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martes, 15 de agosto de 2017

Alba - Bautismo

Este cuento corto, que fue el inicio de una serie que publicó algún capítulo en el portal Cannabis.es, es un relato de ficción en la que se camuflan muchos elementos verdaderos. Dada la naturaleza de lo narrado, dichos datos están convenientemente ofuscados. Por desgracia la historia tiene más de real de lo que a cualquiera nos gustaría, además ocurrió en estas fechas del 15 de agosto y la España cañi, y es simplemente un vehículo para contar cosas que no se pueden contar de otra forma (como que se venda la marihuana robada a los cultivadores en una casa cuartel, u otras peores).

Sin más, aquí quedáis, en manos de Alba.

Habrá más.

:))




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BAUTISMO


“Jodida puerca...” dijo, antes de escupirme a la cara y mientras iniciaba el movimiento de desabrocharse el negro cinturón de cuero de hebilla dorada que señalaba donde tenía que meterle una estaca a ese hijo de puta, para que dejase de ensuciar este mundo.

“Ya sabes lo que toca, zorrita...”

En un instante recobré una cierta consciencia de todo lo que me había llevado allí. A estar jodida, a sentir esa náusea, a verme inerme ante una mole grasienta y apestosa de malas intenciones. No porque quisiera follarme; no tenía problema alguno. Quería hacerlo cuando yo no quería.

Y el hijo de puta había aguantado los dos codazos en la cara, tras la patada en los huevos; estaba muy jodida. Me venía a la cabeza la película “Lamatanza caníbal de los garrulos lisérgicos” con Cesar Strawberry y el gran Manquiña, pero no me hacía ni puta gracia aquello. Me había metido en la boca del lobo yo sola, en el León rural y profundo de la España cañí. Lo que menos esperaba es que un tarado me fuera a violar en una jodida iglesia de pueblo, en las fiestas patronales de la Virgen de Agosto.

Por supuesto que ya había pasado por alguna iglesia. No por muchas, pero me contaron que el bautismo no me sentó bien: parece que tragué algo de agua y que -sin malicia por mi niñez- escupí al cura a la cara, cuando me giró y pronunció un extraño hechizo católico por el que me pasaba a llamar Alba

Como la mañana, la blanca, la pura... la mayor hija de puta del reino de Dios, es lo que debió pensar aquel cura. Aunque de eso hacía ya 19 años.

Volvía a estar allí y -esta vez ya me habían dado las hostias- me querían dar los Santos Óleos, pero a brochazos en el perineo. No tenía fuerzas y la rodilla que el bastardo había incrustado en mi costado, me tenía doblada por la mitad: me podía poner con el culo en pompa como una perra y partírmelo en cuatro sin que yo pudiera defenderme ya. Y en ello estaba el tipejo, cuando se escucharon unos pasos que pisaban el mismo suelo de lápidas que nosotros.





Recuerdo como aquel picoleto emitió una especie de gruñido imperativo -con esa altanería de paleto que suelen gastar en ciertas zonas rurales- preguntando quién andaba ahí. A su pregunta no escuché respuesta alguna, sino más pasos acercándose.

El tipo echó mano a su canana. Y acarició el cierre, abriéndolo con la delicadeza que no me estaba dedicando precisamente a mí, mientras deslizó la pistola en su mano derecha. En ese momento los pasos se detuvieron. El tipo graznó, algo más asustado, pero fingiendo más aplomo -el que le daba la pipa, claro- que la vez anterior.

“¿Quién coños anda ahí? Sal que te vea o te voy a buscar, rata!!”

Y esa fue la primera vez que escuché su voz: “Yo soy el Padre Heredia.”

El tipo saltó hacia atrás y deslizó rápido la pistola en la canana, mientras se le escapaba un cómico gesto que bailaba a medio camino entre santiguarse y el saludo marcial.

“¡Padre! Qué susto nos ha dado. Hemos venido yo y una amiga a charlar aquí, un poco más apartados, usted ya me entiende...”

“Claro cabo, por supuesto que le entiendo...”

Su voz sonaba tan ambigua ahora como grave y pesada antes. No era capaz de discernir si mientras decía eso, estaba frotándose la polla por encima de la sotana o simplemente se estaba achantando ante la situación. El cabo tampoco alcanzó a ver qué tono portaba la frase y volvió a probar suerte.

“Bueno, Padre, si no se le ofrece nada más... si quiere usted, me deja las llaves y yo le cierro la iglesia. Queda en buenas manos...”

“Toda suya, cabo...”


Sonó inquietante. Si no es por las llaves que le lanzó, hubiera creído que hablaban de mí. El cura añadió, sin acercarse más en ningún momento, que saldría por la puerta de la sacristía porque tenía que recoger unas cosas para un enfermo que necesitaban la Extrema Unción con la extrema urgencia habitual de la muerte.

Me iba a dejar allí sola, pero ya estaba acostumbrada a no meter a terceras personas en líos por mis asuntos, y a pagar -a veces muy caro- mi atrevimiento y falta de sentido común. Pude haberle pedido ayuda pero no lo vi claro, y no quise hacerlo. Escuché cerrarse la puerta y, como si fuera un gatillo, eso disparó al cerdo sobre mí. La conversación con el cura me había permitido ganar tiempo y recuperar el aire, aunque no me resistí. No tenía tanta fuerza.

Así que siendo pragmática: ¿qué podía hacer? Relajarme; necesitaba pensar. Estiré mi mano y noté su polla dura, así que la cogí y empecé a jugar con ella. El viejo alcohólico dio un brinco y mugió “...a esta putita le va la marcha, eh?” mientras yo me entregaba al placer de ser violada por un abusador con placa. Me seguía dejando hacer, pero con mi mano lo que evitaba era que me violase aunque él paleto armado creía que yo jugueteaba, cachonda perdida aplastada por semejante marrano con forma humana. Pero vi que no podía seguir mucho así y que tenía que decidirme: ¿qué hacer?

Me tiré a sus labios y los besé al mismo tiempo que con la cintura me frotaba contra su ombligo, como si estuviera en mitad del orgasmo más incontrolable de mi vida, y le pasaba la lengua por esa asquerosa boca putrida, hasta que él introdujo aquella masa de carne con sabor ocre a tabaco negro y coñac en mi boca. Era como una serpiente molesta paseándose por tus papilas gustativas, de la misma forma que el caballo de Atila dejaba yermo el suelo a su paso. Un plato exquisito, que no soportaba ya más...

Lo siguiente que recuerdo fue un tirón intenso y cómo mis mandíbulas chocaban entre sí, mientras mis uñas se hincaban con fuerza en las pelotas del picoleto, y notar el calor de la sangre chorreando en mi mano...

Y cómo casi me trago la mitad de su puta lengua; la escupí tan rápido como la rabia me permitió abrir la boca. Mientras, el tipejo gritaba ahogándose en sangre mientras no sabía si llevarse las manos al escroto, que le había abierto como un calcetín dado la vuelta, parándome en la uretra: mis dedos no llegaban a clavarse más.

