El texto que precede a este trozo se encuentra en: https://drogoteca.blogspot.com/2018/11/breve-historia-del-bitcoin-el.html
EL SECUESTRO DE BITCOIN.
¿Entonces todo lo que se ha escrito y
predicho sobre Bitcoin, a quién le corresponde ahora?
Este es el quid de la cuestión, que no
resulta sencillo de contestar a corto plazo pero resulta mucho más
sencillo de evidenciar a largo plazo. ¿Por qué? Porque cuando la
cadena se bifurcó (hard-fork Y split contencioso), de las dos monedas que surgían de la
misma, una de ellas -Bitcoin Core o BTC- retuvo el nombre y la mayor
parte de su valor económico, al menos de forma inicial.
La otra, de
momento, retenía la verdadera esencia de Bitcoin sin hacer cambios
esenciales en su estructura: Bitcoin CASH era y es el Bitcoin que
mantenía la visión que Satoshi Nakamoto diseñó a la hora de crear
la primera criptomoneda. Bitcoin CASH era y es Bitcoin en realidad,
atendiendo a la matemática pura y fuera de opiniones interesadas.
En realidad, en el año 2017 salieron
todo tipo de imitaciones o productos totalmente inversos a la idea
original, de la blockchain de Bitcoin. ¿Por qué? Sólo había que
coger una copia de la cadena y a partir de un determinado momento,
escribir en esa nueva cadena bajo un nuevo protocolo (nuevas normas
de juego).
Así pudimos y podemos ver esperpentos como Bitcoin
Private, Bitcoin Diamond, Bitcoin Titanium, Bitcoin Gold, Bitcoin
Rhodium, y algunas aberraciones similares cuyo único valor residía
en copiar el nombre comercial de un producto de éxito en plena
burbuja expansiva, como era Bitcoin en el mercado de las
criptomonedas al final del año pasado.
Más que monedas a
considerar, son meras anécdotas en un libro sobre fraudes y
cripto-engaños, basados únicamente en la fuerza del nombre Bitcoin,
para el oído poco conocedor de la situación real.
Obviando todos esos timos monetarios
crecidos al calor del Bitcoin, quedan 2 monedas en disputa por ser
Bitcoin, a los ojos del mercado que no tiene por qué entender qué
es lo que ha estado pasando, o cómo funcionan cada una: Bitcoin Core
o BTC vs. Bitcoin CASH o BCH.
La primera, BTC o Bitcoin Core, es la
que recibe la herencia de “todo lo bueno y lo malo” acaecido en
el universo Bitcoin desde su creación hasta el hard-fork o
separación, ya que ella (como nombre) existió primero. De ahí que
sea la que recibió ese gran impulso en su valor durante el año
pasado, ya que no tenía contrincante “conocido” a nivel de
mercado.
En aquel momento que nacía Bitcoin
CASH como cadena que respetaba el protocolo Bitcoin y aumentaba a 8MB
permitiendo hasta 24 transacciones por segundo, pero aún este mismo
enunciado era complicado de pronunciar para la mayoría de sujetos,
sin que sonara como un trabalenguas.
Y en mitad de la eclosión de un
montón de monedas-basura (como las anteriormente nombradas)
resultaba una época complicada para que un nuevo inversor, o alguien
interesado por las criptomonedas que se dispusiera a entrar en ese
mercado, se fuera a arriesgar por una moneda con unos pocos meses de
vida; la mayor parte del “hype” comprador del 2017 fue para BTC,
cosechándolo tras 8 años de existencia previa al divorcio.
La otra contrincante Bitcoin CASH o
BCH, que la matemática nos muestra que es el auténtico Bitcoin, ya
que mantiene el protocolo original Bitcoin quitando una limitación
temporal, tal y como se había previsto en sus etapas germinales.
Esta moneda “nace” en agosto del pasado año, en mitad de un
clima tremendamente hostil en Internet y las redes sociales, con
miles de cuentas con perfiles falsos haciendo campaña a favor de BTC
con el nuevo modelo centralizado y de altos costes para el usuario. A
pesar de este panorama distorsionador, esperando para hacer mella en
la recién nacida con varios intentos en los mercados de hundir a la
nueva moneda (la que sí retenía el protocolo Bitcoin original)
mediante ventas masivas de la moneda Bitcoin CASH (engañados por propagandistas que les convencieron de que vendían “dinero gratis”, que en pocos días no tendría valor) a precios muy bajos,
en menos de 4 meses Bitcoin CASH había llegado a valer más de 3000
euros por unidad, en el pico más alto de su corta existencia.
¿Acaso es esto una cuestión
de
propaganda y publicidad?
Los que llevamos en esto del Bitcoin
desde hace ya muchos años, tenemos claro que el valor de una moneda
en estos nuevos mercados (que no responden a los parámetros de otros
mercados conocidos sino que suponen un nuevo paradigma) está en
relación directa con su uso.
