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viernes, 16 de octubre de 2015

Sacando drogas del baúl de los recuerdos: la MBDB

Este texto fue publicado en VICE y esperamos que os guste.


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La MBDB.

¿Qué droga -de las que conoces- no es fácil de conseguir y te encantaría volver a tener a mano?

No es fácil pensar en alguna droga que fuera más fácil conseguir en el pasado que ahora, con la desmedida oferta que tenemos de sustancias legales e ilegales. Me vino a la cabeza por un momento el Khat, una planta que contiene un estimulante de uso común en ciertas zonas de África y que aparecía entre los bienes de los piratas que asaltaban el barco de Tom Hanks en “Náufrago”. Fue interesante tomarla, pero no fue una experiencia magnifica que quisiera repetir y no pudiera hacerlo; fue divertido y curioso. En UK donde era legal y muy barata hasta hace poco, se hacían batidos (puag) con la planta entera y se los bebía antes de salir de casa a modo de "MDMA natural".

Pero no eran esas plantas medio mustias que viajaron -desde Yemen a UK y de UK a Madrid. El mejor recuerdo lo tengo de una sustancia totalmente sintética, que surgió en el mercado cuando empezaron las restricciones y prohibiciones que pondrían en problema el abastecimiento de MDMA: la MBDB o Edén.




Edén, no parece una mala descripción para sus efectos. Dice la RAE que edén, aparte del paraíso primigenio antes de la desobediencia de Adán y Eva, es un “lugar muy ameno y delicioso”. Y el nombre, quien quiera que se lo puso -ya citado en 1991 por Shulgin en PIHKAL junto con el nombre de Metil-J que le puso Sasha- había tenido contacto con sus efectos. Resulta algo complejo describir los efectos sin caer en los tópicos propios de la MDMA, porque son realmente similares, pero no iguales. Su creador es el avezado químico David Earl Nichols, padre de otras sustancias psiquedélicas como la MDAI. También quien acuñó el término “entactógeno” que describe el efecto de estas sustancias, que tienen como característica común el facilitar el contacto profundo entre sujetos -o con partes poco accesibles de uno mismo- a nivel emocional.

En una ocasión que me preguntaba un conocido psiconauta por la diferencia entre ambas, la metáfora que resultó más oportuna fue la siguiente: “Imagina como te sientes cuando, tras meses o años de espera y trabajo, estás en una gran noche a punto de acostarte por primera vez con una pareja que has deseado de forma intensa. Esa sensación, con todo lo que tiene de estimulante, sería la MDMA. 

Ahora imagina como te sientes cuando ya has pasado la intensa emoción de 'estar a punto de' y reposas al lado del cuerpo de tu pareja deseada, tras un par de orgasmos mágicos: eso es la MBDB!!

¿Te gusta más que el éxtasis o MDMA? Sí. Me gusta mucho más, o mejor dicho, me gustó mucho más. ¿Dónde la puedo comprar? ¿Tengo que irme a los recónditos mercados de la darknet y pagar con Bitcoin para no ser rastreado? 

Pues creo que, a día de hoy, no tengo fácil respuesta para ello. Ni tampoco una explicación que me convenza, sobre la falta de esta droga en el mercado negro o blanco, porque es -a día de hoy- una sustancia totalmente legal en prácticamente todo el planeta y, desde luego en Europa.

La MBDB o Edén es una de la variantes más lógicas de la MDMA, químicamente hablando, y no es más que un MDMA al que se le ha añadido un carbono más al grupo metil de la estructura anfetaminoide del éxtasis. Esa variación mínima, tiene su correlato en los efectos. Pero no deja de ser algo “muy parecido”. 




Cuando los sistemas de detección de nuevas drogas, que se pusieron en marcha en todo el mundo tras la prohibición de la MDMA y la subsiguiente explosión de este compuesto por todos los rincones del planeta, empezaron a detectar los primeros cambios sobre la molécula. Pronto encontramos variedad en esas sustancias, que venían a imitar o a sustituir a la prohibida MDMA. Entre las primeras que aparecieron estaba la MDE o Eva, la MDA que era el precursor no metilado de la MDMA y que resulta más psiquedélico -ilegal desde 1970- aunque sin perder su parte “entactógena”, y la MBDB que sintetizó Nichols y dio a probar a Shulgin, quien difundió sus propiedades. La MDA y la MDMA estaban ya prohibidas, la MDE fue pronto incluida en las listas negras de sustancias, y la MBDB se puso bajo observación.

¿Cómo que bajo observación? Pues sí, fue la primera sustancia que el EMCDDA -Comité Científico del Centro para Monitorización de Drogas y Adicciones de Europa- tuvo a bien en 1998 someter a su evaluación tras que le fuera requerido por el Reino Unido, en aquel momento ocupando la presidencia de la Unión Europea, sobre si era necesario prohibirla y con qué rapidez. La respuesta no fue lo que se esperaba: dicho organismo estudió lo que se conocía de la MBDB o Edén, y acabó por determinar que no veía necesaria la prohibición de la misma, ya que ni se había podido probar que fuera especialmente adictiva ni peligrosa, y que de serlo lo era por debajo de los niveles de la MDMA en las mismas áreas.

No fueron los únicos. Tras eso, se intentó algo similar en USA y también a nivel internacional, en el que intervinieron con una carta desde el Centro de Libertades Cognitivas personajes como Shulgin, Jonathan Ott o Thomas Szasz, haciendo hincapié en la falta de buenas razones para prohibirla (realmente las mismas que se podrían argumentar para la MDMA). 


El resultado fue poco común, ya que los expertos de la OMS dijeron que: “aunque la MBDB es, tanto estructural como farmacológicamente hablando, similar a la MDMA, los limitados datos disponibles indican que sus efectos estimulantes y euforizantes son menos pronunciados que los de la MDMA. No ha habido informes sobre efectos tóxico o adversos a la MBDB en humanos. Los datos de las fuerzas de seguridad sobre el tráfico ilícito [¿?] de MBDB en Europa apuntan que la disponibilidad y abuso puede estar declinando tras un pico en la última mitad de los años 90. Por estas razones, el comité no considera que el peligro por abuso de la MBDB constituya un riesgo a la salud pública, por lo que NO RECOMIENDA SU PROHIBICIÓN.

Sí, aunque suene raro, la OMS no recomienda que se prohíba. No la ve peligrosa como para ello. Y eso es una gran noticia de cara al utópico día en que se planteen una regulación sensata de las drogas, porque esas sustancias que todavía no han sido prohibidas, serán las que tengan una mayor posibilidad de ser puestas en juego. Y creo que la MBDB, el Edén de Nichols, es una gran sustancia y que no necesita “ser parecida al MDMA” para que pueda ser valorada en sí misma. 

Si la MBDB es legal (no está prohibida) y tiene unos efectos similares a los del prohibido MDMA, ¿cuál es la razón de que no esté en el mercado? Tenemos sustancias de todo tipo, mucho más peligrosas la mayoría, vendiéndose como “legal highs”. Pero no encontramos, ni en los mercados de la darknet, la poco dañina MBDB. De hecho, cuando se encuentra, se vende como MDMA.