Pero el cabrón se levantaba y estaba sacando su arma. No tuve tiempo para pensar: di una patada a un viejo cepillo de limosnas, clavándole al mismo tiempo mi tacón para fracturarlo y cogiendo -casi al vuelo- uno de los trozos más astillados de los pedazos que saltaron. Según me volví se lo clavé en el abdomen y se escuchó un grito lacerante en mitad de la casa de Dios: el violador cayó sobre sus rodillas y, como si fuera un diagrama de flujo expandiéndose, una mezcla de orina y sangre empezó a fluir de su perforada vejiga. Estuve por un instante -atónita- observándole pero pronto me di cuenta de que me iba a comer hasta los marrones de “el Lute” y que tenía que correr, sin mirar atrás...

Busqué instintivamente algo con lo que rematarle: peor que una condena era un psicópata como ese persiguiéndote. “No quiero moribundos que me busquen” era lo que resonaba en mi cabeza mientras abría un pequeño portón que contenía una botella y un cáliz, y cogía la botella del cuello para romperla y dar muerte al violador antes de huir para salvar mi pellejo. Una voz se escuchó -tajante y asertiva- detrás mío: “No. No rompas esa botella.”

Me quedé petrificada y -cual esposa de Lot mirando lo que no debía- como una columna detenida en medio de un giro sobre su eje, botella en mano. Aquella voz -que ya me sonó familia- continuó: “Deja la botella sobre el altar. Y vuélvete...”

Obedecí. Sabía que estaba cazada y que no tenía opción: no sabía qué me apuntaba por detrás y lo iba a descubrir en el acto. Dejé temblorosamente la botella sobre el altar. Miré instintivamente a los ojos del Crucificado que tenía de frente, presidiendo la escena, y sentí dolor. Me volví despacio, inicialmente mirando con el rabillo del ojo -con lo que no pude ver nada salvo el color rojo de la sangre por mi cara- pero según me sentía observada por aquel personaje, agachando la cabeza.

“Ecce homo” dijo, sin alterar su voz.

“Ecce mulier”, pensé yo.

Así era: ahí estaba. 
Expuesta y dolorida; al quedarme quieta todo empezó a dolerme. Asustada y a punto de matar a un hombre, en natural defensa propia, que había intentado violarme y al que no podía dejar con vida ya. Mis ojos marrón miel debieron contrastar con el rojo metálico de la sangre, porque cuando mi cabeza se irguió, sus ojos azul tormenta observaban -impertérritos- los míos.

“¿Qué ha pasado?” me dijo. No supe qué contestar, pero la expresión de mi cara junto con la dantesca escena debía dar algunas pistas, sin olvidar que mi ropa hecha jirones debió indicarle lo que allí había pasado. Buscando una respuesta que darle, me había hundido en mis pensamientos, cuando el goteo de la orina por la herida de aquel depredador me hizo reaccionar. Mi rostro debió explotar en un gesto asesino de ira, mientras notaba mis puños apretarse hasta hacerse de granito y mis dientes chocar hasta chillar como tizas sobre pizarras.

“No. Aquí no. Cógele de los pies.” me dijo y -de nuevo- volví a obedecer sin cuestionar nada.
Ahí le vi claramente por primera vez: era el cura de antes. El Padre Heredia, había dicho que se llamaba. Lo confirmó -el cabo- antes de que aquel sacerdote le dejase inconsciente de un puñetazo y le cargase -a peso muerto- por los sobacos.

¿Qué coños hacía con un cura en una iglesia sacando a un picoleto moribundo hacia el cementerio que había detrás? 

¿Por qué nadie llamaba a la policía? 
¿Qué hacía yo llevándole por los pies?

Cruzamos con el peso todo el cementerio y llegamos a una caseta con útiles, palas y picos y material de jardineria principalmente. Allí le dejamos caer a plomo; a mí el pánico me daba fuerzas de flaqueza aunque el cura respiraba intenso, pero no nervioso. Y mirándome fijamente me preguntó: “¿Cómo comenzó todo esto?”

“Marihuana... yo sólo quería un poco de yerba para fumar, porque me dolían los ovarios y tiene que bajarme la regla...” contesté a la vez que me escuchaba y las palabras parecían tan falsas que ni a mí me sonaban reales aún siendo la verdad.

“¿Te vendía él?”, inquirió.

“No. Un amigo me dijo que en la Casa Cuartel de la Guardia Civil de este pueblo, había comprado yerba en varias ocasiones. Al parecer se la roban a los cultivadores y la venden ellos y...” expliqué antes de que me interrumpiera con un “¿Y qué cojones hacéis en mi puta iglesia?”

Extrañamente avergonzada, como una niña reñida por el maestro, contesté: “me dijo que en fiestas no la podían tener en la Casa Cuartel porque venían muchos mandos superiores a la fiesta grande de la localidad, y que tenía un pequeño depósito en la iglesia. Me convenció y piqué... Lo siento.”

No sabía qué decir, ni qué sería lo siguiente cuando el Padre Heredia despertó al inconsciente Guardia Civil -a bofetones de mano abierta y revés- y cuando tenía su atención, le susurró cerca del la oreja lo siguiente: “Cuidaremos de tus hijos y tu familia, para que no sufran como tú...”

Los ojos del cabo se abrieron y clavaron en los del cura, e intentó decir algo. Pero sin lengua lo tenía clarinete, y sonó como un trombón ahogándose. Lo siguiente fue un movimiento -brusco- en el que la mano izquierda del sacerdote, que sostenía al tipo por el cuero cabelludo se disparó hacia fuera arrastrando la cabellera con ella, mientras la mano derecha -que le agarraba con fuerza la cabeza, ligeramente por debajo de la sien- girase en sentido contrario.

Rompió su cuello con la misma paz que se abre una botella de agua.

Yo estaba muerta de miedo, y ya casi convencida de que me tocaba a mí cuando el cura me lanzó una pala -que me sacudió en el vientre y la cara- mientras sarcástico me decía: “Si esperas que cave yo solo, tenemos un problema ¿eh?”

Terminar el agujero y taparlo -repartiendo la tierra sobrante- nos llevó dos horas. Creía que iba a morir, pero de agotamiento. Esas dos horas, no las narro: nadie me creería. El cura era un hombre de pocas palabras. Me llevó después a su casa, me ofreció ropa limpia que agradecí como nunca aunque daba la impresión de haber vuelto al siglo XX de una hostia, y me metió en la ducha. Curó mis heridas, me dio de cenar. Lavó los platos. 

Puso música: ¿“Lecciones de moderación” decía aquel estribillo?





Me dijo que le acercase una caja -de madera, labrada a mano- que tenía bajo unos libros de química en alemán. Obedecí. ¿Lo que nunca hacía con nadie, lo hacía con ese desconocido? Al abrirla, toda la estancia cambió de golpe su olor y parecía haber caído en mitad de una montaña de Kush. Él notó mi mirada en sus manos: debía notarla como si fuera el más poderoso Jedi intentando que la yerba volase hasta mí.

Lio despacio. Ni me miró. Se lo encendió y se lo lo estaba acabando, clavándoselo a cara de perro; yo me moría de ganas, pero no me atrevía a pedirle nada. Nada más. 

Entonces me miró sonriendo, como un niño pequeño travieso, y me pasó la caja de aquella yerba. Yo lie como si me fuera la vida en ello y justo antes de que me encendiera aquel costoso porro, me dijo:

“Ya sabes la lección: si quieres yerba, plántate.


