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domingo, 13 de diciembre de 2015

Tim Leary: animador sociocultural a base de LSD

Este texto fue publicado en el Portal Cannabis.es y esperamos que os guste.

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Timothy Leary

Uno de los personajes por excelencia de la cultura farmacófila del pasado siglo, que casi todo el mundo conoce de oídas, es Tim Leary. Su nombre evoca casi de forma inevitable la presencia de la LSD y sitúa rápidamente el contexto en los años de la explosión hippie en los USA, y una aproximación lúdica -con la amplitud del concepto de "ludus"- al asunto de los enteógenos.

Albert Hofmann fue el paradigma del científico respetable, responsable. Stanislav Grof, declarado padrino de la sustancia por el creador de la misma, es el modelo de aproximación terapéutica a la LSD y uno de los grandes cartógrafos de la conciencia humana. En el aspecto químico, gente como Shulgin o Nichols son los que siguieron y acompañaron el desarrollo de la enteogenia.





¿Pero qué sería la figura de Leary? 
¿Un chalado bromista? ¿Un payaso divertido como le calificó Hofmann? ¿Un héroe de la conciencia como dijo Allen Ginsberg?

¿El hombre más peligroso de América -y enemigo público número uno- como sentenció el corrupto Nixon?

Su vida asemeja la de una neurona situada en algún punto estratégico del cerebro, sirviendo de interconexión entre miles de eventos y personas, percepciones y sentidos, que en un buen momento se activó y no dejó hasta el momento de su muerte de explorar las fronteras de lo que iba siendo el nuevo paradigma de las posibilidades de un hombre plenamente desarrollado, y conectado a las oportunidades que el mundo le ofrece. 

La definición más apropiada que encuentro para él, es la de animador sociocultural. El animador es la persona que utiliza el conjunto de prácticas sociales que tienen como finalidad estimular la iniciativa y la participación de las comunidades en el proceso de su propio desarrollo y en la dinámica global de la vida socio-política en que están integrados.

Leary, nació en el ámbito de una familia bien situada, con un padre con tradición militar y que ejercía de dentista ocasionalmente mientras dilapidaba los recursos familiares. Su madre era una maestra que tras el abandono de su marido, cuando Leary tenía 13 años, quedó viviendo una apocada vida con su hermana, ambas de estricta formación religiosa y moralista. Expulsado de varios centros y pasando la academia militar, acabó siendo un psicólogo con ideas brillantes y con buenas perspectivas, con cabida en varias universidades del país.

No fue ningún hippie inconsciente y entregado al hedonismo asocial. De hecho, si no hubiera sido por la irrupción en su vida del misterio de los enteógenos, a manos de un colega suyo más joven que él -el psicólogo Frank Barron- que siguiendo los pasos del conocimiento desenterrado por Gordon Wasson y los hongos psilocibios mexicanos había tenido su particular 'Eleusis', Leary no parecía tener el menor interés en las drogas.

Tenía 40 años, 2 hijos pequeños y estaba sólo tras el suicidio de su primera mujer, cuando en México tuvo su primer contacto con un enteógeno. Ese encuentro de la persona con la sustancia despertó en Leary el mecanismo de búsqueda de la aplicación positiva de las drogas a los humanos. Desde ahí, todo lo que ocurrió fue muy rápido. Esa sesión ocurrió en 1960, y menos de 3 años después Leary ya estaba fuera del circuito académico de Harvard, expulsado con Richard Alpert, aunque según su propio testimonio había abandonado ya el entorno asfixiante y desolador de continuo enfrentamiento hacía sus propuestas, y estaba embarcado en la creación de centros de enseñanza del manejo de psiquedélicos.




En Harvard, se había ido polarizando el ambiente en torno al tema de las drogas activadoras del cerebro, hasta el punto de que viejas amistades se separaban por culpa de esas posiciones, hasta quedar dividido el profesorado y los estudiantes entre aquellos que se sentían hermanados por la acción de la psilocibina y drogas similares, y los que estaban fuera de ese grupo. Los intentos de Leary de introducir al resto de colegas que le cuestionaban, nunca dieron excesivo fruto, y seguía siendo la gran vergüenza de muchos reputados profesores, que los alumnos prefirieran las clases y estudios que impartía Leary y su grupo, a los que impartían ellos y nada tenían que ver con el uso de drogas como herramienta en la exploración de la psique. Eso no se lo perdonaban.

Un año antes de su despedida de Harvard, y cuando se estaban llevando a cabo los experimentos de la Prisión de Concord, en los que se estudiaban las posibilidades de cambio de conducta en criminales con altas tasas de reincidencia, y el de Viernes Santo (Good Friday) en el que se indujeron experiencias místicas a personas de diferentes cultos religiosos, un hombre que había conseguido de forma poco clara 1 gramo de LSD (10.000 dosis estándar o 5.000 de aquella época) a través de Sandoz, había experimentado los efectos de la misma y había decidido "enchufar" al mundo a la revelación lisérgica. 

Aldous Huxley, a quien acudió a visitar tras su experiencia, le puso en contacto con Leary. Y fue así la forma en que el gran contacto entre la persona y su destino se produjo.

A pesar de que Leary había desarrollado una amplia experiencia en esos dos años con el uso de la psilocibina, y de la mescalina -fácilmente adquirible mediante empresas químicas- la experiencia con LSD le supo como la más arrebatadora de su vida, y a ella quedó consagrado en ese momento.