Bitcoin ganó tracción y adopción
popular cuando se empezó a usar en el año 2011 en el mercado
anónimo de Silk Road, creando un paradigma hoy día plenamente
vigente al combinar el pago anónimo de Bitcoin con la navegación
anónima proporcionada por la red TOR, para saltarse la moribunda e
inmoral “guerra contra las drogas” y recibiendo lo que pidas
-cómodamente- en el buzón de tu casa.
Unos meses después de la
creación de dicho paradigma, eran varios los mercados anónimos (de
drogas y otros bienes) que usaban con éxito -y siguen usando hoy
día- el mismo esquema que el instaurado por Ross Ulbricht en el
diseño de Silk Road.
Si bien la mayoría del público tomó
a Silk Road por un mercado de drogas, lo cierto es que su creador,
Ross, nunca lo definió así sino que adoptaba una definición mucho
más distante de un sólo tipo de producto: era un experimento
radical de mercado libre.
Se prohibieron cuestiones como la
pornografía infantil -ya que implicaban la existencia de una
víctima- y aquello que para su obtención hubiera generado un daño
a otros, como materiales y y bienes procedentes de robos. Por supuesto,
nunca hubo contratos de asesinos a sueldo en Silk Road -aunque eso se
repita en la prensa continuamente- y aunque Ross Ulbricht fue acusado
de haber contratado a unos sicarios que eran supuestos policías en
realidad, la acusación jamás se formalizó ante un tribunal pero sí
que fue usada de forma instrumental por la fiscalía para conseguir
que a Ross se le denegase una libertad bajo fianza en la primera
vista ante la juez, como paso previo a condenarle a 2 cadenas
perpetuas y 35 años consecutivos.
Para alguien como Ross Ulbricht -jamás
causó daño a otra persona, no tiene víctimas directas- que carece
de delitos de sangre o de daños a terceros, y aun aceptando la tesis
de que Silk Road era simplemente un mercado de drogas, dicha condena
resulta una atrocidad de una crueldad extrema y no parece responder
-siquiera- a una condena a una persona con responsabilidad real en el
tráfico de drogas. La condena de Ross es más dura que la de
asesinos, traficantes de alto vuelos y violadores en dicho país, sin
un motivo claro que la sostenga o explique.
El papel de Silk Road en el desarrollo
de Bitcoin fue tan claro, que el día que dicho mercado fue
clausurado por el FBI, el precio del Bitcoin en minutos perdió 1/3
de su valor. Poco a poco recuperó niveles similares a los previos,
en los días y semanas siguientes, a la vez que otros actores en la
red TOR ocupaban el lugar dejado por Silk Road y volvían a tener al
Bitcoin como única forma de pago posible en dichos mercados anónimos
que asentaban el paradigma.
Aunque fueran drogas, a los Bitcoiners
les quedó claro que para que la moneda se desarrollase hasta dar de
sí todo lo que podía dar, necesitaba comerciantes que la aceptasen
como pago. El uso real -como dinero para pagos- de Bitcoin determinaba la adopción del
mismo más que ninguna otra cosa, y con la adopción debida a que
nuevas empresas la aceptaban como pagos para sus bienes o servicios,
el precio comenzaba a mostrarse en un continuo alza desde que bajó
-sólo por un día- de los 200 dólares, a principio del año 2015. A
más grupos que aceptaban el uso de Bitcoin en sus plataformas, mejor
que se veía el horizonte y mejor iban todos los indicadores.
Hasta que ocurrió lo que hemos
contando al principio: se alcanzó el límite de 1MB en cada bloque y
eso empezó a repercutir de forma brutal en la experiencia del
usuario. Lo que hasta el momento habían sido transacciones
instantáneas y totalmente seguras a un coste bajísimo, dejaron de
ser “seguras” y dejaron de ser baratas: dejaron de ser Bitcoin
como había sido conocido hasta ese día. Bitcoin dejó de ser
“usable” en el mismo grado que lo había sido hasta entonces,
porque se había alcanzado un límite temporal que -interesadamente-
unos secuestradores del proyecto se habían empeñado (a golpe de
talonario) en mantener creando nuevos problemas, para los que
-casualmente- ellos ya tenían una solución patentada.
Este hecho coincidió prácticamente en
el tiempo con la explosión -al dispararse la demanda- de una burbuja
de interés por Bitcoin (y de una brutal subida de precios en muchas
monedas, como Ethereum o Monero) y con un inversor que se acercaba,
en la mayoría de los casos buscando unas altas rentas y e intereses
rápidos en base a la mágica historia del precio de Bitcoin, en
aquellos iniciales años.
