda en una decisión individual, sino que tiene consecuencias a gran escala. Por ello, me fascina la gente que haciendo gala de su profunda ignorancia vota al PPSOE. [Nota para residentes fuera de España: el PPSOE es el apodo que reciben ahora de forma conjunta, los dos grandes partidos: PP y PSOE]


S: ¿Entonces te leíste el programa del Partido Pirata antes de darles tu voto? ¿Qué fue lo que más te gusto del mismo y lo que menos?

Cuende: ¡Sí! Claro que lo leí. Lo que más me seduce del programa es la democracia directa. 
Lo que menos... ¡que no lo conoce nadie!


S: ¿Qué pasaría en un sistema anarquista/sin estado con un asunto como un problema de salud tipo un brote de ébola?

Cuende: Nada en particular. El anarquismo no es anarquía, se crearían organizaciones y se lucharía contra este tipo de cosas, aunque de una forma mucho más descentralizada.


S: ¿Qué hace un sistema, entiendo que sin una "autoridad o desgobierno central" ante algo así?

Cuende: Siempre lo digo: depende. 
El anarquismo no es un sistema definido con puntos y comas, y menos el que yo defiendo. Es simplemente un marco ideológico, pero no define cómo debes gestionar tu comunidad o qué hacer
en determinados casos.


S: Vale. Pero cuando no hay “estado”, ¿cómo se gestionaría algo así?

Cuende: Habría investigadores, que se coordinarían de manera descentralizada usando Internet. Todas las comunidades estarían conectadas, así que sabrían lo que ocurre y podrían luchar contra ello y cooperar, o no.



“Falta determinación : 
falta chocar contra todo el sistema,
salirte de él y poder elegir tu camino.”


S: Al documentarme sobre ti te he leído decir que para que algo salga bien sólo hace falta que se junten unos cracks con un objetivo común, buen rollo, pizza y bebida energética. ¿No es una combinación difícil de manejar, cuando los cracks en general sois personalidades muy individualistas?

Cuende: Sí, es muy complicado. La palabra crack casi lleva la palabra ego implícita, y hay muy pocos casos en los que no sea así. Lo interesante es cuando una serie de cracks se dan cuenta de que pueden crear algo exponencialmente mejor si trabajan juntos. 
A veces hay que dejar a lado el ego y estar de igual a igual con personas que te pueden aportar mucho, sobre todo si puedes aprender de ellas.


S: ¿Y qué os pasa con la puñetera cafeína a los hackers que tanto os gusta a algunos?
¿Conoces los riesgos del consumo de esas bebidas energéticas?

Pues que hacemos muchos hackathones y hay que mantenerse despierto, supongo! 
Sí, conozco muy bien los riesgos, de hecho no tomo café y las bebidas energéticas quedan reservadas sólo para ocasiones muy especiales.
También soy fan de la cerveza, sobre todo la 0'0 (sin alcohol).




S: Conozco muchos hackers que prefieren el cannabis y otros la cerveza con alcohol y que no usan cafeína, pero ya puestos... ¿qué opinión te merece el régimen de prohibición sobre las drogas?

Cuende: Defiendo la liberalización de las drogas - no tiene sentido prohibir sólo por "proteger". 
No me gusta que los gobiernos piensen por sus ciudadanos. 
¿Cuándo le he dado yo al gobierno la libre elección de inhabilitar mi cerebro?


S: ¿Qué te resultaba más sencillo comprar con 17 años, whisky o cannabis?

Cuende: La verdad es que nunca he consumido ni whisky ni cannabis -aunque sí he probado el alcohol- así que no te puedo decir. Lo que sí que veo es que comprar alcohol es tremendamente sencillo, mientras que otras sustancias igual de peligrosas para la salud están bastante perseguidas. Hay mucho lobby detrás. 


S: ¿Qué opinión te merece un lugar como Silk Road? ¿Conoces el currículo de Ross Ulbricht, el joven acusado de montar el primer Silk Road que los USA van a juzgar en breve?

Cuende: Me parece genial Silk Road. 
Sí, conozco el caso de Ulbricht. El gobierno siempre querrá frenar este tipo de lugares en la red. 
No interesa que cualquiera pueda adquirir drogas o armas. Si todo el mundo tuviera un arma, podría haber revueltas mucho más grandes de las que hay ahora. 

Hoy en día haces una manifestación, e incluso teóricamente debes pedir permiso antes, lo cual es de dictadura total.  Y todo se acaba cuando llegan los cuerpos opresores del estado con sus porras y pistolas. Pero, ¿y si los manifestantes tuvieran porras y pistolas también? Seguro que ningún opresor se atrevería a pegar un porrazo a pobres señoras o a abrir la cabeza a inocentes niños. Comprar drogas, armas, libros; la libertad equilibra la balanza de poder y ellos no quieren.