No creo que la experiencia con LSD sea más "demoledora" o reveladora que la que se tiene con psilocibina o con mescalina: o bien se debía a las fuertes dosis que se empleaban en aquella época, o a unas expectativas muy determinadas. Tal vez las dosis que tanteaban Leary y los suyos en mescalina y psilocibina eran dosis más sencillas de manejar, lo cual parece bastante posible ya que fue con esta última con la que Leary tuvo su primer encuentro sexual bajo los efectos de un psiquedélico, descubriendo un universo de ricas posibilidades en materia de sexo y drogas combinadas.

Deslumbrados por todas esas drogas en general, toda la clase contracultural de pensadores, científicos y artistas, se entregaban a la experiencia mística, con una posterior incorporación en sus vidas de filosofías en busca del yo y la perfección. Pocos eran los que hacían de su uso algo puramente lúdico. Todos, según él, buscaban la luz. Desde la tímida Marilyn Monroe que le abordaba para conseguir LSD en una habitación, a la ya posterior amante de Kennedy y sus planes para iluminar a toda la clase dirigente.

El constante pasear entre celebridades de Hollywood, músicos como John Lennon -con quien grabó "Give Peace a Chance", y quien compuso "Come together/Join the party" para ser el slogan del partido con el que Leary intentó hacerse gobernador de California- o Hendrix, y con todos los poetas y escritores malditos de la generación Beat como Burroughs, Ginsberg o Kerouac, acabaron por situarle en el papel de icono de la rebelión propia de esa época y por borrar cualquier opción a que se estableciera de forma seria dentro de la comunidad científica.





La famosa residencia de Millbrook, era el epicentro de una raza de nuevos seres experimentadores de las multi-realidades humanas, que era una afrenta para el propio país y su conservadurismo.La gran duda era qué volaba más rápido allí, si las bragas de las jóvenes o el ácido.

Leary era cada día un personaje más molesto para el establishment que buscó, a ser posible, conseguir que se retractase públicamente de sus afirmaciones sobre el uso de drogas como algo positivo. Y decidieron animarle a ello.

Así le llego la hora en que por un par de chustas de porro y algunos gramos de yerba, tuvo que elegir entre pasar una vida en la cárcel, o dejar que su hija y su mujer cargaran con ello. 

Ya en prisión, engañando al psicólogo que le hizo unos test de personalidad -que había validado/estandarizado para la población él mismo siendo profesor en Harvard- Leary, fue enviado a una cárcel de mínima seguridad. Con la ayuda de la Hermandad del Amor Eterno (un grupo minoritario y selecto que tenía acceso a las drogas y su distribución en el país) y de los Weathermen, que eran una especie de grupo revolucionario de estudiantes con una estructura e infraestructura similar a la de un grupo terrorista, consiguió fugarse de esa prisión.

De allí paso a ser huésped de los Panteras Negras en Argel, de los que tuvo que acabar huyendo, de un traficante de armas europeo en Suiza, de un psiquiatra en Francia, para acabar siendo "extraditado extraoficialmente" cuando puso pie en Afganistán.

En ese periodo, al principio de los años 70, fue cuando se produjo el encuentro entre el agitador Leary y el sobrio Hofmann. Parece que el poco aprecio fue algo mutuo, aunque ambos supieron mantenerse en un clima cordial (como muestran las fotos que existen de ambos riendo).
Leary sólo le dedica 2 párrafos en su autobiografía -entre más de 600 páginas- a ese hecho, tal vez como respuesta a lo que Hofmann había escrito sobre él en "LSD - Mi hijo problemático”.




Cuando volvió a la cárcel acabó siendo utilizado por el FBI para intentar conseguir información que vinculase a unos y otros con rusos o comunistas, y en vista del poco éxito, se dedicaron a crearle fama de delator. Finalmente, cuando cayó Nixon fue cuando le acabaron dejando en paz.

Desde entonces siguió abriendo camino en el mundo del ciberespacio, que absorbió buena parte de su creatividad y de sus nuevas ideas sobre globalidad y comunicación, sexo, relaciones humanas, lenguaje y evolución cerebral. Posiblemente con mucha menos ingenuidad de la que le había caracterizado desde que se entregó a las drogas psiquedélicas, pero con una riqueza y percepción mucho más afilada.

Siguió tomando drogas, y algunas le parecieron interesantes para abrir nuevas regiones de la mente. Según él, avanzó con el estudio del "Adam, XTC, Ketamina, e Intellex". El Intellex no es otra cosa que el 4-metil-Aminorex -también conocido como "Euforia"- y que es un estimulante simpaticomimético con efectos de mejora en las actividades cognitivas.

Idealista y utópico hasta su final. Leary muere un 31 de Mayo de 1996, de un cáncer de próstata inoperable (el que sufrirán 1 de cada 3 varones occidentales de nuestra época).

Sus últimas palabras fueron: 

"¿Por qué? 
¿Por qué no? 
¿Por qué no? ¿POR QUÉ NO? 
¿Por qué no? 

Hermoso..."

Parte de sus cenizas, fueron enviadas al espacio en un vuelo espacial, un año después. Es -con certeza- el usuario de enteógenos que más lejos ha llegado.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Ayahuasca y sus voces en el mundo real: Ayahuasca Conferente en Ibiza 2014


Este texto fue publicado por la Revista Yerba.
Esperamos que os guste.

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Ayahuasca Conference Ibiza 2014


Entre los días 25 a 27 de septiembre , en la conocida y soleada Ibiza, se celebra la World Ayahuasca Conference 2014. ¿En qué consiste el evento? Pues en un maremagnum de actividades, charlas, cenas y conferencias, con lo más granado del panorama ayahuasquero a todos los niveles.