Este inversor no tenía tiempo, ganas
ni capacidad en la mayoría de los casos para saber si estaba
poniendo su dinero en una moneda que tenía unas características u
otras, y tampoco planeaba darle uso ya que enfrentaban el asunto como
una mera inversión especulativa. Eso benefició durante todo el 2017
a Bitcoin CORE, ya que inicialmente retuvo el nombre de Bitcoin en la
mayoría de lugares para no inducir a error a personas que no
estuvieran muy al día, tras lo que había ocurrido con el nacimiento
(más bien liberación) de Bitcoin CASH.
Sobre la cuestión de si un mercado
elige siempre la mejor de las opciones, me gusta recordar el momento
en que nuestra sociedad tuvo que elegir entre 3 modelos de cinta de
vídeo: eran 2000, Beta y VHS.
Por orden de calidad, eran esos: el
mejor era el vídeo 2000 y el peor, en calidad, era el vídeo VHS.
Sin embargo, fue VHS quien ganó la batalla (con algo de resistencia
por parte de Beta, finalmente aplastada) de los estándares y las
patentes, y al gran mercado comprador se le vendió VHS -el peor de
los 3 candidatos, a nivel de calidad de imagen y sonido- como el
vídeo que debía adquirir. Y funcionó.
¿Por qué triunfó la peor de las
opciones? ¿El mercado es idiota? Sí y no. El mercado tiene sus
propios intereses que no siempre son fácilmente escrutables para los
ejecutivos, que toman las decisiones desde la trinchera de sus
cómodos despachos. A mi modo de ver, las mismas razones que
finalmente asentaron el uso de VHS (siendo la opción de menos
calidad en competición) son -salvando las distancias- las que harán
que triunfe Bitcoin CASH, aunque en este caso, paradójicamente, sea
la mejor opción técnica.
No será su superioridad en diseño o ser
la que respeta el Bitcoin original. Más simple que todo eso, será
la comodidad de la experiencia de su uso con tarifas inferiores a 1
céntimo de dólar y tan segura como para que los comerciantes
acepten pagos confirmados e irreversibles de forma inmediata, gracias
al sistema 0-Conf de Bitcoin CASH.
Quienes compren como inversión
económica cualquier criptomoneda, centrarán su interés en el
precio que alcance esencialmente, sin entrar en demasiadas
disquisiciones sobre su funcionamiento; al inversor de tipo
“especulador” le interesa el beneplácito del mercado en general,
no la perfección de una idea, la integridad de las estructuras
subyacentes o la mecánica que hace que funcione.
A ese inversor, que
la moneda tenga un uso real o no, le da igual. A ese inversor, que la
moneda esté centralizada o no, le da igual. A ese inversor la única
variable que le interesa es el precio, en la inmensa mayoría de los
casos; le da igual que el ganador de esta contiendan sea la opción
deforme presentada por Core-Blockstream, que la idea original
defendida por Bitcoin CASH, siempre y cuando él haya puesto su
dinero en dicha cesta.
Pero hay otro tipo de usuario, que
podríamos llamar "Bitcoiner" en contraposición al mero inversor
especulativo, que sí estuvo preocupado desde el principio de la
existencia de esta moneda, por una serie de cuestiones que eran
básicas y que atendían a conseguir la inclusión -en el manejo y
posesión del Bitcoin- de todos los habitantes del planeta y no de
unos pocos privilegiados.
Se preocupó porque el sistema fuera
resistente a cualquier tipo de ataque, porque las transacciones (para
bien y para mal) fueran irreversibles e incensurables, y porque
tuvieran un coste tan bajo que permitieran su uso a quienes viven con
menos de 1 dólar al día y carecen de cualquier posibilidad de
acceder a una cuenta bancaria o a servicios de este tipo.
Este es el
usuario que podríamos llamar como “idealista”, ya que parece que
aspira a una serie de sucesos positivos para una gran parte de la
población: aspira a mejorar su entorno.
Y en el medio de estos dos extremos,
existe lo que es el mercado potencial: todas esas personas,
posiblemente como tú, que han escuchado ya sobre Bitcoin y empiezan
a interesarse por el asunto. Entre los que sólo quieren dinero
rápido y los que quieren cambiar el mundo con esta creación, hay
toda una paleta de colores intermedios; tantos como razones tiene
cada individuo para entrar en contacto con este mercado.
Muchos le
prestaron atención cuando su precio se disparó, pero investigaron
un poco más y descubrieron ese otro lado -mucho más interesante que
el simple dinero fácil- y entraron por ambos motivos: económicamente
es una gran inversión y además, la calidad de este dinero -por sus
propiedades intrínsecas- es superior a la del dinero Fiat.
(Continuará...)
Hola amigo. Muy bueno tu blog. Quisiera contactarte para hacerte una consulta. Como te escribo a tu mail o donde lo encuentro?
ResponderEliminarMuy interesante su tema.
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