jueves, 13 de octubre de 2022

Sexo y drogas: afrodisíacos

Desde que el ser humano tiene consciencia de su existencia, limitada temporalmente y regida en buena parte por la búsqueda del placer, ha separado la sexualidad de la procreación.
De forma diferente que casi todos los animales, que buscan o aceptan relaciones sexuales como vía para perpetuar su especie, nosotros y unos pocos animales evolutivamente avanzados, como algunos primates y los delfines, tenemos una conciencia del placer sexual, que buscamos de forma activa y no dependiente de su función biológica.

Sabemos que tras las necesidades básicas de supervivencia, como el respirar, beber y comer, tenemos una serie de necesidades igualmente importantes para el desarrollo de la persona.
Son las necesidades de relación, a todos los niveles, como la del lenguaje, la de sentirse parte de un grupo, la del contacto físico, y las relaciones sexuales que implican intimidad y placer.




No puedo ponerme a analizar lo que ha sido el sexo en cada momento histórico, las prohibiciones que han pesado (y pesan) sobre él o el uso ritual que se le ha dado en cada momento y cultura.
Pero todas las culturas y las épocas, parecen tener en común un hecho: han buscado afrodisíacos. Podían ser comestibles o bebibles, objetos, o actos mágicos. Pero han agradecido la existencia de esas etéreas ayudas que les permitían mejorar su deseo sexual o la realización de sus actos.
El origen del término "afrodisíaco" se encuentra en la dios griega Afrodita, diosa de la lujuria, la belleza y el amor carnal.

Hace poco ha caído en mis manos el libro "Las plantas de Venus" (Venus es la equivalente romana de Afrodita), que está editado por Ediciones Cañamo, y ha resultado decepcionante su lectura. Podría ser un libro que hiciera un repaso histórico del uso de ciertas plantas, o un manual de uso de las opciones actuales, para aquellos que quieran probar las posibilidades vegetales que se nombran. Pero no es más que un compendio de algunas plantas que por una u otra razón, se les han atribuido poderes afrodisíacos a lo largo de la historia. No sirve pues como guía para el uso, ya que no habla de como usar ni de las dosis a emplear de manera que pudieran ser útiles.
Por si eso no bastase, el libro incluye algunas plantas que son bastante peligrosas de usar, porque más que otra cosa son tóxicas y mortales si uno se excede en la dosis (casi todas solanáceas). Y no parece seguir más que la lógica ya mencionada, la de nombrar y comentar por encima algo sobre cada planta, ya que mezcla en su oferta de plantas afrodisíacas vegetales que sus principios activos son totalmente opuestos: narcóticos como el de la adormidera del opio, estimulantes como los de la efedra y la coca, psiquedélicos como el del san pedro o las semillas que contienen ergina o amida del ácido lisérgico, y alucinógenos puros como los del estramonio.

Si un farmacólogo ve el orden que sigue el libro, diría que no tiene ni pies ni cabeza, al ofrecer sustancias tan dispares para conseguir un mayor deseo sexual o una mayor potencia. Y así es.
Pero a lo largo de la historia se le han atribuido propiedades afrodisíacas a todo aquello que fuera capaz de provocar un cambio mayor o menor en nuestra conciencia, en nuestros sistemas psíquicos de autocontrol o en nuestra percepción.

¿Por qué esto es así?
Pues porque a falta de conocer con precisión cuales son los mecanismos que regulan nuestro deseo y nuestro impulso sexual, podía servir casi cualquier cosa que provocase un efecto y que nosotros creyéramos que dicho efecto nos convertiría en dioses del sexo. Es decir, casi todas ellas han funcionado en algún momento y con alguna persona, por ser un placebo que químicamente estaba apoyado por un ligero efecto sobre nuestra psique.

Sería arriesgado decir que no existe ningún afrodisíaco en realidad, más que la propia creencia de que existe. Pero aunque es arriesgado, no está lejos de ser verdad del todo.

