El tiempo ha querido que, desde entonces, hayamos podido ver a Hackbogado (para mí, ese es su "nombre") situándose frente a Pablo Iglesias en unas votaciones dentro de Podemos, simplemente para que los programas concretos con los que se trabaja, fueran debatidos e incorporados a la hoja de ruta del partido, en un esfuerzo titánico -y creo poco rentable aunque noble- por restar protagonismo a los "personajes enfrentados cainitamente" y dárselo a las ideas y proyectos concretos de nuevo, dentro del partido con el que trabaja. Digo "partido con el que trabaja" en lugar de partido en el que milita o partido en el que se encuentra, porque Hackbogado trabajaba mucho antes de que Podemos existiera, siquiera en la mente de sus creadores.
Sus ideas, la forma clara y sin tonterías que tiene para expresarlas (a pesar de su capacidad para la diplomacia dotada de un fuerte sentido del humor, que no todos captan), su empeño en que se den pasos concretos que son necesarios -declarando no importarle quién coño los dé, con tal de que se den- y su vocación de que se atienda más a las ideas y menos a las ideologías, en un contexto en que recibió duras críticas e insultos por alegrarse de que hubiera un dictador menos en el planeta (tras la muerte de Fidel Castro) teniendo absolutamente claro que "él no se unió a Podemos para tener que pedir permiso para hablar", le convierten en un personaje único.
Esta entrevista "en bruto" permite verle expresarse con gusto, sin miedo pero sabiendo bien lo que dice, y deja ver claramente que sus ideas y objetivos poco o nada han cambiado, desde que se le hizo esta entrevista al día de hoy (hablando de hoy como el "final de Vistalegre II" y su exposición de ideas).
Fueron casi dos años tras Hackbogado para que encontrásemos el momento adecuado, pero cuando se quiere, se puede. Una tarde magnífica, una sobremesa en un club cannábico tomando unos zumos e intercambiando ideas con la gente del colectivo de Regulación Responsable, que fue el broche -con risas incluidas como veréis en las fotos- de un trabajo y personaje largamente buscado y deseado.
Esperamos que os guste.
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Drogoteca: Imagina que soy un chaval con 18 años recién cumplidos. Cuéntame... ¿quién eres? ¿A qué te dedicas? ¿De dónde vienes? ¿Por qué haces lo que haces?
Hackbogado: Soy un tipo medio normal. Cierto que normal del todo... no: si algo me caracteriza, es que no tengo ningún límite en cuanto a qué cosas pueden pensarse, lo que me lleva -a veces- a meterme, a veces, en asuntos impensables para los demás.
Nací en Salamanca hace más de cuarenta años, cuando mis padres estaban comenzando sus primeros trabajos después de estudiar allí. Me críe en Extremadura, en un pueblo de Badajoz, Villafranca, y después fui a vivir a Sevilla. Estudié de Derecho, por costumbre familiar y porque realmente me gusta. Me he pasado mi juventud estudiando y divirtiéndome, como casi todo el que puede. No suspendía, así que no era muy difícil combinar ambas cosas. Me gusta la música, toda la buena, y he leído de todo, incluido mucho cómic. Todo lo que está pasando ya se ha dibujado y se ha puesto en viñetas, a mí no me sorprende casi nada.
Al terminar la universidad, me dediqué 6 años a preparar las oposiciones de judicatura. Aprobaba cada año el primer ejercicio y terminaba el segundo (son orales), pero no había manera, no les parecía adecuado a los miembros de los tribunales. Así que cuando me harté, comencé a ejercer -como abogado- con un amigo de siempre que llevaba unos años ya ejerciendo. No teníamos al principio mucha clientela, ni “padrinos” de ningún tipo. Así que hubo que levantar la cosa a pulso. Opositar te da unos conocimientos enormes. Y el turno de oficio a mí me encantaba. Me permitía -con el consentimiento del defendido siempre- probar cosas no hechas antes. Eres “más libre” y puedes intentar cosas más arriesgadas, ya que el defendido no suele tener costas que pagar.
Me especialicé en derecho penal (todos los campos, pero especialmente estudiados los económicos y los delitos contra la salud pública) y en derecho mercantil y civil, sobre todo las ramas que tenían que ver con lo que hacían los bancos.
Mi vida era “normal” hasta 2008. Normal entre comillas. No podíamos comprar una casa porque los precios lo hacían imposible, y estaba muy cabreado con todo lo que pasaba a nivel político y general. No entendía por qué a pesar de que todo era evidente, una sociedad entera se iba a tirar por el precipicio. Sí, desafortunadamente soy de los que desde 2002 les decía a los demás que lo de los precios del ladrillo era una locura, y desde 2004 mi familia decía que era un pesado con eso de “la banca se va a caer” y nos iban a joder vivos.
Digo lo de 2008 porque es cuando se produce algo que para mí marca un antes y un después. De no hacer nada, paso a hacer cosas que entiendo “sirven para todos”.
Una diputada votó en las Cortes Valencianas por Internet.
A partir de ahí comprendo que la legitimidad de todo el sistema democrático y del mismo “Estado de Derecho” ya no tienen validez.
Y eso me lleva a iniciar un procedimiento en el Congreso de los Diputados en el año 2010. Fruto de esa iniciativa, conozco a otra gente. En abril de 2011 conozco a más gente. Colaboro en el pre-15M. Explota el 15M. Y desde entonces, hasta ahora. Continué trabajando como abogado, por supuesto.
También en 2010 inicié lo que terminó destapando la manipulación de los índices Euribor y Libor, con la imposición de la mayor multa en la historia de la UE: 5.000.000.000 de euros, a 8 bancos.
Hasta que los ciudadanos me eligieron diputado en marzo de 2015 en el Parlamento Andaluz. Desde entonces, soy miembro de la Mesa de ese Parlamento. Lo que estoy haciendo ahora es preparar lo que -posiblemente- sea el mayor cambio político desde 1789: reconocer y establecer el derecho de voto de todos los ciudadanos. Los ciudadanos por ahora somos sujetos incapaces que solo podemos elegir cada cuatro años a quienes votan y deciden, por nosotros, las leyes y los presupuestos. Eso, habiéndose instalado los representantes sistemas de voto electrónico para ellos, pero cerrados para nosotros, es insostenible.
Hackbogado: Sí, efectivamente. Formé parte de la acción más avanzada que se ha hecho en los últimos años en este país. Montar un partido político con cero euros, desde la nada, -solo inteligencia e imaginación- y proponer soluciones e ideas tan adaptadas a nuestro tiempo que al fin, al final se le llamo “partido del futuro”. No era correcto; el problema es que todo lo demás está aún en el pasado. Nosotros estábamos contemplando el presente. Sólo el Partido X se situaba en el año 2014.
En realidad no estaba en ningún partido, porque en el Partido X no se “estaba”. Se trabajaba en el proyecto, en las acciones, o no se trabajaba, no era una cuestión de afiliarse y ya está. No había afiliados. Se era parte de él trabajando para lograr los objetivos simples y avanzados que propusimos. Su mecánica y su funcionamiento fueron determinantes en los meses previos a las elecciones europeas de 2014 respecto a lo que ha pasado después. Dijimos que teníamos las soluciones, que las exponíamos para que fueran copiadas y que, si nadie lo hacía, no tendríamos más remedio que presentarnos a las elecciones. Nadie, excepto un grupo avispado de personas, hizo ni caso.