El plantel es de lujo, ciertamente. Cuentan con los nombres más relevantes (y da la impresión de que están todos los que son) y con más tirón para asegurarse el éxito en un evento que no es moco de pavo. El trabajo que supone reunir a las personalidades que han confirmado su asistencia con una logística aceptable en un entorno que ayude ha tenido que ser enorme y ahora veremos los frutos.

Es cierto que las entradas resultan caras para los bolsillos de los aficionados y que eso no ayuda a expandir el conocimiento relativo a la ayahuasca. Oscilan entre los 215 euros -simplemente con el derecho a asistir a las conferencias- y los 1000 euros que incluye las conferencias, las comidas, los cafelitos, el cocktail del día 24 viendo la puesta de sol y hasta la cena de cierre con todos los ponentes, y hasta una camiseta. 

Asimismo hay una pléyade de actividades, seminarios y cursos concomitantes a la conferencia que tienen un precio aparte, con descuento para los que ya estén inscritos en las charlas al menos. Tal vez alguien no tendría problema en pagar 50 euros para poder escuchar y preguntar a algunos ponentes, pero se ve sobrepasado por el precio mínimo para acceder, y eso es una pena para muchos a quienes les gustaría asistir, si no a todo el evento, sí a algunas partes del mismo.




También es comprensible que se haga de esta forma para equilibrar en cierta forma la demanda que generan ciertos ponentes. Personas -personajes- como Antonio Escohotado llenan sin problemas aulas magnas con charlas sobre sus trabajos, sin ser específicamente asuntos de drogas, y generan una expectación que se traduce en asistencia a los eventos en los que participa. No se me ocurriría negar la relevancia del señor Escohotado, en estos asuntos y otros, pero seguramente él coincidiría conmigo en que la demanda que una figura genera sobre el gran público no siempre tiene que ver con su valor en un campo dado. 

Si Stephen Hawking diera una charla sobre productos financieros de alto riesgo en Estepona, seguro que se desbordarían las posibilidades logísticas de asistencia sólo con la demanda de medios de prensa que querrían cubrir el evento, aunque no parezca probable que la gran mente de Hawking para la física tenga mucho que aportar al mercado de riesgo de productos financieros.


Los ponentes del evento: 
¿qué y a quién escuchar 
según nuestros intereses?

Entre los ponentes tenemos todo tipo de profesionales que han establecido distintas relaciones con el núcleo del asunto: la ayahuasca.
La lista la podemos agrupar de la siguiente forma -sin que sea exhaustiva- para dar una idea bastante completa de lo que se podrá ver en la conferencia. Como Chamanes usuarios de la ayahuasca y receptores del conocimiento tradicional del brebaje (que occidente conoce desde hace menos de un siglo) tenemos al Taita Juan Bautista Agreda de Colombia, al Taita Franklin Columba de Ecuador y al Sia Kaxinawa de Brasil, jefe de la tribu Kaxinawa.


Taita Juan Bautista Agreda


Entre los químicos y etnobotánicos, tenemos a Dennis Mckenna por USA y a Glenn H. Shepard de Brasil acompañando al plato fuerte para algunos en ese campo: el ya sexagenario Jonathan Ott, que fue el brillante químico que despertó el interés del gran Richard Evan Schultes (íntimamente ligado a la ayahuasca) hasta el punto de ponerle en contacto con Robert Gordon Wasson, autor del mítico “Mushrooms, Russia and History” co-escrito con su mujer, en el que se daba a conocer a occidente el misterio que rodeaba al uso de ciertos hongos como vehículos de ebriedad sagrada para algunas culturas.


El gran Jonathan Ott


Fue también un privilegiado amigo de Albert Hofmann, padre de la LSD entre otras sustancias, que sin duda influyó de forma decisiva en las decisiones que en su carrera profesional como investigador ha ido tomando. A día de hoy, Ott es una figura algo esquiva, que vive -casi todo el tiempo con escapadas ocasionales a Barcelona entre otros lugares- en su rancho de México de forma autosuficiente (genera su propia electricidad con aun central hidroeléctrica) e investigando con nuevas plantas y compuestos con propiedades psicoactivas. Ha sido también uno de los mayores investigadores de la química de ciertas plantas, algunas usadas en varios brebajes tipo ayahuasca y su obra 'Pharmacotheon' se cuenta por derecho propio entre las imprescindibles en cualquier biblioteca que se precie sobre drogas o productos naturales. Es sin duda unos de los pesos pesados de la conferencia, historia viva.



La nómina de médicos, doctores en farmacología, psicólogos y psiquiatras con relación directa con la ayahuasca es amplia y representativa de los países más punteros en el estudio de este material.
Cabe destacar en este aspecto al Dr. José Carlos Bouso, que se encuentra entre los organizadores, y cuyos trabajos en distintas áreas, como la MDMA, la ayahuasca o el cannabis, le sitúan en un puesto preferente por derecho propio. Al mismo nivel tenemos al farmacólogo Dr. Jordi Riba, que es posiblemente el investigador en España con mejor acceso y estudios sobre la bebida enteógena.

Jose Carlos Bouso Y Sánchez Dragó


Cómo representante de la psicología clínica y del uso de la ayahuasca como facilitador del crecimiento personal -sin olvidar su potencial para superar adicciones y el conocimiento que tiene de ello- está el Dr. Manuel Villaescusa, psicólogo y terapeuta que acumula un bagaje de lo más amplio en el uso controlado de la ayahuasca como herramienta con occidentales en un contexto urbano (lejos del contexto amazónico y selvático original del brebaje). 

