Fue escrito antes del hardfork, creo que en el año 2015, pero sigue teniendo plena vigencia, por su contenido, ya que sirvió para echar un vistazo al tema del RANSOMWARE, que empezaba a despuntar en las noticias. Entonces, era casi un desconocido para la inmensa mayoría.
Ahora, es un término más de nuestra cotidianidad.
Espero que os sea útil.
:))
Ransomware.
“La
diferencia entre el capitalismo de libre mercado y el capitalismo de
estado es precisamente la diferencia entre, por una parte, la paz, el
intercambio voluntario y, por otra parte, la extorsión violenta.”
Murray
Rothbard - Economista
Al principio de la singularidad
informática todo fue hardware y software. Estaba clara la cosa: lo
físico y lo lógico. Lo que podías tocar y lo que no podías tocar.
Luego la cosa se complicó un poco más y llegaron cosas como el
firmware, o términos para aludir a proyectos que nunca llegaban a
hacerse realidad como vaporware.
Antes no había nada de esto. De hecho
“los ordenadores o computadores” eran habitaciones enormes con
máquinas complejas y potentes sistemas de ventilación para disipar
calor (al estilo de los grandes centro de minado de Bitcoin hoy día).
Eran parte del imaginario, porque no eran parte de nuestra realidad,
exactamente igual que un cohete espacial: su tecnología existía
pero el teflón aún no había llegado a nuestras sartenes.
A lo mejor os parece increíble, pero
yo he tenido cartillas de banco que se actualizaban a mano: las
inscripciones en el “blockchain” del banco de turno se hacían
sobre papel, con bolígrafo, firma manual y sello.
Y las copias (por
si había discrepancias) se guardaban en cajas que almacenaban miles
de duplicados -o triplicados- de papel ordenadas por fecha y oficina.
Cómo gestionaba la megaentidad de turno esos datos era un misterio,
pero a ti te valía con una firma del cajero y un sello junto a la
anotación en tu cartilla de papel. Nada de ordenadores.
Era la
sociedad analógica, la que imaginó Internet pero ahora le supera
esa creación en muchas ocasiones; más que a sus propios hijos
pequeños, ya nacidos dentro del mundo de lo digital y la
comunicación inmediata.
Antes éramos “los más jóvenes”
los primeros que aprendíamos a programar el vídeo 2000, Beta o VHS,
a hacer funcionar las primitivas consolas de juegos, y fuimos los
primeros que entramos en Internet y tuvimos que adaptarnos a un
aluvión de más términos, como SPAM, módem, troyano, virus,
firewall, exploit, actualización, APP, wifi, etc.
Y así llegamos
hasta una de las últimas tendencias a las que tendremos que
acostumbrarnos hasta incorporarlas a nuestro lenguaje, de la misma
forma que ahora mismo decir “tuit” es un término recogido en el
“poco flexible y lento” diccionario de la RAE: el temido
ransomware.
¿Eso que clase de ware es? Más malware, que es el
nombre que recibe el código pensado y creado para ganar acceso a un
ordenador, a contraseñas, cuentas o información sensible.
En concreto el ransomware es un tipo de
malware, englobado dentro del rogueware y emparentado con el
scareware, que pone precio a tu ordenador y su información.
En
concreto a su información, que a día de hoy es posible que los
datos que contenga tu ordenador tengan mucho más valor, económico y
de otra clase, que el propio ordenador o dispositivo que los alberga.
¿Qué valor le pondrías a perder todas tus claves, fotos, datos,
textos, monederos de Bitcoin o de otra clase de moneda digital,
vídeos e imágenes?
¿Qué valor le das a todo lo que contiene tu
ordenador y no puedes recuperar mediante un backup u otra forma de
seguridad accesible para ti?
Ese sería el valor de tu “ransom” o
del rescate que pagarías a cualquier desconocido que pudiera
devolverte -inalterados- esos datos que creías perdidos.
Si bien el
ransom es el precio que te piden, es el ransomware el responsable del
secuestro de tus datos. Este tipo de código gana acceso a tu
dispositivo de la misma forma que el resto de virus y códigos
maliciosos: una vulnerabilidad de tu sistema-aplicaciones o tu propio
fallo al darle a ejecutar, instalar o cualquier otra forma de dar
permiso al sistema para que incruste un código dañino en tu
dispositivo. Nada nuevo en ese aspecto.
Aunque en realidad, ni el término ni
la artimaña son tan nuevos. El primer caso de ransomware es de 1989
y su programador, cuando fue atrapado, recibió la calificación
“incapaz” para afrontar un juicio penal por sus actos.
El autor
era Joseph Popp, que creo un código que encriptaba el nombre de los
archivos del ordenador y a continuación pedía un pago de 189 $USD.
Fue el conocido como “Troyano SIDA” (“AIDS trojan”) y su
programador prometió donar todo el dinero a la investigación contra
dicha enfermedad, pero ya hacemos notar que el juez no le vio capaz
de “atender” a un juicio, así que se libró por la campana...
Desde sus inicios, en los que se
cobraba la extorsión por cheque bancario y encima lo enviabas por
correo, el ransomware ha tenido dos grandes hitos. El primero fueron
los avances en criptografía, que permiten a los códigos actuales
encriptar el disco duro de forma mucho más sólida y menos
resistente a ingeniería inversa sobre los datos encriptados o menos
susceptible de ser rota mediante fuerza bruta.