Al final terminamos presentando una candidatura que realmente era una declaración de principios: un candidato en España, nacido en otro país, residente en otro, y que ni más ni menos había destapado la mayor red de evasión de impuestos conocida hasta la fecha: Hervé Falciani. Y cuando digo que casi nadie hizo ni caso, digo algo muy curioso en lo que muy poca gente ha reparado.
Si alguien se entretiene en mirar los muros de Facebook de esa época del Partido X y de Podemos, descubrirá cosas asombrosas. Sí, efectivamente alguien sí se tomo en serio las ideas que planteaba el Partido X, y además lo hizo mejor que el Partido X en cuanto a la divulgación y expansión de esas ideas, llegó a mucha más gente y finalmente.... bueno, finalmente hoy estamos como estamos, que es muy bien para como estábamos.
Partido X iba soltando cosas que en dos semanas estaban en la página de Podemos, explicadas de manera mas sencilla y llegando a más gente. Y eso, ya que dijimos que no nos importaba que nos copiaran, era fantástico en realidad. En realidad significaba que habíamos logrado encender la mecha para que el cambio se desatara. Y claro, jamás se nos ocurrió criticar eso, nos parecía fenomenal que estuviera sucediendo.
El Partido X nace en torno a una idea muy simple: el derecho de voto de los ciudadanos. La transparencia absoluta en materia de gestión de lo público. Y el aprovechamiento de la inteligencia colectiva para buscar soluciones a problemas comunes. En eso sigo.
Mi vida se complica cuando en 2012 el colectivo “15MpaRato” me llama y me contrata para presentar un querella contra Rato y la cúpula de Bankia. Imaginen lo que supuso para mí, en horas de trabajo, preparar y llevar adelante la parte jurídica y todo lo relativo al proceso solo. Ellos son un equipo fantástico en cuanto a logística y comunicación, pero desgraciadamente, en el caso, a efectos de trabajo como abogado, estaba completamente solo.
Yo bregando contra los 35 despachos de abogados más potentes del país. Ahora, menos mal, son varias las abogadas que lo llevan y aún así no les arriendo las ganancias, porque es enorme el asunto y la cantidad trabajo que hay que hacer. Gratificante, apasionante, pero requiere un esfuerzo desmedido. La verdad es que no me arrepiento, aunque la absorción de horas fue brutal, el caso ha salido muy bien. Gracias al trabajo realizado se ha podido recuperar por los estafados casi todo el dinero. La investigación fue por donde nosotros indicábamos y los frutos caerán por su propio peso en su momento.
Trabajaba desde mi despacho en Sevilla e iba a Madrid casi todas las semanas varios días, durante dos años. Una paliza tremenda, porque además tenía que seguir con el resto de asuntos del despacho, ya que el precio del trabajo para 15MpaRato fue simbólico.
Llegar a Podemos fue una cuestión curiosa. Lo que ha pasado, a mi modo de ver, no quiere decir que sea así, puedo estar equivocado, es que en los últimos años, de Sevilla han salido las ideas, en Barcelona se ha montado la logística y en Madrid se ha puesto la gente. Dicho así puede parecer muy bruto.
La cuestión es que si el 15M ha provocado algo es que nos hayamos conocido muchas, muchísimas personas que antes ni siquiera sabíamos que existían. Y consecuencia de esas relaciones se han producido muchas cosas buenas. Nos conocíamos casi todos, porque éramos los que estábamos desde 2011 intentando cambiar las cosas. Así que cuando se convocan las elecciones en Andalucía alguien piensa en mí.
Y me proponen unirme. Me parece -en ese momento, en el que sigo dedicado al caso Bankia y a mi despacho- una oportunidad única para alcanzar la institución adecuada en la que poner en marcha el sistema de voto electrónico para los ciudadanos. Así que me uno.
Y en eso estamos trabajando desde el primer día, aparte de romper las mecánicas absolutamente vergonzosas de funcionamiento de las instituciones, que lleva también su tiempo. Entrar en un parlamento es como volver al siglo XIX. Piensan en pasado todo el tiempo. Son burbujas absolutas, desconectadas del mundo real.
Si hubiera de señalar qué hago ahora en Podemos, pues como ejemplo práctico, la Ley de Cuentas Claras y Abiertas salió del despacho del Parlamento donde estamos todos los días Francisco Jurado y yo. Una idea que, aunque redactamos en Sevilla, en Andalucía, con la ayuda de ingenieros e informáticos de aquí, el PSOE de Andalucía y C’s de Andalucía tumbaron. Hoy la ley está en vigor en Extremadura y en Valencia, y tramitándose en varios parlamentos autonómicos más.
Supone que los ciudadanos puedan acceder cuando quieran a las cuentas corrientes de las administraciones y ver en tiempo real que está pasando con su dinero.
Supone que en donde se aplica, robar será realmente un problema.
Supone atacar la corrupción de raíz.
Por eso nos llaman radicales.
Tonterías las mínimas.
Y hay más cosas. Estamos estudiando la liberalización de los sistemas de pagos, es decir, que no se necesite a nadie (ni a bancos ni a nadie) para que cada persona pueda ser su propia cuenta corriente, cobrar ella misma la nómina, hacer pagos, cobrar facturas o recibirlas.
Y no, no soy un comunista reconvertido en socialdemócrata. Desde siempre me ha parecido que hace tiempo que las ideologías solo sirven para encubrir la idiotez en muchos aspectos. De cualquier tipo.
Incluso diría que todo esto va más allá de “los de arriba y los de abajo”.
Se trata de justicia, simplemente.
No es que el capitalismo esté mal, es que lo que hay no es capitalismo: es crimen organizado.
Leyes absurdas que privilegian posiciones tramposas de unos cuantos en los mercados, en el funcionamiento de la vida de todos. No se trata de ideologías. En estos momentos se trata de ideas.
Tenemos soluciones a problemas que vienen acompañados de un reloj de arena. O las ponemos en marcha, o vamos a pasarlo mal o muy mal. No se trataba de una crisis, sino de un sistema que es una completa estafa. Lo que ha cambiado es que ahora mucha gente lo comprende. Y la tecnología, que está alterando muchas cosas.
Estamos en un mundo en el que los intermediarios están desapareciendo. Se compra directamente, se vende directamente, se trabaja de la misma manera. Si la política no lo entiende, la política también desaparecerá. La información fluye sin cesar, y eso lo cambia todo.
El error del sistema consiste en que, por narices, tienes que encasillarte en un sistema de partidos en el cual jamás vas a estar de acuerdo en todos los planteamientos que se hacen, en un partido como organización. Al completo, ni yo ni nadie. La solución consiste en posibilitar que cuando no estés de acuerdo, tu desacuerdo se haga efectivo: se cuente.