El doctor Manuel Villaescusa,
un auténtico experto en ayahuasca


Para no centrarme en lo mejor del cartel hispano citamos a otro gran experto, el Dr. Rafael Guimaraes Dos Santos, de Brasil, biólogo, psicólogo y farmacólogo experto en ayahuasca, que además tuvo el detalle de comentar con nosotros algunos aspectos relativos a la ayahuasca.



“La ayahuasca es una bebida enteógena de origen vegetal, tradicionalmente utilizada por grupos indígenas del Noreste Amazónico, en países como Perú, Colombia, Brasil y Ecuador. 

Aunque en el contexto indígena la ayahuasca pueda ser preparada con diferentes plantas, la ayahuasca normalmente consumida en Brasil, Perú, y en la mayor parte del mundo es preparada por la decocción de la liana Banisteriopsis caapi juntamente con las hojas del arbusto Psychotria viridis. La liana es rica en beta-carbolinas, especialmente harmina, mientras las hojas del arbusto contienen la triptamina enteógena dimetiltriptamina (DMT).

En el contexto indígena y vegetalista, en el ámbito de las religiones sincréticas brasileñas, y también en los contextos neo-ayahuasqueros, el uso de la ayahuasca siempre ha estado asociado a sus propiedades terapéuticas. En estos distintos contextos, la idea de uso terapéutico puede cambiar bastante, y el papel curativo directo de la ayahuasca, en el sentido farmacológico, poder ser más o menos enfatizado. 

En el chamanismo indígena y en el vegetalismo peruano, la ayahuasca puede ser tratada como una entidad o fuerza espiritual que ayuda el curandero en la cura mágica, pero también puede ser usada para producir vómitos y para combatir parásitos intestinales.

En el contexto de las religiones sincréticas brasileñas como el Santo Daime o la União do Vegetal (UDV), dependiendo de las circunstancias la ayahuasca puede tener un rol como bebida sacramental o como un medicamento fitoterápico para la malaria y otras enfermedades tropicales.

El doctor Rafael Guimaraes


Desde del punto de vista de la psicofarmacología, un numero creciente de estudios sugiere que la ayahuasca posee potencial antidepresivo y ansiolítico. Estudios recientes realizados por investigadores brasileños han demostrado que la harmina ha producido efectos antidepresivos en animales. Basados en estos datos, este mismo grupo de investigadores ha demostrado que la ayahuasca produce efectos antidepresivos en pacientes con depresión recurrente. Lo que es sorprendente es que la ayahuasca ha producido efectos antidepresivos de manera más rápida que los antidepresivos tradicionales: mientras estos últimos tardan cerca de dos semanas para empezar a producir el efecto terapéutico, los efectos antidepresivos de una única dosis de ayahuasca empiezan a las pocas horas tras su administración y perduran por varios días.

Estos rápidos efectos terapéuticos son de extrema importancia, ya que muchos pacientes no responden a las medicaciones tradicionales, o tardan mucho en responder a ellas. Actualmente, el grupo brasileño sigue conduciendo estudios con pacientes depresivos, pero ahora con un número más grande de pacientes e incluyendo técnicas de neuroimagen como la tomografía computarizada de emisión monofotónica (SPECT) y la imagen por resonancia magnética funcional (IRMf).

Además de efectos antidepresivos, estudios en animales y datos preliminares en humanos sugieren que las beta-carbolinas y la ayahuasca poseen también un efecto ansiolítico. En este contexto, nuestro grupo en Brasil va ha empezar un estudio con pacientes con fobia social, un trastorno de ansiedad con alta prevalencia y con limitadas opciones terapéuticas.

La ayahuasca posee diversos potenciales terapéuticos, destacando sus efectos antidepresivos y ansiolíticos. Por otro lado, aunque estos efectos sean prometedores, más estudios son necesarios para confirmarlos y para mejorar nuestros conocimientos sobre la correcta dosificación de la ayahuasca y sus potenciales efectos adversos a largo plazo. También son necesarios más estudios para investigar otros potenciales usos terapéuticos de la ayahuasca, como en el tratamiento del abuso y dependencia de alcohol, heroína, y derivados de la cocaína como el clorhidrato o la pasta base”.

Entre los antropólogos, y expertos en filosofía de las religiones, más conocidos de la conferencia encontramos a la infatigable Bia Labate por México y al reputado Josep María Fericgla, de la Fundación JM Fericgla, alma mater de la Sociedad de Etnopsicología Aplicada, institución ahora integrada en dicha fundación pero con independencia jurídica de la misma. Profesor en la Universidad de Salamanca y en la de Barcelona, promete ser uno de los platos más interesantes de las conferencias, y desde luego una de las personas que más sabe de la aplicación terapéutica de los estados alterados de consciencia, con o sin drogas como herramienta catalizadora, ya que muchas de estas experiencias pueden ser provocadas mediante el método de la respiración holotrópica que desarrolló Stanislav Grof en su práctica médica y también el Dr. Fericgla en sus talleres impartidos en España, accesibles a todo tipo de personas con interés en el crecimiento espiritual.