Nos sobran cerdos para fabricar abono.”

jueves, 5 de enero de 2017

Vuestra ILP nacional NO NOS REPRESENTA.

Empiezo este 10º año de La Drogoteca con este texto, segundo sobre la ILP que se publicó en Cannabis.es, ahora que tenemos mucha más información sobre las intenciones y fuentes de financiación de estos iluminados que quieren que los autocultivadores de cannabis nos metamos en un registro controlado por municipales o guardia civil, con el peligro obvio que eso supone para el cultivador y su familia tanto a nivel práctico como a nivel político o ideológico, cuando hoy día existen aún llamamientos para ESTERILIZAR a los usuarios de drogas.

Como no queremos que se nos acuse más que de informar, no vamos -aún- a divulgar los planes de esta gente en cuanto a cómo conseguir firmas que avalen SU ILP ficticia para que puedan ocupar algún cómodo sillón o escribir algo más en el currículum.

Sólo cabe decir que si tenéis que esconderos de los usuarios de cannabis para intentar sacar esa ILP adelante, buscando firmas en San Fermín, o en partidos de fútbol y conciertos, es que esa ILP es un puñal que claváis sobre la comunidad del cannabis en España.

Yo, no lo haría.

Feliz año nuevo, 2017.

PS: Tengo el blog que parece el Bitcoin con las visitas, y no hace más que subir, así que habrá que pensar algo para celebrarlo. ;)

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VUESTRA ILP,
 NO NOS REPRESENTA...