Mi primera experiencia con el Edén o MBDB fueron unas cápsulas vendidas como “Californianas” con un compuesto de color entre crema y marrón claro, algo grumoso y sin olor. El sabor era similar al de la MDMA pero con un aspecto que recordaba humedad, como si estuviera escondida dentro de la propia molécula. Tiempo después un amigo sintetizó unos gramos de MBDB y pude recibir otras dosis de regalo. 

La última vez que pude conseguirla fue a través de un proveedor chino, un químico fino filipino, que tanto te sintetizaba el mejor 2C-B ilegal como te hacía unas dosis de MBDB legal y te lo hacía llegar, tras pago vía Western Unión, discretamente entre documentos con una empresa de mensajería. No existía Silk Road, pero había otras cosas similares (foros privados). 

¿Por qué me gustaría mucho tenerla a mano de nuevo? Era una puta gozada. Recuerdo haber pensado bajo su efecto que algo tenía que estar pasando en mi cerebro que fuera similar a lo que hace que los gatos o los perros se retuerzan de gusto con unas caricias. 

Aunque la MDMA me gusta, tiene una parte que me tira para atrás: el subidón. No me va el rollo estimulante, no me gustan las taquicardias, no me tiro a la pista a bailar. La MBDB subía mucho más suavemente, no te hacía perder la cabeza -no se te iba la pelota- como se te puede ir con MDMA, sino que era mucho más manejable. 

Creo que la MBDB es la droga perfecta para darle a la gente mayor que no ha experimentado nunca con MDMA. Pero no invoca un gran espacio de comunicación, de revelación de secretos nunca dichos, de sinceridad torrencial. La MBDB o Edén es la droga más “tacto” que conozco. Se podía tomar estando solo pero no tardabas mucho en estar metido en la cama, frotándote de gusto contra las sábanas. Necesitas tocar. Es una droga para tocar, y tomada con una pareja que esté acostumbrada a ese tipo de drogas entactógenas, es realmente algo parecido al edén: todo muy ameno y delicioso. El tema sexual no va mejor que con la MDMA, no es una droga genital y no ayuda al tema fisiológico, pero en la esfera de la intimidad y sobre todo para personas que -más que usar la boca para hablar- lo que necesitan es aprenderse los mapas de su piel y de la de su pareja, me parece que es una droga que no tiene rival.


Perfecta para amantes, para los que no tienen nada que decirse con palabras, pero no quieren dejar de usar la boca y la lengua sobre el otro. Perfecta para hacer del cuerpo de tu pareja una gran geografía lúdica. Qué bien suena que te digan el oído: “...déjame que chupe todos los centímetros de tu piel, porque estoy empapada de MBDB...” 

¿Algún químico inteligente nos está escuchando? 
Sin duda es una gran sustancia, legal y bastante segura.
Y está pidiendo ser “desenterrada”.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Drogas y sexo: la 2C-B o Nexus

Este texto fue publicado en la Revista Yerba.
Sirve como natural sendero para continuar tras la publicación de la síntesis de la 2C-B del Pihkal de Shulgin y Ann Shugin.
Esperamos que os guste.

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Drogas y sexo: la 2C-B o Nexus.


Casi todas las drogas han tenido en algún momento una reputación como afrodisíaco, como sustancias que ayudaban al sexo en alguna de sus necesidades fisiológicas -como la erección- o de voluntad y libido. Y casi nunca ha sido verdad.

Hemos escuchado historias de personajes que poniéndose una determinada cantidad de cocaína en el glande durante la cópula, realizaban proezas dignas del mejor actor porno. No es raro cuando en su prohibición se mantenía que “incitaba a los negros a violar mujeres blancas” pero no hay nada real en ello. 



También se dijo de la LSD, el propio Tim Leary a modo de venganza contra el establishment, cuando se aseguró que una mujer bajo sus efectos alcanzaría decenas de orgasmos. ¿Alguien más ha vuelto a escuchar algo del poder afrodisíaco de la LSD? 

Se dijo del opio y del cannabis, de la mandrágora y del escarabajo de la cantárida, aunque el insecto sí que tenía algo que era capaz de provocarte una erección tan intensa que te duela, antes de acabar matándote si te has pasado con la dosis.

Todas las drogas actúan sobre el sexo y sus mecanismos. Todas ellas desde que alteran nuestra percepción, nos estimulan, relajan, desinhiben... pero ello no quiere decir que todas las drogas sean afrodisíacas o sean “buenas para el sexo”. Hay personas que se sienten más desinhibidas con una benzodiacepina y son capaces de disfrutar más de las relaciones -algo muy poco distinto a tomarse una o dos copitas antes del juego sexual- y no por ello nadie considera que el valium sea un afrodisíaco. De todas las drogas conocidas, si somos justos, tendríamos que decir que el mayor afrodisíaco es el alcohol, ya que es la droga más presente entre personas a la hora de mantener relaciones sexuales, a modo de lubricante social que facilita la desinhibición, y en muchos casos la pérdida de control y de sentido crítico. Cabe recordar que es también la droga más frecuente en las violaciones.



Sin embargo sí es cierto que hay sustancias, como la MDMA, que producen un intenso contacto emocional entre los sujetos, y que eso se traduce muchas veces en intimidad sexual, con o sin cópula. Si bien se puede decir que la MDMA ayuda bastante a meterse en la cama con alguien, no ayuda nada al atletismo sexual: te será difícil tener una erección, y si la tienes, será más difícil aún que puedas llegar al orgasmo. Para facilitar -por la vía rápida- el asunto con la MDMA, surgió una combinación llamada “séxtasis” que no era otra cosa que MDMA y Viagra, para combatir los efectos de flacidez que causa el éxtasis, pero que presenta mayores riesgos al mezclar distintas drogas al mismo tiempo afectando a tu cuerpo.




De entre las nuevas drogas que fueron saliendo de los matraces de los químicos como Shulgin, saltó una que pronto ganó reputación en la esfera sexual: la 2C-B también llamada Nexus en el mercado negro. Fue sintetizada en 1974 y explorada en 1975 por el grupo de los Shulgin. Hay que entender que en este grupo existían unas normas de comportamiento entre miembros que prohibían la actividad sexual entre quienes no eran previamente pareja -para evitar malos rollos al día siguiente, por ejemplo- pero que a la vez alababan los informes que les entregaba la gente sobre la actividad de la droga que estaban probando en todas las esferas donde actuaba, y eso incluye el sexo en personas sanas. 

Pronto se dieron cuenta que, sin ser un afrodisíaco genital (algo que provocase erección y deseo, por ejemplo), la droga resultaba muy útil ya que a diferencia de otras, la 2C-B no interfería tan negativamente con los mecanismos fisiológicos del sexo: no impedía la erección y el orgasmo en el varón como suelen hacerlo otras drogas de ese tipo. Eso la hacía un instrumento muy útil para poder explorar el aspecto sexual de la experiencia psiquedélica sin la dificultad -o imposibilidad- que otros psiquedélicos y enteógenos aportan.