Bia Labate con Jonathan Ott 


El resto del listado de ponentes incluye abogados, analistas legales, personal integrado en organismos de política de drogas, así como a los responsables más conocidos de algunas fundaciones que trabajan en este campo, como puede ser Ethan Naldelmann de la “Drug Policy Alliance” de USA, básicamente financiada por el magnate de origen húngaro George Soros, que con su dinero ha apoyado un cambio de política global en materia de drogas, buscando los caminos de la legalización y regulación para esas sustancias en clara y atrevida oposición a la fracasada guerra contra las drogas y sus usuarios.

Por último incluye también a productores de cine, uno hispano y otro de Reino Unido, artistas y escritores como el ya mencionado Antonio Escohotado y el también conocido Fernando Sánchez-Dragó, que si bien sus posiciones en otros campos donde se ha expresado públicamente le han costado el manifiesto desprecio de buena parte de la comunidad que se agrupa en torno al mundo de las sustancias alteradoras de la consciencia, no se puede negar que su trabajo es relevante a la hora de analizar las experiencias y la narrativa de las drogas en nuestro país, además de haber sido un consumidor de la sustancia. 

Desconocemos si a día de hoy sigue usando ayahuasca, aunque el escritor no tiene el menor escrúpulo en relatar la interminable lista de compuestos y productos naturales que ingiere diariamente en busca de una eterna juventud que se prolongue hasta los límites de su vejez, necesaria al parecer para poder tener siempre parejas mucho más jóvenes que uno mismo y ser padre, nuevamente, a su avanzada edad.

También contamos con la presencia de un periodista, un profesional de la información, entre tanto investigador: Juan Carlos de la Cal. No sólo es un periodista de reconocida trayectoria sino que además cuenta con conocimiento de primera mano sobre la materia a tratar en este caso.

Puede parecer un tema menor, pero no lo es. El hecho de que existan buenos profesionales, con título o no de periodista, dando buena información sobre estas materias sobre drogas, más apartadas y desvinculadas del “mainstream” excepto cuando ocurre algún hecho que la prensa sensacionalista puede explotar, es clave para que la conciencia de la gente que no tiene una relación directa con las drogas o la ayahuasca pueda cambiar del tradicional “Simplemente Di No” a establecer opiniones propias en base a datos reales y no a esperpentos publicados por supuestos medios serios.

La web basura de la vendedora de engrudo pseudoliterario,
conocida como 
Cristina Amanda Tur aka Chupaporras de la pasma.


Precisamente en las mismas islas de Baleares que se celebrará la esperada conferencia, existe una pulsateclas (no la llamaría periodista por no insultar al resto) con ínfulas de moralista, tipo Carry A. Nation, que se dedica a aplaudir toda operación contra las drogas, sean cuales sean, y a profetizar el apocalipsis del vicio en sus panfletos. 

En un texto sobre ayahuasca llamado “Liana de los muertos o brebaje asqueroso” que tiene colgado en la red, hace un repaso a un caso en el que hace 3 años, unos agentes de la guardia civil de las islas participaron en una “entrega controlada” de un recipiente que contenía unos 12 litros de ayahuasca, en el que se pueden leer toda clase de aberraciones como comparar los efectos de la ayahuasca con los del estramonio, por el hecho natural de que ambas son plantas psicoactivas, como el café o el tabaco. 

Esta es la pulsateclas mencionada. Una trepa de cuidado.
Modelo periodista con escote y amigos maderos. 
La profundidad en el escote 
es inversamente proporcional 
al nivel cognitivo que alcanza.


También hace gala de su ignorancia afirmando que la ayahuasca fue prohibida -falso- debido al uso lúdico que la gente hacía de ella, cosa que parece apoyar el hecho de que durante más de 11 años no se encontrase ni usa sola dosis en un lugar como Ibiza (nada lúdico y sin relación con las drogas, como todos sabemos)

Para terminar de dejar clara su capacitación como periodista, el final del emético texto es una invitación a ir a ver otra vomitona sobre drogas en las que habla de los peligros del “Ivory Wave” o sales de baño (lo que ahora llaman “la droga caníbal” en los medios) en otro ejemplo de lo que un profesional con dignidad no haría. Esta basura es la que vende -de saldo y enseñando más carne que letras- la conocida como "CAT" o Cristina Amanda Tur, un personaje despreciable del que es mejor no tener demasiado conocimiento, aunque venda su basura escritas por debajo de 5 euros.

No subestimemos lo que la prensa y los medios pueden hacer, a favor de una correcta educación o contra quienes intentan difundirla. Aquí va una anécdota real, para terminar.

Hace unos años, uno de los ponentes de la Ayahuasca Conference 2014, fue invitado a un conocido programa de la televisión madrileña, en principio de debate intelectual sobre estos asuntos de las drogas. El programa estaba dirigido y a cargo de otro de los ponentes, Fernando Sánchez-Dragó, que hacía de moderador presuntamente.

Durante las exposiciones de cada participante salieron distintos temas, todos relacionados con las drogas, pero este invitado al programa tuvo la idea de recordarle a Sánchez-Dragó en mitad del programa que hacía relativamente poco, en otro espacio que también dirigía el mismo tipo, la presidenta del Partido Popular de Madrid, Esperanza Aguirre, se había declarado acerrima defensora de todo lo que fuera la legalización de todas las drogas. Sí, de todas, incluido el tabaco que Sánchez-Dragó defendía que fuera prohibido, supongo que en un arranque liberal de los suyos.

Aquí la conductora-master
 ESPERANZA AGUIRRE 
defendiendo la legalización 
de TODAS las drogas.