S: ¿Cómo valoras tú la capacidad de ser anónimo en internet cuando así se desea? 

Cuende: Es genial. Poder abrir Tor y que nadie ni nada pueda saber quién eres de verdad me parece maravilloso. Sí, tiene usos que me parecen deleznables (pornografía infantil, por ejemplo) pero también permite que un nuevo abanico de revoluciones sociales ocurran. Siempre están los típicos que no tienen ni idea de Internet hablando de que no debería ser posible ser anónimo porque se pueden hacer cosas "negativas".

La pregunta es: ¿qué es negativo y qué positivo? ¿Quiénes son los gobiernos para imponer sus
reglas morales como el estándar a obedecer?


S: ¿Cuándo fue la primera vez que escuchaste hablar del Bitcoin?

Cuende: Creo que en 2011... pero tampoco le dediqué mucho tiempo, me pareció curioso pero sin más. Hasta que pasaron un par de años y leí el paper, y desde entonces soy un fan total.


S: ¿Cuándo fue la primera vez que adquiriste BTC? ¿Cómo? ¿Has minado o eres minero?

Cuende: Finales de 2012 si mal no recuerdo. No, nunca he minado, excepto cuando estuve tonteando un poco con Bitcoin en 2011. Mis primeros Bitcoins los compré en Bitstamp. 


S: ¿Qué fue lo primero que adquiriste o pagaste con BTC?

Cuende: No recuerdo muy bien si te digo la verdad... sé que cuando estaba trasteando con Bitcoin en 2011 hice algunas pruebas con los pocos servicios que había en aquella época, pero ya algunos ni existirán.


S: Como conocedor del Bitcoin a fondo y programador... ¿dirías que es la creación de una persona o de un grupo de personas? ¿Es Satoshi Nakamoto una persona sólo o son un grupo de personas bajo un apodo?

Cuende: La verdad es que no lo tengo nada claro... lo más normal sería que fuese un equipo, porque el trabajo es impresionante y desarrollar todo esto sólo siendo una persona es una locura. Pero luego miras el código de la primera release e indica más bien que ha sido una persona.
Pero ya sabes, siempre se puede jugar mucho... puedes hacer parecer que ha sido sólo una persona para ocultar que ha sido un equipo, y viceversa :)


S: Sin la existencia de Bitcoin, Silk Road y similares no hubiera podido desarrollarse? ¿Qué crees que pasará, ahora que el bitcoin existe? ¿Qué puertas nos ha abierto?

Cuende: Es un nuevo mundo. Puede ser el fin de los estados si nosotros queremos.
¿Qué ocurre si todos usamos Bitcoin? Los estados no recibirían impuestos, y acabarían disminuyendo su poder contra la población.

Bitcoin es la herramienta que faltaba para poder llegar a un mundo de comunidades autogestionadas distribuidas. Internet + Bitcoin es el mix perfecto. Pero hay un problema, y es que Internet puede ser tirado abajo por el sistema, aunque no les interese ya que casi dependen de él hoy en día. Y también pueden atacar Bitcoin. Una empresa como Nvidia podría dictar lo que ocurre en la red Bitcoin si quisiera meterse en el tema.


S: Supongo que conoces los mercados P2P que están ahora mismo como beta, ya con alguna venta de tipo testing y alguna cosilla más: OpenBazaar y BitXBay. Algunos dicen que son mercados que sólo tienen el uso de vender bienes ilegales, pero otros dicen que su potencial es enorme. ¿Qué futuro les ves?

Cuende: No creo que su única finalidad sea la venta de productos ilegales. Lo descentralizado nos da libertad. Nos da la libertad de no tener que depender de una empresa o un gobierno. Creo que mucha gente por lo general no se dan cuenta de lo mucho que la libertad importa.




“Cada vez leemos menos.
Leemos tuits de 140 caracteres 
y nos cuesta leer un libro de 500 páginas”.


S: Me gusta tu idea de que los profesores sean asistentes de la formación del educando en lugar de ser líderes de su educación pero, ¿qué pasa con todos aquellos que se ven forzados a ocupar el mismo aula pero que no desean estar allí?

Cuende: ¿Te refieres a los profesores o a los alumnos?


S: Entiendo ambos lados. Entiendo un maestro o profesor frustrado con un grupo que no tiene interés alguno salvo excepciones que, como en tu caso, se aburren hasta morir. ¿Entonces qué hacer con ellos?

Cuende: Con los profesores, convertirles en advisors, tutores que puedan estar ahí ante alguna inquietud de sus alumnos. Con los alumnos, creo que darles un papel activo donde sean ellos mismos los que decidan qué aprender, cómo y cuándo, usando los recursos comunes de las escuelas y el trabajo en equipo.