En los 80 saltó por primera vez al mercado, cuando todavía no estaba prohibida (ni siquiera lo estaba la MDMA) en unos lotes que pretendían ser lotes de pastillas de MDMA. Lo cierto es que el efecto de dosis bajas de 2C-B puede ser experimentado como similar a la MDMA, pero si sobrepasas cierto margen, se convierte en una droga tan psiquedélica o visionaria como la mescalina. De hecho, uno de los nombres de la 2C-B es bromomescalina, ya que la molécula es una modificación de la mescalina con un átomo de bromo sustituyendo un grupo metoxi, y cuando se sobrepasa cierto punto, es una molécula que tiende a crear experiencias de miedo especialmente en personas no acostumbradas a sus efectos. No es bueno pasarse con ella: con muchas de estas drogas, menos es más y mejor, y no conviene creer que por aumentar la dosis aumentarás lo placentero que puedas sentir.

Una forma que se ha popularizado de tomar la 2C-B o Nexus es en combinación con MDMA, especialmente cuando los efectos del éxtasis empiezan a bajar, para aprovechar el estado emocional que queda, como se hace en ocasiones con otras drogas como los hongos o la LSD. Otros prefieren tomarlo junto. En todo caso hay que advertir que la 2C-B y la MDMA parecen potenciarse mutuamente, con lo que si se van a tomar en combinación, deben rebajarse las dosis de ambas para que la experiencia no sea algo que sobrepase a la persona en los efectos que espera encontrar.



Pero más allá de no dificultar lo coital, hay algo extrañamente sexual en esta sustancia, que en ocasiones incluso se manifiesta fuera del contexto donde uno puede esperarlo. Echen un vistazo a esta experiencia:


Esa noche salí de fiesta con 2 pastillas de MDMA de unos 125 mgs cada una y 3 pastillas de 2C-B de 5 mgs cada una, flojitas pero suficientes si iban a tomarse mezcladas.

Empecé la velada comiéndome una pastilla de MDMA, tomando alguna cerveza, y disfrutando de una graciosa noche calurosa de fin de verano. Pasaban las horas e iba mezclando poco a poco la MDMA con la 2C-B. Tomé una dosis de 5 mgs de 2C-B. Al cabo de un par de horas tomé media pastilla de MDMA y otra de 2C-B, y otro par de horas después, la otra mitad que me quedaba de una pastilla de MDMA.

Ya era de día cuando viendo que sólo me quedaba una pastilla de 2C-B de 5 mgs, pues me la tomé mientras acompañaba a un amigo a su lugar de trabajo -un bar- donde nos tomamos otra cerveza.
Y estando relajados y tranquilos, en un bar cerrado para nosotros dos, súbitamente me empezó a latir el corazón con fuerte taquicardia, y empece a sentir miedo.



Puro miedo, sólo miedo.
Salí de allí dejando la cerveza a medias, casi sin decir nada, casi corriendo.
En la calle mi corazón se aceleró más aún: veía a la gente de día y me entraban ganas de correr, de evitar a todo el mundo con un chasquido de dedos.

Iba andando a toda prisa hacia mi casa, que no estaba lejos, con la idea de que si me pasaba algo, que me ocurriera allí. A lo mejor no era la mejor idea del mundo, pero era la que tenía en ese momento en mi cabeza: protegerme en mi casa.

Aun así tuve el valor de pararme en la calle a hacer una llamada desde una cabina -no existían los móviles como ahora- para decir a una persona que no me encontraba bien, y que no iría a recibir otra llamada que tenia que recibir esa tarde (antes la gente quedaba para llamarse, aunque suene raro).

Desde ese momento, la experiencia cambió radicalmente:

Estaba a escasos 200 metros de mi casa y todo el miedo y la paranoia se habían convertido, de golpe, en un extremo sentimiento de paz y de comprensión.
El pecho me explotaba de satisfacción. Una satisfacción extraña que sólo había conocido en ocasiones con los enteógenos más fuertes, pero nunca saliendo de fiesta, sino en momentos más relajados y preparado para ello.



Decidí de todas formas seguir hacia mi casa.
El calor empezaba a ser agobiante y pensé que igual que se me había pasado ese mal momento, bien me podía pasar lo contrario de nuevo.
Así que llegue a casa, entré en mi habitación y me desnudé.
No había casi luz, y si cerraba los ojos y me sentaba, empezaba a meterme en una espiral interminable de ideas, insights y visiones. Estuve un rato disfrutando de ese estado, hasta que el calor me hizo ir a ducharme.



Y allí ocurrió.
Me duché con agua fresquita. Las sensaciones eran muy agradables: recordaban el saciar una necesidad grande, como beber con sed o comer con mucha hambre.
Terminé la ducha, cerré el grifo.
Me dejé escurrir el agua por un instante en la bañera, ya que no tenia intención de secarme con una toalla.



Fue la primera gota.
Descendió de mi cuerpo y chocó sobre la cerámica de la bañera.
Produjo un sonido simple, pero en mi interior se escuchó como si crujieran todos los arboles de un bosque al mismo tiempo.
Simultáneamente al sonido me golpeó brutalmente una sensación a la que en muchas ocasiones he llamado orgasmo... pero ahora pienso que era superior a él.
Me agarré con fuerza y algo asustado a la pared y el mando de la ducha, pero el asunto sólo acaba de comenzar.



La siguiente gota chocó provocándome la misma sensación de un orgasmo casi interminable y no había pasado más que una fracción de segundo...
Otro orgasmo me sacudía mientras desde mi pelo, desde todo mi cuerpo empezaron a descender gotas, que caían desde mi pecho, mi estómago, mi pene.... a estrellarse contra el suelo de esa bañera.

Cada gota me hacia romperme por dentro de placer. Me agarraba con fuerza a donde podía: nunca había experimentado algo así. Era el sonido que provocaba la gota, lo que me abría un nuevo orgasmo cada vez...




Dios. Me estaba muriendo literalmente de placer.
Mi respiración oscilaba entre la quietud absoluta y el tomar aire como si me estuviera ahogando!!
Caían todas las gotas que se escurrían de mi pelo y cada una llevaba en sus átomos un orgasmo demoledor.

Llegó el momento cumbre, en el que había mayor numero de gotas rompiéndose contra el suelo, y mi cuerpo se tensó y arqueó como si me fuera a partir en dos.
No era posible tanto placer: me iba a reventar el alma de gusto!!



Con los ojos cerrados sentí como se abrían dentro de mi decenas de orgasmos que, si pudieran ser dibujados, eran concéntricos unos con respectos a otros. Acaba de empezar uno, cuando rompía otro en el centro de ese. Cada vez más y más profundo.

Y el tiempo por un instante se detuvo: sólo existía el más íntimo placer alargado hasta el infinito. El ritmo empezó a disminuir porque ya casi no quedaban gotas de agua sobre mi cuerpo estático y descendían más lentamente.