La reacción de Sánchez-Dragó no se hizo esperar: con una frase brusca y poco atenta despachó contra las cuerdas el comentario del invitado, diciendo algo así como que “eso era otro asunto”, a la vez haciendo que el responsable del montaje visual del programa saltase del plano cercano con el que enfocaba al invitado a un plano general que robaba todo protagonismo a lo que se decía y a quién lo decía. Una opción televisiva como cualquier otra. ¿Verdad?

Unos meses después, este invitado fue detenido por la policía acusándole de un delito de tráfico de drogas cuando iba a recoger un envío a correos que contenía una pequeña cantidad de ayahuasca, preparada por un chamán y enviada desde Sudamérica. 

¿Era un traficante de drogas? No. Era el mayor experto español en el uso de ayahuasca en aquel momento. Tras ese golpe, su trabajo, que había sido de los más visibles, serios, y accesibles de ese campo, pasó a ser algo inexistente o al menos vetado para quienes no pertenecieran a un círculo de confianza, dado que no parece justo pedirle a alguien que tenga que ir a la cárcel por ayudar a otros en distintos trances con una herramienta segura y de forma totalmente voluntaria. 

Se puede decir que pasó a la clandestinidad, al limbo de los amenazados por las fuerzas de inseguridad del estado en aplicación -arbitraria- de las leyes represivas sobre drogas. Donde algunos ven simplemente casualidad, otros vemos demasiada causalidad.

Y como el conocimiento no está reñido con la diversión, el final de la World Ayahuasca Conference 2014 en Ibiza, será con música, mucha música, y una fiesta final con conciertos.

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¿Habéis participado en la Ayahuasca Conference de Ibiza 2014?
Contadnos vuestra experiencia!!
:)



martes, 9 de septiembre de 2014

Mescaline Day: el día de Alexander Shulgin


Este texto fue escrito pocos días antes de que se conociera el estado terminal de Alexander Shulgin, y como una semana antes de su muerte en junio del 2014. Fue publicado por la Revista Yerba. Sirva como mi más cariñoso homenaje a uno de los mayores benefactores de la humanidad, y a su mujer Ann.
Blessings and hugs.




Del “Bicycle Day” al “Mescaline Day”


En abril de 1959, un hombre de 34 años con una habilidad casi innata para la química está a punto de hacer algo que le cambiará la vida para siempre, a él y a millones de personas después, en algún lugar de la California hippie de los USA. 




Es un hombre alto y fuerte, como un oso, de ascendencia rusa pero nacido en el país y en compañía de un amigo está delante de una cantidad entre 350 y 400 miligramos de Sulfato de Mescalina que poco antes ha sintetizado él mismo o extraído de alguna de las fuentes vegetales que contienen el compuesto. Un polvo blanco inerte que parece indistinguible de otros miles de compuestos con el mismo aspecto pero que -en esta ocasión- sí es un compuesto conocido: es un psiquedélico que aparece de forma natural en el cactus conocido como peyote (término derivado de 'peyotl', de origen indio) y en otras variedades de cactus columnares conocidos como “San Pedro”. 






Y piensa ingerirlo en compañía de una persona que se ha ofrecido para cuidarle y guiarle en lo que dura la experiencia, a la que ese hombre nunca se ha enfrentado.


Es el “Mescaline Day” de Alexander Shulgin en referencia directa al “Bicycle Day” o “día de la bicicleta” de Albert Hofmann, el padre de la LSD, ocurrido 16 años atrás y que ya es parte de la historia: el día -también de abril- en que un ser humano -su creador- experimentó por primera vez los efectos de la LSD, parte de ellos mientras pedaleaba sobre su bicicleta asustado por los sobrecogedores efectos mientras intentaba llegar a su casa, en Basilea, en una Europa asolada por la segunda guerra mundial donde tener un coche era un lujo inasequible a la mayoría.




Ese día de la mescalina, Shulgin se encontró con su razón vital y las consecuencias llegaron a todos los rincones del planeta. Shulgin ingirió el polvo blanco, comprobó su sabor amargo -costumbre que mantuvo toda su vida para “experimentar la naturaleza de la sustancia incluyendo su sabor”- que borró después con un trago de zumo y se dispuso a pasar un día viviendo una nueva experiencia en esa Norteamérica que estaba a punto de saltar a los locos años 60. Aunque había leído casi todo lo que existía sobre dicho compuesto, la experiencia no podía ser transmitida con palabras por ser superior a lo que nuestro lenguaje es capaz de describir y Shulgin no iba a ser una excepción.

La experiencia fue compleja y no se conoce tan detalladamente como la experiencia que tuvo Hofmann, pero Shulgin revela los aspectos más impresionantes de la misma en su libro PIHKAL, en un capítulo dedicado únicamente a hablar de esa sustancia y ocasión, en el que cuenta: “Vi un mundo que se presentaba a sí mismo en distintas formas. Tuvo la maravilla del color, lo que fue para mí algo sin precedentes ya que nunca me había fijado especialmente en el color. Hasta entonces el arcoíris había contenido todos los tonos que veía. Y aquí, de repente, tenía cientos de matices en los colores que eran totalmente nuevos para mí, los cuales jamás -ni siquiera hoy día- he olvidado”. 




La mescalina desplegó la belleza estética de la que suelen hacer gala sus efectos y posteriormente la parte más espiritual, reflexiva o de conocimiento interior.

De dicha experiencia Shulgin cuenta que “el más revelador de todos los pensamientos que tuve fue que todo lo que había vivido y recordado había sido provocado en su mente por una fracción menor de un gramo de un sólido blanco y cristalino, pero que de ninguna forma se podía pensar que dichos recuerdos pudieran estar contenidos dentro del compuesto. Todo lo que vi y viví procedía de de las profundidades de mi mente y mi memoria”.