Como os contamos hace unos días, el pasado viernes día 2 se presentó una ILP (Iniciativa Legislativa Popular) por parte de Fermín Les y Ramón Morcillo -presidente y secretario de RCN NOK, partido cannábico de ámbito navarro- para la regulación de los CSC y el autocultivo en toda España. Aunque se presentó el viernes, el texto no fue puesto a disposición de todos en ese mismo momento, y resultó complicado de conseguir (a menos de forma “oficial”). Si bien esta ILP se presenta como RCN-NOK ante los medios, en la web oficial de dicha formación política ni siquiera aparece una sola referencia a dicha iniciativa o ILP (aunque sí a otras actividades del pasado) y en su canal de Twitter no hay rastro de actividad alguna en muchos meses.
Recibimos dos links para Facebook que nos daban “enlace no válido o contenido retirado” y finalmente -gracias a Bernardo de SF Abogados- recibimos los textos de la ILP y el comunicado en nuestro correo, para leerla a fondo. Lo primero que sorprende es que semejante acción -tan mayúscula como presentar una ILP nacional- la realicen aparentemente sólo 2 personas. La foto circulante donde se ven 3 (con Bernardo, de SF Abogados) es sólo una foto como apoyo a la iniciativa a título personal, aunque -como nos ha indicado- no comparte como jurista el texto presentado en dicha ILP.
Si realmente pretenden conseguir 500.000 firmas válidas y esto no es un simple “brindis al sol” aprovechando los “restos de un partido político” (que a día de hoy -con varios partidos que llevan la regulación en sus programas- perdió ya gran parte de su sentido), resulta incomprensible que no hayan siquiera encendido Twitter para difundirlo, y que sólo sea visible -para algunos- en Facebook.
Sorprendentemente extraño, que no hayan consensuado nada del contenido con el resto de activistas, y también que no esté colgado el documento de dicha ILP en la pagina principal de su propia web (como poco), ya que parece el lugar más básico donde dejar tu propuesta para la lectura por parte de los demás: en tu propia web... ¿o no?
Así que... ¿esta ILP va en serio o sólo es para salir en la foto? Esta es la primera cuestión que me asalta, pero no la única... ¿Quién está detrás de esto realmente? Pues aquí el menda -que es más responsable con lo que publica de lo que parece- este fin de semana lo ha pasado manteniendo comunicaciones con casi todos los “actores relevantes” en este área del cannabis nacional, para tener una visión global de lo que activistas e interesados pensaban acerca de dicha ILP si la conocían. Y os cuento...
Muchos no sabían nada y les pillaba por sorpresa; otros lo sabían, pero no habían leído el texto aunque lo tuvieran en el correo esperándoles, y otros lo habían leído pero no estaban de acuerdo con ella. El desacuerdo -en general era patente- se manifestaba en distintos grados, desde el cobarde “no estamos a favor de la ILP aunque nos callaremos y no diremos nada, por no quedar mal” al visionario “esto es inadmisible, y hay que estar zumbados para creer que saldrán bien librados”. Es decir, yo que llamaba buscando a ver quiénes apoyaban el asunto, y lo primero que veo es que nadie lo apoya.
¿Nadie? Nadie públicamente quiere comerse los marrones que hay en dicha ILP en especial contra los cultivadores, con sus exigencias y limitaciones. También parece que nadie quiere mojarse mucho diciéndolo en alto, para no quedar como los malos ante una comunidad bastante divida ya. Yo aunque respeto sus posturas (no es fácil jugar en un entorno de estrategias donde se mezclan intereses personales y grupales) pero no tengo ningún problema en ser el malo de esta historia: el aguafiestas que le fue a decir al capitán que había demasiado hielo en cubierta, en un barco llamado “Titanic”. Continúo con la cantinela de esta ILP, mientras observo el iceberg y me tomo mi mojito “on the rocks”. Agarraos de nuevo, que seguimos.
Más que una verdadera propuesta de ILP -que conllevaría publicidad, difusión, y mucha gente coordinada para obtener en un plazo determinado el medio millón de firmas aprovechando cada evento (como el de su presentación desaprovechada) para conseguir más- el texto presentado parece un “testamento espiritual” de alguien que se despide, contándonos lo que le hubiera gustado llegar a ver. Esta ILP es una copia (casi calcada) de la presentada hace años en Navarra, a la que le han metido -malamente y con calzador- algunos artículos nuevos, como los escritos en “Finalidad”, y añadido algunos apaños más para que suene “coherente con su pretensión a nivel nacional”. El resultado es un texto chapucero y desequilibrado -en su fondo y en su forma- que no satisface a nadie de quienes lo leen: a día de hoy no he encontrado una sola persona que me diga “yo sí estoy de acuerdo con lo que dice esa ILP”. Ni una sola, pero seguiré buscando, por si acaso...
A mi entender, se nota la falta de cuidado y atención en lo escrito, la falta de aprecio -amor propio, dignidad- por el trabajo bien hecho, la falta de interés real en lo entregado, con un texto que no respeta una correcta estructura expositiva y  conteniendo faltas, erratas, expresiones sin sentido o risibles (como hablar de “la España”) y una vergonzosa narrativa -propia de un estudiante de primer curso de periodismo- que destroza, de antemano, cualquier aspiración de que el texto, si no llegase a útil -al menos- quedase bonito.
Cabe destacar el uso pseudo-aleatorio de ciertas mayúsculas, que parecen estar puestas -o no- en función de si le gustaba la palabra o concepto a quien estaba escribiendo en ese momento (como con la palabra cannabis: si la pones hazlo igual en todo el texto, hombre) o para intentar agradar a un posible lector reacio, imagino (como ocurría con Español y Española, que no son con mayúscula pero no han perdonado ni una repitiéndolos). Es un texto impropio -hecho a retazos y pegotes- para representar al colectivo de usuarios de cannabis en España y que, además, incluye propuestas que son un retroceso en nuestros derechos como cultivadores, y que ningún jurista que se precie del entorno cannábico se atrevería a firmar.
De hecho, esta propuesta de modificación de un norma legal -escrita con una cierta redacción “fanzinera”, para lo que son ese tipo de textos- no parece venir de la mano de ningún profesional del derecho: nadie se ha hecho públicamente responsable del contenido, por ahora, salvo los 2 mencionados que, corríjanme si me equivoco, no pertenecen al “mundo de los juristas”.
Vamos con el comunicado -presentado a la vez que la ILP- que tiene su miga, sobre todo si te has leído primero la proposición de ley que hacen estos 2 individuos. Y nosotros sí la hemos leído, y a fondo...
Tristemente hemos de repetir que, aunque sea un comunicado nada más, si aspira a representarnos, esas erratas y faltas de ortografía sobran y no se pueden aceptar. Esas cosas nos muestran como “dejados y poco cuidadosos” en el mejor de los casos o como “incultos cuyo único libro tocado en años es de papel de fumar” en el peor. Son estereotipos que, por desgracia, siguen vivos en parte, porque se apoyan en la terca realidad que algunos ofrecen. ¿No sería más normalizador que la figura del usuario de cannabis -si es que ellos lo son- fuera siempre limpio de faltas y errores, o al menos en los textos públicos? ¿O es demasiado pijo para unos porreros?
También sorprende del comunicado -en cuanto a su contenido- que no queda claro del todo si es RCN-NOK quien presenta esta ILP, si son esos dos señores (llamados Fermín Les y Ramón Morcillo) que pertenecen a RCN-NOK pero sin nadie más detrás, o si actualmente RCN-NOK no es ya más que ellos dos.
Tampoco sería raro si, como decía esta noticia, a Ramón Morcillo no le pareció bien presentarse a nivel nacional, hace tan sólo un año, porque la policía le molestó registrando su coche, durante media hora y le soltó un par de chulerías, tan habituales en algunos cafres de policía, si atendemos a los hechos narrados. De ser como dice la noticia, Ramón, sin acritud te digo que me parece lo mismo que cuando un futbolista se tira en el área sin que le toquen, en lugar de luchar la pelota e intentarlo de verdad.  Joder, que sólo te registraron el coche... ¿tan acosado te sentiste, machote?
No me queda claro si -como dice la noticia- tu renuncia, a presentarte a las generales por RCN-NOK, se debía al “acoso sufrido por el candidato” en el incidente mencionado... ¿cómo se te ocurre dar este otro paso, que te sitúa al nivel nacional -al menos en el papel, que lo admite todo- exponiéndote de una forma más grave? No suena muy coherente, no.
Nos hablan de que es “la primera ILP a nivel nacional” y, precisamente, eso creo que únicamente es y será: la primera ILP presentada, que no lograda, a nivel nacional. Intuyo que no tienen muchas esperanzas de que esto salga adelante -si realmente piensan intentar conseguir las 500.000 firmas, ya han perdido la publicidad y efecto del día de la presentación de la ILP; será que van sobrados de fuerzas- y que habrá otras iniciativas nacionales, no tardando mucho. Esperemos que las futuras ILP que puedan surgir en torno al cannabis y su regulación, sean -al menos- consensuadas para poder contar con mejores posibilidades de llegar a buen puerto, y no sean presentadas sólo para hacerse la foto. Puedo equivocarme y ojalá me tenga que comer mis palabras, pero lo dudo; ojalá esta acción consiga algo distinto que provocar más desunión en el “ya de por sí fragmentado” colectivo cannábico, viniendo como viene sin contar con nadie para su elaboración y presentación (así nadie más aparece en la foto ni saca provecho...¿no?).
