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miércoles, 11 de febrero de 2015

Final del juicio a Silk Road y a la espera de sentencia


Este texto fue publicado en www.elbitcoin.org
Esperamos que os guste.

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Fin del juicio a Ross Ulbricht – Silk Road.

“Yo declaro que la justicia 
no es otra cosa que 
la conveniencia del más fuerte”
Platón

Hace unos días comentábamos aquí cómo se habían comenzado a desarrollar los asuntos relativos al juicio contra Ross Ulbricht como responsable del mercado de drogas de Silk Road, en su primera versión.

Nos quedamos en el momento en que la defensa de Ross, el abogado Joshua Dratel, iniciaba la linea sobre Karpeles como un posible Dread Pirate Roberts, entre otros ya que no era el único que podía ser sospechoso del asunto. Pero como todo ello se basaba en las primeras lineas de investigación seguidas por el FBI y su agente estrella, la juez decidió reventar el asunto.



La juez instruyó al jurado para que omitieran en su proceso toda alusión a Karpeles y a los otros sospechosos tanteados por los investigadores, y cerró la puerta a que Dratel pudiera seguir esa vía, que era la base para plantear una duda razonable sobre las acusaciones. En palabras de Dratel, que se mostró indignado por cómo la juez “evisceraba” o destripaba las mejores posibilidades en la defensa de Ross, dejándoles en ese instante con una mano delante y otra detrás.

Con el asunto de la autoría del código de Silk Road y del inicio de funcionamiento como dueño del mismo aceptada como real por la propia defensa de Ross el primer día de juicio, la cosa parecía ponerse más cuesta arriba. Y así era.


Un trozo de papel con notas sobre Silk Road, 
que la policía recogió de la papelera de Ross. 
¿No tenía para una destructora de documentos o qué?


Poco después pudimos ver a un amigo de Ross -Richard Bates- entrar en la corte a punto de saltársele las lágrimas, para declarar como testigo de la acusación. Cuando los federales allanaron la vida de Ross, encontraron logs de varios chats hablando con Bates -programador en Ebay- en los que estaba claro que le prestaba ayuda técnica. Con esa amenaza colgando de su cabeza, la acusación sentó a Bates delante de Ross y su familia, para decir que Ross le había contado sobre Silk Road y que él conocía su implicación. Bates, usuario de drogas de forma recreativa, no ha podido decir que no a “esa oferta que no se puede rechazar” por parte de un gobierno: o hablas o a la cárcel. Y cuando le preguntaron qué le daba Ross a cambio de su confianza y ayuda, tuvo que contestar con la voz rota y sin poder mirar a los Ulbricht en ningún momento, que nada, que “simplemente su amistad”. Hemos visto a un hombre tener que traicionar la confianza de un amigo con una espada de Damocles colgando de su cabeza. Muy gratificante el espectáculo... :P

La siguiente parte digna de mención fue cómo el gobierno de los USA gastó 50.000 $ contratando a un experto para hacer una presentación que ligase los Bitcoin de Silk Road con la cuenta de Ross, viniendo de mano de la firma LTI Consulting que es, casualmente, dónde se encuentra trabajando el ex-agente del FBI Chris Tarbell, que fue el director de orquesta en la caza humana de Ross-DPR, con la ayuda de los hackers que él ha ido cazando y convirtiendo en sus esclavos: o cárcel o eres mío y trabajas para mí. El experto se llamaba Ilhwam Yum, y aunque fue quien presentó el asunto en la corte, no era la persona que había elaborado las pruebas. Esto se hizo sin avisar a la defensa sobre este testimonio, por lo que se pidió su anulación o, al menos, tiempo suficiente para procesar la enorme cantidad de información que les echaban encima. 

La juez pasó totalmente de darles ni el tiempo para gestionarlo adecuadamente, pero no era raro a esa alturas, ya que la actitud de la juez fue de bloqueo a toda las acciones por parte de la defensa y de una enorme manga ancha con la acusación, a quien sin embargo les indicó que jamás había visto un proceso con semejante nivel de objeciones y protestas por parte de la acusación, y que si bien algunas tenían base, lo otro era usar el recurso de la protesta como balas de una ametralladora: constantes y sin tregua.


El esquema que mostró la acusación sobre el mecanismo Silk Road y los Bitcoin.


El testimonio de ese experto ligaba ganancias de Silk Road al wallet de Bitcoin que Ross tenía en su poder. La defensa de Ross intentó presentar a un experto en seguridad y Bitcoin, Andreas Antonopoulos, pero la acusación presentó una solicitud para que no se permitiera su testimonio en la corte por ser irrelevante para el caso. 

Sí, irrelevante después de su testigo de 50.000$ sobre la misma materia: curiosa forma de medir “las relevancias”. Lo divertido es que la juez aceptó la solicitud, dejando a Dratel cercano al abismo en cuanto a recursos.

Para más INRI, la acusación retiró a “Inigo” -uno de los moderadores de Silk Road detenidos en USA- de la lista de testigos de manera que no pudiera ser sometido a un interrogatorio por parte de la defensa. Y ya lo único que quedaba era saber si Ross iba a sentarse en el estrado para testificar, cosa que finalmente no sucedió posiblemente para evitar que la acusación le hiciera más daño. Da la impresión de que de todo este juicio hay mucho más que no se sabrá nunca que lo que sí sera conocido en tiempo y forma.

Hojas de cálculo con los movimientos de dinero bien explicados... 
¿Ross quería que le cogieran?


Como plato final, la acusación tenía los logs de Ross -supuestamente- contratando asesinatos por encargo a tipos de los “Ángeles del Infierno” que -ahora que hemos visto el texto y el lenguaje- eran menos que poco creíbles, como asesinos y como todo lo que decían ser; en materia de drogas cometían serios errores al hablar de ellas cuando DPR pretendía que usaran Silk Road como vía de distribución, errores propios de los “scammers” de la red, en los que te aseguran que venden y producen productos totalmente ilegales junto a otros que se pueden comprar legalmente por internet.



También presentaron notas manuscritas -de su propia papelera física- que hablaban de asuntos de Silk Road y lo más increíble: un diario de sus aventuras como DPR. La verdad es que si todo esto es cierto, no entiendo cómo no pillaron a Ross mucho antes, con grandes errores de seguridad que violaban constantemente sus propios protocolos, fijados para comunicarse y actuar de forma segura entre todos los moderadores de Silk Road. 