Ese día Alexander Shulgin encontró su camino de conocimiento mediante la iluminación que le produjo esa mescalina. Camino que hasta el día de hoy y a poco tiempo de cumplir ya 90 años, sigue siendo la espina dorsal de su vida.



La estirpe de los grandes químicos.

El siglo XX produjo una revolución tan radical que nuestro mundo se parece poco al de hace 100 años. De lo que se sabía sobre la materia, el átomo o el ADN a mediados de siglo a lo que nosotros hemos estudiado en la escuela hay un abismo de conocimiento. 

Algunas personas parecen dotadas de forma innata para forzar grandes avances en el campo donde llegan a poner sus ojos, como intuía Hofmann mientras paseaba por los bosques de su infancia o como apuntaba el pequeño Shulgin desde niño, que en su primer set de química contaba con bicarbonato sódico y vinagre junto con algunos productos más que daban colores a sus mezclas burbujeantes. 

Con 16 años Shulgin recibe formación en Química por la Universidad de Harvard, pero no llega por casualidad sino que hacía de la química su forma de expresarse, como si de un juego naturalmente aprendido se tratara.

Su carácter especial quedó patente cuando, algo molesto por el desprecio y la prepotencia que le mostraban los chicos que estaban allí como deportistas de éxito dentro del modelo educativo de los USA y sus ligas deportivas, preparó un compuesto de mercurio que dejó en forma de una masilla gomosa que explota cuando se seca y cubrió con la masilla varios marcos de ventanas en las instalaciones de estos privilegiados “estudiantes”



La masilla se secó y voló por los aires unas cuantas ventanas del campus, como era de esperar. Cuando al actual “abuelo Shulgin” le recuerdan esa anécdota no puede sino sonreír y decir que pagó todos los daños causados. Hoy día le hubieran metido en una prisión de alta seguridad y eso lo sabe muy bien. ¿Sorprendidos? 

La idea de Walter White creando un compuesto “a medida” -y basado en mercurio- no fue de los guionistas de 'Breaking Bad' sino de un chico cabreado de 16 años.




Shulgin es un químico ante todo, como Hofmann. Mentes analíticas y con pasión por el conocimiento que se encontraron en su camino con los psiquedélicos, uno por sorpresa (o serendipia) y el otro de forma advertida, pero que antes habían mostrado sus valores como químicos en otras áreas. 

Hofmann no sólo fue el primer gran químico de las drogas psiquedélicas sino el descubridor de la estructura de la quitina (el exoesqueleto de los crustáceos) y de muchos fármacos no psicoactivos y 

Shulgin, como no podía ser menos, pronto demostró la pericia en el campo industrial, creando para la Dow Chemical el 'Zectran', que fue el primer pesticida biodegradable cuya patente reportó enormes beneficios y le dio a Shulgin la licencia para trabajar “en lo que quisiera”, lo cual es el sueño de cualquier químico. 




Pronto la ola de consumo entre los hippies de los psiquedélicos se extendió en el mundo, y el miedo y la desinformación al respecto provocó una mala imagen asociada a ese tipo de sustancias. Tanto puede influir la mala imagen de una sustancia (con o sin razón) como siguen diciendo muchos investigadores en activo, que a Hofmann y a Shulgin (salvo mayúscula sorpresa) les privó de ser nominados y recibir un premio Nobel para el que sin duda ambos tuvieron sobradas razones para haber ganado, en varios campos de la ciencia, y ellos son la historia química de los psiquedélicos en el siglo XX. 



El estigma asociado a nuestro miedo a unas sustancias trasladado a los científicos que entraban en contacto con ellas había llegado para quedarse. Hasta entonces, otros químicos probaban sustancias y contaban sus propias experiencias en revistas científicas sin estigma alguno, pero eso iba a cambiar.



Cenas del viernes noche y la cofradía FDN.


La compañía Dow Chemical había empezado a acumular patentes de Shulgin, pero tras haberle otorgado el permiso para la libre investigación, todo lo que Shulgin había producido se centraba en torno a las drogas que empezaban a tener una terrible fama por aquel entonces. 

En vista de ello, Shulgin decidió independizarse como consultor independiente en materia de química y psicofarmacología -llegando incluso a declarar, décadas después, en un juicio en España sobre la MDMA en calidad de experto de la defensa- y se convirtió en un experto que daba clases en distintos lugares y universidades de la zona, hasta el punto de ser uno de los objetos más deseados por las autoridades de los USA que hicieron lo posible para tenerle a su lado, donde estuvo trabajando en la DEA como formador y químico. 

Tanto le deseaban que Shulgin tuvo durante décadas una de las licencias más difíciles de obtener de todo el planeta: un permiso del gobierno de los USA por los que estaba autorizado a sintetizar o extraer cualquier sustancia, prohibida o no, en su laboratorio.



Muchas de esas sustancias, nunca creadas antes como la 2C-B o la DOM son hoy en día drogas prohibidas y supuestamente sin posible uso en humanos según la ley, que durante años se dedicaron a probar un grupo de valientes psiconautas en lo que llamaban las Friday Night Dinners o FND, que eran veladas organizadas por personas culturalmente interesadas en estos compuestos y que los probaban, sometidos a una serie de reglas de comportamiento básico para evitar problemas, y que hoy día son seguidas por muchos experimentadores. 