Yo las veía bajar con la promesa escrita de volver a escuchar el crujido de cien arboles, y volvían a provocarlo. Pero cada vez menos; se distanciaban más unas de otras en el tiempo.
Volvía a recuperar esa consciencia perdida por instantes, y empezaba a sentir una inmensa pena.

Llegó el final: la última gota rompió regalándome un último orgasmo brutal, íntimo y profundo como nunca esperé sentir.
Con los músculos tensos como si estuviera siendo atravesado por una corriente eléctrica, sin ser capaz de soltarme aun de la pared y de los grifos de la ducha, rompí a llorar. Llore por unos instantes con desesperación y rabia: quería sentir más de lo que me habían regalado!!



No intenté que ocurriera de nuevo. Sabía que no sería así.
Aún hoy en día, cuando lo recuerdo, sé que cambiaría sin dudarlo toda la sexualidad de mi vida pasada, presente y futura, por un solo instante así. Nunca jamás volví a experimentar algo remotamente parecido. Sólo me pude llevar un inmenso sentimiento de gratitud y de pena por no poder volver a visitar -a voluntad- un lugar tan inmensamente lleno de placer.

La experiencia da datos sobre las dosis, que en el caso de la MDMA no pasó de 250 mgs en toda la noche y 15 mgs, en 3 tomas, de 2C-B. La cantidad de 2C-B parece pequeña, casi rozando el borde de lo que sería una dosis efectiva de la sustancia, pero debido a la sinergia con el éxtasis, sus efectos correspondían a los de dosis más altas de dicha sustancia.

La 2C-B es una feniletilamina que parece ser sencilla de manejar en sus efectos en el rango de dosis más bajas, que su autor cifra en el rango de los 12 miligramos a los 16, considerando los 24 miligramos como una dosis alta, y hasta 35 miligramos las muy altas. Sin embargo se han llegado a consumir, por error, cantidades hasta 4 veces superiores a la dosis considerada como alta, produciendo espectaculares experiencias de miedo intenso en diversas formas, pero no poniendo en riesgo la vida de quienes las han experimentado.

Cabe mencionar un hecho curioso sobre la 2C-B que tal vez ayude en el futuro a su aprovechamiento como posible fármaco. Mientras que en la inmensa mayoría de los países que la prohibieron hace unos años, como USA o Reino Unido, se encuentra en la categoría más restrictiva para una droga, conocida como Lista I y cuyas sustancias están prohibidas para uso con humanos, en España se encuentra en la Lista II, lo que la hace una sustancia que podría ser solicitada por su menor fiscalización para investigaciones con mayor facilidad que otras drogas


No hemos podido encontrar una razón convincente para que la 2C-B esté en la Lista II mientras la 2C-I (su hermana iodada, por ejemplo) está en la Lista I. Tal vez tenga algo que ver el hecho de que durante un tiempo, en España, tuvimos un laboratorio llamado Drittewelle que producía esta droga, de forma legal, y la vendía por diversos países del mundo, también de forma legal hasta que fue prohibida.

La 2C-B se llegó a vender en Sudáfrica a los “sangomas”, fabricada por dicha empresa y distribuida por otra llamada Inkwazi, que son los brujos de ciertas comunidades que usaban otros enteógenos de origen vegetal de sus zonas para llevar a cabo sus ceremonias, y fue acogida muy favorablemente hasta que fue prohibida. Aunque en este caso, se insistía en el prospecto del producto en que el principal componente era la catina, un estimulante extraído del khat, cuando la 2C-B tiene un origen totalmente sintético



El mismo error que sigue reproduciéndose hoy día en distintas webs, que achacan incorrectamente un origen vegetal a dicha sustancia. El nombre que le dieron fue Ubulawu Nomanthotholo que en el idioma local quería decir “la medicina de los espíritus que cantan”.

Si bien es cierto que el nombre de Nexus fue el que le puso la empresa Drittewelle para lanzarlo al mercado, en alusión a sus supuestas propiedades sexuales, no parece que se hiciera con la 2C-B nada distinto a lo que se hizo con otras muchas sustancias, de origen vegetal como el kava-kava o de origen sintético como otras variantes de feniletilaminas, lanzándola como afrodisíaco ya que prácticamente todas las sustancias en aquella época se lanzaban al mercado aludiendo a sus propiedades sexuales. Ellos vendían, como otras tantas empresas, lo que el cliente quería escuchar. Y al hacerlo en dosis bajas, pues sus pastillas eran de 5 mgs nada más, evitaron en buena medida que sus clientes tuvieran malas experiencias: la misma dosis daban en Europa como Nexus, el afrodisíaco, que como Ubulawu Nomanthotholo para que los chamanes sudafricanos se pusieran en contacto con sus ancestros.

Pero en esta ocasión resultó ser cierto, que la sustancia que había dejado el genio salido del matraz de Shulgin, era una sustancia que ofrecía oportunidades maravillosas a la hora de explorar, entre otras cosas, la experiencia sexual bajo el influjo de un psiquedélico, que sin llegar a ser LSD, abre unas cuantas puertas más que la MDMA. Una sustancia notable que fue, sin duda, una de las favoritas de Shulgin y posiblemente su creación más preciada. El mercado negro tomó buena cuenta de ella, de manera que cuando se prohibió es de esas sustancias que han seguido existiendo porque cuentan con una demanda de un público estable. No era sólo mito, había escondida una curiosa realidad detrás.



miércoles, 12 de noviembre de 2014

Síntesis de la 2C-B o Nexus en castellano por A.Shulgin en PiHKAL


Esta síntesis casera de 2C-B o Nexus es la traducción de la publicada por Alexander Shulgin y Ann Shulgin en su libro PiHKAL.
Otras ya publicadas antes aquí: la síntesis de la Mescalina y la síntesis de la MDMA o éxtasis.



Volvemos a aclarar qué significa casera: no industrial. Esta receta de síntesis está pensada para producir una cantidad pequeña de dosis (aunque generosa y suficiente para más de una persona durante toda la vida) en un laboratorio que no requiere de especial instrumental ni de mucho espacio, pero eso no significa que la cocina de tu casa haya pasado a ser un laboratorio casero capaz de hacerte químico clandestino. Si no tienes conocimientos previos de química ni experiencia alguna en el laboratorio, es mejor que no juegues a ser lo que no eres.  Esta traducción tiene un propósito educativo.

Esperamos que os guste. :)

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Síntesis de la 2C-B 
por Alexander Shulgin 
en PiHKAL.





Una solución de 100 g de 2,5-dimetoxibenzaldehído en 220 g de nitrometano fue tratada con 10 g de acetato amónico anhidro y calentada en baño de vapor durante 2.5 horas, agitándolo ocasionalmente. 

La mezcla en reacción, de un color rojo intenso, fue liberada del exceso de nitrometano al vacío, cristalizando el residuo de forma espontanea. Este nitroestireno en bruto fue purificado triturándolo bajo alcohol isopropílico, filtrado y secado al aire, para rendir 85 g de 2,5-dimetoxi-beta-nitroestireno en un producto de color amarillo-naranja con la pureza adecuada para el siguiente paso. Una mayor purificación se puede conseguir mediante recristalización desde alcohol isopropílico hirviendo.