Tendremos pues que esperar para ver con qué equipo cuentan, qué proyecto de trabajo tienen previsto para conseguir los objetivos, qué proceso seguirán, etc. Todo lo relativo a la logística asociada a una ILP nacional y que, por ahora, nadie del ámbito cannábico sabe qué planes tienen para su alcanec. Si hablamos de recoger 500.00 firmas -que deben ser validadas con los requisitos de una ILP- tendrán que contar con un “pequeño ejército de activistas” que vayan a conseguirlas por toda España, más otro “pequeño ejército” en las redes sociales como Facebook o Twitter (que tienen muerto desde hace un año). Deseando estoy que nos presenten al grupo activista que va a luchar, por llevar esa propuesta ante el legislador, apoyados por un pequeño porcentaje del pueblo español que dará su firma.
En el título que muestra el texto que nos han pasado (entendemos que es el mismo que se ha entregado al Congreso, y no otro) se lee que la ILP va dirigida -entre otros fines- a “regular el autocultivo para autoconsumo de cannabis, tanto a nivel personal como para clubes”. Sin embargo, en los fines que constan en dicha ILP -ver artículo 5 íntegro, sección de “Finalidad”- dentro de lo que allí han escrito, ni siquiera se menciona el autocultivo o el cultivo, lo cual es extraño como poco. Se mencionan a las asociaciones, a los consumidores, a los socios, a las instituciones y hasta a la tan traída y llevada “salud pública”. Pero ni cultivo ni cultivadores aparecen -por ningún lado- en ese trozo de pegote (comparen con la ley navarra y entenderán el porqué del epíteto) en concreto.
Y resulta más extraña aún esta ausencia cuando -sin que nadie, a día de hoy, lo solicite siquiera- saltan -en la ILP presentada- con que los cultivadores que se produzcan su propio cannabis, deberán estar dados de alta en un registro... ¿¿Cómo?? ¿¿Perdón?? ¿¿Qué estás diciendo??
¿De qué cojones el alta en un registro, si cultivar lo que yo me fumo es un derecho que ya tengo? ¿Mas estigma y marginalización? ¿Registros para fumetas, como si fuéramos peligrosos yonquis enloquecidos -estilo telediario de los años 80- que es necesario tener bajo control?
A lo mejor -da la impresión de que no tenían ningún jurista capacitado a mano, o lo tenían pero prefirieron ahorrarse el dinero de la consulta- no tienen claro que el derecho al autocultivo está fuera de cuestión, incluso en sentencias “poco amigas” y tan conocidas como la del “supremazo contra los clubs de cannabis”, donde el propio Tribunal Supremo habla de este derecho y lo menciona -repetida e insistentemente- sin cuestionarlo en ningún momento.
Simplemente plantear necesidad de registrarte -dar tus datos y revelar dónde tienes el cultivo, a un funcionario de tu ayuntamiento o corporación local- nos enfrenta con la realidad de que las propuestas, en esa ILP, se han hecho copiando ideas ajenas -surgidas fuera de nuestro país, como en Uruguay- que atendiendo a nuestra problemática y situación. Pero resulta que es esto es España, y España no está en Sudamérica: lo que allí pudiera ser conveniente -aunque lo dudo- puede no serlo en absoluto aquí, como os harán notar los cultivadores cuando conozcan el texto.
Por cierto, genios, me corroe la curiosidad, en serio...
¿Por qué vuestra propuesta viene a tocar los cojones -a los cultivadores de cannabis para su propio uso- con registros y limitaciones arbitrarias, pero cuando la presentasteis en Navarra ni siquiera mencionasteis el tema? Si no era lo bastante bueno para vosotros allí, explicadnos por qué puñetas pretendéis que nos la traguemos los demás.
¿Nos habéis tomado por gilipollas? Debe ser algo así -si creíais que semejante pisotón, a nuestros derechos y dignidad, iba a pasar inadvertido- pero va a ser que no: esa picha en mi culo no entra, hamigo...
En el texto hay otra perla interesante: vosotros mismos (y vuestro turismo) os permitís calificar el autocultivo de cannabis como un “ilícito penal”. ¡Toma! Menos mal que es “fuego amigo”. Supongo que -con urgencia y sin atender a festivos- os llamarán del gobierno de Rajoy para daros el mando del Tribunal Supremo y podáis corregir a todos. Como ya expusimos antes, el derecho a cultivar el cannabis que tu consumes, no está siendo puesto en duda por nadie salvo por vosotros, con esa calificación de “ilícito penal” que usáis -a modo de premisa justificatoria- en ese triste comunicado.
En cuanto al autocultivo de clubs o CSC's, estaría bien conocer si queda algo activo, a día de hoy en España, que cultive lo que vende (perdón, reparte, porque es todo todo todo sin ánimo de lucro, ¿verdad?) a sus socios o si -por el contrario- hablar de autocultivo de clubs en el actual panorama de CSC's resulta simplemente un gag más en esta historia. Más del 95% de lo que se vende en los clubs (sí, venden) proviene del mercado negro y, lo que en principio fue un recurso de emergencia, a usar sólo si la policía te quitaba tu cultivo -la compra mancomunada para socios- se acabó convirtiendo en el mecanismo de abastecimiento básico de los clubs. Si hay algún club que pueda presumir (porque sería como para presumir de ello) de producir todo lo que vende, o siquiera el 50%, que me lo haga saber porque merecen un reportaje: eso SÍ es luchar por salir del mercado negro y no otras formas de “asociación” cuya única actividad es vender.
El texto continúa explicando que su propuesta no es “la legalización del cannabis”, sino que es “lo que se puede hacer dentro de la Ley [sic] en la actualidad”. Cierto, no es la legalización no, y como mucho será lo que vosotros -¿dos?- creéis que se puede hacer ahora dentro de la ley (va con minúscula) en atención a vuestro criterio e información... ¿o de quién es esa opinión? Exactamente, ¿este texto, a quién representa? ¿Quiénes son los firmantes y sujetos con el criterio usado para toda España?
Dicho de otra forma más llana: ¿por qué este “yo me lo guiso y yo me lo como”?
¿De verdad no sabéis cómo será recibido? Yo creo que sí, que lo sabéis de sobra, pero que el objetivo de los autores se consiguió el día que se presentó la ILP, ya que no podéis esperar nada más de recorrido con lo que hasta ahora mostráis.
Añadís que, tras décadas de lucha, es importante que esto pase a hacerse ley en toda la piel de toro. ¿Y tras décadas de lucha no habéis aprendido que, si no se trabaja en grupo y con un cierto consenso, no hay nada que pueda salir adelante y menos “en toda la piel de toro”? ¿O vale con decir que es importante y que debe hacerse, para que mágicamente alguien se ponga y lo haga?
Claro que no podemos quedarnos de brazos cruzados en el actual momento -clave- con las sentencias y cambios que se están produciendo, pero que debamos reaccionar ante ello, no supone que lo hagamos con cualquier propuesta, sin importarnos la calidad de lo entregado y el lugar en que nos colocaría.
Sigue su escrito con un par de esas frases “paradójicas”, que muestran lo contrario de lo que expresan: RCN-NOK desaparecerá el día que el cannabis esté totalmente legalizado para “consumidores y no consumidores y consumidoras” [sic] y que no creen que esta iniciativa sea el final de nada sino el principio, de un largo camino, en el que esta ILP sería la “primera piedra legal sobre la que asentar un debate sobre el cannabis”.
Ok, lo que tú digas pero... ¿no os parece una “poco inteligente forma de debatir” eso de proponer algo tan serio como una ILP -nacional sobre cannabis- y hacerlo sin contar con nadie de los actuales “actores” en ese mismo área? Con estos comienzos nada sociables... ¿creéis que se animarán muchos activistas a debatir -nada de nada- con vosotros? Yo lo dudo, aunque os deseo suerte porque os hará mucha falta.
Decís que, hasta ahora, “el activismo ha sostenido esta batalla” y que se ha ganado, entre otras cosas “con mucha valentía y arriesgando vuestra libertad por la de los demás”. Wow, que duro suena eso... ¿verdad? Parece una justificación tipo, “yo lo valgo porque no soy calvo”, y este es su porqué: ese trozo es la base argumental e introductoria para decirle, desde Facebook a toda la sociedad, que ahora el papel es el suyo.
Esta épica frase, posiblemente rescatada de la anterior iniciativa llamada “tu papel importa”, me trae a la mente el nivel de preparación mostrado entonces, haciendo más “pobre” lo que estamos observando ahora. Finalizáis pidiendo permiso -en un párrafo coronado por varios “María” sin tilde- para construir “otro futuro tras el fracaso rotundo de la guerra contra las drogas”, mediante el poder de 500.000 firmas que, los ciudadanos del estado español han de confiaros.
Como usuario de drogas, yo no querría verme representado en mis derechos y mis aspiraciones por vosotros: con vuestra actitud, parecéis mas interesados en que se produzca un acuerdo -sin importar precio y sea el que sea- que en lo que haya de contenido en ese hipotético pacto.
Lo sentimos, pero vuestra ILP no nos representa.
PS: Desde aquí ofrecemos, a los dos responsables de esta ILP, una entrevista, con cámara recogiendo todo de principio a fin, en la que puedan ofrecernos sus directamente sus respuestas.