Si me preguntas sobre impuestos te contestaré una cosa, si me preguntas sobre relaciones laborales te contestaré otra, si me preguntas sobre banca, otra, si me preguntas sobre aborto otra, y así sobre todas las cosas. Y un partido político no es más que un conjunto de posiciones comunes sobre esas cosas. Y no siempre coincides en todas y eso le ocurre a cualquiera respecto de cualquier partido.
Las ideologías están muy bien para charlar, pero para resolver problemas, prefiero ideas concretas.
En ese aspecto admiro a los ingenieros. El concepto de justicia social lo tenemos básicamente todos y todas. Como alcanzarla, no. Yo me dirijo precisamente a lograr que todas y todos contemos a la hora de decidir las soluciones. Y cuando digo todas y todos es eso, absolutamente todas y todos tenemos que tener la posibilidad de participar en cualquier asunto que nos vaya a afectar, o que tengamos que cumplir. Si no, el acuerdo no tendrá legitimidad; será algo impuesto por quien se crea superior a los demás.
Drogoteca: Me gustaría preguntarte por qué Podemos ha tardado tanto en dar señales -siquiera de interés o cercanía- al colectivo de los usuarios del cannabis, que lleva reclamando atención, por diversas vías, largo tiempo.
Hackbogado: Porque Podemos es en realidad un milagro. Que sin dinero, sin medios, con todo en contra, esté logrando políticamente y electoralmente lo que está logrando, es algo inimaginable hace dos años. No hay una estructura gigante, no hay miles de personas incrustadas en la administración en puestos de libre designación, no hay centenares de mujeres y hombres para atender todo lo que surge.
Somos por ahora un conjunto de gente que está haciendo un trabajo enorme para intentar llegar a todo lo que se pueda. Y eso, inevitablemente, supone que hay sitios, que hay cosas a las que por ahora no se llega, no se ha podido llegar aún, por falta de tiempo y de gente.
En Andalucía, por ejemplo, donde nos movemos en un espacio que implica ocho provincias de un tamaño considerable, y unos nueve millones de habitantes, desde el principio hemos aplicado lo que reclamábamos: existen expertos y ciudadanos y ciudadanas que conocen los problemas de todos los ámbitos.
Hay personas que llevan años trabajando en los problemas y en sus soluciones. Pues se sienta uno con ellos y se les dice algo muy simple: somos la correa de transmisión. eso, por ejemplo, siendo un partido político limitado en cuanto a sedes y a personal, y con solo quince diputados, nos ha permitido producir casi seis veces más en el parlamento que el resto de los grupos. Frente a los dos grandes, PP y PSOE, los quince de Podemos en Andalucía han llevado al Parlamento el triple de leyes que ellos.
Y solo con leyes, y con presupuestos,
se solucionan los problemas.
¿Cómo? Pues dejando que sean los ciudadanos los que propongan las soluciones. Esas proposiciones de leyes han sido, primero tumbadas por la coalición de gobierno del “POSE” [PSOE] y C’s, y después copiadas por el mismo gobierno y presentadas como ideas suyas. Ridículo. Ni siquiera son capaces de entender que nos da igual, que lo que nos importa es que los problemas se solucionen, no quién lo haga.
En relación al cannabis, imagino que desde la organización en Madrid (que supongo que os referís a eso) no se debe haber considerado una prioridad, teniendo en cuenta como están el empleo, la sanidad, la educación y la justicia, por ejemplo.
Supongo que también porque hay cierto reparo a posicionarte en campaña electoral al respecto. Podemos además no es algo centralizado. No es solo Madrid. Somos todos. La lucha contra las Tasas Judiciales, por ejemplo, comienza con una primera acción parlamentaria aquí, en Andalucía. Y el ejemplo en transparencia y lucha contra la delincuencia en la administración que supone la Ley de Cuentas Claras y Abiertas, surge de aquí. Así que, en realidad, si ha habido retraso en abordar el asunto es por una razón muy tonta: hasta ahora no había tiempo.
Madrid es un sitio donde están desbordados y haciendo lo que pueden como pueden, los entiendo y los disculpo, je, je. Gracias a su trabajo cambian muchas otras cosas.
Ahora, como puede comprobarse, aquí estamos.
Yo, además, personalmente, y en relación al cannabis, muy preocupado. He consumido cuando era joven, me gustaba, y me parecía absurdo todo lo que entrañaba su persecución penal. Cuando me hice mayor y como abogado defendí unos cuantos casos, sobre todo del turno de oficio, quede absolutamente horrorizado. Casi todo está regulado como lo están los delitos de propaganda y opinión en las dictaduras.
Es más, si cualquiera conoce un poco de Historia del Derecho, podrá comprobar que en materia de represión de los psicotrópicos y demás sustancias, se actúa como se actúa por parte de las religiones de toda época cuando “juzgan” a infieles, herejes o acusan a alguien de brujería. La propia ONU, en sus tres últimos informes, reconoce lo equivocado de las políticas en este ámbito. Solo han provocado narco-estados y miles de muertos y millones de presos, de manera absurda. Si era un problema de salud pública, no han resuelto nada, desde luego.
Drogoteca: ¿Por qué ahora tú estás “aquí” respondiendo a preguntas que otros -muchos- no se atrevieron siquiera a enfrentar? ¿Por qué ahora y por qué tú?
Hackbogado: Porque hace mucho tiempo que me pediste una simple entrevista y, como recordarás, hasta ahora no había manera de coincidir con las agendas. Recuerdo que me comprometí hace muchos meses, más de un año ya. Y en cuanto he podido, aquí estoy. Así que el ahora, en realidad, es una disculpa por el retraso. Debió de ser antes.
El porqué yo, supongo que es porque no tengo ningún problema en tratar un asunto que conozco en profundidad.
Porque he sido un consumidor, durante muchos años, que no tiene ningún problema con ello.
Y porque sé que si aborda el asunto con seriedad, siempre llegaremos al mismo sitio: esto está lleno de mentiras y la represión penal solo conduce al mantenimiento de un mercado negro que gana injustamente dinero, y no ya no por el producto, sino porque el producto está prohibido.
La prohibición se basa en cuestiones morales y en creencias falsas, no en datos objetivos ni constatados con un mínimo de rigor científico. ¿Qué lo que todo el mundo conoce como “las drogas” colocan? Sí claro, por eso se usan: ¡menuda estupidez!
¿Que muchas producen adicción? Por supuesto. Incluso es gracioso ver como las descripciones que hacen los organismos internacionales (y el mismo Plan Nacional de Drogas, una institución central en todo esto) de los efectos de las drogas, coinciden plenamente con los efectos que produce ver televisión.
Pero que “el Estado” pueda decirle a los ciudadanos qué pueden hacer con su cuerpo y qué no, qué pueden hacer con su mente y qué no, equivale a que te digan qué puedes pensar y qué no: es inadmisible.