En un matraz de 2 L de fondo redondo equipado con un agitador magnético y colocado en atmósfera inerte se añadieron 750 mL de tetrahidrofurano anhidro conteniendo 30 g de hidruro de litio y aluminio. Luego se añadieron en disolución de tetrahidrofurano, 60 g de 2,5-dimetoxi-beta-nitroestireno.

La solución final tenía un sucio color amarillo-marrón y se dejó a temperatura de reflujo durante 24 horas. Tras enfriarse, el exceso de hidruro fue destruido con la adición gota a gota de alcohol isopropílico. 

Después se añadieron 30 mL de hidróxido sódico al 15% para convertir los sólidos inorgánicos en una masa filtrable. Se filtró la mezcla de la reacción y el producto resultante se lavó con tetrahidrofurano y luego con metanol. El combinado de los lavados y los licores madre se pusieron al vacío para retirarles los solventes, y el residuo se puso en suspensión en 1,5 L de agua. Se acidificó con ácido clorhídrico, se lavó 3 veces con 100 mL de diclorometano, se hizo fuertemente básico con hidróxido sódico al 25% y se extrajo con 4 porciones de 100 mL de diclorometano. 

Los extractos reunidos fueron puestos al vacío para eliminar el disolvente rindiendo 26 gramos de un residuo aceitoso que destilado a 120-130ºC a 0,5 mm / Hg de presión dieron 21 gramos de un aceite blanco, 2,5-dimetoxifeniletilamina (2C-H) que toma el dióxido de carbono del aire con mucha rapidez.

A una solución bien agitada de 24,8 g de 2,5-dimetoxifeniletilamina en 40 mL de ácido acético glacial se añadieron 22 g de bromo elemental disueltos en 40 mL de ácido acético. Tras un par de minutos se da la formación de sólidos junto a la evolución de la reacción con importante calor. La mezcla en reacción se dejó enfriar a temperatura ambiente, se filtró, y los sólidos se lavaron con poca cantidad de ácido acético frío. 

Así se obtuvo la sal bromhidrato. Existen muchas formas complicadas de sales, tanto polimorfas como hidratadas, que pueden hacer del aislamiento y caracterización de la 2C-B algo traicionero. 

La ruta más simple es formar la sal de clorhidrato, insoluble en agua, por vía de la base libre. Toda la masa de la sal húmeda del ácido acético se disolvió en agua caliente, se hizo básica hasta un mínimo de pH 11 con hidróxido sódico al 25% y se extrajo con 3 lavados de 100 mL de diclorometano. 

La eliminación del disolvente dio 33'7 gramos de un residuo que se destiló a 115-130ºC a 0,4 mm / Hg de presión. Del aceite blanco 27,6 gramos fueron disueltos en 50 mL de agua contiendo 7 gramos de ácido acético. La solución transparente fue agitada con fuerza y se trató con 20mL de ácido clorhídrico concentrado. Se dio la formación inmediata de la sal anhidra de clorhidrato de 2,5-dimetoxi-4-bromofeniletilamina (2C-B). La masa de cristales se recogió por filtrado (que puede ser facilitado considerablemente por la adición de 60 mL de agua), se lavó con un poco de agua y con varias porciones de 50 mL de éter etílico.

Cuando estuvo totalmente seco al aire se obtuvieron 31'05 gramos de finas agujas blancas, con un punto de fusión de 237-239ºC con descomposición. Cuando hay demasiada agua presente en la adición final del ácido clorhídrico concentrado, se produce una forma hidratada de la sal de 2C-B. El bromhidrato funde a 214'5-215ºC. Se ha reportado un punto de fusión de 208-209ºC para la sal de acetato.

Dosis: de 12 a 24 miligramos.
Duración: de 4 a 8 horas.





martes, 7 de febrero de 2012

Síntesis de la MDMA en castellano por A.Shulgin en PIHKAL


Síntesis de la MDMA.




Esta síntesis casera de éxtasis o MDMA es la traducción de la publicada por Alexander Shulgin en su libro PIHKAL. ¿Por qué llamarla casera y qué significa eso exactamente? Es casera porque tanto las cantidades como los tiempos están ajustados para producir pequeños lotes de la sustancia, y porque no requiere maquinaria industrial sino que basta con la que se puede tener en un pequeño laboratorio montado en un lugar adecuado, en una casa o en otro lugar. 
Esta síntesis no está optimizada ni ajustada para producir grandes cantidades (industriales) de MDMA, sino para la síntesis del éxtasis por varias rutas pero siempre a pequeña escala (unos gramos).

¿Qué NO significa lo de casera?
No significa que con tener una casa, ya puedas realizar esta síntesis.
No significa que puedas sustituir el material de laboratorio por las cazuelas y vasos que tengas por casa.
No significa que por leer esta receta, vayas a poder comprar 3 productos a una farmacia, mezclarlos, calentarlos un rato y que por eso vayas a obtener nada parecido a la MDMA.
No significa que sin conocer y entender algunos conceptos y procedimientos básicos en química, estés capacitado para intentar sintetizar nada.

Además de los obvios peligros que enfrenta quien se pone a realizar síntesis con solventes volátiles e inflamables, productos corrosivos (ácidos y bases) y fuentes de calor, hay que recordar que la síntesis de algunos compuestos -entre otros la MDMA- es un delito en la mayoría de países si no has obtenido la autorización previa del organismo de turno.
El objetivo de esta traducción de la síntesis de MDMA según el PIHKAL de Shulgin es puramente educativo.

Estas rutas de síntesis muestran como llegar a la MDMA desde la MDA o desde compuestos más accesibles como son el piperonal y el isosafrol, mediante la formación del compuesto intermedio MDP2P.



Síntesis de la MDMA o éxtasis partiendo de la MDA:


Se prepara una solución de 6'55 gramos de 3,4-metilenodioxianfetamina (MDA) como base libre y 2'8 ml de ácido fórmico en 150 ml de benceno que se calienta a reflujo en un aparato de Dean Stark hasta que no se genera más agua en la reacción (unas 20 horas fueron suficientes, y se recogieron 1'4 ml de agua). 

La retirada del disolvente dio 8'8 g de un aceite de color ámbar que se disolvió en 100 ml de diclorometano, se lavó primero con HCl diluido, luego con NaOH diluido, y una vez más vez más con ácido clorhídrico diluido. El disolvente se eliminó bajo vacío dando 7'7 g de un aceite de color ámbar que, dejándolo reposar, formó cristales de N-formil-3,4-metilenodioxianfetamina. 

Una ruta alternativa para la síntesis de esta amida se puede seguir preparando una  solución de 10 g de MDA como base libre en 20 ml de formiato de etilo fresco, y manteniéndola a reflujo durante 16 h. En este caso, la retirada de las sustancias volátiles rindió un aceite que formó cristales blancos, con un peso de 7'8 g.