S: He visto profesores de 65 años y 40 de experiencia sufrir depresiones por tener que suspender a todo un curso mientras en otra clase del mismo nivel había sólo uno o dos suspensos: eso apuntaba al alumnado en vez de al profesor. Pero también en he visto futuros maestros en 2º curso en la universidad, que no sabían lo que era la ONU.
¿Cómo se sale -pragmáticamente- de ese punto?

Cuende: Yo directamente pararía todo tipo de educación formal y de títulos estandarizados y dejaría que el sector se auto-regulase. Surgirían bastantes cooperativas educativas con distintas formas de educar, y también empresas a las que les importaría que sus clientes (alumnos) estuviesen bien contentos. Me gusta la educación pública porque cualquiera puede acceder a ella, pero su estado actual es como para declarar el estado de sitio.

Otra cosa que deberíamos hacer sería no atontar a nuestra juventud con el fútbol, la Play y Justin Bieber. Pero claro, si se divirtiesen aprendiendo no se meterían a perder el tiempo así.


S: ¿Sí tuvieras un hermano de 12 años, por ejemplo, a punto de entrar en el instituto a hacer la ESO, qué le dirías? ¿Qué consejo le darías?

Cuende: Tengo dos hermanas más mayores, así que siempre he sido el pequeño, pero le diría que, si no está a gusto, no está obligado a ir. Si algún día me dice que no quiere ir porque se vaya a aburrir, o simplemente porque tenga que madrugar y le moleste, le dejaría que se quedara en casa e hiciera cosas más productivas con su vida.
La verdad es que de hecho, si tengo hijos, pienso o llevarlos a una escuela con un planteamiento completamente distinto o hacer homeschooling [no escolarizarles y educarles en casa]




“Una vez que se le echa cara a la vida
 en general, en todos los aspectos, 
todo te va bastante mejor”.


S: Oyéndote hablar con esa seguridad puede que a muchos les suenes audaz, pero seguro que a otros cuantos les sonarías prepotente. Ponte en la situación de que alguien te dijera, por ejemplo, ¿quién coño eres tú para opinar con esa ligereza sobre tener armas o usar drogas, si no has tenido armas ni has usado drogas?

Cuende: Bueno, se llama argumentar. No hay por qué haber vivido algo para opinar, simplemente hay que conocerlo y tener un poco de cabeza y abstracción.


S: La abstracción ayuda a planificar y prever, a imaginar, pero el mundo no es una ecuación predecible. ¿Quién eres tú para decir que no hace falta haber vivido, si no has vivido aún? ¿Cómo puedes estar tan seguro de cosas que reconoces no conocer, como las drogas o las armas?

Cuende: Lo mismo que lo anterior. Claro que las conozco, pero no he querido vivirlas porque simplemente no he tenido la necesidad o he decidido no hacerlo. 


S: ¿No te has planteado que hay cierta artificialidad en tu discurso en ese aspecto al menos? ¿O que la gente lo puede percibir así?

Cuende: La gente lo puede percibir así, es cierto. Pero es un riesgo que debo correr para dar a conocer mis ideas.




S: ¿Qué opinas de lo que como realidad se nos sirve en los medios de masas como la televisión, radio y grandes periódicos? ¿Cómo pasamos del affair de la Gripe-A al del Ébola? ¿Cómo saltamos de la Guerra del Golfo con Sadam a ISIS?

Cuende: La verdad es que no creo en casualidades, y me hacen mucha gracia las casualidades mediáticas. La forma en la que siempre las noticias son creadas para fortalecer la opinión pública del sistema, o incluso noticias de movimientos alternativos son publicitadas con el objetivo de formar una ilusión de libertad.


S: ¿Cómo ves la evolución de la sociedad en el plazo medio-largo de 10 ó 20 años?

Cuende: La sociedad actual puede tomar dos caminos en las próximas décadas: convertirse en una sociedad libre, donde todo poder esté justificado, o convertirse en una distopía completamente totalitaria y dirigida por gobiernos y multinacionales.


S: ¿Y de las dos opciones, cuál es tu previsión sobre la más probable?

Cuende: Soy algo pesimista... pero creo que debemos hacer algo para no acabar en una completa distopía.


S: En un momento has dicho que lo que pudiera creer la gente de ti era un riesgo que “debías correr para dar a conocer tus ideas”. ¿Compensa abrirse tanto ante un público desconocido y que juzga duramente e incluso premia la mediocridad? ¿De verdad quieres ser tan transparente en esos aspectos? ¿No temes que algo de todo lo que dices acabé volviéndose contra ti en el futuro?

Cuende: Es una buena pregunta. Lo he pensado a veces. ¿Conviene tanto dar a conocer cómo de verdad pienso? De momento creo que sí, que puede hacer que otros piensen parecido.

Algún día algo de lo que he dicho se volverá en contra mío, seguro, pero al final el haberlo dicho merece más la pena que todos los perjuicios que me pueda ocasionar.

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Muchas gracias por la entrevista, Cuende. ;)