PD: Coño cómo sube todo hoy día... ;))



martes, 20 de diciembre de 2016

Católica cocaína... ¡¡Oh, blanca Navidad!!

Esta entrada fue publicada en el portal Cannabis.es, y me ha apetecido publicarla ahora que está calentito todo el revuelo por el cartel de la serie "Narcos" en la puerta del Sol en Madrid, con la frase "Oh, blanca Navidad" junto a la imagen del actor que representa a Pablo Escobar.

Me parece que la reacción de muchos -incluida la policía en las redes sociales- que han clamado contra el anuncio es simplemente hipocresía representada mientras quedan con su camello, para que les pase 4 ó 5 gramitos de cocaína con los que pintar de blanco su Navidad.

De la cocaína nos contaba Escohotado en su impagable obra -que en parte debemos a los infortunios que sufrió él por su relación con esta sustancia- que era un tónico que ningún animal rechazaba, del elefante al caracol. Y aquí traemos el ejemplo de otro más: un sacerdote católico, que bendice su nariz con esta sagrada cocaína.

Llega la Navidad, así que recordad que es mejor pillar antes y analizar que hacerlo a última hora.
Sed prevenidos y regresad todos tras las fiestas, no queremos bajas.
Aquí os quedáis con esta nevada de anestésico local.
Disfrutad.

:))

PS: El magnífico -e irónico- gráfico que acompaña al texto es obra de Gonzalo, un crack que era el director de Cannabis.es hasta hace poco tiempo. Desde aquí un cariñoso saludo con mucho respeto y admiración por su trabajo. :))


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Católica cocaína...


Ayer noche un buen amigo -y autor en esta página- me envió una noticia que me encantó. Me hizo volver a revivir una vieja conversación que tuve con otro más viejo todavía amigo, sobre drogas y teología. Al grano.



La cosa es que han pillado -o se la han jugado- a un cura en el Reino Unido y le han grabado metiéndose unas lonchitas de cocaína

¡¡OH MY GOD!! Yes, baby. El sacerdote, en lugar de abusar sexualmente de menores, como haría uno respetable, está esnifando farlopa tranquilamente mientras charla con un amigo. No hay desmadre, ni alteración, ni nada extraño en el comportamiento de este párroco. El comportamiento no, aunque su entorno es algo más preocupante: parece la casa de Lemmy -Lemmy es Dios- de los Motörhead


¿La casa está muy guarra? A Lemmy tuvieron que comprometerse a limpiarle la cocina, antes de que les diera permiso a unos amigos para grabar un documental sobre su vida. Pero no es eso. La casa está normal. Lo único que en el vídeo se observa un águila de metal -que podría ser el peluche de Hitler- y una gorra que podía habérsela robado a Lemmy en un descuido: parafernalia NAZI.
¿Qué hace la casa de un párroco decorada con parafernalia nazi? Según él, es que la casa es vieja y tal, si eso ya tal (porque la casa no es TAN vieja). Pero bueno, volvamos a nuestro tema que, si no, se lo lleva el viento. 
Unas rayas de -supuestamente- cocaína puestas en una bandejita delante del cura, a quien se le oye decir una frase que todos hemos dicho cuando nos ponen delante unas rayas de cocaína y nos dan un billete enrollado: “no debería”. No debería pero se mete la loncha de un tirón, como todos. [No puedo evitar escuchar esta música en mi cabeza al leer esto.]


¿Y qué? ¿Qué tiene de malo? Para mí nada. Y en realidad, para la doctrina de la Iglesia Católica, tampoco, pero eso os lo cuento luego. 

Para los ingleses, que son tan impresionables, está cometiendo un pecado imperdonable, un delito de consumo (porque allí consumir una droga prohibida, es tu delito y no tu derecho) de una droga de clase A y, además, el agravio de haberse realizado en “suelo santo” o en terrenos de la iglesia. 

Como he dicho antes, ya que el consumo de drogas es algo que la Iglesia Católica en su doctrina -actual- no tiene sancionado, es otro reparo de clase moral. Y al final todo queda en eso, porque nadie le va a pedir al cura que se someta a una prueba de drogas y tampoco ello demostraría que ese vídeo es del consumo de esa droga: adiós delito.


Que sí; que es blanco, con plumas, flota en el río y dice “cuac”: es un pato. Pero otra cosa es que aunque todos “sepamos” lo que es ese polvo blanco que esnifa, podría ser cafeína que es legal. Y por eso nadie le puede decir nada en el plano legal, aunque lo van a trizar igualmente al pobre hombre.

No se metió unas rayas dando misa, o en la sacristía antes de empezar para consagrar a toda hostia, no. Lo hizo tras “su trabajo”, como muchos policías, jueces y funcionarios de prisiones se meten rayas y lo que haga falta, tras su trabajo (los responsables, los otros no distinguen de horarios). 

¿Qué problema hay?

Cocaína, el nombre del problema tan blanco como la sotana del actual Papa Paco. Que ahora no está de moda la farlopa en el Vaticano, aunque no siempre fue así. No hay texto sobre la cocaína que no mencione al famoso Vino Mariani y al Papa León XIII, quien como gran aficionado al vino con farlopa le concedió una medalla papal al fabricante de tan delicioso -y católico, porque estos no dan medallas al enemigo- producto: vino farlopero. 

No es que la Iglesia Católica no haya perseguido las drogas: lo ha hecho con ahínco, que le pregunten a Sudamérica desde hace 500 años. Ha perseguido las que no le servían, gustaban o controlaban, y que no eran su santo vino.

No es casualidad que el primer milagro de aquel que estos señores dicen que era Dios, fue porque su madre le pidió que surtiera de drogas a un banquete de bodas: “hijo mío, ya que tienes poderes, trae droga para todos los invitados, cagando leches, que se nos termina la fiesta”. 
Y Jesús, obediente él, agarró unas garrafas de agua y las convirtió en -lo que los asistentes creyeron que era- un vino de la hostia, nunca mejor dicho. Es decir, lo primero que hizo fue una droga dura. ¡Coño, seamos sinceros! ¡Que era un menor! ¿Ya nadie piensa en los niños hace 2000 años o qué?

Iglesia Católica Revisited. ;)

Ya sé que la Iglesia Católica actual -el colegio gerontocrático que está en el poder en dicha secta- no ve con buenos ojos a “las drogas” como ente genérico y no pretenden entrar a hacer distinciones tampoco. 
Pero a nivel “legal dentro de la Iglesia Católica” o nivel canónico, el consumo de droga (no se distinguen legales o no, salvo su vino) siempre que no resulte incapacitante para quien lo efectúa -lo que sería equivalente en cierta forma a un suicidio lento a nivel moral para el magisterio católico- no llega ni a pecadillo venial. Es mucho más grave, pregunten a cualquier sacerdote BIEN FORMADO en teología y derecho canónico, hacerse una paja. Pecado mortal.

Hace unos -muchos ya- años tuve el honor de entrevistar a Xabier Pikaza sobre este tema de las drogas y otros, a raíz de las declaraciones (opiniones) más extemporáneas que oportunas de un obispillo sobre el temita. Xabier Pikaza es un teólogo, de los que muchos llamarían “teólogos malditos”. 
Ha sido sacerdote mercedario (Orden de la Merced que, originariamente, se intercambiaban ellos mismos a cambio de prisioneros de los musulmanes, tras las cruzadas, para liberarles) la mayor parte de su vida, y siempre estuvo enfrentado con Roma (o Roma enfrentada con él). 

Tanto es así que era profesor en la Universidad Pontificia de Salamanca (uno de los bastiones teológicos del pensamiento) sin que Roma le hubiera concedido el “Nihil Obstat” o “no hay problema” (un permiso), para que pudiera dar clase de ciertas asignaturas: demasiado peligrosas las ideas de este tipo.... que llegó a cuestionar la virginidad de la virgen, o a decir que lo más probable que pudo haber ocurrido con el cuerpo de Jesús, fue que acabase en una fosa común con el resto de cadáveres que el sistema romano generaba. 
Y ya sabéis que la Iglesia Católica y la sinceridad absoluta, pues no se llevan del todo bien. Al final Xabier Pikaza, acabó por dejar los hábitos de una secta que le trató más como un enemigo que como a uno de los suyos, aunque sus ideas fueran complicadas de aceptar y fuera una voz crítica.