Si atendemos a nuestra cultura actual, el mayor afrodisíaco es el alcohol, que se toma con facilidad en cualquier evento social y que cumple además la función de ser una especie de lubricante social. Dadas las características complejas de los efectos del alcohol en nuestro cuerpo, que incluyen desde una leve alegría, a una efervescente exaltación de la amistad, y puede acabar con una perdida de control y desinhibición total, puede a algunas personas resultarles un afrodisíaco.
A una persona reprimida y tímida, que desea tener relaciones sexuales pero lo reprime por vergüenza o por otras cuestiones culturales, tal vez dos o tres copas de vino pueden hacerle saltar por encima de esas barreras autoimpuestas. No es la mejor manera, ya que al día siguiente recordará lo que ha hecho, y sera presa de la culpa ante su propio "pecado".
A una persona que le falte autoestima, tal vez bajo los efectos de un estimulante como la anfetamina o la cocaína, se pueda creer durante unas horas el rey de la pista, y sus actos más arriesgados o atrevidos pueden brindarle una noche de conquista, pero no hacen del estimulante un afrodisíaco.
Aunque no hay que olvidar, que esa "temeridad", puede tener consecuencias dependiendo del grado alcanzado, y una muy común es la de tener relaciones sexuales sin protección.
Así podríamos seguir con cada tipología de persona, y la sustancia que dada su barrera o bloqueo, podría ayudarle a lograr los favores de Afrodita, o más bien los favores de una súper breve terapia de autoayuda que le permitan superar los distintos miedos.

¿Quiere eso decir que no hay afrodisíacos de verdad? ¿Que no existen sustancias que si alguien las tomase se convirtiera en una persona ardorosa, excitada y abierta a cualquier relación sexual que pueda saciar ese desbocado apetito despierto?
Pues no. No los hay.
Al menos si entendemos de esa forma lo que es un afrodisíaco.

Alguien podría decirme que no es cierto, que sí que existe... y ponerme como ejemplo la famosa Viagra. En el mejor de los casos, le dará al varón una erección fuerte y duradera. Pero no le dará ni afectará en modo alguno al deseo sexual que pueda tener. No le excitará, ni le volverá ardoroso.

Si hablamos de Afrodita, no hablamos de tener un "músculo" duro. Hablamos de encender la pasión de alguien, o de una pareja que quiere un estímulo nuevo. Si los párrafos anteriores han logrado convencer al lector de que no existe la "cachondina" de las leyendas urbanas, podrá sacar algo provechoso de los siguientes.

Cada persona es un mundo, fisiológicamente, psicológicamente, y emocionalmente. Y si una pareja son dos personas, eso casi se convierte en tres mundos. No, la cuenta está bien echada.
Una pareja son dos personas con sus dos mundos, más un tercero que es el resultado de esa relación. De hecho, en diferentes relaciones con diferentes parejas, adoptamos diferentes roles.
Y no sería raro que lo que en una pareja nos excita, en otra pareja nos pueda dejar en "fuera de juego".

Cada pareja, en atención a lo que es y a sus integrantes, debería buscar sus propios afrodisíacos. Pero por norma, ni estimulantes ni narcóticos, ni enteógenos ni delirógenos, servirán para ese fin.

Hay una curiosa excepción a la que quería llegar.
Hay algunas sustancias, y alguna planta cuyos principios activos han sido calificados como entactógenos. ¿Qué quiere decir eso? La definición del término es algo así como "generadores de contacto profundo entre sujetos". Hablando en plata, producen un efecto en el que la persona busca el contacto profundo (psicológicamente hablando) con los demás.
Son la familia de la MDMA, que es la que mejor reproduce esos efectos.
No son enteógenos ya que no producen modificaciones de la percepción ni cambios anímicos tan fuertes e impredecibles como los que podría provocar la LSD o la mescalina.
Pero bajo su efecto ocurren ciertos cambios: eliminan la ansiedad, favorecen la comunicación, la confianza, la formación de lazos, y convierten el contacto físico en una experiencia muy grata, ya que se percibe de una forma diferente. Se podría decir que son las drogas del amor químico.
Aunque se ha promocionado el éxtasis o MDMA como un afrodisíaco genital, esto no es cierto.
No sólo no ayuda a conseguir una buena erección en el hombre, sino que la dificulta, y también hace difícil o imposible el alcanzar el orgasmo.

Una pena, ¿no?
Digamos que estas sustancias hacen que se generen momentos de una intimidad especial y casi mágica con las personas con las que la compartimos, y si esa persona es de otro sexo y nos resulta atractiva, las posibilidades de que se busque un encuentro físico, aumentan espectacularmente. Como todo, eso depende mucho el contexto, pero el efecto subjetivo facilita ese halo de "noche mágica" si las dos personas buscan un experiencia de comunicación más profunda, o un nuevo enfoque tal vez en sus relaciones.