El segundo, también
íntimamente unido a la criptografía, ha sido el Bitcoin.
Bitcoin no ha aportado nada nuevo al
esquema básico del funcionamiento del ransomware, nada cambió.
Ahora, simplemente resulta más simple -y seguro- el cobro del
rescate para el criminal. También añade una cierta seguridad para
el pagador: es preferible pagar una extorsión con Bitcoin que dar tu
tarjeta de crédito para el pago.
Pero los medios no tienen en
cuenta esas cosas, a la prensa le da igual que esto ya existiera hace
20 años: da lo mismo. Ahora la palabra clave es Bitcoin, ese “puerto
seguro” para el mal en la red, que no es más que una forma de pago
con unas características determinadas (unas ventajosas y otras no,
dependiendo para qué y para quién).
Si bien el rasonware ha existido desde
hace mucho en diversas formas, ha sido en estos último 5 años
cuando su despegue ha sido mayor, con algunos “éxitos” que se
contaban con decenas de millones de dólares. Pero ahora mismo
resurge en los medios siempre asociado, y con gran hincapié, al
Bitcoin. Vamos a ver 3 ejemplos que ilustran la situación.
En el primero
es este. Una sorprendida mujer de negocios de Irlanda llamada Shirley Palmer
se veía entre la espada y la pared tras una sesión de lo que ella
consideró una navegación normal. Un código ransomware encriptaba
su disco duro y le pedía una pequeña suma de 2 Bitcoin -unos 500
dólares- que no tuvo más remedio que pagar, ya que es una
empresaria con un negocio que necesitaba dichos datos.
Según sus
propias palabras no vio nada anormal, “todo parecía un link
correcto y seguro de Facebook” que ella creía que apuntaba a un
vídeo de Youtube. No era así: el ordenador ejecutó el código, y
al reiniciarse le daba 90 euros para pagar el rescate si quería
recuperar sus datos. En menos de 2 días, esta empresaria compró
Bitcoin y aprendió a usarlos, al menos lo suficiente para pagar el
rescate y recuperar “su vida digital”.
En el segundo ejemplo, esto no sólo le
pasa a desprevenidos ciudadanos. Nuestro cuerpos de policía también
sufren estos ataques, y también pagan
como en esta ocasión,
dependiendo de qué daño es el que les hace la pérdida de los datos
del dispositivo.
La policía de Midlothian en Chicago han pagado 500
dólares a un hacker desconocido que, haciendo uso de ransomware,
había encriptado algún que otro dispositivo. No han sido los
únicos, otros miembros de las fuerzas de “seguridad” del estado
en Tennessee, también han tenido que pagar los 500 dólares de
rescate a un desconocido hacker para que desencriptase sus archivos.
Al menos la policía de Detroit, cuando sufrieron este ataque, o
tenían copia de seguridad o muy poco interés por los datos de la
red comprometida: se negaron a pagar, aunque su petición era de 2000
BTC u 800.000 dólares esos días.
Aunque un problema en esto de la
petición de rescate por un secuestro de datos, es que no quede
claro. El último gran pez que ha caído en una extorsión por ransomware -el
tercer ejemplo- es todo un distrito escolar de New Jersey, que han
tenido que paralizar los exámenes dado que el material didáctico
del profesorado y el de uso del alumnado, se ha visto afectado. No
así las calificaciones, que se almacenaban en servidores aparte,
pero sí todo tipo de documentos de uso común, como texto, hojas de
cálculo, o PDF's que han hecho que los profesores lleguen a afirmar
que “se sienten como si hubieran vuelto a 1981”, en parte por
tener que volver a usar libros o a escribir a mano.
En su caso, no queda claro si el
rescate solicitado son 500 dólares en Bitcoin, o 500 Bitcoin. La
cosa cambia mucho en términos de valor, y dependiendo del medio que
escojas, al distrito escolar le han pedido las dos cosas. Me temo que
son como nuestros padres cuando no sabían como programar el vídeo:
ni siquiera se aclaran con lo que tienen que hacer.
En estos rescates, Bitcoin es sólo la opción más lógica porque no puedes extorsionar a la
policía con una cuenta bancaria, como forma de pago. Es la
opción más inteligente para poder efectuar el deseado cobro. El ransomware, parece inducir
nostalgia: que te hagan volver de golpe a 1981, cuando no habías
vivido la singularidad informática es, como poco, muy retro. Y
entonces no había Bitcoin. ;)
Pero no culpen al mensajero. No culpen
a la moneda, o culpen a todas las que sirven a fines con los que ustedes no
están de acuerdo.
Y díganme... ¿se salva alguna?
;)
Gracias por el texto. Muy interesante.
ResponderEliminarSólo pòr este párrafo ya merece la pena:
"“los ordenadores o computadores” eran habitaciones enormes con máquinas complejas y potentes sistemas de ventilación para disipar calor (al estilo de los grandes centro de minado de Bitcoin hoy día)"
Touché!
El abismo del futuro!
Aunque creo que, en ese abismo, ya Bitcoin nos acompaña y cae con nosotros.
Mientras no se demuestre lo contrario, bienvenido sea.
Una de las cosas por las que Bitcoin me gusta es porque los medios de propaganda (prensa, radio, t.v. y plataformas anejas) no dicen ni mú. Solo cuando pueden relacionarlo con algo negativo.
Si uno no ve que eso es un síntoma de que Bitcoin se mueve en la dirección correcta es que está ciego como un topo.