Las pruebas de varios documentos de identidad y tráfico falsificados con la foto de Ross, que fueron intervenidos vía correo antes de su captura, son otro de esos golpes demoledores para la imagen de Ross frente al jurado, o incluso una foto de una mesa llena de drogas y útiles para el manejo y pesado en la que -supuestamente- un traficante le mostraba sus productos al lado de una pizarra en la que se podía ver un corazón dibujado y las letras DPR.

Guardar una foto así en tu ordenador no es delito, 
pero es peor: 
una grave torpeza si realmente eres Dread Pirate Roberts - DPR.


Da que pensar que alguien con la capacidad de imaginar, diseñar, crear, hacer funcionar e inaugurar un paradigma como Silk Road, que afecta a todo el tráfico de drogas como lo conocíamos, haya sido tan torpe a la hora de ir dejando un reguero de pistas. Da que pensar. Tal vez es cierto que existen ese tipo de “delincuentes” que obtienen un placer especial retando las normas pero que a la vez albergan un deseo interno de que les atrapen, para poder “recibir” la loas por la autoría de sus acciones... junto al inevitable castigo. Desde luego, yo no imagino guardar hojas de cálculo con datos sobre compra-venta de drogas en un portátil junto con mi diario como “violador de la ley y genio en mi tiempo libre”. Y con una cartera llena de dinero, aunque sea Bitcoin. No me cabe en la cabeza tanta torpeza si alguien no quiere que se sepa lo que ha hecho, de forma consciente o inconsciente. ;)

Las identidades falsas que Ross 
había encargado por la red 
y que fueron interceptadas en las aduanas del servicio postal.


Finalmente, cuando tras los 11 días de juicio el jurado se retiró a deliberar -tras las instrucciones de la juez para que suprimiesen las partes rechazadas- le bastaron unas pocas horas para declararle culpable de los 7 cargos de que le acusaban y que le pueden dejar en la cárcel de por vida. La sentencia será conocida el día 15 de mayo, y será el inicio de una larga carrera de apelación para evitar que Ross pase su vida entre rejas. ¿Se ha hecho justicia?


¿Dónde están las víctimas de este crimen?

jueves, 5 de febrero de 2015

Inicio del juicio a Ross Ulbricht y Silk Road

Este texto fue publicado en elbitcoin.org
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Juicio a Ross Ulbricht



“-¿Ha llamado a la manicura?

+ No, pero adelante!! No se me había ocurrido llamarla pero ahora pienso que en un viaje como éste no debe uno privarse de ninguna comodidad.

- ¿Quieres usted las uñas largas o cortas?

+ Déjemelas cortas porque aquí ya va faltando sitio...”



Tras leer y escuchar un montón de material sobre el juicio iniciado el martes 13 de Enero contra Ross Ulbricht y lo acontecido en esta primera semana del show, no he podido evitar ir a ver la conocida escena del camarote de los hermanos Marx, porque me parecía un resumen interesante en una linea. Demasiadas cosas y demasiada gente en el mismo cuarto.



Vamos a ver si podemos darle algo de luz al asunto.
El juicio en su primera sesión comenzó mostró las primeras lineas de actuación de acusación y defensa. En el alegato inicial de la acusación se presentó Silk Road como ese lugar del inframundo digital en el que se vendían drogas y armas, con la habitual liturgia que acompaña este tipo de cuestiones (las de drogas, no las de armas) en USA dentro de su paradigma obsoleto de guerra contra las drogas. Se habló del Bitcoin como “eso en lo que conviertes tus dólares para usar en la red y luego se vuelven a convertir en dólares” lo cuál es una explicación que como poco da pena, pero entendemos las prisas aunque quedó claro el objetivo de la acusación de que no quedara duda para el jurado que esos Bitcoin eran “dinero real” -supongo que en previsión de conseguir cimentar los cargos contra Ross por lavado de dinero.




La defensa de Joshua Dratel inició su partida con un movimiento que parecía no ser esperado: lo primero que hizo fue aceptar públicamente que Ross era el creador de Silk Road. Oh!! ¿Dándole el trabajo hecho a la acusación? No, sembrando una buena duda razonable, como una de las posibles vías de salida del juicio. ¿Duda mientras lo reconoce abiertamente? La defensa de Ross aceptó que es el creador de Silk Road pero como parte de un experimento y que luego puso en manos de otras personas cuando vio que le superaba el volumen del asunto.

En concreto lo dicho por su abogado fue esto: “Ross Ulbricht creó Silk Road como un experimento económico de libre mercado”. Para los partidarios de la acusación esto busca empatizar con el jurado y con sus posiciones más liberales, y abrir la puerta a formas más complicadas de evitar la condena (o al menos dejar preparado el camino por si otras vías se cerrasen).




En las siguientes jornadas se abordaron cuestiones para el jurado como el uso de un foro (supongo necesario para fundamentar algún relación) y el sistema de enrutamiento de Tor. Esto empieza a mostrarse como algo imposible de seguir para el jurado en su parte técnica. Incluso para los acostumbrados a esta red, seguir todos los pasos lógico-informáticos necesarios simplemente para poder explicarla de forma correcta es algo que está fuera de alcance en la mayoría de los casos. Y no, los miembros del jurado no son hackers y expertos informáticos. Así que les dieron una versión “de andar por casa” de lo que era Tor, una versión tan pobre que no gustó ni a la jueza y ya advirtió que esas explicaciones pachangueras debían cambiarse por una adecuada formación hacia el jurado.
El asunto de la falta de cualificación técnica del jurado puede convertirse en un obstáculo para la velocidad y la limpieza de un proceso debido.

La siguiente parte comenzó con la exposición por parte de un agente infiltrado -de nombre “Cirrus” en la red- que fue quien orquestó la captura de Ross. Llevaba 1 año tras Silk Road y en los últimos 3 meses había trabajado cobrando 1000$ a la semana como administrador de Silk Road. Este agente había hecho a Ross conectarse a una página para mirar un mensaje en el foro y Ross fue a hacerlo primero desde un café cercano a casa, pero al verlo demasiado lleno se fue a la biblioteca y allí se conectó al chat con “Cirrus” y a la web del foro para revisar un mensaje. En ese momento el agente dio la orden a sus compañeros de que le detuvieran.