Esa cofradía de amigos que tomaban drogas y compartían experiencias crearon la hoja de ruta a seguir con muchos de esos compuestos y facilitaron a su vez, interacciones especiales entre personajes especialmente relevantes en sus campos, de donde brotarían descubrimientos para todo planeta.



La historia y los padrinos de la MDMA.


A mediados de los 70 una estudiante con la que Shulgin tenía contacto le hizo algunas observaciones sobre el “homólogo N-metilado de la MDA”. La MDA era una droga ya conocida que tenía fama de ser una droga suave y de efectos agradables, dentro del grupo de las anfetaminas de anillo sustituido y que ya había sido prohibida y también testada como arma química por el ejército de USA que mató a un hombre, inyectándole medio gramo de MDA, en su programa secreto

La nueva droga era desconocida aunque había sido sintetizada unos años después que la MDMA, su versión N-metilada de la MDA o MDMA, y resultaba que no tenía especiales propiedades en cuanto a lo que le hacía a la esfera de la percepción del mundo exterior, ya que no provoca visiones ni parece cambiar lo que nos muestran nuestros sentidos, pero a cambio parecía tener efectos desconocidos sobre la empatía humana y había resultado útil a algunas personas para enfrentar algunos trastornos con éxito.



Tras experimentar con la MDMA y a pesar de las décadas de experimentación con otras muchas drogas, Shulgin cayó rendido ante la sustancia y sus posibilidades terapéuticas. El hecho de no provocar alucinaciones, de que el viaje y su efecto solían ser sentidos siempre como positivos y manejables, y que la duración del efecto era corta, la hacían el candidato más prometedor del momento para el uso en psicoterapia. Parecía un sueño hecho realidad, una sustancia legal con la que poder tratar a personas y que aportaba algo único en todo el espectro farmacológico: parecía eliminar el miedo en las personas, el miedo a la comunicación entre sujetos, y derribar las barreras que las personas construyen a su alrededor para lidiar con el mundo, dejándolas sentirse libres por primera vez, sin tener que implicar una experiencia de “salto al vacío” como eran otras opciones existentes hasta el momento. Como dijo de la MDMA Albert Hofmann: “es una experiencia muy profunda... pero sólo en la superficie” refiriéndose a la psique humana al compararla con la experiencia de la LSD.



Desde ese momento Shulgin dedicó sus esfuerzos a difundir y divulgar la MDMA entre los círculos de psicoterapeutas, donde coincidió con dos personas que marcaron aún más su vida: su actual pareja, Ann con quien se casó en 1979, y el terapeuta Leo Zeff que fue uno de los que han recibido, junto con la pareja de Ann y Alexander Shulgin, el apodo de “los padrinos de la MDMA”



Zeff bautizó a la sustancia como “Adam” en referencia al estado de inocencia primitiva que inducía en las personas, pero el sobrenombre de “Éxtasis” le ganó la batalla cuando saltó de los pequeños círculos a los grandes mercados comerciales, que acabaron por inducir su prohibición en el año 1985 a pesar de las críticas de amplios sectores de la comunidad científica, a quienes no hicieron el menor caso, en plena época dorada de la guerra contra las drogas.


Las virtudes terapéuticas de la MDMA.

En estas décadas de prohibición han sido muchos los estudios que muestran la MDMA como útil para la terapia con humanos. Uno de los más conocidos fue iniciado por José Carlos Bouso, psicólogo -en aquel momento- en la Universidad Autónoma de Madrid, con mujeres víctimas de agresión sexual. 



A pesar de los buenos resultados, el estudio fue interrumpido por razones únicamente políticas como se denuncio en su día. Otros países -desde Israel a Canadá- han estudiado la MDMA y los resultados científicos junto con el apoyo y divulgación de ONGs como MAPS parece que han abierto la puerta a una investigación menos reprimida sobre la sustancia, que parece ser el prototipo de una nueva familia farmacológica que sería la de los entactógenos o empatógenos a la que también pertenecen otras sustancias con propiedades modificadas -menor toxicidad- como pueden ser la MDAI o la MBDB que desarrolló David Nichols, el químico, colaborador y amigo de Shulgin, que ha creado también decenas de nuevos compuestos psicoactivos para la investigación.



Veremos próximamente como las restricciones a la experimentación con MDMA se van eliminando y cómo se incorpora al arsenal terapéutico de los profesionales, que podrán contar con una herramienta que hace ya mucho calificaron como “la penicilina del alma” y con la que muchos ya contamos cono una aliada que nos facilita ocasionalmente la inspección de los aspectos emocionales de nuestras vidas. Esas virtudes sobre la empatía hacen de la MDMA algo de lo que no podemos prescindir, por nuestro propio bienestar como especie, en el que en gran medida dependemos de la capacidad para comunicarnos funcionalmente, y no sólo a nivel formal sino también debemos aprender a hacerlo a nivel emocional, que es donde la MDMA muestra todo su potencial. 

De momento, la falta de criterios científicos en la perdida guerra contra algunas drogas ha hecho que despreciemos sustancias que ofrecían posibilidades totalmente nuevas al ser humano. Ese es un error que, por suerte, parece que cambiará según muta el viejo paradigma de guerra por el que nos relacionamos con las drogas, y la MDMA parece ser la mejor candidata tras el cannabis para poner a prueba las obsoletas leyes, siendo una sustancia que -usada correctamente- aumenta la empatía y la comprensión entre los seres humanos. 

No en vano la llaman “la droga del amor”.