Una disolución de 7'7 g de N-formil-3,4-metilenodioxianfetamina en 25 ml de tetrahidrofurano anhidro se añade gota a gota a una solución bien mezclada y a reflujo de 7'4 g de hidruro de litio y aluminio en 600 ml de tetrahidrofurano anhidro bajo atmósfera inerte. 

Dicha mezcla se mantuvo en reacción bajo reflujo durante 4 días. Tras bajar a temperatura ambiente, el exceso de hidruro se eliminó con 7'4 ml de agua en un volumen igual de tetrahidrofurano, seguido de 7'4 ml de NaOH al 15% y luego otros 22 ml de agua. 

Los sólidos se separaron por filtrado, y el resultante en el filtro se lavó con más tetrahidrofurano. Se eliminó el disolvente de ese lavado y del resultado del filtrado combinados, al vacío, y el residuo se disolvió en 200 ml de diclorometano. Esta solución se extrajo con 3 dosis de 100 ml de HCl diluido, y el resultante de las extracciones combinadas se hizo básico con NaOH al 25%. Finalmente se extrajo con 3 porciones de 75 ml de diclorometano que retiraron el producto, y de los extractos combinados se eliminó el disolvente al vacío.

Se obtuvieron 6'5 g de un residuo de color casi blanco, que se destiló a 100-110 º C de temperatura y a 0'4 mm/Hg de presión dando 5'0 g de un aceite incoloro. El aceite se disolvió en 25 ml de alcohol isopropílico, se neutralizó con HCl concentrado, seguido por la adición de éter anhidro en cantidad suficiente para producir que la mezcla se enturbie de forma constante. 

Mediante agitación continua, se produjo la deposición de finos cristales blancos de 3,4-metilenodioxi-N-metilanfetamina como clorhidrato (MDMA), que se recogieron por filtrado, lavaron con éter, y secaron al aire, rindiendo un peso final de 4'8 g.




Síntesis de la MDMA, ruta del Isosafrol vía MDP2P:


A una disolución bien agitada de 34 g de peróxido de hidrógeno al 30% en 150 g de ácido fórmico al 80% se añadió, gota a gota, una solución de 32'4 g de isosafrol en 120 ml de acetona a un ritmo que mantenga la reacción sin sobrepasar los 40 ° C. Esto requiere algo más de 1 hora, y se usará enfriamiento externo cuando sea necesario. 

Se mantuvo en agitación durante 16 horas, con cuidado de que la lenta reacción exotérmica no provocase un excesivo calentamiento. El baño externo con agua corriente sirve bien para controlar el sobrecalentamiento. Durante este tiempo la solución irá progresando de un color anaranjado a un rojo intenso. 

Todos los componentes volátiles se eliminaron al vacío y el resultante fueron unos 60 g de un residuo de color rojo profundo. Esto se disolvió en 60 ml de metanol, se trató con 360 ml de ácido sulfúrico al 15%, y se calentó durante 3 horas mediante baño de vapor. 

Tras enfriar, el resultante de la reacción se extrajo con 3 porciones de 75 ml de éter, y los extractos combinados se lavaron primero con agua y luego con NaOH diluido, eliminando finalmente el disolvente mediante vacío. 

El residuo se destiló (a 2'0 mm/Hg de presión y 108-112 ° C, o a unos 160 ° C en bomba de agua) para rendir 20'6 g de 3,4-metilenodioxifenilpropanona (MDP2P) como un aceite de color amarillo pálido. La oxima (de la hidroxilamina) tiene un punto de fusión de 85-88 ° C. La semicarbazona tiene un punto de fusión de 162-163 ° C.




Síntesis de la MDMA, ruta del Piperonal vía MDP2P:


La síntesis alternativa de 3,4-metilenodioxifenilpropanona o MDP2P comienza partiendo de piperonal. 

Una suspensión de 32 g de hierro electrolítico en 140 ml de ácido acético glacial (anhidro) se calienta gradualmente en baño de vapor. Cuando está bastante caliente, pero sin observarse la formación de sales de apariencia blanquecina, se añade de poco en poco una solución de 10'0 g de 1 - (3,4-metilenodioxifenil)-2-nitropropileno en 75 ml de ácido acético (véase la síntesis de MDA para la preparación de este nitroestireno intermedio a partir de piperonal y nitroetano). 

Esta adición se realizó a un ritmo que permitiera una reacción vigorosa y sin formación de demasiada espuma. El color naranja de la reacción se torna muy rojizo con la formación de sales blancas y una costra oscura. Cuando se hubo completado la adición, el calentamiento se mantuvo por un período adicional de 1'5 horas en el que el conjunto de la mezcla de reacción se vuelve bastante blanco y el producto aparece como un aceite negro subiendo las paredes del vaso de precipitados. 

A esta mezcla se añaden 2 L de agua, se extrae con 3 porciones de 100 ml de diclorometano y los extractos combinados se lavan con varias porciones de NaOH diluido. 
Tras la eliminación del disolvente al vacío, el residuo se destila a presión reducida (ver arriba) para rendir 8'0 g de 3,4-metilenodioxifenilpropanona (MDP2P) como un aceite de color amarillo pálido.



Y una vez que se tiene la MDP2P o 3,4-metilenodioxifenilpropanona, por cualquiera de las rutas posibles, se aborda la síntesis de la MDMA.




Síntesis de la MDMA partiendo de MDP2P:


A 40 g de papel de aluminio fino cortado en cuadrados de 1 pulgada (en un matraz Erlenmeyer de 2 L y boca ancha) se le añaden 1'4 L de agua que contenga 1 g de cloruro de mercurio. Se permite la formación de la amalgama hasta que se produce la aparición de finas burbujas, la formación de un precipitado de color gris claro, y manchas plateadas en la superficie del aluminio. Este proceso lleva entre 15 y 30 minutos dependiendo de la temperatura del agua, frescura de la superficie y espesor del papel aluminio (el grosor de papel de aluminio varía de país a país). 

El agua se eliminó por decantación y el aluminio se lavó con 2 porciones de 1'4 L de agua fresca. Tras retirar el agua residual del último lavado tan a fondo como sea posible, se añaden, en sucesión y con agitación constante, 60 g de clorhidrato de metilamina disueltos en 60 ml de agua tibia, 180 ml de alcohol isopropílico, 145 ml de NaOH al 25%, 53 g de 3,4-metilenodioxifenilpropanona (MDP2P), y finalmente otros 350 ml de alcohol isopropílico. 

Si la forma disponible de metilamina es la solución acuosa de la base libre, la secuencia sería la siguiente: añadir en sucesión, 76 ml de metilamina acuosa al 40%, 180 ml de alcohol isopropílico, una suspensión de 50 g de NaCl en 140 ml de agua que contenga 25 ml de NaOH al 25%, 53 g de 3,4-metilenodioxifenilpropanona (MDP2P) y finalmente otros 350 ml de alcohol isopropílico.