Y encima el hecho de tener que discutir muchas veces con personas que no tienen ni idea de lo que hablan, es muy cansado y aburrido. ¿Por qué ahora y por qué yo? Pues porque es el colmo que el negocio de venta de drogas se considere a efectos de computara el producto interior bruto, para rebajar y enjuagar déficit público pero no se contemple siquiera la idea de regular, de manera razonable, este consumo y mercado. Ponerle impuestos -como a todo- y así tener cero problemas policiales y de delincuencia, y tener más ingresos en las arcas públicas. Así de sencillo.
Si queremos superar este descarrilamiento económico, vamos a tener que, entre otras muchas cosas, normalizar el consumo de sustancias psicoactivas por parte de los adultos mayores de edad.
Y eso significa que no se puede impedir.
Drogoteca: ¿Quién te ha hecho comerte el marrón de tener que enfangarte con la política de drogas? ¿Simplemente alguien tenía que hacerlo y te ha tocado a ti? ¿Qué sabes tú de esto de las drogas?
Hackbogado: Ni lo considero un marrón, ni nadie me ha pedido nada. Siempre me he posicionado en contra de la represión, y de la consideración como delito contra la salud pública de todo esto. Debe ser delito cuando lo que me des lleve veneno, o mierda, que no se corresponda con lo que creo que estoy comprando para consumir.
Igual que si me vendes carne de ternera y en realidad es de caballo, en el fraude y engaño. Pero no en el caso de que sepa qué quiero consumir, y lo consuma porque sea lo que quiero. O si obligas a alguien a consumir lo que no quiere o no sabe que está consumiendo (sumisión química),entonces es un claro delito.
Pero cuando voluntariamente y con conocimiento alguien quiere embriagarse... ¿quién es nadie para decirle lo que puede o no puede hacer? Evidentemente, si luego colocado haces algo que causa un perjuicio a terceros, eso ya lleva otro tipo correcto de reproche legal. ¿Beber? Sin problema. ¿Conducir después? No, eh, eso ya no, que eso no te afecta solo a ti.
Al respecto de qué sé yo de las drogas, pues algo sé. Además de haber probado algunas drogas, y por tanto saber de qué van (como dije antes) soy abogado y me he dedicado a los procesos penales. Y he tratado de defender lo mejor posible a quien me ha caído en mi época en el turno de oficio. O bien camellos de medio pelo, o bien alguna persona empobrecida que ha hecho de “mula” (transportando drogas) y le han cogido. Al estudiar a fondo el asunto, te das cuenta de las barbaridades que se hacen.
Para empezar, se trata a las sustancias usadas como embriagantes por los ciudadanos (objetos para el ocio) como si fueran fármacos, y se atribuye a las autoridades farmacéuticas potestades que no les corresponden. Si no es un fármaco, si no se utiliza para tratar patologías... ¿qué narices haces regulando lo que no es tu competencia?
Eso sin perjuicio de que, en el caso concreto del cannabis, esta sustancia presente soluciones a problemas efectivamente médicos que están faltos de recursos, cosa que no hace casi ninguna otra droga prohibida, ya que a casi todas las demás tienen versiones sintéticas que superan las virtudes de los compuestos originales en su uso médico.
Para seguir, curiosamente, se exige antes de que la industria farmacéutica ponga en el mercado cualquier sustancia un estudio riguroso, documentado, accesible, reproducible, etcétera, mientras en materia de sustancias prohibidas los estudios que presentan, no cumplen ni las más mínimas condiciones de control que se exigirían para dar paso a una simple aspirina.
Y sin embargo, ahí están: sustancias prohibidas sobre la base de creencias morales, sin evidencias de ningún tipo. O peor aún: con datos objetivos que desmienten lo que presumiblemente argumentas que quieres proteger con esas leyes, ya que algunas son beneficiosas para la salud.
Toda nuestra legislación se basa en unos tratados que, en el caso de los firmados por la comunidad internacional en los años setenta, ni siquiera cumplieron los requisitos legales para tener validez en España. Existe un instrumento de ratificación, pero no sucedió la publicación del Tratado, como requerían primero la propia legislación sobre tratados internacionales franquista, después el Código Civil, y finalmente -cuando entró en vigor- nuestra actual Constitución.
Conozco el sistema de “prohibición”, absolutamente contrario a los principios más elementales del Derecho, conozco el funcionamiento tanto de la parte que trafica con las sustancias, como de la parte que se dedica a su persecución. Y todo es un disparate.
Un 24% de la población reclusa se debe o está relacionada en su pena con la materia que nos ocupa. ¿Tiene algún sentido todo esto? ¿Qué se protege, a la salud pública o a unos cuantos intereses inconfesables que necesitan de la prohibición para hacer un negocio increíble?
Basta con contemplar que la mitad de la población adulta ha probado alguna vez el cannabis y que, mensualmente por consumidores habituales, la cifra debe rozar los cuatro millones. ¿Donde está el problema? ¿Cuál es el problema que ese consumo produce?
¿O más bien todos los problemas los origina la prohibición y la penalización? A mi aún no me ha aclarado nadie los supuestos problemas que para la salud pública -o individual- produce el cannabis.
Yo mismo, como consumidor, lo deje involuntariamente cuando empezó a no sentarme bien. Como todo; no sigues consumiendo una cosa que te gustaba si deja de gustarte. Y sin ningún problema.
¿El problema es que cuando ingieres determinadas sustancias, el funcionamiento de tu mente cambia? ¿Y qué?
Si eso no influye a ninguna actividad que involucre a los demás... ¿qué justifica que nadie pueda decirle a otro cómo debe ser -funcionar- su mente?
Además es de cajón: claro que toda sustancia, en condiciones de abuso, produce perjuicio. Pero está claro que, cuando la población, la humanidad, diferentes culturas, siguen consumiendo, es porque a la mayoría le reporta mas beneficios que perjuicios.
Aquellas “drogas” que son tan brutas que acaban con los consumidores causándoles daño, tienen un recorrido muy corto. Aquellas que se asientan en una cultura, que se consumen de manera general -para actos de ocio o sociales- y que siguen siendo demandadas, evidentemente no pueden producir más problemas que en la moral de determinadas personas.
Y ojo, cada uno con su moral en su casa: que no traten de imponernos a los demás la suya. Una cosa es la ética, y otra la moral. Y esto es una cuestión moral. Los políticos, por ahora, parecen cobardes predicadores y vendedores de crecepelo al respecto el tema “drogas”.
Sé de “drogas” porque he estudiado, como cualquiera que sabe de cualquier cosa. Es así de simple la explicación. Al menos un poco de la parte química, otro poco de la parte práctica, y bastante de la parte jurídica o legal. No hay más misterio.
Drogoteca: Me ha dicho una persona -abogado como tú- que trata con muchos políticos, que estaba harto de tratar con “personajes” que no tienen ni idea del asunto y que si dan la cara es por la foto, y que en ese sentido eres toda una excepción: ¿eres un flautista de Hamelín? ¿les echaste algo en la bebida? ¿Qué les das? A ver si vas a ser honesto y te has equivocado de profesión....