Cuando le pedí que me explicase un poco lo que -en realidad y no a nivel de cura maniqueo- decía la Iglesia Católica sobre las drogas en su doctrina (lo demás, son opiniones personales) me aclaró que la doctrina católica no tiene nada contra las drogas, sino contra aquello cuyo uso dañe al individuo, llegando a plantearlo como un problema sólo cuando es equivalente a una forma de suicidio: muy similar a lo que hace un fumador crónico con su cuerpo o un alcohólico con el suyo, la sustancia no les importa a día de hoy, porque en el pasado llegó a haber penas hasta de muerte por consumo de sustancias que hoy en día encontramos en cualquier bar del país.
Y los sacerdotes, no dejan de ser humanos. Si el Papa podía meterse cocaína sin que ello fuera un problema, cosa que seguramente haría en suelo santo porque vivía -como el resto de Papas- en el alicatado Vaticano... ¿qué ha hecho mal este cura metiéndose unas rayas de cocaína? ¿No las bendijo antes? La carne es débil, comprendamos. Y este ministro de Dios no ha “molestado” a ningún niño. 
¿Quién le va a tirar la primera piedra por haberse dejado engañar y ser grabado metiéndose una loncha mientras charla con un amigo?

Como me dijo en su día Xabier Pikaza, y se ocupó de dejarme muy claro, de existir Dios y si ese Dios era Jesús, “para Jesús no hay más que un pecado, que es no amar, es decir, no compartir la vida con los demás, en un sentido activo y receptivo”. 

Dicho de otra forma: si Dios existe se va a preocupar mucho más de cómo has tratado a tus semejantes que de las rayas que te metiste cuando el ser humano decidía tener la cocaína como delito. 
A Dios, Jesús, Alá, o Buda, se la pela mucho lo que te metas mientras no te estés matando con ello, vamos, que tampoco es que aplaudan el suicidio químico, pero no se meten en lo que te metes, valga la redundancia.

Si alguna vez te topas con un cura ladrando contra las drogas, pídele que se ciña al derecho canónico y a la doctrina oficial -magisterio- de la Iglesia Católica. Es más fácil eso que el que te encuentres uno metiéndose cocaína. Y nosotros, no tenemos la culpa de que esos ministros del crucificado no conozcan bien sus propias enseñanzas.

¡¡Ama, ama, ama!!
¡¡Y ensancha el alma!!

lunes, 12 de diciembre de 2016

Fidel Castro: un dictador menos contra el cannabis.

Este texto fue publicado en el portal Cannabis.es tras la muerte del dictador en Cuba, y lo dejamos aquí con la absurda esperanza de que, en el futuro, nadie siga a ningún tirano ni se haga camisetas con asesinos.

Esperemos que os guste, pero si no es así, nos da bastante igual: tenedlo claro, comunistas y rojos de diversos pelaje.

Disfrutad, uno menos.
:)

PS: No queremos pasar esta ocasión sin RECLAMAR LA LIBERTAD DEL GRAFFITERO CUBANO "EL SEXTO", PRESO DESDE LA MUERTE DEL DICTADOR POR UN GRAFFITI
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Uno menos: Cuba verde y libre.



Ya se murió el burro que traía la vinagre.
Ya lo llevó Dios de esta vida miserable...




Que tururururú, que tururururú...
Que tururururú, que la culpa la tienes tú!!

Estiró el pescuezo, arrugó el hocico...
Y, con el rabo tieso, murió de improviso.


La letra no es mía, ni la música -la malaostia sí- porque hasta donde yo sé, son de Víctor Jara con una canción tradicional. Tal vez alguno diga: “ah sí, Víctor Jara...”
La mayoría no le conoceréis, pero vuestro padres o abuelos sí. Víctor era -sobre todo- un maestro chileno y que no se callaba ante las injusticias -como otros maestros, los 43 de Ayotzinapa que eran todos estudiantes de “la normal” (el antiguo nombre de las escuelas de magisterio) y “desaparecieron sin dejar rastro a manos de la policía y los cárteles de drogas en México”- y que además le gustaba el teatro y lo dirigía y para colmo, tocaba la guitarra y cantaba...


Claro, si cantas bonito para “el régimen” no tendrás problemas. Eso era así antes y ahora, o que miren las entrevistas del recientemente difunto Javier Krahe. Pero Víctor Jara no solía estarse calladito y solía molestar: era maestro, coño!! Y por eso, un buen día le trincaron, le llevaron a torturar un ratito -esta gente del dictador Pinochet que se lo tomaban todo muy a pecho- y luego le pegaron un tiro en la cabeza y muerto el perro, se acabó la rabia. Es lo malo de las dictaduras, que si eres amigo del dictador y sus secuaces, puedes vivir bien. Pero no pinta igual para el que tiene ideas distintas sobre cómo hacer las cosas, los derechos humanos y menudencias de esas. A ese le dan “lo suyo”.
En Rusia “te purgaban” y desaparecías o te pagaban un tren a Siberia con billete de vuelta para 30 años después. En Corea del Norte, depende del día: si no ponen nada bueno en la TV, te echan a 120 perros hambrientos mientras hacen a tu mujer presenciarlo (ya que pone un marido, que lo vea en primera fila, como en “La Voz”) o te mandan a un campo de trabajos forzados (como los de los nazis alemanes pero sin gas en las duchas) hasta que se te quiten las ganas de opinar.
Es como cuando el protagonista de la serie “Padre de Familia” coincide en un episodio con Hitler e, intrigado por dicha figura histórica, le pregunta qué hace... y si hace “cosas nazis”. 


Pues eso, en este caso, todos estos hacen “cosas de dictadores”. Y de hecho, en España, sufrimos uno durante unas décadas; y el muy cabrón palmó en la cama (grrrr).
¡¡Y se ha muerto otro más: alegría!!
Algo que toda la humanidad debe celebrar, siempre, la muerte del tirano, porque estos no se marchan con unas urnas de nada (cabe mencionar que Pinochet es una excepción a esta norma, y que se fue tras unas elecciones) sino que se agarran hasta el final, en este caso cediéndole el bastón de mando a su hermanito Raúl; todo queda en casa.
Sin embargo, esto que puede parecer tan obvio dicho así, no lo es.
Y si no lo creéis, mirad la que le han montado al bueno de @Hackbogado en Twitter por decir una verdad: “que era un dictador, y que uno menos”. Es que como ellos son “comunistas” pues no van a hacer fuego amigo, aunque eso sea negar la existencia de algo similar a un cerebro en su morfología.
Para muchos, Fidel Castro es un personaje cuyos valores son dignos de imitación y tal. En concreto, por su papel en la llamada “revolución cubana” que pasó de ser una esperanza para el pobre, a convertirse en la cárcel del desposeído de todo ya. Pasó de ser “la perla del Caribe” a “la isla de la resistencia contra el imperialismo” con una obstinación ideológica propia de un creyente. Esto resulta curioso, cuando resulta que la revolución cubana no era “intrínsecamente comunista” sino que eso fue un “añadido” con el que Castro tuvo que tragar y que no le hacía mucha gracia. Luego, cuando comía gracias al “comunismo de los misiles rusos y la guerra fría” tuvo más cercanía y así se mantuvo hasta ahora.
No voy a entrar en el salvaje e injusto castigo que USA ha infligido a Cuba durante décadas, que es incuestionable, y que es -en buena medida- responsable de una parte de los males que asolan la isla y que ha sobrevivido gracias al turismo, principalmente. Lo que es una mierda lo es aquí y allí, y USA ha sido el pie que apretaba el cuello de un tipo que ya de por sí no respiraba nada bien, con su conocido embargo. No creo que USA sea un país al que admirar, pero al menos no es una dictadura.
¿Cuba una dictadura?
Sí. Una dictadura. Y quien no lo quiera ver, cegado por la ideología o por un póster del Che Guevara observándole desde la pared, que repiense las cosas un poquito. Y ya que aparece el Che por aquí -compañero de Fidel en esa revolución que acaba de morir un poco más- me gustaría apuntar un par de cosas curiosas de ese gran hombre
Hay quien tiene una idea extraña de que -de alguna mágica forma- el Che representa a la justicia y la libertad humana. Por un lado, tenía un extraño placer en matar, que reconoció en frases como “me encuentro en la selva cubana, vivo y sediento de sangre” y en actos como pegarle un tiro a un tipo con quien tuvo un problema, y quitarle sus cosas: “ahora son mías”. 
O a un campesino acusado de dar información, a quien ejecutó mientras decidía si era o no culpable, rematando con un “tenía que pagar el precio” como modo de ejemplo para otros. Aunque no siempre mataba, y a veces sólo simulaba ejecuciones como modo de tortura.