La reacción exotérmica se mantiene por debajo de 60 ° C con inmersiones ocasionales en agua fría y, cuando sea térmicamente estable, se deja reposar hasta que vuelva a temperatura ambiente con todos sus  insolubles depositados en el fondo formando un lodo grisáceo. 

La capa superior de color amarillo claro se decanta, el lodo formado se recoge por filtración y se lava con metanol. Al combinado de la decantación, mezcla madre y lavados, se le retira el disolvente al vacío. 

El residuo es suspendido en 2'4 L de agua, con suficiente HCl para formar una fase claramente ácida. Esto se lavó con 3 porciones de 75 ml de diclorometano, se volvió básico con NaOH al 25%, y se extrajo con 3 porciones más de 100 ml de diclorometano. 

Después de la separación del disolvente a partir de los extractos combinados, quedaron 55 g de un aceite de color ámbar que al ser destilado a 100-110 º C a 0'4 mm / Hg de presión produjo 41 g de un líquido blanquecino. Este líquido se disolvió en 200 ml de alcohol isopropílico, se neutralizó con unos 17 ml de HCl concentrado, y posteriormente se trató con 400 ml de éter anhidro. 

Los cristales blancos formados se retiraron mediante filtrado, se lavaron con una mezcla de alcohol isopropílico/éter en proporción 2:1, una vez más con éter y tras el secado final por aire, se obtuvieron 42'0 g de 3,4-metilenodioxi-N-metilanfetamina como clorhidrato (MDMA) en forma de un fino cristal blanco. 

La forma concreta resultante en la sal final depende de la temperatura y la concentración en el momento de inicio de la cristalización. Puede ser anhidra, o puede ser cualquiera de las diversas formas hidratadas. Sólo la forma anhidra tiene un claro punto de fusión y los informes publicados describen sus posibles valores  en el rango de 148 a 153 ° C. Las diferentes sales con distintos grados de hidratación tienen distintos espectros infrarrojos, pero puntos de fusión amplios que dependen de la velocidad de calentamiento. 


Dosis de MDMA: 80-150 mg
Duración de su efecto: 4-6 horas





DROGOTECA.
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viernes, 29 de agosto de 2008

Test de Marquis. Probando 2C-B y 2C-I de forma comparada.

Ya se ha hablado alguna vez en esta página de la conveniencia de que las personas que consumen sustancias, apliquen medidas dirigidas a que su experiencia sea lo más positiva posible y al mismo tiempo, implique los menores riesgos.

Es la llamada política de Reducción de Riesgos, o como también se le llama ahora Gestión de Placeres y Riesgos, siempre asociado al consumo de drogas -legales o no- y a comportamientos asociados a esos contextos.

En muchas ocasiones se ha insistido en que lo primero que debe tener un consumidor, es responsabilidad para asumir sus actos, en todo momento.
Y eso comienza por algo muy sencillo (hoy día): conseguir información sobre dosis, efectos y otros aspectos de la sustancia que se vaya a consumir.

El segundo paso, sería siempre estar seguro de que la sustancia que se posee, que se compra, que alguien te ofrece, es la que crees que es. Alguna de las muertes asociadas a sustancias que usadas correctamente no presentarían ese riesgo, se debe a que las han confundido con otras.

Tomar una dosis de cualquier sustancia, implica elegir de acuerdo a lo que se busca, la vía por la que se tomará y la cantidad que se usará.

Ahí nos topamos con el primer gran problema. La información la adquirimos sin problema, pero ¿cómo saber que sustancia tienes en tus manos?
Cuando alguien compra cualquier droga en una farmacia, no tiene que preocuparse de ello: puede tener la seguridad de que -salvo gravísimo error- es lo que dice ser, y que contiene la cantidad que dice contener. Esto es equivalente a conocer la sustancia y la pureza, sabiendo que no lleva otros añadidos que puedan modificar su efecto y resultar tan peligrosos o más que la propia droga.

Los consumidores de drogas ilegales, pagan (además de grandes precios subvencionados por el gobierno) el pato de tener que comprar sin la certeza de qué es lo que compran.
La confianza en el vendedor, el que sea conocido, el que hayamos probado lo que vende otras veces, son los parámetros de referencia en los que nos movemos cuando se trata de sustancias ilegales. Es decir, ponemos nuestra salud en juego, y en manos de alguien.

Ese riesgo es el primero que se debe minimizar, o eliminar siempre que sea posible.

La única forma es saber que tenemos lo que queríamos tener. Y para ello, la mejor opción es usar los servicios de análisis de sustancias que ofrecen varias ONG, como Energy Control o Ai Laket!, aunque en ocasiones eso resulta imposible (y de hecho si todos los consumidores de drogas lo hicieran, necesitarían más personal para análisis que jueces hay en este país).

Cuando eso no es posible, en especial haciéndolo con antelación (lleva siempre algo de tiempo), deberíamos recurrir a otros métodos legales que nos permiten saber algunas cosas.
Son los test cromáticos. Y el más común para las sustancias psicoactivas es el test de Marquis.

Lo que un test como el Marquis nos puede decir, es qué tipo de sustancia tenemos delante.
Su uso es simple, aunque requiere ciertas precauciones. Y no tiene la fiabilidad de un análisis por otros métodos de laboratorio, pero ya ofrece un margen de error para la persona muchísimo más bajo que si sólo toma decisiones confiando en que lo que le den, es lo que dicen.

Según reacciona el reactivo de Marquis (que es una combinación conteniendo entre otras cosas ácido sulfúrico y formaldehido), cada sustancia da un color. O no lo da.
O comienza reaccionando en un color y luego va cambiando a otro, más rápido o más lento.
Eso nos sirve para poder descartar muchas cosas, y aproximarnos con un grado de fiabilidad aceptable a saber si tenemos la sustancia que creemos.
Y combinando la reacción de varios de estos test, se puede afinar casi hasta el 90% en alguna ocasión. Pero sólo con Marquis ya podremos descartar muchas cosas, aunque eso es para otro tema muy largo (en otra ocasión será).

Esta entrada es un ejemplo de su uso, sin entrar a explicar como se realiza correctamente, pero para que cualquiera se pueda hacer una idea de sus resultados.
Para el ejemplo se usan imágenes y datos de dos sustancias que son muy parecidas: 2C-B y 2C-I.
Una contiene un átomo de bromo (la 2C-B con sus famosos y supuestos efectos afrodisíacos y potenciadores del orgasmo) y la otra de yodo (ambas con efectos entactógenos a dosis bajas, y usadas en encuentros sexuales), en el mismo lugar en los dos casos. El resto de su estructura es idéntica. Podéis leer sobre ellas en el libro llamado "Pihkal", sobre feniletilaminas de A. Shulgin.

Para que el Marquis pueda ofrecer conclusiones aceptables, no sirve únicamente observar el color final (¿final en qué momento?). Hay varios "finales" en algunas sustancias, como en estas dos.