Así quedó la cosa sentada hasta la siguiente sesión en que el abogado de Ross interrogó al agente, poniendo en evidencia que Ross Ulbricht había sido una opción que apareció en los 3 últimos meses, y que aunque el agente ahora creía que Ross era Dread Pirate Roberts (DPR desde ahora) durante muchos meses estuvieron creyendo que era Karpeles, el CEO del extinto Mt Gox, el fundador y mente creadora del asunto. Lo creyeron hasta el punto de que el agente pidió poder pinchar su correo electrónico (cosa curiosa, porque ahora lo pide cuando ya lo han leído y tienen algo) y aunque el agente no era partidario de contactar con Karpeles de momento, unos agentes de una investigación iniciada en otro lado quisieron contactar con él, y lo hicieron con sus abogados, los cuales le ofrecieron el supuesto nombre real de DPR a cambio de algún tipo de acuerdo de favor con su cliente, el capo Karpeles. 

¿Cómo es que Karpeles tenía esa información meses antes de la captura de Silk Road?




Huelga decir que Karpeles ya ha negado que él fuera DPR ni que tenga relación con Silk Road... ¿qué iba a decir si no? ¿que era él? Para el agente Jared, Silk Road fue montado como un dispositivo para poder influir en el precio del Bitcoin desde un lugar que nada tuviera que ver con la moneda de forma directa, bajo las órdenes de Karpeles. Hasta tal punto que el agente llegó a escribir que tenía un montón de pruebas para sentar que Karpeles era DPR, y que es de donde la defensa de Ross está tirando.

Al mismo tiempo que se supo eso de Karpeles, se supo también por parte de otra persona que había pruebas sobradas de que Karpeles había realizado amenazas de muerte sobre empleados suyos, y quien aseguraba tenerlas públicamente también aseguraba que al igual que él, las tenía la policía japonesa al cargo de la investigación del robo de Mt Gox. 




¿Karpeles haciendo amenazas de muerte repetidamente a trabajadores? 
Vaya con el cártel de MtGox!! ;)

Esa historia viene a aupar de posible a probable el hecho de que Ross haya sido el menos listo, o el menos inmoral, de una cadena de personajes que se han podido ir pasando las responsabilidades hasta dejarlas todas apuntando a él. Ahora ya tienen una duda razonable para el jurado... si es que les dejan usarla.

¡Pasen todos al camarote!


jueves, 2 de octubre de 2014

Los mercados de drogas distribuidos o P2P: el nuevo paradigma llega a escena


Estos textos fueron publicados en www.elbitcoin.org
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Drogas y mercados P2P online.



Entre el colectivo no organizado que la gente suele nombrar como 'hackers' se encuentran muchas personas que saben hacer distintas cosas y, sobre todo, que saben cooperar entre ellos para logar unos objetivos predeterminados en cada paso que dan. Fruto de esa cooperación tenemos cosas como el Bitcoin (¿o alguien cree que quien es capaz de crear y desarrollar algo así no son hacker por derecho propio?) o el sistema operativo Linux entre otras muchas que todos conocemos.

Tor, la red TOR que originalmente era el acrónimo de “The Onion Router”, es también un esfuerzo cooperativo de varias mentes -aunque no deja de estar financiando, entre otros, por la marina de USA en varias de sus fases e inicio- pero que ya es algo que ha saltado al uso común entre los usuarios de la red. Común, pero en creciente adopción por la preocupación por el anonimato y por las posibilidades que acceder a Tor le abre a la gente como son los mercados de la Darknet.

Los mercados anónimos ya existen en Tor y crecen a un ritmo casi imposible de seguir. Silk Road, siendo el paradigma del mercado de drogas a día de hoy en internet, fue tirado abajo por el FBI y está funcionando a pleno ritmo: ni robos de hackers ni gobiernos irrespetuosos. Pero en la constante evolución que implica el juego del ratón y el gato el próximo salto -que ya ha alarmado seriamente a los gobiernos- es el uso de mercados P2P en Tor.




Estos mercados distribuidos, en los que no existe un host claro donde se almacena todo lo relativo sino que se encuentra distribuido entre los usuarios de una red P2P, permiten asegurar la resiliencia del mercado ante ataques y sobre todo la extinción de la responsabilidad legal y penal del mercado de drogas o bienes prohibidos.
Esto último lo consigue por una forma colectiva de 'fuerza bruta' en la que para actuar contra dicho mercados es necesario confiscar y analizar todos los ordenadores de todos los participantes en dicho mercado P2P lo que lo hace realmente imposible.

Por si no bastase con eso, muchos administradores de nuevos mercados están empezando a usar BOTNETs -redes de ordenadores pirateados y controlados por un tercero- para alojar sus anuncios sobre drogas o las aplicaciones necesarias para controlar dichos mercados desde un lugar bastante más seguro de lo que las autoridades podrían esperar en su peor pesadilla.

El escenario de indefensión total que crean en gobiernos que siguen empeñados en legislar contra las drogas y sus usuarios es terrorífico: la certificación de la muerte virtual de la guerra contra las drogas. Y están muy asustados.

Los mercados P2P para Tor ya están ahí, algunos como beta, otros en desarrollo y otros que vendrán y mejorarán los fallos que pudiera haber en la estructura de los primeros. El pueblo se organiza de forma cooperativa para burlar la legislación punitiva sobre sus derechos y, si los gobiernos no se dan cuenta y cambian su postura en estos asuntos para facilitar que no sean necesarios los mercados negros, en breve pasos como ese irán desgastando hasta pelar la estructura de un estado que ha olvidado que su función es servir al individuo.



¿Razón de estado vs. razón de mercado? 
El caso OpenBazaar.

El proyecto Darkmarket, del cual hemos hablado aquí como paradigma de los mercados distribuidos o mercados P2P, ha dado un paso más hacia su objetivo de empezar a funcionar hacia finales de este año. Se ha cambiado el nombre: eso lo primero. ¿Tan importante era? Eso parece.



Por una parte tenemos a Brian Hoffman como quien mantiene al proyecto actualmente. Es un chico que ha trabajado últimamente para el Departamento de Defensa de los USA, haciendo código para otros asuntos, y que plasma su opinión en un montón de obviedades -como lo novedoso de un mercado que es Ebay + Torrent + Tor + Bitcoin y sus implicaciones- junto con una perla: “No creemos que OpenBazaar sea una madriguera para las actividades ilegales”. No es su única joyita: “Vamos a animar a la gente a que lo use de forma legal y positiva”.