Hackbogado: No se que hacen los demás. Yo como legislador ahora y como abogado -no ejerciente temporalmente- tengo que seguir sabiendo qué hacen los tribunales, y lo que está pasando ahora me parece vergonzoso. La sociedad se amolda a los requisitos que establece el Tribunal Supremo para poder consumir sin infringir las normas, ya que partimos del principio básico de que el consumo es libre. Y resulta que cuando la sociedad organiza ese consumo libre y de acuerdo a las condiciones jurisprudenciales, la jurisprudencia va y cambia. ¿Por qué? ¿Acaso ha cambiado la ley? No.
Aquí lo intolerables es que tenemos unos legisladores a los les resulta muy cómodo que sea el Tribunal Supremo el que resuelva los problemas, y un Tribunal Supremo que -en vez de haber optado por la vía de la Justicia con mayúsculas, y haberle dicho al legislador, “mire usted, yo con estas normas no sigo mandado gente a la cárcel, cuando ustedes se mojen, yo aplicaré sus leyes” - que se erige en legislador, arbitrario y sin dar respuesta adecuadas a lo que la sociedad pide. No es su función, claro, pero tampoco como máximo interprete de la norma y garante de la Justicia, puede hacer lo que está haciendo, pues sabe bien que todo esto es injusto.
No hace falta ser nadie raro. Lo que hace falta es estudiar, conocer los datos, manejar la información real, pensar con dos dedos de frente. Enseguida te das cuenta de que nada tiene sentido. Y cuando te pones con el asunto y tu interlocutor comienza con sus creencias sobre “drogas”, y tú no le dejas pasar ni una estupidez, ni legal o jurídica, ni médica ni de salud o de otro tipo, comienzas a hacerle entender que está equivocado. Y termina poniéndose colorado, reconociendo que para él es una cuestión moral. Y ahí es cuando le preguntas que por qué se cree con derecho a prohibirle a los demás que hagan algo que él ni conoce.
Es todo tan estúpido como cuando los obispos hablan de sexo. ¿Pero qué hace nadie escuchando a alguien que no tiene -con seguridad- ni idea de lo que habla, establecer pretendidamente doctrina?
A mí siempre me gustaba preguntarle al Tribunal si había probado la sustancia. Alguna vez me han respondido con demagogia, en plan “no necesito probar la lejía para saber que un vaso me mataría”, a lo que yo siempre respondía que según eso, había miles o millones de personas tomando vasos de lejía. O fallaba su razonamiento, o aquello no era lejía.
El porqué considero este asunto como uno de los asunto importantes, ya lo he dicho antes, y es que vivimos momentos excepcionales: los sistemas políticos están concebidos en el siglo XIX, y estamos en el siglo XXI. En estos momentos la representación tal y como está planteada, es un secuestro de la voluntad soberana de los ciudadanos.
Los sistemas financieros no cumplen su función social y podemos prescindir de ellos, al menos en cuanto a ser intermediarios en los pagos. Hoy están vivos porque los hemos salvado los ciudadanos, y a día de hoy seguimos haciéndolo costándonos una pasta.
No es tolerable que siendo la energía el elemento esencial de esta sociedad moderna, no esté contemplada como un bien esencial y que sea como las aceras, o las carreteras, algo casi gratuito y solo renovable.
No es admisible que el derecho de propiedad industrial condicione la supervivencia de millones de personas. Y me parece indecente que, en el siglo XXI ya, las drogas sigan siendo un problema en vez de una cuestión de calidad, y que no estén dentro del sistema de tributos, porque son un producto de consumo más. Se necesita ese dinero en las arcas públicas.
Drogoteca: He estado viendo repetidamente -para reírme a veces y otras para quedarme con algunos detalles concretos- un vídeo en el Parlamento de Andalucía en el que, cual Hackbogado Troll, te plantas con una peluca para decirles a los presentes que le den al botón de UPDATE y terminar soltándoles que da vergüenza que sigan cerrando la posibilidad a los ciudadanos de que dejen de necesitarles.
¿Cómo es eso? ¿Qué es eso de que vote todo el mundo las cosas?
Hackbogado: Los sistemas representativos nacieron por un motivo elemental, para completar la implantación de la revolución que supuso el cambio de paradigma (el poder ya no venía de Dios al rey -y este lo ejercía sobre sus súbditos de manera absoluta- sino que el poder emanaba del pueblo, y se ejercía conforme a un sistema de limites y contrapesos.
Un sistema basado en leyes que se originaran en el soberano, en el pueblo, y de ahí su legitimidad. Hubo de resolverse el problema de que “el pueblo” era muy grande, no cabía en la habitación de votar (los parlamentos, asambleas de barrio o plazas muy desarrolladas), y eso en el siglo XIX solo se podía hacer a través de un instrumento clásico: la representación. Unos ciudadanos representaban a otros en el ejercicio de ese poder, en el voto.
Así se estableció que unos ciudadanos elegían a otros para que los representarán en el momento de votar. Aunque hoy en día incluso las leyes hablan de votantes, de derecho a voto y de votaciones, eso es todo falso. Solo se vota mediante un sí, un no o una abstención a una propuesta, ya sea ley o presupuesto. Lo demás se llama sufragio.
Ese mecanismo, que nos ha servido durante dos siglos, se ha vuelto contra los representados. Los representados sólo pueden revocar la representación de su representante cada cuatro años, en un mundo donde toda va a la velocidad de Internet. Donde cada año suceden acontecimientos de enorme importancia, donde el tiempo vital de todos los ciudadanos -desde luego- no son “cuatro años”. Todo, al menos, se hace en periodos de un año. Las cuentas, los cursos, los programas, etc. Y lo que sucede -desde que el sistema financiero y económico se vino abajo- es que quienes representan, quienes gobiernan, vienen adoptando decisiones que perjudican a los representados.
Y de ahí el cabreo general. Dentro de cuatro años podrás quitar a tu representante y poner a otro distinto, si te acuerdas de las putadas que te ha hecho, y si no lo mismo vas y lo vuelves a elegir. Y los “políticos” ya cuentan con tu desmemoria...
Esto, como digo, ha sido válido hasta que, de pronto en pleno siglo XXI se ha resuelto el problema de la ausencia: de la ausencia de muchos que no cabían en la habitación de votar.
Ahora resulta que incluso por comodidad, los representantes (los diputados) pueden votar por Internet. Y de ahí surge una pregunta elemental, que incomoda porque pone en duda todo el sistema:
¿Por qué no puedo votar por Internet en los parlamentos, si como ciudadano puedo hasta pagar impuestos por Internet?
¿Por qué no puedo participar en la decisión de aprobar una ley o un presupuesto, o de rechazarlo, yo, directamente, cuando yo quiera?
La respuesta es que puedes, pero no te dejan. El sistema existe. Aquí mismo, en España: el Congreso de los Diputados tiene habilitada en su intranet una dirección URL para que, los diputados cuando están de baja por enfermedad, puedan entrar al sistema de votaciones, emitir su voto y este voto se cuente, aunque no estén en la habitación de votar -aunque no estén el el Parlamento, en el hemiciclo o en el Pleno- cuando se vote.
¿Entonces, qué impide que el titular de la soberanía (AKA “el pueblo: yo, todos y cada uno de nosotros”) pueda entrar en esas votaciones también, y que si ese día no quiere que nadie le represente, ese día -cuando él decida- su voto se cuente?