¿Alguien ha dicho ISIS? Seguimos.
Le nombraron jefe de la prisión donde se ejecutaba a los “enemigos de la revolución” (sea lo que sea eso) y animó a los jóvenes a matar sin tonterías, para sacar adelante su mundo ideal sin detenerse en nimiedades:
“Los jóvenes deben abstenerse de cuestionamientos ingratos de los mandatos gubernamentales. En su lugar, tienen que dedicarse a estudiar, trabajar y al servicio militar.
¡Los jóvenes deben aprender a pensar y actuar como una masa, es criminal pensar como individuos!”
Me da la impresión de que el Che Guevara también hubiera prohibido los MEME en Internet.
Para dejar un testimonio suyo, sobre eso de matar, tengo un par. En uno le cuenta a su padre que descubrió pegándole un tiro en la cabeza a un tipo y robándole sus cosas, que le gustaba matar. En otro, que lo de matar era un acto ejemplarizante y necesario (cosa que servía para justificar sus acciones, obviamente).
Tampoco le caían bien los periodistas, los jueces que insistían demasiado en procesos judiciales, ni los gays; para estos últimos creó un resort vacacional en un lugar llamado Guahanacabibes, donde la máxima era “el trabajo os hará hombres”, no muy lejana a aquella ironía de aquel campo de concentración alemán donde se leía “el trabajo os hará libres”. Así “curaba” a los gays el Che cuando no estaba presenciando fusilamientos -le subía la moral- en la prisión. Luego, le faltó la sangre en una Cuba ya controlada por Castro, y se piró a por más sangre de mercenario por el planeta.
Castro no perdió comba de estos adelantos del Che y lo de los campos de concentración, yo mismo puedo recordar cómo fueron usados contra homosexuales, usuarios de drogas y enfermos de VIH/SIDA en los años 80. En cuanto a lo que nos ocupa, las drogas y su política tras la muerte del dictador en Cuba, teniendo en cuenta que al mando sigue su hermanito Raúl, nada nuevo se ha de esperar. Es más, en una de las últimas cumbres latinoamericanas, los mendas cubanos se despacharon a gusto diciendo que allí no había ni una planta de marihuana ni droga alguna, y que eso era -como no- porque si tenían que darle matarile a los narcos y drogadictos, se lo daban. Vamos, un estilo muy “colonial” y similar al de Filipinas con el encantador Duterte, que 4000 muertos le parecen muy pocos y quiere otros 40.000 en este año (incluyendo escuelas y fábricas en sus escuadrones de la muerte).
Por supuesto que en Cuba hay drogas: cocaína y marihuana principalmente, para el turista. Ellos, como mucho, se intoxican con alcohol y benzodiacepinas. Es cierto que los cubanos no toman drogas (si no les invitan) pero porque elprecio de las mismas, para su nivel de vida, es desmedido. Pero, en el campo, sí que hay producción de yerba y alcohol ilegales, tolerado por zonas.
Cuba mantiene una oposición más ideológica que de otra clase contra las drogas. Básicamente, su posición está heredada -directamente- de los postulados oficiales rusos. Eso hasta que la antigua Unión Soviética desapareció -dejándoles huérfanos de ideas y dinero- y se quedaron como estaban en ese momento: enemigos a muerte de las drogas, como la URSS que durante años y años no tenían ciudadanos drogadictos, homosexuales, ni parados... o al menos ese era el discurso oficial y se acabó el preguntar más, por los huevos del Zar.
En Cuba, ni había ni hay usuarios de drogas. Lo del SIDA, pues ya hace años admitieron que sí existía en la isla... pero “traído por el turismo sexual al que les obligaba el embargo”. ¡Como si no supieran lo que son los condones, o el intercambio de jeringuillas! Y más teniendo un buen sistema de salud (al menos en lo educativo, formativo y preventivo) como sí que tiene Cuba.
La política de drogas en Cuba, guste o no, ha sido una vergüenza en la que se metía preso a un tipo con una planta pero a los turistas se les vendía -y vende- de todo, con el conchaveo de la policía. Eso finalmente conduce a que sea el mercado negro de la droga el que pague el sueldo de los policías, y eso miren a dónde conduce: ¿les suena México? Castro era una momia que vegetaba en chandal y Raulito le va a la zaga: mientras vivan esos, en Cuba no cambiarán nada en esta materia.
Y cuando lleguen los cambios, será cuando llegue el dinero y la apertura a ciertas drogas, como la ya todopoderosa marihuana, que no cabe duda de que entrará y pondrá sus garras en Cuba -de forma masiva y no poco a poco- y lo hará en manos de empresas norteamericanas. Al igual que el resto de los países, es poco probable que Cuba vaya a adoptar leyes de permiso para el autocultivo, de manera que se estarán condenando a ser deficitarios y compradores, inclinando en su contra la balanza de pagos con USA. La otra opción, que sería ideal que algún partido -en el futuro, claro- político cubano tomase por bandera, es la de legalizar la producción y venta de cannabis de manera que Cuba se convirtiera en el paraíso del fumeta (adiós prostitución asociada a la pobreza) ya que con su clima, se lo puede permitir y sería un reclamo turístico de primer orden que genera riqueza para toda la cadena implicada en su producción y elaboración. Algo que, también, debería estar haciendo España desde hace al menos una década en lugar de andar poniéndole impuestos al sol.
Que la isla caribeña se convirtiera en una “Jamaica sin reggae pero sabrosona”, sería además la prueba de que Cuba, al fin, es libre. Pero libre de verdad; tan libre que se pueda gritar bien alto que Cuba es VERDE!!


hasta nunca, Fidel
tanta paz lleves como dejaste donde estuviste.