No quiero entrar en lo que para dicho chaval significa positivo, pero en el término legal creo que es fácil hacerlo: ¿quién necesita un mercado P2P totalmente anónimo y con un método de pago virtualmente anónimo para actividades legales? ¿Ésa es su campaña de marketing? Puede que sí: la moral y la virtud tienen un público agradecido, por lo que les reconfortan en ausencia de un Dios palpable, y les regala los oídos prometiéndoles la pureza a la que aspiran. Pero el chico no es tonto y deja claro que ellos no se meterán en lo que se ofrece -como drogas o armas- sino en el modelo de transacción entre compradores. Dicho de otra forma: no queremos ser ilegales pero sin ese mercado no somos nada, así que tenemos que “vender la moto” de esa forma.

El vídeo de OpenBazaar


Aún así dice que no dejará que los “usuarios con tentaciones de vender drogas, afinen el lugar a su gusto”. A lo mejor no tiene claro del todo lo que sería una descentralización total, en un mercado de internet/darknet sin autoridad alguna, pero con el poderoso músculo de sus “buenas intenciones” como justiciero. Pasemos a la viñeta siguiente, Judge Dredd. 

Por la otra parte está Amir Taaki que, junto con otros desarrolladores ahora implicados en otros proyectos, decidió poner el código de DarkMarket en manos de la comunidad -para evitar que se perdiera por su falta de tiempo- pero consciente de que la idea era “crear un mercado resistente a los ataques de los estados y sus servicios de represión, en donde no exista una cabeza y que para cerrar el mercado haya que capturar a todos los miembros, haciéndolo imposible en términos prácticos”. Dicho de otra forma: la idea era la pera limonera porque equivalía a un “Silk Road” que no puede ser destruido.

Cuando el antiguo equipo al cargo con Amir dejó el proyecto, enfrentó una petición por parte de la comunidad en internet: querían un cambio de nombre. 

El asunto no iba por el lado moral de la cosa, sino más bien por el lado propagandístico y el argumento no tenía suficiente peso. La propuesta de llamarlo “Free Market” defendía la ventaja del nombre a nivel psicológico: el libre mercado. Y a la vez, del impacto que supondría para las autoridades “querer cerrar el libre mercado” como titular. Algo infantil pero divertido: podía haber funcionado.

Amir rechazó la idea argumentando lo siguiente: “La gente necesita dejar de estar asustada y recuperar el poder sobre las palabras que usan para controlarnos. El nombre de Darknet (dark) inspira un montón de ocurrencias y suena guay. Es como cuando nos llamaban piratas como forma de insulto intentando avergonzarnos y llegó el Partido Pirata y dijo 'Sí, somos piratas, y qué pasa?'





Han existido otros partidos surgidos de internet y no llegaron a nada”. 

Vamos, que el pretender darle una apariencia bella a un lugar que cumple una función sin connotación moral (como son los actos de compra/venta de bienes) puede vender y ayudar a conseguir fondos, apoyo y desarrollo, pero aleja totalmente el concepto del proyecto de su esencia original. Y aunque no lo parezca a primera vista -o pretendamos defendernos mediante la negación- también del conjunto de conceptos asociados a Bitcoin, aunque su uso sea vital para la existencia de OpenBazaar.

En este complejo choque de visiones, una guiada por la moral y todavía plegándose en cierta forma a las exigencias del estado y otra atendiendo a las necesidades del libre mercado, me quedo esta última propuesta.

Como dijo Amir: "no estamos aquí para encajar bien en el status quo sino para retarlo".



El nuevo competidor: BitxBay

Hay un chiste muy “español” que se suele contar sobre los vascos -habitantes de Euskadi, una irreductible “aldea gala”- haciendo uso de varios tópicos al caso (como ocurre en estos chiste sobre “los de tal zona” donde se explota una supuesta característica del supuesto grupo). 

Dos amigos, Patxi y Antxón -nombres muy vascos porque tienen X- salen “a setas”. El pueblo vasco es un pueblo micófilo que conoce sus hongos (y los sabe apreciar) de ahí que salir “a setas”, o a recoger setas, sea algo común en Euskadi y no tan común en otras partes del estado. Sigo. La cosa es que durante el paseo por el monte arbolado en busca de los preciados trofeos gastronómicos, uno de ellos dice: “¡Ahí va la hostia, Antxón! ¡Que me acabo de encontrar un Rolex de Oro!”
A lo que el otro contesta: “¡Joder Patxi, mecagondios...! ¿Estamos a Rolex o estamos a setas? ¿Pero a qué cojones estamos?”

De ese chascarrillo, trufado de topicazos en España, nos ha quedado el “¿Estamos a setas o a qué estamos?” como forma de expresar que se está pendiente de otra cosa distinta a lo que realmente importa -aunque el chiste muestre la dureza de mente de quien está obcecado en una misión y no es capaz de darse cuenta ni cuando ha encontrado algo más importante que lo que buscaba en un principio. Aunque no sea el objetivo inicial, sí.

Esta idea del “a qué estamos realmente” me viene a la cabeza por los asuntos relacionados con internet, Bitcoin y la privacidad. Y por una vez, lo hago pensando como si fuera un policía.
Eso sería lo que le preguntaría a mis compañeros -de supuesta buena voluntad- policías como yo: ¿a qué cojones estáis?

Una de las grandes pegas que le escucho poner a la gente sobre herramientas como Tor (podría nombrar otros) es que esos proyectos están financiados o incluso iniciados por autoridades USA o personal de desarrollo militar. Inmediatamente después olvidan decir que son proyectos de código abierto, o explicarlo adecuadamente para que la gente entienda por qué gobiernos como USA han financiado y monitorizado cosas como Tor o la propia Internet, el email o la WWW.

Parece hecho para servir de semilla conspiranoica el situar a semejantes gobierno (¿hay alguno bueno?) en el origen de herramientas libertarias como podrían ser Internet y Tor. Los gobiernos no son precisamente amigos de la libertad de expresión -eso es común a todos- pero no todos los gobiernos combaten la libertad de expresión de la misma forma: mientras unos gobiernos optan (inútilmente a la larga) por intentar evitar que sus ciudadanos se expresen libremente en los medios a su alcance -tipo Rusia censurando o encarcelando bloggers, Cuba o China o Corea Del Norte con similares formas o restricciones- otros países estimulan la producción de “libre expresión” de manera que haya mucha, tanta que pierda su utilidad en muchos casos.