La legislatura 2011-2015 tiene recogidas, en los diarios de sesiones, más de 185 votaciones donde varios diputados -cuatro en una ocasión- emitieron su voto electrónico, vía Internet. Esta posibilidad se introdujo en el Reglamento del Congreso en el año 2011.
¿Saben lo que cuesta modificar el Reglamento para que también se cuenten los votos de los ciudadanos que quieran votar? Nada.
El sistema ya existe, y funciona.
Drogoteca: la mayor pega que le encuentro a lo que has contado, es que los medios de comunicación serían los nuevos “partidos políticos”. Y los nuevos actores individuales como políticos, serían esos “líderes de opinión” en distintos campos y programas, que harían que el voto oscilase o se polarice según sus “oráculos”. ¿No temes eso? ¿No te da miedo el poder que podría tener una “Belén Esteban” convenciendo a un montón de “fans” de que votasen por tal o cual opción, en base a motivos totalmente absurdos?
Hackbogado: No. Eso ya sucede ahora. ¿Qué hace la gente en las elecciones? Seguir opinión, formarse opinión. La del columnista del periódico, la del locutor de radio con millones de audiencia, la de los presentadores de televisión en programas con más de cinco millones de tele-espectadores. ¿Por qué la opinión de Belén Esteban va a valer menos que la de un sesudo tertuliano? Y si lo vale... ¿qué?
¿No tienen derecho los ciudadanos a equivocarse? “¡No están preparados!” contestan los políticos.
Qué curioso, ya que por esa misma razón tampoco están preparados para elegir a nadie que los represente.
El sistema representativo tiene cosas buenas. Parece que estamos de acuerdo en que alguien tiene que gobernar, dedicarse a elaborar los presupuestos, a hacer las leyes necesarias, etc. Es decir, que alguien tiene que hacer política. Vale. Aceptado eso... ¿qué aporta esto? Pues el no dejar el gobierno como un cheque en blanco en sus manos.
Gobierna, haz leyes, actúa para lo que te pagamos. Pero ojo, como hagas algo que no nos guste, no vamos a tener que esperar cuatro años; lo vamos a poder parar ahora mismo. La participación de la gente en la actividad política no va a aumentar porque tengamos derecho de voto electrónico, todo seguirá más o menos como hasta ahora, con la gente dedicándose a sus cosas, a “su vida”.
Pero al combinar los sistemas representativos y directos, los que nos representan se cuidarán muy mucho de hacer ciertas cosas. Por ejemplo, con la posibilidad de votar las leyes, no creo que se hubiera aprobado la “Ley Mordaza”.
Alguien planteará que entonces se podría proponer que no pagáramos impuestos y la gente lo votaría. Sí, claro, de la misma manera que se puede proponer que nadie pague la cuota de la comunidad de propietarios. Pero lo que pasa es que entonces no funciona el ascensor. Y eso -creo que ya somos todos mayorcitos- entendemos que no es una buena idea.
Drogtoeca: Me ha dicho un pajarito que también andas “planeando” -con ayuda de un conocido personaje- sobre ciertas ideas de carácter económico para devolver el control de todo lo que entra y sale en las instituciones públicas que, por definición, nos pertenecen y nos han sido arrebatadas. ¿Cómo es esa idea que tienes en mente, puedes contárnosla?
¿No eres demasiado anti-sistema incluso para un partido que -la caspa y la casta- ya nos venden como anti-sistema y peligroso? ¿A ti te va la marcha? ¿Te gusta meterte en “fregaos” así de complejos? ¿Hasta dónde -sé honesto- tu discurso está hecho de ilusión y hasta dónde está hecho de realidad factible?
Hackbogado: No es que esté planeada, ya es realidad en algunos sitios. A efectos de lo que importa: cuando los ciudadanos salimos a las calles gritamos cosas muy simples y claras.
Queremos una democracia real, ya.
No nos representan.
No es una crisis, es una estafa.
Pues para controlar qué pasa con el dinero, primero con el de todos, propusimos la Ley de Cuentas Claras y Abiertas: todas las cuentas con dinero público, de cualquier administración, deben estar accesibles a los ciudadanos -sin necesidad de pedirlo- de la misma manera que cualquiera de nosotros entra en la web del banco, y ve los cargos y el extracto de su cuenta. Así de simple.
Extremadura fue la primera comunidad autónoma que lo aprobó. Aunque capada, pero a día de hoy, los extremeños saben dónde están todas las cuentas corrientes de la Junta de Extremadura, en qué banco y cuál es su saldo trimestral. Todas.
Los valencianos sí la aprobaron tal y como se ideó. En breve, la aprobaron hace menos de 2 meses, y los valencianos van a poder acceder a todas las cuentas con todos los cargos de su administración pública. Eso es transparencia y eso hace más difícil la corrupción y la delincuencia sobre fondos públicos. Y eso ya empieza a funcionar.
¿Problema?
Que casi nadie sabe que un diputado de Podemos ha hecho una ley en Andalucía que allí no han aprobado, pero que a otros parlamentos autonómicos les ha parecido tan útil y sensata que sí lo han hecho. Los mismos partidos han votado de manera distinta en según qué autonomías. Alucinante.
Eso sería un primer paso. El segundo: si los bancos, que dicen que la “banca va estar/ está en mi móvil”... ¿para qué necesito a la banca si el móvil es mío?
Abra usted (del verbo “no lo monopolices, que esto es de todos”) el sistema de pagos a todos, a los ciudadanos y empresas, de manera que cada uno sea su propio banco. Que tenga su dinero en su cuenta, no en la de un banco. Todo el dinero es ya electrónico. Eso es posible, y significaría que nadie podría evadir el pago de impuestos.
De la misma manera que el correo electrónico ha sustituido en general correo postal -con un punto y una arroba como requisitos- siendo el sistema de comunicación y de traspaso de información “neutral”, el traspaso de dinero, los pagos, las trasferencias, deberían funcionar en un sistema neutral, de todos, sin que lo dominara nadie.
Cuando los estados han perdido la soberanía sobre la moneda -porque ya no es lo importante, sino que lo importante son las anotaciones electrónicas de esas “monedas” y de esos pagos- lo que tienes que hacer es recuperar el sistema de pagos, haciéndolo neutral, sin que se necesite a los bancos.
Eso es posible hoy día. No hablamos de monedas alternativas ni de nada raro, simplemente de permitir que con la tecnología existente -blockchain como ejemplo básico- cada ciudadano pueda hacer lo que siempre quiso: sacar todo su dinero del banco y tenerlo... ¿en su casa, debajo del colchón? No, en su archivo encriptado digital dentro de un sistema seguro, total y universal.
Tan tonto como quitar a los bancos de en medio para los pagos, y dejarlos solo haciendo lo que se supone que debieran de saber hacer: captar ahorro para invertirlo. Pero esto es un asunto tan importante, que da para un libro. Habrá que ponerse, je, je. No es que me vaya la marcha, ni que sea ilusión, es que creo que si anticipamos el futuro nos irá mejor.