Aparte de que aún conservándolo en condiciones, en frío y sin luz, un test de marquis empieza a perder validez algo después de los 2 meses (se recomienda no pasar de 3, aunque a veces algunos vendedores digan que hasta 6 meses), muchos aspectos pasan desapercibidos si no se hace de forma adecuada.

Lo primero es que la luz sea suficiente y si no es natural, lo más neutra posible.
Lo segundo, que se haga sobre cristal -recordad que es ácido sulfúrico- y que bajo este, se coloque un material totalmente blanco, que permita ver la transparencia y matices de la reacción.

La concentración del marquis, también es importante. De hecho, en este caso, si el marquis hubiera estado menos concentrado y hubiera tenido mayor proporción de retardante que hiciera más lenta su reacción, se hubieran podido ver más diferencias.

Aún así, se han tomado secuencias de 3 fotos por segundo con trípode durante diferentes puntos de la reacción. Y se han seleccionado algunas para ilustrar.

Una vez preparada la pieza de cristal -llamada "porta" en ocasiones- sobre la que se va a hacer reaccionar la sustancia -una pequeñísima cantidad es suficiente- y el marquis, se dejan caer dos o tres gotas de marquis sobre la sustancia... y comienza la reacción en el acto.

Comenzamos el test con la 2C-B.
Esta primera foto es el instante en que la primera gota de marquis toca el 2C-B:

Lo más notorio de esta imagen es que apenas han transcurrido 0'3 segundos.
El color, viéndolo con los ojos y no con la cámara, es un amarillo con toque muy ligeramente verde.



La segunda gota cae sobre el 2C-B:


Ocurre lo mismo, un amarillo con ligero tono verdoso, pero la gota anterior, ya ha pasado a un verde oscuro.
Aquí han pasado 0'3 segundos desde la anterior gota.
La reacción es DEMASIADO RÁPIDA. Sobre todo si se pretende diferenciar dos sustancias con tanto parecido, habría que prestar muchísima atención.


Resultado del marquis sobre 2C-B en unos 10 segundos:



Este es el color que alcanza y que tiene cierta estabilidad, la reacción se ralentiza mucho pero NO desaparece del todo. Sigue reaccionando como veremos después. Luego se ve cual es el final de la misma.


En otro "porta" de cristal, limpio, colocamos la muestra de la otra sustancia, que en este caso es 2C-I. Y repetimos el proceso.

Marquis sobre 2C-I. Segunda imagen de una serie de 3 disparadas automáticamente en 1 segundo:


Es aquí donde se observa la mayor diferencia entre la 2C-B y la 2C-I.
La 2C-I en lugar de dar un tono amarillento con matiz verde en el primer instante, lo que da es un color marrón oscuro que muy rápidamente se va a un tono casi negro.
En la imagen se ven las dos primeras gotas sobre 2C-I, y la tercera cayendo sin tocar aún la sustancia.
Mientras que la primera gota que cayó, está ya casi negra, la que acaba de tocar la sustancia tiene el color marrón que adquiere inmediatamente.


Resultado "estable" de la 2C-I en unos 10 segundos:


Aquí se ve que el color es más oscuro que el que da la 2C-B. Un verde mucho mas oscuro (se nota más con la vista, pero fijaos en los bordes para notarlo aquí).
Como la gota ha quedado menos esparcida, los matices se perciben menos y hay que fijarse ayudándose del contraste sobre el papel blanco que está bajo el porta de cristal.


Comparación de las dos sustancias, poniendo juntos los dos "portas" con la reacción:


Colocando una plaqueta sobre el borde de la otra, tras haberlas inclinado un poco para poder observarlas bien.
El color azul, corresponde a la continuación de la reacción del 2C-B. En ese momento, puede llevar unos 5 minutos de reacción... y por eso ha llegado a ser azul.
El color verde es la gota del 2C-I, estirada sobre el cristal. En ese momento lleva algo así como 2 minutos de reacción.
Aunque sería bueno ver como han evolucionado las dos reacciones a la vez, de haberlo hecho así no se habrían captado los detalles que más diferentes las hacen en este test.


Otra foto tomada de ambas reacciones:


La plaqueta superior, con la gota desplazada al borde de un azul oscuro, es el 2C-B.
La otra, con la gota centrada, es el 2C-I continuando la reacción (se nota como el verde se va convirtiendo en azul), a los 4 minutos.
Aunque se ve la diferencia, cada vez tienden a igualarse más.


Imagen final de ambas reacciones (final absoluto, pasados ya más de 10 minutos):


Y aquí se ve como acaba la cosa.
Ambos compuestos, si uno se atiene simplemente al color de un punto temporal en la reacción, pueden no ser distinguibles en absoluto.
En este caso, cuando se metieron las plaquetitas -portas- en la solución con bicarbonato para eliminar el ácido sulfúrico sobrante, excepto por la diferencia de tamaño de ambas piezas de cristal y ambas gotas, no se podía distinguir que compuesto era cada uno.

El acostumbrarse a observar, medir tiempos, usar instrumental adecuado y la experiencia, facilitarán mucho el saber qué puede ser una sustancia. Y si se usa un marquis de igual concentración siempre, a la misma temperatura (este estaba a 3º grados), uno puede darse cuenta de que haya algo extraño, una mayor concentración (pureza) o menor, diluyentes, etc, aunque la única prueba segura para eso, no se puede realizar en casa y sin material y maquinaria especial. Pero esas son las pruebas que SÍ realizan las ONG's antes mencionadas, como Energy Control.

Lo ideal ahora, y teniendo sólo un método como éste de análisis (da igual marquis que otro de reacción cromática), sería poder hacer dos o tres preparaciones más de marquis, con distintos grados de concentración y retardante, para poder observar con más calma la reacción.

Como todo lo artesano y técnico a la vez, es una cuestión de práctica y método.
Pero cualquier persona, puede aprender en menos de 1 hora, y eso puede ser la diferencia entre una noche de fiesta, o una en el hospital.

Esta entrada no pretende enseñar a nadie a usar el test de marquis, aunque es muy sencillo, pero sí animar a la gente que consume a que si no pueden enviar las sustancias a analizar, por falta de tiempo, que compren un bote de test de marquis, y aprendan a hacerlo.
Otras sustancias que no son casi exactas entre sí, como estas dos, tienen reacciones mucho más claras y sencillas, como por ejemplo el MDMA, que al fin y al cabo es la droga de síntesis más consumida, bien sea en forma de pastillas o en forma de "cristal".

Y de esa forma, con cualquiera pastilla que probaseis con este test (un bote de 15 euros os sirve para 100 veces o más) podríais saber, si al menos lleva MDMA o MDA, o si por el contrario os están vendiendo otras drogas, más peligrosas, o incluso si os están dando una pastilla de azúcar.

Espero que os guste, os pique la curiosidad y os animéis a probar...
QUE NO OS ENGAÑEN!!

De que los consumidores aprendan a usar métodos para probar la calidad de lo que se les vende, depende en buena medida que lo que se vende, sea de mayor pureza, y de que muchos timadores, se queden sin posible negocio.


Symposion.