Lo ideal en un afrodisíaco es que fuera capaz de unir esa sensación de deseo por el otro, junto a una estimulación sexual aumentada, o al menos, no limitada. Pero en este caso, no es tan simple como tomar una Viagra y tener una erección, sino que la experiencia con MDMA te hace pasar por una compleja observación de ti mismo, y no puede ser usada como algo para un "aquí te pillo y aquí te mato".
Existe una sustancia, creada por Shulgin en 1974 que produce un estado de alteración de la percepción, a dosis bajas parece resultar un entactógeno, y no sólo no molesta a los mecanismos sexuales del hombre para la erección y el orgasmo, sino que los potencia tanto en hombre como en mujer. Es la llamada 2C-B, que también existe en el mercado negro, y de la que otro día hablaré con más dedicación.

En el ámbito de lo vegetal, parece que los efectos de algunos Lotos y Nenúfares resultan también unos efectos muy agradables, suaves y que favorecen la comunicación y la intimidad, sobre todo si van con una pequeña dosis de alcohol, o macerados en un vino.
Pero este es un terreno del que aún se sabe poco, y no parece que haya interés en investigar ahí, así que la información procede de las experiencias de las personas que lo prueban.

En cualquier caso, ni bajo el efecto de la droga más avanzada, una persona conseguiría que otra que no le presta atención o no es de su agrado, se vuelva loca de deseo y sacie su apetito con quien sin droga no lo haría.
Seguramente y por mucho que se avance en este campo, no existirá nunca mejor afrodisíaco que el tener una buena autoestima, una agradable conversación, ser detallista y cuidadoso, y sobre todo nunca perder el sentido del juego y la provocación inteligente.

Quien pretenda cambiar la seducción por una pastilla, seguirá condenado al fracaso. Y siempre teniendo en cuenta que hacer que una persona tome CUALQUIER SUSTANCIA sin su conocimiento y su consentimiento, es un acto repugnante, cobarde, y con suerte penalmente sancionado.


P.S.: Aprovecho la ocasión para preguntaros a vosotros, los que leéis este blog, ¿cuáles son vuestros afrodisíacos preferidos? ¿alguna sustancia? ¿algún alimento?
Podéis dejar vuestras ideas y respuestas como un comentario más, pinchando en el link para comentarios al final de este texto.

18 comentarios:

  1. Yo creo que antes de preguntarnos cuales son nuestros afrodisiacos tendrias que contarnos cuales son los tuyos o si tomas mucha viagra o mas pirulas.
    Para mi el mejor afrodisiaco es el olor de mi chico cuando se me abraza por detras de camino a casa tras una buena fiesta.

    Me gusta tu blog pero no pongas publicidad!!!

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  2. "no existirá nunca mejor afrodisíaco que el tener una buena autoestima, una agradable conversación, ser detallista y cuidadoso, y sobre todo nunca perder el sentido del juego y la provocación inteligente"... A veces ni eso. eS OTRA COSA. Indefinible. ¿Mi afrodisíaco?, la situación. Yo me explico. Todos naturales.

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  3. Hola Elenazar. Yo creo que a mi ya se me ha visto el plumero, no soy mucho de afrodisíacos, pero de tener que optar por alguno que no sean los mencionados, me decantaria por una dosis suave de algun entactógeno "bajo en calorias" (esto lo explicare otro día).

    Creo que el mejor afrodisíaco para ponerme a mi a tono, tanto de arriba como de abajo, es una mirada que me coja del cuello como un gancho de carnicero y un elegante dominio de la situación.

    Como decía Churchill: "Hay dos formas de quitarle el abrigo a alguien. O forcejeas con él, o le envuelves de calor".

    Y así al final, como un corderito dispuesto a lo que se tercie. Y san seacabó!!

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  4. Querida y estimada Silmame, dices que a veces ni eso.
    ¿Pero tan mal anda la cosa?
    Chica, ¿en serio que si topas con alguien que sabe hacerte estar a gusto y sorprenderte, no eres más receptiva?

    Eso de que tu afrodisíaco es la situación, tendrás que aclarármelo un poco más. Dejarlo así es como no decir nada... no crees?