Pasar va a pasar -con seguridad- y es mejor que cuando eso pase, los medios de pago electrónicos sean neutrales (de todos) a que se queden únicamente en manos privadas. Insisto, cuando analizas un sistema tan complejo como el socio-económico-legal que tenemos, te das cuenta que hay ciertos puntos clave que fallan, y que se pueden cambiar. Es más, o los cambiamos o el sistema se nos viene abajo. No son ilusiones: ilusiones tienen quienes creen que esto es una crisis, que no es cambio de época, y que vamos a poder seguir igual. eso si que lo llamo yo “ir de flipao”.
Drogoteca: ¿Cómo crees que percibe el votante “promedio” (en ideas) de Podemos la situación de la lamentable prohibición de las drogas y sus consecuencias en general y en el país? ¿Está la sociedad española madura para un cambio “de verdad” en la política de drogas (opinión sobre el momento)? ¿Por qué la preocupación del ciudadano frente a las drogas no ha hecho sino descender desde los años posteriores al pico post-franquista y ochentero, que conllevó la carga de sufrir el VIH por falta de información e higiene básica?
Hackbogado: El votante promedio de Podemos -si es que tal cosa existe- porque en realidad el votante de Podemos es algo difícil de describir, entiendo que no percibe “la droga” como un problema grave. Es más, creo ni como uno leve. ¿Cuál es el problema? ¿La delincuencia que genera automáticamente la prohibición, o la salud pública y moral invocada en los textos legales vigentes para justificar estás políticas? Creo que el votante de Podemos no tiene miedo y, sobre todo, exige mucho más que el resto. No le vale lo que han contado hasta ahora.
La sociedad española sabe que lo que no ha funcionado es la prohibición. ¿La heroína dejó de ser un problema por qué las políticas públicas consiguieron detener su uso, o porque la misma forma de consumo, sus modos y el mercado se cargaron a los consumidores? Drogas como la cocaína son perfectamente conocidas en el mundo rural, incluso más que en el urbano me atrevería a decir. Y tanto las conocidas ahora como drogas sintéticas, ni el cannabis aparecen entre las preocupaciones según el CIS.
Creo que todo, explicado, cuando es lo mejor para todos y no solo para unos pocos, es aceptado sin problemas. ¿A qué conduce la actual política sobre sustancias embriagantes?
Alguna vez me dicen: ¿es que tú quieres que le vendan droga a tus hijos en la puerta del colegio?
No, claro, ¿tú eres tonto o piensas que lo soy yo? Eso ya pasa, mis hijos no tienen ningún impedimento real para adquirir cualquier cosa o droga, como nos ha pasado a todos en la adolescencia y en la juventud.
En la puerta del colegio o tres calles más abajo. Eso es y ha sido por ahora inevitable. Lo que quiero es que mis hijos, cuando crucen la puerta del colegio, sepan con un altísimo grado de seguridad qué pueden tener delante, qué consecuencias tiene todo abuso (todo abuso, sea droga, televisión o consola de vídeojuegos) y que, si van a hacer algo, al menos sepan qué es lo que van a hacer.
Todos advertimos a nuestros descendientes de los peligros del alcohol, y no se nos ocurre incitarles a beber. Aún así, en general, un alto porcentaje de la población bebe sin problemas. Siempre hay un pequeño -en el caso del alcohol ese pequeño número es de medio millón de personas sobre unos dieciocho millones de consumidores, más o menos- porcentaje de personas que “lo harán mal”.
¿Pero qué es lo que determina, por ejemplo, que en una pandilla de amigos de juventud (digamos 15-20 jóvenes, que se mueven en los mismos ambientes, salen juntos, se conocen, son más o menos iguales) uno de ellos termine alcohólico y los otros no? No creo que nadie tenga la respuesta, y con las “drogas” pasa lo mismo: nuestra sociedad sale ganando a efectos de salud pública, policiales y económicos, si evitamos la prohibición. Solo hay que explicarles qué ha pasado y qué puede pasar si hacemos las cosas, al menos de otra manera, no digo ya contraria pero sí -desde luego- en otra dirección. Esta no ocasiona más que líos.
Drogoteca: ¿Por qué crees que ningún partido de los que han pasado por el poder han abordado el tema si no era para poner sanciones, endurecer sanciones, criticar demostrando no conocer el tema o, como mucho al estilo Pedro Sánchez, en plan “cuñao” que dice “yo no tengo ni puta idea, pero me fío de un amigo progre que trabaja con yonkis y me dice que no ha que legalizar”? ¿Por qué estamos haciendo esto en el año 2016? ¿Qué ha pasado?
Hackbogado: Electoralismo, en el sentido peyorativo de la palabra. Los chicos no votan, los padres y los abuelo sí suelen ir a las urnas. Todos han pensado: si cambio una política que no tiene sentido ninguno, dejarán de votarme. Nadie ha probado a pensar: “oigan, esto no es una asunto menor; nos cuesta muchísimo a nivel de la administración lo que estamos haciendo y los resultado siguen siendo igual de malos que el primer día, tras décadas para conseguir supuéstamente lo que queríamos”.
Cobardía, mentiras e hipocresía. Bastaba con pillar a todos los diputados, un día por sorpresa, y hacerles las pruebas [de detección de drogas] con la mayor rigurosidad posible, y con rastreo objetivo de meses (o años) de huella de sustancias en su cuerpos: nos íbamos a reír un rato con los resultados.
Drogoteca: ¿Conoces la UNGASS2016 que terminó el mismo día que Prince moría de una sobredosis de opioides? Si la ONU no sirve, ni en emergencias para corregir (100 años tarde-)políticas prohibicionistas de drogas... ¿qué hacer como país? ¿Insumisión internacional a los tratados?
Hackbogado: Sí, sé lo que es y lo que hacen, pero no les presto atención desde hace unos 3 informes. Ya reconocieron que “a lo mejor” la política de drogas estaba desencadenando -precisamente- lo que pretendieron evitar. Eso está ahí, dicho por ellos mismo. Ya reconocieron que se habían equivocado. ¿Cómo le voy a prestar atención a algo que hace eso, saber que se equivoca y seguir provocando muertes con su error?
A ver si nos creemos que en México la gente se mata por la venta de flores. No, joder: se mata porque hay una cosa que si la prohíbes se convierte en un negocio accesible a cualquiera, y muy rentable hasta que alguien te pilla o te lo quita. No hay más.
¿Se imaginan a México distribuyendo drogas en las farmacias de manera cuasi-gratuita? ¿Alguien mataría por conseguir un producto que no es negocio, no “da” riqueza y se puede conseguir gratis? La respuesta debiera ser intuitiva.
Efectivamente. Si un país quiere resolver su problema, la solución es fácil. Preparas un buen plan de contención, ya que una vez que lo inicies al menos vas a estar dos años en tensión, con el plan previendo todas las contingencias posibles y sus remedios rápidos.
Anuncias internacionalmente que abandonas los tratados que te afecten. Y esperas a que el resto se den cuenta de que no pasa nada.