Un ejemplo más sencillo: un abogado defendiendo a un cliente no tiene derecho a esconder una información que le sea requerida y a la que tenga acceso (por ejemplo, los registros de entrada al edificio de la compañía de su cliente en un día determinado) pero lo que sí puede hacer, legalmente, es entregar los datos requeridos tan enterrados y revueltos en otra mucha información que sea materialmente o temporalmente imposible encontrar la info relevante que puede estar buscando la otra parte en litigio. Dicho de otra forma: te doy los datos de acceso al edificio que pides, pero te los doy mezclados con los de los 50 edificios del mismo tipo que tengo en la compañía -no todos informatizados, muchos en papel y fotocopia, mala suerte- y sin ordenar en días ni horas de acceso, junto con otras 300 cajas de documentos de acceso de todo tipo de personal del último semestre. Y tú busca lo que quieras, amigo.

Obviamente el tipo de técnica mafiosa en el que una gran compañía abusa de los recursos a su alcance para enterrar en papel la reclamación de alguien más pequeño, es algo que favorece a las grandes corporaciones -y estados- frente a las pequeñas. Y sin incumplir la ley, lo que es un gran aliciente para optar por esa vía de trabajo, ya que evita repercusiones penales en quienes deciden y protege de esa forma los activos de cualquier institución. De la misma forma lo es para algunos gobiernos por motivos similares, y porque son “los grandes” tecnológicamente.

Resulta mucho más inteligente posicionarse al lado de una herramienta como Tor desde sus inicios y poder ser el que mejor la maneja, mejor la conoce y más interés tiene en ella. Sobre todo sí expresar una libre opinión en tu país no es difícil, se puede hacer de forma “aceptablemente anónima” y que el hecho de que no fuera así no supondría -por norma- una grave sanción para quien cruzase “la linea”. Tu interés como gobierno es conocerlo para saber a qué te enfrentarás antes que nadie -lo que significará que estarás mejor preparado que nadie- y así mismo saber usarlo para tus propios intereses en los entornos en que te beneficia su uso como herramienta. Recordad que Internet era una red militar de comunicación distribuida para evitar el colapso de un ataque nuclear sobre una red lineal.

En este modelo de anonimato promovido por Tor y apoyado notablemente por Bitcoin (no es voluntario, tan sólo sus propias características: Bitcoin carece de moral alguna) surgen nuevas creaciones, consecuencias lógicas de la imparable evolución técnica -como es el proyecto OpenBazaar del que ya hemos hablado alguna vez en elbitcoin.org- y que puede resultar a primera vista ilógico que tengan tanta cercanía a instituciones y organismos estatales USA cuyas normas no amparan todas las posibilidades que inauguran dichas herramientas (como es en este caso la posibilidad de un mercado descentralizado y totalmente anónimo, que puede incluir todo tipo de bienes y servicios prohibidos) sino que claramente apuestan contra semejantes escenarios.



Dentro de la sana competencia ha nacido otro mercado descentralizado que afirma haber realizado la primera venta -en este caso un libro- como prueba de concepto. Su nombre es BitxBay y ha entrado pisando algún que otro callo al promocionarse: ha entrado en escena afirmando que él sí es un mercado descentralizado en el que un administrador no es necesario y no hay riesgo de que un administrador robe tu dinero. A dicha afirmación ha contestado OpenBazaar haciendo retweet (RT) desde su cuenta en Twitter a una persona que les recordaba a BitxBay que OpenBazaar es también 100% descentralizado.

No busco en este texto más que dar la noticia -porque comparar características de “lo que de momento es vaporware” es algo que no pienso hacer- de que hay otro nuevo modelo de jugador en esta ciudad creciente de los mercados anónimos, tanto en uso como en estructura, y que parece que son el futuro inevitable que nos depara la mezcla de las posibilidades de internet con las posibilidades de Bitcoin a la hora de moldear las relaciones comerciales entre humanos: esto sí es globalización positiva que no espera a que los estados decidan qué hacer con nuestras vidas.

¿Qué tiene que ver al final esto con lo de a qué se está, si a setas o a Rolex?
Mientras algunos estados son conscientes del tamaño, repercusión e implicaciones globales de cuestiones como la evolución de la red, Tor, Bitcoin y estos mercados entre otras muchas cuestiones (les gusten o no, aceptan que son el futuro) otros están a otra cosa.
En lugar de intentar comprender mejor que es Tor, prever su evolución y tomar posiciones frente a dicha red y las opciones de futuro que nos depara, Rusia sigue empeñada en dar ejemplo de represión, como en otros países de espectro o restos de bagaje comunista donde se reprime la libre expresión en lugar de estimularla, aunque sea como forma de combatirla masivamente.

Esto no debe sorprender a nadie. Lo que sí es una sorpresa es lo que Rusia valora lo que tiene entre manos. Rusia ha salido “a setas” y no acaba de ver que está tratando con “un Rolex”. Rusia ha salido a reprimir con la porra, la delación y la recompensa al chivato mientras otros gobiernos están aprendiendo y tomando posición en ese nuevo panorama.

Rusia quiere hackear Tor. Muchos dirán que Tor ya está hackeado, que Tor no es seguro, que Tor es de USA y todo eso. Vale. Pues Rusia no se ha enterado y quiere hackearlo. Seguramente USA también querría si no tuviera tan claro que no es posible o al menos, económicamente viable en el coste de recursos para que resulte una empresa fiable.

Lo cachondo es la recompensa que ofrece Rusia por semejante hazaña: 4 millones de rublos o, lo que es lo mismo 100.000 míseros dólares.

No es que 100K dólares me parezcan poco. No soy avaricioso, pero quiero más.
100k dólares es una broma de mal gusto o un honeypot para cazar imbéciles que no son hackers sino fantasmas de la red.

Nadie que tenga la más remota idea de lo que es Tor -y de lo que significa- pensaría que alguien con la capacidad -primero mental y luego técnica- como para hackearlo y desencriptar su sistema de comunicaciones iba a venderlo por 100K dólares, cuando seguramente cualquier mercado ilegal que se apoye en Tor para su existencia, pagaría 10 o 100 veces más sólo por ocultar el secreto.
Y otros hackers lo venderían a distintos países por 1000 o 10.000 veces esa ridícula cantidad.
Puede que usando BitXBay u OpenBazaar para hacer el intercambio... ¿Quién sabe?