    En cuanto a que todos sean naturales, ya ves que en el libro que comento, todo lo dicho era natural. Pero no me imagino a alguien que intente pasar una noche especialmente intensa en lo sexual, sufriendo alucinaciones por estramonio mas de 36 horas o vomitando por la mescalina del san pedro y teniendo visiones durante 12 horas.
    Y eso que eran naturales.

    Espero que no me dejes con la duda. ¡¡Eso de la situación es tan impreciso!! Un abrazo, chica.

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  5. Y las peliculas "guarras" que?

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  6. No creo que se puedan considerar las pelis guarras como un afrodisiaco de los que aqui hablan ¿o tu te comes las pelis guarras y te la ponen tiesa?

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  7. Creo que el primer link que has puesto no funciona, Carlos.
    Al menos a mi no me baja nada.

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  8. El mejor afrodisíaco es uno mismo. Las variaciones las dan cada momento y cada sustancia. Es cuestión de buscar.

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  9. Visto así, la próxima vez hablaremos de aderezos al sexo, especias y condimentos.

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  10. La situación, sí, el hombre, el misterio, la insinuación más que mostrar... Y no es que esté mal la cosa, (o si), sino que me refiero a que como todo depende de la situación hay veces que ni con todo eso que has dicho se asegura el éxito. De echo también es parte del encanto, la improvisación, la sorpresa... Y natural es sin "ayudas" externas.

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  11. Joder simalme!!
    Si esta entrada va justo de eso... de ayudas externas!!
    En cuanto al decorado, todo muy bonito... pero igual que todos tenemos nuestras pequeñas (o no) neurosis, a algunos puede hacerles falta un poco más de estimulo-confianza-creencia en poderes mágicos, o vaya usted a saber que.
    Y aparte, que hay sustancias muy interesantes para percibir y disfrutar del sexo con matices que de otra forma no se detectarían.

    Pero tomo nota, chuletón y todo natural. ;)

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  12. ¿Estamos suguros de que un mercedes descapotable no es la via más rapida para excitar?

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  13. Para ti seguramente jplays....
    Que sé yo como te gusta eso del calor del motor.

    Tu que eres un hombre ducho en la seducción... ¿has ligado alguna vez en un taller mecánico? ;)

    Saludos.

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  14. Para quién no lo sepa, lo que aquí han llamado Hippyflip, es una mezcla de MDMA y hongos que contienen psilocibina, tomando estos últimos al final del efecto de la MDMA, aunque también hay quien los consume juntos pero en dosis bajas debido a su sinergía.

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  15. las drogas tienen la capacidad de multiplicar el placer. esto es un hecho, por eso la gente las toma.

    Sexo con drogas (administradas correctamente, en la dosis correcta y escogidas convenientemente junto a un set& setting optimo) hacen que el sexo sea muchismo mejor que simplemtne cuidando los factores personales y de situación.

    Las drogas como afrodisíaco son el suplemento al buen hacer de uno mismo.

    Estoy preparando un texto en mi blog en el que describo my ultima investigación en este campo.

    próximamente.

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  16. Un post de mi weblog con relatos afrodélicos basados en experiencias:

    Sexo y psiquedélicos, experiencias reales

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  17. Para mi es la marihuana.

    con el MDMA me pasa lo que cuentas, que si, te entran mas ganas pero luego es complicado rendir.

    Probe viagra una vez y, como se ha comentado, funciona muy bien para la ereccion pero es cierto que no es afrodisiaco en sentido estricto pues no aumenta la libido.
    Probe 2-cb tambien una sola vez y me recordo al mdma.

    Supongo, basandome en mi limitada experiencia, que la combinacion ideal seria viagra+mdma. Dicen que es problematica por problemas de salud, entre otras cosas porque ambas son vasodilatadoras, pero tambien es cierto que mucha gente ha usado la mezcla sin problemas.

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  18. El mayor problema de la mezcla, o sextasis, es que tanto la viagra como la MDMA ambas son procesadas por metabolismo hepático en el que interviene el mismo citocromo, un subtipo del P450.
    Eso puede hacer que dependiendo de la capacidad de metabolizar de la persona, haya un nivel demasiado alto de alguna de las dos sustancias que sin la otra no se daría, digamos que por exceso de trabajo a la hora de metabolizarlas.

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