Países que en el imaginario colectivo lo han hecho, aunque sea al respecto de una sustancia solo: Holanda o Uruguay (con todos sus matices). ¿Tienen más problemas por ello y por esto qué nosotros? Parece que no... ¿verdad?
Drogoteca: Entonces, con tu postura frente a las drogas... ¿cómo ves que se debe abordar el camino hacia delante?
Hackbogado: Parto de puntos elementales: primero conocimiento serio del asunto. Una vez que conoces el asunto, lo primero que te pasa es que no estás ni a favor ni en contra de las “drogas”. Es tan tonto como estar a favor o en contra de los cuchillos.
Los cuchillos no son culpables de nada. Una vez que comprendes eso, analizas que puñetas pasa, y por qué si la humanidad viene conviviendo desde el inicio de los tiempos con sustancias que -culturalmente y en materia de salud- nunca han sido problemas, ¿por qué en un momento dado del siglo XX se convierten en un problema? No recuerdo si hay alguna cultura que no tuviese drogas, pero creo que no.
Bueno, pues la cuestión es que en el momento que son prohibidas, en el momento en que alguien decide hacer de esto una cruzada moral, empiezan los problemas, no resueltos aún. ¿Qué beneficios genera decirle, por parte del poder a sus ciudadanos, que determinadas sustancias que producen alteraciones en su estado psíquico, no pueden ser usadas? En caso contrario.... ¿iba a estar todo el mundo pasando todo el tiempo “fumados” o “puestos”? Eso es una idea absurda, una fantasía. Jamas ha pasado, por la sencilla razón de que no nos lo podemos permitir: ya nos gustaría.
Pero resulta que tenemos trabajos, hijos, estudios, responsabilidades y, en general no puedes dedicar todo tu tiempo al ocio. Dicho de otra forma: no te dedicas a divertirte con una u otra sustancia, nada más que cuando efectivamente dispones de tiempo para ello.
Nadie echa una cerveza como se echa un café. Una se intenta disfrutar, el café se toma muchas veces por obligación o necesidad, para espabilarte, y a veces lo tomas a toda prisa. Son ambas sustancias adictivas, pero sabemos colocarlas adecuadamente en nuestras vidas.
¿Que tenemos? Tenemos un sistema que provoca que un cuarto de la población reclusa esté relacionado con esto, que los grandes traficantes no puedan siquiera ser controlados, que mucha gente vea afectada su salud porque -efectivamente- les venden porquerías en vez de la dosis correspondiente a la droga que sea, que es lo único que quiere. El sistema provoca que, para algunos, pase de ser un problema de salud o de modo de vida a un destino a una vida jodida y económicamente destruida. Por la prohibición, no por otra cosa.
¿Cómo enfrentarlo? En primer lugar, deberíamos hacer estudios serios. Y cuando digo eso, digo los mismo que se hacen para cualquier fármaco pendiente en su proceso de aprobación y en las mismas circunstancias. Ya que te acoges a la Farmacia para prohibir, vamos a comprobar si es verdad toda la leyenda. Vamos a ver por qué la mayoría de los consumidores, de la mayoría de las sustancias, no presentan problemas. Pero con rigor.
No me haga usted pruebas científicas con la cocaína dándole al sujeto cubatas a la vez. Y no lo atiborre. No. Haga usted lo que haría con cualquier dosis de cualquier sustancia a efectos de actividad y farmacología. Y deje que el sujeto se quede leyendo pacientemente mientras le estudia, como hace con los demás “fármacos”.
Por ejemplo y en plan subversivo (o no tanto). A ver si lo que tenemos sería inaceptable para sostener cualquier opinión medio científica respecto a cualquier otra cosa, y resulta que “en drogas sí que vale”. Me imagino los estudios y las “pruebas” que utiliza el estado, -que están a disposición de cualquiera, cuando introduce una sustancia en el listado de sustancias perseguibles penalmente- respecto a cualquier fármaco, y me parto de risa con lo que saldría: nadie aceptaría aprobar un fármaco con esa información.
Y con esa misma basura de información, sí que se acepta prohibirlo. Algo que, además, es ilegal. Cada vez que algo se incluye en las listas sin que lo voten los diputados, le estas dando a un cualquiera el poder ampliar el Código Penal a su voluntad. Vergonzoso, en un supuesto Estado de Derecho.
La idea sería comenzar a facilitar la distribución y adquisición de las sustancias en dispensarios públicos, con toda la protección de la intimidad posible. Y cuando digo públicos quiero decir dos cosas.
La primera, que conlleve un control sobre la pureza y la calidad del producto con garantías farmaco-sanitarias.
La segunda, que su coste que debe ser el mínimo (porque mínimo es el coste material de producir casi todas esas sustancias que la gente usa para “drogarse ilegalmente”) de manera que su precio final de venta al público haga implanteable la existencia de un mercado negro paralelo, porque sería económicamente inviable.
Tan tonto como eso.
¿Usted no se droga? Me parece bien.
¿Si abro “estancos de drogas” usted va empezar a drogarse? No, supongo.
Pues deje en paz a los que sí.
Si ellos no le molestan, dígame qué le confiere a usted una posición superior (moral o intelectual) sobre los demás, para intentar que los demás no tomen lo que a ellos les de la gana. Si usted me dice que “son un peligro al volante”, yo le diré que estoy de acuerdo y que no estamos hablando de levantar la prohibición de conducir bajo los efectos de un embriagante. En eso estamos todos de acuerdo.
Pero, lo demás... ¿en serio, a estas alturas, unos podemos decirles a otros qué es lo que tienen que tomar cuando les de la gana, siendo adultos? Miren, supongo que esto les va a escandalizar, pero si las drogas de uso común no costarán más de un euro por dosis (impuestos incluidos), no habría “problemas con las drogas”.
Y cuando digo esto, lo digo desde la experiencia en todos los sentidos, pero sobre todo legales. En el ámbito de una entrevista no se puede uno explayar, pero les aseguro que lo que se hace legalmente en esta materia, vulnera unos cuantos preceptos y principios constitucionales. Unos cuantos.
La idea es:
“¿y si en vez de volver loca a la gente, haciendo ingeniería jurídica para cumplir las sentencias y poder fumarse un porro en paz, hacemos una “Ley del Cannabis” regulando todo de manera sencilla, clara, y buscando el beneficio de todos?”
¿A qué esperamos?
Al que me conteste “como yo no fumo, no quiero que usted fume”, le diré: mire, hasta me parece saludable que se haya prohibido fumar en los bares, pero no prohíba el tabaco porque así la va a liar.
Pues ese es el plan: UNA BUENA LEY.
Empezamos por la sustancia más usada, como es el cannabis, la votamos con la participación de todos -sobre todo de los usuarios- con toda la información posible, y a lo mejor nos encontramos con una agradable sorpresa: un problema menos.
Hola Symp. Me gustaria preguntarte que tipo de billetero usas o cual recomiendas. Blockchain, Coinmaster, Xapo, Circle??? Te agradeceria me respondieses mejor por privado hans1959@gmx.es
ResponderEliminarJaxx.
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