Mucho más interesante el vídeo de BitxBay 
que el de su competencia.
Dedicado a la policía 
y lo útiles que van a resultar.




Amigos de la policía y las fuerzas de seguridad y represión de los estados: ¿estáis a setas o a Rolex? ¿A qué cojones estáis? ;) 

jueves, 16 de enero de 2014

Desde la Deep Web



Este texto fue publicado en el mes de Diciembre de 2013 en la Revista Yerba.
Lo he dejado tal y como fue escrito en octubre del 2013, y en la parte final del texto se citan algunos mercados de drogas online que puede ser que ya no existan cuando leas esto (la muerte y nacimiento de nuevos mercados de drogas en internet va muy rápida) pero que no modificamos por razones históricas.

Esperamos que os guste. :)





Desde la DEEP WEB.


Internet hoy forma parte de nuestras vidas: lo usamos en redes sociales, comunicaciones por email o servicios de mensajería, compramos en la red, nos informamos, nos documentamos y hasta nos agrupamos por intereses similares. Tiene un nuevo peso específico en nuestra actividad como seres humanos.

De alguna forma, Internet es casi un apéndice más de los habitantes del planeta, en los llamados países civilizados, que les ayuda a vivir en una conexión instantánea, impensable hace medio siglo, con personas y grupos que pueden estar en cualquier parte del planeta, y acceder a servicios que de otra forma sería imposible.

Todo esto está a nuestro alcance cuando queremos encontrarlo usando buscadores como Google, que son los que se encargan de indexar la información que sus robots recogen de la red. Pero no toda la información es recogida por los buscadores, ya que mucha pertenece a lugares de acceso restringido, se genera de forma dinámica a través de peticiones correctamente hechas a los servidores adecuados, o se mantiene con métodos que no permiten la indexación de su contenido por parte de los buscadores.

La “Deep Web” o web invisible, fue el término elegido por Michael K. Bergman, un empresario e investigador en nuevas tecnologías, para contraponerlo a la “Surface Web” o web visible y navegable mediante conexiones y buscadores comunes en un estupendo estudio en el que analizó el comportamiento de Internet. Eso fue hace más de 10 años, y ya por aquellas fechas quedaba patente que lo que no podíamos ver de Internet en los buscadores era de 400 a 550 veces más grande que la información que sí era recogida por los buscadores.



En su visionario trabajo, Bergman desgranaba más y más datos sobre ese mundo que los buscadores no podían mostrar, como que la información en la “Deep Web” era entre 1000 y 2000 veces de mejor calidad, más específica y detallada, normalmente agrupada por temas de interés, y sobre todo que el 95% de ella era de libre acceso público y sin pago o restricción.

Los intereses de Bergman en su estudio se centraban en las tendencias y evolución previsible de Internet y sus mercados asociados. Poco o nada imaginaba que el término que él acuñó, pasaría a ser mucho más de lo que él quiso incluir en ese concepto en agosto del año 2001.



¿Qué es la Deep Web ahora en 2013?


A la Deep Web actualmente los medios la presentan como una parte inaccesible de Internet mediante la navegación web convencional y mediante protocolos de comunicación habituales, que son los que utilizamos al usar cualquier navegador con una conexión común. Esto no es cierto: al echar un vistazo al estudio de Bergman, vemos que los dos lugares que -con gran diferencia- más cantidad de información contenían pero no era visible al buscar -debido a cuestiones de indexación simplemente- pertenecían a la NASA y la NOAA que eran dos agencias del gobierno de los USA, y cuyos datos eran teóricamente accesibles pero su ausencia de indexación los hacía invisibles.

Toda esa información, más otras cantidades -exponencialmente incrementadas- generadas en estos 12 últimos años, forma parte de la Deep Web ya que sigue siendo “invisible” para cualquiera que no la conozca con su vía de acceso previamente.

Sin salirnos de la Internet que prácticamente cualquiera sabe manejar hoy día, también hemos tenido y tenemos como parte de la Deep Web lugares de acceso restringido. Algunos por razones de pago o comerciales, y otros por otras razones de privacidad, tanto si se trataba de actividades legales, por ejemplo el sexo consentido entre adultos, como ilegales: la venta o compra de drogas prohibidas. 

Existen foros con distintos grados de privacidad donde, mediante referencias de otras personas, puedes acceder y comprar, vender o intercambiar drogas. Los hay en inglés y los ha habido en castellano, como en casi todos los idiomas: los usuarios de un lugar con intereses similares se agrupaban para facilitarse sus prácticas, compras e información relevante.

Aparte de todo lo mencionado anteriormente, hoy día existen otras zonas con contenidos totalmente inaccesibles mediante un navegador común y una conexión normal a Internet: la Dark Internet o Internet Oscura. En este caso ya no hablamos de páginas o datos que están almacenados sin posibilidad de usarse por no tener un acceso coherente a ellos -como ocurría inicialmente con la mayor parte de la Deep Web- sino de auténticos servidores de información que funcionan con protocolos informáticos no usados habitualmente y totalmente invisibles para los buscadores convencionales de la red. 

Esta zona oscura de la Internet es lo que actualmente los medios, en general por motivos de sensacionalismo o ignorancia, consideran la Deep Web, aunque en realidad es sólo una pequeña fracción de todo lo que abarca.




¿Cómo se accede entonces a esa Deep Web?


La red TOR tiene la clave para poder penetrar en una buena parte de esa Deep Web.




TOR era un acrónimo para “The Onion Router” que surgió siendo un protocolo de ofuscación de identidad: una forma de no revelar qué ordenador pedía qué información mediante un sistema de capas que “enterraba” la IP que hacía la petición original. TOR fue creciendo hasta ser la “TOR Network” o “Red TOR” a partir del año 2004 al ganar popularidad, convirtiéndose en lo que es hoy, pero es interesante recordar que nació siendo un proyecto pagado por la Marina de los USA y financiado por varias agencias del gobierno de dicho país. TOR es también creación de los militares, como lo fue Internet.




Para usar la red TOR hace unos años era necesario contar con ciertos conocimientos informáticos más avanzados que los que la media de las personas podían tener, pero esto dejó de ser así hace tiempo: es tan simple como usar un navegador TOR. Basta con buscar en Google las palabras TOR BROWSER y verás una página que te ofrece descargar el navegador adecuado. Se baja e instala como cualquier otro, y el propio navegador se conecta pulsando un botón a la red TOR, permitiéndote navegar dentro de un nuevo mundo de direcciones y contenidos que no están en los buscadores.

La oferta obvia de la red TOR es una cierta garantía -no total- de privacidad por su sistema de enrutamiento. Existen buscadores e incluso algunas páginas de estilo “wiki” que informan de foros o páginas en TOR, o de lo contrario resultaría muy complicado moverse totalmente a ciegas. Lo que tienen todas las web allí en común es que su extensión no será .com o .net ni cualquier extensión del DNS habitual sino una serie de caracteres acabados en la extensión “.onion” en alusión a la red usada. Estas direcciones se pueden encontrar en buscadores desde la web común, pero no se puede acceder a dichas páginas sino desde la red TOR.




¿Qué podemos encontrar en la red TOR?


Internet es a día de hoy una especie de cerebro global, intercomunicando pensamientos y personas a velocidad cuasi-neuronal, que está provocando cambios globales a la hora de entender las relaciones humanas y, entre ellas, el comercio que para muchos es “una forma civilizada de hacer la guerra”. Mientras la web común contiene todo lo que dejamos que quede registrado en esa memoria que son los buscadores, la red TOR sería algo semejante a la parte oculta de nuestros pensamientos y acciones, lo que queremos mantener en mayor secreto. Y como las redes informáticas no son más que herramientas que los humanos usamos, en TOR podremos encontrar de todo lo que los seres humanos, por unas u otras razones, no quieren exponer en público o sólo lo quieren mostrar a un publico muy limitado y seleccionado.

¿Entramos ya en el terreno ilegal sin saberlo? Estamos aproximándonos, pero de momento todo es totalmente legal. Navegar por TOR no es delito. El delito es lo que se haga en dicha red, exactamente igual que en la web común, pero con el anonimato que permite TOR y eso convierte el lugar en un estupendo caldo de cultivo para todas aquellas actividades que son ilegales como vender drogas, pero también para otras en las que sus participantes quieren mantener un grado extra de anonimato, como podría ser el gusto por vestirse con bridas de caballo y ser azotado por otras personas, y que no tienen nada de ilegal en sí mismas.

Se ha dicho que en esa “Deep Web” de la que hablan tan escandalosamente los medios se pueden comprar armas, y así es. También en la web común uno encuentra cómo comprar armas si se lo propone. 






Se ha dicho que existían lugares donde encargar ejecuciones y asesinatos, y aunque así lo ofrecían algunas personas la realidad es que el lugar donde eso ocurría ha reconocido que la mayor parte de dichos anuncios eran timos o gente desesperada y nunca profesionales, como ocurre también en la web común con gente que se ofrece para ese tipo de crímenes. Y según el FBI, la búsqueda de un asesino a sueldo por parte del dueño de Silk Road, el famoso Dread Pirate Roberts, ha sido una de las oscuras razones de su captura.

Se ha dicho que existen mercados de drogas en los que puedes comprar cualquier sustancia que puedas imaginar sin moverte del sillón de tu casa y sin dejar rastro en el pago. Eso sí es cierto.
También que a esos mercados de drogas no necesitas ser invitado, sino que puedes acceder directamente y sin que nadie más lo sepa. Totalmente cierto.



Los requisitos son una simple dirección postal donde recibir el producto, y el pago mediante Bitcoin -o en algunos casos también es posible con Litecoins- que son criptomonedas virtuales muy difíciles de rastrear y de determinar las transacciones que se realizan entre sus poseedores, ya que no existe un banco central, un gobierno o una institución controlando el uso y evolución de dichas nuevas monedas. A día de hoy, un Bitcoin tiene un valor aproximado de 700 euros (Actualizado a 15 de Enero de 2014), cuando hace un año no llegaba a 10 euros.

Existen en esa zona de la web varios mercados de este tipo, aparte del famoso Silk Road que ha dejado de funcionar tras la captura -supuestamente- del gestor y dueño, y la incautación de un par de millones de dólares en Bitcoins en las cuentas de los usuarios (compradores y vendedores). No sólo existían Atlantis o Silk Road, hay muchos más que esperan su turno para brotar, casi de la misma forma que una red de tráfico sustituye a otra cuando es desarticulada. 

Entre los que se encuentran cuando este texto se escribe aún activos están Black Market Reloaded o Sheep Marketplace, que en estos momentos están recogiendo el mercado que ha quedado desabastecido por el cierre de los otros lugares. Y para encontrar estos “nuevos” lugares basta con buscar sus direcciones en Google a través de la red normal: no podremos acceder a ellos desde la red común, pero sí encontrar la forma de llegar en foros y páginas donde se publicitan las direcciones y, hasta hace poco, también los productos.



¿Qué hace entonces la policía de los distintos países ante este fenómeno mundial?


La policía en sus distintas formas y países hacen lo que buenamente pueden, pero reconocen que son mercados realmente difíciles de atacar: apenas unos días después de haber cerrado Silk Road en una macro-operación, que tiene más de película que de realidad, su vacío ya está siendo llenado por otros nuevos competidores.

Hace pocos meses el FBI -presumiblemente- usando un fallo de configuración por defecto del navegador más común usado en dicha red, el TOR Browser, que mantenía activa la ejecución de javascript, se aprovechó para localizar a un montón de personas que usaban dicha red y pasaban por donde ellos habían dejado un código malicioso que enviaba tu identidad a la policía.

Como pasear por TOR no es delito alguno, sólo pudieron usarlo para localizar físicamente a una persona que tenía la propiedad y el control del mayor servicio de hosting para webs de todo tipo en la red TOR, acusándole de tener alojada pornografía infantil en las páginas de algunos de sus usuarios (cosa probablemente cierta) y a la vez dejando fuera de juego a TORMAIL, que era el principal servicio de email dentro de TOR y que se usaba para todo tipo de transacciones y comunicaciones.


Las autoridades son conscientes de que la combinación de TOR (u otras formas más complejas de comunicación no convencional a través de las redes) junto con medios de pago como Bitcoin o Litecoin, son una combinación casi intocable y realmente difícil de vencer. Acostumbrados a un mundo donde todas nuestras transacciones económicas quedan registradas (bancos, servicios postales y envíos de dinero a través de empresas tipo Western Union) y donde nuestros pasos en la red podían ser espiados impunemente, estos nuevos modelos son un dolor de cabeza permanente.





Los responsables de atacar estos lugares, reconocen que no pueden hacer mucho: los recursos para poder atrapar y acusar con suficientes pruebas a un vendedor o al dueño de un mercado adolecen de proporción y eso juega a favor de los vendedores. Para la detención de Dread Pirate Roberts han hecho falta más de 100 agentes en USA infiltrándose en dichos mercados, y haciendo compras a los vendedores para poder llegar a algunos de ellos y a la cabeza del mercado.

Todo para atrapar a un chico de 29 años con mucho ingenio, dinero, algunas drogas, y ni un sólo arma. ¿Mereció la pena viendo los resultados? Permítanme dudarlo.




¿Cuáles son esos mercados accesibles para cualquiera y qué venden?


Hasta hace muy poco, había 3 grandes sitios dentro de red TOR que funcionaban como mercados de drogas (entre otras cosas). Eran Silk Road, Black Market Reloaded y Atlantis, y este último sitio se había lanzado hacía unos meses a una campaña publicitaria desde YouTube de aspecto profesional para promocionarse en toda la web conocida, en la que explicaban la facilidad como la que un supuesto fumador de cannabis se había mudado de ciudad y no conocía a ningún vendedor de confianza, y tampoco quería ir a comprar al mercado negro en la calle, conseguía sin moverse de casa unos estupendos cogollos de marihuana que le colocaban hasta dejarle “contento y relajado como un puto gatito”.

Pero Atlantis dejó de existir hace meses: un buen día sus administradores decidieron que, por motivos de seguridad no revelados, preferían cerrar el lugar a pesar de presumir en ser unos de los más seguros en varios aspectos.
El dinero que había en sus cuentas, no se sabe muy bien qué pasó con él, aunque anunciaron que los clientes tendrían una semana para retirarlo, no fue así para todos. Algunos hablan de un timo masivo, pero por otra parte las estimaciones de lo que podía haber según el volumen de compra y los usuarios no superaban los 5000 euros, lo cual obviamente no compensa en el riesgo de haber estado administrando un mercado de drogas ilegales, que realmente da muchos más beneficios funcionando como tal que robando “las moneditas que hay en la caja”.

Tras el cierre misterioso de Atlantis sin que se detuviera a ninguna persona, semanas después cayó Silk Road en manos del FBI, que era el premio gordo de los mercados ilegales online.



Ahora mismo (Octubre de 2013) quedan funcionando -entre otros más ocultos- Black Market Reloaded y Sheep Marketplace dentro de la red TOR, sin mencionar otros puntos de venta, posiblemente la mayoría de acceso restringido a unos pocos, incluso dentro de esas redes teóricamente anónimas.

En todos ellos, las estadísticas sobre ventas de drogas eran bastante similares: la que se lleva de calle el primer puesto en todos ellos era el cannabis y sus derivados como el hashís, los cogollos de marihuana o las preparaciones refinadas como el BHO o el Budder con altísimos niveles de THC y otros cannabinoides naturales. Muy por delante de otras drogas como la cocaína, heroína, DMT, LSD y una infinita variedad otras drogas de su catálogo, que incluye hasta péptidos ilegales que se usan para ponerse morena sin tomar el sol, pero ilegales porque producen cáncer. Aún así, parece que existe mercado para sustancias tan arriesgadas como esa, así que ¿cómo no lo iba a tener el cannabis?

El modo de funcionamiento de estos mercados de similar a Ebay, donde los vendedores anuncian sus productos con el precio que ellos deciden, y los compradores eligen vendedores. Para evitar timos por parte de compradores o de vendedores (ya que el sistema se basa en la palabra sin otra vinculación) existen sistema de “escrow” en los que el mercado retiene el dinero hasta que la transacción del producto se ha completado correctamente, y en caso de no ser así, tienen sus propios sistemas para resolver amigablemente las disputas que puedan surgir.

Lo de amigablemente cobra alta importancia aquí, donde la leyes que protegen el comercio fracasan porque se comercia con bienes ilegales o no regulados, ya que lo más valioso que tienes en estos lugares es tu reputación como comprador o como vendedor. Cuando alguien quiere comprar un producto (digamos 10 gramos de cogollos de marihuana) busca un vendedor cuyos comentarios reportados por sus compradores son buenos, como haríamos al mirar en la web un alojamiento leyendo lo que otros inquilinos han dicho de él. Pero también los vendedores son exigentes: no quieren compradores que intenten timarles, quieren compradores que paguen bien y no den problemas. Por esa razón muchos vendedores no querrán venderte si no tienes un buen historial de compras en ese mercado. Y ambos, comprador y vendedor se puntúan mutuamente para que otros usuarios conozcan su comportamiento.

La realidad final de estos lugares, cuyos dueños se permiten conceder entrevistas a revistas como Forbes -por su relevancia en los nuevos modelos de mercado- mientras son buscados por la policía de medio mundo, es que sirven para poner en contacto a un vendedor y un comprador que, en su inmensa mayoría, lo que quieren es completar la venta felizmente para ambos. Hay que recordar que nadie está a salvo de encontrarse un timo, y en especial las primeras veces que se usan estos lugares si no se siguen las recomendaciones básicas para estos mercados online y anónimos y que nos evitarán esos problemas.

Es demasiado pronto para asegurar que dichos mercados sobrevivirán en el futuro tal y como existen hoy, pero de lo que no cabe duda es que han inaugurado una nueva forma de compra-venta de drogas. La relación con el entorno criminal es de menor implicación que en los mercados tradicionales, donde expones hasta tu integridad física con las consecuencias que puede traer. Aquí la exposición del comprador queda reducida a una dirección postal (muchas veces encabezada con un nombre falso) y eso aumenta la seguridad para el comprador, ya que la compra en cantidades mínimas se entiende como uso personal pero la venta de cualquier cantidad de droga es delito.


De lo que no hay duda es que son el germen de una nueva forma de relacionar compradores y vendedores de drogas, más allá de fronteras, legislaciones y controles económicos gracias al uso del Bitcoin -u otras criptomonedas- y a las limitaciones obvias de lo que los estados pueden dedicar a luchar contra el menudeo a través del correo postal en busca de cantidades para uso personal de drogas, todavía a día de hoy, ilegales.







Symposion.